Monografias.com > Economía
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Deuda Externa y Liberación Nacional



     

    Todo lo que nos rodea es falso e
    irreal.

    Es falsa la historia que nos
    enseñaron, falsas las creencias económicas que nos
    imbuyeron.

    Falsa las perspectivas mundiales que nos presentan y las
    disyuntivas políticas
    que nos ofrecen. Irreales las libertades que los textos
    aseguran.

    Todo lo material, todo lo venal, transmisible o
    reproductivo, es extranjero o está sometido a la
    hegemonía financiera extranjera.

    Raúl Scalabrini Ortiz.

     

    EL NUEVO
    REPARTO DEL MUNDO

    No cabe ninguna duda que entramos en una época
    nueva. La caída del bloque socialista, encabezado por la
    Unión Soviética, la superioridad militar yanqui, la
    unidad europea y el fracaso o retroceso de muchos movimientos
    nacionales del Tercer Mundo, ha permitido que los portavoces del
    Nuevo Orden Mundial proclamaran la muerte
    definitiva del EstadoNación,
    la
    globalización capitalista, los beneficios del mercado y la
    democracia
    libeal a todo el mundo, y la muerte del
    socialismo.

    Las consecuencias de esta nueva situación mundial
    no tardaron en hacerse sentir en la Argentina.

    En 1989, Menem llega al
    poder amparado
    por las tradicionales banderas del peronismo, para
    cambiar al otro día, adaptándose a los nuevos aires
    que corren por el planeta. La Justicia
    Social, la Independencia
    Económica y la Soberanía Política, motores del
    movimiento
    creado por el General Perón,
    fueron tirados al tacho de los desperdicios y reemplazados por
    los arquetipos del capital
    financiero imperialista: apertura económica,
    desrregulación y libertad de
    mercado y privatizaciones. Justamente lo contrario de la
    doctrina y práctica peronistas.

    El peronismo, que con Perón había
    realizado la Revolución
    Nacional, con Menem se convierte en le verdugo de la
    Revolución, en el brazo ejecutor de la
    contrarrevolución.

    "Como hongos
    después de la lluvia brotaron los conversos, los
    revolucionarios quebrados, los nacionalistas que abdicaban, los
    peronistas y nacionales que clausuraban en algún
    rincón del tibio poder, un ciclo de lucha.

    "Las nuevas condiciones mundiales llegaban a justificar
    lo injustificable. Fueron legión los intelectuales
    y políticos que en su afán de mimetizarse,
    arrojaron "el agua de la
    bañera junto con el bebé". Todo el sistema de viejos
    partidos de la Argentina dependiente, incluidos los que
    aborrecían a Menem por su procedencia peronista, se
    plegaron al nuevo curso y aplaudieron, con entusiasmo o
    resignación, el servilismo menemista al Amo
    Imperial.

    "En nombre de los nuevos tiempos, el país en su
    conjunto pegaba un gigantesco salto atrás, como guiado por
    un misterioso poder, que evocaba a aquel de la obra de Lope de
    Vega: "¿Qué capitán es este; qué
    soldado de la guerra del
    tiempo?".

    "Pero no había tal misterio. Detrás de los
    actores de superficie se movían las fuerzas desplegadas
    del capitalismo
    mundial." (Alberto Guerberof, "Cambio de
    Mano").

    Terminada la guerra
    fría, que para muchos fue la Tercera Guerra Mundial,
    varios centros de poder, en lucha entre sí, vinieron a
    suplantar a los dos bloques anteriores: EE.UU., cuya
    hegemonía nuclear es indiscutible; Rusia, que a
    pesar de sus crisis y el
    desprendimiento de varias de las naciones sojuzgadas, sigue
    manteniendo su estatus de potencia nuclear;
    Europa y Japón.

    Los EE.UU., Europa y Japón, enfrentados a una
    terrible guerra comercial, emplean por ahora, las armas de los
    subsidios y el proteccionismo, obligados por la crisis mundial
    del sistema capitalista.

    Es que nos encontramos ante una nueva crisis de
    superproducción, pero ahora superalimentada por las
    nuevas
    tecnologías. La robótica, la informática y la automatización en la producción de los países
    capitalistas centrales, por no haberse creado las necesarias
    condiciones sociales para absorberlas, no solamente han creado un
    masivo y nunca visto desempleo en los
    países del Primer Mundo, sino que ha volcado al mercado
    mundial una verdadera catarata de excedentes comerciales y
    financieros, cuya colocación en los mercados periféricos del Tercer Mundo, es el motivo
    principal del enfrentamiento entre las corporaciones
    transnacionales y los países imperialistas que las
    sustentan.

    Lo que caracteriza la nueva situación
    política y económica internacional es, sin embargo,
    la definitiva declinación económica
    norteamericana.

    "La inversión norteamericana, sencillamente no
    tiene jerarquía mundial. La inversión en
    fábricas y equipos, por miembro de la fuerza de
    trabajo, es la
    mitad de la que hay en Alemania, un
    tercio de la japonesa. El gasto civil en investigación y desarrollo es
    de un 40 a un 50 % que el de Alemania y Japón. Las
    inversiones en
    infraestructura física son la mitad
    de las que estaban realizando a fines de 1960". (Lester Thurow,
    "La guerra del siglo XXI").

    El Déficit comercial de Estados Unidos
    con Japón, fue en 1993 de 60.000 millones de
    dólares, y ha seguido aumentando de manera variable. De
    allí las presiones para que Japón abra su economía a las
    importaciones
    yanquis.

    Estas presiones, agregadas a la amenaza de una abierta
    guerra comercial, no pueden esconder la pérdida de
    competitividad
    del capitalismo estadounidense.

    La búsqueda de competitividad obliga a los
    monopolios, sean estos yanquis, europeos o nipones, a bajar
    costos a
    cualquier precio, sobre
    todo dirigiendo sus inversiones hacia países de bajos
    salarios y sin
    leyes ni
    cargas sociales.

    Como muestra basta un
    botón: a principios del
    año 2000, cobró estado público la denuncia
    hecha en el propio Senado norteamericano contra la empresa
    Topper, que posee manufacturas en varios estados del sudeste
    asiático. Particularmente sobre el estado de
    reducción a la esclavitud y la
    servidumbre que padecen los obreros de esta empresa en
    Malasia. Esto, en mayor o menor medida, sucede en todos los
    países del Tercer Mundo.

    Para más abundamiento, reproducimos un
    artículo de Juan José Balatti del 2 de febrero de
    2001:

    "La empresa más grande del mundo por beneficios y
    capitalización bursátil, estudia el despido de
    75.000 trabajadores. Estamos hablando de General Electric, y es
    una noticia aparecida el 2 de febrero de 2001 y no en octubre de
    1929. Pero no es la única, la Daimler Chrysler se anota
    con 26.000 despidos, Lucent Technologies con 16.000, General
    Motors con 14.400, Worl Com con 10.000, JC Penney con 5.500, Ford
    con 4.100, Xerox con 4.000 y Textron 3.600, todos estos solamente
    dan 169.650 sin olvidar las punto.com y otras.

    Desde hace algún tiempo la crisis de
    energía eléctrica que afecta a California, la sexta
    economía
    mundial, hace repensar el modelo de la
    privatización del sector, que fuera junto
    al inglés
    y al argentino modelos
    exportados al mundo. Hoy se piensa que fue un error separar la
    generación de la distribución y que la ganancia no debe ser
    el único objeto de estas empresas, al ver
    la no-inversión en nuevas fuentes de
    producción y la imposibilidad de enfrentar el aumento de
    consumo.

    A partir de 1989 las políticas de Reagan y
    Thatcher sembraron las semillas de las privatizaciones y
    desrregulaciones para crear un moderno Imperio Romano,
    donde lo sacro es la especulación a la cual bautizaron
    globalización. El árbol hoy ya crecido
    muestra sus frutos.

