En el siguiente trabajo se pretende dar a
conocer al lector quién fue el Dr. René Favaloro,
realizando una comparación entre una autobiografía y
una biografía de dicho personaje. Los aspectos comparados
son su personalidad, su ideología y su carrera
profesional. La comparación está basada en dos libros: "Recuerdos de un
médico rural" (la autobiografía) y "Diario Interior de
René Favaloro" (la biografía, escrita por su amigo
Carlos Penelas). A lo largo del trabajo se van exponiendo dos
puntos de vista: cómo se veía Favaloro a sí mismo
y cómo lo veían los demás. De esta forma, se
buscan semejanzas y diferencias entre ambas percepciones,
lográndose así que el lector se forme una idea clara de
quién era este argentino que fue reconocido
internacionalmente. La conclusión a la que se llega, es que
las dos percepciones coinciden a la perfección. Esto lleva,
a su vez, a concluir, que el Dr. Favaloro vivía según
sus valores y siempre actuaba
según lo que pensaba y decía. Sus actos no
contradecían sus palabras.
En primer lugar, quiero agradecer a mi mamá por el
apoyo psicológico durante mis momentos de crisis. También quiero
agradecer a Lili por haber sido mi guía a lo largo de todo
el trabajo, y a mi papá y
hermanos por haberme prestado la compu durante tanto tiempo.
Muchos escucharon por primera vez el nombre René
Favaloro el 29 de julio del 2000, cuando todos los medios de
comunicación anunciaron la muerte de dicho doctor.
Recién en ese momento, muchos argentinos se enteraron que un
hombre nacido y educado en
esta tierra era reconocido
internacionalmente como un excelente doctor, y, a su vez,
debieron reconocer que en su propio país había sido
tratado como un mendigo.
Ha llegado el momento de que los argentinos comencemos a
valorar lo que tenemos, sin dejar de reconocer nuestros errores.
El objetivo de este trabajo es,
en parte, que el lector pueda conocer a este personaje
argentino.
La psicología ha determinado que la personalidad de un individuo se construye a
partir de lo que el individuo piensa de sí mismo, lo que los
otros piensan de él y lo que él piensa de lo que los
otros piensan.
Teniendo en cuenta la autobiografía "Recuerdos de
un médico rural" y la biografía "Diario Interior de
René Favaloro", se compararán las percepciones que
tenía Favaloro sobre sí mismo y las que tenían los
demás. Se buscarán semejanzas y diferencias entre las
dos visiones de Favaloro como profesional, como persona y como intelectual. De
esta forma, el lector podrá formarse un idea clara de
quién fue este hombre ilustre.
El doctor René G. Favaloro nació en la ciudad
de La Plata el 14 de julio de 1923. Provenía de una familia humilde, su padre fue
carpintero ebanista y su madre modista. En 1941, al finalizar sus
estudios en el Colegio Nacional de La Plata, ingresó a la
carrera de medicina de esa casa de
estudios. Se graduó en 1948, y entre 1950 y 1962
ejerció su profesión como médico rural en el
pueblo pampeano de Jacinto Aráuz. En febrero de 1962 se
trasladó a los Estados Unidos, radicándose
en ese país por espacio de diez años. Durante ese
período, cumplió una intensa actividad en la Cleveland
Clinic Fundation, como miembro del staff del departamento de
Cirugía Toráxica. Fue entonces que desarrolló el
trabajo fundamental de su carrera: la cirugía directa de
revascularización miocárdica, conocida como
by-pass.
De regreso al país, Favaloro realizó una
importante tarea científica y docente. En 1975 creó la
Fundación Favaloro y, en 1993, el instituto universitario
que también lleva su nombre.
Como cirujano realizó miles de operaciones y, además de
escribir gran cantidad de artículos científicos,
publicó varios libros, como "De La Pampa a los Estados
Unidos", una biografía de San Martín, "Recuerdos de un
médico rural". Este último, es un libro autobiográfico en
el cual Favaloro narra, a través de anécdotas y
vivencias, su experiencia como único médico de Jacinto
Aráuz. En las páginas de esta obra, pueden encontrase
tanto aspectos específicamente médicos como valores y
características de las personas que lo protagonizan. Fue
escrito en 1980.
Favaloro se suicidó el 29 de julio del 2000, luego
de haber tenido una reunión con el Comité de Crisis de
la Fundación. En ésta, se le pidió la renuncia.
