- Transformaciones
socio-económicas en los tiempos de la Dinastía
Julio Claudiana - Política
socio-económica de Los Flavios y los
Antoninos - La anarquía Militar: El
Imperio bajo los Severos - Los emperadores
ilíricos (268-285) - Periodo final de
decadencia del Imperio Romano - Conclusión
- Bibliografía
El presente informe analiza
la evolución socio-económica en el
imperio en el período que comprende desde Augusto hasta la
caída del imperio Romano de
Occidente, este análisis es fundamental para comprender los
cambios sociales ocurridos en el imperio, no hay un factor tan
fuerte en las sociedades
como el económico, que es el que condiciona y favorece el
desarrollo o
no de las sociedades.
Julio César estableció un programa de
reformas muy variado. En las provincias eliminó el
corrupto sistema de
impuestos,
patrocinó el establecimiento de colonias de veteranos, las
cuales generaron ciudades y amplió la ciudadanía romana, las reformas de
César dieron estabilidad al mundo
mediterráneo.
Luego con Augusto llega un período de paz,
prosperidad socio-económica y desarrollo cultural conocido
como la era Augusta, en la que se fomentó el desarrollo de
la agricultura en
Italia,
considerada como industria
nacional.
Con Claudio, la economía se
caracterizó por conceder responsabilidades y riquezas a
los seguidores del emperador, incluidos los antiguos esclavos
(libertos), todo ello en el marco de un crecimiento en la
centralización del poder
imperial.
La expansión territorial trajo como consecuencias
el gasto excesivo de las arcas del imperio, la política de los
Flavios se concentró en recuperar la estabilidad a
través del estatismo y la centralización: primero
Trajano, a través de la creación de nuevos
impuestos, hecho que acentúo la decadencia
económica y aumentaba la pobreza,
mientras que acompañado de esto se concretaba el
éxodo de los pobladores de Italia.
Con los Severos la política
económica se convierte en un intento desesperado por
llenar las arcas vacías del imperio y para eso
recurrió a la demagogia y a la opresión de las
clases superiores, consecuencia de las extravagancias de
Cómodo.
Por último el período de la
anarquía militar hasta la llegada de Dioclesiano es uno de
los más oscuros de la Historia del Imperio Romano
debido a la ruina económica como causa de la depreciación de la moneda y el estado de
sitio permanente por las distintas invasiones.
Con períodos de prosperidad económica
intermitentes y lapsos de decadencia absoluta, así
evolucionó la economía del Imperio más
grande que haya conocido la
tierra.
EVOLUCIÓN DEL SISTEMA SOCIAL Y
ECONÓMICO DURANTE EL IMPERIO ROMANO
Transformaciones socio-económicas en los
tiempos de la Dinastía Julio Claudiana. (44 a.C-68
d.C)
"Era necesidad primordial del nuevo régimen
aumentar los ingresos del
erario. Los trabajos públicos efectuados después de
las ruinas de la guerra civil y
el aumento de personal
subalterno hacían inevitable una medida de censo y
catastro general. Esto último fue emprendido por
César poco antes de su muerte, y la
obra no fue terminada hasta tiempos de Trajano"
Ante la necesidad de aumentar los Ingresos de Roma, Augusto
ejerce una inspección sistematizado y severa sobre la
gestión
de los gobernadores en las provincias senatoriales, a fin de
llevar a cabo esas 'inspecciones' es que se crea el papel del
procurador, evitando de esta forma la concesión de la
recolección de la renta.
A los fines de recaudar fondos, se crearon nuevos
Impuestos tales como la vicessima lebertatis (un 5% sobre el
valor de los
esclavos manumitidos y la centessima rerum venaljum (que
consistía en el 1% de las subastas).
El Ingreso del Imperio estaba administrado en dos cajas.
la aerarium capitalino – que consistía en el tesoro
del senado proveniente de la renta de las provincias
senatoriales- y el fiscus Caesaris – alimentado por las
rentas de las provincias imperiales-. Existía
además el atrimonium Caesaris – que era una caja
especial para el tesoro del emperador (este era el caso de
Egipto que
pasó a ser patrimonio del
César). "Sucesor en Egipto de los Ptolomeos, poseía
inmensas rentas que no Ingresaban en el tesoro
público."
Augusto aumentó su riqueza gracias a los legados de
hombres acaudalados que se acercaron a él sea por afecto
personal o guiados por el deseo de legalizar títulos
dudosos, dando al jefe del estado un
interés
directo en su validez. Gracias a esta riqueza Augusto
encontró un nuevo medio para hacerse indispensable
respecto al estado.
