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El predicador ante el auditorio




Enviado por juanmdch



    • INTRODUCCIÓN
    • EL PREDICADOR DEBE ESTAR
      CONVERTIDO
    • LLAMAMIENTO A LA
      VOCACIÓN
    • HACIA UNA PREDICACIÓN
      COMUNICATIVA
    • EL PROCESO DE
      LA
      COMUNICACIÓN
    • CONSEJOS PRACTICAS EN EL
      PÚLPITO
    • LA SELECCIÓN DE
      TEMAS
    • EL CAMPO DE LAS NECESIDADES
    • PREPARACIÓN PERSONAL DEL
      ORADOR
    • LA DISPOSICIÓN PERSONAL DEL
      PREDICADOR
    • EL TEMPERAMENTO DEL ORADOR
    • LA CONVICCIÓN PERSONAL DEL
      ORADOR
    • RECOMENDACIONES FINALES
    • CONCLUSIÓN
    • BIBLIOGRAFÍA

    EL PREDICADOR ANTE EL AUDITORIO

    INTRODUCCIÓN:

    Predicador.

    La N. E. Larousse dice:
    "Orador evangélico que predica o declara la Palabra de
    Dios"

    El diccionario
    expositivo de palabras del Nuevo Testamento W. E. Vine dice:
    "KERUX, un heraldo(relacionado con kesusso PREDICAR) , y se
    utiliza del predicador del Evangelio".

    1ª Tim. 2:7 "Para esto yo fui constituido
    predicador…"

    2ª Tim. 1:11 "del cual yo fui constituido
    predicador…"

    Predicación.

    La predicación es la
    proclamación de la palabra de Dios a los hombres por
    mandato de Dios. Es el medio ordenado para la transmisión
    de la palabra de Dios al mundo y sirve también como un
    medio de gracia oficial para la edificación de la iglesia de
    Cristo.

    Los mensajes.

    Los mensajes no deben estar escritos y
    predicado para entretener al desocupado, ni para halagar la
    musicalidad del oído, del que busca belleza inoperante o
    palabras rebuscadas con poca capacidad de comunicación. La Palabra es predicada con
    interés
    transformador. El mensaje es presentado con una finalidad de
    salvación. El Sermón es compartido para obtener
    frutos que delaten cambios sustantivos, que revelen compromiso
    con el Reino(La iglesia). El
    predicador interesado en educar a su iglesia no les
    habla para adormecerlos, sino para despertarlos; no los orienta
    hacia la angustia, sino los dirige hacia la salud, no los nueve a
    "pastos secos e insípidos", sino hacia "aguas de
    reposo".

    Por lo tanto, el predicador contemporáneo debe
    entender que la Biblia es el documento más importante de
    la iglesia, y que
    sus páginas contienen el recuento de las intervenciones
    salvadoras de Dios en la historia. La evaluación
    adecuada de este texto sagrado
    contribuirá significativamente al entendimiento y comunicación del mensaje
    cristiano.

    EL PREDICADOR DEBE ESTAR
    CONVERTIDO

    El que un predicador del Evangelio sea ante todo
    participante de él, es una verdad simple, pero al mismo
    tiempo una
    regla de la mayor importancia.

    Una piedad sincera y verdadera es necesaria como el
    primer requisito indispensable. Sea cual fuere el "llamamiento"
    que alguien pretenda haber recibido, si no ha sido llamado a la
    santidad, puede segurarse que no lo habido al
    ministerio.

    "Atavíate primero a ti mismo, y adorna
    después a tu hermano," dicen los rabinos. "La mano que
    trata de limpiar algo, dice Gregorio, es menester que esté
    limpia". La conversión debe ser una cosa real en el
    predicador.

    Notemos:

    !Cuan horrible es ser predicador del Evangelio y no
    estar sin embargo convertido¡ Que cada uno se diga en
    secreto desde lo más recóndito de su alma:"
    !Qué cosa tan terrible será para mí el vivir
    ignorante del poder de la
    verdad que me estoy preparando a proclamar".

    Un predicador inconverso envuelve en él la
    más patente contradicción. Un predicador destituido
    de gracia es semejante a un ciego elegido para dar clases de
    ópticas, que filosofara acerca de la luz y la
    visión, disertará sobre ese asunto, y tratara de
    hacer distinguir a los demás las delicadas sombras y
    matices de los colores del
    prisma, estando él sumergido en la más profunda
    oscuridad.

    Si el predicador, consciente y voluntariamente, no es el
    embajador de Dios; sino da de gracia a los hombres aquello de que
    de gracia recibe de Dios, por la iluminación de su
    espíritu; sino que cumple su misión por
    vanagloria y como salariado, y predica únicamente sus
    propias opiniones y sentimientos, entonces el púlpito
    se convierte en un mero exhibicionismo de oropel y farsa, del que
    la iglesia
    debiera librarse cuando antes, pues, si lo tolera, será a
    expensas de las almas confiadas a su cuidado.

    Con semejantes predicadores, lo que dice Milton acerca
    de la clerecía de su día, resulta ser verdad en
    cualquier época: "Las ovejas hambrientas alzan la vista,
    pero no se las alimenta; se agrupan, acosadas por el viento,
    hasta que se pudren interiormente y contaminan el ambiente con
    su fétido olor; además de lo que el lobo,
    rápida y diariamente devora con aleve zarpa, sin dejar
    rastro"

    LLAMAMIENTO A LA
    VOCACIÓN

    La vocación ministerial es el descubrimiento y la
    aceptación de que hemos sido llamados por Dios. La
    vocación es el descubrir que hay en nosotros capacidades,
    intereses, potencialidades, recursos.

