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La Medicina Social y su asunción por los profesionales de la salud



    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Conclusiones
    4. Referencias
      bibliográficas

    RESUMEN.

    La Medicina Moderna, debido a su recorrido
    histórico desde sus inicios hasta los retos de las
    transformaciones sociales de la actualidad, ha tenido que
    replantearse sus concepciones para poder cumplir,
    en este mundo cada vez más guerrerista y empobrecido, su
    misión
    humana de aliviar y curar al hombre.

    El modelo que
    concibe al hombre como una unidad biosocial y cultural emerge
    frente al modelo biologicista, unilateral. Asumirlo, desde el
    punto de vista psicológico, o sea, hacer que esa
    concepción del hombre se integre a nuestros elementos
    cosmivisivos, a nuestros valores,
    creencias, ideología y devenga en un modo de actuar,
    no basta con repetir el discurso
    oficial sobre el tema y estar a tono con la corriente más
    humana y científica de la práctica
    médica.

    Se requiere que en nuestras Universidades Médicas
    se construya tanto por los docentes,
    profesionales y estudiantes el modelo Médico Social, como
    herramienta demostrada para la práctica médica,
    capaz de salvar al hombre y hacerlo mejor. Esta construcción puede ocurrir utilizando el
    diálogo y
    la reflexión desde posiciones crítico-valorativas,
    comprometidas con el autoconcepto, ideales, sentido de la vida,
    enseñando y estimulando el componente de "lo espiritual"
    en la práctica médica.

    El presente trabajo
    pretende reflexionar sobre el divorcio que
    existe en ocasiones entre el discurso oficial sobre la Medicina
    Social y la asunción personal en los
    docentes y profesionales vista en sus modos de actuación,
    y propone una posible solución desde la arista en que se
    analiza el problema para lograr formar profesionales actualizados
    con la tecnología, con los
    métodos
    clínicos y epidemiológicos como herramientas y
    fortalecidos con una teoría
    humanista, desarrolladora de lo espiritual que parte de la propia
    psicología
    individual, de la comprensión y asunción
    personal.

    Introducción:

    Las representaciones sobre salud y enfermedad han
    estado
    presentes desde los inicios de la civilización humana, la
    necesidad de desarrollar actividades para el crecimiento y
    sobrevivencia de la especie, ha requerido de personas que se
    perciban sin limitaciones, sin molestias para actuar. De esta
    manera el hombre tuvo
    que ocuparse del entendimiento de procesos que
    se relacionaban íntimamente con el acto mismo de la Vida,
    los procesos Salud-Enfermedad.

    Este proceso fue
    entendido con peculiares distinciones según cada cultura, las
    demandas histórico-sociales concretas de cada época
    así como el grado de conocimientos que sobre el hombre, su
    biología y
    sus relaciones se tenían, eran los que definían el
    proceso y lo convertían en paradigma que
    orientaba la conducta de aquel
    grupo de
    personas que se dedicaban a la práctica de la
    Medicina.

    La Medicina recorre en su historia caminos que
    tenían una visión holística del hombre, como
    el culto a la salud que se tenía en la antigüedad,
    pasa por fases de oscurantismo, enajenación en la Edad Media,
    despiertan (a partir del Renacimiento) los
    descubrimientos sobre la biología que aportaron
    conocimientos importantes pero fragmentaban la comprensión
    de la Salud-Enfermedad concretándola a los aspectos
    biológicos que integran este proceso; el recorrido
    continúa con un desarrollo
    histórico de las relaciones
    humanas que engendran revoluciones sociales de la modernidad,
    impactando las Ciencias hasta
    emerger un modelo de pensamiento
    científico que rescata la teoría valiosa anterior y
    la integra a los factores sociales de la cultura; la Medicina
    como ciencia que
    estudia los procesos de la Salud y la Enfermedad no se encuentra
    sola frente al hombre y sus problemas
    vitales, sino que a ella se le unen las Ciencias
    Sociales, Biológicas y de la Conducta para estudiar
    las comunidades humanas; el hombre concreto es
    entendido en su contexto real, en sus relaciones, y su
    subjetividad no se desentiende de su cuerpo, la
    interrelación dialéctica entre lo biológico
    y lo social hace que se reestructure las funciones
    tradicionales del médico y se conformen la promoción/prevención/curación/rehabilitación.