    Como es romano, también el imperio de la
    especulación globalizada comienza a desintegrarse dentro
    de sus territorios originales.

    A partir de Nixon que eliminó el respaldo
    oro al
    dólar y luego Cartes con su "destrucción controlada
    de la economía", ambos apuntalados por padrinos de la
    Reserva Federal como Volker y Greenspan, se desmanteló la
    infraestructura y la economía de los Estados Unidos y su
    "éxito"
    sólo fue la especulación financiera con Wall Street
    a la vanguardia,
    sumado al manejo de los usureros intereses de los
    préstamos, al lavado proveniente de la droga,
    venta de armas
    u otras actividades non sanctas. En esto consistió el
    ejemplo de la potencia dominante de los últimos
    años. Sin olvidar la otra gran estafa cometida por Wall
    Street y el gobierno por
    medio del famoso efecto Y2K, cuando se anunció que el
    1º de enero del 2000 el sistema informático mundial
    entraría en crisis.

    Nada pasó. Salvo la fabulosa venta de equipos,
    servicios y la
    creación de un fondo de reservas que catapultaron los valores
    tecnológicos a una especulación desenfrenada que
    duró hasta hoy, donde asistimos al derrumbe de las
    acciones de la
    nueva economía.

    ¿Se acuerdan cuando el profeta nos decía
    que el pez muere por la boca y se pudre por la
    cabeza?.

    Algo de esto les pasa a los nuevos emperadores y
    comienzan a balbucear en el Banco Mundial,
    en Davos y en otros foros que algo se hizo mal, que algo falta
    hacer. Los seres humanos pueden comer pescado muerto pero no
    podrido, saben que les hace mal.

    En los últimos 12 años del llamado "boom"
    ininterrumpido, los Estados Unidos han importado enormes
    volúmenes de mercaderías y bienes del
    resto del mundo. Así funcionó la locomotora de la
    economía mundial, comprando en el exterior sus insaciables
    productos de
    consumo.

    ¿Pero cómo los pagó?.

    Los pagó con los dólares de los
    extranjeros, ya sean europeos, japoneses u otros, que afluyeron a
    Estados Unidos atraídos por la euforia de la bolsa
    americana, y porque en ese país las inversiones de capital
    rinden más. Con estos dineros, no suyos, han comprado los
    bienes para su consumo a crédito. Por esto hoy tienen el más
    gigantesco déficit comercial de toda su historia y son el
    país más endeudado del mundo.

    La fiebre del
    consumo configuraba una explotación extrema, los Estados
    Unidos pagaban con dólares sobrevaluados la fuerza de
    trabajo de los países emergentes que a su vez pagaban
    salarios de esclavitud. Ahora con la recesión pueden
    aparecer otros problemas
    internos y externos.

    El modelo fue importador de última instancia y
    especulador de primera y única instancia. La burbuja
    especulativa se desinfla y el consumidor yankee
    debe ajustarse el cinturón.

    La crisis se manifiesta a toda orquesta.

    La solución a la crisis: como en toda orquesta
    que desafina: afinar los instrumentos, cambiar la partitura y
    sobre todo echar al director por incapaz." (Juan José
    Balatti, "La crisis global se manifiesta a toda
    orquesta").

     

    AMÉRICA LATINA
    FINANCIA AL PRIMER MUNDO

    En la década del 80 al 90, Latinoamérica fue vaciada
    sistemáticamente. Según el Banco
    Interamericano de Desarrollo (BID), en este lapso nuestros
    países perdieron un promedio de 80.000 millones de
    dólares anuales. Las formas en que se operó este
    hecho fueron muchas, pero principalmente esta evasión se
    realizó a traves del pago de intereses de la deuda externa,
    deterioro de los términos del intercambio y fuga de
    capitales.

    "Latinoamérica debía, en 1979, 191.000
    millones. Desde ese año ha pagado intereses por 1.165.000
    millones.

    A pesar de lo cual, en 1999 debía aún
    750.000 millones". (Juan Gabriel Labaké,
    "¿Qué es la deuda externa?")

    Los logros económicos, sociales y
    científicos, conquistados por las luchas de los
    movimientos sociales del continente, fueron aniquilados.
    Creció en su lugar, la desindustrialización, el
    desempleo, el analfabetismo,
    el déficit habitacional y la enfermedad. A
    confesión de partes, relevo de pruebas:

    Mientras entre 1969 y 1979, la tasa de crecimiento para
    América
    Latina y el Caribe tuvo un ritmo anual del 5,8 %, entre 1980 y
    1987 cayó al 1,3 %. El producto bruto
    por habitante fue en 1986 el mismo que en 1977. A su vez, la tasa
    de inversión pasó del 25,2 % en 1969/70 a
    sólo el 20,8 % en la década del 80. (CEPAL, Balance
    preliminar de la Economía Latinoamericana,
    1987".)

    El mismo informe
    evalúa en 145.000 millones de dólares la
    transferencia de recursos de
    Latinoamérica al exterior sólo entre 1982 y 1987.
    Sin embargo, la deuda externa latinoamericana siguió
    creciendo…

    SEgún el F.M.I., la deuda que en 1989 era de
    410.000 millones de dólares, creció a 443.000
    milones en 1993, a pesar de las supuestas reducciones del
    Plan Brady y
    la liquidación de las empresas públicas de los
    países de América
    Latina. Latinoamérica pagó todo lo que
    debía al principio del período, pero aún
    sigue debiendo a la banca
    imperialista mucho más.

    Pero esto no es todo. Según un informe del
    GATT, en 1991 y
    1992 las exportaciones de
    Latinoamérica se incrementaron un 10 %, pero en
    dólares sólo subieron un 4 %.

    Las importaciones, en cambio, tuvieron un aumento en
    precio y volumen del 35
    %.

    Esto ayudó, según el mismo informe del
    GATT, a consolidar las exportaciones de la naciones
    industrializadas, "contrarrestándose los efectos de la
    recesión que atraviesan". Esto ha generado "una
    situación contra natura, en la cual los países
    necesitados de capital están exportándolo a los
    países ricos…el mundo al revés" (Gregorio
    Iriarte, "La realidad Latinoamericana"), "la deuda dejó de
    ser un proceso de
    intermediación para transformarse en una entidad
    autónoma, autorreproducible, desligada del financiamiento
    del desarrollo y por el contrario, obstaculizándolo. El
    monstruo adquirió vida propia". (Eric Calcagno, "La
    perversa deuda externa".)

    La política neoliberal aplicada por Menem y sus
    socios latinoamericanos, y su exacta continuación por
    parte del gobierno de Fernando De la Rua, se contrapone con la
    estrategia
    económica de los países centrales, que multiplican
    sus medidas de protección y defienden encarnizadamente sus
    mercados, mediante medidas de protección impositiva y los
    subsidios a los productores. Los EE.UU. necesitan compensar con
    los recursos de la Nación
    Latinoamericana los niveles de vida de sus 300 millones de
    habitantes. Compensar, mediante nuestra miseria, el alto costo de su mano
    de obra y su gigantesca burocracia
    (sólo en la ciudad de Nueva York hay 1.000.000 de
    empleados públicos). los sueldos principescos de sus
    ejecutivos, su industria
    militar, su sociedad
    opulenta y consumista. Todo a costas de la miseria de
    América Latina, con obreros a 3 dólares por
    día, sin jubilaciones o con jubilaciones de hambre, sin
    subsidios familiares, sin salud y sin asistencia
    social. Asimismo, la plena ocupación lograda bajo el
    gobierno de Clinton, se complementa con los formidables
    ejércitos de desocupados de toda la América
    Hispana, con jóvenes que nunca consiguen su primer
    empleo, que
    salen de los colegios con su título bajo el brazo que no
    sirve para nada, sus nubes de vendedores ambulantes, que no
    venden nada, sus chicos que mueren de hambre, su miseria
    económica y biológica, su decadencia
    cultural.

