No cabe duda que el género influye profundamente
en el desarrollo de
la
personalidad, sea en el aspecto moral,
intelectual o afectivo. La influencia del género en la
persona se da
desde que ésta establece vínculos con los agentes
de socialización (Ferrer, 1994).
Los diferentes espacios donde la persona se desenvuelve
en su niñez, adolescencia y
juventud
sirven como fuente para la interiorización de estereotipos
de género, el refuerzo a normas de
conducta y la
formación de actitudes
hacia otros géneros que van a contribuir a la construcción psicológica de la
identidad, la
cual toma gran parte de su constitución de la identidad de
género.
Tanto la identidad de género como la identidad
sexual suponen situaciones críticas en la adolescencia
más que en la niñez, sujetándose su
definición a reforzamientos sociales que dependen de la
cultura
preponderante en la sociedad.
El proceso
educativo forma parte de la vida de la mayoría de adolescentes,
y refleja en sus planteamientos el ideal de persona según
las normas convencidas socialmente. La escuela es un
espacio de socialización muy influyente en la
formación de actitudes y en el desarrollo de la personalidad,
representa el proceso educativo escolar.
La escuela es el escenario privilegiado del desarrollo
humano porque permite al niño y a la niña su
primer contacto con la autonomía, la cual puede retardarse
por influencia de los padres, profesores, pares y por ellos
mismos. La escuela reforzará en el niño y la
niña aquellas conductas socialmente convenidas que
reflejan la cultura predominante.
En nuestro país y en otros de Latinoamérica predomina una cultura
machista que promueve la desigualdad entre hombres y mujeres
(Fuller, 1998), es por ello que los refuerzos sociales, en cuanto
al rol de género, se ven muy influidos por esta
característica. La actividad educativa que muchas organizaciones de
la sociedad civil y
el estado
vienen desarrollando está produciendo un cambio en la
forma de percibir el rol de la mujer en la
sociedad, destacándose desde hace varios años que
el cambio en la percepción
del rol de la mujer ha
cuestionado el rol del varón, hablándose de una
crisis de la
identidad en el varón (Ortega y cols, 1993); sin embargo
la desigualdad en cuanto a la educación de la
niña se mantiene, lo cual se refleja claramente en las
estadísticas del sector educación, la
atención prestada a la formación que
la niña recibe en la escuela es bastante
superficial.
El objetivo
general de este ensayo es
analizar la situación de desigualdad e inequidad de
género en la escuela, centrándonos en el
fenómeno de la discriminación por género, en el
marco de los derechos sexuales. Creemos
que este aspecto encierra una problemática psicosocial de
gran impacto en el proceso educativo escolar.
No se duda que también se presenta esta
situación en el proceso educativo no escolar, sin embargo
las categorías de análisis necesarias para abarcar dicho
estudio difieren mucho del nuestro. Esto constituiría la
primera limitación de nuestro trabajo lo
cual se asume y se toma como un marco referencial.
La discriminación por género no es
ajena de otros tipos de discriminación en la escuela, sin
embargo las relaciones que pudieran darse no serán
analizadas por requerir un estudio de campo, que se
llevará a cabo a partir de esta primera revisión
teórica que pueda justificar la investigación empírica
respectiva.
Los objetivos
específicos del trabajo serán:
- Analizar el rol de los protagonistas de la
discriminación por género en la
escuela. - Analizar a la comunidad y
los medios de
comunicación como espacios facilitadores de la
discriminación por género en la
escuela. - Analizar las formas de discriminación por
género en la escuela.
Para abordar el estudio de la discriminación por
género en la escuela se empezará construyendo el
sistema
conceptual desarrollando las nociones previas para abordar su
estudio; seguidamente se buscará alcanzar los objetivos
específicos analizando a los protagonistas de la
discriminación por género en la escuela, los
espacios facilitadores de esta discriminación y las formas
en que se produce.
Finalmente, a modo de síntesis,
se plantearán las conclusiones del trabajo a modo de
hipótesis de trabajo dentro del
tema.
El manejo de los términos género,
sexo y sexualidad se torna muy confuso en nuestro medio, y
esto no es gratuito, se debe a las diferentes perspectivas
de trabajo que se han desarrollado y se desarrollan en
nuestro país, tanto a nivel gubernamental como
privado, así mismo, y quizás principalmente,
por las diferentes culturas que existen en nuestro
país. Todo esto ha influido en la forma en que
concebimos cada concepto
relacionado a la vivencia de la sexualidad.Por esto hemos considerado conveniente definir
sexo, sexualidad y género explicando brevemente sus
relaciones. Los tres son fenómenos bastante
complejos que se involucran entre sí, manteniendo
elementos mutuamente excluyentes e incluyentes entre
sí; por lo que las definiciones que damos,
deberán considerarse con sumo cuidado al momento de
revisar otros trabajos sobre el tema.Siguiendo a Katchaudorian (1998) reconocemos
que la palabra sexo se ha vuelto imprecisa, si bien su
significado formal alude a la división de los
seres orgánicos identificados como macho y
hembra, y a las cualidades que los distinguen,
podría también agruparse su significado
en dos categorías, sexo como una
característica biológica o de la
personalidad, y el sexo como comportamiento
erótico.Con respecto al primer uso se reconoce al sexo
como un conjunto de características
genéticas, gonadales, hormonales y
anatómicas que tipifican a un ser humano como un
hombre o mujer (Vereau, 1998). Con
respecto al segundo uso, el comportamiento sexual, hace
referencia primariamente a "practicar el sexo", sin
embargo existen diversos problemas en la delimitación del
término, reconociéndose con él a
prácticas tan diversas como las fantasías
sexuales y el coito.Se reconoce que el sexo es más
biológico que psicológico o social,
siendo a veces llamado redundantemente sexo
biológico, por lo que las diferencias que
produce se dan en el nivel cromosómico,
anatómico y fisiológico posibilitando que
la especie se reproduzca (Guezmes y Loli, 1999), en
este mismo sentido, ya en el año 1965, Money
consideró que el sexo biológico
contenía los siguientes elementos: sexo
genético, sexo hormonal, sexo gonádico,
morfología de los órganos
internos de reproducción y morfología
de los genitales externos (Citado en Katchaudorian,
1998; p. 17)- Sexo.
