Impacto del TLC sobre el empleo y comercio exterior en el sector textil y de confecciones en Ibagu
- Resumen
ejecutivo - Problema de
investigación - Justificación
- Objetivos de la
investigación - Marco
teórico - Diseño
metodológico - Informe de
resultados - Glosario
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
La industria de
las confecciones en Ibagué está enfrentando muchos
retos a nivel local y global. Cuando las cuotas a nivel global se
eliminen en enero del 2006, la región perderá un
escudo importante ante la competencia
abierta en Estados Unidos,
su principal mercado de
exportaciones de
prendas de vestir. La competencia abierta principalmente
erosionará las exportaciones de confecciones a Estados
Unidos, lo que originará pérdida de empleo y
menores ingresos. Se
espera que tan sólo la eliminación de las cuotas
reduzca en un tercio prácticamente el nivel de empleo y
los embarques de la industria Ibaguereña de las
confecciones.
La ratificación y aplicación del Tratado de Libre
Comercio entre Estados Unidos, Colombia y tres
países andinos (Ecuador,
Perú y Bolivia)
podrá contribuir de manera significativa a ayudar a los
productores Ibaguereños a volver a ganar terreno en el
mercado estadounidense dentro del entorno de competencia global
luego de la aplicación de cuotas y la devaluación del peso. Se Estima que el TLC
podría ayudar a mantener el nivel de empleo en el sector
de las confecciones en un nivel de casi 4,000 trabajadores
(aproximadamente 1,200 más de los que habría si no
existiera el TLC dada la mayor competencia que habrá en el
2006). Los productores y trabajadores Ibaguereños
podrían además beneficiarse, aunque sea
ligeramente, si China
revalúa su moneda en 10 por ciento. Se estima que dicho
cambio impulse
el empleo de Ibagué en ese sector en otros 300 puestos de
trabajo.
La revaluación, sin embargo, no evitaría
que China se convierta en el principal proveedor del mercado de
las confecciones en Estados Unidos, tal como se
espera.
A fin de mitigar los efectos del levantamiento de las
cuotas y mejorar la posición competitiva de los
productores de la ciudad de prendas de vestir en el mercado de
EE. UU., los encargados de elaborar las políticas
gubernamentales deben:
• Implementar el TLC de manera rápida, a fin
de que los productores de Ibagué se beneficien
rápidamente de las disposiciones del acuerdo.
• Desarrollar políticas a nivel local como
aumentos de salarios bajo un
esquema más integral a fin de que se tome en cuenta el
impacto total en la competitividad
de las exportaciones, la productividad, y
las inversiones.
Asimismo, los agentes de la industria de las
confecciones deben esforzarse por:
• Fortalecer su competitividad centrándose
en las fuentes de
aprovisionamiento de tejidos, en la
producción integrada a lo largo de las
distintas fases de la cadena (full package) y procesos
rápidos de producción y despacho.
• Diversificar las exportaciones hacia productos no
tradicionales, como zapatos, ensamblaje de equipos
electrónicos, procesamiento de alimentos y
servicios de
valor
añadido.
El 1 de enero del 2005, Estados Unidos y la Unión
Europea concluirán una década de
eliminación gradual de las cuotas a textiles y
confecciones, poniendo fin a prácticamente 45 años
de comercio
regulado y relativa estabilidad en la industria.
Después de haber tenido por poco tiempo libre
acceso al mercado de Estados Unidos, Ibagué verá su
margen de preferencias erosionado en ese mercado. Mientras tanto,
los proveedores
con bajos costos,
principalmente en Asia, se
beneficiarán de la eliminación de cuotas que han
estado
limitando sus exportaciones al mercado de EE.UU.
Más de la mitad de las barreras comerciales que
los países asiáticos enfrentan son el resultado de
la restricción que imponen las cuotas. Los aranceles a
las importaciones de
EE.UU. provenientes de Asia representan un promedio de 18,7 por
ciento, pero el arancel promedio equivalente de las cuotas que
restringen estas importaciones representa un porcentaje adicional
de 19,1 por ciento.
Cuando se eliminen las cuotas, Ibagué
enfrentará una fuerte competencia por el mercado
estadounidense y es probable que ello reduzca las exportaciones
de confecciones Ibaguereñas y los puestos de trabajo que
ésta genera.
En un esfuerzo por mejorar sus condiciones comerciales,
los países andinos (excepto Venezuela),
importantes proveedores de textiles y confecciones al mercado
estadounidense, están negociando un tratado de libre comercio
con Estados Unidos.
Este acuerdo:
• Otorga a las exportaciones de las partes que lo
suscriben acceso permanente libre de aranceles al mercado de
Estados Unidos.
• Permite el uso ilimitado de tejidos e hilados
locales y regionales, alentando a los productores locales a
integrarse en la producción textil y así impulsar
la ventaja competitiva de las empresas en la
región.
• Permite el acceso limitado a tejidos elaborados
en países del CAN, incluyendo Canadá y México.
• Permite el uso ilimitado de botones y accesorios
de fuera de la región.
• Para algunos pocos productos, permite el uso
ilimitado de telas de terceros países.
La sencillez de las reglas de origen de este tratado se
opone a la de la Ley de
Preferencias Arancelarias (APTDEA), que otorga a las confecciones
calificadas de las naciones Andinas, incluyendo Colombia, acceso
libre de impuestos al
mercado de Estados Unidos hasta el 01 de enero del
2006.
La regla de origen de la APTDEA requiere que las
confecciones sean elaboradas con telas e hilados de EE.UU. y
limita el uso de botones y avíos que no sean de la
región. Se espera que las reglas del TLC ofrezcan a la
región un impulso competitivo cuando las cuotas sean
removidas en el 2006.
Pero así como el tratado promete alentar la
competitividad de la industria de textiles y las confecciones,
existen factores en el panorama doméstico o local que
amenazan con socavarla. La reciente crisis
macroeconómica del país implica una presión
adicional sobre el sector de las confecciones, que aumenta los
costos de
producción, disminuye la competitividad de las
exportaciones y afecta de manera negativa las evaluaciones de los
potenciales inversionistas respecto al retorno de las
inversiones.
La posible revaluación de la moneda de China,
dada la probada fortaleza china en la industria de los textiles y
confecciones, también podría afectar la
competitividad de la industria de textiles y confecciones de
Ibagué.
Todos estos factores están generando un
rápido cambio en el contexto comercial y con seguridad
darán como resultado un mercado mundial bastante diferente
al actual. Los productores de textiles y confecciones, por
ejemplo, enfrentarán a compradores con mayor poder de
decisión, quienes reducirán el número de
productores con los que trabajarán. Los compradores
también buscarán productores que puedan
proporcionar servicios de valor añadido y amplias
colecciones de prendas.
Los productores en Ibagué pueden tomar varias
medidas para enfrentar estos retos, como agrupar empresas en
clusters,
fortalecer las capacidades de diseño,
manejar todos los aspectos de la producción, (incluyendo
el transporte y
las fuentes de aprovisionamiento de los tejidos) y asegurar
procesos aduaneros eficientes para satisfacer las exigencias de
los programas
antiterroristas de EE.UU.
En este Documento, se revisa los elementos del contexto
comercial que afectan y afectarán el comportamiento
de la industria textil y de confecciones de Ibagué. En los
siguientes capítulos, se describen la eliminación
de las cuotas y la potencial generación de empleo en la
ciudad en el sector de la confección, representado en la
implementación del TLC y por ende en un incremento del
comercio exterior con Estados Unidos.
Cada capítulo contiene los antecedentes de cada
tema, presenta los supuestos que respaldan nuestro análisis de la información disponible y presenta las
estimaciones de las exportaciones y el empleo directo en la
industria, centrándose, en particular, en Ibagué.
Concluimos revisando varias estrategias que
Ibagué puede adoptar para mejorar su
competitividad.
1.
PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN
- FORMULACION DEL PROBLEMA
Bajo el modelo
económico de apertura comercial, adoptado por el gobierno
colombiano desde la presidencia de Cesar Gaviria en el año
1991, el estado, el
gobierno y el sector privado han venido jugando un "nuevo" papel
hacia una economía de mercado,
fundamental en lo concerniente a obtener el máximo
beneficio de las ventajas comparativas y competitivas, que le
permitan al sector productivo tener presencia activa y creciente
en los mercados
externos.
