Transformación del rol del Estado. Estado del Bienestar. Estado Neoliberal
Desde comienzos del siglo XX, el mundo
experimentó profundos cambios en la
organización del trabajo y en
la economía.
Estos cambios fueron producto de
las nuevas formas de trabajo industrial: el taylorismo (1911), y
el Fordismo (de
1920 a 1970 ).
La expansión de este último,
coincidió con el desarrollo del
Estado de Bienestar. Este Estado Benefactor, cumplió el
papel de garante de la nueva relación entre los
trabajadores y los empresarios, se propuso que todos tuvieran
empleo, se
preocupó por lograr la igualdad de
oportunidades a partir del otorgamiento de diferentes prestaciones
sociales. También cumplió un papel muy importante
en la economía de los países en los que se
estableció: fue empresario, e
intervino activamente en la economía, protegiendo las
industrias
nacionales.
Podría ejemplificarse como un Estado de
Bienestar, al modelo
político-económico que tuvo la Argentina durante
las presidencias de Juan Domingo Perón. Ya
que durante esos períodos, el ascenso social y las mejoras
en las condiciones de vida y trabajo de los obreros, estuvieron
acompañadas de un desarrollo y proteccionismo de la
industria
nacional.
Los gobiernos que le sucedieron al de Perón, no
tuvieron las características de éste, y la
trascendencia de los mismos, junto con el ascenso de presidentes
como Carlos Saúl Menem, marcaron
en la historia de
nuestro país el fin del Estado de Bienestar.
La etapa que estamos viviendo actualmente, y la
respuesta a la pregunta que nos hacemos muchos argentinos:
¿Por qué estamos así?, no es más que
la consecuencia del fin del Estado Benefactor, el postfordismo y,
por consiguiente, la vigencia de un Estado Neoliberal.
El fordismo fue una forma de organizar el trabajo,
que se expandió a la mayoría de las industrias,
entre los años 1930 y 1970. Si bien recuperó
aspectos básicos de la organización del trabajo taylorista,
también introdujo cambios: consideró necesario
aumentar los salarios de los
trabajadores, de forma tal que los obreros pudieran
también consumir los productos
fabricados por las empresas. De este
modo, hubo una elevación del nivel de vida de los
trabajadores, por sus altos salarios (aumentados con el
propósito de elevar el nivel de producción de las empresas y garantizar la
venta de los
bienes
industriales entre los mismos) y su consiguiente aumento de la
capacidad de consumo.
La expansión del fordismo, coincidió con
el desarrollo del Estado de Bienestar, el cuál no
sólo cumplió el papel de garante de la nueva
relación entre los obreros y los empresarios, sino que
también intervino activamente en la
economía.
Protegió el acuerdo según el cuál
los trabajadores aceptaban la existencia de la propiedad
privada de los empresarios sobre las fábricas y herramientas,
y los empresarios aceptaban la existencia de sindicatos con
los que había que negociar constantemente.
Además, el Estado
Benefactor se propuso como objetivo que
todos tuvieran empleo, se preocupó por lograr la igualdad
de oportunidades, la que se alcanzaba por las diferentes
prestaciones sociales que brindaba el Estado.
También, produjo un gran aumento en los empleados
públicos, porque realizaba actividades que
requerían gran cantidad de trabajadores: construía
grandes obras públicas, organizaba planes de salud complejos,
tenía a su cargo los diferentes niveles del sistema
educativo, etc.
Con el fin del fordismo, se da origen al período
actual, conocido con el nombre de postfordismo. Éste se
caracteriza por la utilización de nuevas herramientas y
medios de
trabajo; por la distribución en grupos de
obreros, que realizan un conjunto de tareas; por el reemplazo de
la línea de producción por líneas flexibles
de producción. Esto significó una proctividad en
función
de las necesidades del mercado.
La instauración del postfordismo, trajo aparejada
una etapa de crisis
económica, en la que la sociedad
disminuyó su capacidad de absorber todos los productos
industriales. Por otra parte, la utilización de modernas
máquinas de trabajo, llevó a los
empresarios a reducir la cantidad de trabajadores,
generándose así un escenario de creciente desocupación, desigualdad económica
y social.