Sus amigos y conocidos dijeron que no pudo con la presión del sistema, las deudas y que estaba
decepcionado con la situación de Argentina.
En la Fundación Favaloro tuvo amigos y enemigos.
Carlos Penelas estaba entre los primeros: fue un estrecho
colaborador y amigo del doctor durante más de veinte
años. Nació en Avellaneda en 1946. Es poeta, escritor y
conferencista. Escribió más de doscientos
artículos para medios de la Argentina y del
extranjero. Publicó más de veinte libros de poesía y prosa, entre los
cuales se puede destacar "Poemas del amor sin muros" (1970),
"Conversaciones con Luis Franco" (1078), que fue la conexión
con Favaloro, "Anarquía y creación" (1997), "Elogio a
la rosa de Berceo" (2002).
"A partir de su muerte, la vida de una persona
es automáticamente rescrita" (Contratapa de "Diario Interior
de René Favaloro".) Esto fue lo que intentó hacer
Penelas en "Diario Interior de René Favaloro", publicado por
primera vez en el 2003: construir una biografía de su amigo
que no sólo destacara su aspecto profesional sino
también su aspecto personal.
Una gran personalidad
Carlos Penelas realiza una caracterización general:
"El doctor Favaloro era perfeccionista hasta el cansancio. Era
brillante, estudioso y gentil. Era hiperactivo, moderado,
pródigo. Generoso. Jamás tuvo espíritu de lucro.
Era emotivo, contradictorio, testarudo. Era paternal, fraternal,
seductor". Para otorgarle un tinte más objetivo, se pueden
citar también las palabras de Cristina Castello, periodista:
"Inteligente, polémico, estudiosos, testarudo, gentil.
Perfeccionista nato. Hiperactivo y a la vez moderado".
"Ha llegado la hora de trabajar con humildad y
modestia verdaderas" (1)
Otro detalle que lo caracterizaba: la sencillez y la
humildad. Hijo de una familia humilde, él mismo
reconoció haber heredado de sus padres la humildad y
el amor por las cosas
sencillas, así como también aprendió de ellos a
valorar el esfuerzo realizado día a día para poder mantenerlos a él y
a su hermano. A su vez, sus conocidos y amigos señalaron la
genética y la educación familiar como causa de la
sencillez de éste hombre.
También atribuyeron a estos orígenes su
inteligencia, la cual le
permitía analizar datos, almacenarlos, compararlos
y luego transformarlos en conocimiento que
transmitía gustoso a otras personas. Él quería que
se lo recordara como docente, le gustaba enseñar y así
lo expresa en "Recuerdos de un médico rural".
Aprender para enseñar
Hablaba hasta el cansancio de la educación. Era una de sus mayores
preocupaciones, y es por esta vocación docente que abre la
Universidad Favaloro. El gusto
por la enseñanza, según
él, lo adquiere en sus épocas de estudiante
universitario. Como siempre era un alumno adelantado y excelente,
sus compañeros solían solicitarle ayuda y a él le
complacía compartir lo que sabía con ellos. Años
más tarde, ya ejerciendo como médico en Jacinto
Aráuz, enseñó personalmente a todas las madres
medidas de higiene y cuidado de los niños, para evitar
enfermedades.
Pero no sólo le gustaba enseñar, sino
también estudiar y aprender. Él cuenta que en la
universidad pasaba gran parte del tiempo en la biblioteca, profundizando los
temas y la bibliografía dada por el
profesor. Penelas también
ve en Favaloro a un estudioso, con el cual mantenía charlas
sobre diferentes textos de Ezequiel Martínez Estrada, Luis
Franco, Unamuno, Thoreau, Emerson, Horacio Quiroga.
Perfeccionista hasta el cansancio
Como se dijo anteriormente, el doctor Favaloro era
perfeccionista. Todo lo hacía personalmente. Así,
"perfeccionista" es el adjetivo que utiliza Penelas cuando lo
observa trabajar en la Institución: "revisaba puertas,
probaba la comida de los pacientes, controlaba los videos, las
conferencias, las pruebas de página, las
camas, el laboratorio y la limpieza de
los pisos".
Por otro lado, ya se puede descubrir esta
característica cuando todavía era un médico rural.
Si bien Favaloro no lo menciona directamente, ¿qué
mejor expresión que "perfeccionista" puede describir a una
persona que, cuando hubo que armar el hospital, se ocupó
personalmente de conseguir todos los equipos (lo cual
requería ir a Buenos Aires y a Bahía
Blanca)?
