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La Argentina después de la renovación presidencial




Enviado por Julio Gambina



     

    Análisis de
    Coyuntura

     

     

    Introducción.*
    **

    A continuación destacamos algunas ideas acerca de
    la situación actual en la Argentina. No se trata
    sólo de analizar el escenario a partir del domingo 25 de
    Mayo, cuando asume el nuevo Presidente, Néstor Kirchner,
    sino también, poder analizar
    el momento histórico por el que estamos atravesando en
    nuestro país. Se trata de instalar en el Centro de
    Estudios de la FJA una serie de ideas que puedan contribuir al
    debate entre
    los trabajadores. Primero, para que le sirva a la
    Federación y sus gremios de base; y en segundo
    término, para tratar de interpretar mejor la realidad y
    todo lo que se viene.

    Para eso es importante retomar el escenario del tema de
    la crisis. Ese
    momento de crisis que se hizo visible en diciembre del 2001 y que
    más allá de cualquier consideración,
    aún subsiste. Sostenemos que se mantiene la
    situación de crisis integral, es decir, económica,
    política,
    social y cultural. Ese es el primer tema a considerar, recordando
    que la crisis no empezó en el 2001, ni termina ahora con
    la asunción del gobierno. La
    crisis había empezado con la recesión del
    año ´98, y que se va a prolongar hasta el primer
    trimestre del año 2003. La expansión del PBI
    muestra la
    siguiente situación

    1998

    1999

    2000

    2001

    2002

    3,9

    -3,4

    -0,8

    -4,4

    -10,9

     

    Recién con los datos de la
    evolución de Economía del primer
    trimestre del 2003, estimada en una expansión del 5%, se
    completa un año entero en que se detiene el deterioro del
    PBI y por ello, se considera que después de cinco
    años la Argentina estaría en condiciones de empezar
    a retomar un ciclo de crecimiento. La economía siempre
    tiene una evolución de este tipo: de ondas de
    crecimiento, de auge, de depresión
    y crisis.

    La última crisis manifestada como una larga
    recesión ha sido tan prolongada y profunda, que ha durado
    cinco años. Recién a fines de marzo del 2003,
    tenemos un año completo, desde abril del 2002 a marzo del
    2003, en que la economía
    argentina ha manifestado un crecimiento leve, pero atención, eso no implica mejores
    condiciones de vida para todos. Es un crecimiento de la
    economía que no ha significado mejoras en el empleo ni en
    el ingreso de la mayoría de la población. Que haya crecimiento de la
    economía, no quiere decir que les vaya mejor a los
    trabajadores, ni a los pequeños productores, ni a los
    pequeños y medianos empresarios. O sea, los datos en alza
    de la economía no necesariamente implican
    recomposición de la calidad de
    vida de los sectores populares.

    Pero es un dato que tenemos que tomarlo en cuenta para
    ubicar que ese fenómeno recesivo podría haberse
    terminado, y por lo tanto la economía argentina
    podría empezar a transitar una etapa dentro de esos ciclos
    ondulatorios que tiene recurrentemente la economía
    argentina y mundial en un momento de despegue. Ésa es la
    expectativa que tiene el gobierno que asume el próximo
    domingo 25 de mayo, y ésa es la expectativa que tiene
    buena parte de la sociedad
    argentina. De que se recompongan algunos números de la
    economía, para que desde esa recomposición puedan
    pensarse algunas alternativas.

    Insisto, para nosotros el tema es válido, porque
    no es lo mismo que haya algunos mecanismos de
    recomposición para pensar, por ejemplo, en aumentos
    salariales u otras reivindicaciones que plantean los
    trabajadores, tanto los desempleados como los empleados, los
    jubilados, sobre todo en un horizonte de discusión de la
    reforma previsional en la Argentina. No es lo mismo estar en
    pleno proceso de
    recesión de la economía que estar en un momento de
    recuperación. Pero no es fatal que haya soluciones
    para los trabajadores.

    Los datos a que aludimos son proporcionados por estadísticas del Ministerio de
    Economía y aluden a la evolución de la
    ecuación macroeconómica, y que proporciona la
    contabilidad
    nacional, las cuentas
    nacionales de la economía. Son básicamente tres
    conceptos. Uno es el consumo
    privado o público; otro es la inversión; y otro es el saldo del comercio exterior
    (PBI: Consumo + Inversión + Saldo Balanza de
    Pagos). Sabemos que el Consumo no ha tenido una gran
    expansión, más bien se ha contraído, tal
    como puede verificarse en el creciente nivel de la pobreza. Hasta
    lo podemos intuir. No hace falta que nos muestren números
    para darnos cuenta. Por otra parte, no pareciera que en la
    Argentina hay un fuerte proceso de radicación de inversiones y
    mucho menos de inversión pública. No se ve eso. A
    lo sumo hay cambios de firmas. Para que me entiendan: la compra
    de Pérez Compac por Petrobras, o la compra de la cervecera
    Quilmes por parte de Brahma son cambios de firma. No constituyen
    nuevas inversiones que generen un proceso de ampliación
    del capital.

    Por lo tanto, el crecimiento viene por el tercer rubro
    que es el comercio
    exterior, y no tanto por crecimiento de las exportaciones,
    las que se mantienen estables aún con la devaluación, sino porque se han desplomado
    las importaciones con
    el paso de un dólar uno a uno a un dólar
    uno a tres. Los bienes de
    importación que antes estaban en cualquier
    supermercado ya no están más, y por ende eso genera
    un saldo comercial favorable para la Argentina. Por eso hay una
    gran oferta de
    dólares, que es lo que el Banco Central
    cotidianamente sale a comprar para sostener este nivel alto de
    cotización del dólar.

