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El malestar en lo público




Enviado por JAVIER VALENZUELA



    1. Prefacio
    2. Resumen
    3. Arquitectura – ciudad, Un
      mismo escenario
    4. La ciudad
      imaginada
    5. La megaforma. El bunker
      urbano
    6. Todos contra el espacio
      público
    7. Bibliografía

    prefacio

    "no importa quien habla, dijo alguien,
    no importa quien habla."

    Beckett.

    En el desarrollo de
    estas paginas me he dando cuenta lo simple que es escribir cuando
    se cree ciegamente en algo (este dista mucho de ser ese caso y
    las palabras se presentan con angustiosa letanía). La
    retórica del dogmatismo es una continua hilaridad de
    palabras y significados con un solo propósito, la
    sacralidad de su teoría,
    por eso se encuentran tantas páginas con ese objetivo.

    Quien como yo, carece de convencimientos puntuales
    – mejor dicho, mi firme convencimiento es que no debo
    cegarme por una sola luz – se
    expone a no terminar nunca una pagina, ya que cada palabra
    escrita será desmembrada (para no decir "desconstruida")
    tratando de encontrar un seguro
    equivoco.

    Este ensayo carece
    de una exposición
    sistemática, ya que sus bases quieren afianzarse en el
    fangoso terreno de la incertidumbre. Estas endebles bases son
    hostilizadas por ávidas preguntas, las cuales necesitan
    ser respondidas; pero reconocen la imposibilidad de alcanzar
    algún grado de veracidad, por estar expuestas a una
    rigurosa autocrítica, la cual lleva a una dolorosa
    conciencia de
    la incapacidad humana de conceptualizar lo real.

    La implementación de un discurso
    superpuesto, entrecruzado; de una dialéctica constante con
    lo escrito y lo pensado (por escribir), muchas veces provocaran
    al lector juzgar – sin equivocarse – que quien ha
    escrito a caído en confusiones y olvidos.

    Como ya es evidente, en estas austeras hojas solo se
    encontrara una forma de ver y sentir el ambiente
    urbano, la cual estará enfrentada a explicaciones o
    visiones cientificistas, es decir, en estas paginas solo se
    remarcara la absoluta equivocación de una postura
    dogmática, como las izadas y defendidas a fuerza del
    poder de una
    retórica cientificista.

    "…las palabras de la arquitectura son
    fruto de una retórica falaz; prometen lo que no dan,
    proponen utopías, modelos de
    vida que son imposibles; la arquitectura es ahora cómplice
    de las fuerzas mistificadoras de la sociedad; en
    el capitalismo
    hay una intrínseca necesidad de recubrir la realidad de
    las cosas con discursos,
    llenos de trampas, añagazas, manipulaciones…
    ".

    Para que las palabras de este trabajo no
    caigan en la ceguera de los oyentes de la arquitectura, como
    tampoco lleguen a ser cómplices de una obtusa ortodoxia
    arquitectónica, se expone claramente que la duda, el
    continuo cuestionamiento de lo existente como de lo escrito,
    estarán presente en cada párrafo
    de este texto.

    Si bien este trabajo no pretende responder a una
    necesidad académica, debe hacerlo…

    La característica de ensayo del presente texto me
    permitirá ramificar los cuestionamientos hacia sectores en
    los cuales el urbanismo es uno de los conjuntos
    teóricos que se superponen a la hora de imaginar –
    hacer la ciudad; esta malgama de conceptos y visiones conciernen
    a diferentes cuerpos teóricos pertenecientes a campos como
    la sociología, política, arte,
    etc.

    La carencia de respuestas directas (pero si se
    encontraran respuestas tangenciales) a cuestionamientos tales
    como:

    • El objeto de la disciplina
      urbanística.
    • La finalidad de la disciplina
      urbanística.
    • Relaciones entre la transformación de la
      ciudad y las ideas urbanísticas.
    • La estructura
      física
      de la ciudad; definiciones y elementos componentes.
    • Los componentes básicos del hecho urbano
      histórico: sitio, trazado, tejido y
      monumentos.
    • Reconocimiento y análisis de los elementos espaciales y
      formales esenciales de la
      organización urbana

    no deberá verse como una falta, ya que en forma
    mediocre (seguramente) se ha respondido a estas preguntas en el
    año académico, por el cual se a accedido a la
    instancia de promoción.

    La intención del ensayo radicará en el
    esbozo de la decadencia de lo público y se desarrollara
    uno de los elementos potencializadores de este
    hecho; la megaforma se presentara como una
    condensación de diferentes síntomas que se perciben
    en la ciudad como en la sociedad. Así también se
    tocara en diversas partes el concepto de
    ciudad postmoderna, fragmentada; la cual constituye uno de los
    factores principales en el decaimiento de lo
    público.

    La narración de las consecuencias producidas
    tanto sociales como urbanas por la implementación de este
    tipo de recursos
    podrá parecer creación de una mente perseguida por
    una teoría conspiracional, pero solo es producto de la
    absoluta subjetividad de una mente débil, pero
    ávida de respuestas.

    Estos cuestionamientos recomienzan incesantes,
    ávidos de una respuesta que no llegara. Cual
    neurótico lleno de vacíos me desplazare en estas
    páginas.

    Este será mi objetivo…

    "He trabajado al azar de mi biblioteca."

    J. L. Borges

    Resumen

    En una situación global donde la imagen ha
    derrotado a la idea, los encargados de construir la ciudad,
    así como la formación de las personas, optan por lo
    vulgarmente popular; la actitud
    ética
    del pensador se ha derrumbado y en su lugar se ha erguido la
    bandera de "es lo que el público quiere". Otros más
    honestamente directamente dirán: el público solo
    quiere pan y circo y nosotros se lo brindamos.

