Las enfermedades
cardiovasculares son la primera causa de muerte en el
mundo, la mayor parte se deben a la cardiopatía
isquémica. Actualmente existe el consenso que las enfermedades
isquémicas y en especial el Infarto Agudo
del Miocardio pueden prevenirse, la mayor probabilidad para
continuar disminuyendo los índices de estas enfermedades
descansan en la prevención de los factores de riesgo que la
originan.
Está bien establecido en las campañas de
prevención primaria y secundaria de las enfermedades
cardiovasculares los factores de riesgo modificables
tradicionales. Sin embargo otros como el estrés, la
depresión, la ira, la hostilidad y otras
emociones
negativas quedan un poco olvidados en el empeño de
prevenir.
El objetivo de
este trabajo es
esclarecer la implicación de las emociones en la
aparición y/o empeoramiento de las enfermedades cardiacas
y remarcar la necesidad de contemplarlas en el diagnóstico, tratamiento y
rehabilitación del paciente portador de dichas
enfermedades. Ha sido revisada la literatura médica y
psicológica actualizada que aborda las bases neurales de
loas emociones, su expresión fisiológica y
psicológica, su interrelación con
características personológicas, y la
implicación de estados emocionales negativos en la
salud y muy en
especial en las enfermedades cardiovasculares.
Palabras clave:
Enfermedad cardiovascular. Emociones. Patrón de
Conducta Tipo A.
Depresión. Ansiedad. Estrés Ira .Hostilidad.
Autocuidados de Salud.
Summary
Cardiovascular diseases are the first cause of death in
the world; most is due to then ischaemic Heart disease. At the
moment it exists the consent that the illnesses ischemic and
especially the Myocardial Infarction can be prevented, the
biggest probability to continue diminishing the indexes of these
illnesses rests in the prevention of the factors of risk that
you/they originate it. It is very established in the campaigns of
primary and secondary prevention of the cardiovascular illnesses
the traditional amendable factors of risk. However others as the
stress, the
depression, the anger, the hostility and other negative emotions
are a little forgotten in the zeal to prevent. The objective of
this work is to clarify the implication of the emotions in the
appearance y/o worsening of the cardiac illnesses and to stress the
necessity to contemplate them in the diagnosis, treatment and the
patient payee's of this illnesses rehabilitation. It has been
revised the modernized medical and psychological literature that
it approaches the bases neurales of you laud emotions, their
physiologic and psychological expression, their interrelation
with personal
characteristic, and the implication of negative emotional states
in the health and very especially in the cardiovascular
illnesses.
Words key:
Cardiovascular illness. Emotion. Pattern of Behavior
Type A. Depression. Anxiety. Stress. Hostility.
La medicina se ha
desarrollado sobremanera en los últimos 50 años.
Los adelantos de los últimos cinco decenios han tenido
lugar en los niveles fundamentales de la ciencia y
han reflejado la explosión general en el conocimiento
científico en todo el mundo.
EL modelo para
alcanzar conocimiento
científico que da comienzo en un individuo
enfermo y se desliza en un proceso
reduccionista hasta las moléculas individuales y los
procesos
bioquímicos fundamentales, no debe ser motivo para
subestimar las contribuciones de otros campos a la
condición humana, esos avances no tienen porque apartarnos
de atender a los múltiples aspectos de la psicología humana, la
antropología, la sociología, que influyen en el mundo en que
vivimos y que juegan un papel importante en la morbilidad y en la
mortalidad final, porque los factores relacionados con la
conducta del individuo absorben mas de la mitad del gasto
destinado a la atención de la salud de los países
desarrollados.
Es meritorio recordar siempre y hacer comprender a los
profesionales de la salud que las ciencias que
analizan el comportamiento
poblacional o humano que tratan de mejorarlo, al igual que la
forma en que esta estructurada la sociedad son
indispensables para el futuro de la medicina.(1)
No culmina el proceso salud –enfermedad con el
diagnóstico y tratamiento médico, es necesario
buscar factores que contribuyan a su manejo adecuado, a su
equilibrio y
pertinencia en el enfrentamiento.
