La ciudad de Cienfuegos es, dentro de las ciudades
fundadas en el siglo XIX en Cuba, una de
las más bellas por su trazado, por su homogénea
arquitectura,
por su aire de modernidad y por
su buen estado de
conservación. Sin que pueda considerarse que las
áreas verdes ocupan la mayor parte de su espacio habitado,
puede afirmarse, que los que existen están bien utilizados
y ocupan lugar preferencial en cuanto a las visuales que permiten
su disfrute, así como establecen entre si conexiones
lógicas de tránsito y acceso que hacen de
Cienfuegos una Ciudad abarcable no sólo en el orden de su
escala sino
también en las posibilidades que brinda para su recorrido
en auto o a pie, preferentemente este último.
Esto unidos a los sistemas de
portales que caracterizan sus plazas, calzadas y paseos le dan un
atractivo especial que la convierten en favorita del
visitante.
El primer plano concebido para Cienfuegos data de 1796,
dos décadas anteriores a su fundación ocurrida en
Abril de 1819, esto sentaría las pautas urbanas de la
ciudad con su red urbana de trazo regular,
preferentemente armonizada con espacios verdes creados a partir
de plazas con jardines y paseos arbolados.
Esta tradición quedó presente y fue
plasmada en el plano de Cienfuegos de 1839; aunque no fueron
posibles los jardines del plano del siglo XVIII de franca
filiación barroca a partir de los aires ilustrados de los
fines del siglo y los inicios del XIX dadas las precarias
condiciones económicas de Cienfuegos en esos años;
sus postulados quedaron con base en la urbanización futura
de la ciudad, la que, llevó los paseos a lugares
puntuales, convirtiendo la Plaza de Armas, hoy Parque
Martí y
el Paseo de Vives hoy Paseo del Prado en puntos focales de la
vida ciudadana en el orden recreativo y cultural, acercados entre
si por las calles de San Fernando y San Carlos, hoy avenidas 50 y
52 que son dos de las principales calles comerciales de la
ciudad.
El Parque José Martí y
el Prado poseen de gran valor
arquitectónico e histórico, entre los que pueden,
entre los que pueden mencionarse la Catedral, el Teatro
Tomás Terry, el Museo Provincial, el Palacio Ferrer, la
Casa de los Leones, por solo mencionar algunos, caracterizados
por una tipología neoclásista tardía,
imbuida ya de elementos eclécticos que marcarán
todas las construcciones del casco histórico de la ciudad
declarada como Patrimonio
Nacional.
Todas estas condiciones reunidas deben y pueden ser
tenidas en cuenta en las diferentes ofertas que elaboran de
Cienfuegos como producto
turístico. La armonía entre su trazado,
áreas verdes y arquitectura puede considerarse una de sus
principales riquezas en el orden cultural sin ser explotadas en
la actualidad en el máximo de sus
posibilidades.
Cienfuegos es, dentro de las ciudades fundadas en el
siglo XIX en Cuba, una de las más bellas por su trazado,
por su homogénea arquitectura, por su aire de modernidad y
por su buen estado de conservación. Sin que pueda
considerarse que las áreas verdes ocupen la mayor parte de
su espacio habitado, puede afirmarse que los que existen
están bien utilizadas y ocupan lugar preferencial en
cuanto a las visuales que permiten su disfrute, así como
establecen entre sí conexiones lógicas de
tránsito y acceso que hacen de Cienfuegos una ciudad
abarcable no sólo en el orden de su escala sino
también por las posibilidades que brinda para su recorrido
en auto o preferentemente a pie, esto último unido a los
sistemas de portales que caracterizan sus plazas, calzadas y
paseos le dan un atractivo especial que la convierten en favorita
del visitante.