    Las metrópolis contemporáneas se ven
    beneficiadas por la imagen que les impregnan el simbolismo de las
    megaformas. La gran escala es un
    recurso urbanístico de condición híbrida,
    con el cual la ciudad se ha saturado de un gigantismo contagioso.
    La masa de ciudadanos necesita un lugar para congregarse y
    convivir socialmente, y este "atractor" civilizador
    permite al hombre urbano,
    miembro de la "multitud solitaria" satisfacer sus demandas
    de convivencia.

    La contemporaneidad urbana es el resultado de una suma
    de factores cercanos a lo político manipulativo mas que
    una búsqueda del buen habitar.

    El Movimiento
    Moderno, personificado por Le Corbusier, propone el uso de este
    recurso para la solución de la problemática de la
    vivienda en una ciudad roída por la
    industrialización. Esta ultima finalidad para la gran
    escala, si bien proveniente de un pensamiento
    dogmático, el cual no reconoce la particularidad al pensar
    en una respuesta universal, y ha mantener una posición
    moral respecto
    la praxis
    arquitectónica como la expuesta por Mies donde la
    "responsabilidad
    social" era una orden, una imposición, ha sido tal vez
    el único intento de la utilización de la gran
    escala con una finalidad no trivial y fundamentalmente la
    carencia de un discurso falaz.

    A pesar de la aportación ideológica del M.
    M. y el Team X hacia el Urbanismo y la Arquitectura, la batalla
    para la implementación de la gran escala ha sido ganada
    por la futilidad, por la vacuidad de la imagen.

    Los preceptos de Aldo Van Eyck han sido utilizados a la
    perfección, pero vaciados de contenido.

    "…el espacio en la imagen del hombre es el lugar, y
    el tiempo en la
    imagen del hombre es la ocasión… proporcionad ese lugar,
    articulad esa ocasión…"

    Como se ha llegado a esto es solo parte de una descripción histórica, sin embargo
    la pregunta contemporánea debe estar establecida con
    estricta critica en la función o
    no de las megaformas en la ciudad contemporánea. La
    preguntas deben exigir respuestas tales como si la megaforma es
    una estrategia
    adecuada para la potencialización urbana de la ciudad
    presente.

    Con ese objetivo debemos reflexionar.

    Arquitectura –
    Ciudad, un mismo escenario.

    La arquitectura construye ciudad con cada ladrillo que
    se superpone, con cada pared levantada. Pero en la construcción de la ciudad, acaso solo se
    levantan formas, se construyen espacios, acaso espera la
    arquitectura que la sociedad llene el vacío delimitado por
    ella. Pues entonces esta arquitectura es un chiste, y como la
    arquitectura construye ciudad, la ciudad es una broma
    gigantesca.

    Con esto no se intenta izar la bandera de que la
    arquitectura es la encargada de cambiar la sociedad, como
    creían los modernos, sino que la arquitectura esta
    obligada a dar algo más que meras formas sin
    contenido.

    La arquitectura como la sociedad se contenta con meras
    formas sin significado, se enorgullece de "pieles
    morfológicas
    ".

    "Me inclino a creer que los hechos urbanos
    persistentes se identifican con los monumentos, y que los
    monumentos son persistentes en la ciudad y persisten
    físicamente. Esta persistencia viene dada por su valor
    constitutivo, por la historia y el arte, por el
    ser y la
    memoria."

    Mas adelante hablaré tangencialmente sobre los
    "nuevos monumentos", pero es necesario destacar en esta parte de
    la monografía la diferencia y hasta la falta
    de respeto hacia las
    diferentes nociones de ciudad, como ha la descripción de
    sus componentes – que ha sido plasmada en una basta bibliografía – que se
    desarrolla en la ciudad contemporánea.

    Dado que los monumentos de hoy no tienen persistencia
    por su valor constitutivo, por la historia ni el arte, mucho
    menos por el ser y la memoria, ya que
    estos espacios tienden a crear un lugar donde no exista la
    memoria, no se logre identificación alguna, procurando un
    anonimato totalmente contrario a la noción de ser. Estos
    nuevos monumentos son no lugares.

    La unión de lo bello, lo apropiado y lo
    necesario.
    En el actual escenario de la ciudad esta
    oración no tiene cabida.

    Un criterio de critica máxima, presupone
    una conciencia de formar parte de un momento histórico
    llevado a cabo en el presente, es decir, en un punto
    espacio-temporal. Si queremos analizar los escenarios actuales,
    se debe actuar en forma concisa en la evaluación
    de estos, sin buscar justificaciones, sino con cartesiana
    duda.

    La ciudad
    imaginada

    "El mundo global ya no es el mundo de los Estados
    sino el mundo de las ciudades, ciudades en competencia que
    se proponen como otras fronteras."

    Estas ciudades que contienen acontecimientos, tendientes
    a –como dice Amendola- convertirse en "la ciudad
    acontecimiento
    ", adquieren nuevos elementos que la capacitan
    para competir en un mejor grado, y las megaformas son un recurso
    del cual se sirve la ciudad para adquirir trascendencia en los
    imaginarios colectivos.

    Es decir, la ciudad que contiene a un mall como
    el de Canadá aparecerá en el Guinness, y le
    permitirá ostentar con un titulo (tan necesario en la
    contemporaneidad) que la reconozca como mejor competidora ante el
    imaginario colectivo de los posibles consumidores, tanto locales
    como globales. Empero, se ponderan a priori las imagines y
    conceptos, pero se desprecian las consecuencias a posteriori, es
    decir, si el beneficio supera al costo,
    racionalmente no hay que argumentar nada mas. Los costos, las
    degradaciones de zonas, el desequilibrio espacial y situaciones
    urbanas ruinosas son olvidadas por el leve destello que produce
    la imagen, la cual oculta un vaciamiento cultural,
    económico, etc.

    Estas nuevas ciudades, las cuales han ocupado el rol del
    estado en
    cuanto a la competencia transfronteriza interactúan de una
    forma dialéctica por medio de transacciones
    simbólicas, las cuales son constitutivas por imágenes
    (la mayoría fuera de contexto).

