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Tosi motivacion




Enviado por odicoaching



    Abstract de Conferencia de
    Eric Gaynor Butterfield del "Taller de Motivación, Cambio y Desarrollo
    Organizacional", Buenos Aires
    – Junio 2002 organizado por The Organization Development
    Institute International, Latinamerica – www.
    theodinstitute.org

     En el año 2001 hemos desarrollado un
    Taller de "Motivación en las Empresas –
    Distintos modelos",
    Buenos Aires – 2001 que estuvo a mi cargo y donde hemos
    recibido muchas consultas, en especial de directivos y ejecutivos
    de empresas y también de consultores. La inmensa
    mayoría de ellos grabaron en sus mentes conceptos muy
    importantes y algunos consultores reconocieron que no estaban
    familiarizados con muchas teorías
    de motivación.

    En aquél momento comentamos que las
    teorías de motivación son de vital importancia para
    todos los directivos, ejecutivos y gerentes de organizaciones ya
    que ellos tienen personas a su cargo y cada día deben
    lidiar con como mejorar las cosas, lo que no es nada
    fácil, ya que ello implica la capacidad de poder
    modificar / cambiar conductas y actitudes. Los
    consultores de empresas no lidian con esta situación
    "todos los días", pero si lo hacen cuando prestan sus
    servicios
    profesionales en cambio y desarrollo organizacional, y cuando lo
    hacen la necesidad de conocer respecto del cambio no solo tiene
    que ver con "el cambio" sino con una mayor intensidad de cambio
    pues el mismo debe realizar "sí o sí" dentro de un
    plazo de tiempo
    acotado.

    Directivos y consultores que han sido participantes a
    talleres de entrenamiento que
    hemos tenido a nuestro cargo siempre recuerdan el ejemplo que
    comparto respecto de lo que sucede con las máquinas a
    diferencia de las personas. Todos nosotros compramos distintos
    equipos, maquinarias y artefactos no solamente para las empresas
    sino también para nuestros hogares como es el caso de las
    heladeras, cafeteras, y máquinas de planchar.
    ¿Quien no ha comprado alguna vez una cafetera, tostadora o
    plancha eléctrica de una marca
    determinada, con especificaciones técnicas
    puntuales y, que luego al tener que reemplazarlas y volverlas a
    comprar, han tenido un "rendimiento distinto"? Por lo tanto, es
    importante que tengamos en cuenta que pueden existir
    "rendimientos distintos" a pesar de que podemos estar pagando
    "iguales costos".

    De todas maneras se puede argumentar que las "cosas"
    ofrecen una ventaja sobre las personas en el sentido que podemos
    "anticipar" algunos movimientos y desplazamientos, tanto en
    cuanto a la dirección como a la fuerza. Y
    aquí nos gusta citar nuestro ejemplo (Eric Gaynor
    Butterfield: "Congreso de Desarrollo Organizacional" –
    1997) donde un peatón que encuentra ante su camino una
    piedra y le da un puntapié puede anticipar en alguna
    medida, teniendo en cuenta el ángulo y la potencia del
    puntapié que ha ejercido, la dirección que ha de
    tomar la piedra y la distancia aproximada adonde ella finalmente
    ha de detenerse. Sin embargo si ese mismo peatón le da un
    puntapié a una persona es
    bastante probable que ésta le conteste con igual o mayor
    violencia,
    existiendo además la posibilidad de que eventualmente no
    le dé respuesta alguna. Y existe una tercera posibilidad,
    donde el peatón puede incluso llegar a inquirir al
    peatón que le ha propinado el puntapié: ¿Hay
    algo que usted necesita de mí?

    De modo que uno de los aspectos que caracteriza al
    comportamiento
    de las personas tiene que ver con su falta de previsibilidad, y
    su gran rango de opciones y alternativas disponibles ante
    distintos estímulos. Esto entra en conflicto
    directo con uno de los objetivos
    internos de las organizaciones que busca simplificar,
    estandarizar y rutinizar todo lo que sea posible. Las personas
    desarrollamos cientos de comportamientos antes de que sean las 12
    horas del día y la mayoría de ellos son
    automáticos (nadie se pone a pensar y meditar si es que ha
    de ducharse "antes o después de vestirse", entre otros).
    La ingente y cada vez mayor automatización y robotización dentro
    de las organizaciones tiene distintos orígenes, pero nadie
    puede dudar de que estamos en la dirección de establecer
    rutas pre-establecidas a seguirse por las personas y que
    finalmente pueden trasladarse a maquinarias y equipos. Esto hace
    que, naturalmente, queden liberadas muchas personas y sus
    respectivas energías, que no son "rutinizables" y que
    pueden canalizarse en direcciones distintas, con variada
    intensidad, fuerza, y persistencia en el tiempo. En gran medida
    la "motivación" tiene que ver con éstos aspectos, y
    aprender respecto de los distintos marcos conceptuales de
    motivación le ha de dar a los directivos y también
    consultores un marco de referencia más amplio en cuanto a
    opciones disponibles de comportamientos a obtener de los
    participantes organizacionales.

    Sobre el final de la jornada hemos de organizarnos para
    realizar algunas dinámicas y prácticas relacionadas
    con estas distintas teorías de motivación y como
    podemos esperar resultados variados como consecuencia de su
    aplicación en las empresas.

     Como resultado de un trabajo de
    campo orientado a evaluar el grado de familiarización de
    los consultores con las distintas teorías y modelos de
    Motivación en las empresas, se ha encontrado evidencia que
    ellos tienen en su cabezas (metafóricamente ya que es en
    sus mentes) conocimiento
    de un número bastante limitado de teorías de
    motivación. De allí que surge la pregunta:
    ¿Cómo es posible que aquellos que dirigen,
    motorizan y lideran los procesos de
    cambio y desarrollo organizacional tengan conocimientos en cierto
    modo limitados respecto de las teorías motivacionales,
    teniendo en cuenta que la
    Motivación es vital para el alcance de nuevos y
    mejores resultados?

    Todos los que ocupan posiciones dentro de las
    organizaciones y tienen personal a su
    cargo saben muy bien que la performance está sujeta
    – principalmente – a tres condiciones básicas
    que tienen que satisfacer los subordinados respecto de la tarea a
    desarrollar: el
    conocimiento, las habilidades y la motivación o deseo
    de hacerlo. Y que la fórmula no funciona como "suma" de
    estas tres propiedades sino que resulta de la
    "multiplicación" de los valores
    que se asignan a los mismos; es decir, una enorme habilidad
    acompañada de un muy alto conocimiento si se
    acompaña con una motivación de cero a de dar como
    resultado un cero.

    Desde muy temprano y en sus inicios, los primeros
    expertos notables en Ciencias del
    Comportamiento y más tarde los fundadores de la disciplina de
    Desarrollo Organizacional reconocen la enorme importancia que
    tiene la motivación en cuanto al alcance de los logros,
    objetivos y metas que se ha trazado la
    organización. Diversos expertos en su calidad de
    autores, académicos, investigadores y practitioners han
    dedicado muchas de sus energías para poder integrar las
    teorías con la práctica de la vida diaria dentro de
    las empresas.

    La motivación hacia el cambio representa un
    capítulo en especial. Todo directivo o gerente dentro
    de una organización debe saber desde muy temprano
    en su carrera que no se le está pagando una
    remuneración "para que mañana se sigan haciendo las
    cosas al igual que se estaban haciendo hoy". Y este principio
    debería estar grabado en las mentes de los profesionales
    que se insertan en todas las organizaciones; si los
    médicos siguieran con sus mismas prácticas y
    concepciones del siglo pasado el desarrollo de la Medicina no
    ocuparía el nivel que ha alcanzado el día de hoy y
    sería bueno que también los maestros incorporaran
    dicha frase y lo tuvieran en cuenta para su accionar diario.
    Ellos también deberían involucrarse
    motivacionalmente para "el día de mañana hacer las
    cosas mejor de lo que se hace actualmente". Eric Gaynor B. se
    refiere a este fenómeno cuando destaca que posiblemente la
    característica más global que se encuentra en el
    planeta es la de "que todo se deteriora con el simple transcurso
    del tiempo"; y es por ello que deben dedicarse cada vez
    más nuevas energías motivadoras para mejorar lo que
    existe, puesto que incluso, y en la eventualidad de ser exitoso
    solamente regresamos al mejor estado
    anterior".

    Ya a principios del
    siglo XX en Estados Unidos de
    Norteamérica se contaba con un test de selección
    a ser utilizado en los procesos de selección y reclutamiento
    de conductores de ómnibus. Más adelante ante el
    dilema de las consecuencias disfuncionales que sufría el
    país como consecuencia de los paracaidistas que eran
    muertos o caían en manos del enemigo se "aprende" a
    través de los aportes del comportamiento de grupos y equipos de
    trabajo. Y la motivación pasó a ser central
    para diferenciar el éxito
    corporativo: Alfred Sloan no tenía una "mejor línea
    de montaje que Ford" pero de todas maneras logró desplazar
    del liderazgo a
    Ford Motor Company. La
    mayoría de las evaluaciones realizadas en los procesos de
    selección
    de personal dan por sentado el nivel de capacidad y habilidad
    y están orientados a medir factores motivacionales ya que
    los consideran vitales para el logro de objetivos.

    Ha sido grande el número de investigadores
    relacionados con el comportamiento
    humano que han hecho importantes contribuciones en el campo
    motivacional, siendo inicialmente psicólogos
    clínicos y psicólogos industriales a los cuales
    debemos agregar también a otras ciencias / disciplinas
    como la antropología, etnología, y
    paleontología. Es por ello que teniendo en cuenta el vital
    rol de la Motivación hemos de dedicar nuestras
    energías en el tiempo que nos queda disponible hacia tener
    en cuenta los hallazgos de los expertos en esta materia.

    La importancia de la Motivación ha quedado
    reflejada en el pensamiento
    del sociólogo William F. Whyte ("Money & Motivation";
    con otros autores – 1955) quien señala que el nuevo
    modelo del
    hombre
    socio-económico ha de requerir una nueva concepción
    del impacto de la motivación del hombre en los procesos
    productivos industriales.

    Thorstein Veblen señala que posiblemente con la
    sola excepción del instinto de conservación propia
    que tienen las personas, uno de los motivos más salientes
    sea el de la emulación ("The theory of the leisure class"
    – 1899 / 1973) y es sabido como la emulación
    está presente dentro del mundo organizacional y
    empresarial (ver Adams: "Equity Theory" – 1961).

    Las contribuciones en materia de comportamiento humano
    bien pueden inferirse de las investigaciones
    y aportes que se realizan en otras especies. El
    psicólogo Edgard Tolman ("A stimulus-expectancy:
    Need-Cathexis Psychology – 1945) manifiesta que las
    leyes sobre las
    cuales se apoyan las inteligencias, motivaciones e
    inestabilidades (humanas) pueden ser perfectamente estudiadas a
    través del comportamiento de las ratas.

    Dentro del mundo organizacional son muchas las variables
    (independientes) que de alguna manera impactan sobre la productividad,
    efectividad y performance. Es conocida la relevancia que tienen
    las "SKA" la que se ha visto reflejada de diversas maneras y muy
    especialmente a través de los instrumentos de
    selección de personal. Sin embargo debemos tener siempre
    presente la importancia de la "motivación". Las destrezas
    (S) tienen que ver con el aprendizaje de
    ciertas reglas y la motivación va por otro camino tal cual
    lo destaca claramente el filósofo y sociólogo
    alemán Jurgen Habermas ("Toward a rational society"
    – 1969): "Las destrezas nos ponen en una posición
    que nos permite resolver problemas; las
    motivaciones nos permiten cumplir con las normas".