    La vocación es el Espíritu hidalgo que nos
    cautiva a emprender una carrera hacia el futuro, conquistando
    molinos, liberando conciencias. La vocación es la seguridad de que
    tenemos sentido de dirección en la vida: vamos orientados
    hacia el servicio;
    vamos guiados por el interés de
    ayudar, vamos movidos por un sentimiento consolador, vamos
    impelidos por la fuerza del
    Espíritu Santo que nos unge para <dar buenas nuevas
    a los pobres, para sanar a los quebrantados de corazón,
    pregonar libertad a los
    cautivos, vista a los ciegos, poner en libertad a los
    oprimidos y a predicar el año agradable del
    Señor
    >. (Lc. 4:18)

    La vocación es el sentimiento noble y divino que
    nos mantiene orientados hacia la nueva Jerusalén, donde
    <las primeras cosas pasaron y ya no habrá muerte, ni
    habrá más llanto, ni clamor , ni
    dolor
    >(Ap.21:4)

    La vocación ministerial es nuestra respuesta al
    llamamiento de Dios que nos mantiene con sentido de
    compañía, cuando los amigos de la vida se han ido y
    nos han dejado solos. El sentido de vocación es lo que nos
    recuerda las maravillosas palabras del salmista: <Estad
    quietos y reconoced que yo soy Dios
    >(Sal.46:10).Es el
    sentido que nos mantiene alrededor de las palabras de
    Jesús: <No temáis manada pequeña,
    porque al Padre le ha placido daros el
    Reino
    >.(Lc.12:32)

    Vocación y ministerio.

    Es el sentido de vocación ministerial lo que nos
    da fuerza en
    medio de las dificultades. Los conflictos
    personales, familiares, congregacionales, nacionales e
    internacionales, drenan en gran medida las energías
    ministeriales.

    Son muchas, muy variadas y complejas las dificultades
    que el predicador tiene que enfrentar:

    · Problemas de
    carácter,

    · Personalidad,

    · Genio.

    · Dificultades con los hijos,

    · Cónyuge o familia;

    · Las relaciones
    humanas con el liderato de la congregación o
    algún encuentro directo con los miembros de la junta
    de varones o ancianos; diferencia respecto a la política
    congregacional o diferencias de opinión con los
    líderes de la hermandad.

    A esa realidad local debemos añadir el
    descubrimiento de los graves problemas del
    país y la convicción de que los líderes que
    debieran actuar creativa y responsablemente ante esas
    dificultades, escogen los caminos cortos de la
    politiquería, la demagogia y el mal ejemplo; y el
    conocimiento de que el mundo entero está amenazado por
    un desastre atómico y un holocausto nuclear, es suficiente
    agenda para desbalancear emocionalmente a cualquiera. Es por tal
    razón que debe ser sobrio y cuidar su salud física y emocional
    continuamente.

    El predicador cristiano con sentido vocacional es
    consciente que está rodeado continuamente por problemas,
    situaciones conflictivas, dificultades interpersonales,
    injusticias sociales en la sociedad y, sobre
    todo es consciente de que está en medio de las mil y una
    fuerzas del maligno que tratan de quitarle el entusiasmo, la
    capacidad creativa, la responsabilidad y aun el testimonio.

    El predicador cristiano debe entender con claridad que
    <caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra, mas a
    ti no llegará>(
    Sal. 91:7).El hombre con
    vocación ministerial debe conocer claramente que Dios
    está al lado de ser humano para darle sentido de dirección en la vida.

    Por tanto, el que tiene vocación
    canta<…en el valle de la sombra y de muerte…> (Sal. 23:4), <el
    Señor es mi guardador, el Señor es mi sombra a mi
    mano derecha…el Señor me guardará de todo mal,
    él guardará mi alma
    >.(Sal.
    121:5,7)

    VOCACIÓN Y SACRIFICIO

    Es el sentido de vocación el que
    nos lleva al sacrificio. El hombre de
    Dios le responde prioritariamente al Señor que le
    llamó. El Dios que llama al ministerio
    enseñó el camino. No se vive para contar los
    logros, ni se vive para disfrutar los laureles; se vive
    para:

    · Consolar,

    · Perdonar,

    · Vendar,

    · Ungir,

    · Liberar,

    · Retar,

    · Entusiasmar, y para anunciarle a la humanidad
    "que Dios en Cristo estaba reconciliando al
    mundo…"
    (2Cor.5:19).

    Ese sentido vocacional impele a veces a pronunciar
    palabras muy poco simpáticas. Esa vocación que
    responde primeramente a Dios, le dice a la iglesia que el
    camino del evangelio es el camino del servicio y que
    son aquellos que nadie quiere e ignora, los que el Señor
    quiere para su Reino.

    Esa vocación que se mete por dentro, le recuerda
    al predicador que servir no es mandar o dar órdenes o que
    se haga lo que el quiere; servir es participar activa y
    creativamente en la vida congregacional y permitirle al
    Espíritu de Dios que nos guié "…a toda la
    verdad …y a toda justicia…"(
    Jn.16:8,13).

