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Percepción del aprendizaje desde el adulto mayor




Enviado por nubia



Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. Objetivos
    3. Fundamentos
      Teóricos
    4. Metodología
    5. Análisis
      de los resultados
    6. Conclusiones
    7. Recomendaciones
    8. Bibliografía
    9. Anexos

    Resumen

    La presente investigación se desarrolló con la
    finalidad de determinar la percepción
    que tiene una muestra de
    adultos mayores del estado de su
    aprendizaje, sus principales preocupaciones y necesidades en este
    sentido, así como evaluar la relación existente
    entre el potencial de aprendizaje y su percepción de este
    proceso, por
    la trascendencia social que implica esta etapa de la vida en los
    momentos actuales. Es importante señalar el valor
    científico que reviste conocer las particularidades del
    aprendizaje de este grupo
    etáreo, lo cual permitirá accionar adecuadamente en
    los proyectos de
    atención a la tercera edad. Con este fin se
    empleó un conjunto de técnicas
    que permitieron analizar los resultados obtenidos entre ellas: la
    técnica de los refranes, la encuesta,
    la memoria de
    las diez palabras de A. R. Luria y observaciones participativas
    de las actividades desarrolladas por el adulto mayor en la
    Universidad, a
    una muestra de treinta y un sujetos de ambos sexos, mayores de
    cincuenta y cinco años, con diversidad de nivel cultural,
    capacidades y características individuales, jubilados del
    municipio Sagua la Grande, en la provincia de Villa
    Clara.

    De este modo caracterizamos las necesidades de
    aprendizaje y la percepción de este proceso desde el
    adulto mayor. Los resultados obtenidos en este estudio indican
    que no existen pérdidas o deterioros significativos en las
    capacidades psíquicas del adulto mayor y que sí
    existen necesidades de aprendizaje en la tercera edad.

    También se ofrecen recomendaciones que pueden
    resultar de utilidad para
    ofrecer una atención más integral a las personas de
    la tercera edad y para el desarrollo de
    futuras investigaciones
    científicas en este campo.

    Palabras Claves: Adulto Mayor, Envejecimiento
    Poblacional, Educación

    Popular, Aprendizaje.

    Introducción

    La vejez en el
    presente siglo como fenómeno especial de la vida humana,
    evoluciona impetuosamente. El hombre de
    edad se ha convertido en una figura importante en la estructura
    social.

    Nuestra época se ha caracterizado por los avances
    de la ciencia y
    los progresos sociales, que han originado un aumento de la
    esperanza de vida de la población.

    La esperanza de vida de un individuo de
    hoy, es el doble de lo que era a mediados del siglo xviii. Esto
    significa que la proporción de ancianos está
    incrementándose progresivamente, produciéndose al
    mismo tiempo un
    envejecimiento de la población. Hablamos no sólo
    del envejecimiento del individuo, sino también del
    envejecimiento de la sociedad.

    Las tendencias demográficas del desarrollo
    poblacional muestran un aumento paulatino de la proporción
    de personas con un notorio envejecimiento en la mayoría de
    los países del mundo, teniendo consecuencias de largo
    alcance en la vida social y económica. Esto tiene su
    razón fundamental en el aumento de la expectativa de vida
    en los seres humanos y, primordialmente, en la disminución
    de tasas de natalidad.

    El aumento de la longevidad determina que la mayor parte
    de los países desarrollados y algunos como el nuestro, en
    vías de desarrollo, exhiban una expectativa de vida al
    nacer superior a los 60 años, mientras se incrementa una
    tendencia decreciente a la fecundidad, lo cual ha variado en
    forma notable la pirámide poblacional en el
    planeta.

    Los importantes avances sociales, técnicos y
    científicos, han permitido que ese aumento de la esperanza
    de vida posibilite en un futuro cercano (año 2025) una
    población de más de 1000 millones de personas de 60
    años, y también que por primera vez en la historia de muchos
    países, los ancianos sean más numerosos que los
    jóvenes.

    El envejecimiento no es un fenómeno exclusivo de
    las sociedades
    modernas, sino que ha estado presente en todas las etapas del
    desarrollo social, siendo de interés
    para la filosofía, el arte y la
    medicina de
    todas las épocas. Sin embargo, durante el presente siglo
    asistimos a una situación singular, más y
    más personas sobrepasan las barreras cronológicas
    que el hombre ha
    situado como etapa de la vejez, que convierte al envejecimiento
    poblacional en, quizás, uno de los retos más
    importantes para las sociedades modernas.

    En la realidad demográfica de nuestra nación
    se pueden apreciar importantes cambios. El 12 % de la
    población cubana tiene más de 60 años y las
    proyecciones apuntan a que este grupo poblacional se
    incrementará al 21 % en el 2025. La esperanza de vida
    está en 75,48 años para ambos sexos, 73,5 para los
    hombres y 77.51 para las mujeres, y se pronostica su incremento
    en los años futuros. (Castro Ruz, 1996)

    Estructura porcentual de la población cubana.
    Años seleccionados.

    La provincia de Villa Clara es la más envejecida
    del país y ha entrado al nuevo milenio con más del
    15 % de su población en el grupo de 60 años y
    más.

    El aumento de la población anciana ha derivado en
    un interés cada vez más creciente por las enfermedades que afectan a
    las personas de edad avanzada y por el envejecimiento mismo. El
    estudio del envejecimiento y de sus características se ha
    ido convirtiendo en objeto de atención prioritaria en el
    marco del justificado interés actual por la
    senilidad

    En la sociedad moderna los factores que han contribuido
    a aumentar la duración media de la vida han sido, sobre
    todo, los progresos de la medicina, con la disminución de
    enfermedades infecciosas y de la mortalidad infantil, y
    también el mejoramiento de las condiciones de higiene, de
    ambiente y de
    alimentación, así como la
    prevención, cada vez mayor, de innumerables enfermedades
    que antaño segaban vidas humanas en este período de
    la vida.

    Como consecuencia del aumento de la duración
    media de la vida, existe un numeroso grupo de personas de la
    llamada tercera edad que se enfrentan al proceso de
    jubilación, y que además de no ser productivas se
    encuentran aisladas y marginadas desde el punto de vista
    psicológico, económico y social, a la vez que
    necesitadas de ayuda. Satisfacer las crecientes demandas de este
    segmento de la población e identificar sus
    características y necesidades representa un desafío
    que es imposible de ignorar.

    La actitud no
    científica hacia la vejez como degradación solo
    dificulta la
    organización de su estudio, el progreso de esta
    importante esfera de nuestra vida y nuestros
    conocimientos.

    En la ciencia actual
    la vejez es tarea central, concreta y práctica que
    pretende mantener la vida en un cierto nivel estable real,
    ampliar los lapsos de la vida individual, retrasar el momento en
    que aparece la incapacidad laboral de la
    ancianidad y cambiar su carácter.

