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La integración en América Latina




Enviado por augustobatista



    El historiador uruguayo Vivián Trías en su
    libro "Juan
    Manuel de Rosas" del
    año 1969 un ejemplo de revisionismo histórico de
    cuño marxista centrado en el análisis de la figura del caudillo
    porteño.

    En esta obra Trías dice lo siguiente :

    Es hora ya, de que los latinoamericanos nos
    desprendamos de la

    balcanización que el imperialismo
    nos impuso y pensemos a nuestro

    continente como una unidad desde todos los
    ángulos.

    El pensar bien, el pensar correctamente para
    Trías es pensar el continente latinoamericano como una
    unidad desde todos los ángulos. Esta es la única
    forma de desprendernos de la balcanización que el
    imperialismo nos impuso.

    El historiador uruguayo Vivián Trías en su
    libro "Las montoneras y el imperio británico" enmarcado en
    los inicios de la década de los 60 del siglo XX en la cual
    se iniciaba un revisionismo histórico de cuño
    marxista centrado en la lucha librada por las montoneras gauchas
    por la construcción de la patria grande
    latinoamericana contra las oligarquías nativas y los
    imperios de turno particularmente el británico.

    En esta obra Trías se refiere a la
    integración latinoamericana de la siguiente manera
    :

    Hoy es más claro que nunca, que la
    superación del subdesarrollo,la liberación del
    imperialismo, exigen la unidad nacional
    latino
    americana. La integración económica y política del continente y la conquista
    plena de su soberanía, aparecen como caras de un
    mismo prisma. El desarrollo
    industrial y sus trabas, la imperiosa necesidad de un
    mercado
    interno amplio, la no menos urgente de unificar la oferta de
    materias primas, las nefastas consecuencias de la
    balcanización en la lucha anti.- imperialista, las
    posibilidades de una planificación de dimensiones
    continentales para impulsar el desarrollo, etc.,se conjugan
    para demostrarlo terminantemente. Asistimos a la
    culminación de la madurez de los factores
    económico sociales que exigen la
    organización nacional latinoame-ricana, para
    poder
    satisfacer las necesidades primarias de nuestro
    pueblo.

    Para Vivián Trías, la superación
    del subdesarrollo, la liberación del imperialismo, exigen
    la unidad nacional latinoamericana. La integración
    económica y política del continente y la conquista
    plena de su soberanía aparecen como caras de un mismo
    prisma. Para esto, por un lado, la imperiosa necesidad de un
    mercado interno amplio, la unificación de la oferta de
    materias primas y las posibilidades de una planificación
    de dimensiones continentales para impulsar el desarrollo. Por
    otro, las trabas a la hora del desarrollo industrial y las
    nefastas consecuencias de la balcanización en la lucha
    anti-imperialista .

    A su vez, están maduras para, Trías las
    condiciones objetivas (factores económicos y sociales) que
    exigen la organización nacional latinoamericana, para
    poder satisfacer las necesidades primarias de nuestro
    pueblos.

    El historiador uruguayo sigue diciendo:

    Pero ello no significa que la maduración de
    tales factores sea muy reciente, ni mucho menos. Algunas de las
    condiciones objetivas, de los sustentos materiales que
    incuban el programa, el
    proyecto de la
    nación
    existen desde los propios inicios del proceso
    independentista. Bolivar,
    Monteagudo, Artigas, cuando concibieron la unidad nacional
    latinoamericana no padecían de delirios utópicos,
    ni soñaban con mitos
    divorciados de los hechos reales. Sus ideas políticas
    y sobre todo las de José Artigas , eran fruto de un hondo
    enraizamiento en las condiciones materiales en que desenvolvieron
    su acción
    . El nacionalismo,
    concebido como programa para construir la nación,
    nace con ellos y no nace huérfano de apoyos en larealidad
    geográfica, económica y social. Lo que
    frustró la Patria Grande fue, en primer lugar, la
    debilidad e insipiencia de los factores económicos que
    impulsan la organización nacional. Y, además, la
    oposición sistemática y temible del imperialismo,
    empeñado en fragmentarla por su propia
    conveniencia.