    Esa vocación que reta el entendimiento le habla
    al pueblo, a la sociedad y a sus
    líderes. Ese fuego y esa gran energía vocacional le
    dice a otras iglesias y aun a otros compañeros en el
    ministerio que es necesario ser:

    · Un hombre de
    Dios,

    1. Debe conocer a Dios

    2. Debe participar de la naturaleza de
    Dios (Fil. 1:21; Gál. 2:20)

    3. Debe ser un hombre de
    carácter cristiano real.

    · Tener amor hacia los
    perdidos,

    1. Jesús tenia ese amor
    (Luc.19:10)

    a. Hizo amistad con los
    pecadores (Luc. 15:1-2)

    2. Depositario del don de Timoteo (Fil.2:20)

    3. El amor a las
    almas debe surgir por el
    conocimiento del valor de las
    almas. ( Mat. 10:28)

    4. Nada puede estar por encima del amor a los
    perdidos.

    a. La educación, la
    elocuencia, la Homiletica, están bien; pero sobre todo
    debe estar el amor
    genuino por las almas, antes de poder alcanzar
    sus más grandes posibilidades como predicador.

    · Ser asimismo un estudiante.

    1. Estudiar la palabra de Dios (1 Tim. 2:15)

    2. Debe poner énfasis en la lectura (1
    Tim.4:13)

    · Ser humilde.

    1. Cristo fue humilde (Fil.2:5-8)

    2. Nosotros debemos serlo también ( Efes. 3:8;
    1Cor. 2:3)

    3. El predicador se enfrenta con la tentación de
    ser orgulloso.

    · Estar dispuesto a sufrir por Cristo

    1. Este fue el consejo de Pablo a Timoteo (2 Tim.
    2:3)

    2. Las dificultades nos ayudan a crear el
    carácter

    3. Nuestra meta es glorificar a Dios; aun en el
    sufrimiento

    4. El sufrir de un soldado de Cristo: Pablo (2
    Cor.1:24-28)

    · Un hombre de
    oración.

    1. Jesús lo fue.

    2. Un ,mandamiento que no debemos olvidar ( 1 Tes.
    5:17)

    · Un hombre
    puro.

    1. Nunca se puede dudar de nuestra
    integridad.

    2. (1 Tim. 6:11-20)

    3. ¡Ojo!, sexo, dinero,
    reputación, etc.

    · Un hombre
    amable.

    1. Nunca tener una actitud de
    condena hacia nadie.

    2. (2. Tim. 2:22-26)

    · Un ejemplo para otros.

    1. "Prefiero ver un sermón , que oír
    uno"

    2. (1 Tim.4:12)

    · Un hombre que
    tiene cuidado de si mismo y de la enseñanza.

    1. (1 Tim.4:16)

    · Un hombre de fe,
    leal a la verdad y rechazar la falsa doctrina.

    1. (1 Tim. 6:3-17)

    2. (1 Tim. 4:1-15)

    3. 2 Tim. 4:1-5)

    · No debe predicar por ganancias deshonesta o
    gloria personal.

    1. (Fil. 3:7-8)

    2. (2 Cor. 4:5)

    · Un hombre que
    predique para que algunos se salven.

    1. (1 Cor. 9:22)

    · La imagen de
    Cristo

    1. (Fil. 2:5-8)

    · Un luchador por la fe.

    1. (Jud. 3)

    · Un hombre que
    enseñe a otros.

    1. (2Tim. 2:2)

    · Un Hombre de
    conocimiento.

    1. (2 Tim. 2:24)

    · Un hombre que
    sabe la doctrina.

    1. (Tito 2:1)

    · Un hombre
    sensato.

    1. (Tito 2:6-8)

    2. Su carácter debe ser juicioso y
    moderado

    Por tanto, el verdadero ministro de Dios con llamamiento
    y vocación es amable, apacible, no avaro, estudia, ama a
    los perdidos, no es un necio o principiante, tiene credibilidad
    con los de la congregación y testimonio con los de afuera,
    para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo, es
    hombre de oración, no predica por el dinero y
    esta dispuesto a sufrir por Cristo.

    VOCACIÓN Y
    CRUZ

    Esa posiblemente fue la agonía máxima de
    Jesús frente al calvario. Sus amigos no querían la
    cruz. Los discípulos e íntimos del Maestro
    querían sobreprotegerlo de la dificultad y buscaron la
    forma de evitar el viaje a Jerusalén.(Mat.
    16:22)

    Ellos no entendían que las vocaciones tiene cruz;
    que el sentido de vocación en Jesús era mayor
    aún que su propia voluntad. Creían en responder al
    llamamiento sin la demostración de la vocación.
    Jesús dio un gran mensaje: el hombre con
    vocación no le teme a las cruces de la vida. Jesús
    predicó este sermón con un gran énfasis. El
    ser humano con vocación se enfrenta a la cruz de pie, sin
    temor , con seguridad y con
    autoridad. El
    Maestro habló a los líderes cristianos con
    vocación en todos los tiempos. Frente a la cruz se ora
    intensamente y se afirma el rostro para conquistarla, vencerla,
    destruirla, derrotarla. La cruz produce y brinda la oportunidad
    para demostrar la vocación, la cruz marca el momento
    de la demostración categórica y radical de las
    vocaciones. El ser humano con vocación conquista las
    cruces, las agonías, las traiciones y las
    negaciones, entendiendo que ha sido llamado por Dios para
    conquistar el futuro, en el nombre del Señor
    Jesucristo.

    Moisés descubrió la vocación
    cuidando las ovejas en el Monte Horeb.

    Gedeón, labrando en el trigo

    Eliseo, arando en el campo

    David, apacentando las ovejas de su padre.

    Nehemias, mientras servía al rey

    Amós, frente al templo de Bet-El.

    Pedro y Anfres, mientras pescaban.

    Juan y Santiago, mientras arreglaban las redes.

    Mateo, mientras cobraba los impuestos.

