- INTRODUCCIÓN
- EL PREDICADOR DEBE ESTAR
CONVERTIDO - LLAMAMIENTO A LA
VOCACIÓN - HACIA UNA PREDICACIÓN
COMUNICATIVA - EL PROCESO DE
LA
COMUNICACIÓN - CONSEJOS PRACTICAS EN EL
PÚLPITO - LA SELECCIÓN DE
TEMAS - EL CAMPO DE LAS NECESIDADES
- PREPARACIÓN PERSONAL DEL
ORADOR - LA DISPOSICIÓN PERSONAL DEL
PREDICADOR - EL TEMPERAMENTO DEL ORADOR
- LA CONVICCIÓN PERSONAL DEL
ORADOR - RECOMENDACIONES FINALES
- CONCLUSIÓN
- BIBLIOGRAFÍA
EL PREDICADOR ANTE EL AUDITORIO
INTRODUCCIÓN:
Predicador.
La N. E. Larousse dice:
"Orador evangélico que predica o declara la Palabra de
Dios"
El diccionario
expositivo de palabras del Nuevo Testamento W. E. Vine dice:
"KERUX, un heraldo(relacionado con kesusso PREDICAR) , y se
utiliza del predicador del Evangelio".
1ª Tim. 2:7 "Para esto yo fui constituido
predicador…"
2ª Tim. 1:11 "del cual yo fui constituido
predicador…"
Predicación.
La predicación es la
proclamación de la palabra de Dios a los hombres por
mandato de Dios. Es el medio ordenado para la transmisión
de la palabra de Dios al mundo y sirve también como un
medio de gracia oficial para la edificación de la iglesia de
Cristo.
Los mensajes.
Los mensajes no deben estar escritos y
predicado para entretener al desocupado, ni para halagar la
musicalidad del oído, del que busca belleza inoperante o
palabras rebuscadas con poca capacidad de comunicación. La Palabra es predicada con
interés
transformador. El mensaje es presentado con una finalidad de
salvación. El Sermón es compartido para obtener
frutos que delaten cambios sustantivos, que revelen compromiso
con el Reino(La iglesia). El
predicador interesado en educar a su iglesia no les
habla para adormecerlos, sino para despertarlos; no los orienta
hacia la angustia, sino los dirige hacia la salud, no los nueve a
"pastos secos e insípidos", sino hacia "aguas de
reposo".
Por lo tanto, el predicador contemporáneo debe
entender que la Biblia es el documento más importante de
la iglesia, y que
sus páginas contienen el recuento de las intervenciones
salvadoras de Dios en la historia. La evaluación
adecuada de este texto sagrado
contribuirá significativamente al entendimiento y comunicación del mensaje
cristiano.
EL PREDICADOR DEBE ESTAR
CONVERTIDO
El que un predicador del Evangelio sea ante todo
participante de él, es una verdad simple, pero al mismo
tiempo una
regla de la mayor importancia.
Una piedad sincera y verdadera es necesaria como el
primer requisito indispensable. Sea cual fuere el "llamamiento"
que alguien pretenda haber recibido, si no ha sido llamado a la
santidad, puede segurarse que no lo habido al
ministerio.
"Atavíate primero a ti mismo, y adorna
después a tu hermano," dicen los rabinos. "La mano que
trata de limpiar algo, dice Gregorio, es menester que esté
limpia". La conversión debe ser una cosa real en el
predicador.
Notemos:
!Cuan horrible es ser predicador del Evangelio y no
estar sin embargo convertido¡ Que cada uno se diga en
secreto desde lo más recóndito de su alma:"
!Qué cosa tan terrible será para mí el vivir
ignorante del poder de la
verdad que me estoy preparando a proclamar".
Un predicador inconverso envuelve en él la
más patente contradicción. Un predicador destituido
de gracia es semejante a un ciego elegido para dar clases de
ópticas, que filosofara acerca de la luz y la
visión, disertará sobre ese asunto, y tratara de
hacer distinguir a los demás las delicadas sombras y
matices de los colores del
prisma, estando él sumergido en la más profunda
oscuridad.
Si el predicador, consciente y voluntariamente, no es el
embajador de Dios; sino da de gracia a los hombres aquello de que
de gracia recibe de Dios, por la iluminación de su
espíritu; sino que cumple su misión por
vanagloria y como salariado, y predica únicamente sus
propias opiniones y sentimientos, entonces el púlpito
se convierte en un mero exhibicionismo de oropel y farsa, del que
la iglesia
debiera librarse cuando antes, pues, si lo tolera, será a
expensas de las almas confiadas a su cuidado.
Con semejantes predicadores, lo que dice Milton acerca
de la clerecía de su día, resulta ser verdad en
cualquier época: "Las ovejas hambrientas alzan la vista,
pero no se las alimenta; se agrupan, acosadas por el viento,
hasta que se pudren interiormente y contaminan el ambiente con
su fétido olor; además de lo que el lobo,
rápida y diariamente devora con aleve zarpa, sin dejar
rastro"
LLAMAMIENTO A LA
VOCACIÓN
La vocación ministerial es el descubrimiento y la
aceptación de que hemos sido llamados por Dios. La
vocación es el descubrir que hay en nosotros capacidades,
intereses, potencialidades, recursos.