    Entonces, en ese comercio exterior se basa una
    expansión de las cuentas nacionales. Por eso es que no hay
    traslado a la mayoría de la sociedad, ya que es beneficio
    casi en exclusividad del selecto y concentrado grupo de los
    exportadores. Pero desde el punto de vista de los números,
    los números dicen: "sí, estamos saliendo de esta
    etapa de caída". ¡Ojalá fuera así! Lo
    que la Argentina está haciendo es un pequeño giro
    que abre una posibilidad para que se generen condiciones hacia la
    reactivación. Por eso, nosotros tenemos que pensar que
    nuestras demandas, nuestras reivindicaciones o nuestro objetivo de
    lucha tienen que empujar ese giro hacia la reactivación
    para que, si se da una perspectiva de auge económico, ese
    auge económico se distribuya socialmente.

    Y no vale la excusa que nos decían antes: "Bueno,
    no se puede distribuir lo que no hay". Siempre ha sido mentira,
    porque en otras épocas de auge tampoco se ha distribuido.
    O sea, distribuir se puede hacer en alza o en baja, pero lo que
    queremos sugerir es que si hay condiciones de mejora de la
    economía, hay más posibilidad para poder pelear por
    determinadas condiciones que estamos reclamando los trabajadores.
    Ése es el mensaje de la primera cuestión que yo
    quería plantear.

     

    Dos dinámicas en la
    CRISIS

    La segunda cuestión que tenemos que estudiar
    nosotros en el análisis de coyuntura es que cuando hay una
    crisis se ponen en discusión dos dinámicas: por un
    lado, la discusión que la crisis genera dentro de las
    clases dominantes, dentro de los capitales que dominan el poder
    económico; por otro, la discusión que la crisis
    genera de nuestro lado, en nosotros, los sectores
    populares.

    O sea, para pensar la coyuntura hay que pensar que tanto
    en baja como en alza de la economía, el sector del poder
    económico ve en cada momento la oportunidad de hacer sus
    negocios. Pero
    al mismo tiempo
    también son los sectores populares los que intervienen en
    la crisis, primero, en un sentido defensivo -no estar peor de lo
    que están los sectores populares en cada momento
    histórico- y en segundo lugar para ver cómo
    consiguen la mejor posición relativa en el escenario que
    se avecina.

    ¿Y por qué es interesante ver esto? Porque
    yo quiero que ustedes ubiquen que la crisis del 2001 empieza en
    el ´97/´98. Por un lado, recién
    mencioné la recesión: el ciclo de los negocios
    empezó a estar en baja. Es decir, los capitales dominantes
    deterioraron su fuente de ingreso. Había una
    economía que se achicaba, que se deterioraba, que se
    disminuía. Pero al mismo tiempo en Neuquén, Cutral
    Co, Plaza Huincul, empezó un proceso de resistencia que
    se generalizó hasta la gran explosión de diciembre
    del 2001. Es decir, procesos
    múltiples, diversos, que reconocen reivindicaciones
    distintas, pero que tienen el epicentro en la
    reivindicación de los trabajadores desocupados, de la
    solidaridad de
    los trabajadores y un proceso extendido de movilización
    popular.

    La crisis es una crisis integral, única, pero que
    en su seno contiene diversa conflictividad social, debido a
    fenómenos que se dan en los sectores dominantes, en el
    poder económico. Y eso se expresó durante el
    ´98 hasta el 2001 como una polémica entre ellos. Lo
    que había que hacer era profundizar la convertibilidad
    dolarización-. Ése era el planteo de
    Menem durante
    todo ese período histórico. Menem abandonó
    el proyecto
    dolarización sólo en la última etapa de la
    campaña electoral, porque ya veía que no le daba
    rédito. Un sector de las clases dominantes argentinas, los
    bancos y las
    empresas
    privatizadas, planteaba fuertemente el escenario de
    dolarización de la economía argentina. Ustedes
    vieron que las privatizadas hasta ahora venían defendiendo
    esta situación, porque ellos dicen que han perdido
    ingresos
    porque antes tenían dolarizados sus ingresos –cada
    peso que cobraban era un dólar-; en cambio, desde
    el año pasado hasta ahora cada peso que cobran al valor de ahora
    es de 33 centavos de dólar. Entonces han deteriorado esos
    ingresos porque tenían dolarizada su
    facturación.

    Una parte del poder económico quería
    dolarización; pero otra parte quería
    devaluación. Eso es, básicamente, los sectores
    enrolados en la Unión Industrial Argentina. En particular,
    los fabricantes de la Argentina, que no en vano pusieron en el
    Gabinete de Duhalde al presidente de la Unión Industrial
    como ministro de la producción, quien fue además el
    impulsor de la pesificación asimétrica, mecanismo
    mediante el cual se pesificaron uno a uno los créditos, con lo cual los grandes deudores
    canjearon su deuda a los bancos en dólares, a pesos; y a
    medida que corrían los meses iban licuando su deuda.
    Mientras que se pesificaron a 1,40 los depósitos –y
    bueno, más allá del corralito y del
    corralón, que ya no hay-, el conjunto de la
    sociedad argentina le pagó al señor y a la
    señora que tenían depósitos
    acorralados una diferencia que son estos bonos que se les
    han entregado a los ahorristas, que corren por cuenta del
    Estado
    Argentino.

    La sociedad subsidió los depósitos,
    subsidió a los bancos por la diferencia y subsidió
    a los deudores bancarios. Una maniobra resuelta desde el poder
    político del Estado, cuyo ministro de producción,
    luego de haber ejecutado esas propuestas renunció. Digo
    esto para que quede claro lo que son a veces en los gobiernos los
    trabajos sucios y luego los trabajos de estabilización. Es
    el mismo período en que Remes Lenicov es quien tiene el
    costo de hacer la
    devaluación, y después de la devaluación,
    bueno, hace un enroque con el cargo de Lavagna. Lavagna viene de
    ministro y Remes Lenicov se va al lugar que Lavagna tenía
    en Europa, como
    representante ante la Unión
    Europea, y hecho el trabajo
    sucio, a Lavagna le toca la parte de estabilización de las
    cuentas macroeconómicas, mientras que a Remes Lenicov le
    va a quedar el trabajo sucio.
    Y el ex-presidente de la Unión Industrial va a quedar como
    el que resuelve el tema de la pesificación, que es el gran
    aporte para ese fenómeno de licuación de las deudas
    de las grandes empresas y a cargo del conjunto de la
    sociedad.