Por lo tanto, se analizan de manera puntual las
posibilidades y realidades de la contextualización de
algunas políticas del Gobierno Nacional, que vienen siendo
lideradas por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y coordinadas y
desarrolladas por entidades comprometidas en apoyarlas y darlas a
conocer de manera directa al sector industrial desde diferentes
campos de acción.
Tales actividades están siendo adelantadas por la
Cámara de Comercio de Ibagué, el SENA, el gremio
del sector manufacturero, el Centro de Productividad del Tolima,
las Universidades, el gobierno departamental y municipal y otras
entidades del sector
público y privado.
Dentro de los problemas
más preocupantes que viene enfrentando Ibagué se
encuentran las elevadas tasas de desempleo y
subempleo, situación que al finalizar el año 2004
ubicó a la ciudad como la de mayor desocupación, con un índice del
22.8%, seguida por Pasto con el 19.7%, tasa que resulta elevada
con respecto a la media de las principales trece ciudades y
áreas metropolitanas de 15.9%, lo que implica un desfase
de 6.9 puntos porcentuales.
Así mismo, mientras que la tasa de subempleo en
Colombia fue del 29.9%, en Ibagué ascendió al
39.2%, con lo cual la capital del
Tolima superó el promedio nacional en nueve puntos
porcentuales, al ser rebasada únicamente por Pasto, que
presentó un guarismo de 43.2%.
De esta manera, se presenta en Ibagué una
delicada situación en materia
laboral, al
encontrarse una proporción del orden de 62.0% entre
desempleados y subempleados, lo que requiere de especial atención por las consecuencias que se
pueden derivar de la misma; unas de tipo social y otras de tipo
económico, que sin duda están afectando la demanda
agregada y las decisiones de inversión en el sector productivo
local.
La problemática descrita genera un desajuste en
la economía de Ibagué; sin embargo, el
aprovechamiento de las preferencias arancelarias del TLC
constituye una oportunidad de negocios, de
reactivación y ensanche del sector industrial, al
registrar dos condiciones favorables para su utilización.
Por un lado, la norma proviene del principal socio comercial del
país y del Tolima y, en segundo lugar, tales beneficios
fueron ampliados a los productos del sector de la
confección (textiles y prendas de vestir), principal
renglón de las exportaciones originarias del
departamento.
Es de anotar que en el 2003 dicho subsector
participó con el 90.1% del monto exportado y en el 2004,
contribuyó con el 87.7%.
Por todo lo anterior, ¿Cuál será el
impacto del TLC en el sector textil y de confecciones en
Ibagué, en materia de empleo y comercio exterior?
1.2 DELMITACION Y ALCANCE DEL ESTUDIO
Este estudio se delimita en que el estudio sólo
pretende analizar el impacto del TLC en lo referente al comercio
exterior en relación a los posibles embarques de productos
y al impacto en el empleo de la ciudad de Ibagué,
específicamente en el sector textil y de
confección.
Su alcance es determinar el número de empleo
creados en el sector a partir de la firma del tratado, así
como el incremento de las ventas en el
exterior en este sector económico de la ciudad.
El estudio no pretende ahondar en temas que no se
especifican en el titulo de la investigación, por lo que sólo hace
parte aquellos puntos que se relacionan con la exportación de productos textiles y de
confecciones de la ciudad de Ibagué y la generación
de empleo a raíz del tratado de libre comercio TLC.
Ibagué en los últimos años se ha
venido consolidando como una zona textilera y de confecciones,
pero esto contrasta con su alto nivel de desempleo, por eso es
importante contar con un estudio que mida el impacto en el empleo
y las exportaciones de éste sector en la ciudad, a la
luz de la
entrada de vigencia de TLC.
Por un lado, por cada cien millones de dólares
que se logren vender al exterior en confecciones, se
crearán 22 mil puestos de trabajo. Carlos Eduardo Botero,
director ejecutivo de la Cámara Algodón
Fibras-Textiles-Confecciones de la ANDI, calcula que en tres
años las ventas al exterior tendrán que haber
aumentado mínimo en mil millones de dólares, esto
es 140.000 empleos directos.
El presidente Bush firmó la extensión en
el tiempo del tratado ATPDEA y lo amplió a nuevos
productos. Entre los que mayor oportunidad tienen es el de
confección, la actual posición de Colombia en el
TLC es que se sostengan los privilegios otorgados por la ATPDEA,
si esto se combina con el ofrecimiento de Estados Unidos de
gravar a cero los aranceles para textiles y confecciones, se
vislumbra un enorme crecimiento en este sector.
El gran atractivo de la nueva situación es que
las empresas colombianas podrán exportar ropa a Estados
Unidos en igualdad de
condiciones de grandes competidores como México,
Centroamérica, China y África. Las empresas del
sector tendrá la oportunidad de acceder competitivamente a
un mercado que vale en la actualidad 60 mil millones de
dólares al año y que está concentrado en 50
gigantescos compradores a nivel orbital.
De la mano de las confecciones van las textileras, pues
además se estableció en el TLC la posibilidad de
venderle a Estados Unidos confecciones realizadas con telas
colombianas, máximo hasta un 2% de total de lo que compra
el país norteamericano en el primer año y hasta el
5% en 2006.
Esa ventaja significa una posibilidad enorme de
crecimiento para el sector textil, toda vez que hoy las prendas
elaboradas con hilazas nacionales llegan apenas a 0,4% del total
de importaciones norteamericanas.
Los cálculos estiman que el resurgimiento de los
sectores de textiles y confecciones podrá generar un punto
adicional en el crecimiento de Producto Interno
Bruto (PIB) cada
año de aquí a 2006.
El más reciente estudio de Mercados Industriales
de la Asociación Nacional de Instituciones
Financieras (ANIF), señala que el sector de prendas de
vestir, excepto el calzado, es el mayor empleador de la
industria. En plena recesión, en el año 2000, dice
la investigación de ANIF, esta actividad generó
61.383 empleos directos y contribuyó con el 11,5% del
total del empleo industrial.
Los expertos insisten en que Colombia goza de una gran
capacidad técnica y gerencial, pero que esto no es
suficiente. Por eso es recomendables para las pequeñas y
medianas empresas de confecciones de Ibagué que no
intenten explorar solas el mercado norteamericano, sino que se
asocien para atender en bloque pedidos que pueden superar
fácilmente el millón de prendas en una sola
vez.
Las puntadas de la reactivación ya están
dadas, pero si la ciudad de Ibagué quiere aprovechar la
gran ventaja que tiene sobre el resto del mundo de estar apenas a
tres horas de Miami, tiene que explotar las preferencias
arancelarias a plenitud y garantizar así que puede entrar
como un gran jugador el Tratado del Libre Comercio (TLC).
3.
OBJETIVOS
GENERALES Y ESPECIFICOS
3.1 OBJETIVO
GENERAL
Describir que impacto puede ocasionar el TLC sobre el
empleo y comercio exterior en el sector textil y de confecciones
en Ibagué en materia de generación posible de
nuevos puestos de trabajo y mercancías que pueden llegar a
incrementar sus exportaciones por beneficios de tipo
arancelario
3.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS
- Determinar las proyecciones de nuevas fuentes de
trabajo que generara el TLC en Ibagué en el sector de
confecciones y textil. - Determinar el incremento en las ventas de
exportación en las prendas de vestir. - Examinar el posible impacto negativo en el sector de
la confección y textil por la entrada en vigencia del
TLC - Establecer que productos son los que mas
exportaría el sector gracias a su nivel de
competitividad.
4.1 MARCO HISTORICO
A continuación se presenta un documento sobre la
industria del Tolima, el cual incluye, además de una breve
aproximación histórica y el papel jugado por el
sector en el contexto de la estructura
económica departamental, que se presentan aquí, un
examen sobre su estructura y dinámica entre los años de 1975 y
2000, haciendo énfasis en las transformaciones registradas
a partir de 1985, por efecto de las medidas tomadas por los
gobiernos nacional y local, con el fin de reactivar la
economía de la zona que se vio afectada en forma directa o
indirecta por la catástrofe de Armero.