    Es interesante destacar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone la
    implementación de estrategias y
    programas que
    estimulen la participación activa de la persona mayor en
    la vida, promuevan un proceso de envejecimiento más
    saludable mediante cambios en los estilos de vida y a
    través de contextos que proporcionen apoyo suficiente para
    satisfacer las necesidades de la tercera edad. Así mismo,
    reconoce el rol que la integración social y el apoyo social
    desempeñan en la promoción y mantenimiento
    del bienestar físico y psicológico de las personas
    en la tercera edad.

    Cada sociedad aporta elementos fundamentales y
    múltiples enfoques sobre la atención
    psicológica del anciano, por ser lo psíquico
    resultado de lo biológico y lo social

    Consideramos que a pesar del afán universal de
    prolongar la vida, la sociedad no conoce los problemas de
    las personas de edad, las cuestiones vinculadas al
    envejecimiento, ni las posibilidades que ofrece la vejez,
    llegando a ser un área prioritaria de investigaciones,
    necesitándose profundizar en las características
    psicológicas, pedagógicas y sociológicas de
    esta etapa de la vida. Estudiar estos elementos permitirá
    valorar las necesidades reales y el establecimiento de
    prioridades en la atención psicológica a la tercera
    edad y delimitar estrategias psicopedagógicas que puedan
    propiciar un desarrollo de esta etapa de la vida.

    No se trata únicamente de prolongar la esperanza
    de vida, sino de incrementar las expectativas de las personas de
    continuar siendo miembros activos en la
    vida social y cultural. Se trata no sólo de añadir
    años a la vida , sino también de añadir vida
    a los años.

    Nuestra sociedad ha estado preparada para personas
    jóvenes y en menos de 50 años han cambiado los
    grupos de
    edades: debemos entonces cambiar nuestra filosofía; ese es
    el desafío para el siglo XXI y deben formarse recursos
    humanos para que no existan barreras de ningún tipo y
    respeto para la
    ancianidad.

    A la luz de estas
    reflexiones, el presente trabajo
    pretende estimular el campo de la investigación en esta
    etapa de la vida y nos hemos propuesto determinar la
    percepción que tiene una muestra de adultos mayores del
    estado de su aprendizaje, debido a la tendencia, que en alguna
    medida existe, de no considerar a esta edad como una
    auténtica etapa del desarrollo humano y sí con una
    serie de limitaciones, que en gran medida son provenientes de
    prejuicios que le ha depositado la cultura.

    El incremento de la población mundial en este
    grupo de edad que rebasa la sexta década, constituye una
    preocupación universal y resulta evidente la necesidad de
    investigar, formular sugerencias y establecer políticas
    para enfrentar a escala mundial
    este fenómeno demográfico.

    Objetivos

    General: Determinar la percepción que
    tiene una muestra de adultos mayores del estado de su
    aprendizaje.

    Específicos:

    • Evaluar las principales preocupaciones que tienen los
      adultos mayores en torno a su
      aprendizaje.
    • Caracterizar las necesidades de aprendizaje de una
      muestra de adultos mayores.
    • Evaluar la relación existente entre el
      potencial de aprendizaje y la percepción de este proceso
      en el adulto mayor.

    Tareas:

    • Aplicación de una encuesta sobre la actividad
      de aprendizaje.
    • Observación participativa de las actividades
      desarrolladas por el adulto mayor en los diferentes
      módulos que integran el curso.
    • Diagnóstico del funcionamiento psíquico
      sobre la base del aprendizaje del adulto mayor vinculado a la
      Universidad.

    Idea central:

    La percepción que de su aprendizaje tiene el
    adulto mayor, es coincidente con su desarrollo
    biopsicosocial.

    Fundamentos
    Teóricos

    Ya desde la época de la Comunidad
    Primitiva comenzó a preocupar a los hombres el misterio de
    la vida y la muerte, de
    la juventud y la
    vejez. Desde la antigüedad se trató de encontrar una
    correlación entre el período de crecimiento y la
    duración de la vida. En la civilización moderna,
    como en otras ya desaparecidas, ha existido gran interés
    por la longevidad. Pero, ¿conocemos qué es
    envejecer?

    El desconocimiento que aún persiste acerca del
    envejecimiento ha obligado a plantear una serie de líneas
    investigativas a fin de contribuir de una u otra forma a
    esclarecer este problema, que por sus implicaciones bio-sociales
    se ha convertido en uno de los más candentes de la
    Medicina y Psicología Modernas.

    El problema de la vejez tiene en cada sociedad sus
    características peculiares y es la adecuada
    comprensión de las situaciones sociales,
    psicológicas y biológicas, lo que puede permitirnos
    ahondar en esta etapa de la vida del hombre y la educación
    necesaria que la misma lleva implícita.

    El envejecimiento de la población es un
    fenómeno global en las sociedades actuales. Esta tendencia
    puede caracterizarse en tres factores: a) un crecimiento en el
    por ciento de personas mayores de 65 años, b) un
    incremento en el número absoluto de personas mayores, y c)
    un aumento en la esperanza de vida. (Hugman, 1994)

    Son múltiples las consideraciones y enfoques que
    abordan la vejez, desde los que la presentan como edad aislada y
    la definen y estigmatizan desde posiciones nada
    halagüeñas, hasta enfoques que la ven como etapa
    evolutiva y de desarrollo. Tomando en cuenta ambos criterios
    haremos uso de manera cronológica de estas
    conceptualizaciones para definir esta etapa de la
    vida.

    "Vivir es envejecer," decía el biólogo
    contemporáneo Nathan Shock.

    Para Alvin Goldfard (1967) "…el envejecimiento es
    mejor definido en términos funcionales como un proceso
    inevitable y progresivo de menoscabo en la capacidad para
    adaptarse, ajustarse y sobrevivir. La senectud es una
    condición en la cual la declinación en la capacidad
    funcional física,
    mental o ambas se ha hecho manifiesta, mensurable y
    significativa…"

    Stanley (1968) lo define como: modificaciones globales
    en la estructura del
    organismo que no dependen de enfermedades susceptibles de
    prevenirse, ni de otros accidentes
    manifiestos, que por último aumentan la probabilidad de
    la muerte del
    individuo al avanzar la edad."

    Según el profesor
    Fransesco Mario Antonini: "Desde el punto de vista
    biológico, el envejecimiento empieza al nacer"
    (1972).

    La Organización Mundial de la Salud interpreta la
    vejez como: "El período de la vida en que el menoscabo de
    las funciones
    mentales y físicas se acentúa cada vez más
    en comparación con épocas anteriores de la
    existencia." (1972)

    Marc Fried (1988): "la vejez carece de límites,
    excepto el de la muerte y varía no solamente de un
    individuo a otro, sino de acuerdo con las expectativas sociales y
    culturales, con la posición social y económica de
    la persona."

