- La espiritualidad de los
caracteres primarios. El saber - La palabra
- La
acción - La
Poesía - A modo de
conclusiones - La búsqueda en los
antecedentes - El Krausismo y la
divinización de la plenitud - A modo de otras
conclusiones - Bibliografía
El debate entorno
al pensamiento
filosófico martiano, resulta un elemento necesario en la
búsqueda imprescindible de la significación humana
universal de la obra del apóstol cubano. Las posiciones en
este tema han sido diversas y encontradas, por la
intención manifiesta o velada de acercar a este pensador a
una u otra escuela o
tendencia filosófica, o por las diferencias de presupuestos
metodológicos de los autores, que ha impedido lograr en
ocasiones, la representación de totalidad orgánica
en sus determinaciones esenciales, que constituyen fundamento de
la distinción de lo filosófico, a partir del
reconocimiento de momentos aparentemente contrapuestos en esta
creación intelectual como: la religiosidad y una
visión dialéctica y objetiva de las relaciones
sociales, políticas
y económicas; la exaltación de lo espiritual
emotivo-sensual que distingue la naturaleza de
lo poético y el reconocimiento del papel de la ciencia en
la realización de los ideales humanos; la fe en la
utilidad de la
virtud en el mejoramiento humano y el trabajo
fundamentalísimo en la preparación de la guerra
necesaria.
El enfoque del pensamiento martiano a partir la
consideración de la existencia en el de un fundamento
espiritualista confronta desde su inicio, el inconveniente de la
diversidad interpretaciones del espiritualismo. En su interpretación metafísica, a diferencia de la
concepción psicológica o etnológica, aunque
relacionadas con ellas, desde la antigüedad significó
el reconocimiento de una esencia pura ideal que de algún
modo trascienda lo material, lo determina o lo compone, siendo el
fundamento de su existencia y/o la finalidad de su devenir. De
este modo el espiritualismo desemboca con frecuencia en el
monismo filosófico idealista.
En esta perspectiva nos interesa destacar el enfoque del
espiritualismo a partir del principio del monismo, considerado en
si por la forma en que resuelve la relación entre lo
material y el espíritu. En tal sentido asumimos la idea de
que," el espiritualismo se subdivide en dos especies: el
espiritualismo «más íntimo» (monista) y
el espiritualismo «menos íntimo» (dualista).
«La especie dualista es el teísmo, que ha
sido elaborado por los filósofos escolásticos, en tanto que
la especie monista es el panteísmo,"(Ferrater Mora,
1979: 1020-1021).
El presente trabajo
pretendo fundamentar la tesis otros
autores han sostenido, de la existencia de un espiritualismo
filosófico en José Martí,
a partir de los siguientes presupuestos: 1) El proyecto
liberador martiano y dentro del su concepción humanista
constituye el principio, que permite estructurar una lógica
de pensamiento donde se revela en sus planos más
universales lo filosófico; 2) El espiritualismo martiano,
se fundamenta en la idea de la plenitud que tiene antecedentes en
B. Spinoza y J.G.F Hegel
además de su relación con el krausismo; 3) Las
urgencias de las luchas políticas condicionan en
Martí una lógica de pensamiento que incorpora al
espíritu individual, no como mera encarnación de lo
universal, sino también como su anticipación
creadora en la plenitud de los caracteres
primarios; 4) La búsqueda de estos signos
primarios del espíritu, se puede determinar a partir del
estudio de las valoraciones martianas de diferentes
personalidades norteamericanas que representaron con sus virtudes
e inconsecuencias, modos concretos del ser del espíritu.
El objeto de nuestro trabajo lo constituyen, estas valoraciones
martianas que revelan la contradictoria manifestación de
una forma específica de la espiritualidad universal, en un
espíritu individual que lo determina como un carácter primario, aunque dichas
valoraciones tienden a un enfoque integral desde lo
ético.; 5) El saber, la palabra, la civilidad , la
política,
y la poesía,
constituyen aquellas determinaciones del espíritu
esencialicimas para la obra revolucionaria, que la lógica
del pensamiento martiano estructura, en
una totalidad a partir de la concepción de la
filosofía de la relación.
La lógica que hemos seguido implica, a partir de
la lectura de
los textos martianos reconstruir una visión de la
determinación de lo espiritual en su concepción del
mundo y desde el fundamento del principio de plenitud , que
caracteriza su particular monismo, indagar en algunos de sus
antecedentes histórico
filosóficos.
La
espiritualidad de los caracteres primarios.
El saber
El la valoraciones martianas sobre personalidades
norteamericanas ocupa un lugar significativo el filósofo
Emerson. Conmovido por su muerte
escribe"Emerson ha muerto: y se llenan de dulces lágrimas
los ojos. No da dolor sino celos. No llena el pecho de angustia,
sino de ternura. La muerte es
una victoria y cuando se ha vivido bien, el féretro es un
carro de triunfo"(Martí, 1975: 17). Martí
además que la influencia intelectual del pensamiento del
norteamericano, fue conmovido por la manera grandiosa y sencilla,
y por consiguiente natural con que aquel, asumió la
vida.
