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Desafíos de la enseñanza de la Historia



    1. Resumen
    2. Desarrollo
    3. Conclusiones


    4. Resumen
      Los caminos de
      la enseñanza de la Historia actualmente
       están caracterizados por la lucha de la
      superación da parcelación de la realidad social
      como objeto central de estudio, por encima de los modelos
      deterministas y absolutos que generó el positivismo.
      En el actual contexto político, social y educacional, es
      atribuido  de manera muy sencilla a la enseñanza de
      la Historia, la responsabilidad de formar los ciudadanos que,
      entre otras características sea capaz de comprender la
      Historia del país y del mundo, como un conjunto de
      múltiples memorias y
      de experiencias humanas.
      El objeto de estudio de la Historia, debe tener una
      dimensión más abarcadora, presentando problemas de
      lo social, en un esfuerzo por lograr un mayor nexo entre el
      objeto de pesquisa y la comprensión de la realidad
      vivenciada, donde lo que se desea es garantizar la
      recuperación y la aprehensión de la Historia como
      proceso.
      El desarrollo
      de la enseñanza de la Historia en las escuelas, debe
      basarse en la búsqueda de una mejor comprensión
      de la realidad  presente, que no se debe limitar
      sólo a una nueva estructuración de los
      currículos, y sí emplear una reflexión
      más profunda a respeto de
      la Historia, con su finalidad y objetivo,
      definiéndose la importancia de sus clases; es sobre
      todo, presentar una razón que supere meramente el
      cumplimiento del currículo escolar, mas que incluya la
      definición de cómo, por qué,
      para qué, y a quién enseñar, esta disciplina,
      por ejemplo, cuando se habla de la sociedad
      brasileña,  en que la diversidad cultural presente
      en la formación histórica brasilera y el
      entendimiento de las barreras y de los avances de la ciudadanía constituyen, en ejes centrales
      para la formulación de nuevas finalidades para la
      enseñanza de la Historia y para la formación de
      las identidades sociales de las nuevas
      generaciones.

    Esta perspectiva orienta las producciones
    historiográficas y muchas de las innovaciones en la
    enseñanza de la Historia, en el Brasil.

    Desarrollo
    Actualmente, la Historia se
    propone para una enseñanza comprometida con el avance de
    la democracia y
    de la ciudadanía – procesos
    sociales y políticos para los cuales se espera la
    contribución de las nuevas generaciones.

    Hay una discusión de la relación entre la
    ciudadanía y la educación, y
    hay  un consentimiento, que la formación
     ciudadana debe privilegiar, en el proceso de la
    enseñanza-aprendizaje, los
    instrumentos intelectuales
    y prácticos para una efectiva participación en la
    esfera pública – motivada, consciente y elaborada, a
    partir del cruzamiento de los intereses subjetivos y
    sociales.
    Indican, además, la necesidad de estimular la investigación, el respeto y el
    reconocimiento del otro. En otras palabras, apuntan la
    preocupación en hacer de la educación escolar (y
    de la enseñanza de la Historia), un medio de
    aceptación de la diversidad de perspectivas y proyectos
    individuales o de grupos,
    promoviendo la convivencia saludable, con la diferencia y un
    aprendizaje basado en el
    conocimiento de otras culturas y visiones del
    mundo.

    El proceso educacional desarrollado en las escuelas,
    deben garantizar que esta sea por todo el
    tiempo, un
    espacio de crecimiento integral de los alumnos, ya que ella debe
    desarrollar, sobre todo su función
    social.

    Algunos autores hablan de esta posible vía que
    debe ser presente en todas las escuelas:
    ¨Paulo
    Freire¨ (1988), señala la existencia de una
    educación bancaria, y asumió una posición
    contraria a lo que llamaba de educación
    bancaria.

    Ese tipo de enseñanza se caracteriza por la
    presencia de un profesor
    depositador y un alumno depositario de la educación.
    "Quién es educado así, tiende a tornarse un
    alienado, incapaz de leer el
    mundo críticamente".

    El educador debe  comportarse como un provocador de
    situaciones, un animador cultural en un
    ambiente en
    que todos aprenden en comunión: ninguna persona
    enseña  a nadie, y las personas no aprenden
    solas.
    Esas y otras ideas de Freire, están hoy, en gran evidencia
    en el medio educacional, como por ejemplo, el concepto de la
    escuela ciudadana
    (que prepara a los alumnos para tomar decisiones), y la necesidad
    de cada escuela  tener un proyecto
    pedagógico en que reconozca la cultura
    local.
    Jean Piaget,
    (1994),  presenta la teoría del
    conocimiento, donde el eje central es que ¨el sujeto
    humano establece, desde su nacimiento,  una relación
    de interacción con el medio, y es en la
    relación de los niños
    con el mundo físico y social, que promueve su desarrollo
    cognoscitivo.
    Las ideas de Piaget, si
    bien utilizadas, ayudan al profesor a mejorar su práctica,
    por ejemplo, el
    adolescente puede pensar en cosas completamente abstractas, y no
    establecer una relación directa con lo concreto;
    él comprende conceptos como, amor la
    democracia.
    Debemos observar a los alumnos para tornar los contenidos
    pedagógicos proporcionales a sus capacidades, el
    niño es un encuestador en potencia,
    levantando hipótesis sobre el mundo, ello construye y
    amplía sus conocimientos, creando condiciones para que el
    profesor alerte para proporcionar un conflicto
    cognoscitivo, para que los nuevos conocimientos sean
    producidos.

    Una máxima de la teoría
    piagetiana, es que el conocimiento
    es construido con la experiencia, lo que se torna comprensible,
    cuando se trata de la moral;
    según Piaget, leo que permite la construcción
    de la autonomía de la moral, es el
    establecimiento de la cooperación en lugar de la
    coacción, y del respeto mutuo en lugar del respeto
    unilateral, lo que, dentro de las escuelas, significa
    democratizar las relaciones para la formación de sujetos
    autónomos.
      Leo Vigotsky
    (1997),  señala ¨que el individuo no
    nace listo y que también no es copia del ambiente externo.
    En su evolución intelectual, hay una 
    interacción constante e ininterrumpida entre los procesos
    internos y las influencias del mundo social. Vigotsky comprende
    que el desarrollo es fruto de una gran influencia de las
    experiencias del individuo;  pero cada uno comprende con un
    significado particular esas vivencias.

    La manera como cada uno aprehende el mundo es
    individual, de manera que el desarrollo y aprendizaje
    están íntimamente encendidos: nosotros solo nos
    desarrollamos si aprendemos.

    Enseñar a los niños  lo que ellos
    ya  saben, es poco desafiador, e ir más allá
    de lo que ellos pueden aprender, es ineficaz.
    Lo ideal, es partir de lo que ellos dominan para ampliar su
    conocimiento.
    Con la presentación de estas ideas, que han  sido
    interpretadas por el campo educacional, tornase necesario
    discutir acá, la función que la escuela 
    desarrolla como institución también de carácter social, por tanto, su
    función social.

    La producción de estudios en el área de
    Historia, se ha preocupado actualmente por una mejor
    comprensión de la realidad social, donde los hombres, con
    el uso de los conocimientos adquiridos, asuman su postura de
    sujetos de su propia Historia, con vistas a que esta deje de ser
    una ciencia que se
    preocupa solamente por el pasado, y que busca posicionarse como
    una ciencia que se
    preocupa también por las transformaciones ocurridas en la
    sociedad, en el transcurso del tiempo, o sea, propone realizar un
    estudio del hombre
    participante y agente en la sociedad.
    Ocurre además, el abandono de una visión lineal de
    la Historia, pasando a direccionarse para las relaciones de
    cambio y
    permanencia a lo largo del tiempo, para la existencia de las
    múltiples temporalidades coexistentes en un mismo tiempo
    cronológico; la interdisciplinaridad con
    las otras ciencias
    sociales, como la antropología, la sociología, la geografía, la
    psicología
    y otras. Ocurre aún, que los objetos del conocimiento
    histórico se dislocaron de los grandes hechos nacionales o
    mundiales para la investigación de las relaciones
    cotidianas, de los grupos excluidos y de los sujetos sociales
    constructores de la Historia.
    Lo que pasó a emplear significado a la Historia, fueron
    las relaciones sociales existentes en lo cotidiano: las
    relaciones de poder
    explícitas o no, las resistencias,
    las diversidades culturales y la percepción
    de múltiples temporalidades expresas en cambios y
    permanencias, la búsqueda de la construcción de la
    identidad de
    los sujetos históricos, de la construcción de la
    Historia local con la regional, la nacional con la
    mundial.

    Es el conocimiento histórico, 
    desarrollándose sobre la presión de
    la propia Historia.
    Es cuestión de gran importancia para la Historia, lo que
    dice respeto al tiempo pasado, en la medida que lo observa como
    tiempo y movimiento, en
    estrecha relación con el presente, ya que así es
    posible desarrollar un análisis de la permanencia y cambios en la
    vida de la Humanidad, sobre
    lo que se construye una escala de
    valores que
    los hombres van estableciendo al largo de la vida, cuando hace
    sus elecciones.
    La enseñanza de la Historia debe así construir una
    relación entre el pasado y el presente, donde los alumnos
    sean llevados a percibir cómo los tiempos
    pasados-presentes permiten establecer un permanente diálogo
    entre ellos, retirando el criterio del carácter
    estático del pasado, y a reconocerlo como un tiempo de
    transformación, en que los hombres mucho hicieron en la
    búsqueda de satisfacción de sus
    necesidades.

    Así, se caracteriza el tiempo pasado como un
    proceso de constante cambio, lo que confirma  la necesidad
    de reconocer su carácter móvil. De esta manera, la
    Historia se torna un estudio que, a partir del presente, se le
    hacen preguntas al pasado.
    Al  trabajar la importancia de la enseñanza de la
    Historia, debemos definir lo que es estudiar, en
    coherencia con el porqué se debe estudiar la Historia; o
    sea, es más que una selección
    de contenidos con propuestas de un tratamiento
    metodológico, más, tener una meta a alcanzar y
    definir los contenidos,  incorporándoles
     significado y valor, en la
    medida que estos se tornan medios para
    alcanzar una meta. La definición de esos contenidos, en
    búsqueda del objetivo de la Historia – la
    comprensión de la realidad social-, debe llevar en cuenta
    que hay una concepción tradicional de la Historia,
    heredada de la teoría positivista del siglo XIX, que hace
    con que el estudio de Historia sea visto como una interpretación pasiva y contemplativa de la
    realidad, donde el conocimiento se presenta como una
    aglutinación de un cierto número de hechos bien
    documentados y descritos.
    Los hechos, pasan a ser vistos en su singularidad e
    individualidad, de manera lineal, estableciendo  la
    estrecha relación de la causa-consecuencia.

    Es el desarrollo de un estudio vuelto a lo individual y
    lo superficial, basado en la narrativa, que sólo presenta
    los héroes con la representación de los hechos
    sociales y de otro lado, los hombres que  todo reciben, de
    manera pasiva, como espectadores, lo que trae un límite
    para que  la Historia sea vista como una disciplina que
    permite la comprensión de una realidad social.

    Ahora, lo que se va definiendo es un objeto de estudio
    en su dimensión global, colectiva, social, en movimiento y
    cambio constante; donde el hombre es
    considerado como un ser social, viviente de
    una sociedad que tiene dinamismo, donde el tiempo presente y la
    propia Historia es vista en su construcción,
    comprendiendo  una  aprehensión de la realidad
    de manera global.
    El estudio del pasado en la Historia debe ser comprendido como
    una manera de  trabajar la comprensión del tiempo
    presente, estableciendo una interlocución, no 
    limitándose solamente a una descripción de hechos, ideas o actitudes
    heroicas, como siendo una realidad estática,
    compartimentada, fragmentada.

    Al seleccionar los contenidos, es necesario tener en
    mente, que hablar y analizar la humanidad, es muy amplio, y por
    eso, hay la necesidad de una visión del proceso de
    continuidad, pues,
    el proceso histórico, resulta de las prácticas
    sociales que se van desarrollando como respuestas a las
    necesidades, que se van  presentando en todo el tiempo, como
    desafíos a los hombres, y cuando se encuentra la
    satisfacción para esos, otras necesidades se presentan,
    creando así, la continuidad.
    Desarrollar la idea de la continuidad del proceso, es caminar
    para la construcción del conocimiento histórico, en
    que los alumnos van  a estar formando un pensamiento
    histórico con respeto a su momento, de su realidad, pues
    en el diálogo que se establece con el tiempo,
    comprende
     que hay una interrelación  entre los diferentes
    aspectos, en diferentes épocas: el político,
    social, cultural, económico, cultural, religioso; es
    reconocerlos en su movimiento y en su constante
    transformación.
    La enseñanza de la Historia está impregnada de una
    narrativa basada en la elección de algunos hechos, lo que
    lleva a una visión unilateral y con menor importancia para
    la comprensión histórica, concediendo el
    carácter de la superficialidad.

    No se trata aquí de abandonar los hechos
    históricos, pero, registrar la importancia de
    desarrollar
    un estudio que trae la  propuesta de insertarlo en una
    dimensión que venga a abordar su permanencia o continuidad
    en el proceso histórico, el hecho no es visto como el todo
    y sí, como parte de lo global.
      Aunque, la selección de los contenidos, está
    basada en una postura política e
    ideológica; por eso, debe haber una definición muy
    clara sobre qué interpretación y análisis
    desea hacer de la realidad social, así como la
    transformación que se quiere procesar en esa misma
    realidad; Así como la manera cómo se percibe la
    realidad, o la postura que asume delante de lo social, influencia
    la
    producción, elaboración y la
    organización del conocimiento a respeto de esa
    realidad. De esta forma, el valor y significado destinado a un
    conocimiento está claramente ligado a su posición
    social frente al objeto de análisis, con lo cual él
    establece un rol de indagaciones.

    De esta manera, el conocimiento producido y elaborado, a
    partir de los estudios escolares no son neutros y percibidos por
    todos los alumnos de la misma forma, mas es también,
    político, ideológico y localizado en función
    de una determinada clase
    social.

    De manera que, lo que se enseña, debe tener la
    clara definición de  para qué es y para
    quién se destina. Cuando se crea ese eslabón entre
    la  definición qué Historia enseñar,
    explicitada en la
    organización y estructuración de los
    contenidos, haciendo de estos un medio para facilitar la
    comprensión de la realidad social, para aquellos con
    quiénes se propone estudiar, podemos estar tomando el
    camino más acertado.

    Desarrollar un camino para la producción del
    conocimiento, exige un abordaje más reflexivo. La
    práctica cotidiana permite una cierta comprensión
    de la realidad, siendo un camino que lleva al hombre a ir
    construyendo significado cada vez más amplio de una
    realidad en que él participa
    como sujeto, que tiene movimiento, y que a él, cabe su
    construcción y reconstrucción, pues  es sujeto
    histórico.
    Alcanzar esta comprensión de su papel social, abre
    condiciones para  desarrollar un trabajo
    educativo escolar al mismo tiempo en que se desarrolla el
    enseño de la Historia. Es el trabajo de
    descubrir la realidad, en su papel de explicitarla, partiendo de
    las preguntas, en búsqueda, no de certezas, mas de
    respuestas, que contribuirán en la idea del proceso de la
    continuidad, de la constante búsqueda. De esta forma, los
    contenidos deben servir como una mediación.

    Deben llevar a un trabajo de reflexión en que se
    perciba la realidad, no como una situación acabada, mas
    sí, como una síntesis
    históricamente producida por la acción
    de los hombres en determinadas condiciones, bajo la acción
    transformadora de esos hombres.

    Una enseñanza así, podrá
    transformarse en un factor significativo, tanto para profesores
    como para los alumnos, en la medida que sea posible reflexionar
    sobre su propia posición en el mundo, partiendo de sus
    experiencias y situaciones concretas de la vida.

    Al mismo tiempo, debe contribuir para ampliar y
    profundizar la comprensión, permitiendo la
    construcción de manera a realizar la intervención
    en la sociedad, a través de suyas acciones,
    en búsqueda de su transformación. La
    enseñanza de la Historia pasa a tener un sentido
    práctico, con
    aplicabilidad en un tiempo presente, pues consigue comprender una
    conexión entre historicidad vivida y la Historia
    enseñada.
    Partiendo de una propuesta en que el conocimiento no sea dado
    por  acabado, mas teniendo al sujeto como activo en todo el
    proceso, la forma pedagógica que acompaña el
    proceso enseñanza-aprendizaje escolar, debe trabajar el
    acto de conocer basado en una forma procesal y dinámica,
    en lo que  hoy puede y debe ser transformado y reelaborado
    por lo que venga a ser aprendido, posteriormente.

    De esta forma, en la relación pedagógica
    establecida entre el profesor y el alumno, no debe tener una
    polarización, mas los dos, deben asumir una misma postura
    de sujetos que  procuran juntos, elaborar un conocimiento,
    en un proceso donde los dos aprenden juntos.

    Profesores y alumnos deben tener sus propias
    preocupaciones y cuestionamientos a respeto de la realidad, como
    punto de partida en el proceso de enseñanza-aprendizaje,
    siendo este, su conocimiento inicial.

    De esta manera, se tiene una relación
    pedagógica preparada para la propia vida; en que la
    búsqueda de respuestas no es siempre el objetivo, pues la
    comprensión puede por veces, ser también la
    presentación de nuevos cuestionamientos, ampliando la
    visión del mundo, relacionando los problemas de la vida y
    elaborando sobre ellos un raciocinio histórico, dirigido a
    soluciones que
    sean también históricamente viables.

    Conclusiones


    Hablar de una nueva manera de trabajar con
    la Historia, envuelve también, a una nueva manera de 
    trabajar con los instrumentos auxiliares, donde el libro debe
    perder la condición de única fuente de saber, y
    reconocer en ello, una de las formas de  tener acceso a un
    conocimiento que es posible de  transformación, de
    reelaboración, auxiliando en tener una comprensión
    más global del objeto
    de estudio.

    Pasar del uso dependiente de esos instrumentos para la
    construcción, por los profesores y los alumnos, de otros
    instrumentos auxiliares, que puedan acercarse a lo que se quiere
    comprender. Pues, en el material que venga a ser construido en
    conjunto por el profesor-alumno gana la
    característica de la participación, la
    construcción y un aprendizaje
    significativo.

    Desarrollar un trabajo con esta propuesta, necesita de
    profesionales comprometidos con el
    proceso de transformación de la realidad social, dispuesto
    a iniciar la renovación y cambios en el propio espacio de
    trabajo, en la realidad que esta insertado.

    El espacio de la clase, puede al principio, 
    presentarse pequeño o reducido, mas si el profesor
    consigue hacer  que los alumnos establezcan un
    diálogo con los diferentes tiempos, percibiendo la
    temporalidad e historicidad que envuelve los hechos,  ha
    conseguido, iniciar una modificación que
    puede tener otra dimensión, una dimensión de la
    transformación, pues fue despertado en los alumnos su
    capacidad de comprensión y análisis, para
    influenciar sus acciones que van en un cierto tiempo, permitir
    que la Historia presente sus cambios y su permanencias.
    Desear un cambio en las acciones de las personas, en su postura
    delante as mas diversas situaciones y relaciones
     personales, debe ser comprendido como un resultado de un
    proceso formativo y sobre todo, educativo, pero, amplio, donde la
    enseñanza de la Historia puede traer espacios para
    discusiones y análisis sobre el desarrollo de la
    humanidad, llevando los alumnos a comprendieren la importancia de
    que  la manera como cada uno de nosotros se comporta en la
    sociedad, en nuestro grupo social:
    nuestra manera de tratar las personas, nuestras actitudes
    delante
    de lugares públicos y privados, nuestro valor de solidaridad,
    envolvimiento en grupos voluntarios,
    disponibilidad para ayudar a los otros, nuestra responsabilidad y
    participación social, hacen la
    diferencia en la construcción de nuestro bien estar, o sea
    las vías para la construcción de un mundo
    mejor.

    BIBLIOGRAFIA


    1. FREIRE, Paulo, Pedagogía do oprimido, RJ, Paz e Terra,
    1988
    2. PIAGET, Jean. Para ondee vas a educación? Trd. Ivette
    Braga.12a  ed. Río de Janeiro: José Olympio,
    1994.
    3. VYGOTSKY, L. S. Pensamiento e Lenguaje.
    Trad. Jeferson.  Luiz Camargo. Sao Paulo, Libraría
    Martines Fuentes,
    1987.

     

    Autora:

    Cássia Farnezi Pereira

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