1.
2. Peirce y Putnam
sobre la experiencia y la
naturaleza.
3. Dos
temperamentos filosóficos
4. Notas
H. Putnam has been considered the most Peircean
philosopher among the neopragmatists. This note sugests that
Putnam pays great atention to the problems Peirce tackled, but he
does not share Peirce's thesis on the relation between "practical
interests" and science. Therefore, Putnam's realism is more
Deweyan and Jamesian than Peircean.
Después de la Segunda guerra
mundial, la filosofía en los Estados Unidos
experimentó un cambio
profundo. Prácticamente todos los departamentos
universitarios de filosofía arrinconaron a los
pragmatistas y se convirtieron a la nueva corriente "dura" en
filosofía: el positivismo
lógico. A ello contribuyó, indudablemente, la
radicación en suelo americano
de eminentes representantes de los círculos de Viena,
Berlín y Praga: Carnap en Chicago, Feigl en Iowa,
Gödel en Princeton, Reichenbach en Los Ángeles,
Hempel en Yale y Princeton, Tarski en Berkeley 1.
"Recientemente las cosas han comenzado a cambiar de un modo
drástico. No sólo hay un resurgir de temas
pragmáticos y un interés
creciente en los pragmatistas clásicos que va más
allá de los límites de
los departamentos de filosofía académica, sino que
se están dando los comienzos de una narrativa de
filosofía más sutil y compleja en América, que expone la continuidad y
persistencia del legado pragmático" 2.
Este resurgir del pragmatismo
está siendo protagonizado por filósofos que, habiéndose formado en
la estricta y superespecializada escuela
analítica, han alcanzado a entrever el papel fundamental
que sus predecesores pragmatistas desempeñaron en la
destrucción de los dogmas del empirismo.
Ellos (Rorty, Putnam, Cavell e incluso Davidson), se vuelven
ahora a la tradición filosófica genuinamente
americana para encontrar una inspiración que permita
resolver lo que James llamaría "el dilema actual de la
filosofía".
Dentro de los pragmatistas actuales, Hilary Putnam
ha sido considerado por R. Bernstein como el más
afín a Peirce: "Putnam —dice el destacado estudioso
del pragmatismo— ha escrito de modo perceptivo acerca de
James y Dewey, pero con quien tiene profundas afinidades intelectuales
(y fuertes desacuerdos) es con Peirce" 3.
Bernstein traza incluso un paralelismo entre James y Rorty, por
una parte, y Putnam y Peirce, por otra, señalando a la vez
que "con Rorty y Putnam los modos distintos en cómo
interpretan la tradición pragmática […] son
tan consecuentes para el entendimiento de sus propias posiciones
filosóficas, como lo son para el entendimiento de la
tradición pragmática en sí misma"
4.
En este trabajo
sostengo que, si bien Putnam muestra una gran
admiración por el genio de Peirce y comparte muchas de sus
tesis
fundamentales, hay dos puntos, íntimamente relacionados,
en los que el profesor de
Harvard toma distancias con respecto al padre del pragmatismo: la
relación entre filosofía (o ciencia) y
vida, por una parte, y la relación entre nuestro lenguaje y la
estructura de
la realidad, por otra. Las tesis de Putnam en estas materias son
mucho más cercanas al pragmatismo de James y Dewey que al
de Peirce.
2. Peirce y Putnam sobre la
experiencia y la naturaleza.
Putnam considera a Peirce "un gigante entre los
filósofos americanos" 5,
y lo admira, sobre todo, por su "originalidad y
fertilidad" 6,
por su genial percepción
de las conexiones entre los problemas
científicos y los problemas éticos 7,
y por sus contribuciones a la lógica 8;
rechaza, sin embargo, su definición de verdad como aquello
a lo que la investigación conducirá a la
larga 9,
y se distancia de su tendencia a mantener la filosofía
libre de intereses prácticos y vitales 10.
Ahora bien, el punto en el que me parece que Putnam se
aproxima (y la vez se distancia) más de Peirce es en el
del realismo.
Bernstein ha escrito que "aunque formulaciones recientes del
«realismo» [de Putnam] difieran significativamente de
las formulaciones de Peirce, hay una alineación directa
entre el realismo de Peirce y la defensa de Putnam de lo que
él llama «razón interna» y, más
recientemente, «realismo pragmático»"
11.
