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Fundamentos que deben regir la formación investigativa de los maestros



    1. Resultados teóricos y
      didácticos metodológicos de la
      investigación
    2. Conclusiones
    3. Bibliografía

    La didáctica de la metodología de la investigación educacional ha sido muy poco
    desarrollada, por lo que continua siendo el campo de la opiniones
    infundadas y del no saber, lo que se pone de manifiesto de manera
    concreta en las múltiples dificultades que para investigar
    presentan los maestros en muchas regiones del de América
    Latina. Es por ello, que el problema que nos planteamos en
    la presente investigación
    es el siguiente:

    ¿Cuáles son los fundamentos
    epistemológicos, psicopedagógicos,
    didácticos, contenido de estudio y etapas curriculares que
    deben regir el proceso
    docente-educativo de formación científica
    investigativa pedagógica de los maestros en la enseñanza de pregrado y
    postgrado?

    El objetivo fundamental de nuestro trabajo es
    poder realizar
    una propuesta pedagógica generalizable a los centros
    formadores de maestros, con vista a mejorar el proceso docente
    educativo de enseñanza aprendizaje de
    investigación educacional.

    Nuestra investigación presenta un carácter teórico-metodológico
    y su metodología está dada por el enfoque
    sistémico-estructural y dialéctico, el que a su
    vez, se ha complementado y enriquecido por diferentes métodos
    teóricos.

    Los resultados alcanzados nos permitieron determinar y
    enriquecer los fundamentos epistemológicos,
    psicopedagógicas, didácticos, contenidos de estudio
    y estrategia
    curricular que deben regir el proceso docente-educativo de
    formación científico-investigativa educacional de
    los maestros, así como, aplicar este sistema
    didáctico en la estructuración y desarrollo
    curricular de planes de estudio y programas de
    asignaturas sobre investigación educacional en diversas
    carreras magisteriales y maestrías en educación en Cuba.

    1. Introducción.

    1.1 Antecedentes del tema.

    A través de todo el siglo XX y aún en la
    actualidad, han coexistido diferentes posiciones valorativas
    sobre la actividad pedagógica del maestro. La importancia
    de que se le proporcione una adecuada formación
    científica investigativa educacional (f.c.i.e.) al
    maestro, las vías para lograrlo y su contenido
    paradigmático está muy condicionada por diferentes
    perspectivas profesionales, psicopedagógicas y
    filosófico-epistemológicas.

    Algunas de estas posiciones disminuyen el status
    profesional del docente, ya que lo consideran como un simple
    empleado sin autonomía técnica, sin espacios
    laborales para investigar, innovar, ni desempeñar un rol
    laboral
    respetable. Estas concepciones que disminuyen la profesionalidad
    del maestro son las siguientes:

    La posición
    práctico-espontánea
    considera que el proceso de
    enseñanza requiere fundamentalmente por parte de los
    docentes el
    dominio de los
    contenidos de la materia de
    enseñanza y no así de los principios y
    vías didácticas metodológicas para
    enseñarlo. Según este punto de vista lo esencial es
    el contenido de la ciencia y
    la didáctica constituye exclusivamente la
    forma secundaria.

    De este modo, las destrezas pedagógicas el
    maestro las puede adquirir espontáneamente en la propia
    práctica cotidiana y no hay necesidad de sistematizar su
    apropiación. La subestimación que hace esta
    posición de la formación teórica
    científica pedagógica la hace extensiva
    también a la investigación educacional, por lo que
    desconoce totalmente la importancia de que el maestro domine la
    metodología de la investigación y mucho menos que
    la aplique de manera sistemática a la solución de
    los problemas
    educativos con los que se enfrenta cotidianamente.

    La posición tradicionalista conservadora
    también cae en determinados excesos. Considera la
    actividad del maestro como un oficio que se adquiere a
    través de su formación académica inicial y
    en un su actividad profesional a través de un largo
    proceso práctico inductivo, mediante el contacto directo
    con otros educadores experimentados que orientan su quehacer
    profesional.

    Son estos educadores con experiencia los que posibilitan
    al maestro no experimentado la asimilación de la cultura
    acumulada por la escuela en su
    devenir histórico, la formación de principios,
    hábitos, destrezas, conocimientos, valores y
    patrones de conductas pedagógicas y sociales,
    legitimizados por la institución escolar y por las
    formaciones culturales, ideológicas, políticas
    predominantes en la sociedad (A.
    I. Pérez, 1993). Al igual que la anterior, la
    posición analizada tampoco proporciona espacios y
    condiciones al maestro para su superación
    psicopedagógica sistemática, ni propicia el
    desarrollo de la reflexión crítica, problematizadora, investigativa,
    que lo capacite para realizar innovaciones escolares, las que
    percibe como un atentado contra la tradición y el orden
    pedagógico establecido históricamente.