- Sexualidad.
- El género, la sexualidad
y el sexo.
Conjunto de actitudes y conductas relacionados con el
hecho de ser varón o mujer, a través de los cuales
expresamos afectos y deseos. Es una manifestación cultural
que aprendemos en la vida familiar y social, se da en un contexto
y en un tiempo
determinado.
La sexualidad es la capacidad de ser sexual, la
posesión de capacidad sexual y la capacidad para los
sentimientos sexuales (Katchaudorian, 1998)
La sexualidad tiene tres componentes básicos, el
primero de ellos es el sexo o componente biológico, que ha
sido definido líneas arriba.
Otro componente es el social, que está dado por
la cultura y el medio socioeconómico donde se desarrollan
las personas. Existen canales socialización de la
sexualidad, los cuales son:
- La familia: Es
el medio en el que nacemos y comenzamos a recibir
educación acerca del sexo y la sexualidad. - El colegio o escuela: Forma en los alumnos
modelos y
normas de comportamiento sexual. Es el objeto de
análisis del presente trabajo. - Los grupos de
amigos o pares: Contribuyen a la formación de
creencias, actitudes y comportamientos relacionados con la
sexualidad. - La religión:
Representa valores
morales que influyen en las actitudes hacia la sexualidad
de los creyentes. - Los medios de
comunicación social: Los medios
desvirtúan la sexualidad, mediante: (a) la pornografía o manejo comercial y vulgar
de la sexualidad, y (b) los estereotipos sexuales o creencias
generalizadas de un grupo
cultural respecto a cómo deben ser y comportarse hombres
y mujeres. - Las Leyes: Son
las normas que definen y sancionan ciertas conductas
relacionadas con la sexualidad.
El último componente lo constituyen los aspectos
psicológicos de la sexualidad, que están referidos
a la identidad sexual, es decir, la forma como una persona se
asume como ser sexual. Según el Ministerio de Salud (1998; pp.55-56), la
identidad sexual comprende:
- La identidad de género: Es el sentir o
pensar como varón o mujer. Por lo general esto
corresponde con el sexo físico. Se forma en la primera
infancia y
se revalora o consolida en la adolescencia. Es la experiencia
privada del rol de género. - El rol de género: Es el comportamiento
masculino o femenino expresado de acuerdo a costumbres y normas
de la sociedad. Es todo lo que la persona hace o dice para
indicar a sí mismo y a otros, el grado en el que se es
hombre o mujer. - La orientación o preferencia sexual: Es
el sexo frente al cual se siente atracción. Se puede
sentir placer o erotizar con una persona del mismo sexo, del
otro sexo, o hacia ambos sexos indistintamente.
- Género.
Conjunto de construcciones sociales que diferencian a
los seres humanos en hombres y mujeres (Guezmes y Loli, 1999; p.
22), mientras que como categoría de análisis se
utiliza para identificar las características socialmente
construidas que definen y relacionan los ámbitos del ser y
quehacer femeninos y masculinos dentro de contextos
específicos.
El género refleja de manera global en todos sus
miembros una serie de construcciones sociales que diferencian a
machos y hembras, en varones, mujeres, lesbianas y gays (Herdt,
2000; Guezmes y Loli, 1999; Weeks, 1997)
La identidad de género se adquiere por un proceso
en el que los niños y
niñas desde muy temprana edad van siendo formados para el
desempeño de aquellos roles asignados
socialmente, a fin de que respondan a los comportamientos
esperados; a este proceso se le llama socialización de
género (Guezmes y Loli, 1999) y tiene gran relevancia en
la vida escolar y familiar.
Existen en las sociedades muchas formas de establecer
diferencias entre las personas, siendo la más
común la división por género. Esta
categoría empleada desde inicios de la humanidad
tiene como fundamento la repartición natural de
roles; así mientras a la mujer se le asignan roles
reproductivos, al varón se asignan roles
comunitarios y productivos.Así, existe de forma natural en nuestra
sociedad un inequidad entre varones y mujeres, esta
inequidad está sustentada en costumbres y creencias
sobre los roles que corresponden a cada sexo.