Investigaciones actuales sobre salud poblacional han
confirmado que el mejoramiento de ésta depende en un 50%
del estilo de vida
de los seres humanos, un 20% de la genética
de las poblaciones, un 20% del estado del
medio ambiente
y un 10% de la salud
pública tradicional (2), ésto es atribuible a
las enfermedades cardiovasculares y muy especialmente al Infarto
Agudo del Miocardio por ser la primera causa de muerte en un gran
número de países.
Las campañas de salud en los momentos actuales
deben seguir enfatizando en cuanto a la modificación de
actitudes de
las personas, en la erradicación de hábitos
nocivos, en la práctica de ejercicios físicos, en
el control de la
tensión arterial y del colesterol, pero los tiempos
actuales reclaman el énfasis en modificar el pensamiento
médico para poder
incorporar en esta lucha contra las enfermedades
cardiovasculares, los factores emocionales por su
repercusión en la génesis, evolución y enfrentamiento a las
mismas.
La vida emocional puede resultar decisiva en el mantenimiento,
restablecimiento u optimización de la salud, es algo que
debe adornar el
conocimiento de todos los que se relacionan con el Proceso
Salud-enfermedad humano.
Una emoción rara vez ocurre en un vacío
existencial, por lo general ocurre en un contexto en el que la
persona tiene
que dar respuesta adaptativa a determinada situación
problemática en su entorno; determinadas emociones
facilitan la solución de los problemas, en
tanto otras lo entorpecen, a pesar de la valencia de su
connotación subjetiva. Otro elemento que puede hablarnos
del carácter positivo o negativo de la vida
emocional es su impacto sobre los procesos fisiológicos y
la salud física
de la persona. Los avances en las últimas décadas
sobre la investigación psiconeuroinmunológica
son expresión cabal de ello (3,4).
Bases neurales de los
estados emocionales.
La corteza cerebral es un órgano importante que
sirve de base fisiológica a las emociones porque
éstas se experimentan de forma consciente, hay un fuerte
componente cognitivo que muy probablemente implique a la corteza
cerebral. Al mismo tiempo las
emociones se acompañan de respuestas autónomas,
endocrinas y somáticas que dependen de regiones
subcorticales. del Sistema Nervioso
como la amígdala, el hipotálamo y el tronco
cerebral (5,6.7).
.
Fig. 1 Intervención del
sistema
límbico en el proceso emocional
Sin embargo es imposible reducir la emoción a
manifestaciones corporales ya que dentro del espectro emocional
existen estados subjetivos singulares. La expresión de los
estados emocionales esta personalizada y cada una lleva
implícito el sello personal de quien la
vivencia.
La interacción sujeto- estímulo
desencadenará una experiencia emocional conciente en la
corteza cerebral, lo cual generará señales
que parten hacia las estructuras
periféricas que incluyen el corazón,
los vasos sanguíneos, las glándulas adrenales y
sudoríparas.
La constancia del medio externo es condición
indispensable para la vida y los mecanismos neurales que
garantizan ésto se encuentran situados en el
hipotálamo. Este órgano presenta 2 sistemas
efectores principales: el Sistema Nervioso Autónomo y el
Sistema Endocrino. (7, 6,5).
El hipotálamo contiene muchos de los circuitos
neurales reguladores de funciones vitales
que varían con los estados emocionales: temperatura,
frecuencia cardíaca, presión
sanguínea e ingestión de agua y de
comida, controla a la hipófisis y de este modo regula al
Sistema Endocrino.
En un estudio prospectivo sobre la relación entre
la hostilidad, la enfermedad coronaria y la mortalidad(
Bbarefoot, Dalhstom, y Willians 1983) se encontró que los
niveles altos de hostilidad evaluados mediante una escala especial
del MMPI se asociaban con niveles altos de aterosclerosis
coronaria determinada por arteriografía, también
los niveles altos de hostilidad eran predictores de mortalidad
total( 7. 6).
- Emociones, personalidad
y enfermedad cardiovascular.
Meyer Friedman y Ray Rosenman, cardiólogos (1959)
inician estudios sobre la asociación entre un
patrón de conducta manifiesta y datos
biofisiológicos relacionados con problemas
cardiovasculares. En 1974 divulgan el tema sobre "Type A behavior
and your Herat", que junto a la reunión de expertos
celebrada en diciembre de 1978 en Amelia Island hace que se
reconozca la importancia de dicho patrón en el manejo de
las enfermedades cardiovasculares.(8, 9, 10).