    Entonces, lo que hay es un debate muy fuerte en el poder
    económico sobre dolarización y devaluación.
    Los ganadores fueron los que planteaban la devaluación. Y
    desde entonces hasta ahora los perdedores en el bloque de clases
    dominantes han intentado recuperar un lugar en el ciclo de
    negocios. Para que se entienda: si uno de los perdedores, de
    acuerdo a lo que decíamos antes, fueron los bancos y las
    empresas privatizadas, piensen a un año y medio de la
    devaluación qué es lo que ha pasado con estos dos
    sectores.

    Uno: los bancos han recompuesto la situación de
    profundísima crisis en la que estaban desde diciembre del
    2001. Si en diciembre o en enero del 2001 la imagen era de
    ahorristas golpeando las puertas y la gente queriendo que se
    levanten los feriados cambiarios para retirar los dineros
    allí depositados, ¿cuál es la
    situación actual? Es de tendencia a la normalización del sector financiero. Esto
    no quiere decir que el sector financiero tenga los mismos niveles
    de ganancia que entonces, pero hoy el que tiene dinero
    depositado en los bancos no lo retira; y el que tiene algo de
    dinero, progresivamente lo va volcando al banco. Es decir, se
    empieza a restablecer el ciclo de negocios de los bancos. Y los
    bancos han ido resolviendo esta ecuación con subsidio o
    financiamiento
    del conjunto de la sociedad. Si ustedes estudian las cuentas
    provistas por el Ministerio de Economía o por el Banco
    Central, la deuda externa
    argentina creció en el 2002 veintiún mil millones
    de dólares para resolver la crisis financiera. Ése
    es el costo en los bonos entregados a los ahorristas y a los
    bancos para compensar la pérdida de esa crisis.

    ¿Quién pagó, por lo tanto, la
    crisis bancaria? La crisis bancaria, entiéndase como
    crisis en los bancos, pero también crisis en los
    ahorristas; y no estoy hablando de si tienen razón estos
    ahorristas, aquellos ahorristas, estos bancos, aquellos bancos,
    no, simplemente quiero ver que hubo una crisis y que la
    pagó el conjunto de la sociedad. Es decir, se
    socializó el restablecimiento del ciclo de negocios del
    sistema bancario
    por parte del conjunto de la sociedad argentina. Ésa es la
    tarea que le ha tocado al gobierno que se está yendo el 25
    de mayo: restablecer los negocios del sistema
    financiero; y ése es un tema clave, puntual, planteado
    en las negociaciones con el Fondo Monetario
    Internacional. Todavía queda una parte pendiente; y el
    Fondo Monetario Internacional está planteando que el
    gobierno que se va intente en esta semana –queda un solo
    día hábil y si no lo resuelve será el primer
    tema a exigirle a Kirchner- que cierre el tema de
    compensación a los bancos. Es decir, más bonos que
    se descargan sobre el conjunto de la sociedad para resolver el
    ciclo de negocios de los bancos.

    Y las privatizadas, que es el otro sector que
    pedía dolarización y que perdió,
    también tiene bastante resuelto su ciclo de negocios,
    porque en el momento de mayor efecto de la crisis la
    pérdida había sido de uno a uno a casi de
    uno a cuatro. Ustedes piensen que el dólar
    llegó a 3,95 en junio del 2002. Bueno, muy bien, ya no
    está a cuatro el dólar, sino que está cerca
    de los tres pesos, pero incluso más bajo, en torno a 2,80 en
    los últimos días, en el último mes; y por lo
    tanto, las privatizadas mejoraron relativamente el peor momento,
    que era junio del 2002. Han recompuesto rentabilidad
    desde elpeor momento a mediados de 2002. Ustedes se acuerdan que
    presenté un trabajo en la Federación en junio
    pasado que se llamaba "Seis meses en picada", donde
    estábamos hablando de esos seis meses que eran los peores
    seis meses luego de la crisis de diciembre de 2001. Desde
    entonces para acá, las empresas privatizadas han mejorado
    su facturación en relación con la cotización
    de la divisa y tienen pendiente de resolución un tema que
    ha avanzado mucho y que es la cuestión de las
    tarifas.

    Cuando digo que han avanzado mucho, es porque han
    logrado un consenso bastante importante a nivel gubernamental y
    una presión
    del Fondo Monetario para que haya incremento de tarifas de
    servicios
    públicos, como también una de las primeras
    medidas que van a exigir al próximo gobierno. Si uno
    piensa cuál va a ser una de las primeras medidas
    antipopulares que puede llegar a tomar el próximo gobierno
    es precisamente el incremento de las tarifas. El ministro de
    economía –declaraciones que están en los
    diarios- insiste en que su deseo era que él siguiera
    manejando las tarifas –tema que ahora se iría para
    el Ministerio de Infraestructura, de Planificación y de Servicios-,
    pero Lavagna estaba planteando un proyecto de ley para que el
    incremento de tarifas no se vuelva a caer, como se ha
    caído varias veces al ser planteado por decreto. Es decir,
    plantearlo por ley. Pero el tema está fuertemente
    instalado.