    Ésta es la verdadera razón de las
    políticas de ajuste.

    "En lugar de solicitar créditos al exterior es nuestra
    producción la que debe otorgarlos. Avellaneda dijo: la
    Argentina pagará ahorrando sobre el hambre y la sed del
    pueblo. Pues debemos hacer todo lo contrario: 1) porque las
    cuentas que nos
    presentan son falsas, 2) porque las necesidades del pueblo
    están por encima de los derechos de los acreedores.
    Y sobre esta moratoria, reinvertir en el país lo que hasta
    ahora son giros al exterior… Cuando los argentinos vivan como
    tienen derecho a vivir, no necesitaremos depender de los
    mercados, que se llevan a vil precio nuestra producción.
    Esto no es un programa, sino la
    enunciación de unas cuantas soluciones
    inmediatas… Hay que reconquistar la economía, la
    cultura y la
    política para el pueblo argentino". (Arturo Jauretche,
    periódico Forjando de Rojas (PBA)
    9/4/1941)

     

    MENEM

    Anatomía de una
    contrarrevolución

    La Argentina no estuvo al margen de los grandes cambios
    mundiales. Es más, sus grupos
    oligárquicos fueron pioneros en las transformaciones que
    institucionalizara el llamado "Consenso de Washington" en la
    década del 80: desrregulación, apertura importadora
    y privatizaciones.

    Desde la contrarevolución de 1955 empezó
    la aplicación de las recetas del liberalismo
    económico, que se prolongaría hasta el breve
    período del retorno de Perón al poder en 1973. Los
    constantes ataques contra el "Estado mal administrador",
    la "mala calidad y el alto
    costo de la industria nacional", la falta de "libre empresa" y el
    poder sindical que encarecía la mano de obra, fueron
    frases constantemente repetidas en este período en que se
    fue desmontando lentamente el edificio levantado por el
    peronismo, de un capitalismo nacional con justicia social y alto
    grado de independencia,

    "La obsesión del régimen (de 1955) era
    borrar de la faz de la tierra todo
    vestigio de peronismo con una artillería de proyectos
    económicos, políticos y sociales que apuntaban a
    recomponer la vieja alianza de clases y recortar el ímpetu
    social del Estado. A los militares esto no les parecía una
    misión
    imposible. Lo primero que hicieron Aramburu y Rojas fue bendecir
    el plan económico de Raúl Prebisch, un integrante
    del equipo consultor de las Naciones Unidas, aunque sin cargo
    oficial en el gobierno. El 12 de enero (1956) Prebisch
    había dado a conocer su plan económico: devaluación del peso,
    desnacionalización de los depósitos bancarios y fin
    de los controles sobre el comercio, con
    la esperanza de estimular las exportaciones, especialmente
    agrícolas.

    Sin embargo, la caída de los precios
    internacionales redujo las ganancias previstas, mientras
    aumentaban las importaciones de bienes de consumo, con la
    consiguiente disminución de las reservas monetarias."
    (María Seoane, "El burgués maldito")

    "Es que el reaccionarismo libeal, producto del gobierno
    de la burguesía que dominó al mundo durante
    más de un siglo, imagina haber alcanzado fórmulas
    invariables que sirven a la convivencia humana en todos los
    lugares y para todos los tiempos, Según ellos, lo que fue
    buenopara el siglo XIX debe serlo para el actual y para los
    venideros. Para ellos no son fórmulas temporales sometidas
    a las circunstancias, sino principios invariables y permanentes".
    (Juan Domingo Perón, "Latinoamérica, ahora o
    nunca")

    Los principios son invariables, pero los instrumentos
    no. El Proceso Militar, con la dupla Videla-Martínez de
    Hoz, dio paso a la democracia controlada y colonial de
    Alfonsín-Sourrielle, sin quebrar el continuismo
    económico y financiero. Así el Proceso
    endeudó al país sin que se capitalizara la
    economía nacional, creando una deuda externa
    ilegítima y fraudulenta que Alfonsín y luego Menem
    y De la Rua, pagaron y seguirán pagando sin ni siquiera
    chistar. Sólo como ejemplo a recordar, apuntamos que al 24
    de marzo de 1976, la deuda externa argentina sumaba unos escasos
    7.100 millones de dólares. Afines de 1981, nuestra deuda
    externa era de 31.794 millones de dólares.

    Para más datos sobre este
    tema, aconsejamos remitirse al dictámen que sobre la deuda
    externa argentina dictó el juez Jorge Ballestero, luego de
    un juicio iniciado y mantenido por el patriota Alejandro Olmos
    durante 18 años (1982-2000). No podemos, sin embargo dejar
    de señalar unos párrafos de este fallo que, a
    nuestro juicio, marca no
    sólo la complicidad manifiesta de los sucesivos gobiernos
    desde 1976 a la fecha con este drama argentino, sino
    también la responsabilidad concreta de los
    acreedores:

    "Llama poderosamente la atención la permisividad de los organismos
    financieros internacionales, y la actitud
    concordante de la misma banca extranjera que hoy reclama a la
    República Argentina el pago de sus
    créditos.

    El FMI es en la
    actualidad el principal control del
    funcionamiento del sistema
    financiero internacional.

    Por ello, se debe determinar la co-responsabilidad y
    eventual culpa de los organismos financieros internacionales (FMI
    y Banco Mundial, especialmente) y de la banca acreedora, porque
    durante el período examinado (1976 a 1982) concurrieron a
    nuestro país muchas misiones técnicas
    del FMI para analizar la marcha de la economía.

    Además, concurrieron a nuestro país
    misiones técnicas del Banco Mundial con el mismo fin y
    para tratar el financiamiento de proyectos.

    ¿Qué recomendaciones realizaron el FMI y
    el Banco Mundial sobre la economía
    argentina y su grado de endeudamiento externo?

    Los bancos
    tenían en aquel entonces gran interés en
    colocar sus fondos en los países en desarrollo, sin
    interesarles ni el destino que se les daría ni la
    capacidad de pago de los deudores.

    Se concluye que los bancos acreedores, el FMI y el Banco
    Mundial también actuaron con imprudencia, y dieron
    créditos movidos por el afan desmedido de colocar los
    fondos provenientes del auge de la explotación petrolera".
    (Juez Jorge Ballestero, "Dictámen del juicio Alejandro
    Olmos s/denuncia")

    El fallo deja también en claro que la deuda es
    ilegítima y fraudulenta porque:

    1) La contrajo un gobierno militar sin control del
    Parlamento.

    2) No existen registros
    contables de la deuda externa, sus intereses y de los avales
    del Estado.

    3) La existencia de una contabilidad
    paralela en el Banco Central.

    4) Los créditos tomados en bancos extranjeros
    eran depositados en plazos fijos en esos mismos bancos, a una
    tasa de
    interés inferior a la que se pagaba para conseguir
    el
    dinero.

    5) Las empresas públicas ean forzadas a
    endeudarse paa obtener divisas con
    las que sostener la apertura económica.

    6) Las divisas obtenidas ean volcadas al mercado de
    cambios para favorecer la apertura económica.

    7) No había control sobre la deuda
    contraída por empresas privadas con avales del
    Estado.

    8) La
    administración de la deuda se transfirió a un
    comité de siete bancos lideados por el Citibank. Dicho
    comité determina cuánto debe el país, a
    quien y cuánto debe pagar.

    9) El Estado se hizo cargo de la deuda
    privada.

