El historiador uruguayo Vivián Trías en su
libro "Juan
Manuel de Rosas" del
año 1969 un ejemplo de revisionismo histórico de
cuño marxista centrado en el análisis de la figura del caudillo
porteño.
En esta obra Trías dice lo siguiente :
Es hora ya, de que los latinoamericanos nos
desprendamos de la
balcanización que el imperialismo
nos impuso y pensemos a nuestro
continente como una unidad desde todos los
ángulos.
El pensar bien, el pensar correctamente para
Trías es pensar el continente latinoamericano como una
unidad desde todos los ángulos. Esta es la única
forma de desprendernos de la balcanización que el
imperialismo nos impuso.
El historiador uruguayo Vivián Trías en su
libro "Las montoneras y el imperio británico" enmarcado en
los inicios de la década de los 60 del siglo XX en la cual
se iniciaba un revisionismo histórico de cuño
marxista centrado en la lucha librada por las montoneras gauchas
por la construcción de la patria grande
latinoamericana contra las oligarquías nativas y los
imperios de turno particularmente el británico.
En esta obra Trías se refiere a la
integración latinoamericana de la siguiente manera
:
Hoy es más claro que nunca, que la
superación del subdesarrollo,la liberación del
imperialismo, exigen la unidad nacional
latinoamericana. La integración económica y política del continente y la conquista
plena de su soberanía, aparecen como caras de un
mismo prisma. El desarrollo
industrial y sus trabas, la imperiosa necesidad de un
mercado
interno amplio, la no menos urgente de unificar la oferta de
materias primas, las nefastas consecuencias de la
balcanización en la lucha anti.- imperialista, las
posibilidades de una planificación de dimensiones
continentales para impulsar el desarrollo, etc.,se conjugan
para demostrarlo terminantemente. Asistimos a la
culminación de la madurez de los factores
económico sociales que exigen la
organización nacional latinoame-ricana, para
poder
satisfacer las necesidades primarias de nuestro
pueblo.
Para Vivián Trías, la superación
del subdesarrollo, la liberación del imperialismo, exigen
la unidad nacional latinoamericana. La integración
económica y política del continente y la conquista
plena de su soberanía aparecen como caras de un mismo
prisma. Para esto, por un lado, la imperiosa necesidad de un
mercado interno amplio, la unificación de la oferta de
materias primas y las posibilidades de una planificación
de dimensiones continentales para impulsar el desarrollo. Por
otro, las trabas a la hora del desarrollo industrial y las
nefastas consecuencias de la balcanización en la lucha
anti-imperialista .
A su vez, están maduras para, Trías las
condiciones objetivas (factores económicos y sociales) que
exigen la organización nacional latinoamericana, para
poder satisfacer las necesidades primarias de nuestro
pueblos.
El historiador uruguayo sigue diciendo:
Pero ello no significa que la maduración de
tales factores sea muy reciente, ni mucho menos. Algunas de las
condiciones objetivas, de los sustentos materiales que
incuban el programa, el
proyecto de la
nación
existen desde los propios inicios del proceso
independentista. Bolivar,
Monteagudo, Artigas, cuando concibieron la unidad nacional
latinoamericana no padecían de delirios utópicos,
ni soñaban con mitos
divorciados de los hechos reales. Sus ideas políticas
y sobre todo las de José Artigas , eran fruto de un hondo
enraizamiento en las condiciones materiales en que desenvolvieron
su acción
. El nacionalismo,
concebido como programa para construir la nación,
nace con ellos y no nace huérfano de apoyos en larealidad
geográfica, económica y social. Lo que
frustró la Patria Grande fue, en primer lugar, la
debilidad e insipiencia de los factores económicos que
impulsan la organización nacional. Y, además, la
oposición sistemática y temible del imperialismo,
empeñado en fragmentarla por su propia
conveniencia.
Para Trías, la maduración de tales
factores (económicos y sociales), de los sustentos
materiales que incuban el programa el programa, el proyecto de la
nación, que existen desde los propios inicios del proceso
independentista.