    Para Trías, la maduración de tales
    factores (económicos y sociales), de los sustentos
    materiales que incuban el programa el programa, el proyecto de la
    nación, que existen desde los propios inicios del proceso
    independentista.

    Es decir desde los tiempos de Bolívar,
    Monteagudo y Artigas. Dado que cuándo éstos
    personajes concibieron la unidad nacional latinoamericana eran el
    fruto de un hondo enraizamiento en las condiciones materiales en
    que desenvolvían su acción, sobre todo José
    Artigas.

    El nacionalismo, concebido como programa para construir
    la nación (latinoamericana), nace con ellos y tiene
    fuertes apoyos en la realidad geográfica, económica
    y social.

    Lo que frustró la Patria Grande latinoamericana,
    fue para Trías, la debilidad e incipiencia de los factores
    económicos que impulsan la organización nacional y
    la oposición sistemática y terrible del
    imperialismo, empeñado en fragmentarla por su propia
    conveniencia.

    En otros de sus trabajos llamado "El Paraguay de
    Francia, el
    supremo a la guerra de la
    triple alianza" dónde el análisis se centra en el
    Paraguay del siglo XIX siendo uno de sus
    capítulos

    la guerra que se desarrolló en ese país
    sudamericano y su dramático final. En este trabajo
    Trías dice lo siguiente:

    Los López demostraron que era posible y viable
    un modelo de
    desarrollo libertador en nuestras patrias. Probaron el acierto de
    Moreno y Artigas. Para que su experiencia fracasara hubo que
    aniquilarla con una guerra implacable y abrumadora. Pero la
    propia guerra demostró cuán difíciles,
    arduos e inciertos son el desarrollo y la liberación sin
    la unidad continental; en especial para las naciones
    pequeñas.

    La idea vive y es más necesaria que nunca. Hoy
    hay que unir patrias y no provincias. El problema es distinto,
    pero la solución es la misma: unidad y liberación.
    Es un largo y dramático proceso, plagado de esperanzas y
    desengaños,

    de sombras y luces. Entre las últimas, pocas
    tan deslumbrantes y
    alentadoras como el Paraguay de los
    López .

    Para Vivián Trías, la guerra del Paraguay
    y la derrota de los López y de su modelo de desarrollo
    libertador pone de manifiesto cuán difíciles,
    arduos e inciertos son el desarrollo y la liberación sin
    la unidad continental. En especial para las naciones
    pequeñas, como el Paraguay.

    En tiempos en que hay que unir patrias y no provincias,
    Trías entiende, que el problema es distinto, pero la
    solución es la misma. Es decir, unidad y liberación
    este es un largo y dramático proceso plagado de esperanzas
    y desengaños, de sombras y luces.

    El historiador Vivían Trías, en su libro
    llamado "El plan Kennedy y la
    revolución
    latinoamericana" enmarcado en los inicios de la década de
    los 60 del siglo XX en la cuál América
    Latina se debatía entre la llamada Alianza para el
    Progreso propuesta por la
    administración Kennedy y el ejemplo de la
    revolución cubana encabezada por Fidel
    Castro.

    En este libro Trías dice los
    siguiente:

    Para superar el subdesarrollo, para alcanzar la
    justicia
    social,para conquistar la soberanía nacional, existe una
    sola solución :

    la transformación revolucionaria de nuestra
    realidad. Revolución latinoamericana que ha de pasar por
    dos fases: la fase nacional y la fase socialista; que es la
    continuidad histórica de la primera indepen
    cia que
    realizara la unidad federal de nuestras naciones balkanizadas por
    la penetración imperialista. Ese es el sentido de la lucha
    de nuestros pueblos: patria y socialismo como
    medio de convertir a Latinoamérica en una gigantesca empresa
    histórica al servicio de la
    persona
    humana.

    Para Vivián Trías, la
    transformación revolucionaria nuestra realidad es la
    única solución para superar el subdesarrollo, para
    alcanzar la justicia social, para conquistar la soberanía
    nacional . La fase nacional y la fase socialista son las dos
    fases por las que ha de pasar la revolución
    latinoamericana. Que es la continuidad histórica de la
    primera independencia,
    que para Trías, realizará la unidad federal de
    nuestras naciones.