4.1.1 Siglos XVIII y XIX. Los primeros vestigios
de lo que puede considerarse como actividad industrial en el
Tolima se encuentran asociados a la producción de mieles
de caña, panela, azúcar
y aguardiente en el siglo XVIII, los cuales eran elaborados de
manera artesanal y dispersa en haciendas trapicheras localizadas
en diferentes zonas de la región.
Con el fin de controlar la producción de este
último y convertirlo en fuente de tributación, la
corona española autorizó en 1736 su
fabricación en todas las provincias de la Real Audiencia
de Santa Fe.
De esta manera, en 1777 se estableció la Real
Fábrica de Aguardiente en la población de Honda, la cual fue destruida
por un terremoto ocurrido en 1805. Posteriormente, con la
expansión de la producción de tabaco en la zona
de Ambalema en la primera mitad del siglo XIX, y el auge
presentado entre 1845 y 1858, durante el cual dicha región
aportó el 66.7% de la producción nacional y el
61.2% de las exportaciones tabacaleras, se establecieron
factorías donde se realizaba la preparación y el
procesamiento de las hojas de tabaco con miras a su
exportación, al igual que otras donde se efectuaba la
producción de tabacos y cigarros para el consumo
interno, principalmente.
4.1.2 Primera mitad del siglo XX. Ya entrado el
siglo XX, alrededor de 1915 comenzó a funcionar en
Ibagué la primera planta productora de electricidad, que
operaba en el sector de El Libertador. Para 1918 existían
dos plantas
más, así como dos fábricas de licores, dos
de cerveza, dos de
jabón, dos de bebidas gaseosas, una de chocolate y un
molino de trigo; adicionalmente, se contaban cinco negocios de
carpintería, ebanistería y talabartería, un
aserrío de maderas y una alfarería.
Los Anales de Economía y Estadística dan cuenta de una
información sobre el número de establecimientos
industriales y el capital fijo para el período 1937
– 1943, con marcadas fluctuaciones en el número de
empresas, pues de 41 en el primer año de la serie se
pasó a un máximo 79 en 1938, cantidad que se redujo
a solo 55 factorías dos años después,
subiendo a 62 en 1942 y registrando solo 55 en el año
siguiente, lo cual puede obedecer a inexactitudes en la
información. Entre tanto, el comportamiento del capital
fijo es coherente y muestra una
tendencia creciente.
Según el Censo Industrial realizado en 1945,
existían en el Tolima 320 establecimientos industriales
creados a partir de 1901, que funcionaban en 23 de los 40
municipios de la época, concentrándose la actividad
manufacturera en la ciudad de Ibagué, con el 43.1% de los
establecimientos y el 31.9% de los trabajadores
industriales.
Al examinar desagregadamente la conformación de
la industria existente en Ibagué en 1945, el mayor
número de factorías estaban representadas por:
editoriales, imprentas y litografías (15);
producción de calzado (15); talleres de mecánica y reparación de maquinaria
(15); confección de vestidos (14) y trilladoras de
arroz y granos (11).
Algunos de los anteriores grupos eran los
mayores generadores de empleo, tal como el rubro de talleres de
mecánica y reparación de maquinaria
que daba ocupación a 121 personas, el 10.6% del total;
producción de calzado con 77 empleos (6.8%); y
confección de vestidos con 76 trabajadores
(6.7%).
Sin embargo, los grupos que registran los mayores
niveles de personas laborando son: alcoholes,
licores destilados y mezclas con
209 empleos generados por una sola empresa (18.3%);
y panaderías con 151 (13.3%).
Al discriminar la conformación de las principales
ramas industriales de acuerdo con el valor de la
producción en cada una de ellas, se tienen que en la
industria alimenticia las principales actividades eran la trilla
de café y
la producción de arroz trillado, pues aportaban el 59.5% y
el 15.0% del valor de la producción del sector;
también tenía relativa importancia el rubro de
panaderías al contribuir con el 7.1% de ésta
última. Las tres actividades señaladas
representaban el 81.6% del conjunto.
Los ítems de mayor importancia en la industria de
bebidas eran respectivamente la producción de cerveza y la
elaboración de aguardiente, ya que su contribución
al valor de la producción era del 53.7% y el 22.6%; entre
tanto, en la actividad de transformación de metales
preciosos, el 96.8% correspondía a la producción de
oro en barras
proveniente de los diferentes sitios de extracción
existentes en el departamento.
En el caso del renglón de química y
farmacéutica, la producción estaba conformada en un
79.0% por la fabricación de jabones para lavar, y en un
24.0% por la producción de velas. Mientras que en la
industria textil, que incluía la actividad de desmote
del algodón, el 83.4% correspondía a algodón
desmotado sin semilla y el 16.3% a semilla de
algodón.
Por su parte, la elaboración de vestuario
muestra un mayor grado de diversificación, toda vez que se
encontraba constituida por 17 renglones productivos; dentro de
estos, los que más aportaban al valor de la
producción del subsector eran: vestidos de lana para
hombres y niños
(57.3%), vestidos de dril para hombre
(25.5%), artículos de seda (2.7%) y camisas de
algodón (2.6%).
4.1.3 Segunda mitad del siglo XX. Los años
50 constituyeron una década de gran importancia no solo
para la industria del departamento, sino para el desarrollo
agropecuario y económico del Tolima en su conjunto, ya que
en dicho período se construyeron los distritos de riego de
los ríos Coello, Saldaña y Recio, lo que
amplió enormemente la frontera para
la agricultura
comercial mecanizada, al ser beneficiadas alrededor de 47.600
hectáreas, con la expansión de cultivos tales como
arroz, sorgo y algodón, entre otros; generando las
condiciones para que surgieran empresas industriales que se
encargaron del procesamiento del mayor volumen de
producción proveniente del sector
agrícola.
En la década de los sesenta surgieron nuevas
empresas industriales en la región, estimuladas por las
políticas gubernamentales orientadas a la
sustitución de importaciones, así como las
adoptadas en 1967, mediante las cuales se buscó combinar
la política
anterior con la promoción de ramas industriales que
tuvieran posibilidades de incursionar en el mercado externo, para
lo cual fueron creados incentivos
fiscales como el Certificado de Abono Tributario (CAT),
instituciones como el Fondo de Promoción de Exportaciones
(PROEXPO), y se hizo más ágil el denominado
Plan
Vallejo.
En este contexto, en marzo de 1973 fue creada la
fábrica de Textiles del Espinal S.A. (TEXPINAL),
con el fin de procesar la fibra de algodón producida en la
región y elaborar materias primas y productos textiles
tanto para el consumo interno como para la exportación. El
capital de esta empresa fue aportado en su mayor parte por el
IFI, Fabricato y la Corporación Financiera del Tolima S.A.
(que había sido fundada en 1971); también se
contó con la participación accionaría de un
grupo de
inversionistas locales.
Hacia comienzos de la década de los años
ochenta el sector productor de confecciones había
logrado una importante expansión en Ibagué, toda
vez que existían cerca de 200 talleres de
confección, 90 de los cuales eran catalogados como
empresas pequeñas y medianas, en tanto que las restantes
eran micro o famiempresas.
Entre los más importantes pueden
señalarse: la fábrica de camisas y pantalones
Monarca, Confecciones Carolina, Comprendas, Jader Sport,
Confecciones D.G., Lord Johnathan y Manufacturas Macoltex.
También en esta época, se establecieron en la
ciudad las trilladoras de café Ibagué, Cafecol,
Gavitolima y Concafé, con el fin de producir café
para exportación.
4.1.4 El sector industrial en la estructura
económica del Tolima. El propósito de este
documento es examinar la importancia de la industria en el
contexto de la estructura económica departamental, a
partir del análisis de la distribución porcentual del Producto
Interno Bruto (PIB) del Tolima por ramas de actividad
económica entre los años de 1980 y 2001,
período que fue necesario dividir en dos fases: 1980
– 1989 y 1990 – 2001, debido a que el DANE introdujo
una nueva metodología para el cálculo de
las cuentas
nacionales y regionales a partir de 1994.
Para la década de los años ochenta el
análisis del PIB departamental revela que la industria
constituía el segundo sector en importancia de la
economía tolimense, luego del agropecuario, al efectuar un
aporte promedio del 15.2% al producto regional; porcentaje que a
pesar de su relevancia resulta inferior al agregado nacional para
el período de 21.3%, como reflejo del bajo nivel de
desarrollo y diversificación que ha caracterizado a la
industria regional.
