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Aproximación al espiritualismo filosófico de José Martí



    1. La espiritualidad de los
      caracteres primarios. El saber
    2. La palabra
    3. La
      acción
    4. La
      Poesía
    5. A modo de
      conclusiones
    6. La búsqueda en los
      antecedentes
    7. El Krausismo y la
      divinización de la plenitud
    8. A modo de otras
      conclusiones
    9. Bibliografía

    Introducción

    El debate entorno
    al pensamiento
    filosófico martiano, resulta un elemento necesario en la
    búsqueda imprescindible de la significación humana
    universal de la obra del apóstol cubano. Las posiciones en
    este tema han sido diversas y encontradas, por la
    intención manifiesta o velada de acercar a este pensador a
    una u otra escuela o
    tendencia filosófica, o por las diferencias de presupuestos
    metodológicos de los autores, que ha impedido lograr en
    ocasiones, la representación de totalidad orgánica
    en sus determinaciones esenciales, que constituyen fundamento de
    la distinción de lo filosófico, a partir del
    reconocimiento de momentos aparentemente contrapuestos en esta
    creación intelectual como: la religiosidad y una
    visión dialéctica y objetiva de las relaciones
    sociales, políticas
    y económicas; la exaltación de lo espiritual
    emotivo-sensual que distingue la naturaleza de
    lo poético y el reconocimiento del papel de la ciencia en
    la realización de los ideales humanos; la fe en la
    utilidad de la
    virtud en el mejoramiento humano y el trabajo
    fundamentalísimo en la preparación de la guerra
    necesaria.

    El enfoque del pensamiento martiano a partir la
    consideración de la existencia en el de un fundamento
    espiritualista confronta desde su inicio, el inconveniente de la
    diversidad interpretaciones del espiritualismo. En su interpretación metafísica, a diferencia de la
    concepción psicológica o etnológica, aunque
    relacionadas con ellas, desde la antigüedad significó
    el reconocimiento de una esencia pura ideal que de algún
    modo trascienda lo material, lo determina o lo compone, siendo el
    fundamento de su existencia y/o la finalidad de su devenir. De
    este modo el espiritualismo desemboca con frecuencia en el
    monismo filosófico idealista.

    En esta perspectiva nos interesa destacar el enfoque del
    espiritualismo a partir del principio del monismo, considerado en
    si por la forma en que resuelve la relación entre lo
    material y el espíritu. En tal sentido asumimos la idea de
    que," el espiritualismo se subdivide en dos especies: el
    espiritualismo «más íntimo» (monista) y
    el espiritualismo «menos íntimo» (dualista).
    «La especie dualista es el teísmo, que ha
    sido elaborado por los filósofos escolásticos, en tanto que
    la especie monista es el panteísmo,"(Ferrater Mora,
    1979: 1020-1021).

    El presente trabajo
    pretendo fundamentar la tesis otros
    autores han sostenido, de la existencia de un espiritualismo
    filosófico en José Martí,
    a partir de los siguientes presupuestos: 1) El proyecto
    liberador martiano y dentro del su concepción humanista
    constituye el principio, que permite estructurar una lógica
    de pensamiento donde se revela en sus planos más
    universales lo filosófico; 2) El espiritualismo martiano,
    se fundamenta en la idea de la plenitud que tiene antecedentes en
    B. Spinoza y J.G.F Hegel
    además de su relación con el krausismo; 3) Las
    urgencias de las luchas políticas condicionan en
    Martí una lógica de pensamiento que incorpora al
    espíritu individual, no como mera encarnación de lo
    universal, sino también como su anticipación
    creadora en la plenitud de los caracteres
    primarios;
    4) La búsqueda de estos signos
    primarios del espíritu, se puede determinar a partir del
    estudio de las valoraciones martianas de diferentes
    personalidades norteamericanas que representaron con sus virtudes
    e inconsecuencias, modos concretos del ser del espíritu.
    El objeto de nuestro trabajo lo constituyen, estas valoraciones
    martianas que revelan la contradictoria manifestación de
    una forma específica de la espiritualidad universal, en un
    espíritu individual que lo determina como un carácter primario, aunque dichas
    valoraciones tienden a un enfoque integral desde lo
    ético.; 5) El saber, la palabra, la civilidad , la
    política,
    y la poesía,
    constituyen aquellas determinaciones del espíritu
    esencialicimas para la obra revolucionaria, que la lógica
    del pensamiento martiano estructura, en
    una totalidad a partir de la concepción de la
    filosofía de la relación.

    La lógica que hemos seguido implica, a partir de
    la lectura de
    los textos martianos reconstruir una visión de la
    determinación de lo espiritual en su concepción del
    mundo y desde el fundamento del principio de plenitud , que
    caracteriza su particular monismo, indagar en algunos de sus
    antecedentes histórico
    filosóficos.

    La
    espiritualidad de los caracteres primarios.