En su ensayo se
revela claramente la universalidad del saber, que engrandece a un
hombre y lo
hace bueno al acercarlo a la naturaleza , a los demás
hombres y a Dios. El acercamiento a Dios por el saber, eleva al
hombre a una determinación más plena de sí,
por ello aprecia en Emerson que, "El veía tras de
sí al espíritu creador que a través del el
habla a la naturaleza. El se veía como pupila transparente
que lo veía toda , y solo rea pupila".(Martí,
1975:19).
La comprensión del saber, como
manifestación esencial del espíritu, parte de la
relación de este con el Universo. Para
Martí el espíritu creador deviene como sustancia en
la naturaleza y esto tiene su prueba en la unidad central de los
hechos y las cosas, La hermosura física, caracterizada
por la armonía, constituye uno de sus un atributos
fundamentales y primarios, puesto que significa la existencia de
determinado grado de organización y de finalidad.
El Universo es algo
más que el ser total, es la superación cualitativa
de la diversidad infinita contenida en lo uno. Aquella belleza,
provee a la naturaleza de un carácter moral
condicionador de la conciencia de
pertenencia a la raza humana, de la que deviene el reconocimiento
de su propia esencia por el hombre.
Esta idea, que conduce a la estetización de la realidad ,
no obedece, en mi opinión, a la simple pretensión
de una argumentación religiosa, sino que entronca con la
búsqueda de la explicación de la unidad del todo,
de lo espiritual y lo material, a diferencia del sentido
tradicional racionalista, que consideraba lo segundo una
derivación lógica de lo primero.
Al respecto señala Martí-"…El
hombre no se halla completo, ni se revela a si mismo, ni ve lo
invisible sino en su intima relación con la naturaleza. El
Universo va en múltiples formas a dar en el hombre"-
(Martí,1975: 26). En consecuencia, lo moral adquiere una
sustantividad definitoria respecto a la conciencia individual de
cada uno de los hombres. Esta ontologización de lo
ético, implica, junto a la ya mencionada dimensión
óntica de lo estético, un enfoque social –
natural del espíritu, ya que él no está dado
de modo pleno a los hombres individuales, y no puede ser de otro
modo, porque el Universo no se nos revela a todos como
manifestación total, y solo puede generar, la
representación de su posible conquista por el saber, como
encuentro definitivo con nuestro propio ser
socializado.
El devenir del espíritu, es también la
búsqueda de si mismo, y el comienzo de ella es ,
representación de la analogía con la naturaleza, "
por que todo en ella es símbolo del hombre, y todo lo que
hay en el hombre lo hay en ella".(Martí, 1975: 23). La
identidad
aquí planteada aquí como principio, es abstracta,
está en el plano de la intuición o incluso de los
sentimientos.
La naturaleza no pude revelarse al hombre directamente,
en su ser esencial , "en formulas " , diríamos
lógicas , pero le inspira, las emociones, sin
las cuales aquellas no serían posibles. Este primer
momento del saber es una condición básica de su
realización como proceso
universal humano, por que se refiere , a la definición de
nuestra facultad de conocer, sin lo cual además no puede
haber discurso
filosófico, como el propio Hegel señalaba en la"
Enciclopedia de las Ciencias
Filosóficas".
En la concepción martiana dicha identidad se
revela, desde un inicio en la no-existencia de contradicciones
entre el hombre y la naturaleza, por que son, como se ha visto,
dos partes de un único todo, que aún no se ha
reconocido como tal, entendiéndose este momento como
estado de
existencia en sí, donde las diferencias , están
contenidas pero no se revelan-" Las contradicciones no
están en la naturaleza, sino en que los hombres no saben
descubrir sus analogías."(Martí,1975:
29)
En su segundo momento universal del saber, el
espíritu, puede reconocer la diferencias, en la infinitud
de la diversidad de las cosas. Es este el momento donde se
realiza el papel de las ciencias, individualmente, a partir del
estudio de los diferentes "fuerzas de la naturaleza", "de los
seres vivos", "de la composición de todos los elementos
del Universo",de "la diferencia cuantitativa de las cosas", como
opuesto necesario de identidad. En la unidad se encuentra su
opuesto, que por él nos indica, aunque de modo incompleto
realidad posible de ella.
La culminación del ciclo, el tercer momento, nos
revela, una regresión aparente al punto de partida, pero a
un nivel cualitativamente superior, porque, al decir de
Martí,- "Cuando el ciclo de las ciencias esté
completo, y sepan cuanto hay que saber, no sabrán
más de lo que sabe hoy el espíritu, y sabrán
lo que el sabe".(Martí,1975: 25)-, es decir estamos de
nuevo en el punto de la analogía , pero reconocida
aquí , como fundamento de la diversidad, no solo como
momento de la existencia del todo , sino como condición de
la existencia de cada uno de sus accidentes, y
por tanto en su manifestación concreta.
