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Transformaciones socio-económicas del Estado




Enviado por ALBERTO R. G.



    1. Transformaciones
      socio-económicas en los tiempos de la Dinastía
      Julio Claudiana
    2. Política
      socio-económica de Los Flavios y los
      Antoninos
    3. La anarquía Militar: El
      Imperio bajo los Severos
    4. Los emperadores
      ilíricos (268-285)
    5. Periodo final de
      decadencia del Imperio Romano
    6. Conclusión
    7. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    El presente informe analiza
    la evolución socio-económica en el
    imperio en el período que comprende desde Augusto hasta la
    caída del imperio Romano de
    Occidente, este análisis es fundamental para comprender los
    cambios sociales ocurridos en el imperio, no hay un factor tan
    fuerte en las sociedades
    como el económico, que es el que condiciona y favorece el
    desarrollo o
    no de las sociedades.

    Julio César estableció un programa de
    reformas muy variado. En las provincias eliminó el
    corrupto sistema de
    impuestos,
    patrocinó el establecimiento de colonias de veteranos, las
    cuales generaron ciudades y amplió la ciudadanía romana, las reformas de
    César dieron estabilidad al mundo
    mediterráneo.

    Luego con Augusto llega un período de paz,
    prosperidad socio-económica y desarrollo cultural conocido
    como la era Augusta, en la que se fomentó el desarrollo de
    la agricultura en
    Italia,
    considerada como industria
    nacional.

    Con Claudio, la economía se
    caracterizó por conceder responsabilidades y riquezas a
    los seguidores del emperador, incluidos los antiguos esclavos
    (libertos), todo ello en el marco de un crecimiento en la
    centralización del poder
    imperial.

    La expansión territorial trajo como consecuencias
    el gasto excesivo de las arcas del imperio, la política de los
    Flavios se concentró en recuperar la estabilidad a
    través del estatismo y la centralización: primero
    Trajano, a través de la creación de nuevos
    impuestos, hecho que acentúo la decadencia
    económica y aumentaba la pobreza,
    mientras que acompañado de esto se concretaba el
    éxodo de los pobladores de Italia.

    Con los Severos la política
    económica se convierte en un intento desesperado por
    llenar las arcas vacías del imperio y para eso
    recurrió a la demagogia y a la opresión de las
    clases superiores, consecuencia de las extravagancias de
    Cómodo.

    Por último el período de la
    anarquía militar hasta la llegada de Dioclesiano es uno de
    los más oscuros de la Historia del Imperio Romano
    debido a la ruina económica como causa de la depreciación de la moneda y el estado de
    sitio permanente por las distintas invasiones.

    Con períodos de prosperidad económica
    intermitentes y lapsos de decadencia absoluta, así
    evolucionó la economía del Imperio más
    grande que haya conocido la
    tierra.


    EVOLUCIÓN DEL SISTEMA SOCIAL Y
    ECONÓMICO DURANTE EL IMPERIO ROMANO

    Transformaciones socio-económicas en los
    tiempos de la Dinastía Julio Claudiana. (44 a.C-68
    d.C)

    "Era necesidad primordial del nuevo régimen
    aumentar los ingresos del
    erario. Los trabajos públicos efectuados después de
    las ruinas de la guerra civil y
    el aumento de personal
    subalterno hacían inevitable una medida de censo y
    catastro general. Esto último fue emprendido por
    César poco antes de su muerte, y la
    obra no fue terminada hasta tiempos de Trajano"

    Ante la necesidad de aumentar los Ingresos de Roma, Augusto
    ejerce una inspección sistematizado y severa sobre la
    gestión
    de los gobernadores en las provincias senatoriales, a fin de
    llevar a cabo esas 'inspecciones' es que se crea el papel del
    procurador, evitando de esta forma la concesión de la
    recolección de la renta.

    A los fines de recaudar fondos, se crearon nuevos
    Impuestos tales como la vicessima lebertatis (un 5% sobre el
    valor de los
    esclavos manumitidos y la centessima rerum venaljum (que
    consistía en el 1% de las subastas).

    El Ingreso del Imperio estaba administrado en dos cajas.
    la aerarium capitalino – que consistía en el tesoro
    del senado proveniente de la renta de las provincias
    senatoriales- y el fiscus Caesaris – alimentado por las
    rentas de las provincias imperiales-. Existía
    además el atrimonium Caesaris – que era una caja
    especial para el tesoro del emperador (este era el caso de
    Egipto que
    pasó a ser patrimonio del
    César). "Sucesor en Egipto de los Ptolomeos, poseía
    inmensas rentas que no Ingresaban en el tesoro
    público."

    Augusto aumentó su riqueza gracias a los legados de
    hombres acaudalados que se acercaron a él sea por afecto
    personal o guiados por el deseo de legalizar títulos
    dudosos, dando al jefe del estado un
    interés
    directo en su validez. Gracias a esta riqueza Augusto
    encontró un nuevo medio para hacerse indispensable
    respecto al estado.

