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Efecto de la raza y la época de parto en el comportamiento de algunos indicadores productivos y reproductivos en cerdas domésticas



Partes: 1, 2

    1. Revisión
      Bibliográfica
    2. Materiales y
      Métodos
    3. Resultados y
      Discusión
    4. Conclusiones
    5. Recomendaciones
    6. Referencias
      Bibliográficas

    Introducción

    El cerdo se considera una de las especies más
    antiguas en brindar su ayuda al hombre como
    portador proteico de fácil crianza y reproducción acelerada, constituyendo uno
    de los renglones más importantes en la economía, de la mayor
    parte de los países desarrollados del mundo. En caso de
    nuestro país la explotación de la especie porcina
    tiene gran importancia para la economía y valiosa fuente
    de proteína de origen animal. (Muñoz,
    1994).

    El cerdo se encuentra entre los animales
    más eficientes para producir carne, su gran precocidad,
    prolificidad, corto ciclo reproductivo y gran capacidad
    transformadora de nutrientes, le hacen especialmente atractivo
    como fuente de alimentación. El
    valor
    nutritivo de la carne de cerdo lo señala como uno de los
    alimentos
    más completos para satisfacer las necesidades del hombre.
    La producción comercial del cerdo en Cuba
    está sustentada por un programa de
    cruzamiento basado fundamentalmente en cuatro razas: Yorkshire,
    Landrace, Duroc y Hampshire.

    Estas han sido estudiadas como razas puras y sus cruces
    con el objetivo de
    obtener un sistema de
    cruzamiento lo más óptimo posible, siendo aquel que
    involucra como línea materna cerdas F1, seleccionadas
    sobre la base de su comportamiento reproductivo (Diéguez
    et al, 2002).

    De acuerdo con los resultados experimentales obtenidos
    se decidió la utilización de la cerda LY apareadas
    con verracos Duroc o Hampshire, aunque estudios posteriores
    determinaron el uso de un verraco HD y la creación de una
    línea sintética denominada CC21. La
    situación actual de Cuba ha repercutido en al sector
    porcino, guiando dicha producción hacia formas menos
    especializadas. Esto implica el uso de animales que puedan
    comportarse mejor en las nuevas condiciones. Basándose en
    este criterio se ha diversificado en los últimos
    años el uso de la hembra DY por su excelente habilidad
    maternal, mayor fortaleza física y un mejor
    crecimiento de la descendencia. También se han manejado
    criterios no fundamentados sobre el uso de la cerda HD alegando
    una mayor rusticidad de la misma y por tanto un mejor
    comportamiento ante factores limitantes.

    Además de la presencia de otros factores
    genéticos y no genéticos que determinan tanto en el
    comportamiento productivo, reproductivo y económico del
    animal. (Villareal, 2004).

    Problema: El
    desconocimiento en el Centro Genético de Palma Soriano de
    los principales factores que influyen en el comportamiento
    productivo y reproductivo de las razas Yorkland, Duroc y
    Landrace.

    Hipótesis:
    La raza y la época como factores
    genéticos y ambientales respectivamente, pudieran influir
    positivamente en el comportamiento productivo,
    reproductivo.

    Objetivo: Evaluar el
    efecto de la Raza o genotipo y los trimestres de época de
    parto sobre el comportamiento productivo y reproductivo de
    hembras Yorkland, Duroc y Landrace en centro genético de
    Palma.

    2. Revisión
    Bibliográfica

    2.1 Concepto de
    raza. Razas maternas y paternas.

    Se define como raza, el conjunto o grupo de
    individuos, que reúnen una serie de características
    semejantes y cuyo parecido entre sí, los diferencia de los
    demás pertenecientes a otros grupos de la
    misma especie, y que al mismo tiempo son
    capaces de trasmitir a su descendencia, todos aquellos caracteres
    que les son propios.

    La utilización en la producción de un
    genotipo o raza, esta condicionada por el objetivo a que se
    destine, tomando en consideración para ello los rasgos
    productivos de interés
    económico que se desea mejorar en la población (Díaz, 1965).

    En nuestro país, se conservan, mejoran y explotan
    5 razas básicas y varios genotipos. Además, se
    trabaja en la multiplicación del cerdo Criollo, como raza
    autóctona. Por otra parte, se han llevado a cabo trabajos
    para la evaluación
    de diferentes híbridos con vistas a incorporarlos al
    programa de cruzamientos nacional (Diéguez et al,
    2002).

    Las razas y genotipos con que cuenta el país, se
    dividen en maternas y paternas en función de
    las características fundamentales de cada una de ellas. El
    fin productivo de las líneas maternas es la
    producción de hembras comerciales, dada su aptitud
    reproductiva, sin menospreciar el aporte que producen a la
    descendencia en crecimiento y canales. Las paternas se
    caracterizan por sus aspectos productivos de crecimiento y
    canales y se utilizan como verracos terminales (Díaz, 1965
    y Diéguez et al, 2002).

    2.2 Características de las razas y genotipos
    existentes en Cuba.

    2.2.1 Yorkshire

    Su origen fue a finales del siglo XVIII, y a su vez
    confusa al igual que el de otras razas mestizas. Se cree que
    surge por el cruzamiento de cerdos oriundos de Gran
    Bretaña (primitivas razas Yorkshire y Cumberland), a las
    que se agregaron posteriormente cerdos Leicestershire, chinos y
    siameses. Tuvo gran éxito
    entre los criadores ingleses y europeos desde su origen.
    Actualmente existen tres variedades de cerdos Yorkshire, los
    cuales son considerados por muchos autores como razas
    independientes. En el año 1868 fue reconocida en Estados Unidos e
    introducida en Cuba en 1930, cuando comienza a perder auge en
    Estados Unidos. Esta raza es bien aceptada por algunos criadores
    que tenían acceso a ella, difundiéndose en cierta
    medida sin que se mejoraran genéticamente
    (Asociación Nacional de Criadores de Ganado Porcino
    Selecto (APNS), 2000 y Valdez, 1981).

    Su principal ventaja es su capacidad maternal y
    prolificidad, aunque también posee magnífica
    cualidad de crecimiento y composición corporal. Los machos
    tienen un comportamiento sexual viril y activo. En Cuba se
    utiliza como raza materna básica. En los años
    1989-90 se realizó una importación del Reino Unido donde se le
    conoce como Large White.

    Ambas poblaciones, la canadiense y la inglesa se han
    mantenido separadas y se han adaptado bien a nuestras condiciones
    ambientales. Es un animal blanco rosado, con mucosas
    despigmentada y piel fina, sin
    pliegues. Además de presentar resultados de prolificidad
    obtenidos por el centro de investigaciones
    porcinas de 9,5 crías vivas por camada (APNS, 2000 y
    Instituto de Investigaciones Porcinas (IIP), 2005)

    2.2.2 Large White (LW)

    Es del condado Yorkshire en el nordeste de Inglaterra. Goza
    fama internacional desde finales del siglo XIX. Es un cerdo de
    capa blanca, sin pelos de color y sin
    pigmentos introducido en Cuba en 1989 de los rebaños de la
    PIC, del Reino Unido (Carmen et al, 2004).

    Se caracteriza por facilidad de adaptación al
    clima y
    sistemas de
    explotación diversos, no es sensible al stress, sus
    aplomos son sólidos, los machos presentan buena
    líbido y la prolificidad de las hembras es muy buena. Se
    utiliza como raza materna en el cruzamiento con Landrace (Valdez,
    1981).

    2.2.3 HAMPSHIRE:

    Es originaria del Condado del mismo nombre en Inglaterra
    y está difundida fundamentalmente en los Estados Unidos.
    Su color es negro con una franja blanca que rodea su cuerpo y
    abarca sus miembros anteriores. Presenta orejas erectas del tipo
    asiático. Con respecto a sus características
    reproductivas, no difiere del Duroc. Son rústicos, pero
    menos resistentes al calor, de
    buena prolificidad, de mayor aptitud lechera y materna. La
    coloración de su carne presenta un rojo intenso, se
    utiliza por su marguera en cruzamientos en la parte paterna. Es
    más lenta en cruzamientos que las demás razas
    americanas. Fue importada de Canadá en el año 1960
    y posteriormente en 1990 se realizaron nuevas importaciones.