Históricamente hay una gran influencia del
mestizaje. Diferentes estudios concuerdan en que la
dominación se constituyó más
allá de lo político y económico,
llegando a lo cultural y, por ende, a la esfera de la
sexualidad. Así, la mujer era dominada por
constituir parte de la propiedad del padre y luego del esposo,
quedando imposibilitada de ejercer sus derechos (Weeks,
1997; Herdt, 2000).El historiador Jeffrey Weeks (1997) propone que el
origen de la intolerancia a la diversidad sexual
está en la moral
cristiana del siglo XIX que proponía que la
sexualidad era prueba de la divinidad de Dios y
debía estar libre de perversiones, para ello las
personas debían establecer relaciones íntimas
según parámetros eclesiásticos y
bíblicos que anulaban la diversidad; así todo
lo diverso era perversión, y originaba que el
diferente sea "perverso" dentro de la comunidad.La mujer era considerada como fuente de placer
pero guardada como objeto de dignidad, símbolo de pureza y
valores
cristianos, alejarse de ello era considerado una
perversión.Esta forma de pensar estaba extendida al proceso
educativo, que en su desarrollo histórico ha ido
interiorizando este discurso, de manera que la inequidad entre
géneros ha quedado justificada en el proceso
educativo. Esto provoca que no exista igualdad
de derechos entre chicos y chicas.Si bien las normas educativas consideran iguales a
niños y niñas, en la práctica existe
inequidad de género. Se carece de igualdad entre
chicos y chicas porque no tienen las mismas oportunidades
de desarrollo. Estos problemas constituyen en sí la
discriminación por género existente en las
escuelas.Distingamos Derechos ciudadanos de
Ciudadanía. La ciudadanía puede ser
entendida como la calidad de goce de los Derechos
ciudadanos, es decir poder gozar de nuestros derechos a
plenitud; mientras que los Derechos ciudadanos pueden
ser ejercidos sólo por personas con
mayoría de edad. Esta es la perspectiva
legal.Una interpretación psicológica
errónea, podría dar a entender que un
menor de edad al cumplir 18 años,
automáticamente puede desenvolverse con
autonomía y que antes no pudo ser
autónomo y siempre tuvo que atenerse a aquello
que le ordenaban, o creer sólo en lo que le
decían.Lo cierto es que toda persona es ciudadana
desde que nace, y tiene derecho a gozar de su
ciudadanía, la diferencia está en que un
menor de edad requiere una representación adulta
para ser persona jurídica y ejercer sus derechos
ciudadanos, pero es sólo una aproximación
legal.Psicológicamente, las aproximaciones
legales resultan limitadas, porque encasillan poco a
poco las diferentes manifestaciones humanas. Los y las
adolescentes tienen derecho a gozar de su
ciudadanía teniendo siempre la
orientación de una persona responsable, que
pueden bien ser los padres y madres, además de
los maestros y las maestras.El problema se encuentra en la
orientación que brindan estos. Si bien existen
formas de trabajar con adolescentes favoreciendo su
desarrollo, así como para trabajar con padres y
madres para que estos hagan lo propio, la
orientación como proceso en nuestro país
queda como un concepto sin significado concreto.De la misma manera, el derecho al goce, que
tienen los niños, las niñas, los y las
adolescentes, se limita por interpretaciones
erróneas de aquellos que deben
orientarlos.- Niñez, adolescencia y ciudadanía.
Uno de los aspectos más afectados por
la falta de preparación para orientar sobre sus
derechos a los y las adolescentes, se encuentra en el
área de Derechos sexuales y reproductivos. Los
Derechos sexuales y reproductivos constituyen la
expresión de la sexualidad vivenciada libre y
sanamente, están dentro de los Derechos
humanos. Su principal objetivo es establecer
condiciones de vida para la libre vivencia de la
sexualidad. Estos derechos son planteados regionalmente
por colectivos civiles y Organismos No Gubernamentales
de Desarrollo (ONGs).Usualmente estos derechos se plantean en
áreas como Educación, Ciudadanía,
Reproducción y Ejercicio libre de la sexualidad
(Ladi, 1996).El mayor logro que se les atribuye es
estructurar objetivos de trabajo de acuerdo a las
perspectivas regionales, así como lograr
concretamente la participación de diversos
sectores de la población en la solución
de las múltiples problemáticas originadas
por la inequidad de género (Güezmes y Loli,
1999; Ladi, 1996).Uno de los claros planteamientos de los
derechos sexuales y reproductivos es la educación sexual laica y con
enfoque de género, es decir libre de influencias
religiosas y ajena a toda inequidad por género,
promoviendo el desarrollo de las potencialidades de
todo niño, niña, adolescente y en general
de toda persona que la reciba, basándose en el
principio "No se puede educar para la equidad en la inequidad", propuesto,
entre otros autores, por la psicóloga colombiana
Martha Trujillo, quien a partir de su experiencia nos
dice que de nada vale que un docente promueva la
equidad durante las horas de clase dedicadas a la educación
sexual, si es que otros docentes de otras materias harán
lo opuesto durante las demás horas de clase
(Trujillo, 2000) - Los derechos sexuales y
reproductivos. - La situación de inequidad de
género.