    Consecuencias similares se derivan de la
    posición tecnocrática en educación,
    predominante en las décadas del 60 y 70, que aunque
    continúa ejerciendo su influencia en el ámbito
    educativo, cada vez pierde más espacio. Considera que el
    maestro debe tener la suficiente preparación
    pedagógica para ser un técnico eficiente en el
    proceso docente. Lo considera como un ejecutor reproductivo, un
    simple usuario de programas y reglas didácticas
    diseñadas y validadas previamente por expertos e
    investigadores profesionales a través de la
    metodología de la investigación
    positivista.

    Aunque no excluye que el maestro realice investigaciones
    descriptivas y utilice métodos de diagnóstico y evaluativos en la realidad
    del aula, las posibilidades de que éste adopte posturas
    críticas, reflexivas, autónomas, realice
    investigaciones innovadoras se reduce al mínimo, ya que
    para el pensamiento
    tecnocrático todo ello introduce ruidos en el sistema
    pedagógico y enturbia la claridad, racionalidad y eficacia al
    proceso docente educativo (A. I. Pérez, 1993,
    p.220).

    Las posiciones pedagógicas anteriormente
    analizadas y sus implicaciones en la formación y la
    práctica
    profesional del maestro han entrado en crisis como
    resultado del acelerado desarrollo
    económico, político, cultural y
    científico técnico de la sociedad
    contemporánea, la que plantea a la escuela exigencias
    crecientes respecto a lograr una educación
    superior y que los maestros cumplan con excelencia el encargo
    social que se le ha encomendado, de manera que sean capaces de
    proporcionar respuestas pedagógicas de calidad a la
    masividad y diversidad del alumnado.

    Íntimamente vinculado con lo anterior se ha hecho
    prioritaria la necesidad de descentralizar la enseñanza en
    las diferentes instancias del sistema
    educativo, de proporcionar mayor autonomía e independencia
    a la gestión
    de los centros educativos y a los maestros. Se ha formado la
    conciencia social
    de que no puede haber reformas e innovaciones curriculares, ni
    perfeccionamiento y desarrollo
    sostenible del proceso docente, sino participan de manera
    democrática, activa, reflexiva, crítica,
    comprometida y con altos niveles de autonomía y
    preparación profesional los maestros individualmente y los
    colectivos pedagógicos que integran.

    Es por ello, que la concepción sobre el
    maestro investigador se ha fortalecido fuertemente en las
    últimas décadas, la investigación en
    el aula, la reflexión en y sobre la acción
    educativa, el profesor
    reflexivo, crítico, problematizador (K. M. Zeichner, 1993,
    pp. 40-49), se ha difundido ampliamente en la literatura pedagógica
    contemporánea. Sin embargo, a pesar de lo anterior hay aun
    muchos centros pedagógicos que se rigen por posiciones
    tradicionales y obsoletas.

    Otros centros coinciden en la necesidad de formar
    maestros investigadores, pero todavía presentan grandes
    divergencias y desconocimiento respecto a cuándo iniciarla
    (si en la
    educación de pregrado o postgrado, en que año
    académico, etc.), cómo instrumentarlo ( vías
    pedagógicas), qué paradigma de
    investigación debe regirlo y cuáles deben ser los
    contenidos curriculares del proceso de formación
    investigativa del maestro en la educación inicial y de
    postgrado.

    La presente investigación es un intento de dar
    respuesta a algunas de estas interrogantes. Son muchas las
    preguntas que existen y pocas las respuestas científicas
    respecto a los fundamentos epistemológicos,
    psicopedagógicos, didácticos, contenidos de estudio
    y estrategias
    curriculares que se deben seguir para lograr una adecuada
    formación investigativa de los maestros, de modo que
    tengan las competencias
    requeridas para desempeñarse como profesionales
    autónomos, reflexivos, críticos y capacitados para
    educar, instruir, investigar y transformar positivamente al
    discente y a su medio socioeducativo.

    Debemos subrayar, que a pesar de los innumerables
    libros
    editados sobre metodología de la investigación
    educacional, son muy pocos los estudios que se han realizado
    sobre su didáctica, esta última es hasta la fecha
    el campo de las opiniones faltas de
    fundamento y del no saber. Todo ello, se revela con claridad en
    las serias lagunas, dificultades, tensiones y deficiencias que
    presentan los docentes cuando se ven forzados a utilizar
    métodos y técnicas
    investigativas para abordar los múltiples problemas que
    surgen de su práctica pedagógica y lo poco
    frecuente que resulta en nuestro medio encontrar un verdadero
    maestro investigador.

