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El Muro de Berlín




Enviado por M. Gustavo Larrieu



    1. El contexto histórico.
      El fin de la 2da. Guerra Mundial
    2. La conferencia de paz y la
      cuestión alemana. La división del Reich
      alemán
    3. La guerra fría y el
      nacimiento de la R.F.A. y la R.D.A.
    4. La Construcción del
      Muro
    5. Escape hacia la
      libertad
    6. Las víctimas del muro de
      Berlín
    7. Consecuencias de la caída
      del Muro
    8. La caída del Muro y su
      relación con el orden mundial
    9. Conclusión
    10. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    Existen derechos fundamentales,
    inherentes a la persona humana,
    que le corresponde por el solo hecho ser hombre. Estos
    se encuentran profundamente vinculados a la idea de la dignidad
    humana. La vida, la participación política, la identidad, la
    libertad son
    indiscutibles atributos propios de las personas. El muro de
    Berlín se convirtió en la negación de
    todos esos derechos intrínsicos del individuo.

    El objetivo del
    presente trabajo es
    conocer y analizar las causas y las consecuencias de la
    instalación de esta barrera que separó a un pueblo
    desde 1961 hasta 1989 y destacar que, por sobre todos los
    antagonismos, la voluntad de libertad y el ansía de elegir
    su propio destino termina por imponerse.

    Se eligió el tema porque el Muro de Berlín
    fue el fiel reflejo de la "Guerra
    Fría", del periodo que prosiguió al fin del
    último conflicto
    bélico mundial y de una nueva forma de enfrentamiento
    entre las grandes potencias y para conocer, a través de
    una investigación, los motivos y las
    consecuencias de este hecho histórico.

    EL CONTEXTO
    HISTORICO

    EL FIN DE LA SEGUNDA GUERRA
    MUNDIAL

    Las consecuencias inmediatas de la Segunda Guerra
    Mundial fueron catastróficas. Seis años de
    combate dejaron a Europa
    desvastada. Sólo las pérdidas humanas y materiales
    hacían ya muy difícil pensar en su
    reconstrucción. El número de muertos en Europa fue
    del orden de 30.000.000 aproximadamente, el triple de la Primera Guerra
    Mundial. Las pérdidas materiales fueron también
    extraordinarias. En la Unión Soviética fueron
    destruidas unas 1700 ciudades y unos 70.000 pueblos. Los
    bombardeos terrestres y aéreos destruyeron gran parte de
    ciudades como Berlín, Dusseldorf, o barrios enteros como
    en Londres. Muchos puertos y vías de comunicación quedaron inutilizados; los
    campos arrasados y las industria
    destruidas o semidestruidas. (Vicens Vives, 1979)

    A esta situación se le debe agregar las deudas
    que los aliados europeos contrajeron con los Estados Unidos,
    aproximadamente treinta millones de dólares y el impacto
    psicológico que significó el descubrimiento de los
    campos de concentración nazis y que se sumó al
    terror latente en la población europea por las vicisitudes de la
    guerra.

    "Los Estados Unidos salieron de la guerra como
    auténticos vencedores frente a una Europa destruida. Su
    capacidad industrial se incrementó de forma
    extraordinaria, sus campos no fueron arrasados y su marina
    mercante superó al conjunto de la europea".

    "Esta situación y el rápido resurgir de la
    Unión Soviética facilitaron que de forma más
    o menos inmediata estas dos potencias accedieran a ocupar el
    papel hegemónico en el mundo de posguerra".
    2

    LA CONFERENCIA DE
    PAZ Y LA CUESTIÓN ALEMANA. LA DIVISIÓN DEL REICH
    ALEMÁN

    Una vez finalizada la Segunda Guerra mundial
    con la capitulación de los ejércitos alemán
    y japonés, en mayo y septiembre de 1945, respectivamente,
    se inició el largo proceso de
    celebración de los Tratados de Paz,
    comenzando en la conferencia de Potsdam (17 de Julio-1 de agosto
    de 1945), con la presencia de Stalin, Truman y Atlee, en
    representación de la Unión Soviética,
    Estados Unidos y Gran Bretaña.