Es decir desde los tiempos de Bolívar,
Monteagudo y Artigas. Dado que cuándo éstos
personajes concibieron la unidad nacional latinoamericana eran el
fruto de un hondo enraizamiento en las condiciones materiales en
que desenvolvían su acción, sobre todo José
Artigas.
El nacionalismo, concebido como programa para construir
la nación (latinoamericana), nace con ellos y tiene
fuertes apoyos en la realidad geográfica, económica
y social.
Lo que frustró la Patria Grande latinoamericana,
fue para Trías, la debilidad e incipiencia de los factores
económicos que impulsan la organización nacional y
la oposición sistemática y terrible del
imperialismo, empeñado en fragmentarla por su propia
conveniencia.
En otros de sus trabajos llamado "El Paraguay de
Francia, el
supremo a la guerra de la
triple alianza" dónde el análisis se centra en el
Paraguay del siglo XIX siendo uno de sus
capítulos
la guerra que se desarrolló en ese país
sudamericano y su dramático final. En este trabajo
Trías dice lo siguiente:
Los López demostraron que era posible y viable
un modelo de
desarrollo libertador en nuestras patrias. Probaron el acierto de
Moreno y Artigas. Para que su experiencia fracasara hubo que
aniquilarla con una guerra implacable y abrumadora. Pero la
propia guerra demostró cuán difíciles,
arduos e inciertos son el desarrollo y la liberación sin
la unidad continental; en especial para las naciones
pequeñas.
La idea vive y es más necesaria que nunca. Hoy
hay que unir patrias y no provincias. El problema es distinto,
pero la solución es la misma: unidad y liberación.
Es un largo y dramático proceso, plagado de esperanzas y
desengaños,
de sombras y luces. Entre las últimas, pocas
tan deslumbrantes yalentadoras como el Paraguay de los
López .
Para Vivián Trías, la guerra del Paraguay
y la derrota de los López y de su modelo de desarrollo
libertador pone de manifiesto cuán difíciles,
arduos e inciertos son el desarrollo y la liberación sin
la unidad continental. En especial para las naciones
pequeñas, como el Paraguay.
En tiempos en que hay que unir patrias y no provincias,
Trías entiende, que el problema es distinto, pero la
solución es la misma. Es decir, unidad y liberación
este es un largo y dramático proceso plagado de esperanzas
y desengaños, de sombras y luces.
El historiador Vivían Trías, en su libro
llamado "El plan Kennedy y la
revolución
latinoamericana" enmarcado en los inicios de la década de
los 60 del siglo XX en la cuál América
Latina se debatía entre la llamada Alianza para el
Progreso propuesta por la
administración Kennedy y el ejemplo de la
revolución cubana encabezada por Fidel
Castro.
En este libro Trías dice los
siguiente:
Para superar el subdesarrollo, para alcanzar la
justicia
social,para conquistar la soberanía nacional, existe una
sola solución :
la transformación revolucionaria de nuestra
realidad. Revolución latinoamericana que ha de pasar por
dos fases: la fase nacional y la fase socialista; que es la
continuidad histórica de la primera indepencia que
realizara la unidad federal de nuestras naciones balkanizadas por
la penetración imperialista. Ese es el sentido de la lucha
de nuestros pueblos: patria y socialismo como
medio de convertir a Latinoamérica en una gigantesca empresa
histórica al servicio de la
persona
humana.
Para Vivián Trías, la
transformación revolucionaria nuestra realidad es la
única solución para superar el subdesarrollo, para
alcanzar la justicia social, para conquistar la soberanía
nacional . La fase nacional y la fase socialista son las dos
fases por las que ha de pasar la revolución
latinoamericana. Que es la continuidad histórica de la
primera independencia,
que para Trías, realizará la unidad federal de
nuestras naciones.