    Son animales activos con
    magnífica conformación de la canal, de 9 ó
    10 crías / parto, con crías de gran peso al nacer,
    muy precoces en la primera etapa de vida, camadas muy vigorosas,
    gran vitalidad. Buena producción lechera de la madre.
    Aunque con bajo nivel de crecimiento, baja prolificidad y
    habilidad materna. No tiene buena aptitud ante la monta y Se
    utiliza como raza paterna terminal (Leroy, 1970).

    2.2.4 DUROC
    JERSEY
    :

    No se conoce con exactitud su origen, se plantea que
    surge de una mezcla de las mejores características de los
    cerdos rojos que existían hacia el año 1800 en los
    estados de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y Vermouth,
    procedentes de África (raza colorada de Guinea),
    según algunos autores y según otros de la
    Península Ibérica su nombre proviene de la
    combinación de dos estirpes muy estimadas y famosas en esa
    época, La Duroc y la Jersey y su selección
    y consolidación comienza hacia 1823. Los primitivos Jersey
    rojos eran cerdos grandes alargados de gran longitud, de
    rápido crecimiento y muy prolíferos; los Duroc eran
    grandes también pero más compactos ( IIP,
    2005).

    Esta raza se ha extendido en todo nuestro territorio.
    Los cerdos alcanzan un gran desarrollo; su
    color rojo, variando del amarillento al rojo oscuro. Sus orejas
    son de tamaño mediano, levemente erectas con una breve
    inclinación hacia adelante.

    Con respecto a sus características reproductivas
    se puede decir que las hembras son buenas madres con una mediana
    producción de ocho lechones por camada. Fue introducida en
    Cuba en la década del 50, pero sólo después
    de los años 60 pudo ser incrementado su número
    gracias a importaciones provenientes del Canadá y
    más recientemente del Reino Unido. Es notable por su
    rusticidad, rápido crecimiento y adaptabilidad. Posee una
    prolificidad media, con canales que tienden al engrasamiento
    utilizándose como raza paterna terminal (Rico,
    2002).

    2.2.5 LANDRACE:

    Tuvo su origen en Dinamarca en el año 1870,
    mediante el cruzamiento de cerdas oriundas con verracos Large
    White importados de Inglaterra, seguida de una cuidadosa
    selección para obtener cerdos de alta producción.
    La raza Landrace actual es una de las más seleccionadas y
    más magra del mundo. Fue una raza poco difundida, en
    primer lugar, por las restricciones impuestas a su salida por las
    asociaciones de cría nacionales y, en segundo lugar,
    porque no se adaptaba a la demanda del
    resto del mercado europeo.
    En 1934 se introduce en Estados Unidos, teniendo gran
    aceptación por sus cualidades magras. Modernamente en
    Europa se
    está utilizando como mejoradora de los cruces comerciales
    (APNS, 2000 y IIP, 2005)

    Es una de las razas de origen Europeo. Presenta una
    coloración blanca, con orejas largas dirigidas hacia
    adelante en su totalidad. Son los cerdos más largos de
    todas las razas. Se caracterizan por su gran prolificidad, dando
    un promedio de 12 lechones por parición, con muy buen peso
    al nacer. Las madres son de muy buena aptitud lechera y materna,
    muy dóciles y cuidadosas. Su forma de cría
    más adecuada es la intensiva. Se introdujo en Cuba desde
    Canadá a comienzos de los años 60 y del Reino Unido
    en 1989 y 1990. Esta raza es la de menor rusticidad de las
    explotadas en Cuba. Se utiliza como verraco en cruce con la
    Yorkshire (Large White) para obtener la hembra F1
    Yorkshire x Landrace, de amplia utilización en las
    unidades de cría comerciales.

    (Carmen, 2004)

    2.2.6 Criollo:

    Es una raza de origen Ibérico, que se trajo a
    Cuba por los colonizadores españoles en el siglo XVI; se
    caracteriza por su resistencia a las
    adversidades del clima, manejo y alimentación (Santana,
    2005).

    Son animales rústicos, de color oscuro, con pelo
    o sin él, pueden presentar sindactilia (casco de mulo)
    mamelas o campanillas precoces con baja tasa de ganancia y alto
    espesor de grasa. Aprovechan favorablemente los alimentos
    naturales y se recomienda su explotación en condiciones
    rusticas. La raza esta sometida al programa de conversión
    y mejora genética
    (Rico, 2004).

    2.2.7 CC21:

    Es una raza que tiene su origen en Cuba,
    sintética de nueva creación, formada
    fundamentalmente por las razas Duroc y Hampshire con un
    porcentaje de las razas blancas. Esto le permite una
    combinación del alto crecimiento del Duroc, la alta
    producción de carne de Hampshire y una reproducción
    superior. Se utiliza como línea paterna en la
    producción de cruces finales. Tienen muy buen
    comportamiento ante la Inseminación Artificial. Y como
    principal propósito persigue alta producción de
    carne, y es de excelente crecimiento. Utilizada en los programas de
    cruzamiento como verraco paterno terminal en las unidades
    comerciales o como parte del cruce con la línea L-35
    (Diéguez, 2002).

    2.2.8 L35:

    Línea desarrollada en Cuba a partir de la
    unión de la raza Pietrain y la L-63, es producto de la
    fusión
    de las poblaciones de cerdos Pietrain y de la línea
    sintética L63 que fueron importadas entre 1989 y 1990 del
    Reino Unido. La fusión de las poblaciones, ambas
    caracterizadas por hipertrofia muscular, se realizó con el
    objetivo de evitar la consanguinidad pues eran poblaciones muy
    pequeñas. Son animales susceptibles al estrés,
    sólidos y con buenos aplomos, producen canales con gran
    rendimiento en carne, poca grasa dorsal y jamones extremos, hay
    animales que pudieran presentar algunas manchas negras,
    también hay animales moteados como el Pietrain, de
    tamaño pequeño, aunque ligeramente superior en
    talla a la a la raza Pietrain. Siendo su principal
    propósito alta producción de carne; utilizada en
    los programas de cruzamientos como verraco paterno terminal F-1
    cruzado con las razas Hampshire y CC-21.

    (IIP, 2005).

    2.3 Híbridos más
    comunes.

    2.3.1 Yorkshire (Large White) x
    Landrace:

    Es producto del cruce de hembras Yorkshire con machos
    Landrace. La cerda F1 Y x L, es de amplia
    utilización en el país por su alta prolificidad y
    cualidades maternales superiores a cualquier otro cruce
    (Diéguez, 2002)

    2.3.2 Yorkshire x
    Duroc:

    Es la hembra F1 que ocupa el segundo lugar de
    utilización en el país y es producto del cruce de
    hembras Yorkshire con machos Duroc. La prolificidad es menor que
    en los YL en aproximadamente 0.5 crías. Son resistentes y
    de buena adaptabilidad (Diéguez, 2002).

    2.3.3 Duroc x
    Hampshire:

    Es un F1 producto del cruce de hembras Duroc
    con machos Hampshire con el objetivo de obtener un macho con las
    características principales de ambas razas: rápido
    crecimiento, eficiencia
    alimentaria y calidad en la
    carne y con aceptable aptitud para la monta. Se utiliza en la
    producción especializada y en los sistemas de cría
    abiertos

    (IIP, 2005).

    2.3.4 CC21 x L-35:

    Es producto del cruce de hembras CC21 con machos de la
    línea L-35. Su objetivo principal es la obtención
    de un macho híbrido con rápido crecimiento, buena
    conversión, poca grasa dorsal y buen porcentaje de carne
    en la canal. Se utiliza como macho terminal en la
    producción porcina especializada (IIP, 2005)

    2.3.5 Hampshire x L35:

    Producto del cruce de hembras Hampshire con machos de la
    líneas L35. Su objetivo principal, al igual que en el
    híbrido anterior, es la obtención de un verraco
    terminal de alta producción de carne, buena
    conversión y poca grasa dorsal. Se utiliza como macho
    terminal en la producción porcina especializada
    (Diéguez, 2002).

    2.5 Algunas consideraciones del
    desempeño reproductivo en
    cerdos.

    2.5.1 Fisiología reproductiva de la cerda y
    semental porcino.

    La cerda doméstica es poliéstrica anual
    con ciclos de aproximadamente 21 días. El mismo se divide
    en proestro que dura dos días, estro dos a tres
    días, el metaestro uno a dos días y el diestro que
    ocupa el resto del ciclo. Los cuerpos lúteos son
    funcionales durante alrededor de 16 días después de
    la ovulación (Alonso, 1990).