    La llamada "cuestión alemana" fue uno de los
    problemas
    más importantes examinados en Potsdam; aunque
    también se consideró el futuro de diversos
    países europeos: Hungría, Rumania, Bulgaria,
    Grecia,
    Yugoslavia y Polonia. La Conferencia estableció las bases
    y la estructura de
    la división alemana.

    El proyecto de los
    Aliados para Alemania era
    construir una unidad estatal unificada cuyo potencial,
    administrado por los aliados, tenía como objetivo impedir
    que volviera a desempeñar un papel protagónico en
    la escena internacional. De acuerdo con esto, una comisión
    interaliada debía asumir la
    administración de Alemania sectorizada en áreas
    de influencia; pero al objetivo no pudo llevarse a cabo debido a
    que pronto surgieron divergencias en la interpretación de los pactos, que no
    pudieron resolverse en las conferencias celebradas en
    Moscú, París y Londres entre 1946 y
    1947.

    Potsmdan evidenció que la alianza forjada contra
    el enemigo común: el Tercer Reich Alemán, se
    debilitaba, se desvanecía ante la desaparición de
    ese enemigo común. Europa y el mundo contemporáneo,
    polarizado alrededor de las dos potencias antagónicas, los
    E.E.U.U. y la Unión Soviética, se deslizaban hacia
    una fuerte tensión política, hacia la
    llamada "Guerra Fría".

    A finalizar la guerra y firmar la capitulación
    general Alemania y Austria quedaron militarmente ocupadas por el
    ejército francés, británico, estadounidense
    y soviético. Berlín y Viena quedaron divididas de
    forma cuatripartita.

    "El territorio del Reich alemán en sus fronteras
    de 1937 fue dividido en junio de 1945 en las zonas de
    ocupación británica, americana y francesa. Se le
    incorporó económicamente a Francia
    aunque con una autonomía política restringida- el
    territorio del Sarre, poblado por más de un millón
    de alemanes. El poder
    político y económico alemán lo
    ejercerían ahora las potencias ocupantes".

    LA GUERRA FRIA Y EL
    NACIMIENTO DE LA REPUBLICA FEDERAL ALEMANA Y LA REPUBLICA
    DEMOCRATICA ALEMANA

    Se puede definir a la "GUERRA FRIA" como el estado de
    tensión y de fricción constante entre dos o
    más países, en el que cada uno de los antagonistas
    adopta decisiones con el propósito de aumentar sus fuerzas
    y debilitar las del otro, pero sin llegar a la guerra directa.
    Podemos citar como fecha inicial de esta peculiar
    situación política, la culminación de la
    Segunda Guerra Mundial y, más concretamente, a partir de
    la actitud
    soviética respecto a su zona de ocupación en
    Berlín.

    La ciudad de Berlín fue hasta 1945 la capital de
    Reich, fecha en que quedó ocupada por el ejército
    "rojo"; y administrada después conjuntamente por las
    cuatro potencias aliadas formando una Comandancia.

    En el Protocolo de
    Londres en 1944 se dispuso que el territorio de Berlín, en
    su calidad de
    territorio especial –fuera de las zonas de
    ocupación- sería administrado conjuntamente por las
    fuerzas armadas de E.E.U.U, el Reino Unido, y la Unión
    Soviética; en un Protocolo Adicional se acordó
    posteriormente la incorporación de Francia.

    La rápida evolución en favor de la URSS en la Europa
    oriental, como consecuencia de la situación
    postbélica y la presencia del Ejército Rojo,
    determinó una amplia área de influencia comunista
    cuya imaginaria línea demarcatoria, que iba de Stettin a
    Trieste, recibió de Churchill la gráfica
    denominación de "telón de acero". El 5 de
    marzo de 1946, el Primer Ministro Británico Winston
    Churchill dijo "… desde Stettin, en el Báltico,
    hasta Trieste, en el Adriático, una cortina de hierro ha
    descendido a lo largo del continente".