La vocación es el Espíritu hidalgo que nos
cautiva a emprender una carrera hacia el futuro, conquistando
molinos, liberando conciencias. La vocación es la seguridad de que
tenemos sentido de dirección en la vida: vamos orientados
hacia el servicio;
vamos guiados por el interés de
ayudar, vamos movidos por un sentimiento consolador, vamos
impelidos por la fuerza del
Espíritu Santo que nos unge para <dar buenas nuevas
a los pobres, para sanar a los quebrantados de corazón,
pregonar libertad a los
cautivos, vista a los ciegos, poner en libertad a los
oprimidos y a predicar el año agradable del
Señor>. (Lc. 4:18)
La vocación es el sentimiento noble y divino que
nos mantiene orientados hacia la nueva Jerusalén, donde
<las primeras cosas pasaron y ya no habrá muerte, ni
habrá más llanto, ni clamor , ni
dolor>(Ap.21:4)
La vocación ministerial es nuestra respuesta al
llamamiento de Dios que nos mantiene con sentido de
compañía, cuando los amigos de la vida se han ido y
nos han dejado solos. El sentido de vocación es lo que nos
recuerda las maravillosas palabras del salmista: <Estad
quietos y reconoced que yo soy Dios>(Sal.46:10).Es el
sentido que nos mantiene alrededor de las palabras de
Jesús: <No temáis manada pequeña,
porque al Padre le ha placido daros el
Reino>.(Lc.12:32)
Vocación y ministerio.
Es el sentido de vocación ministerial lo que nos
da fuerza en
medio de las dificultades. Los conflictos
personales, familiares, congregacionales, nacionales e
internacionales, drenan en gran medida las energías
ministeriales.
Son muchas, muy variadas y complejas las dificultades
que el predicador tiene que enfrentar:
· Personalidad,
· Genio.
· Dificultades con los hijos,
· Cónyuge o familia;
· Las relaciones
humanas con el liderato de la congregación o
algún encuentro directo con los miembros de la junta
de varones o ancianos; diferencia respecto a la política
congregacional o diferencias de opinión con los
líderes de la hermandad.
A esa realidad local debemos añadir el
descubrimiento de los graves problemas del
país y la convicción de que los líderes que
debieran actuar creativa y responsablemente ante esas
dificultades, escogen los caminos cortos de la
politiquería, la demagogia y el mal ejemplo; y el
conocimiento de que el mundo entero está amenazado por
un desastre atómico y un holocausto nuclear, es suficiente
agenda para desbalancear emocionalmente a cualquiera. Es por tal
razón que debe ser sobrio y cuidar su salud física y emocional
continuamente.
El predicador cristiano con sentido vocacional es
consciente que está rodeado continuamente por problemas,
situaciones conflictivas, dificultades interpersonales,
injusticias sociales en la sociedad y, sobre
todo es consciente de que está en medio de las mil y una
fuerzas del maligno que tratan de quitarle el entusiasmo, la
capacidad creativa, la responsabilidad y aun el testimonio.
El predicador cristiano debe entender con claridad que
<caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, mas a
ti no llegará>(Sal. 91:7).El hombre con
vocación ministerial debe conocer claramente que Dios
está al lado de ser humano para darle sentido de dirección en la vida.
Por tanto, el que tiene vocación
canta<…en el valle de la sombra y de muerte…> (Sal. 23:4), <el
Señor es mi guardador, el Señor es mi sombra a mi
mano derecha…el Señor me guardará de todo mal,
él guardará mi alma>.(Sal.
121:5,7)
VOCACIÓN Y SACRIFICIO
Es el sentido de vocación el que
nos lleva al sacrificio. El hombre de
Dios le responde prioritariamente al Señor que le
llamó. El Dios que llama al ministerio
enseñó el camino. No se vive para contar los
logros, ni se vive para disfrutar los laureles; se vive
para:
· Consolar,
· Perdonar,
· Vendar,
· Ungir,
· Liberar,
· Retar,
· Entusiasmar, y para anunciarle a la humanidad
"que Dios en Cristo estaba reconciliando al
mundo…"(2Cor.5:19).
Ese sentido vocacional impele a veces a pronunciar
palabras muy poco simpáticas. Esa vocación que
responde primeramente a Dios, le dice a la iglesia que el
camino del evangelio es el camino del servicio y que
son aquellos que nadie quiere e ignora, los que el Señor
quiere para su Reino.
Esa vocación que se mete por dentro, le recuerda
al predicador que servir no es mandar o dar órdenes o que
se haga lo que el quiere; servir es participar activa y
creativamente en la vida congregacional y permitirle al
Espíritu de Dios que nos guié "…a toda la
verdad …y a toda justicia…"(Jn.16:8,13).
Esa vocación que reta el entendimiento le habla
al pueblo, a la sociedad y a sus
líderes. Ese fuego y esa gran energía vocacional le
dice a otras iglesias y aun a otros compañeros en el
ministerio que es necesario ser:
· Un hombre de
Dios,
1. Debe conocer a Dios
2. Debe participar de la naturaleza de
Dios (Fil. 1:21; Gál. 2:20)
3. Debe ser un hombre de
carácter cristiano real.
