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osteoporosis




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    La osteoporosis es una enfermedad
    del sistema esquelético
    caracterizada por la disminución de la masa ósea y
    deterioro estructural del tejido óseo, con el consiguiente
    aumento de la fragilidad del hueso y de la susceptibilidad para
    desarrollar fracturas. Esto posibilita la ocurrencia de fracturas
    con traumatismos mínimos. Es la causa más importante de
    fracturas en el mundo occidental. El riesgo es 2-4 veces mayor en las
    mujeres que en los hombres. La probabilidad de fracturas de
    cadera aumenta 1.3 % por año en mujeres mayores de 65
    años y la mitad en el caso de los hombres. A los 65
    años, la incidencia es de 1-2/1.000 para las mujeres y de
    0.5-1/1.000 para los hombres. A los 85 años, los
    índices correspondientes son de 25/1.000 para las mujeres y
    de 10/1.000 para los hombres.

     

     

    Cualquier hueso del esqueleto puede lesionarse, salvo
    los del cráneo, aunque las fracturas más frecuentes son
    las de la cadera, muñeca y los aplastamientos
    vertebrales.

    La osteoporosis es una enfermedad propia de las personas
    en edad avanzada, especialmente mujeres. Se calcula que el 30% de
    las mujeres posmenopáusicas tendrían osteoporosis, cuya
    incidencia aumenta exponencialmente con la edad a partir de los
    70 años. La menopausia representa una de las principales
    causas de osteoporosis, a causa de una disminución de los
    niveles de estrógenos.

    De los múltiples factores que contribuyen a
    disminuir la densidad ósea podemos
    destacar:

    • Menopausia: la disminución en la
    secreción de estrógenos que ocurre en esta etapa
    determina un aumento en el recambio óseo. Esto ocasiona
    una aceleración de la perdida de masa
    ósea.

    • Edad: a partir de los 35 a 40 años se
    produce una pérdida fisiológica de hueso ( alrededor
    del 0.5 – 1% anual).

    • Andrógenos: la deficiencia de esta
    hormona en el varón conduce a la osteoporosis.

    Sexo: la masa ósea al
    finalizar el desarrollo es menor en
    la mujer que en el hombre.

    • Corticoides: los niveles elevados de
    corticoides, ya sea endógeno (Síndrome de Cushing),
    como exógeno (medicamentos) cursan con osteoporosis con
    elevada frecuencia.

    • Hormona tiroidea: aumenta el recambio
    óseo, potenciando las pérdidas; de ahí el riesgo
    que entrañan los Hipertiroideos.

    • Dieta: pobre en calcio y vitamina D, sobre
    todo si ocurre durante el crecimiento.

    • Ejercicio físico: su falta durante el
    desarrollo dificulta la adquisición de una masa ósea
    adecuada. El sedentarismo, a cualquier edad, aumenta el riesgo
    de osteoporosis.

    • Hábitos sociales: el tabaco, el alcohol y el café, favorecen el
    desarrollo de esta enfermedad..

     

    Cuadro
    clínico

    La aparición de fracturas, con las consiguientes
    manifestaciones acompañantes (dolor, impotencia funcional,
    deformidad) constituye el rasgo clínico fundamental de esta
    enfermedad.

    • Dolor. El dolor es el principal síntoma. En las
      fracturas de los huesos largos, como el
      fémur o el radio, se produce en forma
      brusca e intensa. En los aplastamientos vertebrales pueden
      distinguirse dos tipos de dolor: uno agudo, intenso y bien
      localizado; y otro sordo, continuo y de localización
      difusa. El primero, suele aparecer de forma brusca tras sufrir
      un mínimo traumatismo o realizar un pequeño esfuerzo
      (toser, levantar peso, agacharse), localizado en la línea
      media de la espalda y que aumenta con la movilización.
      Tras los primeros aplastamientos el dolor llega a ceder
      totalmente, aunque cuando se han sucedido varios episodios
      puede quedar un dolor de tipo crónico, persistente y que
      suele ser de menor intensidad que el anterior. Probablemente el
      origen de este dolor radica en la contractura mantenida en los
      músculos de la región afectada.
    • Deformidad. La acumulación de fracturas
      vertebrales provoca una serie de cambios en la estructura corporal. Suele
      decirse que cada compresión vertebral provoca la
      pérdida de 0,5 a 1 cm. de altura, por lo que no es de
      extrañar que exista una disminución progresiva de la
      talla que, en ocasiones, puede superar los 10 cm.
    • Alteración de la movilidad. Además de la
      restricción de la movilidad que impone el dolor, la
      sucesión de aplastamientos vertebrales provoca una serie
      de modificaciones en el hábito corporal que pueden
      dificultar la función respiratoria, la
      postura y la marcha, que se realiza a pasos cortos y
      arrastrando los pies.