    Sin embargo, lo que brilla con luz propia en
    este período, es el violento viraje del menemismo al campo
    de la reacción neoliberal y pro imperialista.

    ¿Qué pasó?

    Para el cipayaje antinacional, el proyecto nacional
    y social de Perón, al que fue fiel toda su vida, no
    sólo había fracasado sino que estaba enterrado por
    la historia. Los nacionalismos populares y revolucionarios del
    Tercer Mundo carecían de vigencia, y continuar en ellos,
    sólo podía llevar al atraso y al
    aislamiento.

    Es la hora del "mercado", y lo moderno son las
    anquilosadas fórmulas del liberalismo, no la
    autodeterminación de los pueblos y el desarrollo de una
    técnica y una industria propias, y la meta de una
    equitativa distribución de la riqueza. El ajuste
    estructural, las privatizaciones masivas e indiscriminadas, la
    flexibilización laboral
    (precarización) y la libertad de mercado, estos son los
    nuevos dogmas que hace suyos el menemismo con la fe de los
    apóstatas, en que se decide a abandonar las banderas
    nacionales y populares, y estrechar filas junto al imperialismo.
    Como en el juego de un
    ilusionista, Carlos Saúl Menem, que en 1973 había
    proclamado con su habitual irresponsabilidad y siendo gobernador,
    a "La Rioja, primera provincia socialista de la República
    Argentina", en 1989 cerraba su pacto con Bunge y Born primero, y
    ya decidido y de la mano de Domingo Cavallo, su total entrega con
    armas y bagajes a la oligarquía financiera y la globalización imperialista.

    El giro del menemismo no obedece a razones meramente
    personales o a la traición del personaje (la que, por
    cierto, existió). En gran medida y desde el principio,
    Menem aparece vinculado a sectores de la burguesía
    nacional de provincias. "Se trata de un estrato de origen
    inmigratorio sirio-libanés, que comenzó
    invariablemente en el comercio minorista y luego (sobre todo bajo
    el gobierno proteccionista de Perón) expandió sus
    actividades al campo de la minería,
    los cultivos regionales, el comercio mayorista y las industrias de
    transformación primaria. Ese estrato ha cumplido en las
    provincias andinas, en las proporciones del caso, el papel
    motor que la
    burguesía de origen italiano y español
    cumplió entre los dos siglos en el litoral agrario y
    ganadero" (Roberto Ferrero, "Más allá de Menem").
    En este sector podrán rastrearse los orígenes de
    muchos miembros del entorno de Menem. Sin embargo, este sector
    empezó a desmembrarse por las crisis de las
    economías regionales, produciendo muchas contradicciones y
    desprendimientos críticos. "Al asumir el control del
    Ministerio de Economía, adquirió singular peso la
    Fundación Mediterránea de Domingo Cavallo,
    creación del empresariado cordobés (grupo ARCOR, entre
    otros) de mayor complexión capitalista y mejores
    vínculos con los organismos financieros internacionales.
    Este peculiar eje social del menemismo da cuenta, por su
    debilidad intrínseca, por su temor reverencial ante los
    monopolios y banqueros extranjeros y por su carencia de una
    conciencia
    nacional industrialista, de la vertiginosa capitulación
    del gobierno menemista, y el afianzamiento – convertibilidad
    mediante – de un modelo neoliberal dirigido al arrasamiento del
    capitalismo propio, reforzando el papel desindustrializador e
    importador de la Argentina dependiente; contribuyendo – dicho sea
    de paso – a la amortigüación de la crísis del
    capitalismo central, engrosando sus niveles de
    acumulación." (Alberto Guerberof, op.cit.).

     

    DE PERÓN A
    MENEM

    A nadie escapa que el país que hoy vivimos no es
    el país del 45, que viea el nacimiento del peronismo. Esta
    realidad, sin embargo, no acostumbra a ser explicada. Por
    aquellos años no era la misma la situación de los
    imperialismos que surgían de la Segunda Guerra Mundial, ni
    la situación de la clase
    gobernante, la hegemónica oligarquía ganadera. La
    economía argentina estaba en expansión,
    existía una gran industrialización, al
    interrumpirse las importaciones tradicionales, causadas por la
    guerra, que actuando como una suerte de proteccionismo,
    abrió el curso a la sustitución de gran parte de
    dichas importaciones. Podemos decir, sin temor a equivocarnos,
    que la guerra fabrica fabricantes.

    A consecuencia de esto, crece una clase trabajadora
    fuerte, robusta y nueva, con un peso social inmensamente mayor
    que el que tiene hoy en día, más de cincuenta
    años después. Este marco de nuevas fuerzas
    sociales, que empieza a manifestarse en la Revolución del
    4 de Junio de 1943, que pone fin a la Década Infame, hace
    eclosión el 17 de Octubre de 1945, en el cual tiene inicio
    el peronismo.

    Entre esta Argentina y la actual, no solamente hay
    colosales diferencias, según vimos anteriormente, sino
    puntos de contacto que se niegan a ver los profetas del neoliberalismo
    y muchos pseudomarxistas.

    Antes de 1943, el imperialismo se había apoderado
    de todos los resortes de la economía nacional: bancos,
    moneda, cambios, comercio
    exterior, marina mercante, puertos, comunicaciones, transportes, seguros,
    energía.

    Era necesario cortar el nudo gordiano que estrangulaba
    el sistema de acumulación argentina de riquezas. Por el
    camino de las nacionalizaciones, el gobierno del general
    Perón, organizó con dificultades, aciertos y
    errores, el "monopolio
    capitalista del Estado", poniendo en manos de la Nación la
    conducción económica y el comercio
    exterior.

    El artículo 40 de la Constitución de 1949 estabilizó este
    rumbo de crecimiento nacional por "Vía del Estado" que
    controlaba el comercio exterior y las fuentes de energía.
    "El país retomaba la línea de una Nación
    soberana, conducida por la voluntad de los argentinos". (Eduardo
    Astesano, "Historia Social de América".

    La coexistencia de la Argentina industrial con la
    argentina oligárquica y terrateniente, puso a prueba el
    programa del peronismo. La contradicción se
    resolvió como en el caso de Hipólito
    Yrigoyen.

    "Bueno, esta estructura
    oligárquica, duró muchos años. Aún
    hoy subsiste. Deteriorada, pero todavía vigente. Yrigoyen
    no pudo con ella. La trabó, la enfrentó, pero a la
    postre, ellos acabaron con él. Hasta la Revolución
    de 1943, fue todopoderosa. Sólo nosotros logramos herirla
    de muerte. Por eso nos odian tanto, La herimos, pero no pudimos
    matarla. Prueba de ello, es que hoy estamos aquí, y ellos
    allá. Gobernando." (Eugenio P. Rom, "Así hablaba
    Juan Perón").

    El peronismo, como movimiento nacional de un país
    semicolonial, fue la más importante revolución
    popular de nuestra historia. Pero no se puede entender, si no se
    tiene en cuenta que el contenido principal de toda la
    política del gral. Perón fue impulsar un
    capitalismo nacional autónomo enfrentado a la
    oligarquía nativa y al imperialismo extranjero, apoyados
    los dos en la superestructura cultural y universitaria de su
    tiempo, y por todos los partidos
    políticos, de derecha a izquierda. Y para realizar
    este objetivo se
    apoyó en las grandes masas populares, revolucionando su
    sistema de vida.

    Esto nunca lo entendió el empresariado nacional,
    que se benefició sin embargo de la política del
    peronismo.

