El tema que nos compete en este trabajo es
saber que es el patrimonio cultural, y porque es importante
cuidarlo y valorarlo, cual es su verdadera
importancia.
El patrimonio cultural se refiere a todas las acciones
humanas realizadas sobre el territorio y comprende tanto
testimonios tangibles como intangibles
El objetivo de
este trabajo es pensar la forma de mantener y revalorizar nuestro
patrimonio porque es nuestra identidad. No
es un trabajo fácil, hay muchas cosas que generan cambios
en las conductas, en las tradiciones, y algunas de ellas no son
más que el simple paso del tiempo, aunque
también puede haber ciertos cambios por la
interrelación que existe entre diversas culturas, muchas
veces se tiende a tomar conductas de otras culturas por
considerarlas modernas, cultas o de buen gusto, olvidando nuestra
propia identidad.
En los últimos años, la noción de
patrimonio cultural se ha ampliado considerablemente, y la
importancia mucho mayor que ahora se le concede se basa en la
conciencia cada
vez más extendida de su riqueza y
vulnerabilidad.
Muchas organizaciones
como la UNESCO tienen muy buenas propuestas para poner en
practica para salvaguardar el patrimonio.
También el turismo es una actividad que
puede ayudar mucho a revalorizar el patrimonio cultural,
además de ser muy buena para obtener beneficios
económicos, sin embargo debe estar organizada de forma
conciente y responsable.
En conclusión, ya están teoricamente dadas
las medidas y propuestas para salvaguardar y revalorizar el
patrimonio cultural de los pueblos, es hora que estas comiencen a
ponerse en práctica a través de los Estados, de las
organizaciones competentes y por sobre todo a través de
cada una de las personas del mundo, es importante tomar
conciencia de la importancia de nuestra identidad para nosotros y
para las futuras generaciones.
El tema que nos compete en este trabajo es saber que es
el patrimonio cultural, y porque es importante cuidarlo y
valorarlo, cual es su verdadera importancia.
Para eso comenzaré por dar algunos conceptos
claves para comprender mejor el tema.
El patrimonio ambiental, es todo elemento o conjunto de
elementos tangibles o intangibles cuya imagen (percepción
o información de ella) hace que la comunidad le
asigne o reconozca en el o ellas un valor mas
allá de su valor concreto y
cuantificable.
Representa algo significativo, desarrollado en su
cultura, que
los identifica como comunidad en un tiempo espacio
histórico determinado.
El patrimonio ambiental, encierra el patrimonio cultural
y el patrimonio natural. El patrimonio cultural en cuanto a lo
que se refiere a todas las acciones humanas sobre el territorio,
y patrimonio natural, por apropiación del territorio donde
la sociedad vive
y se manifiesta, y siente como propio.
Dentro del patrimonio cultural, podemos encontrar
testimonios tangibles e intangibles. El patrimonio tangible se
refiere a todo lo material, como monumentos, construcciones,
edificaciones, piezas de arte, etc. que
significan y son parte de la historia y memoria del lugar
al que pertenecen. El patrimonio intangible va más
allá de lo material, siendo lo material el resultado de
elementos intangibles como las tradiciones, modas, creencias,
ideales, símbolos que son la verdadera identidad
cultural que generan las expresiones materiales.
Un concepto de
Patrimonio Intangible según la investigadora Rosario Mena
dice "Podría definirse el patrimonio intangible como el
conjunto de formas de cultura tradicional y popular o
folclórica, es decir, las obras colectivas que emanan de
una cultura y se basan en la tradición.
Estas tradiciones se transmiten oralmente o mediante
gestos y se modifican con el transcurso del tiempo a
través de un proceso de
recreación colectiva. Se incluyen en ellas
las tradiciones orales, las costumbres, las lenguas, la música, los bailes,
los rituales, las fiestas, la medicina
tradicional y la farmacopea, las artes culinarias y todas las
habilidades especiales relacionadas con los aspectos materiales
de la cultura, tales como las herramientas y
el hábitat.
Todo lo que ha creado el genio humano es el producto de su
genio y de la creatividad
humana que hacen que el saber y las habilidades se transmiten
mejorándose de un individuo a
otro y de generación en generación.
El patrimonio intangible impregna cada aspecto de la
vida del individuo y está presente en todos los productos del
patrimonio cultural – objetos, monumentos, sitios y
paisajes".