    "Envejecer es un fenómeno particular e individual
    de cada persona. En condiciones normales, se trata de una
    pérdida o insuficiencia gradual, progresiva e
    irreversible, pero dialécticamente equilibrada que permite
    la adaptación a las actividades fundamentales". (Albert
    Moss, 1988)

    "Envejecer no es estar enfermo. La vejez es un
    período que exige esfuerzos adaptativos especiales sobre
    la base de los cambios que se experimentan tanto dentro como
    alrededor del anciano. En el orden físico: la apariencia,
    el rostro, la tersura de la piel, el
    color y la
    cantidad de los cabellos, la vista, el oído, la
    fuerza
    muscular, la agilidad y la vitalidad decrecen en esta etapa.
    (Valdés, Mier, 1997)

    Según la Organización Mundial de la Salud
    (OMS, 1999): "En nuestro mundo lleno de diversidad y constante
    cambio, el
    envejecimiento es una de las pocas características que nos
    definen y nos unifican a todos. Estamos envejeciendo y esto debe
    celebrarse. Tenga usted 25 ó 65 años, 10 ó
    20, igualmente está envejeciendo".

    "El envejecimiento surge como uno de los temas
    más complejos que enfrenta la ciencia en el siglo xxi. "
    (Birren, 2000)

    "La vejez es una mala costumbre para la que las personas
    activas no tienen tiempo." (André Maurois,
    2001)

    Con razón Ramón y
    Cajal han escrito que lo que debe preocuparnos no son las arrugas
    del rostro sino las del cerebro y
    añade "se habla de envejecer cuando se pierde la
    curiosidad intelectual y cuando junto a la torpeza de las piernas
    se advierte la torpeza de la palabra y del pensamiento".

    El envejecimiento entendido como disminución de
    la capacidad funcional de un organismo, es un proceso que se da
    en forma universal en todos los seres multicelulares: en sus
    células, en sus sistemas y en sus
    funciones orgánicas.

    La vejez no comienza de un día para otro. De
    cualquier modo, es muy difícil establecer con
    precisión a qué edad se envejece porque el tiempo
    biológico no coincide siempre con el cronológico,
    ni con el espiritual. Y es que, en definitiva, es el hombre el
    que forja su propia edad. En todas las épocas han existido
    jóvenes con el corazón
    envejecido y viejos que conservan perenne la juventud del
    alma.

    En nuestra consideración, uno de los autores que
    mayor aporte ha realizado al trabajo con la edad en Latinoamérica es el psicogeriatra argentino
    Leopoldo Salvarezza. Al describir esta etapa de la vida expresa
    que: "La vejez es un tema conflictivo, no solo para el que la
    vive en sí mismo, sino también para aquellos que
    sin ser viejos, aún diariamente la enfrentan desde sus
    roles profesionales de médico, psicólogo, asistente
    social, enfermero, o como hijo, como colega, como socio, como
    vecino, o como un simple participante anónimo de las
    multitudes que circulan por nuestras grandes ciudades.
    (Salvarezza, 1988)

    El envejecimiento es un proceso que ocurre
    inevitablemente, durante el transcurso de la vida, en todos los
    organismos; la época de la existencia denominada vejez
    equivale a la etapa final de ese proceso de
    envejecimiento.

    Al finalizar la revisión de los trabajos
    experimentales sobre la vejez realizados por autores tales como
    Dulcey y Ardila (1976), Finley y Delgado (1981) y Ardila (1986);
    se observa que coinciden en términos generales, en que la
    mayoría de la población tiene actitudes
    negativas hacia la vejez. Dicha percepción desvalorizada o
    ese estereotipo negativo de la vejez se refleja en que tanto
    jóvenes como viejos la consideran, ¾ según las conclusiones a las que
    arribaron Tuckman y Lorge (1952) y Axelrod y Eidorfer (1961)
    entre otros autores¾ como una
    etapa de soledad, de disminución de capacidades
    físicas e intelectuales,
    de salud precaria, de inseguridad
    económica, etc.

    Para otros la llamada tercera edad, es abordada en la
    literatura como
    una fase de involución y no como una auténtica
    etapa del desarrollo
    humano. Se ubica alrededor de los 60 años, asociada al
    evento de la jubilación.

    Coincidimos, tal como sostiene Muchinick (1994), en que
    cuando se habla de vejez se habla de declive, involución,
    regresión, se enfatizan las pérdidas y nunca las
    ganancias. Es de hacer notar que la mayor parte de la
    población desconoce, está mal informada al respecto
    de diversos aspectos de la vejez, tal como el hecho de que una
    persona no pierde su inteligencia o
    lucidez al llegar a una edad avanzada. Es decir, que existe un
    modelo de
    respuesta socialmente determinado frente a la vejez, un prejuicio que
    es necesario modificar, pues siendo la vejez una etapa más
    de la vida tiene derecho al ejercicio pleno de sus capacidades
    para lograr un perfecto equilibrio
    emocional.

    Por otra parte, si bien es cierto que en un sentido
    primario el envejecimiento se refiere a diversos cambios que se
    dan en el transcurso de la vida individual y que implican
    declives estructurales y funcionales, ello no significa que tal
    disminución equivalga forzosamente a alteraciones
    patológicas. Envejecer no equivale a enfermar, ni la vejez
    significa enfermedad. El envejecimiento implica una constante
    dialéctica de ganancias ¾ pérdidas¾ activación durante toda la
    vida.

    En la literatura actual aparecen numerosas
    investigaciones sobre la edad y coincidimos, tal como plantea
    Teresa Orosa, enque éstas aún enmascaran criterios
    que no permiten verla como edad de desarrollo; negando las
    posibilidades que tiene la edad de producir nuevas formaciones
    psicológicas.

    La edad de una persona mayor no proporciona
    necesariamente una indicación acerca de su capacidad
    física o intelectual.

    Es conveniente hablar de envejecimiento como un proceso
    que comienza tempranamente y que a lo largo de la vida adulta se
    combina con procesos de
    maduración y desarrollo. Pero en el envejecimiento no
    sólo tienen lugar ciertos deterioros o pérdidas,
    sino que también se mantienen e incluso se despliegan
    ciertas funciones vitales y psicológicas. Por lo que
    conceptos tales como plasticidad, y el rol activo que los
    individuos juegan, adquieren cada vez más importancia. Sin
    negar la realidad del declive ligado al proceso de
    envejecimiento, se trata de valorar que la vejez puede ser un
    tiempo propicio para el desarrollo.

    El envejecimiento se da de modo diferencial y con
    características individuales. No todos los organismos
    envejecen de la misma manera, ni a la misma velocidad.
    Significa además tomar en cuenta las posibilidades reales
    de utilización del potencial intelectual, emocional y
    creador del hombre, lo cual depende de cada individuo y de las
    condiciones sociales y las circunstancias externas que le
    permiten un desenvolvimiento y desarrollo de sus capacidades en
    cualquier área de vida y a cualquier edad.