    Hoy, partes importantes de lo que queda de ese
    empresariado nacional, tiene los mismos prejuicios y adhieren
    estúpidamente a la política de
    estabilización. Como diría Arturo Jauretche:
    "quieren el capitalismo en la estructura
    social de la estancia; quieren la tecnificación y al
    obrero capacitado, pero lo quieren en patas y sin salario digno;
    quieren un mercado amplio para sus productos, pero no se resignan
    a retribuir el trabajo de
    modo que el mercado tenga poder de compra". (Arturo Jauretche,
    "Política y Economía".)

    La política menemista y su continuación
    delarruista, son totalmente opuestas a la del gral. Perón.
    Lo realizado desde 1989, por el Plan de convertibilidad,
    Impuestazo y Blindaje financiero, es una política
    antinacional y antipopular y, aunque parezca paradójico,
    anticapitalista. Volviendo a Jauretche, "los que piden al
    extranjero el desarrollo capitalista, son anticapitalistas en el
    país".

    La adhesión de Menem y De la Rua y las
    dirigencias justicialista y aliancista (y anteriormente
    alfonsinista) a la política proimperialista, los puso en
    el camino del Proceso, del cual son una versión corregida
    y aumentada.

     

    NUESTRA
    REALIDAD ACTUAL

    Los sucesivos ajustes impuestos por el
    F:M.I. han tenido efectos letales sobre la sociedad argentina. Al
    estabilizar la economía profundizando la condición
    semicolonial, Domingo Cavallo, Roque Fernández y
    actualmente José Luis Machinea (el del Banco Central en la
    época del Proceso, que figura en el juicio sobre la deuda
    externa, junto a Martinez de Hoz y demás compinches), han
    fracturado la realidad social. En el país se pueden
    contabilizar aproximadamente 1,3 millones de profesionales de
    alta calificación, empleados del sector privado, que
    disfrutan de ocupaciones estables y sueldos tan altos como sus
    colegas del Primer Mundo, cobertura privada de salud y enseñanza privada para sus hijos. Entre
    ellos y sus familias son unos 5.000.000, que sumados a los
    aproximadamente 300.000 empresarios, banqueros, terratenientes y
    grandes comerciantes con sus familias, son los beneficiarios
    principales del modelo y del mejoramiento macroeconómico
    que exhibe (o exhibía hasta hace poco) el gobierno del
    Partido Unico del Ajuste. Son los protagonistas del boom del
    consumo.

    En los bordes de esta Argentina viven los 2,1 millones
    de profesionales y técnicos de media calificación y
    un núcleo reducido de funcionarios nacionales y
    provinciales. Fuera del modelo quedan los 3.000.000 de jubilados,
    los 4.000.000 de desocupados y subocupados, y los aproximadamente
    3.5 millones de trabajadores de la industria, el comercio y los
    servicios.

    Del tercio de incluidos en el modelo, da cuenta el
    incremento de la venta de autos 0 Km.
    Allí está el origen de la reactivación de la
    construcción, con casas y departamentos
    elegantes en la zona norte de Capital Federal, los countrys, las
    playas elegantes. Son los ricos y famosos que salen en las tapas
    de Caras y Gente, apologistas del más degenerado American
    way of life. Son deportistas, ministros, políticos,
    periodistas estrella, modelos o estafadores internacionales, o
    todo al mismo tiempo, en la Argentina globalizada. Son los que
    despilfarran el ahorro
    argentino en Miami o Punta del Este, cuando no lo encanutan en
    las Islas Caimán, mientras estalla la bronca y la protesta
    en Santiago del Estero, Tierra del
    Fuego, Jujuy, Cutral-co, Corrientes, Tartagal o La
    Matanza.

    Compartiendo la misma ciudad, 15 villas miseria exhiben
    el otro rostro de la Argentina. Otros cientos de miles viven en
    inquilinatos o casas tomadas. Es la geografía del hambre,
    del cirujeo, de la desesperación. Los que tienen suerte,
    hacen changas y sus mujeres son sirvientas "por hora". Son los
    descalificados por los periodistas de la
    televisión y los funcionarios gubernamentales, son los
    colgados de la luz, son los chicos de la calle, de la droga, de
    la enfermedad, del pequeño delito para
    sobrevivir. Son los que vemos en los noticieros, ensangrentados,
    tirados en una vereda o una zanja, muertos al intentar el asalto
    imposible. O son los un poco más privilegiados
    policías, que ganan $ 400.- para defender los intereses de
    quienes los explotan a todos, a ellos y a los desesperados
    delincuentes, los muertos. ¡Cuatrocientos pesos para matar
    o hacerse matar! Si no fuera tan dramático, si no
    estuviéramos hablando de vidas humanas, sería para
    morirse, pero de risa. ¡Pobres contra pobres, que
    sarcasmo!.

    Pero son apenas la muestra de un grupo mayor, que suma
    más del 40% de los habitantes del conurbano bonaerense, y
    que se extiende por las provincias asoladas por el ajuste
    neomitrista como una mancha devoradora. Si el Gran Buenos Aires
    cerró masivamente las fábricas, en el interior la
    apertura de la importación arruinó las
    economías regionales y arrojó a sus trabajadores a
    la más salvaje miseria. Muchos de ellos se lanzan sobre
    Buenos Aires o Rosario, entreverados con los miles de hermanos
    bolivianos, paraguayos y uruguayos, corridos por el ajuste y la
    miseria en sus países de origen.

     

    LAS
    PROVINCIAS

    Para el actual modelo neoliberal, las provincias han
    sido condenadas a la extinción. Para los
    tecnócratas del imperialismo, "son inviables".

    Mientras las construcciones faraónicas de
    Recoleta, Puerto Madero o Retiro, imitan a las capitales del
    norte opulento, el neomitrismo convierte en tierra arasada a
    todas las provincias argentinas, condenándolas a la
    parálisis, el atraso y el éxodo masivo de sus
    poblaciones. Los desequilibrios asumen directamente la forma de
    un saqueo sistemático perpetrado por los grupos dominantes
    radicados en la Capital Federal. Resulta por demás
    revelador el comentario hecho por Raúl Dargoltz sobre el
    santiagazo, que sintetiza la desesperante situación de
    todo el interior: "El santiagueñazo fue la consecuencia
    más directa de los planes de ajuste de los gobiernos
    liberales que destruyeron a la provincia, y que se intensificaron
    en los últimos años con la política
    instrumentada por el Fondo Monetario
    Internacional y llevada a cabo por los economistas de la
    Fundación Mediterránea". (Raúl Dargoltz, "El
    Santiagueñazo – crónica de una rebelión
    popular").

    La integración de las provincias y de las
    regiones económicas del país, tiende a desaparecer.
    La apertura importadora y el tipo de cambio artificialmente alto,
    terminaron con la industria nacional, y dejando sin mercado a las
    economías regionales, y a sus trabajadores sin otra
    posibilidad que el empleo estatal por un salario miserable y sin
    estabilidad.

     

    LOS
    TRABAJADORES

    El movimiento obrero surgido de las históricas
    jornadas de Octubre de 1945, hoy languidece. Durante muchos
    años, en especial desde 1955, la clase trabajadora
    argentina protagonizó una lucha sin tregua en defensa de
    sus intereses, encuadrada en el movimiento nacional encabezado
    por Perón. No pocas veces la lucha sindical o la
    intervención directa de los trabajadores, como en el
    Cordobazo, desbarataron los planes de los gobiernos
    antinacionales y antipopulares. A pesar de los dirigentes
    "participacionistas" y traidores, enfrentó al Proceso y
    pagó su gran cuota de sangre (vale la
    pena recordar a Oscar Smith, Jorge Di Pascuale, Villaflor, y los
    cientos de delegados y activistas gremiales, que pagaron su
    militancia consecuente asesinados por el Proceso) organizó
    huelgas generales y movilizaciones multitudinarias contra
    Alfonsín primero y contra Menem después,
    empeñados en acortar, lo mismo que Martinez de Hoz y los
    militares del Proceso, el espacio social y político de los
    trabajadores. Y vale la pena recordar, para los desmemoriados,
    que durante el gobierno de Menem, entre otros paros y
    movilizaciones importantes, se realizó la Marcha Federal,
    hecho de lucha verdaderamente multitudinario, si los
    hubo.