En 1979 David Jenkins (1979) determina los tres
componentes fundamentales del Patrón de Conducta Tipo A
(PCTA). Selye ha denominado al PCTA personalidad "procuradora de
estrés"(10, 8).
Finalmente se ha llegado a la conclusión que los
individuos con PCTA se caracterizan por:
-ambiciosos, con deseo persistente de progreso y
necesidad de reconocimiento.
-ocupaciones múltiples, responsables.
–objetivos muy
bien definidos.
-mantienen un estado permanente de alerta física
y mental.
-hostiles e irritables, con sentido de urgencia ante las
tareas.
-impacientes, con hábitos motores
desasosegados y respuestas verbales entrecortadas.
-se preocupan por destacar cualquier actividad que lleve
a cabo.
-poca flexibilidad en el alertamiento fisiológico
a las demandas ambientales. -ante periodos de actividad mental y
descansos alternos, tienden a tener el mismo nivel de
alertamiento (medidos por FC y excreción de adrenalina) en
ambas situaciones.
– están generando por si mismas de manera
continua situaciones de estrés crónico, como
consecuencia de su estilo de relacionarse con el
medio.
-los período de desconexión rápida
varían con el bienestar general del individuo.
-la respuesta cardiovascular de estrés es de
incremento y éste tiene como propósito la entrega
de glucosa y
oxígeno
a los tejidos
necesitados. El mediador principal de esta respuesta es el SNS
que aumenta el ritmo cardíaco y la TA. La respuesta
cardiovascular, si es excesivamente prolongada o se produce fuera
de contexto en la cual es fisiológicamente útil,
afecta al músculo cardiaco y a los vasos
sanguíneos, así como favorece la formación
de placas arteroescleróticas(10,8,6.5).
La justificación del tratamiento del PCTA
descansa en su condición de factor de riesgo de
enfermedades cardiovasculares tanto como pueden serlo el resto de
los factores que aborda la literatura.
Estudios de diferentes autores han demostrado que el
PCTA puede ser modificado y que ello puede contribuir a la
prevención de la recurrencia de los episodios coronarios,
a la prevención de la manifestación de estas
enfermedades (10, 9, 8,7).
La mayoría de los ajustes autonómicos son
reflejos, se regulan así mismo y normalmente no son
concientes, sin embargo algunos ajustes autonómicos pueden
llegar a controlarse voluntariamente con la práctica
(9,5).Para ello existen diversas técnicas
dentro del campo de la psicología, de fácil
aprendizaje,
poco costosas y de alto valor
terapéutico tanto en la prevención, tratamiento y
rehabilitación de eventos
cardiovasculares.
- Control de las emociones. Importancia para las
enfermedades Cardiovasculares.
En cualquier caso las emociones, legítima
manifestación de aquella expresión que tanto
utilizamos de que el hombre es
un ser biopsicosocial, tiene un impacto directo o indirecto
–según Richard Lazarus uno de los más
prestigiosos investigadores del tema- sobre la salud
somática, el bienestar subjetivo y el funcionamiento
social (3).
La actividad cardiovascular está regulada por el
SNS y la expresión personalizada de las emociones puede
tener influencias sobre su funcionamiento. Por ejemplo ante la
cólera
provocada por una contingencia que cobra un sentido personal para
el sujeto, se produce una descarga simpática masiva con
todas las reaccione filológicas propias de este
fenómeno, lo que de hecho atenta contra el equilibrio del
organismo (elevación de la FC, de la TA, de la FR, etc.),
el miedo puede producir un aumento de la TA hasta dos veces por
encima de lo normal, el estrés puede provocar
también aumento de la TA(7,6, 5).
Un estrés psicológico agudo y
crónico a menudo precede a un IMA, arritmias cardiacas y
muerte súbita cardiaca. La falta de apoyo social,
desgracias y una acumulación de sucesos estresantes se han
identificado como importantes precursores psicosociales de estos
sucesos cardiacos (9).
La hostilidad y la ira son los aspectos del PCTA mas
altamente predictivos de las enfermedades coronarias. Investigaciones
realizadas han demostrado una correlación positiva entre
este rasgo, la morbilidad y la mortalidad coronaria.
