Algunas
características importantes del sector agrícola del
Estado Mérida
Potencialidad
Agroecológica del Estado
Mérida
Importancia relativa del
sector agrícola y agroindustrial en la economía
del estado
Pasado reciente,
situación actual y nuevo entorno macroeconómico
para la agricultura merideña
Problemas a Resolver para
Alcanzar los Objetivos, Lineamientos de Política y
Acciones Prioritarias
Lineamientos de
política y acciones prioritarias
Algunas
características importantes del sector agrícola del
Estado Mérida.
Potencialidad
Agroecológica del Estado Mérida
El Estado Mérida está emplazado dentro del
Sistema Andino
Venezolano como una prolongación de la Cordillera Oriental
de los Andes Colombianos. El ramal de la Cordillera de
Mérida, se constituye en un gran bloque que separa el Lago
de Maracaibo de los Altos Llanos Occidentales. Este complejo
relieve
condiciona en cierto sentido el clima, originando
una variabilidad de tipos climáticos, que van desde el
tropical de la planicie al de páramo, y del
semiárido (Lagunillas) al muy húmedo en las
vertientes nubladas, lo que crea una heterogeneidad de ecosistemas
naturales.
El clima y el relieve diferencian tres grandes unidades
fisiográficas, a saber: montaña y valles
intermontanos, piedemonte andino lacustre y la planicie
lacustrína.
En los diferentes ramales de la primera unidad, la
topografía es muy irregular, en donde las
pendientes exceden el 35% de inclinación, con
excepción de los fondos de los pequeños valles
intermontanos donde, por sus pendientes más suaves, se
realiza la mayor parte de la actividad productiva; y aquí
están los asentamientos humanos. En este ramal es donde
nace una buena parte de los más importantes cursos de
agua que posee
el
Estado.
La unidad de Piedemonte, constituye un conjunto
montañoso bajo y colinas residuales de topografía
ondulada, que a nivel de la planicie se torna en forma de
abanicos aluviales torrenciales, donde se originan dos grandes
espacios: uno, de vertientes taludes y lechos de ríos que
ocupan la mayor parte de la superficie del Estado con pocas
posibilidades de utilización; y el otro, constituido por
las áreas de deposición de topografía plana,
suave o moderada, pero con una baja oferta de
tierras donde se desarrolla la casi totalidad de las actividades
agroeconómicas. Con relación a los suelos, la gran
variación de factores como clima, geología,
topografía y vegetación, originan una compleja
variabilidad de los mismos. En el sector montañoso los
suelos son de poca profundidad, pedregosos y de bajo contenido de
materia
orgánica. Y en las vertientes menos pronunciadas y
pendientes suaves, se encuentran suelos bien estructurados y de
variable espesor: La segunda unidad – el Piedemonte -, donde la
topografía es accidentada y el clima ligeramente
húmedo, los suelos tienden a ser de textura arcillosa, de
lenta permeabilidad y poco profundos. Donde cambian estas
condiciones (climas secos y topografía ondulada, fuertes
procesos
erosivos y escasa vegetación), se presentan suelos
esqueléticos y poco profundos.
Por el contrario, en la planicie -tercera unidad -, sus
características climáticas y geomorfológicas
determinan la existencia del mayor potencial edáfico,
siendo el mal drenaje uno de los problemas
más importantes a resolver. Además, encontramos
suelos que varían de livianos a medios con
problemas de drenaje. Los suelos de textura media tienen buen
desarrollo
pedogenético y buena fertilidad, con limitantes como
pedregosidad superficial y clima seco.
De acuerdo con los datos aportados
por el Plan de
Ordenación del Territorio elaborado por el Ministerio del
Ambiente y los
Recursos
Naturales Renovables (MARNR) para 1991 (ver cuadro l), el
Estado Mérida cuenta con 1.153.254 hectáreas, de
las cuales 137.779 hectáreas (11,9%) se encuentran
disponibles para la agricultura
intensiva (incluyendo usos para horticultura, floricultura,
fruticultura, cultivos anuales mecanizados y plantaciones
tropicales); 177.665 hectáreas (15,4%) para usos
pecuarios, sean intensivo, semi-íntensivo y extensivo,
21.064 hectáreas (1,8%) para agricultura y ganadería
de subsistencia; 185.129 hectáreas (16,1 %) para
plantaciones de sotobosque, y 631.617 hectáreas (54,8%)
para usos forestales.
Los datos antes mostrados permiten afirmar que gran
parte del territorio se encuentra ocupado por usos forestales y
de protección integral, y que existe una importante
cantidad de tierra que
puede destinarse a usos agropecuarios. Esto último sirve
de soporte para el desarrollo exitoso de estas actividades. De
acuerdo con el estudio de Aguilar y Aldana (1988), sobre la
potencialidad de la tierra en
el Estado Mérida, existe una importante superficie que
podría ser incorporada a los usos agropecuarios, si los
productores adoptaran algunas prácticas conservacionistas
que permitan superar las limitaciones actualmente existentes. El
uso de rotación de cultivos, de fajas conservacionistas,
la construcción de terrazas a curvas de nivel,
de semillas mejoradas, entre otras prácticas,
harían posible pasar importantes áreas de siembra
de cultivos permanente a cultivos anuales. Con ello se
ampliaría la cantidad de tierras dedicadas a usos
más intensivos, generalmente de mayor velocidad de
retorno de la inversión empleada.
Lo mismo podría decirse de la superficie que se
encuentra cubierta con vegetación de páramo. Estas
tierras pueden tener un uso turístico, recreativo, docente
y/o científico, desempeñando al mismo tiempo un
importante papel en la conservación de las cuencas
hidrográficas para la Producción como para el mantenimiento
de los más importantes ríos del Estado. De acuerdo
con esta apreciación, se puede concluir que el Estado
Mérida presenta una potencialidad de la tierra que
proyecta una amplia posibilidad aumento de las actividades
pecuarias, así como otros usos que mejorarían la
economía
del Estado sin comprometer la conservación ambiente. Otro
aspecto de especial relevancia en la caracterización de la
tierra en el Estado lo constituye la presencia de áreas
bajo régimen de administración especial.
Debido a que más de las tres cuartas partes de la
superficie se encuentran ubicadas dentro de diversas figuras
jurídicas como Parques Nacionales y Zonas Protectoras, se
hace imprescindible compatibilizar los diversos usos, que
constituyen entre otros, la principal fuente de ingreso para un
importante número de familias merideñas. De esta
manera, se haría posible la armonización de los
criterios conservacionistas, la justicia soca
y la viabilidad económica enfatizando el rol
protagónico de los pobladores locales como garantes del
desarrollo
sustentable propuesto.
Importancia relativa del
sector agrícola y agroindustrial en la economía del
estado.
Según estimaciones del Instituto de Investigaciones
Económicas y Sociales (IIES) de la ULA (1996), durante los
últimos tres años (1993-1995) la actividad
agrícola contribuyó entre un 17 y 19% a la
generación del Producto Interno
Bruto Total del Estado (PIBEM). Dicha participación es
muy superior a la presentada por el sector agrícola en
relación con el PIB del
país, la cual se ubicaba alrededor del 5-6% para el
período considerado y en el orden del 6-7% en cuanto a su
contribución directa al PIB no petrolero.
Si se toma en consideración la importancia de la
fuerza de
trabajo
agrícola con relación a la total para el Estado
Mérida, se tiene que según el Censo de 1990 (OCEI
1993a), la población de 12 años y más
dedicada a actividades agrícolas representaba el 28,9%
mientras que a nivel nacional dicha variable se ubicaba en 12,5%.
Debe señalarse también que según la misma
fuente de información (OCEI 1995), la
proyección de la población que vivía en
áreas rurales (según la OCEI se entiende por
área rural aquella que reside en centros poblados con
menos de 2.500 habitantes) se estimaba para 1995 en 20,8% del
total, porcentaje significativamente superior al que representaba
la población rural en el ámbito nacional
(14,6%).
