- 1. 1.
Introducción - 1. 2.
Consideraciones generales acerca del Arbitraje
Deportivo - 1. 3. El
Arbitraje en el Boxeo
- 2.1.1. Estudio de las Tendencias
Actuales de las decisiones - 2.1.2. Influencia de las decisiones
injustas en los boxeadores - 2.1.3. Dificultades del sistema actual
de arbitraje
- Anexo 1. Guía para la entrevista a
los atletas de boxeo - Anexo 2. Conformación de la
muestra - Anexo 3. Encuesta 1: Dirigida a los
Entrenadores - Anexo 4. Encuesta 1: Dirigida a los
Atletas - Anexo 5. Encuesta 1: Dirigida a los Jueces
de Boxeo - Anexo 6. Playa Girón 1970 – 1979 y
Playa Girón 1990 – 1997 - Anexo 7. Playa Girón 1990 –
1997 - Anexo 8. Resultados de las decisiones en
los eventos Playa Girón celebrados en Cuba desde 1970
hasta 1997 - Anexo 9. Reacción de los jueces ante
un estímulo - Anexo 10. Desviación estándar
(s) de la reacción entre los jueces ante un
estímulo - Anexo 11. Encuesta 2: Dirigida a los
Atletas - Anexo 12. Encuesta 2: Dirigida a los
Entrenadores - Anexo 13. Encuesta 2: Dirigida a los
Jueces de Boxeo - Anexo 14. Boletas elaboradas para la
votación de los jueces por la metodología
propuesta - Anexo 15. Estaciones o máquinas de
tanteo creadas para comprobar los cambios
propuestos - Anexo 16. Guía para la entrevista con
los jueces de boxeo, aplicada con el objetivo de conocer sus
criterios acerca de la metodología
propuesta - Anexo 17. Datos sobre la actuación
individual de los jueces en un combate - Bibliografía
- Notas
- Notas Introducción
- Notas Capítulo 1
- Notas Capítulo 2
Evitar las decisiones injustas de los jueces, en las
competencias de boxeo, es un
objetivo que
históricamente ha ocupado la atención de los
especialistas de esta disciplina en todas partes del
mundo; es garantizar la permanencia del boxeo dentro del programa de los Juegos Olímpicos; es para
Cuba, en particular un gran
reto de especial significación de carácter social y humano
Al abordar como objeto de estudio el proceso de arbitraje en el
boxeo y relacionarlo, necesariamente, con el entrenamiento deportivo se
ratifica que el mismo no solo se limita a la evaluación del resultado,
sino que es también utilizado como un medio para evaluar el
proceso de entrenamiento y comprobar la eficiencia del plan propuesto en condiciones
competitivas. Todo esto requiere una teoría del arbitraje
deportivo. Sin embargo, la autora no ha encontrado referencia
acerca de la misma. Como una alternativa para la solución de
este problema, se esclarecen los conceptos de arbitraje, arbitrar
y juzgar; se reconoce la objetividad como una cualidad
integradora en el desarrollo del proceso de
arbitraje deportivo, dentro de la cual se distingue la
"imparcialidad" como un factor interno propio del sujeto que
evalúa, y otro externo las "condiciones "en que se realiza
la actividad e influye en la calidad de las percepciones, como
premisa del acto valorativo, lo que unido a una
clasificación de los deportes olímpicos dada por la autora,
según las funciones de juzgar y arbitrar,
constituyen un punto de partida hacia futuras investigaciones y el
establecimiento de una teoría del arbitraje deportivo. En la
tesis la autora realiza de
forma concreta una propuesta de metodología para el
arbitraje en el boxeo y declara los postulados que la rigen,
sustentados en lo planteado anteriormente, con el objetivo de
minimizar la influencia de las causas actuales de las decisiones
injustas en el boxeo, lo que trae consigo un aporte teórico,
tecnológico, económico, de impacto social y
humano.
En el largo proceso evolutivo del Arbitraje en el Boxeo,
siempre han existido concepciones novedosas que han contribuido a
su ascenso a un nivel cualitativamente superior y a la
humanización del mismo.
A pesar de ello, se sabe que en el mundo entero aparecen
siempre nuevos adversarios de este deporte, con argumentos seudo – científicos,
calumnias y pruebas tomadas del boxeo
profesional; es una lástima que en la actualidad aún
existan personas que no comprendan los valores que el boxeo
amateur moderno, como uno de los deportes olímpicos
tradicionales, tributa a la formación de la personalidad.
Por eso, interferir todo tipo de cuestionamiento en el
boxeo es un reto de los defensores de este arte en el mundo entero, y por
muchas razones Cuba, que días tras día ha tenido una
labor meritoria de reconocido prestigio en cualquier plano que se
sitúe, ya sea en Juegos Olímpicos y
Campeonatos del Mundo, entre otros, no debe ser ajena a
ello.
Como es conocido, desde mucho antes de los Juegos
Olímpicos de Seúl (1988) algunas personas, entre ellos
médicos, comenzaron a cuestionar y a manifestarse en contra
del boxeo, imputando al mismo un "…carácter antihumano
con efectos nocivos para la salud e insuficientemente
estético…" (1) Todo esto, más las injustas
decisiones de algunos jueces en la llamada crisis de Seúl 88, puso
en juego la permanencia del boxeo
como deporte olímpico.
La primera agravante quedó descartada,
cuando en 1989 se obtienen los resultados finales de la investigación realizada en
una de las Universidades de Washington [John Hopkins (2)],
la cual demostró que el boxeo aficionado no amenaza la salud
del atleta y que el carácter antihumano de ese deporte se
basa en hechos entre profesionales. En cuanto a las lesiones en
el boxeo, éstas son menos frecuentes que en muchos otros
deportes.
En relación con la segunda
argumentación, se debe recordar que en entrevista de prensa realizada al presidente de
la AIBA (3), al finalizar los Juegos de Seúl 88 un
periodista plantea que en varios países, entre otros
Yugoslavia, Suiza y la ex Unión Soviética, ya se
había creado un equipo electrónico que permite evaluar
de modo objetivo el combate, y le pregunta: – "¿Qué es
lo que impide utilizarlo en las competiciones oficiales? A lo que
el presidente de la AIBA responde diciendo que "…en toda
actividad humana, cuando aparece algo nuevo y valioso se presenta
oposición. El boxeo no es excepción. Creo que en el
Comité Ejecutivo de la AIBA, integrado por 40 personas, no
todos son partidarios del arbitraje con la ayuda de la computadora. El futuro,
claro está, – continúa diciendo – pertenece al sistema en que el cómputo de
los puntos se realice sin errores y la influencia de la percepción subjetiva quede
reducida al mínimo. El tiempo mostrará cómo
ha de ser"(4).
Posteriormente se aprueba de manera oficial por la AIBA
y se aplica por primera vez en 1989 en el Mundial de Mayores en
Moscú, el sistema computarizado utilizando la máquina
de tanteo que se mantiene vigente en la actualidad.
Este sistema no ha resuelto el problema de las
decisiones injustas en el boxeo; continúan despojando de
legítimas victorias a innumerables púgiles. Un ejemplo
de ello fue el caso de Julio González en los Juegos de Buena
Voluntad en Estados Unidos; la injusta
decisión que rompió una cadena de cinco años sin
derrotas al Campeón Olímpico y Mundial el cubano
Félix Savón, en el Cardín del 1994 en Cienfuegos;
otro Campeón Olímpico y Mundial afectado recientemente
fue Maikro Romero, el mejor minimosca del mundo, único
boxeador cubano que no perdía desde mayo de 1996, fue
despojado de su legítima victoria en el Playa Girón de
1998 en Santa Clara, aún cuando cuatro de los cinco jueces
lo vieron ganar en su votación personal.
Estas dificultades, relacionadas con las decisiones
incorrectas, traen consigo que se cuestione la permanencia del
boxeo como deporte olímpico; de hecho, está afecta a
los atletas y a todo un colectivo de trabajo; afecta también a
los aficionados, lo cual puede verse como un problema social,
porque no debemos olvidar que, como dijera Fidel en 1961, en la
primera plenaria de los Consejos Voluntarios del INDER, citado
por Ruiz, R. "…el deporte, entre sus maravillas, también
alienta al pueblo, entretiene al pueblo y hace feliz al
pueblo…". (5).