Hacia 1973, los países árabes, principales
productores de petróleo a nivel mundial, decidieron
aumentar considerablemente el precio del
barril de petróleo.
Consecuentemente, aumentaron los precios de
otros productos, acentuándose el estancamiento
económico.
El excedente de dinero
recaudado por los árabes, no fue invertido en sus
países, sino que fue ubicado en cuentas
bancarias, en los países centrales. A su vez, esos
bancos, a
partir de la segunda mitad de la década de 1970,
comenzaron a ofrecer con ese dinero, créditos baratos, los que fueron aceptados
por varios países de América
Latina, que se encontraban con grandes problemas
económicos.
En ese momento, Argentina estaba atravesando una etapa
de dictadura
militar, que les brindaba a los militares las circunstancias
adecuadas para realizar profundas y drásticas
transformaciones, no sólo sociales y políticas,
sino también económicas.
Varias de las modificaciones producidas en las estructuras de
la economía
argentina, tanto en el sector
público como en el privado, fueron propuestas por el,
en ese entonces ministro de economía Martínez de
Hoz, en su proyecto
económico-social.
Los resultados de dichas transformaciones fueron y
son:
– Decrecimiento del PBI por habitante.
– Caída de la Tasa de Inversión.
– Disminución de la Productividad de
la Sociedad Argentina y atraso tecnológico.
– Decrecimiento de los salarios.
– Aumento de la desocupación y
subocupación.
– Disminución de la participación de los
trabajadores en la riqueza del país.
– Aumento de la
pobreza.
También, presentó un modelo aperturista,
que cambió las orientaciones de la
industrialización sustitutiva, que habían estado
vigentes en el país desde 1930. Es decir, que son la
instauración de este modelo, se dio por terminada la
industrialización como objetivo central del proceso de
desarrollo.
Para poder llevarlo
acabo, se basaron en la modificación drástica de
los modelos
industrializadores, los cuales habían alentado
históricamente el desarrollo de la clase
obrera.
De este modo, las medidas económicas liberales de
la política
económica formulada e implementada por Martínez
de Hoz, dio lugar al declive de la Industria Argentina, a la
entrada al país de productos importados, y una
distribución negativa del ingreso, en la que se
beneficiaron los sectores capitalistas y mientras que los obreros
industriales fueron afectados por un deterioro de sus condiciones
de trabajo, y un aumento de la jornada de trabajo.
Durante el período del Golpe de Estado,
nuestro país había adquirido enormes
créditos de los bancos de los países centrales, y
aumentado explosivamente la deuda externa:
pasó a formar parte del grupo de "los
tres gigantes de la deuda".
En 1982, los bancos de los países centrales, que
habían gastado el capital
bancario, comenzaron a exigir la devolución de los
préstamos a un interés
superior al de pocos años atrás.
En 1983 se produce el retorno ala democracia,
visto por la mayoría de la población, como una solución a la
crisis económica: una reactivación de la
producción, aumento del empleo y mejoras en las
condiciones de vida.
El presidente electo, Raúl Alfonsín, hace
un intento desde el gobierno, de
mantener el Estado de Bienestar y "levantar las persianas de las
fábricas". Pero sus prioridades no tuvieron resultados
exitosos, ya que a los problemas de la inflación, el
desempleo y la
ausencia de inversiones
productivas por parte de los capitalistas (problemas que
persistían sin solución hacía años)
se les sumaban las secuelas de ciertas políticas
económicas de la dictadura: el
enorme volúmen de la deuda externa estatal y la
combinación de la inflación con el estancamiento
(estanflación) de la producción en todos los
sectores de la economía.
También, el Estado tuvo que cambiar su rol. Al
mismo tiempo que la
economía comenzaba a decaer, y se desataba una crisis que
duró dos décadas, el Estado de Bienestar
dejó de tener la capacidad que poseía años
atrás para recaudar impuestos sobre
la riqueza, perdió el equilibrio en
sus cuentas, porque gastaba más de lo que
recaudaba.
