"George Bush's Religious Crusade Against Democracy:
Fundamentalism as Cultural Politics"
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August 4, 2004
La religión ha jugado
siempre un poderoso rol en la vida diaria de los americanos. Pero
nunca ha tenido tal influencia en los más altos niveles
del gobierno
Americano como bajo la presidencia de Bush. El movimiento
conservador religioso que ha conseguido con la elección de
George W. Bush prominencia política lo ve como su líder
terrenal. Así lo señala Dana Milbank, escritora del
staff del Washington Post:
Por primera vez desde que el conservadurismo religioso
se convirtió en un movimiento político, el
presidente de los Estados Unidos se
ha convertido en su líder de facto – un estatus que
incluso Ronald Reagan, admirado con fuerza por los
conservadores religiosos, jamás alcanzó-.
Publicaciones, radios y televisión
cristianas, llenan de halagos a Bush, mientras los predicadores
desde el púlpito consideran su liderazgo como
un acto de la providencia. Una procesión de líderes
religiosos que se han encontrado con él para testificar su
fe, mientras en sitios Web dan coraje a
la gente para apurar y rezar por el presidente. [1]
Considerado el líder de la derecha Cristiana, es
visto por muchos de sus asistentes y seguidores como alguien con
un propósito mayor. Su ayudante, Tim Goeglein, se hace eco
de esta visión: "Pienso que el Presidente Bush es en esta
hora el hombre de
Dios, y digo esto con un gran sentido de humildad." [2] Ralph
Reed, un viejo cruzado contra el divorcio,
la familia de
un sólo padre, el aborto, y
actual cabeza del Partido Republicano de Georgia, valora su
relación de Bush con los Cristianos de derecha en
términos que no aplacan lo político.
Argumenta que el rol del movimiento conservador
religioso ha dejado de ser estar solo en los límites
desde que ha ayudado a elegir líderes que creen en la
causa. Refiriéndose al nuevo rol hallado de la derecha
religiosa, clama: "Ya no estás más arrojando
piedras contra el edificio, ahora estás en él". [3]
Bush no ha decepcionado a sus seguidores cristianos
evangélicos.
Creyendo tener una misión
directa de Dios, el Presidente Bush celebra abiertamente las
virtudes de la moral
cristiana, reza a diario, y expresa su ferviente creencia en la
cristiandad tanto en sus elecciones retóricas y políticas.
Por ejemplo, mientras era candidato a la presidencia en el 2000,
Bush proclamó que su filósofo favorito era
Jesucristo, en un discurso que
se refería a los peligros existentes en Irak,
afirmó: "No clamamos conocer todos los caminos de la
Providencia, sin embargo aún podemos confiar en ella,
poniendo nuestra confianza en el Dios amante detrás de
toda vida, y toda la historia. Él nos
puede guiar ahora." [4] Stephen Mansfield en su libro, La Fe
de George W. Bush, señala que Bush le dijo a James
Robinson, un predicador de Texas: "Siento que Dios quiere que
vaya por la presidencia. No puedo explicarlo, pero siento que mi
país va a necesitarme…Sé que no va a ser
fácil para mí o mi familia, pero
Dios quiere que lo haga." [5]
Rodeado por misioneros renacidos y por Dios, más
que por lo más básicos principios de la
democracia Americana como fuente de su liderazgo, Bush ha
desarrollado recientemente políticas menos basadas en las
necesidades sociales que en un sentido moral personal y
estrecho de propósito divino. Utilizando el privilegio de
ejecutar la acción,
ha intentado agresivamente evangelizar el reino de los servicios
sociales.
Por ejemplo, ha dado acceso a una extensión
más grande que cualquier otro presidente, más
fondos federales para grupos religiosos
cristianos que proveen una gama de servicios sociales.