    El saber

    El la valoraciones martianas sobre personalidades
    norteamericanas ocupa un lugar significativo el filósofo
    Emerson. Conmovido por su muerte
    escribe"Emerson ha muerto: y se llenan de dulces lágrimas
    los ojos. No da dolor sino celos. No llena el pecho de angustia,
    sino de ternura. La muerte es
    una victoria y cuando se ha vivido bien, el féretro es un
    carro de triunfo"(Martí, 1975: 17). Martí
    además que la influencia intelectual del pensamiento del
    norteamericano, fue conmovido por la manera grandiosa y sencilla,
    y por consiguiente natural con que aquel, asumió la
    vida.

    En su ensayo se
    revela claramente la universalidad del saber, que engrandece a un
    hombre y lo
    hace bueno al acercarlo a la naturaleza , a los demás
    hombres y a Dios. El acercamiento a Dios por el saber, eleva al
    hombre a una determinación más plena de sí,
    por ello aprecia en Emerson que, "El veía tras de
    sí al espíritu creador que a través del el
    habla a la naturaleza. El se veía como pupila transparente
    que lo veía toda , y solo rea pupila".(Martí,
    1975:19).

    La comprensión del saber, como
    manifestación esencial del espíritu, parte de la
    relación de este con el Universo. Para
    Martí el espíritu creador deviene como sustancia en
    la naturaleza y esto tiene su prueba en la unidad central de los
    hechos y las cosas, La hermosura física, caracterizada
    por la armonía, constituye uno de sus un atributos
    fundamentales y primarios, puesto que significa la existencia de
    determinado grado de organización y de finalidad.

    El Universo es algo
    más que el ser total, es la superación cualitativa
    de la diversidad infinita contenida en lo uno. Aquella belleza,
    provee a la naturaleza de un carácter moral
    condicionador de la conciencia de
    pertenencia a la raza humana, de la que deviene el reconocimiento
    de su propia esencia por el hombre.
    Esta idea, que conduce a la estetización de la realidad ,
    no obedece, en mi opinión, a la simple pretensión
    de una argumentación religiosa, sino que entronca con la
    búsqueda de la explicación de la unidad del todo,
    de lo espiritual y lo material, a diferencia del sentido
    tradicional racionalista, que consideraba lo segundo una
    derivación lógica de lo primero.

    Al respecto señala Martí-"…El
    hombre no se halla completo, ni se revela a si mismo, ni ve lo
    invisible sino en su intima relación con la naturaleza. El
    Universo va en múltiples formas a dar en el hombre"-
    (Martí,1975: 26). En consecuencia, lo moral adquiere una
    sustantividad definitoria respecto a la conciencia individual de
    cada uno de los hombres. Esta ontologización de lo
    ético, implica, junto a la ya mencionada dimensión
    óntica de lo estético, un enfoque social –
    natural del espíritu, ya que él no está dado
    de modo pleno a los hombres individuales, y no puede ser de otro
    modo, porque el Universo no se nos revela a todos como
    manifestación total, y solo puede generar, la
    representación de su posible conquista por el saber, como
    encuentro definitivo con nuestro propio ser
    socializado.

    El devenir del espíritu, es también la
    búsqueda de si mismo, y el comienzo de ella es ,
    representación de la analogía con la naturaleza, "
    por que todo en ella es símbolo del hombre, y todo lo que
    hay en el hombre lo hay en ella".(Martí, 1975: 23). La
    identidad
    aquí planteada aquí como principio, es abstracta,
    está en el plano de la intuición o incluso de los
    sentimientos.

    La naturaleza no pude revelarse al hombre directamente,
    en su ser esencial , "en formulas " , diríamos
    lógicas , pero le inspira, las emociones, sin
    las cuales aquellas no serían posibles. Este primer
    momento del saber es una condición básica de su
    realización como proceso
    universal humano, por que se refiere , a la definición de
    nuestra facultad de conocer, sin lo cual además no puede
    haber discurso
    filosófico, como el propio Hegel señalaba en la"
    Enciclopedia de las Ciencias
    Filosóficas".

    En la concepción martiana dicha identidad se
    revela, desde un inicio en la no-existencia de contradicciones
    entre el hombre y la naturaleza, por que son, como se ha visto,
    dos partes de un único todo, que aún no se ha
    reconocido como tal, entendiéndose este momento como
    estado de
    existencia en sí, donde las diferencias , están
    contenidas pero no se revelan-" Las contradicciones no
    están en la naturaleza, sino en que los hombres no saben
    descubrir sus analogías."(Martí,1975:
    29)

    En su segundo momento universal del saber, el
    espíritu, puede reconocer la diferencias, en la infinitud
    de la diversidad de las cosas. Es este el momento donde se
    realiza el papel de las ciencias, individualmente, a partir del
    estudio de los diferentes "fuerzas de la naturaleza", "de los
    seres vivos", "de la composición de todos los elementos
    del Universo",de "la diferencia cuantitativa de las cosas", como
    opuesto necesario de identidad. En la unidad se encuentra su
    opuesto, que por él nos indica, aunque de modo incompleto
    realidad posible de ella.