    Es así que, patria y socialismo, como medio de
    convertir a Latinoamérica en una gigantesca empresa al
    servicio de la persona humana.

    En otros de sus libros llamado
    "Imperialismo y geopolítica en América Latina
    "enmarcado en el segundo quinquenio de los años 60 del
    siglo XX en dónde se da una transformación de la
    política norteamericana que repercute en América
    Latina y el Caribe en dónde se pasa de una política
    de "equilibrios de poderes" y la "balkanización "hacia una
    política integracionista

    que se fundan en los cambios estructurales del capitalismo.
    En esta obra Vivian Trías dice lo siguiente:

    La integración del continente austral es, hoy
    por hoy, una necesidad histórica. Como decìa
    Marx, la
    historia no
    se

    plantea problemas que
    no pueda resolver. El tiempo de la
    "balkanización" latinoamericana ha arribado a su ocaso.
    La

    integración se producirá de cualquier
    manera; puede concretarse para afianzar el subdesarrollo y la
    dependencia colonial,
    o puede realizarse para
    superar el atraso y liberarse de la opresión imperialista.
    La integración, en sí misma, no es nada

    más que un instrumento, una herramienta, un
    medio. Así como
    un bisturí
    puede segar la vida de un hombre,
    aquélla puede
    remachar las cadenas de
    los pueblos o romperlas.

    Para Trías, la integración del continente
    austral es en el siglo XX una necesidad histórica. El
    tiempo de la balkanización latinoamericana ha arribado a
    su ocaso. La integración se producirá de cualquier
    manera; puede concretarse para afianzar el subdesarrollo y la
    dependencia colonial, o puede realizarse para superar el atraso y
    liberarse de la opresión imperialista.

    La integración, en si misma, no es nada
    más que un instrumento, una herramienta, un medio. Todo
    dependerá, según Trías, de a que estructuras
    servirá la integración, a que pautas
    favorecerá.

    Trías sigue diciendo :

    Quienes somos partidarios de una integración
    latinoamericana liberadora sabemos que ella no podrá
    operar sino sobre labase de soberanías nacionales
    efectivas e igualitarias. Sin abusos,ni prepotencias, ni satélites
    mayores, ni menores, ni países dominantes y dominados;
    sólo desde ese punto de partida se podrá construir
    la gran nación latinoamericana que el futuro y
    nuestrospueblos reclaman. La enseñanza de José Artigas a este
    respecto es invalorable. Entonces no se trataba de patrias, sino
    de provincias; pero el Protector postuló la igualdad entre
    todas, la exclusión detoda hegemonía de una sobre
    las otras, como base imprescindible para construir la
    Federación. "Condicionar el reconocimiento (de la asamblea
    de 1813) no es negar el reconocimiento", expresó en su
    famoso discurso
    inaugural del Congreso de Abril. Y esas condiciones ineludibles
    significan el respeto mutuo de
    los derechos de cada
    provincia. Es una política que hoy podemos y debemos
    aplicar a las patrias latinoamericanas. Sin patrias soberanas no
    habrá integración válida y
    fecunda.

    Para Trías, la integración latinoamericana
    liberadora tiene que operar sobre la base de soberanías
    nacionales efectivas e igualitarias. Sin abusos, ni prepotencias,
    ni satélites mayores, ni menores, ni países
    dominantes y dominados. Es así que, solo desde ese punto
    de partida se podrá construir la gran nación
    latinoamericana.

    Para sustentar esta postura Trías se remonta a la
    enseñanza de José Artigas, en lo que hace, a la
    construcción de la Federación. En definitiva,
    sólo con patrias soberanas habrá integración
    válidas y fecundas.

    Trías sigue diciendo :

    La crisis
    uruguaya es tán grave y profunda, el desconcierto tan
    agudo y la desesperanza tan anonadante que uno de los temas
    preferidos de la discusión política actual, es la
    propia existenciadel país. ¿Es viable el Uruguay?
    ¿El diseño
    británico de 1828 está llamado a perdurar, o ya
    golpean en la puerta las fuerzas que han de trizarlo? Si el
    Uruguay "Estado
    Tapón" ya no es posible, ¿cuál es su
    destino? ¿Provincia argentina? ¿Estado
    brasileño? ¿Participación equitativa entre
    ambos? ¿Pieza medular de una integración regional
    que tanto puede tener signo colonialistao signo liberador? Lo
    cierto es que el tópico está en el centro de la
    escena y que no ha de dilucidarse en el florilegio sutil de las
    controversias, ni en el campo sensible de los deseos, sino en
    elcrudo y descarnado proceso de la historia viva.