Existen muy pocos estudios sobre todo actualizados, que
permitan tener una idea clara sobre la evolución de la agroindustria y su
importancia en la economía del Estado. Un minucioso
estudio realizado sobre el Desarrollo Industrial en la
Región Los Andes (Spinetti y Varela, 1992) reportaba que
la agroindustria (alimentos,
bebidas y tabaco)
merideña para 1985 representaba el 43% de los
establecimientos industriales, el 50,9% del empleo
manufacturero y el 79,8% y 55,9% del valor de la
producción y del valor agregado de la industria
manufacturera estatal respectivamente. Más recientemente,
el directorio industrial del Estado Mérida, elaborado por
CORPOANDES (1994), da cuenta de la existencia de 102
establecimientos en la rama de alimentos, bebidas y tabaco, los
cuales generaban 1.921 empleos. En términos relativos,
según la fuente antes citada, para 1994 los
establecimientos de la rama de alimentos, bebidas y tabaco
representaban el 30% del total de establecimientos y el 39,3% del
empleo manufacturero (Recientemente se han instalado otras
agroindustrias en el área de El Vigía dedicadas al
procesamiento del plátano (tostones y harina) y a la
producción de pulpa de frutas.
Se sabe que estas industrias
están realizando exportaciones
hacia Colombia y los
EE.UU. Más allá de las cifras se quiere dejar
constancia de la necesidad de realizar estudios que permitan
diagnosticar y formular políticas
para el desarrollo industrial en general y el agroindustrial en
particular, en el ámbito del Estado Mérida). Dichas
cifras confirman que la agroindustria, a pesar de su desarrollo
incipiente y potencial desaprovechado, es la rama de la industria
manufacturera más importante para el Estado
Mérida.
Con los datos anteriores lo que se quiere es poner de
relieve la importancia que tiene la actividad agrícola, la
agroindustria y la población rural a la hora de plantearse
una estrategia de
desarrollo para el Estado. Más allá de las cifras
antes señaladas, debe tenerse presente que la dinámica económica de un conjunto de
centros rurales y urbanos del Estado (El Vigía, Tovar,
Santa Cruz de Mora, Chiguará, Nueva Bolivia,
Tucaní, Arapuey, Timotes, Mucuchies, Santo Domingo, Pueblo
Llano y otras) tienen su explicación última en el
comportamiento
de las actividades agrícola y agroindustrial en menor
grado, las cuales generan un conjunto de encadenamientos y
efectos indirectos (aguas arriba y aguas abajo) que a su vez
potencia el
crecimiento de otras actividades económicas: transporte,
comercio,
banca y finanzas,
etc.
Algunas características
socioeconómicas de la población rural del Estado
Mérida A pesar de su importancia relativa, la
población rural en términos generales se
caracteriza por los bajos niveles de ingreso, inferiores a los
que se obtienen en las áreas urbanas. Según la OCEI
(1993b), Mérida es el 6° Estado menos pobre del
país (De acuerdo con el Método de
Necesidades Básicas insatisfechas) No obstante, tal
cifra global esconde una dolorosa realidad, cual es aquella que
muestra
elevados niveles de pobreza total y
extrema en Municipios donde se desarrolla de manera importante la
actividad agrícola y en los cuales se concentra la
población rural. Así, los Municipios Rivas
Dávila, Andrés
Bello, Alberto Adriani, Rangel, Zea, Padre Noguera, Cardenal
Quintero, Miranda, Antonio Pinto Salinas, Tulio Febres Cordero,
Sucre, Obispo Ramos de Lora, Julio César Salas, Pueblo
Llano, Caracciolo Parra Olmedo, Guaraque, Justo Briceño,
Arzobispo Chacón y Aricagua presentaban para 1990
más del 40% de los hogares en condiciones de pobreza. Esta
situación obliga a pensar sobre la necesidad de un
desarrollo agrícola y de las áreas rurales que
promueva la equidad y
mejoras sustanciales en la calidad de
vida, como objetivo que
permita superar la situación antes descrita. Debe
señalarse también que esta población, sobre
todo la que se encuentra en condiciones de pobreza extrema,
constituye un grupo
altamente vulnerable a enfrentar situaciones de subconsumo
calórico, proteico y de otros nutrientes por lo que
debiera ser objeto de programas
especiales que permitieran diagnosticar, vigilar y superar las
condiciones de subconsumo alimentario y del resto de condiciones
que influyen sobre la seguridad
alimentaria de estos grupos
socioeconómicos.
(Debe tenerse presente que los sectores
socioeconómicos de menores ingresos dedican
un elevado porcentaje de su ingreso familiar al gasto en
alimentos. En condiciones de inflación y
crecimiento del precio de los
alimentos, estos grupos
sociales tienden a ser afectados con mayor intensidad que
aquellos grupos de elevados ingresos, convirtiéndose en un
sector social altamente vulnerable al aumento de los precios de los
alimentos y a la disminución del ingreso real (dada su
elevada elasticidad
precio e ingreso de la demanda de
alimentos). Es por ello que en el corto plazo, para
compensar al menos parcialmente los efectos del programa de
ajuste económico (Agenda Venezuela), la
población en situación de pobreza, en especial
aquella en condiciones de pobreza extrema, debe ser objeto de
programas de empleo, ayuda alimentaria localizada y de vigilancia
nutricional para evitar las consecuencias irreversibles de la
desnutrición y el subconsumo
alimentario).
Por supuesto, que los elevados niveles de pobreza en las
áreas rurales pueden tener una posible explicación
parcial en la forma desigual como está repartida la tierra
y en el poco acceso de la población al financiamiento
y a los servicios
públicos fundamentales (salud, agua potable,
cloacas, excretas, etc.). Sin embargo, debe llamarse la atención sobre los bajos niveles de
capacitación y conocimientos que tiene la
población rural del Estado. Así, mientras que en
las áreas urbanas del Estado Mérida la tasa de
analfabetismo
alcanzaba para 1990 el 11,6%(cifra superior al área urbana
nacional igual a 9,5%), en las áreas rurales la tasa de
analfabetismo era del 28,4% (OCE1,1993a;1993b). Una
población con bajos niveles de educación y
capacitación difícilmente podrá alcanzar
niveles de productividad que
le permita mejorar sus ingresos y plantearse alternativas para
mejorarlos. Esta situación genera problemas
sociales, pero igualmente se convierte en un
obstáculo, que debe ser superado, si se quiere mejorar la
competitividad
de la agricultura merideña. Aspiración deseable y
necesaria para tener éxito
en un entorno caracterizado por la liberación de los
mercados, la
profundización de los procesos de apertura de la
economía y una reorientación en cuanto a la
participación del Estado en la sociedad.
Las características de la estructura
productiva y su ubicación geográfica La
información disponible sobre el valor de la
producción a precios constantes de 1984 y la
producción en cantidades físicas de los diferentes
rubros en el Estado Mérida, puede verse en los anexos 1 y
2.
En promedio, durante los años 1994 -1995 el valor
de la producción agrícola vegetal representó
aproximadamente el 69% mientras que el restante 31% le
correspondió al aporte del valor de la producción
agrícola animal (en el valor de la producción
del subsector agrícola animal se incluye la
contribución del subsectorpesquero, valores que, a
su vez, resultan ser muy bajos en términos absolutos y
relativos), Las estadísticas del Ministerio de Agricultura
y Cría y de la UEDA del Estado Mérida no incorporan
información sobre la actividad
forestal, por lo que muy poco se sabe sobre la
contribución del subsector forestal a la producción
agrícola. En todo caso, la anterior estructura muestra la
marcada vocación por la agricultura vegetal que tiene el
Estado Mérida. De acuerdo con las estimaciones realizadas
a partir de la información suministrada por la
UEDA-Mérida, para 1995, desde el punto de vista de la
contribución porcentual al valor de la producción
agrícola vegetal se destacaban los siguientes rubros:
papa(32,8%), café
(21,2%), cambur (9,1%), plátano (8,0%), apio (6,1%),
cacao(6,1 %),(debido a los problemas que presenta el sistema
de estadísticas regionales, es muy probable que en algunos
casos como el de las frutas se presenten omisiones y
subestimaciones).
