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La formación de competencias profesionales pedagógicas



    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Análisis de los
      resultados
    4. Conclusiones
    5. Bibliografía

    RESUMEN:

    Este Trabajo, es
    parte de una Tesis que
    presenta los resultados de una investigación pedagógica que,
    verifica una necesidad de formación de Competencias
    Profesionales Pedagógicas en los profesores de
    Enseñanza Media. Tuvo por finalidad analizar cómo
    las competencias profesionales pedagógicas están
    siendo desarrolladas en el proceso
    educativo de los alumnos y cuáles conocimientos son
    necesarios para el perfeccionamiento de esas
    competencias.

    En este trabajo, se expone un análisis teórico sobre las
    relaciones entre competencias profesionales pedagógicas de
    los profesores, desarrolladas en el proceso educativo de la
    Enseñanza Media y las exigencias de las mismas, en los
    documentos
    oficiales de la educación
    brasileña, que tratan de la preocupación de la
    Enseñanza media, de responder el desafío de las
    características de nuestra época y a las exigencias
    de la sociedad y del
    hombre de
    hoy.

    La pesquisa entonces, tuvo un abordaje exploratorio,
    entre los profesores y profesionales educativos de la
    Enseñanza Media en relación a las competencias
    actuantes, las deseadas y las necesarias para la
    enseñanza-aprendizaje de
    los alumnos de la escuela.

    I.-
    INTRODUCCION

    En la era del conocimiento,
    las empresas
    construyen y evalúan su patrimonio
    basado en dos criterios: el capital
    financiero y el capital
    intelectual. El financiero deriva de los activos contables
    y materiales. El
    intelectual lleva en consideración los recursos
    humanos (habilidades, competencia,
    destreza, etc.), la estructura
    (marca, patentes,
    cultura
    organizacional, banco de datos, modelos de
    gestión) y los clientes
    (conquista y mantenimiento
    del mercado).

    El capital intelectual es tan o más
    estratégico que el capital financiero, es una de las
    marcas
    registradas de las empresas y de los ejecutivos vencedores de
    este nuevo siglo. Justamente en ese aspecto la escuela, como una
    institución educacional, trae características
    implícitas de una empresa que
    se preocupa por la calidad de sus
    servicios,
    como el proceso pedagógico y sus recursos intelectuales
    que van a desarrollar la misión de
    enseñar y educar para la vida.

    Las escuelas, entonces, necesitan de profesionales
    competentes que respondan a las nuevas exigencias del mercado, de
    la sociedad y del mundo. A partir de principios de los
    años 80, ante los cambios ocurridos en el mundo del
    trabajo, ha sido cada vez más presente la
    utilización de la noción de competencias en
    detrimento de la noción de calificación.

    La noción de competencias se inserta en el
    contexto social brasileño, marcado por los recientes
    cambios en el mercado, con la implantación de las nuevas
    tecnologías en el sector de producción y servicios y por la
    redefinición del papel de la educación con la
    aprobación de la Ley
    9.394, de 20 de diciembre de 1996, nueva LDB (Ley de Directrices
    y Bases de la Educación Nacional).

    Partiendo, entonces, de la redefinición del papel
    de los profesores que actúan en la Enseñanza Media
    de las escuelas brasileñas, el presente trabajo tiene por
    finalidad verificar cuáles presupuestos
    teóricos y prácticos se caracterizan las
    competencias profesionales pedagógicas de los maestros de
    Enseñanza Media.

    II.
    DESARROLLO

    Actualmente, los actores sociales han ido más
    allá de la confrontación entre calificación
    y competencia: Hoy todas las organizaciones
    sindicales, en el plano confederativo, admiten que es necesario
    negociar la cuestión de la competencia, asociándola
    al tema de la calificación. Ven la competencia como una
    mediación entre la calificación y el desempeño efectivo.

    En el ámbito empresarial y en la
    educación, las nociones de calificación y
    competencia han sido muy usadas en los discursos
    sobre el mundo del trabajo. A pesar de la dificultad de
    conceptualización, existe un cierto acuerdo en afirmar que
    la noción de calificación está vinculada al
    puesto de trabajo, mientras la noción de competencia
    aparece vinculada al individuo. Manfredi concuerda con esa
    tesis, la cual, la noción de calificación
    estaría presa de la noción de puesto de trabajo, y
    complementa: "Esta concepción de calificación
    hegemónica, por más de tres décadas y
    anclada en el modelo
    taylorista-fordista de organización de la producción y del
    trabajo; entra en crisis con la
    reorganización del sistema
    capitalista, a través de la adopción
    de sistemas de
    producción flexibles y de la creación de nuevas
    formas de organización del trabajo" (Manfredi,1999 :
    7).