Pero en opinión de Putnam, "las concepciones de Peirce
están mucho más alineadas con la tradición
del realismo metafísico (o como Peirce lo llama en
algún lugar (CP 8), ‘realismo
escolástico’), que con el pragmatismo de James y
Dewey" 12,
y es ese realismo metafísico el que Putnam viene
combatiendo desde su famosa conferencia de
1976, "Realism and Reason" 13.
En lo que sigue intentaré mostrar que para
Putnam, el significado de nuestras palabras (y por tanto nuestro
conocimiento
del mundo) está amalgamado con nuestras prácticas,
creencias e intereses (en definitiva, con nuestra vida), y que
esa tesis lo separa radicalmente del realismo de
Peirce.
a) La importancia de la experiencia.
En la primera de sus Cambridge Conferences
(1898), "Philosophy and the Conduct of Life" 14,
Peirce escribió: "uno no puede servir a dos
señores, a la teoría y a la
práctica. Aquel perfecto equilibrio de
atención que se requiere para observar el
sistema de las
cosas se pierde, por completo, si se interfieren los deseos
humanos, y, tanto más, cuanto más altos y santos
puedan ser tales deseos" 15.
Esta separación entre teoría
y práctica le llevó a sostener que "la ciencia
pura no tiene en absoluto nada que ver con la
acción (…). Nada es vital para la ciencia;
nada puede serlo" 16.
Putnam señala que en este punto (como en muchos
otros), James y John Dewey no estaban de acuerdo con Peirce:
ellos creían que "esta idea peirceana de una distancia
entre ciencia pura y ciencia aplicada estaba fundamentalmente
desviada; que la ciencia es, y debe ser guiada por la
práctica, y que, de hecho, la ciencia no
progresaría si no fuera usada como guía para la
práctica" 17.
La norma de conducta que
Peirce se imponía a sí mismo (no dejar que los
deseos humanos interfieran con la actividad teórica), se
explica por su temor a que la ciencia se convierta en una mera
racionalización del sentimiento: "los hombres se imaginan
muchas veces —dice en la citada conferencia— que
actúan en base a la razón, cuando, de hecho, las
razones que se atribuyen a sí mismos no son más que
excusas que el instinto inconsciente inventa para satisfacer los
molestos «porqués» del ego. El alcance
de este autoengaño es tal que llega a hacer del racionalismo
filosófico una farsa" 18.
James insistía, sin embargo, en que "la ciencia
habría avanzado mucho menos de lo que lo ha hecho si los
apasionados deseos de los individuos por ver confirmadas sus
propias creencias se hubieran excluido del juego"
19,
y apoyaba su afirmación en la conocida enseñanza de Kierkegaard: "vivimos hacia
adelante, pero pensamos hacia atrás" 20.
La disputa que vemos aquí, comenta Putnam, es "la
disputa entre los filósofos que piensan que la
filosofía seria debe basarse en la lógica
simbólica y la ciencia exacta, y los filósofos que
no temen sugerir que un trabajo serio en filosofía puede
estar «aliado» con «novelas y dramas
del tipo más profundo» [James]" 21.
Putnam es de los segundos. Sin ambages declara que la
razón de ser de la filosofía ha sido siempre "su
conexión con las preocupaciones humanas globales"
22.
Y sobre el problema que preocupa a Peirce señala: "si
alguna vez nuestra esencia llegara a ser tan transparente para
nosotros mismos que la distinción entre conocimiento
práctico y conocimiento teórico desapareciera,
entonces sin duda instituciones
como la ciencia, la filosofía y la literatura podrían
también desaparecer en sus formas actuales"
23.
La negación de toda distinción tajante
entre conocimiento teórico y práctico, en Putnam,
se encuentra estrechamente relacionada con una tesis en la que
viene insistiendo desde hace algún tiempo: que no
es posible establecer una demarcación rigurosa entre
conocimiento
científico y no científico 24.