    El grupo científico de la Organización
    Mundial de la Salud (OMS, 1972) planteó:

    "… diversas investigaciones prueban que el
    envejecimiento puede manifestarse no sólo
    físicamente, sino también mentalmente en casi
    cualquier época de la vida, las funciones intelectuales,
    por ejemplo, cambian a partir de los 20 años poco
    más o menos. Por otra parte, es sabido que la edad
    cronológica no siempre guarda relación directa con
    la conservación de sus funciones
    psíquicas."

    Es importante insistir en que la población
    anciana no constituye un grupo homogéneo y que sus
    necesidades son muy diversas y no pueden ser incluidas bajo la
    etiqueta generalizadora "necesidades de la tercera
    edad."

    El conocimiento
    acerca de la vejez constituye el paso previo para mejorar
    actitudes hacia la vejez dado que, tal como opinan Dulcey y
    Ardila (1976), los esfuerzos de la medicina para prolongar la
    vida no tendrían sentido por sí solos, si no nos
    esforzamos por mejorar las actitudes hacia esa vida que se
    prolonga.

    El estudio del envejecimiento cerebral y de sus
    características se ha ido convirtiendo en objeto de una
    atención prioritaria en el marco del justificado
    interés actual por la senilidad.

    Los estereotipos suponen que en la vejez se experimenta
    una desaceleración de los procesos intelectuales,
    tendencia al olvido, confusión y, en general, senilidad.
    Mucha gente cree erróneamente que es difícil si no
    imposible, que un anciano adquiera nuevos
    conocimientos.

    Las investigaciones sobre envejecimiento cognoscitivo
    hacen énfasis en la rapidez con que se aprende un material
    nuevo. De acuerdo con Salthouse (1985) una disminución en
    la velocidad del procesamiento relacionada con la edad afecta la
    mayoría de los procesos perceptuales y cognoscitivos, y
    esta lentificación generalizada puede explicar la
    reducción de la inteligencia en la edad avanzada. Como
    reflejo de este legado, en las mediciones tradicionales de las
    ejecuciones cognoscitivas se toma el tiempo y se califica
    según la rapidez con que se terminan las tareas. Cada una
    de las tareas que comprende la subescala de ejecución de
    la tan empleada Escala de Inteligencia Wechsler para adultos
    revisada (WAIS – R) (Wechsler, 1981) incluye la rapidez en
    la ejecución. Aun independientemente de la salud
    física, la rapidez del aprendizaje y los procesos
    cognoscitivos implicados, se muestran pequeñas pero
    confiables disminuciones con la edad.

    En relación con este aspecto, Botwinick (1977)
    aportó una interpretación interesante de los datos derivados
    de la utilización de la batería de Wechsler en
    ancianos. Se refiere al hecho de que las tareas verbales
    requieren de la utilización de la información almacenada previamente (a lo
    largo de la vida) en la memoria y que a
    menudo es utilizada durante la vida diaria. Las pruebas
    manipulativas, en cambio, requieren para su solución de la
    manipulación de materiales
    nuevos, no familiares y más complejos. En definitiva se
    trata de una forma de afirmar que, durante el envejecimiento, "la
    inteligencia cristalizada" ¾
    producto del
    aprendizaje¾ se mantiene
    intacta, mientras que se produce un deterioro de la "inteligencia
    fluida."

    Las perspectivas actuales, en el ámbito de
    investigaciones de la inteligencia, tienden a rechazar los
    análisis globalizados de las Escalas del
    WAIS a favor de la interpretación minuciosa de cada
    subtest.

    Reciben también atención áreas de
    funcionamiento cognoscitivo que muestran mejorías a lo
    largo del curso de la vida, tales como las referentes a la
    resolución de problemas
    sociales, encontrándose adultos mayores que hacen
    interpretaciones más complejas de los problemas y tienen
    estrategias más flexibles para manejarlos de modo efectivo
    (Blanchard-Fields, 1994). Los autores aducen que el
    conocimiento adquirido que se basa en el incremento de la
    experiencia (más que en la atención, la memoria o
    la inteligencia) es responsable de la mayor parte de la
    variabilidad que se observa en el funcionamiento
    cotidiano.

    Por otra parte, se plantea que intelectualmente el
    anciano es víctima de trastornos de tipo mnésico,
    sobre todo en los procesos de retención y está
    limitado tanto en el aprendizaje
    como en el poder de
    concentración (Valdés, Mier, 1987); cuestión
    esta que consideramos promueve una mirada involutiva para la edad
    y no considera el desarrollo de potencialidades en el
    envejecimiento.

    El desarrollo correcto de la habilidad lingüística requiere de la perfecta
    correspondencia de al menos cuatro de los aspectos constituyentes
    del lenguaje:
    fonología, léxico, sintaxis y semántica. Durante el envejecimiento todos
    los aspectos fonológicos se hayan bien preservados
    (combinación y utilización de los diferentes
    sonidos del lenguaje).

    La representación léxica de un objeto
    corresponde al nombre convencional que este adquiere dentro de
    una lengua,
    tampoco en el envejecimiento se aprecian dificultades en tales
    representaciones.

    La representación semántica (significado
    de las palabras) no constituye una dificultad en los individuos
    de edad avanzada.

    En cuanto al conocimiento sintáctico, que se
    refiere a la capacidad para combinar las palabras de manera que
    adquieran un significado, numerosos estudios defienden que la
    edad tiene muy pocos efectos sobre los aspectos
    sintácticos del lenguaje y aceptan que las estructuras
    especialmente complicadas para los individuos de edad avanzada lo
    son también para los jóvenes.

    Podemos plantear que el lenguaje no
    solo se encuentra relativamente bien preservado en edades
    avanzadas, sino que incluso algunos aspectos se mejoran a
    través de los años. Es el caso del vocabulario, que
    tiende a enriquecerse y aumentar con la edad, o bien de la
    expresión verbal donde pueden utilizar frases
    sintácticas fonéticamente más elaboradas que
    los jóvenes; y podríamos apoyar estos datos
    recordando que Cervantes
    escribió la segunda parte de El Quijote (la de
    mayor complejidad literaria), después de cumplir los 70
    años. (Buendía, 1994)

    La memoria, como otro elemento integral del aprendizaje,
    es la función
    más ampliamente estudiada en el ámbito del
    envejecimiento normal. La justificación se encuentra, en
    parte, en el hecho de que también constituye la queja
    subjetiva más frecuente en las personas de edad avanzada
    Larrabee Mc. Entee, 1995.