    Pablo, camino a Damasco.

    Por lo tanto, una vocación sin querer sufrir la
    cruz, evidencia la falta del llamado divino y esta destinado a no
    sobrevivir mucho tiempo.

    HACIA UNA PREDICACIÓN
    COMUNICATIVA.

    La predicación es una de las
    partes más importante de la actividad de la iglesia, ya
    que por medio de ella somos corregidos, instruidos, consolados,
    etc. (2 Tim. 3:16). También la predicación sirve
    para ganar almas para Cristo ( Rom. 10:17; Hech.4:41). Sin
    embargo, resulta paradójico que a pesar de ser la
    actividad que tiene más énfasis, sea la más
    descuidada. Esto se debe a la poca importancia que el predicador
    da a la preparación de sus sermones. De los miles de
    sermones que cada semana se predican en todo el mundo, muy pocos
    son los que son realmente buenos. Es una lástima que
    existan predicadores inconscientes del terrible mal que causa a
    la congregación y a ellos mismos al no preparar
    debidamente sus sermones.

    Imagine usted por un momento que llega a su casa
    después de trabajar y espera que la comida esté
    lista, pero su esposa no ha preparado nada y le da comida
    enlatada o cualquier otra cosa. Es muy probable que usted la
    considere y pase por alto el que no haya preparado comida para
    usted. Pero si esta situación se repite varias veces,
    llegará el momento en que usted tendrá que hablar
    seriamente con su esposa para tratar de remediar la
    situación.

    De igual manera existen también predicadores que
    como esposa negligente no preparan debidamente sus sermones (la
    comida espiritual para la congregación); y cuando llega el
    día de la reunión están dándole a la
    congregación cualquier cosa o comida de lata ( sermones
    preparados por otros). Lógicamente llagará el
    día en que la congregación se cansará de la
    actitud del
    predicador. Si tiene líderes, hablarán con el
    predicador para tratar de solucionar el problema. Es verdad,
    muchas congregaciones sufren bajas en la asistencia debido muchas
    veces a que el predicador no satisface la necesidad espiritual de
    la congregación con sus sermones.

    EL PROCESO DE LA
    COMUNICACIÓN

    Es indispensable tener en mente que la
    comunicación es un proceso (es
    decir algo que va de paso a paso).. el proceso
    requiere un orden:

    · Un emisor: Es la persona que emite
    el mensaje.

    · Un receptor: Es la persona o
    personas que reciben el mensaje.

    · Un mensaje: Es el mensaje que se
    emite.

    · Un medio: Puede ser verbal o
    escrito.

    · Una acción: Es la demostración
    del mensaje, si ha sido captado.

    1. CARACTERÍSTICAS DE UN BUEN
    EMISOR

    A. Característica de Potencia B.
    Característica de
    Calidad

    1. Piedad 1. Conocimiento
    bíblico

    2. Vocación 2. Conocimiento
    de materias

    3. Llamamiento relacionadas con la
    Biblia

    3. Conocimiento
    secular.

    .

    A. Característica de Potencia

    1. Piedad: "Cariño y respeto hacia las
    cosas santas"
    Dic. Pequeño Larousse

    a). El predicador cristiano debe vivir en santidad: Se
    describe por una expresión practica de la fe en una vida
    de arrepentimiento, lucha contra la tentación y
    mortificación del pecado; en hábitos de
    oración, en el cultivo de la esperanza, el amor, la
    generosidad, el gozo, la justicia y el
    bien en las relaciones
    humanas.

    b). El predicador cristiano debe respetar la doctrina de
    Cristo que es conforme a la Piedad y la Verdad(1Tim. 6:3; Tit.
    1:1)

    2. Vocación: La Gran Enciclopedia Durván
    define la vocación como la "inclinación duradera
    hacia determinado estado o
    profesión". Generalmente la vocación es considerada
    como un elemento básico para el éxito.

    a).En el caso del predicador, éste debe tener
    vocación para predicar; es decir que realmente desee
    predicar y que sienta satisfacción en hacerlo.

    b). La vocación para predicar está
    determinada por la conversión. "De gracias recibisteis,
    dad de gracias" . Cuando la persona se
    convierte, generalmente desea que otras personas se conviertan
    también.

    c). Un predicador sin vocación sólo busca
    satisfacciones personales, sin importarle realmente el estado
    espiritual de las personas. Por contra el predicador con
    vocación jamás considerará su labor como una
    pesada carga, sino como una bendición; y la
    realizará con gozo. Un predicador con vocación, que
    se vea obligado a trabajar en otra cosa para ganar su sustento
    diario, dedicará sus horas libres y tiempo de
    descanso a satisfacer su enorme deseo de predicar el Evangelio,
    sintiéndose feliz y contento al hacerlo.

    3. El llamamiento: Aún hoy persiste la gran
    interrogante divina:" ¿A quien enviaré,
    quién irá por nosotros?" ( Is. 6:8) .
    También hoy en día se da la misma respuesta de hace
    más o menos 2600 años: "Heme aquí
    envíame a mí"

    Las Sagradas Escrituras nos narran de un gran numero de
    llamamientos que Dios hizo a sus siervos. Algunos de estos
    llamamientos eran para dedicar la vida entera a una misión
    como por ejemplo:

    Isaias: ( Is. 6:9,11)

    Los apóstoles: ( Luc. 6:12,16)

    Pablo: ( Hech. 26:12-20)

    En otras ocasiones ocasiones el llamamiento era para
    cumplir una misión
    temporal. Está por ejemplo:

    El profeta que amonestó a Jeroboam: ( 1 R.
    13)

    Amós ( 7:14,15)

    Ananias (Hech. 9:10-17)

    Al igual que Aarón, nadie puede tomar el
    privilegio título de predicador, si Dios no le ha llamado,
    dándole ese honor (He. 5:4). Dios conoce la necesidad de
    obreros en su viña, y sólo él puede
    enviarlos a trabajar. ( Lc.10:2)

    De lo anterior podemos deducir que no son obreros
    solamente aquellos que son hijos de predicadores o aquellos que
    han estudiado en Institutos Bíblicos y que tienen un
    "Título de Predicador".

    Un obrero es todo aquel al cual nuestro Dios llama. No
    depende del que quiere o puede , sino de aquel que llama. ( Rom.
    9:11,16)

    Posiblemente en la mente ha surgido esta interrogante:
    ¿Cómo puedo saber si Dios me ha llamado?. La
    respuesta es la siguiente:

    A. Sin que hombre alguno se lo ordene, usted
    ocupará su tiempo disponible
    en las cosas de Dios.

    B. Dios quitará sus dudas y vencerá su
    resistencia (si
    es que la hay), como en el caso de Jonás y
    Pablo.

    C. Dios proveerá los medios para su
    sostenimiento, para que usted dedique el tiempo necesario
    a la misión que
    le encomiende( Mat. 10:5-15)

    D. Los demás obreros (Llamados por Dios) , le
    extenderá la diestra de compañerismo en
    reconocimiento a su llamamiento ( Gál.2:9)

    B. CARACTERÍSTICA DE
    CALIDAD

    1. Conocimiento
    bíblico: Este tipo de conocimiento
    es indispensable en todo predicador. Saber citar pasajes
    bíblicos en forma adecuada y oportuna es de gran ayuda en
    el trabajo
    evengelistico y en toda obra de predicación. La Biblia es
    la fuente de inspiración primordial para el predicador. El
    mensajero de Dios debe leer su Biblia para conocer, edificarse y
    deleitarse ( Sal. 1:1-2; Jun.5:39;8:32; 1 Tim. 4:13; 2 Tim.
    3:14,17)

    Muchos predicadores no dan la debida importancia al
    conocimiento
    bíblico, y esto es de lamentar. Hay predicadores que han
    estudiado muchos temas doctrinales, sin embargo no son capaces de
    citar los libros de la
    Biblia en su debido orden. Tampoco pueden citar los pasajes
    más importantes de la Escrituras. Cuando se les hace notar
    su deficiencia, responden que eso no es importante, ya que
    existen muchas "ayudas" para el uso y estudio de la
    Biblia.

    Desafortunadamente, así es: existen muchas ayudas
    (concordancias, manuales,
    índices, tablas, etc.) que permiten al predicador
    encontrar en la Biblia el libro y
    pasajes adecuado. Sin embargo estas ayudas sólo son
    efectivas cuando en la quietud preparamos los sermones; pero son
    ineficaces en la obra práctica de hablar al público
    o en los debates.

    Ilustración:

    Cierta vez un predicador que confiaba mucho en su
    concordancia tuvo una controversia con un líder
    de cierto grupo
    religioso. El resultado fue desastroso, ya que la concordancia no
    le ayudó en lo absoluto, pues no pudo encontrar los textos
    adecuados a su debido tiempo. El citado
    líder,
    muy orgulloso citaba texto tras
    texto,
    poniendo en vergüenza a su opositor, al cual al final dio
    este consejo: "Es más fácil manejar la Biblia que
    ese libro". Desde
    ese día el predicador que se apoyaba en la concordancia
    decidió estudiar más su Biblia y memorizar
    sistemáticamente los textos necesarios.

    Realmente es hermoso ver como un predicador cita con
    autoridad la
    Biblia. Conocemos un número de buenos oradores que no
    abren la Biblia para leer los textos, sino que los citan de
    memoria. Hubo
    cierto predicador que en su sermón citó más
    de 30 textos, cometiendo un sólo error, el cual
    rectificó 30 segundos más tarde.

    Todo predicador debe memorizar la mayor cantidad de
    textos posibles, pero en forma sistemática o sea por
    tópicos. Por ejemplo: memorice 10 a 15 texto de cada
    uno de los siguientes tópicos. Pecado, arrepentimiento,
    bautismo, perdón, etc. Cuando usted domine la
    mayoría de textos básicos, usted citará la
    Biblia con mayor eficacia.

    Por último, recomendamos que los textos de
    memorizar deben de ponerse en la misma versión; aunque
    para la preparación de sermones debe poseerse varias
    versiones. Recomendamos las siguientes: Versión Antigua,
    Versión 60, Versión Popular, La Biblia de
    Jerusalén y la Nacar Colunga.

    2. Conocimiento
    de materias relacionada con la Biblia: En el punto anterior se
    mencionó que hay personas que no dan mucha importancia al
    conocimiento
    bíblico. Esto es cierto. Desafortunadamente también
    es cierto que hay personas que afirman que la Biblia es
    suficiente para ser un efectivo proclamador de las buenas nuevas.
    Este tipo de personas rechazan cualquier libro que
    ayude a comprender mejor el mensaje Bíblico.

    La Biblia es la palabra de Dios, la revelación de
    la voluntad de Dios. No obstante debemos recordar que la Biblia
    no se escribió en el presente siglo, sino hace cientos de
    años. Por esta razón existen en la Biblia muchos
    nombres, lugares, acontecimientos, costumbres, etc.., que no
    podríamos entenderse sin la ayuda de libros que
    hablen acerca de la Biblia.