    La importancia de la "motivación" radica en su
    interna complejidad. Las consecuencias de nuestras acciones
    – como resultado de la motivación – pueden ser
    buenas para nosotros y también malas para otros; pero no
    debemos olvidar que también puede ser negativa para
    nosotros y positiva para otros. Mas aún, puede
    también llegar a ser buena para nosotros y para otros y
    también puede llegar a ser mala para nosotros y para otros
    (Francis Hutcheson: "Inquiry concerning moral good and
    evil"; 1725). Gordon Allport ("Personality"; 1937) destaca que un
    hombre de negocios en la
    búsqueda de su propia seguridad
    económica puede hacer cosas en contra de su propia
    salud (ver
    también: "Suicidio
    Profesional o Asesinato Organizacional": Dr. Donald W. Cole &
    Eric Gaynor Butterfield; The Organization Development Institute
    International – 2005) e incluso tomar acciones que lo
    pueden regresar a su nivel de pobreza anterior,
    por el solo hecho de tener la motivación por llevar
    adelante su programa
    convirtiendo de esta manera a una técnica instrumental en
    un motivo-maestro.

    Eric Trist & otros ("Organizacional Choice";
    Tavistock – 1963) han mostrado evidencia que las
    motivaciones sociales tienen un impacto muy grande en los
    resultados corporativos y empresariales, y por ello se debe
    visualizar a las organizaciones bajo la perspectiva
    socio-técnica. Las interacciones y los motivos de las
    interacciones de las personas en el transcurso de un día
    entero son variadas y de gran número, y una gran
    mayoría de los motivos sociales tienen que ver con lo que
    transcurre dentro de las organizaciones.

    Resulta muy difícil contar con una
    definición de motivación, aunque vamos a
    intentarlo. Pero debemos tener en cuenta lo destacado por Ruth
    Kanfer cuando señala ("Handbook of Industrial and
    Organizational Psychology" – 1990) que por lo menos debemos
    prestar consideración a tres elementos al querer definir a
    la "motivación"; ellos son:

    * "En primer lugar uno debe llegar a determinar o
    especificar las variables independientes que influyen sobre el
    flujo de motivación.

    * Segundo, la teoría
    debe estar en condiciones de describir el network
    nomológico de relaciones entre las variables latentes y
    las implicancias de esas relaciones respecto del comportamiento
    observable (Cronbach & Meehl – 1965).

    * Tercero, uno debe especificar las consecuencias
    motivacionales, las variables dependientes, o los comportamientos
    más probables de ser influenciados por cambios en el
    sistema
    motivacional".

    ¿Que es lo que podemos decir respecto de los
    motivos sociales? En principio los motivos sociales pueden ser
    heredados y debido a ello se asemejan a una característica
    de la especie tanto como lo es el impulso fisiológico. Los
    motivos sociales pueden también ser adquiridos lo que
    sugiere que el comportamiento de las personas puede ser
    aprendido, y en la medida en que son aprendidos se convierten en
    el primer paso sobre el cual se han de adquirir nuevos
    comportamientos ("Introduction to psychology": Ernest Hilgard;
    Harcourt, Brace & Co. – 1957).

    Aprender respecto de los "motivos sociales" es de vital
    importancia para todos aquellos que lideran, gerencian o
    supervisan un grupo de
    trabajo en las empresas. Ernest Hilgard (ya citado) incluye
    algunas proposiciones:

    "1. La manifestación y expresión de los
    motivos sociales difieren de una cultura a otra
    y de una persona a otra dentro de esa misma cultura. Estas
    diferencias se producen puesto que los motivos sociales son
    aprendidos como consecuencia de experiencias puntuales y en todo
    caso son expresadas a través de un comportamiento
    aprendido.

    2. Motivos similares pueden ser manifestados a
    través de distintos comportamientos como por ejemplo
    cuando un motivo para desafiar a otra persona puede ser
    manifestada de dos maneras: atacando a esa persona o
    alejándose de su presencia.

    3. Distintos motivos pueden ser expresados a
    través de comportamientos similares como es el caso donde
    dos hijos pueden dedicarse a seguir una carrera en particular;
    una lo hace para complacer a sus padres mientras que la otra lo
    hace para molestarlos.

    4. Los motivos se manifiestan muchas veces bajo
    algún disfraz. Los niños
    – a comparación de las niñas – tienen
    una tendencia a hurtar debido a su conflicto de tipo sexual. Por
    lo tanto el motivo de hurtar no es "un motivo para adquirir algo"
    sino que más bien se disfraza pues su motivo principal
    responde a un impulso de tipo sexual.

    5. Una sola acción
    o comportamiento puede llegar a expresar distintos motivos
    sociales. El principio de múltiple determinación de
    comportamientos está presente cuando un investigador
    emplea 16 horas de trabajo y estudios por día que puede
    deberse a convertirse en un inventor, o en ganar una fortuna con
    su invento o eventualmente conseguir fama.

    Esta demostrado que muchas personas está
    motivadas a desarrollar esfuerzos y emplear muchas de sus
    energías mucho más allá de lo que
    quizás su organismo está dispuesto a sostener. Por
    lo tanto surge la siguiente pregunta: ¿Qué es lo
    que hace que cada 4 años cientos de atletas dediquen
    muchísimas horas a entrenarse ante una posibilidad
    relativamente pequeña de éxito en una
    Olimpíada (hay tres medallas: la de oro, plata y
    bronce; pero no debemos olvidar que la mayor parte de las
    personas por lo general no recuerdan ni al tercero -medalla de
    bronce – ni al segundo – medalla de plata ). Algo parecido sucede
    dentro del mundo corporativo e incluso "antes" de que las
    personas ingresen al mundo empresarial.

    Los estudiantes dedican unos 17 años de estudios
    para conseguir un Diploma Universitario que le permita ser la
    puerta de acceso al mundo corporativo, especialmente las
    corporaciones multinacionales, a pesar de que se sabe que
    solamente un pequeño porcentaje de ellos ha de poder
    ingresar. Incluso aunque hayan conseguido insertarse la inmensa
    mayoría no ha de alcanzar la cúspide y pueden a los
    45 años tener que iniciar acciones de "independencia"
    para lo cual no han tenido el entrenamiento apropiado (Eric
    Gaynor Butterfield: "Desarrollo Ejecutivo y Desarrollo
    Organizacional"; The Organization Development Institute
    International, Latinamerica – 2005).

    La motivación para aquellos interesados en como
    los miembros organizacionales pueden influir en los resultados de
    sus empresas tiene como interés
    principal aprender respecto de diversos factores que se incluyen
    dentro de esa única palabra; los factores principales son
    (Eric Gaynor Butterfield: "Desarrollo Ejecutivo y Desarrollo
    Organizacional"; The Organization Development Institute
    International, Latinamerica – 2005):

    • arranque o inicio;
    • dirección;
    • intensidad; y
    • persistencia.

    Hizo falta que Charles Darwin ("On the
    origin of species"; 1859 / 1869) exponga ante los
    psicólogos su teoría social evolucionista para que
    las teorías motivacionales de ellos vayan más
    allá de las teorías iniciales que privilegiaban a
    los impulsos (drives) y a los instintos. La teoría
    psicoanalítica de la
    personalidad de Sigmund Freud
    ("The interpretation of dreams"; 1900 / "Civilization and its
    discontents" – 1930) contempla que el comportamiento humano
    es motivado por alguna forma de "energía psíquica"
    (libido) que emerge como resultado de unos pocos instintos
    básicos ("Psychology Today – An Introduction";
    CRM –
    Random House – 1975). De modo que para Freud la
    dirección que ha de tomar el comportamiento está
    determinada por los límites
    sociales que le son impuestos bajo la
    manifestación de "impulsos instintivos" lo que en las
    palabras de Freud sería "la descarga de energía
    psíquica". En "Psychology Today – An Introduction"
    los autores destacan que bajo el pensamienbto de Sigmund Freud
    las energías provenientes de instintos eran canalizadas o
    direccionadas como resultado de límites previamente
    aprendidos.

    Entre las primeras teorías motivacionales podemos
    incluir el trabajo
    pionero de William McDougall quien produjo diversos trabajos
    ("Psychology, the study of behavior" – 1912; "Social
    psychology" – 1917; "An outline of psychology" –
    1923; "An outline of abnormal psychology": 1926; "The energies of
    men" – 1950) siendo posiblemente la más conocida la que se
    publicara en 1908: "An introduction to social
    psychology".

    Para William McDougall las variables principales son el
    "instinto" y la "propensión" de las personas que
    están estrechamente vinculadas con la emoción lo
    que da lugar a los "sentimientos". El autor define al instinto
    como "Una disposición psicofísica heredada o
    innata, la cual determina que su poseedor perciba o preste
    atención a objetos de cierto tipo, que
    experimente una excitación emocional de una particular
    calidad al percibir tales objetos, y que actúe con
    respecto a ellos de una manera particular, o que, por lo menos,
    sienta un impulso a realizar tal acción" ("Social
    psychology" – 1917. Podríamos decir entonces que el
    instituto es una variable disposicional que se relaciona con un
    proceso
    cognitivo (percibe o presta atención a objetos), un
    proceso afectivo (experimenta una excitación emocional), y
    también un proceso conativo (un impulso a realizar una
    acción). Para McDougall este instinto es modificable
    aunque no todas las partes del proceso instintivo son igualmente
    fáciles de modificar. Nota: William McDougall tomó
    de A. F. Shand ("The foundations of carácter" – 1914) la noción de
    "sentimiento" quien la ha considerado como un sistema organizado
    de emociones.

    En sus inicios McDougall estaba inclinado a asociar e
    identificar a los "instintos" con la "propensión" algo que
    modificó en su último trabajo ("The energies of
    men" – 1950). De hecho que para McDougall el instinto
    llevaba asociado con el a la inteligencia y
    que ello le cabía al mismo tiempo a la conducta animal:
    "Debemos evitar el antiguo error desde el principio, reconociendo
    que toda conducta animal es al mismo tiempo instintiva e
    inteligente; que, si bien todo acto de cualquier animal
    está en alguna medida prescrito por la constitución heredada, la
    constitución misma provee una cierta capacidad de
    adaptación, de desviación adaptativa con respecto
    al patrón común de la especie".

    En "The energies of men" (1950) se distancia McDougall
    de la concepción original de instinto y presta
    consideración a lo que el denominó como
    propensión aclarando algunos aspectos adicionales al hacer
    referencia a "tendencia", "esfuerzo", "energía" y "meta" :
    "En nuestro estudio de la conducta instintiva vemos que la
    acción típicamente instintiva expresa dos rasgos
    distinguibles de la dotación innata: por una parte, una
    habilidad especial, simple o compleja como lo es la habilidad de
    la avispa de reconocer y dominar su presa; y por la otra, una
    propensión que, si se despierta de su estado latente,
    genera una tendencia activa. La tendencia es, en algún
    sentido, energía la que es dirigida hacia una meta, que se
    pone en acción para alcanzar un objetivo y
    solo descansa cuando se ha alcanzado dicho objetivo; es una
    energía que activa la habilidad y la pone al servicio de la
    tendencia, como un medio para obtener el fin o la meta …
    Teniendo en cuenta todos los problemas de terminología se
    propone el uso siguiente de dichas palabras: Una
    "propensión" es una disposición, una unidad
    funcional de la organización total de la mente; ella,
    cuando es excitada, genera una "tendencia" activa, un esfuerzo,
    un impulso hacia alguna meta u objetivo: una tendencia de ese
    tipo que obra conscientemente para lograr una meta prevista, es
    un "deseo"."