    Este grupo de
    metrópolis que tienen la condición de ser
    cúmulo de una franja social, la cual tiene la posibilidad
    de visitar, invertir u influir de algún modo en la
    porción del globo que mas le atraiga; es blanco del ataque
    del simbolismo de la imagen con el fin de cargar con un buen
    concepto en el imaginario de este sector social global, para que
    de este modo sean objeto de sus deseos (de cualquier
    tipo).

    El impacto en el imaginario colectivo que provoca el
    elemento arquitectónico ha sido un principio estructural
    en las diferentes culturas a lo largo de la historia. En el
    periodo cultural contemporáneo donde reina una
    globalizadora mentalidad de mercado, sin
    lugar a duda la megaforma es el mejor recurso para trascender
    imaginarios y acaparar la mayor cantidad de consumidores en un
    solo "bolsillo".

    Esta mediática ciudad de la hiperrealidad y del
    imaginario necesita transmitir una atmósfera de seguridad y
    continuidad para permanecer siendo el centro de inversiones y
    visitas. Está tácitamente obligada a buscar este
    objetivo, el cual solo se puede lograr con una
    diferenciación espacial, donde un rico y basto sector sea
    objeto de miradas y disfrutes globales y otro sector (al mas
    grande) donde se acumula todo lo que ha sido rechazado del otro
    lado; podría decirse que es la cuna del
    pauperismo.

    Las nuevas formas de segregación espacial, donde
    no se impide el ingreso en forma física pero existe una
    rigurosa barrera simbólica que filtra los que están
    capacitados para acceder a estos espacios ideales, donde la
    imaginación reina y establece distancias y muros que
    refuerzan las barreras físicas; son las que reinan y
    manipulan al recurso urbano de las megaformas.

    En una ciudad que se vuelve más espesa al
    cargarse con sueños heterogéneos, donde en base a
    esta diversidad se establecen pautas firmes en cuanto a una
    dicotomía social por medio de una segregación
    espacial.

    Estos sueños que varían en su profundidad,
    desde sacarse la lotería hasta tener un plato de puchero
    para el próximo día, se ven y se viven en la
    megaforma; aquellos pocos intrusos que logran entrar en estos
    filtrados espacios se toman unos minutos para mirar en las
    góndolas lo apetecible que se ven la mayoría de los
    comestibles que nunca probaron y nunca probaran (a menos que los
    roben) para luego retirase – con su escueto changuito
    – de una atmósfera en la cual se les hace muy
    difícil respirar; mientras que la "gente como uno", se
    toma horas para mirar todos los objetos del lugar –
    inútiles en lo profundo – (audio, video, fitnness,
    etc.).

    En una ciudad que necesita competir y entrar en los
    imaginarios de un modo cargado de marketing,
    esta obligada a ocultar de la mesa esta bifrontalidad o al menos
    reconocerla como no conflictiva, para no espantar a la imagen con
    caóticos escenarios.

    Shopinng mall, parques temáticos, espacios
    identificados por su gran escala son los que responden al
    imaginario – ideal (doblemente ficticio), por lo cual deben ser
    espacios regulados en cuanto a su receptividad social.

    La segregación física instituida por estos
    "enclaves fortificados'', es exacerbada por cambios en los
    hábitos y rituales familiares, donde estas mudanzas
    apuntan únicamente a responder una necesidad global
    producto de un mercado; es decir, la ciudad y la sociedad se ha
    vuelto esclava del mercado, donde nada ni nadie importa, donde
    todos son un instrumento, un engranaje de la maquinaria
    capitalista y nadie puede ser.

    ¿No ha llegado entonces el momento de admitir,
    sin sentimentalismos, la desaparición de la ciudad
    tradicional y de preguntarse sobre lo que la ha sustituido, esto
    es, sobre la naturaleza de
    la urbanización y sobre la no-ciudad que parece haberse
    convertido en el destino de las sociedades
    occidentales avanzadas?

    Si aun no he respondido la estructural pregunta de
    Choay, sostendré sin preámbulos que la ciudad
    tradicional hace tiempo que ha dejado de existir, tal vez su
    decaimiento comenzó junto con el olvido de la
    expresión del ser.

    La académica definición de ciudad no tiene
    sostén en la realidad contemporánea más que
    en un marco políticamente retórico, donde la
    negación es fundamento estructural de la
    conformación de la imagen.

    Megaformas

    El búnker urbano

    La ciudad contemporánea posee un elemento de
    características particulares, el cual, tanto por su
    magnitud escalar como por su importancia simbólica, hasta
    por su función, tiene una fuerte influencia a nivel
    urbano, regional, metropolitano y transfronterizo, dentro del
    imaginario colectivo como en la ciudad
    empírica.

    Si bien dentro de esta distinción del elemento
    urbano "megaforma" existen diferentes grados de contraste se
    apuntara a describir la influencia que ejerce este atractor en la
    ciudad dentro de un orden estructural, en el cual todos los
    grados de contraste coinciden.

    En nuestro contexto tercermundista las Megaformas se ven
    limitadas (algo positivo que se comienza a perder) a grandes
    cadenas de supermercados, shopping mall y algún elemento
    particular que entra dentro de esta
    caracterización.

    Al igual que en el caso europeo estos atractores son
    implantados en la periferia de la ciudad, sin que esto presente
    un gran beneficio a nivel de construcción de ciudad. En
    Buenos Aires
    como en otras capitales latinoamericanas (Chile, Venezuela,
    etc.) algunos de estos elementos logran filtrarse hasta el centro
    de la ciudad (Galerías Pacifico) construyéndose en
    algunos espacios vacantes, como resemantizando construcciones
    existentes.