    La culminación del ciclo, el tercer momento, nos
    revela, una regresión aparente al punto de partida, pero a
    un nivel cualitativamente superior, porque, al decir de
    Martí,- "Cuando el ciclo de las ciencias esté
    completo, y sepan cuanto hay que saber, no sabrán
    más de lo que sabe hoy el espíritu, y sabrán
    lo que el sabe".(Martí,1975: 25)-, es decir estamos de
    nuevo en el punto de la analogía , pero reconocida
    aquí , como fundamento de la diversidad, no solo como
    momento de la existencia del todo , sino como condición de
    la existencia de cada uno de sus accidentes, y
    por tanto en su manifestación concreta.

    La concreción del saber no significa solo , la
    reconstrucción de la totalidad en todas sus
    determinaciones, es decir la reproducción racional de lo que realmente
    es, sino la exposición
    de aquella eticidad contenida como premisa ,como " bondad que es
    la hermosura en los afectos", en su relación con otras
    formas esenciales de lo espiritual;"… la verdad que es la
    hermosura en el juicio ; y la mera belleza que es la hermosura en
    el arte".(Martí, 1975:25).

    De esta relación se determina , la unidad de tres
    valores
    esenciales del espíritu, o tres modos de su manifestarse,
    la verdad, la belleza y la virtud. La unidad o no, de los tres en
    un individuo, nos
    indica en que medida lo humano alcanza en el la plenitud
    necesaria.

    La vida humana es, por todo ello , la casa natural del
    espíritu, ella es su fin. El espíritu es el medio
    de aquella. Pero como en realidad no hay fines, sin medios; no hay
    vida humana sin espíritu, ni espíritu humano sin
    vida. La trascendencia es ya una cuestión divina. El saber
    que es condición del logro de el objeto de la
    vida;"…La satisfacción del anhelo de perfecta
    hermosura". (Martí, 1975:25), no significa la mera
    contemplación de la naturaleza, sino el acomodo de ella ,
    que "cambia y pasa", a sus eternas aspiraciones de
    creación del hombre.

    La
    palabra.

    Los oradores y la oratoria esta
    ampliamente representados en las valoraciones martianas. Henry
    Ward Beecher, Wendell Phillips, Henry Garnet, notable orador
    negro, son vistos por Martí a través del prisma de
    la necesaria conjunción del don natural, con la integridad
    ética,
    porque la universalidad de su grandeza radica en la
    encarnación en ellos de su tiempo, y al
    respecto señala: "La tierra
    tiene sus cráteres ; la especie humana sus
    oradores.

    Nacen de un gran peligro o de una gran infamia… La
    fuerza
    oratoria como la fuerza heroica esta esparcida acá y
    allá por los pechos de los hombres … si se desgajara de
    súbito un monte, y de su seno saliese a azotar, con sus
    alas el cielo lóbrego, colérico y alborotado,
    bandada incólume de águilas blancas, no
    sería más hermoso el espectáculo que el que
    encubre el pecho de un orador honrado, cuando la
    indignación, la indignación fecunda y pura , desata
    el mar dormido , lo echa en olas roncas, espumas crespas,
    rías anchuras, gotas duras y frías, sobre los
    malvados y ruines". (Martí,1975: 58). En esta fuerza de la
    oratoria esta magnificada la naturaleza de la palabra, como forma
    universal del revelarse del espíritu , síntesis
    del saber y estímulo de la acción.

    El espíritu no se revela al hombre directamente,
    sino a través de muchas mediaciones. La intuición
    que en lo general es una condición de su revelarse, en lo
    particular, es medio de enlace con el pensamiento abstracto. En
    su carácter de representación del objeto, sin la
    rigurosidad lógica aún, se funda sin embargo en
    imágenes que son "forma natural del
    pensamiento".

    El problema radica en reconstruir a partir de esas
    imágenes la armonía del universo, es decir el
    equilibrio, de
    su infinita diversidad. El pensamiento pude hacerlo en la
    complejidad de sus formas lógicas, pero estas, si bien
    están al menos de modo genérico contenidas en
    cualquier espíritu individual requieren ser estimuladas,
    promovidas por hombres que en situaciones particularmente
    difíciles, se convierten en dueños de la
    palabra.

    Esos hombres, seres exclusivos, logran en su oratoria
    expresar, la comprensión del significado real de cada
    conducta de los
    hombres, no solo para su agente, sino para toda la sociedad,
    partiendo de la realidad no revelada a los demás de la
    existencia, del todo que nos determina, "ya que sólo el
    que concibe bien el conjunto puede legislar en el accidente, que
    es abreviación".( Martí,1975: 59). La palabra
    resulta síntesis necesaria de conocimiento,
    pero esencialmente del saber, porque contiene en si la postura
    moral de quien la usa. En el pensamiento, el espíritu esta
    todavía en el plano de una moralidad
    digamos abstracta, o mejor dicho no vinculante, es decir que nos
    inspira, pero que aun en muy poco nos obliga.

    Sin embargo la palabra expresada es ya un compromiso
    doble, primero con el pensamiento que la sustenta y luego , o al
    mismo tiempo con la conducta que exige o procura. Por ello el
    cuerpo de la palabra es la verdad, pero su fin es la justicia. Sin
    lo primero la palabra es una vana declaración sobre las
    cosas que no nos implica, sin lo segundo la búsqueda de la
    verdad, pierde la espiritualidad, que hace posible soportar
    cualquier sacrificio por conquistarla y por decirla.