En cuanto a la contribución relativa de los
diferentes rubros al valor de la producción
agrícola animal se destacan, básicamente: carne de
bovino (51,2%), leche (28,9%),
huevos (10,3%) y carne de porcino (9,5%). De acuerdo con las
características edafo-climáticas se pueden ubicar
los Municipios del Estado en tres zonas (Alta Media y Baja )
así como los cultivos más importantes de las mismas
(UEDA-Mérída, 1995): Zona Alta: comprende los
Municipios: Miranda, Pueblo Llano, Cardenal Quintero, Rangel,
Santos Marquina, Rivas Dávila, Guaraque ' Libertador y
parte de Arzobispo Chac6n, Andrés Bello, Campo Ellas y
Justo Briceño. Aquí se desarrolla una agricultura
de tipo comercial e intensiva, fundamentalmente de
pequeños y medianos productores que hacen uso de gran
cantidad de pequeños sistemas de riego
y modernas técnicas
de producción. Como aspecto negativo debe señalarse
que el tipo de agricultura practicada, la cual se basa en un uso
intensivo e irracional de agroquímicos unido a la presión y
al mal manejo de los recursos agua y
suelo, genera
impactos negativos sobre el medio ambiente
y pone en peligro la sustentabilidad de la agricultura de la zona
y de otras áreas del Estado que dependen de los cursos de
agua que tienen sus nacientes en la zona alta.
En cuanto a los rubros más importantes se
destacan las hortalizas, papa, ajo y frutales de piso alto.
Además, debe señalarse que existe un elevado
potencial para el desarrollo del cultivo de flores.
También ha habido un importante desarrollo de la
ganadería intensiva y especializada de altura, basada en
la utilización de razas Holstein, Gersey y otras adaptadas
a la zona.
Este modelo de
producción de leche se encuentra actualmente en crisis debido
a que el paquete tecnológico que lo sustenta se basa en la
producción de leche en animales de raza
pura, los cuales requieren de la utilización de gran
cantidad de alimentos concentrados, medicinas veterinarias y
otros insumos cuyo costo tiende a
hacer inviable económicamente el desarrollo de nuevas
unidades de producción. De acuerdo con información
suministrada por la Asociación de Ganaderos de la Zona
Alta de Mérida (AGAZAM), existen alrededor de 232
unidades de producción de leche ubicadas en las
áreas de Jají, La Azulita, Chiguará, Valles
Altos de Mérida, Bailadores y Santa Cruz de Mora, con una
población bovina de 14.500 animales y una
producción diaria de leche entre los 45.000 y 50.000 Its.
En la actualidad esta organización de productores adelanta un
proyecto para
poner en funcionamiento una planta procesadora de insumos con la
finalidad de producir alimentos concentrados (ubicada en
Estanques), iniciativa a la cual debe otorgársele el mayor
apoyo financiero posible en el corto plazo, y de esta forma
poder
disminuir el impacto negativo sobre los costos de
producción y sobre la rentabilidad
del negocio.
Entre los problemas más importantes de las zona
se encuentran los siguientes: mal estado e insuficientes sistemas
de riego, vialidad agrícola en malas condiciones, falta de
asistencia técnica, de programas de transferencia de
tecnología
y capacitación de recursos
humanos, financiamiento insuficiente e inoportuno,
prácticas agronómicas y de manejo de cuencas que
atentan contra la sustentabilidad del proceso
productivo agrícola y la salud de los humanos, alto costo
de los insumos, alta dependencia de semillas importadas para la
producción hortícola, problemas para comercializar
la producción y de inseguridad de
mercados, poca o nula organización de los productores,
inseguridad jurídica de la tenencia ( pueblos del sur),
escaso desarrollo agroindustrial, ineficiencia e insuficiencia de
servicios
públicos.
Zona Media: comprende los Municipios: Sucre,
Tovar, Pinto Salinas y parte de Arzobispo Chacón,
Andrés Bello, Campo Elías y Justo Briceño.
Se destaca en esta zona el desarrollo de una agricultura basada
en el café, cambur, frutales, hortalizas como el tomate,
pimentón y la cebolla, y la caña de azúcar.
El desarrollo pecuario que existe corresponde al del tipo de
ganadería de altura en sus aspectos básicos. Entre
los principales problemas que enfrenta la zona se encuentra el
mal estado de la vialidad agrícola, las prácticas
de tala y quema y otros impactos negativos sobre el medio
ambiente y sobre los suelos que ejerce el mal manejo de los
cultivos de café, la inexistencia de programas de
asistencia técnica, capacitación de recursos
humanos y transferencia de tecnología. La zona cuenta con
infraestructura para el beneficio, almacenamiento y
comercialización del café. Entre los
problemas relevantes se encuentran los siguientes: insuficiente e
inoportuno financiamiento, mal estado de la vialidad
agrícola, inexistencia de programas de
capacitación, asistencia técnica y transferencia de
tecnología.
Zona Baja: comprende los Municipios: Alberto
Adriani, Caracciolo Parra y Olmedo, Tulio Febres Cordero,Cibispo
Ramos de Lora y Julio César Salas. Se caracteriza por
producir rubros como plátano, cambur, yuca, frutales
(lechosa, parchita maracuyá, guanábana, piña
y cítricos). El potencial agrícola de la zona
está subutilizado sobre todo en lo que se refiere a las
posibilidades de desarrollar plantaciones de cacao e intensificar
la producción de frutas tropicales y el desarrollo de la
agroindustria para la exportación. Debe señalarse que la
zona tiene en la actualidad un desarrollo agrícola y
potencial para el crecimiento de la agroindustria con
posibilidades para exportar que no se están
aprovechando.
La ganadería de la zona se basa en un modelo de
producción de doble propósito (carne y leche), con
tendencia a mejorar su eficiencia. A
pesar de que el desarrollo agroindustrial es notorio en el caso
de la industria láctea, pues existen importantes
agroindustrias en El Vigía (PARMALAT – INDULAC ) y Nueva
Bolivia, el potencial agroindustrial por desarrollar es elevado.
También existen posibilidades de incrementar las
exportaciones de ganado, plátano, cacao, (Mas tropicales,
pulpa de frutas y otros productos
hacia Colombia, EE.UU. y otros mercados, la zona cuenta con un
proyecto de importancia relevante para la agricultura del Estado
y de la región Los Andes, así como de una parte del
Estado Zulia: MERCASUR: Mercado Mayorista
del Sur del Lago, el cual pretende ser un mercado mayorista de
trasbordo que permita un ordenamiento de los procesos de
comercialización de productos perecederos y de
ganado.
Entre los problemas más relevantes de la zona se
encuentran los asociados a la inseguridad jurídica de la
tenencia, inseguridad personal y
abigeato, mal estado de la vialidad agrícola,
financiamiento insuficiente, inoportuno y costoso, escasa
organización de los productores e insuficiente y mal
funcionamiento de los servicios públicos (salud, agua
potable, electricidad, y
telefonía rural), problemas de orden
fitosanitario (especialmente la sigatoka que afecta al cultivo de
plátano), inexistencia de programas de
capacitación, asistencia técnica y transferencia de
tecnología, impactos negativos sobre el medio ambiente,
problemas con la comercialización tanto de los rubros
agrícolas como de la ganadería, inexistencia de
programas para aprovechar el potencial exportador de la
zona.