    En nuestros casos donde la escala del edificio no se
    presenta en la magnitud escalar del Pompidou, ni del Domo del
    milenio, la característica de megaforma esta adquirida por
    la calidad de
    atractor de personas, es decir, el cúmulo de
    "espectadores" que puede albergar en comparación con otros
    contenedores mucho mas austeros.

    Reconociendo la diferencia con el caso norteamericano
    donde las megaformas se encuentran diseminadas por todo el
    territorio dado la horizontalidad a que tienden las ciudades
    norteamericanas, donde "El shopping mall nace como una
    invención del mundo suburbano en cuanto sustituto de la
    ciudad para quienes vivían al margen de la propia ciudad.
    En los suburbios dormitorios donde no había nada de vida
    social, el mall constituía también la plaza, el
    espacio publico indispensable para crear comunidad."
    ;
    es decir, en una sociedad donde la frialdad del condicionamiento
    es prácticamente absoluta este tipo de recursos urbanos es
    una necesidad; pero en el caso europeo, como en el nuestro (fruto
    de una raíz europea) la implementación de este
    recurso impulsa cambios sociales y espaciales con funestos
    finales.

    Por su tamaño, estos objetos constituyen una
    nueva forma de monumento; este nuevo formato es inverso a aquel
    utilizado tradicionalmente, donde el monumento construye ciudad.
    Las megaformas inauguran nuevas relaciones entre lo
    construido-privado y lo construido-público, donde al igual
    que en los no lugares el visitante debe certificar que forma
    parte del sector que esta habilitado a permanecer en estos
    espacios.

    Estos nuevos espacios "públicos" (en
    teoría) de la ciudad se rigen sobre la negación del
    principio de la accesibilidad horizontal, tradicionalmente
    considerado como principio estructural y formativo del espacio
    publico de la ciudad occidental.

    En origen el concepto de megaforma es totalmente opuesto
    al que en estas paginas se encuentran esbozados, es decir, aquel
    comienzo en donde las Megaformas servían para dar
    solución a necesidades sociales tan profundas como es la
    vivienda (tal vez la mas primaria del ser humano) se ve hoy
    totalmente deformado para ser utilizado por también
    necesidades sociales, pero en absoluto profundas y de
    equivalencia a las pensadas por Le Corbusier.

    El reconocimiento de diferentes gradientes en el
    concepto se presenta engorroso, ya que el estudio de cada caso
    necesita de un análisis espacio – temporal; es
    decir, toda megaforma se encuentra implantada en un territorio
    físico con características particulares así
    como en un tiempo, el cual relativaza definiciones
    duras.

    Por esto me limitare a esbozar los "tipos" de megaforma
    que encontramos en nuestro contexto.

    Aeropuertos, shopinng mall, acaso forman parte de un
    mismo grupo? Seguramente que no lo hacen, las
    características que los diferencias son muchas, sin
    embargo se debe reconocer que en ambos casos estamos hablando de
    no lugares. Me inclinare por desarrollar los que en
    nuestro contexto se reproducen poco a poco, que son los shopinng
    mall, en los cuales se pueden incluir a los
    hipermercados.

    Tratando de no caer en un razonamiento inductivo me
    negare a generalizar aspectos concernientes a un análisis
    espacio – temporal; sin embargo, remarcare aquí como
    en todo el trabajo, la
    estructural significación de la megaforma (el común
    denominador) como elemento que responde a necesidades de consumo, y por
    lo tanto es el resultado de requerimientos sociales sin
    ningún tipo de profundidad ontológica. Si bien no
    cabe duda que este es un argumento influenciado por el marxismo,
    sostendré que mi interés en
    él solo se encuentra en la búsqueda de una igualdad mucho
    mas humana a la que debemos soportar. Esta igualdad se
    plasmaría en la ciudad encontrando un equilibrio
    espacial.

    El concepto de megaforma aquí trabajado es un
    síntoma social de la contemporaneidad, es decir,
    así como el cuerpo humano
    desarrolla síntomas ante las enfermedades
    contraídas, los cuales en forma visible pueden ser
    manchas, segregaciones, pústulas y demás; la
    sociedad desarrolla a través de la arquitectura y el
    urbanismo síntomas de enfermedad tangibles en la ciudad
    tales como las la fragmentación postmoderna, el
    desequilibrio espacial, la megaforma, y muchos mas.

    Si bien seria de absoluta ignorancia no reconocer los
    beneficios que conlleva estos recursos urbanos en contextos tales
    como el de Canadá, Finlandia, donde los factores
    climáticos imposibilitan un desarrollo social
    en lugares desprovistos de ciertas necesidades básicas
    para el sustento humano; me limitare a describir aspectos
    estructurales (como ya he comenzado a hacerlo).

    Estos edificios gigantes, adaptables,
    multifunciónales y son capaces de cubrir la mayor parte de
    las funciones de una
    ciudad, ocupan una posición intermedia entre el edificio y
    la ciudad; donde su característica de hibridez no continua
    en la finalidad de estos edificios, ya que esta absolutamente
    definida.

    La megaforma es indudablemente anti-urbana, compite con
    la ciudad quitándole protagonismo a esta y
    sirviéndose de esta hasta absorber todo tipo de
    sociavilización del espacio publico de la
    ciudad.

    La implantación de estos edificios esta dada
    según un estratégico plan de ventas, para
    el beneficio de capitales privados y no desde un beneficio hacia
    la ciudad.

    La mayor acumulación de personas presupone una
    mayor magnitud de flujo económico, es decir, un mayor
    rédito monetario. Esto es el mero objetivo de esta
    híbrida estructura; este gigantesco objeto modificara la
    ciudad en modo sustancial, es decir, en aquellas que funcionan
    como acumuladores de personas producen un vacío en otras
    partes de la ciudad. Los flujos de transito se ven modificados
    trayendo con esto problemas a la
    ciudad, pero eso esta moralmente claro, es un problema
    únicamente de la ciudad, donde la iniciativa privada no
    debe inmiscuirse, esta solo se sirve de la ciudad para la
    producción de capital (en el
    caso de empresas
    multinacionales provocan un vaciamiento del capital
    económico liquido), pero no colabora en la
    "producción de ciudad" en un modo cualitativo.