    La ovulación ocurre espontáneamente, 36 a
    44 horas después del inicio del estro o un poco
    después de la mitad del estro (Cíntora,
    2003).

    La pubertad
    ocurre alrededor de los seis o siete meses con un peso corporal
    de 100 a 110 Kg. En el macho la pubertad ocurre aproximadamente a
    la misma edad.

    La gestación dura en promedio 114 días,
    dando camadas de 8 a 10 lechones para cerdas de primer parto y 10
    a 16 lechones en cerdas adultas (Fernández,
    1989).

    Durante la lactancia, la
    cerda puede tener un estro corto poco después del parto,
    pero normalmente no cicla y no se cruza hasta después del
    destete de los lechones (Soto, 1991).

    2.5.2 Madurez sexual de la
    hembra

    Dentro de los factores que influyen en el inicio de la
    pubertad en la cerda joven y la continuación de los ciclo
    estrales. Los más importantes incluyen:

    1.- Raza
    2.- estación del año durante el desarrollo
    sexual
    3.- exposición
    al verraco
    4.- alojamiento y grado de confinamiento
    5.- nutrición
    6.- salud
    general

    Bajo buen manejo, la pubertad ocurre en la hembra joven,
    llamada de reemplazo, aproximadamente a los 6 a 7 meses de edad,
    cuando la cerda alcanza un peso corporal de 100 a 110kg
    (Cíntora, 2003).

    La raza y la selección dentro de ésta
    influyen en el inicio de la pubertad. En general, las razas
    Landrace y Large White seguidas por Hampshire, tienen un primer
    estro más pronto que otras razas comunes. Entre razas,
    ciertas líneas genéticas empiezan a ciclar
    más pronto que otras (Muños, 1994).

    El confinamiento reducirá el número de
    cerdas que muestran estro de los 7 a 9 meses de edad, en un 10 a
    15%, cuando se les compara con cerdas alojadas sin confinamiento.
    El alojar cerdas individualmente, en pequeños grupos de
    dos o tres por corral, o en grupos grandes de 50 o más,
    retrasa el primer estro. Otros factores ambientales como la
    iluminación, parecen tener poco efecto
    sobre los días del primer estro (Cíntora,
    2003).

    A medida que las cerdas se acercan a la edad
    púber, la exposición de las mismas a un verraco
    adulto acortará el intervalo y dará como resultado
    cierta sincronización del estro. La pubertad se retrasa
    frecuentemente si la exposición al verraco se inicia
    cuando las cerdas tienen sólo 3 o 4 meses de
    edad.

    Bajo condiciones normales de alimentación y
    manejo, la nutrición tendrá un efecto mínimo
    en la pubertad. Una dieta baja en proteínas
    retrasará el crecimiento y la pubertad y una dieta baja en
    energía puede deprimir las tasas de ovulación. Del
    mismo modo, el debilitamiento debido a enfermedad puede retrasar
    el primer estro (Ministerio de la Agricultura,
    1994).

    2.5.3 Estación
    reproductiva

    Una cerda bien alimentada, pospúber, no
    preñada o un reemplazo bajo condiciones ambientales
    ordinarias es un animal poliéstrico, no estacional aunque
    la fertilidad y la función cíclica pueden
    deprimirse al final del verano o durante los primeros meses del
    otoño. La cerda adulta mostrará estro
    aproximadamente cada 21 días hasta la edad de 10 a 12
    años cuando la senilidad empieza a afectar la
    función ovárica. La mayor parte de las cerdas
    maduras se desechan del hato reproductor por otras razones antes
    de que se establezca la senilidad (Huches, 1988).

    Después del parto, se presenta un período
    de anestro cuando los ovarios están en reposo. Esta
    inactividad dura en general a lo largo de la lactancia. Poco
    después del destete, que ocurre de dos a 5 semanas
    después del parto, bajo condiciones de manejo actuales,
    hay un rápido crecimiento de folículos
    ováricos, seguido por estro y ovulación en un lapso
    de 3 a 7 días.

    Es deseable dar monta a la cerda en este momento puesto
    que la involución uterina está completa hacia los
    21 días posparto y la fertilidad de la cerda es buena. El
    destete se utiliza frecuentemente como un medio de lograr la
    sincronía del estro en un grupo de cerdas (Leroy,
    1970).

    La mayor parte de los productores maximizan la productividad de
    la cerda volviendo a montarla en cuanto es posible. Con un
    período de gestación de 114 días y un
    período de lactancia de 21 días, las cerdas que son
    montadas de 5 a 10 días después del destete se
    espera que produzcan una camada cada 5 meses o un promedio de 2.4
    camadas por año. No obstante, debido a otros factores que
    reducen la fertilidad, el promedio del hato cae considerablemente
    debajo de este nivel potencial de producción (Díaz,
    1961).

    2.5.4 Fisiología
    reproductiva

    El ciclo estral de la cerda puede dividirse en hechos
    asociados con el crecimiento de los folículos y hechos
    asociados con el crecimiento y la supervivencia de los cuerpos
    lúteos. Los cambios histológicos y secretorios que
    ocurren en el tracto genital tubular, bajo la influencia de
    niveles de estrógeno en aumento en el momento de proestro
    y estro o de niveles de progesterona en aumento durante el
    metaestro y diestro, son similares a los de otras especies. El
    frotis vaginal es un indicador pobre de la etapa del ciclo estral
    en la cerda (Alonso, 1990).

    Después de la ovulación en la mitad del
    estro, los remanentes foliculares se luteinizan resultando en la
    formación de cuerpos lúteos (CL) productores de
    progesterona. Los niveles plasmáticos de progesterona se
    elevan a un pico de 25 a 30 mg/ml a los 12 ó 14
    días y son seguidos por una disminución
    rápida, que coincide con luteólisis, 15 a 18
    días después del estro. Se cree que la
    prostaglandina I2 es la luteolisina natural, no obstante, los
    cuerpos lúteos porcinos no son responsables de elevar los
    niveles de Pgf2alfa hasta después del día del ciclo
    estral (Ministerio de Educación
    Superior, 1987).

    A medida que los niveles de progesterona disminuyen, el
    eje hipotálamo hipofisiario responde incrementando la
    frecuencia de liberación episódica de LH.
    Finalmente, hay un enlace incrementado de gonadotropinas por los
    folículos en desarrollo y maduración. Un incremento
    en los niveles circulantes de estrógenos, principalmente
    17Beta estradiol, ocurre entre los días 15 y 20 del ciclo
    estral. Los estrógenos de circulación llegan al
    pico 24 horas antes del inicio del estro conductual. Los niveles
    de LH llegan al pico al principio del estro y la ovulación
    ocurre 36 a 44 horas después del pico de LH. Los huevos se
    liberan de ambos ovarios en un lapso de 6 a 8 horas (Alonso,
    1988).

    2.5.5 Conducta sexual
    de la hembra y del macho

    El estro en la cerda dura de 40 a 70 horas.
    Habitualmente la cerda busca al macho cuando se encuentra al
    alcance de su vista, sonido o
    respuesta vocal. Puede haber acciones de
    osar y tentativas de montar tanto cerdas como al verraco, pero
    más comúnmente, la hembra asume una posición
    inmóvil característica, con elevación de las
    orejas, en respuesta al llamado vocal del verraco, osar y
    tentativas de monta (Leman, 1995).

    El verraco examinará a las cerdas en busca de
    estro, vocalizando, orinado, osando y tratando de montar y buscar
    la hembra al azar con este patrón de cortejo. Las pruebas naso
    genitales son comunes en el verraco. La erección ocurre después de la monta.
    En verraco el glande del pene es en espiral que penetra la cerviz
    de la hembra durante la eyaculación que dura 5 a 8
    minutos. Los volúmenes de eyaculado de 150 a 200ml son
    comunes y se depositan dentro del cérvix y útero
    (Valdés, 1981).

    Bajo condiciones de pastoreo, la copulación puede
    ocurrir varias veces durante el estro. Con apareamientos
    controlados (apareamiento manual), se
    recomienda que se permita copulación una vez al día
    durante el estro. La detección del estro para apareamiento
    manual o inseminación artificial requiere en general un
    verraco marcador. La respuesta de aceptación de la cerda
    en estro, a la presión
    del dorso, se utiliza frecuentemente por el pastor.

    En un lapso de dos a tres días después del
    parto, aproximadamente una cuarta parte de las cerdas
    mostrarán un estro psíquico en respuesta a los
    niveles elevados de estrógeno en el parto. No obstante, no
    se presenta una respuesta ovárica concomitante y
    normalmente no ocurre ovulación (Minagri,
    1994).