Independientemente de la forma como se plantee
teóricamente la educación, esta contempla
situaciones de inequidad en la práctica. Entendemos
como situación de inequidad de género a
aquellos episodios en los que se asume que existen
diferencias naturales entre chicos y chicas; es decir en
aquellas situaciones en que existe una justificación
para otorgar un trato diferente por razones de
género.Esta situación de inequidad debe ser
entendida como algo concreto, independiente de los discursos que los protagonistas de la
situación de inequidad puedan dar fuera de ella.
Estas situaciones constituyen el punto de análisis
adecuado para establecer las causas de la
discriminación por género en cualquier
contexto.Las situaciones de inequidad generalmente se
asocian con las de desigualdad, entendiendo por
situación de desigualdad aquellas en las que chicos
y chicas no tienen las mismas oportunidades de desarrollo
por ser considerados diferentes de manera
natural.En resumen una situación de desigualdad, se
sustenta en una de inequidad, y puede originar la
discriminación por género.- Inequidad,
desigualdad y discriminación por
género - La discriminación por género en la
escuela.
La discriminación escolar es el rechazo a la
heterogeneidad y diversidad en el comportamiento escolar.
Según Oswaldo Orellana (1999) la discriminación
escolar forma parte de la vida cotidiana institucionalizada,
pocas veces abordada por los profesores, por formar parte del
"folklore"
escolar, disminuyendo su importancia; desconociendo que existen
consecuencias impredecibles por el daño
psicológico ocasionado.
Si analizamos el problema de la discriminación
desde la perspectiva de quién cree que "forma parte del
folklore escolar", encontraremos una justificación al
hecho, diremos entonces que existe inequidad. Esta perspectiva de
inequidad puede ser cambiada con un proceso de
modificación de actitudes en el maestro que percibe la
inequidad como natural, ya que la justificación de
inequidad es una disposición favorable ante
ella.
Entre las principales formas de discriminación
escolar tenemos:
- Diferencias físicas:
- Burlas e insultos a aquellos alumnos que presentan
características físicas relevantes (gordura,
delgadez, cojera, entre otros). - Burlas y exclusiones a alumnos y alumnas que
presentan rasgos raciales minoritarios. - Abuso en contra de alumnos menores.
- Diferencias psicológicas:
- Burlas y agresiones a los alumnos tímidos,
opacados. - Burlas y agresiones a los alumnos que no manejan
símbolos y códigos de la cultura
escolar, los llamados "monses".
- Diferencias basadas en el
género:
- Burlas y abusos en contra de las mujeres.
- Burlas, abusos y agresiones en contra de los alumnos
y alumnas señalados como "maricones" y
"machonas".
- Diferencias económicas y
socioculturales:
- Exclusión y burlas en contra de alumnos
pobres. - Burlas contra alumnos con rasgos culturales de la
sierra. - Burlas contra los alumnos cumplidos, los llamados
"chancones".
De todas estas formas de discriminación en la
escuela, nos interesan la basada en el género. La
discriminación por género en la escuela tiene
fuerte influencia en la vida posterior de la persona. La escuela
es un espacio de entrenamiento
social, en donde se adquieren la mayoría de los
comportamientos sociales y las disposiciones psicológicas
o actitudes.
De allí que la marginación se pueda
convertir en auto-marginación o sentimiento de
exclusión que los sujetos sienten en la sociedad por ser
diferentes.
Para Guezmes y Loli (1999), la discriminación por
género se da por:
aquellas normas, decisiones y prácticas que
tratan de un modo desigual los intereses y derechos de varones
y mujeres, y/o que pese a tener una apariencia de igualdad dan
lugar a resultados de desigualdad -discriminación por
resultados (p. 27)
Este trabajo no pretende desarrollar exhaustivamente
cómo ocurren estas prácticas discriminatorias,
más bien pretende analizar la discriminación por
género y los posibles efectos en el desarrollo de la
persona.
2.