La participación de la industria en el PIB fue
descendente entre 1980 y 1983 tanto a escala nacional
como local, toda vez que, en el primer escenario, pasó de
22.4% a 20.7% y, en el segundo, de 13.6% a 11.7%, debido a que
durante estos años algunos sectores industriales se vieron
golpeados por el corto período de liberación de
importaciones adoptado por el gobierno de la época, a
partir de la reducción de aranceles, la disminución
de los estímulos a las exportaciones y la laxitud en el
otorgamiento de licencias de importación.
Durante estos años el PIB industrial
registró el peor desempeño de la década, pues en el
ámbito nacional se presentaron tasas de crecimiento de
-2.6% en 1981 y de -1.4% en 1982, con un lánguido aumento
del 1.1% en 1983. Entre tanto, el impacto sobre la industria
tolimense tuvo una mayor repercusión, pues las
caídas en el sector ascendieron a -15.0% y -11.2% en 1982
y 1983 respectivamente.
A partir de 1984 se produjo una importante
recuperación de la industria, la cual se tradujo en el
caso del Tolima, en la obtención de tasas de crecimiento
del orden del 17.0% en 1984 y 1985, y del 13.0% en 1986,
ampliamente superiores a las logradas en el plano nacional, donde
oscilaron entre el 3.0% en 1985 y alrededor del 6.0% en 1984 y
1986. Estos resultados fueron propiciados por las medidas
tendientes a estabilizar la economía implementadas por
la
administración de la época, tales como: la
reducción del déficit fiscal como
proporción del PIB, la devaluación real del peso y
mejores instrumentos para la promoción de exportaciones;
así como la restricción a las importaciones y la
protección arancelaria que estuvieron vigentes entre 1987
y 1989.
En dicho lapso el ritmo de crecimiento de la industria
local declinó y se redujo a un solo dígito, con un
progreso relativamente bajo en 1988 (3.5%); sin embargo, tales
resultados fueron comparativamente mejores que los del sector
manufacturero consolidado, pues mientras que en éste se
produjo un crecimiento medio del 4.6% en los tres últimos
años de la década, el Tolima reportó un
avance anual del 6.7%, el cual es atribuible a la
reactivación de la inversión, propiciada por las
exenciones tributarias y arancelarias otorgadas por el gobierno
nacional mediante la Ley 44 de 1987, con el propósito de
incentivar la actividad económica en la zona afectada por
la catástrofe de Armero, así como por el Decreto 78
de 1988 mediante el cual se incluyó a Ibagué como
ciudad beneficiaria y el Acuerdo 044 de 1988 del Concejo
Municipal de Ibagué, que otorgó exenciones por diez
años en materia de impuestos de industria y comercio,
avisos y tableros y predial y complementarios.
El comienzo de la década de los noventa
coincidió con un giro sustancial en la conducción
de la economía colombiana, toda vez que empezaron a
adoptarse medidas conducentes a un mayor grado de apertura e
internacionalización, con lo cual comenzó a dejarse
de lado en forma definitiva el modelo de sustitución de
importaciones, sobre el cual se había sustentado el
desarrollo industrial del país desde mediados de los
años cuarenta.
De igual forma, se efectuaron reformas trascendentales
en los campos laboral, cambiario, tributario y financiero,
encaminadas a viabilizar el proceso de
liberalización.
Durante este período la participación de
la industria en el PIB registró una caída
sustancial, pues en el ámbito nacional se redujo de 18.0%
en 1990 a 14.1% en el 2001. Entre tanto, en el Tolima el
deterioro de la contribución del sector industrial al
producto regional fue un poco menos acentuado, ya que pasó
de 11.1% a 8.4%, inferior a la presentada en la industria
nacional.
Sobre la pérdida de importancia de la industria
en la estructura económica nacional y regional
influyó la avalancha de importaciones que se produjo
durante la primera etapa de liberalización de la
economía, fundamentalmente de bienes de
consumo que entraron a competir con la producción
nacional, lo cual propicio que el PIB industrial del país
redujera su crecimiento de 4.2% en 1990 a -2.1% y -1.3% en los
dos años siguientes, recuperándose en 1994 y 1995,
para volver a descender en los años posteriores,
registrando la caída más drástica en 1999,
cuando su tasa de variación fue de -8.4%, año en el
cual, como es sabido, la economía colombiana
experimentó la mayor recesión de su historia
reciente.
Los primeros años de la década del noventa
no fueron favorables para el PIB industrial del Tolima, pues de
un crecimiento de solo 1.0% en 1990 se pasó a resultados
negativos en los dos años siguientes (-0.7% y -4.3%). En
1994 se presentó una drástica caída del
13.6%, explicada por las agudas dificultades enfrentadas por el
sector productor de alimentos y la industria textil, debidas al
contrabando y
la revaluación, a tal punto que en dicho año fueron
cerrados varios molinos procesadores de
arroz y una importante fábrica productora de aceite,
mientras que buena parte de las empresas textileras y
confeccionistas redujeron tanto los volúmenes de
producción como el nivel de empleo.
En 1995 se recuperó lo perdido el año
anterior al obtenerse un crecimiento del 13.6%, mientras que en
1997 se logró el mayor avance en términos reales de
todo el lapso analizado (21.4%), debido principalmente a la
entrada en producción plena de una importante empresa
productora de cemento, que
fue creada al tenor de la mencionada Ley 44 de 1987, con lo cual
el valor de la producción bruta de la industria
departamental se incremento en 38.7% a precios
constantes y el consumo de energía eléctrica
creció en 71.3%.
En los dos años siguientes el crecimiento de la
industria tolimense se desplomó, por efecto de la
recesión económica que afectó al país
y tuvo un impacto mayor en la región, pues en 1999 el PIB
del sector cayó en el departamento en 15.1%, casi el doble
del descenso presentado a nivel nacional (8.4%); sin embargo, la
recuperación registrada en el 2000 fue superior: 13.7%
frente a 11.7%, en virtud de los incrementos presentados en los
renglones de otros minerales no
metálicos (producción de cemento), sustancias
químicas industriales y alimentos.
De otra parte, el análisis del PIB regional
revela que el Tolima es un departamento donde el sector
agropecuario juega un papel preponderante, pues para el
período 1980 – 1989 registró una
participación media del 42.1%; sin embargo,
presentó una tendencia decreciente, ya que se redujo de
44.4% en 1980 a 37.2% en 1989. Durante la década del
noventa y los primeros años del segundo milenio su
importancia continuó disminuyendo, al pasar su
contribución al producto regional del 33.5% en 1990 al
30.2% en el 2001, con un promedio del 31.4%.
Entre las causas que determinaron este retroceso, y que
afectaron en mayor proporción a los cultivos transitorios,
se pueden señalar las siguientes: el impacto de la
apertura de la economía colombiana a la competencia
internacional; el deterioro de la rentabilidad
en la mayoría de cultivos; la creciente importación
de productos alimenticios, tales como maíz,
arroz y algodón; la caída de los precios
internacionales de los productos agrícolas; la
elevación de los costos de producción, entre los
que se destacan los arrendamientos; la revaluación del
peso y las alteraciones climáticas, entre
otras.
Lo anterior se tradujo en bajas tasas de crecimiento del
sector, derivadas del
descenso del área cultivada desde los primeros años
de la década del noventa, pues luego de haber mostrado una
trayectoria creciente entre 1981 y 1989, al subir de 298.134
hectáreas a 408.307 hectáreas, a partir de 1990
comenzó a reducirse hasta llegar en 2001 a 349.048
hectáreas, lo que representa una caída del
14.5%.
De todas maneras, la participación de la
actividad agropecuaria en el PIB fue superior en el Tolima que en
el consolidado nacional, pues el promedio para los años
ochenta fue del 42.1% y entre 1990 y 2001 del 31.4%, en tanto que
para el país estos porcentajes fueron de 22.0% y 14.8%
respectivamente.
Con respecto a los demás sectores que conforman
la estructura económica del Tolima, debe señalarse
que existe una elevada y creciente participación del
denominado sector terciario, pues si se suma la
contribución de ramas tales como comercio, transporte,
comunicaciones, servicios financieros, servicios
del gobierno, etc., se encuentra que el aporte consolidado
pasó del 39.9% en 1980 al 53.6% en el 2001, mientras que
en el ámbito nacional la participación de estos
rubros aumentó del 48.6% al 56.7%. Sin embargo, en este
último escenario el peso de tales sectores es mayor, al
registrar un promedio del 51.9% en los veintidós
años considerados.