    2.5.6 Momento ideal para la
    cópula

    La tasa de fertilización es generalmente para una
    monta que ocurra ya sea en el primer día del estro o
    después de la ovulación. La monta, 6 a 12 horas
    antes de ovulación, da como resultado la tasa más
    alta de fertilización. Puesto que la detección del
    estro no es siempre exacta y el momento de ovulación es
    aún menos predecible, es una buena práctica dar
    monta a la hembra durante el primero y segundo días del
    estro. La monta diaria durante el estro es óptima y
    resulta en fertilización de casi todos los ovocitos
    liberados (Reyes, 1994).

    El calostro provee también al cerdo una fuente
    alta en energía, una necesidad crítica, puesto que el lechón nace
    con muy pequeñas cantidades de energía. El
    éxito precoz en obtener esta fuente de energía
    determina con frecuencia qué lechones sobrevivirán,
    en particular si la cerda tiene más lechones que mamas
    funcionales.

    La adopción
    es el proceso de
    mover lechones recién nacidos entre cerdas para nivelar el
    número de mamas funcionales disponibles entre las camadas.
    Una vez establecida, cada lechón regresa a la misma mama.
    La adopción o la suplementación de leche es
    necesaria para salvar a los lechones más pequeños y
    más débiles, que están de más para
    las mamas disponibles (Cíntora, 2003).

    2.6 Consideraciones del trabajo
    genético en cerdos.

    2.6.1 POLITICA DE
    CRUZAMIENTOS

    En la política de
    cruzamiento ha trascurrido un constante programa de la raza
    porcina el cual se desarrollo en forma de etapas:

    Primera etapa: Según Diéguez et al
    (1979a; 1981) se desarrolló un intenso trabajo de
    experimentación, en el que se evaluaron varias
    combinaciones de cruces partiendo de las razas existentes con la
    inclusión de la Lacombe.

    Se compararon cerdas puras de la raza Yorkshire y cerdas
    F1 con la producción de camadas puras, F1, retrocruces y
    triple cruces. Además de estudiarse el comportamiento
    reproductivo de la descendencia en la categoría de ceba.
    Utilizándose el manejo tradicional empleado en el
    país (López et al 2001).

    Donde las cerdas F1 fueron superiores a la Yorkshire,
    con un comportamiento mejor de lagwL en los aspectos
    reproductivos y un mejor crecimiento de los descendientes de las
    cerdas YD. Estudios posteriores han demostrado el alto potencial
    reproductivo en condiciones cubanas en cerdas Yorkshire x
    Landrace medido a través de la tasa de ovulación y
    en datos
    comparativos con cerdas Camborough (Diéguez,
    2002).

    Segunda etapa: El comportamiento de todos los
    cruces debido a la influencia de las razas paternas en el
    crecimiento y la composición corporal, indicó la
    necesidad de una evaluación integra. De acuerdo con la
    estructura
    piramidal y el comportamiento de cada cruce se estimó la
    producción de peso vivo o carne por cada 100 cubriciones
    realizadas en el sistema.

    Además se confeccionaron índices
    evaluativos incluyendo el comportamiento reproductivo, el
    crecimiento y la composición corporal. Los tres mejores
    cruces fueron: YL/H; YL/D y YD/Y (Diéguez et al
    1979b).

    Según Diéguez et al (1985); Santana et al
    (1989) el programa de cruzamientos utilizaba por el lado paterno
    verracos de razas puras, sin embargo mucha atención se le ha brindado al uso de
    verracos F1 o el desarrollo de razas sintéticas
    paternas.

    Partiendo de estos conceptos y conociendo que las razas
    paternas básicas eran completamente diferentes (Hampshire
    excelente composición corporal, pero lento crecimiento,
    Duroc de no muy buena composición corporal y rápido
    crecimiento). y ambas con relativo bajo comportamiento
    reproductivo como razas puras analizándose la posibilidad
    del uso de un verraco F1 de estas razas (Trujillo et al
    1987a).

    Tercera etapa: Por otro lado se desarrolló
    una línea sintética que tuviera un mayor potencial
    de crecimiento en carne y que su reproducción fuera
    superior a las razas paternas básicas. Esta línea
    se denominó CC21 existiendo en la actualidad dos centros
    genéticos de la misma. El comportamiento hasta el presente
    ha cumplido con los objetivos
    propuestos (Santana et al 1989, 1990, 1992, 1993).

    El fuerte programa de selección aplicado en esta
    línea basado en pruebas de comportamiento en campo y un
    rápido cambio de
    generaciones ha provocado un progreso alto en el núcleo
    básico de esta población (Guerra et al
    1990).

    Por otra parte ( Trujillo et al 1987a) planteo que al
    crear un extenso trabajo de evaluación de verracos
    terminales se desarrolló en una unidad comercial de 1000
    reproductoras YL y en una experimental de 120 cerdas con el mismo
    manejo en la ceba de los descendientes se utilizó la dieta
    clásica cubana de desperdicios procesados suplementados
    con mieles y proteína.

    2.6.2 Programa nacional de
    cruzamientos

    La producción porcina en Cuba, se basa en una
    estructura piramidal donde en el ápice se encuentran los
    Centros Genéticos en los que se concentra el trabajo de
    selección de las razas puras, y continúa con los
    centros multiplicadores, que suministran los animales a la base
    de la pirámide: la producción comercial. Esta
    estructura permite realizar de una manera simple, la
    política de cruzamientos, ya que en el nivel intermedio,
    se producen los animales F1 y en la base el cruce
    terminal en el que toda la descendencia se destina al sacrificio
    (Diéguez, 2002).

    Todos los animales de ambos sexos pasan la prueba de
    comportamiento en campo. Con periocidad mensual. La
    selección se realiza sobre la base de un índice que
    considera la ganancia por día de la vida (peso por edad) y
    el espesor de la grasa dorsal, excepto en el caso de la raza
    criolla en la que solo se considera él peso por edad. El
    50% de los animales probados, es el que se utiliza como
    reproductor genético en los diferentes niveles de la
    estructura poblacional.

    En las hembras además se aplica un índice
    de prolificidad para eliminar aquellas con bajo tamaño de
    la camada de los rebaños raciales. Produciéndose
    para el nivel comercial dos tipos de hembras
    híbridas:

    Yorkshire x Landrace (Y x L) y Large White x Landrace;
    tres tipos de sementales híbridos: Duroc x L35 (D x L35),
    Hampshire x L35 (H x L35) y CC21 x L35. Estos animales se
    destinan a la producción comercial especializada (Rico,
    2004).

    En el sector estatal no especializado: se incluye
    al movimiento
    cooperativo atenido un gran crecimiento en los últimos
    años. Los esquemas de cruzamientos que se utilizan pueden
    ser varios debido a la heterogeneidad racial de los
    rebaños (Rico, 2004).

    Rebaños con buenas condiciones e instalaciones
    (Alimentación y Salud):
    Hembras híbridas LW x L
    o Y x L en su defecto Y x D e incluso animales puros Y, CC21 y
    Landrace. Machos híbridos D x L35, H x L35, CC21 x L35 en
    su defecto D, H, CC21 o L35 (IIP, 2005).

    Condiciones medias de
    producción:

    Preferentemente hembras híbridas Y x D

    Machos Cr, D o H en dependencia de las condiciones
    (Rico, 2004).

    2.6.3 Historia de los programas de
    selección Genética Porcina.

    Los programas de selección porcina, llevan
    operativos unos 50 años. Antes de ello la selección
    porcina fue una actividad muy local e improvisada con una
    significante importancia de la auto reposición y pensando
    poco con los resultados económicos de la producción
    o en la búsqueda de heterosis. Después de la Segunda Guerra
    Mundial se comenzaron a ver los primeros signos de
    organización de programas de
    selección. La exigencia era alimentar a la
    población y consecuentemente los gobiernos pusieron en
    marcha programas de selección.

    La obtención de licencias de ciertos machos
    llegó a ser una exigencia en muchos países para
    asegurar que el resultado de las progenies reuniera ciertos
    criterios de mejora. A comienzos y mediados de los sesenta
    comenzaron a aparecer compañías de selección
    las cuales controlaron la
    organización de grandes poblaciones de animales a
    partir de las cuales empezaron a seleccionar futuras
    generaciones. Es evidente que algunas razas que hoy conocemos
    como "puras", históricamente no lo fueron tanto (Brian,
    2002).