Se vio impulsado a abandonar su rol de garante de las
relaciones entre trabajadores y empresarios, a causa de la
amenaza de las empresas de retirarse del mercado nacional.
Mientras que varios Estados nacionales optaron por permitir la
disolución de las conquistas de los trabajadores fijadas
en los convenios colectivos de trabajo, con el propósito
de atraer capitales y poder competir con otros
países.
Además, el Estado dejó de cumplir las
amplias funciones que
antes desempeñaba, y comenzó a aplicar sólo
políticas puntuales para atender a aquellos sectores con
mayores necesidades o más conflictivos.
Este cambio de rol
del Estado, se vio favorecido por el hecho de que luego de tres
año de gobierno, aún persistía la crisis
económica y social, que llevó a funcionarios
radicales a aplicar medidas que significaran una profunda
modificación en la organización de la
economía argentina.
A principios de
1987, el equipo económico planteó la apertura
económica y la reforma del Estado, como requisitos
necesarios para acabar con el viejo problema de la
inflación.
Se anunciaron medidas que establecían la
desregulación estatal, es decir el levantamiento de los
controles del Estado, que regulaban la actividad
económica, en las áreas de transporte y
comunicaciones, importantes privatizaciones en el área química y petroquímica, y la apertura del área
petrolera a la actividad privada.
Dicha reforma tenía como objetivo inmediato la
reducción del déficit fiscal. Para
disminuir el gasto
público, el gobierno decidió la
reducción del salario de los
empleados públicos, la disminución de los haberes
provisionales y el aumento de las tarifas públicas. Pero
los resultados no fueron los esperados, y la inflación
aumentó, transformándose en 1989 en una hiperinflación.
Marco internacional
La crisis capitalista que tuvo efectos en todas partes
del mundo, ya que la economía se había mundializado
y con ella la inestabilidad económica, dio la oportunidad
a los partidarios de políticas neoliberales y
conservadoras, para criticar a los gobiernos que aplicaban
políticas keynesianas que justificaban el intervencionismo
estatal. A estas críticas se les sumaron las presiones
ejercidas por los grandes grupos económicos, que
pretendían cambiar el rumbo de las políticas
económicas, centrando su objetivo en la disminución
del costo de la mano
de obra para recuperar la rentabilidad
de sus inversiones. Reclamaron entonces el desmantelamiento del
Estado de Bienestar y el retorno al libre
comercio.
Estas presiones facilitaron la llegada al gobierno, en
Gran Bretaña y en Estados Unidos,
en la década de 1980, de partidos
políticos conservadores, que aplicaron medidas
liberales. Estos gobiernos no solo indicaron un gran avance de
las fuerzas económicas, sino también el retroceso
de partidos socialdemócratas.
Al mismo tiempo que Reagan asumió la presidencia
de los Estados Unidos, aumentaron las tensiones entre su
país y la URSS.
La disolución de la URSS, se debió a un
amplio y variado conjunto de factores: los gastos que
debió afrontar para sostener el equilibrio militar durante
la Guerra
Fría, las limitaciones de la propia economía
planificada soviética, el atraso tecnológico
respecto de los países capitalistas, y su dificultad para
competir con el ritmo productivo de las empresas capitalistas
privadas.
Pero la causa más importante del derrumbamiento
de la URSS, fue cuando la crisis persistente se aceleró
con la práctica de la Perestroika, un proceso de reformas
impuesto por
el Jefe de Estado Mijail Gorbachov, en 1985.
La Perestroika consistió en una
reorganización de la economía soviética, por
medio de la creación de áreas económicas
regidas por el libre mercado, lo que significaba abandonar la
centralización estatal, desmantelando el
modelo social y político impuesto durante el
período estalinista. También se propuso
democratizar la vida política, la
cuál era muy burocratizada y sujeta al control de los
funcionarios del Partido Comunista. Las reformas y los reclamos
tanto de sectores que formaban parte de la Unión
Soviética y que reclamaban por sus derechos de independencia
nacional, como de nacionalistas, culminaron con la
disolución de la URSS en 1991. Y, como consecuente, el
mundo bipolar.