Noriko Aikawa, Director del Departamento de Patrimonio
Intangible de la
Organización de las Naciones Unidas
para la
Educación, Ciencia y
Cultura -UNESCO, afirma que "en el concepto de patrimonio
cultural intangible se engloban los aspectos más
importantes de la cultura viva y de la tradición. Sus
manifestaciones son amplias y diversas, ya se refieran a la
lengua, las
tradiciones orales, el saber tradicional, la creación de
cultura material, los sistemas de
valores o las
artes interpretativas.
El patrimonio intangible, junto al tangible, permite
consolidar la creatividad, la diversidad y la identidad cultural.
El patrimonio intangible, como fuente de creatividad, contribuye
a su vez a la diversificación de la creatividad
contemporánea. De hecho, su valor concreto en lo que
respecta a cada localidad especifica es objeto de un
reconocimiento cada vez más generalizado, como
reacción frente al fenómeno de la
globalización".
Luego de profundizar sobre estos conceptos de patrimonio
intangible, se llega a tener una conciencia mayor acerca de la
importancia que tiene en la vida de todos y cada uno de los
individuos, aunque no nos demos cuenta, el patrimonio intangible
representa nuestra identidad no solo como comunidad sino como
individuo.
Para "ser" necesitamos una historia, creencias, ideas,
formas de vivir.
Sin embargo no es fácil saber como salvaguardar
el patrimonio, hay muchas cosas que generan cambios en las
conductas, en las tradiciones, y algunas de ellas no son
más que el simple cambio que
ocurre por el paso del tiempo, la cultura es mudable, ciertos
patrones culturales pueden ir perdiéndose en el tiempo
cuando en algún momento son considerados inadecuados,
innecesarios u obsoletos por la comunidad y eso es
normal.
Pero también muchas veces puede haber ciertos
cambios en los contenidos culturales por la interrelación
que existe entre diversas culturas, muchas veces se tiende a
tomar conductas de otras culturas por considerarlas modernas,
cultas o de buen gusto, olvidando nuestra propia
identidad.
Por eso el objetivo de este trabajo es pensar la forma
de mantener y revalorizar en algunos casos nuestro patrimonio
intangible, nuestra identidad, de allí partimos para
poder valorar
y cuidar también lo tangible, porque si no valoramos las
tradiciones, las creencias, las ideas; los monumentos, las
construcciones y todo el patrimonio tangible, deja de tener
sentido también y puede convertirse en un simple
objeto.
Nuestro trabajo es tomar conciencia de la verdadera
importancia de pertenecer a una comunidad, de tener una
identidad, y ocuparnos de seguir manteniéndola para las
futuras generaciones. Si cada uno cuida y valora lo suyo, se
puede llegar desde el ámbito local a realizar cambios a
nivel mundial.
Es difícil hoy en día en un mundo que se
ha convertido en tan pequeño gracias a las comunicaciones, no tender a confundirnos, pensar
que lo extranjero es mejor que lo nuestro, desvalorizar nuestra
cultura y cambiar nuestras tradiciones, formas de hablar,
vestimenta, ideas para tender a parecernos a un modelo
único que nos impone la globalización.
En nuestro país hemos desterrado y borrado todo
tipo de tradición y cultura indígena, como si nunca
hubiera existido. Siempre nos ocupamos de aparentar lo que no
somos, ocultando nuestras raíces y tomando conductas o
modos de vida que no nos pertenecen. Como si nuestra cultura
significara ignorancia, como si nos diera
vergüenza.
Tenemos que copiarnos de otros países, pero no de
su cultura, sino de cómo algunos, orgullosos de ella, la
mantienen, la cuidan, la respetan y la muestran al
mundo.
La diversidad no solo es interesante, también es
absolutamente necesaria.
Para comenzar con una etapa de acercamiento al tema que
nos compete, sería bueno asumir al Patrimonio como algo
específicamente cultural, que en realidad es "sentido" por
el hombre y
que lo reconoce como un ser social que pertenece a un grupo, a un
lugar y tiempo determinado. De esta manera, se acepta al
patrimonio cultural como algo que se basa en conceptos
fundamentalmente inmateriales, valores de una sociedad, y esta
tiene para con ellos no solo derechos sino también
obligaciones.
Una de las obligaciones más importantes que le
atañe a la sociedad es la de trasmitir esos valores a las
futuras generaciones, pero…¿Por qué eso es
tan importante?
El patrimonio cultural es la identidad del pueblo, esto
lo diferencia de los demás, cuando la identidad del pueblo
entra en crisis o se
pierden sus valores, todos los integrantes de esa cultura se
vuelven frágiles, pierden fuerzas, desaparecen.