Es así que, patria y socialismo, como medio de
convertir a Latinoamérica en una gigantesca empresa al
servicio de la persona humana.
En otros de sus libros llamado
"Imperialismo y geopolítica en América Latina
"enmarcado en el segundo quinquenio de los años 60 del
siglo XX en dónde se da una transformación de la
política norteamericana que repercute en América
Latina y el Caribe en dónde se pasa de una política
de "equilibrios de poderes" y la "balkanización "hacia una
política integracionista
que se fundan en los cambios estructurales del capitalismo.
En esta obra Vivian Trías dice lo siguiente:
La integración del continente austral es, hoy
por hoy, una necesidad histórica. Como decìa
Marx, la
historia no
se
plantea problemas que
no pueda resolver. El tiempo de la
"balkanización" latinoamericana ha arribado a su ocaso.
La
integración se producirá de cualquier
manera; puede concretarse para afianzar el subdesarrollo y la
dependencia colonial,o puede realizarse para
superar el atraso y liberarse de la opresión imperialista.
La integración, en sí misma, no es nada
más que un instrumento, una herramienta, un
medio. Así como un bisturí
puede segar la vida de un hombre,
aquélla puede remachar las cadenas de
los pueblos o romperlas.
Para Trías, la integración del continente
austral es en el siglo XX una necesidad histórica. El
tiempo de la balkanización latinoamericana ha arribado a
su ocaso. La integración se producirá de cualquier
manera; puede concretarse para afianzar el subdesarrollo y la
dependencia colonial, o puede realizarse para superar el atraso y
liberarse de la opresión imperialista.
La integración, en si misma, no es nada
más que un instrumento, una herramienta, un medio. Todo
dependerá, según Trías, de a que estructuras
servirá la integración, a que pautas
favorecerá.
Trías sigue diciendo :
Quienes somos partidarios de una integración
latinoamericana liberadora sabemos que ella no podrá
operar sino sobre labase de soberanías nacionales
efectivas e igualitarias. Sin abusos,ni prepotencias, ni satélites
mayores, ni menores, ni países dominantes y dominados;
sólo desde ese punto de partida se podrá construir
la gran nación latinoamericana que el futuro y
nuestrospueblos reclaman. La enseñanza de José Artigas a este
respecto es invalorable. Entonces no se trataba de patrias, sino
de provincias; pero el Protector postuló la igualdad entre
todas, la exclusión detoda hegemonía de una sobre
las otras, como base imprescindible para construir la
Federación. "Condicionar el reconocimiento (de la asamblea
de 1813) no es negar el reconocimiento", expresó en su
famoso discurso
inaugural del Congreso de Abril. Y esas condiciones ineludibles
significan el respeto mutuo de
los derechos de cada
provincia. Es una política que hoy podemos y debemos
aplicar a las patrias latinoamericanas. Sin patrias soberanas no
habrá integración válida y
fecunda.
Para Trías, la integración latinoamericana
liberadora tiene que operar sobre la base de soberanías
nacionales efectivas e igualitarias. Sin abusos, ni prepotencias,
ni satélites mayores, ni menores, ni países
dominantes y dominados. Es así que, solo desde ese punto
de partida se podrá construir la gran nación
latinoamericana.
Para sustentar esta postura Trías se remonta a la
enseñanza de José Artigas, en lo que hace, a la
construcción de la Federación. En definitiva,
sólo con patrias soberanas habrá integración
válidas y fecundas.
Trías sigue diciendo :
La crisis
uruguaya es tán grave y profunda, el desconcierto tan
agudo y la desesperanza tan anonadante que uno de los temas
preferidos de la discusión política actual, es la
propia existenciadel país. ¿Es viable el Uruguay?