ANÁLISIS DE LA DISCRIMINACIÓN POR GÉNERO EN
LA ESCUELA
La discriminación por género en la
escuela tiene como protagonistas a los alumnos, alumnas,
profesores y profesoras, estos últimos no
protagonizan las etapas previas que originan la
construcción psicológica del género
pero son responsables de la mayor cantidad de refuerzos
sociales que estas construcciones van a recibir. Los
protagonistas de la discriminación por género
cumplen un doble rol, bien como discriminadores o bien como
discriminados.Según Teresa Tovar (1997) los alumnos y
alumnas son conscientes de su igualdad y competencia, es decir que saben que un
chico y una chica sólo se diferencian en lo
físico, teniendo por lo demás los mismos
derechos, responsabilidades y posibilidades de
desarrollo. De su investigación extraemos
algunos testimonios por resultar útiles para
explicar las percepciones de las y los alumnos sobre el
tema. El primer testimonio corresponde a un joven
pandillero:"Ellas están queriendo
igualarse… y tienen razón; todos somos
iguales, no sabría explicarte porqué pero
yo creo en eso"(Alumno de 5to de secundaria, 17
años)Este joven emplea la frase
"…están queriendo igualarse…" ,
dando a entender que existe una superioridad a favor de
los hombres y en perjuicio de las chicas; pero deja en
claro que el no comparte el hecho de que deba haber
superioridad, no sabe explicar el porqué de su
opinión pero considera que debe haber igualdad
entre chicos y chicas.Esta opinión es alentadora pero tiene
una fuerte composición de sentido común,
por lo que si bien debe tener un origen en el espacio
familiar y comunitario, corresponde a una mentalidad
factible de modificarse ante circunstancias
específicas. En otro caso, una chica
autodefinida como "tranquila, de su casa, que no sale y
estudiosa" comenta que:"Las mujeres podemos razonar igual que el
varón, tenemos iguales derechos aunque no se
ejercen"(Alumna de 4to de secundaria, 15
años)Este comentario demuestra cierta
resignación por la situación de
desigualdad que existe, la cual está en
relación con su autoconcepto, que es muy
positivo. Nos demuestra que las alumnas tienen conciencia, como se afirmaba al
principio, de su competencia frente a los
varones.La mentalidad característica de esta
etapa es la del reconocimiento de potencialidades, que
si no son estimuladas adecuadamente, pueden generar en
las personas efectos negativos, especialmente en su
autoestima.Si bien en el
trabajo de Tovar (1997) encontramos testimonios
alentadores, que demuestran un cambio de mentalidad, la
percepción sobre las oportunidades que hombres y
mujeres tienen mostró que 53 por ciento de los
encuestados piensan que los hombres y las mujeres no
tienen iguales oportunidades; es decir que los alumnos
y alumnas a pesar de opinar que los hombres y mujeres
deben tener igualdad de oportunidades, mantienen
expectativas contrarias a que esto ocurra.- Alumnos y alumnas.
- Profesores y profesoras.
La mayoría de profesores promueven la
inequidad de género entre los alumnos, tanto al
momento de transmitir mensajes como al momento de tomar
decisiones. Por ejemplo, en muchas clases se toca el tema
del amor
como una suerte de adoctrinamiento a las alumnas, mientras
que cuando se habla de inteligencia y heroísmo, se ponen
ejemplos exclusivamente de varones (Tovar, 1997; Oliart
2000, 1991).Los docentes pocas veces se han dedicado a crear
conocimientos en el aula, sino por el contrario, a
reproducir los que ya están acumulados. Cuando la
metodología en el aula busca
construir el
conocimiento, la interacción entre alumnos, alumnas,
profesores y profesoras aumenta, de manera que es posible
trabajar conocimientos y actitudes en clase.La interacción alumno-alumna favorece la
construcción psicológica de género con
equidad y resulta una experiencia agradable para ambos
grupos, sin embargo en ocasiones son los mismos alumnos
quienes ponen resistencia a este tipo de experiencias, tal
lo grafica el siguiente testimonio extraído del
trabajo de Teresa Tovar (1997):"Esto sucedió en un colegio mixto, en la
sección del cuarto de secundaria. Cuando ingresaban
a los salones, los alumnos forman antes en el patio, Pero
lo hacen separadamente: chicos por un lado y chicas por el
otro. Luego entran al salón, primero las chicas y
luego los muchachos. Dentro del salón también
se sientan separados, por un lado las chicas y por el otro
los chicos.Un día, en el curso de ciencias
sociales, yo les propuse a los alumnos hacer grupos
mixtos de trabajo. Al principio los chicos no
querían, las chicas tampoco. Están
acostumbrados a trabajar separadamente, tienen recelo de
juntarse, timidez, falta de experiencia. ‘¡No
profesor, no!’, me decían los
chicos. ‘¡Los chicos son muy
molestosos!’, alegaban las chicas. Y así. Pero
al final los convencí y trabajaron en grupos mixtos.
Fue interesante y los chicos y las chicas salieron
contentos de la experiencia. Claro que yo , como profesor,
tuve que tomar la iniciativa y forzar un poco la
cosa.(Profesor de secundaria de un
colegio mixto, 38 años)El profesor relata las resistencias iniciales de los alumnos que
tuvo que enfrentar para lograr realizar su actividad
educativa, y tal como se planteó, vemos que la
actividad mixta resultó una experiencia
enriquecedora para ambos grupos: los chicos y las chicas.
Se puede apreciar también, la percepción del
profesor sobre el comportamiento auto-excluyente de chicos
a chicas y viceversa.Este profesor nos narra cómo desde el
momento de ingresar al colegio, se da una separación
natural de los grupos diferenciados por género, sin
que esto implique discriminación, por el contrario
vemos que una actitud
favorable al desarrollo equitativo e igualitario puede
combatir situaciones típicas de inequidad. Sin
embargo este docente es como una isla en medio del
océano, y el mismo nos lo plantea
relatándonos otro aspecto de la experiencia narrada
líneas arriba:Pero otros profesores no tomaron así el
asunto. Criticaron y se opusieron. Dijeron que eso era
nocivo para las relaciones entre los jóvenes. La
directora dijo que era peligroso, que cualquier cosa
podía suceder. Incluso me lo prohibió. Pero
yo no le hice caso y realicé la
experiencia"(Profesor de secundaria de un
colegio mixto, 38 años)La mayoría de docentes manifiesta rechazo a
las interacciones alumno-alumna dentro de actividades
educativas, pero con mayor firmeza en actividades no
educativas dentro del colegio. Teresa Tovar (1996)
encontró testimonios de alumnos que informan de las
represiones que sufren en la escuela por manifestar
cariño y afecto por sus compañeros o
compañeras.El siguiente testimonio grafica claramente lo
dicho:"Besarse está prohibido. Lo prohíbe
el reglamento, no lo digo sólo como educador, como
formador, sino que soy bien apegado al respeto
a las normas… En el colegio los chicos saben que no
pueden hacer cosas que no estén de acuerdo con su
edad"(Auxiliar de educación de un
colegio mixto, 58 años)Pareciera que este rechazo se fundamenta en el
temor a las consecuencias que producen los embarazos no
deseados, con el consecuente desprestigio del colegio.