    Los libros que
    hablan de la Biblia son de gran ayuda, pero debemos recordar que
    no son la verdad última. Los autores de tales libros dan sus
    muy particular punto de vista, de acuerdo a sus investigaciones.
    Así que tómelas como ayuda y no como la Biblia
    misma.

    El predicador que desea comprender en forma efectiva el
    mensaje bíblico para transmitirlo a sus oyentes, tal como
    Dios lo desea, deber saber de : Homiletica, Teología,
    Hermeneutica, Historia del Antiguo
    Testamento, Etc. Además debe poseer buenos comentarios de
    la Biblia.

    Por lo tanto, el predicador debe leer sus libros de
    consulta para preparar sus sermones. Además de los muchos
    libros acerca
    de la Biblia es recomendable que el predicador procure leer
    revistas religiosas(no importa la denominación), ya que
    las mismas contiene los conocimientos e inquietudes de mayor
    actualidad.

    3. Conocimiento
    secular: El hombre de
    Dios debe poseer conocimiento
    secular; este tipo de conocimiento
    es indispensable, ya que aunque el predicador no es del mundo,
    sí está en el mundo.

    El
    conocimiento de historia , geografía, gramática, etc.., dará al predicador
    abundante material para sus sermones, y los mismos serán
    de mayor cálida.

    Al adquirir conocimiento secular es importante saber los
    acontecimientos del pasado, obras, movimientos, personajes,
    fechas, lugares, anécdotas. Pero es muchisimo más
    importante estar al tanto de las cosas que suceden hoy en
    día. Séneca decía que es una lástima
    gastar nuestro tiempo estudiando
    las cosas del pasado sin saber las cosas que suceden a nuestro
    alrededor.

    El predicador debe ser un lector asiduo de los diarios y
    revistas. Debe escuchar diariamente los programas de
    noticias, locales, nacionales e internacionales. Si el predicador
    está actualizado y bien informado, sus sermones
    serán lecciones que traten problemas de
    actualidad.

    Muchos predicadores no han tenido la oportunidad de
    cursar estudios en escuelas secundarias y superiores, pero esto
    no les a impedido el
    conocimiento secular. Muchos predicadores se han vuelto"
    autodidactas"(aprendiendo por iniciativa propia y sin maestro), y
    han logrado obtener un buen caudal de conocimiento secular, que a
    veces es más desarrollado y brillante que el que posee una
    mayoría de los que han asistido a buenas instituciones
    educativas.

    Si el predicador adquiere conocimiento de lo relacionado
    con la Biblia, sabrá lo que significa, entre otras muchas
    cosas, lo que es un zeote, un tribuno, el areópago, el
    sanedrín etc..

    RESUMEN

    1. El predicador necesita poseer y desarrollar las
    características de calidad y de
    potencia. Ellas
    son la base para una buena labor dentro del Reino de
    Dios.

    2. La constancia es el estudio de todo material
    actualizado: boletines, revistas, folletos, y la lectura de
    diarios, aumentará el caudal de conocimiento del
    predicador.

    3. El predicador estudioso necesita poseer varias
    versiones de la Biblia para consultar sobre un determinado
    texto. No
    obstante deberá tener en cuenta que debe memorizar los
    texto de una
    sola versión al presentar un estudio (o indicar de
    qué versión especifica está
    citando)

    4. Es necesario dedicar tiempo al estudio
    de ayudas bíblicas que incluyan diccionarios,
    concordancias, léxicos, etc.

    5. Los temas a estudiar incluyen la Homiletica,
    Hermeneutica, Teología, Historia de la iglesia
    etc..

    CONSEJOS PRÁCTICOS EN EL
    PÚLPITO

    Cada predicador, necesita preguntarse en cada
    sermón: ¿Qué me propongo hacer con esta
    lección que voy a presentar? ¿Cuál es mi
    meta? porque para que el orador llegue a un feliz término
    con su mensaje, es necesario que haya preparado bien y domine la
    estructura
    como el contenido de su discurso.

    El orador necesita conocer bien la naturaleza de su
    discurso. Por
    ejemplo un discurso puede
    servir par (1) Informar. Este tipo de mensaje tiene como
    meta comunicar un conocimiento. Por lo general se da nueva
    información, o se amplía o se aclara
    vieja información. El sermón puede servir
    también para (2) Convencer. Aquí la idea es
    cambiar la manera de pensar de las personas, cuyas opiniones sean
    distintas a las del orador.

    Además el discurso puede
    tener como objeto (3) Persuadir. En este caso la audiencia
    ya tiene una idea de la que habla el orador. Ahora él
    (orador) crea un ambiente de
    motivación
    para la acción. Es decir que persuade a poner en practica
    el
    conocimiento. En realidad muchos mensajes combinan dos o los
    tres de estos aspectos. Según las necesidades. O sea que
    es común combinar las didáctica con el convencimiento y la
    persuasión.

    LA SELECCIÓN DEL
    TEMA

    Una de las preguntas más críticas y
    comunes que se hacen los predicadores es: ¿Que voy a
    predicar el próximo domingo? Desde luego que una de las
    respuestas a esta pregunta son las necesidades de la iglesia, como
    veremos más adelante. Pero conviene antes establecer el
    interés
    y la capacidad del orador para seleccionar un tema:

    1. El orador debe escoger un tema que sea importante e
    interesante. Hay oradores que inclusive planean un programa de
    enseñanza bíblica cuya relevancia amerite una
    elaboración cuidadosa del material. Por ejemplo, elaboran
    una serie de sermones según temas como "la cena del
    Señor", "la ofrenda", "la
    organización de la iglesia".
    etc.