    En varias oportunidades socorrió a la
    tesorería por parte del senado, sufragó los
    gastos de las
    construcciones en Roma, contribuyó para asegurar la
    pensión de los soldados, proveyó la paga de los
    guardias, compró tierras para los veteranos, "hizo
    donativos a los soldados y al populacho, y celebró
    espléndidos juegos."

    Durante el mandato de Augusto se produjo una creciente
    despoblación de Italia en tanto que, al mismo tiempo, Roma
    crecía, la despoblación era un fenómeno que
    se daba desde la época de los Gracos y que siempre
    había preocupado a los gobernantes, la gente abandonaba
    las tierras y buscaba las ciudades, acrecentando así a la
    plebe romana.

    Los pobladores estaban divididos en plebe y centurias,
    el sistema ya estaba agotado, por otra parte augusto había
    dividido a Roma en provincias, las Senatoriales y las
    Imperiales.

    "El progreso de los latifundios, como indica una
    célebre frase de Plinio el Antiguo (latifundia perdiere
    Italiam)
    , debió correr parejo con la
    despoblación. El mal es particularmente sensible en los
    alrededores inmediatos de Roma."

    "Por esta razón el concepto de plebe
    estaba compuesto de elementos heterogéneos, carecía
    de arraigo en la ciudad y no implicaba una distinción de
    tipo político, sino social, y sobre todo económico,
    Augusto tuvo que restringir las distribuciones gratuitas de
    trigo, como antes ya lo había hecho Julio
    César."

    Augusto habla tomado en sus manos temas tales como el
    abastecimiento y distribución del grano extranjero. "En el
    terreno de la anona es donde primero se desarrolló el
    intervencionismo del Estado.

    Durante el período que encierra a los sucesores
    de Augusto, el comercio y la
    industria prosperan, de esta manera son los libertos los que se
    benefician. Apareció en el estado una división del
    trabajo en
    verdaderos ministerios,
    dando origen a una burocracia
    organizada y especializada que se encargaba de la
    administración del estado.

    Bajo el período de Claudio desapareció la
    moneda local en otras ciudades del Imperio y aumentó la
    preponderancia de la caja imperial (fiscus) sobre la del Estado
    (aerarlum).

    Política socio-económica de Los
    Flavios y los Antoninos

    (69 d.C-122 d.C)

    La expansión territorial traía en su
    génesis gérmenes de autodestrucción, las
    sucesivas y costosas guerras
    hacían tambalear los cimientos del Imperio. El costo de una empresa
    bélica implicaba: reparación de viejas vías
    y construcción de otras nuevas,
    edificación de puentes, fabricación de barcos,
    concentración de víveres en determinados puntos y
    la provisión de enormes cantidades de armas. Las
    expediciones militares de Trajano agotaban las fuerzas vitales
    del Imperio.

    Después de Augusto y Nerón, Trajano fue el
    soberano que más se dedicó a la actividad edilicia
    y al mismo tiempo, evitó aumentar los impuestos y gravar
    con exceso la capacidad tributarla de los ciudadanos
    romanos.

    La crisis
    socio-económica se empezó a notar cuando los
    recursos de la
    provincia de Macedonia empezaron a escasear a principios del
    reinado de Adriano; es importante recordar que Macedonia
    debía soportar pesadas cargas en cuanto al pago de los
    impuestos y el aprovisionamiento de trigo. Otro Importante factor
    de decadencia fue el desdoblamiento de la península y la
    ruina consiguiente de la agricultura itálica. A causa de
    esto "Trajano prohibió la emigración de Italia y
    estableció colonias de veteranos en las inmediaciones de
    Roma; obligó a los senadores a adquirir tierras en Italia
    y ayudó a los terratenientes itálicos grandes o
    pequeños a mejorar su situación,
    procurándoles créditos baratos. El proyecto de Nerva
    que consistía en detener la emigración y evitar la
    creación de una masa de proletarios sin trabajo se
    fundamentó en otorgarles tierras en propiedad
    privada, pero este proyecto se demostró excesivamente
    costoso y no pudo ser llevado a gran escala.

    Trajano siguió otro sistema: el de atraer
    capital a
    Italia, obligando a los senadores a invertir su dinero en
    tierras itálicas y procurando prestamos baratos a los
    propietarios itálicos.

    La economía ya no se basaba en el trabajo de
    los esclavos, porque no era rentable, sino a través del
    sistema agrícola en el cultivo de las tierras por medio de
    colonos, esta redención de terrenos implicaba una demanda
    creciente de colonos libres y procuraba al proletariado la
    posibilidad de poseer, en las fincas de los grandes propietarios
    morada e instrumentos de trabajo, ganado e incluso alguna
    parcela.