Es evidente que determinar el vencedor de un combate, es
una cuestión complicada que se realiza mediante la
apreciación visual de los jueces, quienes tienen la responsabilidad de decidir en
sólo 10 minutos, el resultado de un largo proceso docente
educativo de entrenamiento que exige un derroche de voluntad,
sacrificio, abnegación y dedicación de todo un
colectivo de trabajo, conformado por atletas, entrenadores,
psicólogos, médicos, masajistas y
dirigentes.
Es necesario tener en cuenta que el hombre realiza un grupo de acciones hacia una actividad
dada, que para él es vital porque le da sentido a su vida y
para sentirse realizado debe recibir los frutos de ella; cuando
no sucede así, el individuo puede enajenarse
porque la actividad se le opone. Esto es valido para el boxeador
y su entrenador, cuando saben que los esfuerzos de sus acciones
merecen la victoria y, sin embargo, las decisiones injustas de
los jueces no lo reconocen así, lo que trae como
consecuencia que los atletas puedan llegar a pensar en alejarse
de la actividad y ésta deje de constituir el centro para
ellos, afectándolos, en ocasiones, de forma temporal y a
veces definitiva, por la pérdida de motivos e intereses que
pueden llevarlo hasta la frustración.
Las decisiones injustas en el boxeo ayudan a desarrollar
la violencia; en lugar de
imponerse la estética de la
técnica, se va gestando la violencia de forma inconsciente,
de ahí la frase antihumana: "el boxeador tiene que salir a
matar para poder ganar".
Cuando los jueces de forma consciente dan una
votación desfavorable, su actuación es deshonesta,
manifestándose en ellos pérdida de valores y cualidades morales,
por ello es necesario establecer, mediante la búsqueda
científica, métodos que propicien
decisiones más objetivas y que se correspondan con la
realidad.
En la competencia de boxeo se
intercambian experiencias y se adquieren conocimientos imposibles
de obtener en el entrenamiento docente habitual. Las
confrontaciones deportivas requieren la movilización de
todas las capacidades del deportista, es una forma de
verificación de la preparación moral y volitiva, de las
cualidades combativas y el medio más eficaz para educarlas.
Las competencias contribuyen a educar en los boxeadores rasgos
importantes del carácter, tales como: perseverancia, coraje,
autocontrol, amistad, y respeto a sus
adversarios.
Lamentablemente existen en la actualidad muchas personas
en el mundo, entre ellos profesionales, incluso pedagogos, que
ven la competencia de boxeo como un simple espectáculo
deportivo, sin reconocer la esencia de este deporte. Se puede
afirmar que la competencia de boxeo, como parte del proceso de
preparación del deportista, es una clase más dentro del
proceso de entrenamiento y es una forma de control y evaluación del
desarrollo del proceso y de su resultado.
Es importante relacionar los criterios anteriores con el
argumento de que las competiciones en el boxeo exigen de una
preparación previa para lograr las aspiraciones deportivas
y, como reconoce el Dr. C. Alcides Sagarra en su tesis doctoral, "…esto
requiere, sin lugar a dudas, de un gran número de factores
formativos – educativos que conforman la estructura técnico –
metodológica de la preparación deportiva", (6) lo que
no está ajeno al proceso de arbitraje.
En el estudio bibliográfico realizado por la
autora, que incluye una detallada búsqueda por Continentes
mediante el Servicio de Internet, no se detectaron publicaciones de
carácter científico donde se abordara el tema; en el
proceso de examinación de Patente realizado por
especialistas de la Oficina Cubana de Propiedad Industrial, durante
todo el año 1996 y parte de 1997, se comprobó la
novedad científica de la metodología (7) que se propone
por no existir interferencia de otras publicaciones
científicas al respecto.
Específicamente en Cuba, José Luis Llano en
1984, y entrenadores del equipo Nacional en 1992 y 1995, aunque
abordan el tema relacionado con el arbitraje no tratan
específicamente este problema de la metodología del
arbitraje en el boxeo. No obstante las informaciones de los
diferentes artículos publicados en la revista World Amateur
Boxing Magazine proporcionaron a la autora argumentos
sólidos para la comprensión y análisis de la esencia de
este fenómeno, ya que en ellas se abordan las diferentes
dificultades del arbitraje tratadas en el presente
trabajo.
Por todo lo antes expuesto, el PROBLEMA CIENTÍFICO
está dado por el hecho de que en el boxeo la mayoría de
las decisiones de los combates se realizan por puntos; sin
embargo, estas no han alcanzado el grado de justeza o calidad
necesaria para que la competencia logre un efecto educativo en
todos los boxeadores participantes.
En forma de pregunta este problema científico queda
expresado de la siguiente forma: ¿Qué vía debe
seguirse para propiciar el incrementar la calidad de las
votaciones de los jueces en el boxeo
olímpico?.
Los especialistas que en los últimos años,
desde 1989, han estudiado las causas de las decisiones injustas
en el boxeo, han logrado perfeccionar una parte del sistema de
arbitraje: su automatización, centrando la
atención en el desarrollo del equipamiento electrónico;
pero la metodología de su empleo sigue siendo la misma y
por tanto, al no desarrollarse ésta, no existe un verdadero
desarrollo tecnológico y los problemas continúan sin
resolverse. Por esto el OBJETO de estudio es el Proceso de
Arbitraje en el Boxeo y su OBJETIVO: elaborar una
metodología para el arbitraje que minimice la influencia de
las causas actuales de las decisiones injustas en el boxeo. De
ahí que el CAMPO DE ACCIÓN sea la Metodología de
Arbitraje en el Boxeo.
Al estudiar las tendencias actuales de las decisiones en
el boxeo y determinar las dificultades que se presentan en el
sistema de votación de los jueces, la autora define que los
FUNDAMENTOS TEÓRICOS METODOLÓGICOS de esta
investigación están sustentados en dos aspectos
básicos: Las ideas del Prof. Anwar Chowdhry, ( Presidente de
la AIBA) que postulan que el cómputo de los puntos se
realice sin errores y la percepción subjetiva quede reducida
al mínimo y; en las concepciones de Caracuel, J.,
Andreu, R. y Pérez, E. con relación a la objetividad
como comportamiento esencial del
juicio y arbitraje deportivo.
Todo lo analizado anteriormente hace suponer que la
elaboración de una nueva metodología debe sustentarse
en una mejor percepción visual y, sobre todo, crear las
condiciones para propiciar la imparcialidad de los jueces. A
partir de ello se estructura la HIPÓTESIS siguiente: Si los
jueces aprecian el número de impactos de un solo boxeador
sin decidir quién es el ganador podrían percibir mejor
las acciones ofensivas; entonces aumentaría la calidad de
las decisiones.
Se plantean las tareas siguientes:
- Analizar las tendencias de las decisiones en el boxeo
actual. - Analizar la influencia de las decisiones injustas en
los boxeadores. - Determinar las posibles causas que influyen en las
decisiones injustas en el boxeo. - Elaborar una propuesta de metodología de
arbitraje que minimice la influencia de las causas actuales de
las decisiones injustas en el boxeo. - Comprobar experimentalmente la aplicación de la
metodología propuesta.
Para la selección de los
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN se tiene en cuenta las
características de las tareas a desarrollar, las cuales
exigen la aplicación de métodos teóricos dentro de
ellos el Análisis de Documentos para profundizar en la
dinámica de las
decisiones en el boxeo en las competiciones más importantes
seleccionadas.
Entre los métodos empíricos se utilizó la
medición para el estudio
de la reacción motriz de los jueces; la encuesta y la entrevista, para la
obtención de los criterios de jueces, atletas y entrenadores
sobre el objeto de estudio y la comprobación experimental,
en la aplicación de la metodología propuesta y las
técnicas estadísticas, para el
procesamiento de los datos.