    La
    acción.

    La civilidad y la política son dos formas
    esencialicimas del ser del hombre permeadas como es natural por
    la espiritualidad. Su diferencia objetual, presupone una unidad
    funcional, digamos una organicidad interna e
    interrelación, que le viene dada por la integridad del
    individuo que puede ser pleno y debe serlo, en la lucha necesaria
    por el triunfo de lo humano. Llama la atención en tal sentido el análisis martiano de personalidades como:
    Peter Cooper, los generales :Grant, Hancock, Sheridan, McClellan
    y Logan; y el presidente Arthur .

    La vida humana que se define, por su espiritualidad, es
    esencialmente una experiencia moral, si se concibe como necesidad
    de realización del ser propio en las relaciones sociales.
    En la consecución de este objetivo el
    hombre se encuentra ante obstáculos que le impone la
    propia naturaleza universal de su espíritu. La primera
    barrera esta constituida por la búsqueda de la
    satisfacción de las aspiraciones individuales, sin lo cual
    la individualidad donde lo humano se reconoce, no puede ser, pero
    que suelen ser contrapuestas.

    Ante esta situación hay dos opciones posibles: la
    primera, fundada en la primacía del yo frente los
    demás y la segunda, la asunción como propios los
    intereses y aspiraciones de los otros hombres, como componente
    natural y esencial de las nuestras. De la primera actitud deriva
    el egoísmo que para Martí, es una negación
    del objeto de la vida, porque, "quien se encierra en si, vive con
    leones, y quien se saca de sí, y se da a los otros, vive
    entre palomas ".(Martí, 1975:52). Por consiguiente, la
    actitud contraria exige, la vida en y para los otros. La
    dificultad radica que el común de los hombres no puede
    llegar por sí solo a ella, es necesario el sacrificio de
    hombres capaces de mostrar, en los avatares de su propia
    existencia, la superioridad de la bondad frente, a la maldad, no
    por su resistencia
    violenta a ella, sino por su especial estoicismo, que ilustra al
    malvado en la inutilidad de su violencia.

    La posición ética, del espíritu
    individual que permite su reencuentro con el espíritu
    universal, no procura la realización de la caridad como
    modo efectivo para ello, puesto, de lo que se trata es de
    establecer el equilibrio la armonía de las cosas, como
    parte del todo, y no de uno de sus momentos. Al respecto
    señala: "La beneficencia es un narcótico,
    más no una efectiva medicina. Seca
    las lagrimas en el rostro; pero no seca las fuente de las
    lagrimas".( Martí, 1975: 52-53).

    Es por ello la solidaridad, un
    elemento natural al hombre que se ve entorpecido, por relaciones
    materiales
    desencadenantes, de actitudes
    egoístas, lo que hace necesario siempre recurrir a la
    inteligencia
    humana cultivada, "a la que no hay pujanza que resista". La ira,
    su eficacia, el
    aborrecimiento de la justicia, son consecuencias de que el hombre
    no entiende todavía la armonía de las leyes, de lo que
    se deriva que: "Estudiar las fuerzas de la naturaleza, y aprender
    a manejarlas, es la manera más derecha de resolver los
    problemas
    sociales. El comercio
    intelectual ennoblece. El hombre ignorante no ha empezado a ser
    hombre"(Martí,1975: 52).

    La acción humana, tal y como se ha visto hasta
    ahora transcurre en los marcos de la civilidad, pero esto es solo
    una parte, la otra lleva implícita el sello de las luchas
    históricas y de la política. La primer
    distinción que salta a la vista es la presencia de la
    violencia, por la diferencia de las concepciones de los hombres
    sobre la justicia. Esta no puede ser superada, sino mediante la
    lucha, y debe ser así, ya que la necesidad de justicia es
    consustancial a la naturaleza
    humana, porque no podemos ser lo que debemos sino recibimos y
    aportamos lo que nos corresponde.

    Esta particular situación histórica
    determina la existencia, en las personalidades de diferentes
    caracteres: desinteresados, de fuerza mera, y
    primarios.

    La
    Poesía.

    La
    personalidad de Walt Withman, resulta significativa, no solo
    por la dimensión innovadora de su creación
    literaria ,sino por la singularidad de su personalidad,
    que más allá de la ruptura con los
    convencionalismos sociales, que constituyó su conducta
    moral, anunciaba la apertura hacia visión más
    humana, natural del mundo y de las relaciones entre los hombres.
    De las valoraciones martianas emana, no solo la defensa y el
    rescate de aquella figura, sino también la
    exposición de la particular significación de la
    poesía en la conformación de los caracteres
    primarios, a partir de la compresión de su naturaleza como
    manifestación de espíritu universal.

    La relación del espíritu con sus
    determinaciones, el saber , la palabra y la acción , se
    realiza en u modo universal , que tiene en sí sintetizado
    cada una de ellas, la poesía.

    Para entender esta relación es necesario revelar
    la naturaleza de la poesía, no ya como un arte en el
    sentido estricto , sino como sustancia misma de las cosas. Como
    expresión esencia de la vida.