En varias oportunidades socorrió a la
tesorería por parte del senado, sufragó los
gastos de las
construcciones en Roma, contribuyó para asegurar la
pensión de los soldados, proveyó la paga de los
guardias, compró tierras para los veteranos, "hizo
donativos a los soldados y al populacho, y celebró
espléndidos juegos."
Durante el mandato de Augusto se produjo una creciente
despoblación de Italia en tanto que, al mismo tiempo, Roma
crecía, la despoblación era un fenómeno que
se daba desde la época de los Gracos y que siempre
había preocupado a los gobernantes, la gente abandonaba
las tierras y buscaba las ciudades, acrecentando así a la
plebe romana.
Los pobladores estaban divididos en plebe y centurias,
el sistema ya estaba agotado, por otra parte augusto había
dividido a Roma en provincias, las Senatoriales y las
Imperiales.
"El progreso de los latifundios, como indica una
célebre frase de Plinio el Antiguo (latifundia perdiere
Italiam), debió correr parejo con la
despoblación. El mal es particularmente sensible en los
alrededores inmediatos de Roma."
"Por esta razón el concepto de plebe
estaba compuesto de elementos heterogéneos, carecía
de arraigo en la ciudad y no implicaba una distinción de
tipo político, sino social, y sobre todo económico,
Augusto tuvo que restringir las distribuciones gratuitas de
trigo, como antes ya lo había hecho Julio
César."
Augusto habla tomado en sus manos temas tales como el
abastecimiento y distribución del grano extranjero. "En el
terreno de la anona es donde primero se desarrolló el
intervencionismo del Estado.
Durante el período que encierra a los sucesores
de Augusto, el comercio y la
industria prosperan, de esta manera son los libertos los que se
benefician. Apareció en el estado una división del
trabajo en
verdaderos ministerios,
dando origen a una burocracia
organizada y especializada que se encargaba de la
administración del estado.
Bajo el período de Claudio desapareció la
moneda local en otras ciudades del Imperio y aumentó la
preponderancia de la caja imperial (fiscus) sobre la del Estado
(aerarlum).
Política socio-económica de Los
Flavios y los Antoninos
(69 d.C-122 d.C)
La expansión territorial traía en su
génesis gérmenes de autodestrucción, las
sucesivas y costosas guerras
hacían tambalear los cimientos del Imperio. El costo de una empresa
bélica implicaba: reparación de viejas vías
y construcción de otras nuevas,
edificación de puentes, fabricación de barcos,
concentración de víveres en determinados puntos y
la provisión de enormes cantidades de armas. Las
expediciones militares de Trajano agotaban las fuerzas vitales
del Imperio.
Después de Augusto y Nerón, Trajano fue el
soberano que más se dedicó a la actividad edilicia
y al mismo tiempo, evitó aumentar los impuestos y gravar
con exceso la capacidad tributarla de los ciudadanos
romanos.
La crisis
socio-económica se empezó a notar cuando los
recursos de la
provincia de Macedonia empezaron a escasear a principios del
reinado de Adriano; es importante recordar que Macedonia
debía soportar pesadas cargas en cuanto al pago de los
impuestos y el aprovisionamiento de trigo. Otro Importante factor
de decadencia fue el desdoblamiento de la península y la
ruina consiguiente de la agricultura itálica. A causa de
esto "Trajano prohibió la emigración de Italia y
estableció colonias de veteranos en las inmediaciones de
Roma; obligó a los senadores a adquirir tierras en Italia
y ayudó a los terratenientes itálicos grandes o
pequeños a mejorar su situación,
procurándoles créditos baratos. El proyecto de Nerva
que consistía en detener la emigración y evitar la
creación de una masa de proletarios sin trabajo se
fundamentó en otorgarles tierras en propiedad
privada, pero este proyecto se demostró excesivamente
costoso y no pudo ser llevado a gran escala.
Trajano siguió otro sistema: el de atraer
capital a
Italia, obligando a los senadores a invertir su dinero en
tierras itálicas y procurando prestamos baratos a los
propietarios itálicos.
La economía ya no se basaba en el trabajo de
los esclavos, porque no era rentable, sino a través del
sistema agrícola en el cultivo de las tierras por medio de
colonos, esta redención de terrenos implicaba una demanda
creciente de colonos libres y procuraba al proletariado la
posibilidad de poseer, en las fincas de los grandes propietarios
morada e instrumentos de trabajo, ganado e incluso alguna
parcela.
