- Generalidad sobre el Dasein
considerando el in der Welt sein y el Mitsein - El Dasein en su bidimensionalidad
antagónica (existencia auténtica e
inauténtica) y el Sein zum Tode - Giro Heideggeriano
- De la Beklemmung a la
Gelassenheit - Conclusión
- Bibliografía
Este trabajo
tendrá como base el pensamiento de
Martín Heidegger,
expuesto en una de sus ultimas obras. Para ello considero
necesario manifestar los fundamentos filosóficos que
sustentan tal obra, haciendo hincapié en el giro que se
produce en el pensamiento del filósofo, primordialmente
ante la experiencia de la Segunda Guerra
Mundial, donde su pensamiento ira denotando una mayor
comprensión y aceptación de tal realidad.
Generalidad sobre el
Dasein considerándo el in der Welt sein y el
Mitsein.
"En efecto, el hombre,
considerado en su modo de ser, es Dasein, lo que esta
ahí". Con este planteo este filósofo Heidegger nos
deja ver la problemática del existencialismo y el punto de partida de su
pensamiento, donde el hombre es
aquel ente que se cuestiona la pregunta por el sentido del ser,
el cual tiene una "preeminencia".
La consideración del hombre como Dasein rompe
con la visión objetiva occidental y denota toda la
fuerza de la
dinamisidad de la existencia, la cual es a su vez la esencia
misma del "estar ahí". Esta esencia de la existencia
proporciona la posibilidad ("poder ser"),
donde el hombre es aquel ser posible que debe ir hacia su
actualización en la elección de sí mismo.
Para ello deberá proyectar, en donde dispondrá de
las cosas del mundo en función de
tal proyecto.
Se ve así el in der Welt sein ("estar en el
mundo"), donde incluso, el mundo es por su ser utilitario. Con
todo esto el filósofo designa a un hombre arraigado con el
mundo, donde al transformarlo se transforma a sí mismo,
deduciéndose a sí que deberá tener un
cuidado por las cosas.
Estando en el mundo, su existencia también conlleva un
mit-sein ("estar con los otros") donde el "yo" no se lo
acepta sin los "otros", ya que participan del mundo en que el
"yo" esta. De aquí, la idea que considera de Husserl sobre
la interubjetividad. Esta alter esse supone un cuidado por
la misma persona, donde
aquí se notan dos modos: substrayendo a los otros de sus
propios cuidados, donde se ve un simple "estar juntos" (forma
inauténtica de coexistencia); o un autentico coexistir,
donde los ayudo a asumir la libertad de
considerar su propio cuidado.
El Dasein en su
bidimensionalidad antagónica (existencia auténtica
e inauténtica) y el Sein zum Tode.
En la determinación del hombre (Dasein) a
través de su proyectar, sí dirige su atención al plano óntico,
considerando al ente en su facticidad, se pierde en el plano de
los hechos, incluso estableciendo meras relaciones con hombres,
siendo solo un Das-man. Las cosas son fin último,
ahogando al hombre en la curiosidad y haciéndolo caer en
una existencia anónima, la cual es la del "se hace", "se
dice".
Pero, cuando vamos al plano ontológico "se busca el
sentido del ser de los entes, el sentido de su existir".
Considerándo que la existencia es posibilidad (poder ser),
el hombre se coloca a la par de las cosas y del mundo, y ve que
los proyectos son
equivalentes, donde seré hombre aunque escoja cualquiera
de las posibilidades que me ofrece el mundo (pudiendo vivir
inauténticamente sí absolutizo alguna); pero la
única posibilidad a la cual no puede rehusar es a la de
la Muerte, la
cual "es la posibilidad de la imposibilidad de todo proyecto" y
por lo tanto de toda existencia.
Pero la negatividad de la muerte es
positiva ya que al ser imposibilidad de todo (de su posible nada)
no nos permite estancarnos en un punto determinado, nos muestra la
vanidad de todo proyecto y da fundamento a la existencia en su
desarrollo
histórico. Se llega así a una existencia
auténtica, porque las posibilidades que están
más allá de la muerte (ej.: la vida) se las conoce,
comprende y elige más auténticamente.
Por lo tanto, el hombre comprende que el Sein zum Tode
("estar para la muerte") es de la existencia su sentido
auténtico. Esto, es obvio, que lo capto estando en la
existencia; pero no racionalmente sino mediante tres estados de
ánimo:
- El aburrimiento, donde me deshago de la vanidad de las
cosas. - La alegría, que aquella surgida por la presencia que
me otorgan las personas queridas que me hacen abrirme a otras
existencias - La angustia, por la cual se patentiza mejor lo que cada
hombre será en su proyección, ya que me anticipa
la muerte y por ello da sentido a los entes con la experiencia
de su posible nada.
La angustia es el sentimiento más importante para
Heidegger porque coloca al hombre ante la nada. Es de
considerarse los rasgos más notorios:
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