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Deuda externa argentina: proceso y funcionalidad para el desarrollo capitalista




Enviado por Julio Gambina



     

    I –
    Introducción

    A fines de 2001 y como consecuencia de la profunda
    crisis
    económica, social y política que se
    expresó en la renuncia del gobierno del Dr.
    Fernando De la Rúa (1999-2001), se dispuso la
    suspensión de los pagos de la Deuda Externa
    Pública (1) por el nuevo gobierno (de efimera
    duración, seis días) del Dr. Adolfo Rodíguez
    Saá.

    Dicha política fue confirmada por el Dr. Eduardo
    Duhalde, presidente designado por la Asamblea Legislativa entre
    enero de 2002 y diciembre de 2003 a los efectos de completar el
    mandato.

    En ambos casos, la decisión fue saludada
    efusivamente (de pie y aplausos) por buena parte de los
    parlamentarios. Los mismos que al poco tiempo
    subordinaron su voluntad política a las demandas del
    FMI y los
    "mercados
    globales".

    Por ello, debe consignarse la voluntad de reiniciar los
    correspondientes pagos de intereses y capital de la
    deuda externa pública, la que se expresa en las continuas
    negociaciones encaradas por el gobierno argentino y el FMI, el G7
    y particularmente con el gobierno de EEUU. Ese es el
    espíritu de la Resolución 73 del Ministerio de
    Economía
    antes comentada y que fuera recientemente formulada (25/04/02).
    La voluntad política del gobierno no es la
    suspensión, sino, la renegociación y
    reanudación de los pagos.

    En ese sentido se pronunciaron los gobernadores de las
    provincias argentinas en su acuerdo con el gobierno nacional
    mediante 14 puntos, de los cuáles, el primero reconoce la
    necesidad de retomar el cumplimiento de los compromisos
    externos.

    Con ello queda claro, que más que una voluntad
    política de repudio de la deuda externa, lo que
    existió fue la imposibilidad de continuar con el pago de
    los intereses y la renegociación de los vencimientos de
    capital por cierre de las fuentes
    internacionales de financiamiento.

    Fueron innumerables las especulaciones realizadas
    previamente con la hipótesis del repudio de la deuda. Sin
    embargo, a cuatro meses de la suspensión de los pagos no
    se verifica una debacle del sistema
    financiero mundial, aunque la "represión" sobre la
    Argentina se hace sentir con el cierre de cualquier canal de
    financiamiento hasta tanto no se acuerden las condiciones con el
    FMI para la reinserción del país al mercado de
    crédito
    mundial.

    El caso argentino puede ser esclarecedor a los fines de
    considerar las consecuencias resultantes de asumir o no una
    política de subordinación a los condicionantes del
    endeudamiento externo.

    La deuda externa constituye un mecanismo de
    subordinación económico y político, al
    tiempo que funciona como instrumento privilegiado de la
    acumulación capitalista del núcleo de empresas que
    definen el poder y el
    curso del desarrollo del capitalismo
    local.

     

    II Los datos del
    endeudamiento (2)

    El stock de Deuda del Sector
    Público Nacional (Cuadro I) alcanza a 144.453 millones
    de dólares al 31 de diciembre de 2001. De ellos, el 38%
    está en títulos, el 57% en préstamos y el 5%
    restante en letras del tesoro (endeudamiento de corto plazo),
    donde buena parte del mismo fue colocado compulsivamente entre
    los bancos oficiales
    nacionales (BNA y BICE) y las AFJP.

    Estos porcentajes generales de distribución de la deuda, principalmente
    títulos y préstamos se modificaron sustancialmente
    durante el 2001, ya que 42.258 millones de dólares (29.25%
    de la deuda total) en títulos se canjearon durante el
    año por préstamos. El canje se realizó
    principalmente con los tenedores locales de la deuda.

    Del total de la deuda
    pública, 22% es con los Organismos Internacionales,
    9.65% con el FMI (13.951 millones de dólares), 6.69% con
    el Banco Mundial
    (6.673 millones de dólares), 6.02% con el BID (8.704
    millones de dólares). Estas deudas no entraron en la
    suspensión, por lo menos hasta fines de abril de
    2002.

    La deuda con Organismos Oficiales (Club de París,
    Gobiernos) es del 3.09% (4.476 millones de dólares) y
    tampoco entran en el diferimiento de pagos. La
    participación de los bancos comerciales es menor y solo
    alcanza al 1.39% (2.015 millones de dólares).

    El 72% está expresada en dólares, el 18%
    en euros y más del 4% en yenes, con lo que las tres
    principales monedas acumulan casi el 95% del conjunto de la
    deuda. En pesos está nominada un poco más del 3%
    (Cuadro II).

