Monografias.com > Historia
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Transformación del rol del Estado. Estado del Bienestar. Estado Neoliberal




Enviado por Melisa I. Podestá



    1. Desarrollo
    2. Conclusión

    INTRODUCCIÓN

    Desde comienzos del siglo XX, el mundo
    experimentó profundos cambios en la
    organización del trabajo y en
    la economía.
    Estos cambios fueron producto de
    las nuevas formas de trabajo industrial: el taylorismo (1911), y
    el Fordismo (de
    1920 a 1970 ).

    La expansión de este último,
    coincidió con el desarrollo del
    Estado de Bienestar. Este Estado Benefactor, cumplió el
    papel de garante de la nueva relación entre los
    trabajadores y los empresarios, se propuso que todos tuvieran
    empleo, se
    preocupó por lograr la igualdad de
    oportunidades a partir del otorgamiento de diferentes prestaciones
    sociales. También cumplió un papel muy importante
    en la economía de los países en los que se
    estableció: fue empresario, e
    intervino activamente en la economía, protegiendo las
    industrias
    nacionales.

    Podría ejemplificarse como un Estado de
    Bienestar, al modelo
    político-económico que tuvo la Argentina durante
    las presidencias de Juan Domingo Perón. Ya
    que durante esos períodos, el ascenso social y las mejoras
    en las condiciones de vida y trabajo de los obreros, estuvieron
    acompañadas de un desarrollo y proteccionismo de la
    industria
    nacional.

    Los gobiernos que le sucedieron al de Perón, no
    tuvieron las características de éste, y la
    trascendencia de los mismos, junto con el ascenso de presidentes
    como Carlos Saúl Menem, marcaron
    en la historia de
    nuestro país el fin del Estado de Bienestar.

    La etapa que estamos viviendo actualmente, y la
    respuesta a la pregunta que nos hacemos muchos argentinos:
    ¿Por qué estamos así?, no es más que
    la consecuencia del fin del Estado Benefactor, el postfordismo y,
    por consiguiente, la vigencia de un Estado Neoliberal.

    DESARROLLO

    El fordismo fue una forma de organizar el trabajo,
    que se expandió a la mayoría de las industrias,
    entre los años 1930 y 1970. Si bien recuperó
    aspectos básicos de la organización del trabajo taylorista,
    también introdujo cambios: consideró necesario
    aumentar los salarios de los
    trabajadores, de forma tal que los obreros pudieran
    también consumir los productos
    fabricados por las empresas. De este
    modo, hubo una elevación del nivel de vida de los
    trabajadores, por sus altos salarios (aumentados con el
    propósito de elevar el nivel de producción de las empresas y garantizar la
    venta de los
    bienes
    industriales entre los mismos) y su consiguiente aumento de la
    capacidad de consumo.

    La expansión del fordismo, coincidió con
    el desarrollo del Estado de Bienestar, el cuál no
    sólo cumplió el papel de garante de la nueva
    relación entre los obreros y los empresarios, sino que
    también intervino activamente en la
    economía.

    Protegió el acuerdo según el cuál
    los trabajadores aceptaban la existencia de la propiedad
    privada de los empresarios sobre las fábricas y herramientas,
    y los empresarios aceptaban la existencia de sindicatos con
    los que había que negociar constantemente.

    Además, el Estado
    Benefactor se propuso como objetivo que
    todos tuvieran empleo, se preocupó por lograr la igualdad
    de oportunidades, la que se alcanzaba por las diferentes
    prestaciones sociales que brindaba el Estado.

    También, produjo un gran aumento en los empleados
    públicos, porque realizaba actividades que
    requerían gran cantidad de trabajadores: construía
    grandes obras públicas, organizaba planes de salud complejos,
    tenía a su cargo los diferentes niveles del sistema
    educativo, etc.

    Con el fin del fordismo, se da origen al período
    actual, conocido con el nombre de postfordismo. Éste se
    caracteriza por la utilización de nuevas herramientas y
    medios de
    trabajo; por la distribución en grupos de
    obreros, que realizan un conjunto de tareas; por el reemplazo de
    la línea de producción por líneas flexibles
    de producción. Esto significó una proctividad en
    función
    de las necesidades del mercado.