    A partir de 1947, los acontecimientos que consagraron la
    ruptura entre los antiguos aliados se precipitaron. Los gobiernos
    de coalición previstos para los países de la Europa
    oriental no fueron duraderos. El proceso de concentración
    del poder efectivo en manos de los partidos comunistas
    nacionales, iniciado desde el mismo fin de la guerra,
    afectó a Bulgaria, Rumania, Albania, Polonia,
    Hungría y la en ese entonces Checoslovaquia.

    "La creación por Stalin de la
    "Kominform" (Oficina de
    información comunista), en septiembre de
    1947, destinada a asegurar la cohesión de los
    regímenes prosoviéticos, la guerra civil de Grecia
    (1946- 1949) y el golpe de Praga (1948) tuvieron su respuesta en
    el feroz anticomunismo de la doctrina de Truman, la
    aplicación del plan Marshall de
    ayuda económica a las democracias europeas, la
    consumación de la alianza atlántica con la
    creación en 1949 de la
    Organización del Tratado del Atlántico Norte
    (OTAN), que contribuyeron a ahondar las divergencias de uno y
    otro bando y a tensar las relaciones hasta límites
    peligrosos para la paz mundial".

    "Hacia 1947, Estados Unidos e Inglaterra
    plantearon la imposibilidad de administrar conjuntamente
    Alemania. Posteriormente, ocasiona la ruptura con Rusia cuando
    Molotov (representante de la U.R.S.S.) abandona la Conferencia de
    París, reunida para discutir el Plan Marshall".

    Tras el fracaso de esta Conferencia, resulta inevitable
    crear dos entidades en Alemania: una que rigiera la zona
    soviética de ocupación y la otra las tres zonas del
    Oeste.

    Ante el temor de la expansión del comunismo en
    Europa y la gravedad de la situación económica, las
    potencias occidentales tomaron una serie de medidas que marcaron
    la profundidad de la grieta ideológica entre los
    vencedores. Mientras en su sector la URSS organizaba la economía y la
    sociedad de
    acuerdo a principios
    comunistas, EE.UU., Gran Bretaña y Francia fusionaron los
    suyos y pusieron todos los medios para
    una rápida reconstrucción del país. En este
    sentido, los aliados occidentales no sólo condonaron gran
    parte de las indemnizaciones de guerra de las que Alemania era
    deudora, sino que aportaron importantes cantidades de capital,
    sobre todo a través del plan Marshall estadounidense, que
    derivaron en la reforma monetaria de 1948 y en la creación
    de un marco de gran fortaleza, cuya introducción en la zona soviética
    provocó, como reacción más espectacular y
    preludio de la división del país, el bloqueo de
    Berlín, entre el 24 de Junio de 1948 y el 12 de Mayo de
    1949. (Vicens Vives, 1979)

    En 1948, medidas soviéticas obligaron a la
    administración alemana de la ciudad, a
    limitarse a la parte ocupada por las potencias occidentales
    (Berlín-Oeste). Los rusos nombraron una administración municipal, que bajo la
    dirección de un "Burgomaeste", se
    encargó de regir los destinos de esa parte de la ciudad;
    abandonando el Consejo Aliado de Control y la
    Comandancia Aliada.

    "La partición de Alemania se consumó con
    la constitución de la República Federal
    de Alemania (RDF) por los occidentales, el 23 de Mayo de 1949
    – gobernada por el canciller Konrad Adenauer y de la
    República Democrática de Alemania (RDA) por los
    rusos, el 7 de Octubre del mismo año, presidida por Walter
    Ulbrich, entidades estatales que no ejercieron su soberanía hasta la derogación del
    Estatuto de Ocupación en 1955".

    LA CONSTRUCCION DEL
    MURO

    Con los dos bandos bien delimitados, en 1946 comenzaron
    las restricciones para ir de un lado a otro del territorio
    berlinés y en 1957 directamente se prohibía dejar
    la Alemania Oriental sin expreso permiso del gobierno.