La concreción del saber no significa solo , la
reconstrucción de la totalidad en todas sus
determinaciones, es decir la reproducción racional de lo que realmente
es, sino la exposición
de aquella eticidad contenida como premisa ,como " bondad que es
la hermosura en los afectos", en su relación con otras
formas esenciales de lo espiritual;"… la verdad que es la
hermosura en el juicio ; y la mera belleza que es la hermosura en
el arte".(Martí, 1975:25).
De esta relación se determina , la unidad de tres
valores
esenciales del espíritu, o tres modos de su manifestarse,
la verdad, la belleza y la virtud. La unidad o no, de los tres en
un individuo, nos
indica en que medida lo humano alcanza en el la plenitud
necesaria.
La vida humana es, por todo ello , la casa natural del
espíritu, ella es su fin. El espíritu es el medio
de aquella. Pero como en realidad no hay fines, sin medios; no hay
vida humana sin espíritu, ni espíritu humano sin
vida. La trascendencia es ya una cuestión divina. El saber
que es condición del logro de el objeto de la
vida;"…La satisfacción del anhelo de perfecta
hermosura". (Martí, 1975:25), no significa la mera
contemplación de la naturaleza, sino el acomodo de ella ,
que "cambia y pasa", a sus eternas aspiraciones de
creación del hombre.
Los oradores y la oratoria esta
ampliamente representados en las valoraciones martianas. Henry
Ward Beecher, Wendell Phillips, Henry Garnet, notable orador
negro, son vistos por Martí a través del prisma de
la necesaria conjunción del don natural, con la integridad
ética,
porque la universalidad de su grandeza radica en la
encarnación en ellos de su tiempo, y al
respecto señala: "La tierra
tiene sus cráteres ; la especie humana sus
oradores.
Nacen de un gran peligro o de una gran infamia… La
fuerza
oratoria como la fuerza heroica esta esparcida acá y
allá por los pechos de los hombres … si se desgajara de
súbito un monte, y de su seno saliese a azotar, con sus
alas el cielo lóbrego, colérico y alborotado,
bandada incólume de águilas blancas, no
sería más hermoso el espectáculo que el que
encubre el pecho de un orador honrado, cuando la
indignación, la indignación fecunda y pura , desata
el mar dormido , lo echa en olas roncas, espumas crespas,
rías anchuras, gotas duras y frías, sobre los
malvados y ruines". (Martí,1975: 58). En esta fuerza de la
oratoria esta magnificada la naturaleza de la palabra, como forma
universal del revelarse del espíritu , síntesis
del saber y estímulo de la acción.
El espíritu no se revela al hombre directamente,
sino a través de muchas mediaciones. La intuición
que en lo general es una condición de su revelarse, en lo
particular, es medio de enlace con el pensamiento abstracto. En
su carácter de representación del objeto, sin la
rigurosidad lógica aún, se funda sin embargo en
imágenes que son "forma natural del
pensamiento".
El problema radica en reconstruir a partir de esas
imágenes la armonía del universo, es decir el
equilibrio, de
su infinita diversidad. El pensamiento pude hacerlo en la
complejidad de sus formas lógicas, pero estas, si bien
están al menos de modo genérico contenidas en
cualquier espíritu individual requieren ser estimuladas,
promovidas por hombres que en situaciones particularmente
difíciles, se convierten en dueños de la
palabra.
Esos hombres, seres exclusivos, logran en su oratoria
expresar, la comprensión del significado real de cada
conducta de los
hombres, no solo para su agente, sino para toda la sociedad,
partiendo de la realidad no revelada a los demás de la
existencia, del todo que nos determina, "ya que sólo el
que concibe bien el conjunto puede legislar en el accidente, que
es abreviación".( Martí,1975: 59). La palabra
resulta síntesis necesaria de conocimiento,
pero esencialmente del saber, porque contiene en si la postura
moral de quien la usa. En el pensamiento, el espíritu esta
todavía en el plano de una moralidad
digamos abstracta, o mejor dicho no vinculante, es decir que nos
inspira, pero que aun en muy poco nos obliga.
Sin embargo la palabra expresada es ya un compromiso
doble, primero con el pensamiento que la sustenta y luego , o al
mismo tiempo con la conducta que exige o procura. Por ello el
cuerpo de la palabra es la verdad, pero su fin es la justicia. Sin
lo primero la palabra es una vana declaración sobre las
cosas que no nos implica, sin lo segundo la búsqueda de la
verdad, pierde la espiritualidad, que hace posible soportar
cualquier sacrificio por conquistarla y por decirla.