¿El diseño
británico de 1828 está llamado a perdurar, o ya
golpean en la puerta las fuerzas que han de trizarlo? Si el
Uruguay "Estado
Tapón" ya no es posible, ¿cuál es su
destino? ¿Provincia argentina? ¿Estado
brasileño? ¿Participación equitativa entre
ambos? ¿Pieza medular de una integración regional
que tanto puede tener signo colonialistao signo liberador? Lo
cierto es que el tópico está en el centro de la
escena y que no ha de dilucidarse en el florilegio sutil de las
controversias, ni en el campo sensible de los deseos, sino en
elcrudo y descarnado proceso de la historia viva.
Trías se interroga acerca de la viabilidad del
Uruguay y la perdurabilidad del Uruguay inglés.
A su vez, entiende que el Uruguay Estado Tapón ya
no es posible y vuelve a interrogarse acerca de su destino y en
ese sentido baraja una serie de posibilidades o salidas. Que son
el Uruguay, Provincia argentina, el Uruguay, Estado
brasileño, participación equitativa entre ambos. El
Uruguay, pieza medular de una integración regional que
tanto puede tener signo colonialista o signo liberador. Todas
estas interrogantes se van a dilucidarse en el crudo y descarnado
proceso de la historia viva.
En otros de sus libros llamado "Uruguay y sus claves
geopolíticas" enmarcado en los inicios de los años
70 del siglo XX en donde esta planteado el Uruguay como problema
a la luz de sus
relaciones con los grandes centros de poder del continente
latinoamericano.
En esta obra Vivián Trías dice lo
siguiente :
En el último cuarto del siglo XIX se afianza
el Uruguay como Estado "tapón" y engranaje del equilibrio
platense. Sobre esta condición se edificará su
historia del siglo XX hasta la década de los 60. Su
cancillería se movió siempre dentro de tan
estrechas coordenadas, procurando balancearse, continuamente, en
la cuerda floja tendida entre actitudes
pro-brasileñas o pro-ar-gentinas. Un desliz hacia un lado,
era compensado por un tirón hacia el otro. Entre tanto el
imperio de turno-primero Gran Bretaña y luego Estados Unidos–
valoró
enfáticamente el rol del Uruguay en el rompecabezas del
equilibrio de poderes trazado en su exclusivo provecho. Cuando el
integracionismo sustituye a aquel como fundamento de la
política imperial, el Estado
"tapón" es descuajado de los rulemanes sobre los cuales se
movió, exitosamente, por tantos años. La crisis
estructural, el astillamiento de su sutil régimen
político y el cuestionamiento de su condición de
pieza indispensable en el equilibrio de la zona, son las verdades
esenciales de la encrucijada en que se debate el
país desde los fines de la década de los 50. Tan
grave es su situación, tan brutal es el nuevo
desafío del integracionismo monopolista, tan honda la
estocada que la nueva estructura
satelizada ha inferido a las substancias de su historia, que ha
quedado abierto, nada menos, que el debate sobre su viabilidad
como nación. El Uruguay vaci- la en una bifurcación
inexorable: integración monopolista y dependiente o
integración liberadora, reviviendo las hoy más
loza- nas que nunca banderas federales del artiguismo. Lo que
parece irreversiblemente marchito, lo que ya se moribundo, es el
rol del Estado "tapón" equilibrante, que fuera esencia de
su vida histórica por un siglo a partir de la "Triple
Alianza".
Para Trías, en el último cuarto del siglo
XIX se afianza el Uruguay como Estado tapón y engranaje
del equilibrio platense. Sobre esta condición se
edificará su historia del siglo XX hasta la década
de los 60.
Entre tanto el Imperio de turno – primero Gran
Bretaña y luego Estados Unidos – valoró
enfáticamente el rol del Uruguay en el rompecabezas del
equilibrio de poderes trazado en su exclusivo
provecho.
Cuando el integracionismo sustituye a aquel como
fundamento de la política imperial, el Estado tapón
es descuajado de los rulemanes sobre los cuales se movió,
exitosamente, por tantos años. La crisis estructural, el
astillamiento de su sutil régimen político y el
cuestionamiento de su condición de pieza indispensable en
el equilibrio de la zona, son las vertientes esenciales de la
encrucijada en que se debate el país desde fines de la
década de los 50.