    La instauración del postfordismo, trajo aparejada
    una etapa de crisis
    económica, en la que la sociedad
    disminuyó su capacidad de absorber todos los productos
    industriales. Por otra parte, la utilización de modernas
    máquinas de trabajo, llevó a los
    empresarios a reducir la cantidad de trabajadores,
    generándose así un escenario de creciente desocupación, desigualdad económica
    y social.

    Hacia 1973, los países árabes, principales
    productores de petróleo a nivel mundial, decidieron
    aumentar considerablemente el precio del
    barril de petróleo.
    Consecuentemente, aumentaron los precios de
    otros productos, acentuándose el estancamiento
    económico.

    El excedente de dinero
    recaudado por los árabes, no fue invertido en sus
    países, sino que fue ubicado en cuentas
    bancarias, en los países centrales. A su vez, esos
    bancos, a
    partir de la segunda mitad de la década de 1970,
    comenzaron a ofrecer con ese dinero, créditos baratos, los que fueron aceptados
    por varios países de América
    Latina, que se encontraban con grandes problemas
    económicos.

    En ese momento, Argentina estaba atravesando una etapa
    de dictadura
    militar, que les brindaba a los militares las circunstancias
    adecuadas para realizar profundas y drásticas
    transformaciones, no sólo sociales y políticas,
    sino también económicas.

    Varias de las modificaciones producidas en las estructuras de
    la economía
    argentina, tanto en el sector
    público como en el privado, fueron propuestas por el,
    en ese entonces ministro de economía Martínez de
    Hoz, en su proyecto
    económico-social.

    Los resultados de dichas transformaciones fueron y
    son:

    – Decrecimiento del PBI por habitante.

    – Caída de la Tasa de Inversión.

    – Disminución de la Productividad de
    la Sociedad Argentina y atraso tecnológico.

    – Decrecimiento de los salarios.

    – Aumento de la desocupación y
    subocupación.

    – Disminución de la participación de los
    trabajadores en la riqueza del país.

    – Aumento de la
    pobreza.

    También, presentó un modelo aperturista,
    que cambió las orientaciones de la
    industrialización sustitutiva, que habían estado
    vigentes en el país desde 1930. Es decir, que son la
    instauración de este modelo, se dio por terminada la
    industrialización como objetivo central del proceso de
    desarrollo.

    Para poder llevarlo
    acabo, se basaron en la modificación drástica de
    los modelos
    industrializadores, los cuales habían alentado
    históricamente el desarrollo de la clase
    obrera.

    De este modo, las medidas económicas liberales de
    la política
    económica formulada e implementada por Martínez
    de Hoz, dio lugar al declive de la Industria Argentina, a la
    entrada al país de productos importados, y una
    distribución negativa del ingreso, en la que se
    beneficiaron los sectores capitalistas y mientras que los obreros
    industriales fueron afectados por un deterioro de sus condiciones
    de trabajo, y un aumento de la jornada de trabajo.

    Durante el período del Golpe de Estado,
    nuestro país había adquirido enormes
    créditos de los bancos de los países centrales, y
    aumentado explosivamente la deuda externa:
    pasó a formar parte del grupo de "los
    tres gigantes de la deuda".

    En 1982, los bancos de los países centrales, que
    habían gastado el capital
    bancario, comenzaron a exigir la devolución de los
    préstamos a un interés
    superior al de pocos años atrás.

    En 1983 se produce el retorno ala democracia,
    visto por la mayoría de la población, como una solución a la
    crisis económica: una reactivación de la
    producción, aumento del empleo y mejoras en las
    condiciones de vida.

    El presidente electo, Raúl Alfonsín, hace
    un intento desde el gobierno, de
    mantener el Estado de Bienestar y "levantar las persianas de las
    fábricas". Pero sus prioridades no tuvieron resultados
    exitosos, ya que a los problemas de la inflación, el
    desempleo y la
    ausencia de inversiones
    productivas por parte de los capitalistas (problemas que
    persistían sin solución hacía años)
    se les sumaban las secuelas de ciertas políticas
    económicas de la dictadura: el
    enorme volúmen de la deuda externa estatal y la
    combinación de la inflación con el estancamiento
    (estanflación) de la producción en todos los
    sectores de la economía.

    También, el Estado tuvo que cambiar su rol. Al
    mismo tiempo que la
    economía comenzaba a decaer, y se desataba una crisis que
    duró dos décadas, el Estado de Bienestar
    dejó de tener la capacidad que poseía años
    atrás para recaudar impuestos sobre
    la riqueza, perdió el equilibrio en
    sus cuentas, porque gastaba más de lo que
    recaudaba.