    "Antes de esas restricciones unas 500.000 personas
    pasaban diariamente de una parte a la otra de la ciudad. Para
    trabajar, para ver a sus parientes, a sus amigos. Para tratar, en
    definitiva de reconstruir sus vidas y comenzar a ver el futuro
    desde una mejor perspectiva. En los primeros seis meses de 1961,
    más de 150.000 berlineses del Este se refugiaron en el
    lado Occidental. Estos se sumaban a los cientos de miles que lo
    hicieron desde el fin de la guerra".

    A pesar de que la RDA era considerada una de las
    naciones más productivas del bloque soviético, su
    estándar de vida estaba por debajo del de la
    República Federal Alemana. El "milagro económico de
    la RFA hizo que cualquier comparación fuera favorable al
    lado occidental de la ciudad. No era de extrañar que la
    huida de la población, especialmente trabajadores
    calificados, de la RDA a Berlín Occidental fuera cada vez
    mayor, esperando encontrar mayores oportunidades.

    Para el bloque oriental, la zona ocupada por las
    potencias occidentales constituía algo insólito en
    la división estricta de Europa, un enclave capitalista en
    el mundo socialista. además, proporcionaba a los
    habitantes de Berlín oriental y de toda Alemania del Este
    un medio de participar en el "milagro económico de
    Occidente". (Koch, 1972)

    "…El contraste de los niveles de vida de uno y
    otro lado se hizo evidente y ello contribuyo a fomentar la fuga
    constante de ciudadanos al sector oeste. Tras exigir Kruschev la
    retirada de Berlín de todas las tropas de
    ocupación, el 13 de agosto de 1961, las fuerzas de
    seguridad
    germano-orientales cerraron con alambres de espino o ladrillos y
    cemento 68 de
    los 80 puntos de comunicación entre un sector y otro de la
    ciudad…"

    Para evitar esa verdadera sangría humana fue que
    el gobierno de la RDA comandado por Ulbritch decidió la
    construcción de la muralla. La
    explicación pública de los funcionarios
    "democráticos" fue bien distinta. Con esta medida se
    buscaba proteger a los ciudadanos orientales de un eventual
    ataque.

    Una vez más los supuestos protegidos
    serían quienes padecerían las
    consecuencias.

    "La "Operación rosa" fue gestada por el
    secretario de Defensa del Consejo Nacional de la RDA; a las 16
    hs. del 12 de agosto de 1961 Walter Ulbritch daba luz verde para la
    operación con el corte del transporte y
    vías de acceso. Los soldados germano orientales colocaron
    alambre de espino en la línea de demarcación entre
    Berlín Este y Oeste. Pronto, estas fortificaciones
    temporales, se convirtieron en un muro de cemento de 5 m. de
    alto, coronado con alambres y controlado por torretas de
    vigilancia, nidos de ametralladoras y minas. Este complejo
    sistema de muros,
    vallas electrificadas y fortificaciones se extendió a lo
    largo de " … 165 km. de cemento armado que cortaban 192
    calles".

    "Para controlar semejante extensión, el
    Ejército de la R.D.A. desplegaba 14.000 soldados con
    órdenes estrictas para custodiarlo y reprimir a quienes
    osaran escalar sus paredes".

    "El objetivo oficial del gobierno oriental fue el
    "proteger a los habitantes de la RDA contra los ataques fascistas
    occidentales". Sin embargo, el objetivo real era otro: impedir el
    escape a la libertad de miles de ciudadanos disconformes con el
    régimen comunista impuesto por la
    Unión Soviética".

    ESCAPE HACIA LA
    LIBERTAD

    Quienes escapaban usaban una variedad de métodos y
    estratagemas. Por ejemplo, en su primer año de existencia,
    el muro fue embestido 14 veces por pesados camiones. La
    mayoría de esos escapes de hecho ocurrieron en los
    primeros meses, cuando la frontera aun
    no había sido totalmente sellada.