    El pesaje individual y en grupos de líneas puras
    de abuelas permitió una rápida mejora de la camada,
    particularmente en caracteres con alta heredabilidad. La llegada
    de programas informáticos para la aplicación del
    BLUP (Best Linear Unbiased Prediction) permitió
    añadir una dimensión económica al sistema de
    selección. Progresivamente los ordenadores también
    permitieron que caracteres muy importantes pero con baja
    heredabilidad se pudieran incluir en los programas de
    selección. Hoy en día en todo el mundo, solamente
    un 30% de la producción porcina proviene de programas
    reconocidos de selección de híbridos.

    Desde una compañía de genética
    porcina esto podría verse como una excelente oportunidad;
    de la misma forma que Coca Cola
    vería que la gente continúa bebiendo agua (Brian,
    2002).

    Según (Bronson, 1985) para la mayoría de
    las especies de mamíferos salvajes, la perpetuación
    de la especie constituye uno de los objetivos esenciales de la
    reproducción, la cual se desarrolla bajo la influencia del
    medio
    ambiente.

    Los efectos del medio ambiente
    repercuten sobre el potencial genético de los individuos,
    determinando durante el ano los períodos de
    reproducción así como su intensidad. El inicio y la
    terminación de la actividad sexual de los pequeños
    mamíferos salvajes están condicionados por factores
    muy diversos. En las zonas tropicales, hábitat
    de la mayoría de las especies, los pequeños
    mamíferos han desarrollado una estrategia
    reproductiva de tipo oportunista, que les permite iniciar su
    actividad sexual cuando los factores ambientales son propicios:
    alimentación, temperatura,
    presencia de individuos del sexo opuesto,
    etc.

    Por el contrario, en las zonas templadas, es necesario
    criar a los animales jóvenes durante la época
    más favorable del año, lo que ha conducido a la
    mayoría de las especies salvajes a limitar el
    período de nacimientos al final del invierno e inicio del
    verano, cuando el clima es menos rígido y la
    disponibilidad de alimentos abundante (Orienda,1995).

    2.6.4 Selección

    Existen dos vías por las cuales se pueden mejorar
    las propiedades genéticas de la población. La
    primera a través de la elección de los individuos
    que van a usarse como progenitores, lo que constituye la
    selección, y la segunda a través de la forma en que
    se programa el apareamiento de los mismos, conocido en el sentido
    amplio como cruzamiento (Diéguez, 2002).

    El programa de mejoramiento del cerdo en Cuba, se basa
    en la integración del programa de
    selección y de la política de cruzamiento para la
    utilización más efectiva de las razas a
    través de la estructura piramidal implantada
    (Diéguez, 2002).

    2.6.5 Selección
    natural:
    Se define como aquella en la que no
    interviene la mano del hombre y su forma de actuar es
    principalmente a través de las diferencias de fertilidad y
    viabilidad entre los individuos de la población
    (Diéguez, 2002).

    2.6.6 Selección
    artificial:
    Es la selección realizada por
    el hombre,
    mediante la cual, se eligen los individuos que serán
    utilizados como progenitores en futuras generaciones. Existen
    diferentes métodos
    para realizar la selección artificial. El método que
    se elija debe ser lo suficientemente eficaz como para escoger con
    la mayor precisión posible, aquellos individuos
    genéticamente superiores que trasmitan a la descendencia
    las características deseadas por las que fueron
    seleccionados (Santana, 1991).

    2.6.7 Criterios de
    Selección.

    El trabajo de selección se realiza en los Centros
    Genéticos y el objetivo fundamental es producir un animal
    que integre el mayor crecimiento con el incremento en la
    producción de carne en la canal a expensas de la
    disminución de la grasa. Es por ello que se utiliza un
    índice de selección que tiene en cuenta.

    • La ganancia por día de vida o peso por edad
      (PPE)
    • Espesor de la grasa dorsal medida en vivo
      (EGD)

    El primer criterio mide precisamente la velocidad de
    crecimiento, mientras que el segundo mide indirectamente la
    composición corporal. Entre ambos se mejora indirectamente
    la eficiencia en la utilización de los alimentos. Este
    programa de selección se denomina "Prueba de
    comportamiento en campo" (Rico, 2004).

    2.6.8 Pruebas de comportamiento en
    campo.

    El método se basa en la confección de un
    Índice de Selección de todos los animales
    presentados a selección agrupados en tandas
    contemporáneas. Se mide el peso y el espesor de la grasa
    dorsal en vivo de cada animal, mediante equipo
    ultrasónico, y se determina el valor genético de
    cada animal mediante su propio rendimiento (Diéguez,
    2002).

    2.6.9 Mejora genética en
    porcino intensivo

    (Orienda, 1995) plantea que los animales utilizados en
    la cría intensiva de ganado porcino se caracterizan por su
    elevada eficacia
    productiva. El elevado número de crías por parto,
    el corto intervalo generacional y la elevada heredabilidad de los
    caracteres de interés económico ha hecho posible la
    obtención de progresos genéticos
    espectaculares.

    Los programas de mejora genética porcina se han
    dirigido de forma prioritaria a la selección de animales
    con una rápida y elevada capacidad de
    transformación del pienso en carne. Además otro de
    los objetivos de la mejora genética ha sido aumentar la
    capacidad reproductiva de las hembras y la calidad de la carne
    (Agroinfor, 2001).

    La manifestación externa de un carácter mensurable en un animal es debido
    a la existencia de un conjunto de genes específicos que
    inciden sobre este carácter y al efecto del ambiente. La
    mayor parte de los caracteres económicos en porcino
    están regulados por poligenes, es decir, conjuntos de
    genes que ejercen un efecto mínimo sobre cada
    carácter. Por tanto existen múltiples combinaciones
    genéticas que originan una diversidad continua entre
    animales. Para la mejora de estos caracteres cuantitativos se
    aplican diversas técnicas
    que pretenden diferenciar animales que poseen combinaciones de
    genes óptimas y transmisibles a sus descendientes.
    (Orienda, 1995).

    Los actuales sistemas de mejora genética se basan
    en la aplicación de técnicas de análisis estadístico sobre
    caracteres cuantitativos y la selección de los mejores
    animales, utilizando la variabilidad genética entre e
    intra-poblaciones, para lo cual es preciso conocer las
    particularidades genéticas de los caracteres, hacer un
    control
    exhaustivo y aplicar un plan de
    selección y posterior cruzamiento de animales.

    Por tanto pueden distinguirse dos fases en la mejora
    genética, primero las acciones de selección,
    encaminadas al aprovechamiento de los efectos transmisibles
    (aditivos), y después la práctica del cruzamiento,
    para utilizar los efectos no aditivos de los genes (heterosis).
    (Suárez y Marco, 2001).

    En la producción porcina intensiva es frecuente
    utilizar hembras cruzadas y a veces también machos
    cruzados, debido a que se abaratan los elevados costes de la
    mejora genética y se aprovechan las ventajas que presentan
    los animales cruzados, como por ejemplo un mayor tamaño de
    camadas.

    En los cruces pueden usarse dos, tres o cuatro razas,
    siendo el cruce con tres razas el más extendido en
    España.
    Las razas más usadas son Landrace y Large White para
    producir la hembra híbrida, mientras que para el macho
    terminal hay múltiples opciones, desde el blanco belga al
    Pietrain, pasando por el Hampshire, dependiendo del destino del
    producto, conformación que se quiere obtener, etc
    (Orienda,1985).

    2.7 Factores Genéticos, no
    genéticos que afectan la eficiencia productiva y
    reproductiva.

    Numerosos son los factores tanto geneáticos como
    no genético que influyen en el comportamiento animal
    dentro de los cuales se abordara la raza, alimentación y
    época de parto.

    2.7.1 Influencia de la raza,
    época y alimentación en el comportamiento
    productivo y reproductivo.

    Según (Villareal et al, 2004) la época
    resultó significativa para todas las medidas estudiadas.
    Las camadas más numerosas correspondieron al cruce Duroc x
    Yorkshire (DY) y las menos numerosas al Hampshire x Duroc (HD).
    Las interacciones cruces por partos no producen diferencias
    significativas (p>0.05) para los nacidos totales, nacidos
    vivos, numero de lechones, peso promedio y total de las camadas a
    los 21 días de edad y numero de destetados, peso total y
    peso promedio al destete con medias superiores para las cerdas
    adultas.