El primer plano concebido para Cienfuegos data de 1796,
dos décadas anteriores a su fundación ocurrida en
abril de 1819.Este sentaría las pautas fundamentales de la
ciudad con su red urbana de trazo regular, perfectamente
armonizada entre espacios verdes a partir de plazas con fuentes y
paseos arbolados.(Fig.1) Como dato muy importante, deben tenerse
en cuenta los múltiples jardines que, según el
plano quedarían al este de la ciudad, y entre ellos y la
misma un gran paseo arbolado que
corría de norte a sur, a la vez que se cruzaba con otro
que atravesaba la ciudad de este a oeste. Con los años el
fundador respetó los dos ejes viales, quedando como muy
importante el llamado Paseo de Vives, hoy paseo del Prado y el
Paseo de la Reina, corrido hacia el oeste a partir de otro paseo
conocido como de Arango desde aquella época y hasta hoy.
(Fig.2).
De este primitivo plano también se respeto la
configuración de la plaza con la extensión de dos
manzanas que en la realidad tiene su eje mayor de este a oeste
mientras que en el plano inicial iría de norte a sur.
Durante casi todo el siglo esta plaza sería el centro
principal de la ciudad, recibió el nombre de Plaza Real de
San Fernando, aunque hacia los años 60 se le dio el nombre
de Paseo de Serrano a partir de varias transformaciones que se
realizaron en ella; por esos mismos años visitó
Cienfuegos Samuel Hazard, el cual la evaluó como "la mayor
según creo de cuantas existen en Cuba", también se
le conoció como Plaza de Recreo, en los primeros
años del siglo XX recibió el nombre actual de
Parque José Martí. (Fig.3)
Otras plazas proyectadas en el siglo XIX fueron la de
Riego hacia el norte de la ciudad y la de Ceballos hacia el
oeste, hacia el noreste se encontraba la de Labra, que
debió funcionar como plaza de mercado pero los
vecinos nunca acudieron a ella ya que preferían la que se
encontraba en el centro de la ciudad en la confluencia de las
calles de Santa Cruz y De Clouet; la Plaza de Labra
también funcionó durante varios años como
cuartel de caballería y cuartel de serenos hasta que a
principios del
siglo XX se edificó en sus terrenos el parque de
Villuendas.
En la actualidad pueden mencionarse como pequeñas
plazas o parques el de la Aduana, que se
encuentra entre ella y la calle de La Mar, el del ferrocarril,
frente a su estación y ante la calle de Gloria,
ésta posee una pequeña estatua del Padre
Bartolomé de las Casas, obra del artista local Mateo
Torriente, y quizás el único modesto recuerdo de su
presencia en la bahía de Jagua donde tuvo su encomienda a
orillas del río Arimao. Otra es la conocida como
Panteón de Gil, dedicada al internacionalista dominicano
Dionisio Gil patriota de las Guerras de
Independencia.
Hacia el sur y al finalizar el Malecón, entre las avenidas
20 y 22, el conocido como parquecito de "Pa’lante", que
bien pudiera llamarse de Aicayía por la alegoría
que hace de una leyenda aborigen de la zona, la estatua enclavada
en el lugar, obra del autor antes mencionado.
Hacia mediados del siglo pasado la cuadrícula
perfecta de Cienfuegos se rompió con la creación de
un nuevo barrio a partir del parque Villuendas y hacia el camino
de salida hasta Trinidad, conformado a ambos lados de una amplia
avenida denominada Calzada Real de Dolores, conocida hoy como "
La Calzada, bordeada de amplias aceras sembradas de árboles, con antiguas casas cubiertas de
tejas en forma de colgadizos, en la mayoría de los casos
soportadas por horcones ochavados, lo cual le confiere una
fisionomía muy peculiar, que nos permite imaginar la
fisonomía de la ciudad en el siglo pasado.