    En Brasil y
    demás países de América
    Latina, desde la década de los 80, definieron la
    calificación como "competencia fundamental necesaria para
    realizar una tarea o, desempeñarse en un puesto de trabajo
    satisfactoriamente" (González, 1996). Es comprendida como
    el conjunto de destrezas manuales, de
    ciertas aptitudes mentales y calificaciones ocupacionales
    (habilidades necesarias para desempeñarse en un puesto de
    trabajo).

    Esa escala
    está asociada a los niveles de escolaridad. Cuanto mayores
    son los niveles de escolaridad, mayores son las posibilidades de
    que los trabajadores cambien de posición en la
    jerarquía profesional, siempre en condiciones
    ascendentes.

    Eso significa que, además de la importancia y de
    la valorización del diploma, lo que más se espera
    de los trabajadores es la práctica y la experiencia en el
    ejercicio de una función;
    si sus calidades están de acuerdo con las exigencias del
    puesto de trabajo y con la lógica
    del capital. El mundo del trabajo exige un nuevo perfil de
    profesional para los puestos de trabajo, que debe demostrar: un
    conjunto de habilidades y conocimientos que, proporcionen mayor
    rapidez, agilidad y, consecuentemente, productividad
    para las empresas. Ese nuevo modelo, el de las competencias, en
    líneas generales, tiene la misma preocupación del
    modelo de la calificación: garantizar la posibilidad de
    inserción del individuo en la
    organización capitalista del mundo del
    trabajo.

    La diferencia fundamental es que existe una
    inclinación de centralización de las competencias en la
    acción
    del individuo y no más de las necesidades tecnicistas del
    puesto de trabajo, que caracterizaba el modelo
    fordista.

    El uso de la noción de competencias está
    fuertemente extendido a la noción de formación y
    calificación. Para desarrollar las competencias, es
    necesario una formación anterior, en la escuela. La
    importancia de los saberes y competencias revelarían una
    modificación en los hechos, o sea, una mejor calidad del
    trabajo.

    El trabajador especialista es competente, según
    Perrenoud (1999), justamente porque, simultáneamente,
    domina, con mucha rapidez y seguridad, las
    situaciones más comunes, por tener a su disposición
    esquemas complejos que pueden entrar inmediata y
    automáticamente en acción. Ese trabajador necesita
    ser capaz de, según Perrenoud, hacer un esfuerzo razonable
    de ponderación, coordinar y diferenciar rápidamente
    sus esquemas de acción y sus conocimientos para enfrentar
    situaciones inéditas. Otros puntos de discusión
    relacionados con el concepto de
    competencias son: la
    comunicación y la información.

    La comunicación es una cuestión
    organizacional central. Para Zarifian, sería absurdo
    reducirla a una simple "aptitud individual para comunicarse", o
    transformarla apenas en oportunidades para desarrollar la
    "política
    de comunicación" de la dirección de una empresa
    (Zarifian, 2001, p.47). La competencia está vinculada a la
    buena comunicación y el enfoque de iniciativa, para lo
    cual es necesario asumir responsabilidad ante situaciones profesionales que
    no se espera.

    El maestro también aprende justamente, porque
    tiene competencias de manejar situaciones que él ya conoce
    y con situaciones nuevas.

    Dicho esto se puede afirmar que la competencia, es la
    competencia de movilizar redes de actores – en este
    caso, los alumnos – en torno de las
    mismas situaciones. Es la competencia de hacer que esos actores
    compartan las implicaciones de sus acciones, o
    sea, es hacer todos – maestros y alumnos – resolver las
    situaciones-problema. Cuanto más compleja sea una
    situación-problema, se vuelve necesaria la presencia de
    otros, para resolver esa situación. Sin embargo, no existe
    responsabilidad grande que no sea personal.

    La formación, desarrollo y
    perfeccionamiento de competencias profesionales
    pedagógicas.

    La formación de la noción de competencia
    en el dominio de la
    formación profesional y en el campo de la enseñanza
    escolar, es un hecho presente en los discursos educativos hace 20
    años. Está íntimamente asociada a los
    trabajos de transformación de los programas de
    formación y de los procedimientos de
    evaluación para corresponder mejor a las
    exigencias sociales. El interés
    pedagógico por la noción de competencia se basa en
    la distancia entre un saber formalizado, sobre el dominio de
    prácticas, y la naturaleza de
    las técnicas
    aplicadas a ellas.