Para que esto no ocurra es necesario redescubrir y
revalorizar las costumbres, el modo de vivir y así
reforzar la identidad para poder defenderla.
Pero…¿ Por qué rescatar las
costumbres de nuestra cultura en la era de la
globalización?.
Con respecto a esta pregunta Enrique Dussel dice: "La
libertad en
crear un hecho futuro, se condiciona realmente, en la conciencia
actual del pasado. Un pueblo, una comunidad, una cultura sin
pasado, no tiene futuro, por cuanto la posibilidad real y
profunda de un –no ser todavía- se funda, en la
realidad y la densidad de los
cimientos de lo acaecido por ese y en ese nosotros".
Es decir, que no podemos pretender lograr algo en un
futuro, si no sabemos quienes somos, si no tenemos un
pasado.
En nuestro país no hemos tomado conciencia de
nuestra historia, y es importante rescatar lo olvidado, no para
volver al pasado, sino para aprender de la sabiduría de
nuestros antepasados y así poder integrarnos a un mundo
globalizado siendo quienes somos, con costumbres arraigadas, para
poder defender nuestra cultura.
Muchas veces es difícil en un mundo tan
diferente, donde existe la vida rural y sencilla, pero
también la vida modernista con las últimas
tecnologías no tender a querer parecernos a estas
últimas obteniendo no solo los productos sino imitando su
forma de vida, por creerlos mejores.
En este sentido los medios de
comunicación han tomado el papel de mediadores y
narradores de una falsa realidad. La denominada sociedad de la
información y sus actores están construyendo un
nuevo orden simbólico del universo cultural
que se caracteriza por un marcado etnocentrismo y una excesiva
simplificación que generan fragmentación,
exclusión, discriminación y
homogeneización.
La importancia del impacto de los medios de
comunicación en la construcción del imaginario social hace
necesaria la creación de una comunicación plural y participativa que
hable de la diversidad desde la diversidad y que contribuya a
generar un nuevo orden simbólico del mundo.
Pero esto muchas veces se vuelve imposible debido a que
los medios de
comunicación están dominados por los intereses de
poder ideológico y económico que sirven como
herramienta hegemónica de las elites y no permite el
acceso a las minorías.
Lamentablemente es así, nos venden lo que
quieren, y caemos en el materialismo y
dejamos atrás lo nuestro.
La única manera de no caer en ello es utilizando
la emocionalidad, comenzar a entender las cosas desde otro punto
de vista, entendiendo a la naturaleza, al
universo. La emocionalidad es fundamental en la vida de cualquier
individuo, y a través de ella adquieren sentido todas las
tradiciones y costumbres de nuestra cultura.
Muchas veces se cree que manteniéndo las
tradiciones heredadas se vuelve al pasado, y quedamos perdidos en
la historia, sin embargo esto no tiene porque ser así, es
necesario tener en cuenta que la expresión cultural
tradicional debe readaptarse y resultar aplicable a la vida
contemporánea si se pretende garantizar su supervivencia,
continuidad y su vitalidad para las generaciones
futuras.
Por suerte, la preservación del patrimonio y la
diversidad cultural, son temas que han ido evolucionando en las
últimas décadas y que van generando propuestas para
cuidarlas y preservarlas.
Los dos principales planteamientos respecto a la
salvaguardia del patrimonio cultural intangible consisten en
transformarlo en una forma tangible, y mantenerlo vivo en su
contexto original. El primero exige la realización de
tareas de documentación, registro y
archivo, y su
objetivo es garantizar la existencia perpetua de este tipo de
patrimonio.
Con el segundo planteamiento se pretende mantener vivas
las expresiones culturales inmateriales mediante el fomento de su
revitalización y la transmisión entre
generaciones.
Ambos planteamientos son complementarios e
indispensables para preservar el patrimonio cultural intangible.
La UNESCO decidió recientemente privilegiar la segunda
opción, a fin de revitalizar las culturas populares
tradicionales, la UNESCO anima a las distintas administraciones a
ofrecer incentivos a los
grupos
culturales, las comunidades locales y los profesionales de la
cultura inmaterial, en forma de reconocimientos oficiales,
protección jurídica, disposiciones especiales en
materia de
asistencia sanitaria, deducciones fiscales o
subvenciones.