La NOVEDAD CIENTÍFICA fundamental del trabajo
está dada en una nueva metodología de arbitraje en el
boxeo, a partir de la decisión del ganador con un
carácter colectivo directo, sin que medie una
determinación personal previa, en la cual se exige que la
actuación de los jueces sea valorar las acciones de uno de
los boxeadores y decidir la asignación de los puntos que han
de tributar a la decisión final colectiva del
vencedor.
En relación al APORTE TEÓRICO, se señalan
las bases para una aproximación hacia una teoría del
arbitraje, reconociendo la objetividad como una cualidad
integradora de su proceso, dentro de la cual se definen dos
factores: la imparcialidad y las condiciones de la actividad;
sustentado en estas consideraciones, se conforma el sistema de
postulados que rigen la aplicación de la metodología
propuesta, lo que constituye también el aporte teórico
de la investigación. Por otra parte, se definen conceptos
fundamentales del arbitraje y una clasificación de los
deportes olímpicos desde este punto de vista. La
significación práctica puede resumirse en la
aplicación de una metodología de arbitraje que mejora
la calidad de las decisiones de los jueces con las consecuencias
positivas que esto puede tener en el desarrollo del
boxeo.
Los resultados obtenidos posibilitan aportar cambios
substanciales y modificaciones al sistema de arbitraje vigente en
el boxeo y sus reglamentaciones, para mejorar la calidad de las
decisiones en este deporte.
Capítulo 1.
El arbitraje en el deporte. 1
Considerando el hecho de que "…deporte y reglamento
son inseparables…"(1) y
basándose en la existencia de una relación
dialéctica entre estos dos elementos, es decir, entre la
actividad y la norma que la rige, no es posible, al menos desde
el punto de vista de la autora, abordar el arbitraje en el
deporte sin antes referirse al proceso de preparación del
deportista y su relación con el mismo.
Para ello es necesario comenzar por recordar que el
entrenamiento deportivo, como proceso pedagógico organizado,
es una actividad de instrucción y educación, que tiene en cuenta, ante
todo, los principios pedagógicos
generales, y como plantea L. Matvéev "… cualesquiera que
fueran las particularidades del entrenamiento deportivo, ellas no
pueden servir de motivo para apartarse de las reglamentaciones
pedagógicas… la actividad del entrenador no se diferencia,
en su esencia, de los principios de la actividad de cualquier
pedagogo…"(2). No
obstante el sistema de principios que sirve de
guía al entrenador, no se reduce solamente a aquellos que
precisamente por ser generales no revelan, naturalmente, el
carácter específico del entrenamiento deportivo.
"…Tiene importancia sustancial, en particular, los principios
formulados por la teoría y metodología de la Educación
Física…"(3) y el
entrenamiento deportivo.
A pesar de ello, no es menos cierto que la palabra
deporte muchos la reconocen y relacionan con la práctica de
ejercicios físicos competitivos o no competitivos, así
de simple es la visión de quienes, por una razón u
otra, desconocen sus interioridades como un proceso
pedagógico donde cada entrenamiento, independientemente de
sus objetivos, es una clase que
incluye la enseñanza, el aprendizaje y el
perfeccionamiento de conocimientos teórico – prácticos,
del desarrollo de hábitos, habilidades, capacidades y
cualidades donde, como es lógico, no están ausentes
entre otros aspectos de dicho proceso, el control y la
evaluación, que por su relación directa con el
arbitraje deportivo se analizan a continuación.
Ante todo, es necesario comprender que en los
términos más simples evaluar es darle un valor a algo, es juzgarlo. La
formación de un juicio exige de una previa información para la toma de decisiones y como es
natural el proceso de formación de juicios, depende de la
recolección de información y lleva a la toma de
decisiones que se puede ilustrar, según Terry D. Tenbrink,
de esta manera "…La evaluación es el proceso de
obtención de información, y del empleo de la misma para
formar juicios que a su vez se usan para la toma de
decisiones…"(4).
Específicamente en un deporte de combate como el
boxeo, clasificado por la autora como de calificación y
votación (5), el juez obtiene información de la
conducta del boxeador mediante
la percepción visual de sus acciones ofensivas, se forma un
juicio con la contrastación de lo que ve, sus conceptos
sobre la técnica y lo planteado en el reglamento, para tomar
la decisión de registrar un golpe o no, por eso se plantea
que el arbitraje es una forma de evaluación en el
deporte.
La Dr. Gillermina Labarrere al tratar otros elementos
inherentes a la evaluación, considera dos principios
fundamentales como base para elaborar toda evaluación: "…
El principio de la sistematización, cuya esencia está
en que toda evaluación de los conocimientos y habilidades
deben efectuarse regularmente; el principio del carácter
objetivo de la evaluación, que establece la correspondencia
de la evaluación con el contenido a evaluar y la
eliminación de todo criterio subjetivo en las
apreciaciones…"(6) en cuanto
a lo planteado por la autora mencionada sobre la
"eliminación de todo criterio subjetivo" se considera que
esto realmente es imposible o difícil, porque
inevitablemente existen factores que influyen en la
evaluación y siempre van a estar presentes, como por ejemplo
la parcialidad, por eso se está totalmente de acuerdo con
Klingberg cuando afirma: "… La evaluación de los
rendimientos es también una cuestión de conciencia, de constante lucha
por lograr lo que caracteriza a los buenos maestros: la
imparcialidad…"(7). Se debe
considerar, que este criterio de la Dr. Labarrere, se contrapone
a la concepción de Klingberg (8) acerca de la unidad entre el carácter
objetivo y el uso pedagógico de la evaluación en
relación con la consideración de la posición del
alumno Se menciona esto con la intención de aclarar que en
el arbitraje esta unidad no se manifiesta, y esto hace ver el
arbitraje como una forma particular de
evaluación.
Evidentemente es vital, para la investigación que
se aborda, trabajar en la búsqueda de aquellos elementos que
permitan la aplicación práctica del principio de la
objetividad, que es, según el criterio de reconocidos
especialistas, y el de la autora de esta tesis, lo que más
está afectando en materia de evaluación.
Siguiendo el tratamiento de esta introducción necesaria en
el presente capitulo, debe hacerse referencia al
control.
Por lo general los pedagogos que tratan el tema
consideran que cuando se controla no necesariamente se está
emitiendo un juicio de valor expresado en una calificación,
lo que quiere decir que no siempre cuando controlamos evaluamos.
La definición más acabada que se ha encontrado en este
estudio es la citada por Alfonso, M. (9) en su Tesis Doctoral cuando retoma el
análisis propuesto por González, P. en 1989 quien
confiere al término control un carácter más
abarcador que al término evaluación. Alfonso, M.
reconoce en su tesis que "…es necesario crear un sistema de
control del aprendizaje que garantice la
valoración objetiva de los diferentes estados en que se
encuentra el estudiante en su formación en lenguas
extranjeras…"(10) criterio
que debe ser analizado y extendido a otras
disciplinas.
Al respecto debe dejarse definida la posición de la
autora sobre el control y la evaluación en el deporte.
Partiendo de lo general, el control y la evaluación forman
parte del proceso de dirección del
entrenamiento deportivo, donde el control como vía de
constatación del estado del deportista debe ser
expresado en un juicio de valor mediante la evaluación, por
ello afirma, que sin la evaluación no es posible obtener una
valoración del resultado del control, así mismo se
reconoce que entre el control y la evaluación existe una
unidad dialéctica.
Por otra parte, todo lo que se aprende y perfecciona en
el entrenamiento, se hace sobre la base del cumplimiento de las
reglas que se han de exigir en la competencia, por ello los
controles competitivos forman parte del sistema de
evaluación que se aplica sistemáticamente en el
desarrollo del proceso de entrenamiento.