    1.2 Problema de investigación.

    ¿Cuáles son los fundamentos
    epistemológicos, psicopedagógicos,
    didácticos, contenido de estudio y etapas curriculares que
    deben regir el proceso docente-educativo de formación
    científica investigativa pedagógica (f.c.i.e.) de
    los maestros?

    1.3 Objetivos
    generales de la investigación.

    • Determinar los fundamentos epistemológicos,
      psicopedagógicas, didácticos, contenidos de
      estudio y etapas curriculares que deben regir el proceso
      docente-educativo de formación investigativa educacional
      de los maestros.
    • Proponer un sistema didáctico que sea
      generalizable a la pluralidad de contextos socioeducativos en
      que se desarrolla el proceso de enseñanza aprendizaje de
      formación investigativa educacional de los maestros en
      los Estados Unidos
      Mexicanos.

    1.4 Tesis
    fundamental de la investigación.

    La tesis fundamental que defendemos es que el diseño
    y desarrollo del proceso docente-educativo de formación
    investigativa educacional del maestro requiere de la
    determinación científica y enriquecimiento
    sustancial de sus fundamentos epistemológicos,
    psicopedagógicos, didácticos, categorías y
    regularidades pedagógicas a partir de un enfoque
    dialéctico, sociohistórico-cultural y
    sistémico.

    1.5 Fuentes
    fundamentales utilizadas.

    Las fuentes fundamentales en que nos basamos para
    realizar nuestras reflexiones y propuestas, están dadas
    por las experiencias pedagógicas de avanzada en Cuba y
    México; el
    pensamiento pedagógico y psicológico de relevantes
    autores cubanos, mexicanos y de otros países; y los
    principios de la escuela sociohistórico-cultural de L. S.
    Vigotsky. De
    igual modo, nos apoyamos grandemente en la experiencia
    profesional que como profesor investigador hemos acumulado en 34
    años de formación investigativa de educadores en la
    licenciatura y la enseñanza de postgrado.

    1.6 Metodología de la
    investigación.

    La metodología de nuestra investigación
    está dada por el enfoque sistémico-estructural y
    dialéctico, el que a su vez, se ha complementado y
    enriquecido por los métodos teóricos como el
    análisis y la síntesis,
    la inducción y la deducción, lo histórico y lo
    lógico, la modelación, el tránsito de lo
    abstracto a lo concreto
    pensado, la utilización de criterios de expertos para la
    evaluación formativa y sumativa de nuestra
    propuesta teórica metodológica y la practica
    pedagógica como fuente de conocimiento y
    criterio de veracidad.

    1.5 Importancia de los centros pedagógicos en
    la evaluación, contextualización y enriquecimiento
    de la propuesta.

    Estamos muy conscientes que corresponde a los centros
    pedagógicos y a sus profesores continuar con la
    evaluación sumativa y formativa de nuestra propuesta,
    analizarla críticamente, enriquecerla, reelaborarla,
    adecuarla y aplicarla a la práctica pedagógica de
    formación de maestros investigadores, atendiendo a las
    particularidades de cada carrera educativa, perfil del egresado,
    los objetivos que persigue, las condiciones económicas y
    socioeducativas concretas en las que se desarrolla la
    currícula.

    2. Resultados
    teóricos y didácticos metodológicos de la
    investigación.

    2.1 Fundamentos epistemológicos de la
    formación científica investigativa educacional del
    maestro.

    Hay diversidad de puntos de vista en lo que se refiere
    al contenido paradigmático del proceso de formación
    investigativa del maestro. Su determinación adecuada
    resulta más compleja ya que la investigación
    educacional presenta en el mundo contemporáneo un
    conflictivo cuadro pluriparadigmático que se caracteriza
    por la coexistencia de puntos de vista filosóficos y
    científicos generales muy divergentes.

    En este marco, atendiendo a los objetivos que se
    persigan y a las particularidades del objeto de estudio los
    paradigmas de
    investigación específicos pueden contribuir o
    dificultar la orientación adecuada de la actividad
    investigativa y el abordaje acertado de los mismos.

    Estos enfoques antagónicos condicionan la fuerte
    discusión sobre cuál debe ser el paradigma
    científico que debe regir la investigación
    educacional y por ende, su enseñanza. Estos paradigmas son
    los siguientes:

    • Paradigma positivista.