Criterios (valorativos) como: "haz experimentos, o,
cuando no sea posible, haz observaciones", "sé
meticuloso", "somete los resultados de tu trabajo al juicio de
los que son competentes en esa área", "no bloquees el
camino de la investigación", "sé falibilista", se
aplican tanto al trabajo científico como al no
científico. (Esto es por lo que Dewey creía que
toda investigación llevada a cabo con propiedad
—siguiendo los criterios anteriores— debería
ser llamada «científica», recuerda Putnam). De
igual manera, exigencias como coherencia,
plausibilidad y simplicidad, son criterios de
razonabilidad que la ciencia presupone pero no suele
tematizar.
La tesis por la que Putnam está dispuesto a
romper una lanza es que los criterios de razonabilidad (en
física
como en ética)
pueden ser objetivos; que
la objetividad no es una propiedad exclusiva de los
«enunciados de hecho». "He argumentado en varios
libros y
artículos, y de nuevo en buen estilo pragmatista, que el
hecho de que no podamos reducir la razonabilidad a un algoritmo no
significa que no podamos decir mucho sobre ella" 25.
Desarrollar el problema de la objetividad en Putnam me
alejaría del objetivo
trazado. Me interesa señalar solamente que, respecto a
Peirce, ésta es una diferencia fundamental. Peirce pensaba
que "no hay […] en la ciencia proposición alguna en
absoluto que responda a la concepción de creencia",
"creemos en la proposición en base a la cual
estamos dispuestos a actuar. Plena creencia es la
disponibilidad a actuar, en crisis
vitales, en base a tal proposición […]. Pero la
ciencia pura no tiene nada que ver con la
acción" 26.
Putnam es de los que piensan, en cambio, "que los problemas de
los filósofos y los problemas de los hombres y las mujeres
están conectados, y que es parte de la tarea de una
filosofía responsable hallar la conexión"
27.
b) Los lenguajes de la naturaleza.
Comentando la cuarta de las Cambridge Lectures
("The First Rule of Logic"), Putnam señala que para
Peirce, la naturaleza tiene una estructura que cualquier grupo de
investigadores puede desentrañar si persevera lo
suficiente en su actividad investigadora. Esto significa que en
la ciencia (no así en la vida práctica), nuestro
lenguaje está controlado en última instancia por la
estructura misma de la realidad, no por nuestros intereses
28.
En este punto, James y Dewey se oponen diametralmente a
Peirce. Para los primeros, según Putnam, "no existe tal
cosa como el lenguaje de
la naturaleza; nosotros hacemos los lenguajes, guiados por
nuestros intereses, ideales, y por las particulares
«situaciones problemáticas» (como diría
Dewey) en que nos encontramos" 29.
En última instancia, la práctica científica
depende de nuestros intereses y objetivos prácticos, y su
éxito
radica precisamente en que nos permite alcanzar nuestras metas.
Para Peirce, por el contrario, es justamente prescindiendo de
todo interés práctico y vital como la ciencia
triunfa. Existiría, por una parte, una «verdad
absoluta» o «científica» que no es
humana (en el sentido de no depender de nuestros intereses), y
por la otra, una «verdad humana» totalmente
dependiente de los contextos históricos y
culturales 30.
La posición de Putnam a este respecto se acerca
más a la de James y Dewey, pero no niega la
intuición fundamental peirceana, según la cual "lo
real es aquello cuyas características son independientes
de lo que cualquiera puede pensar que son" 31.
En efecto, en las Dewey Lectures (1994), Putnam declara
estar de acuerdo con el "crítico realista tradicional" de
James que insiste en que "el mundo tal como es, es independiente
de los intereses de los que lo describen" 32.
Con lo que no está de acuerdo, sin embargo, es con la
"fantasía metafísica" que supone tal crítica.
La "fantasía metafísica" es la creencia en
un conjunto prefijado de «formas»,
«universales» y «propiedades» que
mantienen una relación unívoca de correspondencia
con los significados de nuestras palabras. Pero "la
reflexión sobre la experiencia humana muestra que ni la
forma de todas las aspiraciones de conocimiento, ni la manera en
que se corresponden con la realidad está fijada de
antemano de manera definitiva" 33.
Ciertamente, la idea (peirceana) de que "nuestras palabras y
nuestra vida están constreñidas por una realidad
que no es invención nuestra juega un papel importante en
nuestras vidas, y debe ser respetada" 34.
Pero el error del realismo tradicional está en suponer que
el término «realidad» debe referirse a una
única «superestructura», que sería algo
así como el «contexto de todos los contextos».