4.2 MARCO ECONOMICO
4.2.1 Mercado laboral. De acuerdo con los
resultados de la Encuesta
Continua de Hogares adelantada por el Departamento Administrativo
Nacional de Estadística (DANE), la tasa de desempleo en
Ibagué alcanzó un 22.8% en el segundo trimestre de
2004, la más alta entre las trece ciudades y áreas
metropolitanas investigadas por el ente estadístico,
seguida por la ciudad de Pasto con el 19.7%, mientras que la
menor tasa se presentó en Villavicencio con un
12.6%.
Entre tanto, la tasa de desocupación para el
conjunto de las trece ciudades se ubicó en
15.9%.
Sin embargo, debe señalarse que el nivel de
desempleo en Ibagué disminuyó en 1.5 puntos
porcentuales frente a junio de 2003, al reducirse la cantidad de
personas desocupadas de 55.000 a 51.000, debido a que las
diferentes actividades económicas de la ciudad generaron
3.000 empleos adicionales a los 169.000 existentes en junio del
año precedente, en especial en sectores tales como
comercio y construcción; no obstante, la tasa de
ocupación, como A indicador de demanda, pasó de
53.5% a 53.4% en el año completo, a causa del incremento
en la cantidad de personas en edad de trabajar de 317.000 a
322.000.
En lo referente al indicador del subempleo,
Ibagué se ubica en el segundo lugar en el contexto de las
trece ciudades investigadas por el DANE, con una tasa del 39.2%
para el trimestre abril – junio de 2004; al interior de
ésta categoría el grupo más representativo
lo conforman las personas con un nivel inadecuado de ingresos,
seguido por trabajadores que laboran un número
insuficiente de horas.
Es de anotar que Pasto es la ciudad con la tasa
más alta (39.8%), mientras que el menor porcentaje se
registra en Barranquilla y su área metropolitana, con un
15.6%. Para el conjunto de ciudades consultadas el subempleo
totalizó 29.9%.
Es de señalar que Ibagué contaba en junio
de 2004 con una población en edad de trabajar estimada en
322 mil personas, de las cuales 223 mil constituyen la
Población Económicamente Activa (PEA); de estas,
172 mil estaban ocupadas y 51 mil se encontraban
desempleadas.
De las personas ocupadas, 118 mil se encuentran en el
grupo de 25 a 55 años; 27 mil en el de 18 a 24
años; 20 mil tienen más de 56 años y 8 mil
están entre los 12 y 17 años. Del total de la
población empleada, 58.000 personas (33.7%) laboran en el
sector comercio, 45.000 (26.2%) en servicios comunales, sociales
y personales, y 28.000 (16.3%) en la Industria, para mencionar
las actividades económicas que generan el mayor volumen de
empleo en la ciudad, pues en conjunto contribuyen con el 76.2%
del total de puestos de trabajo.
Por último, es de indicar que según la
posición ocupacional el mayor empleo se genera en el grupo
denominado "obrero, empleado particular" al contar con 69.000
personas ocupadas, seguido de cerca por el rubro "trabajador por
cuenta propia" con 62.000; mientras que "obrero, empleado del
gobierno" sólo participa con 10.000 puestos de trabajo.
4.2.2 Sector externo.
- Exportaciones no tradicionales (FOB). Los agentes
económicos del Tolima realizaron exportaciones no
tradicionales durante el primer semestre de 2004 por valor de
US $9.6 millones, superiores en US $4.6 millones (90.1%) frente
a igual periodo del año precedente. Tal resultado se
explica primordialmente por la dinámica de los textiles
y prendas de vestir, cuyas ventas registraron un incremento
entre los dos semestre de US $4.0 millones (88.7%); lo que
ubica a dicha actividad industrial como la más
importante en el comercio exterior regional, al participar con
el 87.7% del total exportado.
Debemos señalar que este resultado fue propiciado
por la Ley de Preferencias Andinas y de Erradicación de
Drogas
(ATPDEA), al permitir la exportación a Estados Unidos de
confecciones exentas de aranceles, así como por una
perspectiva comercial más amplia de los empresarios
locales, ya que en el período empresas nacionales y del
Tolima participaron por primera vez en la tercera versión
del evento Cotton´s Sourcing Summit, también
conocido como cumbre comercial de confeccionistas, promovido por
Cotton USA, que reúne en Miami a importadores de ropa de
los Estados Unidos con fabricantes de prendas de algodón
del Caribe, Centroamérica, África Subsahariana y la
Región Andina.
Por su parte, la demanda de productos originarios del
Tolima se concentró en los Estados Unidos, país al
que se le facturó el 80.2% del monto total exportado en
los seis primeros meses de 2004, con un crecimiento del 110.7%
frente al primer semestre de 2003, al pasar de US $3.6 millones a
US $7.7 millones; le siguen Venezuela, con una
participación del 9.6%; Ecuador, con el 3.5%, y
México, con 1.4%, para mencionar los más
importantes.
- Importaciones. El valor de las importaciones
efectuadas por los empresarios del Tolima registró un
crecimiento del 96.1% en el primer semestre del año, al
concretarse compras en
términos FOB por valor de US $14.0 millones, mientras
que en igual periodo de 2003 ascendieron a US $7.2 millones. Es
de resaltar que dicho incremento fue jalonado por la demanda de
los sectores productores de textiles y prendas de vestir,
concentrada en la compra de fibras para atender la mayor
demanda, lo que significó un crecimiento del 899.4%,
equivalente a US $3.0 millones, con respecto a lo pagado en
igual semestre del año precedente.
Otros productos que se adquirieron en cuantías
importantes en el mercado internacional fueron: maquinaria y
equipo con adquisiciones por US $4.8 millones y un incremento del
76.0%, donde sobresalen los accesorios eléctricos, en
especial los provenientes de Finlandia. Le siguen en importancia
alimentos, bebidas y tabaco por US $4.3 millones, dentro de los
cuales se destacan los productos de la
molinería.
Por países de origen, Estados Unidos ocupa el
primer lugar al participar con el 22.3% del valor total de las
compras al exterior, seguido por Tailandia con 17.3%, luego
Finlandia con un 10.4%, en cuarto lugar se encuentra Perú
con el 10.3%; después aparecen Chile y Brasil, con 7.2%
y 5.9% respectivamente.
- Balanza comercial (FOB). Como resultado de las
transacciones efectuadas entre productores y comercializadores
residentes en el Tolima con el sector externo (excluyendo
café), se obtuvo en el primer semestre de 2004 una
balanza
comercial deficitaria por valor de US $4.4 millones, lo que
implica un desbalance adicional de US $2.3 millones (111.4%)
con respecto al déficit registrado en el primer semestre
de 2003.
Es de anotar que los negocios realizados por el Tolima
con su principal socio comercial (Estados Unidos) en el
año corrido hasta junio de 2004, según destino y
origen de los productos, arrojaron un superávit de US $4.6
millones; mientras que Tailandia, Finlandia, Perú, y
Brasil actuaron sólo como proveedores, lo que explica en
gran parte déficit total de la balanza
comercial.
* Algodón. El principal aumento se
presentó en el cultivo de algodón, con 6.436
hectáreas adicionales (59.5%), al pasar de 10.810
hectáreas en el semestre "A" de 2003 a 17.246
hectáreas en el actual período, lo cual es
atribuible a la positiva respuesta dada por los cultivadores a
las políticas gubernamentales enfocadas al incremento del
cultivo de la fibra, con el propósito de recuperar este
renglón del agro nacional y generar nuevos empleos
rurales, así como por el favorable comportamiento
registrado por la cotización de la fibra en los mercados
internacionales en el 2003. Además del repunte del
área, se espera que los rendimientos por hectárea
aumenten de 2.3 a 2.4 toneladas de algodón – semilla, por
efecto de la introducción de semillas
genéticamente modificadas, que además de ser
más resistentes a las plagas y enfermedades y reducir los
costos de producción al requerir menos aplicaciones de
insecticidas, generan un mayor nivel de producción;
así como por el buen comportamiento del clima, que
permitió realizar en forma adecuada y oportuna las labores
de preparación de tierras y las siembras, y
posibilitó la germinación del cultivo dentro de los
parámetros normales.