    Arias et al (1997) y Díaz et al (1992) obtuvieron
    los valores
    más bajos de tasa de ovulación para la cerda HD al
    utilizar una dieta convencional, lo cual evidencia que este tipo
    de cerdas no es de un alto potencial reproductivo bajo ninguno de
    los dos sistemas de alimentación. Al analizar las medias
    obtenidas para los pesos promedios, fueron las camadas de la HD
    las de más bajo peso lo que demostró una pobre
    habilidad maternal en este tipo de animal, que con camadas poco
    numerosas no es capaz de destetar animales con alto
    peso.

    Según Gómez et al (1999) al evaluar el
    efecto del año, bimestre y numero de partos de la cerda
    sobre el tamaño de la camada, peso al nacer de la camada y
    al destete encontró que Las medias generales y
    desviaciones estándares para el tamaño de la camada
    al nacer (TCN), número de lechones nacidos vivos (NLV),
    promedio de peso de los lechones al nacer (PLN), número de
    lechones destetados (NLD) y peso promedio de los lechones al
    destete (PLD) Se encontraron con efectos del año, bimestre
    y número de parto en el TCN y NLV, pero no del año
    de parto en PLN. Con respecto al NLD se encontró efecto de
    año y bimestre de parto, pero no del número de
    parto, mientras que el PLD se vio influenciado por los tres
    factores estudiados. El efecto de bimestre fue significativo
    sobre todas las variables de
    respuesta estudiadas, sin embargo no se observó ninguna
    tendencia. Las marranas de primer y segundo parto tuvieron
    camadas con pesos menores que aquellas con 3 o 4 partos. Sin
    embargo, al destete no se encontró diferencia (p>0.05)
    en las medias de los tamaños de camada y con respecto a
    los PLD las marranas de primer y cuarto parto tuvieron los
    promedios más bajos.

    El tamaño de las camadas y de las crías al
    nacer esta influenciado por el número de parto y la
    época del año resultando los mejores pesos los que
    nacen en la época de lluvia y cuando las madres tienen de
    3-5 partos, reportaron que las cerdas en el tercer y 5 parto las
    crías al destete alcanzaron pesos de 7,3-8.2 kg.
    (González et al, 2002).

    Otros autores indican que el cruce Yorkshire-Landrace
    presenta un peso promedio al destete de 5.0-5.9 kg y de 8.5
    crías por partos (Del Toro et al 2002)

    Según Arelis, (1999) efectos genéticos y
    ambientales sobre los pesos de camadas a diferentes edades
    predestete en cerdos. el peso de la camada al nacimiento estuvo
    afectado por todos los factores estudiados, excepto por el origen
    de la madre; a los 21 y 56 días se mantienen
    significativos los efectos de raza, año de parto y la
    covariable cambio de peso en la gestación, mientras que a
    los 42 días solamente los de raza y año del
    parto.

    Los promedios no ajustados y ajustados del peso de la
    carnada a las diferentes edades fueron 13,66 y 13,33 kg al
    nacimiento; 22,96 y 22,98 a los 21 días; 44,97 y 47,21 kg
    a los 42 y 65,53 y 66,01 Kg. a los 56 días;
    respectivamente. Además se refleja un crecimiento prenatal
    satisfactorio y un pobre crecimiento predestete que puede ser
    resultante de la alta incidencia de mastitis,
    metritis y agalaxia en las madres, que originaron bajas ganancias
    de peso en los lechones debido a los frecuentes proceso
    diarreicos.

    En todos los caracteres evaluados fue encontrado un
    efecto altamente significativo de la raza, lo que ha sido
    mencionado por varios investigadores.

    En líneas generales, en la literatura se le atribuye al
    verraco poco efecto en los trabajos con monta natural y ello se
    explica por el poco número de camadas por semental o por
    el poco número de verracos representados, que dificultan
    la estimación del efecto que las diferencias entre
    sementales puede ocasionar en el peso de las camadas. El factor
    año de nacimiento influyó significativamente sobre
    la variabilidad del peso de la camada a las diferentes
    edades.

    Otros investigadores también han señalado
    la influencia del año del nacimiento para el peso de la
    camada al nacer (5,6,12); a los 21 (6,12) y los 42 días de
    edad En este estudio, el promedio de la duración de la
    gestación fue de 116,2 días y su efecto
    significativo solo se manifestó al nacimiento indicando
    que a menor duración de la gestación se tuvo
    camadas más pesadas al nacimiento.

    El efecto del número del parto sólo se
    manifiesta sobre el peso de la camada al nacimiento. Los menores
    peso de camadas al nacimiento ocurren en las clases extremas de
    número de parto y el máximo desempeño se
    encuentra en el cuarto parto.

    Según Fuentes et al
    (2000) al determinar el efecto de la época y número
    de lechones al destete sobre la respuesta reproductiva de la
    hembra como factor importante en el componente días no
    productivos, analizó estadísticamente los registros de
    3,717 cerdas destetadas de diferentes partos, entre 1994 y 1997
    en dos granjas comerciales ubicadas en la cuenca del Lago de
    Valencia. Las variables analizadas fueron: Época del
    destete, número de destetados, prolificidad, intervalo
    destete-celo, % de celos, % de partos observando efecto del
    trimestre del año sobre el número de lechones
    destetados y este a su vez sobre el porcentaje de celos
    post-destete; observándose la misma respuesta sobre el
    porcentaje de partos siguientes al destete.

    No se observó respuesta del trimestre sobre el
    intervalo destete-celo, pero sí del Intervalo destete-celo
    sobre la prolificidad del parto siguiente, así como el
    número de lechones destetados sobre el intervalo
    destete-celo y la prolificidad, el número de lechones
    destetados, afecta significativamente la respuesta reproductiva
    de la hembra, al momento de celo y en el parto siguiente. Por lo
    que aconseja mantener hembras lactando con un mínimo de 8
    lechones.

    Según Ramírez y
    Segura (1991) La media del PG fue de 114.7días, con un
    coeficiente de variación del 4% lo que indica que este
    rasgo presenta poca variación. En este estudio el
    año y época de parto no influyeron la
    duración de la gestación. La media general para el
    IEP fue de 216.2 días, el cual es mayor al óptimo
    de 150 días sugerido por Fahmy (1981) y al valor promedio
    de 175.2±23 días encontrado en el trópico
    húmedo de México
    (Segura 1988). Además el valor de 216.2 días indica
    que en la granja aquí estudiada se obtienen menos de 1.7
    partos por marrana por año.

    Aumaitre et al (1975) señala que el
    parámetro intervalo entre el destete y la cubrición
    fértil es un parámetro mas significativo para
    evaluar la productividad reproductiva, estando la media de la
    duración de este afectada por la paridad (número de
    partos anteriores de la cerda) y prolongada después de la
    primera lactación.

    Además de estar presente en las cerda
    híbridas un intervalo significativamente menor que el de
    las razas puras a pesar de que este parámetro sufre un
    aumento en los meses de verano. Y también esta afectado
    por la duración de la lactancia. Y que en las lactaciones
    cortas con un promedio de 7 días después de sufrir
    una interrupción debido al pequeño numero de la
    camada la muerte de
    los animales se ha asociado con trastornos reproductivos que
    están seguidos por una significativa reducción del
    siguiente tamaño de la camada debido a descensos en los
    niveles de ovulación o a un aumento de la mortalidad
    embrionaria.

    2.7.2 Influencia del clima en la
    fertilidad de la cerda

    Díaz Montilla, (1992) es del criterio que la
    humedad relativa del medio ambiente no debe ser superior al 75%.
    Cuando la temperatura baja y se acompaña de alto grado de
    humedad se favorece la presentación de enfermedades y es imposible
    la cría en las porquerizas, además plantea que la
    temperatura unida a la humedad del aire influye
    indirectamente; cuando la humedad contenga el aire, mas fuerte se
    hará sentir el efecto de la temperatura provocado por un
    frío mas sofocante todo lo cual afecta seriamente el
    rendimiento reproductivo de la cerdas.

    Pérez, (1995) dice que el tamaño de la
    camada disminuye en las cerdas que no son cubiertas en los meses
    de mayo a octubre como consecuencia de la fertilización de
    un menor numero de óvulos lo cual coincide con las altas
    temperaturas ambientales; mas altas en nuestro
    país.