    "La vida-dice Martí –es un himno , la
    muerte es una forma oculta de la vida".(Martí, 1975:134),
    revelando así , la vía para comprender ese aspecto
    esencial de la poesía, que radica en su especial capacidad
    par a comprender la singular resonancia que tiene para la
    sensibilidad humana, el ritmo que contiene la interacción de todas las cosas, en su
    sucesión y diferenciación, conducente al
    surgimiento o desaparición de aquellas , como parte del
    devenir que es la eternidad .

    En lo que existe por tanto de algún modo
    está contenido el futuro, por lo que el presente
    está ya expuesto como pasado. Esta compleja
    dialéctica atormenta al ser humano, que sufre su
    transitoriedad real o aparente , frente a la desconcertante
    infinitud del universo. La poesía mitiga estos humanos
    dolores, porque ayuda a entender a tiempo el sentido de la
    existencia como posibilidad de ser .

    Esa realización existencial del hombre es
    histórica y tiene su expresión en la literatura en general y en
    la poesía en particular, que pueden, por su forma de
    entender las analogías de la naturaleza, revelar desde
    siempre, la misma aspiración humana de hallar el
    amor.(Martí,1975:134), lo que implica un
    contribución esencial a:

    • Cambiar los estados de ánimo del hombre, es
      decir fortificar o apuntalar las almas .
    • Estimular la búsqueda del saber ,para
      restablecer la armonía contenida en lo uno.
    • Despertar la esperanza del logro de la justicia y la
      belleza, que permitan superar la fealdad y las injusticias que
      amargan la vida .

    La funcionalidad de la poesía así descrita
    parece justificar su presencia o dimensión más
    allá de la subjetividad humana, como atributo de la
    realidad , como una premisa de su existencia que tiende
    necesariamente a la búsqueda de su ser otro, en formas
    cada ves más complejas atadas al fundamento originario,
    pero al mismo tiempo más libres de él.

    Ese ser último de las cosas está realizado
    en la forma idealizada de unidad de pensamiento y emotividad que
    es la poesía. Aquí el ser encuentra su
    exposición plena, la libertad, que
    como intuición se basta a sí misma. Es en este
    sentido que , "la libertad es la religión definitiva,
    y la poesía la libertad del culto nuevo".(Martí,
    1975: 135).

    La libertad que como actitud humana es
    manifestación de la superior conciencia del lugar nuestro
    en el mundo y su realización en la conducta, es al mismo
    tiempo una condición del devenir del espíritu
    universal.

    A modo de
    conclusiones:

    El espiritualismo filosófico en José
    Martí significa el reconocimiento de que:

    • Existe un espíritu universal que se revela en
      su ser otro. El universo como naturaleza , que incluye al
      hombre es parte de ese ser otro del
      espíritu.
    • El saber es el modo más general de descubrir
      la analogía espíritu universo. La palabra es la
      revelación del saber como analogía y como
      responsabilidad ética .
    • La acción histórica de los hombres en
      sus versiones de política y civilidad es la
      síntesis concreta del fundamento moral y emocional del
      espíritu, su definitivo reencuentro, en el goce del
      sacrificio de la existencia comprometida con la
      humanidad.
    • La posición filosófica de José
      Martí, en cuanto el eterno debate del partidismo
      filosófico puede enfocarse desde el prisma de monismo
      espiritualista antes esbozado, que tiene como fundamento el
      principio de la plenitud.
    • En valoraciones estudiadas está, de
      algún modo contenida la revelación del ser de un
      hombre, que como todo aquel que se sabe fundador, se busca a si
      mismo, y encuentra sus determinaciones esenciales en los que
      son o debieron ser otros hombres, que como él han tenido
      la necesidad, la voluntad ,la conciencia y la responsabilidad
      de conducir pueblos.

    La
    búsqueda en los antecedentes.

    Buruch Spinoza y J.G.F Hegel, y la
    plenitud como necesidad del ser.

    La posición filosófica antes esbozada,
    tiene antecedentes el pensamiento filosófico occidental, y
    forma parte de los intentos por entender la relación de la
    naturaleza y el espíritu a partir de su unidad, en un todo
    diferenciado. Esta tendencia es sobre todo notoria en el la
    Filosofía
    Moderna, debido al progreso del conocimiento
    científico, que codujo cada ves más al
    descubrimiento y explicación de las relaciones , por una
    parte y por otra a la síntesis del pensamiento anterior, y
    a la necesidad de su superación para la
    conformación del proyecto social de la burguesía.
    Dentro de los filósofos que aceptan el reto planteado por
    Descartes , de
    construir una nueva racionalidad, desatacan Spinoza y
    Hegel.

    Los dos partían de la idea de la
    sobredeterminación de la necesidad, ya fuera lógica
    o sustancial o física. En una unidad diferenciada, cuyos
    componentes opuestos, de algún modo se presuponen, y
    mutuamente se determinan. En el caso del holandés: " el
    orden y conexión de las ideas el mismo es, que el orden y
    conexión de las cosas"(Moya, 1999.).

    Su idea de la unidad del pensamiento y la
    extensión como atributos de la sustancia única que
    es la naturaleza, creadora y creada, no solo se opone al dualismo
    cartesiano, sino que abre el camino para comprensión
    materialista dialéctica de la unidad de lo material y lo
    espiritual.