    Una de las quejas más frecuentes en las personas
    de edad es el problema de la memoria. (Larrabee Mc Entee,
    1995)

    En las tareas clásicamente utilizadas para
    estudiar la memoria a corto plazo, diferentes autores han anotado
    que las medidas del volumen de
    memoria y el efecto de recencia, no evidencian diferencias
    ligadas con la edad. (Poon, 1985)

    El efecto del envejecimiento es, sin duda, más
    marcado en el dominio de la
    memoria a largo plazo que en el de la memoria a corto plazo.
    (Salthouse, 1982)

    La tasa de olvido medida en diferentes intervalos, es
    comparable en jóvenes y viejos. (Bayles Kaszniak,
    1987)

    Acerca de la memoria implícita en el
    envejecimiento, tanto las tareas referidas al aprendizaje de
    procedimientos, como las tareas de
    facilitación, señalan una conservación de
    estas habilidades o solo una discreta disminución, ligada
    a una menor eficacia de las
    capacidades de organización de la información. Los
    estudios acerca de la memoria en el envejecimiento resaltan la
    conservación de este proceso. (Mitchell, 1989 y Ska,
    1993)

    En relación con este proceso, José
    Buendía (1994) refiere que el término memoria es
    amplio, y nos define todo el proceso cognitivo que permite al
    individuo almacenar experiencias y percepciones para su recuerdo
    en situaciones posteriores, y si bien es cierto que algunos
    aspectos de la memoria se deterioran con el paso de los
    años, también es verdad que no todos los hacen por
    igual, y que incluso podemos hablar de memorias que
    se encuentran bien preservadas (la memoria para hechos remotos).
    El conocimiento de los límites que constituyen la
    normalidad en el terreno de la memoria es de crucial importancia
    para el establecimiento de un diagnóstico diferencial preciso.

    A pesar de que existen contradicciones en algunos
    estudios relativos a la memoria a corto plazo (inmediata) en la
    tercera edad, la mayoría no han hallado diferencias
    sustanciales entre la capacidad para retener dígitos ni
    palabras. Un estudio clásico sobre la memoria y la
    velocidad del procesamiento de la información confirma que
    lo que se reduce con la edad es la latencia de la respuesta,
    siendo más lentos en la respuesta.

    Por su parte, dentro de la capacidad de retener y
    consolidar la información podemos distinguir la que se
    refiere a hechos remotos (a largo plazo) de la retención
    de información reciente. No existen cambios sustanciales
    relacionados con el envejecimiento que revelen déficits en
    la memoria remota. El déficit real que se presenta
    asociado al envejecimiento radica en la memoria para hechos
    recientes. Tal deterioro parece reducirse cuando se utilizan
    "pistas" que ayudan al recuerdo de la información
    previamente retenida.

    Los diferentes intentos de justificar o explicar las
    alteraciones de la memoria que se presentan en el envejecimiento
    normal, nos llevan a plantear que, en general, no nos hallamos
    ante un problema de memoria en sí misma, sino ante una
    dificultad que se halla en el proceso de codificación de la información y en
    la falta de organización del material. Podría
    decirse incluso que el problema está en la estrategia misma
    que se utiliza ¾ que no se
    utiliza¾ para lograr retener la
    información con la misma eficacia que los
    jóvenes.

    La memoria es un área en la cual los modestos
    déficits relacionados con la edad pueden amplificarse por
    suposiciones. Aunque ciertos aspectos de la memoria muestran
    algún declive en la vejez, éste no es usualmente
    suficiente para perturbar el funcionamiento cotidiano.
    (Buendía, 1994)

    Por otra parte, tomemos en consideración el
    término de la atención, que nos sirve para
    describir el proceso mental a través del cual los
    individuos evitan la distracción que pueden provocar los
    estímulos irrelevantes en una situación concreta,
    mientras se centran en aquello que es conductualmente importante.
    Se trata de un proceso complejo que incluye vigilancia,
    concentración, focalización y
    exploración.

    Los individuos de edad avanzada no sufren modificaciones
    en el procesamiento automático (se producen sin conciencia, sin
    intención y sin interferir en otros procesos en marcha).
    En cambio, el envejecimiento altera (de manera no muy
    significativa) los procesos que requieren atención
    voluntaria (conscientes, controlados y que requieren
    esfuerzo).

    En la medida en que las investigaciones sobre el
    envejecimiento cognoscitivo tiendan a centrarse en supuestas
    deficiencias y en ignorar las fortalezas, la información
    será deficiente.

    Hay que destacar que, con los años, con el
    envejecimiento, no se dan solamente deterioros, sino que se
    mantienen e incluso se despliegan ciertas funciones vitales y
    psicológicas. (Buendía. 1994)

    No se puede seguir afirmando que la vejez es
    sinónimo de declive intelectual y cognitivo. Es indudable
    que hay ciertas pérdidas: la tendencia del sistema cognitivo
    anciano a sobrecargarse con cierta rapidez ante la
    información nueva, la lentitud del procesamiento asociado
    al incremento en edad, son indicadores de
    que la memoria y la capacidad intelectual constituyen necesidades
    en esta etapa de la vida. Pero también hay que valorar
    como cierto, que un aprendizaje extra puede compensarlas y que
    las habilidades que vamos adquiriendo a lo largo de la vida no
    son inmutables. Los aprendizajes tempranos pueden ser
    modificados, e incluso, sustituidos por aprendizajes
    posteriores.

    El aprendizaje se ha considerado como un elemento
    esencial en el desarrollo humano, para la adquisición de
    nuevas formas de comportamiento
    y actuación y es de interés educativo,
    clínico y social. El Dr. Luis Felipe Herrera plantea que
    incluso debe verse vinculado con el potencial salutogénico
    del individuo, es decir con el potencial para movilizar sus
    fuerzas en aras de lograr la salud.

    Desde el punto de vista social las investigaciones sobre
    el aprendizaje se han considerado valiosas para comprender
    cambios de actitudes en las personas y cuestiones relacionadas
    con la regulación de la conducta humana,
    la aceptación, el rechazo, las preferencias,
    etc.

    Sthefen B. Klein, profesor de la Universidad de
    Mississippi (1995) planteó: "el aprendizaje es un cambio
    relativamente permanente de la conducta debido a la experiencia
    que no puede explicarse por un estado transitorio del organismo,
    por la maduración o por tendencias de respuestas
    innatas."

    Jospeh Novak y B. Gowin (1988) consideran al aprendizaje
    como "el proceso mediante el cual un sujeto adquiere destrezas o
    habilidades, incorpora contenidos informativos, conocimientos y
    adopta nuevas estrategias de conocimiento y de acción".

    El profesor Dale H. Schunk, de la Universidad de Purdue,
    en Estados
    Unidos, ha planteado recientemente que el acto de aprender
    requiere considerar nuevas acciones, la
    modificación de las acciones existentes y el propio
    carácter inferencial del aprender.

    Schunk define el aprendizaje como el cambio perdurable
    en la conducta o en la capacidad de conducirse de una manera
    dada, como resultado de la práctica o de otras formas de
    experiencia. En este sentido aprender significa la
    adquisición de conocimientos, habilidades, estrategias,
    creencias, actitudes y conductas.