    Uno de los aspectos destacados de William McDougall en
    su carácter de pionero tiene que ver con la importancia de
    la variable emoción y sentimientos que desplegara mucho
    más adelante Daniel Goleman ("Inteligencia
    Emocional – 1995). Para McDougall la variable
    emoción ocupa una posición central ya que una
    "excitación emocional" era una parte principal,
    inmodificable, del "instinto" en su totalidad, haciendo de la
    correlación entre emoción e instintos un rasgo
    original de su trabajo.

    McDougall incluye una lista de "instintos" con sus
    respectivas "cualidades emocionales" en su obra "Outline of
    Psychology" (ya citado) que se incluye a
    continuación:

    – el instinto de fuga (de auto-preservación, de
    evitar, de peligro) con la cualidad emocional de temor (terror,
    alarma, azoramiento, miedo, espanto);

    – el instinto de combate (de pugna, de agresión)
    con la cualidad emocional de ira (rabia, rencor, fastidio, furia,
    irritación, desplacer);

    – el instinto de repulsión o de repugnancia con
    la cualidad emocional de disgusto, náusea,
    asco, repugnancia;

    – el instinto parental o protector con la cualidad
    emocional de afecto, amor
    ternura;

    – el instinto de solicitar ayuda a otros con la cualidad
    emocional de sentimiento de desamparo, zozobra;

    – el instinto de reproducción / sexual con la cualidad
    emocional de concupiscencia o de emoción o
    excitación sexual que a veces es llamada como
    amor;

    – el instinto de curiosidad, investigar, descubrir,
    indagar, inquirir con la cualidad emocional de curiosidad que
    incluye sentimientos de misterio, extrañeza, de lo
    desconocido y lo que puede sorprender;

    – el instinto de sumisión que se relaciona con la
    auto-degradación con la cualidad emocional del
    sometimiento, de una devoción a la inferioridad, de
    humildad, fidelidad, sumisión y sentimientos negativos
    hacia uno mismo;

    – el instinto de aserción o de
    auto-manifestación que se relaciona con la cualidad
    emocional de elación, sentimientos de orgullo, de
    auto-suficiencia, sentimientos positivos respecto de uno
    mismo;

    – los instintos sociales o gregarios que se asocian con
    las cualidades emocionales como los sentimientos de soledad,
    aislamiento y nostalgia;

    – los instintos de búsqueda de alimentos que
    incluye las cualidades emocionales relacionadas con el hambre y
    sed;

    – los instintos de adquisición y de atesoramiento
    que se vinculan con las cualidades emocionales de propiedad o
    posesión;

    – los instintos de construcción con las cualidades emocionales
    de sentimientos de creatividad,
    de realización, y de productividad;

    – los instintos de risa que se asocian con las
    cualidades emocionales de diversión, alegría,
    abandono, relajación.

    Y vemos que más adelante y al final de su
    trabajo, William McDougall se aleja de los instintos y hace
    referencia a "propensiones" ("The energies of men" (1950)
    identificando las siguientes propensiones que son innatas en la
    especie humana:

    1. Buscar (y posiblemente almacenar) alimento
    (propensión a la búsqueda de alimento);

    2. Rechazar y evitar ciertas sustancias nocivas
    (propensión al disgusto);

    3. Cortejar y aparearse (propensión
    sexual);

    4. Huir y resguardarse como respuesta a impresiones
    violentas que infligen o amenazan a infligir dolor o daño
    (temor);

    5. Explorar los lugares y cosas extraños
    (propensión a la curiosidad);

    6. Alimentar, proteger y albergar a los jóvenes
    (propensión protectora o parental);

    7. Permanecer en compañía de iguales o en
    el aislamiento, buscar esa compañía
    (propensión gregaria);

    8. Dominar, conducir a los compañeros, afirmarse
    sobre ellos, manifestarse ante ellos (propensión
    autoasertiva);

    9. Asentir, obedecer, seguir, someterse a otros que
    despliegan poderes superiores (sumisión);

    10. Resentirse y desesperarse por cualquier
    frustración o resistencia
    presentada al libre ejercicio de cualquier otra tendencia
    (ira);

    11. Gritar pidiendo ayuda cuando los propios esfuerzos
    son vanos (llamado);

    12. Construir moradas e implementos (propensión
    constructiva);

    13. Adquirir, poseer y defender todo lo que se encuentre
    útil o por cualquier otra razón resulte atractivo
    (propensión adquisitiva);

    14. Burlarse de los defectos y fracasos de los
    compañeros (propensión a la risa);

    15. Apartar, o apartarse uno mismo, de lo que produce
    incomodidad, por ejemplo, rascándose o cambiando de
    posición o ubicación (propensión a la
    comodidad);

    16. Acostarse, descansar y dormir cuando se está
    cansado (propensión al reposo o al
    sueño);

    17. Derivar hacia nuevos paisajes (propensión
    migratoria);

    18. Un grupo de propensiones muy simples que sirven a
    necesidades corporales: toser, estornudar, respirar, evacuar,
    etc.

    Podemos sintetizar el extenso trabajo de William
    McDougall destacando que para este autor la conducta de los
    animales es
    causada por las propensiones, las emociones y las habilidades,
    mientras que las del hombre incluyen las tres mencionadas y
    además hay que agregarles los sentimientos, las
    aficiones, y la de formación de un "carácter",
    donde las propensiones se caracterizan por ser disposiciones
    innatas que junto con algún estímulo exterior en
    particular, causan una tendencia (energía, esfuerzo,
    impulso) hacia una meta puntual.

    Las habilidades representan disposiciones innatas que
    tienen que ver con los procesos de aprendizaje y de
    resolución de problemas en la medida en que ellas son
    activadas por una tendencia, mientras que los instintos son
    combinaciones innatas de una propensión con una habilidad,
    que caracterizan a una especie en particular (que aparecen
    parcialmente en el hombre como
    especie).

    Por otra parte las emociones son condiciones que se
    presentan cuando un flujo de energía impacta "sobre lo
    interno de las personas", mientras que los sentimientos son
    propensiones que a través de las experiencias que viven
    las personas en sus aprendizajes se relacionan con la "habilidad
    cognitiva" que tienden a ser activadas ante la percepción
    de un objeto. Las aficiones que tienen las personas son
    básicamente sentimientos cuyos objetos son formas
    específicas que llevan a la acción. Finalmente para
    McDougall el carácter es un sistema particular de
    sentimientos que está organizado de una manera especial y
    opera bajo la influencia del temperamento individual innato de la
    persona (que guarda supuestamente una relación con sus
    hormonas).

    Así como William McDougall fue un pionero en
    teoría motivacional poniendo especial énfasis en
    las propensiones de las personas, Edward Chase Tolman
    impulsó algo más nuestros conocimientos en materia
    de motivación, a través de numerosos trabajos
    ("Operational behaviorism and current trends in psychology"
    – 1936; "Determiners of behavior at a choice point" –
    1938; "Cognitive maps in rats and men" – 1948; "A
    psychological model" 1951) siendo muy citado por su trabajo del
    año 1932 titulado "Purposive behavior in animals and men".
    Un aporte importante es el foco que puso Tolman en el desarrollo
    de un marco conceptual que guía el comportamiento de las
    personas que está basado en tres componentes
    principales:

    1. las causas u orígenes que inician los
    comportamientos y que constituyen las variables
    independientes;

    Para Tolman las principales causas de las conductas
    humanas están basadas en :

    – los estímulos;

    – la herencia;

    – el entrenamiento;

    – el estado
    fisiológico inicial.

    La herencia y el entrenamiento influyen sobre la fuerza
    mientras que el estado fisiológico inicial es quien ha de
    determinar a cuáles estímulos habrá de
    reaccionar la persona.

    2. los determinantes conductuales que
    representarían a las variables intervinientes y que
    están representados por tres factores principales:
    capacidades, las determinantes inmanentes y las adaptaciones
    conductuales. Las capacidades interactúan a su vez con la
    herencia y el adiestramiento.

    Las intenciones de las personas o las demandas que ellos
    hacen es uno de los dos componentes principales dentro de las
    determinantes inmanentes y son las cogniciones el otro componente
    pudiendo distinguirse dos clases: las que son "aprestamientos de
    la cadena de medios y
    fines" y las que son "expectativas de medios y fines".

    Finalmente las adaptaciones conductuales son definidas
    por Tolman como "substitutos que no llegan a ser totalmente
    observables de una carrera de ida y vuelta real puesto que
    constituyen la ideación, en contraste con la conciencia".

    3. la conducta, que sería la variable
    dependiente.

    Según Edward Chase Tolman las conductas de las
    personas son causadas indirectamente por las distintas variables
    independientes (estímulo, herencia, entrenamiento y estado
    fisiológico inicial) a través de las variables
    intervinientes a que se ha hecho mención recientemente. El
    mismo Tolman define a su teoría como "conductismo
    intencionista" con lo cual indica que depende tanto del
    conductismo como del intencionismo. En su obra "Purposive
    behavior in animals and men" (ya citado) destaca la
    combinación de ambas: "El conductismo intencionista
    concuerda con el conductismo estricto en tanto sostiene que no
    corresponde estudiar nada más que el organismo, su
    conducta y las condiciones orgánicas y ambientales que
    conducen a ésta última. Difiere de un conductismo
    como el de Watson, Weiss o Mayer en que para el conductismo
    intencionista la conducta "qua molar" tiene propiedades
    descriptivas características y exclusivas … y el
    conductismo intencionista posee características de
    Gestalt siendo
    un conductismo molar y no molecular. Pero se diferencia la
    teoría de Tolman de la teoría ortodoxa de la
    Gestalt ya que ésta última es psicología mentalista
    o introspectiva, mientras que la de Tolman es propiamente
    conductista. Los psicólogos gestálticos no
    atribuyen la misma importancia que Tolman al análisis de las variables, siendo las
    variables de su teoría intencionistas y no solamente
    cognitivas.

    El aspecto pragmático de la teoría de
    Edward Tolman es de aplicación para las organizaciones y
    empresas, y el autor lo pone bien en claro al afirmar: "El mapa
    del conocimiento es una verdad que funciona, dadas las
    particulares necesidades y capacidades conductuales del tipo de
    organismo que ha recogido ese conocimiento. Tanto el conductismo
    físico como el intencionista están humanamente
    condicionados ya que son mapas
    conductuales. Un filósofo podría preguntarse que
    estamos estableciendo las bases de un pragmatismo
    ¿no es así? Pues sostenemos que todos los
    conocimientos humanos, incluso en el caso del conductismo
    físico, el conductismo intencionista y nuestras presentes
    observaciones, no son más que el resultado de las
    necesidades y capacidades conductuales humanas, y por lo tanto,
    están limitadas por ellas. La realidad exterior es para
    nosotros como para todos los seres humanos, lo que encuentran en
    ella nuestras limitadas necesidades y capacidades
    biológicas … Pero lo que pueda ser la realidad
    exterior en sí misma, abstraída de las necesidades
    y capacidades conductuales humanas, no lo sabemos, no podemos ni
    necesitamos saberlo ("Purposive behavior in animals and men"
    – 1932)."