    Este nuevo paradigma sociobiológico responde a la
    forma de pensamiento más avanzado, dialéctico y
    más humano en el
    conocimiento de la persona
    sana-enferma y en el de las comunidades y su vínculo y
    responsabilidad con el proceso
    Salud-Enfermedad.

    Este es el discurso dominante en la comunidad
    científica de avanzada y responde al paradigma aceptado en
    nuestro país que orienta la atención, la investigación y la docencia en
    nuestro sistema de salud
    nacional.

    A pesar de esto, no todos los profesionales de la Salud
    actúan en correspondencia con este modelo
    sociobiológico y en consecuencia la mal aplicación
    de los métodos clínicos y epidemiológicos
    que subestiman el componente social y psíquico de la Salud
    y la Enfermedad hacen que el médico comenta iatrogenia, no
    conciba a la salud y a la enfermedad como procesos
    dialécticos y al final no resuelva adecuadamente los
    problemas que se presentan.

    Pero ¿Por qué ocurre esto? ¿ por
    qué si el currículum de las carreras de las
    Ciencias de la Salud tienen bien definidos el estudio de este
    modelo médico-social el profesional que egresa no lo tiene
    interiorizado?.

    Este trabajo pretende acercarnos a las causas del
    problema abordando los elementos que integran la conciencia social
    de los docentes de la Salud, que son los profesionales que
    ejercen las Ciencias de la Salud. Explicar cómo estos
    aspectos inciden en el cambio de
    paradigma de los docentes de la Universidad
    Médica es la intención fundamental que origina
    estas reflexiones.

    Desarrollo:

    Los paradigmas
    constituyen estados relativamente estables y duraderos que
    caracterizan la conciencia de una comunidad científica
    dada. 1

    Se forman debido a resultados de descubrimientos que
    afectan los fundamentos de determinada disciplina
    científica que ocurren en los marcos de una cultura
    determinada, interactuando ese conocimiento
    científico con los factores sociales. Así surge
    el paradigma que se expande a la comunidad científica
    proporcionándole orientación a su actividad
    profesional.

    El paradigma biologicista surge como resultado de
    diversos descubrimientos científicos en esferas de la
    biología, en un contexto histórico en el cual la
    Medicina y otras ciencias necesitaban despojarse del oscurantismo
    de una época asistida por los recursos
    religiosos, en ocasiones, extremos, anulando todo lo que no fuera
    de concepción divina.

    En estas circunstancias aparecen descubrimientos que
    revolucionan la ciencia y
    en oposición a las tendencias anteriores le confieren una
    enorme importancia a los hechos, lo observable, lo medible. De
    esta manera aparece un enfoque de la medicina que centra su
    atención sobre los problemas del hombre vinculados con lo
    que ocurre en el organismo humano, debido a todos los avances que
    permitían analizar la biología humana. Con esta
    tendencia planteaba posiciones "genuinamente científicas"
    que exoneraban a las relaciones sociales sociales de su
    responsabilidad con los procesos de salud-enfermedad.

    Este paradigma le imprime determinadas
    características a la actuación del
    médico.2

    Modelo Biologicista

    El médico y su formación

    • Tiene una formación eminentemente
      hospitalaria.
    • Su formación especializada es en el marco del
      hospital con marcado enfoque clínico.
    • Su formación lo capacita para enfrentar
      problemas médicos bien diferenciados y en etapas de
      evolución que requieren atención
      curativa.

