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    I. O la palabra, o la
    violencia

    II. Hybris

    III. Tipos y formas de
    violencia

     

    I. O LA PALABRA, O LA
    VIOLENCIA

    Pensar en el fenómeno de la violencia nos conduce
    por diversos estratos. En un principio decir que cuando se habla
    de violencia comúnmente se refiere a lo obvio, a lo
    observable y también suelen confundirse los
    conceptos.

    La Agresividad es natural, e incluso necesaria,
    para dominar aquellos obstáculos que el medio ambiente
    nos presenta. Su manifestación es la
    Agresión
    , que es la conducta desde
    donde la agresividad, en su potencialidad se pone en acto, es
    allí donde puede hablarse de La
    Violencia.

    Lacan señala "….La violencia es
    ciertamente lo esencial en la agresión, al menos en el
    plano humano. No es la palabra, incluso es exactamente lo
    contrario. Lo que puede producirse en una relación
    interhumana es o la violencia o la palabra …"

    El campo de la palabra es la herramienta de comunicación fundamental de los sujetos
    humanos, Lacan por cierto ha insistido son ello y en lo
    concerniente a la temática de la violencia es taxativo, La
    violencia es lo contrario de la palabra. No hay palabra.
    Agregamos: hay otras formaciones que no quedan excluidas del
    campo de la
    comunicación: los golpes, gritos, la indiferencia, y
    demás, de un sujeto en posición de abuso, que
    infaliblemente origina (por acción
    u omisión) un daño
    físico y/ o psíquico en otro.

    La cuestión es la interpretación de los actos agresivos, y
    desde el psicoanálisis decimos que esa violencia
    puede mostrarse como un modo de comunicación "violenta",
    desde un sujeto a otro, a la sociedad o
    como un mensaje dirigido hacia uno mismo. No alcanza con situar a
    la persona que
    actúa agresivamente y a su objeto, el agredido, sino
    intentar leer, que es lo que está detrás, que se
    está diciendo en ese acto.

    Violencia, en su definición
    clásica, es el uso de una fuerza,
    manifiesta u oculta, con el fin de obtener de un individuo, o
    de un grupo, algo
    que no quiere consentirse de modo libre.

    La agresividad, la agresión y la violencia
    están desde el principio, no pertenecen a un tiempo social,
    si bien sí su intensidad. Hay tiempos sociales,
    históricos, como el actual que propician estallidos de
    sujetos y grupos, tiempos
    de revoluciones y guerras, como
    modo de respuesta, una vez que la palabra no surtió su
    efecto, de manifestar el inconformismo en la alineación a
    un Amo que sigue prometiendo.

     

    II. HYBRIS

    Desde el centro de las tragedias griegas se
    privilegió la cuestión ligada a la mortalidad y su
    consecuente opuesto: la inmortalidad. Finitud vs. Infinitud.
    Eróstrato fue un Pastor griego (356 a. C.) que
    incendió el Templo de Diana en Éfeso, considerada
    una de las siete
    maravillas del mundo, con la finalidad de que su nombre
    permaneciera en el tiempo, la búsqueda del reconocimiento,
    la celebridad, en su tiempo, pero en la intención de
    sostenerse hasta la infinitud. La trascendencia que lo
    alienará en el presente, pero para una liberación
    en el más allá del tiempo limitado de su existencia
    mortal y ello no fue sin consecuencias. Los gobernantes, luego
    del acto incendiario, prohibieron, a modo de castigo, que su
    nombre sea pronunciado, bajo pena de
    muerte. Como la prohibición instala el deseo,
    aún hoy se lo continua nombrando, luego de más de
    dos mil años. Eróstrato, instala el erostratismo:
    ese deseo de celebridad, que lleva a que un sujeto cometa uno o
    más actos trangresivos para conseguirla. Cierta desmesura
    que no es común y tiene su consecuencia, desde la
    antigüedad a nuestros días. Los mecanismos de
    control
    actúan allí donde no operó la auto
    limitación, el propio control para sostenerse en la norma.
    Eróstrato fue castigado pero su castigo resultó
    ineficaz, su nombre no solo cobró notoriedad entre los
    contemporáneos, sino que se realizó en su deseo de
    trascendencia.

    Para los Griegos si un sujeto aspiraba saltarse de su
    estado mortal,
    hacer algo para alcanzar la inmortalidad, incurría en un
    exceso (Hybris) en oposición a la moderación
    (Metriotes) esperada. La sospecha de Hybris, hacía que
    Némesis, Diosa de la Venganza, infligiera al transgresor
    -aquel que pretendía ir más allá de su
    finitud, desafiando a la autoridad– y
    poder
    así retornar al orden (Kosmos) anhelado. La
    corrección de Hybris, que en un principio fue tarea de la
    Venganza (Némesis) posteriormente lo fue para la justicia
    (Dike) es decir que hubo un pasaje de venganza a la justicia, en
    tanto superación de la venganza en sí misma. Para
    Platón
    la venganza está ligada a la violencia "… La
    violencia es el movimiento de
    la cólera
    en el sentido de la venganza" por lo tanto en la
    concepción clásica de Violencia está la idea
    de un exceso que los dioses encauzarán. Movimiento de un
    sujeto que se corre de la norma, de la moderación, del
    sentido común, el entre – los – mortales.
    Punto este de viraje, que nos lleva a corresponderlo con el
    Mito freudiano
    de Tótem y Tabú, el asesinato del padre omnipotente
    que impedía a los hijos gozar de las mujeres. Un padre
    todo poderoso que solamente pudo ser vencido por la fuerza de
    varios, hijos, que en su condición de hermanos,
    encontraron la fortaleza, señalando Freud
    textualmente: "…Los hermanos que se habían reunido
    para consumar el parricidio, abrigaban todos el deseo de llegar a
    ser iguales al padre y lo manifestaron absorbiendo en la comida
    totémica partes del cuerpo del animal
    sustitutivo…"

    Freud sitúa también en el Malestar en la
    Cultura, una
    cuestión que me parece esencial "…perdió su
    fuerza la diferencia entre agresión consumada y mera
    intención, y ello por la omnisapiencia del superyo, ahora
    podía producir un sentimiento de culpa tanto una
    acción violenta efectivamente ejecutada -como todo el
    mundo sabe-cuanto una que se quedara en la mera intención
    – como lo ha discernido el psicoanálisis
    -…"de este modo a la definición clásica
    inicial de una fuerza dirigida a uno o más individuos, se
    agrega el efecto de una violencia en intención
    cuyos efectos quedan sepultados en el psiquismo del sujeto
    deseante de agresión, efectos que el psicoanálisis
    devela en su trabajo. De
    algún modo, lo señalado anteriormente acerca del
    asesinato del padre, deja instalado el sentimiento de culpa, que
    solo pude ser apaciguado por la obediencia, situación que
    igualmente no deja de ser ambivalente.

    En Freud aparece la descripción de los mecanismos de
    autocontrol, la instancia superyoica, la autoridad introyectada,
    independiente de una instancia externa de control. No es
    necesario entonces haber cometido un delito, es
    suficiente haber pensado en realizarlo, para que el superyo
    castigue, conciencia de
    culpa, al pensador.

     

    III. TIPOS Y FORMAS DE
    VIOLENCIA

    TIPOS DE LA VIOLENCIA

    En cuanto a los tipos de la violencia encontramos tres
    principales:

    • Hacia uno mismo:

    a) auto agresión

    b) suicidio

    • Hacia los otros:

    – de hombre a
    mujer

    – de mujer a hombre

    – de padres a hijos

    – de jóvenes a padres

    – al discapacitado

    – al anciano

    • Institucional
    • Hacia la sociedad:

    a) de un individuo: por ejemplo, kamikaze –
    inmolador.

    b) de un grupo: atentados, guerras, etc.

     

    FORMAS DE LA VIOLENCIA

    En cuanto a las formas de las violencias hallamos dos
    primordiales:

    • Concreta: en lo físico.
    • Simbólica: psicológico
      emocional.

     

    LA VÍCTIMA

    El origen del significante víctima (del
    latín, víctima) cuenta con una base religiosa. Se
    trata de una persona, animal o cosa, destinada a un sacrificio
    "religioso", ofrecida a un Dios. Posteriormente pasó a ser
    el sujeto que padece un daño, ya sea por culpa ajena
    (robo) o por causas fortuitas (accidente) concepto mas bien
    asociado a la criminalidad.

    Situando los extremos, tenemos El Homicidio,
    dónde la víctima, en tanto objeto del agresor, es
    suprimida. En el otro extremo aparece La Tortura, dónde el
    torturado, es dañado por partes y potencialmente
    suprimible, ahí situaría la violencia sostenida en
    la vulnerabilidad, victimario a merced del agresor.

    Es llamativo también, examinar lo ligado a la
    vulgarización que sufrió el concepto de
    víctima, hasta casi perder su origen divino. Frases tales
    como "Soy una víctima" o "Se hace la víctima"
    circulan libremente, con una carga emocionante fuerte y de
    efectos simbólicos categóricos, en algunos casos.
    Sujetos que se presentan como "Soy una víctima" y ello le
    otorga cierta identidad, se
    confirman en un lugar en el que tal vez fueron situados y
    ahí permanecen adheridos, resignados y tal vez por un
    beneficio secundario, asociado a la angustia que despiertan en
    otros sujetos. En "Se hace la víctima" frase que viene
    desde el otro, es la forma en que aparece fraseado el
    engaño, el supuesto manejo que hace un sujeto,
    ubicándose como una víctima.

    Como Veíamos al principio, la agresividad es
    natural en el ser humano, la agresión, o sea su
    materialización, sucede ocasionalmente. Cuando ello es
    recurrente y dirigido al mismo objeto, situamos así un par
    antitético: víctima-victimario, hablamos
    allí de situación violenta, contexto en el que un
    sujeto, que goza de una autoridad o poder, ejerce un abuso de ese
    dominio sobre
    el otro, que por condición está en una estado de
    inferioridad, ya sea, por ejemplo, el más común, de
    una mujer o un niño, que por su condición física es menos
    fuerte, que un hombre, sufriendo así el maltrato
    físico.

    A la situación de violencia es necesario leerla,
    leer lo que se expresa en lo que se actúa. El agresor y el
    agredido, cuentan con una historia previa, es
    común que la misma se repita, vía la
    identificación a un familiar (generalmente, padre o madre)
    jugándose en la nueva escena una vivida antiguamente,
    programados así, para vincularse de un modo
    similar.

     

    LA VIOLENCIA CONYUGAL, SU CICLO

    PRIMEROS SIGNOS: En un
    ambiente tenso
    aparecen los primeros signos de la violencia, generalmente sus
    formas más sutiles, simbólicas (indiferencia,
    menosprecio, gritos, amenazas, etc.) acorde a la modalidad del
    agresor.

    CONSOLIDACIÓN: Aumento de la Violencia efectiva,
    concreta. Agresión psico-física, impulsiva y
    masiva.

    RECONCILIACIÓN O DE LA LUNA DE MIEL: Etapa del
    arrepentimiento, promesas de cambios. Intento de
    reconquista.

    ACEPTACIÓN: Por diversas razones singulares, de
    la persona agredida (inseguridad,
    "por los hijos", porque no quiere que se enteren, etc.) acepta
    continuar la relación.

    Si bien puede pensarse como el Reinicio del ciclo, tal
    vez sea necesario también tomarlo como el quinto momento,
    en donde se puede ver condensado todo el fenómeno de la
    violencia dirigida al otro.

    Si este ciclo se reinicia, estamos ante una pareja en
    situación de violencia. Es necesario revisar la
    relación, ya que hay diferentes grados, acorde a la
    intensidad del maltrato y al tiempo de sucesión entre uno
    y otro ciclo. A su vez es importante constatar, desde cuando se
    viene dando, ya que no es igual si se trata de una
    situación accidental contemporánea -como modo de
    reacción inédita por algo que le sucede a uno de
    los integrantes- o un ciclo violento que viene
    cumpliéndose desde hace un largo tiempo y la pareja se
    instaló en ello.

    Nada justifica la violencia, pero una situación
    momentánea, puede tramitarse por la vía la
    violencia, sucede en "las mejores familias", eso no significa, ni
    es un diagnostico cerrado de Violencia. Para hablar de violencia
    debemos situarnos en aquello de los ciclos, en se
    reanudación, cuando la violencia se cristaliza y se
    transforma en el modo de comunicación de esa pareja o
    estructura
    familiar, en detrimento de la palabra. Hablamos de Violencia
    sostenida, donde un sujeto se transforma en "la victima" al haber
    sido abusada con intencionalidad y sin acuerdo, en el plano
    físico y/ o psíquico, causándole dolor,
    agravio. Cuando también pudo haber sido forzada a realizar
    actos que no haría libremente, o se le impide hacer otros
    que sí desearía llegar a concretar.

     

    Características de la Mujer
    víctima de maltratos.

    1) Se responsabiliza, se siente culpable (asegura que
    por algo será)

    2) Características infantiles de personalidad
    (dependencia- anhelo de protección a pesar de
    todo)

    3) Miedo (sostenida por el patrón mental
    ¿y si después es peor…?)

    4) Baja auto-estima (sensación de no servir
    para nada, de que va a quedar sola para siempre y que eso
    sería peor)

    5) Falta de reacción (no logran hablar ni
    denunciar)

    6) Esperanza (sostenida en el "ya va a
    pasar")

    7) Resignación (pensando que no hay cambio
    posible, que va a ser siempre así – que todos los
    hombres son iguales, que no hay nada que hacer.).

     

    EL NIÑO COMO VÍCTIMA

    Circula la idea de que "los hombres se hacen a los
    golpes", que "los niños
    aprenden con límites
    aunque a veces sean severos", que "un golpe dado a tiempo
    previene", etc. No propongo dilucidar estas aseveraciones o
    Mitos
    sociales, sino presentar sucintamente, cuestiones ligadas al
    maltrato
    infantil, las características de los niños
    víctimas.

    ¿Cuándo hablamos de un niño
    víctima de maltrato?

    Cuando una acción u omisión, que no sea
    accidental, le provoque un daño psico –
    físico. Ese es un niño objeto de la violencia
    profesada por un adulto.

    Por supuesto que lo agravante, en esta acción u
    omisión, en este castigo o abandono, está dado en
    que se trata de un niño, niño que siempre
    confía en el adulto, porque es de quien aprende a
    conquistar el universo, es
    el que lo debiera orientar. Uno ha sido niño, por eso es
    movilizante, tal vez la vejez
    maltratada, aún poco estudiada, sea menos angustiante,
    porque la ancianidad parece estar en otro lugar, en el Otro, o en
    un futuro del cual uno poco quiere saber, como de la enfermedad,
    la muerte, el
    deterioro. El ser niño, eso es lo más atroz, porque
    todos pasamos por la etapa de la niñez, ese
    tránsito ingenuo y confiado, el camino en el que es
    necesaria la mano adulta, pero una mano que sujete, que acaricie
    y no una mano que golpee.

    ——————————————————————————-

    POR ACCIÓN POR OMISIÓN

    – Castigo físico – Indiferencia

    – Explotación sexual – laboral
    Abandono

    – Agresión verbal –
    Incontención

    – Abuso sexual

    ——————————————————————————-

    A los fines pedagógicos se hace, este cuadro,
    esta separación, a la que seguramente la faltan algunas
    cuestiones, pero con el fin de abrir la
    reflexión.

    Por ACCIÓN se entiende, lo que efectivamente se
    realiza:

    – Castigo físico: el acto de golpear, violentar
    el cuerpo.

    – La explotación sexual y laboral: interesarse
    para que el niño o niña trabaje o se prostituya,
    con fines lucrativos, por supuesto, para el mayor.

    – Agresión verbal: la denigración en la
    hostilidad verbal.

    – El abuso
    sexual: el uso del niño como un objeto
    sexual.

     

    b) Por OMISIÓN, aquello que se deja de hacer y
    que afecta, esa ausencia, al normal desarrollo del
    niño:

    – La indiferencia: no atender a la mirada del
    niño, a su pregunta, a su segura insistencia.

    – El abandono: no proporcionar las cuestiones y
    necesidades básicas.

    – Incontención: La falta de Contención
    afectiva. Esa falta impide al niño estructurarse,
    incorporar el universo y sus
    leyes, un
    conocimiento
    y un orden que el adulto "conoce" y debiera
    trasmitir.

    Estas acciones u
    omisiones no son sin consecuencias, todo hacer o no, en la
    constitución subjetiva de un ser humano, va
    imprimiendo una modalidad de ser. En niños asistidos en
    instituciones,
    ya sea por causas civiles o penales, maltratados o abandonados
    por sus padres, mostraban, de diversas maneras -si bien nunca hay
    que olvidar la singularidad- ese maltrato sufrido ahora dirigido
    a otros, a los pares, o también un posicionamiento
    inconsciente que llevaba a que algunos queden en posición
    pasiva, siendo maltratados por un adulto o un par. A su vez el
    abandono no elaborado hace a la imposibilidad de sostener algo,
    una tarea, un lugar y el eterno retorno de la escena "ser
    abandonados" bajo la forma de abandonar.

    Los niños hablan, muchas veces, en lo que
    actúan y a través de sus síntomas, al decir
    de Doltó, "Ciertos niños castigados o agredidos por
    sus padres permanecen completamente pasivos y amorfos, porque si
    pensaran o actuaran, sería a través del odio. A
    veces, en la adolescencia,
    ese odio se expresa en una explosión violenta…" es
    en esos casos donde la violencia permanece silenciada y es de
    más difícil develamiento, pero cuando irrumpe es de
    modo violento también.

    Características del niño
    víctima de maltratos

    Problemas de
    atención, concentración y aprendizaje
    escolar.

    – Agresivo: por identificación a la figura que
    lo agrede.

    – Retraído: por identificación a la
    figura agredida en el hogar o por el mandato paterno a no
    vincularse, para que no se enteren los otros de lo que sucede
    en la casa.

    – Auto-agresiones (intentos de suicidio,
    cortes)

    – Aislado.

    – Enuresis: incontinencia de orina, generalmente
    asociada al miedo.

    – Baja autoestima,
    se sienten merecedores de la violencia.

    – Inseguridad e incertidumbre.

    Exposición a diversas situaciones de
    riesgo
    (accidentes
    transgresiones) por escaso autocontrol o por estado
    depresivo.

    Adicciones como
    modalidad evasiva.

    – Manejo seudo-adulto para sobre compensar la
    incontinencia paterna.

    – Silentes, por la esperanza del cambio en la figura
    amada o por la amenaza, si habla.

    – Pueden aparecer abrigados en pleno verano para tapar
    las marcas en su
    cuerpo (bufandas, pantalones largos) como otro modo de
    silenciar.

     

     

    Lic. Pablo Melicchio

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