     

    Tratamiento

    Sin duda el mejor tratamiento lo constituye la
    prevención. El ejercicio físico, dentro de las
    limitaciones que imponga el estado de cada persona, representa una buena
    medida preventiva. Pasear durante 30 a 60 minutos, 3 a 4 veces
    por semana, podría ser suficiente. También son
    útiles los ejercicios dirigidos a tonificar la musculatura
    de la espalda. Debe aumentarse la ingesta de calcio, ya sea a
    expensas de productos lácteos o mediante la administración de
    sales de calcio. También deben cubrirse los requerimientos
    mínimos de vitamina D.

    En situación de menopausia, los estrógenos
    disminuyen claramente la pérdida de masa ósea y reducen
    significativamente la incidencia de fracturas vertebrales y de
    cadera (alrededor del 60%). Además, mejoran los
    síntomas menopáusicos y reducen hasta en un 50% la
    incidencia de enfermedades cardiovasculares.
    Este tipo de tratamiento exige la realización de controles
    ginecológicos y mamarios cada 12 meses.

    Cuando no es posible el empleo de estrógenos
    (ancianos, mujeres de más de 5 años de menopausia y
    varones que no requieran de testosterona),puede administrarse
    difosfonatos o calcitonina. Estos medicamentos han demostrado su
    capacidad para prevenir la pérdida de masa ósea, y
    disminuirían la incidencia de fracturas vertebrales y de
    cadera.

    Los episodios de dolor (fracturas) deben tratarse con
    analgésicos y reposo durante 2 semanas (dependiendo de cada
    caso). Puede ser de utilidad el uso de calor local, así como el
    uso de corsés ortopédicos.

    Las medidas preventivas deben dirigirse a conseguir el
    máximo capital óseo durante el
    período de desarrollo y a contrarrestar, en la medida de lo
    posible, los factores causantes de la pérdida posterior de
    hueso. Para ello, se deben seguir desde la infancia las recomendaciones
    descriptas en el tratamiento, ejercicio físico, ingesta
    adecuada de calcio y vitamina D, y corregir los factores de
    riesgo.

    La administración de
    vitamina D y calcio reduce en un 50% la incidencia de fractura de
    cadera en mujeres mayores de 75 años.

    Por último se puede adaptar una serie de medidas
    sencillas para reducir la frecuencia de caídas: adecuar el
    entorno de los ancianos (eliminar alfombras, acondicionar los
    cuartos de baño), mejorar los problemas visuales (cataratas)
    y evitar los medicamentos sedantes, entre otras.

     

    Sugerencias
    Dietarias

    DAR PREFERENCIA A LOS ALIMENTOS RICOS EN
    CÁLCIO

    La leche y derivados (yogur,
    cuajada, quesos…) tienen la fama de ser las mejores fuentes de calcio; sin
    embargo, existen diversos alimentos vegetales tanto o más
    ricos en este mineral que los anteriores.

    No obstante, el aprovechamiento por el organismo del
    calcio de los vegetales no es tan eficaz como la del calcio de
    los lácteos y esto se debe a que existen en los alimentos
    sustancias que favorecen o interfieren con la absorción y
    posterior aprovechamiento de dicho mineral.

    – Favorecen la absorción del calcio: La vitamina D,
    las proteínas, la lactosa,
    sustancias todas ellas presentes en los lácteos. De ahí
    que se considere a estos productos como fuente más eficiente
    de calcio.

    – Interfieren su absorción: El exceso de
    fósforo, como ocurre en las dietas en las que se abusa del
    consumo de alimentos
    proteicos, especialmente de carne y derivados. Los fitatos,
    sustancias presentes en el salvado de trigo y en la cáscara
    de otros cereales y los oxalatos abundantes en las verduras de
    hoja, forman sales insolubles ocn el calcio, e impiden su
    óptima absorción.