    Sin embargo, 20 años de ajuste y
    desindustrialización hicieron que el movimiento obrero
    perdiera peso social. El 20% de desocupación y el mismo porcentaje de
    subocupación son la prueba más palpable de este
    hecho.

    Los cambios regresivos en la economía nacional,
    fueron acompañados por una brutal redistribución
    del ingreso a costillas de los asalariados. Estos
    percibían a principios de los 70 un 43 % del ingreso,
    cifra que se incrementó hasta el 50 % en el año
    1974. Pero cayó al 32 % en 1990. Hoy no sabemos cual es el
    porcentaje exacto que perciben, pero es sensiblemente menos. La
    creación de un gigantesco ejército de desocupados
    no es, sin embargo, suficiente para el capital financiero
    internacional. Los convenios colectivos de trabajo, las obras
    sociales, los sindicatos por
    rama de producción, la central obrera única, son
    obstáculos que se cruzan en el camino al ingreso argentino
    al capitalismo globalizado. Y son los gobiernos post Proceso
    (Alfonsín, Menem y De la Rua) los encargados de liquidar
    las últimas conquistas de los trabajadores, mediante la
    flexibilización laboral, que busca bajar aún
    más los insignificantes costos laborales, disminuyendo la
    protección legal, recortando las indemnizaciones por
    despido y accidentes de
    trabajo. Otro medio es reivindicar para el derecho
    laboral la autonomía del Código
    Civil.

    En cuanto a la duración de la jornada de trabajo,
    el proyecto de flexibilización laboral es repugnante, y
    además, inútil. Trabajar 30 días corridos
    sin francos o 12 horas diarias conspira contra la salud de los
    trabajadores, pero también contra la producción,
    por la ley de la
    utilidad
    decreciente. El objetivo es, por supuesto,
    político.

    Que las vacaciones puedan ser dadas por el
    patrón, de acuerdo a su conveniencia, como si los
    trabajadores pudieran ir a practicar deportes de invierno a Villa La
    Angostura o Las Leñas, nos lleva al año 1933, ya
    que fue, precisamente en 1945 que se limitó ese derecho
    laboral…

    Pero esto es una pequeñez, si tenemos en cuenta
    que en lo que respecta a los días laborables, entramos en
    el túnel del tiempo, y aterrizamos en 1905, en que por Ley
    4461 se prohibió el trabajo los días domingo.
    ¡Pero si hasta los conservadores eran más
    progresistas que los modernosos neolibeales de hoy!.

    Como lo expresó desfachatadamente Jeffey Sachs,
    de la Universidad de
    Harvard a su paso por Buenos Aires, para las multinacionales el
    objetivo es "bajar los salarios hasta poder competir con 2.000
    millones de seres que ganan 80 dólares". (¿No
    será mucho?) (Página 12, 14/5/94)

    Frente a esta política antinacional y antiobrera,
    y la ofensiva imperialista, los trabajadores juegan su suerte y
    su sobrevivencia. Y su suerte o su desgracia depende de la
    adopción
    de una estrategia totalmente distinta a la actual, que se
    proponga retomar la ruta de la industrialización del
    país, de Justicia Social, de un crecimiento
    armónico con soberanía e integración
    latinoamericana.

     

    LAS
    FUERZAS ARMADAS

    Las Fuerzas Armadas en nuestro país, lo mismo que
    en el resto de América Latina, han tenido un papel dual.
    En muchas oportunidades han sido instrumentadas por los grupos
    oligárquicos y el imperialismo, y en otras han sido
    autoras de procesos que
    encarnaban los intereses de Sobeanía Nacional o proyectos
    de liberación. En la primea opción, se inscriben en
    nuestra Patria los golpes de 1930, 1955 y 1976. En la segunda
    opción, la del Ejército Nacional, heredero de la
    guerra de la Independencia, de Rosas defensor de
    la Soberanía Nacional, de los caudillos federales, como el
    Chacho Peñaloza y Felipe Varela, el ejemplo más
    claro es, sin nungún género de
    dudas, el de Perón y la geneación militar del 45. A
    este campo pertenecen los patriotas que se alzaron en armas
    contra el gral. Justo en la Década Infame (POmar, Bosch,
    Atilio Cattaneo) y contra la Fusiladora en 1956 (Valle,Irigoyen,
    Cortinez, Cogorno, Ibazeta, etc.), y los que lucharon en Malvinas
    contra el imperialismo, haciendo resurgir las tendencias
    nacionalistas en las Fuerzas Armadas. También es
    importante destacar que algunos sectores de estas mismas Fuerzas
    Armadas fueron pioneros en la creación de industrias
    estratégicas para el desarrollo del país, como la
    petrolera y la siderúrgica (Generales Mosconi y Savio), y
    en las industrias para la defensa (Fabricaciones Militares,
    Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, fabrica de
    tanques, etc.)

    Desde 1955, los altos mandos se vieron vaciados de
    conciencia nacional. Pero pese a la influencia hegemónica
    del liberalismo oligárquico, un cierto sentido de nacionalismo
    profesional y territorial ha persistido. Eso explica el esfuerzo
    patriótico y justo de recuperar las Islas
    Malvinas. Pero por este acontecimiento, también se
    demostraba que una cúpula como la del Proceso,
    comprometida con los intereses antinacionales y antipopulares,
    conducía la guerra en base a una doctrina y una estrategia
    inculcadas por el enemigo, de la misma manera que durante
    décadas se inculcó a los oficiales y suboficiales
    una instrucción inspirada en doctrinas económicas,
    sociales y culturales procesadas por el imperialismo. Esta
    concepción errónea, enfrentó a las fuerzas
    Armadas con el pueblo, y preparó el terreno de la derrota
    militar en Malvinas.

    Al calor de la
    guerra en el Atlántico Sur, librada por oficiales,
    suboficiales y soldados, nuestro pueblo y los pueblos de
    América Latina, como no lo hacían desde la
    época de las guerras de la
    Independencia, se movilizaron conmovidos por una ola de
    patriotismo y antiimperialismo.

    Todo cambió con Malvinas. A pesar de la posterior
    campaña de desmalvinización, que llega hasta hoy,
    la guerra puso sobre el tapete nuestra condición
    semicolonial, nuestra pertenencia a América Latina, y puso
    al descubierto el verdadero rostro de los enemigos del
    país. Puso sobre la mesa, no sólo la falta de
    conciencia nacional de las élites dirigentes y su total
    incompetencia, sino la ausencia de una política militar
    digna de ese nombre, la traición de la partidocracia, y
    los efectos letales de la colonización cultural sobre una
    extensa franja de militares y civiles. Para muchos militares,
    Malvinas significó retomar el camino de la
    Emancipación Nacional del siglo XIX.

    Desde Malvinas, el imperialismo varió su
    estrategia con respecto a las Fuerzas Armadas argentinas y
    latinoamericanas. Apuntó a una reducción tajante de
    las mismas, al desmantelamiento de las industrias de defensa, de
    la autonomía tecnológica.

    El final del proyecto CONDOR II, es el final de una
    historia de presiones imperialesy claudicaciones vergonzosas de
    la dirigencia política.

    El paso siguiente fue la eliminación del servicio
    militar.