    El Cuadro III señala claramente las dificultades
    procesadas durante el año 2001 y que se expresan en el
    monto de las colocaciones financieras realizadas en el mercado
    internacional, superiores a los 32.000 millones de
    dólares, y particularmente al elevado costo en que se
    materializaron, superior en promedio al 12%. Precisamente, cuando
    la política norteamericana incluyó sucesivas
    disminuciones de la tasa de
    interés durante el año. El sobreprecio de la
    deuda argentina se vincula al riesgo de esa
    deuda.

    Pueden apreciarse en Febrero, operaciones de
    canje por 1.594 millones de dólares y más
    importante aún, en junio, un canje por 28.980 millones de
    dólares, incluyendo aquí tasas que van del 7% al
    15,5%. Esos canjes eran parte de una política de
    reprogramación de plazos y condiciones (garantías)
    para superar el inminente riesgo de default. En efecto, si la
    vida promedio de la deuda total es de 8,3 años, para los
    títulos es de 7,30 y para los préstamos 14,83 y con
    los organismos internacionales se reduce a 3,67. La
    extensión del plazo en préstamos se vincula a la
    reprogramación aludida en 2001 que llevó los
    vencimientos de la deuda hasta enero de 2031. Se canjearon
    títulos de pronto vencimiento por préstamos de
    más larga duración y con garantías en la
    recaudación fiscal.

    El canje de deuda tenía previsto un nuevo tramo,
    esta vez con los tenedores externos de la deuda. Ello no fue
    posible, ya que en medio de las negociaciones sobrevino la crisis
    política que hizo caer al gobierno nacional.

    Los vencimientos de capital de la deuda pública
    (Cuadro IV) eran insostenibles en el presente y próximo
    año, incluso en el horizonte hasta el año 2005 los
    montos a cancelar eran muy elevados, aún sin adicionar
    nueva deuda de corto y mediano plazo.

    Sumaban 24.614 millones de dólares los
    vencimientos de capital en 2002 y 17.145 millones de
    dólares en 2003. La cifra disminuye porque no se incluye
    la deuda de corto plazo (letras del tesoro), ya que las
    licitaciones a diciembre de 2001 vencen en mayo de 2002. La
    continuidad de las proyecciones hacían pensar un 2003
    más comprometido aún, sin considerar el crecimiento
    del endeudamiento de corto plazo en el 2002.

    Se verifica que el efecto "benigno" de la
    reprogramación llega hasta el año 2007, que en
    condiciones de normalidad constitucional será fecha de una
    renovación presidencial. Se puede afirmar que era una
    forma de lanzar la bola hacia delante y en camino "resolver" los
    problemas.

    En el Cuadro V puede observarse como fue cambiando la
    proporción de tenedores externos e internos de la deuda
    pública. Así, si a diciembre de 1997 el 72% del
    monto de la deuda estaba en manos de residentes externos, esos
    guarismos se reducen a 68% para el mismo mes en 1999, 64% a fines
    de 2000 y 57,50% en el registro de
    diciembre de 2001. Contrariamente, los residentes locales pasan
    de detentar el 28% en 1997 a sumar 42,50% en 2001.

    Esta situación se explica por el papel de los
    bancos que actúan en el mercado local y las AFJP en la
    captación de títulos de la deuda. Ambas entidades
    fueron utilizadas por el gobierno nacional, como ya
    señalamos, para colocar compulsivamente deuda de corto
    plazo.

    El Cuadro VI da cuenta de la evolución de la deuda en los últimos
    10 años, precisamente aquellos de aplicación del
    régimen de convertibilidad (3) .

    En ese período la deuda se incrementó en
    2,27 veces, pasando de 61.000 millones de dólares a
    139.000 millones de dólares.

    Pero, mientras el sector público no financiero
    más el BCRA lo hizo en 1,66 veces, de 52.000 millones a
    87.000 millones, el sector privado lo hizo en 10 veces, de 3.500
    millones a 35.000 millones y el sector financiero excluído
    el Banco Central en
    3,28 veces, de 5.000 millones a 16.000 millones.

    Debe preocupar ese crecimiento relativo del
    endeudamiento del sector privado, particularmente cuando son
    muchas las empresas privadas (p.e. algunas transnacionales de
    servicios
    públicos privatizados) que han declarado su
    situación de default en los últimos días y
    que demandan al Estado
    políticas compensatorias que les facilite
    reanudar su operatoria financiera, o de lo contrario retirar sus
    inversiones
    del país.

    Existen ejemplos de servicios
    públicos privatizados que volvieron a la orbita estatal
    luego de los fracasos privados, tal el caso del agua en la
    Provincia de Tucumán y recientemente en la Provincia de
    Buenos Aires
    con la empresa
    Azurix, propiedad de
    la ENRON. (4) En el artículo del Dipló se menciona
    el caso de Telecom Argentina que "se declaró en moratoria
    sobre su deuda externa de 3.250 millones de dólares. El
    default de Telecom fue el mayor para una empresa
    privada en la historia
    argentina".

