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Si los GIFs te queman, quema los GIFs




Enviado por Lupus Yonderboy



     

     

    En los espacios antagonistas –de los cuales
    indudablemente forma parte —
    venimos heredando un sólido pack de antis
    (antimilitarismo, antifascismo, antirracismo, antipatriarcado…:
    para una lista más exhaustiva, ver ventana desplegable de
    la ACP). Por
    ejemplo, somos antifacistas prácticamente desde la cuna.
    Nadie tiene que explicarnos cuando entramos en un colectivo por
    qué hay que ser antifas. Viene de suyo.

    Un asunto que evidentemente no recibimos en ese pack por
    defecto es el tema de las patentes. No somos "antipatentes", al
    menos no del mismo modo que somos antifascistas. O, como en el
    tema del anticopyright, lo somos mientras tenga que ver con los
    otros. Por ejemplo, existe la idea bastante asentada de que
    podríamos aceptar en ciertas circunstancias formatos de
    fichero patentados en las páginas de SinDominio. Incluso
    llega a mostrarse dubitativa gente que usa habitualmente sistemas
    operativos libres y que por tanto se beneficia de ese
    software libre
    de patentes.

    Voy a cuestionar los argumentos que llevan a sostener
    que podemos aceptar patentes en ciertos casos cuando, por el
    contrario, no aceptaríamos bajo ninguna circunstancia
    publicidad de
    Micro$oft, Unisys, la BSA (Business Software Alliance, organismo
    de estilo mafioso y poderosísimo que persigue la piratería en el mundo entero) o cualquier
    otra corporación y menos aún una cruz gamada (a no
    ser para tacharla). Pues bien, resulta que para alguna gente las
    patentes son las cruces gamadas del siglo XXI o, al menos, una
    clara amenaza de control
    totalitario. "Aquí te has pasado", pensará
    más de uno y de una. Para quien crea que exagero o que
    hago demagogia con tal afirmación, recomiendo la lectura
    detenida del
    "Derecho a leer"
    , que ilustra muy bien a
    través de un pequeño relato de política-ficción la posición
    de quienes ven en la lucha contra las patentes y contra la
    propiedad
    intelectual en general una batalla en la que nos jugamos una
    libertad
    fundamental. Una libertad fundamental es aquella que da pie a
    otras, como hace un siglo podía ser la lucha por la
    libertad de
    expresión o, más recientemente, la lucha contra
    la cruzada antidroga. No es es el software, no es el derecho a
    consumir drogas o a
    opinar libremente lo único que está en juego en esas
    luchas: es la capacidad de pensar sin ser tutelad@: la capacidad
    de ser libre y cooperar con otra gente, de conducirse de manera
    autodeterminada, requisito previo en cualquier perspectiva de
    "buena vida" (en el sentido clásico de "vida digna de ser
    vivida") o de emancipación social. En este caso como en
    tantos otros, es más cómodo lamentarse que luchar
    cuando aún estamos a tiempo de
    cambiar algo en nuestras vidas.

     

    ¿Qué es un
    algoritmo?

    Un algoritmo es una idea, es un modo mecánico y
    formalizado de resolver un problema en un número finito de
    pasos generalmente bastante simples. Es como una receta de
    cocina. Por ejemplo, el modo de resolver una división
    larga es un algoritmo. Los métodos
    para obtener la raíz cuadrada de cierto número o
    para descomponerlo en factores primos son algoritmos. El
    sistema que nos
    permite ordenar alfabéticamente una lista de nombres o
    jugar bien al tres en raya son también algoritmos. Los
    algoritmos suelen relacionarse con las matemáticas, pero no se restringen a ellas:
    los algoritmos son mucho más frecuentes de lo que creemos
    y se dan también en la naturaleza
    –el mecanismo de la evolución biológica es un
    algoritmo– o en las actividades humanas –la técnica que
    usa un herrero para templar el metal es un algoritmo–. Hay
    algoritmos muy sencillos que los programadores usan
    constantemente y otros complejísimos y de factura
    brillante cuyo diseño
    solo está al alcance de dios, de la naturaleza o de
    cráneos privilegiados. Pero sea sencillo o complicado lo
    que produzcan (un cocido madrileño o la máquina de
    Turing), su ejecución debe ser siempre una tarea tonta,
    mecánica y simple, por lo cual se ajustan
    muy bien al modo de proceder de las máquinas.
    Sin el desarrollo que
    ha tenido en este siglo que se acaba la noción de
    algoritmo, los ordenadores simplemente no
    existirían.