Mata, F. (11);
considera que cuando no se controla el trabajo, esto acarrea un
alto porcentaje de fracaso en el rendimiento del entrenamiento,
así mismo le concede una gran importancia al seguimiento del
esfuerzo que se realiza mediante el control del trabajo. "El
control del trabajo debe recoger todo lo relacionado con la
actividad del deportista, no solo durante el entrenamiento, sino
también en las competiciones. Incluso en las actividades
fuera del programa de trabajo deportivo, es decir, en la forma de
actuar una vez terminada la tarea diaria" (12). Este autor considera tres formas u
orientaciones del control que se llevan a cabo en el
entrenamiento deportivo y aparecen en la Figura
siguiente:
Así se observa que este autor delimita claramente
el control del proceso de entrenamiento (I) y de su resultado
(II) que se da fundamentalmente en la competencia; pero
también del estado del deportista y su progresión (III)
como expresión de éste.
Por su relación con lo explicado, es necesario
comentar que son varios los autores que han situado al deporte a
la avanzada en este sentido, entre ellos un especial
reconocimiento merece Zatsiorski, V. (14) quien dedicó 310 páginas a la
teoría de las "…mediciones pedagógicas –
deportiva"…(15),
los fundamentos teóricos para la aplicación de
pruebas que midan las posibilidades motoras, la teoría de
las evaluaciones y los problemas relacionados con la metrología de control
pedagógico.
El enfoque más actual y generalizado dentro del
control del entrenamiento deportivo es considerar el
entrenamiento como un proceso de dirección. Al respecto
Grosser, M., manifiesta que el entrenamiento es un proceso de
"planificación y
desarrollo del alto rendimiento, es la coordinación
sistemática, científicamente apoyada a corto y largo
plazo de todas las medidas necesarias de programación,
realización, de control, análisis y corrección,
con el fin de alcanzar un rendimiento
óptimo"(16). De forma
gráfica y modificado por Mena, M. (17), este proceso de dirección se expresa
en la Fig. 2 de la forma siguiente:
A. Rudik, al caracterizar psicológicamente las
competiciones deportivas destaca que estos tipos de actividades
constituyen una parte esencial del proceso pedagógico
concerniente a la educación física y el deporte. Él considera
que "…la competición deportiva le da al deporte su
verdadero carácter, ya que este es el fin que persigue el
aprendizaje y el entrenamiento del deportista y constituyen la
forma principal del trabajo didáctico – educativo; las
competencias ejercen una gran influencia en la formación de
los hábitos en la actividad deportiva, en el desarrollo de
la voluntad y el carácter del
deportista…"(18).
Al mismo tiempo es evidente que en todas la competencias
de control estén presentes las exigencias del arbitraje
deportivo como una constante para poder dar la preparación
adecuada en condiciones competitivas.
La competencia, como medio de preparación del
deportista, posee una función reguladora dentro
del proceso, constituye un registro del efecto del mismo y
permite, al comparar el nivel real con lo planificado, la
verdadera regulación del proceso de preparación del
deportista, de esta forma se puede decir que el arbitraje en el
deporte posibilita; no solo la evaluación del resultado, que
es evidente, sino que es también utilizada como un medio
para evaluar el proceso y comprobar la eficacia del plan
propuesto.
1. 2. Consideraciones generales acerca del
Arbitraje Deportivo
Para adentrarse en las consideraciones generales acerca
del Arbitraje Deportivo es necesario, retomando lo explicado
anteriormente, ubicar el mismo dentro del proceso de
preparación del deportista. Al respecto, Grosser señala
que "… el entrenamiento y la competición son para el
deportista de alto rendimiento dos actividades estrechamente
relacionadas y dependen la una de la otra y desde hace tiempo
forman el centro de atención de las diferentes ciencias del deporte; los
conocimientos y las publicaciones científicas, sin embargo,
siguen centrándose más en una Teoría del
entrenamiento y todavía no se ha formulado una Teoría
de la competición como tal…"(19) con este último criterio la autora no
está totalmente de acuerdo, ya que Harre, G. y otros
autores (20) elaboran una
"Introducción a la Teoría del entrenamiento y la
competición", posteriormente Matvéev, L.
(21) distingue la "Teoría de la
actividad puramente competitiva (competiciones
deportivas)".
Las exigencias del arbitraje deportivo están
presentes no solo en las competencias oficiales sino también
en todas las competencias de control, es decir aquellas que son
utilizadas en el proceso de entrenamiento como forma fundamental
de preparación. "Todo lo que se aprende y perfecciona en el
entrenamiento se hace sobre la base del cumplimiento de las
reglas que se han de exigir en la competencia, por ello los
controles competitivos forman parte del sistema de
evaluación que se aplica sistemáticamente en el
desarrollo del proceso de entrenamiento…"(22).
La autora opina que si hay algo no acabado sobre este
asunto son precisamente los aspectos relacionados con el
arbitraje deportivo que, a pesar de su especificidad en cada
disciplina deportiva, responde a aspectos comunes para la
actividad deportiva en general.
En primer termino, es necesario intentar definir el
arbitraje deportivo tomando en consideración que su
función fundamental es hacer cumplir el reglamento
establecido en cada modalidad deportiva durante la actividad
competitiva y que esta función la realizan jueces y
árbitros que, a su vez, cumplen funciones afines pero no
idénticas. En este sentido se puede declarar que: el
Arbitraje en el deporte se identifica con la valoración que
realizan los árbitros y jueces de la actividad competitiva
para tomar decisiones y hacer cumplir las reglas vigentes en un
deporte dado. Arbitrar es la acción realizada por los
árbitros encargados de hacer respetar el reglamento y tomar
decisiones entre los deportistas en los deportes con
oposición, en correspondencia con lo permitido por el
reglamento; mientras que juzgar es la acción que realizan
los jueces expresando un juicio de valor, calificando en unos
casos (como en el Boxeo, Judo, Lucha, Gimnasia Artística) y en
otros indicando o señalando, con o sin decisión, el
comportamiento de algunas acciones que permite el reglamento
(Voleibol, Fútbol,
Béisbol).
Entre las funciones de juzgar y arbitrar existen
evidentemente muchos puntos de contactos. El juicio deportivo
implica valorar y decidir, si unas posiciones o situaciones
competitivas están permitidas por el reglamento. La
calificación de las acciones del deportista definen el rol
del juez, mientras que evaluar la conducta del atleta es más
propia de los árbitros.
Los reglamentos deportivos establecen las bases de
qué y cómo deben evaluar los árbitros y jueces,
por ello se hará referencia en primer lugar y lo más
concretamente posible, a los aspectos generales que conforman los
reglamentos deportivos.
Los reglamentos deportivos aportan informaciones
relevantes sobre el propio deporte y sobre el comportamiento de
los árbitros, de los jueces, de los deportistas,
entrenadores y del personal oficial que forme parte de las
competiciones de una u otra forma.
Las estructura de los reglamentos, por el cual se
evalúan a los deportistas, difieren en correspondencia con
el tipo de deporte; en algunos suele aparecer una descripción detallada de los
gestos deportivos y de su criterio de evaluación y en otros
se hace mayor énfasis en la definición de las posibles
transgresiones y sus correspondientes sanciones. En ambos casos
se establece la relación entre la ejecución del
deportista y la acción del arbitro o juez, a través de
la penalización o la calificación, respectivamente. Por
ello, una de las funciones más características y
peculiares del deporte es juzgar la ejecución de los atletas
y arbitrar entre los deportistas, en el lugar de la competencia.
Sin árbitros, jueces, cronometristas y anotadores, el
desarrollo del deporte sería imposible.
La decisión sobre la legalidad a veces no resulta
fácil, debido a dificultades del reglamento o avances
técnicos no contemplados en él. Donde se presentan
mayores dificultades es en la valoración de las acciones del
deportista. La valoración es sencilla cuando puede reducirse
a unidades de tiempo, longitud o fuerza, ya que el juez puede
valerse de instrumentos de gran precisión para medir y
evaluar el rendimiento del deportista. Por el contrario, cuando
la evaluación ha de hacerse sobre las interacciones del
deportista, es decir, sobre sus movimientos en relación a
los objetos y las condiciones de la competición, las
discrepancias entre los jueces aumentan.