Hombre hogareño y con valores
Favaloro tenía una "crítica lapidaria de
la moral". Era lo que suele
llamarse un hombre con valores. Para corroborarlo, basta con
recordar que cuando se inauguró la Fundación
redactó él mismo diez mandamientos que debían
sostenerse a raja tabla, "basados en el lineamiento ético
que siempre me ha acompañado" (Dr. René Favaloro
29/7/2000). Él anhelaba siempre la verdad.
Favaloro tenía inclinación por los pobres, lo
cual él atribuye a sus años en Jacinto Aráuz. Sus
conocidos lo escucharon hablar con "pasión y afecto de los
crotos que tenía como pacientes".
Con referencia al hombre cotidiano, Favaloro fue un buen
esposo, amaba la tierra (amor que
heredó de su abuela) y no podía vivir sin un huerto, le
gustaba el fútbol (era hincha de Gimnasia y Esgrima de La Plata),
cocinaba y muy bien (Penelas recuerda que Favaloro le pasó
unas recetas de la abuela), él mismo lavaba los platos y si
había que pasar el lampazo, también lo hacía. Esto
lo afirma Penelas y en "Recuerdos de un médico rural", si
bien no se explicita, puede darse por obvio, ya que Favaloro
vivió solo en Jacinto Aráuz durante casi un año,
por lo que él debía realizar todos los quehaceres
domésticos.
Persevera y triunfarás
Penelas dice que una de las cosas que admiraba de
Favaloro fue "su garra". Cuando se proponía algo, no paraba
hasta verlo realizado. Así logró construir la
clínica de Jacinto Aráuz, concretar la Fundación,
abrir la universidad. Su personalidad estuvo siempre cargada de
energía y optimismo. El Dr. Mariano Favaloro, su primo
hermano, afirma que "toda su vida fue una sucesión de
proyectos, concretados casi en
forma matemática, su sostén
vital fueron esos proyectos, eso desafíos". Es evidente que
él estaba de acuerdo con esta afirmación, ya que,
estando en Estados Unidos, cuando su jefe le preguntaba qué
límites tenía ese
deseo suyo de avanzar siempre, él pensaba
"¿límites? Eso significa detenerse. Desgraciado el que
llegue a conformarse".
Hechos trágicos
Existen ciertos hechos en la vida de una persona que
marcan su personalidad. En el caso de Favaloro, dos hechos
dramáticos marcaron su vida: uno, el accidente de su
hermano, que viajando en motocicleta fue embestido por un
microómnibus, sufriendo un traumatismo de cráneo con
conmoción cerebral que duró más de diez días,
y fractura de ambas piernas. La aparición de gangrena hizo
necesaria la amputación de la pierna izquierda. Favaloro
colaboró con los médicos que se ocupaban de su hermano,
y así, él sintió que su responsabilidad se había
acrecentado. Varios años después, al hablar con Penelas
y hacer referencia a este hecho, su amigo notaría en el
doctor un dejo de tristeza.
El otro hecho trágico, fue la muerte de Tony, su
esposa. Murió de cáncer. Su muerte dejó un espacio
vacío en la vida del doctor, ya que había sido su
compañera durante muchos años: lo ayudó a
construir la clínica de Jacinto Aráuz, viajó con
él a Estados Unidos y luego volvieron juntos a
Argentina.
Es inevitable hacer referencia también a la forma
en que Favaloro se fue de este mundo. Una persona que siempre
tenía entre sus manos algún proyecto, que nunca bajó los
brazos frente a las dificultades y no paró hasta ver
realizado lo que se había propuesto, y que retornó de
Estados Unidos (a pesar de gozar allí de un alto prestigio)
porque se sentía unido a su patria, ¿cómo es
posible que simplemente se suicidara? Carlos Penelas, al igual
que otros de sus seres queridos y el propio Favaloro en la carta escrita antes de su
muerte, afirma su incapacidad de aceptar el sistema actual,
prefiriendo la muerte antes que unirse a la corrupción existente en la
medicina actual. Si esto es verdad, no hay dudas de que los
valores morales y la ética de este hombre eran
incuestionables.
Un gran humanista e
intelectual
Al analizar la vida de Favaloro, rápidamente sale a
la luz que, además de gran
médico y científico, fue un gran humanista. Su
formación comienza en el seno de la familia, donde
aprenderá el valor de la humildad, la
sencillez y la honestidad. El sacrificio que
debían realizar sus padres para pagarle los estudios, hace
que desde chico Favaloro aprenda la importancia de la
educación. Así lo plantea él en "Recuerdos de un
médico rural" y lo confirmará Carlos Penelas, años
más tarde, cuando transcriba los diálogos entre amigos
que mantuvo con el doctor.
Educación primaria y secundaria
En 1936 ingresa al colegio Nacional de La Plata, donde
tiene como docentes, entre otros, a
Ezequiel Martínez Estrada, Arturo Marasso, Carlos
Sánchez Viamonte y Pedro Henríquez Ureña (2) . Al
evocar sus tiempos de estudiante secundario, Favaloro diría:
"dedicaba mi mayor esfuerzo a las ciencias biológicas, sin
descuidar la formación humanística, aspecto fundamental
de los conocimientos impartidos en el viejo Colegio Nacional de
la Universidad de La Plata". Esto lo llevará después a
interesarse por los problemas sociales de la
Argentina, queriendo "introducir la asepsia en lo político,
en lo social", considerando siempre como herramienta fundamental
la educación.
Un universitario rebelde
En 1942, Favaloro ingresó en la Facultad de
Ciencias Médicas de la Universidad reformista y liberal de
La Plata, expresando ya su vocación social. Por esa
época, reinaba en el país un clima de alboroto y
confusión: desde 1930, con el derrocamiento de Hipólito
Irigoyen, se habían sucedido varios gobiernos, tanto
militares como "democráticos" (aunque casi ninguno de los
presidentes elegidos logró concluir su mandato). Los
jóvenes estaban muy politizados y participaban activamente
en los asuntos del gobierno. Si a los conflictos internos que
había en el país se le agregan los conflictos externos,
la Segunda Guerra Mundial, no es
de extrañar que la mayoría de las universidades hayan
sido centro de reunión de jóvenes idealistas,
dispuestos a luchar por lo que creían justo.
En este ambiente, Favaloro cursó
sus primeros años de medicina y, como era esperable de una
personalidad e ideología como la suya, formó parte de
la Federación Universitaria. En 1945, año en el que
Perón asume como
presidente, es detenido junto con otros miembros de la
Federación y trasladado a la cárcel de Olmos. Haciendo
referencia a este hecho, admitirá, varios años más
tarde, que "como estudiante participé de los movimientos
universitarios que lucharon por mantener en nuestro país una
línea democrática, de libertad y justicia, contra todo
extremismo. Por ello soporté la cárcel por algunos
días en dos oportunidades". Algo curioso: en todas las
biografías del doctor,
sólo se menciona una detención.
Postura política
Una vez recibido de médico (1948), después de
hacer el servicio militar (1946), y con
el título de "Doctor en medicina", accede a un puesto
médico interno auxiliar en el hospital Policlínico de
La Plata. Aquí se manifiesta claramente su ética y las
ideas firmes que tenía, ya que para quedar definitivamente
en el puesto debía firmar un contrato en el cual afirmaba que
aceptaba la doctrina del gobierno (en ese momento, estaba
Perón en el poder. Además, debía figurar el aval
de algún miembro de trascendencia del partido peronista,
algún diputado o senador que corroborara su
declaración. De esta forma, Favaloro rechazó la
oferta de trabajo y dejó
en claro cuál era su postura.
"Resulta casi obvio afirmar que el doctor Favaloro no
era peronista ni radical. Quien admiró a don Pedro
Henríquez Ureña o a Joaquín V. González,
quien leyó con pasión
páginas de Unamuno, quien entre los nuestros solía
mencionar a Horacio Quiroga, Hudson o Mallea (3) , es imposible
que simpatizara con alguna de estas dos corrientes que generaron
lo que vivimos en estos días de desolación e infamia"
(Carlos Penelas.)
Médico rural
Debiendo hacer algo para poder subsistir y colaborar con
la economía familiar,
aceptó el trabajo como médico rural que le ofrecía
su tío. El único médico que atendía a la
población de Jacinto
Aráuz y sus alrededores, estaba enfermo y necesitaba viajar
a Buenos Aires para su tratamiento. Había buscado
reemplazante infructuosamente y solicitaba que Favaloro lo
suplantara, aunque sea por dos o tres meses. Favaloro nunca se
imaginó que tres meses se convertirían en casi doce
años de tanta trascendencia para el resto de su
vida.