    Siguen los autores señalando que "una veintena de
    grandes corporaciones, incluyendo varias empresas privatizadas de
    servicios públicos como Aguas Argentinas, Transportadora
    de Gas del Norte y
    Metrogas, se declararon en cesación de pagos…". La
    situación de las empresas no deja de ser complicada; los
    vencimientos de obligaciones
    negociables hasta fin de año llegan a los 3.930 millones
    de dólares. Los meses más difíciles
    serán los de Julio y Agosto, ya que hay vencimientos por
    932 millones de dólares y 750 millones
    respectivamente.

    Asistiremos seguramente a un escenario donde las
    empresas privatizadas continuarán pujando por lograr
    aumentos en las tarifas de sus servicios o por obtener subsidios
    por parte del Estado, como una forma de evitar sufrir el impacto
    devaluatorio, que impacta sobre sus balances por el lado
    financiero y que profundiza la depresión
    de un mercado interno vital para su estrategia
    "rentística".

    Los Cuadros VII y VIII dan cuenta de la
    concentración de vencimientos de la deuda del sector
    privado y financiero, que entre ambos acumulan 52.000 millones de
    dólares.

    Para el sector privado no financiero, los vencimientos
    se acumulan en un 50% hasta el 2003 y para el sector financiero
    sin el Banco Central, más del 60% es de corto plazo, es
    decir, con vencimientos en el 2002.

    Finalmente, el Cuadro X señala algunos ratios de
    interés, destacando que la relación
    deuda/PBI supera el 50%.

    Esta relación se modifica sustancialmente luego
    del cambio de la
    paridad cambiaria a comienzos de enero de 2002. A fines de abril
    de 2002 la cotización del dólar se encontraba a una
    paridad de $3 por dólar y de ese modo, la relación
    deuda/PBI alcanza 150%, comprometiendo y condicionando seriamente
    la evolución económica de la sociedad
    argentina.

    Midiendo la deuda como porcentaje de las exportaciones se
    obtiene un valor del
    455%, necesitándose más de 5 años de
    exportaciones para cancelar la totalidad de la deuda externa
    pública.

     

    III – Los problemas derivados
    de la deuda

    Existen problemas fiscales evidentes, los que
    resultan de un creciente compromiso de los recursos fiscales
    para el pago de los intereses de la deuda externa.

    En el marco del estancamiento de los ingresos e
    incluso de su reducción, la permanente expansión
    del gasto por intereses afectó la posibilidad de sostener
    otros rubros del presupuesto,
    particularmente aquellos de carácter social y los relativos al empleo e
    ingresos salariales de los trabajadores del Estado y la población con cobertura
    previsional.

    En la década del 90, ese crecimiento de los
    desembolsos por intereses se produce luego de la
    refinanciación suscripta bajo el Plan
    Brady.

    En efecto, si en 1992 los intereses abonados fueron
    3.500 millones de dólares, en el 93 llegaron a 3.600
    millones y se elevan al año siguiente hasta 4.700 millones
    (94). La suba desde 1995 se acrecienta en forma importante,
    siendo de 6.300 millones ese año, de 7.300 millones en
    1996; 8.800 millones en 1997; 10.300 millones en 1998; 11.300
    millones en 1999; 12.300 millones en 2000 y 12.000 millones en
    2001. Este último guarismo representa el 22% del total del
    gasto
    público presupuestado. Esa evolución de los
    intereses se hacía insostenible.

     

    Intereses pagados 1992/2001.

    1992

    1993

    1994

    1995

    1996

    1997

    1998

    1999

    2000

    2001

    3.494

    3.609

    4.775

    6.374

    7.351

    8.827

    10.347

    11.329

    12.351

    12.086

    Fuente: Ministerio de Economía (millones de
    dólares).

     

    Pero aún siendo importante el problema fiscal que
    se deriva de la deuda, más destacable es su papel como
    facilitador de los mecanismos económicos y
    extraeconómicos que definen la acumulación de
    capitales y ganancias.

    En efecto, el endeudamiento fue utilizado como argumento
    ideológico para la privatización de las empresas
    públicas. Debe recordarse que en la última parte de
    la gestión
    del Dr. Alfonsín (1983/1989), especificamente desde fines
    de 1988 se suspendieron los pagos de la deuda. Estos se retomaron
    en los primeros años de la
    administración gubernamental del Dr. Menem, primero
    parcialmente (año 90), lo que permitió luego,
    renegociar la deuda en las condiciones del Plan Brady: los bancos
    acreedores se sacaron de encima la incobrable deuda, largamente
    amortizada en sus balances, tanto por previsiones propias, como
    por disposiciones precautorias de las entidades de supervisión de los respectivos
    países.