    Los maestros necesitan cambiar su modo de actuar en la
    sala de clase,
    mientras los alumnos necesitan ser capaces de aprender a aprender
    y no solo memorizar. La escuela necesita cambiar para adecuarse a
    las nuevas tecnologías de la sociedad
    contemporánea. Todo eso acaba generando la necesidad de
    transformar el modelo de enseñanza existente. No basta
    solo con calificar al profesional de la educación,
    concediéndole un diploma. Es preciso que el maestro pueda
    desarrollarse profesionalmente, buscando una forma más
    flexible de manejar los contenidos, o sea, el maestro necesita
    tener conciencia de la
    necesidad de innovar, necesita ser capaz de elaborar proyectos para
    que la escuela pueda adaptarse a esas transformaciones del mundo
    del trabajo.

    El profesional de la educación necesita
    desarrollar sus competencias y no solo las competencias de
    quienes él forma. Hay una necesidad de revertir el proceso
    de formación del maestro para que él pueda ser de
    hecho, un agente de transformación de ese nuevo modelo que
    se espera del trabajador. Los currículos han sido
    cambiados y en buena parte de sus programas existe la
    afirmación de que los contenidos deben ser transmitidos
    para que los alumnos comprendan la importancia de la
    calificación y la necesidad de poseer las competencias
    necesarias para el
    trabajo.

    La idea de redefinición de los contenidos de
    enseñanza con base en las nociones de calificación
    y competencias es justificada por la necesidad de producir las
    mejores condiciones de atribuirle un sentido más fuerte a
    las nociones de los saberes escolares y prácticas
    profesionales.

    El maestro, como profesional competente, aparece en el
    contexto de las políticas
    neoliberales que pregona la competencia profesional como una
    habilidad para producir, de una forma empíricamente
    demostrable, los resultados deseables y socialmente aprobados,
    con optimización máxima de recursos humanos y
    materiales. Un profesional solo puede ser competente, porque
    alcanza determinados objetivos bajo
    ciertas condiciones, tornando la fijación de competencias,
    así como el acompañamiento de su desarrollo, por
    medio de evaluación, una actitud
    inherente a los presupuestos de ese perfil
    profesional.

    Para los maestros, según Perrenoud, la
    formación profesional es una construcción personal que se apoya en
    acciones prácticas cotidianas en sala de clase, seguidas
    de la ponderación y del análisis de esas acciones,
    análisis llevado a efecto juntamente con un formador, un
    tutor u otros maestros del mismo nivel. El profesionalismo es,
    para Perrenoud, construido no solo con la experiencia y la
    práctica en sala de clase, sino también, con ayuda
    de un mediador que facilita la relación de conciencia y de
    conocimiento, participando del análisis de las
    prácticas, en una estrategia de
    conformación.

    En ese contexto, los programas de capacitación o perfeccionamiento
    profesional no pueden negar la importancia de la disciplina.

    Un maestro de matemáticas no puede, obviamente, saber
    todo de portugués. Sin embargo, el alumno debe saber lo
    que el maestro está queriendo en una determinada
    cuestión. Los conocimientos disciplinares continúan
    siendo importantes, desde que conectados con el mundo de la
    práctica social, el alumno necesita tener condiciones de
    transponer lo que él aprende en la sala de clase para la
    vida, articulando las diferentes disciplinas, percibiendo que hay
    un sentido en el conjunto de ellas.

    El papel del maestro en la escuela media
    es hacer que el alumno consiga comprender un bloque de
    disciplinas como un todo organizado. Eso no es fácil,
    porque los maestros están acostumbrados a un abordaje
    disciplinar. El maestro necesita ser flexible y saber improvisar.
    Sin embargo, no podemos confundir negociar e improvisar con falta
    de planificación. O sea, el maestro debe saber
    trabajar con proyectos para adaptar la planificación a las
    necesidades de los alumnos.

    Estos proyectos pueden ser elaborados en el inicio o en
    el recorrer del año lectivo y dependerán de las
    situaciones-problémicas que surjan. El maestro con
    competencias pedagógicas debe convencer a sus alumnos a
    trabajar y a aprender de otra manera. Eso significa no solo un
    cambio de
    actitud práctica, sino también requiere un cambio
    comportamental. Hay una necesidad de transparencia, o sea, es
    necesario saber lo que se está proponiendo alcanzar con
    una actividad, cómo y de qué forma se
    lograrán resultados concretos, desde un proyecto.

    Las competencias profesionales son la capacidad de estar
    abierto e inmerso en los cambios que se suceden a gran velocidad,
    para orientar y estimular los aprendizajes de niños y
    jóvenes; las interactivas están destinadas a
    estimular la capacidad de comunicarse y entenderse con el otro;
    ejercer la tolerancia, la
    convivencia, la cooperación entre todos.

    Es evidente el papel de la escuela y de su claustro para
    potenciar la máxima efectividad de la comunicación
    pedagógica de forma dirigida, planificada y
    sistemática, como vía concreta para la
    consecución de los objetivos educativos en la
    actualidad.

    El autor González (1995 a y b) destaca que la
    comunicación es la que determina la atmósfera
    psicológica en todo grupo humano,
    y es la función esencial de la educación.
    Además, considera que la atmósfera institucional
    debe ser percibida por el niño como cálida,
    disciplinada, bien estructurada y participativa. La
    comunicación pedagógica es la que se desarrolla por
    antonomasia en la escuela, aunque no se restringe a ella, por su
    valor
    educativo en la familia y
    en la comunidad. Una
    comunicación pedagógica es efectiva y eficiente con
    sus alumnos, con los padres de ellos y otros adultos, al
    desarrollar un estilo comunicativo flexible y lograr los efectos
    deseados en situaciones conflictivas a través del proceso
    comunicativo.

    2-
    Análisis de los Resultados.

    Resultados de la encuesta
    aplicada a los profesores de la Enseñanza
    Media.

    Se destaca en nuestro análisis de resultados,
    la uniformidad de los criterios emitidos por los encuestadores
    al reconocer que, las principales necesidades para la
    formación de competencias profesionales
    pedagógicas son preparación de habilidades
    pedagógicas; adquisición de conocimientos
    pedagógicos y conocimiento de competencias profesionales
    pedagógicas. Reforzada esta idea, que es preciso tener
    la comprensión de los conceptos que evidencian el objeto
    de la pesquisa para un desarrollo competente.

    Apuntamos otras aspiraciones colectivas que se
    destacan tales como: la superación del conocimiento
    adquirido de la asignatura que trabaja y la cultura
    general y profesional.

    Muy importante para los objetivos de nuestra
    investigación fueron los datos alcanzados, al indagar
    sobre qué formación necesitan para desarrollar
    mejor sus funciones en la
    escuela. Estos datos ratifican que el problema arribado en esta
    investigación debe ser la preocupación de las
    instituciones de enseñanza, pues la
    competencia profesional pedagógica de los maestros, solo
    van a ser superadas con una formación especifica para el
    desarrollo de tales habilidades.

    Así se destacan entre las requeridas,
    según los encuestados son: Formación
    específica para el objeto de estudio o para la
    función que hace, capacitación para el uso de
    metodologías pedagógicas, participación de
    encuentro de formación de profesores, integración con profesionales de la misma
    área del conocimiento; valorización personal y
    profesional del profesor,
    capacitación para el uso de los recursos
    tecnológicos y utilización del aula
    virtual.

    Los profesionales encuestados sugieren de manera
    destacada las actividades y necesidades que la escuela puede
    atender en la preparación de los profesionales, para
    mejorar la enseñanza media. Se reconoce las indicaciones
    para la formación continuada en equipo de estudio, pues
    el trabajo colectivo propone el intercambio de experiencias y
    conocimiento; la promoción de seminarios, palestras y
    cursos de capacitación en áreas especificas del
    proceso escolar, integración/planeamiento
    con los profesores de la misma área de enseñanza,
    acompañamiento y orientaciones de los profesionales por
    los técnicos-pedagógicos en los planeamientos de
    los profesores, obtener más recursos didácticos
    diversificado y hacer evaluación de los profesionales
    que actúan en la escuela.

    En relación a los problemas
    del proceso enseñanza-aprendizaje que deben de ser
    atendidos por los profesionales en la escuela, se destaca de
    manera coincidente de respuestas sobre la falta de estimulo e
    interés del alumno, la falta de compromiso y voluntad de
    aprender de los alumnos y la falta de perspectiva en
    relación al estudio, a su futuro. Otras fueron
    mencionadas que, por supuesto es de gran significado valorarlos
    que son: la dificultad del desarrollo de proyectos, debido a la
    falta de preparación de los profesores para el
    desempeño de tal tarea, falta del acompañamiento
    de la familia en la
    vida escolar de los hijos, la falta de conocimientos
    consolidados para la serie que cursa y la baja frecuencia de
    los alumnos, principalmente en el curso nocturno.