     

    Patentes

    Una patente es un título de propiedad
    industrial, que otorga todos los derechos sobre un nuevo
    invento a quien lo acredita. Hasta hace algún tiempo las
    patentes se concedían de un modo bastante restrictivo a
    las invenciones o las ideas que tenían visos de
    materializarse, lo cual había que demostrar
    fehacientemente con planos y demás documentación. Por ejemplo, no se
    podía patentar uno de esos objetos imposibles que
    diseñaban los surrealistas, ni menos objetos
    poéticos como una pistola que disparase
    endecasílabos (Gelman), un martillo de seda o un golpe de
    oreja (Neruda). Ahora sin embargo, en la era de la información, muchas cosas mercantilizables
    se sitúan en el plano de la inmaterialidad, y se
    está dando un paso más en las legislaciones,
    directo a privatizar las ideas: se patentan los algoritmos, que
    es como decir que se patentan las ideas (también el
    cuerpo: recordemos las patentes sobre cada secuenciación
    –o descripción— de un nuevo gen: equivalente
    a patentar la nariz, el dedo pulgar o el mismísimo orto).
    Como en las biotecnologías y en la ingeniería
    genética, la fiebre de las
    patentes en el software está llegando a extremos
    delirantes con el visto bueno de las autoridades: Amazon
    ha patentado un trivial método basado en
    cookies
    -riéndose de paso en la jeta de
    los pioneros que inventaron el web-, que ha dado
    pie a una campaña de boicot contra Amazon; incluso hay
    gente que ha intentado patentar el bucle for para recorrer
    un array, técnica que para un programador es tan
    básica y cotidiana que equivaldría a algo
    así como que un listo patentase la tabla de multiplicar,
    la micción antes de acostarse o la trempera
    matinera.

     

    El formato
    GIF

    Una vez hecho este preámbulo, vamos al tema que
    nos (pre)ocupa: las imágenes
    en formato GIF. Para obtener y visualizar gráficos comprimidos con este formato es
    necesario utilizar un algoritmo de compresión conocido
    como LZW. El formato GIF (Graphics Interchange Format) se sigue
    usando mucho en Internet para mantener la
    compatibilidad con navegadores
    antiguos; suelen usarse para ilustrar las páginas
    web con pequeños gráficos (iconos, banners,
    etc.) por su reducido tamaño y su carga casi inmediata.
    También se pusieron de moda por la
    posibilidad de incluir pequeñas animaciones, por ejemplo
    los banners publicitarios suelen ser GIFs animados.

    El algoritmo con el que se obtiene el formato GIF
    está patentado por Unisys desde hace quince años.
    Como la propia Unisys explica en sus FAQ, esto significa que para
    comprimir, copiar o mostrar cualquier imagen en formato
    GIF en tu página
    web, deberías ponerte en contacto con el propietario
    de la patente y cumplir sus condiciones de uso (satisfacer la
    módica cantidad de 5000$ USA, aprox. 850.000 ptas)
    o bien deberás atenerte a las consecuencias penales
    derivadas de
    violar la ley de patentes.
    No hay excepciones, y explícitamente menciona al
    "freeware" o software de dominio
    público como sujeto a las mismas reglas en el uso de los
    GIFs.

    Unisys has frequently been asked whether a Unisys
    license is required in order to use LZW software obtained by
    downloading from the Internet or from other sources. The answer
    is simple. In all cases, a written license agreement or statement
    signed by an authorized Unisys representative is required from
    Unisys for all use, sale or distribution of any software

    (including so-called "freeware") and/or hardware providing LZW
    conversion capability (for example, downloaded software used for
    creating/displaying GIF images).