    Sola Morales dice que el empirismo se
    nutre de las concepciones del Movimiento Moderno para la
    arquitectura y la ciudad, pero introduce limitaciones claras en
    la exaltación de lo colectivo a favor de lo individual,
    sin duda la megaforma actual (diferenciada a la del MM) se
    encuentra muy distanciada de este empirismo, se encuentra
    enmarcada en una pragmática económica totalmente
    despersonalizada.

    El "orgman" es el hombre
    organizado; poseedor de un carácter "dirigido desde afuera", formado
    por impulsos condicionados socialmente, y que mejor lugar para
    reunirlos, manejarlos, que un no – lugar. Un espacio donde
    no se sientan identificados interiormente, donde sea terreno
    social neutro, pero propiedad de
    lo trivial, propiedad de los condicionadores. La ilusión
    es tal que nos hace olvidarnos del carácter comercial de
    estos ambientes oníricos y las condiciones de sujetos
    manipulados que asumimos en su interior.

    Ya que consideraré a la megaforma como un no
    lugar
    expondré este concepto como la a definido Marc
    Augé: "El lugar simboliza la relación de cada
    uno de sus ocupantes consigo mismo, con los demás
    ocupantes y con su historia común. El no lugar es un
    espacio en el que ni la identidad, ni
    la relación ni la historia están
    simbolizadas."

    Borges decía que hay verdades tan absolutas que
    solo basta con abrir los ojos para reconocerlas; este seria un
    caso muy claro donde el espacio se apropia del concepto con
    fuerza extrema, y no le importa negarlo, sino que lo remarca como
    un objetivo proyectual a nivel global.

    Observemos los casos donde firmas multinacionales
    resuelven al objeto arquitectónico con un mismo lenguaje,
    respondiendo a una misma funcionalidad, sin importar el lugar
    donde se encuentre implantado dicho objeto. El visitante
    (cliente) no se
    encuentra en su casa, pero tampoco se encuentra en la casa de
    otros.

    Este espacio de ficción estructurado y separado
    de lo cotidiano puede estar ubicado en cualquier ciudad del
    mundo, filtrado en cualquier cultura,
    absorbiendo futuro pero dando presente, dando instantes.
    Según Borges
    "…el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y
    el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del
    instante."
    Pues parecemos animales dentro
    de gigantescos espacios, donde solo vivimos en la eternidad de
    ese instante en que disfrutamos las comodidades y lujos de estos
    lugares; satisfacemos no tanto a las necesidades sino a nuestros
    deseos.

    Los rostros se perciben iluminados (y no por todas las
    luces del lugar), rozagantes de placer al ver tantos objetos
    bellos que la mayoría no puede alcanzar y a la otra
    mayoría de nada sirven, pero los autómatas se ven
    infinitamente atraídos por el brillo de los
    objetos.

    Las personas se mueven en una suspensión no solo
    física sino también psicológica y del
    juicio; esta suspensión del tiempo y del espacio, produce
    un distanciamiento del clima e incluso
    de la realidad.

    …que edificios gigantescos, y todo lo que tienen
    adentro! Cuanta gente! Cuanto lugar para estacionar! Que
    cómodo es hacer todo lo que uno necesita en un solo lugar,
    acá siempre esta lindo, viste…, con el calor que hace
    afuera…te dan ganas de quedarte todo el día…,
    viste viejo…

    Son una ciudad en la ciudad, artificial y deslocalizada,
    protegida y acondicionada. Estos "nuevos monumentos" están
    destinados a un segmento particular de la población, el cual debe ser un grupo
    homogéneo y filtrado de la ciudad (suciedad).

    Amendola sostiene que: "El objetivo proyectual, la
    sociabilidad, se alcanzan también y sobre todo gracias a
    una subrayada atmósfera de seguridad."
    ; en realidad,
    la socializad que se crea en estos espacios es únicamente
    en los patios de comida, que conforman 1/3 del edificio; entonces
    es lo mismo sostener que lo que crea sociabilidad es el consumo,
    es decir, es lo que mantiene unida a la sociedad. Este
    podría ser el factor por el cual las diferentes sociedades
    se ven expuestas a acontecimientos horrorosos.

    La imposibilidad de "consumo" de una mayoría
    creciente en forma abrumadora posibilita que este tejido social
    se vaya desfigurando y que no exista ningún tipo de
    "unión". Pero sin duda Amendola esta en lo cierto, cuan
    agradable es estar en un patio de comidas de un shopping mall,
    saciando apetitos ficticios sin que ningún niño nos
    moleste con sus odiosas estampitas.

    En esta ciudadela fortificada dentro de la ciudad se
    vive un exceso de signos, de
    culturas, de opciones. Quienes se atreven a pasar los filtros
    sociales e ingresar a estos espacios no solo quedan expuestos a
    la mirada de los que se sienten con derecho propio del lugar,
    sino que experimentan la angustia y la desesperación de
    quienes están en la imposibilidad de escoger. Quien
    ingresa a esta isla mágica en la ciudad real con sus
    vestimentas reales, sabemos que no volverá.

    Aquellos nuevos atractores que son creados en el centro
    de la ciudad se convierten en monumentos a la nueva demanda de
    ciudad; una puerta de entrada al vacío en plena calle
    Florida. La ciudad se presenta disimulada, como un gran escenario
    urbano, donde el protagonista son las Galerías
    Pacifico.

    "El hombre, tanto como por necesidad como por
    hastío desea existir en sociedad y
    gregariamente."

    En estos espacios se puede llevar este precepto a su
    máxima potencia, es
    decir nuestras mas profundas () necesidades se hallaran
    satisfechas aquí.