Por efecto de los anteriores factores, se estima que el
volumen de producción estará por el orden de las
41.390 toneladas de algodón – semilla, con un crecimiento
de 16.527 toneladas respecto a la producción alcanzada el
año precedente de 24.863 toneladas. Tal volumen coloca al
Tolima a la cabeza de los departamentos que siembran
algodón en el primer semestre del año, con una
participación del 61.2%, seguido por el Valle con el 21.1%
y Cundinamarca con el 10.0%.
Sin embargo, al acercase la época de
recolección se han presentado inconvenientes con la
comercialización de la fibra, pues la
Corporación Distribuidora de Algodón Nacional
(DIAGONAL) ha señalado que cuenta con inventarios
suficientes para abastecer a la industria textilera hasta octubre
y no estaría en disposición de adquirir la
producción de la cosecha del interior por ahora. Ante esta
situación, el Gobierno Nacional adoptó la
decisión de limitar las importaciones de algodón
por seis meses; además, mediante el decreto 1943 del 16 de
junio de 2004 estableció un arancel del 20.0% para la
importación de la fibra y determinó un contingente
de acceso preferencial, con autorización previa, de 5.000
toneladas con un arancel del 10.0%.
Debido a que el problema de fondo radica en el precio al cual
se vendería la fibra nacional, que según los
textileros resulta más elevado que el importado, el
Gobierno propuso una compensación para la diferencia entre
el precio de sustentación, fijado en $4.000.000 para la
tonelada de fibra, y el valor resultante de una fórmula
que incorpora la Tasa Representativa del Mercado y la
cotización internacional Index A de Liverpool.
* La cadena textil. La cadena textil, con cuatro
eslabones principales, está altamente fragmentada y
existen grandes diferencias entre los distintos eslabones. Los
cuatro eslabones son Algodón, Fibras (algodón,
lana, seda, sintéticos), hilanderías y textiles y
confecciones.
En algodón Colombia con 0.2% de la
producción mundial, ocupa el puesto 35 entre productores
mundiales. Los principales centros de producción mundial
son: China (27%), USA (18%), India (9%),
Pakistán (9%), Uzbekistán (6%). Los principales
centros producción nacional son: Córdoba (61%),
Tolima (20%), Cesar (8%) y Valle.
El principal mercado es el mercado domestico.
A pesar de tener rendimientos físicos altos, la
rentabilidad del cultivo en Colombia es baja. Colombia tiene
rendimientos físicos promedio del algodón por
encima del promedio mundial (2.3ton/ha vs. 1.68ton/ha, China
3.9).
A pesar de esto la rentabilidad del cultivo es baja
porque las explotaciones son pequeñas los costos de los
cultivos son altos, no hay financiación y el precio
internacional es bajo.
En Fibras, Algodón, Lana, Seda y
Sintéticos, Colombia con 0.2% de la producción
mundial ocupa el puesto 33 entre los productores mundiales. Los
principales centros de producción mundial son: China
(27%), USA (18%), India (9%), Pakistán (9%),
Uzbekistán (6%). Los principales centros producción
nacional son Córdoba, Tolima y Cesar de algodón,
Medellín y Bogotá fibras
sintéticas.
La prioridad del eslabón es el mercado interno.
El principal mercado es el domestico, pues Colombia importa el
55% de las necesidades de la industria.
En Hilandería y textiles a pesar de que existe
una sobreproducción mundial hay posibilidades de abrir
mercados. La producción nacional se concentra en el
mercado interno y es producida principalmente en Medellín
(50%) y Bogota (36%). Debido a la debilidad de México en
la producción de telas (importa de USA, Taiwán,
Corea y China) potencialmente podría exportarse a
México, Centro América, y la región Andina. El
precio es el principal driver de la exportación y la
competencia de China es restante como poco.
Las deficiencias en la prestación del servicio de
energía
eléctrica afectan la maquinaria y los procesos en este
eslabón de la cadena. El 11.64% de los costos y gastos totales
están representados por servicios de infraestructura donde
la energía eléctrica/gas son
particularmente significativos.
En Confecciones los principales centros de
producción internacional son la China e India y los
principales mercados: USA, Europa. En
Colombia los principales centros de producción nacional
son Bogota con el 33%, Medellín con el 33%, siendo
Ibagué el tercer centro de producción. En los
principales mercados mundiales Colombia tiene preferencias
arancelarias.
Las preferencias arancelarias y el TLC garantizan a
Colombia el acceso a los mercados. Colombia recibe preferencias
arancelarias al año por concepto del
ATPDEA de $1.000millones/año por las exportaciones a USA.
Las posibilidades de un TLC con este país pueden dar
garantía de este acceso a largo plazo. Adicionalmente las
preferencias arancelarias de la confección en Europa
garantizan el acceso a ese mercado.
México, Centro América y el Pacto Andino
también son oportunidades de mercado interesante.
México es un importador importante de telas que necesita
insumo para su maquila de prendas de vestir que ha venido
creciendo al 25%/año. Centro América esta en una
situación similar. El Pacto Andino también es una
oportunidad de mercado.
La ubicación geográfica es una ventaja
clave para esta cadena. Los ciclos de la moda son cada vez
más cortos, por lo que el lead time es cada vez más
relevante. La ventaja de la ubicación geográfica de
Colombia cerca de los mercados importantes (USA, Europa,
México) y de la posibilidad de producir prendas en la
Costa Caribe cerca de los mercados potenciales es una gran
ventaja para esta cadena.
El avanzado desarrollo de la industria también es
una fortaleza para Colombia. Existe un gran conocimiento
del negocio Textil y de Confección y una excelente
calidad
confección. El creciente tamaño y reconocimiento
sector de diseño y la especialización en detalle
como en géneros y encajes es una oportunidad que debe ser
aprovechada. Existe también una creciente demanda por
confecciones con mayor diseño.
Las exportaciones de confecciones han incrementando en
un 28% desde 1997 Hay fortaleza en pantalones de algodón y
sostenes 60% de las prendas de vestir exportadas van a
USA.
A pesar de las oportunidades Colombia afronta unas
amenazas latentes de productores de menores costos y de acceso a
insumos que dictaminan las reglas del juego. En
Colombia la Maquinaria es antigua (particularmente para
hilandería y telas donde tiene más de 15
años de antigüedad). La provisión de fibra,
hilos, texturas obliga a inversiones de capital altas, esto
sumado a altos aranceles para la importación de maquinaria
elevan los requerimientos de capital.
Adicionalmente hay inestabilidad en el suministro de
algodón por la inseguridad y
la dependencia en importaciones de algodón (vulnerabilidad
a subidas de precio y a tiempos de recibo); 80% del
algodón que se consume se importa, también las
importaciones de denim subieron cerca de un 50% en últimos
5 años Las importaciones de valor en unidades se han
mantenido en pesos pero se han reducido por caída en su
precio.
Existe la necesidad de ampliación en textileras y
productores de fibras para suplir demanda confecciones. Este
proceso puede demorarse debido a que algunas empresas de estos
eslabones afrontan problemas financieros y se encuentran en Ley
550 de reestructuración económica lo cual
compromete posibilidades de Capital de Exportación
(CAPEX).
La creciente importancia de China y de otros
países asiáticos representa una amenaza para la
cadena. China tiene una amplia gama de producto y una excelente
calidad, tiene un precio difícil de igualar, y una mano de
obra muy barata. El gobierno tiene un control completo
del sector. En el 2005 la eliminación de la cuota
arancelaria para China con su ingreso a OMC aumentara la
competencia. Adicionalmente India, Bangladesh y Pakistán
tienen características similares
Los subsidios al algodón en otros países
son un fomento para la producción de prendas. Estos
subsidios distorsionan el mercado y generan incentivos
artificiales a la producción de prendas de vestir
convirtiéndose en una amenaza para Colombia. CAFTA
convierte a países de Centro América en fuente de
suministro (maquila). Con la reciente negociación de CAFTA y su posible
aprobación por el Congreso de USA, Centro América
puede convertirse en una fuente de suministro para el mercado
americano difícil de desplazar.