    El trabajo de Edward Tolman se vincula con el de Kurt
    Lewin y puede considerarse como una "teoría del campo / de
    oposición de fuerzas" tal cual el mismo Tolman lo destaca:
    "Experimentos
    ulteriores descubrirían sin duda muchas más de
    tales relaciones generales del campo que podrían agregarse
    a la lista, incluso en el caso del comportamiento de las ratas.
    Las relaciones en la cadena de medios y fines son principalmente
    relaciones "del campo" y no deben considerarse como una simple
    relación lineal. En general podemos decir que una gran
    parte de la doctrina que se bosqueja en este tratado ("Purposive
    behavior in animals and men" – ya citado) parece guardar
    una estrecha relación con el trabajo de Lewin,
    según la encontramos en sus escritos y en la de sus
    discípulos."

    Para Tolman los "impulsos" (drive) están en el
    centro mismo de su teoría motivacional y pueden
    clasificarse en dos grupos principales según se trate de
    "apetitos" (hambre de comida, hambre sexual, hambre excretoria,
    hambre de contactos, hambre de reposo, hambre sensorio-motora) o
    "aversiones" (como es el temor – orientación a
    evitar un daño y la pugnacidad (como el hecho de evitar
    interferencias), a los cuales denomina como "impulsos de primer
    orden" que serían similar – en cuanto a importancia
    – a las necesidades de primer orden a que hace mención
    Abraham Maslow. Vemos
    algún paralelo adicional en el trabajo de Edward Tolman
    con el de Maslow al hacer referencia el primero a tres clases
    principales de necesidades:

    1. las necesidades primarias como el hambre y la
    sed;

    2. las necesidades secundarias o socio-relacionales como
    lo son la necesidad de afiliación, de dominio y que
    supone que son innatas;

    3. las necesidades terciarias que son consecuencia del
    aprendizaje y que son por lo general universales en cualquier
    población y consisten en el deseo de
    obtener o apartarse de ciertos tipos de metas culturales
    relativamente universales como lo es la riqueza y el éxito
    entre otros.

    El trabajo de Clark Hull ("Principles of Behavior"
    – 1943) basado en los impulsos (drive theory)
    difería del modelo de Freud en algunos aspectos ya que
    Hull sentó sus bases en un modelo matemático
    mientras que el de Freud no lo era y además Hull se
    concentró en el estudio de animales en especial las ratas
    mientras que Freud puso foco en personas neuróticas. Para
    Hull la fuente de energía en el comportamiento
    recibíó el nombre de impulso, y el componente
    direccional del comportamiento recibió el nombre de
    "hábito" (Psychology Today – An Introduction; ya
    citado). Para Hull el objetivo era importante y para ello
    analizó lo que lleva a la realización de ciertas
    actividades que producen algunas consecuencias o resultados;
    presionar una palanca y conseguir comida, y aprender respecto de
    esto, hace que la "fuerza del hábito" aumente la
    respuesta. La reducción de un impulso como en el caso de
    no apretar la palanca como opuesto a hacerlo, no siempre es la
    única forma de aprender.

    Mas tarde se aprendió que aquellas ratas que
    tenían la posibilidad de explorar su territorio con
    anterioridad, estaban en condiciones de tener una mejor
    performance, incluso cuando en ese recorrido no existiera comida.
    Al parecer los investigadores llegaron a reconocer que las ratas
    aprendían algo respecto de su contexto aunque no estaban
    siendo recompensados lo que recibió el nombre de
    "aprendizaje latente". Es decir, administrar recompensas puede
    ser que no sea suficiente.

    Muchos investigadores han cuestionado el trabajo de Hull
    sugiriendo que se concentró exclusivamente en lo que ellos
    llamaron el "push of internal drives" y prácticamente
    ignoró el "pull" que tiene que ver con los incentivos que
    están disponibles. En sus últimos años Clark
    Hull tuvo también en cuenta a estos
    últimos.

    La teoría de los impulsos tiene otra
    limitación puesto que sugiere que los sentimientos
    positivos son vistos como consecuencias para mitigar tensiones
    sin tener en cuenta otras experiencias positivas como es el caso
    donde se considera que los niños despliegan su amor hacia
    sus madres por el hecho de que ellas van a reducir un estado
    fisiológico que no es placentero (como cuando la madre le
    da de mamar al niño). Harry Harlow desarrolló en
    este sentido un experimento sumamente interesante (en "Psychology
    Today: An Introduction" – ya citado) donde monos infantes
    tenían que elegir entre "dos madres posibles". Una de
    ellas era hecha de alambre mientras que la otra era hecha con
    material suave como son los animales de peluche. A pesar de que
    estos monos infantes eran alimentados a través de la
    "madre de alambre" pasaban la mayor parte del tiempo con la
    "madre de peluche". Y también – lo que fue
    sorprendente para algunos investigadores – cuando estaban
    atemorizados o asustados también acudían a la
    "madre de peluche" en lugar de la "madre de alambre" siendo
    ésta última la que realmente le daba de comer.
    Harry Harlow arribó a la conclusión de que el
    confort a través del contacto con el oso de peluche era
    más importante que la reducción de hambre que
    provenía del mono de alambre (la mamá de alambre
    tenía una mamadera mientras que la de peluche no
    tenía mamadera alguna).

    Sigmund Freud y también Clark Hull tenían
    la perspectiva de "reducción de un impulso como una
    recompensa" pero esta visión recibió un golpe muy
    fuerte cuando se encontró evidencia de que las personas
    durante distintas etapas de su vida pueden elegir "cambios" en
    lugar de "estímulos repetitivos" y que también
    prefieren trabajar bajo procesos complejos en lugar de
    situaciones simples. Y estas concepciones deben ser tenidas muy
    en cuenta por los ejecutivos y directivos de empresas en sus
    relaciones con los miembros que conforman sus equipos de
    trabajo.

    Debemos recordar que la palabra motivación y
    emoción tienen la misma razón latina: "motere" que
    significa moverse, y es por ello que las emociones juegan un rol
    tan importante en el comportamiento humano (Daniel Goleman: "La
    Inteligencia Emocional"; Bantam Books – 1995).

    La complejidad de lo relacionado con las motivaciones de
    las personas ha ido ganando sustento en la medida que los
    investigadores realizaban nuevos trabajos de campo y de laboratorio y
    se encontraban con nuevos y sorprendentes hallazgos apareciendo
    la "teoría de motivación basada en las
    expectativas- valor".
    Últimamente se la conoce – a efectos de
    simplificación – como la teoría de las
    expectativas. Entre los académicos, investigadores y
    practitioners más reconocidos dentro de esta escuela de
    motivación podemos citar a John Atkinson, Kurt Lewin,
    David McClelland, John Atkinson, Victor Vroom.

    La teoría de las expectativas postula que el
    comportamiento de las personas es el resultado de relacionar la
    expectativa (probabilidad de
    éxito) que tiene una persona respecto de alcanzar un
    objetivo con el valor mismo que tiene dicho objetivo para esa
    persona (Eric Gaynor Butterfield: "Congreso de Desarrollo
    Organizacional" – 1997).

    Así como las ratas tienden a responder de alguna
    manera que nos permite llegar a ciertas generalizaciones
    también las personas elegimos comportamientos "más
    probables". Mucho de lo que deben esforzarse los directivos en
    las organizaciones está orientado justamente a reducir la
    variabilidad de comportamiento de los miembros organizacionales
    para, de esta manera, conseguir que dichos comportamientos puedan
    ser anticipados. John Atkinson dedicó muchos de sus
    esfuerzos y energías para aprender respecto de estas
    diferencias individuales que están presente tanto en las
    personas como en otras especies (ver: "Motives in Fantasy,
    Action, and Society", New York – 1958).

    John Atkinson (ver cita ya mencionada) realiza una
    importante distinción entre "motivo" y
    "motivación". Define a motivo como "una capacidad
    relativamente estable para obtener cierta gratificación
    respecto de una particular clase de
    incentivos, y siendo la misma distinta entre cada una de las
    personas". Por otro lado la motivación es el proceso que
    resulta de la interacción de un motivo (que tiene que ver
    con una característica de la personalidad);
    la expectativa (que es una probabilidad subjetiva) y el valor del
    incentivo. David A. Mc Clelland ("Toward a theory of motive
    acquisition"; American Psychologist – 1965) sugiere que las
    personas – especialmente los ejecutivos y directivos en las
    organizaciones – pueden tener distintas orientaciones en
    cuanto a sus necesidades de las cuales tres son las
    preponderantes:

    • afiliación
    • logros
    • poder, siendo reconocido por el uso de una
      herramienta en particular como es el Thematic Aperception Test.
      Henry Murray fue quien primero descubrió e hizo
      aplicación de esta metodología de la cual hizo uso a fines
      de los años 30 del siglo pasado.

    Para David McClelland los ejecutivos y directivos
    eficientes sobresalen en la "necesidad de alcanzar logros y
    objetivos". John Atkinson hizo algunos hallazgos interesantes
    donde se expone que los resultados en cuanto a la "necesidad de
    logros" son distintos según se trate de hombres o mujeres
    y teniendo en cuenta sus propias competencias hizo
    uso de modelos matemáticos lo que lo ha llevado a concluir
    que en la orientación hacia el logro existe más de
    un componente; en realidad son dos: 1. la tendencia a orientarnos
    hacia el éxito; y 2. la tendencia a eliminar posibilidades
    de fracaso.

    Matina Horner (en "Psychology Today: An Introduction"
    hace referencia auna tercera opción que es denominada
    "temor al éxito".

    Otra importante teoría de las motivaciones es la
    de Stanley Schachter (teoría de la atribución) que
    se refiere a las interpretaciones que son dadas a las personas
    respecto de sus propios sentimientos y acciones. Debe tenerse en
    cuenta que "atribución" puede también incluir
    aquellas situaciones donde las interpretaciones de una persona
    respecto de las razones que tienen otros respecto de las acciones
    que estos últimos toman. La concepción de Stanley
    Schachter guarda un paralelo con el de B. Weiner (comportamientos
    relacionados con logros).

    Bernard Weiner se dedicó a estudiar cuales han
    sido las razones por las cuales las personas atribuyen su
    éxito o su fracaso, siendo cuatro las principales. Eric
    Gaynor Butterfield ha realizado algunos trabajos y estudios al
    respecto dentro de distintas culturas en Latinoamérica y prefiere hacer referencia a
    la teoría de la atribución con otro nombre:
    "Teoría de la Justificación o Explicación".
    Gaynor destaca que es muy común que dentro de las
    organizaciones nacionales las imperfecciones e ineficiencias son
    "justificadas" bajo algún tipo de "explicación"
    donde las personas se liberan de su responsabilidad meramente explicando porqué
    es que no ha realizado su trabajo correctamente. Eric Gaynor hace
    referencia a la necesidad de que los directivos y ejecutivos en
    sus organizaciones manejen eficazmente la diferencia entre
    "responsabilidad" y "responsabilidad", siendo ésta ultima
    un anglicismo. En inglés
    existe la palabra "accountability" que se diferencia de
    "responsibility" pero esta importante distinción no existe
    en el idioma español y
    por supuesto las implicancias prácticas a veces pueden ser
    muy negativas.

    Volviendo a Bernard Weiner hacemos mención a las
    4 principales razones por las cuales las personas se atribuyen
    éxitos y fracasos: habilidades, esfuerzos, dificultad en
    la tarea y suerte. A su vez estas 4 opciones por las cuales las
    personas suelen atribuir su éxito o fracaso pertenecen
    según Bernard Weiner a dos variables
    principales:

    • "locus of control "que
      puede ser externo o interno (si la misma persona determina sus
      acciones), y
    • "grado de estabilidad" que puede ser estable o
      inestable.