    Aprovechando el repugnante crimen del soldado Carrasco
    en Zapala, en abril de 1994, el gobierno menemista puso fin a un
    régimen que, si bien necesitaba una apropiada
    actualización, constituía una vinculación
    permanente y de gran importancia entre las Fuerzas Armadas y la
    sociedad. Les proporcionaba una base de ciudadanos renovable
    anualmente, que integraba en un pié de igualdad a
    todos los argentinos.

    Este acto, que fue aplaudido por el universo
    "progresista", tiene consecuencias importantes en lo inmediato.
    Porque el mal llamado ejército profesional (ya las Fuerzas
    Armadas ean profesionales y contaban en sus filas con
    ciudadanos-soldados), dependerá en lo sucesivo de la
    paga.

    Otro éxito de la "Economía de
    Mercado"…

    Se olvidaron los pseudo izquierdistas en esta
    oportunidad (y no será la última) de sus lecciones
    de historia: el servicio militar obligatorio tuvo su origen en la
    Revolución
    Francesa, y tuvo y tiene el sentido democrático de
    movilizar a todo el pueblo en defensa de la Patria.

    El objetivo propuesto con los planes de reforma militar,
    es abandonar todo concepto de
    defensa nacional y convertir a las Fuerzas Armadas en tropas
    auxiliares de las grandes potencias imperialistas. Algo
    así como las tropas auxiliares bárbaras del Imperio
    Romano. Pruebas al canto: Bosnia, Irak,
    Haití, Chipre, Golán, posiblemente Colombia, a lo
    mejor Venezuela y
    Cuba.

    Después del vaciamiento que padecieron con
    Alfonsín y Menem, las Fuerzas Armadas son un espectro sin
    peso ni destino. Sólo si retoman decididamente el camino
    de la tradición nacional, industrialista, liberadora y
    popular de Ricchieri, Mosconi, Savio, Baldich y Perón, y
    los héroes de Malvinas, podrán emerger del pozo al
    que las arrojó el imperialismo y sus propios
    errores.

     

    EL
    PROYECTO PATRIÓTICO DE LIBERACIÓN
    NACIONAL

    No se trata de elaborar un programa en abstracto, sino
    de retomar un cauce y recuperar la memoria,
    TODA LA MEMORIA.

    Se trata de reanudar el hilo roto de los movimientos
    nacionales del pasado, sacando las lecciones necesarias sobre su
    debilidad y su caída, y de las consecuencias de más
    de 25 años de ajustes salvajes. Se trata de contemplar la
    situación mundial y los espacios que se abren al Tercer
    Mundo a partir de las contradicciones que, viejas y nuevas, se
    agudizan entre las potencias imperialistas. Retomar el hilo de la
    liberación significa que, sabiéndonos continuadores
    del Movimiento Nacional que arranca de las Invasiones Inglesas,
    se prolonga en las guerras de la Independencia, las montoneras
    federales, Rosas y la defensa de la Soberanía Nacional, el
    Yrigoyenismo, el Peronismo, las generaciones del 60 y 70 y la
    gesta de Malvinas, hoy debe continuar en otras condiciones. Las
    banderas son las mismas, y deben ser ratificadas:
    Soberanía, Justicia Social e Independencia
    Económica, Integración Latinoamericana y
    Nacionalismo Cultural.Sólo que los protagonistas no son
    los mismos. ¿Puede recrearse, tal cual, el proyecto
    nacional del 45? ¿Puede recrearse un capitalismo nacional?
    La burguesía nacional, casi inexistente, no es la misma.
    La situación internacional tampoco.

    Por hallarnos en el caso, que han pasado otros pueblos,
    en que las tareas que debe realizar un sector social, ante la
    inexistencia o la debilidad del mismo, debe realizarlo otro. Ante
    la incapacidad del empresariado nacional para realizar la tarea
    de la Revolución Nacional, mediante la conformación
    de un frente de liberación, estas tareas deberá
    realizarlas el Estado. Esto es similar a lo realizado por el
    peronismo en la década 1945/55. Pero existen
    también diferencias. Porque ese empresariado, ayer
    pujante, hoy no lo es; y porque el Estado está devastado y
    debe ser reconstruido, ¿sobre qué bases?. El
    último gobierno del gral. Perón dio algunas puntas,
    al lanzar la experiencia de la autogestión y
    cogestión en las empresas del Estado.

    No se trata, pues, de reconstruir el estado
    burocrático, sino de la construcción de un Estadp
    que recupere para la Nación, los sectores
    estratégicos de la economía. Un Estado fuerte y
    democrático, en el cual el sector
    público reconstituido, deberá basarse en
    mecanismos de autogestión y cogestión de obreros,
    empleados y técnicos. Este Estado será el encargado
    de recobrar el rol orientador y promotor del desarrollo nacional,
    en la planificación democrática de la
    economía y en el lanzamiento de una política de
    reindustrialización.

    Nos adelantamos a las objeciones que se nos
    harán:

    Desde la derecha se nos dirá que este planteo
    contiene elementos socializantes.

    Desde la izquierda pseudo marxista se nos dirá
    que esto no es socialismo. Esto es capitalismo de
    Estado.

    A los dos les respondemos: Sí, es verdad
    ¿Y qué?.

    Respondemos con Rodolfo Puiggros:

    "Las nacionalizaciones desarrollaron el capitalismo de
    Estado.

    …Nos hacemos cargo de la objeción que oponen a
    todo eso los liberales del tipo de los hermanos Rodolfo y
    Américo Ghioldi: "El capitalismo de Estado conduce al
    totalitarismo y las nacionalizaciones nada tienen que ver con el
    socialismo". Hemos oído este
    argumento millares de veces en los últimos años y,
    sin embargo, es un argumento falso, esgrimido de mala fé y
    destinado a resguardar la economía y la propiedad
    privadas monopolistas.

    Nacionalizar no equivale a socializar en el plano
    sentido de la palabra, pero nadie puede dudar que a traves de las
    nacionalizaciones se pasa de la economía y la propiedad
    privadas a la economía y la propiedad sociales.
    Capitalismo de Estado es todavía capitalismo, pero un
    capitalismo que sale de los límites
    privados y trae en sus entrañas elementos de socialismo.
    Los socialistas y comunistas de nuestros días no ven
    más allá del viejo Proudhon y desearían
    encarrilar la evolución de tal modo que se pasara
    directamente al socialismo sin atravesar ninguna etapa y sin que
    el Estado se inmiscuya en otra función
    que no sea la de vigilar que el proceso se cumpla
    espontáneamente". (Rodolfo Puigross, "El proletariado en
    la revolución democrática").

    La finalidad de una política
    económico-social planificada, debe ser la
    satisfacción básica de las necesidades de todos los
    argentinos, cualquiera sea su situación inicial en la
    nueva sociedad.

    En el campo político, es clara ya la crisis de
    representatividad de toda la dirigencia, y crece en la sociedad
    una demanda de
    cambios. Estos deben apuntar a una auténtica democracia
    participativa y social, apoyada en mecanismos directos y
    semidirectos, como las consultas populares vinculantes y la
    revocabilidad de los mandatos.

    Con ayuda de estos mecanismos, al igual que los de
    cogestión y autogestión, se permitirá una
    gran reducción de la intermediación parlamentaria,
    cuya impotencia, ineficacia y corrupción
    son proverbiales.

    Manuel Galvez, en su biografía de Hipólito
    Yrigoyen, describe el juego de partidos antrior al ascenso
    del caudillo radical, y los denomina como "los
    oficialismos".

    Más de ochenta años después, el
    partido de gobierno y la oposición formal, así como
    el conjunto de la superestructura política, desde la
    derecha liberal hasta el progresismo izquierdizante, son
    tributarios de los centros mundiales de poder, e incapaces, por
    consiguiente de interpretar, tan siquiera parcialmente, los
    intereses nacionales.