    El médico como prestador de
    servicios

    • Predomine en él la utilización de la
      tecnología.
    • Médico super especializado que brinda
      atención fragmentada a un paciente.
    • Práctica médica eminentemente curativa,
      paciente atendido en la dimensión biológica
      fundamentalmente.
    • Se centra en la enfermedad del individuo.
    • Tiende a limitar la información al paciente. Alta
      confiabilidad y menor autonomía.
    • La atención médica tiene un enfoque
      generalmente sin análisis integral del
      individuo.
    • Hay preponderancia del pensamiento clínico
      individual y la tendencia a la superación
      tecnológica.
    • La atención médica tiene un enfoque
      etiopatogénico fundamentalmente biologicista. Tendencia
      a la insatisfacción del paciente con la dimensión
      interpersonal de la atención médica.
    • Alto peligro de iatrogenia.
    • Dedica menor tiempo a la
      atención directa.
    • Mayor grado de incumplimiento al
      paciente.

    El médico como comunicador

    • Tiene una participación individual y social
      mínima.
    • La relación médico-paciente la hace
      individual y paternalista con un predominio del modelo
      contractual.
    • Tiene una menor influencia sobre la conducta y los
      estilos de vida.

    Por otra parte, debido a las revoluciones sociales,
    las consecuencias de estas para las poblaciones humanas, la
    necesidad de atender a inmensas poblaciones humanas afectadas,
    los descubrimientos en las esferas de las ciencias sociales, la
    centralización en el hombre como ser
    humano integral hace que emerja un nuevo paradigma que aplicado
    a la medicina conciba al hombre en su integridad y en el centro
    de las relaciones sociales y el medio en el cual se
    desenvuelve.

    El concepto de
    salud ha variado según el desarrollo de las ciencias
    biomédicas y la filosofía dominante en cada
    época, así en la segunda mitad del siglo la salud
    como valor social
    adquiere un significado más holístico y nos
    remite a orientarnos no solo en la biología humana, sino
    en la armonía de ese hombre o mujer con su
    medio, con sus semejantes y consigo
    mismo.3

    Estas consideraciones definen un paradigma
    socio-médico que integra a las Ciencias Sociales y la
    Medicina para analizar los problemas vitales del hombre. Las
    Ciencias Sociales no solo influyen en el hacer del
    profesional de la salud al dar una concepción
    humanizada, integradora del ser humano, sino que también
    influyen en el ser profesional al crear la conciencia
    médica, y las pautas de conducta, orientaciones
    valorativas que necesita el profesional para dirigir su
    actuación profesional.1

    Este modelo caracteriza la actuación
    profesional de la siguiente forma: 2

    El médico y su formación

    • Tiene una formación hospitalaria y
      comunitaria.
    • Su formación especializada es en el marco
      hospitalario y comunitario, con un enfoque clínico
      epidemiológico y social.
    • Es capaz de realizar acciones
      preventivas y de rehabilitación.

    El médico como prestador de
    servicios

    • Centra su actividad en la salud del individuo,
      la familia y
      la comunidad.
    • Predomina en él la intervención
      sociopsicológica sin abandonar la
      tecnología.
    • Médico generalista especializado que brinda
      atención médica integral a un ser humano
      indivisible.
    • Tiende a brindarle al paciente información
      veraz y amplia. Incremento de la autonomía.
    • Práctica médica eminentemente
      preventiva, paciente atendido en su integridad
      sociobiológica y psicológica.
    • Bajo peligro de iatrogenia.
    • La atención médica tiene un enfoque
      etiopatogénico, fundamentalmente sociobiológico.
      Tiende a la satisfacción integral del
      paciente.
    • Dedica mayor tiempo a la atención
      directa.
    • Menor grado de incumplimiento al
      paciente.
    • En él prepondera el pensamiento
      clinicoepidemiológico con un enfoque social.

    El médico como comunicador

    • Tiene máxima participación individual y
      social.
    • La relación médico-paciente trasciende
      la relación individual y se abre al equipo médico
      y a la familia.
    • Tiene una mayor influencia sobre conductas y estilos
      de vida del paciente.

    La enseñanza de la Medicina y otras
    profesiones de la Salud en Cuba tienen
    incorporados en sus diseños curriculares los conocimientos
    científico-técnicos que analizan la estructura y
    funcionamiento del ser humano abarcando las dimensiones
    psicológicas y sociales del hombre.