    De este análisis se pueden conformar las
    consideraciones siguientes:

    Los profesores y demás profesionales
    pedagógicos tienen uniformidad en reconocer que
    necesitan de preparación de conocimientos de
    competencias profesionales pedagógicas para el
    perfeccionamiento de esas habilidades.

    Estas competencias están estrechamente
    relacionadas con las funciones y dirección
    pedagógica del proceso de enseñanza-aprendizaje y
    deben tenerse presentes, en toda la estrategia de
    formación de competencias profesionales
    pedagógicas de los profesores.

    Los profesionales necesitan de preparación para
    desarrollar metodologías que vengan a estimular,
    despertar el deseo de estudiar y reflejar sobre la importancia
    de la escuela en la vida de las personas.

    Se reconocen en todo el diagnóstico prioridades
    específicas que deben ser tenidas en
    consideración, al concebir una propuesta formadora y
    desarrolladora de competencias profesionales
    pedagógicas.

    III.
    CONCLUSIONES

    De acuerdo con los resultados de la Investigación
    sobre el tema: La formación de Competencias Profesionales
    Pedagógicas, se puede llegar a las conclusiones
    siguientes:

    La formación de competencias profesionales
    pedagógicas, es una problemática actual en la
    teoría
    y en la práctica, para el desarrollo de la
    enseñanza-aprendizaje de los profesores de la
    Enseñanza Media.

    La teoría, la práctica y la necesidad de
    la educación media brasileña, indican con toda
    claridad que el sistema de actividad para la formación y
    perfeccionamiento de competencias profesionales
    pedagógicas de los profesores y profesionales educativos
    de la escuela dicha, debe asumir un sistema conformado por
    competencias pedagógicas del área
    Pedagógica, en la gestión de la clase y
    relacionamiento interpersonal entre el profesor y alumnos, en la
    formación de valores y en
    el trabajo Colectivo.

    La propuesta expuesta de la formación y el
    perfeccionamiento de las competencias profesionales
    pedagógicas se basean en la distancia entre un saber
    formalizado sobre el dominio de prácticas y de la
    naturaleza de las técnicas aplicada a ellas.

    La competencia pedagógica de los profesionales de
    la educación se refiere al conjunto de
    características que el educador, sintonizado con las
    cuestiones de su tiempo/espacio
    histórico, pueda venir a reunir para el desempeño
    de su acción pedagógica además de tener
    conocimiento técnico, es importante que el profesional
    agregue actitudes
    personales de respeto, acepte
    el compartimiento y la participación en el trabajo
    colectivo y, también, la crítica
    y la evaluación de sus acciones y sus conceptos de
    coherencia y rectitud, delante de los valores
    defendidos, aliados a una conciencia crítica sobre la
    realidad en la cual se inserte su práctica
    educacional.

    V.
    BIBLIOGRAFÍA

    GONZÁLEZ, Wânia R.C. Competencia:
    ¿una alternativa conceptual? Competencia: ¿una
    alternativa conceptual? Rio de Janeiro: SENAI/DN/CIET,
    1996.

    LEY nº 9.394 de 20 de diciembre de 1996. Establece
    las directrices y bases de la educación nacional.
    Presidente: Fernando Henrique Cardoso. Disponível
    en:<www.inep.org.br>. Acceso el 18 de agosto de
    2005.

    MANFREDI, S. M. Las Metamorfosis de la
    calificación: Tres décadas de un concepto. In:
    Carvalho, Janete Magalhães. Diferentes perspectivas de la
    profesión docente.Vitória: EDUFES, 2ª ed.,
    2004. p. 46-53.

    PERRENOUD, P. Construir competencias desde la escuela.
    Porto Alegre: Artes Médicas Sur, 1999.

    ZARIFIAN, Philippe. El modelo de competencia y sus
    consecuencias sobre los oficios profesionales. In: RAMOS, M.N. La
    pedagogía de las competencias:
    autonomía o adaptación. Sao Paulo:
    Cortez,2001.

     

     

    Autora:

    Luciane Martins de Oliveira Matos

    Co- Autora:

    Ires Maria Pizetta Moschen

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