Proveniente de un barrio muy pobre, no le fue
difícil adaptarse a la vida sencilla y humilde del pueblo
pampeano. Esta etapa de su vida la resumiría diciendo
"estuve doce años como médico rural y llevo el olor a
rancho para siempre". A su vez, Penelas encontraría en esta
convivencia con los pueblerinos el origen de "su afecto por los
agricultores, los chacareros, por los seres humildes, los
desdichados".En el capítulo anterior ya se hizo referencia a
la inclinación por lo pobres que tenía el
doctor.
Estando en Jacinto Aráuz es que surge su primer
proyecto: la clínica. Convencido de que todas las personas,
sin importar su condición económica, política o
social, merecen una buena y adecuada atención sanitaria,
construyó, con la ayuda de su esposa y de su hermano, un
centro asistencial. Además, como ya se mencionó,
enseñó a la población medida de higiene y cuidados
de la salud, ya que consideraba que
educar a la población era la única forma de mejorar su
nivel de vida.
Ida a Estados Unidos y vuelta a un país hecho
pedazos
En 1962 viaja a los Estado Unidos, donde permanece
casi diez años. Luego de haber alcanzado un lugar destacado
en la cirugía cardiovascular, regresó debido al eterno
compromiso con su patria. "Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia
médica".
"Sabía, y lo señaló en más de una
oportunidad, que la Argentina seguía siendo un país
feudal, que los gremialistas eran parte de un aparato corporativo
y que la justicia social tardaría en llegar. Regresó al
país pues pensaba que podía cambiarlo, que podía
hacer algo por él. No sólo desde la medicina, sino
fundamentalmente como docente, como educador" (Diario interior de
René Favaloro.)
Favaloro tenía puestas sus esperanzas en los
jóvenes. Ya no era posible cambiar a los políticos y
dirigentes actuales. Pero los jóvenes lo desilusionan, "van
a lo superficial y viven al día porque perdieron las
ilusiones". A su vez, "sabía que el error fundamental de
nuestra cultura reside en la mala
educación secundaria" (Héctor Ciocchini.)
Nunca tuvo pelos en la lengua, denunció la
corrupción de la
dirigencia política y promulgó una medicina social al servicio
del hombre. Le gustaba hablar sobre casi todos los temas, con
palabras sencillas pero cargadas de crudeza lógica, que normalmente
provocaban rechazo en los sectores de poder. Pese a esto,
debió pactar más de una vez con los que poseían el
poder. "Estaba demasiado cerca de ellos".
Dice Penelas que repudiaba la "alta sociedad", pero debía
convivir con ellos. Él lo manifestó de forma indirecta:
"es horrible, reina el individualismo y sólo importa el
consumo. Predomina una
exaltación de lo material."
Lo angustiaban los problemas de la salud, la
injusticia social, el hambre, el tráfico de drogas, la comercialización de la
medicina. "Lucha contra la tecnología sin humanismo, contra la llamada
posmodernidad, contra las
usinas del capitalismo internacional,
contra las políticas de exclusión,
contra una medicina gerenciadora que, paradójicamente, de
manera solapada, quiere mostrarla". En una entrevista realizada en el
94’, Favaloro describió la sociedad como "decadente y
llena de contra sentidos. Por un lado, está el avance
tecnológico que bien usado permite una mejor calidad de vida y de salud;
por otro, la pérdida de los valores esenciales".
Penelas debe haber escuchado varias veces, durante los años
de amistad con el doctor, ésta
y otras frases similares, ya que concluyó que "sentía
en sí un antagonismo serio, profundo".
En 1994 Favaloro expresó "habrá que comprender
que el hombre forma parte de una
sociedad a la cual debe entregarse para mejorarla. Se ha
terminado la etapa individualista". En "Recuerdos de un
médico rural" declaró que es imposible vivir en
comunidad sin tolerancia. Esta tolerancia,
postulaba, debe iniciarse en la familia y trascender a la
sociedad y el país. Según su punto de vista, es base en
la educación y debe comenzar en la niñez. Sin respeto por el individuo como
tal, como simple ser humano, sin importar cual sea su
condición, es difícil alcanzar la
convivencia.