    Creo que la cita, extraída de las actuales FAQ de
    Unisys, no necesita comentarios. El propietario de la patente
    fija esas reglas e incluso puede decidir en un momento dado
    cambiarlas -como así ha hecho, pues en 1995
    permitía el uso de GIFs con fines no
    comerciales-

    The company [Unisys] does not require
    licensing, or fees to be paid for non-commercial, non-profit
    offerings on the internet, including 'Freeware'
    (nota de
    prensa datada
    el 10 de enero de 1995)

    Unisys puede cambiar de criterio las veces que quiera,
    puede incluso no licenciar su uso y que nadie más que
    él utilice "su" idea (cosa que lógicamente no le
    interesa). A algún usuario de sistemas
    GNU/Linux
    quizá le habrá llamado la atención cómo un programa libre de
    la calidad del GIMP,
    que no tiene nada que envidiar al carísimo y pirateado
    Adobe Photoshop,
    entre las decenas de formatos gráficos que soporta no se
    encuentra el formato GIF (si bien, existe un modulo extra no
    libre que le añade esta funcionalidad). Ahora ya sabe por
    qué es.

    Como la patente sobre el formato GIF es estadounidense,
    se puede pensar que esto no nos afecta ni a Europa ni a
    Latinoamérica y por tanto no apoyar las
    campañas anti-GIF que provienen de EE.UU. Ciertamente, en
    Europa es más complejo este asunto y, según los
    pocos letrados avezados en estas lides, no está claro que
    las leyes europeas
    sobre patentes sean aplicables a los algoritmos tal y como lo
    hace la legislación USA. Sin embargo, tenemos un caso
    reciente, el del hacker noruego de
    16 años Jon Johansen, detenido por una orden internacional
    cursada por un juzgado estadounidense y actualmente procesado. Se
    le acusa de violar las leyes internacionales que protegen la
    propiedad intelectual por haber publicado el algoritmo con el que
    se cifraban los discos DVD –el
    esquema de protección CSS, diseñado para evitar que
    la gente se haga duplicados de los contenidos digitales de los
    DVD– y que impide ver películas DVD-vídeo en
    sistemas basados en GNU/Linux o en zonas geográficas
    diferentes a donde fue adquirido el disco. Voy a referirme
    sólo a lo que aquí nos interesa, que es el tema de
    patentes y por tanto no voy ahora a discutir la legitimidad o no
    de los derechos de
    autor: nótese que Johansen y su colectivo MoRE
    (Masters of Reverse Engineering) no se pusieron a vender copias
    pirateadas de The Matrix ni nada parecido: simplemente
    puso en su web a disposición de todo el mundo el algoritmo
    CSS y una herramienta para utilizarlo (DeCSS). Ese fue su
    delito. Mientras tanto, la Unión
    Europea está "actualizando" su legislación
    sobre patentes y todo indica que van a equiparla a la
    estadounidense. La Free Software Foundation lleva algún
    tiempo llamando la atención sobre ello y proponiendo a los
    europeos que se opongan a una ley de patentes ahora que
    aún estamos a tiempo (http://www.freepatents.org/).
    Podemos seguir pensando que a nosotros no nos afecta, pasar del
    tema y poner GIFs tranquilamente "para hacer páginas
    curradas y que todo el mundo las vea bien" o bien podemos
    intentar hacer algo, realmente no demasiado costoso y que no
    impide visualizar bien la página.

    En concreto, hay
    dos soluciones
    para sustituir los GIFs de nuestras páginas web, ambas muy
    sencillas, cada una con sus ventajas y desventajas:

    1) Usar el formato JPEG, que está libre de
    patentes y se visualiza perfectamente con todos los navegadores.
    Es lo que hace, por ejemplo, la Free Software Foundation. Este
    formato es menos eficiente en cuanto a lo ratios de
    compresión que el GIF para pequeños
    gráficos, pero es perfectamente válido como
    solución menos comprometida.

    2) Si somos técnicamente más exigentes y
    queremos un verdadero sustituto del GIF, podemos apostar por el
    formato abierto y libre de patentes PNG. Por ser menos conocido y
    por tratarse de un desarrollo que merece la pena apoyar, a
    él voy a dedicar las próximas líneas (el
    gráfico que encabeza este texto
    está en formato PNG).