Al respecto J. Riera planteó "… – las preguntas
que interesan a la psicología del deporte son: ¿ Por
qué, ante un mismo ejercicio, difieren las evaluaciones de
los jueces?, ¿ Cómo puede aumentar la objetividad de
sus calificaciones?…"(23).
"… Evidentemente para cumplir con eficiencia las
funciones de decidir y valorar deben ocurrir determinados
requisitos que garanticen lo que debe ser un comportamiento
esencial del juicio y arbitraje deportivo; la
objetividad…"(24). Esta
según Caracuel, J., Andreu, R., y Pérez E., será,
a su vez, una de las condiciones necesarias para lograr una
actuación justa e imparcial, características
fundamentales de un buen juez y arbitro. Al respecto, la autora
considera, que la condición de la objetividad es un aspecto
cualitativo determinante en el desarrollo del proceso de
arbitraje e indispensable para la calidad de las calificaciones,
por tanto señala que la misma ha de ser siempre una
constante en la actividad de todo tipo de arbitraje deportivo
donde según Caracuel, J., se identifican las siguientes
tareas:
"…1. La percepción de la situación a
enjuiciar, o sea, ver la acción.
2. Interpretar lo que ocurre y comparar con las
exigencias de reglamento
3. Aplicar el reglamento para sancionar o no el acto
deportivo con la decisión o valoración adecuada, es
decir, evaluar la percepción interpretada según las
reglas existentes.
Como puede apreciarse, la percepción es un punto
clave para la evaluación y está lejos de ser algo
simple; puede resultar excesivamente compleja por la influencia
de aspectos personales y la experiencia de quienes evalúan.
Su resultado, la evaluación puede tener connotaciones
sociales y consecuencias para muchos aficionados,
para la formación de los futuros jueces, para los propios
atletas y sus preparadores…" (25)
Es una realidad que el análisis de la
actuación del árbitro y los jueces es compleja y no es
posible hacerlo en el marco de las conversaciones sociales, por
ello la autora coincide con los métodos propuestos por J.
Riera (26) para estudiar este
problema que consisten en el estudio del reglamento, la observación de
árbitros y jueces en la competencia y en entrevistas a los mismos. Si
se incorpora a la propuesta del autor mencionado el estudio de
los criterios sobre el arbitraje de entrenadores y deportistas,
que son los más afectados se podrá contar con
argumentos adicionales de gran valor para el estudio de esta
temática, que ha sido poco tratada
científicamente.
No obstante, las investigaciones realizadas en este
trabajo hacen posible profundizar más acerca de los mismos.
En este sentido se considera la objetividad como una cualidad
integradora del arbitraje deportivo, dentro de la cual pueden y
deben distinguirse toda una serie de factores que se pueden
calificar como internos (propios del sujeto que evalúa) y
externos (propios de la interrelación sujeto –
medio).
En la primera situación se ubica la
imparcialidad como un valor de la personalidad de los jueces y
árbitros que refleja el sentido de la justicia; en la segunda, las
condiciones en que se realiza la actividad e influyen en
la calidad de la percepción como premisa del acto
valorativo. Indudablemente pueden distinguirse otros factores
influyentes, que no han sido estudiado hasta el momento. A
priori, se considera que cualquier vía de perfeccionamiento
del arbitraje en el deporte debe contemplar dos aspectos
básicos: minimizar las posibilidades de parcialidad por
parte de los jueces y árbitros y mejorar las condiciones en
que estos realizan su actividad, para aumentar la calidad de sus
percepciones. Precisamente ambos aspectos se contemplan en la
hipótesis de esta
investigación.
Como ya se ha planteado, una de las áreas más
descuidadas en la investigación
científica en el deporte, a tenor de los escasos
estudios que hay sobre ella, es la relacionada con el arbitraje
deportivo. Sería interesante analizar y establecer una
clasificación de los deportes, a partir de las
características generales del arbitraje, que pueda servir
como punto de partida hacia futuras investigaciones sobre
arbitraje y juicio deportivo.
Numerosas son las clasificaciones creadas por diferentes
autores en el campo de la Cultura Física y cada uno
presenta su propia tipología, como cita Parlebas, P. Michael
Bonet consagra 171 páginas al censo de las clasificaciones
más importantes y a la identificación de las grandes
especialidades deportivas, por lo que es un tema verdaderamente
inagotable. "… el problema básico de las clasificaciones
es la elección de los criterios…"(27) véase a continuación los más
comunes, según Parlebas, P. (28).
– las cualidades y aptitudes que se consideran
más solicitadas por los participantes: deportes de fuerza,
de destreza, de resistencia, de velocidad, de
coordinación.
– el material y los instrumentos utilizados: juegos de
balón, raqueta, mecánicos, aparatos.
– el lugar de la práctica: al aire libre, juegos de patio, de
sala o terrenos pequeños.
– la naturaleza del sustrato:
deporte de nieve o hielo, aéreos o náuticos,
patinaje.
– el número de participantes: deportes
individuales, colectivo, juego de equipo.
– otros criterios adoptados ocasionalmente:
motivaciones suscitadas, posibilidad o imposibilidad de
alimentarse en el curso de la prueba.
También existen otros criterios de orientación
psicológica dados por Riera, J.(29) y la más reciente desde el punto de
vista de la praxiología deportiva es tratada por el Dr. C.
Morejón J. (30) en su
análisis praxiológico de la estrategia motriz deportiva,
quien desde el ángulo de la praxiología define para el
reconocimiento de la existencia del deporte cinco aspectos o
condiciones obligatorias: – Situación Motriz, – Competencia,
– Reglamento, – El carácter lúdrico, –
Institucionalizado. Puntualiza al respecto, que sí uno solo
de estos rasgos faltan, entonces no puede considerarse una
actividad como "deporte", podrá ser otra cosa o un tipo de
juego pero no deporte. Por tanto, reconoce la presencia
obligatoria de la competencia y el reglamento; sin embargo
defiende la posición de Parlebas, P. (31) acerca de una clasificación de los
deportes a partir de como se desarrolla la acción motriz,
que de forma gráfica (Fig. 3) se pueden representar los
términos que se toman en cuenta de la siguiente
forma:
Figura 3. Términos empleados por
Parlebas, P., para clasificar el deporte a partir de las acciones
motrices.
Al realizar un análisis crítico del
cúmulo de clasificaciones deportivas enunciadas,
independientemente de que unos autores puedan tener, más
razón o fundamentación que otros, es evidente que, en
sentido general ninguno de ellos toma en cuenta los aspectos
relacionados con el arbitraje y el juicio deportivo, que es un
factor complementario de gran influencia para lograr un resultado
más acabado, desde el punto de vista de la praxiología
deportiva. Así mismo, e independientemente de lo antes
planteado, la autora considera la posición de Morejón,
J.(32) como la más
avanzada en este sentido. Incluso, el referido autor, con la
intención de analizar la estrategia motriz deportiva,
plantea como base para dicho estudio las siguientes condiciones,
que han sido descuidadas en los últimos años por los
especialistas del deporte (Fig. 4).
Todos estos elementos – la técnica, espacio,
tiempo, reglas y comunicación – deben ser
relacionados entre sí para decidir una estrategia deportiva
determinada. Con todo ello la posición de la autora por
promover una teoría del arbitraje en el deporte no solo se
ve reforzada, sino que se hace más clara y evidente como una
necesidad para lograr la integración más acabada
de los elementos señalados.
Por ello, teniendo en cuenta las características
estructurales de cada deporte olímpico así como los
sistemas oficiales vigentes del
arbitraje en los mismos, y sobre la base de todo lo antes
expuesto, se ha logrado establecer una clasificación de los
deportes tomando, como línea de partida, la estructura que
los conforman y las diferentes funciones de juzgar y arbitrar que
se ponen de manifiesto, de una u otra forma, en las disciplinas
deportivas.
En primer lugar, fue necesario definir las formas de
arbitraje que se dan en cada deporte e ir agrupándolos por
sus rasgos más comunes; de esta manera se conformaron tres
grandes grupos como aparece a
continuación en la Fig. 5.