A pesar de estas reformas, Italia no era ya, ni
podía ser, el centro socio-económico del
Imperio.
Durante el régimen imperial sólo queda la
grande y mediana propiedad, ambas tenían a su
disposición dos sistemas para el
cultivo: el trabajo directo ejecutado por esclavos y el arriendo.
El primero debió ser abandonado poco a poco por la
disminución considerable de esclavos además de que
el adiestramiento
para el trabajo resultaba costoso, ya que hay que mantener al
esclavo hasta los 13 años, no está en condiciones
de producir nada, se desgasta deprisa y muere joven.
A partir del siglo II d.C. los capitales fueron
desapareciendo, las tierras ricas se fueron agotando por lo cual
los propietarios de los fundos no tuvieron más remedio que
dividir sus dominios, de esta manera se repartió en feudos
que se adjudicaron a sus arrendatarios llamados libres. Estos
arrendatarios pagan mediante la suma de dinero, pero en vista de
la decadencia de la socio-económica, el pago se realizaba
con parte de los frutos de su cosecha.
La idea de Trajano era la de repoblar Italia y restaurar
la supremacía económica en el Imperio. "Pero sus
esfuerzos no fueron coronados por el éxito:
la decadencia de Italia quedó por algún tiempo
contenida, pero no podía ser ya atajada"
La realidad marcaba que la decadencia de las ciudades y
de sus ciudadanos implicaba la ruina del estado, ya que eran
responsables del pago de los impuestos debidos por sus residentes
y por los habitantes de sus territorios a ellas
agregados.
Adriano se encontró con que las ciudades de
Italia y de las provincias no estaban en situación de
soportar los gastos de nuevas guerras, por los que se
decidió a renunciar la política agresiva de
Trajano. Se abstuvo de toda nueva anexión territorial y se
abocó a la tarea de consolidar los fundamentos del
imperio. Empezó por condonar a Italia el impuesto habitual
de la accesión al trono (aurum coronaruium), redujo su
cuantía para las provincias, acordando la
cancelación general de los débitos al fiscus en
Italia y dio una condonación parcial de los atrasos de las
ciudades provinciales acudiendo generosamente en auxilio de las
ciudades del Imperio.
Una importante obra fue la formación de un cuerpo
de administradores del estado, para evitar la corrupción
en los funcionarios del estado que se propiciaba en época
de Trajano, promovida por el estado de guerra permanente. Estos
funcionarios eran los que conformaban e orden ecuestre y actuaban
como agentes directos del estado y en parte como concesionarios
del mismo (conductores), bajo la Inspección rigurosa de
funcionarios imperiales.
"La época de los Flavios se caracteriza por los
procesos de
estatismo, de la centralización, de la
fiscalización."
Una de las políticas
que implementará Adriano es el de la urbanización,
ya que sostenía que el imperio no estaba lo
suficientemente civilizado como para que pudiera sostener la
pesada carga creada por la necesidad de mantenerse como unidad
política. Urbanizar significaba crear núcleos de
civilización y progreso, tales sectores eran por ejemplo
los campos de Egipto y los grandes dominios imperiales de
Asia y
África.
Adriano sabía que el Imperio dependía de
los ingresos de las ciudades de oriente y que a su vez era
peligros transformarlos en territorios urbanizados, distrayendo
así un montaje considerable de sus productos para
mantener una ciudad.
Adriano pretende tener un vigoroso núcleo de
agricultores que introdujeran al estado formas superiores de
cultivo, que proporcionaran excelentes soldados a los
ejércitos y que pagasen regularmente sus impuestos al
estado.
No deseaba que los colonos cultivaran sus parcelas con
desgano, lamentándose del continuo abuso de los
arrendatarios generales y de los funcionarios imperiales con la
pesada carga de la renta y de la prestación personal.
Conforme a esto, Adriano quería buenos vitivinicultores,
propietarios y no arrendatarios y en base a este ideal
trazó su política
socio-económica.
En cuanto a igualdades socio-económicas, Adriano
trató de defender a los débiles contra los fuertes,
a los pobres contra los ricos, herencia de Nerva
y Trajano.
Distinta fue la suerte de Marco Aurelio, quién
tuvo que soportar una fase critica en la vida económica
del Imperio.