El Uruguay vacila, según Tías, en una
bifurcación inexorable que es integración
monopolista y dependiente o integración liberadora,
reviviendo las hoy más lozanas que nunca banderas
federales del artiguismo. Eso si, lo que yace moribundo, es el
rol de Estado tapón equilibrante.
En otros de sus trabajos llamado "Brasil-Argentina,
clave de la integración Iberoamericana:
¿dependiente o liberadora?" enmarcado en el año
1979 en los tiempos de dictaduras cívico militares
en el cono sur donde la lucha de los pueblos se centraba en
recuperar el sistema
democrático de gobierno. Este
trabajo Trías dice lo siguiente :
La integración iberoamericana debe ser entre
iguales, sin tutelas o hegemonías. No se trata de canjear
una dependencia por otra. Pero los hechos son porfiados. La
realidad es insobornable. En el continente hay potencias
(relativas) cuyas decisiones son determinantes para
concretar un proceso integrador y liberador. México es
una de ellas. Mas, su vecindad directa con la Unión,
succiona la mayor parte de su dinamismo en política
exterior. Siempre ha vivido -como lo demuestra su
dramática historia- atrapado por esa bilateralidad
desigual impuesta por la geografía. "Demasiado
cerca de los Estados Unidos y demasiado lejos de Dios",
decía Porfirio Díaz. Venezuela es
un poder emergente. Miembro de la OPEP, rica en
recursos
naturales y encaminada hacia una promisoria madurez
política, pero su incidencia en la región es
aún, más potencial que real. La clave está
más al sur; la dialéctica relación
Brasil-Argentina. su enfrentamiento o su acuerdo, han sido
decisivos en la historia de Suramérica. Hoy, la grave
crisis argentina que deriva en su "gran ausencia", como dice Aldo
Ferrer, puede despistar acerca de la vigenciade esa ambigua y
determinante relación con el Brasil. La historia
enseña que esos hiatos, esas "soluciones de
continuidad", ni son novedad, ni son definitivas: solo
coyunturas. La estéril rivalidad
argentino-brasileña equivale a la desunión y
debilidad del continente. Favorece la "integración
dependiente". Su unidad, su cooperación en un bloque
activo y aglutinante, sería decisiva para el curso de la
integración liberadora. ¿Por qué? Sobran los
argumentos: 1) Brasil y Argentina juntos, significan,
aproximadamente, el 50% del territorio total de
Iberoámerica. 2) El 44% de su población. 3) El 43.7% de su Producto Bruto
Global. 4) En los 80, si se confirman las reservas petroleras del
Atlántico Sur, serán, unidos, una de las
principales fuentes de
energía, hierro,
manganeso, uranio y proteínas
del mundo; y la mayor reserva forestal y de agua dulce. 5)
Poseen, sumadas, el parque industrial mayor y màs
sofisticado, de lejos, al sur del Río Bravo. 6) Su
geopolítica les permite una flexibilidad -de que carecen
México y, aún, Venezuela- por su carácter de poderes atlánticos,
cercanos a Europa y Africa. 7) Su
rica experiencia histórica. Brasil es
prácticamente, independiente desde que la flota inglesa
trasladó, en 1807, a los Braganza y a su corte a
Río de Janeiro, dotándolo de una clase
dominante experta e ilustrada, sin parangón en el resto
del continente en esa época. Las Provincias Unidas, luego
Argentina, encabezan la lucha por la independencia del caduco
Imperio Español y
cuando la restauración de Fernando VII, en 1814, acarrea
la derrota y el reflujo de la revolución en la
mayoría de sus excolonias, permanece como el único
baluarte de la libertad y
procla-ma su independencia definitiva en 1816.
Para Trías, la integración Iberoamericana
debe ser entre iguales, sin tutelas o hegemonías. No se
trata de canjear una dependencia por otra.