Grupo. 1. Deportes de calificación y
votación.
En este grupo se incluyen aquellos deportes en los que
el juicio deportivo implica básicamente dos cosas: decidir
si una posición, un movimiento, un instrumento o
una situación competitiva está permitida por el
reglamento y valorar, según el mismo la ejecución del
deportista para otorgarle una calificación. La función
de los árbitros en estos casos está dirigida
fundamentalmente, a velar por el cumplimiento del reglamento y
arbitrar entre las opiniones discrepantes de los jueces,
predominando la función de juzgar sobre la de
arbitrar.
Clasificación de los Deportes
según las funciones de Juzgar y Arbitrar
Figura 5. Clasificación de
los deportes olímpicos definida por la autora, desde el
punto de vista del arbitraje deportivo.
Grupo. 2. Deportes de anotación.
Aquí aparecen los deportes que presentan, en su
sistema de arbitraje, decisiones por el número de tantos,
carreras, goles, canastas donde, como es obvio, está
implícito la acción de juzgar de los jueces y
árbitros, pero su función principal está en
decidir quién de los contrincantes tiene la razón,
así como valorar y penalizar las transgresión de las
normas, mediante la
apreciación de las diferentes acciones que dan valor
efectivo o no a las anotaciones y, por tanto, se da un predominio
de la acción de arbitrar sobre la de juzgar.
Grupo. 3. Deportes de medición.
Este grupo lo integran los deportes que en su sistema de
arbitraje exigen la valoración de los resultados a partir de
medidas en unidades de tiempo, espacios y pesos. La función
de los
jueces y árbitros se hace más sencilla en
estos deportes ya que pueden valerse para realizar su trabajo de
instrumentos de precisión para medir y evaluar los
resultados competitivos. Los deportes que conforman este grupo,
excepto las pesas incluyen otras pruebas que no siempre son
individuales.
En los tres grupos se pueden incluir también
subgrupos, ya que existen deportes que por sus
características contemplan la competencia tanto individual
como colectiva, este es el caso de la Gimnasia Rítmica y el
Nado Sincronizado en el primer grupo; el Tenis de Campo y de Mesa
en el segundo grupo y las competencias de relevo en los deportes
del grupo tres, incluyendo también algunas de las pruebas de
Vela, Remo y Canotaje que no son individuales.
1. 3. El Arbitraje en el Boxeo
El arbitraje en el Boxeo es un aspecto inseparable de la
evolución histórica
de esta disciplina deportiva, que se supone surgió durante
los milenios III y IV a.n.e., por las tierras de Egipto y la India "…En estos tiempos,
aproximadamente es que se conoce el pugilato
(33)…"(34)
J. Domínguez y J. Llano (35) al tratar la historia del Boxeo, y referirse a los
combates efectuados en aquella época entre Epeo y Euryalo y
Dares contra Entelo, cuando el primer y segundo asedio a la
fortaleza troyana, refieren la presencia de decisiones por "fuera
de combate" y "abandono" que, aunque no era la denominación
que se les daba, sí era lo que ocurría en la
práctica. Los hechos referidos permiten comprender como
desde el inicio mismo de esta manifestación deportiva,
surgen las decisiones en el boxeo como condición necesarias
para finalizar un combate y reconocer el vencedor.
El pugilato fue practicado por atletas de Atenas y de
otras Ciudades – Estados griegas y estaba incluido
en el programa de los Juegos Olímpicos antiguos. Entonces no
existía cuadrilátero, el terreno estaba limitado por
los propios espectadores y se consideraba un acto de
cobardía si el boxeador cedía terreno a su rival; los
combates se realizaban hasta que uno de los dos reconocía la
derrota, o se caía y no continuaba la lucha. No se
permitía agarre, usaban "Spahira"(36) como guantes en
unos casos y en otros a puños desnudos. Tampoco
existían las divisiones de pesos.
A partir de 1719 en Inglaterra el pugilato se
transforma en boxeo. Su pionero fue James Figg quien se dedica al
boxeo de los puños desnudos. Este carecía de reglas,
los contendientes se empujaban y se derribaban frecuentemente sin
que mediase un golpe y había una sola división de gran
peso. También, en ese año se efectúa el primer
campeonato oficial mundial.
No es hasta aproximadamente 1743 en que varios
profesores se reúnen en casa de Jack Broughton (37) con el
fin de establecer un reglamento para las competiciones de boxeo.
En el se dispuso que cada boxeador tuviera un asistente; se
prohibía golpear al adversario en el suelo o agarrarlo; los boxeadores
debían usar pantalón corto con hebillas; sólo
se terminaba el combate cuando un boxeador caía
vencido o se retiraba; los asaltos se determinaban por las
caídas que sufría un boxeador a causa de los golpes de
los cuales se debía recuperar en 30 segundos.
Estas reglas, como plantean en su obra J. Domínguez
y J. Llano (38), fueron las
primeras en la historia del boxeo, pero no se hicieron efectivas
en Inglaterra ni en otro lugar del mundo; solo se aplicaron en
los gimnasios de los profesores que las emitieron "… Este
reglamento se conoció como London Prize Ring
Rules…" (39).
En 1866 un periodista ingles llamado Arthur Chamberlan
redactó para el Marqués de Queensberry las reglas del
boxeo, en la que se fijó la duración de los
"round", en 3 minutos con 1 minuto de descanso y 10
segundos para levantarse de una caída; prohibían,
además las "tomas de lucha" y se prescribió que el
"ring"tuviera 24 pies (7.20 m) de lado.
Los combates no debían comprender más que
boxeo regular practicado de pie; el púgil tenía derecho
de hacer caer a su adversario con una zancadilla y de
echársele encima para derribarlo a golpes hasta que el
árbitro parara el combate. Estas reglas, que se consideraron
como las bases del reglamento actual, se ponen en vigencia en el
año 1872 "…desde este momento el boxeo dio un verdadero
salto humano y científico, ya que el boxeo técnico iba
sustituyendo al simple pegador, pasando casi a un segundo plano
la habilidad brutal de golpear…"(40).
A partir de entonces esta carta del boxeo comenzó a
perfeccionarse, en detalles relacionados con el peso de los
guantes, y la definición de otros aspectos. Tales como la
limitación de la duración de los combates; conferir al
árbitro la facultad de acordar una decisión "por
puntos" y, en una palabra, se fue llevando al boxeo a la forma
con la que nos hemos familiarizado desde entonces. De las
categorías de peso contempladas inicialmente: – Pesados,
Medios y Ligeros, – la
gradación se fue introduciendo poco a poco y llegó a
quedar completa para el año 1900, con la sola diferencia de
que no había campeón mundial de peso mosca, pues esta
división se creó en 1911 para Jimmy Wilde, quien retuvo
el título de los pesos mosca de su tiempo hasta
1923.
El boxeo terminó su evolución en los
países anglosajones y empezó a principio de siglo a
extenderse por todo el mundo, de vecino en vecino, los más
cercanos primero: Europa, y Francia y en el nuevo
continente, México. "… Precisamente,
fueron Francia y México los dos primeros en su zona en tener
campeones del mundo…"(41).
En esta época las reglas llegaron a establecerse con la
exigencias siguientes:
- El ring: debía medir 6.10 m como
máximo y 4.90 m como mínimo y estar rodeado de tres
líneas de cuerda fuerte. - Las categorías de peso: incluían los
moscas (48 kg) hasta los pesados en más de 81
kg. - La presentación: exigía que los
púgiles fueran al combate afeitados, sin grasa en el
cuerpo, con ligero calzado y se prohibía el uso de anillos
y hebillas de cinturón. - Los guantes: Los boxeadores debían
emplear vendas para proteger las manos, aunque no eran
obligatorias y debían ser proporcionadas por los
organizadores y examinadas una vez puesta por el árbitro,
los guantes debían ser nuevos y sin alterar el relleno, de
no ser nuevos había que pasarlos por agua ligeramente jabonosa y
luego secarlos. Su peso para todas las categorías era de 8
onzas (227g.). - Duración del combate: Eran 3 round
de 3 minutos y permitían la presencia de los segundos en
el ring después de la señal de cada fin de
round y durante un minuto de descanso después de
cada asalto. - El arbitraje: el árbitro era un juez
único, que podía ser asistido por dos jueces, y el
resultado se decidía, en tal caso, por mayoría,
estableciendo para cada uno de los jueces y el árbitro, un
boletín de voto en el que atribuían los puntos para
cada round según las reglas de cada
país.