La civilidad y la política son dos formas
esencialicimas del ser del hombre permeadas como es natural por
la espiritualidad. Su diferencia objetual, presupone una unidad
funcional, digamos una organicidad interna e
interrelación, que le viene dada por la integridad del
individuo que puede ser pleno y debe serlo, en la lucha necesaria
por el triunfo de lo humano. Llama la atención en tal sentido el análisis martiano de personalidades como:
Peter Cooper, los generales :Grant, Hancock, Sheridan, McClellan
y Logan; y el presidente Arthur .
La vida humana que se define, por su espiritualidad, es
esencialmente una experiencia moral, si se concibe como necesidad
de realización del ser propio en las relaciones sociales.
En la consecución de este objetivo el
hombre se encuentra ante obstáculos que le impone la
propia naturaleza universal de su espíritu. La primera
barrera esta constituida por la búsqueda de la
satisfacción de las aspiraciones individuales, sin lo cual
la individualidad donde lo humano se reconoce, no puede ser, pero
que suelen ser contrapuestas.
Ante esta situación hay dos opciones posibles: la
primera, fundada en la primacía del yo frente los
demás y la segunda, la asunción como propios los
intereses y aspiraciones de los otros hombres, como componente
natural y esencial de las nuestras. De la primera actitud deriva
el egoísmo que para Martí, es una negación
del objeto de la vida, porque, "quien se encierra en si, vive con
leones, y quien se saca de sí, y se da a los otros, vive
entre palomas ".(Martí, 1975:52). Por consiguiente, la
actitud contraria exige, la vida en y para los otros. La
dificultad radica que el común de los hombres no puede
llegar por sí solo a ella, es necesario el sacrificio de
hombres capaces de mostrar, en los avatares de su propia
existencia, la superioridad de la bondad frente, a la maldad, no
por su resistencia
violenta a ella, sino por su especial estoicismo, que ilustra al
malvado en la inutilidad de su violencia.
La posición ética, del espíritu
individual que permite su reencuentro con el espíritu
universal, no procura la realización de la caridad como
modo efectivo para ello, puesto, de lo que se trata es de
establecer el equilibrio la armonía de las cosas, como
parte del todo, y no de uno de sus momentos. Al respecto
señala: "La beneficencia es un narcótico,
más no una efectiva medicina. Seca
las lagrimas en el rostro; pero no seca las fuente de las
lagrimas".( Martí, 1975: 52-53).
Es por ello la solidaridad, un
elemento natural al hombre que se ve entorpecido, por relaciones
materiales
desencadenantes, de actitudes
egoístas, lo que hace necesario siempre recurrir a la
inteligencia
humana cultivada, "a la que no hay pujanza que resista". La ira,
su eficacia, el
aborrecimiento de la justicia, son consecuencias de que el hombre
no entiende todavía la armonía de las leyes, de lo que
se deriva que: "Estudiar las fuerzas de la naturaleza, y aprender
a manejarlas, es la manera más derecha de resolver los
problemas
sociales. El comercio
intelectual ennoblece. El hombre ignorante no ha empezado a ser
hombre"(Martí,1975: 52).
La acción humana, tal y como se ha visto hasta
ahora transcurre en los marcos de la civilidad, pero esto es solo
una parte, la otra lleva implícita el sello de las luchas
históricas y de la política. La primer
distinción que salta a la vista es la presencia de la
violencia, por la diferencia de las concepciones de los hombres
sobre la justicia. Esta no puede ser superada, sino mediante la
lucha, y debe ser así, ya que la necesidad de justicia es
consustancial a la naturaleza
humana, porque no podemos ser lo que debemos sino recibimos y
aportamos lo que nos corresponde.
Esta particular situación histórica
determina la existencia, en las personalidades de diferentes
caracteres: desinteresados, de fuerza mera, y
primarios.
La
personalidad de Walt Withman, resulta significativa, no solo
por la dimensión innovadora de su creación
literaria ,sino por la singularidad de su personalidad,
que más allá de la ruptura con los
convencionalismos sociales, que constituyó su conducta
moral, anunciaba la apertura hacia visión más
humana, natural del mundo y de las relaciones entre los hombres.
De las valoraciones martianas emana, no solo la defensa y el
rescate de aquella figura, sino también la
exposición de la particular significación de la
poesía en la conformación de los caracteres
primarios, a partir de la compresión de su naturaleza como
manifestación de espíritu universal.
La relación del espíritu con sus
determinaciones, el saber , la palabra y la acción , se
realiza en u modo universal , que tiene en sí sintetizado
cada una de ellas, la poesía.
Para entender esta relación es necesario revelar
la naturaleza de la poesía, no ya como un arte en el
sentido estricto , sino como sustancia misma de las cosas. Como
expresión esencia de la vida.