     

    El PNG, una alternativa
    libre al formato GIF

    PNG es una especificación libre de patentes para
    definir un formato de archivo de
    imágenes. Este formato se ha desarrollado en los
    últimos cuatro años en respuesta a las limitaciones
    de diseño del obsoleto GIF y a su patente. Como su
    desarrollo es relativamente reciente, no lo soportan los
    navegadores de hace tres o más años, si bien a
    partir de las versiones 4.04 de Netscape y 4.01 de M$IExplorer ya
    lo soportan, al menos parcialmente. Puedes ver la lista detallada
    con las versiones de los navegadores que lo soportan y con
    qué limitaciones en:

     http://www.libpng.org/pub/png/pngapbr.html

    Como los navegadores antiguos no soportan PNG –por la
    simple razón de que el formato no existía por
    entonces–, hay gente que opina que, al usar gráficos en
    formato PNG, se desconsidera o se margina a quienes usan
    ordenadores reciclados con software antiguo. Me parece una
    objeción a tener en cuenta, pero muy discutible como
    veremos a continuación. Para empezar, que suceda esto no
    es nada nuevo, y es inevitable. Desde la primera
    implentación del protocolo
    http y de la
    especificación html que hizo Tim
    Berners-Lee en el CERN suizo ha llovido mucho. El W3C ha ido
    aceptando mejoras y nuevas características en sus
    estándares que los navegadores creados con anterioridad,
    lógicamente, no soportan. Una máxima que se
    mantiene desde el primer cliente web es
    que, lo que no está soportado, no impide (o no debe
    impedir) la carga de la página: que un navegador no
    soporte PNG lo único que produce es que no carga esa
    imagen, y en su lugar aparece un recuadro alternativo con un
    texto: no se impide pues visualizar la información. Una
    buena alternativa para ordenadores antiguos o reciclados son los
    navegadores en modo texto (como el clásico lynx, pero no
    es el único), que son muy ligeros, corren en cualquier
    ordenador y cargan mucho antes las páginas al prescindir
    de las imágenes. De hecho, hay mucha gente con ordenadores
    rápidos que utiliza el lynx, más ligero que
    cualquier otro y que ahorra la engorrosa carga de
    gráficos, animaciones, vídeo, sonido y
    demás parafernalia con que desde hace algún tiempo
    muchos webmasters se empeñan en llenar sus páginas.
    De este modo, creyendo hacerlas más atractivas, sin tener
    para nada en cuenta el consumo de
    recursos y de
    ancho de banda que producen en la red (no olvidemos que los
    recursos en Internet no son ni mucho menos inagotables y esos
    recursos no se administran solos, sino que siempre debe haber
    alguien en un lugar u otro que administre el tráfico que
    producimos).

    Otro argumento que he leído –y que es una
    extensión del anterior– es que al usar PNG dificultamos
    el acceso a la gente a la información que colgamos en
    nuestra web, al fin y al cabo nuestra razón principal para
    publicar en Internet. Como ya he dicho, no se impide la
    visualización del contenido y sólo es
    cuestión de tiempo que todos los navegadores lo soporten.
    Pero, como siempre pasa con las propuestas de estándares
    abiertos, si no se apoyan con su uso y no se exige que los
    navegadores lo soporten es posible que nunca llegue a
    estandarizarse: hay bastantes intereses creados para que se siga
    usando GIF. O sea, PNG es una apuesta, y creo que
    deberíamos asumir sus "deficiencias", eso sí
    explicándolas. De ese modo un "defecto" del diseño
    currado podemos convertirlo en una explícita y
    autoexplicativa toma de postura en contra de las patentes del
    software.

    En resumen: que no lo soporte un navegador no significa
    que esa página no pueda visualizarse con él:
    simplemente no cargará el gráfico, por lo cual
    conviene usar el atributo ALT del tag html que incluya la
    referencia a la imagen. En el tag se puede poner la
    descripción de la imagen y que no usamos GIFs por problemas de
    patentes. Así quedaría el tag:

    <IMG SRC="foobar.png" ALT="logo de foobar – no usamos
    gifs – no a las patentes del software">

    Se puede añadir una nota explicativa en la propia
    página de por qué se usa PNGs en lugar de GIFs y
    disculparse si eso causa alguna molestia –nunca
    dramática, pues en ningún caso va a impedir el
    acceso a la página ni la correcta lectura de su
    contenido o del resto de imágenes en jpeg– a quien use
    versiones antiguas de los navegadores más
    extendidos.