    Históricamente ha ejercido una influencia
    predominante el paradigma positivista que presenta serias
    limitaciones, como son el extrapolar mecánicamente la
    metodología de la investigación científica de la
    naturaleza a
    la sociedad; considerar que la realidad social es independiente
    del sujeto cognoscente; que está regida por "leyes naturales"
    que una vez conocidas permiten explicarla matemáticamente,
    predecirla y controlarla de manera exacta y precisa; que la
    función
    de la ciencia radica
    en realizar una descripción empírica generalizadora
    de las características y regularidades observables de los
    fenómenos, sin profundizar en sus esencias (a las que
    consideran incognoscibles); y la absolutización de los
    métodos empíricos, cuantitativos,
    hipotéticos-deductivos en la investigación en
    detrimento de los cualitativos (ver J. Chávez, 1996; J.
    Arnal, 1992, p. 39; G. Pérez, 1996, pp. 15-16).

    También de manera equivocada, el positivismo
    rechaza la incidencia de los valores
    morales, políticos, e ideológicos en el proceso
    de conocimiento, defendiendo la falsa tesis de la "neutralidad
    científica", argumentando que la implicación
    axiológica en el proceso de investigación afecta la
    objetividad y el rigor de la misma al contaminar de subjetividad
    sus resultados.

    • Paradigma etnográfico fenomenológico
      cualitativo.

    El paradigma
    etnográfico-fenomenológico-cualitativo hunde sus
    raíces filosóficas en las concepciones idealistas
    de la fenomenología y el neokantismo. A
    diferencia del positivismo, establece una separación
    metafísica entre la naturaleza y la
    sociedad y afirma que si para estudiar la primera es
    válido el método
    nomotético que descubre leyes generales, para la segunda
    se debe aplicar el método ideográfico,
    descriptivo-explicativo, cualitativo, subjetivista que posibilita
    la "comprensión empática" de la singularidad
    espiritual de individuos y grupos en el
    contexto situacional en que se encuentran, así como,
    profundizar en sus puntos de vista, actitudes,
    formas de sentir y pensar.

    Este paradigma renuncia a establecer generalizaciones y
    a pesar de sus limitaciones ha tenido una gran difusión
    entre los docentes, ya que posibilita una aproximación
    metodológica, global, integradora y holística a las
    situaciones educativas con las que se enfrentan
    diariamente.

    • Paradigma sociocrítico de
      investigación participativa.

    El paradigma sociocrítico de investigación
    participativa se opone a los anteriores. Cobró fuerzas en
    América
    Latina en la segunda mitad de la década del sesenta, unido
    a un proceso de agudización de lucha de clases, emergencia
    de los sectores populares en el escenario político y
    elevación del compromiso de los intelectuales
    con la emancipación de los pueblos.

    Defiende la posición que la educación y la
    investigación presentan un carácter
    ideológico, político, no neutral. Introduce en su
    discurso y
    práctica emancipatoria de manera explícita la
    ideología y el principio de que la
    investigación educacional debe contribuir a la
    formación y desarrollo del pensamiento
    crítico-reflexivo de los maestros y a la
    transformación de la realidad socioeducativa en beneficio
    de los educandos y la comunidad.

    La investigación-acción presenta grandes
    posibilidades para sensibilizar, concientizar y movilizar los
    grupos y comunidades de maestros en el perfeccionamiento del
    proceso docente-educativo, en el desarrollo de la colectivos
    pedagógicos y en la transformación efectiva de las
    realidades educacionales particulares.

    No obstante, a pesar de las posibilidades que ofrece,
    por el predominio de los métodos
    cualitativos que propugna (lo que no excluye el uso de los
    cuantitativos) y el énfasis en el estudio y
    transformación de situaciones específicas, los
    resultados a los que arriba presentan un carácter poco
    generalizable, particular y descriptivo.

    Como hemos analizado, si bien cada uno de los paradigmas
    antes analizados ofrece posibilidades y ventajas, también
    presentan limitaciones importantes. Esto ha llevado a diversos
    autores a pronunciarse por una conciliación
    metodológica ecléctica entre estos paradigmas
    cuantitativos y cualitativos.

    Sin embargo, es imposible lograr una verdadera integración entre las metodologías
    cualitativas y cuantitativas si no se parte de una
    comprensión filosófica general sobre la realidad
    que permita responder científicamente a las preguntas
    ontológicas y gnoseológicas
    fundamentales.