También, ha facilitado las reglas para que "instituciones
abiertamente religiosas accedan a $ 20 billones en becas de
servicios sociales y otros $ 8 billones en dinero para
desarrollo
Urbano. El dinero de
los impuestos ahora
puede ser construir y renovar casas de culto si no son utilizadas
para la habitación principal del predicador, el santuario
o la capilla." [6]
También dio más de $ 60 billones en fondos
federales para iniciativas basadas en la fe organizadas por
grupos religiosos caritativos. [7] No todos los grupos
religiosos, de todas formas, reciben igual financiamiento. El repartir leonino de dineros
federales va a organizaciones
cristianas, esto se transforma en una forma de veredicto de
algunas religiones
sobre otras, y mina la idea de libertad
religiosa. Sumado a esto, ha prometido que tales agencias pueden
obtener fondos federales "sin ser forzadas a cambiar su carácter o comprometer su misión".
[8]
Esto significa que tales organizaciones y grupos pueden
ahora recibir fondos aunque discriminen motivados en sus
creencias religiosas en las prácticas que emplean. Los dos
programas que
Bush presentó en su State of the Union durante de Enero
del 2003; en este manifiesta "usar la conversión religiosa
como tratamiento." [9] También creó una oficina en la
Casa Blanca encargada enteramente a proveer asistencia a
organizaciones basadas en la fe que solicitan fondos federales.
Más aún, utiliza el programa de
voucher escolar para permitir a los colegios privados recibir
dinero público, rehusándose los fondos a aquellas
escuelas que "interfieran o fallen integrar el rezo del estudio
de la Biblia por parte de estudiantes y maestros."
[10]
El Secretario de Educación, Rod Paige,
dejó en claro cómo se siente acerca de la
separación de la Iglesia y el
Estado cuanto
dijo a una publicación Bautista que el cree que las
escuelas deben enseñar valores
cristianos. Cuando fue llamado a renunciar por un número
de críticos, Paige se negó y su oficina
declinó aclarar, si no repudiar, que ni las escuelas
públicas deben enseñas valores cristianos ni que
los padres deben sacar de ellas y enviarlos a escuelas
parroquiales. Su oficina respondió bruscamente: "Las
cuotas son las cuotas." [11]
La administración Bush también
rehusó firmar la declaración de derechos de los niños
de las Naciones Unidas, a menos que elimine servicios de salud sexual como proveer
educación sexual a los adolescente donde los derechos de
contracepción o reproductivos sean discutidos. En el
frente doméstico, Bush ha pasado legislación para
detener el aborto "de
tiempo
tardío", trató pasar leyes para
detener la distribución de la píldora del
día después, y eliminar apoyo financiero para
caridad internacional que apoye el aborto. Tales medidas no
sólo cuestionan el tema de la tradicional
separación entre la Iglesia y el Estado,
cortan también servicios
públicos y dan legitimidad por parte del Estado a
organizaciones religiosas que dan prioridad a la
conversión religiosa sobre las técnicas
científicas modernas. Así, Winnifred Sullivan, de
la Universidad de
Chicago Divinity School, apuntó, los defensores
conservadores evangélicos de iniciativas de fe "quieren
que fondos del gobierno sean para la clase de
iglesias que consideran la conversión como parte de su
rehabilitación" Es una crítica
para los estándares de servicios profesionales seculares
sociales."[12]
Desafortunadamente, el fervor religioso de Bush aparece
embebido con el Dios del Antiguo Testamento, el Dios que cree en
el ojo por ojo, el Dios de la venganza y la retribución.
Entonces aparece indiferente ante las contradicciones entre su
clamor por la piedad religiosa y su consentimiento como
gobernador de Texas para ejecutar más prisioneros (152)
que cualquier otro gobernador en la historia de los Estados
Unidos. "
[13] Ni ve la contradicción entre el sostener la
palabra de Dios e imponer la democracia en la cuantiosa población Musulmana de Irak a través
de la ley de la fuerza
y el fúsil. Mientras Bush y sus cohortes religiosos claman
estar trabajando en grandes actos de caridad, parece que los
pobres están siendo castigados y la única caridad
que se puede disponible es el empujón dado por los ricos.