Asimismo, insta a las administraciones a introducir la
cultura inmaterial en los planes de estudios educativos y a
promover festivales, concursos y programas de
televisión. Con el proyecto
denominado "Proclamación de obras maestras del patrimonio
oral e intangible de la humanidad", la UNESCO pretende animar a
gobiernos, ONG,
comunidades locales, grupos y personas a preservar y promover su
patrimonio individual singular.
La Convención para la salvaguardia del patrimonio
cultural inmaterial, prevé la elaboración de
inventarios
nacionales de los bienes a
proteger, la creación de un Comité
Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural
Inmaterial formado por expertos de los futuros Estados Partes y
la instauración de dos listas: una lista representativa
del patrimonio inmaterial de la humanidad y una segunda de
aquellas manifestaciones cuya salvaguardia se considere
urgente.
La UNESCO subraya que la salvaguardia del patrimonio
inmaterial es un proceso complejo que involucra a
múltiples actores, empezando por las comunidades y grupos
que le dan vida. En virtud de la Convención, las
actividades de salvaguardia se financiarán mediante un
fondo cuyos recursos
provendrán sobre todo de las contribuciones de los Estados
Partes, de los recursos destinados a este fin por la Conferencia
General de la UNESCO así como de aportaciones, donaciones
o legados hechos
por otros Estados, organizaciones o personas
físicas.
Otra cuestión que se ha dado en estos años
ha sido el pedido de establecimiento de normas que aseguren
la protección y el ejercicio efectivo de los derechos
culturales y mecanismos para hacer presión
sobre quienes violen esos derechos realizado por la
Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo.
Son tanto personas como grupos y comunidades quienes reclaman la
libertad cultural que garantizarían unos derechos
culturales adecuadamente reconocidos, "los derechos
culturales son, en igual medida que los demás derechos humanos,
expresión y exigencia de la dignidad
humana" y su reconocimiento y su ejercicio son vitales para
"proteger y promover las identidades culturales y fomentar la
expresión de culturas diferentes y el diálogo
intercultural en las sociedades
democrácticas".
En realidad, los derechos humanos son inherentes a todo
ser humano y también se debe atribuir a cada ser humano el
derecho a conservar y cultivar su identidad cultural.
Otra gran ayuda para la preservación y
revalorización del patrimonio cultural y de la diversidad
cultural es la actividad turística.En pocas décadas
el turismo se ha convertido en uno de los sectores de más
rápido crecimiento, en un poderoso vector de
relación intercultural, económica y social que
abarca los sueños y las esperanzas de millones de
ciudadanos.
Nos encontramos ante el mayor espacio existente capaz de
sustentar un gran diálogo sobre la diversidad cultural, la
paz y el desarrollo
sostenible. Simplemente porque el turismo sólo puede
pervivir sobre estos mismos pilares.
El turismo puede ser, en definitiva, el nuevo espejo de
un mundo que desea basarse en el entendimiento y en el respeto y
admiración del legado común.
Desde un enfoque responsable, como herramienta de
sostenibilidad, el turismo puede contribuir a valorar, conservar,
rehabilitar y proteger las condiciones naturales, sociales,
económicas y culturales de los pueblos en los que se
desarrolla, contribuyendo a reanimar las tradiciones, costumbres,
ritos, mitos, etc. y
así aumentar en todos los sentidos la
calidad de
vida de las poblaciones anfitrionas.
Con respecto al turismo, este debe ser organizado de una
forma muy responsable, porque así como puede ser de gran
ayuda para revalorizar el patrimonio de las poblaciones visitadas
y lograr que las mismas sean conocidas por la Humanidad,
también puede llegar a distorcionar las culturas
autóctonas.
El turista extranjero influye sobre los pobladores en la
forma de vestir, sus hábitos, alimentación, pero
también esto puede darse al revés, es decir que el
visitante adopte características de la población visitada. De todas maneras estos
cambios pueden darse por otras causas distintas del
turismo.
En los últimos años, la noción de
patrimonio cultural se ha ampliado considerablemente, y la
importancia mucho mayor que ahora se le concede se basa en la
conciencia cada vez más extendida de su riqueza y
vulnerabilidad. Las actuales tecnologías de la
información y de las comunicaciones, junto con el turismo,
permiten atender mejor esta demanda
social. En cuanto al patrimonio, debe ser asumido y vuelto
accesible de manera más imaginativa, compartido más
ampliamente entre los países y dentro de ellos, empleado
de forma más creativa para reinventar una cultura viva que
en breve será considerada el patrimonio del
futuro.