En la actualidad la mayor parte de la producción
que se genera en el territorio merideño se dirige a los
mercados nacionales (entre los más importantes: Caracas,
Barquisimeto, Maracaibo y Oriente del país). Más
recientemente, de manera autónoma, sin que exista una
estrategia específica de apoyo y fomento, se ha
desarrollado un movimiento
exportador de algunos rubros hacia los mercados de Colombia,
Islas del Caribe, Norte de Brasil y EE.UU
(plátanos). Sin duda alguna, el Estado Mérida posee
ventajas comparativas y competitivas en una serie de rubros
agrícolas y agroindustriales (café, frutas
tropicales, frutas de piso alto (fresa, mora y otras),
hortalizas, plátano, cacao, producción de carne de
bovino, producción de derivados lácteos,
conservas y pulpa de frutas y hortalizas y otros), que
constituyen una fortaleza y sólida plataforma sobre la
cual desarrollar un movimiento agroexportador.
También se observa, aunque no se dispone de
información estadística, que salvo en el caso del
sector lácteo (INDULACPARMALAT y otras procesadoras), el
Frigorífico Industrial Los Andes (FILACA) y algunas
procesadoras de café, no existe un desarrollo
agroindustrial lo suficientemente sólido que permita
absorber y agregarle mayor valor a la producción
agrícola merideña (papas, plátano,
horticultura, frutas y otros rubros). Debido a esta
situación se está desaprovechando la posibilidad de
dinamizar la economía, generar mayor empleo, aprovechar la
producción que no reúne calidad y
condiciones para el consumo fresco
y disminuir las pérdidas poscosecha. En definitiva, se
corta la posibilidad de un mayor crecimiento y desarrollo de la
agricultura y de efectos dinamizadores sobre el resto de la
economía.
Pasado reciente,
situación actual y nuevo entorno macroeconómico
para la agricultura merideña
De acuerdo con las estimaciones realizadas a partir de
la información suministrada por el MAC-UEDA-Mérida,
durante el lapso 1993-1995, el valor de la producción
agrícola total del estado a precios constantes de 1984
creció a una tasa promedio del 6,2%.
Este resultado es superior al que presentó esta
misma variable para todo el país, cuya tasa de crecimiento
fue negativa (-1,7%). En el Estado, se destacó el
dinamismo del subsector agrícola vegetal, el cual
aumentó a una tasa media anual del 15%. Los rubros con
mayor participación relativa en la producción
vegetal, que se convirtieron en líderes de este importante
crecimiento fueron: papa, café, cacao, ajo, cambur y
plátano, los cuales presentaron las elevadas tasas medias
de crecimiento interanual del 35%, 24%,25,9%,8,9%,8,9% y 6,9%,
respectivamente. Por el contrario, el valor de la
producción agrícola animal se vio fuertemente
afectado como lo refleja la tasa promedio de crecimiento
interanual negativa del 10,1%. El rubro más afectado fue
la leche con un decrecimiento promedio anual del 18,1%, le
siguieron en orden de importancia con tasas medias de crecimiento
negativo: carne de porcino (9,5%) y carne de bovino
(-7,6%).(Pudieran existir omisiones en cuanto a las
estadísticas del subsector agrícola animal que
magnifican la caída de la producción. Por ejemplo,
las cifras de producción de carne de bovino se estiman a
partir del número de animales beneficiados, pero pudiera
haber omisión sobre los animales que no se beneficiaron
localmente y se vendieron a comerciantes colombianos. Igualmente,
en el caso de la leche su producción se estima
fundamentalmente a partir de la leche entregada a las
procesadoras, pero pudiera haber omisión de leche que se
vendió a procesadoras fuera del Estado Mérida o que
fue utilizada para producir queso en finca, etc.). De las
cifras obtenidas se desprende que la producción
agrícola del Estado, durante el período analizado,
ha mostrado en términos generales un comportamiento
superior al que presentó el valor de la producción
agrícola nacional (a precios constantes de
1984).
Sin embargo, la ganadería se ha visto afectada
negativamente por lo que deben desarrollarse acciones que
permitan superar los problemas de bajo rendimiento, alto costo de
los insumos y otros que impiden que logre un crecimiento
sostenido. A partir de 1989, con la instrumentación del programa de
estabilización y ajustes estructurales que planteó
políticas orientadas a disminuir la sobrevaluación
del tipo de
cambio, eliminar y/o bajar los subsidios a los insumos y al
crédito
agrícola, someter la producción nacional a una
mayor competencia y
estimular las exportaciones (reforma de la política comercial),
flexibilización ( alza de las tasas de
interés) y otras medidas, la agricultura venezolana en
general y la merideña en particular se vio en la necesidad
de iniciar un proceso de reconversión para adaptarse a la
nueva situación. Dicho proceso se ha dado con muy poco
apoyo gubernamental y con falta de recursos financieros para
fortalecerlo y disminuir los costos sociales
de dicha reconversión. Entre los elementos que
caracterizan a la reconversión que se ha producido, se
encuentran los siguientes: uso más racional de los
agroquímicos y otros insumos (debido a su elevado costo),
cambio de
actitud de los
productores en cuanto a la necesidad de la asistencia
técnica, deseos por mejorar la forma en que se gerencian
las unidades productivas, surgimiento de nuevos rubros y cambios
en el uso de la tierra (Un caso notorio de este
situación es lo que está sucediendo en el sur del
Lago de Maracaibo en donde se han producido cambios en los usos
de la tierra estimulándose una mayor preferencia que en el
pasado por la agricultura vegetal (plátanos y frutales),
¡o cual permite un mejor aprovechamiento de los suelos
fértiles con vocación agrícola.). No
obstante, debe hacerse notar que los programas de ajustes, al
elevar el costo de los agroquímicos, aunque causa un uso
más racional de los mismos, también induce a
prácticas agronómicas que inciden negativamente
sobre el medio ambiente (tala, quema, uso de sustitutos de
fertilizantes que afectan la salud de los humanos, mal manejo de
cuencas, etc.), con la finalidad de disminuir costos para las
unidades de producción privadas, pero que necesariamente
se convierten en costos elevados para la sociedad.
Recientemente, debido a los Desequilibrios
Macroeconómicos (déficit fiscal,
elevada tasa de inflación, tasas de interés
reales negativas, Déficit de balanza. de pagos) fue
presentaba la economía, el Gobierno nacional
se ha visto en a necesidad de adoptar un nuevo programa de
ajustes 'Agenda Venezuela), con un Suerte contenido de,
estabilización, para recuperar os equilibrios
macroeconómicos. Este nuevo programa de ajustes
tendrá afectos sobre el sector en tanto que:
a) La devaluación real del Tipo de cambio y el
aumento del precio de los derivados del
petróleo incrementarán el costo de los insumos
utilizados en la producción (semillas importadas,
fertilizantes y agroquímicos, alimentos concentrados,
medicinas, gasolina, maquinarias y equipos agrícolas,
etc). Sin embargo, al mismo tiempo, la devaluación real se
convierte en un fuerte estímulo para la producción
agrícola nacional de bienes
transables para los cuales se poseen ventajas comparativas y
están adaptados a las condiciones agroecológicas
del país, por cuanto encarece a las importaciones y
estimula a los rubros exportables. Esta situación obliga a
la instrumentación de acciones para minimizar el impacto
negativo del aumento del costo de los insumos importados
(semillas, alimentos concentrados, agroquímicos, etc.).