El 9 de noviembre de 1989, el Muro de
Berlín, un símbolo de la ruptura entre los
bloques capitalista y socialista, o más bien un
símbolo de la Guerra
Fría, comenzó a ser destruido por los habitantes de
las dos Alemanias. La caída del Muro de Berlín fue
también la consecuencia del fracaso de la Unión
Soviética, de querer construir el socialismo en un
país donde las condiciones para hacerlo no existían
en absoluto.
Década de los 90 en
Argentina
El 8 de julio de 1989, antes de lo previsto, se
realizó el traspaso del mando presidencial. El nuevo
presidente, Carlos Saúl Menem, había anunciado
antes de asumir el cargo de presidente de la nación,
que entregaría el manejo de la economía a un
empresario que integraba el principal grupo oligopólico
del país, Bunge y Born. Menem, por su parte y para
consecuencia de quienes lo votaron, abandonó la
tradicional política económica industrialista y
redistributiva del peronismo,
adoptó posiciones neoliberales y se alineó con los
EE.UU.
Consenso de Washington
En 1989, se reunieron en Washington, los representantes
del Departamento de Estado de loa Estados Unidos, del Banco Mundial,
del Fondo Monetario
Internacional, los ministros del G-7, y presidentes de los
bancos privados más poderosos del mundo. Se llegó a
un acuerdo, en el que sólo se otorgaría ayuda
financiera a aquellos países endeudados que adoptasen las
medidas recomendadas por el Consenso:
– Reformar el Estado, minimizando sus funciones
sociales, como la salud y la
educación.
– Privatizar empresas de servicios
públicos.
– Enajenar reservas energéticas.
– Otorgar facilidades a las inversiones
extranjeras.
– Aumentar la recaudación impositiva.
– Liberar el sistema
financiero.
– Reducir el Déficit Fiscal.
Eran las ideas de la economía de libre mercado,
que buscaban acabar con el modelo de sustitución de
importaciones,
eliminando las políticas de inclusión de las
mayorías populares.
Gestión de Menem
A poco de asumir, Menem adoptó las medidas del
Consenso de Washington, y entregó el Ministerio de
Economía a Bunge y Born. Hizo aprobar por el Congreso, dos
grandes leyes: la de
Emergencia económica, la cuál suspendía todo
tipo se subsidios, privilegios y regímenes de promoción, y autorizaba el despido de
empleados estatales. La ley de Reforma
del Estado, en la que declaró la necesidad de privatizar
una extensa lista de empresas estatales, y delegó en el
presidente elegir la manera específica de
realizarlas.
Aseguró a las nuevas empresas un aumento
sustancial de tarifas, escasas regulaciones y una
situación monopólica por varios años.
También proclamó la apertura económica. En
poco más de un año, se habían privatizado la
red vial, los
canales de televisión, buena parte de los
ferrocarriles y las áreas petroleras. Se vendió
todo lo que podía venderse, y aún así, la
deuda externa se cuadruplicó.
Los gobernantes, pretendían reducir la
inflación importando productos baratos o mejorar la
recaudación fiscal, cobrando derechos elevados. Por ello,
para contrarrestar el problema del déficit fiscal,
resolvieron recaudar más, aumentando el impuesto al valor
agregado y a las ganancias. Restringieron al máximo
los papeles del Estado (en el ámbito educativo, se
llevó a cabo la "descentralización", con la que los colegios
nacionales pasaron a las provincias, y en algunos casos a
municipios) y la circulación monetaria, lo que redujo la
inflación.
Erman Gonzáles, en aquel entonces Ministro de
Economía, tomó una medida drástica, se
apropió de los depósitos a plazo fijo y los
cambió por bonos a largo
plazo en dólares, afectando así a muchos
ahorristas.
En 1991, el nuevo Ministro de Economía, Domingo
Cavallo, hizo aprobar la ley de Convertibilidad, en la que un
dólar equivaldría a un nuevo peso.
Si bien los argentinos tomaron provecho de la
convertibilidad, porque pudieron realizar compras en
cuotas, hacer viajes al
extranjero, y utilizar tarjetas de
crédito, desde el punto de vista de un
economista "la Convertibilidad mató a la
Argentina".