Para esto, es muy importante que los Estados apliquen
las medidas legislativas, administrativas, técnicas y
financieras ya concebidas para proteger su patrimonio. El cuerpo
de normas, elaborado
en gran medida por la UNESCO, es muy claro y completo; lo que se
necesita es aplicarllo, ya que todavía no se respetan como
es debido las directrices básicas sobre la
realización de inventarios del patrimonio cultural, la
formación de personal
calificado y la gestión
global de los elementos del patrimonio.
Para difundir aún más la memoria
colectiva de hoy día y conformarla de manera más
creativa para que constituya la de las generaciones futuras, es
esencial una mayor participación, pero ésta
únicamente se podrá dar si la propia gente
comprende mejor su patrimonio.
Las autoridades nacionales deben examinar más a
fondo qué considera la sociedad patrimonio cultural suyo y
suscitar más conciencia de su valor.
El método que
se emplee deberá basarse en la experiencia y en nuevos
conocimientos; no sólo para conservar, sino también
para establecer conexiones significativas entre el pasado y el
presente.
Esto se aplicaría por igual al patrimonio
inmaterial, cuya importancia no se ha afianzado suficientemente
en la formulación de políticas
debido a que se subestima su vulnerabilidad; la
conservación del patrimonio sigue estando asociada
predominantemente a monumentos y lugares históricos
destacados. El nuevo énfasis puesto en el patrimonio
inmaterial en el programa de la
UNESCO debería contribuir a superar esta insuficiencia.
También en este caso incumbe a las autoridades
concientizar a los ciudadanos, deben saber que el patrimonio
inmaterial es la base de todo el patrimonio material.
El patrimonio se percibe y utiliza cada vez más
como recurso económico. Sin embargo es importante
enfocarlo de un modo más equitativo y sostenible ya que no
es un recurso renovable.
El turismo es una actividad muy buena para obtener
beneficios económicos y para revalorizar el patrimonio
cultural, siempre y cuando este organizada de forma conciente y
responsable. En los centros urbanos históricos la
recuperación de los monumentos históricos para
fines distintos de los originales han dado buenos resultados,
pero también muchas veces se ha caído en
"fachadismos" que tienden a justificar una perdurabilidad del
patrimonio que en realidad es aniquilado.
En conclusión, están dadas las condiciones
para que los Estados, pero también cada una de las
personas del mundo, comiencen a tomar conciencia de la
importancia de su cultura, y empiecen a hacer algo por
conservarla, ya existen muchas propuestas y formas de hacerlo,
solo falta ponerlas en práctica con más empuje y
entusiasmo, y sobre todo con mucho respeto, esto es parte de
nuestra obligación para con nuestra propia cultura y para
las futuras generaciones que necesitan saber de donde vienen para
poder en el futuro "ser alguien" en este gran y a su vez
pequeño mundo.
"El Patrimonio es la memoria de la Comunidad, que la
comunidad decide mantener como tal, sin desechar ni olvidar,
guardando y protegiendo. Por ello, no lo "consume" sino lo "usa",
no lo "gasta" y si lo "actualiza" lo hace con mucho cuidado".
Arq. Liliana Rainis
MUNIZAGA VIGIL, Gustavo. 1999. Las Ciudades y su
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[consulta: 4 noviembre 2004]
Declaración Universal sobre la diversidad
Cultural. UNESCO.
"La Conferencia General,
Reafirmando su adhesión a la plena
realización de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales proclamadas en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y en otros instrumentos universalmente
reconocidos, como los dos Pactos Internacionales de 1966
relativos uno a los derechos civiles y políticos y el otro
a los derechos económicos, sociales y
culturales,
Recordando que en el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO se afirma "(…)
que la amplia difusión de la cultura y la educación de la
humanidad para la justicia, la
libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y
constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de
cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua",
Recordando también su Artículo primero que
asigna a la UNESCO, entre otros objetivos, el
de recomendar "los acuerdos internacionales que estime
convenientes para facilitar la libre circulación de las
ideas por medio de la palabra y de la imagen",
Refiriéndose a las disposiciones relativas a la
diversidad cultural y al ejercicio de los derechos culturales que
figuran en los instrumentos internacionales promulgados por la
UNESCO,
Reafirmando que la cultura debe ser considerada como el
conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales,
intelectuales
y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y
que abarca, además de las artes y las letras, los modos de
vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las
tradiciones y las creencias,
Constatando que la cultura se encuentra en el centro de
los debates contemporáneos sobre la identidad, la
cohesión social y el desarrollo de una economía fundada en
el saber,
Afirmando que el respeto de la diversidad de las
culturas, la tolerancia, el
diálogo y la cooperación, en un clima de
confianza y de entendimiento mutuos, están entre los
mejores garantes de la paz y la seguridad
internacionales,
Aspirando a una mayor solidaridad
fundada en el reconocimiento de la diversidad cultural, en la
conciencia de la unidad del género
humano y en el desarrollo de los intercambios
culturales,
Considerando que el proceso de mundialización,
facilitado por la rápida evolución de las nuevas
tecnologías de la información y la
comunicación, pese a constituir un reto para la
diversidad cultural crea las condiciones de un diálogo
renovado entre las culturas y las civilizaciones,
Consciente del mandato específico que se ha dado
a la UNESCO, en el seno del sistema de las
Naciones Unidas, consistente en asegurar la preservación y
la promoción de la fecunda diversidad de las
culturas,
Proclama los principios
siguientes y aprueba la presente Declaración:
IDENTIDAD, DIVERSIDAD
Y PLURALISMO
Artículo 1 – La diversidad cultural,
patrimonio común de la humanidad
La cultura adquiere formas diversas a través del
tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la
originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan
los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de
intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad
cultural es, para el género humano, tan necesaria como la
diversidad biológica para los organismos vivos. En este
sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y
debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las
generaciones presentes y futuras.
Artículo 2 – De la diversidad cultural al
pluralismo cultural
En nuestras sociedades cada vez más
diversificadas, resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de
convivir de personas y grupos con identidades culturales a un
tiempo plurales, variadas y dinámicas. Las
políticas que favorecen la inclusión y la
participación de todos los ciudadanos garantizan la
cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y
la paz. Definido de esta manera, el pluralismo cultural
constituye la respuesta política al hecho de
la diversidad cultural. Inseparable de un contexto
democrático, el pluralismo cultural es propicio a los
intercambios culturales y al desarrollo de las capacidades
creadoras que alimentan la vida pública.
Artículo 3 – La diversidad cultural, factor
de desarrollo
La diversidad cultural amplía las posibilidades
de elección que se brindan a todos; es una de las fuentes del
desarrollo, entendido no solamente en términos de crecimiento
económico, sino también como medio de acceso a
una existencia intelectual, afectiva, moral y
espiritual satisfactoria.
DIVERSIDAD CULTURAL Y DERECHOS HUMANOS
Artículo 4 – Los derechos humanos, garantes
de la diversidad cultural
La defensa de la diversidad cultural es un imperativo
ético, inseparable del respeto de la dignidad de la
persona
humana. Ella supone el compromiso de respetar los derechos
humanos y las libertades fundamentales, en particular los
derechos de las personas que pertenecen a minorías y los
de los pueblos autóctonos. Nadie puede invocar la
diversidad cultural para vulnerar los derechos humanos
garantizados por el derecho
internacional, ni para limitar su alcance.
Artículo 5 – Los derechos culturales, marco
propicio de la diversidad cultural
Los derechos culturales son parte integrante de los
derechos humanos, que son universales, indisociables e
interdependientes. El desarrollo de una diversidad creativa exige
la plena realización de los derechos culturales, tal como
los define el Artículo 27 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos y los Artículos 13 y 15 del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Toda persona debe, así, poder expresarse,
crear y difundir sus obras en la lengua que desee y en particular
en su lengua
materna; toda persona tiene derecho a una educación y
una formación de calidad que
respete plenamente su identidad cultural; toda persona debe poder
participar en la vida cultural que elija y ejercer sus propias
prácticas culturales, dentro de los límites
que impone el respeto de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales.
Artículo 6 – Hacia una diversidad cultural
accesible a todos
Al tiempo que se garantiza la libre circulación
de las ideas mediante la palabra y la imagen, hay que procurar
que todas las culturas puedan expresarse y darse a conocer. La
libertad de
expresión, el pluralismo de los medios de
comunicación, el multilingüismo, la igualdad de
acceso a las expresiones artísticas, al saber
científico y tecnológico -comprendida su forma
electrónica– y la posibilidad, para
todas
las culturas, de estar presentes en los medios de
expresión y de difusión, son los garantes de la
diversidad cultural.