    El locus de control
    interno junto con estabilidad explica
    "habilidades"

    El locus de control interno junto con inestabilidad se
    atribuye a "esfuerzos"

    El locus de control externo junto con estabilidad se
    atribuye a "dificultades en la tarea"

    El locus de control externo junto con inestabilidad se
    atribuye a "suerte".

    Las implicancias de Bernard Weiner son de gran
    practicidad. Por ejemplo, una persona que atribuye el
    éxito a factores estables como lo son la habilidad y la
    dificultad en la tarea, puede volver a tener éxito la
    próxima vez que confronte la situación. Por otro
    lado si la persona atribuye su éxito a causas inestables
    la probabilidad de éxito en la próxima oportunidad
    no ha de ser muy alta.

    También los directivos y ejecutivos de
    organizaciones pueden beneficiarse de aplicar otra teoría
    motivacional como es el caso de la concepción de Abraham
    H. Maslow ("Motivation and Personality" – 1954) quien
    afirma "Es bastante cierto que el hombre puede vivir solo de
    alimentarse con pan – cuando solamente existe el pan.
    ¿Pero que es lo que sucede con los deseos de ese hombre
    cuando existe suficiente pan y cuando además su panza
    está llena? En ese caso han de emerger otras (necesidades
    (que son más altas), y estas últimas son las que
    han de dominar las acciones del organismo. Y cuando estas
    necesidades se encuentren a su vez satisfechas otra vez nuevas (y
    más latas) necesidades han de emerger, y así
    sucesivamente. Esto es lo que quiero expresar al manifestar que
    las necesidades básicas en el hombre están
    organizadas en una jerarquía de relativa
    importancia".

    Para Abraham Maslow existe una jerarquía de
    necesidades básicas dentro de tres escalones principales:
    las necesidades básicas que son básicamente
    fisiológicas como el hambre y la sed; las necesidades
    intermedios como lo son la seguridad, pertenencia y estima entre
    otros, y finalmente las meta-necesidades que tienen que ver con
    la creatividad y la auto-realización.

    Muchas personas tratan de referirse al trabajo de
    Frederick Taylor
    ("Scientific Management"; Harper & Row – 1947) como
    poco aplicable para estos tiempos del siglo XXI. Sin embargo la
    inteligencia práctica y la aplicación eficiente
    como consecuencia de los estudios de tiempos y movimientos,
    tienen – y van a seguir teniendo – un impacto muy
    importante en los resultados. A pesar de que todas las personas
    verbalizamos la importancia de la "creatividad" la inmensa
    mayoría de nuestros actos diarios durante toda la vida no
    solo no son creativos sino que por lo general son
    automáticos. Antes de llegar al mediodía la mayor
    parte de las personas han realizado más de 100 acciones y
    la inmensa mayoría de ellas han resultado de
    "comportamientos automáticos" (nadie se pone a pensar o
    filosofar ni tampoco se reúne en un comité para
    decidir si se ha de duchar por la mañana "antes o
    después de vestirse"). En este sentido en su excelente
    trabajo titulado "Organizations" (Wiley & Sons; New York
    – 1958) James March y Herbert Simon citan las reflexiones
    de Lowry, Maynard & Stegemerten ("Time and Motion Study";
    Nerw York – 1940) quienes destacan que "Los principales
    objetivos del empleado son los de asegurarse el máximo de
    ingresos en
    relación con el esfuerzo desplegado mientras se
    desempeña – dentro de las condiciones que le son
    posibles – dentro de un ambiente tanto
    saludable como agradable".

    March & Simon (1958 ya citado) señalan que si
    la frase es tomada seriamente los términos son un tanto
    vagos y poco concretos mientras que en caso contrario la frase
    hace referencia a una relación muy estrecha entre la paga
    de los salarios y la
    productividad / eficiencia
    privilegiando los estándares de tiempo. Estos dos notables
    autores son los primeros en destacar las apreciaciones e
    interpretaciones erróneas respecto de distintas variables
    que impactan sobre los resultados de la organización. El
    movimiento
    conocido bajo el nombre de Relaciones
    Humanas pone especial énfasis en la importancia de que
    el empleado alcance un nivel de satisfacción
    importante.

    Sin embargo, una re-evaluación
    de muchos trabajos e investigaciones sobre el particular destacan
    que "no siempre las personas satisfechas" que están dentro
    de una organización son personas productivas. Mas
    aún, James March y Herbert Simon destacan que muchas veces
    los niveles mas altos de productividad en las organizaciones son
    alcanzados a través de ciertos niveles de
    insatisfacción.

    Y van un paso más allá cuando concluyen
    que los miembros organizacionales en su relación con las
    empresas y las organizaciones en las cuales trabajan, usualmente
    toman decisiones en "dos orientaciones distintas": hacia producir
    (agregando valor en su dedicación de tiempo) o hacia
    concurrir (no agregando suficiente valor durante el tiempo que
    asiste a la empresa).
    Finalmente identifican que los factores que se relacionan con la
    "decisión de producir" no son los mismos que se relacionan
    con la "decisión de concurrir"; las personas satisfechas
    están más propensas a seguir participando dentro de
    la empresa es decir,
    no dejan su trabajo, y es posible que además el ausentismo
    como así también su rotación en el trabajo
    sea bajo.

    Más tarde Frederick Herzberg ("Managerial choice:
    to be efficient and to be Human"; Dow Jones – Irwin –
    1976) desarrolla una teoría motivacional basada en la
    distinción entre factores higiénicos y factores
    motivacionales sugiriendo que más de los factores
    higiénicos no han de producir aumentos de productividad en
    la performance del personal.

    Los trabajos de Victor Vroom ("Work and Motivation"
    – 1964), de E. Locke ("Toward a theory of Task motivation
    and incentives"; Organizacional behavior and human performance –
    1968), de J. Adams ("Inequity in social exchange"en Advances in
    Experimental social psychology – 1965) y de T. A. Ryan
    (""Intentional behavior"; Ronald Press – 1970) fueron
    ampliamente difundidos como teorías motivacionales que
    estaban ligadas a los aspectos cognitivos. Y alrededor de la
    misma época varios investigadores pusieron foco en los
    procesos motivacionales como es el caso de W. Mischel (""Theory
    and research on the antecedents of self-imposed delay of
    rerward", en Progress in Experimental personality research –
    1966), A. Bandura ("Principles of behavior modification"; New
    York – 1969), y F. H. Kanfer ("Self-regulation: research,
    issues and speculations"; en Behavior modification in clinical
    psychology – New York – 1970).

    El trabajo de muchísimos años de Arnold
    Tannenbaum ("Control in Organizations"; Mc Graw – Hill
    – 1968) donde privilegia la variable "participación
    destaca como ella puede ser una importante fuerza motivacional.
    Arnold Tannenbaum ha encontrado evidencia donde muestra que la
    gerencia puede
    ser más participativa – en opuesto a autoritaria
    – y que al mismo tiempo puede llegar a ampliar su
    influencia sobre los niveles inferiores de la
    organización.

    Uno de los problemas con los cuales conviven todos los
    directivos y gerentes en las organizaciones tiene que ver con el
    manejo efectivo del cambio y es muy inusual que a ellos "se les
    pague un sueldo para que las cosas se sigan haciendo de la misma
    manera". Por lo tanto lo relacionado con las manifestaciones de
    nuevas conductas es de vital importancia para la
    organización como así también para sus
    líderes. Y aquí es donde la motivación
    (hacia el cambio) se relaciona fuertemente con el aprendizaje
    (nuevas maneras de hacer las cosas), donde posiblemente una de
    las mas poderosas "reglas de aprendizaje" tengan que ver con lo
    que se conoce como la "Ley del Efecto o
    consecuencia". La "ley del efecto o la consecuencia" sugiere que
    todo comportamiento que se recompensa tiende a repetirse mientras
    que aquello que se castiga tiende a no repetirse". Esto tiene
    muchas implicancias puesto que los directivos y gerentes pueden
    "hacer saber" a su personal: 1. que realmente el maneja los
    recursos y las
    recompensas; 2. que también maneja como administra y
    maneja las recompensas.

    Es frecuente escuchar a propietarios y ejecutivos que
    "su personal al atender a sus Clientes"
    (cajeros en los Bancos,
    vendedores en empresas comerciales) no siempre los atienden "con
    poca simpatía y predisposición de servicio". Lo que
    sucede muy frecuentemente es que en los procedimientos
    bancarios no se les señala a los cajeros que eso es
    importante; mas bien la norma y procedimiento
    destaca que su actividad se orienta hacia tareas de "control".
    Por lo tanto lo que el personal hace tiene que ver con el control
    y no dedica energías hacia "un mejor trato" al Cliente. Por lo
    tanto aquellos interesados en conseguir el mejor cumplimiento de
    parte del personal deben considerar que el subordinado debe tener
    en su cabeza (metafóricamente porque en realidad es en su
    mente) que lo que realmente interesa es el comportamiento que
    "parece" estar vinculado con la recompensa o el castigo. Abdicar
    de este importante punto puede resultarle muy costoso tanto a los
    superiores como a la organización. Existen algunos
    "detalles" que el superior debe tener en cuenta (Eric Gaynor
    Butterfield: "Congreso de Desarrollo Organizacional"; Buenos
    Aires 1999): debe ser fácil de reconocer al subordinado la
    relación entre el comportamiento y la recompensa; para
    ello se sugiere que sea lo más "inmediato" posible; y
    además existe un límite en relación con
    la
    administración de castigos ya que no pueden ser
    sostenidos en el tiempo sin la rebeldía del subordinado y
    además son muy costosos.

    Chester Barnard ("The functions of the executive";
    Harvard University Press – 1938) y Herbert Simon
    ("Administrative behavior"; New York – 1947) postulan una
    teoría de motivación basada en el equilibrio
    organizacional que tiene en cuenta las condiciones bajo las
    cuales una empresa puede
    inducir a sus participantes organizacional a continuar
    trabajando, y de esa manera consiguiendo fortalecer su
    existencia.

    Las complejidades implícitas en la
    motivación y sus distintas aplicaciones prácticas
    se hacen notorias a través de los trabajos de los
    distintos expertos en el tiempo como se ha visto a través
    del resumen realizado y ahora prestamos atención a algunos
    elementos adicionales. Como destaca Ruth Kanfer (en Handbook of
    Industrial and Organizational Psychology – 1990) la
    motivación no es posible de ser observada de una manera
    directa y cita a Atkinson & Birch (1970) quienes mencionan
    que lo que realmente observamos es una serie de comportamientos
    multidimensionales y de los productos de
    dichos comportamientos. Ruth Kanfer (en Handbook of Industrial
    and Organizational Psychology – ya citado) acudse a la
    definición de motivación que realiza Victor Vroom
    ("Work and motivation", ya citado). Para Victor Vroom la
    motivación es definida "como una variabilidad de
    comportamientos intra e inter individuales que no se deben
    solamente a las diferencias individuales en habilidades o a
    demandas en exceso producidas por el contexto que se ejercen bajo
    coerción o imprimen fuerza para una acción". Como
    bien cita Ruth Kanfer, el mismo Vroom reconoce la
    limitación de su propia definición ya que la misma
    no especifica lo que está involucrado dentro de
    motivación.