También se ha demostrado que los sujetos que manifiestan
calma ante el evento cardiovascular sobreviven más su
internación en la unidad de terapia que quienes
están constantemente inquietos y preocupados por su
enfermedad, ha podido establecerse una relación entre el
índice de supervivencia de los pacientes con IMA y la
depresión mayor postinfarto (11.9)
La depresión después del IAM ha sido
asociada a un incremento de la mortalidad cardiovascular
.Cualquier tratamiento que trate la depresión en pacientes
con IMA, de
La asociación entre enfermedad cardiovascular y
depresión fue detectada hace años y estimada en
valores que
alcanzan el 45%, ambas son enfermedades altamente prevalentes,
responsables por una disminución significativa en la
calidad de
vida de las enfermedades y por la imposición de
elevados costos a la
sociedad.
Estudios prospectivos demostraron que la
depresión está asociada a un aumento significativo
del riesgo de desarrollar enfermedad coronaria e IMA (13,
14).
Un aumento de la depresión fue constatada en
enfermos con diferentes manifestaciones de enfermedad coronaria
incluyendo aquellas hospitalizados por Síndrome Coronario
Agudo (15, 16 ). Infelizmente esta situación no siempre es
diagnosticada.
Recientemente concluyo un estudio de casos y controles,
con el objetivo de identificar los factores de riesgo
responsables para el desarrollo de
enfermedades cardiovasculares a nivel global- INTERHEART study-,
el cual incluyó enfermos de 52 países de varios
puntos del mundo y se demostró que mas del 90 % de riesgo
global del IMA es previsible, considerando nueve factores de
riesgo. Las variables
asociadas como el estrés y la depresión fueron
importantes predictores de riesgo del IMA. En todas las edades,
regiones y grupos
étnicos, siendo su efecto comparable al de la HTA y
Obesidad
abdominal. Considerando esta relación verdaderamente causa
y mucho mas importante de lo previamente reconocido,
pudiéndosele atribuir una responsabilidad sustancial de los IMA
(17,18).
Frasure-Smith et. al demostraron que la depresión
es un factor de riesgo independiente para eventos cardiacos,
particularmente después de un IMA, presentando los
enfermos deprimidos un aumento de la mortalidad cardiaca en cerca
de tres veces independientemente de otros factores de riesgo
(19,20)
Así la depresión no apenas como
patología, sino como entidad propia, mas de forma
indirecta por la interacción con otras variables
psicosociales, tiene un impacto negativo en la evolución
de la enfermedad cardiaca comprometiendo la calidad de vida
del enfermo, agravando la percepción
de este enfermo.( 21, 22)
Otra razón más para no dejar de tratar de
forma adecuada a este tipo de pacientes es que los enfermos
infartados y deprimidos presentan menor adherencia al tratamiento
que los que no lo están, lo cual implica que el
cumplimiento de su terapia cardioprotectora antiagregantes,
hipolipemiantes, vasodilatadores coronarios, etc. también
se verá disminuido con lo que aumenta el riesgo de
recurrencia de IAM (23).
El control de las emociones negativas (ansiedad,
depresión, estrés, la ira, la hostilidad) puede
ayudar a evitar desequilibrios en el funcionamiento
cardiovascular, tanto en personas sin padecimientos cardiacos,
como en personas que hayan sufrido de las mismas. Las emociones
positivas (el orgullo, la autorrealización, la
alegría, el amor, etc.)
son capaces de potenciar más altos niveles de salud en los
mismos componentes que son dañados por las emociones
negativas (3).
Hay un conjunto de habilidades y destrezas de
autocuidado que pueden ponerse en función de
la salud mental y el
tratamiento de un amplio espectro de problemas
psicológicos incluyendo el control emocional. Se describen
procedimientos
de autocuidado utilizados en el tratamiento de la
depresión, ansiedad, fobias, hostilidad/
agresividad.