La cadena textil amerita ser estudiada en mayor
profundidad dado que es un sector con un potencial importante
para la economía colombiana que enfrenta retos de
países como China y México. Esta cadena representa
el 7.3% de la producción industrial, el 11.2% de las
exportaciones no tradicionales y genera aproximadamente 100.000
empleos. La cadena enfrenta retos muy importantes que ameritan
ser analizados en mayor detalle.
Para efectos del análisis la cadena textil
industrial comienza con la fabricación de fibras naturales
y químicas y termina con la confección de prendas
pasando por la producción de hilados y textiles. En
Colombia se producen el 43.6% de las fibras naturales y
químicas, el 82% de los tejidos planos y de punto y el 83%
de las prendas de vestir lo demás se importa. De la
fabricación de prendas 55% se exportan.
La cadena, con cuatro eslabones industriales
principales, está altamente fragmentada y existen grandes
diferencias entre los distintos eslabones.
Según los miembros de la cadena hay tres
áreas de trabajo importantes. Acceso a
financiación, principalmente para modernización y
expansión de capacidad y algo para autogeneración.
Actualmente el acceso es limitado para toda la cadena al existir
la percepción de ser un sector de alto
riesgo.
El acceso a crédito
es fundamental para modernizar procesos fabriles sobretodo en los
eslabones de hilandería y textil y para materializar
posibilidades de autogeneración. Las dificultades
están asociadas principalmente a la Ley 550 de
reestructuración financiera de algunas textileras.
Creación de condiciones favorables para la inversión
extranjera. La competencia con países Centro
Americanos por inversión necesaria para ampliar la
capacidad y modernizar las plantas requiere del establecimiento
de incentivos tributarios y de estabilidad
jurídica.
Mejoras en la logística de distribución, tanto de
importación como de exportación, de tal manera que
se pueda aprovechar la ventaja de proximidad a Estados Unidos
siendo competitivos con México, Centro América y el
Caribe y consiguiendo diferenciación frente a China. Esto
puede lograrse mediante confiabilidad del transporte, seguridad,
acceso a puertos y logística documental (criterios de
origen y visados y certificaciones e inspecciones).
Desde el punto de vista de los costos de los servicios
de infraestructura, la energía eléctrica es el
servicio de infraestructura más importante para
ésta cadena, y particularmente importante en la
producción de textiles. Los costos de servicios de
infraestructura representan en promedio el 18.4% de los costos y
gastos totales de ésta cadena. De este porcentaje, mas del
80% esta representada por los costos de
energía.
* Energía. El 73% de la energía
eléctrica y gas consumido por la cadena está en la
hilatura y el proceso textil que sólo representan el 38%
del valor agregado de la cadena. Hay una alta intensidad en el
consumo de energía eléctrica en la
fabricación de fibras así como en los procesos de
hilandería y textil; dicha intensidad es superior a la de
otros países y está asociada en parte a la
antigüedad promedio de las plantas y a los procesos
utilizados en Colombia.
El 55% de la energía consumida en la
producción textil general el 33% del valor agregado de la
cadena, mientras que el 27% de la energía consumida en
confecciones general el 62% del valor agregado.
No es claro cual es el precio medio pagado por
ésta cadena en Colombia por la energía
eléctrica, pero parecería ser un poco más
alto que para los demás países. Existen diferencias
importantes entre los números estimados por el DANE y los
calculados en estudios de la ANDI. De acuerdo con los primeros,
los precios de la energía eléctrica en Colombia
estarían ligeramente por encima de los de Brasil,
México y Venezuela. Sin embargo si se comparan los costos
con los que tienen las empresas que realizan
autogeneración en Brasil, los costos colombianos casi
duplican el valor por kilovatio.
Gráfico 14.
Tarifas de energía
Las tarifas de la energía eléctrica en
Centro América son más altas sin embargo las
inversiones en tecnología que han
efectuado estos países y la optimización de sus
procesos ha llevado a una reducción en la intensidad
energética de la cadena. Las tarifas en Colombia son
sustancialmente mas bajas que en Centroamérica, lo cual
representa una ventaja competitiva, pero en Centro América
se están haciendo inversiones importantes en la cadena
textil que han cerrado la brecha a través de una menor
necesidad energética.
La percepción generalizada de los usuarios es que
las tarifas de energía eléctrica son altas.
Según ellos, esto esta asociado a tres factores
principalmente: 1. contribución del 20%; 2. Cargos del
STN, elevados y transferidos en su totalidad al usuario; 3.
restricciones del sistema que
terminan pagando los usuarios.
La autogeneración en la cadena textil
todavía es incipiente y la utilización del gas es
principalmente como sustituto de combustibles líquidos
para calderas
utilizadas en el proceso productivo. En ésta cadena
predomina la compra a terceros de energía
eléctrica; la autogeneración es marginal, sin
embargo las plantas de respaldo son comunes.
Se están estudiando proyectos de auto
o cogeneración motivados por la diferencia en los precios
de la energía comprada versus autogenerada (casi el doble
comprada que autogenerada). Para la autogeneración las
empresas están dudosas entre gas y carbón, aunque
parecería haber una inclinación generalizada hacia
carbón gracias al comportamiento errático de los
precios del gas.
Sin embargo, aunque la autogeneración este en la
mente de algunos participantes de la cadena, hacerlo realidad se
dificulta por la situación financiera de algunas de ellas
así como otras necesidades apremiantes de inversión
asociadas a los procesos productivos. Las empresas enfrentan una
dicotomía en la asignación de los limitados
recursos entre
lo que puede considerarse actividades "core" y actividades
"non-core", entre estas ultimas la generación.
Aunque el transporte no es tan significativo en
términos de costos directos para la cadena textil, tanto
el transporte como la logística son estratégicos
para la cadena a la luz del TLC. Algunas características
de la cadena textil hacen que los costos de transporte no sean
significativos, estas son: que es un producto de mayor valor
relativo a su peso; que, hay integración vertical
textil-confección que minimiza transporte entre estos dos
eslabones de la cadena; que hay un desarrollo de cluster en
Medellín y zona aledaña; que los talleres satélites
son cerca de las plantas de confección.
Sin embargo, las características de la cadena y
del mercado internacional convierten a la logística y el
transporte estratégico. En el mercado internacional el
"time to market" y los "lead times" cortos son fundamentales para
competir, existen confeccionistas de otros países que
logran poner el producto en cualquier parte de América en
24 horas. Por esto la ubicación geográfica frente a
puertos de exportación es fundamental.
Adicionalmente, desde el punto de vista de la materia prima
el acceso rápido a los insumos es clave. La coordinación con la multiplicidad de
talleres hacia el final de la cadena también requiere una
logística impecable sobretodo a medida que la escala de
los pedidos y las exigencias de tiempos van creciendo. Igualmente
el gran número de productos y referencias, la disparidad
de pesos, calidades y medidas y la alta rotación del
producto mercado de exportación principal, hacen complejo
el manejo del producto terminado.
La logística se vuelve fundamental para
satisfacer los objetivos de la industria que parecerían
estar alineados con el siguiente comentario de un textilero: "(El
objetivo es) reducir costos logísticos en el tramo total
de origen a destino y brindar mas servicios a los canales de
distribución, con más efectividad y dinamismo
para estar siempre un paso delante de confeccionistas con
ventajas geográficas como los Mexicanos, Centro americanos
y Caribeños"
Transporte y Logística para el Eslabón de
producción de Fibras El componente importado de este
eslabón es alto.
En este eslabón las importaciones son de materia
prima e insumos para producción de fibras
sintéticas así como importaciones de
algodón- Las importaciones se realizan principalmente por
Cartagena y se utilizan agentes de Aduana para la
nacionalización. El transporte desde el puerto hasta
Medellín y Bogotá (los principales centros de
consumo) es principalmente terrestre y contratado con
terceros.
Según los entrevistados el buen servicio de la
Sociedad
Portuaria de Cartagena es una de las fortalezas del proceso de
importación de materia prima. Existe la percepción
que el puerto esta tecnológicamente bien dotado y tiene
precios razonables. Hay problemas menores en la carretera
Cartagena – Medellín y Medellín-Bogotá
que sumado a las restricciones de circulación nocturna
incrementan costos asociados al inventario. En
general es un producto que no ha sido atractivo para el
robo.