    Por lo tanto, desde el punto de vista de las clases
    dominantes hubo un debate:
    dolarización/devaluación. Ganaron los devaluadores,
    pero los perdedores, los dolarizadores, han ido recomponiendo su
    situación en este período de tiempo que se viene
    desarrollando, y obviamente vienen por más, pretendiendo
    que el nuevo gobierno que empieza a partir del día lunes
    resuelva un conjunto de temas pendientes que se vienen. Por eso,
    piensen cuando Ratazzi, el presidente de la Fiat, le dice al
    nuevo presidente: "Esperamos que sea más como Lula que
    como Chávez". ¿Por qué? Porque Chávez
    estaría pasando la primera mitad de su gobierno. Ya
    pasó una primera etapa de su gobierno y ya se le generaron
    condiciones en Venezuela para
    intentar modificar las condiciones de funcionamiento
    económico del país, y por lo tanto empieza a atacar
    aspectos estructurales de la economía de Venezuela. Tema
    uno: el tema del petróleo, por ejemplo. El gran look
    out
    patronal en Venezuela fue contra la empresa
    petrolera. Lula está recién en su primera etapa de
    gobierno, -llamada por ellos "etapa de transición"- no
    quieren tocar deliberadamente nada de los aspectos
    económicos sustanciales. Si leen el diario de hoy, ayer
    Brasil
    ratificó su política ortodoxa en materia
    económica de tasas de
    interés y esto le genera toda una crítica
    de izquierda del PT, de muchos sectores populares, porque sigue
    Brasil sin hacer cambios en su política
    económica y ratificando una política ortodoxa.
    Si le queremos creer a la estrategia del
    gobierno brasileño, el gobierno brasileño nos dice:
    "Esto es una transición hasta que generemos las
    condiciones políticas
    para producir los cambios económicos necesarios". Por eso
    se orientan con declaraciones que los acercan a la región,
    particularmente a la Argentina e insisiten en el combate a la
    pobreza, pero
    las tasas de interés
    suben y caminan en un sentido aceptable para el FMI, el poder
    económico y los acreedores externos de Brasil. Es por eso
    que los grandes empresarios argentinos –el poder
    económico en la Argentina- dice: "Nosotros queremos que
    pase lo que pasa en Brasil y no lo que pasa en
    Venezuela".

    Pero yo hago esta diferenciación para entender
    que el momento político de Venezuela es distinto al
    momento político de Brasil. Lo que no quiere decir para
    nosotros justificar a Brasil ni justificar a Venezuela. Las
    condiciones de Venezuela y de Brasil responden a cuestiones
    internas -e incluso también internacionales- que hay que
    considerarlas. Pero aclaro esto para que no seamos simplistas en
    cualquier análisis de coyuntura.

    (Algunos de los presentes hacen consideraciones sobre el
    impacto de la devaluación en la reactivación o no
    de las economías regionales y las posibilidades de mejora
    del ingreso de los sectores populares)

    Lo cierto es que en esa etapa de crecimiento de Menem
    -que es en la primera parte de la década de gobierno- no
    hubo distribución del ingreso. Es decir, pese al
    gran crecimiento de la economía en la primera presidencia
    de Menem, no hubo distribución del ingreso. La torta no se
    repartió. Por eso decíamos antes que el hecho de
    que la economía crezca es mejor para una demanda de
    reparto, pero no necesariamente con economía en
    crecimiento se reparte. Se reparte en función de
    quien tiene fuerza. Esto
    es lo importante. Hay que ver los fenómenos regionales en
    el marco global, porque así como no se puede pensar la
    Argentina al margen del mundo, tampoco puede pensarse ni Salta,
    ni Misiones, al margen de lo que pasa en general en el
    país. Hay que tener una visión integral de lo que
    acontece.

     

    El marco
    global

    Entonces, respecto a lo que veníamos diciendo,
    quiero incorporar a la realidad otro dato más de este
    ciclo de crisis que viene del ´98, y que es un tema que
    genera muchas expectativas de acuerdo a lo que veníamos
    hablando de Venezuela, Brasil y Argentina y que es el tema del
    MERCOSUR.

    El MERCOSUR empieza en el ´91. En realidad,
    empieza en el ´85 con las negociaciones Argentina-Brasil.
    Pero si uno toma el ciclo ´91 hasta la actualidad, el
    MERCOSUR tiene un crecimiento espectacular hasta el ´98. El
    dato -se los doy brevemente-: en el ´93, el trece por
    ciento del comercio exterior del MERCOSUR era entre los
    países del MERCOSUR. El resto era con otros países
    del mundo. Este trece por ciento se transforma en el ´98 en
    el veinticinco por ciento, y por lo tanto baja al setenta y cinco
    por ciento el comercio de todo el MERCOSUR con el resto del
    mundo.

    En el 2002, la parte que comercia el MERCOSUR baja al
    once por ciento. O sea, baja al piso histórico de cuando
    el MERCOSUR empezó. En el medio sobrevino la
    recesión argentina, empezada en el ´98, la crisis
    del real del ´99 y la crisis argentina del 2001. Por lo
    tanto, pese a estar en el peor momento, el 2002/3, también
    hay una cantidad de señales, de voluntades y de referencias que
    indican que el MERCOSUR tiene una oportunidad histórica
    para su relanzamiento, no sólo por declaraciones de
    Brasil, o de Argentina -el anterior y próximo gobierno-,
    sino también por la voluntad expresa de Venezuela de
    plantear su incorporación al MERCOSUR, o de profundizar la
    relación de la Comunidad
    Andina de Naciones con el MERCOSUR, con lo cual ahí
    tenemos otro elemento importante para analizar la coyuntura. No
    sólo en el sentido de que la tendencia del comercio
    regional viene en baja, sino que hay elementos de voluntad
    política para generar una integración de manera diferenciada. Me
    parece que ése es un tema importante.

    Pero también estamos obligados a pensar
    críticamente qué es, o qué significa el
    MERCOSUR para la Argentina. El cincuenta por ciento de las
    exportaciones de la Argentina hacia el MERCOSUR lo definen tres
    sectores monopólicos: industria
    automotriz, industria del combustible –petróleo
    y el agro. Los tres sectores altamente monopolizados. Tres
    sectores que no son fuertes generadores de empleo y que tampoco
    trasladan salarios
    crecientes a sus trabajadores. Es decir, que el efecto derrame de
    eso no necesariamente se socializa. El negocio exportador mejora
    la renta apropiada por esos sectores exportadores.