    Se vio impulsado a abandonar su rol de garante de las
    relaciones entre trabajadores y empresarios, a causa de la
    amenaza de las empresas de retirarse del mercado nacional.
    Mientras que varios Estados nacionales optaron por permitir la
    disolución de las conquistas de los trabajadores fijadas
    en los convenios colectivos de trabajo, con el propósito
    de atraer capitales y poder competir con otros
    países.

    Además, el Estado dejó de cumplir las
    amplias funciones que
    antes desempeñaba, y comenzó a aplicar sólo
    políticas puntuales para atender a aquellos sectores con
    mayores necesidades o más conflictivos.

    Este cambio de rol
    del Estado, se vio favorecido por el hecho de que luego de tres
    año de gobierno, aún persistía la crisis
    económica y social, que llevó a funcionarios
    radicales a aplicar medidas que significaran una profunda
    modificación en la organización de la
    economía argentina.

    A principios de
    1987, el equipo económico planteó la apertura
    económica y la reforma del Estado, como requisitos
    necesarios para acabar con el viejo problema de la
    inflación.

    Se anunciaron medidas que establecían la
    desregulación estatal, es decir el levantamiento de los
    controles del Estado, que regulaban la actividad
    económica, en las áreas de transporte y
    comunicaciones, importantes privatizaciones en el área química y petroquímica, y la apertura del área
    petrolera a la actividad privada.

    Dicha reforma tenía como objetivo inmediato la
    reducción del déficit fiscal. Para
    disminuir el gasto
    público, el gobierno decidió la
    reducción del salario de los
    empleados públicos, la disminución de los haberes
    provisionales y el aumento de las tarifas públicas. Pero
    los resultados no fueron los esperados, y la inflación
    aumentó, transformándose en 1989 en una hiperinflación.

    Marco internacional

    La crisis capitalista que tuvo efectos en todas partes
    del mundo, ya que la economía se había mundializado
    y con ella la inestabilidad económica, dio la oportunidad
    a los partidarios de políticas neoliberales y
    conservadoras, para criticar a los gobiernos que aplicaban
    políticas keynesianas que justificaban el intervencionismo
    estatal. A estas críticas se les sumaron las presiones
    ejercidas por los grandes grupos económicos, que
    pretendían cambiar el rumbo de las políticas
    económicas, centrando su objetivo en la disminución
    del costo de la mano
    de obra para recuperar la rentabilidad
    de sus inversiones. Reclamaron entonces el desmantelamiento del
    Estado de Bienestar y el retorno al libre
    comercio.

    Estas presiones facilitaron la llegada al gobierno, en
    Gran Bretaña y en Estados Unidos,
    en la década de 1980, de partidos
    políticos conservadores, que aplicaron medidas
    liberales. Estos gobiernos no solo indicaron un gran avance de
    las fuerzas económicas, sino también el retroceso
    de partidos socialdemócratas.

    Al mismo tiempo que Reagan asumió la presidencia
    de los Estados Unidos, aumentaron las tensiones entre su
    país y la URSS.

    La disolución de la URSS, se debió a un
    amplio y variado conjunto de factores: los gastos que
    debió afrontar para sostener el equilibrio militar durante
    la Guerra
    Fría, las limitaciones de la propia economía
    planificada soviética, el atraso tecnológico
    respecto de los países capitalistas, y su dificultad para
    competir con el ritmo productivo de las empresas capitalistas
    privadas.

    Pero la causa más importante del derrumbamiento
    de la URSS, fue cuando la crisis persistente se aceleró
    con la práctica de la Perestroika, un proceso de reformas
    impuesto por
    el Jefe de Estado Mijail Gorbachov, en 1985.

    La Perestroika consistió en una
    reorganización de la economía soviética, por
    medio de la creación de áreas económicas
    regidas por el libre mercado, lo que significaba abandonar la
    centralización estatal, desmantelando el
    modelo social y político impuesto durante el
    período estalinista. También se propuso
    democratizar la vida política, la
    cuál era muy burocratizada y sujeta al control de los
    funcionarios del Partido Comunista. Las reformas y los reclamos
    tanto de sectores que formaban parte de la Unión
    Soviética y que reclamaban por sus derechos de independencia
    nacional, como de nacionalistas, culminaron con la
    disolución de la URSS en 1991. Y, como consecuente, el
    mundo bipolar.