    Trías se interroga acerca de la viabilidad del
    Uruguay y la perdurabilidad del Uruguay inglés.

    A su vez, entiende que el Uruguay Estado Tapón ya
    no es posible y vuelve a interrogarse acerca de su destino y en
    ese sentido baraja una serie de posibilidades o salidas. Que son
    el Uruguay, Provincia argentina, el Uruguay, Estado
    brasileño, participación equitativa entre ambos. El
    Uruguay, pieza medular de una integración regional que
    tanto puede tener signo colonialista o signo liberador. Todas
    estas interrogantes se van a dilucidarse en el crudo y descarnado
    proceso de la historia viva.

    En otros de sus libros llamado "Uruguay y sus claves
    geopolíticas" enmarcado en los inicios de los años
    70 del siglo XX en donde esta planteado el Uruguay como problema
    a la luz de sus
    relaciones con los grandes centros de poder del continente
    latinoamericano.

    En esta obra Vivián Trías dice lo
    siguiente :

    En el último cuarto del siglo XIX se afianza
    el Uruguay como Estado "tapón" y engranaje del equilibrio
    platense. Sobre esta condición se edificará su
    historia del siglo XX hasta la década de los 60. Su
    cancillería se movió siempre dentro de tan
    estrechas coordenadas, procurando balancearse, continuamente, en
    la cuerda floja tendida entre actitudes
    pro-brasileñas o pro-ar-gentinas. Un desliz hacia un lado,
    era compensado por un tirón hacia el otro. Entre tanto el
    imperio de turno-primero Gran Bretaña y luego Estados Unidos
    valoró
    enfáticamente el rol del Uruguay en el rompecabezas del
    equilibrio de poderes trazado en su exclusivo provecho. Cuando el
    integracionismo sustituye a aquel como fundamento de la
    política imperial, el Estado
    "tapón" es descuajado de los rulemanes sobre los cuales se
    movió, exitosamente, por tantos años. La crisis
    estructural, el astillamiento de su sutil régimen
    político y el cuestionamiento de su condición de
    pieza indispensable en el equilibrio de la zona, son las verdades
    esenciales de la encrucijada en que se debate el
    país desde los fines de la década de los 50. Tan
    grave es su situación, tan brutal es el nuevo
    desafío del integracionismo monopolista, tan honda la
    estocada que la nueva estructura
    satelizada ha inferido a las substancias de su historia, que ha
    quedado abierto, nada menos, que el debate sobre su viabilidad
    como nación. El Uruguay vaci- la en una bifurcación
    inexorable: integración monopolista y dependiente o
    integración liberadora, reviviendo las hoy más
    loza- nas que nunca banderas federales del artiguismo. Lo que
    parece irreversiblemente marchito, lo que ya se moribundo, es el
    rol del Estado "tapón" equilibrante, que fuera esencia de
    su vida histórica por un siglo a partir de la "Triple
    Alianza".

    Para Trías, en el último cuarto del siglo
    XIX se afianza el Uruguay como Estado tapón y engranaje
    del equilibrio platense. Sobre esta condición se
    edificará su historia del siglo XX hasta la década
    de los 60.

    Entre tanto el Imperio de turno – primero Gran
    Bretaña y luego Estados Unidos – valoró
    enfáticamente el rol del Uruguay en el rompecabezas del
    equilibrio de poderes trazado en su exclusivo
    provecho.

    Cuando el integracionismo sustituye a aquel como
    fundamento de la política imperial, el Estado tapón
    es descuajado de los rulemanes sobre los cuales se movió,
    exitosamente, por tantos años. La crisis estructural, el
    astillamiento de su sutil régimen político y el
    cuestionamiento de su condición de pieza indispensable en
    el equilibrio de la zona, son las vertientes esenciales de la
    encrucijada en que se debate el país desde fines de la
    década de los 50.

    El Uruguay vacila, según Tías, en una
    bifurcación inexorable que es integración
    monopolista y dependiente o integración liberadora,
    reviviendo las hoy más lozanas que nunca banderas
    federales del artiguismo. Eso si, lo que yace moribundo, es el
    rol de Estado tapón equilibrante.

    En otros de sus trabajos llamado "Brasil-Argentina,
    clave de la integración Iberoamericana:
    ¿dependiente o liberadora?" enmarcado en el año
    1979 en los tiempos de dictaduras cívico militares
    en el cono sur donde la lucha de los pueblos se centraba en
    recuperar el sistema
    democrático de gobierno. Este
    trabajo Trías dice lo siguiente :

    La integración iberoamericana debe ser entre
    iguales, sin tutelas o hegemonías. No se trata de canjear
    una dependencia por otra. Pero los hechos son porfiados. La
    realidad es insobornable. En el continente hay potencias
    (relativas)
    cuyas decisiones son determinantes para
    concretar un proceso integrador y liberador. México es
    una de ellas. Mas, su vecindad directa con la Unión,
    succiona la mayor parte de su dinamismo en política
    exterior. Siempre ha vivido -como lo demuestra su
    dramática historia- atrapado por esa bilateralidad
    desigual impuesta por la geografía. "Demasiado
    cerca de los Estados Unidos y demasiado lejos de Dios",
    decía Porfirio Díaz. Venezuela es
    un poder emergente. Miembro de la OPEP, rica en
    recursos
    naturales y encaminada hacia una promisoria madurez
    política, pero su incidencia en la región es
    aún, más potencial que real. La clave está
    más al sur; la dialéctica relación
    Brasil-Argentina. su enfrentamiento o su acuerdo, han sido
    decisivos en la historia de Suramérica. Hoy, la grave
    crisis argentina que deriva en su "gran ausencia", como dice Aldo
    Ferrer, puede despistar acerca de la vigenciade esa ambigua y
    determinante relación con el Brasil. La historia
    enseña que esos hiatos, esas "soluciones de
    continuidad", ni son novedad, ni son definitivas: solo
    coyunturas. La estéril rivalidad
    argentino-brasileña equivale a la desunión y
    debilidad del continente. Favorece la "integración
    dependiente". Su unidad, su cooperación en un bloque
    activo y aglutinante, sería decisiva para el curso de la
    integración liberadora. ¿Por qué? Sobran los
    argumentos: 1) Brasil y Argentina juntos, significan,
    aproximadamente, el 50% del territorio total de
    Iberoámerica. 2) El 44% de su población. 3) El 43.7% de su Producto Bruto
    Global. 4) En los 80, si se confirman las reservas petroleras del
    Atlántico Sur, serán, unidos, una de las
    principales fuentes de
    energía, hierro,
    manganeso, uranio y proteínas
    del mundo; y la mayor reserva forestal y de agua dulce. 5)
    Poseen, sumadas, el parque industrial mayor y màs
    sofisticado, de lejos, al sur del Río Bravo. 6) Su
    geopolítica les permite una flexibilidad -de que carecen
    México y, aún, Venezuela- por su carácter de poderes atlánticos,
    cercanos a Europa y Africa. 7) Su
    rica experiencia histórica. Brasil es
    prácticamente, independiente desde que la flota inglesa
    trasladó, en 1807, a los Braganza y a su corte a
    Río de Janeiro, dotándolo de una clase
    dominante experta e ilustrada, sin parangón en el resto
    del continente en esa época. Las Provincias Unidas, luego
    Argentina, encabezan la lucha por la independencia del caduco
    Imperio Español y
    cuando la restauración de Fernando VII, en 1814, acarrea
    la derrota y el reflujo de la revolución en la
    mayoría de sus excolonias, permanece como el único
    baluarte de la libertad y
    procla-ma su independencia definitiva en 1816.

    Para Trías, la integración Iberoamericana
    debe ser entre iguales, sin tutelas o hegemonías. No se
    trata de canjear una dependencia por otra.