Por ejemplo, mientras los fondos están siendo distribuidos
para iniciativas basadas en la fe, el congreso no sólo
pasó leyes que eliminaron un impuesto que daba
crédito
para los niños y que hubiera beneficiado a más de 2
millones de niños, acordó también un recorte
de impuestos de $350 billones para los pudientes mientras corta
beneficios para los pobres, ancianos y niños.
No es el único en su administración que combina moral
evangélica con acciones de
dudosa ética y
practicas antidemocráticas. El Ministro de Justicia Josh
Aschcroft, un fundamentalista cristiano que en su oficina de
Washington reza por las mañanas, agregó otra capa
de este tipo de fervor religioso en Febrero de 2002 cuando digo
en la Convención Nacional de Broadcasters Religiosos en
Nashville, Tennesse, que las libertades americanas tienen poco
que ver con los hombres que escribieron la Constitución de los Estados Unidos desde
que esas libertadas son hechas en el cielo. Argumentó que,
" Somos una nación
llamada a defender la libertad – una libertad que no
está garantizada por ningún gobierno o documento
sino es nuestra donación de Dios." [14]
Sin intención de ironizar, Ashcroft
exhibió aún más su rígida moral
Cristiana al tener la estatua "Spirit of Justice"
("Espíritu de Justicia ") con los senos cubiertos mientras
al mismo tiempo ha violado los derechos constitucionales de miles
de Musulmanes y Árabes que desde el 11 de septiembre de
2001 arrestó, escondió y a los cuales no
ofreció recurso o acceso legal alguno a sus familias. Tal
duro tratamiento arraigado en una noción maniquea del bien
y mal absolutos representa más que un acto de justicia
caprichosa, mina también "la presunción de
inocencia, como los derechos constitucionales para el debido
proceso, para
asesoría, y para un juicio rápido y
público", y legitimando tal tratamiento, "la
administración Bush ha debilitado estas protecciones
para todos, ciudadanos y foráneos del mismo modo. En el
proceso, ha quitado lustre a la democracia Americana"
[15]
Detrás de la retórica del compromiso
religioso está la realidad de la Guerra
permanente, la miseria impuesta al pobre, y los crecientes ataque
a la noción de estado secular. Se presentan también
la fuerza de la intolerancia y el fanatismo, el rechazo para
reconocer la multiplicidad de las diferencias culturales,
religiosas, políticas y lingüísticas –
esos elementos vastos y diversos que constituyen la esfera
democrática global en su mejor forma. Las insinuaciones de
este fanatismo son visibles no sólo en la cultura del
miedo y el fundamentalismo religioso que conforman el mundo de
Bush y Ashcroft, sino también en aquellos que los sirven
en lealtad incuestionable. Esto se volvió claro cuando la
prensa
nacional reveló que un oficial de alto rango del
departamento de defensa llamó a la Guerra contra el
terrorismo una
batalla cristiana contra Satán.
El teniente general William Boykin, en su facultad de
Diputado Bajo el Secretario de Defensa para la Inteligencia,
parado frente a fotos de Osama
bin Laden, Saddam Hussein, y Kim Jung II, le preguntó a
los parroquianos de la Primer Iglesia Bautista de Broken Arrow,
Oklahoma: "¿Por qué nos odian?…La respuesta para
eso es que somos una nación
de creyentes." Continuó, " Nuestro enemigo espiritual
será sólo derrotado si vamos frente a ellos en el
nombre de Jesús." [16] Para Boykin, la Guerra que se
está luchando en Irak, Afganistán, y, tal vez
eventualmente en casa contra los no creyentes, es una guerra
santa. Apareció con la seriedad de muerte cuando
clamó que otros países "han perdido su moral, sus
valores, pero América
es todavía una nación cristiana." [17]
Este lenguaje no es
meramente el lenguaje
declamatorio de un fanático; es sintomático de un
esfuerzo profundo de intolerancia y autoritarismo que está
emergiendo en el país. Pueden ser oídas las
palabras del Reverendo Jerry Fallwell que clamó en las
radios que el ataque terrorista del 9/11 era el resultado del
juicio de Dios sobre la secularización de América.