    Recibieron a cambio títulos nuevos, garantizados
    por bonos del tesoro
    norteamericano y que además, pudieron colocar en el
    mercado global
    de capitales. Entre otros, crecieron los tenedores argentinos de
    esos títulos. Los bancos comerciales transnacionales
    pasaron de ser los principales acreedores de la deuda externa
    argentina en 1992, en tanto prestamistas, a representar
    actualmente el 1.39% del total de la deuda y eventualmente contar
    títulos en cartera que pueden colocar en el mercado
    secundario de títulos.

    El tema tiene importancia, ya que alguna
    disposición política relativa al no pago de la
    deuda tenía a los bancos comerciales como principales
    afectados. El Plan Brady los liberó de esa posibilidad y
    en la actualidad buena parte de esos títulos, como vimos,
    está en manos de residentes argentinos, especialmente por
    las inversiones derivadas del
    fondo de capitalización que resulta de los aportes de los
    trabajadores al régimen de jubilaciones.

    Debe anotarse a ese efecto la privatización del
    régimen previsional, iniciada en 1994 y que al 31 de marzo
    de 2002, los fondos de jubilaciones y pensiones acumulaban $24
    mil millones de pesos, en manos de 12 Administradoras de Fondos
    de Jubilación y Pensión (AFJP).

    Dicho fondo generado en los últimos años
    está invertido principalmente por títulos de la
    deuda pública externa. Eso explica, entre otros, el cambio
    importante de tenedores de la deuda externa de residentes
    externos a locales.

    Desde el Plan Brady hasta el presente se operó un
    cambio de la deuda externa, de créditos con los bancos comerciales a
    títulos públicos y crecieron los tenedores locales,
    perdiendo exposición
    financiera los externos. Es un proceso de
    "nacionalización" de la deuda externa.

    Los títulos públicos (emitidos por el
    Gobierno Nacional y entes estatales, incluyendo economías
    regionales) siguen siendo el principal instrumento de la cartera
    de inversiones de las AFJP, afectando el 67% de los fondos. Las
    acciones y
    títulos privados representan el 16% del fondo total y los
    depósitos a plazo fijo el 7%. Los títulos valores
    extranjeros aumentaron su participación y representan el
    6%. (5)

    Si la renegociación de la deuda se procesa entre
    los años 91/93, el proceso privatizador se concentra entre
    1992/94. Uno de los argumentos ofrecido era que el Estado
    cedía (vendía) patrimonios generadores de
    endeudamiento.

    Los datos de las privatizaciones reflejan la valorización
    reducida de las empresas y la carga al presupuesto estatal de las
    deudas de esas empresas. El consenso social fue extendido en los
    dos sentidos: debían enajenarse las empresas
    públicas para achicar el Estado y al mismo tiempo, se
    tenía que honrrar la deuda cancelándola.

    Esos mecanismos ideológicos y
    propagandísticos utilizados para ganar consentimiento
    deben considerarse instrumentos extraeconómicos. En rigor,
    también pueden consignarse como tales las acciones
    represivas contra la resistencia a las
    privatizaciones y al pago de la deuda y permanente
    subordinación al FMI, a los bancos transnacionales y al
    conjunto del sistema
    financiero internacional.

    Entre los mecanismos económicos más
    destacables puede consignarse el papel del endeudamiento
    público para favorecer la fuga de capitales, las remesas
    de utilidades al exterior del sector privado y el importante
    papel estatal en la atracción de excedentes de capital
    para acrecentar las reservas internacionales. Un elevado nivel de
    reservas contribuía a sostener una imagen de
    país confiable en el destino del capital.

    En ese sentido puede observarse como la Argentina fue
    favorecida con el flujo internacional de divisas en la
    primera parte de la década del 90 en relación a sus
    socios del MERCOSUR,
    particularmente el Brasil, que es la
    economía de mayor potencia relativa
    y absoluta. La ecuación se modifica sustancialmente entre
    1996 y 2000.