    Esta incorporación al currículo de las Ciencias Médicas
    ocurre a raíz de la reforma universitaria impulsada por la
    revolución
    en los años 60.4 Esta reforma además de
    incluir una incorporación gratuita a la educación, becas
    para los desposeídos, adopta en el plan de estudio
    de la Medicina el enfoque de salud
    pública con la incorporación de la
    prevención y la promoción, asumiendo que el
    concepto de práctica de salud implica dar respuesta a las
    necesidades de la población en cuanto a formas de organización de la atención
    médico-sanitaria, y los componentes extrasectoriales
    determinantes de la salud.4

    El perfeccionamiento de este currículo se fue
    desarrollando de acuerdo con los cambios y transformaciones
    sociales, donde comenzó a jugar un papel fundamental el
    método
    epidemiológico, se fueron reduciendo el número de
    horas hospitalarias y la Atención Primaria de Salud, como
    estrategia, fue
    ocupando un lugar protagónico hasta quedar conformado el
    plan de estudio actual.

    Es de destacar que la introducción de toda esta concepción
    salubrista desde sus inicios tuvo obstáculos para su
    implementación, uno de ellos fue el propio paradigma
    biologicista que tenían los médicos que quedaron a
    inicios del triunfo revolucionario y que llevaron a cabo estos
    proyectos.

    La escuela
    norteamericana con su aversión a la definición de
    medicina social por igualarla con socialismo, y su
    fuerte tendencia curativa asistencial debido a los avances en la
    medicina, permeaban las concepciones profesionales de aquel
    claustro.

    Este hecho fue cediendo paso, a lo largo de una fuerte
    lucha de ideas, a la cultura política sanitaria de
    la sociedad
    cubana que permitió incluir las formas sociales de dar
    respuesta a las necesidades de la población en materia de
    salud

    El paradigma médico-social, en la actualidad,
    constituye el discurso científico en nuestro país,
    y es el modelo llamado a resolver los problemas del hombre y las
    comunidades, probado ya no solo en nuestro país sino en el
    mundo, gracias a la actividad de cooperación de nuestra
    brigada de profesionales de la salud, y es el orientador del
    currículo en nuestra universidad médica.

    En los espacios docentes, que con los modelos
    educacionales cubanos, no se limitan a la tradicional aula, sino
    que incluyen los centros donde se prestan los servicios de
    salud, el profesor
    coincide con el profesional de la salud que presta los servicios
    sanitarios, por lo cual los estudiantes tienen la posibilidad de
    comprobar el paradigma no solo en la teoría sino en la
    práctica misma.

    El profesor es el trasmisor fundamental del modelo de
    pensamiento y actuación en el colectivo de alumnos, es el
    encargado de permitir que el estudiante construya su modelo de
    entendimiento de los procesos salud-enfermedad a partir de la
    integración de los conocimientos
    científicos y técnicos con las humanidades para
    lograr una visión más integral del ser humano,
    propia del quehacer intelectual y práctico de la
    profesión.

    Esta construcción no ocurre "milagrosamente" por
    una magnífica disertación de los temas en un
    espacio docente, por el profesor, sino que es un proceso continuo
    que se basa en lo escuchado, lo observado, por lo que el discurso
    del que enseña, su conducta hacia lo que enseña, y
    los elementos valorativos que muestra en toda
    su actuación en general, propician la construcción
    de los contenidos de un currículum que no terminan en un
    tiempo determinado por la disciplina en cuestión donde
    abarque los temas, sino que persiste por los procesos que se dan
    en el alumno en su observación del ser, el saber y el saber
    hacer del profesor.

    Este reto solo lo puede asumir un profesor comprometido
    con los contenidos docentes, un ejemplo en el ser, saber y saber
    hacer de ese discurso científico sobre la Medicina
    Social.

    Pero ¿por qué esto no es lo que ocurre en
    la totalidad del claustro de la universidad médica?
    ¿Por qué en la actuación profesional sigue
    imperando en ocasiones el paradigma biologicista? ¿Por
    qué aún muchos profesionales consideran que las
    Ciencias Sociales le dan un carácter pseudocientífico a la
    interpretación del hombre y sus problemas
    de salud?