La apreciación para el trabajo de los jueces se
fundamentaba en cuatro aspectos:
1.- en la ciencia general (42); 2.-
la fuerza de los golpes; 3.- la calidad de la defensa; 4.- la
observación de las reglas. Cuando al final del combate un
juez, encontraba en ambos contrincantes el mismo total de puntos
debía declarar el combate nulo.
El árbitro estaba facultado para formular
"advertencias públicas" si un boxeador violaba el reglamento
sin merecer la descalificación inmediata. Para ello no
estaba obligado a consultar a los jueces. Si lo hacia, uno de los
dos cuando menos debía estar de acuerdo con él.
Después de dos advertencias públicas, el árbitro
debía descalificar forzosamente, en caso de reincidencia, al
boxeador.
Estas reglas se fueron modificando con el tiempo, aunque
sin perder su esencia inicial. Con la creación de la AIBA en
1946, surgen nuevas consideraciones no menos importantes
para
la evolución del boxeo. El reglamento del boxeo
aficionado de la Asociación Internacional de Boxeo
incluyó en sus incisos 22 reglas (43). En la Regla 10, referente a árbitros
y jueces, se define que el árbitro ejercerá sus
funciones en el cuadrilátero sin tomar notas en el papel de
registro de las anotaciones; la puntuación de cada pelea la
llevan cinco jueces, lo cual mantiene su vigencia. (Los primeros
pasos para la instrumentación y
aplicación de estas reglas de la AIBA en Cuba se dan a
finales de 1962 y principio de 1963).
La regla 18 permitía conceder 20 puntos por cada
asalto: el mejor boxeador recibía 20 puntos y su adversario
una cantidad proporcionalmente inferior. Cuando ambos
obtenían igualdad de méritos, cada
uno recibía 20 puntos y se decidía como ganador al
boxeador que demostraba mayor ofensiva o mejor estilo y si ambos
mantenían la igualdad en ese sentido se iba entonces al de
mejor defensa.
Los reglamentos de la AIBA fueron modificándose y
perfeccionándose sistemáticamente. La autora considera
que las modificaciones más significativas desde entonces por
orden cronológico, fueron la aprobación del protector
de cabeza opcional en 1983 y un "…nuevo sistema de
anotación el cual fue mostrado al publico internacional en
el torneo Pre – Olímpico de Boxeo en Seúl…,… que
presentó la federación de este deporte en la antigua
URSS, durante el invierno de 1987…"(44). Posteriormente, en el torneo internacional
de Primavera de Leningrado fue usada, por primera vez
oficialmente, la máquina anotadora y produjo muy buenos
resultados. Se aplicó en el Campeonato del mundo de mayores
en Moscú 89.
En los últimos años, el Congreso de la AIBA ha
realizado algunas modificaciones de consideración a las
reglas del Boxeo, fundamentalmente las de 1991 y posteriormente,
las aprobadas en 1996 que contempla, a partir de 1997, el
establecimiento de 5 asaltos de 2 minutos en los Torneos o
Campeonatos Continentales y Mundiales permitiéndose, de
mutuo acuerdo, otras variantes de 4 y 6 asaltos en eventos internacionales. Se
oficializa, por primera vez, la práctica del Boxeo Femenino
con modificaciones de las reglas para esta modalidad.
No se debe pasar por alto el constante perfeccionamiento
de la máquina anotadora, que se ha venido realizando para
lograr una construcción electrónica computarizada
altamente desarrollada, donde los aportes de algunos países
como Japón, Estados Unidos y
Cuba han estado a la vanguardia.
Este nuevo sistema, vigente en la actualidad,
revolucionó el boxeo en el mundo logrando, con relación
a los anteriores, un mayor acercamiento de la votación de
los jueces a la realidad del combate y la aplicación de
medios técnicos computarizados en el mismo. Esto tampoco
solucionó totalmente el problema, y las decisiones injustas
continúan siendo el gran problema del boxeo
olímpico.
A pesar de lo útil que ha resultado la máquina
anotadora para el trabajo de los jueces y los esfuerzos
realizados para su perfeccionamiento técnico, la autora
coincide con Gordienko, V (45), de que sería incorrecto asumir que la
máquina de anotación pueda dar respuesta a todos los
problemas relacionados con el arbitraje, ya que el factor humano
será el decisivo, con el juez teniendo que decidir en un
segundo si el golpe fue correcto y debe ser registrado o no en la
máquina.
A pesar de los novedosos cambios del arbitraje en el
boxeo y el perfeccionamiento técnico alcanzado en la
construcción de la máquina anotadora, se ha olvidado
que la forma o vía de decidir el vencedor, todavía se
fundamenta y rige, en su esencia por las bases tradicionales
negando así, de forma inconsciente, el desarrollo
tecnológico, al construir máquinas muy perfeccionadas
electrónicamente pero con la aplicación de una
metodología tradicional.
En 1996 y coincidiendo con el 50 "Aniversario de
Oro de la AIBA"(46) se
obtienen en Cuba, con esta investigación, los primeros
resultados científicos de una nueva propuesta para
perfeccionar el sistema de arbitraje vigente.
Las características del arbitraje actual en el
boxeo aprobado por la AIBA y representado de forma gráfica
en la Fig. 6 plantea, dentro de su sistema, una metodología
que concibe: la acción de juzgar mediante la votación
de los jueces por los dos boxeadores de forma simultánea;
una distribución de los cincos
jueces alrededor del ring; la decisión del ganador se
caracteriza por ser personal, previa y colectiva y donde los
jueces indican en su votación, a un vencedor.
Figura 6. Esquema que muestra la conformación del
sistema de arbitraje oficial de la AIBA.
Esta metodología, al ser automatizada, propicia el
uso de medios técnicos auxiliares para el trabajo de los
jueces, mediante cinco máquinas de tanteo (máquinas de
votación) acopladas en un sistema electrónico
computarizado que permite reconocer la coincidencia de los jueces
en un segundo cuando marcan los puntos a los boxeadores, (para
que sean validos los puntos, deben coincidir tres o más
jueces) y dar el resultado final del combate.
El arbitraje en el boxeo cuenta con los reglamentos de
la competencia para regular los derechos y deberes tanto de los
participantes como de los árbitros. Tienen carácter
oficial y su cumplimiento es obligatorio para todos los
participantes, sirven de base para la organización idónea
de las competencias, en concordancia con los objetivos educativos
y de fortalecimiento de la salud del deportista. En ellos se
determinan los tipos de competencia, los modos de celebrar los
campeonatos y determinar los ganadores en los torneo individuales
y por equipo.
A partir de enero de 1997 entran en vigencia las nuevas
modificaciones del reglamento para el arbitraje en el boxeo donde
se aprueba para los Campeonatos y Torneos Continentales,
Olímpicos y Mundiales la aplicación de cinco asalto de
dos minutos cada uno La interrupción del combate por avisos,
amonestaciones, para poner orden en la vestimenta, en el equipo o
por cualquier otro motivo, no están incluidos en los dos
minutos. No habrá ningún asalto complementario. En los
eventos internacionales, los asaltos serán, por regla
general, los mismos que los citados arriba, pero si se ha
convenido con anticipación, pueden haber cuatro asaltos de
tres minutos cada uno o cinco o seis de dos minutos cada uNO
Siempre habrá un intervalo de un minuto entre los asaltos.
(Estos cambios propician, aún más, el aumento de
decisiones por puntos lo que trae consigo que los jueces tengan
un trabajo más intenso en cada cartel con relación al
reglamento anterior, que permitía sólo tres
asaltos).