· Tener amor hacia los
perdidos,
1. Jesús tenia ese amor
(Luc.19:10)
a. Hizo amistad con los
pecadores (Luc. 15:1-2)
2. Depositario del don de Timoteo (Fil.2:20)
3. El amor a las
almas debe surgir por el
conocimiento del valor de las
almas. ( Mat. 10:28)
4. Nada puede estar por encima del amor a los
perdidos.
a. La educación, la
elocuencia, la Homiletica, están bien; pero sobre todo
debe estar el amor
genuino por las almas, antes de poder alcanzar
sus más grandes posibilidades como predicador.
· Ser asimismo un estudiante.
1. Estudiar la palabra de Dios (1 Tim. 2:15)
2. Debe poner énfasis en la lectura (1
Tim.4:13)
· Ser humilde.
1. Cristo fue humilde (Fil.2:5-8)
2. Nosotros debemos serlo también ( Efes. 3:8;
1Cor. 2:3)
3. El predicador se enfrenta con la tentación de
ser orgulloso.
· Estar dispuesto a sufrir por Cristo
1. Este fue el consejo de Pablo a Timoteo (2 Tim.
2:3)
2. Las dificultades nos ayudan a crear el
carácter
3. Nuestra meta es glorificar a Dios; aun en el
sufrimiento
4. El sufrir de un soldado de Cristo: Pablo (2
Cor.1:24-28)
· Un hombre de
oración.
1. Jesús lo fue.
2. Un ,mandamiento que no debemos olvidar ( 1 Tes.
5:17)
· Un hombre
puro.
1. Nunca se puede dudar de nuestra
integridad.
2. (1 Tim. 6:11-20)
3. ¡Ojo!, sexo, dinero,
reputación, etc.
· Un hombre
amable.
1. Nunca tener una actitud de
condena hacia nadie.
2. (2. Tim. 2:22-26)
· Un ejemplo para otros.
1. "Prefiero ver un sermón , que oír
uno"
2. (1 Tim.4:12)
· Un hombre que
tiene cuidado de si mismo y de la enseñanza.
1. (1 Tim.4:16)
· Un hombre de fe,
leal a la verdad y rechazar la falsa doctrina.
1. (1 Tim. 6:3-17)
2. (1 Tim. 4:1-15)
3. 2 Tim. 4:1-5)
· No debe predicar por ganancias deshonesta o
gloria personal.
1. (Fil. 3:7-8)
2. (2 Cor. 4:5)
· Un hombre que
predique para que algunos se salven.
1. (1 Cor. 9:22)
· La imagen de
Cristo
1. (Fil. 2:5-8)
· Un luchador por la fe.
1. (Jud. 3)
· Un hombre que
enseñe a otros.
1. (2Tim. 2:2)
· Un Hombre de
conocimiento.
1. (2 Tim. 2:24)
· Un hombre que
sabe la doctrina.
1. (Tito 2:1)
· Un hombre
sensato.
1. (Tito 2:6-8)
2. Su carácter debe ser juicioso y
moderado
Por tanto, el verdadero ministro de Dios con llamamiento
y vocación es amable, apacible, no avaro, estudia, ama a
los perdidos, no es un necio o principiante, tiene credibilidad
con los de la congregación y testimonio con los de afuera,
para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo, es
hombre de oración, no predica por el dinero y
esta dispuesto a sufrir por Cristo.
VOCACIÓN Y
CRUZ
Esa posiblemente fue la agonía máxima de
Jesús frente al calvario. Sus amigos no querían la
cruz. Los discípulos e íntimos del Maestro
querían sobreprotegerlo de la dificultad y buscaron la
forma de evitar el viaje a Jerusalén.(Mat.
16:22)
Ellos no entendían que las vocaciones tiene cruz;
que el sentido de vocación en Jesús era mayor
aún que su propia voluntad. Creían en responder al
llamamiento sin la demostración de la vocación.
Jesús dio un gran mensaje: el hombre con
vocación no le teme a las cruces de la vida. Jesús
predicó este sermón con un gran énfasis. El
ser humano con vocación se enfrenta a la cruz de pie, sin
temor , con seguridad y con
autoridad. El
Maestro habló a los líderes cristianos con
vocación en todos los tiempos. Frente a la cruz se ora
intensamente y se afirma el rostro para conquistarla, vencerla,
destruirla, derrotarla. La cruz produce y brinda la oportunidad
para demostrar la vocación, la cruz marca el momento
de la demostración categórica y radical de las
vocaciones. El ser humano con vocación conquista las
cruces, las agonías, las traiciones y las
negaciones, entendiendo que ha sido llamado por Dios para
conquistar el futuro, en el nombre del Señor
Jesucristo.
Moisés descubrió la vocación
cuidando las ovejas en el Monte Horeb.
Gedeón, labrando en el trigo
Eliseo, arando en el campo
David, apacentando las ovejas de su padre.
Nehemias, mientras servía al rey
Amós, frente al templo de Bet-El.
Pedro y Anfres, mientras pescaban.
Juan y Santiago, mientras arreglaban las redes.
Mateo, mientras cobraba los impuestos.
Pablo, camino a Damasco.
Por lo tanto, una vocación sin querer sufrir la
cruz, evidencia la falta del llamado divino y esta destinado a no
sobrevivir mucho tiempo.