    La posición de Spinoza caracterizada
    históricamente como panteísmo o isomorfismo o
    isologismo, no conduce necesariamente , a una comprensión
    diferente de la divinidad, por que la identidad que propone
    resulta diferenciada , es decir que los atributos aunque
    concomitantes , son además irreductibles el uno al otro,
    inconmensurables. En la filosofía de Spinoza el lugar de
    la naturaleza, está determinado por interrelación
    sustancial del pensamiento y la extensión en un todo, que
    se crea , constantemente y de un modo universal, eterno e
    infinito , aunque los resultados sean siempre finitos.

    Esta finitud es negación parcial del atributo de
    la sustancia extensa, por cuanto expresa la realización de
    la posibilidad, mientras que la infinitud es la absoluta
    afirmación de la existencia de una cosa (Ver Moya, 1999).,
    por cuanto expresa no solo la realización concreta de una
    posibilidad, sino la posibilidad de múltiples
    realizaciones futuras.

    Este es el principio de la comprensión de la
    infinitud de la sustancia, a partir de un proceso de
    negación, que es en sí la verdad. Toda
    negación es una afirmación. La verdad es entendida
    por Spinoza , como era común en el pensamiento
    clásico como correspondencia, pero no en un sentido
    óntico, sino lógico, es decir como coherencia
    interproposicional, dentro del sistema total del
    conocimiento .

    Para Hegel ya que "todo lo efectivamente existente es
    racional"(Moya, 1999), la unidad del pensamiento y el ser es una
    posibilidad que se realiza constantemente en el devenir, y es el
    espíritu en la búsqueda de su libertad quien eleva
    la racionalidad en sí de la naturaleza al ser para
    sí. Esta es la posición clásica del
    panlogismo , ya que como se explica en Fenomenológica del
    Espíritu, el espíritu se mueve de la cosa misma al
    concepto y
    este movimiento es
    la exposición de las diversas ciencia, que
    encuentran así las diversas manifestaciones del ser en las
    formas lógicas especificas. Por consiguiente tanto el
    devenir como el fin, tienen una conformación
    lógica, "las realidades son subsumidas en una realidad
    única: la realidad espiritual, principio de
    individuación, de diferenciación y de
    unificación.

    El espíritu es, de acuerdo con esto, radicalidad
    e intimidad absolutas"( Moya,1999.La posición de Hegel
    respecto a la naturaleza pudiera calificarse, como de una
    indiferencia radical ontológica, puesto que su orden y
    esencia e interrelaciones existen antes de su creación, en
    el espíritu infinito, que es el reino del pensamiento
    puro, el sistema de la razón pura, que por contener en si
    la posibilidad de su ser otro , es la verdad misma , en toda la
    extensión de su reino.

    Sería por esta razón, que a Ludwing
    Feuerbach, le pareció descubrir en le contenido de esta
    verdad, la representación lógica ,abstracta de
    Dios, tal y como el es en si mismo antes de cualquier
    creación, como eterna esencia autosuficiente.

    En la filosofía hegeliana encontramos, la
    comprensión de la infinitud como el superarse , de lo
    existente por la contradicción. Lo infinito es y es
    verdadero porque se niega a si mismo en la existencia finita de
    las cosas. Dos son las especies de la infinitud: la buena y la
    mala infinitud; la infinitud afirmativa y la negativa. Infinitud
    negativa es la que importa contraposición con la
    finitud.

    La infinitud intelectiva es exigencia de
    superación de la finitud (La infinitud positiva
    involucra a lo finito como momento. Con arreglo a esto Hegel
    reconoció el mérito de Spinoza que es el haber
    discernido nítidamente ambas especies de infinitud (Ver
    Moya ,1999). Según la lectura
    operada por Hegel, la spinoziana infinitud afirmativa es
    intelectual; la negativa es infinitud sensoria o
    indefinición ( Ver Moya, 1999).

    Para Hegel como las determinaciones de ser son las
    determinaciones del pensar, existe una identidad entre el
    concepto y la cosa, pero su doctrina de la verdad es holistica.
    Ella es la totalidad orgánica del saber.

    El reconocimiento de los elementos abordados
    anteriormente nos conduce a la idea de que Hegel y Spinoza
    sustentaron el principio de plenitud. La posibilidad de la
    existencia, es un momento de la realidad, es correlativa de la
    actualidad.

          En la filosofía
    hegeliana, la adopción
    del principio es una exigencia impuesta por su peculiar concepto
    de tiempo, en su exposición lógica, a saber: el
    concepto en el devenir de su existencia, como unidad de sus
    manifestaciones con el ser. Es una consecuencia de su realismo
    universal y desmedido en el tratamiento de la naturaleza del
    concepto.

    En la filosofía de Spinoza, la plenitud se adopta
    por una razón diferente, . la existencia de la potencia divina,
    que esta diluida en la naturaleza, hace imposible la existencia
    de posibilidades no realizadas, porque además él no
    hace distinción entre la potencia divina absoluta y la
    potencia divina ordinaria.

        En esta plenitud de la
    existencia tiene un lugar esencialicimo lo moral. En Spinoza esto
    se expresa, en la primacía de lo moral sobre el
    conocimiento, como finalidad.

    El filosofo en la ética pretende fundamentar a
    la moral y la
    única manera para hacerlo es conociendo la naturaleza
    humana. "Nada puede concordar mejor con la naturaleza de una cosa
    que los demás individuos de su especie; por tanto , nada
    hay que sea más útil al hombre , en orden de la
    conservación de su ser y el disfrute de una vida racional
    , que un hombre que se guíe por la razón
    .

    Además , dado que entre las cosas singulares no
    conocemos más excelente que un hombre guiado por la
    razón, nadie bajo el imperio de la razón puede
    probar cuanto vale su habilidad y talento mejor educando a los
    hombres de tal modo que acaben por vivir bajo el imperio de la
    razón." ( Ver Textos laicos) Esto es lo que lo obliga a
    hacer un tratado de medicina en donde conoce la anatomía humano
    basado en el principio de que la moral persigue la felicidad, lo
    que hace de él eudemonista. Entonces el estudia que le
    acomete a la ética acerca de la moral y el método
    para conseguir la felicidad a través de esta. Entonces
    debemos conocer la naturaleza.

    Esta concepción racionalista de la ética y
    al moral en Spinoza se fundamenta en un tratamiento de la
    razón , en ocasiones criticado por ambiguo , pero en el
    que se pueden señalar tres determinaciones
    fundamentales:
        La razón
    explicativa – discursiva, que significa el conocimiento de
    cualquier objeto ,más allá de las contingencias
    espaciales y temporales, que busca establecer sus
    condicionamientoaos causales, apartir de procedimientos
    lógicios deductivos; La   Razón
    práctica – política, es entendida como la
    uidad de la utilidad individual, la comunidad
    política y el bien común, en el alma
    común de todos los hombres( Ver El significado de la
    razón ética). La posibilidad de dicha unión
    radica en la asimilación entre la virtud de naturalesza
    eminentemente racional y la utilidad esencialmente pasional. "La
    virtúd del alma lleva a la mayor utilidad por medio del
    conocimiento divino, pudiendo llamar a esa unión entre los
    hombres como "amistad".(Ver:El
    significado dela razón ética).

    Hegel por su parte, criticó las concepciones
    ética de Kant, aún
    cuando las consideraba el logro más alto en las teorías
    anteriores sobre la moral, señalando como aspectos
    fundamentales: la necesidad de la unidad del cumplimiento del
    deber con la felicidad; que la conciencia moral no es voluntad
    pura , por cuanto ella necesita la determinación de sus
    móviles concreto y
    esto es posible a partir de la existencia de la sensibilidad; la
    unidad de razón y sensibilidad debe producir una
    armonía cada ves más completa y esto es la esencia
    misma de la conciencia moral; el logro de la perfección
    moral no puede ser entendida solo como una tarea infinita, lo que
    lea llevaría a una determinación formal, ella se
    realiza de modo particular en las acciones
    concretas de los hombre. Hegel trata de dotar de un contenido
    cierto esta determinación formal de la moral, pero no
    supera este formalismo al considerar, que la intersubjetividad es
    la posibilidad de superación de la limitación de
    subjetividad como individualidad que niega el ser infinito. "Esta
    negación no puede tener lugar suprimiendo la
    individualidad, sino suponiendo el contenido de la individualidad
    como propio también de otras individualidades; con ello
    supone Hegel la posibilidad de hablar, en concreto y no
    sólo formalmente, de una subjetividad universal, pues la
    moral se realiza intersubjetivamente"( Ver Lafuentes, Maria
    Isabel).

    El carácter formal de esta concepción
    radica en la consideración hegeliana, en el fundamento
    intelectivo de la conducta es decir en el saber de la norma que
    el sujeto asume, y que determina su constitución como sujeto moral y de
    aquí se deriva sorprendentemente la conclusión , de
    que el fin de la acción esta en el reconocimiento por los
    demás de que existe un fundamento ideal normativo, que
    conduce la acción del individuo. Pero, Hegel supone que la
    posibilidad de la intersubjetividad descansa, no tanto en la
    posibilidad de una concordancia a priori en la norma, que es el
    deber de cada cual, de forma que se produciría una
    armonía preestablecida entre ellos, sino sobre todo en que
    haya un saber sobre la norma que se sigue, que es lo que exige el
    reconocimiento de cada cual por cada cual como sujeto moral. La
    acción moral tiene, por tanto, un fin: el reconocimiento
    de los demás de que el individuo es consciente del
    principio que conforma la realidad de su
    acción.

    Esta concepción presupone el tratamiento del tema
    de la acción moral como responsabilidad o
    imitación. En este sentido habría que entender que
    para la concepción hegeliana la sociedad funciona como el
    espíritu objetivo ante el cual el espíritu
    individual, se subordina , como ante un imperativo, por tanto
    más que de responsabilidad, aquí es necesario habar
    de obligación. "Las normas morales
    (los imperativos sociales) se constituyen en principios de
    autoridad cuya
    función
    es determinar la obligación de cada cual, las costumbres
    se institucionalizan" (Ver Lafuentes , María
    Isabel).

    Si esto es así aparece un contradicción
    importante , porque si la acción moral debe conducir como
    decía Hegel a la felicidad , esta debe estar movida por la
    idea de libertad, y entonces será resultado de la
    responsabilidad y no de la obligación, que se fundamenta
    en una rígida cadena universal de nexos causales de la que
    la acción moral también forma parte. No significa
    esto que la libertad se opuesta a la socialidad por el contrario,
    esta es su fundamento y le da sentido, pero la libertad a partir
    de la concepción de Hegel debe suponer la coincidencia de
    las conciencias, en su universalidad, lo que implica el logro de
    la armonía entre los espíritus
    individuales.

    El
    Krausismo y la divinización de la
    plenitud
    .

    Otro antecedente fundamental de la concepción
    plenitud como estado total del espíritu, lo encontramos en
    el krausismo, que se desarrolla en España en
    el momento de destierro de José Martí luego de la
    prisión , cuando se introduce en los estudios de la
    filosofía.

    El filosofo español
    Julián Sanz del Río(1814-1869), introdujo en aquel
    país , las filosofía de Krause (1781-1832),
    filosofo alemán, que sostenía la idea de Dios como
    fundamento personal del
    mundo, que siendo naturaleza y espíritu, deviene en
    humanidad, la que tiende al logro de la armonía cada ves
    más perfecta en Dios, a partir de un proceso de
    perfeccionamiento de las instituciones
    humanas, que constantemente se racionalizan.

    Este sistema ha sido calificado como "panenteísmo
    o racionalismo
    armónico"( Ver De la Cruz Miguel), y en España
    produjo un movimiento que no solo abarcó la
    filosofía, sino que tubo una resonancia intelectual mucho
    más amplia, ya que abarco cuestiones religiosas y
    políticas, constituyendo un elemento ideológico en
    la integración de la izquierda burguesa
    liberal.

    La ética, el derecho, la sociología y la pedagogía, promovidos por los krausistas,
    condujeron a un vasto movimiento de educación popular que
    cuajó en la Institución Libre de Enseñanza . Una moral austera , en
    armonía con el cultivo de la ciencia y la promoción de una religión
    semisecularizada, hicieron que la propuesta krausista se
    convirtiera en un estilo de
    vida, que en un ambiente
    social caracterizado por la ascendencia del capitalismo ,
    sustituía los supuestos tradicionales de la religiosidad
    española. Este movimiento se desarrolla de 1850-1800,
    teniendo su mayor esplendor en la década de 1860-1870. El
    desarrollo del
    positivismo en
    toda Europa le
    restó evidentemente espacio e influencias( Ver De la Cruz
    Miguel).

    En la filosofía de Krause hay varios conceptos
    fundamentales : Razón , Naturaleza, Espíritu y Dios
    y Humanidad. La reflexión sobre Dios nos permite elaborar
    una ciencia sintética fundamental a partir de la cual
    podemos construir, las demás. La historia del mundo es la
    historia de las ideas como exposición de la divinidad
    misma, que tiene su máxima expresión en la plenitud
    intelectual y moral del hombre. Alcanzar esta plenitud significa
    entonces la unidad esencial y definitiva con Dios.

    La historia de la humanidad, se constituye en un
    devenir, marcado por la necesidad de la revelación de la
    naturaleza de lo divino, a partir de sus diferentes estadios : el
    de la inconciencia; de la conciencia y adoración de los
    poderes de la naturaleza y en ellos a los poderes de la divinidad
    por la religión; y por último el de la conciencia
    superior, única, y fundamental en el descubrimiento de
    Dios. La perfección humana es posible entonces, en la
    medida que se conozca y realice el bien en Dios, que conduce a la
    unidad de todos los hombres por amor, pero
    esto es una obra de la conjunción de la razón y la
    sensibilidad, porque el hombre es en si la unidad de naturaleza y
    espíritu.

    A modo de
    otras conclusiones.

    • La plenitud es un concepto que deviene en Spinoza y
      en Hegel del reconocimiento del carácter necesario de la
      realidad. El espíritu que es atributo sustancia o
      deviene en su ser otro en la naturaleza y la sociedad, es
      potencia y a la misma ves acto.
    • La libertad es el móvil, cuerpo y fin del
      espíritu, pero su carácter necesario , disminuye
      o reduce la individualidad a simple manifestación, o
      encarnación de lo universal. La socialidad libertaria a
      la que se aspira, esta presupuesta por la razón es
      además el resultado de su reino.
    • El carácter marcadamente religioso del
      krausismo a pesar de su intento, de una propuesta ética
      de libertad universal del individuo no puede constituirse en
      fundamento de una visión revolucionaria, por el
      desconocimiento de las fuerzas reales de la historia, y de las
      determinaciones sociales del amor entre los
      hombres.

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    Juan Alberto Blanco Rivera

    Licenciado en Filosofía; Licenciado en Derecho:
    Profesor
    auxiliar de la universidad del Pinar del Río Cuba.

    Liván Pita Ramos

    Licenciado en sociología: Profesor Instructor de
    la universidad del Pinar del Río Cuba.

    Universidad de Pinar del Río

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