Dijo: " Creo que los paganos, los abortistas, y las feministas, y
los gays y las lesbianas, la ACLU, y People for the American Way
– todos los que han tratado de secularizar América
– los señaló con el dedo en su cara y les
digo, "Ustedes ayudaron a que esto pasara." [18] Se pudo escuchar
en las diatribas del fundador de la Coalición Cristiana,
Pat Robertson, que el Islam no es una
religión pacífica, lo mismo que se oye en los
reclamos de muchos otros fundamentalistas cristianos en
América.
La emergencia de un gobierno fundamentalista religioso
tiene su contraparte en un autoritarismo político que no
sólo socava los más básicos principios de la
fe religiosa sino también los principios
democráticos de justicia social e igualdad. Por
supuesto, este tipo de fundamentalismo religioso es apoyado por
políticos y misioneros religiosos que corren a los grupos
de oración bíblicos y las celdas de estudio que
brotan por la Casa Blanca de Bush tiene poco que ver con una
genuina religión o espiritualidad. Aquellos que creen que
el creacionismo bíblico debe ser enseñado en las
escuelas en vez de la evolución, o que los Estados Unidos "deben
extender la voluntad de Dios a otros países, por la fuerza
si es necesario" [19] no representan la tradición
profética del Islam, la Cristiandad, o el Judaísmo.
Esas tradiciones creen en un Dios que es dador y compasivo, que
rechazan las políticas seculares que quiebran a los
gobiernos en orden de beneficiar a los ricos, o que producen
leyes que ponen en desventaja a los pobres e imponen mayor
sufrimiento en los necesitados.
Es una tradición expuesta por el Reverendo James
Forbes Jr., cabeza de la Iglesia de Riverside, Nueva York, y
capturada en su afirmación de que "la pobreza en un
arma de destrucción masiva" [20] Joseph Hough, cabeza del
Seminario de
la Unión Teológica, enfrente a muchos
líderes religiosos dijo que, lo que le ocurre a la
Cristiandad en la administración Bush es simplemente una
forma de maquinación política disfrazada de
religión, que crea una garra para el poder.
Las profecías Bíblicas
Apocalípticas alimentan más que los gusto de Jonh
Ashcroft, que no se detiene en terrenos morales, o David Hager,
designado por Bush para el Comité Asesor para Drogas de
Salud Reproductiva del FDA, "quien se niega a prescribir
contraceptivos a mujeres no casadas (y cree que la Biblia es un
antídoto para el síndrome
premenstrual)" [21] también encienden un mundo en que los
inmigrantes Afro – Americanos, y otros son marcados por
diferencias de clase, raza, género, y
nacionalidad,
siendo demonizados, convertidos en chivos expiatorios y sujetos a
actos de violencia por
parte del estado.
Tal retórica y las políticas que la
sostienen necesitan ser reconocidas como crisis dentro de la
democracia misma. Lo que los progresistas y otros necesitan
entender es que el intento de la Administración Bush de
deshacer la separación entre Iglesia y Estado es conducido
por una forma de fundamentalismo que tanto desacredita los
valores
morales, bienes
públicos y ciudadanía crítica y demuestra una
evidente irracionalidad en las innumerables contradicciones entre
su retórica de compromiso religioso como "conservadores
compasivos" y sus implacables garras para el poder
político y económico; una irracionalidad que tiene
que ver más con el fascismo que con
cualquier tradición viable de norma
democrática.
Henry Giroux /
Translated by: Pablo Aiello
REFERENCES
1. Dana Milibank, "Religious Right Finds Its Center in
Oval Office,"
Washington Post (December 24, 2001), p. A02.