    Otro argumento que se ha oído en
    SinDominio para no usar los PNG es la cuestión
    técnica: para tener "páginas curradas y salir del
    gueto" (sic!) necesitamos los GIFs. Dejando del lado lo del gueto
    (con ese razonamiento llevado al absurdo, deberíamos usar
    Micro$oft), reconozco que, a diferencia del anterior, para
    mí este argumento es irrelevante pues, aunque fuera cierta
    la superioridad técnica del formato GIF, prefiero a todas
    luces un formato abierto y libre de patentes. Pero entiendo que
    no todo el mundo tiene por qué compartir esta
    visión (como puede suceder con otras en las que SinDominio
    sí va contracorriente y no todo el mundo comparte). Lo que
    pasa es que esa afirmación no se ha fundamentado de
    ninguna manera y cae por sí sola si uno se documenta un
    poco sobre las características técnicas
    del formato PNG: resulta que supera en casi todo al formato GIF
    (compresión, profundidad y precisión del color,
    corrección gamma, extensibilidad…). Lo único que
    no tiene PNG son animaciones por la simple razón de que no
    fue diseñado para eso (hay otros desarrollos paralelos
    para cubrir esa funcionalidad, concretamente el MNG, formato
    multiimagen primo del PNG que se encuentra aun en fase temprana
    de desarrollo). A cambio se
    tiene un formato gráfico muy superior, que puede alcanzar
    niveles extremadamente altos de compresión sin perder
    calidad y que no está limitado a los 256 colores del GIF
    (8 bits), por lo que conserva todos los colores que queramos
    utilizar (hasta 48 bits). Las librerías de
    comprensión y las extensiones en que se basa PNG son
    públicas. La especificación en que se basa
    está libre de patentes, y a disposición de los
    programadores.

    Recomiendo fervientemente a quien esté interesad@
    de verdad en la cuestión técnica de este formato la
    lectura del libro PNG:
    The Definitive Guide
    . Permite conocer a fondo qué son
    los PNG, tanto a programadores como a diseñadores, ya que
    en el libro se discuten ampliamente sus ventajas y desventajas
    frente a otros formatos. Lo publicó O'Reilly &
    Associates en papel hace algunos meses y cuesta 26$ USA. Y si
    pese a todo lo dicho, no ves claro el uso de PNG para tus
    gráficos, siempre puedes usar el formato JPEG, que se
    visualizará correctamente en cualquier navegador por muy
    antiguo que sea. Y en la propia red puedes encontrar toda la
    información técnica acerca del formato PNG
    en http://graphicswiz.com/png/.

     

    Concluyendo

    Evitar la exhibición de imágenes con
    algoritmos patentados en nuestras páginas no es un asunto
    de corrección política ni es algo que sólo
    incumba a los puretas del GNU. Tampoco es de recibo
    esperar "a ver qué pasa" o a ver si caduca tal o cual
    patente. No importa si no pagamos por usar esos algortimos en
    nuestro servidor: importa
    la apuesta ética,
    importa promover estándares abiertos y libres, gracias a
    cuya existencia cualquiera puede capturar tranquilamente el
    código
    fuente de una página web y adaptarla a su gusto. Con
    patentes esto no hubiera sido posible y es cínico
    aprovecharse sin hacer algo por la propia comunidad que tan
    generosamente ha puesto recursos tan increíbles a nuestra
    disposición de modo totalmente desinteresado. Patentar una
    idea tiene consecuencias reales (no sólo
    simbólicas) y es fascista stricto sensu: impide la
    transferencia de esa idea. Presuponer que las ideas pueden tener
    propietarios, ha sido y sigue siendo uno de los pilares de la
    propiedad privada capitalista –las leyes de copyright y de
    patentes nacen con el capitalismo–,
    que obstaculiza la cooperación sin mando y a menudo
    prohíbe la ayuda mutua entre la gente. Usar patentes y
    especificaciones sometidas a estándares cerrados es dar
    oxígeno
    a esas prácticas. Para mucha gente, la lucha contra las
    patentes es equivalente a la que hubo durante décadas por
    la libertad de expresión. Puedes leer la importancia que
    le da a este tema la Free Software Foundation en http://www.gnu.org/philosophy/GIF.html
    o, mejor aún, la web de la campaña contra los
    GIFs http://burnallgifs.org/
    No nos merecemos las patentes, no hay ninguna
    obligación de apoyar su extensión pues disponemos
    de alternativas válidas. Es hora de "liberar"
    también nuestros sitios web. No usemos pues
    imágenes GIFs en nuestras páginas.

     

    Lupus Yonderboy

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