    En total 5.043 alemanes orientales, incluyendo 574
    guardias fronterizos, lograron escalar el muro. El primero en
    hacerlo fue Conrad Schuman, quien no perdió tiempo para
    saltar sobre la alambrada de púas el 15 de de agosto de
    1961.

    Sesenta mil personas fueron sentenciadas por intentar
    "huir de la República", y algunos simplemente por hacer
    "preparativos". Quienes ayudaban a los fugitivos eran
    sentenciados a cadena perpetua.

    El escape más espectacular ocurrió en
    octubre de 1964, cuando 57 residentes de Berlín Oriental
    pasaron por debajo del muro. Desde el mes de abril de 1937
    estudiantes y familiares de los fugitivos que vivían del
    lado occidental habían cavado un túnel a una
    profundidad de de 13 metros, con una longitud de 145 metros y 70
    cm. de alto, enlazando una antigua panadería en la calle
    Bernauer con algunos patios en la calle Strelitzer, en el lado
    oriental.

    Durante la noche del 28 de julio de 1965, la familia
    Holzapfel consiguió la hazaña de escalar el Muro,
    deslizándose por una cuerda arrojada desde el techo de la
    Casa de los Ministerios en
    el lado oriental y tensada del lado occidental por familiares al
    tanto de su escape.

    Quienes escapaban usando automóviles lo
    hacían de dos formas. En una el fugitivo era atado debajo
    del vehículo; en la otra se ocultaba dentro del
    baúl, donde el tamaño del tanque de combustible
    había sido reducido a tal fin.

    Otro escape anecdótico fue el que protagonizaron
    cuatro hombres, quienes enfundados en uniformes soviéticos
    confeccionados por sus mujeres cruzaron el Muro sin ningún
    problema, y hasta fueron saludados respetuosamente por los
    centinelas.

    Por último, es de destacar lo ocurrido en enero
    de 1984 en la Embajada de U.S.A. en Berlín Oriental, en
    donde seis alemanes orientales se refugiaron y, después de
    dos días de intensas negociaciones, finalmente recibieron
    de las autoridades el permiso para emigrar.(Guerrero,
    1999)

    LAS VÍCTIMAS
    DEL MURO DE
    BERLIN.

    "Desde el mismo día de la construcción del
    muro comenzaron los intentos de fuga hacia la Meca que
    significaba el sector occidental. La primera víctima fue
    un sastre berlinés de 24 años, Günter Litfrin,
    que falló en su cometido de cruzar el muro.

    El último integrante de esta fría y
    terrible cronología, fue Chris Gueffroy, quien con tan
    sólo 20 años, perdió la vida el 5 de febrero
    de 1989, en el intento de conocer otro mundo.

    … A su hermano Jürgen no se lo
    encontrará en las fotos de aquellos
    que hace 15 años se bañaron con las masas para
    celebrar la caída del Muro, "aquella noche solo
    lloré, de alegría, …No podía creer
    que por fin se acabara aquel sistema criminal, que sometía
    a una vigilancia continua, que obligaba por ley a denunciar
    al padre o a la madre si resultaban sospechosos de deslealtad al
    régimen, que mataba o vendía a sus
    ciudadanos"

    CONSECUENCIAS DE LA
    CAIDA DEL MURO

    "Para el bloque socialista significó una ruptura
    radical con su pasado (economía planificada sin propiedad
    privada; un estado
    sobreprotector que les exigía ser ateos y
    restringía la circulación de las personas; el pleno
    empleo y el
    consumo
    reducido a lo necesario).

    Tuvieron que sobreadaptarse al capitalismo,
    un universo
    desconocido por el aislamiento que el Muro había
    impuesto.

    Cayo en desuso el compromiso político al estilo
    Sartre y gran
    parte de una generación quedó fuera de onda salvo
    si aceptaba los nuevos valores que
    rendían culto al éxito,
    al dinero y al
    interés
    individual por encima del bien común".