    ¿Qué estoy diciendo? Es oportunidad por el
    MERCOSUR, pero si el MERCOSUR sigue siendo el mismo MERCOSUR que
    siempre, es un MERCOSUR al servicio de
    los grupos
    monopólicos, de los sectores más concentrados, y
    atención que hemos mencionado a tres sectores productivos.
    Mucha sociedad argentina se entusiasma con el discurso
    gubernamental de que se abandona una alianza con los sectores
    especulativos y se va a una alianza con los sectores productivos,
    en la imagen que esa alianza es favorable para la
    población. Pero atención, que no necesariamente el
    capital productivo es más benévolo que el capital
    especulativo, porque para hablar de capital productivo en los
    casos que estamos hablando, las terminales automotrices no son
    ninguna ONG de
    solidaridad, de beneficencia. Las empresas de combustible
    -hablemos claramente-, Repsol -YPF en primer lugar-, Petrobras
    también, Esso o Shell, los que dominan el
    petróleo en la Argentina y en el mundo, no son
    empresas de beneficencia ni mucho menos. Y con respecto al agro,
    si bien puede haber alguna cooperativa de
    productores de tabaco, o de
    poroto, o de yerba, o de lo que sea, no nos engañemos, al
    agro argentino lo dominan cuatro grandes concentradoras de los
    paquetes tecnológicos de semillas, híbridos,
    etcétera, que manejan tanto los insumos para el agro como
    la comercialización de la
    producción.

     

    La resistencia también
    existe

    Entonces, nosotros tenemos que agregarle complejidad al
    análisis. No nos alcanza con que la economía
    crezca. La coyuntura no es sólo analizar qué pasa
    con el poder económico, sino también ver qué
    pasa con nosotros. Y cuando decimos "con nosotros" tenemos que
    ver también que empezó un ciclo de resistencia en
    el ´97 en Plaza Huincul y Cutral-Có, pero tengamos
    en cuenta que el ciclo de resistencia del ´97 que vino
    permanentemente en ascenso hasta diciembre del 2001, e incluso yo
    me animo a decir que el ascenso de las luchas sociales llega
    hasta junio del 2002, cuando se da la represión seguida de
    muertes en el Puente Pueyrredón. Hasta ahí era el
    momento donde todo era acumulación. Suman asambleas,
    piquetes, CTA, FRENAPO, Consulta Popular, pónganle los
    nombres y acontecimientos que ustedes quieran, pero todo eso es
    una etapa de crecimiento, de expansión del ciclo de
    resistencia que tiene distintos momentos, pero que no
    resolvió en todo ese período la construcción de alternativa
    política. Ese es el déficit principal en esta
    etapa.

    Yo quiero que pensemos que el tema central que
    planteó el congreso de la CTA el año pasado es que
    en la Argentina no había una alternativa política.
    Y en el nuevo periódico
    de la CTA que acaba de salir hay un artículo de
    Víctor Mendibil que sería conveniente que los
    compañeros lo puedan leer, para que podamos trabajarlo,
    porque en muy poquitas líneas está planteado
    -página 14- que los desafíos para el movimiento
    obrero es construir una central de trabajadores -un tema que no
    está resuelto todavía- y contribuir a construir el
    movimiento político para la nueva sociedad.

    Es decir, si los trabajadores no resuelven crear un
    movimiento político, no habrá perspectiva de
    solución, y en todo caso la coyuntura va a tener una
    salida, porque toda coyuntura siempre tiene una salida. No se
    vive eternamente en crisis. No se vive eternamente en debacle. No
    se vive eternamente en caos. Siempre la crisis tiene una salida.
    El tema es que la salida puede ser de acuerdo a lo que quiere el
    poder económico o puede haber una salida de acuerdo a lo
    que demandan los sectores populares, los sectores subalternos,
    los trabajadores, los pequeños productores, los
    pequeños empresarios, los explotados, póngale el
    nombre que quieran. Siempre están esas dos perspectivas de
    salida.

    Lo que subsiste en el movimiento popular es una
    importante fragmentación; y yo lo que quisiera dejar
    planteado en este tema para que lo pensemos es que el gran ciclo
    de resistencia empezado en el ´97 y continuado en esos
    años, fue apropiado políticamente por la Alianza en
    el ´99, con todo el clima cultural
    que había de que se acabe el tiempo histórico de
    Carlos Menem. Y yo quiero que pensemos si en toda esa etapa de
    luchas históricas -que en el ´99 fue apropiado
    políticamente por la Alianza, piensen en los
    últimos quince días- no se ha generado
    también una expectativa en la sociedad con el mismo
    contenido de rechazo a Menem y que explica la razón de la
    renuncia y el retiro de Menem de la segunda vuelta, la que
    debió haber sido el domingo pasado (18/05/03) y que genera
    expectativas y hoy ustedes ven las encuestas en
    los diarios y por lo general hay encuestas muy benevolentes para
    con el gobierno. Esto está mostrando de nuevo expectativas
    en la sociedad. Yo no quiero ser agorero de expectativas. Creo
    que no tenemos que ser agoreros de expectativas. En todo caso lo
    que trato de reflexionar con ustedes es que pensemos cómo
    se trabajan algunos temas psicológicos, sociales,
    culturales, para generar determinadas expectativas en el tiempo
    que se avecina.

    Yo dije que el ciclo de resistencia tiene su punto
    más alto hasta los acontecimientos en el Puente
    Pueyrredón, y es desde allí donde el gobierno, como
    expresión de las clases dominantes del poder
    económico en la Argentina, encuentra un punto de salida de
    su crisis y que es la convocatoria anticipada a elecciones; y la
    convocatoria anticipada a las elecciones fue empezar a construir
    el camino de la normalización del régimen
    político.