    Alvar Elbing ("Behavioral Decisions in Organizations";
    Scott, Foresman & Co. – 1970) aclara que los conceptos
    de motivación no pueden ser separados de los conceptos de
    percepción. Vamos a dejar para más adelante la
    variable percepción aunque reconocemos la importante
    influencia e interdependencia que tiene con la
    motivación.

    Elbing (ya citado) realiza una importante
    distinción. Por un lado podemos privilegiar el aspecto
    interno que se relaciona con un estado de insatisfacción
    interna, donde aparecen necesidades y deseos lo que produce que
    el organismo movilice sus energías a través de
    ciertos impulsos con el propósito de liberarse del dolor.
    Y la motivación puede ser considerada desde otro punto de
    vista donde se pone énfasis en una secuencia de
    comportamientos que han sido seleccionados directamente en
    términos de un objetivo predeterminado. Por lo tanto el
    objetivo tiene que ver con un aspecto externo a la
    situación. Por lo tanto se puede considerar a la
    motivación como contemplando tanto una fuerza interior
    (impulsos hacia necesidades y deseos) como una fuerza exterior
    (con dirección hacia un objetivo preciso).

    Para Theodore Brammeld el "yo" es lo mismo que el "yo
    social" y sugiere que los componentes físicos de todo
    organismo no pueden ser separados de los componentes mentales o
    psicológicos sugiriendo entonces que el hombre por
    naturaleza
    solo tiene un impulso básico o fuerza motivacional que
    denomina "auto-realización social" ("Toward a
    Reconstructed Philosophy of Education" – 1956).

    Como la filosofía de dirección impacta
    sobre la motivación obliga a tener en cuenta el trabajo de
    Douglas McGregor. McGregor ("Thought and action: proceedings of
    the fifth anniversary convocation of the School of Industrial
    management"; MIT – 1957) sugiere que una filosofía
    prevaleciente en las organizaciones se basa en "que los gerentes
    consiguen que se hagan cosas a través de las personas".
    Bajo esta concepción la gerencia es responsable de
    organizar los elementos necesarios (dinero,
    materiales,
    equipos); deben dirigir los esfuerzos de otros a través de
    prácticas motivacionales, controlando las acciones de los
    subordinados y modificando sus conductas para satisfacer las
    necesidades de la organización; y la gerencia asume que
    sin su intervención directa las personas se
    comportarían de un modo pasivo, incluso resistiendo, a las
    necesidades de la organización. Por lo tanto los
    subordinados deben ser persuadidos, recompensados, castigados y
    controlados por los superiores. La gerencia asume que es propia
    de la naturaleza de las personas que sean indolentes, prefieren
    ser conducidos, evitan responsabilidades, no se interesan por las
    necesidades de la organización, usualmente se resisten al
    cambio, y por lo tanto pueden ser domesticados.

    Lo interesante de la concepción de Mc Gregor es
    que se aleja un poco de los dos enfoques de liderazgo que
    prevalecieron por mucho tiempo, bajo la denominación de
    enfoque de liderazgo "duro" o suave". El liderazgo "duro" se
    orienta a restringir la producción y a alcanzar mínimos
    niveles de performance, crea antagonismos, desarrolla un enfoque
    sindicalista y sabotea sutilmente los objetivos de la
    dirección de la empresa. Por otro lado el enfoque de
    liderazgo "suave" muy frecuentemente significa que la gerencia y
    dirección abdica respecto de su posición y roles
    orientando su comportamiento hacia la búsqueda de
    armonía dentro del grupo / organización. Lo que
    sucede con esta búsqueda de "armonía" es que las
    personas tienden a aprovecharse de la misma y por lo general se
    orientan "a pedir más y más y a dar menos y menos"
    lo que pone a riesgo la
    existencia de la propia organización.

    Algo que deja muy en claro Douglas McGregor (siguiendo a
    Abraham Maslow) es que "una necesidad que ha sido satisfecha no
    es un motivador en materia de comportamientos". La implicancia de
    esta frase es muy importante puesto que sugiere que más
    pan cuando uno tiene el estómago lleno no sirve como
    fuerza impulsora, algo que usualmente no todos los gerentes
    tienen en la cabeza cuando asumen que han de solucionar los
    "problemas de los subordinados con solamente un aumento de
    sueldo. Más aún, la sola percepción de los
    subordinados que esto es lo que el superior tiene en su cabeza
    (nuevamente metafóricamente ya que es en su mente) y que
    el superior no maneja dicho recurso financiero, pone al superior
    en una posición muy alejada del liderazgo, de esa manera
    el superior puede incluso llegar a "transformarse " en un
    subordinado más (Eric Gaynor Butterfield: "Congreso de
    Desarrollo Organizacional", Argentina – 2001).

    McGregor sugiere el desarrollo de una nueva
    filosofía de dirección que significaría el
    funcionamiento de la gerencia bajo una nueva perspectiva.
    Aquí la gerencia es responsable de organizar los distintos
    elementos para el desarrollo de los procesos, y asume que la
    gente por su propia naturaleza "no" desarrolla un papel pasivo o
    que se resiste a las necesidades de la organización.
    Más bien las personas que pudieran llegar a ser pasivas lo
    son porque más bien son las organizaciones quienes las han
    formado de esa manera. Tanto la motivación como el
    potencial para su desarrollo, su capacidad de asumir
    responsabilidad, tener una orientación hacia satisfacer
    los objetivos organizacionales están dentro de todas las
    personas. La gerencia o la dirección de la empresa no es
    quien las coloca allí. Una de las principales funciones de la
    gerencia es la de hacer todo lo posible para que los individuos
    reconozcan esta perspectiva y desarrollan estas
    características por sí mismos. La gerencia tiene
    como una tarea principal la de hacer arreglos organizacionales
    que faciliten el desarrollo de las condiciones mencionadas y de
    establecer métodos
    operativos de manera que los participantes organizacionales
    puedan alcanzar sus propios objetivos de una "manera mejor" al
    dar dirección a sus "propios esfuerzos" en línea
    con los objetivos organizacionales.

    Por lo tanto podríamos decir que bajo esta nueva
    perspectiva una de las tareas principales de la dirección
    y la gerencia es la de crear oportunidades nuevas, liberando el
    potencial que tienen las personas dentro de la
    organización, entusiasmando a las personas a crecer, y
    actuar como guías, coaches, mentores, tutores lo que de
    alguna manera se asemeja a la concepción de Peter Drucker
    cuando se refiere a "Dirección por objetivos" que
    contrasta con la filosofía de dirección tradicional
    que es de "dirección por control". Eric Gaynor Butterfield
    (Congreso de Desarrollo Organizacional; Trelew – 1997)
    realiza algunas distinciones adicionales que se asemejan a la
    dirección por control sugiriendo que existe también
    una segunda opción a la que le asigna el nombre de
    "dirección por programación" y una tercera aún
    más estricta que reconoce como "dirección por
    programación y control".

    El estilo de dirección tradicional es denominada
    como "Teoría X" por Douglas Mc Gregor y al estilo de
    dirección con aspectos motivacionales distintos lo
    denomina "Teoría Y". Mc Gregor concluye señalando
    que la visión tradicional donde el hombre persigue fines
    económicos debería complementarse con una
    perspectiva donde se apliquen los talentos "hacia el lado humano
    de las empresas" y presenta esta situación un tanto
    conflictiva como un desafío.

    El supuesto básico de los economistas en el
    sentido que los empresarios están motivados para maximizar
    las utilidades es realmente muy diferente del supuesto de que los
    hombres tienen ciertas necesidades básicas o impulsos que
    buscan satisfacer e incluso cuyo orden de preferencia se modifica
    con el transcurso del tiempo.

    Karl Mannheim ("Man and society in an age of
    reconstruction" – 1940) señala que las motivaciones
    están primordialmente ligadas con lo que está fuera
    del individuo, es
    decir la situación que confronta. Y Gordon Allport ("What
    units shall we employ?", en Assessment of Human Motives –
    1958) va incluso más allá al posicionarse en que
    las motivaciones tienen su apoyo externo cuando manifiesta que
    "la variabilidad situacional es tan grande que tratar de explicar
    los comportamientos a través de motivos y ciertas
    características individuales solo pueden llegar a conducir
    al fracaso".

    Muchos investigadores han puesto sus ojos en la variable
    "nivel de aspiración" para llegar a una mejor
    comprensión de la motivación. Para John Gardner uno
    de los problemas con el nivel de aspiración radica en que
    muchas veces los esfuerzos se orientan hacia cuantificar el nivel
    de aspiración cuando en realidad este es mas bien
    cualitativo que cuantitativo. Gardner destaca que más bien
    existe una dirección en la cual se mueve el nivel de
    aspiración. J. D. Frank ("Individual differences in
    certain aspects of the level of aspiration"; American Journal of
    Psychology – 1935) define al nivel de aspiración
    como "El nivel de futura performance para una tarea conocida
    donde una persona que conoce su performance anterior en esa misma
    tarea, trata de alcanzar de manera explícita". Kurt Lewin
    ("Psychology of success and failure"; Occupations – 1936)
    señala que las personas que alcanzan el éxito
    usualmente se asignan un objetivo más elevado mientras que
    aquellos que confrontan una situación de fracaso
    usualmente bajan su nivel de aspiración. Y Herbert Simon
    ("Decision Making in Economics"; American Economic Review –
    1959) quien ha estado interesado en las diferencias que existe
    entre los conceptos de satisfacer y maximizar mostró
    también interés en lo que el denominó
    "máximo a alcanzar". Para Herbert Simon "… a largo
    plazo el nivel de aspiración ha de estar muy cercano al
    "máximo a alcanzar".

    Una de las tareas que Kurt Lewin se ha encomendado a
    sí mismo es la relación entre los comportamientos,
    el cambio, y el éxito / fracaso y como las tres se
    relacionan con la motivación. Según Kurt el
    éxito o el fracaso no está de por sí
    vinculado solamente con el logro, sino que tiene ver en una gran
    medida con el "nivel de aspiración" momentáneo, es
    decir aquel que sucede en un momento preciso. Y una interesante
    consideración de este notable investigador se relaciona
    con que incluso la relación entre el nivel de
    aspiración y el éxito / fracaso puede llegar a
    revertirse; es decir, el éxito /fracaso puede cambiar el
    nivel de aspiración. Señala que, en general, es
    más factible que la persona levante su nivel de
    aspiración después del éxito que llegar a
    bajarlo después de un fracaso.

    Lewin señala que si el grado de éxito
    – y fracaso – depende de la diferencia entre el
    objetivo inmediato en la tarea del subordinado respecto del logro
    en la realización de la misma, lo que entonces
    tendría que hacer "el superior eficiente" es simplemente
    desarrollar una tarea tan sencilla como sea posible de modo que
    el logro "sea más probable". Pero esto no es tan directo y
    por lo tanto los gerentes deben cuidarse de no arribar a soluciones
    simplistas puesto que no existen tareas "totalmente
    difíciles" que sean vistas por la persona entonces como
    imposibles y tampoco tan fáciles como que pueden asegurar
    el éxito, y es por ello que Lewin destaca que existe una
    diferencia entre la escala de
    "posibles dificultades" (que es infinita) en comparación
    con la escala de "posibles logros" (que no es infinita). Lewin
    concluye señalando que entonces "el sentimiento de fracaso
    solamente ocurre cuando existe alguna probabilidad de
    éxito, y el sentimiento de éxito solamente ocurre
    cuando existe la posibilidad de fracaso".