Pero en la realidad en el continente hay potencias
(relativas) cuyas decisiones son determinantes para concretar un
proceso integrador y liberador. México y Venezuela por
diferentes razones no lo son. La clave esta más al sur. Es
decir, en la dialéctica relación Brasil-Argentina.
Su enfrentamiento o su acuerdo, según Trías, han
sido decisivos en la historia de Sudamérica.
La estéril rivalidad argentino-brasileña
equivale a la desunión y debilidad del continente.
Favorece la integración dependiente. Su unidad, su
cooperación en un bloque activo y aglutinante, seria
decisiva para el curso de la integración liberadora. Esto
es debido, según Trías, a razones de
carácter territorial, poblacional, económico, de
recursos
naturales, de parque industrial, geopolítico e
histórico.
Trías sigue diciendo :
El bloque argentino-brasileño, regido por
regímenes populares y liberadores, es una doble
garantía contra cualquier tentación de predominio.
Aldo Ferrer dice bien que, para que cuaje la integración
iberoamericana, es necesario que las necesidades apremien hasta
constituir una "masa critica". No séa fácil que
ocurra si se trata de conciliar más de 20 estados,
grandes, medianos, pequeños y heterogéneos. Es
mucho más viable y rápido que esa "masa critica" se
produzca en un bloque brasileño-argentino y que
éste precipite la integración liberadora de todo el
continente.
Para Trías, el bloque argentino-brasileño,
regido por regímenes populares y liberadores, es una doble
garantía contra cualquier tentación de predominio.
Es así que, tomando prestado de Aldo Ferrer el concepto masa
critica, Trías entiende, que es más viable y
rápido que esa masa critica se produzca en un bloque
brasileño-argentino y que esto precipite la
integración liberadora de todo el continente.
Trías sigue diciendo :
La crisis capitalista mundial se agrava. Las
"cumbres" económicas de Ramboouillet a Tokio, han
resultado yermas, inútiles. Iberoamèrica, como
"clase media" tercermundista, ha sufrido en carne propia los
medios que
poseen los centros imperiales para descargar sobre la periferia
lo peor de aquellas y ha aprendido, con amargura, que no vacilan
en aplicarlos. Los diálogos Norte-Sur se han vuelto
conversaciones "entre sordos". El "nuevo orden económica
internacional"-ya un imperativo impostergable- solo podrá
lograrse aumentando vigorosamente el potencial negociador de la
periferia. En términos iberoamericanos eso significa
pactar un nuevo statu quo con los Estados Unidos, desde
posiciones fuertes y sin desligarse del resto del Tercer Mundo.
La integración se torna, día tras día,
cuestión de vida o muerte. Por
supuesto que no se re-duce a ese único objetivo pero
los hechos lo han tornado prioritario, condicionante de la
posibilidad de llevar adelante un esfuer-zo integrador a todos
los niveles.
Para Trías los diálogos norte-sur se han
vuelto conversaciones infecundas. El nuevo orden económico
internacional solo se podrá conquistar si desde la
perspectiva iberoamericana se pacta un nuevo statu quo con los
Estados Unidos. Eso si, con posiciones fuertes y sin desligarse
del resto del tercer mundo. Es por eso, que la integración
en iberoamérica se vuelve algo prioritario.
Finalmente, Trías dice :
El continente austral está situado en el
"espacio económico y geopolítico" de la mayor
potencia imperial
del orbe. Es undato ineludible. Es la región de la
periferia más insertada, mejor articulada en la "economía
internacionalizada", en la"transnacionalidad". Si desea alcanzar
las metas de su desarrollo autónomo, de una justa distribución del ingreso y de una democracia
pluralista estable, debe liberarse de su dependencia, intolerable
en el encuadre de la crisis económica internacional.
El negociar un nuevo statu quo con los EE.UU. que no trabe
inexorablemente su desarrollo potencial, se precipita a su
climax.