    Piensen que en junio del 2002 lo que estaba muy
    instalado es que se vayan todos; y nosotros como parte de ese
    "que se vayan todos", con movilizaciones muy importantes
    aún en agosto y setiembre del 2002. Pero nosotros, a esta
    altura ya estamos a unos cuantos días de las elecciones de
    abril, estamos a muy pocos días del 25 de mayo, y nosotros
    sabemos que hubo cierta recomposición de normalidad
    política en la Argentina, que la crisis subsiste pero que
    el poder económico está intentando restablecer su
    ciclo de negocios, que algunos logros ha obtenido y que alguna
    legitimidad política están planteando. Es
    más, me parece que quien mejor lo plantea
    políticamente es Julio Bárbaro. Hace poco, en un
    programa de
    televisión
    que compartimos con Julio Bárbaro -del kirchnerismo-
    planteaba que ya estaba resuelta la crisis política de la
    Argentina. Yo creo que se equivoca pero lo dice bien. Dice:
    "Kirchner es expresión del centro político de la
    Argentina". Y se ha formado una derecha, que es López
    Murphy; y se ha formado una izquierda, que es el ARI; y se han
    derrotado las "ultras". La ultraderecha es Menem y la
    ultraizquierda, bueno, es la izquierda, con lo cual el sistema
    político está normalizado en estas tres
    variantes: Kirchner al centro, López Murphy a la derecha,
    Carrió a la izquierda. Todo debe transitar por esos
    carriles. Lo demás no entra. Es parte de la marginalidad.
    Así razonan.

    El problema es ¿dónde nos ubicamos
    nosotros en ese esquema? Yo digo que en ese esquema quedamos
    afuera, y por lo tanto lo que tiene que interesar es encontrar
    nuestro lugar como movimiento popular al margen de esas
    identidades políticas que definan la esencia del poder
    político de las clases dominantes en la Argentina. Por eso
    es importante este artículo de Víctor, no
    sólo porque lo diga Víctor, sino porque tiene que
    ver con la posición que la propia Federación
    Judicial fue tomando en este camino, que tuvo sus matices
    respecto de las propias decisiones que tomó la CTA sobre
    la eventual segunda vuelta, por ejemplo. La Federación se
    pronunció en un comunicado de autonomía e independencia
    de las fracciones que disputaban la presidencia. No fue un
    pronunciamiento similar al de la propia CTA. Después
    está lo que cada uno hace o hizo, lo que cada uno hace es
    otro problema, pero estoy hablando de qué importancia
    tiene que como cuerpos colegiados se asuman posiciones plurales,
    contemplativas, de análisis más general, sin
    prejuicio de
    lo que después cada uno haga, lo que cada uno
    hace.

    Me parece que ése es un tema importante, el ver
    nosotros cómo estamos, porque la crisis subsiste, porque
    el poder económico va recomponiendo su perspectiva de
    salida, porque nosotros seguimos fragmentados; y la misma prueba
    es que si miramos adentro de la CTA, dentro de la propia CTA hay
    distintas ofertas políticas que los propios integrantes,
    miembros de la CTA fueron asumiendo; y eso traba la perspectiva
    de un mayor desarrollo,
    como central autónoma, independiente de los partidos, de
    las patronales, del Estado, y la perspectiva de construir un
    movimiento político de carácter alternativo, que sigue siendo un
    desafío para nosotros.

    Y termino señalando que el gobierno que asume el
    próximo lunes, bueno, tiene una cantidad de señales
    que podríamos llamarlas positivas, o sobre las cuales
    nosotros podemos apoyarnos para empujar; por ejemplo:

    1. el hecho de que Kirchner, como gobernador de Santa
      Cruz, en su momento fue parte del proceso de consulta popular,
      que implicaba una disputa por la distribución del
      ingreso, y que su principal discurso en estos últimos
      días apunta al tema de la distribución del
      ingreso, nosotros creo que deberíamos retomar con mucha
      fuerza aquel programa levantado en diciembre del 2001, de lucha
      contra la pobreza, de distribución del ingreso, y
      sería muy bueno impulsar ahora una consulta popular
      avalada oficialmente para que se convoque a la ciudadanía argentina a fin de ver si es
      posible resolver el tema de la pobreza tal como lo planteamos
      nosotros en diciembre del 2001.
    2. Pero en el mismo sentido podemos levantar la bandera,
      si la apuesta gubernamental es por el MERCOSUR y no por el
      ALCA; y hubo
      conversaciones con Brasil para patear el ALCA -que en vez de
      empezar en el 2005, empiece en el 2007-, ¡qué
      buena oportunidad para empujar la campaña de lucha
      contra el ALCA!, que nosotros hace rato que estamos, pero que
      se le daría un fuerte impulso, una convocatoria oficial
      que pudiéramos hacer durante este año para que el
      pueblo argentino se esclarezca sobre qué cosa es el
      ALCA, sobre por qué no al ALCA, que dicho sea de paso,
      los compañeros de Esquel están convocando para la
      primer semana de julio a una gran concentración: no a la
      mina, no al ALCA, no a diversidad de cuestiones, que
      sería bueno, sin perjuicio de la participación de
      los compañeros de Esquel, que la Federación pueda
      estar presente de alguna otra manera en esa oportunidad. Pero
      presionar al gobierno para que haya un trabajo oficial o
      semioficial en impulsar una campaña contra el ALCA y que
      nos ponga en la perspectiva de un MERCOSUR
      distinto.
    3. Pero lo tercero, si hay un planteo del actual
      presidente sobre el tema de la Corte Suprema de Justicia,
      bueno, también retomar toda la campaña nuestra,
      histórica, que venimos planteando de remoción de
      la Corte Suprema de Justicia, y que expresamos como aliento a
      un movimiento político por otra Justicia. Nosotros
      veníamos hablando de un movimiento político para
      remover a la Corte Suprema de Justicia y alentar una reforma
      que tenga en cuenta las necesidades populares y no la seguridad
      jurídica del poder económico tal como plantea el
      Banco
      mundial y las clases dominantes locales. Hoy, una de las
      editoriales del diario La Nación levanta que
      Béliz va a ser centro de la reforma de la justicia, que
      uno de los temas que está trabajando rápidamente,
      como nuevo ministro de la justicia es el tema de reforma de la
      justicia que creo para nosotros es un tema clave, como
      así también meternos y presionar
      fuertemente.