    La construcción del no lugar como una
    "regresión infantil", es sin duda el objetivo de
    los arquitectos encargados de estos lugares. Juegos, luces,
    aromas, todos los recursos fenoménicos los implementaremos
    en este gran espacio y dejemos que los niños
    vengan a el
    .

    Todos contra el
    espacio público

    Comencemos a tratar de construir el concepto de espacio
    público que se trabaja en esta monografía.

    Sin lugar a duda el libre acceso es la condición
    fundamental de la cual es portadora un espacio para que se jacte
    de la condición de publico. El Ágora de los griegos
    es la raíz de toda sociavilizacion (en la cultura
    occidental) y por ende nuestro obligado referente.

    La horizontalidad en cuanto a jerarquías sociales
    es otro fundamento para acceder al concepto de lo público.
    Este es el espacio donde los ideales democráticos son
    izados y defendidos.

    Alejándonos de lo teórico y comenzando a
    transitar el espacio empírico nos damos cuenta cuan
    numerosos son los ejemplos que demuestran la escasa
    jerarquía de los espacios públicos que se mantienen
    en la ciudad actualmente. Estos son bienes urbanos
    que hemos heredado, pero no hemos sustentado cualitativamente.
    Tampoco hemos incrementado la cantidad de espacio publico en la
    ciudad, solo se ha "dejado" lo que existía.

    El vaciamiento de los bienes del Estado no solo es
    tangible en cuanto a valor económico, sino que llega a
    todas las personas que comparten un territorio en la
    pérdida de espacio público. Dado el costo en
    mantenimiento
    que tiene lo publico y la deficiencia en el control de los
    organismos estatales (esta es causa fundamental), lo privado o
    (en teoría) semi publico se presenta como el camino mas
    racional para concretar espacios de cierta calidad.

    Estos espacios se presentan hasta en la forma de
    cementerios (privados por supuesto) donde se accede al descanso
    eterno en paz y armonía en un lugar que permite estas
    características, mientras en los cementerios municipales
    (públicos) el descanso no esta garantizado por estar
    cimentado en un lugar en extremo degradado y conflictivo. Con
    este ejemplo poco ortodoxo por cierto, se muestra un
    escenario donde lo publico solo pasa ha ser "privilegio" de los
    excluidos.

    Cuando se comenzó a desintegrar el espacio
    publico mas usado? Por que?

    Las calles se han vaciado y se formo otra ciudad echa
    expresamente para el consumo y en un escenario global
    absolutamente manejado por una cultura consumista, donde hasta la
    ociosa contemplación se da prácticamente en estos
    tipos de espacios, esta nueva ciudad va devorando el concepto de
    ciudad tradicional, va empujando a la ciudad a su fin.

    En palabras de Amendola: "El shopping mall es la
    calle de la nueva aldea global"
    . Ese mismo shopping mall
    – megaforma, que nos da trascendencia a nivel translocal
    conspira para la erradicación de la ciudad tradicional, de
    lo verdaderamente libre y publico. Por esta marcada raíz
    segregacionista estos puntos son portadores de un virus
    terriblemente contaminante, cada uno de estos grandes espacios
    son centro de indignación social.

    La muerte de la
    calle se percibe a cada instante, la violencia que
    descargan los marginados en el único lugar donde gozan de
    cierto grado de libertad, ya
    que tienen vedado el paso a ciertas áreas urbanas y
    ciertos espacios en teoría públicos, llevan a la
    sociedad participe del sistema a
    utilizar la calle como una vía de circulación, la
    cual debe permitir el paso mas rápido posible, para salir
    de la exposición al peligro, a la incomodidad de lo
    natural, a la realidad de mas de 3000 años del pensamiento
    Occidental; para alojarnos en el seno de lo artificialmente
    seguro, lo virtualmente beatico.

    Una cultura de la protección sobrevigilada se
    alía con nuevas reglas de distinción para
    privatizar espacios públicos y separar más
    abruptamente que en el pasado a los sectores sociales. El
    imaginario se vuelve hacia el interior, rechaza la calle, fija
    normas cada
    vez más rígidas de inclusión y
    exclusión. El espacio público de las calles queda
    como espacio abandonado, síntoma de la
    desurbanización y del olvido de los ideales modernos de
    apertura, igualdad y comunidad; en vez de la universalidad de
    derechos, la
    separación entre sectores diferentes, inconciliables, que
    quieren dejar de ser visibles y de ver a los otros.

    Quien atenta contra el espacio publico no es obviamente
    el objeto arquitectónico, sino es la misma sociedad quien
    en sus movimientos va creando nuevas formas de desarrollo –
    muchas veces consideradas diversidad de consumo – nuevas formas
    de sufrimiento; y manipula a la arquitectura hasta perder todo
    fundamento ético, el cual alguna vez se busco y respeto
    como principio epistémico del pensamiento
    arquitectónico.

    "La mutación de la ciudad no es solo
    estructural sino que es en primer lugar cultural."

    "Lo que se ha producido en el curso de algo
    más de un siglo no es una trivial evolución sino una mutación
    ";
    esta ha deformado la ciudad, ha borrado sus limites y
    significados; la kafkiana metamorfosis empujada por nosotros
    (nosotros ciudadanos y nosotros arquitectos) quienes hemos
    manipulado lo instrumentos que han contribuido a la
    destrucción de la ciudad tradicional, a llevado a
    considerar a algunos que el fin de la ciudad hace tiempo
    forma parte del mismo significante.