No existe tal cosa como the context of all contexts,
sostiene Putnam 35.
Lo que sí podemos afirmar es que nuestra
noción de realidad evoluciona junto con nuestro lenguaje y
nuestra vida. Y este es el núcleo de la aportación
de James al debate sobre
el realismo: que las descripciones de la realidad no son nunca
mera copia, puesto que nosotros estamos "constantemente
incrementando las formas en que nuestro lenguaje se corresponde
con la realidad" 36.
De ahí que, pace Peirce, "la totalidad de las
experiencias sensoriales humanas no determina […] la
totalidad de las verdades, ni siquiera a largo plazo"
37.
Abandonar la imagen de una
totalidad de objetos fijada de antemano, implica la
disolución de un dogma fundamental de la filosofía
moderna: la distinción kantiana entre «objeto en
sí» y «contribución
conceptual» 38.
William James había insistido, recuerda Putnam, en que "la
pregunta acerca de qué parte de nuestra telaraña de
creencias refleja el mundo «en sí mismo» y que
parte constituye nuestra «contribución
conceptual» no tiene más sentido que la pregunta:
«¿Anda un hombre
más esencialmente con su pierna izquierda o con su pierna
derecha?». El rastro de la serpiente humana está por
todas partes" 39.
3. Dos temperamentos
filosóficos.
La filosofía de Peirce está basada en su
lógica y en su concepción de las matemáticas: "las personas que no pueden
razonar con exactitud (y nada más que eso es
razonar), simplemente no pueden entender mi
filosofía: ni su proceso, ni
sus métodos,
ni sus resultados. […] Mi filosofía, y cualquier
filosofía digna de atención, descansa enteramente
sobre una teoría de la lógica", escribió
Peirce a su amigo William James a fines de 1897 40.
Tal vez aquí se encuentra la clave para comprender esa
despreocupación de Peirce por las cosas de la vida
ordinaria. Putnam también inició su carrera
filosófica como lógico y matemático, pero
siempre estuvo atento a "los lamentos de los heridos" (James).
Tal vez ese interés por los problemas
sociales y políticos es lo que le ha llevado a
desarrollar un realismo más "humano". Así, la
preocupación central del último Putnam ha sido la
afirmación deweyana de "la democracia
como precondición para la aplicación plena de la
inteligencia a
la solución de los problemas sociales".
Si es cierto que, como afirma James, "la historia de la
filosofía, considerada de un modo general, es un
cierto choque de temperamentos humanos" 41,
tenemos aquí, en mi opinión, uno de esos "choques".
Pero también es verdad lo que dice Bernstein: que los
modos distintos en que los pragmatistas interpretan la
tradición pragmática, son tan importantes para la
comprensión de sus propias posiciones como lo son para el
entendimiento de la tradición pragmática
misma 42.
Moris A. Polanco
Departamento de Filosofía
Universidad de La Sabana
Sede Puente del Común
Chía Cundinamarca Colombia
1. J. Ferrater Mora, Diccionario de
filosofía, Labor, Barcelona, 1994, s.v. "Viena
(Círculo de)".
2. R. Bernstein, "El resurgir del pragmatismo",
Philosophica Malacitana, 1993 (Vol. Sup. 1),
14.
3. R. Bernstein, 20.
4. R. Bernstein, 21.
5. H. Putnam, Realism with a Human Face,
Harvard University Press, Cambridge, Mass., 1990, 252 (cit.
Realism).
6. "An Interview with Professor Hilary Putnam",
Cogito, 1989 (3), 91.
7. H. Putnam, Las mil caras del realismo,
Paidós, Barcelona, 1994, 152-161 (cit. Las mil
caras); Words and Life, Harvard University Press,
Cambridge, Mass., 1994, 163-166 (cit. Words).
8. H. Putnam, "Peirce the Logician", en
Realism, 251-260.
9. Véase, entre otros lugares, H. Putnam,
Pragmatism. An Open Question, Blackwell, Oxford, 1995, 11
(cit. Pragmatism), y Words, 152.
10. H. Putnam, "Literature, Science and
Reflection", en Meaning and the Moral
Sciences, Routledge, London, 1978, 83-94 (cit.
Meaning).
11. R. Bernstein, 20.
12. H. Putnam, "Comments on the Lectures", en
RLT 73.