    "El exorbitante costo que
    suponía para Alemania Occidental absorber una Alemania
    Oriental económicamente muerta era uno de los mayores
    problemas que traía aparejados la caída del muro.
    Esto fue bien aprovechado por los partidos de coalición
    que apoyaban el programa del
    Canciller Kohl, quienes en la campaña electoral formularon
    diversas propuestas integradoras desde el punto de vista
    económico, lo que les permitió captar el voto de la
    mayoría de los alemanes orientales. Así, para
    facilitar el paso de Alemania Oriental a la competitiva
    economía de mercado, el
    gobierno invirtió miles de millones de marcos en una red de seguridad
    social que sirviera de contención a los flamantes
    ciudadanos".

    La privatización de las empresas
    estatales del este en favor de las empresas del oeste fue
    subsidiada masivamente por el Estado alemán (que se hizo
    cargo de la deuda externa de
    la RDA y de las deudas internas y externas de sus empresas), lo
    que provocó una descomunal emisión monetaria y un
    crecimiento espectacular del déficit fiscal. El
    'costo' de la 'unidad alemana' ascendió a varios cientos
    de miles de millones de dólares que ahora se pretende que
    paguen los trabajadores del este y del oeste mediante la
    reducción del seguro al
    desempleado, de los subsidios familiares y el elevamiento de la
    edad jubilatoria.

    La anexión significó, efectivamente, una
    enorme destrucción de fuerzas productivas: desaparecieron
    las dos terceras partes del PBI industrial este alemán y
    la desocupación trepó más
    allá del 40% de la población activa. Esta
    sangría sistemática del este sirvió para que
    los capitalistas del oeste amasaran enormes beneficios y para que
    la economía alemana escapara por un tiempo a la
    recesión. Pero cuando la 'fiesta' de la
    'unificación' pasó, dejó al descubierto una
    crisis
    capitalista agravada, pero por sobre todo, ha dejado en claro que
    la unidad alemana sólo puede hacerla la dictadura del
    proletariado y el socialismo.

    La crisis 'oriental' se ha convertido, entonces, en una
    crisis general; que la gigantesca masa de beneficios provocada
    por el copamiento (subsidiado) de los mercados
    orientales y la eliminación (también subsidiada) de
    los competidores orientales por los grupos
    occidentales, no haya alcanzado para elevar de una manera
    decisiva la tasa de beneficio, es una demostración
    inapelable de la envergadura de la crisis del capitalismo
    alemán. La política capitalista frente a la crisis
    apunta a la 'convergencia de los salarios' y a una
    'flexibilización radical del mercado del trabajo en toda
    Alemania'. Esto significa agudizar la competencia entre
    los trabajadores mediante la eliminación de la estabilidad
    en el empleo y la introducción de la famosa
    'flexibilidad'; la burguesía trata de utilizar el desempleo
    oriental para forzar la reducción de los salarios y las
    condiciones de trabajo de los obreros del oeste. (De Privitellio,
    L.J. Luchilo, Moneneyo y otros, 2002)

    LA CAÍDA DEL
    MURO Y SU RELACIÓN CON EL ORDEN MUNDIAL

    Entre 1989 y 1991, el mundo experimentó, en
    secuencia rápida, una serie de acontecimientos
    drásticos (la caída del Muro de Berlín, la
    reunificación de las dos Alemanias, el estallido interno
    de la Unión Soviética, el término del Pacto
    de Varsovia y la guerra en la antigua Yugoslavia), que
    resultó en los siguientes hechos:

    Fin de la guerra fría y del mundo bipolar,
    emergiendo los Estados Unidos como potencia
    hegemónica.

    La Guerra del Golfo duró desde el 16 de enero al
    27 de febrero de 1991 con la rendición incondicional de
    Iraq.