    El espacio publico es historia viva, este deja percibir
    fácilmente las cicatrices que ha dejado el tiempo en la
    ciudad, nos muestra a cada paso lo que fuimos, lo que tuvimos que
    sobrevivir para poder existir hoy. La incansable sobre escritura de
    la ciudad, que lleva a un palimpsesto complejo de descifrar,
    siempre es bondadosa con quien la lee, siempre trae recuerdos de
    amigos, familiares, del pasado, recuerdos de quien fuimos y quien
    quisimos ser, nostálgicos recuerdos donde nuestras
    esperanzas hoy se han transformado en desilusión. Por que
    nos quieren quitar el dolor del recordar, porque dejamos que nos
    desensibilicen y porque somos cómplices (arquitectos) de
    quienes sus egoístas intereses pasan por la
    acumulación de capital a costa del infortunio de una cada
    vez mas creciente capa social, inclusive la escasez de
    nuestro trabajo se debe estructuralmente a este tipo de
    barbaridades económicas a las que están expuestas
    las sociedades tercermundistas.

    Diferentes autores se enfrentan tangencialmente con
    cuestionamientos de esta índole, empero, las respuestas se
    ven obstruidas por una retórica academicista, la cual no
    deja ninguna respuesta clara, sino que solo provoca mas
    interrogantes que los cuales dieron comienzo al proceso
    retórico.

    Sola Morales nos dice que en torno a los
    nuevos generadores de actividad urbana la ciudad parece hacerse
    plástica y moldeable.

    Mi parecer es que entorno a estos lugares la ciudad se
    hace frágil y quebradiza; ya que estos "productores
    urbanos" solo contribuyen a fragmentar la ciudad y sembrar
    resentimientos sociales. Si bien se debe reconocer que estos
    contenedores reivindicarían la periferia y que su
    implantación en está es producto de una lógica
    "protectora" de la trama urbana, distan mucho de ser elementos
    primarios de la jerarquía que estos tenían
    tradicionalmente.

    Si bien en un análisis superficial parecen
    responder al significado de elemento primario, es decir, aquellos
    elementos que potencializan la actividad urbana; en un
    análisis profundo nos encontramos que su misma
    característica de elemento autónomo autosustentable
    deja de lado la noción de dialéctica urbana, ya que
    solo es un recurso retórico, que como tal se vale de si
    mismo y para si. Esa misma actividad que produce, la hace para
    alimentarse, no para alimentar a la ciudad.

    Estos edificios autosustentables, no necesitan de la
    ciudad, solo de sus habitantes, no le interesan las condiciones
    de la ciudad, solo le incumben las condiciones que le
    impondrá la ciudad para producción un máximo
    de reditúo económico.

    Esta es la lógica del objeto autónomo a la
    cual la ciudad debe adaptarse en forma obligatoria, por que sino
    lo hace, es amenazada simbólicamente con la muy odiada
    falta de modernidad.

    Franco Purini expresa que pensar que la realidad es solo
    un mercado es un mero conformismo, en el cual cualquier
    operación urbana encuentra su propio fundamento solo por
    el hecho de responder a procesos de
    naturaleza esencialmente económica.

    No debemos conformarnos con la obtusa realidad-mercado,
    como tampoco podemos justificar las operaciones
    urbanas desde este punto de vista, la realidad en la cual el
    mercado es quien posibilita la implementación de políticas
    urbanas particulares se debe a que no existe una política
    urbana éticamente correcta orientada hacia la
    búsqueda de un equilibrio espacial de la ciudad; y por
    ende una mas acertada y humana nivelación
    social.

    "Una ciudad bifronte: benéfica según
    algunos, efigie del progreso y de la belleza, fermento de vida
    social incluso en el anonimato de la multitud; maléfico
    según otros sinónimos de caos de perversión
    de una indigencia".
    Esta cita expresa claramente la lectura
    contemporánea de lo privado, y lo publico y como la
    preferencia social se inclina hacia un sector caracterizado por
    lo privado, por la obtención de beneficios (privilegios),
    los cuales le permiten una vida que oculta la angustiosa
    realidad.

    En escenarios como los de Norteamérica y Europa, esta
    patética (a mi juicio) cerrazón es posible llevarla
    adelante ya que las condiciones económicas sociales lo
    permiten. Pero en escenarios tercermundistas como es nuestro
    caso, donde la creciente declinación económica nos
    impide que los sectores sociales se mantengan en un lugar; la
    realidad es totalmente diferente a la anterior, ya que día
    a día sectores que antes podían acceder a
    beneficios sociales, se ven impedidos de un momento a otro a
    seguir disfrutando de los privilegios brindados por los entes
    privados.

    La arquitectura como el urbanismo se ha visto
    imposibilitada de remarcar aspectos que atañen a su
    competencia y para los cuales trabaja; sin embargo han sido
    remarcados con horrorosa veracidad por diferentes medios
    artísticos; su base perceptiva esta fundamentada en lo
    sensible, por eso le permite observar y vivir la realidad de un
    modo donde la entropía urbana potencia los sentidos,
    posibilitando la percepción
    de los diferentes estratos de lo urbano.

    En cambio en la
    dureza de las pretensiones cientificistas de la arquitectura como
    del urbanismo, con sus "tipos" legados
    años tras años en el limitado pensamiento
    académico, la ciudad se vuelve abstracta, insensible,
    irreal; nunca cobra vida y por ende todas las intervenciones
    provenientes de este pensamiento serán inanimadas y
    desechables, pero significativamente son en el mayor de los casos
    las propuestas que alcanzan la opción de ser
    construidas

    Hay partes de la urbe que se vuelven invisibles cuando
    la ciudad comunicacional comienza a prevalecer sobre la ciudad
    transitada, estas partes negadas al reconocimiento de las
    personas que han tratado de fugarse del espacio publico por
    antonomasia – la calle – y que tienen la oportunidad
    (temporal aunque ellos no lo reconozcan) de escapar de lo vulgar
    que significa para el escueto imaginario de un mediocre e
    egoísta burgués el concepto de "publico"
    (baño publico, colegio publico, etc.); se vuelven
    transparentes para ellos las personas que habitan en los espacio
    que ellos solo transitan – lo mas fugazmente posible
    –, tomando corporeidad únicamente cuando estas
    personas se presentan en forma de amenaza contra su modo de
    vida.