    Por aprendizaje se entiende el proceso de construcción, formación, desarrollo
    y consolidación de conocimientos, nexos afectivos,
    valores,
    ideales y normas sociales.
    (L.F. Herrera, 2001)

    El aprendizaje para ser eficiente debe ser activo,
    personalizado. No interesa que el educando aprenda más,
    sino que aprenda a seleccionar, a atender y reflexionar sobre la
    información, para luego actuar en direccionalidad motivada
    y definida. La personalización del aprendizaje asegura que
    el alumno aprenda el mundo de manera personal y no
    impuesta, el mejoramiento del clima afectivo
    permite el aprendizaje por experiencia directa.

    Hoy se reconoce el valor del aprendizaje
    significativo, lo que supone la posibilidad de atribuir
    significados a lo que se debe aprender a partir de lo que ya se
    conoce. (Coll, 1991) Por lo que en el proceso de aprendizaje debe
    tomarse en cuenta que:

    – El aprendizaje es más eficaz cuando es una
    respuesta a una necesidad que siente el que aprende.

    – La participación activa por parte del que
    aprende es indispensable para que exista
    aprendizaje.

    – El aprendizaje se facilita cuando se encuentra
    significado a lo que se aprende.

    En la obra de Vigostky se encuentran ideas relacionadas
    con las concepciones de aprendizaje. Para él, el
    aprendizaje es una actividad social, y no solo un proceso de
    realización individual, una actividad de producción y reproducción del conocimiento mediante la
    cual el sujeto asimila los modos sociales de actividad y de
    interacción, los fundamentos del conocimiento
    científico, bajo condiciones de orientación e
    interacción social.

    Esta concepción de aprendizaje pone en el centro
    de atención al sujeto activo, consciente, orientado hacia
    un objetivo, su
    interacción con otros sujetos, sus acciones con el objeto,
    con la utilización de diversos medios en
    condiciones sociohistóricas determinadas.

    Vigostky le asigna una importancia medular a la
    revelación de las relaciones existentes entre el
    desarrollo y el aprendizaje, por la repercusión que este
    problema tiene en el diagnóstico de capacidades
    intelectuales. Para él lo que las personas pueden hacer
    con la ayuda de otros puede ser en cierto sentido más
    indicativo de su desarrollo mental que lo que pueden hacer por
    sí solas. Resulta imprescindible revelar las capacidades
    reales del sujeto y sus posibilidades para aprender con ayuda de
    los demás. La diferencia entre estos dos niveles es lo que
    denomina zona de desarrollo próximo, que define como la
    distancia entre el nivel real de desarrollo determinado por la
    capacidad de resolver un problema y el nivel de desarrollo
    potencial, determinado a través de la resolución de
    un problema bajo la guía de un adulto o en
    colaboración con otro compañero más
    capaz.

    Aún cuando la tercera edad no fue objeto de
    estudio de la teoría
    de L. S. Vigotsky, los
    postulados desarrollados resultan esclarecedores a la hora de
    abordar la atención a esta edad, pues lo que no se puede
    es dudar de que el adulto mayor posee potencialidades que se
    expresan y desarrollan en su interacción con otros
    adultos.

    La concepción histórico-cultural
    desarrollada por Vigotsky nos permite tener una visión
    acertada del adulto mayor y de cómo organizar el proceso
    de enseñanza-aprendizaje para estas
    personas.

    La utilización conceptual vigostkiana nos ha
    permitido diferenciar y enjuiciar otras posiciones de la
    Psicología de la vejez en la actualidad. Nos ha permitido,
    además, valorar esta etapa de la vida como desarrolladora
    con necesidades individuales y posibilidades de nuevas
    formaciones psicológicas que permiten su
    potenciación como individuo en la última etapa de
    la vida.

    "La concepción histórico-cultural del
    desarrollo psíquico, se constituye en nuestros días
    en la construcción más acertada e integradora de la
    explicación acerca de la estructura, contenido y
    génesis de la psiquis humana." (G. Arias, 1998)

    Particularmente desde los años 1990 se ha
    constituido en punto de referencia mundial el concepto de
    aprendizaje durante toda la vida como objetivo global de la
    educación, por cierto muy relacionado y útil para
    el logro de metas como las implicadas en el envejecimiento
    exitoso, el bienestar subjetivo y la planeación
    efectiva de la vida.

    "El aprendizaje durante toda la vida, es el referido al
    desarrollo
    social, cultural y económico de personas y grupos
    mediante la educación y el aprendizaje a lo largo de sus
    vidas." (Taylor,
    2001)

    En este sentido, el aprendizaje durante toda la vida
    coincide con la llamada "educación vitalicia" según
    el escritor mexicano Carlos Fuentes
    (1999), la cual trasciende las etapas exclusivas o concluyentes
    de la enseñanza tradicional. La educación vitalicia
    diversifica los currículos escolares, los hace accesibles
    a la comunidad, extiende el concepto de educación a
    sociedades que aprenden a seguir aprendiendo, a fin de enfrentar
    nuevos y absolutamente inesperados desafíos. Destaca como
    responsabilidades fundamentales: la educación vitalicia de
    los adultos mayores.

    Los enfoques que abordan la tercera edad como etapa
    evolutiva y de desarrollo no trascienden los marcos de la
    Psicología, la Sociología y las Ciencias de la
    Salud, prestándose muy poca atención a este tema en
    las Ciencias de la
    Educación. En este sentido, el aprendizaje del adulto
    mayor ha sido una arista casi vedada y que, por supuesto, hasta
    hace algunos años no tenía cabida en los enfoques
    de la Psicología y la Pedagogía. De hecho, los hombres y mujeres
    de la tercera edad constituyen uno de los colectivos que apenas
    tienen presencia en los contenidos culturales que son objeto de
    atención en las instituciones
    escolares.

    En nuestro país se han dado pasos de avance al
    respecto y son múltiples los programas y servicios que
    incluyen la atención a la tercera edad: círculos de
    abuelos, casas del abuelo, gabinetes y salas hospitalarias del
    adulto mayor, la Universidad del adulto mayor, entre
    otras.

    La Universidad del adulto mayor, como interesante
    iniciativa, surgió a finales de 1999 por el Movimiento de
    Jubilados y Pensionados de la CTC, tomando en cuenta algunas
    experiencias que funcionaban en Ciudad de La Habana y Santiago de
    Cuba, en la
    impartición de temas gerontológicos a los adultos
    mayores, se formó una comisión de trabajo para la
    instrumentación, perfeccionamiento y
    ampliación de todas estas ideas, solicitándose a la
    Universidad de La Habana y a la Asociación de Pedagogos de
    Cuba su contribución. Así surgió la primera
    cátedra universitaria del adulto mayor, en la Facultad de
    Psicología de Ciudad de La Habana, con un claustro de
    profesores en su mayoría jubilados con una alta
    calificación.

    En una de las sesiones del 1er Encuentro Internacional
    de Universidades del Adulto Mayor, realizado en mayo de 2002 en
    La Habana, el secretario general de la CTC, compañero
    Pedro Ross Leal, planteó las ideas de generalizar estos
    cursos, creándolos en todos los municipios del
    país, como una modesta contribución al programa para
    lograr una cultura general integral de nuestra
    población.