A continuación exponemos cinco grandes
categorías de habilidades utilizables en salud mental
(24)
- Conciencia del propio cuerpo y habilidades para la
relajación física: permite reconocer y vigilar
la tensión muscular en diferentes partes del cuerpo y
disminuirla voluntariamente. Una habilidad fundamental es la
de reconocer la tensión en el grupo de
músculos que controlan la respiración, en especial la de
identificar el inicio de la respiración superficial de
predominio torácico y reemplazarla por la
respiración abdominal profunda (relajación
pasiva, relajación activa progresiva, uso de la
imaginación, la visualización y la
autohipnosis)Él término "inteligencia
emocional" ha sido agrupado en tres áreas
principales:- La apreciación y expresión
adecuadas de las emociones propias y ajenas, utilizando
indicios verbales y no verbales. Entre las técnicas
para el desarrollo de esas pericias están las que
enseñan a identificar síntomas y signos
de emociones (p.e. mandíbula apretada,
respiración superficial, concentración
disminuida, retraimiento social, fatiga) y a estar
pendiente de ellos en situaciones conflictivas. Mediante el
uso de la relajación y la visualización se
pueden traer a la conciencia situaciones concretas y explorar
los sentimientos provocados y los matices del afecto que se
producen en el curso de un evento. - Regulación adaptativa del humor y las
emociones propias y de los otros: el reconocimiento
adecuado de los estados de ánimo y emociones, a lo
largo del tiempo y en diferentes situaciones, capacita a
las personas para tomar conciencia de las situaciones que
los producen o refuerzan. - Utilización adaptativa de las emociones
para motivar, planear y alcanzar las metas de vida. Hay
muchas maneras de poner el humor y las emociones al
servicio
de fines provechosos. Por ejemplo se puede promover los
estados de ánimo positivos con el fin de aumentar la
confianza y mantener la perseverancia frente a
obstáculos o tareas difíciles y favorecer
experiencias interpersonales gratificantes. Algunas
emociones como la tristeza, el miedo, la ira pueden ser
indicadores de la necesidad de orientar las
prioridades hacia problemas prominentes o estímulos
emergentes que deben ser afrontados.
- La apreciación y expresión
- Conciencia del estado emocional propio y habilidades
para vigilarlo: estas habilidades atañen al
procesamiento de información de naturaleza
afectiva, mediante ellas el individuo puede llegar a
discriminar sus sentimientos y eventualmente rotularlos,
asignarles un código simbólico y utilizarlos
como una guía para su comportamiento.
Cuando las personas perciben sus emociones rápida
y adecuadamente pueden responder con prioridad a los
estímulos que las suscitan. La utilización de las
emociones con fines adaptativos puede conferir flexibilidad y
creatividad en
la solución de los problemas, posibilitando que los
factores emocionales sean justipreciados por el individuo al
optar entre diferentes alternativas. Una ventaja adicional de
esta inteligencia
emocional es que confiere a la gente la posibilidad de influir en
sus cogniciones mediante la regulación de sus
afectos.
3. Destreza del control mental: mediante el control
mental, el individuo es capaz de reconocer sus procesos
cognoscitivos y modificar voluntariamente sus cogniciones. Se
pueden reconocer las cogniciones subyacentes a las respuestas
emocionales.
4. Habilidades para la
comunicación interpersonal. Dicho en términos
simples, las habilidades para comunicarse consisten en expresar
de manera clara lo que se quiere decir y lo que se desea y
tener la mente abierta a los mensajes de los otros. Entre ellas
se encuentran la autoafirmación, escuchar activamente,
habilidades de negociación.
La posesión de habilidades adecuadas para la
comunicación interpersonal capacita para
la creación y mantenimiento de relaciones satisfactorias
que permiten el reconocimiento de las cualidades personales y
la expresión de las necesidades y sentimientos
individuales.
5. Habilidades para el desarrollo de estilos de
vida saludables con especial significado para la salud mental:
la práctica de estilos de vida saludables es esencial
para el mantenimiento de un estado de salud óptimo,
tanto en los aspectos físicos como en los
psicológicos. Como regla general, los autocuidados en
salud mental se refuerzan con la adopción
de estilos de vida saludables, en especial los relativos a la
dieta, el sueño y el ejercicio físico y
mecanismos para regular las tensiones y el
estrés.
El aprendizaje de estas técnicas para el
autocontrol emocional se vincula a la instrucción y
educación de las personas en el proceso
de socialización, a la cultura y al
contexto socio-cultural donde se desarrolla el
individuo.