    Existe una natural tendencia bastante generalizada a
    sugerir que las personas nos orientamos a conseguir el mayor
    placer posible pero probablemente tengamos que ser algo
    más analíticos al respecto ya que, si esto fuera
    cierto todas las personas tratarían de mantener lo
    más bajo posible su nivel de aspiración con lo cual
    siempre su nivel de performance estaría por encima de
    ella. Sin embargo algunos hallazgos muestran que las personas
    pueden tender a mantener el nivel de aspiración "bajo" por
    el temor a fracasar. Frank (ya citado) muestra la complejidad de
    las relaciones y las causales del éxito y del fracaso y
    también de sus consecuencias y nos abre los ojos respecto
    de una tercera posibilidad que es la de mantener nuestras
    expectativas respecto de futuras performance lo más cerca
    posibles de la "realidad".

    No debemos olvidar la importancia de otra variable
    relevante como lo es la auto-estima y su relación con el
    nivel de aspiración y la motivación. Ya hemos visto
    anteriormente la "teoría de la atribución" (Allport
    – ya citado) y como ella puede llegar a explicar la
    dirección de fuerzas motivadoras. Ahora es importante que
    el superior tenga en cuenta que las personas tendemos a
    atribuirnos el éxito o fracaso a nosotros mismos o a
    factores externos, existiendo una natural predisposición a
    adjudicarnos los éxitos a nuestras acciones y los fracasos
    a las acciones de "otros".

    Al parecer (Kurt Lewin; ya citado) el alza en el nivel
    de aspiración guarda una fuerte relación con la
    auto-estima de las personas y el nivel de aspiración
    está determinado en gran medida por el límite
    superior de los logros de dicha persona (o sus habilidades). A su
    vez el nivel de aspiración que prevalece en un grupo
    está fuertemente relacionado con el grupo social al cual
    el pertenece lo que es muy cierto para los niños (los
    padres pueden influir fuertemente en los logros de sus
    niños en el colegio levantando el nivel de
    aspiración de aquellos con menos condiciones vs.
    manteniendo a nivel más bajo los de los niños mas
    capaces). Kurt Lewin (1936 – ya citado) concluye
    señalando que ser exitoso y al mismo tiempo "lograr el
    reconocimiento social / grupal" es de suma importancia para todos
    y muy especialmente para los niños y adolescentes.

    La motivación y el liderazgo están
    íntimamente vinculados. En el manejo de las relaciones
    interpersonales que todos los superiores deben desarrollar
    con sus subordinados la dirección y canalización de
    las energías motivadores se vinculan fuertemente con la
    toma de
    decisiones. Y aquí se presenta un aspecto que todo
    gerente y directivo no debe dejar a un lado: las barreras que
    existen en la toma de decisiones como consecuencia de las
    relaciones interpersonales.

    En un interesante trabajo Chris Argyris destaca
    ("Interpersonal barriers to decision making"; Harvard Business
    Review – 1966) como se manifiestan estas barreras donde la
    diferencia entre lo que la gerencia y la dirección
    manifiesta y "que es lo que Hace" juega un rol preponderante ya
    que se crean barreras que impiden operar en confianza y de manera
    abierta, lo que no facilita una eficiente búsqueda de
    alternativas y opciones, limita la innovación y por lo tanto la
    organización no opera de una manera flexible.

    Chris Argyris (ya citado) encontró evidencia
    donde muestra que los ejecutivos verbalizan las ventajas que se
    obtienen como resultado de la toma de riesgos,
    innovación, flexibilidad y al depositar confianza en otros
    pero a pesar de ello manifiestan comportamientos donde los
    procesos de toma-de-decisiones no son muy efectivos debido a que
    usualmente operan bajo dos patrones básicos:

    "1. Se preocupan en parte por otros, son racionales y
    además son medianamente competitivos, siendo este el
    comportamiento que mas manifiestan durante las reuniones con
    otros ejecutivos. Bajo este enfoque usualmente tratan de "vender"
    sus propias ideas y su apertura hacia otros es relativamente
    alta, pero ello no es debido a que tengan un sincero
    interés en aprender respecto del punto de vista de otra
    persona. Se caracterizan por recoger información de otros de modo que los puedan
    desacreditar de una manera "cortés".

    2. Son primordialmente competitivos y en segundo
    término se preocupan en parte por otros y son racionales.
    Bajo este patrón Argyris ha encontrado que existe un alto
    grado de antagonismo en cuanto a ideas ligado fuertemente a una
    alta competitividad
    y un alto grado de conflicto".

    Los hallazgos mostraron que el 84 % de los ejecutivos
    sienten que es un alto grado de inmadurez llegar a manifestar sus
    sentimientos de una manera abierta durante las reuniones de
    toma-de-decisiones. La información recogida durante las
    reuniones muestra que se "observaron" muy pocas acciones de
    toma-de-riesgo durante el transcurso de las reuniones. Estos
    hallazgos han empujado a Argyris a concluir que –
    independientemente del tamaño de la empresa y de su
    tecnología
    – existe una forma predominante de parte de la
    dirección y gerencia de la empresa en cuanto al rol que
    juegan los valores y
    supuestos básicos que tiene la dirección respecto
    de la misma naturaleza de las relaciones humanas y también
    en relación con la forma de manejar la
    organización.

    Chris Argyris señala que los valores
    básicos tienen que ver principalmente con los siguientes
    aspectos:

    1. los ejecutivos y directivos ponen foco principalmente
      en "que se haga el trabajo".
    2. se enfatiza la "racionalidad cognitiva" dejando a un
      lado los sentimientos y emociones.
    3. La mejor manera de influenciar en materia de
      relaciones humanas es por medio de una dirección de tipo
      unilateral y haciendo uso de coerción y control como
      así también con el uso de recompensas y
      castigos.

    Las consecuencias de la discrepancia entre lo
    verbalizado por los gerentes y directivos y sus propios
    comportamientos tiene una serie de consecuencias disfuncionales,
    a saber (Chris Argyris; ya citado):

    • El compromiso de parte de los subordinados es de tipo
      "limitado o restringido";
    • Existe todo "un juego" en
      las conversaciones entre el líder
      y los subordinados;
    • Carencia de auto-conciencia;
    • La existencia de varios puntos "ciegos";
    • Desconfianza y antagonismo;
    • Daños y perjuicios en los
      procesos;
    • Callejones "ciegos".

    Existen una serie de mecanismos que pueden ayudar a
    mejorar o por lo menos disminuir la importancia de las
    consecuencias negativas y entre ellas podemos mencionar el enorme
    valor de "formular preguntas"; de trabajar con el grupo; de hacer
    uso de feedback; de crear vínculos.

    Las evidencias en
    cuanto a los hallazgos de Chris Argyris fueron derivados de un
    extenso trabajo de campo y de investigación donde se estudiaron a
    ejecutivos de seis compañías de distinto
    tamaño, distinta tecnología y distinto tipo de
    sector industrial. Chris Argyris destaca que en dicho trabajo
    emergieron distintas "normas" propias de la cultura corporativa y
    su filosofía y práctica gerencial.

    • Normas positivas como ser: Individualismo;
      preocupación e interés por otros, y confianza en
      las ideas y sentimientos de otros. Y además:
    • Normas negativas como ser: Conformismo con las ideas
      y sentimientos de otros; antagonismo frente a las ideas y
      sentimientos; y desconfianza ante estas ideas y
      sentimientos.

    Podemos concluir señalando que para Chris Argyris
    la motivación es una fuente de energía que es
    canalizada apropiadamente cuando existe congruencia entre los que
    los directivos y ejecutivos verbalizan y lo que hacen en su
    trabajo diario.

    Existe otra apreciación que sugerimos tener en
    cuenta respecto de "motivación". Muchas veces existe
    algún tipo de confusión entre los conceptos de
    motivación y los de performance. Es importante distinguir
    entre ellos puesto que los productos y consecuencias de los
    procesos motivacionales son los comportamientos tanto manifiestos
    como no manifiestos de las personas. Por otro lado, la
    performance tiene que ver con los resultados alcanzados. Por
    ejemplo podemos tener el caso de un maestro que está
    sumamente motivado a concurrir a sus clases y que no se ausenta
    pero que puede no estar transmitiendo todo lo que los alumnos
    necesitan saber o con lo que se tienen que familiarizar respecto
    de contenidos. Cuando los esfuerzos son realizados con pleno
    vigor pero la dirección de los mismos no es la apropiada
    existe una gran disparidad entre la motivación y la
    performance.

    Más recientemente distintos autores se distinguen
    entre sí por sus definiciones y concepciones respecto de
    la "motivación". Para J. P. Campbell & R. D. Pritchard
    ("Motivation theory in industrial and organizational psychology";
    en Handbook of Industrial and Organizational Psychology – 1976)
    la motivación tiene que ver con tres elecciones
    principales:

    1. La elección / opción de iniciar un
      esfuerzo en una determinada tarea;
    2. La elección para gastar cierta cantidad de
      esfuerzo; y
    3. La elección de persistir en seguir gastando
      esfuerzos en el transcurso del tiempo.

    J. Taylor, R. D. Pritchard & D. Ilgen ("A theory of
    behavior in organizations"; New York – 1980) en cambio
    definen a la motivación como un proceso de
    asignación de recursos personales en cuanto a tiempo y
    energía en relación a diversas acciones de manera
    que se puedan maximizar las acciones resultantes".

    Por otro lado C. Carver & M. Scheier ("Attention and
    Self-regulation: A control theory approach to human behaviior";
    New Cork – 1981) conciben que la motivación está
    sumamente vinculada con el concepto de
    auto-regulación.

    Ruth Kanfer (ya citado) destaca que existen tres
    teorías intrínsecas de motivación que
    prevalecen:

    1. un grupo (Berylne: "Curiosity and Exploration";
      Science – 1966; J. Hunt: "Intrinsic motivation and its
      role in psychological development"; University of Nebraska
      – 1965) que pone énfasis en las siguientes
      variables: curiosidad, incongruencia, o motivos de
      discrepancia;
    2. otro grupo (R. W. White: "Motivation reconsidered:
      The concept of competente"; Psychological Review – 1959)
      que privilegia las competencias, maestría, y motivos
      desafiantes; y
    3. un tercer grupo (R. deCharms: "Personal causation";
      New York – 1968; E. L. Deci: "Intrinsic motivation"; New York
      – 1975) que privilegia el grado de control respecto del
      contexto y el nivel de auto-determinación.

    Un modelo posiblemente más completo de
    motivación es el que propone A. Bandura ("Social
    foundations in thought and action: A social cognitive theory";
    Englewood Cliffs – 1986) quien identifica tres tipos
    diferentes de motivación intrínseca y un tipo de
    motivación extrínseca.

    El tipo de feedback buscado y recibido tiene una fuerte
    influencia en la motivación como lo sugieren los trabajos
    de Harackiewicz ("The effects of reward contingency and
    performance feedback on intrinsic motivation"; Journal of
    Personality and Social Psychology – 1979), Ryan , Mims &
    Koestner ("Relation of reward contingency and interpersonal
    context to intrinsic motivation: A review and test using
    cognitive evaluation theory"; Journal of personality and social
    psychology – 1983), y Enzle & Ross ("Increasing and
    decreasing intrinsic interest with contingent rewards: A test of
    cognitive evaluation theory"; Journal of experimental social
    psychology – 1978) donde feedback positivo en cuanto a
    performance aumenta el nivel de motivación.

    Algunos investigadores en materia de motivación
    destacan la importancia de las "características en la
    tarea", como es el caso de Hackman & Oldham ("Work redesign":
    Addison-Wesley – 1980) que privilegian cinco
    características en las tareas: variedad de destrezas,
    identidad de
    la tarea, importancia de la tarea, autonomía y
    feedback.