Otro tanto sucede con el parque Villuendas a cuyos
alrededores se conservan casas relativamente antiguas, algunas de
las primeras décadas del siglo pasado, confeccionadas de
madera o
mampostería o de ambos materiales,
con tejado a vistas y horcones ochavados en sus portales. No
obstante, el parque tiene un aspecto republicano correspondiente
a las primeras déca a las primeras décadas del
siglo XX, con pérgolas sembradas de bugambiles y frondosos
árboles, a cuya sombra se han vuelto tradicionales
recitales de música campesina
todos los domingos.
"La Calzada" es hoy una arteria muy importante de la
ciudad; a su extremo norte se encuentra el "Mercado Campesino",
por sus amplias aceras, puede encontrarse todo el colorido que
una ciudad recibe con el mercado abierto, donde se encuentra
desde un tomate hasta
un cinto de piel o una
vela. Se han vuelto tradicionales los bailes populares en la
Calzada, los que comienzan precisamente a partir del parque
Villuendas, que es hoy una zona de tránsito no muy
aprovechada por su valor paisajístico, sino más
bien por su función de
pasaje entre la mencionada Calzada y la calle de Castillo otra
fuerte zona comercial de la ciudad, al menos hasta su encuentro
con el Paseo del Prado.
La calzada con respecto a Cienfuegos describe una
diagonal que se prolonga desde el parque Villuendas y continua
hacia el oeste hasta alcanzar el parque Martí, a cuyo
aspecto majestuoso contribuyen los portales en arcada de la
mayoría de las casas que lo rodean, todas del siglo XIX.
El edificio de la catedral, de estirpe neoclásica, impuso
con su sello, la presencia de este estilo en edificios que rodean
dicho parque, como son el teatro Tomás Terry y el Casino
Español,
construidos entre 1890 y 1894,estos, 1890 y 1894,estos, aunque
pueden considerarse como eclécticos, aún
están dentro de los cánones clasicistas que
recorren la ciudad. Otro tanto sucede con edificios construidos
en las primeras décadas de la República como son la
Antigua escuela San
Lorenzo, hoy "5 de Septiembre", el palacio de Gobierno y el
Palacio de Ferrer, este último realizado en un clasicista
y ecléctico rococó, único de su tipo en toda
la ciudad.
Las visuales que imponen a Cienfuegos la pequeña
cúpula de la catedral y la roja cúpula del palacio
de gobierno de abolengo renacentista florentino a lo Bruneleschi,
pueden apreciarse desde la entrada de la ciudad por el norte, o
desde la bahía por el sur; estas confieren a la ciudad,
una imagen en sentido
vertical no tan rígida, tal y como ocurre en su
planimetría, que, en sabio momento se desvía en
diagonal hacia el este sin romper totalmente con el damero
original. Pequeñas cúpulas cubren también
los miradores del palacio Ferrer, elementos que junto a otros que
se encuentran dispersos por la ciudad, rompen con la
horizontalidad de sus viviendas, imponiendo, más que una
ruptura, una armonía a partir de la
alternancia.
Si se continúa la diagonal trazada por la
calzada, se llega al otro parque que hoy se conoce como "5 de
Septiembre" en el barrio de Reina, en el siglo XIX recibió
el nombre de plaza de Ceballos; según proyecto dicha
plaza debió tener dos manzanas y era atravesada s y era
atravesada por el paseo de la Reina, que da nombre al barrio,
este hoy es una calzada similar a la de Dolores pero sin el mismo
valor paisajístico tanto en lo constructivo como por su
arbolado.
Trazando paralelas al Parque Martí están
los paseos de Arango y el Paseo del Prado; como brazos que,
pudieran considerarse de la ciudad, debían poseer la misma
jerarquía, pero el primero esta totalmente sumido en el
olvido por constituir la antesala de una zona de servicios
donde se encuentran la antigua estación de ferrocarriles
en desuso, el antiguo cementerio de Reina, que aunque es
monumento nacional por sus valores
arquitectónicos y escultóricos, no ha logrado
revalorizar el valor paisajístico de la zona, y el viejo
astillero con algunos talleres aledaños.