Según Vigostky la cultura se internaliza en forma
de sistema neuropsicológico sobre la base
fisiológica de la actividad del cerebro humano.
La actividad mental es exclusivamente humana, es el resultado del
aprendizaje social, de la interiorización de la cultura y
de las relaciones sociales. El desarrollo psíquico humano,
es, en esencia, un proceso socio genético (25).
Hoy día contribuye al autocuidado en salud mental
las terapias de corta duración (psicoterapia
breve), al compartir, en buena medida, con la terapia cognitivo-
conductual algunos de sus valores y asunciones
subyacentes.
Modelos salutogénicos. Grupos con factores de
riesgo cardiovascular.
En la medida que seamos concientes de promover y
enseñar a la población modelos
saludables para el enfrentamiento a la vida y adecuación
del comportamiento
humano, estamos contribuyendo a mejorar la calidad de la
existencia de cada individuo.
Se hace necesario fortalecer acciones de
salud para prevenir riesgo cardiovascular y lograr cambios en el
estilo de vida Las campañas de salud significa la lucha
contra el sedentarismo, el alcoholismo,
la obesidad, el control de la presión arterial, la
hipercolesterolemia y el tabaquismo. Sin
embargo de forma general los mecanismos de afrontamiento al
estrés y otros estados emocionales son poco tratadas y
divulgadas en estas campañas, aun cuando es abordado por
la literatura médica y psicológica la
repercusión del estrés y la depresión en la
aparición y/ o reforzamiento de diversas enfermedades y en
especial de las cardiovasculares.(26, 27 , 22,12. 13, 14,
15,16,10, 9, 1) .No se concibe abordar la problemática
salud- enfermedad al margen de los factores
psicológicos.
Existen evidencias
concluyentes de que la hiperreactividad simpática promueve
directamente alteraciones funcionales y estructurales cardiacas y
vasculares, determinantes de una mayor morbilidad y mortalidad en
los pacientes hipertensos. La exposición
al estrés podría conducir, a través de una
estimulación del sistema Nervioso Simpático (SNS) a
este aumento de la actividad cardiovascular con el consiguiente
incremento de la presión arterial y de la enfermedad
cardiovascular (28).
La hipertensión arterial constituye un
problema socio sanitario de primer orden por su elevada
incidencia y su pronóstico negativo. Dos problemas
complican el estudio de este trastorno, su carácter
multicausal, que determina la existencia de diferentes
vías etiológicas y obliga a la evaluación
de efectos interactivos de distintas variables sobre la
presión arterial y su naturaleza procesal, que
circunscribe la relevancia de los factores implicados a estadio
específicos en la evolución de la patología
(29).
Todo ello plantea la necesidad de un abordaje
multidisciplinario que incluya también los factores
psicológicos. El conocimiento de las regularidades y
cambios en los estados psíquicos que se dan en el paciente
hipertenso cobra una importancia extraordinaria no sólo
para proporcionarle una atención integral en el
tratamiento de esta enfermedad, sino para desarrollar estrategias
preventivas.
Seria muy oportuno desarrollar estrategias interventivas
para desarrollar habilidades de afrontamiento al estrés y
de autocontrol emocional, tanto en la prevención primaria
como en la secundaria de las enfermedades
cardiovasculares.
- Manejo psicológico del paciente con
enfermedad cardiovascular.
Manejo hospitalario:
- Valoración de aspectos psicológicos
que puedan interferir en la evolución del paciente
(esfera emocional, esfera afectiva, esfera
conativa) - Tratamiento psicológico individualizado
según necesidades del paciente
(psicoterapéutico, con técnicas de
afrontamiento a las tensiones y al estrés.), que lo
ayuden al enfrentar al periodo de
hospitalización. - Trabajo individual y grupal para iniciar la
modificación de actitudes. - Facilitar el acceso a la información para
elevar el nivel de conocimientos acerca del autocuidado a
desarrollar en el periodo post- hospitalario. - Movilizar recursos
afectivos que propicien el cambio,
aprovechando la experiencia emocional correctiva como
elemento favorecedor (30) - Instrucción y orientación a la familia
para el manejo y tratamiento de los pacientes.