    A pesar de estas reformas, Italia no era ya, ni
    podía ser, el centro socio-económico del
    Imperio.

    Durante el régimen imperial sólo queda la
    grande y mediana propiedad, ambas tenían a su
    disposición dos sistemas para el
    cultivo: el trabajo directo ejecutado por esclavos y el arriendo.
    El primero debió ser abandonado poco a poco por la
    disminución considerable de esclavos además de que
    el adiestramiento
    para el trabajo resultaba costoso, ya que hay que mantener al
    esclavo hasta los 13 años, no está en condiciones
    de producir nada, se desgasta deprisa y muere joven.

    A partir del siglo II d.C. los capitales fueron
    desapareciendo, las tierras ricas se fueron agotando por lo cual
    los propietarios de los fundos no tuvieron más remedio que
    dividir sus dominios, de esta manera se repartió en feudos
    que se adjudicaron a sus arrendatarios llamados libres. Estos
    arrendatarios pagan mediante la suma de dinero, pero en vista de
    la decadencia de la socio-económica, el pago se realizaba
    con parte de los frutos de su cosecha.

    La idea de Trajano era la de repoblar Italia y restaurar
    la supremacía económica en el Imperio. "Pero sus
    esfuerzos no fueron coronados por el éxito:
    la decadencia de Italia quedó por algún tiempo
    contenida, pero no podía ser ya atajada"

    La realidad marcaba que la decadencia de las ciudades y
    de sus ciudadanos implicaba la ruina del estado, ya que eran
    responsables del pago de los impuestos debidos por sus residentes
    y por los habitantes de sus territorios a ellas
    agregados.

    Adriano se encontró con que las ciudades de
    Italia y de las provincias no estaban en situación de
    soportar los gastos de nuevas guerras, por los que se
    decidió a renunciar la política agresiva de
    Trajano. Se abstuvo de toda nueva anexión territorial y se
    abocó a la tarea de consolidar los fundamentos del
    imperio. Empezó por condonar a Italia el impuesto habitual
    de la accesión al trono (aurum coronaruium), redujo su
    cuantía para las provincias, acordando la
    cancelación general de los débitos al fiscus en
    Italia y dio una condonación parcial de los atrasos de las
    ciudades provinciales acudiendo generosamente en auxilio de las
    ciudades del Imperio.

    Una importante obra fue la formación de un cuerpo
    de administradores del estado, para evitar la corrupción
    en los funcionarios del estado que se propiciaba en época
    de Trajano, promovida por el estado de guerra permanente. Estos
    funcionarios eran los que conformaban e orden ecuestre y actuaban
    como agentes directos del estado y en parte como concesionarios
    del mismo (conductores), bajo la Inspección rigurosa de
    funcionarios imperiales.

    "La época de los Flavios se caracteriza por los
    procesos de
    estatismo, de la centralización, de la
    fiscalización."

    Una de las políticas
    que implementará Adriano es el de la urbanización,
    ya que sostenía que el imperio no estaba lo
    suficientemente civilizado como para que pudiera sostener la
    pesada carga creada por la necesidad de mantenerse como unidad
    política. Urbanizar significaba crear núcleos de
    civilización y progreso, tales sectores eran por ejemplo
    los campos de Egipto y los grandes dominios imperiales de
    Asia y
    África.

    Adriano sabía que el Imperio dependía de
    los ingresos de las ciudades de oriente y que a su vez era
    peligros transformarlos en territorios urbanizados, distrayendo
    así un montaje considerable de sus productos para
    mantener una ciudad.

    Adriano pretende tener un vigoroso núcleo de
    agricultores que introdujeran al estado formas superiores de
    cultivo, que proporcionaran excelentes soldados a los
    ejércitos y que pagasen regularmente sus impuestos al
    estado.

    No deseaba que los colonos cultivaran sus parcelas con
    desgano, lamentándose del continuo abuso de los
    arrendatarios generales y de los funcionarios imperiales con la
    pesada carga de la renta y de la prestación personal.
    Conforme a esto, Adriano quería buenos vitivinicultores,
    propietarios y no arrendatarios y en base a este ideal
    trazó su política
    socio-económica.

    En cuanto a igualdades socio-económicas, Adriano
    trató de defender a los débiles contra los fuertes,
    a los pobres contra los ricos, herencia de Nerva
    y Trajano.

    Distinta fue la suerte de Marco Aurelio, quién
    tuvo que soportar una fase critica en la vida económica
    del Imperio.

    Las arcas del Estado estaban vacías, a pesar de
    esto Marco Aurelio no quiso introducir ningún impuesto
    nuevo y prefirió vender en subasta publica sus objetos de
    valor. Pese a esto tuvo que exigir forzadamente a Asia Menor un
    impuesto especial: el sistema de liturgias (originado en la
    antigüedad y característico del sistema
    monárquico orienta).