(Debe tenerse presente que la producción hortícola
es altamente dependiente de insumos importados (semillas,
pesticidas, fungicidas y otros agroquimicos), y de otros que a
pesar de que se producen nacionalmente como los fertilizantes
nítrogenados, sus precios se fijarán con base en su
costo de oportunidad de exportación. De otro lado, la
ganadería de la zona alta depende principalmente de
alimentos concentrados, los cuales se elaboran a partir de
materias primas importadas (sorgo, soya, maíz
amarillo, tortas oleaginosas, etc.). En otras palabras, la
agricultura merideña se verá afectada negativamente
por el aumento de los costos de producción, y esto hace
necesario la instrumentación de acciones orientadas a una
mejor y mayor organización de los productores, estimular
la creación de empresas
productoras de semillas certificadas, programas de asistencia
técnica y transferencia de tecnología que permitan
un uso más racional de los insumos y una apropiada
sustitución den los mismos, etc.), pero a su vez se debe
aprovechar la situación para estimular la
producción de rubros con claras ventajas comparativas y
competitivas (plátano, cacao, frutas tropicales,
café y otros), los cuales deben constituir la base de un
sólido crecimiento de la agroindustria y de las
exportaciones.
b) La aplicación de medidas tendentes a contraer
la demanda (disminución del gasto
público y de los salarios en
términos reales) disminuirá la demanda interna de
bienes agroalimentarios, en especial de aquellos cuya elasticidad
precio e ingreso de la demanda es elevada, tales como productos
hortícolas, frutas, carnes y productos lácteos. Por
lo tanto, es necesario para la agricultura merideña
desarrollar una estrategia destinada a la preservación de
mercados y a la inserción en nuevos, como pueden ser los
del exterior.
c) Se profundizará el proceso de
liberación y de apertura de la economía y se
continuará promoviendo los acuerdos de integración
económica (liberación y apertura restringida),
lo cual significa que siempre existirá la posibilidad de
importar. De manera tal que la producción nacional y local
debe darse en términos de eficiencia para poder conservar
sus mercados o exportar. Por ello es necesario una
política que promueva la reconversión de la
agricultura, la agroindustría y los Procesos de
comercialización para que pueda mejorarse la
pro-ductividad de las cadenas agroalimentarias, preservar os
mercados naturales y desarrollar la actividad exportadora. La
ejecución de una clara estrategia destinada a reconvertir
el sector, es decir, aumentar la productividad y eficiencia de
las cadenas agroalimentarias regionales, es una condición
necesaria para desenvolverse con éxito en el nuevo entorno
macroeconómíco.
d) La adopción
del programa de ajustes de común acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional permitirá el acceso al financiamiento de
los organismos multilaterales (Banco Mundial,
Banco
Interamericano de Desarrollo y otros), para ejecutar proyectos
destinados a reconvertir diferentes actividades
económicas, entre ellas la agricultura. De hecho, en el
corto plazo se podrá hacer uso de fondos disponibles, ya
aprobados para apoyar el anterior programa de ajuste estructural
(PITSA), los cuales el gobierno no está utilizando en la
actualidad debido a diferentes circunstancias. El gobierno
regional a través de la Dirección de Desarrollo Agrícola y
del Instituto de Desarrollo Agropecuario del Estado Mérida
deberá hacer las gestiones y formular los proyectos que
permitan acceder a los recursos previstos en el PITSA. No se debe
subestimar, sin embargo, el impacto negativo que tendrá el
alza de las tasas de interés agrícolas, por lo que
deberá profundizarse en los programas de crédito
subsidiado para los pequeños productores, en tanto se
logra controlar la inflación, variable que obliga a elevar
las tasas de interés.
En síntesis
la agricultura merideña se desenvolverá en los
próximos años en un entorno económico
nacional e internacional que le exige mayores niveles de
eficiencia productiva para poder apuntalar la competitividad,
mantener su presencia en los mercados nacionales y poder
incursionar en los mercados externos. Además de los
esfuerzos que necesariamente continuará realizando el
sector privado para adaptarse a esta situación, el
gobierno regional, en coordinación con los órganos de
la
administración central, el sector privado y la
sociedad
civil, debe tener una activa presencia para estimular ese
proceso de reconversión y minimizar los costos sociales
que el mismo implica. Es por ello que deberá dedicarse
entre otras cosas a: construir y mantener la infraestructura
necesaria para la producción y elevar la calidad de vida
en las áreas rurales del Estado (sistemas de riego,
saneamiento de tierras, vialidad agrícola,
telefonía rural, hospitales y centros ambulatorios,
escuelas, comedores escolares, etc.), desarrollar programas de
capacitación y transferencia de tecnología y otras
actividades destinadas mejorar la competitividad de cadenas
agroalimentaria regionales.
El gran desafío consiste lograr alcanzar niveles
óptimos de competitividad en la actividad agrícola
y agroindustria articulados al logro de u mayor sustentabilidad y
equilibrio
social en las áreas rurales Producto del
nuevo entorno macroeconómico se presentaran situaciones
difíciles para sector, pero también se abren nuevas
oportunidades que deben ser aprovechadas.
Los Grandes Objetivos a
Alcanzar para la Agricultura del Estado Mérida durante el
Periodo 1996-2002: Una Imagen del
Escenario Alternativo Deseable
Seguidamente se presentará un conjunto de
objetivos a alcanzar en materia de desarrollo agroalimentario y
rural para el Estado. Dichos objetivos toman en
consideración las restricciones que impone la nueva
política, macroeconómica nacional (definida en la
Agenda Venezuela) y la dinámica del entorno internacional,
caracterizada entre otras cosas por la revolución
tecnológica, la creciente preocupación por los
problemas
ambientales, el avance de la globalizaci6n y de los procesos
de integración económica regional.
Así mismo, los objetivos definen un escenario alternativo
hacia el cual debe apuntar la acción
del gobierno regional, en coordinación con los organismos
de la Administración Central, las
Alcaldías y las organizaciones de
la sociedad civil. El escenario alternativo del sector
agroalimentario merideño que se debería alcanzar
para el año 2002, requiere dirigir esfuerzos al logro de
los siguientes objetivos:
1- Mejorar la productividad y la eficiencia de la
agricultura y sus actividades conexas (comercialización,
agroindustria). Se trata de alcanzar elevados niveles de
productividad y eficiencia como instrumento para poder tener
niveles de competitividad que permitan mantener una presencia
activa en los mercados nacionales, incursionar en el negocio de
las exportaciones y contribuir al logro de objetivos de la
política macroeconómica nacional (En los que se
pueden mencionar disminución de la tasa de
inflación aumento de las exportaciones tradicionales y
mejoramiento de balanza de
pagos.).
2- Lograr el desarrollo de una agricultura preservadora
d medio ambiente y que garantice la sustentabilidad del sistema
alimentario regional. Par importante de las ventajas competitivas
del Estado descansa en la belleza de sus paisajes y la abundancia
fuentes de
agua. Lograr desarrollo de una agricultura sustentable
contribuirá potenciar estas ventajas permitirá
preservar para futuras generaciones de merideños la
posibilidad de producir alimentos y desarrollar una vigorosa
actividad agrícola y agroindustrial que, a su vez,
podrá colocar su producción en los mercados
externos sin problemas derivados del incumplimiento de normas
ambientales.
3- Promover un desarrollo equitativo, el mejoramiento de
la calidad de vida y el bienestar en las áreas rurales. No
se trata solamente de desarrollar una agricultura sustentable y
de lograr mejoras significativas en la eficiencia productiva que
conduzcan a un incremento de la competitividad. La estrategia de
desarrollo para el Estado en general y el sector agroalimentario
en particular, debe tener como premisa la necesidad de mejorar la
calidad de vida, disminuir los niveles de pobreza y de iniquidad
social en las áreas rurales.
4- Fomentar el desarrollo agroindustrial de la
región. El impulso a la producción agroindustrial
para el mercado nacional y foráneo permitirá
potenciar el desarrollo agrícola, generar mayor valor
agregado, incrementar los niveles de empleo y dinamizar con sus
efectos de encadenamiento hacia adelante y hacia atrás la
economía de las ciudades intermedias y de las áreas
rurales del Estado.