Para Trías, el continente austral está
situado en el "espacio económico y geopolítico" de
la mayor potencia imperial del orbe. Es la región de la
periferia más insertada, mejor articulada en la
"economía internacionalizada", en la
"transnacionalidad".
Si desea alcanzar las metas de su desarrollo
autónomo, de una justa distribución del ingreso y
de una democracia pluralista estable, debe liberarse de su
dependencia, en el encuadre de la crisis económica
internacional. Para esto, según Trías, el negociar
un nuevo statu quo con los Estados Unidos que no trabe
inexorablemente su desarrollo potencial, es algo
ineludible.
De lo analizado hasta ahora se desprende que para
Vivián Trías fundamentalmente la supresión
del subdesarrollo, la liberación del imperialismo, exigen
la unidad nacional latinoamericana. La integración
económica y política del continente y la conquista
plena de su soberanía son caras de un mismo
prisma.
Esta integración se vincula históricamente
con los proyectos
integracionistas sustentados por Simón Bolívar,
Monteagudo y José Artigas. Es decir, hay una continuidad
histórica entre una y otra. Es el marco de la unidad
continental que las naciones pequeñas (Bolivia,
Paraguay, Uruguay) pueden llevar adelante el desarrollo y la
liberación. Es decir, que unidad y liberación van
juntas.
En los inicios de los años 60 del siglo XX cuando
América Latina se debatia entre la llamada Alianza para el
Progreso propuesta por los Estados Unidos de Norteamérica
particularmente por la administración Kennedy y el ejemplo de la
revolución
cubana encabezada por Fidel Castro. Cuando además la
cuestión de las vìas ( ¿lucha armada o lucha
electoral? ) de la revolución y la revolución
socialista en el continente latinoamericano estaban en el orden
del dìa de la discusión en la izquierda
latinoamericana.
El historiador uruguayo Viviàn Trìas,
entendia que la transformación revolucionaria de nuestra
realidad es la unica solución para superar el
subdesarrollo, alcanzar la justicia social, para conquistar la
soberanìa nacional. La fase nacional y la fase socialista
son las dos fases por las que ha de pasar la revolución
latinoamericana. Que es la continuidad histórica de la
primera independencia que realizara la unidad federal de nuestro
continente.
En la mitad de los años 60 del siglo XX en que se
produce una transformación de política
norteamericana que repercute en América Latina y el
Caribe. En donde se pasa de una política de "equilibrio de
poderes" y de "balkanización" hacia una política
integracionista que se funda en los cambios estructurales del
capitalismo. El historiador uruguayo, manifestaba que la
integración del continente austral es en el siglo XX una
necesidad histórica.
El tiempo de la balkanización latinoamericana ha
arribado a su ocaso. La integración se producirá de
cualquier manera. Es decir, puede concretarse para afianzar el
subdesarrollo y la dependencia colonial, o puede realizarse para
superar el atraso y liberarse de la opresión imperialista.
La integración en si misma no es nada mas que un
instrumento, una herramienta, un medio. Todo dependerá de
a que estructuras servirá la integración, a que
pautas favorecerá. En otros términos,
integración para la servidumbre o integración para
la liberación. Es claro que la integración
liberadora en Latinoamérica, para Trìas, tiene que
operar sobre las bases de soberanías nacionales efectivas
e igualitarias.
Es decir, sin abusos, ni prepotencias, ni
satélites mayores, ni menores, ni países dominantes
y dominados. Es así que, solo desde ese punto de partida
se podrá construir la gran nación latinoamericana.
Sin patrias soberanas no habrá integración valida y
fecunda.
La integración latinoamericana, para
Trías, debe ser entre iguales, sin tutelas o
hegemonías. No se trata de canjear una dependencia por
otra. Pero en la realidad en el continente hay potencias
(relativas) cuyas decisiones son determinantes para concretar un
proceso integrador y liberador. Esas potencias relativas son
Argentina y Brasil. Es decir, la dialéctica
relación argentino-brasileña. Su enfrentamiento o
acuerdo, han sido decisivos en la historia de Sudamérica.