    Existen determinadas circunstancias que atentan contra
    esta asimilación del paradigma por parte de nuestros
    docentes-profesionales de la salud.

    Sucede que el profesor no es otra cosa que un hombre el
    cual tiene formado su propio imaginario social de salud, que no
    inició con el estudio de la medicina como ciencia, sino
    que le viene desde su nacimiento a través de la educación familiar,
    del grupo de amigos, y este imaginario puede contener elementos
    que no se hayan modificados totalmente con el discurso
    científico, por lo cual aunque en su discurso
    teórico sobre la salud y la enfermedad haya una total
    coincidencia con lo científicamente aceptado, en su
    conducta profesional se va a exteriorizar ese " imaginario
    social" que puede priorizar la biología humana sobre la
    psiquis y las relaciones humanas, porque así lo comprenden
    intrínsicamente, además esa teoría al no
    formarse desde lo crítico no trasciende en todas las
    oportunidades que el currículum le da para verterse, por
    lo que no favorece el entendimiento continuo por parte del
    alumnado.

    Tenemos entonces a profesores que con su personalidad y
    sus construcciones propias sobre el proceso salud-enfermedad no
    impactan el conocimiento
    que ofrecen desde el plano valorativo crítico, sino que lo
    ofrecen desde el plano formal, acrítico, con
    vinculación insuficiente con aquel elemento en donde se
    verifican las representaciones y conceptos: la práctica
    humana.

    Este docente a su vez no tiene bien constituido su
    criterio teórico conceptual sobre estos temas que nos
    ocupan en las ciencias de la salud y el empirismo
    prevalece al tener indudablemente un sentido práctico, por
    lo que enseña aquellos aspectos de la ciencia que
    aparentemente resuelven un problema concreto, pero cuya
    teoría insuficiente le impide el análisis global y
    el cumplimiento de funciones tan médicas como la
    curación, o como la constituyen la promoción,
    prevención y rehabilitación.

    Este profesor tiene el arma de su mejoramiento
    pedagógico, científico y ¿por qué no?
    Humano en el propio contexto educativo de la
    universidad.

    Para poder analizar más adecuadamente ese
    "imaginario sobre salud" que tienen los docentes –
    profesionales de la Medicina debemos partir del análisis
    de la estructura de la conciencia social.

    La conciencia social entendida como la forma de
    realización de la actividad humana contiene la
    asimilación espiritual que en virtud de transformar el
    mundo realiza el hombre en su proceso de actividad y cuyos
    resultados se fijan en esa conciencia social.
    5

    Los resultados de esa asimilación son ideas,
    representaciones, teorías.

    Existen diferentes planos de investigación de la
    conciencia social, ellos son el histórico genético,
    el gnoseológico y el sociológico.

    El primero estudia la historia de la conciencia social
    en relación con el desarrollo de la sociedad. El segundo
    analiza qué refleja la conciencia social, cómo lo
    hace y en qué medida; y el tercer plano examina la
    conciencia como parte de un sistema social investigando su papel
    en el funcionamiento y desarrollo del mismo.

    Si este imaginario social o colectivo de salud que
    pretendemos analizar en los profesionales de la salud lo
    consideramos como conjunto de ideas, representaciones,
    tradiciones en torno a la salud
    humana y su valor, y además, como forma de conciencia
    social lo investigamos desde estos planos; podremos comprender
    mejor el fenómeno de por qué el discurso
    teórico sobre el paradigma sociobiológico no
    siempre impacta en la práctica del docente-profesional de
    la salud.

    Imaginario de salud con fuertes matices de
    interpretación desde el ángulo
    biologicista.

    Plano histórico-genético: aquí se
    puede analizar la historia del paradigma biologicista en la
    sociedad. La fuerte filosofía positivista en las Ciencias
    Médicas que llega hasta la actualidad, la
    sobrevaloración de la tecnología y sus uso para
    medir valores de Salud, la subvaloración de las Ciencias
    Sociales por no ajustarse a lo medible, cuantificable.