"La vida-dice Martí –es un himno , la
muerte es una forma oculta de la vida".(Martí, 1975:134),
revelando así , la vía para comprender ese aspecto
esencial de la poesía, que radica en su especial capacidad
par a comprender la singular resonancia que tiene para la
sensibilidad humana, el ritmo que contiene la interacción de todas las cosas, en su
sucesión y diferenciación, conducente al
surgimiento o desaparición de aquellas , como parte del
devenir que es la eternidad .
En lo que existe por tanto de algún modo
está contenido el futuro, por lo que el presente
está ya expuesto como pasado. Esta compleja
dialéctica atormenta al ser humano, que sufre su
transitoriedad real o aparente , frente a la desconcertante
infinitud del universo. La poesía mitiga estos humanos
dolores, porque ayuda a entender a tiempo el sentido de la
existencia como posibilidad de ser .
Esa realización existencial del hombre es
histórica y tiene su expresión en la literatura en general y en
la poesía en particular, que pueden, por su forma de
entender las analogías de la naturaleza, revelar desde
siempre, la misma aspiración humana de hallar el
amor.(Martí,1975:134), lo que implica un
contribución esencial a:
- Cambiar los estados de ánimo del hombre, es
decir fortificar o apuntalar las almas . - Estimular la búsqueda del saber ,para
restablecer la armonía contenida en lo uno. - Despertar la esperanza del logro de la justicia y la
belleza, que permitan superar la fealdad y las injusticias que
amargan la vida .
La funcionalidad de la poesía así descrita
parece justificar su presencia o dimensión más
allá de la subjetividad humana, como atributo de la
realidad , como una premisa de su existencia que tiende
necesariamente a la búsqueda de su ser otro, en formas
cada ves más complejas atadas al fundamento originario,
pero al mismo tiempo más libres de él.
Ese ser último de las cosas está realizado
en la forma idealizada de unidad de pensamiento y emotividad que
es la poesía. Aquí el ser encuentra su
exposición plena, la libertad, que
como intuición se basta a sí misma. Es en este
sentido que , "la libertad es la religión definitiva,
y la poesía la libertad del culto nuevo".(Martí,
1975: 135).
La libertad que como actitud humana es
manifestación de la superior conciencia del lugar nuestro
en el mundo y su realización en la conducta, es al mismo
tiempo una condición del devenir del espíritu
universal.
El espiritualismo filosófico en José
Martí significa el reconocimiento de que:
- Existe un espíritu universal que se revela en
su ser otro. El universo como naturaleza , que incluye al
hombre es parte de ese ser otro del
espíritu. - El saber es el modo más general de descubrir
la analogía espíritu universo. La palabra es la
revelación del saber como analogía y como
responsabilidad ética . - La acción histórica de los hombres en
sus versiones de política y civilidad es la
síntesis concreta del fundamento moral y emocional del
espíritu, su definitivo reencuentro, en el goce del
sacrificio de la existencia comprometida con la
humanidad. - La posición filosófica de José
Martí, en cuanto el eterno debate del partidismo
filosófico puede enfocarse desde el prisma de monismo
espiritualista antes esbozado, que tiene como fundamento el
principio de la plenitud. - En valoraciones estudiadas está, de
algún modo contenida la revelación del ser de un
hombre, que como todo aquel que se sabe fundador, se busca a si
mismo, y encuentra sus determinaciones esenciales en los que
son o debieron ser otros hombres, que como él han tenido
la necesidad, la voluntad ,la conciencia y la responsabilidad
de conducir pueblos.
La
búsqueda en los antecedentes.
Buruch Spinoza y J.G.F Hegel, y la
plenitud como necesidad del ser.
La posición filosófica antes esbozada,
tiene antecedentes el pensamiento filosófico occidental, y
forma parte de los intentos por entender la relación de la
naturaleza y el espíritu a partir de su unidad, en un todo
diferenciado. Esta tendencia es sobre todo notoria en el la
Filosofía
Moderna, debido al progreso del conocimiento
científico, que codujo cada ves más al
descubrimiento y explicación de las relaciones , por una
parte y por otra a la síntesis del pensamiento anterior, y
a la necesidad de su superación para la
conformación del proyecto social de la burguesía.
Dentro de los filósofos que aceptan el reto planteado por
Descartes , de
construir una nueva racionalidad, desatacan Spinoza y
Hegel.
Los dos partían de la idea de la
sobredeterminación de la necesidad, ya fuera lógica
o sustancial o física. En una unidad diferenciada, cuyos
componentes opuestos, de algún modo se presuponen, y
mutuamente se determinan. En el caso del holandés: " el
orden y conexión de las ideas el mismo es, que el orden y
conexión de las cosas"(Moya, 1999.).
Su idea de la unidad del pensamiento y la
extensión como atributos de la sustancia única que
es la naturaleza, creadora y creada, no solo se opone al dualismo
cartesiano, sino que abre el camino para comprensión
materialista dialéctica de la unidad de lo material y lo
espiritual.