    Muñoz, (1994) reporta que en el verano los golpes
    de calor son una causa importante de la mortalidad embrionaria de
    las cerdas, disminución de la fertilidad de los
    reproductores así como deficiencias en la
    presentación del celo y recomienda el uso de receladores
    acompañado de zonas naturales sombreadas.

    Escobar y Espinosa, (1995) refieren que la época
    del año influye en la efectividad de las cubriciones,
    lográndose los mejores resultados en los meses de enero
    hasta mayo y de octubre a diciembre. Incidiendo en ese resultado
    entre otros factores las temperaturas moderadas y la humedad
    relativa que es mas baja.

    Arias, (1997) sustenta que las investigaciones
    desarrolladas en Cuba prueben que los factores dependientes del
    medio ambiente fundamentalmente las altas temperaturas provocan
    serios trastornos en la reproducción de las cerdas entre
    ellos: demora en la presentación del celo y baja
    fertilidad del mismo. Cuando se relaciona la humedad relativa
    sobre la efectividad de las cubriciones y tamaño de la
    camada en condiciones de manejo de una unidad comercial los
    mejores resultados del porciento de gestación se
    obtuvieron a temperatura por debajo de 28ºC.

    Escalante et al (1999) encontraron diferencia en la
    fertilidad o tamaño de camada de las marranas entre tipos
    de apareamiento o momentos de servicio. Sin
    embargo, se encontraron diferencias en el número total de
    cerdos nacidos (9.04 y 9.71) y nacidos vivos (8.52 y 9.26) de
    hembras servidas a los 210 días de edad o antes, y las
    servidas después de los 210 días,
    respectivamente.

    El uso de la IA en el ámbito comercial es
    factible sin riesgo de afectar
    negativamente los parámetros reproductivos de marranas
    primíparas. Bao las condiciones del presente estudio, las
    marranas con edades menores de 210 días producen camadas
    más pequeñas que aquellas servidas después
    de los 210 días de edad.

    Al aparear a las hembras primíparas al primer,
    segundo o tercer estro postpuberal en términos de
    número de lechones nacidos totales, nacidos vivos y
    porcentaje de mortalidad al nacimiento; aunque al servir a las
    hembras primíparas a su tercer estro, se observaron
    camadas ligeramente más grandes, con un mayor
    número de lechones nacidos vivos y con menor porcentaje de
    mortalidad al nacimiento, en comparación con los
    parámetros obtenidos al servir a las marranas a su primer
    o segundo estro.

    El tamaño de camada al primer parto ha sido
    positivamente influenciada por el número de periodos
    estrales previos a la concepción (16,34, 35). Cuando la
    edad a la primera concepción se incrementa, también
    se incrementa el tamaño de la primera camada
    encontró un incremento de 0.02 a 0.062 cerdos por cada
    día de retraso en la cubrición de las hembras
    primíparas.

    El mayor tamaño de camada en hembras servidas en
    estros pospuberales contra las servidas en el estro puberal se
    atribuye a un incremento en la tasa ovulatoria en los estros
    pospuberales (17, 36) o bien a una mayor mortalidad embrionaria n
    las hembras servidas al primer estro quizá se deba a la
    inadecuada preparación del útero por un bajo nivel
    sistémico de progesterona previo al estro
    puberal.

    Rodríguez et al, (2004) al hacer una
    estimación de los efectos genéticos y ambientales
    sobre el peso al nacer y al destete en lechones. Obtuvo como
    resultados que el promedio de peso al nacer por lechón fue
    1.380 kg. y la variancia fue influida por el Año, Mes,
    Número del Parto, Sexo del Lechón y Raza de los
    Padres (P<0.01). La regresión
    lineal sobre el número de lechones nacidos vivos fue
    -207.89 gr con un valor de significación de (P<
    0.01).

    El promedio de peso al destete por lechón fue de
    13.42 kg. A 58.24 días de edad promedio y la variancia fue
    influida por el Año, Mes, Número del Parto y la
    Raza de los Padres el efecto del sexo no fue significativo. La
    regresión lineal sobre el número de lechones
    nacidos vivos fue significativa. Nacieron 9.84 lechones vivos de
    los cuales se destetaron 7.65. La correlación
    fenotípica entre el peso al nacer y al destete fue
    estimada 0.29. El h2 del carácter fue estimada en 14.4% y
    15.1% para el peso al nacer y peso al destete,
    respectivamente.

    2.7.3 Alimentación de las
    cerdas.

    Domínguez, 2001 y López,
    et al, 2001 señalaron que en Cuba los dos
    sistemas de alimentación mas utilizados en las
    reproductoras en este estudio son los piensos comerciales
    solamente y los de pienso industriales mas la miel final. La
    etapa de cubierta de gestación tiene una duración
    de 114 días. Es imposible ser específicos sobre los
    niveles de alimento en esta etapa, ya que influyen factores como:
    Tamaño de la cerda, temperatura ambiental y tipo de
    ración.

    Además plantea que se consideraron haber
    realizado una buena alimentación llegando al parto en buen
    estado
    cárnico y con ejemplo de reservas energéticas, pero
    sin exceso de grasa. Para ello es imprescindible lograr una
    adecuada alimentación individual. De 6-12 semanas y de
    13-16 semanas deben consumir de 2,5 a 3 kg de pienso industrial
    más 1,9 kg de miel final. Esto permite garantizar durante
    el periodo de gestación 250 g de proteínas por
    día.

    Estos mismos autores consideraron que las reproductoras
    lactantes después del día de parida deben recibir 5
    kg diarios de pienso lo cual permitirá una buena
    producción láctea y se garantizara que no ocurra
    pérdida de peso en la reproductora.

    Fuentes et al (1998) y López et al (2001)
    plantean que el consumo de
    alimentos de la cerda gestante esta relacionado con el
    tamaño de la cerda, temperatura y que la dieta de las
    cerdas gestantes tienen influencia sobre le desarrollo del
    feto, por lo
    que dependiendo de los niveles nutritivos que circulan en la
    sangre
    materna, se nutrieron adecuadamente o no el feto.

    2.8 Consideraciones sobre el
    Intervalo parto – primer celo, peso al nacer y tamaño de
    la camada.

    2.8.1 Intervalo parto – primer
    celo

    Con el fin de maximizar la función reproductiva,
    es importante minimizar el intervalo del destete al primer
    servicio en la cerda. Bajo una función óptima, el
    estro deberá presentarse 4 a 10 días después
    del destete en 85 a 90% de las cerdas. El retorno al estro puede
    estar influenciado por estación, partos de la cerda,
    estado nutricional, exposición a verraco, tamaño de
    la camada al destete, duración de la lactancia y
    condiciones tensionales después del destete. La causa
    más común de un retraso en el retorno al estro
    después del destete (anestro) es una dieta
    energética insuficiente provista durante la lactancia.
    Esto es particularmente evidente en cerdas que destetan a su
    primera camada. La pérdida excesiva de peso durante el
    final de la gestación resulta frecuentemente en un anestro
    post-destete. El consumo bajo de alimento durante los meses de
    verano puede provocar pérdida de peso excesiva durante la
    lactancia. Esto puede minimizarse al incrementar el porcentaje de
    grasa en la dieta para mejorar los niveles de energía
    (Fuentes, 1989).

    La tensión al agrupar cerdas o al negar el
    alimento después del destete alargará en general el
    intervalo al retorno del estro. El alojamiento de cerdas en
    pequeños grupos y el mantenerlas con una alta
    ingestión de energía durante los primeros 7 a 10
    días después del destete es
    benéfico.

    La exposición a un verraco adulto
    acelerará también el retorno al estro en la cerda
    destetada. Períodos de función cíclica
    reducida en la cerda durante los meses de verano y otoño
    pueden prolongar el retorno al estro en cerdas destetadas. El
    proveer energía adecuada durante la lactancia y la
    exposición post-destete a un verraco ayudará a
    reducir este problema.

    La duración de la lactancia influencia
    también el retorno al intervalo de estro. Las cerdas con
    lactancias cortas, menos de 21 días, requieren en general
    un plazo ligeramente más largo para reiniciar la
    función cíclica. El destetar una porción de
    la camada, en general los lechones más grandes, por lo
    menos 48 horas antes que los lechones restantes, pueden mejorar
    el desempeño cíclico si el atraso en el retorno al
    estro es un problema en el hato.