13. Discurso
presidencial ante la División Este de la Asociación
Filosófica Americana, Boston, 29 de diciembre de 1976.
Reimpreso en Meaning, 123-138.
14. Partes de esta conferencia, junto con
borradores anteriores, fueron publicadas en los CP bajo el
título "Vitally Important Topics". Los editores de los
CP supusieron, equivocadamente, que Peirce había
dado una serie de conferencias con este título. La verdad
es que el nombre le fue sugerido a Peirce por su amigo William
James como una alternativa al título "On the Logic of
Events", que Peirce había pensado inicialmente para las
Cambridge Conferences. Como Peirce le debía a James
la oportunidad de dar esas conferencias, cedió a la idea
de titular el curso "Detached ideas on vitally important topics",
no sin advertirle a James que su idea era mostrar que "donde
ellos son vitales, hay poca oportunidad para filosofar".
Después del cruce de varias cartas, llegaron
a la conclusión de titular las conferencias "Reasoning and
the Logic of Things"; K.L. Ketner y H. Putnam, "Introduction: The
Consequences of Mathematics", en RLT 3-37.
15. J. Vericat (ed.), Charles S. Peirce, El
hombre, un signo (El pragmatismo de Peirce), Crítica,
Barcelona, 1988, 317.
16. J. Vericat (ed.), 315.
17. H. Putnam, "Comments on Lectures", RLT
57.
18. J. Vericat (ed.), 314.
19. W. James, "The Will to Believe", citado en H.
Putnam / R.A. Putnam, "William James’s Ideas", en
Realism, 224.
20. Citado en H. Putnam y R. A. Putnam, en
Realism, 229.
21. H. Putnam, "Comments on Lectures", RLT
58.
22. H. Putnam, "The Importance of Nonscientific
Knowledge" (Pierre Bayle Lecture, 1995), sin publicar, 1 (cit.
"The Importance").
23. H. Putnam, Meaning, 85.
24. H. Putnam, "The Importance".
25. H. Putnam, "The Importance", 19.
26. J. Vericat (ed.), 315.
27. En J. Harlan / J. Nubiola / S. F. Barrena,
"Acerca de la mente, el significado y la realidad. Entrevista con
Hilary Putnam", Atlántida, 1993 (4, 1),
79.
28. H. Putnam, "Comments on Lectures", RLT
73.
29. H. Putnam, "Comments on Lectures", RLT
73.
30. Putnam comenta que esta vena del realismo
peirceano ha sido aprovechada por dos filósofos
británicos contemporáneos, Bernard Williams y David
Wiggins, "que se unen a Peirce al insistir en una
separación neta entre lo que es verdadero
‘humanamente hablando’, y la verdad
‘absoluta’ (éste es su término), que es
hacia lo que la ciencia está ‘condenada’ a
converger al final del camino"; H. Putnam, "Comments on the
Lectures", RLT 73-74.
31. C.S. Peirce, "Cómo esclarecer nuestras
ideas", en J. Vericat (ed.), 218.
32. H. Putnam, "Sense, Nonsense and the Senses.
An Inquiry into the Powers of the Human Mind", Journal of
Philosophy, 1994 (91), 448 (cit. "Sense").
33. H. Putnam, "Sense", 449.
34. H. Putnam, "Sense", 452.
35. H. Putnam, Mathematics, Matter and Method.
Philosophical Papers, vol. 1, Cambridge University Press,
Cambridge, 1975, x (cit. Mathematics).
36. H. Putnam, Mathematics, x.
37. H. Putnam, "Sense", 462.
38. "Preguntar como son las cosas ‘en
sí mismas’ es […] preguntar cómo debe
ser descrito el mundo en el propio lenguaje del mundo, y no
existe tal cosa como el lenguaje del mundo; solamente los que
nosotros, usuarios del lenguaje, inventamos para nuestros
variados propósitos"; H. Putnam, Pragmatism,
29.
39. H. Putnam, Las mil caras, 148. La
referencia es a la séptima conferencia de James sobre el
pragmatismo, "Pragmatismo y Humanismo".
40. Citado en RLT 26.
41. W. James, Pragmatismo, Aguilar,
Buenos Aires,
1973, 27.
42. R. Bernstein, 21.
Moris Polanco
Universidad Francisco
Marroquín