2. Cited in Milbank, op.cit. P. A02.
3. Cited in Milbank, op.cit. P. A02
4. Cited in Jill Lawrence, "Bush’s Agenda Walks
the Church-State Line," USA Today (January 29, 2003). Available
on-line:
www.usatoday.com/news/washington/2003-01-29-bush-religion_x.htm
<http://www.usatoday.com/news/washington/2003-01-29-bush-religion_x.htm>
5. See Stephen Mansfield, The Faith of George W. Bush
(New York: Tarcher/Penguin, 2003). Cited in Sydney H. Schanberg,
"The Widening Crusade," The Village Voice (October 15-21, 2003).
Available on-line: www.villagevoice.com.issues/0342/schanberg.phb
<http://www.villagevoice.com.issues/0342/schanberg.phb>
6. Robyn E. Blumner, "Religiosity as Social Policy," St.
Petersburg Times (September 28, 2003). Available on-line:
www.sptimes.com/2003/09/28/news_pf/Columns/religiosity_as_social
<http://www.sptimes.com/2003/09/28/news_pf/Columns/religiosity_as_social>
7. Cited in Paul Harris, "Bush Says God Chose Him to
Lead His Nation," The Guardian (November 1, 2003). Available
on-line: www.observer.co.uk <http://www.observer.co.uk>. On
the child tax credit see, Bob Herbert, "The Reverse Robin Hood,"
The New York Times (June 2, 2003), p. A17.
8. Joseph, L. Conn, "Faith-Based Fiat," Americans United
for Separation of Church and State (January 2002). Available
on-line: www.au.org/churchstate/cs01031.htm
<http://www.au.org/churchstate/cs01031.htm>
9. Robyn E. Blumner, "Religiosity as Social Policy," St.
Petersburg Times (September 28, 2003). Available on-line:
www.sptimes.com/2003/09/28/news_pf/Columns/religiosity_as_social
<http://www.sptimes.com/2003/09/28/news_pf/Columns/religiosity_as_social>
10. Jonathan Turley, "Raze the Church/State Wall? Heaven
Help Us!," Los Angeles Times (February 24, 2003). Available
on-line: www.enrongate.com/news/index.asp?id=169632
<http://www.enrongate.com/news/index.asp?id=169632>
11. Alan Cooperman, "Paige’s Remarks on Religion
in Schools Decried," Washington Post (April 9, 2003). Available
on-line:
www.washingtonpost.com/wp-dyn/articles/A59692-2003Apr8.html
<http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/articles/A59692-2003Apr8.html>
12. Robyn E. Blumner, "Religiosity as Social Policy,"
Ibid.
13. Graydon Carter, "The President? Go Figure," Vanity
Fair (December 2003), p. 70.
14. John Ashcroft, "Remarks to National Religious
Broadcasters Convention in Nashville Tennessee on February 19,
2002. Text is distributed by the Department of State and is
available on-line:
<http://usembassy-australia.state.gov/hyper/2002/0219/epf204.htm>
15. Elizabeth Amon, "Name Withheld," Harper’s
Magazine (August 2003), p. 59.
16. Cited in William M. Arkin, "The Pentagon Unleashes a
Holy Warrior
<http://www.thinkingpeace.com/pages/Articles/Archive1/arts060.html>,"
The Los Angeles Times (October 16, 2003).
17. Arkin, op.cit.
18. Cited from transcript from NOW with Bill Moyers
(December 26, 2003). Available on-line:
<http://www.pbs.org/now/transcript/transcript248_full.html>
19. Gary Wills, "With God On His Side," The New York
Times Sunday Magazine (March 30, 2003), p. 26.
20. Cited from an interview with Reverend James Forbes,
Jr. on NOW with Bill Moyers (December 26, 2003). Available
on-line:
<http://www.pbs.org/now/transcript/transcript248_full.html>
21. Heather Wokusch, "Make War Not Love: Abstinence,
Aggression and the Bush White House," Common Dreams News Center
(October 23, 2003). Available on-line:
www.commondreams.org/views03/1026-01,htm.
<http://www.commondreams.org/views03/1026-01,htm>