     

    Yo diría que estas son las tres líneas de
    lo que se podría llamar aspectos que aparecen como
    positivos y que entroncan con nuestro plan de trabajo y
    que deberíamos empujar desde la Federación, desde
    la Central de Trabajadores Argentinos y desde los ámbitos
    en que estemos.

    Pero también tenemos que tener en cuenta que lo
    primero que va a tener que hacer el nuevo gobierno es retomar la
    negociación con el Fondo Monetario
    Internacional; y la renegociación con el FMI es porque el
    acuerdo que tiene con el Fondo vence el 31 de agosto, y a partir
    de setiembre hay que retomar los pagos a los organismos
    internacionales. A la Argentina por ahora le está yendo
    relativamente bien -ustedes me entienden lo que quiero decir con
    "relativamente bien"- porque no está pagando y eso genera
    superávit fiscal
    primario (antes de pagar intereses). Cuando tenga que empezar a
    pagar a los organismos financieros, y más aún a los
    acreedores privados en default, la situación se complica.
    Y el acuerdo con el Fondo es en primer lugar pagar. Pero no pagar
    en setiembre, en octubre. No, de acuerdo al último
    documento que hay, es pagar hasta el año 2050. Si les
    quedan dudas, la Argentina tiene compromisos hasta el 2050. Se
    pueden generar condiciones para pagar, y pagar la deuda es dejar
    de atender algunos otros gastos que
    nosotros quisiéramos que el Estado no
    resigne, tal como empleo, salud o educación o
    justicia.

    Pero no sólo es pagar, también es
    profundizar la reestructuración del capitalismo en
    la Argentina. Eso es lo que habíamos dicho antes en
    relación con el régimen bancario, particularmente
    el Banco Nación.
    Lean el diario de hoy. Hoy está anunciada -ya se hizo
    público- la licitación pública para
    consultores externos que ayuden a discutir el nuevo sistema de
    gestión
    del Banco Nación.
    O sea, está en curso el proceso de capitalización,
    de privatización parcial del Banco de la
    Nación Argentina, que es un tema irresuelto desde
    Martínez de Hoz. La ley de entidades financieras que rige
    en la Argentina es de 1977. El objetivo de concentración,
    de privatización, está vigente desde
    entonces.

    Por eso digo que no sólo es coyuntura de lo que
    pasa hoy, de lo que pasa en estos últimos cinco
    años, sino que estamos hablando de más de treinta
    años, donde hay un objetivo que se viene cumpliendo
    rigurosamente. El tema de las tarifas públicas va a estar
    planteado con mucha fuerza por parte del FMI. Es decir, que hay
    una presión por reestructurar el sistema económico
    en la Argentina -el capitalismo argentino-, una forma muy
    importante, muy reaccionaria para el conjunto de los
    trabajadores; y lo que va a ir buscando en realidad es que se
    normalice la situación de precariedad en la que han
    quedado los trabajadores después de este ciclo
    histórico más largo que el de la recesión de
    cinco años, porque lo que está quedando de fondo
    son los cambios que empezó la dictadura y
    que profundizó el proceso democrático, sobre todo
    con Menem en la década del ´90.

    Y por lo tanto lo que queda pendiente en la Argentina es
    una discusión de cómo remover todos estos cambios
    estructurales. Hoy eso no está en discusión en la
    Argentina. Y me parece que ése es el desafío para
    nosotros: la coyuntura y una perspectiva estructural más
    amplia. No se trata de cambiar una cosita o cambiar tal o cual
    tendencia de la economía, sino que hay que cambiar la
    orientación de fondo de la economía, de la
    política, de la sociedad argentina. Si eso no se logra, la
    Argentina va a seguir viviendo bajo el modelo
    menemista, porque en definitiva lo que hemos tratado de decir es
    que el menemismo continuó en el gobierno de la Alianza y
    de Duhalde, y el menemismo puede continuar en el próximo
    gobierno, aunque no haya pizza y champagne. O sea, no es un tema
    de estas noticias
    menores, sino que está vinculado a la tendencia de fondo
    de la sociedad argentina.

    Bueno, en este marco me parece que hay que mirar la
    coyuntura, mirar la crisis y pensar en los desafíos que
    nosotros tenemos por delante.

     

    Algunas
    preguntas

    La meta de
    Lavagna era comenzar la renegociación de la deuda pero no
    entiendo si es sin pagar o sin pedir plata fresca, ¿por
    dónde venían las expresiones de deseo de este
    hombre?

    -Él no quiere que le pidan más
    superávit fiscal. Ya tiene la Argentina superávit
    primario, y el superávit primario es porque no está
    pagando.

    -Ah, por eso.

    -Y entonces lo que Lavagna está haciendo es
    ahorrando, está logrando un superávit primario y
    acumulando reservas internacionales, sabiendo que eso es para
    pagar. El superávit primario, comprometido desde el Fondo
    y cumplido, es del 2,5 por ciento. Y hay presiones. El FMI quiere
    que sea igual que el acuerdo con Brasil, que es del 4 por ciento.
    Entonces, quieren llevar un superávit del dos y medio al
    cuatro por ciento. Eso es un ahorro en el
    año de siete mil millones de pesos. No se pueden pedir
    préstamos internacionales, y por lo tanto hay que generar
    condiciones de ahorro nacional. Al mismo tiempo, Lavagna, en
    relación con Brasil -otra diferencia-, dice que el Estado
    brasileño tiene para financiarse los aportes
    previsionales, mientras que la Argentina los perdió en el
    ´94. Por eso es que Lavagna está criticando tan
    duramente a Cavallo y la reforma previsional. Lavagna se
    está vengando de Cavallo, dicho sea de paso. Le
    está diciendo: "Bueno, ahí tienen, es ése el
    responsable". Bueno, nosotros lo dijimos desde
    siempre.