    2. Para esto mismo el orador escoge un tema según
    su capacidad, es decir que esté dentro del campo de su
    experiencia, o que sienta que lo puede investigar con
    ahínco. Cuando el predicador no se sienta competente, debe
    invitar a otro orador para que se encargue del tema.

    Nota: A veces el predicador no tiene opción de
    seleccionar el tema. Por ejemplo cuando lo invitan a una serie de
    conferencias o campañas. Aun así, el predicador
    debe estar seguro de que
    puede exponer o desarrollar el tema.

    Si bien el ministro es capaz de escoger temas de acuerdo
    a su propio interés,
    también tendrá en mente los intereses espirituales
    de otros. Una fuente inagotable de temas para sus sermones
    será su experiencia diaria de interacción con
    otros. Sus diálogos con los creyentes y las opiniones de
    los incrédulos serán de valor
    universal. A su vez, el predicador debe desarrollar la capacidad
    de penetrar la realidad de la vida e interpretar sabiamente al
    ambiente de la
    comunidad en
    que se desenvuelva.

    Así, pues, los temas seleccionados por el
    predicador tienen que exhibir un interés
    vital relacionado con la existencia . Sus temas han de ser una
    reflexión seria sobre el hombre y su
    relación con el universo,
    incluyendo (1) problema de la vida, (2) el problema de la muerte, (3)
    el problema de la inmortalidad, (4) el problema del mal y el
    pecado, etc.

    EL CAMPO DE LAS
    NECESIDADES

    Muchas personas asisten a las reuniones de la iglesia en
    busca de la solución a problema que no pueden hallar en
    los otros círculos en que se desenvuelven. Creen que el
    único remedio a sus perplejidades más profundas se
    encuentra en la religión. Estas
    necesidades deben motivar al orador cristiano a preparar mejor
    sus sermones, ofreciendo un mensaje que ayude a aliviar las
    necesidades espirituales de sus oyentes. El sermón debe, a
    su vez, contribuir a fortalecer y estimular sus
    aspiraciones.

    El
    conocimiento del campo requiere que el ministro esté
    familiarizado con el estilo de vida, con las costumbres, con las
    ideas que caracterizan a la gente de su comunidad. En
    cuanto a la congregación, el predicador tiene que tener
    una información precisa sobre (1) el nivel
    intelectual de la gente con quien trabaja; el (2) nivel social y
    económico, el (3) nivel espiritual, incluyendo el
    conocimiento bíblico. Aunque parezca algo secundario,
    aun las edades son importantes: ¿Son la mayoría
    adultos?, ¿Jóvenes? ¿viejos?.

    El
    conocimiento del campo, es importante porque el predicador
    sabrá cuales son las necesidades más apremiantes de
    la grey. Sus discursos
    estará diseñados a enseñar y orientar
    individual y colectivamente, confrontando problemas
    personales y familiares. Si los hermanos son debiles en la fe o
    poco instruidos, será necesario elevar su conocimiento
    bíblico (dándoles el alimento
    espiritual).

    El orador sabrá qué nivel de lenguaje es
    más apropiado a la compresión de su audiencia,
    según su cultura. El
    orador tendrá también la capacidad de responder a
    preguntas reales y vitales. No estará respondiendo
    preguntas que nadie hace.

    PREPARACIÓN PERSONAL DEL
    ORADOR

    Aunque la oración y la
    meditación personal es algo
    obvio para el ministro, quiero hacer una breve
    reafirmación. El predicador debe recordar que él
    tiene una gran responsabilidad en cuanto a las almas. Si usted
    duda del valor de las
    almas humanas, piense en la suya. ¿Cómo la ve?. Por
    tanto, cuando el predicador se prepara a sí mismo, lo hace
    espiritualmente a la vez que intelectualmente.

    El predicador tiene que orar para que Dios le dé
    sabiduría y un espíritu de convencimiento se la
    verdad. De igual manera es esencial que ore por la audiencia, por
    aquellos que han de ser las receptores del mensaje. Estas cosas
    están resumida en 1 Tim. 4:13-16.

    LA DISPOSICIÓN EMOCIONAL DEL
    PREDICADOR

    La disposición emocional del
    predicador es un factor vital en la eficacia de la
    predicación. Vamos a dar el ejemplo del predicador
    pesimista . Este será el portador de malas noticias
    para los oyentes. Reflejará sus frustraciones en cuanto a
    sí mismo y en cuanto al mundo. Será un hombre
    decepcionado y temeroso que traerá a la mente de la gente
    todas las calamidades que ocurren en nuestro tiempo.
    Será el que expresa todos los males del mundo, pero sin
    dar soluciones que
    traigan esperanza a sus oyentes.

    Por contraste tenemos al predicador optimista.
    Este será el que crea que aun en medio de la tinieblas de
    maldad puede brillar la luz de la
    esperanza que Dios da a los que le buscan. Aunque el pecado
    contamine a la humanidad, aún habrá justos. La
    santidad no es una quimera. Es una aspiración de todo
    aquel que quiera honrar a Dios. En suma, el predicador optimista
    es el que predica la vida abundante, el ancla de fe en medio de
    esta tormentosa vida.