    – Leche de Soja y sus derivados;

    – Cáscara de huevo (higienizada, desecada) se puede
    reducirla a polvo y luego mezclarla en sopas, licuados de frutas
    u otras preparaciones culinárias; otra receta: se mezclan
    por partes iguales, por ej siete cáscaras de huevos (
    higienizadas y desecadas) con el jugo de siete limones, para esta
    proporción se agregan dos cucharadas de azúcar, se deja de 2 a 3
    días en reposo, en la heladera, luego se cuela y se ingieren
    dos cucharadas soperas por día, o media tazita de cafe, en ayunas.

    Peces: salmón, sardina,
    mejillones, ostras, langostinos, anchoas, los pescados de los que
    se come la espina tales como sardinas en lata, boquerones, etc.,
    también son ricos en calcio.

    – Harina de soja, porotos negros, adukis, lentejas,
    sésamo, melaza negra, copos de cereales.

    – Frutas: naranja, mandarina, duraznos, damascos, frutas
    secas, especialmente almendras, consumir 7 a 8 diarias,
    avellanas, coco rallado y legumbres en general y con cantidades
    más discretas, la col, el brécol, las espinacas,
    vegetales: alfafa, choclo,zapallo,remolacha.

     

    ALIMENTOS RICOS EN VITAMINA D ( ver Chequea tu consumo
    de Vit.D)

    – La vitamina D se encuentra principalmente en el
    aceite de hígado de
    bacalao o arenque y atún.

    Recomendaciones:

    – Ingerir líquidos – como mínimo 1200 ml./
    día: tizanas, agua pura filtrada o mineral
    (preferentemente mineral debido al tenor de calcio) – Evite fumar
    y la ingesta de alcohol. – Expongase a la luz solar diariamente en los
    horarios recomendados. La vitamina D es esencial en la
    absorción del calcio;

    – Pratique ejercicios regularmente pues, mejoran la
    circulación sanguinea, contribuyen en el control de la presión arterial y peso,
    favorecen a la mineralización ósea, conservan el tono
    (rigidez) muscular, además de activar la inmunidad celular,
    previniendo enfermedades;

    – Duerma bien, el sueño ayuda en la
    reconstitución de las defensas organicas;

    – Busque armonizarse con el medio ambiente. Conquiste
    energias positivas, que le ayudarán a producir substancias
    benéficas para la conservación saludable de su metabolismo.

     

    OSTEOPOROSIS: NUEVO
    TRATAMIENTO

    Congreso de
    Toronto

    En septiembre de 2.000 se celebró en Toronto,
    Canadá, el 22° Congreso de la Sociedad Americana para la
    Investigación Mineral
    Ósea, en el que cerca de 5.000 expertos procedentes de todo
    el mundo discutieron diferentes aspectos relacionados con las
    patologías del hueso.

    La osteoporosis ocupó un lugar estelar entre los
    temas que se trataron en esta importante reunión
    científica, coincidiendo los especialistas al señalar
    que las últimas evidencias demuestran que esta
    enfermedad evoluciona más rápidamente de lo que se
    pensaba hasta ahora y que, por tanto, debe ser abordada desde un
    punto de vista terapéutico de una forma más eficaz y
    precoz.

    Este hecho se ha visto puesto de manifiesto ante
    datos como estos:

    • una de cada cinco mujeres
    postmenopáusicas que sufren una fractura, vuelven a
    padecer una nueva fractura en un período inferior a un
    año (1),

    • la alta mortalidad asociada a la fractura de
    cadera, ante la que cerca del 25% (2) de las pacientes fallecen
    en los primeros seis meses y el 40% (3) en los dos primeros
    años.

    Nuevos
    tratamientos

    En el apartado de nuevas terapias, los expertos reunidos
    en Toronto destacan el importante papel a jugar en los
    próximos años por el risedronato, un bifosfonato de
    última generación, que ha demostrado tener una eficacia y un perfil de seguridad que le sitúan como
    una de las primeras alternativas terapéuticas para el
    tratamiento de la osteoporosis.

    Los ensayos clínicos llevados
    a cabo hasta ahora con este fármaco han evidenciado que el
    risedronato muestra rápidamente sus
    beneficios clínicos, reduciendo hasta en un 65% (4) el
    riesgo de fractura vertebral en un período inferior a un
    año.

    Esta reducción del riesgo se mantiene, e incluso
    aumenta en muchos casos, en aquellas mujeres que ya han sufrido
    dos o más fracturas vertebrales. Así lo ha
    señalado el Dr. J.P. Brown, del Hospital Universitario de
    Quebec, Canadá, al presentar los últimos resultados de
    los estudios VERT-MN, en el que han participado más de 1.200
    pacientes de Europa y Australasia
    (reducción del riesgo de fracturas múltiples del 96% en
    un año), y VERT-NA, en el que se incluyeron más de
    2.400 pacientes de Estados Unidos y Canadá
    (reducción del 77% en un año).

    En lo que se refiere a los estudios sobre seguridad y
    tolerabilidad llevados a cabo con el risedronato, cabe concluir
    que este fármaco muestra un perfil de seguridad, en muchos
    casos, comparable a placebo.

    Tal como ha apuntado el Dr. M.Bolognesse, del Centro de
    Salud del Hueso, de Gaithersburg,
    Estados Unidos, los efectos secundarios sobre la mucosa
    intestinal han estado clásicamente
    asociados a los bifosfonatos, pero analizando más de 4.000
    pacientes mayores de 80 años y tratados con el risedronato se
    puede concluir que el perfil de seguridad de este fármaco en
    ensayos clínicos controlados es muy similar al observado con
    placebo. (5)

    El Dr. P.D. Adami, de Hamilton, Canadá, confirma
    las palabras del Dr. Bolognesse, al referirse a un estudio(6) en
    el que se evaluó la respuesta al risedronato en pacientes
    que previamente presentaron efectos secundarios al alendronato,
    otro bifosfonato. Tal como ha explicado este especialista, en
    estos pacientes el risedronato fue tan bien tolerado como lo fue
    el placebo, lo que, según el Dr. Adami, "confirma el
    excelente perfil de seguridad de este fármaco sobre la
    mucosa gástrica, ya observado en otros ensayos
    clínicos".

    Superioridad sobre el
    alendronato

    Concretamente, y analizando los resultados de una
    investigación (7) que comparaba exhaustivamente la acción a nivel
    gastrointestinal del risedronato con alendronato, se concluye que
    el número de úlceras gástricas asociadas al
    tratamiento con risedronato es significativamente inferior al que
    se observa en los pacientes tratados con alendronato.

    En este sentido, y tal como señala el Dr. J.K.
    Marshall, de la Universidad McMaster, de
    Hamilton, Canadá, y principal investigador de este estudio,
    cabe decir que "ante dos fármacos del mismo grupo terapéutico, como
    son risedronato y alendronato, se pueden encontrar diferencias
    importantes desde el punto de vista de seguridad y efectos
    secundarios. Concretamente, y tras nuestra investigación,
    -enfatiza el experto- se puede concluir que alendronato presenta
    un mayor potencial de daño sobre la mucosa
    gástrica que risedronato".

    Otra investigación presentada en Toronto por el Dr.
    D. Hosking, del Hospital de Nottingham City, Reino Unido, pone
    también de manifiesto el excelente perfil de seguridad a
    nivel gastrointestinal de risedronato. Concretamente, 497
    pacientes con historia clínica de enfermedad
    gastrointestinal, o sometidos a tratamiento con
    anti-inflamatorios no esteroideos, bloqueadores de la H2 o
    inhibidores de la bomba de protones, fueron divididos en dos
    grupos para recibir
    risedronato o placebo diariamente durante tres años,
    observándose un perfil de efectos secundarios muy similar en
    los dos grupos, lo que demuestra el alto grado de tolerabilidad
    que presenta el risedronato a nivel gastrointestinal.

    Otro de los hechos que se han venido evidenciando en los
    últimos tiempos es que la presencia de una fractura
    vertebral aumenta muy significativamente el riesgo de sufrir una
    nueva fractura.

    Concretamente, se ha observado que el 20% de las mujeres
    que sufren una fractura, vuelven a padecer una nueva fractura en
    un período inferior a un año, de ahí la
    importancia de desarrollar estrategias que prevengan esa
    primera fractura.

    En este sentido, también se está destacando en
    Toronto el papel del risedronato, el cual ha demostrado en un
    estudio (8) en el que han participado 383 mujeres sin fracturas
    vertebrales previas, y además con una baja densidad mineral
    ósea, que puede llegar a reducir el riesgo de fractura hasta
    en un 70%, tal como ha señalado el Dr. M.Hooper, del Concord
    Repatriation Hospital, de Australia.

     

    Juan Manuel Suárez

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