    El 9 de noviembre de 1989, el Muro de
    Berlín, un símbolo de la ruptura entre los
    bloques capitalista y socialista, o más bien un
    símbolo de la Guerra
    Fría, comenzó a ser destruido por los habitantes de
    las dos Alemanias. La caída del Muro de Berlín fue
    también la consecuencia del fracaso de la Unión
    Soviética, de querer construir el socialismo en un
    país donde las condiciones para hacerlo no existían
    en absoluto.

    Década de los 90 en
    Argentina

    El 8 de julio de 1989, antes de lo previsto, se
    realizó el traspaso del mando presidencial. El nuevo
    presidente, Carlos Saúl Menem, había anunciado
    antes de asumir el cargo de presidente de la nación,
    que entregaría el manejo de la economía a un
    empresario que integraba el principal grupo oligopólico
    del país, Bunge y Born. Menem, por su parte y para
    consecuencia de quienes lo votaron, abandonó la
    tradicional política económica industrialista y
    redistributiva del peronismo,
    adoptó posiciones neoliberales y se alineó con los
    EE.UU.

    Consenso de Washington

    En 1989, se reunieron en Washington, los representantes
    del Departamento de Estado de loa Estados Unidos, del Banco Mundial,
    del Fondo Monetario
    Internacional, los ministros del G-7, y presidentes de los
    bancos privados más poderosos del mundo. Se llegó a
    un acuerdo, en el que sólo se otorgaría ayuda
    financiera a aquellos países endeudados que adoptasen las
    medidas recomendadas por el Consenso:

    – Reformar el Estado, minimizando sus funciones
    sociales, como la salud y la
    educación.

    – Privatizar empresas de servicios
    públicos.

    – Enajenar reservas energéticas.

    – Otorgar facilidades a las inversiones
    extranjeras.

    – Aumentar la recaudación impositiva.

    – Liberar el sistema
    financiero.

    – Reducir el Déficit Fiscal.

    Eran las ideas de la economía de libre mercado,
    que buscaban acabar con el modelo de sustitución de
    importaciones,
    eliminando las políticas de inclusión de las
    mayorías populares.

    Gestión de Menem

    A poco de asumir, Menem adoptó las medidas del
    Consenso de Washington, y entregó el Ministerio de
    Economía a Bunge y Born. Hizo aprobar por el Congreso, dos
    grandes leyes: la de
    Emergencia económica, la cuál suspendía todo
    tipo se subsidios, privilegios y regímenes de promoción, y autorizaba el despido de
    empleados estatales. La ley de Reforma
    del Estado, en la que declaró la necesidad de privatizar
    una extensa lista de empresas estatales, y delegó en el
    presidente elegir la manera específica de
    realizarlas.

    Aseguró a las nuevas empresas un aumento
    sustancial de tarifas, escasas regulaciones y una
    situación monopólica por varios años.
    También proclamó la apertura económica. En
    poco más de un año, se habían privatizado la
    red vial, los
    canales de televisión, buena parte de los
    ferrocarriles y las áreas petroleras. Se vendió
    todo lo que podía venderse, y aún así, la
    deuda externa se cuadruplicó.

    Los gobernantes, pretendían reducir la
    inflación importando productos baratos o mejorar la
    recaudación fiscal, cobrando derechos elevados. Por ello,
    para contrarrestar el problema del déficit fiscal,
    resolvieron recaudar más, aumentando el impuesto al valor
    agregado y a las ganancias. Restringieron al máximo
    los papeles del Estado (en el ámbito educativo, se
    llevó a cabo la "descentralización", con la que los colegios
    nacionales pasaron a las provincias, y en algunos casos a
    municipios) y la circulación monetaria, lo que redujo la
    inflación.

    Erman Gonzáles, en aquel entonces Ministro de
    Economía, tomó una medida drástica, se
    apropió de los depósitos a plazo fijo y los
    cambió por bonos a largo
    plazo en dólares, afectando así a muchos
    ahorristas.

    En 1991, el nuevo Ministro de Economía, Domingo
    Cavallo, hizo aprobar la ley de Convertibilidad, en la que un
    dólar equivaldría a un nuevo peso.

    Si bien los argentinos tomaron provecho de la
    convertibilidad, porque pudieron realizar compras en
    cuotas, hacer viajes al
    extranjero, y utilizar tarjetas de
    crédito, desde el punto de vista de un
    economista "la Convertibilidad mató a la
    Argentina".