La Argentina había pasado a formar parte de
la
globalización, y esto fue posible "gracias al respaldo
de los Estados Unidos", que impulsaba al desmantelamiento del
país. El Estado Nacional tenía cada vez menos poder
frente al creciente poder de los grandes grupos
económicos, que fijaban los rumbos de las economías
nacionales. En el caso de los trabajadores, que ya habían
sido afectados con el cambio de rol del Estado, se le suma a su
situación el sometimiento a las reglas de la
economía.
Otra de las consecuencias de la globalización, fue la formación de
un bloque económico, llamado Mercosur. El
mismo está constituido por Brasil,
Argentina, Uruguay,
Paraguay.
Estos países firmaron un acuerdo conocido como Tratado de
Asunción, que establecía la formación del
Mercado Común del Sur. Ese acuerdo, ponía a los
cuatro países en una relación de integración
económica plena, y sus objetivos
eran:
– Acelerar el desarrollo
económico.
– Establecer la libre circulación de bienes y
servicios, y
aranceles
externos comunes.
– Lograr una fuerte vinculación al mercado
mundial mediante la consolidación de un gran espacio
económico.
– Estimular el desarrollo científico y
económico.
Luego se agregaron Chile y Bolivia, que
tienen una participación menor.
Las consecuencias de las políticas de la
década del 90’ y de la globalización, se ven
reflejadas en la nueva cuestión social, que se manifiesta
en la sociedad actual, y que estuvo acompañada de corrupción.
La nueva cuestión social, está
caracterizada por la conjunción de ciertos
factores:
– Desempleo y precarización: el modelo
económico, que implementa la flexibilidad laboral, la
cuál propone reducir el costo laboral a través de
imponer topes y menores indemnizaciones por accidentes de
trabajo, flexibilizar el contrato
temporario de personal y
disminuir los topes para las indemnizaciones por despidos
injustificados y el aporte patronal para la jubilación y
obras sociales.
También la renovación tecnológica
empeoró el mercado de trabajo, ya que produjo que el
personal no capacitado quedase al márgen, y fuera
reemplazado por aquel personal que si lo fuera.
Esto produjo un desempleo estructural, por la
precarización y rotación permanente de la mano de
obra, que debilitó a la defensa gremial y legal del
trabajo.
También, el trabajo se transformó en un
bien escaso, y aparecieron nuevas modalidades de empleo:
temporal, discontinuo, a tiempo parcial, autoempleo,
irregular o clandestino.
– Vulnerabilidad y exclusión: las personas que
perdieron el empleo formal, quedaron desvinculadas de los marcos
institucionales que las contenían, y debieron desarrollar
estrategias para
sobrevivir.
Además, las condiciones impuestas por el
desarrollo tecnológico, fueron dejando progresivamente a
una porción de la población lejos de cualquier
posible acercamiento. Toda esa porción de la
población fue víctima de la exclusión, que
le dio carácter de población excedente, y
que a la larga, se presentó como un efecto dessocializante
y de aislamiento social.
– Ampliación de la pobreza
estructural: los pobres estructurales o pobres de necesidades
básicas, los cuáles no satisfacen sus necesidades
básicas, en relación con la vivienda, condiciones
sanitarias, educación y capacidad
de subsistencia, poseen ingresos por
debajo de la línea de pobreza, son los principales
destinatarios de políticas del tipo asistencial, y que
están lejos de ocupar la escena y de conformar activamente
la opinión
pública.
– Nuevos pobres y privación relativa: la
diferencia básica con los pobres estructurales, es que los
nuevos pobres poseen una vivienda digna y están más
capacitados. Este sector caracteriza a los pobres por ingresos, y
está conformado por las clases medias "empobrecidas", como
los empleados públicos, docentes,
jubilados, etc.
A la vez, son los más afectados por el modelo
neoliberal, porque no tienen contención simbólica
ni material en el mismo.
– Crisis de las clases medias: estos sectores tienen la
característica de engrosar los índices de desempleo
y subempleo por la reseción y el cierre de comercios.