    MERCOSUR: Flujos de inversion
    extranjera directa – 1994/2000 (%)

    Fuente: INTAL

     

    1988/93

    1994

    1995

    1996

    1997

    1998

    1999

    2000

    Argentina

    57,9

    55,8

    49,2

    39,2

    32,4

    20,1

    43,3

    24,9

    Brasil

    39,2

    39,7

    48,1

    59,2

    66,4

    78,6

    56,2

    74,5

    Paraguay

    1,6

    2,1

    1,3

    0,8

    0,8

    0,9

    0,1

    0,2

    Uruguay

    1,3

    2,4

    1,4

    0,8

    0,4

    0,4

    0,4

    0,4

    MERCOSUR

    100

    100

    100

    100

    100

    100

    100

    100

    Mercosur/AL

    29,8

    21,0

    34,5

    34,1

    38,7

    43,7

    50,7

    52,1

     

    El financiamiento externo ha sido un mecanismo de
    acumulación del sector privado y que al mismo tiempo
    realimentó un proceso de déficit fiscal recurrente
    que demandaba mayores ingresos de creditos internacionales.
    (6)

    Ello responde a las formas de la acumulación de
    capitales a partir de la crisis de los 70. En efecto, puede
    señalarse la convergencia de la evolución del
    endeudamiento externo con la fuga de capitales (7) , de
    particular interés a partir de la expansión de la
    deuda a fines de los años 70 con la dictadura
    militar.

    La conclusión de los autores es que "por cada
    dólar que entraba vía el endeudamiento externo
    había otro que se fugaba al exterior. Con posterioridad a
    la crisis financiera de 1981 y al estallido de la crisis mexicana
    de 1982, el estado argentino se hace cargo de una parte
    significativa de la deuda externa privada a través de la
    instrumentación de los seguros de
    cambio. Por lo tanto, en esos años el endeudamiento
    externo no solo sirvió para financiar la fuga de capitales
    sino que, asimismo, el estado, al estatizar la deuda externa
    privada, efectuó una transferencia de recursos hacia el
    capital concentrado sin contrapartida alguna."

    Según cálculos oficiales, la fuga de
    capitales se estima en 106.000 millones de dólares,
    mientras que para el equipo de economía de FLACSO, que
    dirige Basualdo, los valores
    alcanzan a los 150.000 millones de dólares.

    Cualquiera de ambas cifras que se puedan considerar,
    tienen relación con el elevado endeudamiento registrado a
    fines de diciembre de 2001, que tal como señalamos alcanza
    a 144.000 millones de dólares.

     

    IV – Algunas referencias
    históricas

    Ni la deuda ni la crisis de la deuda son un tema nuevo
    en la Argentina. Nuestra historia podría
    remitirse al papel de la deuda pública en la constitución del Estado Nacional,
    crédito con la Bahring Brothers mediante, pero no es
    nuestro objeto remitirnos al Siglo XIX.

    Es más, en la edad de oro del
    capitalismo, en la posguerra, Argentina se inserta en la
    división internacional del trabajo sin
    problema de endeudamiento. Esta es otra historia y en ella
    tampoco nos detenemos.

    El problema remite a los cambios económicos,
    políticos y sociales impulsados desde el gobierno militar
    en 1976. Entre 1976 y 2001 se pagaron intereses por 139.000
    millones de dólares, una cifra similar a los 144.000
    millones que figuran con monto de deuda al final del periodo,
    habiendo comenzado con 9.700 millones de dólares. Un
    crecimiento espectacular de 1450%, para haber abonado en
    intereses lo mismo que se adeuda actualmente.

    La deuda externa crece entre 1976 y 1983 un 370%, ya que
    de 9.700 millones de dólares, se pasa a 45.590 millones de
    dólares en esos años. Con el agravante citado
    anteriormente, de la estatización de la deuda externa,
    proceso consolidado en 1982 en oportunidad de presidir el BCRA el
    Dr. Domingo Cavallo.

    Debe consignarse en este periodo el endeudamiento
    deliberado e innecesario de las empresas públicas, por
    caso la petrolera estatal YPF, fuertemente endeudada al mismo
    tiempo que crecía el precio del
    petróleo en escala
    mundial.

    También se incrementa la deuda por gastos militares
    y en armamentos. En el periodo militar se registra el conflicto
    limítrofe con Chile a fines de 1978, la guerra por
    Malvinas con
    Gran Bretaña en 1982 y las demandas derivadas del terrorismo de
    Estado impuesto por la
    dictadura
    genocida entre 1976 y 1983.

    Las empresas privadas también fueron inducidas al
    endeudamiento en momentos de bajísimas tasas de
    interés internacional. El ministro de economía
    de la dictadura, Dr. Martínez de Hoz, provenía de
    la principal organización de representación de la
    cúpula empresaria, el Consejo Empresario
    Argentino (CEA) y al momento de asumir era presidente de la
    acería ACINDAR, empresa con el
    mayor nivel deendeudamiento externo a finales de la
    dictadura.

    Ya en tiempos de gobiernos constitucionales, entre 1983
    y la actualidad, la deuda sigue su crecimiento.

    Durante la gestión radical del Dr.
    Alfonsín (1983/1989) se pasa a 65.650 millones de
    dólares, es decir, un 44% más. En este periodo se
    inician procesos de
    renegociación con el FMI y la banca
    transnacional. Comienzan las primeras operaciones de
    capitalización de la deuda externa y no se puede llevar
    adelante el proyecto global
    de privatizaciones que se efectivizará en el turno
    siguiente.

    Bajo las dos administraciones del Dr. Menem (1989/1999)
    el saldo alcanza a 146.400 millones de dólares, es decir,
    una expansión de 123%. En rigor, el crecimiento no es
    mayor por efecto de las privatizaciones que acercaron liquidez al
    fisco (18.000 millones en tres ejercicios) y del Plan Brady, que
    representó una disminución del monto de la deuda al
    momento de su suscripción.

     

    Crecimiento de la Deuda Externa
    Pública

    Año

    Monto
    (millones)

    Gobierno

    Crecimiento (%)

    1976

    9.700

    Militar

    370 (45590/9700)

    1983

    45.590

    Comienza
    Alfonsín

    44 (65650/45590)

    1989

    65.650

    Comienza Menem

    123 (146400/65650)

    1999

    146.400

    Comienza De la
    Rúa

     

     

    En los dos años de la presidencia del Dr. De la
    Rúa, el registro al 31 de diciembre de 2001 es de 144.452
    millones.

    Debe mencionarse que entre diciembre de 2000 y un
    año después, antes de la caída del gobierno,
    los temores de default eran constantes y llevó el costo
    del dinero para la
    Argentina a tasas verdaderamente usurarias, con el valor de
    riesgo internacional superior a cualquier país, aún
    aquellos que atravezaban también crisis de
    endeudamiento.

    Así, se negocia una ayuda internacional en
    diciembre 2000, conocida como "blindaje financiero" por casi
    40.000 millones de dólares (8) , los que se colocaron a
    disposición del país ante una emergencia de pagos.
    Esos fondos no fueron desembolsados en su totalidad e
    incluía aportes de los organismos financieros
    internacionales, algunos países (p.e. España) y
    bancos comerciales.

    El ex ministro Cavallo se encontraba negociando un
    desembolso de esos fondos cuando fue despedido por la
    movilización popular el 19 de diciembre de
    2001.

    Durante 2001 se hacen dos operaciones de canje de
    títulos, una en junio por 28.000 millones de
    dólares y otra en noviembre por 42.000 millones de
    dólares con tenedores locales de la deuda, principalmente
    bancos y AFJP. En este caso, se otorgaron préstamos
    garantizados a cambio de los viejos títulos devaluados,
    estirando los plazos de vencimiento (años de gracia
    incluídos), modificando las tasas de interés y
    ofertando mejores garantías (recaudación). Uno de
    los objetivos
    buscados desde hacía mucho tiempo era garantizar la deuda
    con recaudación fiscal.

    Ese canje incluyó a los tenedores locales de
    títulos de la deuda externa y constituyó el primer
    tramo de una operatoria que se extendería a todos los
    acreedores externos. Renegociación suspendida por la
    crisis política y que hoy se recrea por el nuevo gobierno.
    Entonces se señaló, que si las condiciones del
    segundo tramo mejoraban las del primero, los acreedores locales
    podían recomponer su canje de títulos a las nuevas
    mejores condiciones.

    Esa deuda resultante del canje fue pesificada a febrero
    de 2002 a $1,40 por cada dólar más el Coeficiente
    de Estabilización de Referencia (CER), índice que
    acompaña la inflación a precios
    minoristas. De ese modo, el canje de deuda pasó a
    expresarse en pesos, es decir, 70.392 millones de pesos (42.000 x
    1,40 + 20%), que a $3 por dólar alcanzan a comprar 23.464
    millones de dólares (70.392/3). Son datos de referencia a
    fines de abril de 2002.

    Los tenedores locales de esos títulos canjeados
    aún no han aceptado estas nuevas condiciones y en rigor
    tienen plazo legal durante el mes de mayo de 2002 para aceptar o
    rechazar las condiciones de la pesificación más la
    aplicación del índice CER. En mayo se cobra la
    primera cuota de intereses.

    Es más, durante el mes de Mayo se discute la
    aplicación de un plan de devolución de
    depósitos "incautados" (corralito) con títulos en
    dólares, los que rescatarían los préstamos
    garantizados otorgados en la última parte de la
    gestión De la Rúa y Cavallo. En definitiva,
    dejarían de tener efecto las disposiciones de la
    pesificación operada en febrero de 2002.

    Estas medidas tienen efecto diferenciado en AFJP y
    Bancos.

    Recordemos que las AFJP manejan un fondo de 24.000
    millones de pesos, de los cuales el 67% estaba colocado en esos
    títulos y con los cuales, unos 16.000 millones,
    transformados en pesos y a la paridad 3 a 1 vigente a fines de
    abril, apenas representan 8.960 millones de dólares
    (16.000 x 1,40 + 20%). Una licuación que se descarga sobre
    un fondo de capitalización con destino a las jubilaciones
    futuras de 9 millones de asociados al régimen de
    capitalización previsional que administran las AFJP
    vinculadas a los bancos transnacionales que operan en la
    Argentina.