    Actualmente hay constituidas en nuestro país 125
    cátedras del adulto mayor. Los cursos se desarrollan sobre
    la base de conferencias, ponencias y debates con temas de salud,
    estilo de
    vida, alimentación, psicología, culturales y
    jurídicos, entre otros; creándose el marco propicio
    para la búsqueda de alternativas emergentes al currículo que surjan de los procesos de
    investigación acción educativa, mezclándose
    alumnos y profesores en los procesos de
    reflexión.

    En este sentido, son valiosas las investigaciones y
    aportes que ha realizado la Asociación de Pedagogos de
    Cuba y los estudios realizados por las Dras. Lidia Turner y
    Antonia Díaz.

    Actualmente con la creación de la Universidad
    para el adulto mayor, hemos apreciado el auge de las corrientes
    innovadoras de la Pedagogía del adulto, basadas en la
    participación y cuyo principal exponente es el pedagogo
    brasileño Paulo Freire,
    quien desde el mismo inicio de su producción
    pedagógica aporta un nuevo método que
    estimula la creatividad,
    la búsqueda, el cuestionamiento, propicia la acción
    participativa–transformadora por parte de los educandos, de
    los sectores oficiales opresores, para que la educación
    llegue a los barrios pobres, a obreros, campesinos, miembros de
    partidos
    políticos, sectores religiosos, o sea, una
    educación popular. En la Pedagogía de Freire las
    experiencias de educación parten del conocimiento de la
    realidad, de su análisis e interpretación para
    posibilitar la toma de una actitud crítica
    y de compromiso con la modificación del mismo, como
    tendencia que promueve la socialización para el cambio y no la simple
    adaptación.

    Esta pedagogía liderada por Freire ha promovido
    innovaciones curriculares cuyos principios se
    sustentan en una renovación pedagógica desde la
    óptica
    misma del desarrollo curricular.

    Algunos teóricos como Luis Serra apuntan que la
    educación popular es un proceso permanente y organizado
    que incluye:

    – La investigación participativa de la
    realidad.

    – La recuperación de la memoria
    colectiva.

    – La planificación de las acciones educativas y
    de cambio social.

    – La ejecución y desarrollo de planes de
    acción.

    – La elevación y sistematización de los
    resultados.

    – La multiplicación de experiencias y
    capacidades.

    La educación popular tiene una finalidad
    transformadora de la realidad. Se ha sistematizado su
    práctica sobre la base de los aspectos siguientes: el
    educador adopta formas participativas y la dialogicidad debe
    lograr el diagnóstico de la realidad vivida por el grupo y
    su interacción con esa realidad; realizar un
    análisis de las acciones organizadas por el grupo para
    modificar el medio y su propia actuación, y por
    último: el descubrimiento colectivo de la intención
    o modificación que se está realizando. O sea, se
    enseña a pensar y estimula una acción
    transformadora, basada en el diálogo,
    la utilización de palabras y temas "generadores", etc.,
    que adoptan significado en cada barriada o comunidad de
    base.

    Todos aprenden y enseñan recíprocamente en
    un proceso colectivo de diálogo fraternal. Las relaciones
    entre el educador y el educando conciben al maestro como un
    guía, un coordinador que motiva la participación al
    debate, la
    reflexión y, por ende, la profundización del saber
    popular. ¿Cómo? A través del tema de
    estudio, que conserva su esencia generadora, como
    problematización que reta la capacidad analítica de
    los participantes y no la transmisión de un saber
    "elaborado" por otros "que saben". En otro sentido, este
    método estimula, además de la creatividad, la buena
    capacidad de comunicación colectiva, que se logra con el
    buen uso del lenguaje y las formas de expresión de la
    cultura popular, siendo requisito indispensable para desarrollar
    una labor educativa profunda, crítica, así como
    para que se extienda dicha práctica a sectores más
    amplios del pueblo.

    Los contenidos se determinan a partir de la convergencia
    de los intereses más particulares de los educandos, pero
    teniendo en cuenta los intereses más generales. Se trata
    de contenidos sistemáticos, científicos, que se
    deben ver y construir siempre relacionados, los de
    carácter cultural con los de carácter
    técnico-profesional, con los de carácter
    ideológico.

    La creación de los materiales educativos (con
    carácter instrumental) es un momento importante en la
    práctica de la educación popular. La
    creación de materiales con la participación de los
    sectores populares permite un encuentro entre el conocimiento
    científico-teórico y el conocimiento popular, esto
    ha favorecido la intercomunicación entre las experiencias
    de la educación popular en América
    Latina, y transitar hacia experiencias más amplias con
    cierto nivel de masividad. Estos materiales deben partir de la
    propia cultura de los grupos que los utilizan y deben adecuarse a
    los códigos gráficos, lingüísticos y modo
    de expresión de los participantes, motivando de esta
    manera el análisis, la discusión y el
    debate.

    En los últimos años con la creación
    de las universidades para el adulto mayor, como una vía
    para el paso de una actividad productiva a una forma de actividad
    creativa socialmente reconocida, queda claro que esta
    pedagogía innovadora está llamada a jugar un papel
    esencial en el proceso de aprendizaje en el adulto mayor,
    encaminado a propiciar el desarrollo de una cultura del
    envejecimiento desde la óptica de aprender a
    desempeñarse en un mundo cambiante y de demostrar lo que
    socialmente puede aportar este grupo etáreo.

    La identificación de las necesidades de
    aprendizaje es un elemento a tomar en cuenta en el proceso de
    enseñanza, ya que la percepción de las necesidades
    del aprendizaje que tiene un individuo a veces difiere de los
    puntos de vista educacionales. Se necesita dar al adulto mayor la
    oportunidad de formular y expresar sus necesidades.

    Teniendo en cuenta la revisión
    bibliográfica realizada, se consideran indicadores
    semánticos las categorías siguientes:

    – Adulto mayor: individuo que pertenece a la llamada
    tercera edad, a partir de los sesenta años de edad
    –¾ etapa
    post-jubilación¾ y que
    comúnmente se le identifica como adulto mayor o
    anciano.

    – Envejecimiento poblacional: se expresa en la
    proporción de la población de edad avanzada en
    relación con la población total. Por tanto, no es
    solo el número de ancianos lo que lo define, sino la
    proporción de los mismos en la estructura
    poblacional.

    – Educación Popular: proceso que propicia que
    el participante se convierta en sujeto de su propia
    educación (autoeducación). Parte del hecho de que
    el conocimiento científico debe ser llevado a las
    "masas" y que el pueblo "debe ser educado." El papel del
    educador es proponer las herramientas
    teóricas y técnicas que faciliten el proceso de
    reproducción del saber popular para sistematizarlo e
    incorporarlo, conscientemente, en las acciones educativas,
    fusionándolo con el conocimiento
    científico-tecnológico sistematizado.