Están constituídos por trabajadores con
educación media completa y hasta superior.
– Nueva violencia
social e inseguridad:
está representada por una violencia de
tipo social, sin proyecto, y que lleva al círculo
inseguridad- represión policial. Es producto de la nueva
fase capitalista, que le sumó a la altísima tasa de
desocupación, problemáticas en los jóvenes
por la falta de contención, explotación infantil,
aumento de mujeres cabeza de familia, y
familias cada vez más inestables.
Esta nueva violencia, está relacionada con el
crecimiento del sector ilegal y criminal.
Las situaciones económicas, políticas y
sociales que se desataron en nuestro país a partir de los
años 90’, se vieron agravadas con el gobierno de De
La Rúa.
De La Rúa, contrariando sus promesas electivas,
resolvió profundizar el modelo neoliberal: impone al
parlamento la Ley de Reforma Laboral, que terminó con la
última legislación protectora de los derechos del
trabajador. Se les baja el salario a los jubilados, con el
propósito de llevar a cero el déficit fiscal, sube
el riesgo
país, se produce una fuga de capitales, y por
último, el gobierno interviene congelando las cajas de
ahorro, lo que
culminó en el llamado "corralito", y una serie de
episodios violentos y "cacerolazos".
La elaboración de este informe me
sirvió para aprender más sobre la historia de
nuestro país, y sobretodo para entender por qué
estamos en esta situación.
También pude diferenciar el Estado de Bienestar y
el Neoliberal, y poder formular una posición propia ante
ambos.
Creo que el Estado de Bienestar trajo muchas
satisfacciones y logros en la vida económica y social de
nuestro país, ya que creció la industria nacional y
mejoraron las condiciones de vida y trabajo de los sectores
obreros. Se implementó una protección de las
industrias nacionales, y varios bienes pasaron a ser
estatales.
Pero si bien la vigencia del Estado Benefactor tuvo sus
ventajas, también tuvo consecuencias, como fue el atraso
tecnológico. Además, la principal fuente de
ingresos de nuestro país, provenía de las exportaciones de
materias primas, y al mundializarse la economía, era
necesario comerciar con otros países, y formar parte de la
globalización fue casi inevitable.
El gran error que se cometió, tuvo lugar en la
época de la dictadura militar, con los planes
económico-sociales impuestos por Martínez de Hoz, y
desde un punto de vista general, la aceptación de
créditos a los bancos de los países centrales, lo
que llevó al país a aumentar considerablemente la
deuda externa. Y por otra parte, el error fue cometido nuevamente
en la década del 90’, con Menem y el acuerdo del
Consenso de Washington, la implantación de reformas en el
plano laboral y económico, como lo fueron las
privatizaciones y la flexibilidad laboral, entre
otras.
La venta y exposición
del país a los intereses extranjeros, fue producto de una
mala aplicación de las medidas neoliberales, un mal camino
para introducir a la Argentina en el mercado mundial.
Por otra parte, la disolución de los logros
obtenidos durante la década de oro, y la mala
administración de los bienes y riquezas de
nuestra tierra.
Con un país tan rico en materias primas y en
recursos, con una
gran superficie de tierras ¿qué necesidad
había de entregarlas a sectores privados, cuando abundaba
la mano de obra disponible para trabajarlas y hacer un buen uso
de ellas?, ¿qué necesidad había de aceptar
créditos de los bancos de los países centrales
cuando se podían recaudar grandes ingresos a partir de la
producción y la exportación?, ¿qué necesidad
había de imponer ciertas políticas neoliberales en
un país en que las condiciones no se prestaban en lo
absoluto para imponerlas?
Y en cuanto al gobierno de De La Rúa
¿qué necesidad había de empeorar lo que ya
había sido empeorado?
También para entender la cuestión actual,
tuve en cuenta las medidas económicas, políticas y
sociales tomadas entre 1976 y 2001, que llevaron a un clima de
inestabilidad, el cuál sigue vigente en la
actualidad.
Melisa I. Podestá
2do. Pol. Ciencias
Naturales
Fecha de presentación : 05/12/05
Escuela de Agricultura