    Solamente una concepción científica
    filosófica sobre las leyes más generales que rigen
    la naturaleza, la sociedad, el pensamiento y la
    interrelación sujeta a la ley entre la
    materia y la conciencia, nos puede proporcionar una respuesta
    objetiva a estas preguntas y contribuir a la determinación
    del paradigma que debe regir la investigación
    educacional.

    • Paradigma sociohistórico
      dialéctico.

    Defendemos la idea que en el complejo cuadro
    pluriparadigmático que caracteriza la investigación
    educacional en el mundo contemporáneo es el paradigma
    sociohistórico dialéctico el que
    proporciona
    la base teórica y metodológica, para lograr un
    enfoque plurimetódico abierto a los métodos y
    técnicas aportados por los restantes paradigmas, lo que
    posibilita la adecuada integración y
    complementación entre los mismos, propiciando su
    aplicación creativa a la práctica
    científica.

    El paradigma se fundamenta en una concepción
    científica filosófica sobre la realidad social y
    educacional y defiende un abordaje constructivista del proceso de
    cognición.

    Esto nos permite superar los puntos de vista
    reduccionistas y unilaterales de las posiciones positivista y
    fenomenológica y comprender la unidad dialéctica e
    interactiva existente en la actividad investigativa educacional
    entre lo filosófico y lo metodológico; lo
    gnoseológico y lo axiológico; lo teórico y
    lo empírico; lo objetivo y lo
    subjetivo; las partes y el todo; lo general y lo singular; lo
    cuantitativo y lo cualitativo; el análisis y la
    síntesis; la inducción y la deducción; la
    abstracción y la concreción; lo histórico y
    lo lógico; la demolición mental de la realidad y su
    reconstrucción; el descubrimiento y la
    verificación; la lógica
    del descubrimiento y la lógica de a exposición; la teoría
    y la práctica.

    Es por ello, que el paradigma sociohistórico
    dialéctico presenta una gran importancia en el proceso
    docente-educativo de formación
    científico-investigativa educacional del maestro, tanto en
    la determinación de sus contenidos de estudio generales y
    particulares; informacionales, procedimentales y actitudinales;
    en el desarrollo del estilo de pensamiento lógico del
    maestro; como en las vías pedagógicas que debemos
    utilizar en dicho proceso.

    La apropiación cognoscitiva del paradigma
    dialéctico por los educadores debe estar estrechamente
    unida a la interiorización del sistema de valores morales
    que resulta intrínseco al mismo: el enfoque optimista y
    humanista sobre el hombre, la
    educación, el destino de la humanidad; el respeto a los
    discentes y los derechos
    humanos.

    2.2 Fundamentos psicopedagógicos de la
    formación científica investigativa educacional

    del maestro.

    A diferencia de lo que habitualmente se piensa, la
    capacidad científica investigativa educacional de los
    maestros no se limita exclusivamente al dominio de conocimientos
    y habilidades particulares sobre metodología de la
    investigación educativa.

    Estos últimos constituyen exclusivamente
    componentes limitados, dentro un sistema integral de saberes
    mucho más amplio e integral, del que debe apropiarse para
    poder estar capacitado para investigativar.

    El proceso docente-educativo de investigación
    educacional no se debe limitar a la asimilación de
    contenidos informacionales y procedimentales, sino que debe
    aspirar a desarrollar en los discentes un estilo de pensamiento
    científico investigativo educacional, así como, las
    cualidades axiológicas y personológicas esenciales
    que debe poseer un maestro-investigador.

    Por consiguiente, la f.c.i.e. es un proceso de
    superación permanente, que compromete todo el plan de estudio,
    desde la formación de pregrado hasta la educación
    postgraduada y la vida profesional del maestro,
    íntimamente vinculado con su práctica
    pedagógica cotidiana.

    Los fundamentos psicopedagógicos que proponemos
    en la presente investigación, para el proceso docente
    educativo de formación del deseado maestro investigador en
    México, se basan en la concepción constructivista
    sociohistórico-cultural de L. S. Vigotsky sobre la
    relación existente entre la enseñanza, la ayuda
    pedagógica y el desarrollo psíquico, enriquecida
    por los puntos de vistas de diversos autores y nuestras propias
    reflexiones.

    El principio vigotskiano que plantea la importancia de
    la actividad del estudiante en el contexto de sus relaciones
    sociales como fuerza motriz
    de sus aprendizajes significativos, de la formación
    integral de su personalidad y
    de sus cualidades gnoseológicas y axiológicas,
    proporciona una comprensión más plena de las
    funciones que
    deben cumplir las actividades académicas, laborales e
    investigativas en las que debe estar implicado el alumno a
    través de todo el largo y complejo proceso de desarrollo
    curricular de la carrera y de los estudios de postgrado que
    realice.

    El concepto de ayuda
    pedagógica enriquece la concepción vigoskiana sobre
    las relaciones entre la enseñanza y el desarrollo
    psíquico, posibilita explicar con mayor profundidad el
    carácter dialéctico y complejo de estas relaciones
    y contribuye a orientar metodológicamente la planeación
    y desarrollo del proceso docente-educativo en general y el de
    formación investigativa del maestro en
    particular.

    La ayuda pedagógica dada por los agentes
    educativos fundamentales (docentes, tutores, asesores,
    consultores) en el proceso docente-educativo en general y en la
    formación investigativa del educador en particular debe
    brindarse sobre la base del principio vigotskiano que establece
    que la enseñanza debe adelantarse, estimular y orientar la
    actividad del educando, la formación de su personalidad y
    su desarrollo psíquico, que el docente es un mediador del
    proceso de apropiación de la cultura por el alumno, el que
    construye y reconstruye sus saberes sobre la base de una intensa
    actividad interna y externa.

    La ayuda pedagógica es un termino que ya
    había sido adelantado por Vigotsky, es utilizado por
    algunos autores actuales (C,Coll,1996; L.Moreza, 1996 y otros) y
    que sin embargo, no ha sido suficientemente conceptualizado, ni
    se le ha otorgado el lugar que le corresponde en la teoría
    pedagógica contemporánea. Un propósito de
    nuestra investigación ha sido profundizar
    teóricamente en lo que consideramos un importante concepto
    que enriquece el aparato categorial de la pedagogía y la didáctica.

    Definimos la ayuda pedagógica como el sistema de
    recursos
    (contenidos, métodos, medios, formas
    de organización espacial y temporal) que
    utilizan los agentes educativos en su interacción directa o mediata con los
    discentes, con vista a lograr los objetivos que persigue el
    proceso instructivo-educativo, estimular, apoyar su
    tránsito por la zona interpersonal de desarrollo
    próximo y orientar sus actividades de apropiación
    de la cultura, atendiendo al contexto educacional y social en que
    éste se desarrolla.

    De este modo, la ayuda pedagógica cumple
    funciones instructivas, educativas, desarrolladoras, evaluativas
    y de control en el
    marco del proceso docente-educativo de f.c.i.e. del
    maestro.

    La cantidad y calidad de la ayuda pedagógica que
    brinda el docente debe corresponderse con los objetivos del
    proceso instructivo-educativo de investigación
    educacional, su desarrollo lógico, contenido, el grado de
    complejidad de las tareas, el nivel de preparación de los
    discentes para realizarlas (de acuerdo con el nivel de desarrollo
    real alcanzado por sus funciones afectivo-inductoras y
    cognitivo-ejecutoras), las condiciones socioeducativas en que
    desarrollarán sus actividades, sus necesidades educativas
    circunstanciales y regulares, individuales y grupales.

    Son las necesidades de los discentes y el nivel de ayuda
    que éstos requieren los que determinan los métodos,
    procedimientos, nivel de estructuración y
    formas de organización del proceso instructivo-educativo
    Los métodos de enseñanza pueden agruparse en
    función de la cantidad y calidad de la ayuda que ofrecen,
    por consiguiente no son buenos o malos en términos
    absolutos, sino su valoración debe estar en función
    del tipo de ayuda que proporcionen, atendiendo a las necesidades
    de los alumnos (C. Coll,1996, p.118).

    En nuestra consideración, la ayuda
    pedagógica que se ofrece al maestro que se forma en el
    campo de la investigación, puede diferenciarse por su
    propósito, tipo, forma, modo, contenido, grado de
    generalidad, frecuencia con la que se brinda,
    estructuración y nivel.

    De este modo, atendiendo a su contenido la ayuda
    pedagógica puede presentar un carácter
    fundamentalmente gnoseológico, axiológico o ambos.
    En el primer caso contribuye a formar en los estudiantes saberes
    teóricos y/o prácticos de carácter
    gnoseológicos: filosóficos-epistemológicos,
    teórico-metodológicos (como por ejemplo formar
    sistemas de
    conocimientos y habilidades para elaborar los marcos
    problémicos y teórico-conceptual, la estrategia
    metodológica de la investigación, etc.),
    metódicos-técnicos (la elaboración de
    métodos y técnicas, codificación de sus resultados, etc.) y
    práctico-operativos (aplicación de los
    métodos e instrumentos y recogida de datos,
    etc.).

    El contenido de la ayuda pedagógica
    también debe tener muy presente la dimensión
    axiológica, que propicie la formación por el
    discente de motivos, valores, morales, ideológicos,
    humanistas y progresistas, así como, de normas de
    conducta
    adecuadas. Ambos tipos de ayuda presentan una importancia
    esencial en el proceso docente-educativo en general y en la
    formación investigativa del maestro en
    particular.

    De acuerdo a su grado de generalidad, la ayuda puede ser
    estratégico-general y estar dirigida a formar en el
    discente una base orientadora global de la actividad (por
    ejemplo, elaborar un proyecto de
    investigación, un informe
    científico, etc.); o por el contrario, puede ser
    táctico-particular y aspirar a que el discente forme una
    base orientadora especifica, la que se limita a asimilar los
    índices necesarios para la realización de una
    actividad específica (elaborar una guía de entrevista,
    realizar una observación, etcétera).

    Ambos tipos de ayuda pedagógica y de base
    orientadora desempeñan funciones importantes en el proceso
    docente-educativo y en la actividad solucionadora de problemas
    investigativos del estudiante, interactuándose y
    complementándose entre sí.

    El grados de estructuración directiva de la ayuda
    pedagógica (estructurado, semiestructurado, poco
    estructurado, abierto) expresa los diversos roles que como
    mediador puede cumplir el profesor en el proceso de
    apropiación del contenido por el discente, desde una
    dirección máxima hasta la
    mínima (como facilitador del mismo).

    Todos los tipos de ayuda antes señalados no solo
    pueden caracterizar la ayuda externa que prorciona el docente al
    educando, sino también, los tipos de autoayuda que este
    último es capaz de proporcionarse a sí mismo, una
    vez que ha sido capaz de construir sus propios recursos
    personológicos de automediación.

    Aunque el proceso docente-educativo de formación
    científica investigativa del maestro en particular, se
    caracteriza en el desarrollo curricular del plan de estudio, por
    transitar de la ayuda pedagógica máxima a la
    mínima, no excluye que como tendencia pedagógica
    general los agentes educativos deben brindar, en el mayor grado
    posible, la ayuda mínima, necesaria, suficiente y oportuna
    atendiendo al grado de complejidad de la tarea para el discente,
    sus potencialidades de desarrollo próximo y otras
    consideraciones pedagógicas que resulten pertinentes

    En la preparación científica investigativa
    del educador resulta tan poco desarrollador brindar una ayuda
    insuficiente como proporcionar un nivel de ayuda por encima de lo
    que realmente necesita como discente para cumplimentar las tareas
    y continuar construyendo sus propios saberes teóricos y
    prácticos, en el proceso de apropiación de la
    cultura científica investigativa. Este principio persigue
    garantizar el carácter problémico, productivo y
    desarrollador que debe caracterizar el proceso docente educativo
    en la formación del maestro-investigador.

    En conclusión, la concepción vigotskiana
    de la ayuda pedagógica que defendemos demanda que
    ésta sea pertinente, oportuna, eficiente, flexible,
    problematizadora, desarrolladora, diferenciada e individualizada,
    cumplir con el principio del mínimo necesario y
    suficiente, ejercer una influencia directa sobre los aprendizajes
    específicos del discente y mediato sobre las formaciones
    complejas y funciones psicológicas
    básicas.

    2.3 Principios didácticos de la
    formación científica investigativa educacional del
    maestro.

    Los principios pedagógicos que determinamos que
    deben regir la educación superior y en particular la
    formación científica investigativa del maestro,
    tanto en el diseño como en el desarrollo curricular de la
    licenciatura y de los estudios de postgrados, son los
    siguientes:

    • Principio del carácter profesional, educativo,
      científico, y desarrollador.
    • Principio de la sistematicidad y la
      asequibilidad.
    • Principio de la unidad de la teoría y la
      práctica.
    • Principio del carácter consciente y activo de
      los estudiantes bajo la orientación del
      docente.
    • El principio del carácter colectivo del
      proceso docente-educativo y la atención pedagógica diferenciada y
      personalizada por el docente.
    • Principio de la unidad de lo académico, lo
      laboral, lo investigativo y lo personal.

    2.4 Sistema de contenidos científicos de la
    formación científica investigativa educacional del
    maestro.

    La dimensión gnoseológica de los
    contenidos del proceso de formación científica
    investigativa del maestro comprende saberes
    filosófico-epistemológicos; teóricos
    conceptuales (generales y particulares); metodológicos
    generales; metódico-técnicos; y procedimentales
    operativos. La dimensión axiológica del contenido
    del proceso docente-educativo en la formación del maestro
    investigador debe comprender su interiorización de
    motivos, valores morales, ideológicos, políticos,
    estéticos, patrones de conducta de carácter
    humanista y progresista que rijan sus acciones en su
    práctica pedagógica y
    científico-investigativa.