    Las AFJP analizan esas condiciones ya que quedan
    expuestas a juicios ulteriores de los beneficiarios de esos
    fondos. Insistimos, que esa situación se devela en los
    próximos días, según se resuelva con el plan
    de bonos para rescatar depósitos bancarios pesificados y
    reprogramados, o con la aceptación de la
    pesificación más CER.

    Buena parte del resto de los títulos que fueron
    pesificados están en manos de los bancos, los que tienen
    una situación diferente a las AFJP, ya que los bancos
    serán compensados por el Estado mediante un bono que cubra
    la asimetría de la pesificación de créditos
    por valores un peso igual a un dólar y los
    depósitos con una relación de 1 dólar a 1,40
    pesos. Ese bono se carga al presupuesto que se financia con
    impuestos
    regresivos, ya que los impuestos al consumo
    constituyen la principal fuente de ingresos fiscales.

    De todos modos, lo dicho en torno al plan
    bonos para AFJP, tendrá validez también para los
    bancos.

    Si se mantiene la pesificación más CER
    habrá una disminución de deuda externa
    pública en los registros
    contables del sector externo. De lo contrario, con el plan bonos
    en tratamiento, todo vuelve a la moneda de referencia a diciembre
    de 2001 y los montos totales de deuda se mantienen.

    Durante el 2001 las reservas líquidas del BCRA
    cayeron a 14.500 millones de dólares en diciembre y
    siguieron cayendo hasta los 12.780 millones en marzo de 2002 que
    registra la última información disponible (9) . Según
    la Dirección Nacional de Cuentas
    Internacionales (10) , durante el año 2000 se perdieron
    439 millones y durante el 2001, la perdida alcanzó 12.083
    millones de dólares, en una sucesión que se hizo
    insostenible en el último trimestre de 2001.

     

    Caída de Reservas
    Líquidas

    2000

    2001

    -439

    -12.083

     

    Año 2001. Perdidas x trimestre

    1 trim

    2 trim

    3 trim

    4 trim

    -3.886

    -1.439

    -262

    -6.497

     

     

    Evolución de las Reservas Líquidas del
    BCRA

    Dic 01

    Ene 02

    Feb 02

    Marz 02

    14.551

    13.947

    13.871

    12.780

     

    Los capitales se retiraban de la Argentina y se cerraban
    las fuentes de
    financiamiento externo. El poco dinero que ingresaba lo
    hacía a valores de usura.

    La cesación de pagos se impuso de hecho. Los
    títulos de la deuda se cotizaban al 30% de su valor y la
    credibilidad en la capacidad de pago del Estado era practicamente
    nula. En esas condiciones era necesario "barajar y dar de
    nuevo".

    Desde EEUU, tanto Allan Meltzer como Charles Calomiris
    hablaban de una renegociación con una quita del 40% de la
    deuda. Los mercados ya descontaban cifras mayores.

    En ese punto se encuentra hoy el debate de la
    deuda pública en la Argentina, la que seguramente
    disminuirá en valores absolutos, pero como consecuencia de
    la devaluación y pesificación
    continuará afectando gravemente la relación del
    endeudamiento con el PBI. Eso ocurrió con las
    renegociaciones en los 80 y en los 90 (Brady).

     

    V – Final
    abierto

    Hoy se encuentran "diferidos" los pagos de la deuda
    externa pública, excepto los servicios de la deuda con los
    Organismos Multilaterales de Crédito y con organismos
    oficiales del exterior; los bonos previsionales en manos de sus
    tenedores originales; de aquellos que los obtuvieron por
    situación de desaparición forzada o en
    trámite judicial; de mayores de 75 años y aquellos
    que los obtuvieron por desvinculación laboral y casos
    individuales donde se afecte la salud del titular del bono.
    (11)

    También está abierta una negociación con el FMI, condición
    impuesta por el G7, por EEUU e incluso por la Unión
    Europea, oportunamente informado a la Argentina por medio de
    la presidencia española en este primer semestre de 2002.
    El visto bueno del FMI abriría las puertas del
    financiamiento internacional.

    "El mundo está listo para ayudarlos cuando hayan
    llegado al fondo de lo soportable", dijo sobre la Argentina el
    Secretario del Tesoro norteamericano, Paul O´Neill. (12)
    Resta conocer ¿cuál es el fondo de lo
    soportable?

    Es dificil que el gobierno argentino satisfaga las
    demandas del FMI. La flotación del dólar
    está significando una constante variación alcista
    de la paridad cambiaria deteriorando cada vez más la
    capacidad de compra de una población sumida en la
    recesión por cuatro años, con caída del
    ingreso de los sectores populares, con índices elevados de
    desempleo y
    pobreza, del
    22% y el 50% respectivamente.