    El inicio de las reivindicaciones del Japón y
    Alemania, grandes potencias económicas, pero alejadas
    desde el fin de la Segunda Guerra Mundial de las decisiones
    políticas mundiales. El Japón, al
    recibir la negativa de Rusia de devolver las islas Curiles,
    ciertamente reevaluará su estructura militar, hoy limitada
    al 1% de su PBI por disposición constitucional impuesta
    por los Estados Unidos durante la ocupación al final de la
    Segunda Guerra Mundial.

    Alemania reivindicó la retirada de las tropas de
    la OTAN de su territorio, ya que no existe amenaza justificada.
    Ambos, Japón y Alemania, desean tomar asiento como
    miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU. No se
    justifica tomar parte del "Grupo de los
    Siete" (líderes de las naciones más
    industrializadas) si no se tiene la contrapartida del poder
    político, a través del poder del veto, en el
    órgano de mayor representación política en
    el planeta.

    Formación de mega-bloques
    económicos y políticos. La formación del
    NAFTA,
    conformado por los Estados Unidos, Canadá y México,
    sorprendió a los países de América
    del Sur pues se constituía otro mega-bloque
    económico en el eje Norte-Norte. Por ello se
    concibió la creación del MERCOSUR, del
    cual formaban parte inicialmente Brasil,
    Argentina, Uruguay,
    Paraguay y
    Chile.

    Interferencia cada vez mayor de la O.N.U., a
    través del Consejo de Seguridad, en las querellas
    regionales con el consecuente aumento del número de tropas
    y el número de "Peace Keeping Forces" (Fuerzas de Mantenimiento
    de la Paz). (Maestri, 2001)

    CONCLUSIÓN

    El 13 de agosto de 1961 los soldados germano-orientales
    junto a sus milicias rodearon Berlín oriental con alambre
    de púas. Estas fortificaciones temporales fueron
    rápidamente reemplazadas por un muro de concreto de 4
    metros de altura por 166 kilómetros de largo, 45 de los
    cuales cortaban la ciudad en dos partes.

    De esta manera nacía el muro de Berlín
    considerado por el bloque comunista como una barrera contra el
    peligro de una invasión o de interferencias del mundo
    occidental. Para Occidente, en cambio, el
    muro se convirtió en el elemento más notorio de la
    denominada "cortina de hierro".

    El hormigón y el alambre de púa se
    convirtieron en los únicos argumentos con los que el
    régimen comunista contuvo la atracción que
    ejercía el mundo libre.

    Durante 28 años, el Muro de Berlín
    separó amigos, familias y a una nación.

    Durante los veintiocho años que el muro estuvo de
    pie, más de cinco mil personas trataron de escapar.
    Más de 100 murieron en el intento. Muchos fueron muertos
    por la guardia fronteriza de la DDR.

    El Muro se transformó en el mayor símbolo
    de la guerra fría, esa partida que jugaban las grandes
    potencias vencedoras, sobre todo Estados Unidos y la Unión
    Soviética. Y también en una cruel vía de
    escape para quienes querían huir en busca de un futuro
    mejor.

    Pero el Muro no solo se cobró vidas, fue una
    divisoria de cemento que atravesaba 192 calles y marcaba dos
    Berlines. Uno el de la libertad, el respeto a los
    derechos
    humanos, la potencia económica, la ciudad
    próspera que quería dejar atrás el horror lo
    más rápidamente posible. El otro, en cambio,
    marcaba la falta de libertad, la dictadura comunista, el
    desprecio por los derechos individuales de las
    personas.

    Así la histórica Berlín, capital
    alemana desde la reunificación de 1871, fue una ciudad
    separada, fragmentada, dividida. Con diferentes proyectos, con
    diferente futuro.

    El Muro separaba a los hombres no solo
    físicamente sino los alojaba en compartimentos
    ideológicos tan cerrados y contrapuestos que ni siquiera
    podían compartir un espacio común.

    Significó, por último, una división
    de pensares que al final terminó por
    derrumbarlo.

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    Vicens Vives, J. Historia General Moderna. Vol.
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    Montaner y Simón, Barcelona. 1979

     

    M. Gustavo Larrieu

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