Manejo extrahospitalario:
- Seguimiento psicológico y/o
psiquiátrico a pacientes con desajuste
emocional. - Reforzamiento de la información encaminada a
la prevención secundaria para lograr la
modificación de actitudes ante los factores de
riesgo. - Apoyo social.(intersectorialidad)
- Participación de la familia para
lograr un adecuado manejo de sus pacientes y para que
respalde la modificación de actitudes.
La internalización de patrones de conductas
saludables en la práctica de vida de cada paciente es
primordial para la recuperación del cardiópata y
para evitar recaídas que puedan dejar nuevas secuelas o
limitaciones a quien padece de alguna de estas enfermedades e
incluso llevarlo a la muerte. En
esto se ha hecho énfasis en nuestro país y se
encuentra englobado en el Programa de
Rehabilitación Cardiovascular puesto en marcha para bien
de todos los cardiópatas desde 1973(31).
El cumplimiento de orientaciones médicas y
psicológicas para el nuevo estilo de vida que debe llevar
un cardiópata entraña un cambio actitudinal y
comportamental, para lo cual esa persona necesita una
orientación acertada, un acompañamiento, necesita
ser armado de una serie de recursos psicológicos que
posibiliten llevar lo aprendido al plano conductual. Es necesario
entonces modificar normas,
creencias, desestructurar prejuicios, variar costumbres, lo que
lógicamente se ha venido consolidando y reforzando desde
la niñez hasta la adultez propiamente dicha.
Se necesita modificar y revisar las concepciones y
creencias de pacientes aquejados de enfermedades cardiovasculares
porque de forma general no se le concede la importancia necesaria
a los factores de orden psicológico que inciden en la
aparición, evolución y rehabilitación de las
mismas, tal vez obedezca a patrones culturales, normas sociales,
idiosincrasia de nuestra población, por lo que nos obliga
a ser mas laboriosos para lograr cambios y modificaciones en los
estilos de enfrentamiento, en los estilos de vida , lo que debe
acompañarse de una interiorización por parte del
personal médico y paramédico en comprender y
contemplar la subjetividad de los seres humanos en el abordaje y
la terapéutica de los cardiópatas.
Los riesgos
psicosociales en la enfermedad coronaria, riesgos aún no
terminados de sopesar claramente en su verdadero valor
diagnóstico y pronóstico, son absolutamente
valiosos desde una perspectiva integradora para la mirada
médico cardiológica.
La educación continua nos proveerá de
medios para
combatir las enfermedades cardiovasculares y esto ayudará
a salvar más vidas, lo que constituye la definición
más alta de la esperanza.
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Carta de solicitud
Cienfuegos 8 de agosto del 2005.
A: Editor- Jefe de la Revista Española de
Cardiología.
Sr(a):
Solicitamos a usted la valoración del
artículo "Necesidad estratégica de la
comprensión de las emociones en la terapéutica de
las enfermedades cardiovasculares"con el fin de ser publicado
en la Revista Española de Cardiología., damos
constancia de que no ha sido publicado parcial o totalmente por
ninguna otra revista, ni se encuentra en proceso de
revisión con estos fines. Tampoco presenta conflictos de
intereses con otras instituciones
o individuos.
Modalidad: Artículo de Revisión
Bibliográfica.
Saludos cordiales
Lic. Teresa Rodríguez
Rodríguez.
Dr. Claudio González Rodríguez.
Dra. Arelys Falcón Hernández.
Título: Necesidad estratégica de la
comprensión de las emociones en la terapéutica de
las enfermedades cardiovasculares.
Title: Strategic needs in the understanding of
emotions for the management of the cardiovascular
diseases.
Autores:
Lic. Teresa Rodríguez
Rodríguez*,
Dr. Claudio González
Rodríguez**,
Dra. Arelys Falcón Hernández.
***
* Lic. Psicología Clínica. Profesora
Auxiliar de Psicología.
** Especialista de 2º. Grado en Cardiología.
Profesor
Instructor.
*** Especialista de 1º. Grado en Medicina Interna.
Especialista de 2º. Grado en Terapia Intensiva y
Emergencias. Profesor Instructor.
Centro de procedencia: Unidad de Cuidados
Integrales del
Corazón. Hospital Provincial
Clínico-Quirúrgico-Docente "Dr. Gustavo
Aldereguía Lima. Cienfuegos. Cuba.
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página frontal hasta la final.