DIVERSIDAD CULTURAL Y CREATIVIDAD
Artículo 7 – El patrimonio cultural, fuente
de la creatividad
Toda creación tiene sus orígenes en las
tradiciones culturales, pero se desarrolla plenamente en contacto
con otras. Esta es la razón por la cual el patrimonio, en
todas sus formas, debe ser preservado, valorizado y transmitido a
las generaciones futuras como testimonio de la experiencia y de
las aspiraciones humanas, a fin de nutrir la creatividad en toda
su diversidad e instaurar un verdadero diálogo entre las
culturas.
Artículo 8 – Los bienes y servicios
culturales, mercancías distintas de las
demás
Frente a los cambios económicos y
tecnológicos actuales, que abren vastas perspectivas para
la creación y la innovación, se debe prestar una
atención particular a la diversidad de la
oferta
creativa, a la justa consideración de los derechos de los
autores y de los artistas, así como al carácter específico de los bienes y
servicios culturales que, en la medida en que son portadores de
identidad, de valores y sentido, no deben ser considerados como
mercancías o bienes de consumo como
los demás.
Artículo 9 – Las políticas
culturales, catalizadoras de la creatividad
Las políticas culturales, en tanto que garantizan
la libre circulación de las ideas y las obras, deben crear
condiciones propicias para la producción y difusión de bienes y
servicios culturales diversificados, gracias a industrias
culturales que dispongan de medios para desarrollarse en los
planos local y mundial. Cada Estado debe,
respetando sus obligaciones internacionales, definir su
política cultural y aplicarla, utilizando para ello los
medios de acción
que juzgue más adecuados, ya se trate de apoyos concretos
o de marcos reglamentarios apropiados.
DIVERSIDAD CULTURAL Y SOLIDARIDAD
INTERNACIONAL
Artículo 10 – Reforzar las capacidades de
creación y de difusión a escala
mundial
Ante los desequilibrios que se producen actualmente en
los flujos e intercambios de bienes culturales a escala mundial,
es necesario reforzar la cooperación y la solidaridad
internacionales destinadas a permitir que todos los
países, en particular los países en desarrollo y
los países en transición, establezcan industrias
culturales viables y competitivas en los planos nacional e
internacional.
Artículo 11 – Establecer relaciones de
asociación entre el sector
público, el sector privado y la sociedad
civil
Las fuerzas del mercado por
sí solas no pueden garantizar la preservación y
promoción de la diversidad cultural, condición de
un desarrollo
humano sostenible. Desde este punto de vista, conviene
fortalecer la función
primordial de las políticas públicas, en
asociación con el sector privado y la sociedad
civil.
Artículo 12 – La función de la
UNESCO
La UNESCO, por su mandato y sus funciones, tiene
la responsabilidad de:
a) promover la consideración de los principios
enunciados en la presente Declaración en las estrategias de
desarrollo elaboradas en el seno de las diversas entidades
intergubernamentales;
b) constituir un instrumento de referencia y de
concertación entre los Estados, los organismos
internacionales guber-namentales y no gubernamentales, la
sociedad civil y el sector privado para la elaboración
conjunta de conceptos, objetivos y políticas en favor de
la diversidad cultural;
c) proseguir su acción normativa y su
acción de sensibilización y de desarrollo de
capacidades en los ámbitos relacionados con la presente
Declaración que corresponden a sus esferas de competencia;
d) facilitar la aplicación del Plan de
Acción cuyas orientaciones principales se adjuntan en
anexo de la presente Declaración.
ORIENTACIONES PRINCIPALES DE UN PLAN DE
ACCIÓN
PARA LA APLICACIÓN DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL
DE LA UNESCO SOBRE LA DIVERSIDAD CULTURAL
Los Estados Miembros se comprometen a tomar las medidas
apropiadas para difundir ampliamente la Declaración de la
UNESCO sobre la diversidad cultural y fomentar su
aplicación efectiva, cooperando en particular con miras a
la realización de los siguientes objetivos:
1. Profundizar el debate
internacional sobre los problemas
relativos a la diversidad cultural, en particular los que se
refieren a sus vínculos con el desarrollo y a su
influencia en la formulación de políticas, a escala
tanto nacional como internacional; profundizar en particular la
reflexión sobre la conveniencia de elaborar un instrumento
jurídico internacional sobre la diversidad
cultural.
2. Desarrollar la definición de los principios,
normas y prácticas en los planos nacional e internacional,
así como de los medios de sensibilización y las
formas de cooperación más propicios a la
salvaguardia y a la promoción de la diversidad
cultural.
3. Favorecer el intercambio de conocimientos y de las
prácticas recomendables en materia de pluralismo cultural
con miras a facilitar, en sociedades diversificadas, la
inclusión y la participación de las personas y de
los grupos que proceden de horizontes culturales
variados.