La estéril rivalidad argentino-brasileña equivale a
desunión y debilidad del continente. Favorece la
integración dependiente.
Su unidad, su cooperación en un bloque activo y
aglutinante, será decisiva para el curso de la
integración liberadora. Esto es debido a razones de
carácter territorial, poblacional, económico, de
recursos naturales, de parque industrial, geopolítico e
histórico. El bloque argentino-brasileño, regido
por regímenes populares y liberadores, es una doble
garantía contra cualquier tentación de
predominio.
A fines de los años 70 del siglo XX cuando los
pueblos del tercer mundo particularmente Latinoamérica
luchaban por un nuevo orden económico internacional,
Trías entiende, que para lograr ese nuevo orden desde la
perspectiva latinoamericana es necesario pactar un nuevo statu
quo con los Estados Unidos, desde posiciones de fuerza y sin
desligarse del resto del tercer mundo. Es por eso, que la
integración en Latinoamérica se vuelve algo
prioritario.
El continente latinoamericano si desea alcanzar las
metas de su desarrollo
económico, de una justa distribución de su
ingreso, y de una democracia pluralista estable debe liberarse de
su dependencia. El negociar entonces un nuevo statu quo con los
Estados Unidos que no trabe inexorablemente su desarrollo es algo
importantísimo.
En lo que se refiere concretamente al Uruguay,
Trías entiende, que en el último cuarto del siglo
XIX se afianza el Uruguay como estado tapón y engranaje
del equilibrio platense. Sobre esta condición se
dedicará su historia del siglo XX hasta la década
de los 60. Entre tanto el Imperio de turno -primero Gran
Bretaña y luego Estados Unidos- valoró
enfáticamente el rol del Uruguay en el rompecabezas del
equilibrio de poderes trazado en su exclusivo provecho. Cuando el
integracionismo sustituye a aquel como fundamento de la
política imperial, Estado tapón es descuajado de
los rulemanes sobre los cuales se movió, exitosamente, por
tantos años.
La crisis estructural, el astillamiento de su sutil
régimen político y el cuestionamiento de su
condición de pieza indispensable en el equilibrio de la
zona, son las vertientes esenciales de la encrucijada en que se
debate el país desde a fines de la década de los
50. El Uruguay, según Trías, vacila en una
bifurcación inexorable: integración monopolista y
dependiente o integración liberadora, reviviendo las hoy
más lozanas que nunca banderas federales del artiguismo.
Eso si lo que parece irreversiblemente marchito, lo que yace
moribundo, es el rol de Estado tapón equilibrante, que
fuera esencia de su vida histórica por un siglo a partir
de la Triple Alianza.
Trías, Vivián, Juan Manuel de Rosas,
Selección de obras de Vivíán
Trías, serie ensayos
históricos tomo 3, Ediciones de la Banda Oriental,
Montevideo, 1987.
Trías, Vivián, Las montoneras y el imperio
británico, Ediciones Uruguay, Montevideo, 1961.
Trías, Vivián, El plan Kennedy y la
revolución latinoamericana, Ediciones El Sol,
Montevideo, 1961.
Trías, Vivián, Uruguay y sus claves
geopolíticas, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo,
1972.
Trías, Vivián, Imperialismo y
geopolítica en América Latina, Selección de
obras de Vivián Trías, serie Patria Grande, tomo
11, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1989.
Trías, Vivián, El Paraguay. De Francia, el
supremo, a la guerra de la Triple Alianza, Selección de
obras de Vivián Trías serie ensayos
históricos, tomo 2, Ediciones de la Banda Oriental,
Montevideo, 1988.
Trías, Vivián, Brasil-Argentina, clave de
la integración iberoamericana:¿Dependiente o
liberadora?, Selección de obras de Vivián
Trías, serie Patria Grande, tomo 12, Montevideo.
1989.
Augusto Batista