    Dice Jorge Enea Spilimbergo: "El arte de las
    clases dominantes consiste en elegir su oposición.
    Minoría frente al pueblo, ni aún la violencia las
    mantiene en el poder. Al antagonismo que la explotación
    promueve hay que canalizarlo de modo tal que nunca el ataque se
    dirija contra lo esencial del régimen. La
    oligarquía argentina supo crearse esa oposición
    mientras fue gobierno. Desde el llano, la utilizó para
    dividir y hostilizar al partido del Pueblo. Mostró con
    ello ser una clase avezada en el manejo político" (Jorge
    Enea Spilimbergo, "Historia crítica
    del Radicalismo".)

    La columna vertebral del peronismo, el movimiento obrero
    organizado, disminuido, adelgazado y atomizado, no ha
    desaparecido.

    Sobre esta columna vertebral deberá montarse el
    nuevo cuerpo del movimiento nacional. Son los que más han
    aportado, los que más han opuesto resistencia a las
    políticas antinacionales, y los que más han sufrido
    las consecuencias de los sucesivos ajustes, Todos, ocupados y
    desocupados.

    Son los que deben conducir el movimiento de
    liberación por su política inclaudicable frente al
    imperialismo, que no la han tenido otros sectores. Por ello es
    necesario luchar por una sola C.G.T., conducida por los
    dirigentes surgidos de las bases y la lucha de estos
    últimos años, consecuentes con los intereses del
    pueblo, e inclaudicables en su vocación
    antiimperialista.

    La finalidad de las propuestas esbozadas en estas
    líneas es, mediante una etapa de democracia popular y
    participativa, ir recreando un proyecto de socialismo nacional.
    ¿Por qué socialismo? Porque, en esta lucha
    titánica contra la oligarquía y el imperialismo,
    deberemos derrotarlos o ser derrotados y someternos a su dominio
    definitivo. Y derrotarlos definitivamente significa expropiarlos,
    dejarlos sin los medios para
    reorganizar la contrarrevolución.

    Un socialismo propio, inspirado en la experiencia de las
    masas latinoamericanas y de los movimientos nacionales que ellas
    crearon. Un socialismo que nada tiene que ver con el
    cosmopolitismo de los estériles izquierdistas doctrinarios
    o los progresistas socialdemócratas.

    "Yo no tengo la menor duda de que en el siglo XXI, el
    mundo será socialista. ¿Cómo será
    socialista? Bueno, como fue demócrata liberal capitalista.
    Porque tampoco la democracia libeal capitalista, fue igual en
    todos los países. Fueron diferentes, debido a las
    idiosincracias particulares de cada pueblo y las particularidades
    y necesidades de cada Nación". (Eugenio P. Rom,
    "Así hablaba Juan Perón").

     

    EL SER ES PREVIO
    AL COMO SER

    Decía el general Perón que para hacer
    guiso de liebre, lo primero es cazar la liebre.

    Mucho se ha discutido en el país, y seguramente
    se seguirá discutiendo, sobre la forma en que deben ser
    distribuidos los bienes. Sin embargo en esta discusión
    simplista se pasa por alto que el problema previo para una justa
    distribución de los bienes es que seamos dueños de
    ellos, de manera que la primea pelea no debe ser entre nosotros,
    sino con quien se los lleva. El ser es previo al "como
    ser".

    Hemos visto en las páginas precedentes que
    nuestro país se encuentra en un estado total de
    dependencia desdetodos los planos: económico,
    político, social y cultural. ¿Y de quien depende?.
    Por más vueltas que le demos a la cosa, nuestro
    país y la casi totalidad del Tercer Mundo depende del
    imperialismo anglosajón.

    Debemos recuperar nuestro patrimonio
    nacional: nuestras empresas telefónicas,
    eléctricas, gasíferas,
    petoleras, aéreas, ferroviarias. Nuestros caminos y
    nuestro sistema bancario. Sin ellos es imposible la
    reindusrialización del país, y sin esto nos veremos
    condenados a un futuro colonial de productores de materias
    primas, que no nos permitirá siquiera alimentar a nuestra
    población, y las únicas
    posibilidades para nuestro pueblo sin duda, serán o la
    muerte o Ezeiza. Un futuro cierto de decadencia política,
    social, cultural, económica y biológica, amenaza a
    nuestro pueblo, a los que se queden. Los otros, los que puedan
    irse del país, tendrán un destino de miserables
    "sudacas", sólo aptos para trabajos serviles, en las
    capitales del norte desarrollado. Un destino miserable de
    desarraigados, para colmo perseguidos por el inveterado racismo europeo o
    anglosajón. Las excepciones representadas por algunos
    técnicos y profesionales que puedan realmente integrarse a
    esas sociedades,
    serán puestas como ejemplos para embaucar a los tontos y
    sólo servirán para seguir forjando más
    cadenas de esclavitud para nuestros pueblos.

    Hemos hablado, en páginas anteriores, de
    socialismo nacional. Pero eso es un punto de llegada, no de
    partida. Primero debemos liberarnos de las cadenas imperialistas,
    recuperar nuestras riquezas, sacudirnos el yugo de la deuda
    externa que es ilegítima y fraudulenta, verdadero tratado
    de Vesalles que aplasta como una lápida, y luego ver como
    se distribuyen los bienes con justicia. Como diría Arturo
    Jauretche:

    "Toda demanda de justicia social se identifica con el
    nacionalismo y no hay posible concepción nacionalista en
    un país colonial que no lleve implícita la demanda
    de justicia social".

    El imperialismo no es tan fuerte como quiere aparecer.
    Ya vimos anteriormente que pasa por graves problemas internos y
    externos. Es posible que para aliviar esta presión
    deba recurrir incluso a la guerra. Y esto no es una
    expresión caprichosa. La reanudación de los
    bombardeos a Irak, los sucesos de Medio Oriente, la
    intervención en Colombia nos están marcando esta
    tendencia. Para soportar la crísis, debe crear una
    crísis mayor que reactive su complejo militar industrial.
    Y lo está haciendo. Tony Blair, George Bush y Ariel Sharon
    son sus portaestandartes. Como en tiempos de papá Bush y
    Ronald Reagan se vuelve a hablar de "guerra de las galaxias".
    ¿Contra quien?-

    Es hora de poner en extrema tensión todas
    nuestras fuerzas, y en un esfuerzo supremo, romper las cadenas de
    la dependencia y comenzar a construir nuestras vidas de acuerdo a
    nuestras propias necesidades e ideas. Sino, lo repetimos: es la
    muerte o Ezeiza. Y a los que salen por Ezeiza, quizá les
    toque, sin comerla ni beberla, caer en el caldero ominoso de la
    guerra imperialista.

    No somos apocalípticos, somos realistas. Las
    posibilidades que expresamos son reales y concretas. O nos
    decidimos a ser artífices de nuestro propio destino, o
    seremos víctimas propiciatorias de la desaforada
    ambición imperialista. Ni siquiera seremos contabilizados
    en la columna de las pérdidas.

    Hemos esbozado sólo algunas ideas, lanzado
    algunas puntas, que creemos correctas. No pretendemos haber
    agotado el tema, sino haber contribuido a ponerlo sobre el
    tapete. El resto corresponde a la elaboración y
    discusión abierta, sincera, leal, sin preconceptos de
    todos los argentinos, que hoy sufrimos esta
    catástrofe.

    Los argentinos, sin olvidar nuestros éxitos y
    fracasos, nuestros momentos vividos a veces a oscuras y otras
    veces gloriosos, debemos volver la mirada sobre nosotros mismos,
    para luego ver con ojos propios el cambiante mundo en que debemos
    ensayar los pasos de un nuevo capítulo de nuestra
    prodigiosa aventura histórica.

     

    Lic. Rubén Oscar Tamborindeguy

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter