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La Diosa Tecnología




Enviado por gustavocardozoar



    Introducción

    Al escribir algo, tengo como primera premisa la
    de establecer objetivos, es
    decir, para qué escribir, qué escribir y por
    qué hacerlo así.

    Ciertamente al no haber una intencionalidad
    explícita, carece de sentido determinar el "para
    qué". Por lo tanto, "qué escribir" pasa a ser lo
    verdaderamente importante.

    La idea fue comenzar planteando la
    relación entre ciencia y tecnología,
    explicar su vinculación tanto en el pasado como en el
    presente para luego entrar en las revoluciones
    tecnológicas
    y relacionarlas con la estructura
    social. Por último, analizar el impacto que los cambios
    tecnológicos
    produjeron en la sociedad.

    Si bien, frente a estos temas, tengo una
    postura tomada, nunca fue mi intención mostrarla como lo
    más importante, simplemente quise "sazonar" el tema
    cómo para generar interrogantes que nos ayuden a
    pensar.

    Espero que haya podido cumplir con el objetivo y que
    esta introducción despierte el interés
    por leer el resto.

    Ciencia y
    tecnología

    "Tecnología es una de
    las palabras mágicas de nuestra época. Nos
    enorgullecemos de sus logros, tememos sus consecuencias,
    dependemos de ella para nuestra subsistencia. Reconocemos en ella
    un producto de
    nuestra civilización, pero a veces pensamos que ya se ha
    transformado en una fuerza
    autónoma, que prácticamente ha escapado a nuestro
    control y que
    tiende a dominarnos e incluso reemplazarnos.

    Especialmente en los últimos
    años, la tecnología se ha
    impuesto
    también como tema de estudio y de
    reflexión."

    Durante mucho tiempo, lo que
    hoy llamamos tecnología se
    asociaba muy estrechamente con la idea del invento. De
    hecho, gran parte de la historia de la tecnología se refiere
    a la historia de
    diversos inventos, de sus
    autores y de sucesivas transformaciones. La máquina de
    vapor tuvo sus antecesores, vivió una época de
    grandeza y dominio y fue
    paulatinamente perdiendo importancia y
    siendo desplazada por otras fuentes de
    energía mecánica, algunas de las cuales se
    relacionan con ella y otras tienen principios
    diferentes. Lo mismo ocurre con otro muchos inventos que
    fueron "furor" durante la revolución
    industrial. Estos inventos
    aprovecharon algunos de los descubrimientos científicos
    pero no fueron, en la mayoría de los casos, consecuencia
    de ellos, es más, algunos de ellos nacieron con
    anterioridad a las teorías
    que los fundamentaron y permitieron perfeccionarlos.

    Volviendo a la máquina de vapor y
    rastreando su historia tenemos el mejor
    ejemplo. Herón de Alejandría descubrió en el
    siglo 1 a. C. que el vapor de agua
    podía realizar trabajo mecánico, pero su
    descubrimiento no llevó más que a un juguete.
    Diecinueve siglos más tarde se descubre el vacío, y
    Gericke demuestra que esta "ausencia" se puede usar para realizar
    trabajos mecánicos; en 1673, el físico Huyghens
    produce vacío mediante una explosión de
    pólvora; en 1690, Denis Papin usa la condensación
    del vapor para producir vacío y levantar peso. Pocos
    años después, en 1705, el inglés
    Newcomen, un industrial con poco conocimiento
    científico, construye una máquina que funciona
    gracias al vacío generado por la condensación del
    vapor. Constituyó un éxito técnico y se
    usaron varias máquinas, hasta que Watt en 1769, introdujo
    su motor a partir de
    un sistema basado en
    la expansión del vapor, un condensador separado de la
    caldera y el pistón, y el regulador que lleva su nombre;
    su relación con el capital
    industrial facilitó la imposición de su
    máquina en el mercado. Las
    teorías
    termodinámicas que permitieron comprender a fondo
    cómo funcionaba esa máquina recién fueron
    desarrolladas por Carnot a partir del 1824.

    Las relaciones entre la máquina de
    Newcomen (técnico con poca preparación
    teórica) y los experimentos de
    Papin (interesado por el vacío por razones
    filosóficas) nos muestran los orígenes de la
    íntima vinculación entre ciencia y
    tecnología.

    Hoy la tecnología
    está más asociada estrechamente a la ciencia de
    lo que ocurría en otros tiempos, con lo cual los productos
    tecnológicos producidos no son "casuales", produciendo un
    gran impacto sobre los métodos de
    producción con algunas de las consecuencias
    ya conocidas.

    Lo que la ciencia no
    nos puede enseñar, y tampoco la tecnología, es
    qué producir, por qué y para
    qué
    hacerlo. En la respuesta a esa pregunta radican
    las diferencias entre los distintos enfoques políticos,
    económicos y éticos.

    Estructura social y revoluciones
    tecnológicas

    Si se lee la historia de la humanidad
    desde el ángulo de la tecnología se puede
    observar varios períodos de grandes cambios, lentos al
    principio, pero que en los últimos siglos se fueron
    acelerando de manera inimaginable.

    La evolución de los primeros artefactos fue
    extremadamente lenta. La época neolítica data
    apenas de 6000 años atrás, y luego tuvieron que
    pasar otros milenios, antes de que surgieran las civilizaciones
    urbanas de la antigüedad. Frente a esta evolución lenta de las tecnologías,
    se presentan épocas en las cuales los cambios fueron tan
    veloces que se habla con justicia de
    verdaderas revoluciones, la primera de las cuales tuvo lugar,
    justamente, en el neolítico.

    Estas revoluciones no estuvieron limitadas al
    ámbito tecnológico: en ellas se modificaron
    totalmente las estructuras
    económicas, sociales, culturales, religiosas y morales de
    los pueblos. Cada una de estas revoluciones, si bien
    abarcó la totalidad de las actividades en forma más
    o menos directa, se inició en algunos de los grandes
    sectores de la actividad humana, desde donde generó
    cambios en todas las demás.

    La primera de ellas, la revolución
    neolítica
    , que ocurrió hace 10.000 años
    atrás y en diferentes ubicaciones geográficas,
    comenzó en el área de la
    alimentación, la actividad más básica
    de todas. Consistió en la domesticación de varias
    especies vegetales y animales, y
    marcó el fin de una economía basada en la
    caza y la recolección.

    La agricultura y
    la ganadería permitieron por primera vez la existencia de
    excedentes alimentarios, de modo que no todos debían
    trabajar en el sustento de la comunidad. Se
    produjeron grandes aumentos de las poblaciones, y
    tecnologías tan importantes como el riego
    artificial.

    Esto tuvo muchas otras consecuencias. El riego
    artificial condujo a la sedentarización de grandes
    poblaciones, y a que trascendiera la estructura
    tribal. Se inventaron las ciudades, agrupándose por
    coalición o por conquista en los grandes imperios de la
    antigüedad, con todo lo que vino detrás, por ejemplo
    la invención de la escritura y el
    comercio, para
    manejar los excedentes agrícolas. Detrás de todo
    esto vinieron las guerras en una
    escala
    desconocida anteriormente, la aparición de los
    ejércitos profesionales, y el posterior desarrollo de
    la tecnología militar.

    Los cambios tecnológicos que se
    sucedieron tuvieron, sin duda, grandes consecuencias, pero nunca
    más un vuelco tan total del modo de vida de la humanidad,
    como cuando se produjo la revolución industrial,
    la segunda revolución tecnológica,
    que comenzó lentamente en Europa en el
    período que abarca desde 1760 hasta 1830, "cuando ese
    proceso, que
    se venía gestando desde los tiempos medievales, se acelera
    y adquiere un ritmo vivo". La estructura de
    clases de las sociedades
    europeas fue cambiando, con el ocaso del feudalismo y el
    ascenso de la burguesía como clase que traía a la
    sociedad
    medieval un dinamismo previamente desconocido. Los grandes
    viajes de
    exploración y conquista emprendidos por las potencias
    europeas encontraron su mayor motivación
    en las riquezas naturales de las nuevas tierras y después
    en la actividad esclavista. No por casualidad los grandes
    emprendimientos fueron en su mayoría sustentados por
    grandes comerciantes burgueses. Comienza el dominio de
    occidente sobre las demás culturas. También surgen
    los descubrimientos científicos, naciendo el deseo de
    poner a la naturaleza al
    servicio del
    hombre,
    empresa que
    hasta el día de hoy nos amenaza.

    La Revolución
    Industrial abarcó dos etapas sucesivas. En la primera,
    encabezada por Inglaterra, se
    introdujo la máquina de vapor, que reemplazó la
    energía hidráulica y cambió totalmente la
    manera de producir muchos bienes, desde
    lo artesanal e individual hacia la manufactura
    industrial; también cambiaron los sistemas de
    transporte, al
    introducir el ferrocarril y los barcos de vapor; en cuanto al uso
    de materiales, se
    reemplazó la madera por los
    metales, y se
    desplazó a grandes cantidades de personas del campo a las
    ciudades, en relación estrecha con la creciente
    mecanización de las tareas agrarias. En la segunda etapa,
    que duró desde mediados del siglo XIX hasta la primera guerra
    mundial, y estuvo sobre todo centrada en Alemania (cuna
    de la industria
    química) y
    los Estados Unidos,
    el
    petróleo reemplaza al carbón, la electricidad hace
    su aparición como fuente importante de energía, la
    industria
    química
    empieza a crear sustancias que ya no sólo la
    obtendrán de la naturaleza.

    Además de innumerables artefactos de uso
    práctico en todos los ámbitos de la vida, esta
    revolución, que se fue acelerando cada vez
    más a partir del último cuarto del siglo XVIII,
    generó nuevos modos de
    producción, como la manufactura, y
    la producción en línea de
    montaje.

    Esta revolución
    tecnológica formó parte de una
    transformación social profunda, que tardó unos tres
    siglos en consolidarse desplazando al feudalismo,
    fomentando el racionalismo
    como doctrina filosófica, transformando al artesano en
    tecnólogo, urbanizando la población, y creando el proletariado
    Industrial moderno a costa de la población rural.

    El centro de todo este movimiento fue
    Europa, y
    Estados Unidos
    como su satélite. En este último y en Japón
    comenzó la tercera revolución
    tecnológica
    , en la cual nos encontramos en la
    actualidad.

    Las dos tecnologías características de esta última
    revolución
    son: la informática, basada en el desarrollo de
    la electrónica, y la biotecnología. Con la primera, se hace
    posible tecnológicamente auxiliar y hasta reemplazar
    muchas de las tareas mentales de los humanos; con la segunda,
    manipular y modificar su esencia biológica, y, tal vez,
    hacer del hombre otra
    cosa. Esta tercera revolución
    está en pleno desarrollo.

    La revolución
    social ocasionada por ella todavía no ha alcanzado su
    mayor apogeo, pero ya comienza a verse algunas consecuencias poco
    agradables como el reemplazo de la mano de obra no calificada por
    la robotización de la industria.

    Lo que ya si es evidente como consecuencia de
    la informática aplicada a las comunicaciones
    es la
    globalización del mundo, uno de los cambios
    tecnológicos que encabeza esta revolución. La economía casi no
    reconoce fronteras, la información recorre el mundo en forma
    instantánea.

    Impacto en la sociedad del
    cambio
    tecnológico

    No es por quitarle importancia a los impactos
    sociales que ocasionaron las otras dos revoluciones, que por
    cierto fueron importante, el no detenernos en ellos, sino
    simplemente por que las consecuencias que la tercera revolución
    ocasionó y está produciendo nos tocan más de
    cerca y es importante prestarle mucha atención.

    Las dos primeras consecuencias de la actual
    revolución
    tecnológica son: la
    globalización, que sirve de telón de fondo a
    todo lo que ocurre, y provoca impactos indeseables tales
    como:

    • Una creciente brecha entre pobres y
      ricos.
    • La "exclusión" como palabra
      actualizada: antes fue "opresión".
    • Mundialización de la producción.
    • Mundialización del mercado.
    • Mundialización del capital
      financiero.
    • Urbanización y violencia.
    • Amenaza ecológica.

    Y un enorme aumento de la productividad del
    trabajo, por lo menos en aquellos sectores de la economía que hacen
    uso intensivo de las nuevas tecnologías.

    El segundo elemento, el de la productividad del
    trabajo, ha puesto al alcance de la minoría rica un
    nivel de vida inimaginable hace pocas
    décadas. La desocupación es
    ya uno de los problemas
    sociales y económicos más graves en todo el
    mundo. El fenómeno tiene causas complejas que no son las
    mismas en diferentes regiones o países, pero una de ellas
    es ciertamente el aumento de la productividad del
    trabajo humano, que es reemplazado en grado creciente por equipos
    de producción automáticos.

    Este fenómeno no es nuevo. La segunda
    revolución
    tecnológica produjo efectos similares. Los grandes cambios
    introducidos en muchas ramas de la tecnología de esa
    época produjeron desplazamientos de poblaciones, cambios
    en los estilos de vida y también desocupación
    tecnológica. La mecanización agraria
    desplazó a las ciudades a miles de campesinos que
    allí formaron el proletariado urbano, con una grave
    pérdida en su calidad de
    vida. Otro ejemplo entre muchos de una innovación tecnológica con graves
    consecuencias sociales fue la desmotadora de algodón, cuyo
    primer modelo
    aumentó 24 veces la productividad de
    un operario esclavo que antes de su introducción
    hacía a mano esta embrutecedora tarea. Se abarataron los
    tejidos de
    algodón, lo que los puso al alcance de la población.

    Otro ejemplo tradicional de innovación tecnológica en el sentido
    amplio que nosotros le damos, lo constituye la invención
    de los sistemas de
    producción basados en la fabricación de
    máquinas (las armas de fuego
    fueron las primeras) compuestos de piezas intercambiables,
    lo que marca el abandono
    del trabajo artesanal y el comienzo de la revolución
    en los métodos de
    producción de bienes: la
    racionalización del trabajo, la introducción del
    concepto de
    calidad, y la
    línea de montaje. El símbolo de esta
    nueva metodología es el sistema
    implantado en las fábricas de Ford. Dicho sistema condujo a
    la difusión del automóvil, abaratándolo de
    tal manera que se puso al alcance de amplias capas de la población y modificó completamente
    las costumbres de los habitantes, primero de los EE.UU. y
    después de los demás países desarrollados.
    Esta serie novedosa es una de las componentes fundamentales del
    enorme aumento de la productividad del
    trabajo humano.

    El ejemplo más espectacular y cercano
    del impacto social de las innovaciones es el de la industria
    electrónica
    en las últimas
    décadas. La revolución en las comunicaciones
    por la generalización de la radio, el
    teléfono, la
    televisión y la penetración de los productos
    informáticos en todos los aspectos de nuestra vida, ha
    cambiado nuestra civilización más allá de lo
    que solemos darnos cuenta.

    Hay quienes dicen que el desarrollo de
    la tecnología no tiene un efecto determinante
    sobre la evolución social. Por ejemplo se ha
    afirmado que la invención de la máquina de
    escribir, la del motor de arranque
    en los automóviles y la de los anticonceptivos fueron determinantes para la
    liberación social de la mujer. Sin
    embargo, los que sostienen que el desarrollo
    tecnológico no es determinante aducen que "si la sociedad no
    hubiese estado
    preparada para esta liberación, el trabajo de
    las mujeres y el control de la
    procreación no hubiesen sido aceptado socialmente, como
    aún no son aceptados en muchas sociedades no
    occidentales".

    Aun cuando sea aceptada la introducción
    de ciertas tecnologías, su efecto social puede variar de
    una cultura a
    otra. Siempre se menciona con cierto asombro el hecho de que los
    chinos conocieron muchos de los grandes desarrollos
    tecnológicos del Renacimiento
    antes que Occidente, pero no tomaron la actitud de
    conquista y expansión que su dominio de la
    navegación y los explosivos les hubieran permitido, y que
    Occidente tomó poco después.

    Los cambios tecnológicos, desde la
    antigüedad, generalmente han tendido a facilitar el trabajo
    humano, a hacerlo menos penoso, a reemplazar sus formas
    más primitivas, basadas en la fuerza
    física,
    por formas más avanzadas, basadas en la capacidad mental y
    la inteligencia
    de los trabajadores.

    En la actualidad, el máximo desarrollo
    alcanzado por los productos
    informáticos tiende a reemplazar también la parte
    más rutinaria y mecánica de la actividad mental humana por
    el trabajo de
    las computadoras.

    Por lo tanto, desaparecen de la variedad de
    demanda
    laboral
    numerosos puestos de trabajo que sólo exigen fuerza
    muscular y niveles bajos de capacitación. En cambio
    aparecen nuevos tipos de tareas que antes no existían. En
    la actualidad, quien no sabe manejar una computadora,
    aunque sólo sea elementalmente, se considera casi un
    analfabeto.

    Este proceso sigue
    avanzando hacia la inteligencia artificial y la
    robotización, y nadie sabe hasta dónde podrá
    llegarse en esta dirección. Es evidente que tales
    desarrollos plantean problemas
    graves a la humanidad. Es casi una paradoja trágica el que
    el enorme aumento de la productividad
    esté acompañado en todos los países
    occidentales de una creciente desocupación y malestar
    social, en lugar de opulencia y bienestar. Es evidente que
    la
    organización económica y social deberá
    cambiar totalmente para que este desarrollo
    conduzca a una mejor distribución de los bienes, a una
    justicia
    social y a una mayor felicidad de la humanidad.

    A modo de conclusión

    Para algunos autores, en la época
    presente todos los aspectos de la cultura
    están tan vinculados con la tecnología que es
    ésta la que ha de determinar el futuro de la humanidad
    como nunca antes lo hizo. Otros dicen que dicha postura es
    unilateral y demasiado simplista. Sin embargo, ciertamente los
    avances tecnológicos establecieron normas y
    hábitos, introduciéndose en todos los aspectos de
    nuestra vida, y afectando nuestra manera de pensar la
    realidad.

    Tiene sentido, por lo tanto, avizorar un mundo
    determinado por la tecnología. "La
    tecnología disuelve la ideología" es una aguda
    frase que expresa una verdad a medias. "La tecnología
    misma se ha transformado en una ideología", dice otro
    filósofo contemporáneo, el alemán J.
    Habermas. Es decir que la aparente autonomía de la
    tecnología oculta una realidad que está más
    allá: el hecho de que la tecnología está al
    servicio de un
    sistema social:
    el neoliberalismo
    o capitalismo
    salvaje, y su móvil inmediato, el lucro
    empresario.

    No se trata de perseguir a la tecnología
    como si se tratara de "brujas y hechiceros"; el desarrollo de
    una sociedad esta
    íntimamente ligado a los aportes científicos y
    tecnológicos. Pero la cuestión es ver qué
    tipo de desarrollo
    queremos, uno que excluya a la mayoría, que fomente la
    desigualdad, que concentre la riqueza y los beneficios en algunos
    pocos, o uno que nos incluya a todos, que distribuya
    equitativamente los recursos y las
    ganancias, en donde la solidaridad sea
    el valor
    más importante.

    El Che Guevara
    decía que "el subdesarrollo
    es un enano de cabeza enorme y panza hinchada: sus piernas
    débiles y sus brazos cortos no armonizan con el resto del
    cuerpo". Nuestra sociedad es el
    enano deforme que describe Guevara. Mientras que en las grandes
    metrópolis se concentran las riquezas y el lujo, en la
    periferia la pobreza llega
    al extremo. Cómo puede ser posible que en la era de las
    "altas tecnologías y de los grandes avances
    cientificos-tecnológicos aún no hallamos podido
    resolver el tema de la pobreza y la
    exclusión, ¿no será que estas
    tecnologías no están realmente al servicio del
    hombre sino de
    las empresas?.

    Sin caer en el ridículo desprecio por
    las tecnologías, sería interesante repensar que
    éstas son necesarias para la subsistencia de un sistema que
    "mata" y excluye, y en donde en los países pobres y
    subdesarrollado, ella misma (la tecnología), no habla en
    su idioma. Por lo tanto de qué sirve el aporte de la ciencia y
    la tecnología al desarrollo si
    hay países que no pueden acceder ni generarla.

    Ya es imposible parar este desarrollo
    tecnológico y por ende el sistema al cual
    responde. Las alternativas son:

    • "Estar en el sistema sin ser
      del sistema".
      Aunque no tengamos otro sistema a mano
      ni podamos ahora construirlo, la primera alternativa consiste
      en resistir, "no ser del sistema, en
      mantener la libertad
      interior de quien no claudica de su "esperanza contra toda
      esperanza".
    • No dejar de creer que hay alternativa,
      aunque ahora no esté disponible. No dejar de creer que
      es posible organizar el mundo de otra manera.
    • Atreverse a ser decididamente
      antineoliberal. Atreverse a ir contracorriente, descaradamente.
      Mantener la lucidez y proclamar a los cuatro vientos, con toda
      la fuerza de
      nuestra convicción, la esencia encubierta
      ideológica del NL: "la mentira más genial del
      siglo".
    • No esperar a que fracase el NL para
      atreverse a denunciar los estragos que provoca y su
      carácter antiético esencial. La lucidez
      profética consiste en declararlo ahora, no cuando –
      quizá muy pronto – sean los mismos directores del
      FMI y/o del BM
      quienes reconozcan el fracaso del NL. Cuando esto ocurra no
      faltarán profetas oportunistas que corearán lo
      que ahora, sumidos en un mar de perplejidades, no logran
      ver.
    • Crear redes, en esta "hora de
      las redes", para
      construir un nuevo tejido social alternativo en este tiempo de
      desarticulación de los movimientos y de la resistencia.
      Avanzar en la construcción de un "bloque Popular
      planetario". Pasar "de las pintadas en las paredes, a Internet".
      Saber poner la alta tecnología de la información al servicio de
      los pobres. Hacer honor a la tradición profética
      y carismática de los mártires latinoamericanos,
      siendo con nuestra creatividad
      "más astutos que los hijos de las
      tinieblas".
    • No hay que olvidar que, finalmente, la gran
      e inevitable alternativa al sistema
      será el mismo sistema,
      porque, sencillamente, es insostenible, tanto económica,
      como social, como ecológicamente. El tiempo juega a
      favor nuestro. La humanidad no es suicida, y más
      temprano que tarde pondrá remedio a este sin sentido.
      Triunfará la sensatez. Desde ya nosotros optamos por
      ella.

    Contenido

    Introducción

    Ciencia y tecnología *

    Estructura social y revoluciones
    tecnológicas *

    Impacto en la sociedad del
    cambio
    tecnológico *

    A modo de conclusión *

    Bibliografía

    • "El tecnoscopio", Tomás Buch. Tercera
      edición. 1997
    • "Encarta", enciclopedia de Microsoft â 1999.
    • "El siglo de las luces: ciencia y
      técnica", J. Babini. Centro editorial América
      Latina.
    • "Las venas abiertas de América
      Latina", Eduardo Galeano. Editorial Siglo XXI,
      1990.
    • "Historia social de
      la ciencia",
      J. Bernal.
    • Publicaciones del "Centro Nueva Tierra para
      la promoción social y pastoral".
      1997-1998-1999.
    • "El taller y el robot". Ensayos
      sobre el fordismo y la producción en masa en la era electrónica, B. Coriat. Editorial Siglo
      XXI, México 1992.
    • "Alfabetización científica y
      tecnológica", Gérard Fourez. Ediciones Colihue,
      1998.
    • Texto Base del "6° Congreso Misionero
      Latinoamericano y 1° Congreso Americano Misionero",
      Setiembre – octubre de 1999.
    • "La tecnología. Sus impactos en la
      educación y en la sociedad
      contemporánea", Casalla y Hernando. Ediciones Plus
      Ultra, 1996.
    • "Argentina,
      sociedad e
      informática", Albornoz y Juárez.
      Eudeba, Bs.As. 1998.
    • "De la colonización pedagógica
      a la colonización telemática", Gottieb y Sánchez.
      Editorial UNR, Rosario 1991.
    • "¿Qué es que en
      tecnología?", Ferraro, R. Y Lerch Carlos. Editorial
      Cuadernos GRANICA. 1997.
    • "La educación Tecnológica. Aporte para
      su implementación". Gay, Aquiles y Ferreras Miguel
      Ángel. Ed. Pro Ciencia.
      Conicet.1997.

    Título: "LA DIOSA
    TECNOLOGÍA"

    Sección a publicar: Tecnología y
    Educación.

    Resumen:

    Este material es un análisis del impacto que los cambios
    tecnológicos produjeron en la sociedad. La idea
    no es hacer docencia sino abrir el debate sobre
    lo que la ciencia y
    la tecnología provocan en las sociedades
    contemporáneas.

    En este material vas a encontrar un simple
    punto de vista personal, con la
    intención de presentar nuevas alternativas para "Repensar"
    la Educación
    Tecnológica.

    Gustavo M Cardozo

    Técnico Agroindustrial

    Estudiante de Ciencias de la
    Educación

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