    La adquisición de destrezas y su relación
    con la motivación ha sido identificada por diversos
    investigadores. El aprendizaje de las nuevas destrezas
    está directamente vinculada con la "atención a la
    tarea" y también con la "práctica". Los autores T.
    Malone & M. R. Lepper ("Making learning fun: A taxonomy of
    intrinsic motivations for learning"; en Aptitude, learning, and
    instruction: conative and affective process analyses – 1987)
    identificaron distintas formas de motivación que
    influenciaban los procesos de aprendizaje: desafío,
    curiosidad, control, fantasía, competición,
    cooperación y reconocimiento.

    Dentro de contextos de logro algunos expertos se han
    especializado en tratar de identificar aquellos factores ligados
    con la motivación intrínseca. Ruth Kanfer
    ("Handbook of Industrial and Organizational Psychology – ya
    citado) cita los trabajos de Dweck & Leggett: "A
    social-cognitive approach to motivation and personality";
    Psychological review – 1988; J. G. Nicholls: "The
    development of the concepts of effort and ability, perception of
    academic attainment, and the understanding that difficult tasks
    require more ability"; Child development – 1984; S. B.
    Nolen: "Reasons for studying: Motivational orientations and study
    strategies"; Cognition and Instruction – 1988; Pervin
    – 1983; C. Sansone, D. A. Sachau & C. Weir: "Effects of
    instruction on intrinsic interest:The importance of context";
    Journal of Personality and Social Psychology – 1989; Ruth
    Kanfer: "Motivation and Individual differences in learning: An
    integration of developmental, differential and cognitive
    perspectives"; Learning and Individual differences – 1990,
    a los cuales el lector ávido en esta modalidad puede
    acudir.

    Eric Gaynor Butterfield ("Congreso de Desarrollo
    Organizacional"; Buenos Aires – 1999) ha encontrado
    evidencia de cómo la "equidad" del
    líder se relaciona con la performance dentro de los grupos
    de trabajo y también de las organizaciones. El debate
    respecto de si el líder más efectivo y eficiente es
    aquél que se orienta hacia el trabajo o hacia tener
    consideración respecto del personal que luego fue
    optimizado teniendo en cuenta el trabajo de Robert Blake y
    Jane Mouton
    (Managerial Grid) dentro de las culturas latinoamericanas es
    presentado por Eric Gaynor bajo "la firmeza de carácter y
    también un perfil de ser estricto de parte del
    líder que es a su vez combinado con el criterio de
    justicia /
    equidad". Según Eric gaynor Butterfield los subordinados
    tienden a aceptar al líder estricto y firme siempre y
    cuando sea percibido como justo y equitativo por
    ellos.

    Nadie mejor que J. S. Adams ("Toward an understanding of
    inequity"; Journal of abnormal and social psychology – 1963 /
    "Inequity in social exchange"; en Advances in experimental social
    psychology – 1965) ha trabajado y desarrollado la teoría
    de "equidad". La equidad presente en los procedimientos y
    prácticas organizacionales, en el desarrollo de objetivos
    grupales, en la distribución de recursos entre los
    participantes organizacionales y en la evaluación de la
    performance en el trabajo entre otros factores tienen un impacto
    significativo en las energías motivadoras.

    La percepción de inequidad de parte de los
    participantes organizacionales puede ser disminuida de diversas
    formas (Ruth Kanfer; ya citado):

    1. alterando sus propias percepciones y las de "otros"
      respecto de los inputs y outcomes;
    2. induciendo a otros a alterar sus propios inputs o
      outcomes;
    3. cambiando los inputs y outcomes de uno
      mismo;
    4. "retirándose" uno de la
      situación.

    No todas las personas usan el mismo método
    para restaurar la equidad en la relación y J. S. Adams
    sugiere que el método específico que es elegido
    como así también la magnitud de la respuesta
    depende de: a. la fuerza o poder respecto de cómo es
    percibida la injusticia; b. limitaciones de la situación y
    de la persona en relación con la acción a tomar; c.
    la percepción del individuo respecto de la elección
    de distintas estrategias que
    pueden llegar a restaurar la equidad en la relación y
    maximizar los outcomes individuales.

    J. Greenberg ("A taxonomy of organizational justice
    theories"; Academy of Management Review – 1987) ha
    desarrollado una tipología de teorías relacionadas
    con "justicia / equidad organizacional" teniendo en cuenta dos
    dimensiones principales:

    1. La dimensión reactiva –
      preactiva
    2. La dimensión contenido –
      proceso

    Bajo dicha concepción de J. Greenberg la
    sumatoria de contenido – reactivo representa "equito theory
    de Adams" mientras que la sumatoria de pro-activo con contenido
    da lugar a la teoría de G. S. Leventhal ("What should be
    done with equity theory?"; en Social Exchange: Advances in theory
    and research – 1980) conocida bajo el nombre de "Teoría
    del Juicio Justo". La mezcla de proactivo y proceso
    reflejaría la "Teoría de asignación
    preferencial" de Leventhal (1980 – ya citado). Y finalmente
    la combinación de reactivo y proceso daría lugar a
    la teoría de J. Thibaut & L. Walter ("Procedural
    Justice: A psychological analyses"; New Jersey – 975) conocida
    bajo el nombre de Teoría de Justicia
    Procedural.

    También se ha estudiado como la equidad se
    relaciona con la "toma de decisiones participativa" con sus
    consecuencias sobre la performance. La toma de decisiones
    participativa se refiere a una serie de características
    que están dadas dentro de la operatoria de una
    organización que se caracterizan por una
    interacción de relaciones entre personas que tienen
    distintos niveles de poder y que se relacionan con la toma de
    decisiones. La toma de decisiones participativa difiere en gran
    medida respecto del tipo de influencia que tienen los empleados
    para participar en el proceso de toma de decisiones, en la
    decisión final e incluso en la manera que se implementa la
    decisión tomada.

    Las teorías "de justicia" sugieren que la
    participación del empleado en la toma de decisiones ha de
    mejorar su grado de satisfacción con el procedimiento en
    cuestión (D. Schweiger & C. Leana: "Participation in
    Decision Making"; en Generalization from laboratory to field
    settings – 1986; E. A. Locke & D. Schweiger:
    "Participation in decision making: one more look"; en Research in
    Organizational Behavior – 1979). Después del
    monumental trabajo de James March y de Herbert Simon
    ("Organizations"; Wiley and Sons – 1958) donde independiza
    claramente por primera vez las distinciones entre la
    decisión de concurrir de la decisión de producir y
    como ambas se relacionan de manera diferente con la variable
    satisfacción, los investigadores han sido más
    cuidadosos en sus trabajos y dedicaron importantes esfuerzos "a
    no vincular los niveles de satisfacción con la
    performance". En la toma de decisiones participativa existe
    cierta evidencia que a mayor grado de participación de los
    empleados se levanta el nivel de satisfacción pero no
    necesariamente sucede lo mismo con la productividad. Podemos
    concluir señalando que los hallazgos de la toma de
    decisiones participativa respecto de la productividad aun no son
    concluyentes pues se encuentran evidencias tanto a favor de
    mejores resultados como otros casos donde no se han mejorado los
    niveles de productividad e incluso algunas veces la productividad
    ha mermado.

    Más recientemente, e hilando mas fino, se pueden
    identificar tres diferentes categorías respecto de
    cómo los procesos participativos pueden llegar a influir
    sobre la performance en el trabajo: cognitivo, motivacional y
    social.

    Dentro del enfoque cognitivo Campbell & Gingrich
    ("The interactive effects of task complexity and participation on
    task performance: A field experiment"; Organizational behavior
    and human decision processes – 1986) sugieren un enfoque
    situacional donde la toma de decisiones es participativa cuando
    la tarea es compleja en comparación con tareas simples que
    tiene el empleado.

    Por otro lado la toma de decisiones participativa
    respecto de procedimientos vinculados a objetivos muestra por lo
    general que se aumenta la performance del personal como resultado
    de su mayor grado de compromiso e involucramiento y su
    aceptación "anticipada" al cambio. Los trabajos de E.
    Locke & D. M. Schweiger (1979 ya citado) y de Lee, Locke
    & Latham (1989 ya citado) son muestras de ello. En cuanto a
    los aspectos sociales existe la dificultad de "independizar las
    variables" – existen influencias cruzadas y super puestas
    – de modo que los hallazgos de los investigadores no llevan
    a una única conclusión. Lo que si sabemos es que el
    grado de influencia de la toma de decisiones con
    participación en la fijación de objetivos parece
    ser más poderosa que cuando se tienen en cuenta aspectos
    sociales (presencia de pares o superiores, entre
    otros).

    Los lectores interesados en otros desarrollos más
    recientes en materia de motivación pueden acudir a otras
    importantes fuentes. Mas
    recientemente J. R. Hollenbeck ha presentado un modelo donde
    relaciona el compromiso de "Compromiso con los Objetivos" y el
    "Compromiso con los Objetivos" se vinculan con las
    energías motivaciones. Existe una tendencia orientada
    hacia que las personas dentro de las organizaciones tengan mayor
    autonomía y se auto-regulen. La auto-regulación y
    su impacto en la motivación ha sido estudiada e
    investigada por F. H. Kanfer ("Self-regulation: research, issues
    and speculations"; in Behavior modification in clinical
    psychology – 1970) y A. Bandura ("The self and mechanisms of
    agency"; Psychological perspectives on the self" – 1982) donde
    identifican tres componentes básicos:

    1. la auto-observación o auto-monitoreo
      ;
    2. la auto-evaluación;
    3. las respuestas propias a la auto-evaluación;
      al que A. Bandura ("Self-efficacy: Toward a unifying theory
      of behavioral change"; Psychological Review – 1977) le ha
      agregado un mecanismo adicional de auto-evaluación al
      que le ha dado el nombre de expectativas de auto-eficacia.

    Quedan algunas teorías motivacionales que han de
    requerir que se pongan más a prueba para probar su validez
    dentro del mundo de las organizaciones como es el caso de las
    teorías motivacionales basadas en los principios de
    control cibernéticos y también la teoría de
    control y establecimiento de objetivos.

    R. Katzell y D. Thompson realizaron un fuerte esfuerzo
    integrador teniendo en cuenta "actitudes, motivaciones y
    performance" y algo similar se presenta dentro del marco
    conceptual de C. Taylor, R. Pritchard & R. Ilgen. A su vez
    Kanfer y Sckerman han puesto foco en los "esfuerzos de
    atención" de las personas dentro de un modelo de
    interacciones mutuas entre Habilidades y
    Motivación.

    Finalmente no queremos dejar de alertar al lector
    respecto de la importancia de familiarizarse con los procesos de
    aprendizaje puesto que ellos tienen una decisiva influencia sobre
    la motivación y también sobre la performance. Al
    final de cuentas la mayor
    parte de las personas dentro de las organizaciones son
    recompensadas para que "al día siguiente no hagan las
    cosas de la misma manera que lo hicieron durante el día de
    hoy". La motivación energiza el aprendizaje, el
    conocimiento y moviliza habilidades que, de otra manera, se
    mantendrían en un "estado latente" listo para accionar
    cuando se presione el gatillo.

    Gracias por compartir.

    Eric Gaynor Butterfield –
    Presidente

    The Organization Development Institute International
    – Latinamerica

    (also Board member of The Organization Development
    Institute)

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