    Pero en la realidad en el continente hay potencias
    (relativas) cuyas decisiones son determinantes para concretar un
    proceso integrador y liberador. México y Venezuela por
    diferentes razones no lo son. La clave esta más al sur. Es
    decir, en la dialéctica relación Brasil-Argentina.
    Su enfrentamiento o su acuerdo, según Trías, han
    sido decisivos en la historia de Sudamérica.

    La estéril rivalidad argentino-brasileña
    equivale a la desunión y debilidad del continente.
    Favorece la integración dependiente. Su unidad, su
    cooperación en un bloque activo y aglutinante, seria
    decisiva para el curso de la integración liberadora. Esto
    es debido, según Trías, a razones de
    carácter territorial, poblacional, económico, de
    recursos
    naturales, de parque industrial, geopolítico e
    histórico.

    Trías sigue diciendo :

    El bloque argentino-brasileño, regido por
    regímenes populares y liberadores, es una doble
    garantía contra cualquier tentación de predominio.
    Aldo Ferrer dice bien que, para que cuaje la integración
    iberoamericana, es necesario que las necesidades apremien hasta
    constituir una "masa critica". No séa fácil que
    ocurra si se trata de conciliar más de 20 estados,
    grandes, medianos, pequeños y heterogéneos. Es
    mucho más viable y rápido que esa "masa critica" se
    produzca en un bloque brasileño-argentino y que
    éste precipite la integración liberadora de todo el
    continente.

    Para Trías, el bloque argentino-brasileño,
    regido por regímenes populares y liberadores, es una doble
    garantía contra cualquier tentación de predominio.
    Es así que, tomando prestado de Aldo Ferrer el concepto masa
    critica, Trías entiende, que es más viable y
    rápido que esa masa critica se produzca en un bloque
    brasileño-argentino y que esto precipite la
    integración liberadora de todo el continente.

    Trías sigue diciendo :

    La crisis capitalista mundial se agrava. Las
    "cumbres" económicas de Ramboouillet a Tokio, han
    resultado yermas, inútiles. Iberoamèrica, como
    "clase media" tercermundista, ha sufrido en carne propia los
    medios que
    poseen los centros imperiales para descargar sobre la periferia
    lo peor de aquellas y ha aprendido, con amargura, que no vacilan
    en aplicarlos. Los diálogos Norte-Sur se han vuelto
    conversaciones "entre sordos". El "nuevo orden económica
    internacional"-ya un imperativo impostergable- solo podrá
    lograrse aumentando vigorosamente el potencial negociador de la
    periferia. En términos iberoamericanos eso significa
    pactar un nuevo statu quo con los Estados Unidos, desde
    posiciones fuertes y sin desligarse del resto del Tercer Mundo.
    La integración se torna, día tras día,
    cuestión de vida o muerte. Por
    supuesto que no se re-duce a ese único objetivo pero
    los hechos lo han tornado prioritario, condicionante de la
    posibilidad de llevar adelante un esfuer-zo integrador a todos
    los niveles.

    Para Trías los diálogos norte-sur se han
    vuelto conversaciones infecundas. El nuevo orden económico
    internacional solo se podrá conquistar si desde la
    perspectiva iberoamericana se pacta un nuevo statu quo con los
    Estados Unidos. Eso si, con posiciones fuertes y sin desligarse
    del resto del tercer mundo. Es por eso, que la integración
    en iberoamérica se vuelve algo prioritario.

    Finalmente, Trías dice :

    El continente austral está situado en el
    "espacio económico y geopolítico" de la mayor
    potencia imperial
    del orbe. Es undato ineludible. Es la región de la
    periferia más insertada, mejor articulada en la "economía
    internacionalizada", en la"transnacionalidad". Si desea alcanzar
    las metas de su desarrollo autónomo, de una justa distribución del ingreso y de una democracia
    pluralista estable, debe liberarse de su dependencia, intolerable
    en el encuadre de la crisis económica internacional.

    El negociar un nuevo statu quo con los EE.UU. que no trabe
    inexorablemente su desarrollo potencial, se precipita a su
    climax.