La posición de Spinoza caracterizada
históricamente como panteísmo o isomorfismo o
isologismo, no conduce necesariamente , a una comprensión
diferente de la divinidad, por que la identidad que propone
resulta diferenciada , es decir que los atributos aunque
concomitantes , son además irreductibles el uno al otro,
inconmensurables. En la filosofía de Spinoza el lugar de
la naturaleza, está determinado por interrelación
sustancial del pensamiento y la extensión en un todo, que
se crea , constantemente y de un modo universal, eterno e
infinito , aunque los resultados sean siempre finitos.
Esta finitud es negación parcial del atributo de
la sustancia extensa, por cuanto expresa la realización de
la posibilidad, mientras que la infinitud es la absoluta
afirmación de la existencia de una cosa (Ver Moya, 1999).,
por cuanto expresa no solo la realización concreta de una
posibilidad, sino la posibilidad de múltiples
realizaciones futuras.
Este es el principio de la comprensión de la
infinitud de la sustancia, a partir de un proceso de
negación, que es en sí la verdad. Toda
negación es una afirmación. La verdad es entendida
por Spinoza , como era común en el pensamiento
clásico como correspondencia, pero no en un sentido
óntico, sino lógico, es decir como coherencia
interproposicional, dentro del sistema total del
conocimiento .
Para Hegel ya que "todo lo efectivamente existente es
racional"(Moya, 1999), la unidad del pensamiento y el ser es una
posibilidad que se realiza constantemente en el devenir, y es el
espíritu en la búsqueda de su libertad quien eleva
la racionalidad en sí de la naturaleza al ser para
sí. Esta es la posición clásica del
panlogismo , ya que como se explica en Fenomenológica del
Espíritu, el espíritu se mueve de la cosa misma al
concepto y
este movimiento es
la exposición de las diversas ciencia, que
encuentran así las diversas manifestaciones del ser en las
formas lógicas especificas. Por consiguiente tanto el
devenir como el fin, tienen una conformación
lógica, "las realidades son subsumidas en una realidad
única: la realidad espiritual, principio de
individuación, de diferenciación y de
unificación.
El espíritu es, de acuerdo con esto, radicalidad
e intimidad absolutas"( Moya,1999.La posición de Hegel
respecto a la naturaleza pudiera calificarse, como de una
indiferencia radical ontológica, puesto que su orden y
esencia e interrelaciones existen antes de su creación, en
el espíritu infinito, que es el reino del pensamiento
puro, el sistema de la razón pura, que por contener en si
la posibilidad de su ser otro , es la verdad misma , en toda la
extensión de su reino.
Sería por esta razón, que a Ludwing
Feuerbach, le pareció descubrir en le contenido de esta
verdad, la representación lógica ,abstracta de
Dios, tal y como el es en si mismo antes de cualquier
creación, como eterna esencia autosuficiente.
En la filosofía hegeliana encontramos, la
comprensión de la infinitud como el superarse , de lo
existente por la contradicción. Lo infinito es y es
verdadero porque se niega a si mismo en la existencia finita de
las cosas. Dos son las especies de la infinitud: la buena y la
mala infinitud; la infinitud afirmativa y la negativa. Infinitud
negativa es la que importa contraposición con la
finitud.
La infinitud intelectiva es exigencia de
superación de la finitud (La infinitud positiva
involucra a lo finito como momento. Con arreglo a esto Hegel
reconoció el mérito de Spinoza que es el haber
discernido nítidamente ambas especies de infinitud (Ver
Moya ,1999). Según la lectura
operada por Hegel, la spinoziana infinitud afirmativa es
intelectual; la negativa es infinitud sensoria o
indefinición ( Ver Moya, 1999).
Para Hegel como las determinaciones de ser son las
determinaciones del pensar, existe una identidad entre el
concepto y la cosa, pero su doctrina de la verdad es holistica.
Ella es la totalidad orgánica del saber.
El reconocimiento de los elementos abordados
anteriormente nos conduce a la idea de que Hegel y Spinoza
sustentaron el principio de plenitud. La posibilidad de la
existencia, es un momento de la realidad, es correlativa de la
actualidad.
En la filosofía
hegeliana, la adopción
del principio es una exigencia impuesta por su peculiar concepto
de tiempo, en su exposición lógica, a saber: el
concepto en el devenir de su existencia, como unidad de sus
manifestaciones con el ser. Es una consecuencia de su realismo
universal y desmedido en el tratamiento de la naturaleza del
concepto.
En la filosofía de Spinoza, la plenitud se adopta
por una razón diferente, . la existencia de la potencia divina,
que esta diluida en la naturaleza, hace imposible la existencia
de posibilidades no realizadas, porque además él no
hace distinción entre la potencia divina absoluta y la
potencia divina ordinaria.
En esta plenitud de la
existencia tiene un lugar esencialicimo lo moral. En Spinoza esto
se expresa, en la primacía de lo moral sobre el
conocimiento, como finalidad.
El filosofo en la ética pretende fundamentar a
la moral y la
única manera para hacerlo es conociendo la naturaleza
humana. "Nada puede concordar mejor con la naturaleza de una cosa
que los demás individuos de su especie; por tanto , nada
hay que sea más útil al hombre , en orden de la
conservación de su ser y el disfrute de una vida racional
, que un hombre que se guíe por la razón
.
Además , dado que entre las cosas singulares no
conocemos más excelente que un hombre guiado por la
razón, nadie bajo el imperio de la razón puede
probar cuanto vale su habilidad y talento mejor educando a los
hombres de tal modo que acaben por vivir bajo el imperio de la
razón." ( Ver Textos laicos) Esto es lo que lo obliga a
hacer un tratado de medicina en donde conoce la anatomía humano
basado en el principio de que la moral persigue la felicidad, lo
que hace de él eudemonista. Entonces el estudia que le
acomete a la ética acerca de la moral y el método
para conseguir la felicidad a través de esta. Entonces
debemos conocer la naturaleza.
Esta concepción racionalista de la ética y
al moral en Spinoza se fundamenta en un tratamiento de la
razón , en ocasiones criticado por ambiguo , pero en el
que se pueden señalar tres determinaciones
fundamentales:
La razón
explicativa – discursiva, que significa el conocimiento de
cualquier objeto ,más allá de las contingencias
espaciales y temporales, que busca establecer sus
condicionamientoaos causales, apartir de procedimientos
lógicios deductivos; La Razón
práctica – política, es entendida como la
uidad de la utilidad individual, la comunidad
política y el bien común, en el alma
común de todos los hombres( Ver El significado de la
razón ética). La posibilidad de dicha unión
radica en la asimilación entre la virtud de naturalesza
eminentemente racional y la utilidad esencialmente pasional. "La
virtúd del alma lleva a la mayor utilidad por medio del
conocimiento divino, pudiendo llamar a esa unión entre los
hombres como "amistad".(Ver:El
significado dela razón ética).
Hegel por su parte, criticó las concepciones
ética de Kant, aún
cuando las consideraba el logro más alto en las teorías
anteriores sobre la moral, señalando como aspectos
fundamentales: la necesidad de la unidad del cumplimiento del
deber con la felicidad; que la conciencia moral no es voluntad
pura , por cuanto ella necesita la determinación de sus
móviles concreto y
esto es posible a partir de la existencia de la sensibilidad; la
unidad de razón y sensibilidad debe producir una
armonía cada ves más completa y esto es la esencia
misma de la conciencia moral; el logro de la perfección
moral no puede ser entendida solo como una tarea infinita, lo que
lea llevaría a una determinación formal, ella se
realiza de modo particular en las acciones
concretas de los hombre. Hegel trata de dotar de un contenido
cierto esta determinación formal de la moral, pero no
supera este formalismo al considerar, que la intersubjetividad es
la posibilidad de superación de la limitación de
subjetividad como individualidad que niega el ser infinito. "Esta
negación no puede tener lugar suprimiendo la
individualidad, sino suponiendo el contenido de la individualidad
como propio también de otras individualidades; con ello
supone Hegel la posibilidad de hablar, en concreto y no
sólo formalmente, de una subjetividad universal, pues la
moral se realiza intersubjetivamente"( Ver Lafuentes, Maria
Isabel).
El carácter formal de esta concepción
radica en la consideración hegeliana, en el fundamento
intelectivo de la conducta es decir en el saber de la norma que
el sujeto asume, y que determina su constitución como sujeto moral y de
aquí se deriva sorprendentemente la conclusión , de
que el fin de la acción esta en el reconocimiento por los
demás de que existe un fundamento ideal normativo, que
conduce la acción del individuo. Pero, Hegel supone que la
posibilidad de la intersubjetividad descansa, no tanto en la
posibilidad de una concordancia a priori en la norma, que es el
deber de cada cual, de forma que se produciría una
armonía preestablecida entre ellos, sino sobre todo en que
haya un saber sobre la norma que se sigue, que es lo que exige el
reconocimiento de cada cual por cada cual como sujeto moral. La
acción moral tiene, por tanto, un fin: el reconocimiento
de los demás de que el individuo es consciente del
principio que conforma la realidad de su
acción.
Esta concepción presupone el tratamiento del tema
de la acción moral como responsabilidad o
imitación. En este sentido habría que entender que
para la concepción hegeliana la sociedad funciona como el
espíritu objetivo ante el cual el espíritu
individual, se subordina , como ante un imperativo, por tanto
más que de responsabilidad, aquí es necesario habar
de obligación. "Las normas morales
(los imperativos sociales) se constituyen en principios de
autoridad cuya
función
es determinar la obligación de cada cual, las costumbres
se institucionalizan" (Ver Lafuentes , María
Isabel).