    (Quiles y Hevia, 2003)

    2.8.2 Peso al
    nacimiento

    Existe una clara diferencia entre los lechones con un
    bajo peso al nacimiento y los más pesados en cuanto a la
    tasa de supervivencia en las primeras horas de vida. Los lechones
    con bajo peso tienen mayores probabilidades de morir por varias
    razones: presentan una mayor relación superficie/peso con
    lo que las pérdidas de calor son más importantes,
    y, por lo tanto, mayor el riesgo de morir de hipotermia.
    Presentan menores reservas energéticas al nacimiento y son
    animales más débiles por lo que se encuentran en
    desventaja a la hora de competir por las mamas más
    productivas con el resto de la camada. Y, por último, son
    animales de reacción más lenta en las primeras
    horas, por lo que el riesgo de ser aplastados por la cerda es
    mayor.

    Por otra parte, tampoco deberíamos olvidamos de
    los lechones con un excesivo peso, cuya tasa de supervivencia se
    puede ver comprometida debido a problemas
    durante el parto: distocias, asfixias, etc. (Leman,
    1995).

    Fernández (1985) reporta que no solo el peso
    individual del lechón influye sino también la
    uniformidad de la camada, de tal manera que la tasa de mortalidad
    es mayor a medida que disminuye la uniformidad. Para mejorar la
    uniformidad de la camada se debe vigilar el aporte
    energético en el último tercio de la
    gestación. También se ha observado que existen unos
    pesos más iguales en camadas procedentes de cruzamientos y
    de cerdas de mayor edad. Ante camadas muy desiguales, es
    aconsejable efectuar la adopción de lechones por parte de
    otras cerdas, con el objeto de ubicar a los lechones más
    débiles con una cerda y a los más pesados con
    otra.

    Esta práctica de manejo permite mejorar la tasa
    de supervivencia en las primeros días de vida. Hemos de
    procurar que el número de lechones sea igual al
    número de pezones funcionales, efectuándose la
    adopción en las primeras 24 horas post-parto. La mayor
    frecuencia de lechones con bajo peso al nacimiento (< 800g) se
    observa en camadas muy numerosas.

    El peso al nacimiento está íntimamente
    relacionado con el nivel de ingestión de la cerda en el
    último tercio de la gestación. Por lo que se
    recomienda aumentar el nivel energético entre un 15 y un
    30% en el último mes de gestación, pero sin
    sobrepasar estos límites
    (Fernández, 1989).

    2.8.3 Tamaño de la
    camada

    La fecundidad o prolificidad (tamaño de la
    camada) de la cerda depende de la raza, edad, días
    posparto estado de nutrición y, en menor grado, el manejo
    del ambiente y del verraco en la monta. Algunas razas son
    más prolíficas que otras.

    En general, las razas blancas, Landrace, Large White y
    Yorkshire tipo tocino, tienen una ventaja modesta en
    tamaño de camada. No obstante, existe tanta
    variación entre líneas genéticas dentro de
    una raza como la hay entre razas. Además, las tentativas
    de mejorar el tamaño de la camada por selección
    genética no han sido exitosas.

    La herencia de
    rasgos reproductivos es aparentemente baja, así, la
    mejoría del tamaño de la camada en un hato dado se
    centra en la selección de reemplazo de reserva de hatos
    prolíficos, al maximizar la heterosis dentro de la raza o
    al utilizar un sistema de cruza entre razas. Alonso,
    (1990).

    La tasa de ovulación y el tamaño de la
    camada se incrementan con la edad o pariciones avanzadas,
    estabilizándose después de 6 o 7
    camadas.

    La tasa de nacidos muertos aumenta lentamente
    después de la cuarta parición de manera que la
    ventaja de mantener cerdas más viejas se pierde en forma
    gradual. El tamaño de la primera camada se incrementa con
    el número de ciclo estrales previos al apareamiento. No
    obstante, las hembras cruzadas precozmente se desempeñan
    tan bien como las hembras cruzadas más tarde cuando se
    consideran las últimas pariciones (Leigh,
    1981).

    El destete precoz, que resulta en un intervalo
    más corto desde el parto al siguiente servicio,
    resultará en general en tamaños más
    pequeños de camada en todas las pariciones. El cruzar las
    cerdas de un lapso de 21 días después del parto
    reducirá de manera significante el tamaño de la
    camada, mientras que se incrementará en general cuando el
    intervalo desde el parto se prolonga hasta 35 días
    (Broson, 1985).

    El estado nutricional del hato reproductor puede influir
    sobre el tamaño de la camada, aunque estos efectos son
    mínimos si se dan raciones adecuadas.

    Las deficiencias nutricionales afectan habitualmente la
    función cíclica estral. El aumentar la
    ingestión de alimento durante 10 a 14 días antes
    del momento esperado para la monta incrementará las tasas
    de ovulación en uno o dos ovocitos en cerdas de reemplazo.
    Las cerdas de primer y segundo parto son particularmente
    vulnerables a deficiencias de energía y a pérdida
    de peso durante la lactancia. Estas cerdas se beneficiarán
    con alimentación total durante la lactancia y
    después del destete; esto tiene como resultado mejor
    función cíclica y camadas más grandes
    (Garnet, 1979).

    Una alta temperatura ambiental puede afectar en forma
    adversa la tasa de ovulación e incrementar la mortalidad
    embrionaria. De la misma manera, la fertilidad del verraco puede
    deprimirse por temperaturas ambientales excesivamente bajas o
    altas.

    El tamaño de la camada y la tasa de
    concepción se ven también afectadas adversamente
    por una mala programación de apareamiento. Los
    apareamientos múltiples ayudan a evitar este problema. La
    sobre utilización de un verraco resulta en una dosis
    fecundante reducida de espermatozoides y puede afectar en forma
    adversa el tamaño de la camada y las tasas de
    concepción (Ministerio de la Agricultura,
    1994).

    Materiales y Métodos

    El trabajo investigativo se desarrollo en el centro
    genético La Unión ubicado a 5 Km de Palma Soriano
    en la provincia de Santiago de Cuba.

    Las naves dedicadas a las reproductoras poseen un
    sistema de drenaje y limpieza con agua de presión, la que
    se recoge en las lagunas de oxidación, su
    orientación es adecuada con respecto a las radiaciones
    solares y el viento, coincidiendo su eje con los puntos noreste y
    sureste. Además de encontrar árboles
    en los alrededores.

    Para la investigación se utilizo la información de 1064 partos y 798 periodos
    interpartales y de servicio provenientes de 79 padres y 369
    madres de las razas Landrace, Duroc y Yorkland tomada de los
    registros productivos y reproductivos referentes a los
    años 2000-2005.

    El sistema de alimentación fue a base de pienso
    de gestación para puercas vacías, gestadas,
    gestadas de 8-12 semanas y de 13 a 16 semanas; y para las
    crías pienso de inicio y de exportación.

    Los rasgos analizados fueron el peso al nacer de la
    camada (PCN), Tamaño de la camada al nacer (TC), Peso al
    destete de la camada (PDC), peso al nacer de las crías
    (PCN), Lechones destetados (LD), peso al destete de las
    crías (PCD) y los periodos entre partos y de servicio
    antes abordados.

    Se aplicó un GML (modelo lineal)
    que incluyó los efectos de la raza (Yorkland, Duroc y
    Landrace) y la época de parto en trimestres (Mayo-Julio);
    (Agosto-Octubre); (Noviembre-Enero); (Febrero-Abril).

    Se utilizo el programa estadístico SPSS
    Versión 11.0; 2002, y la separación de las medias
    se realizó mediante la prueba de Tukey al nivel de
    significación del 5%

    Resultados y Discusión

    El comportamiento de algunos indicadores relacionados a
    la camada (Tabla 1) muestra como el
    genotipo presenta un efecto significativo en el comportamiento
    del peso de la camada, tamaño de la camada y peso al
    destete de la camada al nacer coincidiendo con las
    investigaciones realizadas por (Leigh, 1977); (Lui et al, 1980);
    (Milagres, 1981).

    Por otra parte en la tabla se puede observar que el
    valor promedio más alto del peso de la camada al nacer
    correspondió a la raza Landrace con una media de 13.1 kg y
    el tamaño de la camada peso al destete la raza Yorkland
    con una media de 10.4 y 73.3 respectivamente. Resultados que
    coinciden con lo planteado por (De Venanzi, 1993) que obtuvo
    resultados similares en los cuales abordo que las razas Landrace
    y Yorkland fueron las de mejor comportamiento productivo y
    reproductivo.

     

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