    El ajuste fiscal con fuerte impacto en el empleo
    provincial es otra de las medidas exigidas y de dificil
    instrumentación debido a la conflictividad
    social.

    Es que tanto gobernadores como legisladores, más
    allá de la disposición a subordinarse a las
    orientaciones del capitalismo global, reconocen el repudio social
    extendido en la frase "que se vayan todos", popularizada en todo
    debate público.

    La impronta de la participación popular es la
    novedad en el nuevo ciclo político y económico de
    la Argentina a partir de 2002. Ya no cuenta solamente el FMI y el
    gobierno, el Parlamento o la Justicia. El
    nuevo sujeto es el pueblo movilizado y una consigna asentada en
    el reconocimiento de que es lo que no se quiere. No hay
    propuestas instaladas más allá del no, a la deuda y
    al FMI en la materia que
    nos compete en este escrito.

    Queda desde una perspectiva intelectual y militante
    recordar las innumerables propuestas sustentadas por distintas
    organizaciones
    sociales y políticas, y aún por personalidades,
    rechazando la deuda externa y sus condicionalidades, contra la
    apertura indiscriminada y especialmente de la cuenta de capitales
    (13) . Al mismo tiempo que la demanda por
    una nueva organización económica de la sociedad.
    Pero ese, es otro tema y remite a la discusión por el
    Socialismo.

    Buenos Aires, principios de
    mayo de 2002

     

    Notas

    1. MINISTERIO DE ECONOMIA.
      Resolución Nro. 73/2002. Publicada en el Boletín
      Oficial del 30/04/02. Resumen de la disposición:
      diferimiento de pagos de los servicios de la
      deuda
      publica hasta el 31 de diciembre de 2002 o hasta que se
      complete la refinanciacion de la misma, si ello ocurre antes de
      la fecha mencionada. Existen obligaciones exceptuadas de la
      suspensión.
    2. Los datos fueron obtenidos del sitio en Internet del
      Ministerio de Economía de la República
      Argentina: www.mecon.gov.ar
    3. La Ley de
      convertibilidad que establece la paridad de un peso con un
      dólar tuvo vigencia desde el 1 de Abril de 1991 y
      rigió hasta la devaluación dispuesta por el
      actual gobierno nacional en Enero de 2002.
    4. Mabel Thwaites Rey y Pablo Maas, "Default de las
      multinacionales", en Le Monde Diplomatique, el Dipló,
      Mayo 2002.
    5. Los datos provienen del sitio en Internet de la
      Superintendencia de Administradoras de Fondos de Jubilaciones y
      Pensiones (S.A.F.J.P.) www.safjp.gov.ar
    6. Un análisis detallado de estos
      fenómenos puede encontrarse en "La
      Globalización Económico-Financiera. Su
      Impacto en América
      Latina", Clacso, Buenos Aires, Enero 2002, Julio Gambina
      compilador. Especialmente los artículos allí
      publicados sobre "La fuga de capitales en la Argentina" de
      Eduardo M. Basualdo y Matías Kulfas; "Vulnerabilidad
      externa y dependencia de la economía
      argentina" de Julio Gambina, Alfredo T. García,
      Mariano Borzel y Claudio Casparrino. Tambien pueden encontrarse
      argumentos en "La bolsa o la vida. Las finanzas
      contra los pueblos", Eric Toussaint, Edición en español traducida por Alberto Nadal. Se
      trata de un texto muy
      documentado que contiene a modo de ejemplo el estudio de caso
      de la Argentina y Ruanda.
    7. Eduardo Basualdo y Matías Kulfas,
      op.cit.
    8. Operación negociada por José Luis
      Machinea, primer Ministro de Economía de la Presidencia
      De la Rúa.
    9. Información del BCRA
    10. Sitio en Internet del Ministerio de
      Economía.
    11. Resolución 73/2002
    12. La Nación, 5/05/02
    13. Declaración final del Tribunal Internacional
      de los Pueblos sobre la Deuda Externa, reunido en Porto Alegre,
      Brasil, en oportunidad de realizarse en dicha ciudad el
      Foro Social Mundial, a
      comienzos de febrero de 2002. Son varias las organizaciones
      argentinas que allí participaron y entre otras suscriben
      el pronunciamiento Diálogo 2000, ATTAC – Argentina,
      CTA, etc.

    Por: Julio C. Gambina*

    Profesor Titular de Economía
    Política en la Facultad de Derecho de la Universidad
    Nacional de Rosario. Presidente de la Fundación de
    Investigaciones Sociales y Políticas,
    FISYP. Miembro fundador de ATTAC-Argentina.

     

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