El transporte interno de materias primas importadas y de
producto terminado se hace con terceros. La materia prima
nacional proviene de la Costa Atlántica a Medellín
o Bogotá. Para algunos de los insumos se hace en
transporte terrestre especializado (Ej.: Caprolactama, MEG) con
terceros. El producto terminado va a los principales centros de
consumo en Medellín y Bogotá. El producto va de la
bodega al cliente y no hay
almacenamiento
intermedio.
El transporte y la logística del eslabón
de fibras es el menos complejo de toda la cadena textil pero se
ve afectado por la seguridad y la falta de orden estructural del
transporte carretero. La cercanía a los consumidores y el
hecho de que la materia prima no es fácil de ser robada,
facilita la logística del eslabón. Pero la tabla de
fletes que obliga a contratar a precio mayor que el mercado y las
restricciones de circulación por inseguridad, reducen la
eficiencia de
despachos al mercado de Bogotá. Las necesidades de
escoltar el producto terminado dentro de las ciudades representan
un costo
adicional.
Las exportaciones de producto terminado, dentro de este
primer eslabón, son marginales. Las exportaciones se
dirigen principalmente a la comunidad
Andina y a Brasil, se utiliza el puerto de Cartagena y el
puerto de Buenaventura y se utiliza transporte terrestre de
terceros para llegar a los puertos. Los trámites de
exportación se hacen con las sociedades de
intermediación aduanera (SIAs).
Las exportaciones de producto terminado sufren los
mismos problemas logísticos. Las restricciones de
circulación nocturna, los sobre costos por escoltar
producto dentro de las ciudades y la aplicación tabla de
fletes generan ineficiencias y sobre costos en la
logística de exportación.
Transporte y Logística para el Eslabón de
Hilados El porcentaje importado de este eslabón oscila
significativamente dependiendo del nicho de mercado analizado.
Las importaciones se hacen por Buenaventura o Cartagena
dependiendo del origen de la carga (Ej.: lana de Argentina y
Uruguay por
B/ventura; acrílico del Perú por B/ventura; Nylon
de USA, Europa por Cartagena). Se utiliza Transporte terrestre
contratado con terceros al igual que se utilizan las
SIAs.
La eficiencia del puerto de Cartagena es la principal
fortaleza logística del eslabón de hilados y la
inseguridad y la aplicación de la tabla de fletes la
principal debilidad al igual que en el eslabón primario.
Existe una gran satisfacción de los usuarios con el puerto
de Cartagena pero se generan sobre costos por las restricciones a
la circulación nocturna y la aplicación de tabla de
fletes. Por ejemplo los fletes de Cartagena a Medellín son
aproximadamente el 50% superiores a los fletes en la dirección contraria ($78,711/ton vs.
$53,243/ton.) Y la proporcionalidad es del 34% para el caso de
Buenaventura.
El transporte domestico de materia prima y producto
terminado es terrestre contratado con terceros. La materia prima
nacional proviene de Medellín o Bogotá
principalmente. El producto terminado va a la industria de la
confección. Existen productores integrados verticalmente
para los que la tela no tiene que viajar.
El principal transporte de los no integrados va a
Medellín y Bogotá (cercanía en kilometraje
reduce costos) seguido por B/manga, Ibagué y el Eje
Cafetero
La integración vertical con confeccionistas y por
clusters en Bogotá y Medellín es una ventaja para
el manejo de la logística del transporte de hilados y la
inseguridad y la aplicación de la tabla de fletes se ha
convertido en una amenaza. Como se mencionó anteriormente,
el sobre costo asociado a la aplicación Tabla de Fletes
que obliga a contratar a precio mayor que el mercado, las
restricciones de circulación por inseguridad y el costo
adicional de escoltar el producto reducen la eficiencia e
incrementan los costos de los despachos al mercado.
Las exportaciones de producto terminado de Hilados se
hacen principalmente a ATPDEA y México. Para esto se
utiliza el puerto de Cartagena y el puerto de Buenaventura, se
utiliza transporte terrestre de terceros para llegar a los
puertos y se utilizan las SIAs para trámites de
exportación.
En hilos y textiles hay oportunidades de mejora
asociadas al proceso de exportación. El acceso al puerto
de B/ventura es extremadamente demorado.
El viaje de Medellín a B/ventura toma 22 horas y
el camión se demora 24.5 horas en B/ventura. Esto se debe
a las demoras en el acceso al puerto (1 hora ), tiempo para
obtener la orden de ingreso (10 horas), tiempo para el ingreso a
la zona de exportación (4 horas) mas el tiempo para la
inspección (5 horas). Igualmente la aplicación de
la tabla de fletes obliga a pagar precios por fuera del
mercado.
Transporte y Logística para el Eslabón de
Confecciones Para el eslabón de la confección la
logística es compleja por número de productos e
insumos, la utilización de talleres satélite
(acopio en plantas para exportación, tecnología e
información para intercambio electrónico de
datos), y la
necesidad eminente de diferenciarse con países que
están un poco mas cerca del mercado de Estados Unidos como
México, Centro América y el Caribe sobretodo en
fabricación para marcas privadas.
La logística es fundamental para competir.
La logística se ve afectada por la seguridad, el
desorden en el transporte terrestre y algunas dificultades en los
procesos de exportación; una problemática muy
parecida a la de los otros dos eslabones. Además de los
sobre costos por restricciones a la circulación nocturna y
la aplicación de la Tabla de Fletes, hay quejas
permanentes por el problema de acceso al puerto de B/ventura,
antes de entrar a la zona de exportación.
También hay problemas con las certificaciones,
trámites e inspecciones (asociadas al narcotráfico), problemas de
nacionalización en otros países y desconocimiento
por parte de PYMES de
requerimientos documentales. El Comercio exterior de empresas
grandes se hace "in house" con utilización de SIAs, para
PYMES se contrata con terceros a costos un poco mas
elevados.
Las Importaciones de telas se hacen principalmente por
Cartagena provenientes de US, India, Panamá,
entre otros, con utilización de SIAs para importaciones.
El transporte terrestre es contratado con terceros para traer
materia prima, mover producto terminado al mercado
doméstico y llevar mercancía a puertos y
aeropuertos.
Se requiere mucho mas agilidad en trámites
aduaneros y de puertos Mientras en Colombia es un tema de
días en Centroamérica se ha convertido en un tema
de horas. Hay una falta de especialización de las SIAs y
desamparo por parte de estas de las PYMES porque las SIAs
normalmente prefieren a los clientes
grandes.
La contenedorización aunque deseable aún
no es generalizada en ésta industria principalmente por
tamaño de despachos y la urgencia en tiempos. (time to
market y tamaño empresas) Los trasbordo en zonas de
frontera no son un problema de trascendencia.
El transporte aéreo es importante para el
eslabón de confección. Se utilizan los aeropuertos
de Río Negro y El Dorado. Actualmente hay capacidad
suficiente en los aeropuertos pero hay problemas asociados con la
limitación de frecuencias áreas. En el futuro
podría haber problemas de capacidad en El
Dorado.
Las telecomunicaciones son importantes para la cadena
por la utilización de talleres satélites y la
importancia de la logística, sine embargo son marginales
desde el punto de vista de costos. Los empresarios colombianos
están satisfechos con la prestación de los
servicios de telecomunicaciones. Existe una percepción que
las tarifas se han reducido gracias a la competencia. No hay
grandes requerimientos de expansión de capacidad interna
para este sector. Sin embargo, la utilización de
tecnologías como transmisión de datos con talleres
satélites y con clientes domésticos pequeños
podría reducir los inventarios pero todavía son
costosas para tamaño de empresas (PYMES) y cantidad
especialmente en confecciones (más de 900
empresas).
El agua es
importante en el proceso fabril, principalmente en el proceso
textil de acabados, mas no desde la perspectiva de
costos.
El proceso textil de acabados requiere de cantidades
significativas de agua de buena calidad. Hay una
utilización de pozos profundos y/o toma de agua de
ríos o quebradas así como plantas de tratamiento
con pago de tasas retributivas. Los empresarios sienten temor a
incrementos en las tasas retributivas y así como a cambios
en la regulación ambiental de tratamiento de aguas. Existe
la percepción que las tarifas de agua de acueductos
locales son elevadas.
4.3 MARCO CONCEPTUAL
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