5- Fomentar una mayor articulación entre la
actividad agrícola y la turística (desarrollar el
agroturismo). La belleza de los paisajes y las condiciones del
clima le permiten a Mérida ser un Estado con ventajas para
el turismo. Esta
actividad no debe desarrollarse en contradicción y
conflicto con
la agricultura, por el contrario, deben promoverse procesos de
integración de ambas a través del fomento al
agroturismo, lo cual permitirá diversificar la oferta del
producto turístico y generar empleos e ingresos
adicionales para las familias de las áreas
rurales.
Problemas a Resolver para
Alcanzar los Objetivos, Lineamientos de Política y
Acciones Prioritarias
Esta parte del documento se sustenta en las
conclusiones derivadas de las
opiniones emitidas por los participantes (productores,
funcionarios públicos e investigadores) en el Taller sobre
Análisis de los problemas de la agricultura
merideña, el cual se realizó el 12 de mayo de 1996
con la finalidad de obtener información para ser
incorporada en el PEDEM. También incorpora las opiniones
del equipo técnico encargado de elaborar el documento
sobre el sector agrícola conformado por investigadores del
CIAAL-FACES-ULA, la UEDA-Mérida- Gobernación y
CORPOANDES.
1) Organización institucional – desarticulada y
afectada por la centralización – y falta de una
política agroalimentaria coherente e integral que inserte
a la agricultura dentro del sistema alimentario regional, con
clara definición de los objetivos a alcanzar, teniendo
como referencia las restricciones que impone el entorno
macroeconómico, la disponibilidad de recursos y las
fortalezas de la región.
La agricultura, como se ha mostrado anteriormente es una
actividad de importancia relevante para la economía
regional en términos de su contribución al producto
regional y del empleo directa e indirectamente generado.
Además, se concibe como una actividad que requiere de
acciones e intervenciones en el momento oportuno para superar
fallas de mercado y acelerar el desarrollo de rubros
estratégicos, diseñadas a partir del diálogo
permanente con los productores y la sociedad civil. Obviamente,
el excesivo centralismo
impide la rapidez en las decisiones, la pronta y eficiente
ejecución del presupuesto y el
diálogo entre los órganos del gobierno regional y
los afectados. Es por ello que, la descentralización de funciones de los
organismos dependientes de la Administración Central surge
como una necesidad y un aporte sustancial a la
reestructuración del aparato Constitucional vinculado a la
agricultura.
Lineamientos de
política y acciones prioritarias
* Promover el proceso de descentralización y
transferir las funciones de la UEDA- Mérida a la
Dirección de Desarrollo Agrícola de la
Gobernación, de manera que ella actúe como ente
planificador, formulador, coordinador y ejecutor de
políticas a nivel estatal en correspondencia con las
políticas generales agroalimentarias formuladas por la
Administración Central.
* Formular y ejecutar un plan
estratégico de desarrollo para la agricultura, el
sector agroalimentario regional y las áreas rurales,
articulado y en coherencia con las restricciones que impone el
entorno macroeconómico, los objetivos del Plan
Estratégico de Desarrollo del Estado, la disponibilidad de
recursos, las ventajas comparativas y las
oportunidades.
* Desarrollar programas de capacitación de los
funcionarios públicos adscritos a los organismos
encargados de formular y ejecutar políticas regionales, de
manera tal que mejoren su formación y puedan contribuir al
éxito de la descentralización de los organismos
agrícolas.
2) Deficiencia en las formas de organización y
asociación de los productores. Este problema impide una
acción más coordinada de los productores para
planificar la siembra y la cosecha, desarrollar programas de
financiamiento y transferencia de tecnología, disminuir el
costo de los insumos, negociar en mejores condiciones la
comercialización de la producción y hacer sentir su
voz ante las instancias del gobierno que toman
decisiones.
Lineamientos de política y acciones
prioritarias
Promover a través del IDA Mérida,
utilizando como ejecutores del proceso a la Universidad de
Los Andes y algunas ONG's, un
programa destinado a educar y a difundir entre los productores no
organizados las ventajas y beneficios que posibilitan el
desarrollo de la
organización de los productores. Promover programas de
financiamiento, transferencia de tecnología y otros que
fomenten y exijan como requerimiento para participar en los
mismos de la existencia o pertenencia a una Organización
de productores o de Comités de Riego.
3) Inexistencia de programas de asistencia
técnica y transferencia de tecnología e
insuficiente investigación aplicada, lo cual se traduce
en bajos niveles de productividad, inadecuada gestión
y gerencia de
las unidades de producción, pérdida de
competitividad, y sobre todo, prácticas nocivas para la
preservación de los recursos naturales y de¡ medio
ambiente.
Lineamientos de política y acciones
prioritarias
a) Agilizar e incorporar el mayor número posible
de Municipios al Programa de Asistencia Técnica que
ejecuta el Gobierno Nacional con recursos del Banco Mundial y
coordinado por el CIARA. Esto exige a su vez, un esfuerzo
coordinado entre la Gobernación del Estado
(Dirección de Desarrollo Agrícola IDA), UEDA –
Mérida, las alcaldías y las organizaciones de los
Productores Pequeños y Medianos con el CIARA.
b) Vincular los créditos que otorga el IDA-Mérida a
la necesaria contratación del Servicio de
asistencia técnica, cuyo costo deberá ser incluido
en el monto a financiar.
c) Promover programas especiales de Asistencia
Técnica e investigación aplicada para atacar
problemas en rubros específicos (con importancia
estratégica para el Estado, como podrían ser los
casos de papa, ajo y plátano) y áreas
geográficas determinadas. Dichos programas podrían
realizarse mediante convenios con participación de la ULA,
FONAIAP – Mérida, Instituto Universitario
Tecnológico de Ejido, ONG's y/o empresas privadas que se
constituyan para tal fin, y deberían ser coordinados por
la Dirección de Desarrollo Agrícola Regional o el
IDA.
d) Fortalecer y apoyar las iniciativas que en materia,
de asistencia técnica han instrumentado las organizaciones
de los pequeños productores (como Pueblo Llano) y ONG's
(como el caso del Centro Campesino El
Convite en Mucuchíes).
e) Fortalecer y promover las relaciones y el flujo de
información sobre tecnologías y prácticas
agronómicas entre quienes presten el servicio de
asistencia técnica y el FONAlAIP – Mérida, el
Instituto de Investigaciones Agropecuarias de la ULA, y el
IUTE.
f) Promover en acción conjunta entre la
Universidad de Los Andes, la Gobernación del Estado
Mérida- FUNDACITE Mérída, las organizaciones
de los Productores y la Cooperación Internacional, un
Centro de Investigación, Capacitación y
Transferencia de Tecnología Agrícola y
Agroindustrial para la zona baja del Estado Mérida (Sur
del Lago de Maracaibo).
g) Promover a través de FUNDACITE –
Mérida, IDA Mérida, ULA, FONAIAP, ONG's
organizaciones de Productores Agrícolas y
Agroindustriales, la conformación de un sistema regional
de investigación y transferencia de tecnología
agrícola y agroindustrial, el cual permita coordinar
esfuerzos y unir recursos financieros y humanos de las instituciones
y organizaciones involucradas (ULA, FONAIAP, Institutos
Tecnológicos, ONG's), con miras a la solución de
problemas concretos. h) Elaborar y ejecutar en el corto plazo un
plan de capacitación, en coordinación con la ULA,
INCE, IUTE, y otras instituciones, con miras a superar
deficiencias en materia de: operación, reparación y
mantenimiento de maquinarias y equipos agrícolas,
procesamiento y preservación de los alimentos (métodos y
tecnología de alimentos para procesar frutas, productos
derivados de la leche, encurtidos, etc.) Y otras
necesidades.