    2.5 Etapas de la estrategia curricular en las
    carreras magisteriales.

    • Primera etapa (Primero y segundo año de la
      carrera): familiarización con los saberes
      teóricos de las ciencias de la
      educación, principios gnoseológicos y
      métodos empíricos sencillos de la investigativa
      educacional, con vista a aplicarlos en las practicas de
      familiarización en las escuelas y en la búsqueda
      y construcción de conocimientos
      académicos.
    • Segunda etapa (desde tercer año de la carrera
      hasta su culminación): sistematización
      profundizadora
      de los fundamentos
      filosófico-epistemológicos, saberes
      teóricos, metodológicos, metódicos,
      técnicos de la investigación empírica y
      aplicada, muestreo,
      niveles de medición de las variables y
      estadística
      descriptiva, así como, la realización de una
      investigación empírica vinculada con la
      elaboración y evaluación de un proyecto
      pedagógico simple vinculado con su práctica
      preprofesional.
    • Tercera etapa (superación de postgrado):
      profundización integradora de saberes teóricos
      y metodológicos
      sobre las ciencias de
      la educación y la investigación educacional ,
      así como, el dominio de los métodos cuantitativos
      y cualitativos, la estadística paramétrica, no
      paramétrica y multivariada, así como, la
      especialización relativa y aplicación creativa de
      estos saberes a un campo determinado de la investigación
      educativa.

    Conclusiones.

    • Los fundamentos
      filosófico-epistemológicos,
      psicopedagógicos y didácticos que proponemos
      proporcionan un marco
      teórico-conceptual-metodológico que
      posibilitan elevar la calidad de la planeación y
      desarrollo del proceso docente educativo de formación
      investigativa educacional del maestro en las carreras
      magisteriales y en la superación
      postgraduada.
    • El proceso docente-educativo de formación
      investigativa debe estimular en el discente la formación
      e integración de saberes teóricos,
      metodológicos, técnicos y prácticos
      operativos en los niveles filosóficos,
      científico-general y científico-particular, de
      manera que le posibilite el dominio efectivo del paradigma
      sociohistórico dialéctico de investigación
      educacional.
    • La intervención pedagógica debe regirse
      por el principio del mínimo necesario y suficiente, con
      vista a garantizar en el mayor grado posible su carácter
      problémico desarrollador, brindar la cantidad y calidad
      de ayuda que los discentes requieren, de acuerdo con sus
      necesidades educativas individuales y grupales, estables y
      circunstanciales.
    • El contenido del proceso docente educativo de
      investigación educacional debe comprender el sistema de
      núcleos básicos (gnoseológicos y
      axiológicos) que conforman el paradigma
      sociohistórico dialéctico de investigación
      educativa, los saberes teóricos y prácticos que
      éste aporta, así como, estructurarse y
      desarrollarse a partir del principio del curriculum
      en espiral.
    • El proceso docente-educativo de investigación
      educacional no se debe conformar con la simple
      asimilación reproductiva por el discente, sino que debe
      estimular y orientar su construcción de aprendizajes
      significativos de contenidos particulares y generales
      (informacionales, procedimentales, actitudinales) y de
      principios (gnoseológicos y axiológicos), con
      vista a lograr su máxima apropiación. Es decir,
      debe contribuir al desarrollo integral del sistema de funciones
      cognitivo-ejecutoras y afectivo-inductoras de su personalidad,
      que intervienes en la realización de sus actividades
      profesionales e investigativas. Para lograr esto hace falta una
      adecuada imbricación dinámica desarrolladora de las
      actividades de los estudiantes con el contenido de estudio y de
      comunicación alumno-alumno y
      alumno-profesor.
    • Los estudiantes de las carreras magisteriales deben
      tener una participación activa, consciente, motivada,
      comprometida en la planeación y desarrollo del proceso
      docente de investigación educacional, en la
      diferenciación e individualización de sus
      componentes, en la apropiación de su contenido y en el
      cumplimiento y autoevaluación de los objetivos
      instructivos y educativos que les propone dicho
      proceso.

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    Autor:

    Dr. C. Gastón L. Pérez
    Rodríguez

    Licenciado en Psicología, Master en
    Educación Primaria, Master en Educación
    Especial, Doctor en Ciencias Pedagógicas

    Especialista en Investigación Educativa y
    Psicopedagogía

    Fecha de culminación de la investigación:
    20 de Oct. 2005

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