No se puede citar un único y determinado hecho o
descripción, que muestre que
todas las personas que lo conocieron lo calificaron como un
hombre entregado a mejorar la sociedad, dispuesto a darle lo
mejor de sí. Solamente los que no concordaban con su
ideología, los que sólo estaban interesados en los
fines lucrativos de la medicina, lo consideraron un demente. Una
reflexión: es evidente que el famoso refrán "si no
puedes con tus enemigos, úneteles" no reflejaba la
ideología del doctor Favaloro. Prefirió suicidarse
antes que ir contra sus principios. ¿Cuántos
hombres con una ideología tan firme existen hoy en
día?
El famoso doctor
Ya se han analizado los aspectos más íntimos
de la vida de René Favaloro. Resta ahora, hacer referencia a
la característica que hizo que este hombre gozara de
prestigio internacional: su carrera profesional.
Anteriormente se han mencionado, a grandes rasgos, el
desempeño de Favaloro en
el campo de la medicina: luego de recibirse con excelentes notas,
fue médico rural, viajó a Estado Unidos donde
inventó el by-pass, y finalmente regresó a Argentina
para crear la fundación que lleva su nombre.
"En cada acto médico debe estar presente el
respeto por el paciente y los conceptos éticos y morales"
(4)
No es necesario decir que Favaloro fue, y sigue siendo,
considerado como un excelente médico, tanto por parte de sus
pacientes como por parte de sus colegas. Según sus propias
palabras "el médico necesita poseer condiciones éticas
y humanas, una sólida y completa formación cultural,
científica y técnica y un acabado conocimiento de la
realidad económica, social y sanitaria del país. En
otras palabras, debe tener formación universal, sentido
nacional y profunda vocación de servicio, sin dejar de lado
el componente espiritual de su misión". Si se consideran
las características de este hombre, planteadas en los
capítulos anteriores, es evidente que el Dr. Favaloro se
ajustaba a su propia definición de médico. De esta
forma, queda establecido el concepto que tenía este
personaje sobre sí mismo, respecto de su desempeño
profesional.
Referente internacional de la medicina
argentina
Las personas que lo conocieron personalmente y las que
se han dedicado ha investigar su obra, concuerdan en que fue uno
de los máximos referentes internacionales de la medicina
argentina. La trascendencia internacional del Dr. René
Favaloro se debe principalmente a los aportes que realizó a
la cirugía cardiovascular a través de la técnica
del by pass coronario, que desarrolló durante su
estadía en Estados Unidos, en la Cleveland Clinic de Ohio.
Este fue el logro más importante de su carrera.
En 1971, luego de rechazar innumerables ofertas para
trabajar en Estados Unidos, decidió volver a la Argentina
con el propósito de organizar en Buenos Aires un centro de
excelencia en cirugía cardiovascular que combinara la
asistencia médica con la docencia y la investigación,
de acuerdo con las tendencias de la Cleveland Clinic. René
Favaloro introdujo de esta forma la cardiología moderna en
la Argentina y, además, fue pionero en el diagnóstico y tratamiento
de las enfermedades coronarias. En 1980 el equipo de Favaloro
realizó el primer trasplante cardíaco del país en
el Sanatorio Güemes. Diez años más tarde, en 1990,
se realizó el primer trasplante cardiopulmonar del
país. Ambas intervenciones se realizaron con éxito, demostrándose
así no sólo la capacidad que tenía como
médico, sino también la capacidad de preparar a
especialistas excelentes.
En "Recuerdos de un médico rural", si bien no emite
juicio sobre sí mismo como profesional, el descenso del
índice de mortalidad en lo alrededores de jacinto Aráuz
es una prueba irrefutable de su buena preparación como
médico. En referencia a la opinión de los demás,
basta nombrar algunas de las tantas menciones que recibió:
La Medalla de Oro de la Ohio Statu Medical
Asociation en 1970, la Medalla de Oro otorgada por la Sociedad
Argentina de Cardiología en 1978, el Premio de la Cleveland
Clinic Foundation "Distinguished Alumnus Award" en 1987, el
título Doctor Honoris Causa otorgado por la Universidad de
Tel Aviv, Israel, en 1980, el Premio Konex
en 1993.
Dirigente de la Fundación
Hasta aquí se han comparado las visiones de
Favaloro como médico, quedando todavía por comparar el
Favaloro en su papel de dirigente de la Fundación. En el
libro "Diario Interior de René Favaloro", si bien no se
explicita, se puede leer entre líneas que, según
Penelas, el papel de mandatario no era el más indicado para
Favaloro, o al menos no lo era dadas las condiciones en las que
se encontraba, y aún se encuentra, el país.