    EL TEMPERAMENTO DEL
    ORADOR

    En cuanto al temperamento del predicador, vamos a decir
    que hay dos tipos: (1) El temperamento intelectual, que
    pertenece al hombre educado, cuyo interés
    son los libros y no la
    gente. Sus sermones se caracterizarán por el
    énfasis en el orden y la
    personalidad. Preferirá las materias argumentativas.
    Tratará de explicar los problemas de
    la vida en una manera filosófica. Sus discursos
    será modelos de
    piezas literarias, con alusiones a autoridades famosas. Si el
    orador se excede de esta manera de predicar, sus sermones
    alcanzaran a sólo una pequeña parte de la
    audiencia.

    Por otro lado tenemos el (2) temperamento
    emocional
    , que apela al corazón
    con sus sermones. Este es el mensaje de tipo persuasivo, por el
    cual el orador se excita desmedidamente a sí mismo y
    excita fuertemente los ánimos de la audiencia. Su
    sermón carecerá de estructura y
    formalidad. Y si se sobrepasa, su presentación será
    mas sensacionalismo y exhibicionismo que entendimiento. A la
    larga este estilo tampoco alcanza a todo tipo de audiencia. Hay
    quienes se resienten ante la emotividad excesiva.

    Entonces, ¿cómo debe ser el predicador? .
    Es difícil ser intelectual y emocional al mismo tiempo. Lo ideal
    es que el orador cristiano alcance un equilibrio
    entre dos temperamento. El predicador debe ser lo suficiente
    hábil como para saber cuándo es más
    necesario persuadir que educar. Lo importante es que el
    sermón se adapte a la circunstancias.

    LA CONVICCIÓN PERSONAL DEL
    ORADOR

    Por último es necesario recalcar que muchas
    personas que asisten a las reuniones de la iglesia para
    escuchar un sermón, no quieren oír algo nuevo, sino
    que anhelan esclarecer sus dudas sobre aspectos doctrinales o de
    otra índole. Ante esto el orador tiene que ser de fuerte
    convicción. Es decir que el orador debe tener como meta
    afirmar la verdad y no ponerla en duda. El predicador no
    deberá exponer en el púlpito sus dudas, porque las
    dudas traerán confusión y división en la
    iglesia en vez de iluminación espiritual. Es esencial,
    pues, que el predicador sea firme y resuelto en sus
    enseñanzas.

    RECOMENDACIONES
    FINALES.

    1. No hacer muchas bromas. Unas
    referencias humorísticas en determinados casos son
    útiles para "romper el hielo" o relajar un poco a la
    audiencia. Sin embargo, cuando se abusa de este recurso, las
    bromas más bien distraen a la gente y se pierden la
    seriedad del discurso.

    2. No ser escandaloso. El orador no debe ser
    ruidoso, ni con su voz (gritos) ni con sus gestos, ni
    movimientos. En cuanto a su voz, ésta debe ser lo
    más moderada posible (y agradable) y de volumen adecuando
    al local y el número de la audiencia. Además el
    orador no debe ser exagerado en sus movimientos, al grado de
    convertirse en un espectáculo sensacionalista. Esto
    también puede distraer a la audiencia. En vez de poner
    atención al mensaje de Dios, la gente pondrá su
    atención en el
    hombre.

    3. Brevedad. La máxima capacidad de
    escucha (atención) de la audiencia es de 20 y 40 minutos.
    Después de este tiempo,
    generalmente la audiencia pierde interés,
    se cansa o se distrae fácilmente. Si el orador es incapaz
    de comunicar su mensaje en una media de 30 minutos, aunque cuente
    con 3 horas más, no tendrá mayor
    éxito

    CONCLUSIÓN:

    El predicador en el púlpito,
    proclama la palabra de Dios por mandato divino. Los mensajes
    deben buscar el interés y
    la transformación con la finalidad de Salvación.
    Por esto debe ser hombre convertido, debe haber descubierto su
    vocación ministerial y aún amar profundamente a los
    perdidos. Sin olvidar que el ministerio conlleva la
    Cruz.

    Por otra parte debe ser capaz de comunicar el mensaje de
    la Biblia, a su vez informar, convencer y persuadir a la
    audiencia, siendo capaz de seleccionar los temas que sean
    importante y necesario.

    El predicador no puede perder de vista que todo debe ser
    puesto antes en oración. Ser optimista y no pesimista es
    lo que le conviene a la audiencia. Tomar un temperamento medio,
    ni intelectual ni emocional, buscando a su vez trasmitir un
    espíritu de convicción y nunca de duda respecto de
    la verdad. No usar en el púlpito demasiadas bromas ni
    tampoco ser muy escandaloso (en el tono de la voz), siendo capaz
    de presentar su sermón en un tiempo prudente
    para que sea efectivo a la audiencia. Y por su puesto nunca
    avergonzarse del evangelio "…porque es poder de Dios
    para salvación a todo aquel que cree;…"
    (Rom.
    1:16)

    BIBLIOGRAFÍA

    Hacia una predicación comunicativa………
    Dr. Rubén Gil

    Discurso a mis estudiantes………………….
    .. . Spurgeon

    Historia de la predicación cristiana
    …………Alfredo Ernesto García

    Púlpito Teología y
    Esperanza…………………..Samuel Pagan

    Curso obrero Instituto Baster

    Autor:

    Juan Manuel Díaz
    Chaparro,

    ,edad 39 años, he cursado estudios básicos,
    avanzados, de obrero y líder
    cristiano en el Instituto Baxter de estudios bíblicos y
    culturales Honduras, en la actualidad estoy terminando mi
    formación en el centro cristiano de formación de
    Líderes Madrid. Este es un trabajo que realice de investigación para este centro de
    formación. Espero que le pueda ayudar a los que
    estén cursando algún tipo de estudio sobre esta
    materia.

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