Si esto es así aparece un contradicción
importante , porque si la acción moral debe conducir como
decía Hegel a la felicidad , esta debe estar movida por la
idea de libertad, y entonces será resultado de la
responsabilidad y no de la obligación, que se fundamenta
en una rígida cadena universal de nexos causales de la que
la acción moral también forma parte. No significa
esto que la libertad se opuesta a la socialidad por el contrario,
esta es su fundamento y le da sentido, pero la libertad a partir
de la concepción de Hegel debe suponer la coincidencia de
las conciencias, en su universalidad, lo que implica el logro de
la armonía entre los espíritus
individuales.
El
Krausismo y la divinización de la
plenitud.
Otro antecedente fundamental de la concepción
plenitud como estado total del espíritu, lo encontramos en
el krausismo, que se desarrolla en España en
el momento de destierro de José Martí luego de la
prisión , cuando se introduce en los estudios de la
filosofía.
El filosofo español
Julián Sanz del Río(1814-1869), introdujo en aquel
país , las filosofía de Krause (1781-1832),
filosofo alemán, que sostenía la idea de Dios como
fundamento personal del
mundo, que siendo naturaleza y espíritu, deviene en
humanidad, la que tiende al logro de la armonía cada ves
más perfecta en Dios, a partir de un proceso de
perfeccionamiento de las instituciones
humanas, que constantemente se racionalizan.
Este sistema ha sido calificado como "panenteísmo
o racionalismo
armónico"( Ver De la Cruz Miguel), y en España
produjo un movimiento que no solo abarcó la
filosofía, sino que tubo una resonancia intelectual mucho
más amplia, ya que abarco cuestiones religiosas y
políticas, constituyendo un elemento ideológico en
la integración de la izquierda burguesa
liberal.
La ética, el derecho, la sociología y la pedagogía, promovidos por los krausistas,
condujeron a un vasto movimiento de educación popular que
cuajó en la Institución Libre de Enseñanza . Una moral austera , en
armonía con el cultivo de la ciencia y la promoción de una religión
semisecularizada, hicieron que la propuesta krausista se
convirtiera en un estilo de
vida, que en un ambiente
social caracterizado por la ascendencia del capitalismo ,
sustituía los supuestos tradicionales de la religiosidad
española. Este movimiento se desarrolla de 1850-1800,
teniendo su mayor esplendor en la década de 1860-1870. El
desarrollo del
positivismo en
toda Europa le
restó evidentemente espacio e influencias( Ver De la Cruz
Miguel).
En la filosofía de Krause hay varios conceptos
fundamentales : Razón , Naturaleza, Espíritu y Dios
y Humanidad. La reflexión sobre Dios nos permite elaborar
una ciencia sintética fundamental a partir de la cual
podemos construir, las demás. La historia del mundo es la
historia de las ideas como exposición de la divinidad
misma, que tiene su máxima expresión en la plenitud
intelectual y moral del hombre. Alcanzar esta plenitud significa
entonces la unidad esencial y definitiva con Dios.
La historia de la humanidad, se constituye en un
devenir, marcado por la necesidad de la revelación de la
naturaleza de lo divino, a partir de sus diferentes estadios : el
de la inconciencia; de la conciencia y adoración de los
poderes de la naturaleza y en ellos a los poderes de la divinidad
por la religión; y por último el de la conciencia
superior, única, y fundamental en el descubrimiento de
Dios. La perfección humana es posible entonces, en la
medida que se conozca y realice el bien en Dios, que conduce a la
unidad de todos los hombres por amor, pero
esto es una obra de la conjunción de la razón y la
sensibilidad, porque el hombre es en si la unidad de naturaleza y
espíritu.
- La plenitud es un concepto que deviene en Spinoza y
en Hegel del reconocimiento del carácter necesario de la
realidad. El espíritu que es atributo sustancia o
deviene en su ser otro en la naturaleza y la sociedad, es
potencia y a la misma ves acto. - La libertad es el móvil, cuerpo y fin del
espíritu, pero su carácter necesario , disminuye
o reduce la individualidad a simple manifestación, o
encarnación de lo universal. La socialidad libertaria a
la que se aspira, esta presupuesta por la razón es
además el resultado de su reino. - El carácter marcadamente religioso del
krausismo a pesar de su intento, de una propuesta ética
de libertad universal del individuo no puede constituirse en
fundamento de una visión revolucionaria, por el
desconocimiento de las fuerzas reales de la historia, y de las
determinaciones sociales del amor entre los
hombres.
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Juan Alberto Blanco Rivera
Licenciado en Filosofía; Licenciado en Derecho:
Profesor
auxiliar de la universidad del Pinar del Río Cuba.
Liván Pita Ramos
Licenciado en sociología: Profesor Instructor de
la universidad del Pinar del Río Cuba.
Universidad de Pinar del Río