    -Desde el ´91 que lo venimos diciendo.

    -Es una victoria pírrica la nuestra.
    Después de tantos años nos dieron la razón.
    Pero, bueno, mientras tanto ahí se perdió el dinero, o
    mejor dicho, ellos hicieron negocios y los trabajadores jubilados
    siguen a la espera de una solución integral.

    – ¿De dónde proviene el crédito?

    – Bueno, al no tener el Estado argentino financiamiento
    del exterior, la única posibilidad es volver a emitir
    títulos que generan compromisos posteriores, con deudores
    argentinos, porque, en realidad, ese crecimiento de deuda externa
    que yo dije que era de veintiún mil millones para el
    sistema financiero, se estima que va a terminar siendo algo
    así como de treinta mil millones de dólares.
    ¿Qué es? Es compromiso a pagar a quienes tengan
    esos títulos, porque, en realidad, yo –banco- hoy
    recibo un bono de un Estado que está en default. O
    sea, yo sé que en tanto banco estoy haciendo un mal
    negocio, pero yo –banco-, después de todo lo que
    dije, estoy haciendo trámites para que la economía
    capitalista argentina funcione de una manera distinta en los
    próximos cinco años, diez años, veinte
    años, treinta años, de modo tal que cuando vaya a
    cobrar mi bono, dentro de X cantidad de años, ese bono
    tenga fondos. Con los bonos anteriores, ¿quién se
    benefició? El que llegó hasta el final con los
    bonos. ¿Qué hago yo, jubilado de ochenta
    años, si me dan un bono a cinco años?
    ¿Qué sé yo si llego hasta los ochenta y
    cinco? ¿Entonces, qué hago? Los vendo a un cuarenta
    o cincuenta por ciento y, bueno, me compro lo que me tengo que
    comprar, lo que necesito para vivir. El que se quedó con
    el bono hasta el final, ése cobra la renta, la
    acumulación, etcétera, etcétera, salvo que
    en el medio haya una revolución. Bueno, también es
    posible.

    -Cuestión de días.

    -No, no, cuestión de años.

    -Ocho millones de días [Risas].

    -Ojo, yo creo que en nuestro análisis nos sirve
    tener un enfoque más global de la coyuntura. Nosotros no
    nos movemos por la semana que viene, pero nos movemos por el mes
    que viene, por el año que viene, y por los próximos
    diez años. ¿O acaso nosotros venimos trabajando
    para que la cosa cambie de la noche a la mañana? Estamos
    trabajando por una sociedad distinta. Entonces, entender la
    coyuntura es entender las tendencias, y para ver a qué
    carro de la tendencia nos subimos, qué cosa
    obstaculizamos, qué cosa empujamos, por dónde nos
    movemos.

    ¿Qué hay de la reforma
    provisional?

    -Mirá, hubo una presentación
    pública de la ministra de trabajo, con un planteo de
    reformulación del régimen. Es uno de los temas que
    está abierto para plantear ahora.

    -Pero las AFJP fueron alcahuetear al Banco
    Mundial…

    -Bueno, no sólo eso, las AFJP todavía
    tienen un planteo ante el Ministerio de Economía, que es
    que la pesificación asimétrica afectó a las
    AFJP. A las AFJP y a los fondos de capitalización, porque
    -digamos- los trabajadores argentinos aportábamos pesos al
    sistema de jubilación privada que eran equivalentes a
    dólares, y resulta que ahora los resúmenes que
    reciben los trabajadores son resúmenes en pesos, donde el
    aporte hecho del ´95 al 2001 sigue siendo un peso.
    Entonces ahí las AFJP dicen que les han metido la mano en
    los bolsillos a los trabajadores. Y es cierto, pero las AFJP
    están defendiendo su negocio corporativo, y por lo tanto
    está en la justicia si va a ver una compensación
    para con las AFJP también. Es un debate bastante
    complejo.

    Por eso digo que el tema de fondo es Cavallo y Menem -si
    ustedes quieren-, Martínez de Hoz y la dictadura
    militar. En la Argentina está muy fuertemente
    instalada esa reestructuración regresiva del capitalismo.
    El rumbo que nos metieron en el ´75/´76 es el rumbo
    que se ha venido profundizando violentamente en tiempos
    constitucionales. Y la Argentina no está saliendo de
    ahí todavía.

    Bueno, si nosotros, como parte del pueblo argentino,
    resolvemos una correlación de fuerzas políticas
    -eso es el movimiento político social-, si resolvemos una
    correlación de fuerzas políticas para empezar a
    rumbear para otro lado… "rumbear para otro lado" a lo
    mejor quiere decir al estilo brasileño, a lo mejor no
    quiere decir cambiar ya, lograr ya un aumento de sueldo. No, es
    cambiar una correlación de fuerzas políticas para
    empezar a empujar cosas distintas. Hay algunas señales que
    podrían plantearnos en ese nivel: acercamiento a
    Venezuela, Brasil, Argentina, e incluso con Cuba. Bueno,
    marcaría un escenario latinoamericano totalmente distinto.
    ¿Esto es posible? Y puede ser. Pero también puede
    no ser. O sea, que depende de las cosas que podamos hacer
    nosotros.

     

    Buenos Aires, 22 de Mayo de 2003

    Julio Gambina

    Centro de Estudios y Formación de la
    Federación Judicial Argentina

     

     

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