    Las ciudades no se hacen sólo para habitarlas,
    sino también para atravesar su espacio; si bien esta
    ciudad postmoderna compuesta por una conjunto de partes conectada
    por redes propone un
    atravesamiento del espacio de la ciudad para llegar de un
    fragmento a otro que componen la urbe contemporánea, este
    transito no significa un habitar, no significa un disfrutar de la
    vida social que en algún momento fueron
    características de la ciudades como nuestra Buenos
    Aires.

    Hay algo inquietante, algo singular, esta realidad
    aquí descrita no es el producto de una débil mente
    anhelante de criterios románticos, sino es producto de la
    escueta narración que puede lograr un frágil
    intelecto a la hora de comprender razones.

    Volver a socializar la calle, tal vez esto ya sea parte
    de una futura utopía, así como de un alado
    recuerdo.

    conclusion

    Es de reconocida inteligencia
    quien piensa que no hay certeza absoluta, que los paradigmas
    dogmáticos son cerrados e inútiles; pero esto no
    significa que no haya ideas, fundamentos teóricos
    sustentables, que no haya critica analítica, que no se
    pueda crear algo certero, algo útil, algo que no sea solo
    una mera piel, un mero
    significante.

    Estos son los escenarios en los que la arquitectura se
    hace física, son los escenarios superficiales, vacuos,
    creando una arquitectura de las mismas características.
    Son pocos los arquitectos que han podido resistir el
    condicionamiento y en forma conciente proponen una utilidad
    potencializadora de estas situaciones para lograr una
    arquitectura consciente y con una utilidad mas profunda que la
    perceptiva. La
    comunicación fenomenológica no significa solo
    la estimulación de la percepción, sino poner lo
    percibido en síntesis
    con lo racional, de esta forma se logra una superación del
    hombre y por ende de la arquitectura, de la sociedad.

    Remarcando que todo argumento es una incitación a
    la duda (para una persona
    despierta), pero hay un momento en el cual se necesita
    participación, se necesita cierto develamiento de la duda,
    la aproximación a una certeza, una decisión.
    Tenemos que decidir que es lo que queremos hacer con nuestras
    ciudades, con nuestras sociedades.

    La arquitectura necesita una posición tomada, el
    objeto arquitectónico carece de lo permisible de la
    teoría, dado que su fin es ser un objeto físico.
    Debemos no solo actuar en los escenarios de la contemporaneidad,
    sino construir, crear, para su utilidad; no solo formas, sino una
    síntesis de estas con los contenidos. No solo
    representaciones culturales, sino signos, los cuales posean un
    significante y un significado, una forma y un
    contenido.

    La gente está tan fascinada con el
    entretenimiento de masas, que difícilmente puede pensar en
    otro nivel. La responsabilidad del arquitecto – urbanista en
    estos nuevos escenarios es demostrar ¿por qué va
    uno (el normal de la gente, así como nosotros, los
    estudiantes de arquitectura que caemos en los mismos errores
    banales, de los que no poseen los conocimientos que se supone
    somos portadores) a querer otra cosa que no sean el
    entretenimiento masivo o las pieles
    morfológicas?

    Estamos ufanos de estímulos inútiles,
    cuentos,
    símbolos de trivialidad; sin embargo las
    necesidades ontológicas se encuentran pálidas,
    insatisfechas, agónicas; en un modo tan profundo que se ha
    confundido la ontología con un programa de
    televisión.

    En los nuevos escenarios lo ontológico cubre el
    campo de lo fútil y ordinario, abarca las formas,
    desprecia el ser; sin duda este es el común en todos los
    escenarios posibles.

    Sin una política urbana no puede existir
    urbanismo. La relación del Urbanismo – Política
    talvez sea mas fuerte que la del Urbanismo – Arquitectura.
    Es decir, sin una política urbana solo existen trabajos
    urbanísticos de orden académico, sometidos a los
    limites tan tangibles de este campo. Como algunos autores
    expresan "hacer Arquitectura es hacer Ciudad", cabe
    plantearse si algún tipo de arquitectura no complota
    contra la ciudad, y tiende a destruirla empujándola hacia
    el fin de la ciudad, un fin el cual demuestra una profunda
    mutación (y no una evolución) de la sociedad y de
    su forma de hacer ciudad.

    Los cambios en las formas y repertorios figurativos
    no son producto de una simple mutación del gesto sino el
    resultado de cambios epistemológicos que afectan a la
    cultura del momento y por extensión también a la
    arquitectura.

    En este escenario donde los emprendimientos privados,
    donde los malls, etc. no pretenden formar parte de la ciudad sino
    competir con ella, he intentar reemplazarla, acaso no le
    concierne al estado la protección de la ciudad, la
    intención de lograr una equilibrada distribución del espacio?

    En nuestro contexto observamos como vías
    circulatorias son cambiadas de sentido, grandes parcelas de
    terrenos estatales son prácticamente regaladas para la
    construcción de "estos edificios", sin tener en cuenta el
    costo-beneficio para la ciudad; sin medir cuales serán las
    Dificultades, Amenazas y Fortalezas, Oportunidades que este
    elemento autónomo le planteara a la ciudad.

    Todo apunta a un trabajo en conjunto de parte de las
    empresas privadas y una sociedad con un grado profundo de anomia
    para que la ciudad llegue a su fin; tal vez para que la sociedad
    llegue a su fin, o se pueda conservar un solo sector, aquel que
    tiene los mismos sueños, esos sueños caracterizados
    por la futilidad de sus contenidos, esos sueños cargados
    de ortodoxia, cargados de alineación.

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    JAVIER VALENZUELA

    Trabajo propuesto por la cátedra de Urbanismo
    I

    Universidad Nacional del Litoral

    Facultad de Arquitectura y Urbanismo

    2003

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