    Los avances científicos de ramas como la microbiología, etc. Todas estas
    circunstancias han perneado las opiniones que sobre los procesos
    salud-enfermedad se hacen los profesionales.

    Plano gnoseológico: se analiza el conocimiento de
    estos profesionales sobre la salud, el enfoque salubrista,
    médico social, que continúa siendo insuficiente,
    carece en ocasiones este docente de un arma filosófica
    bien entendida que le permita resolver los problemas que la
    Ciencia Médica le plantea.

    Plano sociológico: analizando el conjunto de
    ideas que sobre la salud se tiene en nuestra sociedad, vemos que
    existe una Ideología Social coherente con la
    interpretación dialéctica del hombre, el mundo y
    sus relaciones; y en este aspecto los procesos salud-enfermedad.
    La correlación de lo biológico y lo social en el
    hombre como forma de responder adecuadamente a los problemas de
    las Ciencias Médicas, sin exaltar uno u otro aspecto, sino
    verlo en su justa correlación. El modelo de la Medicina
    Social y la participación activa y protagónica del
    hombre para el mantenimiento
    de su salud y la de sus semejantes.

    A esta Ideología elaborada desde la teoría
    más científica y humana en correspondencia con los
    intereses de nuestra sociedad, se le presenta otro elemento
    sociológico de la conciencia social que es la Psicología
    Social, o sea, este imaginario colectivo sobre la salud, como
    reflejo de los intereses y necesidades de los profesionales, sus
    concepciones de toda la vida.

    Los tres planos de investigación lo debemos ver
    en su relación, y así el análisis
    histórico genético nos aporta elementos que se
    corresponden con los insuficientes conocimientos sobre el
    paradigma sociobiológico y que generan las
    representaciones, ideas, valoraciones que sobre la salud tiene
    los profesionales y que devienen en su Psicología Social,
    como forma más cotidiana de reflejar estos
    fenómenos en la conciencia.

    ¿Cómo acercar ese imaginario a la
    Ideología Social?

    Se necesita influir en el aspecto gnoseológico
    que es el que determina qué se refleja y cómo se
    hace, o sea, en el conocimiento como aspecto vital para
    transformar ideas, representaciones y poder constituir motivos
    que son los que dan lugar a la conducta, a la propia
    práctica de estos profesionales.

    Incidir en el conocimiento sobre el paradigma
    sociobiológico por parte de estos docentes –
    profesionales de la salud no implica únicamente brindar
    teorías sobre él, sino demostrar los fundamentos
    filosóficos que lo sustentan, comprobar desde el
    diálogo, la reflexión la importancia de la Ciencias
    Sociales para resolver no solo los problemas de salud del hombre
    y su comunidad; sino para formar al propio profesional que
    contribuirá a resolver esos problemas; enseñar a
    tener posturas críticas frente a la Ciencia y la
    Tecnología, considerando que ambas no garantizan por
    sí solas el progreso social, si no están
    respaldadas por otras formas de conciencia social: la
    política, la moral,
    etc.

    Fomentar los vínculos entre la comunidad
    científica, para que desde la discusión colectiva
    se formen los juicios más acertados para la
    práctica científica es imprescindible e involucrar
    en esa comunidad científica a las diferentes disciplinas
    es un enfoque necesario en estos tiempos. 6

    Es necesario educar para cuestionar más que para
    aceptar desde posturas acríticas, lo cual engendra
    diferencias entre el hacer y el pensar.

    La filosofía es una aliada del científico,
    sus epistemas bien asimilados proporcionan una visión
    culta y reflexiva del proceso de construcción del
    conocimiento en el que participa el profesional de las Ciencias
    Médicas. 6

    Esta construcción del conocimiento se produce con
    otros (la comunidad científica, los docentes y
    profesionales de la Salud), ocurriendo una interacción dialéctica entre lo
    social y lo individual, siendo este profesional un ente activo y
    transformador de la realidad y de sí mismo.