    – Aprendizaje: proceso mediante el cual el individuo
    adquiere conocimientos, habilidades, actitudes, valores, etc., a
    partir de su contacto con la realidad, su medio ambiente
    y otras personas.

    Metodología

    En los momentos actuales el problema de la
    investigación científica se mueve entre dos
    enfoques o paradigmas, el
    cuantitativo y el cualitativo. Algunos autores consideran la
    investigación acción como una conciliación,
    triangulación o convergencia de paradigmas, es decir
    aprovechar todo lo positivo de cada uno de ellos, y este criterio
    se pone de manifiesto en nuestro trabajo, pues se utiliza la
    cuantificación en algunos momentos, pero el enfoque
    cualitativo salva la pretensión de cuantificar toda
    realidad humana, por lo que tenemos en cuenta una
    concepción múltiple de la realidad, hay
    interpretaciones y transformaciones de la misma. Además,
    se sigue el enfoque dialéctico que pone de manifiesto la
    relación dinámica entre lo cualitativo y
    cuantitativo.

    La presente investigación de tipo
    descriptivo–analítica, se realizó en el
    municipio de Sagua la Grande, en el período comprendido
    entre enero de 2001 a diciembre de 2002. Se trabajó con
    una muestra de 31 adultos mayores vinculados a la Universidad del
    adulto mayor, todos jubilados y sin vínculo laboral, con
    diversidad de nivel cultural, capacidades y
    características individuales.

    Los criterios de selección
    estuvieron enmarcados en:

    – Que estuvieran vinculados a la Universidad del
    adulto mayor.

    – Que fueran mayores de 55 años.

    – Que fueran jubilados.

    – Que consintieran en colaborar en la
    investigación.

    Instrumentos utilizados en la recogida de
    información:

    Observación participativa en las
    actividades de los diferentes módulos de la
    Universidad del adulto mayor.

    – Técnica de los refranes.

    – Encuesta.

    – 10 palabras de A.R.Luria.

    Seguidamente aparecen las descripciones del conjunto de
    técnicas que se estructuraron para esta
    investigación.

    Encuesta:

    La encuesta como método de investigación
    es una técnica de gran valor, que permite obtener
    información, puntos de vista, criterios, preocupaciones, a
    través de un conjunto de preguntas que pueden ser cerradas
    o abiertas, y que nos conducen a la medición de opiniones sociales.

    El objetivo fue buscar información sobre las
    principales preocupaciones que tienen los adultos mayores en
    torno a su aprendizaje.

    Su finalidad es informar la opinión que tienen
    los sujetos sobre su aprendizaje, principales potencialidades y
    dificultades, elementos que interfieren en su aprendizaje,
    expectativas de aprendizaje, etc.

    Memoria de las 10
    palabras de A. R. Luria:

    Esta técnica fue propuesta por Luria. Los
    presupuestos
    teóricos que sustentan esta prueba indican el
    carácter activo de la memoria. Tiene como objetivo la
    investigación de la memoria: recuerdo inmediato y
    mediato.

    Esta incluye una lista de 10 palabras sencillas y
    conocidas que el sujeto debe grabar y reproducir (pan, ventana,
    hermano, agua, miel,
    caballo, fuerza, bosque, fuego, silla). Instrucciones: "Ahora te
    voy a leer una lista de palabras de las cuales vas a tratar de
    recordar el mayor número que te sea posible, atiende bien
    para que luego puedas decírmelas".

    Técnica de
    los refranes:

    Esta metódica investiga la actividad
    sintética de los sujetos y analiza la habilidad para
    generalizar. Constituyen aquel género del
    folklore, en
    el cual la generalización, un juicio general, se transmite
    a través de la significación de algún hecho
    particular aislado de una situación concreta. El sentido
    verdadero de un refrán se torna entonces sólo
    comprensible cuando la persona se abstrae de aquellos hechos
    concretos acerca de los cuales se habla en el refrán,
    cuando los mismos hechos adquieren carácter de
    generalización. Solo ante esta condición se realiza
    la transferencia del contenido del refrán a otras
    situaciones. Esta transferencia es análoga por sus
    mecanismos a la transferencia del modo de solución de una
    tarea a otra.

    Observación
    participativa:

    Como método de investigación permite
    percibir de forma planificada y sistemática la actividad
    de los sujetos en condiciones naturales de desarrollo para lograr
    dar una explicación lógica
    de su evolución, por tanto la información
    que nos brinda tiene un carácter objetivo. Para realizarla
    se confecciona un registro de
    observación tomando en cuenta los elementos en que se
    precisa profundizar. Consiste en el registro sistemático,
    válido y confiable de comportamiento o conducta
    manifiesta. Supone, además, la interacción social
    entre el investigador y los grupos
    sociales donde el objetivo es recoger datos, de modo
    sistemático, a través del contacto directo y en
    situaciones específicas.

    Primeramente se seleccionó la muestra partiendo
    de la matrícula de adultos mayores incorporados a la
    Universidad del Adulto Mayor. Inicialmente se solicitó el
    consentimiento a cada participante (ver anexo 5) y comenzamos con
    las sesiones de trabajo.

    En la primera sesión de trabajo se aplicó
    una encuesta grupal que duró un tiempo aproximado de 25
    minutos.

    En la segunda y tercera sesiones de trabajo se aplicaron
    las técnicas de los Refranes y la Memoria de las diez
    palabras donde se trabajó en adecuadas condiciones
    ambientales de iluminación, ventilación y
    silencio.

    Por último se emplearon una cuarta y quinta
    sesiones de trabajo para llevar a cabo observaciones
    participativas del grupo.

    Al finalizar estas sesiones de trabajo se hizo un
    análisis de los datos recogidos.

    De acuerdo con la estrategia metodológica que nos
    propusimos, el análisis de los resultados se
    realizó de forma cualitativa, integrando los resultados
    arrojados por los sujetos y los diferentes métodos y
    técnicas empleadas, y desde el punto de vista cuantitativo
    se procedió a utilizar el cálculo
    porcentual.

    El número de personas estudiadas fue de 31, de
    ellos el 19.3 % se hallaba en el grupo de edad de 55-60
    años; el 51.6 % de 61-65 años; el 19.3 % de 66-70
    años; el 3.2 % de 71-75 años y el 6.4 % de 76-80
    años.

    Gráfico 1

    La escolaridad de la muestra fue la siguiente: al 35,4 %
    con nivel medio, 45,1 % con nivel medio superior y el 19,3 % con
    nivel superior.

    Grafico 2

    El 74,2 % de ellos pertenecía al sexo femenino
    y el 25,8 % al sexo masculino. Aquí hacemos referencia a
    los trabajos de Orosa Fraíz "La tercera edad y la familia,"
    donde el análisis de género se caracteriza por la
    desproporción hacia las mujeres que constituyen la
    mayoría inscrita en la Universidad del Adulto
    Mayor.

    Gráfico 3

     

    Partes: 1, 2

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