Sin dudas el Parque Martí y el Paseo del Prado
son los grandes protagonistas en cuanto a visuales
paisajísticas y arquitectónicas de la ciudad, el
Paseo del Prado no sólo es la arteria fundamental de
Cienfuegos en cuanto a centro recreativo y de vida cultural, en
el se encuentran edificios tan importantes como el antiguo Liceo,
hoy Biblioteca
Provincial y el Obispado, todos de las primeras décadas
del siglo XX y de estilo ecléctico. No son edificios de
añejo abolengo como la Casa de los Leones y otros muchos
de no tan connotado renombre pero caracterizados por el tema de
la vivienda; la mayoría dan al Paseo del Prado con pseo
del Prado con portales arquitrabados sostenidos por columnas
toscanas, que aún conservan sus techos planos de azotea de
losa por tabla y en muchos casos el piso original de losas
traídas de Filadelfia o de Boston en barcos que
venían a surtirse en el puerto del principal producto de
la región, el azúcar.
Pudiera decirse que los portales son el mayor encanto de
este Paseo, distribuidos de manera casi simétrica a amabos
lados del mismo, su homogénea distribución le confiere una casi total
simetría que infunde al caminante un sentido de equilibrio y
sosiego que sólo es disfrutable cuando se transita por
él. Algo así debieron pretender las antiguas stoas
griegas , enriquecidas más tarde por los romanos con sus
sistemas de arquerías, difundidas por toda Europa, a partir
del renacimiento
Italiano, las ciudades cerraban sus plazas a partir logias
porticadas y atrios que poco después se difundieron por
toda América
a través de España.
El siglo XIX recibió el completamiento de estas
ideas a través de la concepción barroca de las
plazas abiertas hacia grandes jardines con fuentes y avenidas
arboladas; este influjo lo recibió Cienfuegos del plano de
los hermanos Lemaur que dejó en la ciudad una clasicista
tradición sin romper con la española e introduce
nuevas concepciones espaciales en su organización urbana que quedaron a lo largo
de todo el siglo XIX y ejemplifican de manera magistral su
desarrollo a
través del tiempo. Sus
fundamentos fueron tan sólidos que el siglo XX con su
crisis
económica republicana y la abulia que genera en todo lo
constructivo y urbano no pudieron destruir su " voluntad de forma
" en cuanto a la armonía de sus espacios abiertos con
respecto al trazado urbano, que hoy constituyen el sello
distintivo de la ciudad.
Al este de la Avenida en que se prolonga el Prado y
frente al malecón que da a la bahía se encuentra la
plaza de actos que no tiene el valor monumental de otras plazas
de Cuba, como la de Antonio Maceo en Santiago de Cuba, la de
Ignacio Agramonte en Camagüey o la de Ernesto Che Guevara en
Sta. Clara; bordeando la explanada se han construido kioscos,
pérgolas y pequeños parquecitos que le han
conferido un uso recreativo, rescatando una tradición
popular, dado que todo ese conjunto durante cuatro décadas
ha sido utilizado para fiestas populares, incluyendo aquellas
vinculadas con actos políticos como el 1. De mayo y el 26
de julio. Pero el valor recreativo auténtico de este lugar
viene de los primeros años de la República donde
tradicionalmente se hacían las regatas que se convierten
en una fuerte atracción de la ciudad tanto para sus
habitantes como para los que la visitan. Hacia el suroeste con
mirada hacia el mar también, deben mencionarse otros
pequeños parques como los de Playa Alegre y Laguna del
Cura y el muy olvidado pero no menos importante sitio dedicado al
pitio dedicado al patriota cienfueguero Wolf del Campillo,
mambí de las luchas independentistas, cuya escultura es de
Mateo Torriente.
