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Adquisición del lenguaje



    1. Definición de
      dislexia
    2. Causas de la
      dislexia
    3. Características del
      disléxico
    4. Como ayudar al niño con
      dislexia
    1. Etimológicamente, se puede aplicar el
      término dislexia a cualquier trastorno, dificultad o
      alteración en la
      lectura. Esta alteración puede producirse antes de
      que el sujeto haya adquirido la competencia lectora o después de
      adquirirla.

      Definición: "Es el problema para
      aprender a leer que presentan algunos niños y niñas, con un
      coeficiente intelectual normal y sin la presencia de otros
      problemas
      físicos o psicológicos que puedan explicar las
      dificultades". Aunque la
      Organización Mundial de la Salud (OMS) la define
      como "desorden específico de la lectura"
      .

      Es muy importante que se tenga en cuenta que aunque
      dislexia se refiera etimológicamente a problemas en la
      lectura, normalmente se presenta junto con dificultades en la
      escritura
      o disortografía. Por ello sería más
      lógico hablar de problemas para aprender a leer y
      escribir, o sea problemas en la lectoescritura.

      Y es allí donde los investigadores no llegan
      a un acuerdo a la hora de definirla, debido que la OMS habla
      de desorden especifico de lectura y la mayoría de los
      investigadores la definen como: "desorden
      específico del lenguaje".

    2. DEFINICIÒN
      DE DISLEXIA:

      Las causas de la dislexia infantil siguen sin
      estar claras, se han presentando diversas investigaciones que establecen orígenes
      pero cada uno diverso al otro, por lo cual es casi imposible
      establecer una causa común pero es importante conocer
      cada una de ellas.

      Las investigaciones sobre las causas de la
      dislexia han establecido que la estructura
      celular del cerebro de
      una persona
      disléxica es diferente. También existe un
      elemento hereditario, pues tiende a ocurrir en algunas
      familias; según los últimos estudios es posible
      la incidencia de un componente genético.

      Al parecer, a los niños afecta en un
      porcentaje mayor que a las niñas. Algunos autores
      señalan que en un 70% de los casos existe una
      elaboración tardía e incompleta del lenguaje
      oral; alteraciones en la orientación espacio-tiempo,
      alteraciones visuales o de ritmo son frecuentes en el origen
      de esta dificultad. A pesar de que la dislexia se suele
      manifestar a partir de los 6 años, que es cuando
      empieza el
      aprendizaje sistematizado de la lectura y se localizan y
      diagnostican los problemas, existen indicadores que incluso a la edad de 3
      años detectan si un niño tiene
      dificultades.

      Sin embargo, la dislexia es normalmente identificada
      en la escuela
      primaria, momento en que las habilidades de la lectura y
      escritura deben ser desarrolladas. La dislexia puede estar
      unida a la disortografía, problemas con los que el
      niño se enfrenta a la hora de aprender ortografía, aprendizaje
      más complejo que la lectura.

      Una de las teorías que ha tomado más auge
      ha sido que el origen de la dislexia reside en un trastorno
      perceptivo-visual. Así el motivo por el que los
      niños presentaban confusiones lectoras entre b-p, p-q,
      d-p, u-n, los-sol, etc., sería por dificultades en la
      percepción visual, debido a incapacidad
      para organizar espacialmente de forma adecuada el material a
      leer, sobre todo en sus aspectos de orientación
      derecha-izquierda, unido casi siempre a un conocimiento inadecuado del esquema corporal.

      La dislexia también se ha achacado, entre
      otros factores, a un inadecuado movimiento
      ocular, a un menor rendimiento en la
      memoria, a un insuficiente desarrollo
      cerebral para integrar los estímulos auditivos y
      visuales, a problemas afectivos, a problemas
      pedagógicos o a deficiencias en el desarrollo del
      lenguaje.

      Otra teoría afirma que muchas personas
      tienden a procesar la información de una forma visual o
      imaginativa. Es decir, elaboran su pensamiento primeramente a través de su
      inteligencia visual. Podríamos decir
      que su pensamiento produce una película continua. Y la
      película se interrumpe cada vez que deben leer una
      palabra abstracta, que no es fácilmente
      traducible.

      Importantes trabajos recientes de revisión
      sobre el tema se inclinan de forma muy decidida por la
      hipótesis lingüística como base de la
      dislexia

      Actualmente uno de los modelos
      más aceptados es el del modelo de lectura de doble
      ruta,
      según el cual, el lector utiliza dos
      vías para llegar al significado de las palabras que ve
      escritas: 

      -Ruta visual: consiste en comparar la forma
      ortográfica de la palabra escrita (secuencia de
      letras) con las representaciones de palabras de que
      disponemos en el léxico visual (a modo de "diccionario visual").

        –Ruta fonológica: mediante el
      mecanismo de conversión de grafemas (letras) a fonemas
      (sonidos), se obtiene la pronunciación de la palabra,
      siendo así ésta identificada.

      Se ha visto que los niños que
      presentan dificultades en la lectura pueden tener
      dañadas una (o ambas) de estas rutas, por lo que
      según las dificultades que presenten se puede hablar
      de tres tipos de dislexia:

      dislexia visual: la lectura siempre se
      produce por la ruta fonológica.

      dislexia fonológica: la lectura se
      produce por la ruta visual.

      dislexia mixta: se presentan problemas
      referentes a los dos subtipos anteriores.

    3. CAUSAS DE LA
      DISLEXIA

      No existe en la actualidad ningún examen
      "biológico" que se pueda utilizar en la
      práctica clínica para establecer o 
      confirmar el diagnóstico de dislexia.

      Para ello es necesario remitirlo a especialistas,
      para que a través de su historia
      clínica y con las pruebas
      psicométricas se pueda determinar la presencia o no de
      este desorden.

      El que un niño no aprenda a leer en la
      etapa de Infantil no tiene por qué indicar una
      futura dificultad grave, pues cada uno tiene su ritmo, y
      aunque los niños pueden escribir y leer desde el
      inicio de la escolaridad y no se debe frenar ni retrasar su
      aprendizaje, tampoco se puede forzar el aprendizaje precoz,
      ni clasificarlos ni exigirles a todos unos conocimientos
      iguales.

       Además, no hay que olvidar que cuando
      un niño está aprendiendo la lectoescritura
      puede cometer muchos errores, por ejemplo, inversiones de letras al leer o escribir (SE
      por ES, SOL por LOS, etc.), pero esos fallos son normales y
      no deben alarmarnos.

      En la etapa de Primaria ( a partir de los 7
      años) es cuando puede establecerse con firmeza el
      diagnóstico de dislexia. Los síntomas
      más habituales son:

      – Omisiones, substituciones, inversiones,
      distorsiones o adiciones de letras, sílabas y/o
      palabras.

      – Rectificaciones, vacilaciones, silabeos y
      pérdidas de la línea, provocando lentitud
      lectora

      – La consecuencia de estas dificultades en la
      lectura mecánica es la falta de
      comprensión de lo leído.

      De todos modos, a lo largo de la escolaridad se
      suele presentar la siguiente
      evolución:

      – En los niveles inferiores (repetidores de segundo
      curso y tercero de Primaria) los alumnos con dificultad
      lectora no suelen dominar todas las correspondencias entre
      letras y sonidos.

      – En niveles medios
      (tercero y cuarto de Primaria) los alumnos han aprendido
      dichas correspondencias, pero les cuesta trabajo
      automatizar la lectura de sílabas, siendo su lectura
      muy laboriosa y lenta.

      – En los cursos superiores los alumnos presentan
      problemas en el reconocimiento de palabras completas, por lo
      que tienen que leer muy despacio para leer bien. Pero dado
      que las actividades escolares en los cursos superiores
      obligan a los alumnos a ser lectores exactos y
      rápidos, dicha presión provoca que modifiquen su
      manera de leer: dejan de usar la lectura secuencial, que es
      exacta pero ineficaz por su lentitud y utilizan el
      procesamiento de pistas fonéticas parciales y
      ortográficas globales pero incompletas, combinado con
      el uso de la adivinación.

      Como resultado, aumentan los errores, la ansiedad al
      darse cuenta de ellos, el rechazo a las tareas de lectura y
      como consecuencia las pocas oportunidades para automatizar el
      reconocimiento de palabras completas.

      Por otro lado, la dislexia puede ir unida a otros
      problemas de aprendizaje escolar, tales
      como:

      – La disgrafía (dificultades en la
      realización de los trazados gráficos que requiere la
      escritura)

      – La disortografía (dificultades para
      reproducir correctamente las grafías que integran las
      palabras)

      – Problemas de falta de atención y
      concentración.

      – Falta de interés y motivación por el estudio.

      – Fracaso escolar, con aversión hacia la
      lectoescritura.

      Como consecuencia de ello, podemos encontrar algunos
      desajustes a nivel comportamental y
      emocional:

      – Aumento de la falta de auto-confianza y de la
      frustración.

      – Baja auto-estima.

      – Aparición de conductas disruptivas o de
      inhibición progresiva.

    4. CARACTERISTICAS DEL DISLEXICO
    5. COMO AYUDAR AL
      NIÑO CON DISLEXIA

    Los padres deben tener presente que
    la dislexia no se cura, pero las personas que
    manifiestan esta dificultad pueden ser tratadas mediante una
    enseñanza adecuada y de apoyo para que
    puedan desarrollar sus capacidades. Cuanto antes se diagnostique
    la dislexia en una persona, antes podrá conseguir
    progresos en su desarrollo. Pero al mismo tiempo al niño
    se le debe tratarlo con mucho cariño y brindarle mucha
    atención no se debe perder la paciencia ni
    saturarlo.

    Si un niño presenta dislexia tiene
    necesidad de:

    -Una evaluación temprana de sus dificultades
    realizada por especialistas.

    -Un programa de
    refuerzo o adaptación curricular centrado en las tareas
    de leer y escribir

    -Un apoyo escolar, preferiblemente individual y
    especializado.

    -La coordinación entre otros servicios
    (sanitarios, educativos)

    -La colaboración familiar

    El tratamiento de los problemas lectores debe
    centrarse en la recuperación del mecanismo que funciona
    deficientemente, por lo que el planteamiento terapéutico
    ha de ser obligatoriamente individual. Cuando las dificultades se
    centran en la ruta fonológica es imprescindible trabajar
    las habilidades de correspondencia de grafema a
    fonema.

    Por el contrario, si las dificultades se encuentran en
    el reconocimiento de palabras habría que trabajar con
    tarjetas en la
    que estén el dibujo y la
    palabra escrita.

    En cuanto a la metodología es muy importante adecuar el
    ritmo a las posibilidades del niño, trabajando estas
    actividades de forma agradable, con sensibilidad a las
    necesidades globales del niño y propiciando continuamente
    el éxito
    en la tarea.

    La asistencia de los padres es de suma importancia pero
    al mismo tiempo tiende a ser aversiva, debido que tanto los
    padres como el niño pierden en muchos casos la paciencia,
    es allí donde resulta necesario la ayuda individual de un
    especialista quien desconectara al niño en su momento y
    proveerá a la familia de
    técnicas o métodos de
    suma importancia para enfrentar el problema.

    CONCLUSIÓN:

    La dislexia es definida como un desorden de
    lectoescritura, sin embargo, su existencia ha sido muy
    cuestionada. Algunos especialistas se mantienen actitudes
    opuestas al uso del término Dislexia, prefiriéndose
    otras denominaciones como Dificultades de Lectoescritura o
    Trastorno Específico de la Lectura.

    En otros casos hay autores que niegan la misma
    existencia del trastorno, se ha acumulado evidencia suficiente
    como para poder afirmar
    que efectivamente existe la dislexia, con una base
    neurológica clara. También se defiende que en lugar
    de de dos grupos
    diferenciados (disléxicos y no disléxicos),
    podría existir una continuidad sin límites
    claros entre la dificultad severa para la lectura y la
    normalidad.

    Pero hay un punto donde todos los investigadores o
    teóricos están de acuerdo y es en que, ya que este
    trastorno puede producirse antes de que la persona haya adquirido
    la lectura o después de adquirida, puede distinguirse
    entre dos tipos de dislexia:

    Dislexia adquirida: la sufrirían aquellas
    personas que tras haber logrado un determinado nivel lector,
    pierden algunas de estas habilidades como consecuencia de una
    lesión cerebral.

    Dislexia evolutiva: niños que sin ninguna
    razón aparente presentan dificultades especiales en el
    aprendizaje de la lectura.

    También hay que tener en cuenta que no toda
    dificultad en la lectura significa
    que nos encontremos ante
    un niño con dislexia. Algunos autores refieren que
    hay niños disléxicos que pueden ser muy buenos
    lectores, pero que no entienden lo que leen. Esto es indicativo
    de que puede existir dislexia. La lectura es una actividad muy
    compleja en cuyo aprendizaje es normal que en las primeras etapas
    aparezcan dificultades y errores que no tienen por qué
    indicar una futura dislexia.

    Muchos autores señalan que para ello
    tendría que producirse un retraso de dos años en
    relación al nivel esperado de lectura. Es decir, a partir
    de los 8 o 9 años es que se debe comenzar a hablar de
    dislexia en un niño.

    Hasta fechas relativamente recientes se ha venido
    pensando que la dislexia era un trastorno mucho más
    frecuente entre los niños que entre las niñas. Sin
    embargo, estudios mejor controlados estiman que el predominio
    en el sexo
    masculino es muy bajo.

    Existen métodos como el de Ronald Davis que
    parece estar ayudándo a personas con estilo de aprendizaje
    disléxico.

    También la denominada Programación Neurolinguistica parece
    ofrecer buenos resultados. El apoyo familiar y la ayuda
    especializada son de gran importancia.

     

     

    GÒMEZ JOSE

    MONTILLA ATALA

    TORREALBA FRANCISCO

    REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

    MINISTERIO DE EDUCACIÒN SUPERIOR

    COLEGIO UNIVERSITARIO FERMÌN TORO

    GUANARE EDO PORTUGUESA

    GUANARE; ENERO 2006

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