    Este sistema consistía en la obligación
    para todo súbdito de asistir al Estado con su trabajo y
    sus medios y la
    responsabilidad de los agentes de gobierno en
    cuanto el cumplimiento de sus deberes ya que de no ser así
    podían ser castigados y obligados a satisfacer de sus
    bolsillos las perdidas que le ocasionaran al estado su falta de
    capacidad y honradez. 'la prestación personal
    siguió siendo la principal fuerza motriz
    del sistema económico y el gobierno no renunció a
    su derecho de exigir a la población, en caso de necesidad y
    especialmente en tiempos de guerra, víveres para los
    soldados oficiales y forraje para el ganado, a más los
    Impuestos ordinarios"

    Una vez urbanizadas las áreas de Asia Menor,
    Siria, Grecia, la
    carga del trabajo obligatorio y de las requisiciones no fue ya
    impuesta, como en Egipto, aplicada a individuos o a grupos de
    Individuos sino que se transportó a las unidades
    administrativas del Imperio "las ciudades". Desde Adriano a Marco
    Aurelio, las ciudades no pudieron cumplir ya con sus deberes para
    con el Estado y solicitaron rápidamente la
    condonación de atrasos y la rebaja de
    Impuestos.

    La
    anarquía Militar: El Imperio bajo los
    Severos.

    Esta dinastía exclusivamente militar
    emprendió grandes obras publicas no solo en la capital
    sino en las provincias; mejoraron los caminos y construyeron
    depósitos de aprovisionamiento junto a las
    fortificaciones. "Además del edicto de Caracalla, que
    atribuyó el derecho de ciudadanía a todo el
    Imperio, los Severos concedieron el jus ítalicum
    (inmunidad de Impuesto sobre tierras) a ciudades como Cartago,
    Tiro y Emesa…" contrastando estas medidas benéficas se
    realizaron numerosas confiscaciones en el patrimonio de los
    senadores. La proporción de los senadores itálicos
    disminuyó y aumentó la de los
    provinciales.

    Los bienes
    raíces son objeto de una nacionalización
    progresiva. El Estado explotó sus inmensos patrimonios
    mediante contratos
    enfiteuticos: cesión de un predio rústico o urbano
    mediante una renta que se paga al cedente, quién conserva
    el dominio
    directo. También se desarrollaron corporaciones obreras,
    se reglamentó el comercio
    Internacional y se prohibió la exportación de cereales, hierro y sal
    al territorio enemigo.

    …. algunos puntos de la política de Septimio
    Severo fue, en efecto, continuación genuina de la de
    Adriano y de los Antoninos. Sabido es que en la
    legislación Imperial no fue jamás tan humanitaria
    como en tiempos de los Severos"

    Al igual que Cómodo, Severo quería fundar
    su poder en las clases donde se reclutaban soldados; de
    aquí su legislación liberal y sus medidas
    encaminadas a proteger a los campesinos y al proletariado urbano
    contra la clase
    dominante y la administración imperial. Otro hecho de suma
    Importancia es que restauró los alimenta abolidos
    por Cómodo. Septimio deseaba aumentar en sus dominios el
    número de propietarios libres, insistió en que los
    conductores (cobradores de Impuestos) y los procuradores
    observaran las ordenanzas de sus predecesores. "El régimen
    de los Antoninos había favorecido y enriquecido a la
    burguesía municipal.

    Los campesinos se quejaban de que estaban entregados a
    la opresión de los señores terratenientes, a la
    arbitrariedad de las requisiciones de los funcionarios. Ahora
    bien: el ejército se reclutaba cada vez más entre
    las masas campesinas, que se ejecutó bajo la presión
    del ejército, y que hirió despiadadamente a la
    burguesa y a los señores rurales.

    Severo se presentó como un benévolo
    protector del pueblo, pero distinta fue la actitud tomada
    con las ciudades. Numerosas ciudades se vieron obligadas a pagar
    contribuciones enormes por haber procurado dinero, durante la
    guerra contra los Parthos todas las ciudades fueron invitadas a
    enviar al emperador considerables donativos en numerario. Severo
    optó por una política de opresión con
    respecto a las clases superiores de la población urbana.
    Convirtió el sistema de las liturgias en una
    institución permanente, legalizada, regularizada y
    coactivamente impuesta por el Estado. Las liturgias pesaron con
    mayor agobio sobre los terratenientes y pequeños
    industriales, pertenecientes en su mayoría a la clase
    media.

    Las medidas despiadadas de Severo pueden atribuirse al
    Estado desesperado de las finanzas
    imperiales, consecuencia a su vez de las extravagancias de
    Cómodo y de la guerra civil de principio de su reinado, a
    las que siguieron reñidas y costosos guerras
    exteriores.

    Estas medidas acumularon en sus manos una inmensa
    fortuna, consistente sobre todo en tierras, que colmó de
    nuevo el exhausto tesoro del Estado Romano. Las finanzas del
    Estado fueron restauradas, pero a costa del pueblo las
    confiscaciones de la propiedad agraria, practicadas en masa,
    desequilibraron la vida económica. Grandes empresas
    prosperas quedaron privadas de capital y de iniciativa y
    sustituidas por un nuevo sistema administrativo mecanizado y sin
    vida.

    Un síntoma inquietante de la desdichada
    situación financiera de¡ imperio era la continuada
    desvalorización de la moneda. Desde los tiempos de
    Nerón, la plata con que se acuñaba la moneda de
    mayor circulación, el denario y sus fracciones, venia
    recibiendo una creciente aleación de cobre. Este
    proceso
    tenía su origen en diversas causas: la exportación
    de moneda de plata a consecuencia del comercio con el extranjero,
    el agotamiento gradual de una serie de minas de plata y la
    prodigalidad de algunos emperadores, no compensada por los
    ingresos regulares del Estado. Bajo Septimio Severo, el denario,
    compuesto ya sólo a medias de plata, no era la misma
    moneda que antes.

    Esta depredación es consecuencia directa de las
    costosas guerras de Marco Aurelio y de las contiendas civiles de
    los primeros años de Severo. El oro y la plata
    fueron ocultados y desaparecieron de la circulación, el
    producto de
    las minas no bastaba para cubrir la escasez de
    moneda. De aquí la presión ejercida sobre la
    población con la exigencia de palos en especie, origen a
    su vez, del aumento de precios.

    El período comprendido entre la muerte de
    Alejandro Severo y la entronización de Dioclesiano es uno
    de los más obscuros de la historia del Imperio Romano y lo
    podemos definir como "La Anarquía
    militar"

    Este período ilustra la rápida ruina
    económica y la decadencia de la civilización en
    todo el mundo mediterráneo. Uno de los fenómenos
    más característicos fue la rápida
    depredación de la moneda y el aumento, más
    rápido aún de los precios. El denario, que en el
    siglo I correspondía aproximadamente a 85
    centésimos de peseta (oro) y había disminuido en el
    siglo II algo, bajó, en el siglo III a menos de 25
    centésimos. Claudio II y Aureliano renunciaron
    definitivamente a emitir moneda real, con un valor
    correspondiente a la cantidad y a la pureza del metal. El Estado
    introdujo un nuevo sistema de moneda fiduciaria, que no tenia
    casi ningún valor real y sólo era aceptada y
    circulaba por cuanto el Estado reconocía. "Al ser puesta
    en circulación la moneda fiduciaria los salarios se
    hicieron terriblemente Inestables y toda la cuestión
    obrera sufrió una mudanza radical"

    "La Gente se abstenía de tomar dinero a
    préstamo, y la oferta de
    numerarlo excedia , en el mercado, a la
    demanda"

    La depredación de la vida comercial se
    debía en parte al peligro constante que cernía
    sobre las provincias más civilizadas y más ricas
    las distintas invasiones. Dada la situación de estado de
    sitio permanente, la burocracia militarizada de funcionarios
    gubernativos o municipales actuaban al igual que los soldados y
    le respondían al emperador con sus vidas, los municipales
    se hallaban bajo la amenaza de la degradación, la ruina y
    la ejecución capital sino se cumplían las
    órdenes de los burócratas imperiales. De este modo
    todas las clases de la población padecía la
    opresión de las guerras exteriores Estado
    interiores.

    "…..el empobrecimiento de las provincias y el
    lamentable sistema de los aprovisionamientos y los transportes
    forzaban a los soldado a realizar actos de violencia por
    mero instinto de conservación"

    Las clases superiores oprimían a las inferiores,
    para poder salvar los restos de sus fortunas, a este contexto se
    sumarían las epidemias de pestes causadas por la miseria,
    la desnutrición y la condiciones insalubres de
    la ciudad. la peste, las invasiones y las guerras civiles que
    diezmaron a la población.

    La productividad de
    las industrias fue
    disminuyendo sin tregua, extensiones cada vez más vastas
    de terreno quedaron baldías, y se descuidaron las obras de
    desecación y de irrigación, lo cual ocasiono
    constante reducción del área cultivada y la
    difusión de la malaria. La industria fue reducida cada vez
    más a trabajar sólo para pequeños grupos de
    consumidores locales, cuya demanda se limitaba a los productos
    menos costosos y más sencillos, la producción doméstica floreció
    más que nunca.

    A finales del siglo III, después de una
    sangrienta guerra civil, la población se hallaba
    disgustada y agotada; deseaba a toda costa la restauración
    del orden y la paz.

    Todos se hallaban dispuestos a aceptar cualquier
    condición con tal que se garantizase la seguridad de la
    vida y la posibilidad de consagrarse al trabajo
    cotidiano.