El binomio parque-paseo confiere a Cienfuegos puntos
focales que pudieran ser hoy más explotados, el encanto de
la sucesión de portales, del Paseo del Prado, (Fig.4) el
colorido de sus viviendas, con columnatas de arquitrabes,
decoradas a veces por pequeños miradores coronados de
cúpulas, a veces por logias colocadas en su segunda planta
a la manera veneciana; sus colores verdes,
azules, amarillos, rosas contrastan
con las ocres, sienas y grises europeos, para darle a Cienfuegos
un sabor de trópico caribeño muy especial; esta
riqueza cromática, así como la variedad espacial
que confieren los portales al Paseo del Prado ya son reconocidas
por los visitantes y constituyen su mayor atractivo, pero no son
explotados en toda su plenitud en cuanto a los planes
perspectivos del turismo en Cienfuegos; pues
si bien se reconocen sus valores como ciudad decimonónica,
ubicable por su arquitectura dentro del más logrado
eclecticismo de visibles elementos clásicos, aún
quedan muchas aristas en el orden urbano que pueden y deben ser
resaltadas con mayor relieve.
Una mirada panorámica sobre la ciudad nos
llevaría a trazar líneas imaginarias entre sus
plazas, las cuales configurarían triángulos enlazados entre sí
creando una armonía visual nada casual que hace ada casual
que hace pensar sobre un diseño
urbano casi maestro que bien manejado puede llevar al visitante y
hasta sus propios habitantes de la Plaza al Paseo y del Paseo a
la Plaza, creando una armonía urbana poco usual en el
resto de las ciudades de Cuba y apenas apreciado en la
actualidad. (Fig.5)
Las posibilidades visuales de Cienfuegos son mucho
más apreciables y en sentido práctico disfrutables,
si se camina por sus calles; las diagonales imaginarias que
pueden trazarse de una plaza a otra, desde una pequeña
plazuela hasta otra mayor, o viceversa, confiere a Cienfuegos un
encanto especial en el que las visitas propuestas deben ir mucho
más allá que aquellas que se recogen desde la
Equina de Prado y san Fernando, atravesando está calle
hasta el Parque Martí. Las posibilidades pueden
multiplicarse hasta el infinito si se dedica un espacio a las
áreas verdes Cienfuegueras que, si en realidad no son
abundantes, tienen muy buena publicación.
Los Paseos de Prado y Arango concebidos como dos brazos
principales de la ciudad no tienen un exacto equilibrio en cuanto
a su ambientación natural, otro tanto sucede con la
presencia de bancos, faroles,
estatuas y otros elementos de mobiliarios urbano de los cuales
carecen el Paseo de Arango. El conjunto que ambos forman entre si
se complementa con los tres parques principales de la Ciudad el
de José Martí, el Villuendas y el del 5 de
Septiembre; el 5 de Septiembre; el toque final de esta
armonía en sentido diagonal lo otorga la bella calzada de
dolores, significativa por lo bien cuidada que se encuentran sus
áreas verdes.
Muchos serian los comentarios que pudieran hacerse sobre
el Paseo de Arango, pero han sido mencionado los principales,
otro tanto sucede con el Parque de Villuendas y otras
pequeños parques de la ciudad ya mencionados, pero el
objetivo
fundamental de este trabajo ha
sido el de tratar de resaltar la relación armónica
que existe entre unos y otros y lo poco explotado de sus
posibilidades en la actualidad. Cienfuegos busca en sus estrategias un
espacio como polo fuerte del turismo y según todas sus
promociones apunta hacia el de tipo cultural; una mirada detenida
sobre la armonía urbana de la ciudad lograda a partir del
binomio parque-paseo, constituye un nuevo enfoque,
dinámico y vital que puede convertirse en su carta de
presentación como símbolo y identitario.
Dra. Lilia Martín Brito
Profesora auxiliar del departamento de Ciencias
Sociales Universidad de
Cienfuegos / Facultad de Ciencias
Económicas y Empresariales.