HACIA UNA PREDICACIÓN
COMUNICATIVA.
La predicación es una de las
partes más importante de la actividad de la iglesia, ya
que por medio de ella somos corregidos, instruidos, consolados,
etc. (2 Tim. 3:16). También la predicación sirve
para ganar almas para Cristo ( Rom. 10:17; Hech.4:41). Sin
embargo, resulta paradójico que a pesar de ser la
actividad que tiene más énfasis, sea la más
descuidada. Esto se debe a la poca importancia que el predicador
da a la preparación de sus sermones. De los miles de
sermones que cada semana se predican en todo el mundo, muy pocos
son los que son realmente buenos. Es una lástima que
existan predicadores inconscientes del terrible mal que causa a
la congregación y a ellos mismos al no preparar
debidamente sus sermones.
Imagine usted por un momento que llega a su casa
después de trabajar y espera que la comida esté
lista, pero su esposa no ha preparado nada y le da comida
enlatada o cualquier otra cosa. Es muy probable que usted la
considere y pase por alto el que no haya preparado comida para
usted. Pero si esta situación se repite varias veces,
llegará el momento en que usted tendrá que hablar
seriamente con su esposa para tratar de remediar la
situación.
De igual manera existen también predicadores que
como esposa negligente no preparan debidamente sus sermones (la
comida espiritual para la congregación); y cuando llega el
día de la reunión están dándole a la
congregación cualquier cosa o comida de lata ( sermones
preparados por otros). Lógicamente llagará el
día en que la congregación se cansará de la
actitud del
predicador. Si tiene líderes, hablarán con el
predicador para tratar de solucionar el problema. Es verdad,
muchas congregaciones sufren bajas en la asistencia debido muchas
veces a que el predicador no satisface la necesidad espiritual de
la congregación con sus sermones.
EL PROCESO DE LA
COMUNICACIÓN
Es indispensable tener en mente que la
comunicación es un proceso (es
decir algo que va de paso a paso).. el proceso
requiere un orden:
· Un emisor: Es la persona que emite
el mensaje.
· Un receptor: Es la persona o
personas que reciben el mensaje.
· Un mensaje: Es el mensaje que se
emite.
· Un medio: Puede ser verbal o
escrito.
· Una acción: Es la demostración
del mensaje, si ha sido captado.
1. CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN
EMISOR
A. Característica de Potencia B.
Característica de
Calidad
1. Piedad 1. Conocimiento
bíblico
2. Vocación 2. Conocimiento
de materias
3. Llamamiento relacionadas con la
Biblia
3. Conocimiento
secular.
.
A. Característica de Potencia
1. Piedad: "Cariño y respeto hacia las
cosas santas" Dic. Pequeño Larousse
a). El predicador cristiano debe vivir en santidad: Se
describe por una expresión practica de la fe en una vida
de arrepentimiento, lucha contra la tentación y
mortificación del pecado; en hábitos de
oración, en el cultivo de la esperanza, el amor, la
generosidad, el gozo, la justicia y el
bien en las relaciones
humanas.
b). El predicador cristiano debe respetar la doctrina de
Cristo que es conforme a la Piedad y la Verdad(1Tim. 6:3; Tit.
1:1)
2. Vocación: La Gran Enciclopedia Durván
define la vocación como la "inclinación duradera
hacia determinado estado o
profesión". Generalmente la vocación es considerada
como un elemento básico para el éxito.
a).En el caso del predicador, éste debe tener
vocación para predicar; es decir que realmente desee
predicar y que sienta satisfacción en hacerlo.
b). La vocación para predicar está
determinada por la conversión. "De gracias recibisteis,
dad de gracias" . Cuando la persona se
convierte, generalmente desea que otras personas se conviertan
también.
c). Un predicador sin vocación sólo busca
satisfacciones personales, sin importarle realmente el estado
espiritual de las personas. Por contra el predicador con
vocación jamás considerará su labor como una
pesada carga, sino como una bendición; y la
realizará con gozo. Un predicador con vocación, que
se vea obligado a trabajar en otra cosa para ganar su sustento
diario, dedicará sus horas libres y tiempo de
descanso a satisfacer su enorme deseo de predicar el Evangelio,
sintiéndose feliz y contento al hacerlo.
3. El llamamiento: Aún hoy persiste la gran
interrogante divina:" ¿A quien enviaré,
quién irá por nosotros?" ( Is. 6:8) .
También hoy en día se da la misma respuesta de hace
más o menos 2600 años: "Heme aquí
envíame a mí"
Las Sagradas Escrituras nos narran de un gran numero de
llamamientos que Dios hizo a sus siervos. Algunos de estos
llamamientos eran para dedicar la vida entera a una misión
como por ejemplo:
Isaias: ( Is. 6:9,11)
Los apóstoles: ( Luc. 6:12,16)
Pablo: ( Hech. 26:12-20)
En otras ocasiones ocasiones el llamamiento era para
cumplir una misión
temporal. Está por ejemplo:
El profeta que amonestó a Jeroboam: ( 1 R.