    De este modo surgió el Estado de Dioclesiano y de
    Constantino bajo un contexto social de odios y envidias: "… los
    campesinos odiaban a los terratenientes y a los funcionarios: el
    proletariado de las ciudades odiaba a la burguesía urbana,
    y el ejército era odiado por todos, Incluso por los
    campesinos"

    El trabajo estaba desorganizado, la productividad
    disminuía y el comercio se encontraba arruinado por la
    inseguridad de
    los mares y los caminos.

    El sistema
    tributario había perdido toda eficacia, la
    burguesía urbana era espiada, perseguida, engañada
    y maltratada; la aristocracia municipal quedó diezmada por
    la persecución y arruinada por repetidas confiscaciones y
    por la obligación que sobre ella pesaba de garantizar el
    éxito económico de las razzias organizadas por el
    gobierno que se desencadenaba sobre la
    población.

    Diocleciano y Constantino tuvieron la misión de
    reorganizar el Imperio y para ello hicieron cambios en la
    estructura
    administrativa y social y económica del Estado.

    Los cuerpos directivos de las ciudades, los senados
    municipales, perdieron uno tras otro casi todos sus derechos autónomos y
    quedaban reducidos sus miembros a la condición de agentes
    gratuitos del Estado, responsables del reparto y de la
    recaudación de los impuestos, así como la
    ejecución de los trabajos obligatorios y las demás
    prestaciones
    impuestas a la población urbana.

    "En lugar de reorganizar con una orientación
    más democrática la autonomía municipal labor
    que había requerido una gran dosis ' de iniciativa
    creadora, era mucho más fácil y más seguro, para el
    poder central, aceptar las condiciones […] haciendo
    responsables para con el estado a todos los miembros de las
    comunidades urbanas y acumulando sobre ellos los deberes, sin
    concederles los correspondientes derechos"

    En lugar de crear nuevos tributos en
    dinero, reinstauraron en mayor escala es sistema primitivo de los
    impuestos en especie bajo la forma de repetidos suministros
    extraordinarios de víveres para el ejército, para
    la ciudad de Roma y para los funcionarios del Estado,
    recolectando también materias primas y objetos
    manufacturados. Este sistema era la famosa annona, para
    mantener el ejercito y esto fue creando gradualmente una grave
    crisis financiera.

    Los que cultivaban una finca debían declarar la
    extensión del terreno que cultivaban y el número de
    las capita en ellas comprendidas, incluso las cabeza de
    ganado. Esta declaración hacía responsable al
    individuo por
    su tierra y por
    sus capita, y donde quiera que estuviese se hallaba obligado a
    pagar el impuesto determinado, formando así con la tierra
    una única unidad perdió el agricultor toda libertad de
    movimiento y
    quedó vinculado a su gleba y a su trabajo, exactamente
    como los campesinos del rey de las monarquías orientales y
    helenísticas.

    "El colono … es un arrendatario perpetuo y
    hereditario, pero no voluntario, para quién la
    sujeción a la tierra es, a la vez, un derecho y una
    necesidad; no' puede ser investido de funciones
    públicas, que lo alejarían, ni ordenado de
    clérigo, si no es en los fundos que cultiva y a
    condición de permanecer siempre allí."

    Como la propiedad de la tierra, también el
    comercio y los transporte
    pasaron a ser una carga hereditaria que no se podía
    rehuir; lo mismo sucedía en la industria. Los artesanos y
    los industriales debían pagar un impuesto unitario y se
    les exigía además, que suministrarán al
    Estado o a las ciudades ciertas cantidades de productos a precios
    especiales.

    Los grandes terratenientes, los senadores, pagaban en
    dinero un impuesto especial en dinero y completando el sistema
    tributarlo los artesanos, las ciudades y los senadores
    debían pagar debían pagar cada cinco años el
    impuesto tradicional de la corona y otro tributo suplementario
    cada vez que un nuevo emperador ascendía al trono. A
    finales de¡ siglo III el Imperio Romano se había
    constituido en una sociedad
    subdividida no por clases, sino por castas.

    Después de la muerte de Alejandro Severo continuo
    un periodo de confusión y de crisis muy grave a
    consecuencia de los vicios internos que padecía el Estado
    y la sociedad, se pierde el respeto por la
    institución senatorial y por todas las formas
    republicanas. Gobernaron en esta época de crisis Giordiano
    III (238-244), Filipo el Árabe (244-249), Decio
    (249-251),diarquía de Valeriano y Galieno (253-260 y
    253-268) todos dentro de una agitación social constante
    que hacia prever la caída del imperio.

    Los emperadores ilíricos
    (268-285)

    Claudio II el Gótico que rechazó a los
    godos, Aureliano, quien entre el 270 y el 275 derrotó a
    los godos, germanos y a la reina de Palmira, Septimia Zenobia,
    restauró la unidad del Imperio durante algún
    tiempo, a Aureliano le siguieron unos emperadores de no mucho
    poder, hasta el ascenso al trono en el año 284 de
    Diocleciano.

    Constantino consolido el absolutismo
    imperial de Dioclesiano, las cosas no cambiaron. La
    economía estaba desbastada, había escasez de mano
    de obra porque no se podía basar la industria en el
    trabajo servil.

    Las clases laboriosas iban desapareciendo como
    también las clases altas e ingresaban extranjeros, la
    clase agrícola que quedaba perdió poder
    adquisitivo, la moneda perdió importancia. Como paso con
    la clase agrícola la actividad industrial aminoro su
    producción, se debilitó y se extinguió. En
    el comienzo del siglo V comenzó el proceso gradual de
    decadencia.

    Las familias de clase media se extinguían, se
    confundían con el populacho de las grandes ciudades que
    trabajaban para el estado o eran mantenidos por este, solo un
    grupo
    pequeño se mantuvo exento de la pobreza.

    Período final de decadencia del Imperio
    Romano

    En el siglo V las provincias del Imperio romano de
    Occidente se empobrecieron por los impuestos exigidos para el
    mantenimiento
    del Ejército y de la burocracia; también a causa de
    la guerra civil y de las invasiones de los pueblos germanos, la
    política conciliadora con los invasores al nombrarles para
    cargos militares en el Ejército romano y administrativos
    en el gobierno, tuvo éxito, los pueblos invasores del Este
    emprendieron gradualmente la conquista del Occidente y a finales
    del siglo IV Alarico I, rey de los visigodos, ocupó Iliria
    y arrasó Grecia; en el 410 conquistó y
    saqueó Roma, pero murió poco después, su
    sucesor Ataúlfo (410-415) dirigió a los visigodos a
    la Galia y en el 419 el rey visigodo Valia recibió
    autorización del emperador Flavio Honorio para asentarse
    en el suroeste de la Galia, donde fundó un reino
    visigodo.

    Durante el reinado de su sucesor, Valentiniano III, los
    vándalos, bajo el mando de Genserico conquistaron Cartago,
    mientras que la Galia e Italia eran invadidas por los hunos,
    encabezados por Atila, el cual marchó primero sobre la
    Galia pero los visigodos, ya cristianizados y leales a Roma, le
    hicieron frente. En el año 451 un ejército de
    romanos y visigodos, mandado por Flavio Aecio, derrotó a
    los hunos en la batalla de los Campos
    Cataláunicos.

    En el año siguiente Atila invadió
    Lombardía, pero no pudo seguir avanzando hacia el sur y
    falleció en el año 453. En el 455, Valentiniano,
    último miembro del linaje de Teodosio en Occidente, fue
    asesinado. En el periodo comprendido entre su muerte y el
    año 476 el título de emperador de Occidente fue
    ejercido por nueve gobernantes, aunque el auténtico poder
    en la sombra era el general romano de origen suevo Ricimer,
    llamado también el "proclamador de reyes".

    Rómulo Augústulo, último emperador
    de Occidente, fue depuesto por el jefe de los hérulos
    Odoacro, a quien sus tropas proclamaron rey de Italia en el
    año 476, así concluyo el imperio romano el cual se
    extinguió por completo.

    Conclusión

    El sistema socio-económico bajo el Imperio no
    quedó fuera de los acontecimientos. En los orígenes
    del régimen imperial se ve como éste interviene en
    cuestiones de materia
    económica y social, por ejemplo, las instituciones
    alimentarlas (obra de Nerva y de Trajano) y la
    organización de los grandes dominios imperiales, sobre
    todo los de África, por Vespasiano y Adriano.

    La unidad Romana en los dos primeros siglos gracias a
    las condiciones materiales y
    morales aparece como el confluir de ochenta millones de personas
    que trabajan. Agricultura, industria, comercio se desarrollan con
    prosperidad.

    Si bien la agricultura siempre había sido a los
    ojos de los romanos como industria nacional, desde el siglo III
    d. C. y ante la rivalidad de Sicilia, África y España,
    las condiciones de la cultura
    italiana se habían modificado profundamente. El trigo fue
    dejando lugar a la vid, al olivo, a los cultivos hortelanos,
    sobre todo a la pradería.

    "Desde el punto de vista agrícola, bajo el
    imperio, el primer lugar corresponde a las provincias, a las de
    antigua civilización: Asia, Egipto, o países
    nuevos: España y Galia"

    Es una realidad que las provincias le concedieron a Roma
    sus mejores productos; la industria gracias al desarrollo de la
    técnica adquiere gran desarrollo en las
    provincias.

    La política Imperial, al mismo tiempo que por las
    grandes obras públicas les asegura amplias salidas y un
    mayor rendimiento.

    Del Líbano las maderas de cedro, de Sicilla y
    España el trigo, de la Narvolese la vid, el ganado de las
    Galias, las minas de oro de España, Dalmacia, Macedonia,
    de Bretaña el plomo y el estaño, de África
    los mármoles blancos o colorados, las materias tintoreras
    del Ponto, de Egipto el grano, de Siría el bálsamo.
    En síntesis
    grandes regiones industriales, en Italia y en las provincias,
    trabajaban en alimentar de productos manufacturados el conjunto
    del mundo romano. Los objetos de lujo también
    provenían de las provincias, es así el caso de las
    Galias con la producción de telas y lanas; la
    alfarería y sedas de Grecia, los objetos de cobre de
    Chipre, de Asia menor los tejidos
    teñidos, de Egipto tejidos de lino, cristalería,
    papel y vasos preciosos.

    El Imperio Romano representaba un monopolio casi
    completo, el factor socio-económico favorable
    levantó a Roma como un imperio. De todos los rincones de
    la tierra llegan a Roma variedades increíbles de
    productos, la situación empieza a revertirse a mediados
    del siglo II y se acrecienta en el siglo III produciendo
    consecuencias políticas y sociales de primer orden, donde
    el comercio queda como aniquilado y la antigua prosperidad
    desaparece.

    La sociedad se halla en estado de regresión
    social y económica, cediendo la economía monetaria
    paso a la economía doméstica o natural.

    Como se aclaro al comienzo del informe el factor
    económico es el fundamental, una buena política
    económica hace que las sociedades se desarrollen hacia
    delante o no.

    A pesar del peso del impuesto y la dureza de la
    recaudación, el estado de la hacienda se encuentra cada
    vez más crítico. En el siglo II, los poderes
    públicos aceptan y solicitan contribuciones voluntarias de
    los ricos particulares. Marco Aurelio vende en subasta
    pública objetos preciosos del guardamuebles imperial, el
    sucesor de Cómodo, Pertinax deberá por falta de
    dinero, suspender el funcionamiento de una de las Instituciones
    de Trajano, las instituciones alimentarlas.

    […] ¿por qué se derrumbo el Imperio?
    Porque los romanos se negaron el servicio
    militar[….] Porque el Imperio fue llevado a invadir demasiado
    las actividades de los particulares, a desarrollar un sistema
    burocrático tan pesado y costoso que los súbditos
    desearon el triunfo de los bárbaros. Porque el triunfo de
    la metafísica monoteísta, de una
    religión
    universal y fraternal favorecía a la formación de,
    una ideología internacional, que ya no
    conocía fronteras. Pero sobre todo porque las vías
    comerciales se desviaron insensiblemente del Mediterráneo
    hacia el eje Rin-Danubio; porque todas las rutas habían
    dejado de llevar a Roma"

    "Autoridad por
    una parte, estatismo por otra, estas dos fuerzas del deslumbrador
    díptico que representa la historia de Roma, dos
    épocas, dos sistemas, dos mundos. En la edad de oro fue un
    régimen de autoridad comprensiva y fecunda, generador
    de¡ bienestar y respetuoso para con las Iniciativas
    personales, en que-gobierno, defensa nacional, paz
    pública, justicia
    vigilante- el Estado se limita a sus obligaciones
    fundamentales y, abrazando menos para estrechar mejor, las cumple
    a satisfacción general. En los días sombríos
    de la decadencia, Estatismo desecador, ahogador y quisquilloso,
    que, haciendo del imperio una cárcel para millones de
    hombres, no producirá más que la ruina y se
    derrumbará en la nada."

    Bibliografía

    Rostovtzeff, M –"Historia social y
    económica del Imperio Romano". Madrid. Ed.
    Espasa-Calpe S.A. Tomo II. 1973.

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    1971

    Piganiol, André. "Historia de Roma". Buenos Aires. Ed
    Eudeba. 2° ed. 1971.

    Lot Ferdinand. "El Fin del Mundo Antíguo
    y el Comienzo de la Edad Media"
    Parte I. Unión

    Tipográfica Editorial Hispano Americana.
    Mexico.

    Rostovzeff, M. "Roma: De los Orígenes a la
    última Crisis" Buenos Aires. 70 ed. Ed. Eudeba.

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    Ballesteros Escalas, Rafael y Pericot García,
    Luis. "Historia de Roma". Barcelona. Ed. Montaner y Simón
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    Grimal, Pierre "El siglo de Augusto Buenos Aires. Ed.
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    Homo, Leon. "El imperio romano" 3° edición.
    Ed. Madrid Espasa-Calpe 1972

     

    ALBERTO R. G.

    PROFESOR DE E.G.B. 1 Y 2

    DOCENTE ESPECIALIZADO EN EDUCACIÓN DE
    ADULTOS

    ESTUDIANTE PROFESORADO DE HISTORIA.

    SAN VICENTE BUENOS AIRES ARGENTINA.

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