4) Vialidad agrícola en mal estado, ineficiente e
insuficiente prestación y dotación de servicios
públicos (electricidad, agua, telefonía rural). El
problema se agrava dadas las características
topográficas del Estado. Sin una infraestructura
mínima de vialidad y de servicios básicos, la
actividad económica en general y la agroalimentaria en
particular no podrán aprovechar las ventajas que se
derivan de las economías externas que generan la vialidad
agrícola en buen estado y los demás servicios. El
mejoramiento de la competitividad exige aumentar el nivel de la
eficiencia productiva en las fincas, pero también requiere
necesariamente de una infraestructura mínima que, impida
incrementos de los costos de producción, distribución y mantenimiento M parque
automotor utilizado para producir y distribuir los bienes
agroalimentarios.
Lineamientos de política y acciones
prioritarias
a) Gestionar, además de la transferencia de
competencia, la transferencia de los recursos financieros desde
el MTC a la Gobernación del Estado.
b) Promover formas de cofinanciamiento,
congestión y de soluciones
conjuntas a los programas de vialidad entre la
Gobernación, Alcaldías, Organizaciones de
Productores y Asociaciones de Vecinos de los centros poblados de
las áreas rurales.
c) Formular proyectos y gestionar ante los organismos
competentes (MAC-PITSA; CANTV, CADELA, Hidroandes, FIDES, y
otros), los recursos necesarios para atacar el
problema.
d) Dada la importancia que la actividad agrícola
y la población rural tienen para el Estado Mérida,
se hace necesario la aprobación de una Ley de Vialidad
Agrícola que permita disponer, por vía
presupuestaria, de un mínimo de recursos para atender los
problemas de la infraestructura vial. Este proyecto de Ley
debería ser presentado por el Gobierno Regional a la
Asamblea Legislativa del Estado.
5) Inseguridad jurídica de la tenencia. Dicho
problema adquiere relevancia en el Sur del Lago de Maracaibo y
los Pueblos del Sur, convirtiéndose en un obstáculo
para el acceso al financiamiento, la realización de
inversiones
recuperables en el largo plazo, mejorar la equidad y el
desarrollo de nuevos proyectos.
Lineamientos de política y acciones
prioritarias
a) Realización de un Catastro Jurídico
físico parcelario.
b) Promover ante el IAN, el otorgamiento de
títulos definitivos.
c) Promover de manera organizada y sin conflictos una
mayor acción del IAN y un programa de financiamiento para
la dotación de tierras a jóvenes campesinos,
trabajadores calificados del campo, reservistas del
ejército y agrotécnicos. Se trata de promover la
participación de nuevos sectores e incorporar el criterio
de capacidad y aptitudes en los procesos de dotación de
tierras por parte del IAN.
6) Insuficiente e inoportuno financiamiento por parte de
las instituciones públicas y privadas, lo cual fomenta el
desarrollo de un mercado informal con elevadas tasas de
interés (muy por encima de la tasa activa agrícola
de la Banca Comercial) e impide la ejecución de
inversiones recuperables a mediano y a largo plazo.
Lineamientos de política y acciones
prioritarias
a) Dada la relevancia que la actividad agrícola
tiene para el Estado Mérida, y su caracterización
como una agricultura conformada predominantemente por
pequeños productores, con evidentes fallas de mercado en
el área financiera, con prevalencia de altos niveles de
pobreza en las áreas rurales, con escasa
articulación con la agroindustria y actividades
turísticas, se propone lo siguiente:
i) Plantear ante la Asamblea Legislativa la reforma de
la Ley que rige al IDA-Mérida, para asignarle una cantidad
de recursos equivalentes al 5% del presupuesto anual del
Estado.
¡¡) Promover una mayor coordinación
entre el OA Mérida, FONFIMER, CORPOINDUSTRIA y CORMETUR,
con la finalidad de desarrollar programas especiales de
financiamiento que permitan una mayor articulación entre
la agricultura y la agroindustria y el desarrollo del
agroturismo.
b) Promover una mayor coordinación entre los
organismos de financiamiento públicos y privados en el
Estado (IDA, FONFIMER, ICAIP, Banca Comercial, FCA, FONCAFE,
FONCACAO), con la finalidad de desarrollar un plan estatal de
financiamiento. Esta acción debería estar liderada
por el OA- Mérida.
c) Promover la participación de los productores y
sus organizaciones en el Fondo de Garantías Mutuas
contemplado en el Proyecto del Sistema Nacional de Financiamiento
Agrícola.
d) Formular proyectos y programas especiales para el
financiamiento y desarrollo de cultivos en los cuales el Estado
tiene ventajas comparativas y competitivas que están
desaprovechadas (frutas tropicales y cacao son dos
ejemplos).
Dichos programas podrían desarrollarse en
coordinación entre el IDA-Mérida, FCA y FONCACAO,
Banca Comercial y Productores. En el caso específico de
cacao podría solicitarse la asesoría de PALMAVIEN y
de la agroindustria procesadora del rubro.
e) Ejecutar el programa de Granjas integrales
propuesto por el IDA-Mérida, el cual además de
prever el financiamiento para familias pobres de las áreas
rurales del Estado, contempla un programa de capacitación
y educación de la familia
campesina.
f) Promover planes especiales de financiamiento para
estimular la creación de empresas productoras de insumos
básicos, por ejemplo, semillas (papa, ajo, zanahoria y
otras hortalizas, alimentos concentrados). En el corto plazo
deberá hacerse énfasis en la creación de
empresas productoras de semilla de papa, viveros de plantas de
plátano, café, cacao y poner en funcionamiento la
planta de alimentos concentrados promovida por los ganaderos de
la zona alta, la cual tiene, además, una demanda potencial
en la zona baja e intermedia del Estado.
7) Prácticas agrícolas inapropiadas
destructoras del recurso agua, con uso intensivo de
agroquímicos, sobrepastoreo, tala y quema indiscriminada,
etc; con profundos efectos negativos sobre el ambiente y la salud
de los humanos. Esta situación causa profundos impactos
negativos sobre el resto de las actividades productivas y pone en
peligro la sustentabilidad de la agricultura.
Lineamientos de política y acciones
prioritarias
Las proposiciones realizadas para este problema deben
complementarse con las planteadas por el grupo de trabajo sobre
Ambiente.
a) Incorporar a través de la asistencia
técnica prácticas agrícolas más
cónsonas con un uso racional de los agroquímicos y
preservadoras del medio ambiente.
b) Promover y ampliar acciones como las planteadas por
el IDA Mérida en su proyecto de Futuro- destinado a la
recuperación y prevención de las cuencas de los
ríos Mucujepe y Capaz.
c) Desarrollar programas educativos destinados a
fomentar una cultura
ambientalista entre los productores (IDA, MARNR, ULA,
Cámara de Radio y TV,
ONG's, y otras organizaciones).
d) Promover el desarrollo de investigaciones y
adopciones de tecnología factibles económicamente y
preservadores del ambiente para los principales rubros del Estado
(FONAIAP IIAP-ULA, ONG's).
e) Hacer cumplir el Decreto sobre el Plan de
Ordenación del Territorio del Estado
Mérida.
f) Coordinar acciones entre la población y el
MARNR para resolver los conflictos que se derivan del desarrollo
de la actividad agrícola en áreas protegidas y bajo
régimen de administración especial.
8) Deficientes e inadecuados sistemas de
comercialización tanto de la producción como de los
insumos, los cuales afectan negativamente tanto a productores
como a consumidores e impiden aprovechar el potencial exportador
de la región.