    La Argentina había pasado a formar parte de
    la
    globalización, y esto fue posible "gracias al respaldo
    de los Estados Unidos", que impulsaba al desmantelamiento del
    país. El Estado Nacional tenía cada vez menos poder
    frente al creciente poder de los grandes grupos
    económicos, que fijaban los rumbos de las economías
    nacionales. En el caso de los trabajadores, que ya habían
    sido afectados con el cambio de rol del Estado, se le suma a su
    situación el sometimiento a las reglas de la
    economía.

    Otra de las consecuencias de la globalización, fue la formación de
    un bloque económico, llamado Mercosur. El
    mismo está constituido por Brasil,
    Argentina, Uruguay,
    Paraguay.
    Estos países firmaron un acuerdo conocido como Tratado de
    Asunción, que establecía la formación del
    Mercado Común del Sur. Ese acuerdo, ponía a los
    cuatro países en una relación de integración
    económica plena, y sus objetivos
    eran:

    – Acelerar el desarrollo
    económico.

    – Establecer la libre circulación de bienes y
    servicios, y
    aranceles
    externos comunes.

    – Lograr una fuerte vinculación al mercado
    mundial mediante la consolidación de un gran espacio
    económico.

    – Estimular el desarrollo científico y
    económico.

    Luego se agregaron Chile y Bolivia, que
    tienen una participación menor.

    Las consecuencias de las políticas de la
    década del 90’ y de la globalización, se ven
    reflejadas en la nueva cuestión social, que se manifiesta
    en la sociedad actual, y que estuvo acompañada de corrupción.

    La nueva cuestión social, está
    caracterizada por la conjunción de ciertos
    factores:

    – Desempleo y precarización: el modelo
    económico, que implementa la flexibilidad laboral, la
    cuál propone reducir el costo laboral a través de
    imponer topes y menores indemnizaciones por accidentes de
    trabajo, flexibilizar el contrato
    temporario de personal y
    disminuir los topes para las indemnizaciones por despidos
    injustificados y el aporte patronal para la jubilación y
    obras sociales.

    También la renovación tecnológica
    empeoró el mercado de trabajo, ya que produjo que el
    personal no capacitado quedase al márgen, y fuera
    reemplazado por aquel personal que si lo fuera.

    Esto produjo un desempleo estructural, por la
    precarización y rotación permanente de la mano de
    obra, que debilitó a la defensa gremial y legal del
    trabajo.

    También, el trabajo se transformó en un
    bien escaso, y aparecieron nuevas modalidades de empleo:
    temporal, discontinuo, a tiempo parcial, autoempleo,
    irregular o clandestino.

    – Vulnerabilidad y exclusión: las personas que
    perdieron el empleo formal, quedaron desvinculadas de los marcos
    institucionales que las contenían, y debieron desarrollar
    estrategias para
    sobrevivir.

    Además, las condiciones impuestas por el
    desarrollo tecnológico, fueron dejando progresivamente a
    una porción de la población lejos de cualquier
    posible acercamiento. Toda esa porción de la
    población fue víctima de la exclusión, que
    le dio carácter de población excedente, y
    que a la larga, se presentó como un efecto dessocializante
    y de aislamiento social.

    – Ampliación de la pobreza
    estructural: los pobres estructurales o pobres de necesidades
    básicas, los cuáles no satisfacen sus necesidades
    básicas, en relación con la vivienda, condiciones
    sanitarias, educación y capacidad
    de subsistencia, poseen ingresos por
    debajo de la línea de pobreza, son los principales
    destinatarios de políticas del tipo asistencial, y que
    están lejos de ocupar la escena y de conformar activamente
    la opinión
    pública.

    – Nuevos pobres y privación relativa: la
    diferencia básica con los pobres estructurales, es que los
    nuevos pobres poseen una vivienda digna y están más
    capacitados. Este sector caracteriza a los pobres por ingresos, y
    está conformado por las clases medias "empobrecidas", como
    los empleados públicos, docentes,
    jubilados, etc.

    A la vez, son los más afectados por el modelo
    neoliberal, porque no tienen contención simbólica
    ni material en el mismo.

    – Crisis de las clases medias: estos sectores tienen la
    característica de engrosar los índices de desempleo
    y subempleo por la reseción y el cierre de comercios.
    Están constituídos por trabajadores con
    educación media completa y hasta superior.