    Podemos remitirnos al enfoque vigotskiano sobre el
    proceso de internalización7 en donde lo
    externo, que es lo cultural (la teoría sobre el paradigma
    sociobiológico en este caso); llega a ser interno mediante
    un proceso de construcción con otros (comunidad
    científica) que implica transformación de lo
    cultural, y a su vez, la transformación de estructuras y
    funciones psicológicas (estructuras cognitivas,
    habilidades, sentimientos, actitudes).

    Posteriormente ese producto
    cultural ya transformado subjetivamente se manifiesta en un
    proceso de externalización que conduce a la
    transformación de los procesos culturales (práctica
    científica concreta).

    De esta manera aparece un profesional que desde
    epistemas filosóficos marxistas interpreta la
    correlación de lo biológico y lo social para el
    entendimiento de los procesos salud-enfermedad con enfoque
    salubrista que construyó y reconstruye en el
    diálogo comprometido, eficaz, reflexivo con su comunidad
    científica, en la cual se analizan los problemas de las
    Ciencias Médicas con la participación de los
    enfoques de las Ciencias Sociales, convirtiéndose ese
    profesional en un representante de la Medicina Social desde los
    planos teóricos y prácticos.

    Así deviene en un ejemplar educador que
    desarrolla el currículo de la Medicina en los diferentes
    espacios de la propia práctica en perfecta sintonía
    de su ser, su saber y su saber hacer.

    Este docente sabrá promover los saberes
    técnicos y los humanos en sus estudiantes e irradiar la
    influencia educativa que emana del ejemplo, resolviendo
    felizmente la contradicción entre la teoría y la
    práctica de la Medicina Social.

    Conclusiones.

    • En nuestra Universidad Médica existe un
      currículo que desde epistemas filosóficos
      marxistas analiza la correlación de lo biológico
      y lo social para el análisis de los procesos
      salud-enfermedad en el hombre con enfoque social.
    • Los docentes, que de acuerdo a la estrategia
      educacional en Salud, son los profesionales que practican las
      Ciencias de la Salud, en ocasiones muestran una incongruencia
      entre la teoría Médico Social y la
      práctica que ellos realizan en sus espacios de actividad
      que constituyen escenarios docentes, formadores de los
      científicos del futuro.
    • La Psicología Social de estos profesionales
      contiene elementos de fuerte arraigo que entorpecen la
      asunción adecuada del modelo sociobiológico;
      unido a debilidades en el conocimiento del mismo, el cual no
      está sustentado en todos los casos, por una
      filosofía como herramienta para el conocimiento; la
      interpretación y la valoración que se presentan
      en la práctica médica, acorde a la
      ideología oficial de nuestra sociedad.
    • El fortalecimiento del aspecto gnoseológico de
      la conciencia científica de los profesionales de la
      salud debe ocurrir desde el diálogo, la
      reflexión, la construcción del conocimiento en
      colectivo, con los otros profesionales de la propia medicina y
      de las ciencias sociales para asimilar el paradigma
      sociobiológico desde planos valorativos,
      críticos, internalizados, transformando la subjetividad
      de estos profesionales, que mostrarán estas
      construcciones personalizadas en la actividad
      práctica.
    • El vínculo de las Ciencias Sociales
      (Filosofía, Psicología, Antroplogía, etc)
      con la Medicina garantiza la formación del profesional y
      la respuesta adecuada de este científico ante los
      problemas que el plantea su
      Ciencia particular.
    • Es el profesional de la salud, que se erige en
      conductor del proceso docente educativo en sus escenarios de
      actuación, al que le corresponde formar el paradigma de
      la Medicina Social declarado en el currículo, mostrando
      a sus educandos su propio comprometimiento con el modelo desde
      la fundamentación filosófica y que se corresponda
      con el hacer en su actividad práctica.

    REFERENCIAS
    BIBLIOGRÁFICAS.

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    sociedad. La Habana: Ciencias Médicas;
    2000.

     

     

    Datos del Autor:

    Lic. Suleida González Jaramillo

    Profesora Auxiliar de Psicología.

    Jefa del Departamento de Psicología de la
    Facultad de Ciencias Médicas de Sagua la Grande. Villa
    Clara. Cuba.

    .

    Categoría: Salud

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