4. Avanzar en la comprensión y la
clarificación del contenido de los derechos culturales,
considerados como parte integrante de los derechos
humanos.
5. Salvaguardar el patrimonio lingüístico de
la humanidad y apoyar la expresión, la creación y
la difusión en el mayor número posible de
lenguas.
6. Fomentar la diversidad lingüística -respetando la lengua
materna- en todos los niveles de la educación, dondequiera
que sea posible, y estimular el aprendizaje
del plurilingüismo desde la más temprana
edad.
7. Alentar, a través de la educación, una
toma de conciencia del valor positivo de la diversidad cultural y
mejorar, a este efecto, tanto la formulación de los
programas escolares como la formación de los docentes.
8. Incorporar al proceso educativo, tanto como sea
necesario, métodos
pedagógicos tradicionales, con el fin de preservar y
optimizar los métodos culturalmente adecuados para la
comunicación y la transmisión del saber.
9. Fomentar la "alfabetización
electrónica" y acrecentar el dominio de las
nuevas tecnologías de la información y de la
comunicación, que deben considerarse al mismo tiempo como
disciplinas de enseñanza y como instrumentos
pedagógicos capaces de reforzar la eficacia de los
servicios educativos.
10. Promover la diversidad lingüística en el
espacio numérico y fomentar el acceso gratuito y
universal, a través de las redes mundiales, a todas las
informaciones que pertenecen al dominio
público.
11. Luchar contra las desigualdades en materia de
electrónica -en estrecha cooperación con los
organismos competentes del sistema de las Naciones Unidas-
favoreciendo el acceso de los países en desarrollo a las
nuevas tecnologías, ayudándolos a dominar las
tecnologías de la información y facilitando a la
vez la circulación electrónica de los productos
culturales endógenos y el acceso de dichos países a
los recursos numéricos de orden educativo, cultural y
científico, disponibles a escala mundial.
12. Estimular la producción, la salvaguardia y la
difusión de contenidos diversificados en los medios de
comunicación y las redes mundiales de información
y, con este fin, promover la función de los servicios
públicos de radiodifusión y de televisión en la elaboración de
producciones audiovisuales de calidad, favoreciendo en particular
el establecimiento de mecanismos cooperativos que faciliten la
difusión de las mismas.
13. Elaborar políticas y estrategias de
preservación y valorización del patrimonio cultural
y natural, en particular del patrimonio oral e inmaterial, y
combatir el tráfico ilícito de bienes y servicios
culturales.
14. Respetar y proteger los sistemas de conocimiento
tradicionales, especialmente los de las poblaciones
autóctonas; reconocer la contribución de los
conocimientos tradicionales a la protección del medio ambiente
y a la gestión de los recursos
naturales, y favorecer las sinergias entre la ciencia
moderna y los conocimientos locales.
15. Apoyar la movilidad de creadores, artistas,
investigadores, científicos e intelectuales y el
desarrollo de programas y de asociaciones internacionales de
investigación, procurando al mismo tiempo
preservar y aumentar la capacidad creativa de los países
en desarrollo y en transición.
16. Garantizar la protección de los derechos de
autor y de los derechos conexos, con miras a fomentar el
desarrollo de la creatividad contemporánea y una
remuneración justa del trabajo creativo, defendiendo al
mismo tiempo el derecho
público de acceso a la cultura, de conformidad con el
Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos.
17. Ayudar a la creación o a la
consolidación de industrias culturales en los
países en desarrollo y los países en
transición y, con este propósito, cooperar en el
desarrollo de las infraestructuras y las competencias
necesarias, apoyar la creación de mercados locales
viables y facilitar el acceso de los bienes culturales de dichos
países al mercado mundial y a los circuitos de
distribución internacionales.
18. Elaborar políticas culturales que promuevan
los principios inscritos en la presente Declaración, entre
otras cosas mediante mecanismos de apoyo a la ejecución
y/o de marcos reglamentarios apropiados, respetando las
obligaciones internacionales de cada Estado.
19. Asociar estrechamente los diferentes sectores de la
sociedad civil a la definición de las políticas
públicas de salvaguardia y promoción de la
diversidad cultural.
20. Reconocer y fomentar la contribución que el
sector privado puede aportar a la valorización de la
diversidad cultural y facilitar, con este propósito, la
creación de espacios de diálogo entre el sector
público y el privado".
Autor:
Ana Laura Colussi