Así como la intolerancia que caracteriza la
construcción psicológica de la sexualidad en
muchos adultos que se desarrollaron en épocas muy
rígidas.- Partes involucradas en la discriminación
por género en la escuela.Las situaciones de discriminación por
género en la escuela tienen correlatos en otros
espacios, según la reacción que se provoque
en estos pueden afectar la autoestima de la persona
discriminada y por ende facilitar la discriminación
en otras oportunidades.Es importante que los padres y madres de familia
brinden un soporte adecuado a los hijos en todo momento,
buscando promover su desarrollo integral,
constituyéndose como fuentes
de referencia inmediata que brinden apoyo de manera
positiva, fortaleciendo la autoestima de los niños,
niñas, y adolescentes para que estos puedan
desarrollar habilidades sociales que les permitan ejercer
su autonomía sin dejarse vencer por los
obstáculos puestos por la discriminación de
otros.Un espacio facilitador puede concebirse como el
escenario de situaciones reforzantes, situaciones que
refuerzan la interiorización de determinadas
informaciones, que al ser asimiladas producen actitudes,
conductas y opiniones condicionadas por la naturaleza de la información recibida (Bandura, 1987).
Esta información bien puede provocar inequidad de
género o bien reforzarla originando desigualdad y
discriminación.En resumen, los espacios facilitadores de
discriminación por género son fuentes de
aprendizaje
social de actitudes y estereotipos de género. Si
bien la comunidad constituye el espacio macro, se incluye
además el análisis de los medios de comunicación debido a la creciente
importancia que cumple en la actualidad.La escuela, la
familia, el grupo de pares y los medios de
comunicación son elementos que conforman aquello
que nosotros llamamos "comunidad", ésta siempre
mantiene una singularidad a la cual se atribuyen
características propias de un ente que nadie
cuestiona por cuanto sería muy complejo hacer
referencia a tantas personas, tantos medios, tantas
situaciones que constituyen la vida cotidiana de cada
uno.Así, muchas opiniones se sustentan en
cosas que se presuponen incuestionables, esto ocurre
mucho en el caso de los roles sexuales y reproductivos
que se atribuyen a cada género. Mientras
el
hombre sale trabajar y la mujer se queda en casa y
eso nadie lo justifica, se "sobreentiende" que nace en
cada persona y que la escuela debe aceptar, por ello lo
que la comunidad plantea debe ser aceptado por la
escuela y si la escuela no lo hace, entonces
está mal, entonces hay un problema en la
escuela.La comunidad se constituye como un espacio
facilitador de la discriminación por
género, ya que en nuestra sociedad la cultura
machista influye fuertemente en lo que la comunidad
presenta a sus integrantes mediante los medios de
comunicación, los
valores familiares y los comentarios de los pares,
entre otras cosas.La comunidad se constituye en el primer centro
de inequidad sobre el cual no se puede educar
eficientemente para la equidad, cualquier intento por
modificar esta situación debe empezar con la
educación familiar con enfoque de
género.- La comunidad.
- Los medios de
comunicación.
La influencia de los medios de comunicación
en la discriminación por género es muy
fuerte, y con el transcurrir de los años se
está convirtiendo en determinante dentro del proceso
educativo de las personas.Los medios de comunicación se han vuelto
patrones de verdad y falsedad en la vida de muchas
personas, por lo que su espacio debe aprovecharse para
transmitir educación de manera entretenida, esto
porque la percepción de la
televisión y otros medios de comunicación
como fuentes de entretenimiento es muy arraigada y
difícilmente una opción seria logra captar la
atención del público (Ministerio de
Educación, 1999; Montero López, 1994). Los
medios de comunicación contribuyen a que los
miembros de la comunidad interioricen estereotipos que
dañan la equidad de género.En la mayoría de diarios de Lima, las
mujeres son retratadas cumpliendo roles exageradamente
sensualizados, como es el caso de las vedettes "regalonas",
que aceptan "trabajitos" para hombres ricos, que salen con
futbolistas por "zapatones"; la vedette se constituye como
el objeto deseado por los hombres, es el "premio mayor", la
cosa a elegir, la que sólo está para
satisfacer la sexualidad masculina; éste es un
prejuicio muy antiguo que sobrevive a
través de este tipo de manifestaciones.Otra representación popular de las mujeres
es la de madre maltratada, la que murió
víctima de los "derechos del marido", la que sufre
por el "marido insatisfecho". Así se presenta con
total normalidad un rol pasivo ante los maltratos
físicos y psicológicos.La influencia de estas imágenes es muy grande en la escuela,
ya que la búsqueda de ídolos juveniles hace
que los chicos y chicas conozcan estos casos de los medios,
que como se planteó líneas arriba, se
constituyen como fuente de verdad para muchos miembros de
la comunidad. - Espacios facilitadores de la discriminación