Lineamientos de política y acciones
prioritarias
a) Promover la organización de los productores y
la planificación de siembra y cosecha a
través de acciones como las planteadas por el programa de
planificación de siembra, cosecha y
comercialización (PLASICOM) propuesto por el
IDA-Mérida. Dicho programa integra además de una
acción coordinada para evitar sobreoferta de la
producción en determinadas épocas del año,
la gestión de la comercialización, la asistencia
técnica y del financiamiento.
b) Promoverla participación de los productores y
sus organizaciones en los convenios de suministro con
instituciones como el Programa de Mercados Solidarios (CASA),
Comisariatos de empresas petroleras y otras
instituciones.
c) Desarrollar acciones concretas para la
construcción y puesta en marcha del Proyecto
MERCASUR.
d) Crear una oficina regional
de apoyo, capacitación y promoción de las exportaciones en
coordinación con el Instituto de Comercio
Exterior. Dicha oficina deberá ser creada por el
gobierno regional, y tener en su acción y
orientación una importante participación de los
productores a través de sus organizaciones. Deberá
también promoverse y estimularse la realización de
misiones a mercados potenciales hacia los cuales se pueda
exportar parte de la producción agroalimentaria
merideña. Igualmente, en coordinación con las
organizaciones de los productores agrícolas y agro
industriales, deberá estimularse y financiar, al menos
parcialmente, la participación en Ferias, exposiciones y
otras formas que permitan dar a conocer la oferta exportable del
Estado.
e) Tomar acciones concretas para eliminar focos de
corrupción
que impiden el libre tránsito de la producción
hacia los mercados nacionales y hacia el mercado colombiano en
las alcabalas dentro de la jurisdicción del Estado.
(Denuncia formulada por productores de El
Vigía).
f) Formular y ejecutar con carácter permanente y periodicidad al menos
semanal, un programa de Mercados solidarios en las principales
ciudades del Estado, ubicados estratégicamente en
áreas de fácil acceso para los sectores de menores
ingresos. De esta manera se contribuirá a una
disminución de los efectos de la inflación sobre
los consumidores del Estado, Dicho programa debe ser coordinado
con CASA.
g) Promover un programa de entrega bajo la forma de
venta con
facilidades o alquiler, de los centros de acopio, actualmente no
utilizados, a las organizaciones de los productores. Dicha
acción deberá estar acompañada de un
programa de financiamiento.
h) Fomentar entre las organizaciones de los productores
la necesidad de que éstas intervengan más
activamente en la comercialización de insumos,
realización de importaciones directas de insumos,
maquinarias y equipos; la creación de plantas procesadoras
de materias primas para producir alimentos concentrados,
etc.
¡) Coordinar acciones con las alcaldías
respectivas, el sector privado (Asociaciones de Comerciantes) y
la Gobernación del Estado para promover la
construcción y puesta en marcha de un Mercado mayorista
termina¡ para la Zona Metropolitana (Mérida y
ciudades circunvecinas).
j) Promover la construcción de al menos dos
Mercados de minoristas (centros de distribución masiva de
alimentos), estratégicamente ubicados para la ciudad de El
Vigía. Este proyecto deberá ser ejecutado por la
Alcaldía del Municipio Alberto Adriani en
coordinación con las Asociaciones de Vecinos y otras
organizaciones de la sociedad civil.
k) Fortalecer los sistemas de
información de precios actualmente existentes haciendo
uso de los avances en las telecomunicaciones (INTERNET) e intensificando
la utilización de las radioemisoras y la televisora
regional. La ULA podría asesorar en este
proyecto.
9) Inseguridad personal y abigeato (problema que tiene
su mayor expresión en la zona baja del Estado).Este
problema desestímula las inversiones, promueve el
ausentismo de los propietarios y finalmente ejerce efectos
negativos sobre la productividad y la rentabilidad del negocio
agrícola.
Lineamiento de política
Intensificar y coordinar las acciones que realizan para
enfrentar este problema los organismos de seguridad
(Policía, Guardia Nacional, PTJ, DISIP), y los productores
de la zona.
10) Baja calidad de vida y altos niveles de pobreza en
las áreas rurales. Dicho problema se manifiesta en la
insuficiencia, inexistencia y mala prestación de servicios
básicos (hospitales y ambulatorios, electricidad,
telefonía rural, agua potable, educación, etc.). La
existencia de esta situación además de negarle
derechos
elementales a la población rural, promueve la migración
rural hacia las áreas urbanas, disminuye la oferta de
fuerza laboral en la
zona, el desarrollo de nuevas inversiones e impide obtener
ventajas de las economías externas que se generan a partir
de la existencia de estos servicios. Así mismo, las
situaciones de pobreza de gran proporción de los hogares
en las áreas rurales crean condiciones para impedir el
acceso de la población a una ingesta de alimentos
(energía, proteínas
y nutrientes) que te permita tener una vida activa y saludable,
promoviendo el surgió miento de la subalimentación
y la desnutrición, la aparición de enfermedades y la
elevación de las tasas de mortalidad.
Lineamientos de política y acciones
prioritarias
a) Intensificar los esfuerzos de capacitación y
educación en las áreas rurales. Los programas de
financiamiento tipo Granjas Integrales promovidos por el
IDA-Mérida y otros de financiamiento para pequeños
productores deben servir de instrumento para la
capacitación integral de la familia
campesina.
b) Ejecutar un programa de alfabetización en las
áreas rurales, con énfasis en aquellos municipios
donde se concentran los mayores niveles de pobreza.
c) Enfatizar la capacitación, la educación y la
incorporación de la mujer
campesina al proceso productivo y de desarrollo
económico y social. La promoción de micro –
empresas campesinas dirigidas por mujeres puede convertirse en
una acción concreta en esta materia. Un programa de esta
naturaleza
podría ser coordinado entre el IDA-Mérida, oficinas
agrícolas de las Alcaldías y ONG's. Además,
diferentes estudios muestran el importante rol que juega la
mujer campesina
para mejorar el nivel de ingresos familiares y la seguridad
alimentaría de los hogares.
d) Incorporar en los programas de atención
primaria de salud en las áreas rurales lo concerniente a
la vigilancia M estado nutricional de la
población.
e) Promover la construcción de infraestructura e
incorporación de servicios deficitarios en las
áreas rurales (vivienda rural, telefonía rural,
educación, electricidad, agua potable, cloacas,
etc.).
f) Vigilar y supervisar el cumplimiento de los programas
de subsidios sociales y alimentarios, nacionales y regionales en
las áreas rurales.
11) Insuficiente nivel de desarrollo de la
agroindustria. Este problema impide la generación de mayor
valor agregado, disminuir las pérdidas postcosechas;
aumentar el empleo y dinamizar la economía de las ciudades
intermedias y áreas rurales.
Lineamientos de políticas y acciones
prioritarias
* Promover acciones coordinadas entre el IDA –
Mérida, FONFIMER, FONDEI, CORPOINDUSTRIA, organizaciones
de los pequeños y medianos industriales y de productores
agrícolas, con la finalidad de fomentar el desarrollo y el
financiamiento de proyectos agroindustriales.
* Crear mecanismos que otorguen ventajas de orden fiscal
por parte de las alcaldías, para promover la
instalación y el desarrollo de proyectos agroindustriales
en áreas de alto potencial agrícola (Por ejemplo:
El Vigía, Nueva Bolivia, Tímotes, Bailadores, y
otras).
* Desarrollar en coordinación con la ULA,
FONFIMER, CORPOINDUSTRIA, y las organizaciones de los
productores, programas de capacitación y' transferencia de
tecnología dirigidos a la pequeña y mediana
industria, organizaciones de productores agrícolas y
demás interesados en la creación de microempresas
y pequeñas y medianas industrias.
* Difundir y promover entre potenciales inversionistas
las ventajas de desarrollar proyectos agroindustriales en la
región.
Prof. Alejandro Gutiérrez
En Revista
virtual Provincia, Universidad de Los Andes: http://www.saber.ula.ve./cieprol/provincia