    Para Trías, el continente austral está
    situado en el "espacio económico y geopolítico" de
    la mayor potencia imperial del orbe. Es la región de la
    periferia más insertada, mejor articulada en la
    "economía internacionalizada", en la
    "transnacionalidad".

    Si desea alcanzar las metas de su desarrollo
    autónomo, de una justa distribución del ingreso y
    de una democracia pluralista estable, debe liberarse de su
    dependencia, en el encuadre de la crisis económica
    internacional. Para esto, según Trías, el negociar
    un nuevo statu quo con los Estados Unidos que no trabe
    inexorablemente su desarrollo potencial, es algo
    ineludible.

    Conclusiones

    De lo analizado hasta ahora se desprende que para
    Vivián Trías fundamentalmente la supresión
    del subdesarrollo, la liberación del imperialismo, exigen
    la unidad nacional latinoamericana. La integración
    económica y política del continente y la conquista
    plena de su soberanía son caras de un mismo
    prisma.

    Esta integración se vincula históricamente
    con los proyectos
    integracionistas sustentados por Simón Bolívar,
    Monteagudo y José Artigas. Es decir, hay una continuidad
    histórica entre una y otra. Es el marco de la unidad
    continental que las naciones pequeñas (Bolivia,
    Paraguay, Uruguay) pueden llevar adelante el desarrollo y la
    liberación. Es decir, que unidad y liberación van
    juntas.

    En los inicios de los años 60 del siglo XX cuando
    América Latina se debatia entre la llamada Alianza para el
    Progreso propuesta por los Estados Unidos de Norteamérica
    particularmente por la administración Kennedy y el ejemplo de la
    revolución
    cubana encabezada por Fidel Castro. Cuando además la
    cuestión de las vìas ( ¿lucha armada o lucha
    electoral? ) de la revolución y la revolución
    socialista en el continente latinoamericano estaban en el orden
    del dìa de la discusión en la izquierda
    latinoamericana.

    El historiador uruguayo Viviàn Trìas,
    entendia que la transformación revolucionaria de nuestra
    realidad es la unica solución para superar el
    subdesarrollo, alcanzar la justicia social, para conquistar la
    soberanìa nacional. La fase nacional y la fase socialista
    son las dos fases por las que ha de pasar la revolución
    latinoamericana. Que es la continuidad histórica de la
    primera independencia que realizara la unidad federal de nuestro
    continente.

    En la mitad de los años 60 del siglo XX en que se
    produce una transformación de política
    norteamericana que repercute en América Latina y el
    Caribe. En donde se pasa de una política de "equilibrio de
    poderes" y de "balkanización" hacia una política
    integracionista que se funda en los cambios estructurales del
    capitalismo. El historiador uruguayo, manifestaba que la
    integración del continente austral es en el siglo XX una
    necesidad histórica.

    El tiempo de la balkanización latinoamericana ha
    arribado a su ocaso. La integración se producirá de
    cualquier manera. Es decir, puede concretarse para afianzar el
    subdesarrollo y la dependencia colonial, o puede realizarse para
    superar el atraso y liberarse de la opresión imperialista.
    La integración en si misma no es nada mas que un
    instrumento, una herramienta, un medio. Todo dependerá de
    a que estructuras servirá la integración, a que
    pautas favorecerá. En otros términos,
    integración para la servidumbre o integración para
    la liberación. Es claro que la integración
    liberadora en Latinoamérica, para Trìas, tiene que
    operar sobre las bases de soberanías nacionales efectivas
    e igualitarias.

    Es decir, sin abusos, ni prepotencias, ni
    satélites mayores, ni menores, ni países dominantes
    y dominados. Es así que, solo desde ese punto de partida
    se podrá construir la gran nación latinoamericana.
    Sin patrias soberanas no habrá integración valida y
    fecunda.

    La integración latinoamericana, para
    Trías, debe ser entre iguales, sin tutelas o
    hegemonías. No se trata de canjear una dependencia por
    otra. Pero en la realidad en el continente hay potencias
    (relativas) cuyas decisiones son determinantes para concretar un
    proceso integrador y liberador. Esas potencias relativas son
    Argentina y Brasil. Es decir, la dialéctica
    relación argentino-brasileña. Su enfrentamiento o
    acuerdo, han sido decisivos en la historia de Sudamérica.
    La estéril rivalidad argentino-brasileña equivale a
    desunión y debilidad del continente. Favorece la
    integración dependiente.

    Su unidad, su cooperación en un bloque activo y
    aglutinante, será decisiva para el curso de la
    integración liberadora. Esto es debido a razones de
    carácter territorial, poblacional, económico, de
    recursos naturales, de parque industrial, geopolítico e
    histórico. El bloque argentino-brasileño, regido
    por regímenes populares y liberadores, es una doble
    garantía contra cualquier tentación de
    predominio.

    A fines de los años 70 del siglo XX cuando los
    pueblos del tercer mundo particularmente Latinoamérica
    luchaban por un nuevo orden económico internacional,
    Trías entiende, que para lograr ese nuevo orden desde la
    perspectiva latinoamericana es necesario pactar un nuevo statu
    quo con los Estados Unidos, desde posiciones de fuerza y sin
    desligarse del resto del tercer mundo. Es por eso, que la
    integración en Latinoamérica se vuelve algo
    prioritario.

    El continente latinoamericano si desea alcanzar las
    metas de su desarrollo
    económico, de una justa distribución de su
    ingreso, y de una democracia pluralista estable debe liberarse de
    su dependencia. El negociar entonces un nuevo statu quo con los
    Estados Unidos que no trabe inexorablemente su desarrollo es algo
    importantísimo.

    En lo que se refiere concretamente al Uruguay,
    Trías entiende, que en el último cuarto del siglo
    XIX se afianza el Uruguay como estado tapón y engranaje
    del equilibrio platense. Sobre esta condición se
    dedicará su historia del siglo XX hasta la década
    de los 60. Entre tanto el Imperio de turno -primero Gran
    Bretaña y luego Estados Unidos- valoró
    enfáticamente el rol del Uruguay en el rompecabezas del
    equilibrio de poderes trazado en su exclusivo provecho. Cuando el
    integracionismo sustituye a aquel como fundamento de la
    política imperial, Estado tapón es descuajado de
    los rulemanes sobre los cuales se movió, exitosamente, por
    tantos años.

    La crisis estructural, el astillamiento de su sutil
    régimen político y el cuestionamiento de su
    condición de pieza indispensable en el equilibrio de la
    zona, son las vertientes esenciales de la encrucijada en que se
    debate el país desde a fines de la década de los
    50. El Uruguay, según Trías, vacila en una
    bifurcación inexorable: integración monopolista y
    dependiente o integración liberadora, reviviendo las hoy
    más lozanas que nunca banderas federales del artiguismo.
    Eso si lo que parece irreversiblemente marchito, lo que yace
    moribundo, es el rol de Estado tapón equilibrante, que
    fuera esencia de su vida histórica por un siglo a partir
    de la Triple Alianza.

    Bibliografía

    Trías, Vivián, Juan Manuel de Rosas,
    Selección de obras de Vivíán
    Trías, serie ensayos
    históricos tomo 3, Ediciones de la Banda Oriental,
    Montevideo, 1987.

    Trías, Vivián, Las montoneras y el imperio
    británico, Ediciones Uruguay, Montevideo, 1961.

    Trías, Vivián, El plan Kennedy y la
    revolución latinoamericana, Ediciones El Sol,
    Montevideo, 1961.

    Trías, Vivián, Uruguay y sus claves
    geopolíticas, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo,
    1972.

    Trías, Vivián, Imperialismo y
    geopolítica en América Latina, Selección de
    obras de Vivián Trías, serie Patria Grande, tomo
    11, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1989.

    Trías, Vivián, El Paraguay. De Francia, el
    supremo, a la guerra de la Triple Alianza, Selección de
    obras de Vivián Trías serie ensayos
    históricos, tomo 2, Ediciones de la Banda Oriental,
    Montevideo, 1988.

    Trías, Vivián, Brasil-Argentina, clave de
    la integración iberoamericana:¿Dependiente o
    liberadora?, Selección de obras de Vivián
    Trías, serie Patria Grande, tomo 12, Montevideo.
    1989.

     

    Augusto Batista

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