por género en la escuela.Así como existe variedad de tipos de
discriminación, existen muchas formas de discriminar
dentro de cada tipo. Esto se debe a que en la
interacción de los alumnos y alumnas se dan
múltiples experiencias, múltiples
combinaciones de rasgos de personalidad. Existe una gran
influencia de factores individuales y
familiares.Lo que en un grupo humano se puede considerar
objeto de burla, en otro grupo no. Así un chico de
rasgos andinos en su pueblo natal difícilmente
sufriría discriminación por raza, pero en la
capital
si puede sufrirla, de darse así, los problemas de
adaptación del niño y la niña
serían más intensos.Las formas de la discriminación por
género son difíciles de distinguir por cuanto
son variaciones de la postergación y la falta de
oportunidades —expresadas de múltiples
formas—, que se dan de manera natural en las
diferentes comunidades de nuestro país.La exclusión escolar se entiende como
la no-participación en el proceso de
escolarización formal (Guezmes y Loli,
1999).Se sabe que 13 de cada 100 niñas en
edad de escolaridad primaria (6-11 años)
están quedando fuera del sistema
educativo. La proporción es de 9.2 en
ámbitos urbanos y 20.5 en las áreas
rurales.Dentro de ese mismo grupo etáreo,
excluido del acceso a la educación, las
niñas lo son en más de 120,000 con
relación a los hombres. Los niños que
quedan fuera de ese grupo alcanzan el 12 por
ciento.El promedio de años de estudios
alcanzados por la población de 15 años y
más del área rural es de 5.0 para los
hombres y de 3.1 para las mujeres.En zonas rurales, la educación en los
niños es poco promovida pero la de la
niña es más afectada por esto, ya que a
los varones se les da la oportunidad de estudiar en la
capital —de provincia generalmente— si es
que demuestran condiciones superiores. Esta oportunidad
es poco probable en el caso de las mujeres
(Guzmán y Pinzas, 1995; Aramburu y Ponce,
1983)En las zonas rurales se da una fuerte
relación entre número de miembros de la
familia y productividad, ganancia. Esto origina
que los jefes de familia corten la educación las
hijas y los maestros y maestras inclusive se adapten a
esta situación.Aramburu y Ponce en el año 1983
encontraron un caso particular de una adolescente que
estaba cursando el 5to de media en una zona alejada de
la sierra limeña, ellos investigaban el trabajo
rural y la familia, estableciendo relaciones entre
variables socio-económicas y
familiares; este caso rompía la lógica de todas las zonas que
habían visitado, y tenía su origen en un
hecho igualmente ilógico en dicha zona, la
familia de esta adolescente deseaba viajar a Lima para
encontrar un futuro mejor, antes de hacerlo
recibió la visita de una antropóloga que
trabajó con ellos y les inculcó el
valor de la educación antes de
viajar, buscando extenderlo también a la
comunidad, la cual lo rechazó. La familia
decidió viajar luego de que sus hijos e hijas
estudiaran "mucho" (Aramburu y Ponce, 1983)- Exclusión escolar.
- Falta de oportunidades y deserción escolar.
- Formas de discriminación por
género en la escuela.
La mayor falta de oportunidades de desarrollo se da por
la deserción escolar, que se entiende como el retiro
temprano de los centros educativos sin haber alcanzado un nivel
básico de instrucción (Guezmes y Loli,
1999)
Se sabe que entre las niñas de edad escolar (6-14
años) un 18 por ciento se dedica al cuidado del hogar (15
por ciento en las áreas urbanas y 22 por ciento en las
áreas rurales); mientras que para los niños esta
responsabilidad se presenta sólo en cinco
casos de 100.
Se dan pocos casos en los que padres y/o madres de
familia retiren a las niñas del colegio sólo por
"ser niñas", las causas verdaderas tienen un trasfondo
económico que afecta en mayor medida el destino de las
niñas que de los niños, porque dentro de los
estereotipos de género se considera que tienen más
talento para ocuparse de las tareas domésticas y el
cuidado de los niños y niñas menores.
Además, se busca que las mujeres se casen a
más temprana edad para que la familia aumente sus bienes
—esta concepción perdura en zonas rurales y
urbanas— esto es corroborado por los datos siguientes:
El 14.2 por ciento de las adolescentes sin instrucción ha
tenido un hijo y el 1.6 por ciento de las mujeres que ha entrado
al nivel superior universitario tuvo un hijo.
Es claro que las mujeres que tienen mayor
instrucción, y se supone mayor perspectiva a futuro,
pueden manejar un aspecto tan esencial como es la
natalidad.
El censo nacional de 1993 arroja resultados que a todas
luces muestran una gran diferencia entre el acceso a la
educación por género, así tenemos que 18 de
cada 100 mujeres no han alcanzado un nivel educativo, mientras
que en varones se da esto en 7 de cada 100; en los otros niveles
educativos se dan diferencias ligeras a favor de los varones,
destacando que del 20.4 por ciento de la población con
nivel superior, el 21.6 por ciento son varones y el 19.3 por
ciento son mujeres.
2.3.3. Maltrato.
Zella Luria (1998) señala que no sólo se
aprende la identidad genérica a temprana edad, sino que se
defiende y se llega a amar, ante lo cual nos presenta la
siguiente reflexión:
Los niños muy pequeños muchas veces
no nos comunican directamente sus fuentes de orgullo personal, pero
podemos llegar a conocerlas con solo examinar qué tipo
de cosas los ofende: quizás el primer insulto sea el de
sugerirle a una niña que es realmente un muchacho, o el
de decirle a un niño que en realidad es niña
(1998; p. 193).
Es muy preocupante que en este contexto ocasionado por
un proceso evolutivo natural se produzca el maltrato por
género, es decir, el maltrato dirigido a niños,
niñas, adolescentes y jóvenes en el contexto
escolar por su identidad sexual y genérica.
Las conclusiones del presente estudio se formulan con la
intención de brindar hipótesis de
trabajo para futuras investigaciones.
Objetivo 1: Analizar el rol de los protagonistas de
la discriminación por género en la
escuela.
- Son los alumnos, alumnas, profesores y profesoras,
quienes conviven diariamente en la escuela, construyendo el
espacio cotidiano de interiorización de estereotipo de
género, del refuerzo a normas de conducta iniciadas en
el hogar y de la formación de actitudes hacia otros
géneros. - La interacción alumno-alumna puede ser
facilitada por la labor de profesores y profesoras, pero suele
dejarse de lado por considerarse problemática.
Mención aparte merece el hecho de que estos
protagonistas forman parte fundamental en la
construcción de la identidad personal, que incluye a la
identidad sexual y de género. - Los protagonistas de la discriminación por
género en la escuela generalmente cumplen un doble rol,
como discriminadores y como discriminados. Como la
discriminación escolar se asume como parte del
"folklore" de la escuela y por ende como algo "natural", los
alumnos y alumnas aprenden a ejercerla como parte de los
códigos propios del grupo de pares y del conjunto de
todos los alumnos y alumnas de la escuela. - Los docentes constituyen una importante fuente de
refuerzos para las nociones adquiridas en casa en la edad
pre-escolar. La interiorización de estereotipos de
género, el refuerzo a normas de conducta y la
formación de actitudes hacia otros géneros se
inicia en el hogar, por la influencia del padre y la madre, en
primera instancia, de tíos, tías, abuelos y
abuelas en segunda instancia.
Objetivo 2: Analizar a la comunidad y los medios de
comunicación como espacios facilitadores de la
discriminación por género en la
escuela.
- La comunidad es un sistema complejo, que incluye a la
familia, los pares, el colegio y otros espacios de
socialización. La comunidad se constituye como un
sistema donde interactúan las influencias de distintas
redes sociales
que van enriqueciendo la socialización de cada individuo. - La comunidad representa al conjunto de interacciones
significativas que refuerzan las nociones adquiridas en la
familia y la escuela. Las interacciones que facilitan la
construcción psicológica de la identidad tienen
un factor reforzante que consolida la interiorización de
estereotipos de género, el refuerzo a normas de conducta
y la formación de actitudes hacia otros
géneros - Los medios de comunicación intervienen en la
comunidad cumpliendo un papel muy influyente. Esto se debe a
que en los últimas décadas, los medios de
comunicación se constituyen como parámetros de
verdad y falsedad aceptados por la mayoría de miembros
de la comunidad en la cual se desarrolla el
individuo. - Los espacios facilitadores brindan situaciones
reforzantes a aquellos individuos que se enmarcan dentro de los
códigos y normas conductuales aceptados por la comunidad
en cuanto a los roles de género.
Objetivo 3: Analizar las formas de
discriminación por género en la
escuela.
- Las principales son la exclusión escolar y la
falta de oportunidades. Toda otra forma de
discriminación termina por constituirse en variaciones
de estas formas, que podríamos llamar básicas.
Estas se presentan tanto en zonas rurales como en zonas
urbanas. Su presencia se da en diferentes culturas por que su
influencia es estudiada comparativamente en relación con
variables antropológicas, sociológicas y
psicológicas - Tienen mayor impacto en las zonas rurales debido a
que se mantienen relaciones significativas entre familia y
trabajo, de manera que el sexo de los hijos se constituye en
elemento significativo para la calidad de
vida de la familia, conjuntamente como el número de
hijos, la distribución por sexo —muchas hijas
y muchos hijos no es bueno—, además que las
niñas son percibidas como mejor dotadas para tareas
caseras como ayudar en la cocina y cuidar niños
pequeños por lo que suele excluírseles de la
educación a edades tempranas. - Demuestran que el control
sobre la mujer no ha dejado de existir, más bien se ha
ido modificando con el tiempo. El control sobre la mujer se ha
ido volviendo más sutil, expresándose a
través de manifestaciones populares como la música y
la danza. Las
migraciones a ciudades implican necesidades económicas
mayores por lo que el acceso al trabajo para las mujeres se
incrementó, pero si bien dominación
económica ha ido perdiéndose, la
dominación cultural, y por ende la educativa, ha ido
desarrollando mecanismos socialmente aceptados como la
discriminación por género expresada en falta de
oportunidades y la exclusión escolar.
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