    – Nueva violencia
    social e inseguridad:
    está representada por una violencia de
    tipo social, sin proyecto, y que lleva al círculo
    inseguridad- represión policial. Es producto de la nueva
    fase capitalista, que le sumó a la altísima tasa de
    desocupación, problemáticas en los jóvenes
    por la falta de contención, explotación infantil,
    aumento de mujeres cabeza de familia, y
    familias cada vez más inestables.

    Esta nueva violencia, está relacionada con el
    crecimiento del sector ilegal y criminal.

    Las situaciones económicas, políticas y
    sociales que se desataron en nuestro país a partir de los
    años 90’, se vieron agravadas con el gobierno de De
    La Rúa.

    De La Rúa, contrariando sus promesas electivas,
    resolvió profundizar el modelo neoliberal: impone al
    parlamento la Ley de Reforma Laboral, que terminó con la
    última legislación protectora de los derechos del
    trabajador. Se les baja el salario a los jubilados, con el
    propósito de llevar a cero el déficit fiscal, sube
    el riesgo
    país, se produce una fuga de capitales, y por
    último, el gobierno interviene congelando las cajas de
    ahorro, lo que
    culminó en el llamado "corralito", y una serie de
    episodios violentos y "cacerolazos".

    CONCLUSIÓN

    La elaboración de este informe me
    sirvió para aprender más sobre la historia de
    nuestro país, y sobretodo para entender por qué
    estamos en esta situación.

    También pude diferenciar el Estado de Bienestar y
    el Neoliberal, y poder formular una posición propia ante
    ambos.

    Creo que el Estado de Bienestar trajo muchas
    satisfacciones y logros en la vida económica y social de
    nuestro país, ya que creció la industria nacional y
    mejoraron las condiciones de vida y trabajo de los sectores
    obreros. Se implementó una protección de las
    industrias nacionales, y varios bienes pasaron a ser
    estatales.

    Pero si bien la vigencia del Estado Benefactor tuvo sus
    ventajas, también tuvo consecuencias, como fue el atraso
    tecnológico. Además, la principal fuente de
    ingresos de nuestro país, provenía de las exportaciones de
    materias primas, y al mundializarse la economía, era
    necesario comerciar con otros países, y formar parte de la
    globalización fue casi inevitable.

    El gran error que se cometió, tuvo lugar en la
    época de la dictadura militar, con los planes
    económico-sociales impuestos por Martínez de Hoz, y
    desde un punto de vista general, la aceptación de
    créditos a los bancos de los países centrales, lo
    que llevó al país a aumentar considerablemente la
    deuda externa. Y por otra parte, el error fue cometido nuevamente
    en la década del 90’, con Menem y el acuerdo del
    Consenso de Washington, la implantación de reformas en el
    plano laboral y económico, como lo fueron las
    privatizaciones y la flexibilidad laboral, entre
    otras.

    La venta y exposición
    del país a los intereses extranjeros, fue producto de una
    mala aplicación de las medidas neoliberales, un mal camino
    para introducir a la Argentina en el mercado mundial.

    Por otra parte, la disolución de los logros
    obtenidos durante la década de oro, y la mala
    administración de los bienes y riquezas de
    nuestra tierra.

    Con un país tan rico en materias primas y en
    recursos, con una
    gran superficie de tierras ¿qué necesidad
    había de entregarlas a sectores privados, cuando abundaba
    la mano de obra disponible para trabajarlas y hacer un buen uso
    de ellas?, ¿qué necesidad había de aceptar
    créditos de los bancos de los países centrales
    cuando se podían recaudar grandes ingresos a partir de la
    producción y la exportación?, ¿qué necesidad
    había de imponer ciertas políticas neoliberales en
    un país en que las condiciones no se prestaban en lo
    absoluto para imponerlas?

    Y en cuanto al gobierno de De La Rúa
    ¿qué necesidad había de empeorar lo que ya
    había sido empeorado?

    También para entender la cuestión actual,
    tuve en cuenta las medidas económicas, políticas y
    sociales tomadas entre 1976 y 2001, que llevaron a un clima de
    inestabilidad, el cuál sigue vigente en la
    actualidad.

     

    Melisa I. Podestá

    2do. Pol. Ciencias
    Naturales

    Fecha de presentación : 05/12/05

    Escuela de Agricultura

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter