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Ética y corrupción en la administración de justicia (página 2)




Enviado por yivanz64



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1.6 LOS CAMBIOS EN LA ETICA (ETICA EVOLUTIVA) ANTES
LOS DESCUBRIMIENTOS CIENTIFICOS (DESARROLLO
CIENTIFICO)

1 Las leyes de
Newton

La mayoría de los grandes descubrimientos
científicos han afectado a la ética. Los
descubrimientos de Isaac Newton,
el filósofo científico inglés
del siglo XVII, aportaron uno de los primeros y más claros
ejemplos de esta influencia. Las leyes de
Newton se consideraron como prueba de un orden divino
racional. La opinión contemporánea al respecto fue
expresada por el poeta inglés Alexander Pope en el verso
"Dios dijo: ¡dejad en paz a Newton!, y se
hizo la luz". Los
hallazgos e hipótesis de Newton provocaron que los
filósofos tuvieran confianza en un modelo
ético tan racional y ordenado como se suponía que
era la naturaleza.

2- Filosofías éticas anteriores al
Darwinismo

Durante el siglo XVIII, los filósofos
británicos David Hume, en Ensayos morales y
políticos
(1741-1742), y Adam Smith,
autor de la teoría
económica del laissez-faire, en su Teoría
de los sentimientos morales
(1759), formularon modelos
éticos del mismo modo subjetivo. Identificaron lo bueno
con aquello que produce sentimientos de satisfacción y lo
malo con lo que provoca dolor. Según Hume y Smith, las
ideas de moral e
interés
público provocan sentimientos de simpatía entre
personas que tienden las unas hacia las otras incluso cuando no
están unidas por lazos de parentesco u otros lazos
directos.

El filósofo y novelista francés
Jean-Jacques Rousseau, en
su Contrato social (1762), aceptó la teoría
de Hobbes de una
sociedad
regida por las cláusulas de un contrato social.
En su novela Emilio
o De la educación
(1762) y en otras obras, sin
embargo, atribuía el mal ético a las inadaptaciones
sociales y mantuvo que los humanos eran buenos por
naturaleza.

El anarquista, filósofo, novelista y economista
político británico William Godwin llevó esta
convicción hasta su extremo lógico en su Ensayo
sobre la justicia
política
(1793), que rechazaba todas las instituciones
sociales, incluidas las del Estado, sobre
la base de que su simple existencia constituye la fuente del
mal.

Una mayor aportación a la ética fue hecha
a finales del siglo XVIII por el filósofo alemán
Immanuel Kant en su
Fundamentación de la metafísica
de las costumbres
(1785). Según Kant, no importa con
cuánta inteligencia
actúe el individuo, los
resultados de las acciones
humanas están sujetos a accidentes y
circunstancias; por lo tanto, la moralidad de
un acto no tiene que ser juzgada por sus consecuencias sino
sólo por su motivación
ética.

Sólo en la intención radica lo bueno, ya
que es la que hace que una persona obre, no
a partir de la inclinación, sino desde la
obligación, que está basada en un principio general
que es el bien en sí mismo. Como principio moral
último, Kant volvió a plantear el término
medio en una forma lógica:
"Obra como si la máxima de tu acción
pudiera ser erigida, por tu voluntad, en ley universal de
la naturaleza". Esta regla es denominada imperativo
categórico, porque es general y a la vez encierra un
mandato. Kant insistió en que uno ha de tratar a los
demás como si fueran "en cada caso un fin, y nunca
sólo un medio".

3- Utilitarismo

La doctrina ética y política conocida
como utilitarismo fue formulada por el británico Jeremy
Bentham hacia finales del siglo XVIII y más tarde
comentada por el también filósofo y
británico James Mill y su hijo John Stuart Mill. En su
Introducción a los principios de
la moral y la
legislación
(1789), Bentham explicó el
principio de utilidad como el
medio para contribuir al aumento de la felicidad de la comunidad.
Creía que todas las acciones humanas están
motivadas por un deseo de obtener placer y evitar el
sufrimiento.

Al ser el utilitarismo un hedonismo universal, y no un
hedonismo egoísta como podría interpretarse el
epicureísmo, su bien más elevado consiste en
alcanzar la mayor felicidad para el mayor número de
personas.

4- Ética hegeliana

En La filosofía del Derecho (1821), el
filósofo alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel
aceptó el imperativo categórico de Kant, pero lo
enmarcó en una teoría universal evolutiva donde
toda la historia
está contemplada como una serie de etapas encaminadas a la
manifestación de una realidad fundamental que es tanto
espiritual como racional.

La moral, según Hegel, no es el resultado de un
contrato
social, sino un crecimiento natural que surge en la familia y
culmina, en un plano histórico y político, en
el Estado
prusiano de su tiempo. "La
historia del mundo, escribió, es disciplinar la voluntad
natural incontrolada, llevarla a la obediencia de un principio
universal y facilitar una libertad
subjetiva".

El filósofo y teólogo danés
Sören Kierkegaard reaccionó con fuerza en
contra del modelo de Hegel. En O lo Uno o lo Otro (1843),
Kierkegaard manifestó su mayor preocupación
ética, el problema de la elección. Creía que
modelos filosóficos como el de Hegel ocultan este problema
crucial al presentarlo como un asunto objetivo con
una solución universal, en vez de un asunto subjetivo al
que cada persona tiene que enfrentarse de manera
individual.

La propia elección de Kierkegaard fue vivir
sometido a la ética cristiana. Su énfasis en la
necesidad de la elección tuvo influencia en algunos
filósofos relacionados con el movimiento
conocido como existencialismo, tanto como con algunos
filósofos críticos, cristianos y judíos.

5- Ética a partir de Darwin

El desarrollo científico que más
afectó a la ética después de Newton fue la
teoría de la evolución presentada por Charles Darwin. Los
hallazgos de Darwin facilitaron soporte documental al modelo,
algunas veces denominado ética evolutiva, término
aportado por el filósofo británico Herbert Spencer,
según el cual la moral es sólo el resultado de
algunos hábitos adquiridos por la humanidad a lo largo de
la evolución.

El filósofo alemán Friedrich Nietzsche dio
una explicación asombrosa pero lógica de la
tesis
darwinista acerca de que la selección
natural es una ley básica de la naturaleza. Según
Nietzsche, la llamada conducta moral es
necesaria tan sólo para el débil. La conducta moral
—en particular la defendida por el judeocristianismo, que
según él es una doctrina esclava— tiende a
permitir que el débil impida la autorrealización
del fuerte. De acuerdo con Nietzsche, toda acción
tendría que estar orientada al desarrollo del individuo
superior, su famoso Übermensch (‘superhombre’),
que será capaz de realizar y cumplir las más nobles
posibilidades de la existencia. Nietzsche encontró que
este ser ideal quedaba ejemplificado en los filósofos
griegos clásicos anteriores a Platón
y en jefes militares como Julio César y Napoleón.

En oposición al concepto de lucha
despiadada e incesante como fundamento de la ley rectora de la
naturaleza, el anarquista y filósofo ruso Piotr
Alexéievich Kropotkin, entre otros, presentó
estudios de conducta animal en la naturaleza demostrando que
existía la ayuda mutua. Kropotkin afirmó que la
supervivencia de las especies se mantiene a través de la
ayuda mutua y que los humanos han alcanzado la primacía
entre los animales a lo
largo de la evolución de las especies mediante su
capacidad para la asociación y la cooperación.
Kropotkin expuso sus ideas en una serie de trabajos, entre ellos
Ayuda mutua, un factor en la evolución (1890-1902) y
Ética, origen y desarrollo (publicado después de su
muerte en
1924).

En la creencia de que los gobiernos se basan en la
fuerza y que si son eliminados el instinto de cooperación
de la gente llevaría de forma espontánea hacia la
implantación natural de un orden cooperativo, Kropotkin
defendió el anarquismo.

Los antropólogos han aplicado los principios
evolutivos al estudio de las sociedades y
las culturas humanas. Estos análisis han vuelto a subrayar los
distintos conceptos del bien y del mal planteados por diferentes
sociedades; por lo tanto, se creía que la mayoría
de esos conceptos tenía un valor
más relativo que universal. De entre los conceptos
éticos basados en un enfoque antropológico resaltan
los del antropólogo finlandés Edgard A. Westermarck
en Relatividad ética (1932).

 

6- PSICOANÁLISIS Y CONDUCTISMO

La ética moderna está muy influida por el
psicoanálisis de Sigmund Freud y
sus seguidores y las doctrinas conductistas basadas en los
descubrimientos sobre estímulo-respuesta del
fisiólogo ruso Iván Petróvich Pávlov.
Freud
atribuyó el problema del bien y del mal en cada individuo
a la lucha entre el impulso del yo instintivo para satisfacer
todos sus deseos y la necesidad del yo social de controlar o
reprimir la mayoría de esos impulsos con el fin de que el
individuo actúe dentro de la sociedad. A pesar de que la
influencia de Freud no ha sido asimilada por completo en el
conjunto del pensamiento
ético, la psicología freudiana
ha mostrado que la culpa, respondiendo a motivaciones de
naturaleza sexual, subyace en el pensamiento clásico que
dilucida sobre el bien y el mal.

El conductismo, a
través de la observación de los comportamientos
animales, formuló una teoría según la cual
la naturaleza
humana podía ser variada, creando una serie de
estímulos que facilitaran circunstancias favorables para
respuestas sociales condicionadas.

En la década de 1920 el conductismo fue aceptado
en Estados
Unidos, en especial en teorías
de pediatras, aprendizaje
infantil y educación en general.
Tuvo su mayor influencia, sin embargo, en el pensamiento de la
antigua Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas. Allí, el llamado nuevo ciudadano
soviético fue instruido de acuerdo con los principios
conductistas a través del condicionante poder de la
rígida y controlada sociedad soviética. La
ética soviética definía lo bueno como todo
aquello beneficioso para el Estado y lo malo como aquello que se
le oponía o lo cuestionaba.

En sus escritos de finales del siglo XIX y principios
del XX, el filósofo y psicólogo estadounidense
William James abordó algunos de los puntos centrales y
característicos en las interpretaciones de Freud y
Pávlov. James es más conocido como el fundador del
pragmatismo,
que defiende que el valor de las ideas está determinado
por sus consecuencias. Su mayor contribución a la
teoría ética, no obstante, descansa en su
insistencia al valorar la importancia de las interrelaciones,
tanto en las ideas como en otros fenómenos.

 

7- TENDENCIAS RECIENTES

El filósofo británico Bertrand Russell
marcó un cambio de
rumbo en el pensamiento ético de las últimas
décadas. Muy crítico con la moral convencional,
reivindicó la idea de que los juicios morales expresan
deseos individuales o hábitos aceptados. En su
pensamiento, tanto el santo ascético como el sabio
independiente son pobres modelos humanos porque ambos son
individuos incompletos. Los seres humanos completos participan
en plenitud de la vida de la sociedad y expresan todo lo que
concierne a su naturaleza. Algunos impulsos tienen que ser
reprimidos en interés de la sociedad y otros en
interés del desarrollo del individuo, pero el crecimiento
natural ininterrumpido y la autorrealización de una
persona son los factores que convierten una existencia en buena y
una sociedad en una convivencia armoniosa.

Varios filósofos del siglo XX, algunos de los
cuales han asumido las teorías del existencialismo,
se han interesado por el problema de la elección
ética individual lanzada por Kierkegaard y Nietzsche. La
orientación de algunos de estos pensadores es religiosa,
como la del filósofo ruso Nikolái
Alexándrovich Berdiáiev, que subrayó la
libertad del espíritu individual; la del filósofo
austro-judío Martín Buber, que se ocupó de
la moral de las relaciones entre individuos; la del
teólogo protestante germano-estadounidense Paúl
Tillich, que resaltó el valor de ser uno mismo, y la del
filósofo y dramaturgo católico francés
Gabriel Marcel y el filósofo y psiquiatra protestante
alemán Karl Jaspers,
ambos interesados en la unicidad del individuo y la importancia
de la
comunicación entre los individuos. Una tendencia
distinta en el pensamiento ético moderno caracteriza los
escritos de los filósofos franceses Jacques Maritain y
Étienne Gilson, que siguieron la línea marcada por
santo Tomás de
Aquino. Según Maritain, "el existencialismo verdadero"
pertenece a esta tradición cristiana.

Otros filósofos modernos no aceptan ninguna de
las religiones
tradicionales.

El filósofo alemán Martín Heidegger
mantenía que no existe ningún Dios, aunque alguno
puede surgir en el futuro. Los seres humanos, por lo tanto, se
hallan solos en el Universo y
tienen que adoptar y asumir sus decisiones éticas en la
conciencia
constante de la muerte. El
filósofo y escritor francés Jean-Paúl
Sartre
razonó su agnosticismo pero también resaltó
la heideggeriana conciencia de la muerte. Sartre mantuvo que los
individuos tienen la responsabilidad ética de comprometerse en
las actividades sociales y políticas
de su tiempo.

El supuesto conflicto
sobre la existencia de un Dios omnipresente, no revestía
ningún sentido de trascendencia para el individuo, pues en
nada afectaba a su compromiso con la libertad personal.

Entre otros filósofos modernos, como el
estadounidense John Dewey, figuran los que se han interesado por
el pensamiento ético desde el punto de vista del
instrumentalismo. Según Dewey, el bien es aquello que ha
sido elegido después de reflexionar tanto sobre el medio
como sobre las probables consecuencias de llevar a cabo ese acto
considerado bueno o un bien.

La discusión contemporánea sobre la
ética ha continuado con los escritos de George Edward
Moore, en particular por los efectos de su Principia
ethica.
Moore mantuvo que los principios éticos son
definibles en los términos de la palabra bueno,
considerando que ‘la bondad’ es indefinible. Esto es
así porque la bondad es una cualidad simple, no
analizable.

Los filósofos que no están de acuerdo con
Moore en este sentido, y que creen que se puede analizar el bien,
son llamados naturalistas. A Moore se le califica de
intuicionista. Naturalistas e intuicionistas consideran
los enunciados éticos como descriptivos del mundo, o sea,
verdadero o falso. Los filósofos que difieren de esta
posición pertenecen a una tercera escuela, no
cognitiva, donde la ética no representa una forma de
conocimiento y
el lenguaje
ético no es descriptivo. Una rama importante de la escuela
no cognitiva defiende el empirismo o
positivismo
lógico, que cuestiona la validez de los planteamientos
éticos que están comparados con enunciados de hecho
o de lógica. Algunos empiristas lógicos afirman que
los enunciados éticos sólo tienen significado
emocional o persuasivo.***

 

1.7 LA ETICA Y LA INJUSTA CORRUPCIÓN QUE
COEXISTE CON LA
POBREZA

La corrupción
es una constante de la humanidad, ha coexistido con la pobreza y la
desigualdad. Es otra forma de injusticia que pesa sobre las
sociedades. Desde las más antiguas y poderosas
civilizaciones se mantiene como una subrealidad que existe y se
desarrolla en la oscuridad, mediante mecanismos de
autorregulación que la mantienen en límites
"aceptables": no crece tanto que deba ser extirpada de
raíz. La "discreción" de los corruptos y sus
actividades, la participación "adecuada" de los
involucrados, el "nivel" o la "importancia" de los actores, y el
juego de los
controles, entre otras particularidades, hacen que el
fenómeno mantenga en su misma naturaleza una capacidad
total de supervivencia y adaptación. Sin embargo, en
nuestro tiempo, la corrupción se ha convertido en "la epidemia
de fin de siglo"

————————————–

*** Fuente: Enciclopedia Microsoft
® Encarta ® 2002.
© 1993-2001 Microsoft
Corporation. DICCIONARIO
BÁSICO ESPASA CALPE SA TOMO 3, 1980

 

1. Constituye uno de los problemas
centrales para el desarrollo socioeconómico y el
funcionamiento de la democracia. La
ética vuelve al centro de las preocupaciones de nuestra
época. Se suceden los encuentros y debates sobre
ética y política, ética y democracia,
ética y economía, bioética… "Después de la
idolatría de la Historia y la Revolución, el culto ético como
nuevo avatar de la conciencia mitológica".

2 Atraviesa las discusiones de fin de siglo.

El 72% de los empresarios argentinos opina que la
corrupción y el fraude son
problemas importantes para sus negocios; en
Estados Unidos el 76% opina lo mismo y en Holanda, el
77%.

3 "Los dos tercios de la elite patronal consideran ya
que la moral contribuye al éxito
de la
empresa"

4 El cambio de época que vivimos con la
globalización de la economía, el reordenamiento
geopolítico mundial, la tercera revolución
científico técnica, la entrada del homo
viden
s, la comparecencia del empobrecimiento sostenido,
introducen nuevos interrogantes éticos: desde las
preguntas por la relación entre mercado y
ética, hasta los nuevos límites y vínculos
de vida y muerte, desde la redefinición del papel de la
información y la comunicación, hasta el replanteamiento del
papel de las ciencias y las
tecnologías.

La corrupción no es un fenómeno nuevo. Sin
embargo, la expansión de una visión fundamentalista
de la economía de mercado la ha globalizado y
generalizado, con una cultura en la
que la acumulación de capital y el
consumo se han
convertido en objetivos de
vida para amplios sectores de la población, mientras se debilitan no
sólo los compromisos con lo público, sino las
posibilidades de que la esfera pública cumpla con el rol
que le corresponde en la democracia.

Los montos de la corrupción han llegado a niveles
que afectan al desarrollo global de la economía y la
política. Gustavo Coronel, de Transparencia Internacional,
Capítulo Venezolano, afirma que "la corrupción y la
incompetencia en América
Latina durante los últimos 25 años le han
costado a la Región unos 600.000 millones de
dólares", esto es, 24 mil millones de dólares por
año.

Transparency International señala que los montos
que se manejan son impresionantes y tienden a incorporar al
conjunto de los niveles públicos. "De cada 100 mil
dólares, la comisión comprometerá a un alto
funcionario pero no de rango máximo. De cada millón
de dólares, interesará a los Directores Generales.
De cada 10 millones de dólares, interesará a un
Ministro y a sus principales colaboradores. De cada 100 millones
de dólares, puede despertar la seria atención de un Jefe de Estado"

————————————————

1 Tomo el título del libro
publicado por varios autores a raíz de la fuga del
Vicepresidente Dahik. LUNA TOBAR, Luis Alberto et al.,
Compilador: Napoleón Saltos G., ILDIS- Fundación
"J. Peralta", Quito,
995.

2 LIPOVETSKY, Gilles, El crepúsculo del deber.
La ética indolora de los nuevos tiempos
democrático
s. ANAGRAMA, Barcelona, 4ª Edición, 1998.

 

1.8 CAMBIO DE ÉPOCA, LA NUEVA
CULTURA

"Mientras… la ética recupera sus títulos
de nobleza, se consolida una nueva cultura que únicamente
mantiene el culto a la eficacia y a las
regulaciones sensatas, al éxito y a la protección
moral… Las sociedades contemporáneas cultivan dos
discursos
aparentemente contradictorios: por un lado el de la
revitalización de la moral, por el otro el del precipicio
de la decadencia que ilustra el aumento de la delincuencia,
los guetos en los que reina la violencia, la
droga y el
analfabetismo,
la proliferación de los delitos
financieros, los progresos de la corrupción en la vida
política y económica" 6

Esta aparente contradicción parte de un
núcleo central, la decisión individual: "no existe
ninguna contradicción entre el nuevo período de
éxito de la temática ética y la
lógica posmoralista, ética elegida que no ordena
ningún sacrificio mayor, ningún arrancarse de
sí mismo… Lejos de oponerse frontalmente a la
cultura individualista posmoralista, el efecto ético es
una de sus manifestaciones ejemplares"

7 No se trata pues, de un simple retorno de la vieja
ética del deber; sino de la constitución de una ética
posmoralista, de una ética posmoderna.

 

1.8.1 ÉTICA, ¿Y MODERNIDAD DEL
INDIVIDUALISMO Y CONSUMISMO? (ETICA PROTESTANTE LUTERANA Y
CALVINISTA)

La modernidad tuvo como uno de los sustentos la
ética protestante 8, particularmente bajo su forma
calvinista. El ahorro,
el trabajo, la
prosperidad material, sustentados en la ética de la 5
responsabilidad, eran signos de la
salvación individual. La modernidad se asienta en la
secularización de la vida y la primacía de la
racionalidad instrumental.

Este primer paso de la ética centrada en el ser
humano individual y en la primacía de la razón
instrumental, siguió un proceso que
logra su forma más completa en los ideales de la
Ilustración. "Este proceso de secularización
puesto en marcha en el siglo XVII que consiste en separar la
moral de las concepciones religiosas, pensarla como un orden
independiente y universal que sólo remite a la
condición humana y que tiene prioridad sobre las otras
esferas, en especial religiosas es, sin duda alguna, una de las
figuras más significativas de la cultura
democrática moderna". "A partir de la Ilustración, los modernos han tenido la
ambición de sentar las bases de una moral independiente de
los dogmas religiosos." "Al deber inmemorial de la religión ha sucedido
la religión moderna, hiperbólica, del
debe
s." "Rousseau dio a luz la religión cívica
moderna exigiendo el sacrificio de los intereses personales a la
voluntad general" 9

Sin embargo no es posible, como pretenden autores como
Lipovetsky, ver el proceso de secularización y la
referencia a la condición humana separados de una
visión utilitarista, ligada al predominio de la
racionalidad instrumental, sobre todo en los países
anglosajones: "durante gran parte del período moderno de
la filosofía moral la opinión que predominó
sistemáticamente en el mundo angloparlante había
sido cierta forma de utilitarismo" 10

La ética del deber es la que entra en crisis en las
sociedades posmodernas, ya sea por el lado de las formas extremas
del utilitarismo o por el lado de las críticas al fracaso
de la "civilización capitalista" para hacer efectivas
perspectivas de desarrollo
humano. No se trata pues, de un acontecimiento meramente
coyuntural o de una problemática que afecta sólo a
un país. Es, ante todo, un problema civilizatorio ligado
al cambio de época.

——————————————————————

Dato presentado por JORGE MARIO EASTMAN ROBLEDO,
Viceministro del Interior de la República de Colombia,
Administración pública, corrupción y el
problema de la gobernabilidad democrátic
a. 6
LIPOVETSKY, G., Op. cit.

7 LIPOVETSKY, G., Op. cit.

8 WEBER, Max,
La ética protestante y el espíritu del
capitalism
o, Ediciones

Orbis, Argentina, 1985.

9 LIPOVETSKY, G., Op. cit.

10 RAWLS, John, Liberalismo
polític
o, Fondo de Cultura Económica, México,
1995

 

Este cambio de época ha posesionado una
"cultura predominante (…) marcada por el progresivo
individualismo, el consumismo, la hegemonía de la dinámica del mercado, el débil
compromiso con lo público, una cierta mentalidad
política que prescinde del horizonte ético de
los valores,
el afán del poder, la codicia por obtener bienes
materiales en
forma indebida a cualquier costo; todo lo
cual es fuente de corrupción" 11

 

1.8.2 ¿POSMORALISMO LIGHT?, ¿LA ETICA
GLOBALIZADA?, ¿DONDE ESTAN LAS VIRTUDES?

Nos movemos en un tiempo globalizado, marcado por un
cambio en la visión ética y la conciencia moral.
Históricamente el referente era el bien, la virtud: el mal
estaba definido como la ausencia del bien. Hoy hay un vuelco: el
bien apenas queda definido como la ausencia del mal. Ahora es
honrado quien apenas no es corrupto.

Las virtudes de la honradez, la probidad quedan fuera
del horizonte de las exigencias sociales. 12 Desde la referencia
al individuo se genera una moral negativa centrada en la
prohibición: a la ética del tú debes, hoy le
sustituye una ética del "tú no hagas, pues puede
afectarte".

En las sociedades posmodernas hay un desplazamiento de
las problemáticas: deslegitimados los grandes relatos,
pasamos desde las antiguas preguntas en torno al bien y
el mal, a las preocupaciones del lucro, la eficiencia y el
poder. 13 Se produce una escisión entre las
prácticas económicas y políticas y la
normatividad. El viejo espejo iluminista de los ideales de
igualdad,
fraternidad y libertad, se opaca ante el destello deslumbrante
del supuesto éxito del mercado. "La conciencia burguesa
dominante, tal y como puede mostrarse en el ejemplo de las
teorías democráticas de este siglo, se ha tornado
más bien cínica: ya no apela, como en los tiempos
de la revolución burguesa, a los valores
universalistas del derecho
natural racionalista o de la ética
Formalista."14

14 Para Milton Friedman, uno de los gestores del
neoliberalismo, "la economía positiva debe
ser independiente de cualquier juicio normativo y en particular
de cualquier postura ética". 15

El socialismo real
tampoco escapó a una racionalidad instrumental actuada
desde el Estado y el partido. Después de la caída
del Muro, la corrupción ligada al poder pasa a ser uno de
los cauces del reordenamiento de la economía liberalizada.
16 Vivimos el tiempo de la constitución de una
ética posmoralista, una ética indolente (llena de
apatía, apática) y light, basada en "la
cultura individualista" y el "crepúsculo del deber" 17 y
en un consenso tácito: "todos están de acuerdo en
el nombre del mal y lo denuncian en los otros.

La corrupción de los otros, el fundamentalismo y
el autoritarismo de los otros, la impunidad de
los otros" 18. Facilita un consenso sin compromiso ni riesgo.
"Trasladar el mal al otro: la colombianización del
narcotráfico, para no ver que la base
está en la demanda de la
población norteamericana y europea; para silenciar que los
principales manejos y transacciones económicas del
narcotráfico se hacen en los países del Norte. La
tercer mundialización de la corrupción, para no ver
que ésta se encuentra en las bases de Occidente.
Estatalización de la corrupción, para ocultar que
la base está en el provecho y la apropiación
individual". 19 El otro desaparece como la contraparte de un
diálogo y
de una práctica comunicativa, para convertirse en el signo
del peligro.

———————————-

11 CELAM-CIEDLA, ¿Probidad o
corrupción? Un desafío público y
privad
o, Conferencia
Episcopal Ecuatoriana, Quito, junio de 1977.

12 Ver LUNA TOBAR L. A. et al., Op. cit.

13 LYOTARD, Jean Francois, La condición
posmoderna. Informe sobre el
saber, Ediciones Cátedra, Madrid,
1989.

14 HABERMAS, Jürgen, La reconstrucción
del materialismo
históric
o, Ediciones TAURUS, Madrid,
Reimpresión, 1992.

15 ACOSTA, Alberto, Ética y
Economí
a: una discusión de permanente
actualidad, Revista
Ecuador
Debate
46, CAAP, Quito, 1999

16 Este tema requiere un análisis
específico, que rebasa los objetivos del actual trabajo.

17 LIPOVETSKY, G., Op. cit.

18 ABRAHAM, Tomas, Alain Badiou y Richard Rorty,
Batallas éticas, Ediciones Nueva Visión,
Buenos Aires,
1995.

19 LUNA TOBAR, Luis. et al., Op. cit.

 

La globalización actual se combina con la
formación de bloques
económicos y una agudización de la competencia por
los mercados con una
inevitable consecuencia en el campo de las normas:

25 No solamente hay
que pensar que todo vale con tal de seguir ganando, sino que
también es una buena idea airear en una aparente guerra sin
cuartel la "corrupción", siempre y cuando sea la del
competidor o solamente sea aquella que resulta no funcional para
el desarrollo de los negocios, aun cuando a esto se le llame
obstáculo para superar la pobreza, desarrollo igual a
inversión, o cualquier otro
eufemismo.

Con ello se opera un cambio fundamental respecto a la
filosofía moral de la postmodernidad: "de fin ideal e incondicional, la
ética se ha transformado en medio económico, en
instrumento inédito de gestión,… la ética se
convierte en un auxiliar eficaz de lo
económico"

20

 

1.8.3 ¿LA ÉTICA SE MIDE EN FUNCION DE
INTERESES ECONÓMICOS?

Cuando la economía de mercado, es presentada como
la panacea universal y el consumo es promovido como el
único estilo de vida
posible desde la opinión
pública mas mediática, hay que destacar
como en esa concepción, el elemento clave es la
mercancía y son élites económicas las que
toman las decisiones apropiadas, el momento apropiado, en
función
de sus intereses, generando así una lógica
implacable: todo tiene que convertirse en mercancía, todo
tiene un precio, el
único objetivo es la acumulación incesante de
capital.

Es decir, valorada por sobre cualquier otra
consideración la obtención de beneficios, queda
también formulado el mercado de la corrupción, la
oferta y la
demanda como ley suprema, ponen en la almoneda a todos,
políticos, empresarios, profesionales, deportistas, etc.,
la élite del poder se consolida y multiplica, al paso que
prolifera y aumenta el número de "mercancías"
aprovechadas en su beneficio, generalmente beneficio privado y
"servidores
públicos mercancía", "mundo-mercancía",
"seres-mercancía". "Con la maduración de las ideas
neoclásicas, se intentó la supresión de toda
obligación social o moral en la
economía.

Este intento, más que eso, esta
conceptualización tecnocrática de la
economía se transformó casi en un axioma
indiscutible. Pretensión que constituye, aún cuando
pueda parecer paradójico, la fuerza moral que respalda al
"Consenso de Washington" y por lo mismo a las recomendaciones de
los grandes organismos multilaterales. En la práctica,
esta es una imposición que significa una especie de
cárcel ideológica para los países
subdesarrollados.

La economía, en la medida que es asumida como una
ciencia
exacta, ya no tendría nada que ver con cuestiones
prácticas, ni morales. Con el intento por sustituir las
relaciones sociales de producción por simples relaciones técnicas,
sobre todo expresadas matemáticamente, "el discurso
único" – el neoliberal- asume una ética
instrumental atada a la racionalidad del mercado, llevado
éste casi a la categoría mítica de fin
último. Fe en el mercado que dio lugar, como
constató Karl Polanyi hace más de medio siglo, a
"la más violenta y extendida de las explosiones de fervor
religioso que ha conocido la humanidad". Y que intenta hacer de
la economía un cuerpo teórico apologético
del capitalismo".21

Parecería que en las batallas éticas hay
un triunfo de la legitimación del modelo; mientras los
pueblos se resignan ante su poder. Desde esa perspectiva se ha
generalizado una ética de la resignación: la
corrupción ha existido siempre y hoy se ha extendido a
niveles tales que lo único posible es reducirla,
contenerla, al menos en parte. La lucha contra la
corrupción se vuelve condicionada. "La resignación
actual tiene el tono del realismo, y el
lenguaje de la
necesidad. Hoy la necesidad se llama economía…El mundo
es como es, y hoy depende de su cotización".22

 

1.8.4 DISYUNTIVAS, LAS ALTERNATIVAS EN LA EVOLUCION
IDEOLOGICA

Sin embargo, éste es un tiempo paradójico.
La nueva época se abre a las preguntas fundamentales. Las
ciencias exploran el origen y de la vida.

—————————————–

. 20 LIPOVETSKY, G., Op. cit.

 

27 Ya no hay el
temor para retroceder ante las consecuencias de la modernidad y,
por tanto buscar alternativas. Las actitudes de
Weber y Freud pueden introducirnos en la visión de las
alternativas. Weber ya advirtió "los peligros inherentes a
este lazo (entre la ciencia
como ‘desencantamiento del mundo’ y el capitalismo
como civilización basada en la ‘búsqueda
racional del beneficio reiterado’) en la medida en que el
encendido rubor de la risueña heredera (del ascetismo
religioso), la Ilustración, parece marchitarse de forma
irreparable.

A Weber le preocupaba que pudiera hablarse, en el estado
final de este desarrollo cultural, de especialistas sin
espíritu, sensualistas sin corazón’ y que ‘esta nulidad se
imaginara que había logrado un nivel de
civilización nunca alcanzado con anterioridad’.
Dicho esto, Weber – típico de él – se excusa de no
ir más allá en su argumento ya que, dice, los
había planteado en el ‘mundo de los juicios de valor
y de fe’, es decir, no en el mundo de la ciencia"
23

Las proclamas del "fin de la historia y del
último hombre"
confirman este peligro: "puede que estemos asistiendo –
sostenía Fukuyama – al final de la historia como tal: esto
es, al punto final de la evolución ideológica del
género
humano y a la universalización 24 de la democracia liberal
occidental como forma de gobierno humano
definitiva." 25 Aunque las crisis asiática y rusa, y los
actuales peligros de recesión han obligado a sus
ideólogos a reconocer su error. Freud sigue un camino
similar.

En el Malestar en la cultura, critica la
civilización como "un sacrificio que se construye sobre la
renuncia al instinto o la renuncia a las gratificaciones de los
instintos… Aunque ve esto como algo en general inevitable, sus
manifestaciones particulares en el mundo moderno no las
veía (y no son) inevitables…

Freud concluye: "He hecho todo lo posible por protegerme
contra la parcialidad entusiasta de los que creen que nuestra
civilización es la cosa más preciosa que poseemos o
podemos adquirir y piensan que inevitablemente nos deberá
conducir hasta niveles insospechadamente elevados de
perfección" De todas formas, hacia el final, añade:
"Las fuerzas me fallan… ante la posibilidad de aparecer ante
mis congéneres como un profeta y pido disculpas a los que
con razón me reprochan por no tener ningún consuelo
que ofrecerles". Freud, como Weber, retrocede ante la crítica
civilizatoria. Sin embargo, "dentro del santuario interior de la
física,
esta visión del mundo está siendo puesta en
discusión" 26

Ilya Prigogine cuestiona precisamente la
"divinización" que ha realizado la ciencia del mundo: "Un
mundo ‘divino’ en que el tiempo no tiene
ningún impacto y del que el nacimiento y la muerte de las
cosas están excluidas para siempre" Y plantea el "fin de
las certidumbres", pues "ya no podemos garantizar ni siquiera la
estabilidad del sistema
planetario".

Esta posibilidad de "romper el ídolo en forma que
Weber y Freud nunca hubieran osado hacer" es un signo de los
tiempos, del cambio de época: " lo que Schumpeter
llamó ‘la civilización del
capitalismo’, atraviesa, de hecho, una seria crisis
histórica y, por tanto, los consensos más
básicos están ahora abiertos a revisión por
primera vez desde que se estableciero
n" 27 En el campo de la
ética, debilitados los grandes relatos y la
religión laica del deber por la primacía de la
condición humana, se abre la posibilidad de una
ética de la responsabilidad comunicativa, basada en el
redimensionamiento del desarrollo humano, no sólo a
escala individual
y social, sino también planetaria.

——————————————-

21 ACOSTA, Alberto, Op. cit.

22 ABRAHAM, T. et al, Op. cit.

23 WALLERSTEIN, Immanuel, El futuro de la
civilización capitalist
a, Icaria Editorial, Barcelona,
1977.

24 FUKUYAMA, Francis, The end of history, en The
national interest no 1
6, verano de 1989. Declaraciones de
Francis Fujuyama, Diario Hoy, 10 de septiembre de
1998.

25 WALLERSTEIN I., Op. cit.

26 WALLERSTEIN, I., Op. cit.

27 WALLERSTEIN, I., Op. cit.

29

Al mismo tiempo que crece la corrupción
también se amplían las resistencias y
se empieza a hablar ya no sólo de medidas punitivas, sino
de una política preventiva: la aspiración a una
nueva ética, a un nuevo consenso sobre la
justicia.

 

1.8.5 DIÁLOGO DE SABERES Y CULTURAS (LA ETICA
SUPERIOR UNIVERSALISTA)

La recuperación de las identidades de los sujetos
sociales es la otra cara de la globalización. Surge una
esfera pública mundial.

Este proceso crea condiciones para una ética
universalista. En esta perspectiva el aporte del diálogo
de saberes y civilizaciones abre nuevos caminos y posibilidades
de una racionalidad comunicativa. América
Latina entra en forma privilegiada en esta perspectiva, pues se
caracteriza a la vez como "extremo" Occidente y como originalidad
de sus pueblos.

Los mandatos éticos del buen gobierno, "no robar,
no mentir, no ser ocioso" son un substrato para reconstruir una
nueva ética. Se trata de reconstruir nuestras
raíces para reconocer las tendencias de un proyecto a
futuro. No se trata, como algunos autores occidente centristas
sostienen, de la visión de culturas "inferiores" o
"subdesarrolladas" y, por tanto propensas a la corrupción,
pues ésta no es condición de una cultura, sino de
un sistema.

Si no reconocemos ese proceso propio puede repetirse la
historia del proceso independentista: "las ideas republicanas y
democráticas de los grupos que
dirigieron la lucha por la independencia
no correspondían a la realidad histórica, a la
realidad real de la América española. En nuestras
tierras no existía ni una burguesía ni una clase
intelectual que hubiese hecho la crítica de la monarquía absoluta y la Iglesia…"¿Por qué los
revolucionarios hispanoamericanos hicieron suyas las ideas de la
Ilustración y de la Revolución de Independencia
norteamericana?

Pues porque pensaban que en la tradición
propia no existía un pensamiento político
que
pudiese constituir la justificación intelectual y moral de
su rebelión. En apariencia no les faltaba
razón. Digo "en apariencia", porque la verdad es que
sí existía una tradición hispánica de
luchas por la autonomía y la independencia: los comuneros,
Cataluña, Aragón, los vascos…

Pero era una tradición enterrada y, aunque
todavía viva, mal conocida; una tradición,
además que era el embrión apenas de un verdadero
pensamiento político. Los hispanoamericanos (y
también los liberales españoles), en lugar de
repensar y reelaborar esa tradició
n, en lugar de
actualizarla y aplicarla a las nuevas circunstancias, prefirieron
apropiarse de la filosofía política de los
franceses, de los ingleses, de los norteamericanos. Era natural
que los hispanoamericanos procuraran hacer suyas esas ideas y que
quisiesen implantarla en nuestros países: esas ideas eran
las de la modernidad naciente. Pero no bastaba con adoptarlas
para ser modernos: había que adaptarlas. La
ideología republicana y democrática
liberal fue una superposición histórica. No
cambió a nuestras sociedades pero sí
deformó las conciencias: introdujo la mala fe y la
mentira en la vida polític
a". 28

Hemos realizado una cita extensa de este texto, porque
hoy empieza a repetirse esta tendencia: el tema de la
anticorrupción se ha puesto de moda.

Los dirigentes latinoamericanos lo han asumido
formalmente. Es interesante notar como en período de
campaña electoral uno de los discursos centrales es la
lucha implacable contra la corrupción; pero luego en el
poder, reproducen el sistema de corrupción. Se suceden los
encuentros, las investigaciones;
pero se diluyen las medidas efectivas. Hasta ahora la fuerza para
desatar procesos
significativos de lucha contra la corrupción ha partido de
la sociedad civil y
sólo tardíamente, cuando ha sido inevitable se han
embarcado de políticos a politiqueros. Como veremos
más adelante ese es el camino en el caso de Fujimori y
Montesinos en nuestro País, de Collor de Melo en Brasil, de
Salinas de Gortari en México, de Carlos Andrés
Pérez en Venezuela y de
Abdalá Bucaram en Ecuador.

31 La
cuestión no es adoptar la lucha contra la
corrupción; sino adaptar las experiencias y las
propuestas de otros países y de los organismos
internacionales; pues de otra forma, aunque parezca
paradójico, la lucha contra la corrupción puede
convertirse nuevamente en una "deformación de las
conciencias" y contribuir a ahondar "la mala fe y la mentira en
la vida política". La lucha contra la corrupción
puede convertirse en un arma política para objetivos de
poder. "Desde la independencia de nuestros pueblos en el siglo
pasado, la política ha sido para América Latina, la
expresión más visible de la crisis de identidad que
la afecta.

Este hecho ha sido la consecuencia directa de la
incapacidad de generar un pensamiento político
propio
para integrarnos con él y en él a la
modernidad y al progreso generado en Europa… El
mismo vacío se ha mantenido hasta ahora y América
Latina ha oscilado entre la anarquía y la dictadura y
entre los caudillos militares y los civiles. La democracia ha
sido una pálida y débil expresión del
quehacer político, evidenciada en la incongruencia entre
sus enunciados constitucionales y la realidad política,
económica y social". "Estamos enfrentados a un
desafío que exige de todos, lucidez y decisión,
para evitar que una falsa universalidad confundida con la
globalización disuelva en una estandarización
planetaria los rasgos esenciales de las diferencias culturales,
y, correlativamente, contribuir a la formación de una
verdadera universalidad que se construya sobre la base del
diálogo de las culturas" 29

 

1.9 EL CONCEPTO DE JUSTICIA

EXPRESA UNA RELACIÓN PORQUE IMPLICA LA
EXISTENCIA DE DOS SUJETOS.

No puede pensarse en un acto justo sin tener en
cuenta un sujeto que lo realiza y otro que lo recibe, este
concepto relacionante, exige que cada uno admita la existencia de
los otros (…) existe un dato primarios que es la "alteridad"
por el cual " el sujeto se opone objetivamente a los demás
y se reconoce como perteneciente a un orden de relaciones con los
otros" ALZAMORA VALDÉS *

 

1.9.1 JUSTICIA E INJUSTICIA

Principios éticos que expresan una
diferente valoración moral de los fenómenos
sociales: justificación y aprobación de
algún fenómeno social al que se reconoce justo, o
desaprobación de algún fenómeno social al
que se reconoce justo, o desaprobación y condena del
fenómeno considerado injusto. Los conceptos de justicia e
injusticia suelen expresarse en las teorías
filosóficas, éticas, políticas, etc., con la
particularidad de que la interpretación que en ellas se les da se
considera absoluta y verdadera para todos los periodos
históricos.

La realidad es, sin embargo, que dichos
conceptos cambian de una época a otra en relación
con los cambios sociales, y con sus necesidades acuciantes del
progreso de la sociedad, en la sociedad de clases justicia es
liberar a la sociedad de toda explotación, igualdad de
derechos,
amistad
fraterna y colaboración entre todos los pueblos.
**

 

———————————————————–

* ALZAMORA VALDÉS (Introducción a la Ciencia del Derecho,
1964. 3ra. Edición P. 304.

**DICCIONARIO FILOSOFICO, ROSENTAL – IUDIN
2000 P. 254, 255.

28 PAZ, Octavio, Sor Juana Inés de la Cruz o
las trampas de la f
e. Seix Barral. Biblioteca breve,
Quinta edición, Barcelona, 1995.

 

1.9.2 LA JUSTICIA COMO CATEGORÍA
ÉTICA

"(…) la justicia, en cuanto virtud, se
encuentra por así decirlo en el pleno de
intersección de la vida personal y la vida social. Es una
categoría ética que por naturaleza insta su
institucionalición y socialización (…)".

LEGAZ Y LACAMBRA, FILOSOFÍA DEL DERECHO
1975 PÁG. 345

 

1.9.3 LA JUSTICIA COMO VALOR

"(…) la justicia consiste, pues, en reconocer
a los demás como personas; por tanto, el valor de la
justicia se identifica con el valor de la persona". "De
aquí se desprende que la justicia es un valor social que
tiene su raíz en la persona".
ALZAMORA
VALDEZ

LEGAZ Y LACAMBRA: FILOSOFÍA DEL
DERECHO

"(…) que la justicia es un valor, entiendo por
valor, según la definición de N: HARTMANN, "
esencias por las cuales todo lo que en ellas participa es como
es, a saber, valioso". En este sentido los valores no solo
califican a las cosas referidas a ellos, sino que las constituyen
en su especifica realidad".
EL DEBIDO PROCESO LM
DE B.

 

1.9.4 LA JUSTICIA DE
ARISTÓTELES

EL CARÁCTER SOCIAL DE LA
JUSTICIA
CONCEPCIÓN CLÁSICA DE
ARISTÓTELES

JUSTICIA DISTRIBUTIVA, que implica el que cada uno
reciba los honores y bienes que le corresponden;

JUSTICIA EMPAREJADORA: correctiva o
sinalagmática, que se basa en la igualdad y se subdivide
en:

1) JUSTICIA CONMUTATIVA, que requiere igualdad entre lo
que se da y se recibe y que se aplica a los contratos;

2) JUSTICIA JUDICIAL, que se exige paridad entre el
daño y
la reparación de la pena"**

 

1.9.5 LA JUSTICIA ES UN VALOR DE
TOTALIDAD

Y como tal acompaña a todos los valores
parcelarios

(Orden, Seguridad,
Paz, Cooperación
y solidaridad) ***

 

1.10 HACIA UNA ÉTICA ALTERNATIVA
(VENCERISTA)

Diversas búsquedas para una ética
alternativa empiezan a desarrollarse. La "Teoría de la
justici
a" de John Rawls, busca superar, desde una
reposición del liberalismo político, el predominio
del utilitarismo por el lado de la primacía de la justicia
como imparcialidad y el establecimiento y ampliación de un
nuevo contrato social en un consenso trasladado a la
política sobre la justicia y los bienes primarios que
aceptarían las diversas visiones éticas y
religiosas en un contexto democrático (29)

——————————————————

SERRANO, Alejandro, Ética y
mundializació
n, Ponencia presentada al II Encuentro
mesoamericano de filosofía, Universidad
Centroamericana, Managua, 4-7 diciembre 1998. (30)

*** LINARES, LA RAZONABILIDAD DE LAS LEYES 1970
ARGENTINA P. 110.

LA GARANTÍA PROCESAL DEL DEBIDO PROCESO,
LUIS MARCELO DE BERNARDIS, EDITORIAL CULTURAL CUZCO SA Editores
Lima Perú. Pág. 11

** EL DEBIDO PROCESO LM DE
B.

 

Coloca el peso de la moral en el cumplimiento del
principio de justicia retributiva o distributiva. Sobre esta base
diversos autores han desarrollado nuevas propuestas
éticas. Amartya Sen, premio Nóbel de
Economía, restablece una relación entre valor
ético y razonamiento económico, pasa de la
economía del bienestar a la filosofía
moral.

El tema del régimen justo ya no solo implica un
problema de "bienes primarios" y de "oportunidades iguales para
todos", como plantea Rawls, sino un problema de "capacidades",
pues la diversidad social y humana (por razones de clase, de
género, de etnia, de
educación, de condiciones ecológicas o deficiencia
física) provoca problemas de desventaja en lo que la gente
es capaz de hacer con los "bienes primarios" y las
"oportunidades".

Lo importante es "que la gente disfrute realmente de las
libertades de escoger las vidas que ellos tienen una buena
razón para valorar". Lo que se trata de distribuir en modo
equitativo no sólo son ingresos y
recursos, sino
capacidades para desarrollar funciones humanas
fundamentales,
o sea capacidades de vivir una vida digna y
sensata, más que oportunidad de acumular bienes. (31)
Detrás de la teoría de las capacidades y de las
funciones
humanas hay una visión del desarrollo de la plenitud de
las oportunidades humanas.

La pobreza no es sólo un problema de falta de
oportunidades, sino de diferencia de capacidades para realizar
las oportunidades: "una privación relativa en el espacio
de los ingresos puede traducirse en una privación absoluta
en el espacio de las capacidades". El objetivo es devolver el
sentido de las oportunidades. La propia entrega del Nóbel
a Amartya Sen en 1998, es un signo de las nuevas búsquedas
de la ciencia económica. 33

Adela Cortina, (32) por su lado, combina "las
tradiciones de Zubini y Aranguren con las de la Escuela de
Frankfurt," (33) y desarrolla una propuesta de pluralismo moral
de "mínimos" y "máximos". Parte del reconocimiento
que en una sociedad pluralista conviven diversas concepciones de
una vida buena: estas propuestas que intentan responder a la
cuestión de cómo ser feliz
las denomina
"ética de máximos".

Retoma la pregunta de Rawls sobre el sistema
político justo en medio de diversas visiones:
¿Cómo es posible conciliar las posiciones
discrepantes, de modo que puedan convivir, e incluso cooperar?
Señala que en la convivencia de esta diversidad se
producen "intersecciones" que componen los mínimos
éticos y se refieren a cuestiones de justicia,
exigibles moralmente a todos. En una sociedad pluralista "aunque
nos propongamos proyectos
diversos de felicidad, compartimos sin embargo unos
mínimos éticos que configuren el trasfondo de
nuestra cultura cívica". Hay valores básicos
(libertad; igualdad, solidaridad y tolerancia) que
"van conformando un humus desde el que estamos dispuestos a
tolerar nuestras discrepancias. Pero no se trata solo de tolerar
y aceptar este consenso tácito sobre los valores
mínimos (ética cívica), sino convertir a
este consenso en explícito y en un proyecto a
consolidar.

En una perspectiva diferente, Jürgen Habermas busca
una ética basada en la racionalidad y acción
comunicativas, en donde "fuerza legitimante hoy sólo la
poseen reglas y premisas comunicativas que permiten distinguir un
acuerdo o pacto obtenido entre personas libres e iguales frente a
un consenso contingente o forzado" (34) Plantea un diálogo
comunicativo orientado a la aceptación de un consenso
entre iguales sobre cuestiones de vital importancia para la
sociedad y la humanidad. La condición es la igualdad de
los participantes, sinceridad, compromiso de los dialogantes y la
disposición a escuchar para llevar a la acción
sólo aquello que después del diálogo se
considera "justo".

————————————————

(30) RAWLS, John, Teoría de la justicia,
Fondo de Cultura Económica, Segunda Edición,
México, 1995 y también Liberalismo
polític
o,

(31) SAINT-UPERY, Mark, Los contrastes de Amartya
Se
n, Revista ICONOS Nº 6, FLACSO, Quito, Enero 1999,
pp.79-91

(32) CORTINA, Adela, Ética de la sociedad
civi
l, Amaya/Alaude, Madrid 1994, Ética civil y
religión, PPC, Madrid, 1995.

(33) SANFELUI, Federico, Ética civil para un
mundo plura
l, en Revista Economía y Humanismo,
Año II, Nº 6, PUCE, Quito, 1998, p. 76. Destacamos
esta combinación de las corrientes filosóficas
españolas con la escuela filosófica alemana de
Frankfurt, porque nos permite ver un camino de producción
teórica de acuerdo a las condiciones propias y no
sólo de adopción
de tesis. (34) HABERMAS, J., Conciencia moral y acción
comunicativ
a, Península, Barcelona 1985.
Teoría de la acción comunicativa,
volúmenes 1 y 2, Taurus, Madrid, 1987. BOLANDERAS,
Margarita, Comunicación ética y política,
Haber mas y sus críticos, Tecnos, Madrid,
1996.

 

La racionalidad comunicativa trasciende lo cognitivo
instrumental y abre las posibilidades de una sociedad emancipada:
una comunicación que cuenta con el otro, para una
acción "justa". "Válidas son en rigor aquellas
normas de acción que podrían aceptar todos los
posibles afectados como participantes en discursos racionales".
"Toda norma válida ha de satisfacer la condición de
que las consecuencias y efectos secundarios que se derivan,
posiblemente de su aceptación general para la
satisfacción de los intereses de cada individuo,
puedan ser aceptados sin coacción por todos los
afectados". Es decir, "que solo puedan ser justificados
bajo el punto de vista de la consideración igualitaria de
intereses".

1.10.1 MORAL SIN DOGMAS

El profundo análisis del componente
dogmático de nuestra sociedad, y la búsqueda de
romper con esta traba filosófica que, por su carácter impuesto e
incuestionable, obstaculiza el desarrollo del ser
humano.

Tenemos el reto de romper con nuestros dogmas y abrirnos
a transitar por el mundo abiertos a nuevas experiencias y ala
búsqueda de la armonía con el mundo interno y
externo.

¿La humanidad podrá renovar
indefinidamente sus aspiraciones éticas con independencia
de todo imperativo dogmático?

La vida en sociedad exige la aceptación
individual del deber, como obligación social, el
cumplimiento colectivo de la justicia, como sanción
social.

Todo lo que sabemos, todo lo que anhelamos, puede ser
superado por hombres que estudien más y que sientan mejor.
Adherir a un dogma, como acostumbran los ignorantes y los
holgazanes, implica negar la posibilidad de perfeccionamientos
infinitos.

Un dogma es una opinión impuesta por una autoridad, una
opinión inmutable e imperfectible impuesta a los
hombres.

La historia de la ética, desde sus primeras
concreciones hasta nuestros días, nos muestra una lucha
constante entre dos géneros de sistemas
dogmáticos con su difusión necesaria para influir
sobre las creencias colectivas.

La experiencia moral nos lleva a negar la legitimidad de
esas formas-limites de la moralidad humana. Ningún dogma
podría decir ¡basta! Al eterno deseo de
perfectibilidad que mueve a los hombres y a las razas; ninguno
puede oponerse al deseo de ser incesantemente mejores, de
aumentar la dignidad de
cada uno y la solidaridad entre todos. Una moralidad esta
implícita en toda vida social, independiente de las
doctrinas que pretendan explicarla. La insuficiencia de las
hipótesis no importa la inexistencia de los hechos; los
hombres necesitan ser morales para vivir asociados, aunque
resulten falsas las hipótesis dogmáticas con que se
ha explicado esa necesidad.

El negar todos los prejuicios que traban el devenir
incesante de mas solidaridad y mas justicia entre los hombres.
Pero al compartir esas negaciones legitimas y que la vida social
impone el deber de vivir moralmente, ajustando la conducta a
cánones severos, porque la única garantía de
los derechos de cada uno esta en su respeto firme por
parte de los demás…

Una etapa nueva se ha iniciado ya en la evolución
de la ética. Los dogmas revelados de los teólogos y
los dogmas racionales de los filósofos comienzan a ser
sustituidos por los resultados perfectibles de la experiencia
social. Los nuevos deberes son sociales; y ellos expresan toda la
obligación. La nueva justicia es social; y ella expresa
toda la obligación. La nueva es social; y ella expresa
toda la sanción. Nos acercamos al advenimiento de un nuevo
mundo moral, cuyos valores van siendo radicalmente transmutados
por la experiencia.

"Un Dogma es una verdad infalible y un precepto
inviolable, revelado directamente por la divinidad o por sus
elegidos, o indirectamente inspirada a hombres que tenían
calidad
particular para recibirla. El dogma debe ser acatado tal como lo
ha definido, de conformidad con la inspiración divina, una
autoridad cuya competencia es indiscutida; su palabra expresa la
verdad absoluta y debe ser objeto de fe inmutable, puesto que la
divinidad no se engaña nunca ni puede engañar."Esta
es la noción de dogma.

Toda ética fundada en una teología es, por
definición, dogmática. Quien dice dogma, pretende
invariabilidad, imperfectibilidad, imposibilidad de
crítica y de reflexión. Quien acepta que los
principios básicos de su moral están formulados en
una revelación, en la de su Iglesia, y no en la de las
otras, reconoce que sus preceptos son mandamientos sobrenaturales
o divinos, ajenos a la posibilidad de perfeccionarlos, desde que
los acata como la perfección misma. El dogma no deja al
creyente la menor libertad, ninguna iniciativa; un verdadero
creyente, por el simple hecho de serlo, reconoce que, fuera de
los preceptos dogmáticos, es inútil cualquier
esfuerzo para el perfeccionamiento moral del individuo o de la
sociedad.

No podemos concebir una religión que no haya sido
al mismo tiempo un sistema de moral. Toda creencia colectiva en
lo sobrenatural ha implicado la noción de obligaciones,
cada teología ha prescrito reglas a la vida humana en
nombre de esos modelos o amos sobrenaturales, imponiendo su
cumplimiento estricto. Para los dogmas teológicos el deber
es una condición impuesta a los hombres por la divinidad
misma; la obligación es de origen sobrenatural.

El carácter sobrenatural de la obligación
y de la sanción, de los deberes y de la justicia, excluye
de las éticas religiosas la posibilidad de su propio
perfeccionamiento. Si son reveladas deben aceptarse como
perfectas, dada la perfección que se atribuye al ser que
las revela; no podríamos nombrar ninguna religión
que admita la imperfección y reconozca la perfectibilidad
de sus propios dogmas morales.

 

1.10.2 LA MORAL VENCERISTA DE LUCHA Y
COMBATE

La moral en un sentido heroico es una fuerza comitiva,
esa fe en el triunfo final (en la victoria final) y en la
justicia de la causa que lleva a los soldados a efectuar los mas
extraordinarios hechos de valor.

"Moral de lucha tenían los "maquis" franceses que
emprendieron la lucha en condiciones difíciles,
aparentemente sin esperanzas, abrumadoramente adversas y, sin
embargo, por la convicción de que peleaban por una causa
justa, por la indignación que provocaban en ellos los
crímenes y las bestialidades de los nazis, supieron
mantener la acción hasta vencer."

"Moral de lucha tenían los guerrilleros
yugoslavos que con el país ocupado por una potencia
cincuenta veces superior se lanzan a la lucha y la mantienen, sin
desmayo, hasta vencer".

Moral de lucha tienen los defensores de Stanlingrado que
con fuerzas varias veces inferiores, son el río a la
espalda, resisten la abrumadora y larga ofensiva, defienden cada
colina y cada zanja, cada casa cuarto de las casas, cada calle y
cada acera de su ciudad hasta que el ejercito soviético
puede montar la contraofensiva, tender el gigantesco cerco y
destruir, rendir y tomar prisioneros a los atacantes.

Moral de combate la que tuvo el ejército Rebelde
en las sierras y llanos de nuestros campos de batalla. Y eso
mismo es lo que le falto el ejército mercenario para poder
hacer frente al aluvión guerrillero. Nosotros
sentíamos el verso vigoroso de nuestro himno nacional:
Morir por la patria es vivir; ellos lo conocían por
cantarlo, pero no lo sentían en su interior. El
sentimiento de justicia en una causa y el sentimiento de no saber
por que se pelea en la otra, establecían las grandes
diferencias entre ambos soldados…"

———————————————-

ERNESTO CHE GUEVARA, PENSAMIENTO VIVO, EDITORES
BRICEÑO, TALLERES GRÁFICOS ARTEAGA SA 2003
PÁG.66-69.

 

1.10.3 LA ÉTICA EN LA MORAL

La ética es una ciencia social, accesible a la
investigación histórica y a los
métodos
científicos. Cada sociedad, y en cada momento de su
evolución, ha tenido valores
morales diversos que han variado conjuntamente con la
experiencia social, partiendo, que han variado conjuntamente con
la experiencia social, partiendo de ello se trata de plantear el
estudio de la experiencia social; partiendo de ello se trata de
plantear el estudio de la experiencia moral como una pura y
simple historia de las costumbres.

De esa experiencia, sin cesar renovada e infinitamente
perfectible han surgido, y seguirán surgiendo, los juicios
de valor que califican la conducta, las normas del deber y los
conceptos de justicia, es decir, todo lo que es obligación
y sanción, relativo siempre a cada sociedad.

La ética va adquiriendo autonomía propia,
fuera de los dominios de lo sobrenatural y de lo abstractamente
racional. Existen ya, con dominios bien deslindados, una ciencia
de las costumbres y una ciencia de las religiones,
dedicadas al estudio de dos experiencias particulares que se
desarrollan paralelamente dentro de la experiencia
social.

La ética contemporánea puede
inferirse cuatro conclusiones generales, independientes de todo
dogmatismo. No son antecedentes, sino resultados de la
experiencia.

La naturalidad de la moral.- La
experiencia moral se desarrolla naturalmente en las sociedades
humanas, como condicionamiento necesario de las relaciones entre
el individuo y la sociedad.

La autonomía de la moral.- La
experiencia moral no esta condicionada por dogmas revelados ni
por dogmas racionales, tendiendo a emanciparse de ellos en el
porvenir.

La perfectibilidad de la moral.- La
experiencia moral no esta limitada por la revelación ni
por la razón, se perfecciona en función de la
experiencia social, tendiendo a adaptarse a sus condiciones
incesantemente variable y renovando sin cesar los juicios de
valor en que se fundan la obligación y la
sanción.

La soberanía de la moral.- La vida en
sociedad exige la obligación social, y el cumplimiento
colectivo de la justicia, como sanción social.

El anhelo de emancipar la ética de la
religión conduce a concebir una verdadera religión
natural de la moralidad, acentuadamente mística,
profundamente panteísta, fervorosa por acrecentar la
bondad y la dicha en el individuo y en la sociedad: concebidos el
uno y la otra, como instrumentos y fines, a la vez, de toda vida
intensa y ascendente.

 

1.10.3 LA MORAL, SU ESENCIA Y LUGAR EN LA VIDA
SOCIAL

La moral es un conjunto de normas y reglas de conducta
de los hombres en la sociedad, que caracteriza sus opiniones de
la justicia y la injusticia, del bien y el mal, del honor y el
deshonor. A diferencia de las jurídicas, las normas y
reglas de la moral no están prescritas en leyes, sino que
se mantienen por la fuerza de la opinión pública,
de las costumbres, usos y educación, por la fuerza de los
estímulos internos del hombre. Determinan la actitud del
individuo para con la sociedad, lo s pueblos de otros
países, la familia y otras
personas.

La moral se formó juntamente con la sociedad
humana. La sociedad impone a sus miembros determinados mandatos
que se expresan en normas de moral. Estas normas no son eternas
cambian con el desarrollo de la sociedad bajo la influencia de
los cambios operados en la producción y, ante todo, en las
relaciones de producción.

La moral es uno de los elementos de la superestructura,
influye en todos los aspectos de la vida de la sociedad. En la
economía lo hace por medio de la actitud del hombre ante
el trabajo y la propiedad.

La moral esta relacionada con la política;
cualquier acto político del Estado tiene
calificación moral: recibe el beneplácito moral
dado a tal o cual acto político por las masas populares
supone un importante factor de su éxito.

La sociedad enfrenta dos morales ideológicas y
políticas la comunista y la burguesa, una para conservar
la base de las bases del capitalismo: la propiedad privada y la
explotación, calificado como un papel reaccionario en la
sociedad y en donde el Opus Dei y otras sectas de la moral
religiosa al predicar el amor a los
semejantes y la no resistencia al
mal y la violencia en el capitalismo, aparta a los trabajadores
de la lucha contra los explotadores y los consuela con promesas
irrealizables de una vida paradisíaca, que dicen espera al
hombre después de la muerte como recompensa por su
docilidad y paciencia.

La moral burguesa se distingue por el dominio de la
propiedad privada capitalista, que divide a los hombres, los hace
enemigos y competidores en la lucha por lo más sagrado del
capital: la ganancia. En su ansia de obtener beneficios, el
capitalista infringe todas las normas de moral humana, le es
completamente indiferente el destino de las personas que lo
rodean (despidos masivos), el de su país y el de toda la
sociedad. Pone sus intereses egoístas por encima de todo,
es el individualismo extremo. "El hombre es
un lobo para el hombre", "Cada cual para sí y Dios para
todos", son las reglas éticas que sanciona la moral
burguesa en la que todo se vende y compra (todo se privatiza para
vender): el amor y la
honra, la dignidad y la conciencia del hombre. "La esencia de la
moral de la sociedad burguesa es afán de lucro, hostilidad
y competencia
desleal, la explotación del hombre por el hombre,
negocios ilícitos y corrupción.

La moral comunista expresa los intereses e ideales de
los trabajadores organizados y de la sociedad, el amor a la
patria socialista, el amor a todos los países libres de la
explotación capitalista, incluye preceptos morales,
propios de toda la humanidad y elaborados por las masas populares
en su lucha contra los explotadores y las faltas a la
moral, exigencias elementales de la conducta humana:
audacia y honradez, respeto (mutuo) a los mayores,
aversión al afán de lucro, a la calumnia, a la
envidia. Quien no trabaja, no come, Uno para todos y todos para
uno.

Es la expresión contra la explotación y la
desigualdad, su aspiración a afianzar las reglas de
convivencia humana basadas en relaciones de amistad,
camaradería, colaboración y ayuda mutua de los
hombres libres de la esclavitud
capitalista. La propiedad social de los medios de
producción. La aspiración a ser útil a la
sociedad, a todo el pueblo, el colectivismo, alta conciencia del
deber social, del patriotismo y del humanismo socialista, el amor
a la persona, la solicitud por su bienestar y cultura. La causa
de la paz y la libertad de los pueblos.*

 

1.10.4 LA ÉTICA SOCIAL

Los grandes renovadores nunca han visto realzarse
íntegramente sus ensueños; es destino común
de todos los futuristas ver que la realidad reduce a
términos exiguos sus ideales (…) El nacimiento
espontáneo de una nueva ética social, en
función del medio, cuya expresión doctrinaria hemos
conocido 50 años después: el
pragmatismo.

——————————————-

  1. MANUAL DE FILOSOFIA,
    VICTOR AFANASIEV, EDITORIAL LATINOAMERICANA, LIMA –
    PERU 1984,
    PAG. 348, 349

 

La evolución mental de un pensador –muy
distinta de la variación ajustada a la moda, que solo
demuestra ausencia de ideas propias- sigue siempre un curso
lógico, es una integración permanente, enriquecida sin
cesar por una experiencia que crece y por un sentido critico que
se perfecciona. Cambiar de ideas en esa forma es un proceso
normal y una prueba de juventud;
revela posibilidad de educarse más y más, de crecer
mentalmente, de expandir la
personalidad propia. Y es, precisamente, la incapacidad de
perfeccionar las propias ideas, lo que permite diagnosticar el
envejecimiento de un pensador: la declinación de esas
aptitudes asimiladoras e imaginativas que enriquecen la cultura
personal o ensanchan el horizonte de las síntesis,
elevando los puntos de vista.

Los principios renovados y perfeccionados sin cesar,
abarcan: la independencia de la moralidad, su supremacía,
los móviles de la conducta moral, la confianza en si mismo
y la cooperación social, la evolución de las
morales, el método
científico aplicado al estudio de la experiencia
moral, la necesidad de las reformas económicas y sociales,
de la autoridad en moral, de la libertad en la Unión
Eticista y del poder de la comunidad moral.

Sus principios son:

  1. En todas las relaciones de la vida, personales,
    sociales, políticas, el factor moral debería ser
    el objeto de nuestra preocupación suprema.
  2. El amor del bien y el amor de nuestros semejantes son
    los móviles primarios de la conducta moral: las
    verdaderas fuentes de
    ayuda son la confianza en si mismo y la
    cooperación.
  3. El conocimiento del bien ha evolucionado a lo largo
    de las experiencias hechas por la humanidad, y nosotros, que
    abogamos por un ideal progresivo de justicia personal y social,
    debemos tomar como punto de partida las obligaciones morales
    generalmente aceptadas por las comunidades
    civilizadas.
  4. La autoridad suprema, en cuanto a la moralidad de una
    opinión o de una acción, es para cada individuo
    su propio juicio, concienzudo y razonado, después que el
    habrá tomado en consideración las convicciones de
    los demás
  5. En vista del bienestar de la sociedad, es necesario
    establecer las condiciones, económicas y de toda
    índole, que favorecerán mejor el desarrollo
    integral de cada individuo.
  6. Conviene aplicar el método
    de las ciencias positivas al estudio de la experiencia
    moral.
  7. La vida moral no implica la adopción o el
    rechazo de la creencia en ninguna divinidad personal o
    impersonal, ni en una vida después de la
    muerte.
  8. No debe hacerse depender el ingreso a una sociedad
    eticista de la adopción de tal o cual criterio ultimo
    del bien.
  9. Las sociedades de cultura moral son el mas poderoso
    medio de alentar el
    conocimiento y el amor de los principios que rigen la
    conducta moral, y de crear en sus miembros la fuerza de
    carácter necesaria para convertirlos en
    acción

Consecuentes con el principio que pone en la sociedad
humana las fuentes de la moralidad, dedica preferente
atención a las cuestiones sociales, no descuidando
fenómeno alguno que pueda constituir un tema de estudio o
que pueda servir para el desenvolvimiento de una actividad
moralizadora. En 1910 la Unión Eticista publico una
interesante Declaración sobre cuestiones
sociales
, cuyas bases pueden sintetizarse como sigue: El
progreso moral de la raza –dice- esta estrechamente
vinculado a su bienestar material: necesitamos, pues una
legislación eficiente para asegurar a todos un trabajo
dignamente remunerado, asegurando el bienestar de los que se
encuentren invalidados para el mismo, dando a todos un hogar
confortable, proporcionado descanso y recreo a cuantos lo
necesiten. Se reputa indispensable

La reforma completa del régimen escolar
inglés, haciéndolo laico (Que no pertenece a la
Iglesia) y gratuito, educando ante todo el carácter,
organizado sistemáticamente una instrucción
cívica y moral. Auspiciar la igualdad civil y
política de los dos sexos; una moral sexual equivalente
para el hombre y la mujer; medidas
legislativas para impedir los matrimonios eugénicamente
peligrosos; lucha contra el alcoholismo y
el juego de azar; saneamiento de la prensa y de los
partidos
políticos; esfuerzos para ajustar las relaciones
internacionales a una mas alta moralidad .

Principios y fines enunciados en la
Constitución de la ethical Church, en que se ha
transformado la West Ethical Society.

  1. Principios.

1.- La vida moral tiene sobre nosotros derechos
supremos, que no reposan sobre una autoridad exterior, ni sobre
un sistema de recompensas y castigos sobrenaturales, pero que
se originan en la naturaleza del hombre, en cuanto es un ser
inteligente y social.

2.- En la práctica, la vida moral debe ser
realizada por el cumplimiento de los deberes generalmente
reconocidos como moralmente aceptables y, además, por el
cumplimiento de obligaciones que todavía no han
penetrado en la conciencia social.

3.- Considerando la supremacía para el hombre
de esos derechos de la vida moral, el ideal ético debe
ser considerado como el objeto de nuestra devoción
religiosa, consistiendo la religión en la obediencia y
la lealtad a cualquier objeto que se considera digno de la
suprema devoción.

b) Fines.

1.- Concurrir y desarrollar la ciencia de la
ética.

2.- Aun dejando a los miembros absolutamente libres de
creer o no creer en la existencia de una vida ulterior y en una
realidad que excede de nuestra experiencia, enseñarles a
independizar de ellas sus ideas y sus practicas
morales.

3.- Insistir, sobre la importancia del factor moral en
todas las relaciones de la vida, personales, sociales,
políticas, nacionales e internacionales.

4.- Ayudar a los hombres a conocer, amar y practicar
el bien, por medios puramente humanos y naturales.

5.- Infundir a los miembros la fuerza y la
inspiración que emanan de la actividad en común y
de la confraternidad moral.

En síntesis, la Sociedad se propone
intensificar la moralidad sobre una base no dogmática y
naturalista.

Lo característico del eticismo, en suma, no es
la simple afirmación de la soberanía de la moral,
sino su convicción de que la moralidad es natural y
humana, independiente de todo dogma religioso y de toda
especulación metafísica. La moralidad puede
nacer, desarrollarse, prosperar, alcanzar su máxima
plenitud e intensidad, sin tener por fundamento la
noción de realidades sobrenaturales, la idea de una
divinidad trascendente o de una vida después de la
muerte.*

————————————————

* HACIA UNA MORAL SIN DOGMAS, Libérese de los
dogmas y rompa sus cadenas, José
Ingenieros, EDITORA Y DISTRIBUIDORA Santa Bárbara
SA.Lima Perú 2002, Pág. 5, 6, 7, 18, 20, 48, 52,
82, 83, 84, 93, 94.

 

1.10.5 ÉTICA POSITIVA
VENCERISTA

Los esfuerzos en esta dirección buscan restablecer una
ética positiva vencerista, basada en los valores. Desde
una vertiente científica social (cristiana, budista, etc.)
Se propone una ética de la solidaridad y la gratuidad.
(35) La carta de los
Jesuitas
frente al neoliberalismo nos coloca ante las relaciones de la
ética y la economía de nuestros días
(36) y a buscar alternativas ante el neoliberalismo, entendido
como " una concepción radical del capitalismo que tiende a
absolutizar el mercado hasta convertirlo en el medio, el
método y el fin de todo comportamiento
humano inteligente y racional" (37) Desde una vertiente de
pensamiento crítico se habla de la "ética
vencerista prometeica del coraje y la verdad
."
(38)

35

1. 10. 6 UNA ÉTICA EN UNIDAD CON LA DIVERSIDAD
PARA INTEGRARNOS

Las reflexiones filosóficas en América
Latina, apuntan a una "ética que, fundada en la unidad en
la diversidad, nos permita integrarnos, sin degradarnos en las
profundas transformaciones del mundo contemporáneo y
participar con dignidad en los maravillosos avances de las
ciencias y de la técnica. Estos, aunque hagan progresar de
manera extraordinaria al mundo material, no lo hacen más
humano, y pueden deshumanizarlo hasta extremos intolerables, si
no van acompañados de una ética que humanice la
relación entre el ser humano y el desarrollo vertiginoso
de la tecnología" (39) Particularmente en la
relación entre ética y poder empieza a cerrarse la
brecha abierta por la visión maquiavélica entre la
práctica política y las normas.

Ahora la perspectiva es volver a reconocer la
ética como parte constitutiva de la política.
Quizás regresamos a las preguntas iniciales de la
política en la filosofía griega. Por el lado de la
teoría económica se apunta hacia la economía
social (Ignacy Sachs) y hacia la recuperación de la
economía
política. Las búsquedas empiezan a combinar la
lucha contra la corrupción con la promoción de una nueva ética y
nuevos paradigmas de
acción social. Este tema de la nueva ética y los
valores debiera ser objeto de un trabajo específico
posterior.

————————————————-

(35) Equipo Jesuita Latinoamericano de Reflexión
Filosófica. Scannone J.C. y

Remolina G. Compiladores,
Ética y economía. Economía de mercado,
neoliberalismo

y ética de la gratuidad, Editorial Bonum,
Argentina, 1998

(36) CARTA DE LOS
PROVINCIALES LATINOAMERICANOS DE LA COMPAÑÍA DE
JESÚS, y documento de trabajo, "El neoliberalismo en
América Latina", Editado por Miguel Romero SJ.,
México 1997.

(37) CARTA, Op. Cit, p- 16

(38) BADIOU, Alain, en Batallas éticas,
Op. cit.

(39) SERRANO, Alejandro, Op. cit.

 

 

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29
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