Las arcas del Estado estaban vacías, a pesar de
esto Marco Aurelio no quiso introducir ningún impuesto
nuevo y prefirió vender en subasta publica sus objetos de
valor. Pese a esto tuvo que exigir forzadamente a Asia Menor un
impuesto especial: el sistema de liturgias (originado en la
antigüedad y característico del sistema
monárquico orienta).
Este sistema consistía en la obligación
para todo súbdito de asistir al Estado con su trabajo y
sus medios y la
responsabilidad de los agentes de gobierno en
cuanto el cumplimiento de sus deberes ya que de no ser así
podían ser castigados y obligados a satisfacer de sus
bolsillos las perdidas que le ocasionaran al estado su falta de
capacidad y honradez. 'la prestación personal
siguió siendo la principal fuerza motriz
del sistema económico y el gobierno no renunció a
su derecho de exigir a la población, en caso de necesidad y
especialmente en tiempos de guerra, víveres para los
soldados oficiales y forraje para el ganado, a más los
Impuestos ordinarios"
Una vez urbanizadas las áreas de Asia Menor,
Siria, Grecia, la
carga del trabajo obligatorio y de las requisiciones no fue ya
impuesta, como en Egipto, aplicada a individuos o a grupos de
Individuos sino que se transportó a las unidades
administrativas del Imperio "las ciudades". Desde Adriano a Marco
Aurelio, las ciudades no pudieron cumplir ya con sus deberes para
con el Estado y solicitaron rápidamente la
condonación de atrasos y la rebaja de
Impuestos.
La
anarquía Militar: El Imperio bajo los
Severos.
Esta dinastía exclusivamente militar
emprendió grandes obras publicas no solo en la capital
sino en las provincias; mejoraron los caminos y construyeron
depósitos de aprovisionamiento junto a las
fortificaciones. "Además del edicto de Caracalla, que
atribuyó el derecho de ciudadanía a todo el
Imperio, los Severos concedieron el jus ítalicum
(inmunidad de Impuesto sobre tierras) a ciudades como Cartago,
Tiro y Emesa…" contrastando estas medidas benéficas se
realizaron numerosas confiscaciones en el patrimonio de los
senadores. La proporción de los senadores itálicos
disminuyó y aumentó la de los
provinciales.
Los bienes
raíces son objeto de una nacionalización
progresiva. El Estado explotó sus inmensos patrimonios
mediante contratos
enfiteuticos: cesión de un predio rústico o urbano
mediante una renta que se paga al cedente, quién conserva
el dominio
directo. También se desarrollaron corporaciones obreras,
se reglamentó el comercio
Internacional y se prohibió la exportación de cereales, hierro y sal
al territorio enemigo.
…. algunos puntos de la política de Septimio
Severo fue, en efecto, continuación genuina de la de
Adriano y de los Antoninos. Sabido es que en la
legislación Imperial no fue jamás tan humanitaria
como en tiempos de los Severos"
Al igual que Cómodo, Severo quería fundar
su poder en las clases donde se reclutaban soldados; de
aquí su legislación liberal y sus medidas
encaminadas a proteger a los campesinos y al proletariado urbano
contra la clase
dominante y la administración imperial. Otro hecho de suma
Importancia es que restauró los alimenta abolidos
por Cómodo. Septimio deseaba aumentar en sus dominios el
número de propietarios libres, insistió en que los
conductores (cobradores de Impuestos) y los procuradores
observaran las ordenanzas de sus predecesores. "El régimen
de los Antoninos había favorecido y enriquecido a la
burguesía municipal.
Los campesinos se quejaban de que estaban entregados a
la opresión de los señores terratenientes, a la
arbitrariedad de las requisiciones de los funcionarios. Ahora
bien: el ejército se reclutaba cada vez más entre
las masas campesinas, que se ejecutó bajo la presión
del ejército, y que hirió despiadadamente a la
burguesa y a los señores rurales.
Severo se presentó como un benévolo
protector del pueblo, pero distinta fue la actitud tomada
con las ciudades. Numerosas ciudades se vieron obligadas a pagar
contribuciones enormes por haber procurado dinero, durante la
guerra contra los Parthos todas las ciudades fueron invitadas a
enviar al emperador considerables donativos en numerario. Severo
optó por una política de opresión con
respecto a las clases superiores de la población urbana.
Convirtió el sistema de las liturgias en una
institución permanente, legalizada, regularizada y
coactivamente impuesta por el Estado. Las liturgias pesaron con
mayor agobio sobre los terratenientes y pequeños
industriales, pertenecientes en su mayoría a la clase
media.
Las medidas despiadadas de Severo pueden atribuirse al
Estado desesperado de las finanzas
imperiales, consecuencia a su vez de las extravagancias de
Cómodo y de la guerra civil de principio de su reinado, a
las que siguieron reñidas y costosos guerras
exteriores.
Estas medidas acumularon en sus manos una inmensa
fortuna, consistente sobre todo en tierras, que colmó de
nuevo el exhausto tesoro del Estado Romano. Las finanzas del
Estado fueron restauradas, pero a costa del pueblo las
confiscaciones de la propiedad agraria, practicadas en masa,
desequilibraron la vida económica. Grandes empresas
prosperas quedaron privadas de capital y de iniciativa y
sustituidas por un nuevo sistema administrativo mecanizado y sin
vida.
Un síntoma inquietante de la desdichada
situación financiera de¡ imperio era la continuada
desvalorización de la moneda. Desde los tiempos de
Nerón, la plata con que se acuñaba la moneda de
mayor circulación, el denario y sus fracciones, venia
recibiendo una creciente aleación de cobre. Este
proceso
tenía su origen en diversas causas: la exportación
de moneda de plata a consecuencia del comercio con el extranjero,
el agotamiento gradual de una serie de minas de plata y la
prodigalidad de algunos emperadores, no compensada por los
ingresos regulares del Estado. Bajo Septimio Severo, el denario,
compuesto ya sólo a medias de plata, no era la misma
moneda que antes.
Esta depredación es consecuencia directa de las
costosas guerras de Marco Aurelio y de las contiendas civiles de
los primeros años de Severo. El oro y la plata
fueron ocultados y desaparecieron de la circulación, el
producto de
las minas no bastaba para cubrir la escasez de
moneda. De aquí la presión ejercida sobre la
población con la exigencia de palos en especie, origen a
su vez, del aumento de precios.
El período comprendido entre la muerte de
Alejandro Severo y la entronización de Dioclesiano es uno
de los más obscuros de la historia del Imperio Romano y lo
podemos definir como "La Anarquía
militar"
Este período ilustra la rápida ruina
económica y la decadencia de la civilización en
todo el mundo mediterráneo. Uno de los fenómenos
más característicos fue la rápida
depredación de la moneda y el aumento, más
rápido aún de los precios. El denario, que en el
siglo I correspondía aproximadamente a 85
centésimos de peseta (oro) y había disminuido en el
siglo II algo, bajó, en el siglo III a menos de 25
centésimos. Claudio II y Aureliano renunciaron
definitivamente a emitir moneda real, con un valor
correspondiente a la cantidad y a la pureza del metal. El Estado
introdujo un nuevo sistema de moneda fiduciaria, que no tenia
casi ningún valor real y sólo era aceptada y
circulaba por cuanto el Estado reconocía. "Al ser puesta
en circulación la moneda fiduciaria los salarios se
hicieron terriblemente Inestables y toda la cuestión
obrera sufrió una mudanza radical"
"La Gente se abstenía de tomar dinero a
préstamo, y la oferta de
numerarlo excedia , en el mercado, a la
demanda"
La depredación de la vida comercial se
debía en parte al peligro constante que cernía
sobre las provincias más civilizadas y más ricas
las distintas invasiones. Dada la situación de estado de
sitio permanente, la burocracia militarizada de funcionarios
gubernativos o municipales actuaban al igual que los soldados y
le respondían al emperador con sus vidas, los municipales
se hallaban bajo la amenaza de la degradación, la ruina y
la ejecución capital sino se cumplían las
órdenes de los burócratas imperiales. De este modo
todas las clases de la población padecía la
opresión de las guerras exteriores Estado
interiores.
"…..el empobrecimiento de las provincias y el
lamentable sistema de los aprovisionamientos y los transportes
forzaban a los soldado a realizar actos de violencia por
mero instinto de conservación"
Las clases superiores oprimían a las inferiores,
para poder salvar los restos de sus fortunas, a este contexto se
sumarían las epidemias de pestes causadas por la miseria,
la desnutrición y la condiciones insalubres de
la ciudad. la peste, las invasiones y las guerras civiles que
diezmaron a la población.
La productividad de
las industrias fue
disminuyendo sin tregua, extensiones cada vez más vastas
de terreno quedaron baldías, y se descuidaron las obras de
desecación y de irrigación, lo cual ocasiono
constante reducción del área cultivada y la
difusión de la malaria. La industria fue reducida cada vez
más a trabajar sólo para pequeños grupos de
consumidores locales, cuya demanda se limitaba a los productos
menos costosos y más sencillos, la producción doméstica floreció
más que nunca.
A finales del siglo III, después de una
sangrienta guerra civil, la población se hallaba
disgustada y agotada; deseaba a toda costa la restauración
del orden y la paz.
Todos se hallaban dispuestos a aceptar cualquier
condición con tal que se garantizase la seguridad de la
vida y la posibilidad de consagrarse al trabajo
cotidiano.
De este modo surgió el Estado de Dioclesiano y de
Constantino bajo un contexto social de odios y envidias: "… los
campesinos odiaban a los terratenientes y a los funcionarios: el
proletariado de las ciudades odiaba a la burguesía urbana,
y el ejército era odiado por todos, Incluso por los
campesinos"
El trabajo estaba desorganizado, la productividad
disminuía y el comercio se encontraba arruinado por la
inseguridad de
los mares y los caminos.
El sistema
tributario había perdido toda eficacia, la
burguesía urbana era espiada, perseguida, engañada
y maltratada; la aristocracia municipal quedó diezmada por
la persecución y arruinada por repetidas confiscaciones y
por la obligación que sobre ella pesaba de garantizar el
éxito económico de las razzias organizadas por el
gobierno que se desencadenaba sobre la
población.
Diocleciano y Constantino tuvieron la misión de
reorganizar el Imperio y para ello hicieron cambios en la
estructura
administrativa y social y económica del Estado.
Los cuerpos directivos de las ciudades, los senados
municipales, perdieron uno tras otro casi todos sus derechos autónomos y
quedaban reducidos sus miembros a la condición de agentes
gratuitos del Estado, responsables del reparto y de la
recaudación de los impuestos, así como la
ejecución de los trabajos obligatorios y las demás
prestaciones
impuestas a la población urbana.
"En lugar de reorganizar con una orientación
más democrática la autonomía municipal labor
que había requerido una gran dosis ' de iniciativa
creadora, era mucho más fácil y más seguro, para el
poder central, aceptar las condiciones […] haciendo
responsables para con el estado a todos los miembros de las
comunidades urbanas y acumulando sobre ellos los deberes, sin
concederles los correspondientes derechos"
En lugar de crear nuevos tributos en
dinero, reinstauraron en mayor escala es sistema primitivo de los
impuestos en especie bajo la forma de repetidos suministros
extraordinarios de víveres para el ejército, para
la ciudad de Roma y para los funcionarios del Estado,
recolectando también materias primas y objetos
manufacturados. Este sistema era la famosa annona, para
mantener el ejercito y esto fue creando gradualmente una grave
crisis financiera.
Los que cultivaban una finca debían declarar la
extensión del terreno que cultivaban y el número de
las capita en ellas comprendidas, incluso las cabeza de
ganado. Esta declaración hacía responsable al
individuo por
su tierra y por
sus capita, y donde quiera que estuviese se hallaba obligado a
pagar el impuesto determinado, formando así con la tierra
una única unidad perdió el agricultor toda libertad de
movimiento y
quedó vinculado a su gleba y a su trabajo, exactamente
como los campesinos del rey de las monarquías orientales y
helenísticas.
"El colono … es un arrendatario perpetuo y
hereditario, pero no voluntario, para quién la
sujeción a la tierra es, a la vez, un derecho y una
necesidad; no' puede ser investido de funciones
públicas, que lo alejarían, ni ordenado de
clérigo, si no es en los fundos que cultiva y a
condición de permanecer siempre allí."
Como la propiedad de la tierra, también el
comercio y los transporte
pasaron a ser una carga hereditaria que no se podía
rehuir; lo mismo sucedía en la industria. Los artesanos y
los industriales debían pagar un impuesto unitario y se
les exigía además, que suministrarán al
Estado o a las ciudades ciertas cantidades de productos a precios
especiales.
Los grandes terratenientes, los senadores, pagaban en
dinero un impuesto especial en dinero y completando el sistema
tributarlo los artesanos, las ciudades y los senadores
debían pagar debían pagar cada cinco años el
impuesto tradicional de la corona y otro tributo suplementario
cada vez que un nuevo emperador ascendía al trono. A
finales de¡ siglo III el Imperio Romano se había
constituido en una sociedad
subdividida no por clases, sino por castas.
Después de la muerte de Alejandro Severo continuo
un periodo de confusión y de crisis muy grave a
consecuencia de los vicios internos que padecía el Estado
y la sociedad, se pierde el respeto por la
institución senatorial y por todas las formas
republicanas. Gobernaron en esta época de crisis Giordiano
III (238-244), Filipo el Árabe (244-249), Decio
(249-251),diarquía de Valeriano y Galieno (253-260 y
253-268) todos dentro de una agitación social constante
que hacia prever la caída del imperio.
Los emperadores ilíricos
(268-285)
Claudio II el Gótico que rechazó a los
godos, Aureliano, quien entre el 270 y el 275 derrotó a
los godos, germanos y a la reina de Palmira, Septimia Zenobia,
restauró la unidad del Imperio durante algún
tiempo, a Aureliano le siguieron unos emperadores de no mucho
poder, hasta el ascenso al trono en el año 284 de
Diocleciano.
Constantino consolido el absolutismo
imperial de Dioclesiano, las cosas no cambiaron. La
economía estaba desbastada, había escasez de mano
de obra porque no se podía basar la industria en el
trabajo servil.
Las clases laboriosas iban desapareciendo como
también las clases altas e ingresaban extranjeros, la
clase agrícola que quedaba perdió poder
adquisitivo, la moneda perdió importancia. Como paso con
la clase agrícola la actividad industrial aminoro su
producción, se debilitó y se extinguió. En
el comienzo del siglo V comenzó el proceso gradual de
decadencia.
Las familias de clase media se extinguían, se
confundían con el populacho de las grandes ciudades que
trabajaban para el estado o eran mantenidos por este, solo un
grupo
pequeño se mantuvo exento de la pobreza.
Período final de decadencia del Imperio
Romano
En el siglo V las provincias del Imperio romano de
Occidente se empobrecieron por los impuestos exigidos para el
mantenimiento
del Ejército y de la burocracia; también a causa de
la guerra civil y de las invasiones de los pueblos germanos, la
política conciliadora con los invasores al nombrarles para
cargos militares en el Ejército romano y administrativos
en el gobierno, tuvo éxito, los pueblos invasores del Este
emprendieron gradualmente la conquista del Occidente y a finales
del siglo IV Alarico I, rey de los visigodos, ocupó Iliria
y arrasó Grecia; en el 410 conquistó y
saqueó Roma, pero murió poco después, su
sucesor Ataúlfo (410-415) dirigió a los visigodos a
la Galia y en el 419 el rey visigodo Valia recibió
autorización del emperador Flavio Honorio para asentarse
en el suroeste de la Galia, donde fundó un reino
visigodo.
Durante el reinado de su sucesor, Valentiniano III, los
vándalos, bajo el mando de Genserico conquistaron Cartago,
mientras que la Galia e Italia eran invadidas por los hunos,
encabezados por Atila, el cual marchó primero sobre la
Galia pero los visigodos, ya cristianizados y leales a Roma, le
hicieron frente. En el año 451 un ejército de
romanos y visigodos, mandado por Flavio Aecio, derrotó a
los hunos en la batalla de los Campos
Cataláunicos.
En el año siguiente Atila invadió
Lombardía, pero no pudo seguir avanzando hacia el sur y
falleció en el año 453. En el 455, Valentiniano,
último miembro del linaje de Teodosio en Occidente, fue
asesinado. En el periodo comprendido entre su muerte y el
año 476 el título de emperador de Occidente fue
ejercido por nueve gobernantes, aunque el auténtico poder
en la sombra era el general romano de origen suevo Ricimer,
llamado también el "proclamador de reyes".
Rómulo Augústulo, último emperador
de Occidente, fue depuesto por el jefe de los hérulos
Odoacro, a quien sus tropas proclamaron rey de Italia en el
año 476, así concluyo el imperio romano el cual se
extinguió por completo.
El sistema socio-económico bajo el Imperio no
quedó fuera de los acontecimientos. En los orígenes
del régimen imperial se ve como éste interviene en
cuestiones de materia
económica y social, por ejemplo, las instituciones
alimentarlas (obra de Nerva y de Trajano) y la
organización de los grandes dominios imperiales, sobre
todo los de África, por Vespasiano y Adriano.
La unidad Romana en los dos primeros siglos gracias a
las condiciones materiales y
morales aparece como el confluir de ochenta millones de personas
que trabajan. Agricultura, industria, comercio se desarrollan con
prosperidad.
Si bien la agricultura siempre había sido a los
ojos de los romanos como industria nacional, desde el siglo III
d. C. y ante la rivalidad de Sicilia, África y España,
las condiciones de la cultura
italiana se habían modificado profundamente. El trigo fue
dejando lugar a la vid, al olivo, a los cultivos hortelanos,
sobre todo a la pradería.
"Desde el punto de vista agrícola, bajo el
imperio, el primer lugar corresponde a las provincias, a las de
antigua civilización: Asia, Egipto, o países
nuevos: España y Galia"
Es una realidad que las provincias le concedieron a Roma
sus mejores productos; la industria gracias al desarrollo de la
técnica adquiere gran desarrollo en las
provincias.
La política Imperial, al mismo tiempo que por las
grandes obras públicas les asegura amplias salidas y un
mayor rendimiento.
Del Líbano las maderas de cedro, de Sicilla y
España el trigo, de la Narvolese la vid, el ganado de las
Galias, las minas de oro de España, Dalmacia, Macedonia,
de Bretaña el plomo y el estaño, de África
los mármoles blancos o colorados, las materias tintoreras
del Ponto, de Egipto el grano, de Siría el bálsamo.
En síntesis
grandes regiones industriales, en Italia y en las provincias,
trabajaban en alimentar de productos manufacturados el conjunto
del mundo romano. Los objetos de lujo también
provenían de las provincias, es así el caso de las
Galias con la producción de telas y lanas; la
alfarería y sedas de Grecia, los objetos de cobre de
Chipre, de Asia menor los tejidos
teñidos, de Egipto tejidos de lino, cristalería,
papel y vasos preciosos.
El Imperio Romano representaba un monopolio casi
completo, el factor socio-económico favorable
levantó a Roma como un imperio. De todos los rincones de
la tierra llegan a Roma variedades increíbles de
productos, la situación empieza a revertirse a mediados
del siglo II y se acrecienta en el siglo III produciendo
consecuencias políticas y sociales de primer orden, donde
el comercio queda como aniquilado y la antigua prosperidad
desaparece.
La sociedad se halla en estado de regresión
social y económica, cediendo la economía monetaria
paso a la economía doméstica o natural.
Como se aclaro al comienzo del informe el factor
económico es el fundamental, una buena política
económica hace que las sociedades se desarrollen hacia
delante o no.
A pesar del peso del impuesto y la dureza de la
recaudación, el estado de la hacienda se encuentra cada
vez más crítico. En el siglo II, los poderes
públicos aceptan y solicitan contribuciones voluntarias de
los ricos particulares. Marco Aurelio vende en subasta
pública objetos preciosos del guardamuebles imperial, el
sucesor de Cómodo, Pertinax deberá por falta de
dinero, suspender el funcionamiento de una de las Instituciones
de Trajano, las instituciones alimentarlas.
[…] ¿por qué se derrumbo el Imperio?
Porque los romanos se negaron el servicio
militar[….] Porque el Imperio fue llevado a invadir demasiado
las actividades de los particulares, a desarrollar un sistema
burocrático tan pesado y costoso que los súbditos
desearon el triunfo de los bárbaros. Porque el triunfo de
la metafísica monoteísta, de una
religión
universal y fraternal favorecía a la formación de,
una ideología internacional, que ya no
conocía fronteras. Pero sobre todo porque las vías
comerciales se desviaron insensiblemente del Mediterráneo
hacia el eje Rin-Danubio; porque todas las rutas habían
dejado de llevar a Roma"
"Autoridad por
una parte, estatismo por otra, estas dos fuerzas del deslumbrador
díptico que representa la historia de Roma, dos
épocas, dos sistemas, dos mundos. En la edad de oro fue un
régimen de autoridad comprensiva y fecunda, generador
de¡ bienestar y respetuoso para con las Iniciativas
personales, en que-gobierno, defensa nacional, paz
pública, justicia
vigilante- el Estado se limita a sus obligaciones
fundamentales y, abrazando menos para estrechar mejor, las cumple
a satisfacción general. En los días sombríos
de la decadencia, Estatismo desecador, ahogador y quisquilloso,
que, haciendo del imperio una cárcel para millones de
hombres, no producirá más que la ruina y se
derrumbará en la nada."
Rostovtzeff, M –"Historia social y
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ALBERTO R. G.
PROFESOR DE E.G.B. 1 Y 2
DOCENTE ESPECIALIZADO EN EDUCACIÓN DE
ADULTOS
ESTUDIANTE PROFESORADO DE HISTORIA.
SAN VICENTE BUENOS AIRES ARGENTINA.