La autora de este trabajo no ha encontrado testimonios
del propio Favaloro que establezcan cómo se percibía a
sí mismo como dirigente. Sin embargo, parece evidente que
hubo dos momentos en la vida de este hombre que establecieron
esta percepción: el primero es
cuando decide construir la fundación y el segundo
corresponde al momento de su muerte. En el primero, se puede
conjeturar que se consideraba una persona capaz de dirigir y
llevar a cabo una organización de semejante
magnitud, o de lo contrario jamás habría emprendido
semejante empresa.
El momento en que se suicida, puede ser considerado como
el momento en que considera que no puede seguir dirigiendo su
propia creación y, no viendo otra solución, decide
quitarse la vida.
A lo largo de los tres capítulos se ha realizado
una comparación de tres características del Dr.
René Favaloro, basándose dicha comparación en
cómo se veía él a sí mismo y cómo lo
veían los demás.
A modo de conclusión, se puede decir que las
opiniones que Favaloro tenía sobre sí mismo coinciden
con las percepciones que tenían los demás sobre
él. Es importante destacar que ciertas características
que sus conocidos le atribuían, como la humildad, la bondad,
él jamás se las atribuyó explícitamente. En
estos casos, se han citado acciones que demuestran los
testimonios de sus allegados.
De esta forma, se demuestra que fue un hombre
transparente, que siempre hizo lo que dijo, y siempre dijo lo que
pensaba.
- Carlos Penelas, Diario interior de René
Favaloro, Editorial Sudamericana, Buenos Aires,
2003. - René Favaloro, Recuerdos de un médico
rural, Ediciones S.D.D.R.A., Argentina, 1980. - www.paginadigital.com/artículos,
Cristina Castello, Me iré de esta vida con mis silencios,
Argentina, 2005. - www.bibliotecasvirtuales.com,
Argentina, 2005. - www.biografíasyvidas.com, Argentina,
2004. - www.unsj.edu.ar/favaloro/,
Universidad Nacional de San Juan, Argentina
2005 - www.mercuriodelasalud.com.ar,
Aniversario de la Fundación Favaloro, Argentina
2005.
- Mensaje de René Favaloro a los estudiantes
reunidos en Glacier Park Lodge, Montana, Estados Unidos,
1993. De "Don Pedro y la educación". - Martínez Estrada: Poeta, narrador, ensayista y
dramaturgo argentino, nacido en 1895 y fallecido en 1964. Es
autor de una extensa y variada producción creativa que
desarrolló a través de los principales géneros literarios.
Concebidos como un intento de análisis e interpretación de la
realidad argentina y la idiosincrasia de sus compatriotas, sus
ensayos generaron vivas
polémicas en los foros culturales y artísticos de su
nación, pero
también le consolidaron como uno de los pioneros en el
empeño por enriquecer la figura del escritor con una
faceta de intelectual que se erige en la conciencia crítica de
la sociedad de su tiempo.
Marasso: Nació en Chilecito, La Rioja, y se vinculó
desde muy joven con las actividades docentes en la Facultad de
Humanidades en La Plata. Mostró siempre inclinación
por una crítica erudita, atenida más a la compulsa de
las fuentes y de las influencias
que a la valoración de las obras literarias.
Sánchez Viamonte: Jurista argentino. Fue diputado nacional
(1940-1943), profesor en las universidades de La Plata y de
Buenos Aires (1958) y miembro fundador de la Unión
Latinoamericana. Escribió numerosas obras, entre las que
cabe citar "Tratado sobre el «habeas corpus»" (1927),
"Manual de derecho
político" (1960) y "Teoría del Estado"
(1968).
Henríquez Ureña: Nació en Santo Domingo en
1884.Fue un crítico literario, ensayista, lingüista y
poeta dominicano. Era hijo de Francisco Henríquez y
Carvajal y la escritora dominicana Salomé Ureña.
Vivió la última etapa de su vida en Argentina. En la
ciudad de La Plata en Argentina ejerció la docencia y
trabajó en actividades literarias, conferencias y aportes
en la organización de
bibliotecas. - Unamuno fue un filósofo y escritor español. Mallea fue un
escritor argentino. Ambos escribieron ensayos de carácter existencial y
de indagación psicológica. - Congreso de Bioingeniería 1999)
Valeria Moro