13)
Amós ( 7:14,15)
Ananias (Hech. 9:10-17)
Al igual que Aarón, nadie puede tomar el
privilegio título de predicador, si Dios no le ha llamado,
dándole ese honor (He. 5:4). Dios conoce la necesidad de
obreros en su viña, y sólo él puede
enviarlos a trabajar. ( Lc.10:2)
De lo anterior podemos deducir que no son obreros
solamente aquellos que son hijos de predicadores o aquellos que
han estudiado en Institutos Bíblicos y que tienen un
"Título de Predicador".
Un obrero es todo aquel al cual nuestro Dios llama. No
depende del que quiere o puede , sino de aquel que llama. ( Rom.
9:11,16)
Posiblemente en la mente ha surgido esta interrogante:
¿Cómo puedo saber si Dios me ha llamado?. La
respuesta es la siguiente:
A. Sin que hombre alguno se lo ordene, usted
ocupará su tiempo disponible
en las cosas de Dios.
B. Dios quitará sus dudas y vencerá su
resistencia (si
es que la hay), como en el caso de Jonás y
Pablo.
C. Dios proveerá los medios para su
sostenimiento, para que usted dedique el tiempo necesario
a la misión que
le encomiende( Mat. 10:5-15)
D. Los demás obreros (Llamados por Dios) , le
extenderá la diestra de compañerismo en
reconocimiento a su llamamiento ( Gál.2:9)
B. CARACTERÍSTICA DE
CALIDAD
1. Conocimiento
bíblico: Este tipo de conocimiento
es indispensable en todo predicador. Saber citar pasajes
bíblicos en forma adecuada y oportuna es de gran ayuda en
el trabajo
evengelistico y en toda obra de predicación. La Biblia es
la fuente de inspiración primordial para el predicador. El
mensajero de Dios debe leer su Biblia para conocer, edificarse y
deleitarse ( Sal. 1:1-2; Jun.5:39;8:32; 1 Tim. 4:13; 2 Tim.
3:14,17)
Muchos predicadores no dan la debida importancia al
conocimiento
bíblico, y esto es de lamentar. Hay predicadores que han
estudiado muchos temas doctrinales, sin embargo no son capaces de
citar los libros de la
Biblia en su debido orden. Tampoco pueden citar los pasajes
más importantes de la Escrituras. Cuando se les hace notar
su deficiencia, responden que eso no es importante, ya que
existen muchas "ayudas" para el uso y estudio de la
Biblia.
Desafortunadamente, así es: existen muchas ayudas
(concordancias, manuales,
índices, tablas, etc.) que permiten al predicador
encontrar en la Biblia el libro y
pasajes adecuado. Sin embargo estas ayudas sólo son
efectivas cuando en la quietud preparamos los sermones; pero son
ineficaces en la obra práctica de hablar al público
o en los debates.
Ilustración:
Cierta vez un predicador que confiaba mucho en su
concordancia tuvo una controversia con un líder
de cierto grupo
religioso. El resultado fue desastroso, ya que la concordancia no
le ayudó en lo absoluto, pues no pudo encontrar los textos
adecuados a su debido tiempo. El citado
líder,
muy orgulloso citaba texto tras
texto,
poniendo en vergüenza a su opositor, al cual al final dio
este consejo: "Es más fácil manejar la Biblia que
ese libro". Desde
ese día el predicador que se apoyaba en la concordancia
decidió estudiar más su Biblia y memorizar
sistemáticamente los textos necesarios.
Realmente es hermoso ver como un predicador cita con
autoridad la
Biblia. Conocemos un número de buenos oradores que no
abren la Biblia para leer los textos, sino que los citan de
memoria. Hubo
cierto predicador que en su sermón citó más
de 30 textos, cometiendo un sólo error, el cual
rectificó 30 segundos más tarde.
Todo predicador debe memorizar la mayor cantidad de
textos posibles, pero en forma sistemática o sea por
tópicos. Por ejemplo: memorice 10 a 15 texto de cada
uno de los siguientes tópicos. Pecado, arrepentimiento,
bautismo, perdón, etc. Cuando usted domine la
mayoría de textos básicos, usted citará la
Biblia con mayor eficacia.
Por último, recomendamos que los textos de
memorizar deben de ponerse en la misma versión; aunque
para la preparación de sermones debe poseerse varias
versiones. Recomendamos las siguientes: Versión Antigua,
Versión 60, Versión Popular, La Biblia de
Jerusalén y la Nacar Colunga.
2. Conocimiento
de materias relacionada con la Biblia: En el punto anterior se
mencionó que hay personas que no dan mucha importancia al
conocimiento
bíblico. Esto es cierto. Desafortunadamente también
es cierto que hay personas que afirman que la Biblia es
suficiente para ser un efectivo proclamador de las buenas nuevas.
Este tipo de personas rechazan cualquier libro que
ayude a comprender mejor el mensaje Bíblico.
La Biblia es la palabra de Dios, la revelación de
la voluntad de Dios. No obstante debemos recordar que la Biblia
no se escribió en el presente siglo, sino hace cientos de
años. Por esta razón existen en la Biblia muchos
nombres, lugares, acontecimientos, costumbres, etc.., que no
podríamos entenderse sin la ayuda de libros que
hablen acerca de la Biblia.
Los libros que
hablan de la Biblia son de gran ayuda, pero debemos recordar que
no son la verdad última. Los autores de tales libros dan sus
muy particular punto de vista, de acuerdo a sus investigaciones.
Así que tómelas como ayuda y no como la Biblia
misma.
El predicador que desea comprender en forma efectiva el
mensaje bíblico para transmitirlo a sus oyentes, tal como
Dios lo desea, deber saber de : Homiletica, Teología,
Hermeneutica, Historia del Antiguo
Testamento, Etc. Además debe poseer buenos comentarios de
la Biblia.
Por lo tanto, el predicador debe leer sus libros de
consulta para preparar sus sermones. Además de los muchos
libros acerca
de la Biblia es recomendable que el predicador procure leer
revistas religiosas(no importa la denominación), ya que
las mismas contiene los conocimientos e inquietudes de mayor
actualidad.
3. Conocimiento
secular: El hombre de
Dios debe poseer conocimiento
secular; este tipo de conocimiento
es indispensable, ya que aunque el predicador no es del mundo,
sí está en el mundo.
El
conocimiento de historia , geografía, gramática, etc.., dará al predicador
abundante material para sus sermones, y los mismos serán
de mayor cálida.
Al adquirir conocimiento secular es importante saber los
acontecimientos del pasado, obras, movimientos, personajes,
fechas, lugares, anécdotas. Pero es muchisimo más
importante estar al tanto de las cosas que suceden hoy en
día. Séneca decía que es una lástima
gastar nuestro tiempo estudiando
las cosas del pasado sin saber las cosas que suceden a nuestro
alrededor.
El predicador debe ser un lector asiduo de los diarios y
revistas. Debe escuchar diariamente los programas de
noticias, locales, nacionales e internacionales. Si el predicador
está actualizado y bien informado, sus sermones
serán lecciones que traten problemas de
actualidad.
Muchos predicadores no han tenido la oportunidad de
cursar estudios en escuelas secundarias y superiores, pero esto
no les a impedido el
conocimiento secular. Muchos predicadores se han vuelto"
autodidactas"(aprendiendo por iniciativa propia y sin maestro), y
han logrado obtener un buen caudal de conocimiento secular, que a
veces es más desarrollado y brillante que el que posee una
mayoría de los que han asistido a buenas instituciones
educativas.
Si el predicador adquiere conocimiento de lo relacionado
con la Biblia, sabrá lo que significa, entre otras muchas
cosas, lo que es un zeote, un tribuno, el areópago, el
sanedrín etc..
RESUMEN
1. El predicador necesita poseer y desarrollar las
características de calidad y de
potencia. Ellas
son la base para una buena labor dentro del Reino de
Dios.
2. La constancia es el estudio de todo material
actualizado: boletines, revistas, folletos, y la lectura de
diarios, aumentará el caudal de conocimiento del
predicador.
3. El predicador estudioso necesita poseer varias
versiones de la Biblia para consultar sobre un determinado
texto. No
obstante deberá tener en cuenta que debe memorizar los
texto de una
sola versión al presentar un estudio (o indicar de
qué versión especifica está
citando)
4. Es necesario dedicar tiempo al estudio
de ayudas bíblicas que incluyan diccionarios,
concordancias, léxicos, etc.
5. Los temas a estudiar incluyen la Homiletica,
Hermeneutica, Teología, Historia de la iglesia
etc..
CONSEJOS PRÁCTICOS EN EL
PÚLPITO
Cada predicador, necesita preguntarse en cada
sermón: ¿Qué me propongo hacer con esta
lección que voy a presentar? ¿Cuál es mi
meta? porque para que el orador llegue a un feliz término
con su mensaje, es necesario que haya preparado bien y domine la
estructura
como el contenido de su discurso.
El orador necesita conocer bien la naturaleza de su
discurso. Por
ejemplo un discurso puede
servir par (1) Informar. Este tipo de mensaje tiene como
meta comunicar un conocimiento. Por lo general se da nueva
información, o se amplía o se aclara
vieja información. El sermón puede servir
también para (2) Convencer. Aquí la idea es
cambiar la manera de pensar de las personas, cuyas opiniones sean
distintas a las del orador.
Además el discurso puede
tener como objeto (3) Persuadir. En este caso la audiencia
ya tiene una idea de la que habla el orador. Ahora él
(orador) crea un ambiente de
motivación
para la acción. Es decir que persuade a poner en practica
el
conocimiento. En realidad muchos mensajes combinan dos o los
tres de estos aspectos. Según las necesidades. O sea que
es común combinar las didáctica con el convencimiento y la
persuasión.
LA SELECCIÓN DEL
TEMA
Una de las preguntas más críticas y
comunes que se hacen los predicadores es: ¿Que voy a
predicar el próximo domingo? Desde luego que una de las
respuestas a esta pregunta son las necesidades de la iglesia, como
veremos más adelante. Pero conviene antes establecer el
interés
y la capacidad del orador para seleccionar un tema:
1. El orador debe escoger un tema que sea importante e
interesante. Hay oradores que inclusive planean un programa de
enseñanza bíblica cuya relevancia amerite una
elaboración cuidadosa del material. Por ejemplo, elaboran
una serie de sermones según temas como "la cena del
Señor", "la ofrenda", "la
organización de la iglesia".
etc.
2. Para esto mismo el orador escoge un tema según
su capacidad, es decir que esté dentro del campo de su
experiencia, o que sienta que lo puede investigar con
ahínco. Cuando el predicador no se sienta competente, debe
invitar a otro orador para que se encargue del tema.
Nota: A veces el predicador no tiene opción de
seleccionar el tema. Por ejemplo cuando lo invitan a una serie de
conferencias o campañas. Aun así, el predicador
debe estar seguro de que
puede exponer o desarrollar el tema.
Si bien el ministro es capaz de escoger temas de acuerdo
a su propio interés,
también tendrá en mente los intereses espirituales
de otros. Una fuente inagotable de temas para sus sermones
será su experiencia diaria de interacción con
otros. Sus diálogos con los creyentes y las opiniones de
los incrédulos serán de valor
universal. A su vez, el predicador debe desarrollar la capacidad
de penetrar la realidad de la vida e interpretar sabiamente al
ambiente de la
comunidad en
que se desenvuelva.
Así, pues, los temas seleccionados por el
predicador tienen que exhibir un interés
vital relacionado con la existencia . Sus temas han de ser una
reflexión seria sobre el hombre y su
relación con el universo,
incluyendo (1) problema de la vida, (2) el problema de la muerte, (3)
el problema de la inmortalidad, (4) el problema del mal y el
pecado, etc.
EL CAMPO DE LAS
NECESIDADES
Muchas personas asisten a las reuniones de la iglesia en
busca de la solución a problema que no pueden hallar en
los otros círculos en que se desenvuelven. Creen que el
único remedio a sus perplejidades más profundas se
encuentra en la religión. Estas
necesidades deben motivar al orador cristiano a preparar mejor
sus sermones, ofreciendo un mensaje que ayude a aliviar las
necesidades espirituales de sus oyentes. El sermón debe, a
su vez, contribuir a fortalecer y estimular sus
aspiraciones.
El
conocimiento del campo requiere que el ministro esté
familiarizado con el estilo de vida, con las costumbres, con las
ideas que caracterizan a la gente de su comunidad. En
cuanto a la congregación, el predicador tiene que tener
una información precisa sobre (1) el nivel
intelectual de la gente con quien trabaja; el (2) nivel social y
económico, el (3) nivel espiritual, incluyendo el
conocimiento bíblico. Aunque parezca algo secundario,
aun las edades son importantes: ¿Son la mayoría
adultos?, ¿Jóvenes? ¿viejos?.
El
conocimiento del campo, es importante porque el predicador
sabrá cuales son las necesidades más apremiantes de
la grey. Sus discursos
estará diseñados a enseñar y orientar
individual y colectivamente, confrontando problemas
personales y familiares. Si los hermanos son debiles en la fe o
poco instruidos, será necesario elevar su conocimiento
bíblico (dándoles el alimento
espiritual).
El orador sabrá qué nivel de lenguaje es
más apropiado a la compresión de su audiencia,
según su cultura. El
orador tendrá también la capacidad de responder a
preguntas reales y vitales. No estará respondiendo
preguntas que nadie hace.
PREPARACIÓN PERSONAL DEL
ORADOR
Aunque la oración y la
meditación personal es algo
obvio para el ministro, quiero hacer una breve
reafirmación. El predicador debe recordar que él
tiene una gran responsabilidad en cuanto a las almas. Si usted
duda del valor de las
almas humanas, piense en la suya. ¿Cómo la ve?. Por
tanto, cuando el predicador se prepara a sí mismo, lo hace
espiritualmente a la vez que intelectualmente.
El predicador tiene que orar para que Dios le dé
sabiduría y un espíritu de convencimiento se la
verdad. De igual manera es esencial que ore por la audiencia, por
aquellos que han de ser las receptores del mensaje. Estas cosas
están resumida en 1 Tim. 4:13-16.
LA DISPOSICIÓN EMOCIONAL DEL
PREDICADOR
La disposición emocional del
predicador es un factor vital en la eficacia de la
predicación. Vamos a dar el ejemplo del predicador
pesimista . Este será el portador de malas noticias
para los oyentes. Reflejará sus frustraciones en cuanto a
sí mismo y en cuanto al mundo. Será un hombre
decepcionado y temeroso que traerá a la mente de la gente
todas las calamidades que ocurren en nuestro tiempo.
Será el que expresa todos los males del mundo, pero sin
dar soluciones que
traigan esperanza a sus oyentes.
Por contraste tenemos al predicador optimista.
Este será el que crea que aun en medio de la tinieblas de
maldad puede brillar la luz de la
esperanza que Dios da a los que le buscan. Aunque el pecado
contamine a la humanidad, aún habrá justos. La
santidad no es una quimera. Es una aspiración de todo
aquel que quiera honrar a Dios. En suma, el predicador optimista
es el que predica la vida abundante, el ancla de fe en medio de
esta tormentosa vida.
EL TEMPERAMENTO DEL
ORADOR
En cuanto al temperamento del predicador, vamos a decir
que hay dos tipos: (1) El temperamento intelectual, que
pertenece al hombre educado, cuyo interés
son los libros y no la
gente. Sus sermones se caracterizarán por el
énfasis en el orden y la
personalidad. Preferirá las materias argumentativas.
Tratará de explicar los problemas de
la vida en una manera filosófica. Sus discursos
será modelos de
piezas literarias, con alusiones a autoridades famosas. Si el
orador se excede de esta manera de predicar, sus sermones
alcanzaran a sólo una pequeña parte de la
audiencia.
Por otro lado tenemos el (2) temperamento
emocional, que apela al corazón
con sus sermones. Este es el mensaje de tipo persuasivo, por el
cual el orador se excita desmedidamente a sí mismo y
excita fuertemente los ánimos de la audiencia. Su
sermón carecerá de estructura y
formalidad. Y si se sobrepasa, su presentación será
mas sensacionalismo y exhibicionismo que entendimiento. A la
larga este estilo tampoco alcanza a todo tipo de audiencia. Hay
quienes se resienten ante la emotividad excesiva.
Entonces, ¿cómo debe ser el predicador? .
Es difícil ser intelectual y emocional al mismo tiempo. Lo ideal
es que el orador cristiano alcance un equilibrio
entre dos temperamento. El predicador debe ser lo suficiente
hábil como para saber cuándo es más
necesario persuadir que educar. Lo importante es que el
sermón se adapte a la circunstancias.
LA CONVICCIÓN PERSONAL DEL
ORADOR
Por último es necesario recalcar que muchas
personas que asisten a las reuniones de la iglesia para
escuchar un sermón, no quieren oír algo nuevo, sino
que anhelan esclarecer sus dudas sobre aspectos doctrinales o de
otra índole. Ante esto el orador tiene que ser de fuerte
convicción. Es decir que el orador debe tener como meta
afirmar la verdad y no ponerla en duda. El predicador no
deberá exponer en el púlpito sus dudas, porque las
dudas traerán confusión y división en la
iglesia en vez de iluminación espiritual. Es esencial,
pues, que el predicador sea firme y resuelto en sus
enseñanzas.
RECOMENDACIONES
FINALES.
1. No hacer muchas bromas. Unas
referencias humorísticas en determinados casos son
útiles para "romper el hielo" o relajar un poco a la
audiencia. Sin embargo, cuando se abusa de este recurso, las
bromas más bien distraen a la gente y se pierden la
seriedad del discurso.
2. No ser escandaloso. El orador no debe ser
ruidoso, ni con su voz (gritos) ni con sus gestos, ni
movimientos. En cuanto a su voz, ésta debe ser lo
más moderada posible (y agradable) y de volumen adecuando
al local y el número de la audiencia. Además el
orador no debe ser exagerado en sus movimientos, al grado de
convertirse en un espectáculo sensacionalista. Esto
también puede distraer a la audiencia. En vez de poner
atención al mensaje de Dios, la gente pondrá su
atención en el
hombre.
3. Brevedad. La máxima capacidad de
escucha (atención) de la audiencia es de 20 y 40 minutos.
Después de este tiempo,
generalmente la audiencia pierde interés,
se cansa o se distrae fácilmente. Si el orador es incapaz
de comunicar su mensaje en una media de 30 minutos, aunque cuente
con 3 horas más, no tendrá mayor
éxito
CONCLUSIÓN:
El predicador en el púlpito,
proclama la palabra de Dios por mandato divino. Los mensajes
deben buscar el interés y
la transformación con la finalidad de Salvación.
Por esto debe ser hombre convertido, debe haber descubierto su
vocación ministerial y aún amar profundamente a los
perdidos. Sin olvidar que el ministerio conlleva la
Cruz.
Por otra parte debe ser capaz de comunicar el mensaje de
la Biblia, a su vez informar, convencer y persuadir a la
audiencia, siendo capaz de seleccionar los temas que sean
importante y necesario.
El predicador no puede perder de vista que todo debe ser
puesto antes en oración. Ser optimista y no pesimista es
lo que le conviene a la audiencia. Tomar un temperamento medio,
ni intelectual ni emocional, buscando a su vez trasmitir un
espíritu de convicción y nunca de duda respecto de
la verdad. No usar en el púlpito demasiadas bromas ni
tampoco ser muy escandaloso (en el tono de la voz), siendo capaz
de presentar su sermón en un tiempo prudente
para que sea efectivo a la audiencia. Y por su puesto nunca
avergonzarse del evangelio "…porque es poder de Dios
para salvación a todo aquel que cree;…" (Rom.
1:16)
BIBLIOGRAFÍA
Hacia una predicación comunicativa………
Dr. Rubén Gil
Discurso a mis estudiantes………………….
.. . Spurgeon
Historia de la predicación cristiana
…………Alfredo Ernesto García
Púlpito Teología y
Esperanza…………………..Samuel Pagan
Curso obrero Instituto Baster
Autor:
Juan Manuel Díaz
Chaparro,
,edad 39 años, he cursado estudios básicos,
avanzados, de obrero y líder
cristiano en el Instituto Baxter de estudios bíblicos y
culturales Honduras, en la actualidad estoy terminando mi
formación en el centro cristiano de formación de
Líderes Madrid. Este es un trabajo que realice de investigación para este centro de
formación. Espero que le pueda ayudar a los que
estén cursando algún tipo de estudio sobre esta
materia.