Cada combate es anotado por cinco jueces de la AIBA. Sus
asientos separados de los del público, cerca del
cuadrilátero. Los jueces 3 y 4 ocupan un mismo lado del ring
de frente al jurado y a cierta distancia uno del otro, y los
jueces 1, 2 y 5 se ubican cada uno distribuidos en tres lados del
ring como se muestra en la Fig. 7. Cuando el número de
jueces disponibles es insuficiente, podrán emplearse tres
jueces en lugar de cinco, pero esto no se podrá aplicar en
los Juegos Olímpicos, en los Campeonatos del Mundo ni en los
Campeonatos Continentales.
Figura 7. Muestra la
distribución de los jueces en el ring según el
sistema de arbitraje oficial.
En los encuentros internacionales se pueden tomar
acuerdos que no afecten la reglamentación
oficial.
Con el fin de garantizar la
neutralidad de los jueces, el reglamento dispone que los nombres
del árbitro y de los cinco jueces serán elegidos para
cada combate por la Comisión de Árbitros y Jueces,
según las directivas del reglamento. Entre ellas están
que no deben trabajar más de dos jueces de un mismo
Continente en un combate; para los Torneos y Campeonatos la
designación de los jueces se hará por sorteo cerca del
ring, antes de cada combate.
Cada juez juzgará los méritos de ambos
participantes independientemente y decidirá el vencedor
según las reglas. De esta forma, los jueces deciden
directamente en su votación personal cual de los boxeadores
es el vencedor.
Los tipos de decisiones que se dan en el boxeo para
decidir el ganador son varios: referí suspende el combate
(RSC); referí suspende el combate por golpes a la cabeza
(RSC-H); referí suspende el combate, invalidación por
golpe en la cabeza (RSCH-I); fuera de combate (KO); no
presentación (NP); abandono; cuando el médico suspende
el combate; descalificación y votación por
puntos.
Hasta aquí se abordan, de manera general, algunos
de los aspectos más importantes que se relacionan
directamente con el arbitraje actual en el boxeo. A
continuación es necesario profundizar en la "votación
por puntos", por ser esta la más utilizada y expuesta a la
subjetividad de las percepciones de los jueces para realizar sus
valoraciones, en su función de juzgar a los boxeadores,
durante el combate para decidir el ganador.
La votación por puntos es el resultado de los
golpes correctos y de todas las otras informaciones que los
jueces registran, a partir de su valoración, en la memoria del equipo
electrónico apretando el botón correspondiente. Sobre
esta base, el resultado final es obtenido por cálculo automático;
cuando se trabaja por boletas, deben coincidir en un mismo
ganador tres o más jueces.
Existen dos formas de votación por puntos: la
Personal y la Combinada (Tablas 1 y 2). La primera es cuando
entran a la máquina todos los golpes marcados por los jueces
y se conservan en la memoria de la misma para ser
utilizada en caso de empate; la segunda, basada en la Personal,
permite la entrada solo de las anotaciones personales que se
realicen en un tiempo de un segundo y coincidan, como
mínimo, tres de los cinco jueces; con ella se da el
resultado final. Solo en caso de empate es utilizada la Personal
como veredicto final. Para comprender mejor la forma de
evaluación en la competencia de boxeo, se utilizará el
ejemplo (Tabla 1 y 2) de como fueron evaluados los boxeadores en
un combate de los 54 Kg. el día 26/01/1996 en el Torneo
Nacional de Boxeo "Playa Girón 96" entre Pérez
Domínguez, Rencise (Hol) vs Moreno Vargas, Aldo E.
(Gram).
Tabla 1. Decisión | ||||||
Asaltos: N° del juez. | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | Promedio* |
R-A | R-A | R-A | R-A | R-A | R-A | |
1 | 7:13 | 1:6 | 6:2 | 3:3 | 2:2 | 19:26 |
2 | 2:5 | 0:6 | 10:13 | 3:9 | 3:7 | 18:40 |
3 | 18: 11 | 5:2 | 11:18 | 3:9 | 3:3 | 40:43 |
Total | 27:29 | 6:14 | 27:33 | 9:21 | 18:12 | 77:109 |
Tabla 2. Decisión | ||||||
Asaltos: N° del juez. | 1 | 2 | 2 | 4 | 4 | Promedio* |
R-A | R-A | R-A | R-A | R-A | R-A | |
1 | 1:1 | 1:0 | 1:1 | 1:1 | 0:1 | 1:1 |
2 | 0:2 | 0:2 | 0:2 | 0:1 | 0:2 | 0:2 |
3 | 3:3 | 1:0 | 3:3 | 2:3 | 2:0 | 3:3 |
Total | 4:6 | 2:2 | 4:6 | 3:5 | 2:6 | 4:6 |
*Denominación que se le da en el boxeo la suma de
los puntos marcados por los jueces en cada combate.
R = ( boxeador de la esquina Roja) A = (Boxeador de la esquina
Azul).
(Aunque separamos en dos tablas el ejemplo dado,
recordamos que ambas pertenecen al mismo combate).
Teniendo en cuenta la importancia de la objetividad de
la evaluación, se analizará la presencia de la misma,
de forma práctica en el ejemplo dado, con la intención
de lograr una mejor comprensión acerca del contenido que la
conforma.
En la votación personal, la diferencia de puntos
entre los jueces 1 y 3, con relación a los puntos dados por
los jueces 2, 4, y 5 es notablemente amplia y, aunque ocurre todo
lo contrario en la decisión combinada, entre ella y la
personal se pone de manifiesto una gran diferencia que pone en
duda su objetividad. Ocurren situaciones como las puntuaciones
del tercer asalto donde el juez 1 votó 18:11 a favor del
rojo y el juez 3 marcó 11: 18 también, pero a favor del
azul. Vieron la misma cantidad de puntos pero de forma distinta
para uno y otro boxeador.
De un total de 77 puntos marcados al boxeador Rojo, los
jueces coincidieron solamente en 4, algo parecido
ocurre con los golpes efectivos que le vieron tirar los jueces al
boxeador Azul, pues de 109 puntos coincidieron apenas en 6. Por
los resultados de la decisión combinada el combate
resultó ser muy parejo, y hasta algo cerrado, pues la
diferencia del ganador fue de sólo dos puntos. Sin embargo
llama la atención que por la decisión personal, el
ganador alcanza una amplia ventaja nada menos que de 32 puntos. A
este análisis es propicio incorporar la información
recibida en el marco del evento sobre los resultados de la
valoración del estudio del vídeo de este combate
realizado por los especialistas, quienes consideraron que el
verdadero ganador fue el Rojo y no el Azul como determinaron los
jueces.
Aunque el ejemplo seleccionado para demostrar como es
que se realiza la votación por puntos en una competencia de
boxeo, no es el más feliz; tampoco, por si solo, fundamenta
el porqué del presente trabajo. Lo que si es un hecho es la
posibilidad real de que pasen cosas como estas, lo que pone en
duda la calidad y objetividad de este sistema de arbitraje. En
esencia, es así como se decide el ganador del combate, con
la aplicación, como es lógico, de las reglas
establecidas, y que no siempre, lamentablemente, son respetadas
por los jueces.
Los especialistas, funcionarios y directivos del boxeo
no se han mantenido ajenos a esta situación. En el amplio
estudio bibliográfico realizado a lo largo de varios
años, se pudo comprobar que, históricamente, se han
realizado innumerables esfuerzos en busca de una solución, y
si fuera necesario mencionar nombres al respecto,
situaríamos a la vanguardia de esta histórica lucha al
propio Presidente de la AIBA, Prof. Anwar Chowdry.
Resumiendo se puede expresar que el arbitraje, como
forma particular de evaluación, no solo se limita a la
evaluación del resultado sino que es también utilizada
como un medio para evaluar el proceso de entrenamiento y
comprobar la eficiencia del plan propuesto en condiciones
competitivas y por ello la objetividad, como cualidad
integradora, debe ser reconocida como premisa del acto valorativo
de los jueces.
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