- Resumen
- Reflexión teórica
acerca del espacio - Principales clásicos de
la escuela alemana - La Escuela de
Chicago - Escuela Marxista Francesa
de Sociología Urbana - Algunas tendencias
actuales - La actualidad del tema:
Globalización
La relación espacio-ciudad ha sido analizada a lo
largo de la historia de la sociología, este trabajo
pretender brindar una panorámica teórica del tema,
abordando la perspectiva de los teóricos clásicos
hasta llegar a las tendencias actuales y la relación con
el proceso
globalizador.
1–Reflexión teórica acerca del
espacio.
El problema de cómo entender el espacio y los
procesos
sociales que se dan al interior de las ciudades va a estar en
estrecha relación con el enfoque teórico que
predomine en cada uno de los autores o escuelas de
sociología. Los criterios de cada uno de ellos resultan de
gran importancia a la hora de realizar un estudio sobre una
determinada situación urbana.
Por ejemplo, en David Harvey encontramos el siguiente
concepto de
espacio. ¨El espacio es un producto
social, un gigantesco sistema de
recursos creados
por el hombre, de
gran importancia económica, social, psicológica y
simbólica. Aquí se observa como el autor percibe el
espacio mas allá de lo físico, lo toma como
producto de la acción
del individuo, de
su interacción constante, de su
relación con la sociedad en
sentido general y como producto de los cambios y transformaciones
que se han producido en el transcurso de la historia de la
sociedad.
Harvey, considera al espacio como digno de un análisis sociológico, en la medida
que se trata de un elemento autónomo, que produce efectos
propios, no deducibles de los otros elementos con los que se
encuentra interrelacionado, aunque esto no significa que no sea
determinado.
Tenemos que admitir que el espacio social es complejo,
heterogéneo. A veces discontinuo y casi con seguridad
diferente del espacio físico en el que trabajan
habitualmente el ingeniero y el planificador. En esta cita se
percibe la postura del autor en cuanto a la construcción social del espacio,
susceptible además a cambios y transformaciones en el
transcurso histórico mundial.
Esta visión del espacio es tomada también
por otros autores, Jean Remy y Liliana Voye plantean que ¨el
espacio no puede interpretarse mas que en su articulación
con las otras estructuras en
el interior de una formación social dada¨. Por tanto
el espacio es portador de un conjunto de potencialidades, hasta
el punto que los otros elementos no están verdaderamente
socializados más que en la medida en que se inscriben en
un espacio, visto desde el punto de vista físico y
social.
Por su parte la autora cubana Mariana Ravenet considera
al espacio como un hecho social. Con carácter histórico y productor y
producto a la vez. Los espacios socialmente construido se
organizan y reconfiguran permanentemente, como resultado de las
formas y funciones
derivadas de
los procesos económicos y sociales. El espacio es para
ella una realidad social y no exclusivamente natural ya que la
naturaleza es
objeto permanente de transformación por la actividad
humana, es naturaleza socializada. Además esta autora
concibe el espacio en relación con lo humano, como
entorno, como lugar de ocurrencia y manifestación del
conjunto de relaciones materiales y
simbólicas producidas por el hombre, es
decir, que forma parte y es al propio tiempo
expresión de la practica, la cultura,
entendida esta ultima como cultura material y
espiritual.
Otro de los clásicos que aborda el papel
simbólico del espacio y su construcción social es
Ernest Cassirer, él mismo define las tres
categorías básicas de experiencia espacial que
forman parte de su teoría.
Plantea que: ¨el espacio se experimenta a través de
los sentidos,
pero todavía no sabemos hasta que punto el funcionamiento
de nuestros sentidos es afectado por condicionantes culturales.
Este autor reconoce las condicionantes culturales a que
están sometidos los sujetos y la existencia de un espacio
simbólico, se le podría señalar como
limitante el hecho de percibir la relación entre el
espacio y lo orgánico- biológico como determinante,
llevándolo esto incluso a plantear que la experiencia
espacial es transmitida genéticamente y por ende
biológicamente determinada.
2- Principales
clásicos de la escuela
alemana.
Para nadie es un secreto que muchas de las cuestiones
actuales en materia de
estructura
urbana y formas espaciales tiene su punto de partida, su origen,
en el pensamiento
teórico de dos de las figuras relevantes de la
Sociología: Max Weber y
Karl
Marx.
Weber introduce la perspectiva económica en los
estudios sobre ciudades. Basándose en su método
histórico-comparativo realiza una comparación entre
ciudad occidental y oriental, tomando como variables a
medir la estructura
social, el tipo de mercado y la
posesión del suelo en las
mismas. Estas variables iban a determinar el tipo de ciudades y
los cambios y transformaciones físico-sociales del espacio
urbano.
Es significativito distinguir la principal diferencia
que establece entre estos dos tipos de ciudades, el derecho del
suelo urbano y la posición jurídico personal del
habitante de la ciudad occidental, en esta ultima el suelo
podía venderse libremente, se convierte en instrumento de
crédito
y al adquirir valor de
capital ampara
la función
mercantil ya prevalerte y permite la libre edificación de
la ciudad, modificando así los espacios de la misma y
creando posteriormente un nuevo tipo de sociedad.
La principal limitante, a mi entender, de la propuesta
de Weber consiste
en la omisión que hace del lugar central de las clases y
de sus luchas en la formación del espacio urbano, la
capacidad que tienen las mismas para producir cambios en la
estructura espacial y por tanto urbanística de cualquier
ciudad.
Por su parte Kart Marx y Federico
Engels perciben a las ciudades como producto cultural consecuente
con la acción económica de una clase
históricamente hegemónica, la burguesía, que
la usa como instrumento de su afirmación.En fin toman el
origen y desarrollo de
las ciudades en los resultados de la división social del
trabajo. Es necesario señalar que el objetivo que
estos autores perseguían en sus obras no era explicar el
mundo, sino transformarlo, y a este planteamiento no escapan sus
postulados sobre los espacios urbanos y las ciudades.
Marx y Engels prestan especial atención a la contradicción entre
ciudad y campo, problemática que plantearon seria superada
en el comunismo. En la
obra La Ideología Alemana afirmaron: ¨La
contraposición entre la ciudad y el campo, sólo
puede darse dentro de la propiedad
privada?(y) puede concebirse como el comienzo de una existencia y
de un desarrollo de capital independientes de la propiedad
territorial, de una propiedad basada solamente en el trabajo y
el intercambio.¨A partir de estas sucesivas divisiones
sociales del trabajo aparecerán nuevas formas de ciudades.
La ciudad mercantil y la industrial, cuyos condicionamientos
determinantes estarán dados por los modos de
producción y formaciones económico-sociales.
Esta metodología será tomada por muchos
de los exponentes marxistas posteriores.
Otro de los autores pertenecientes a la escuela de
Sociología Alemana es George Simmel. En este autor
encontramos un estudio sobre la relación que se establece
entre el individuo y la ciudad, para Simmel los mecanismos
económicos de la sociedad urbana constituyen una fuerza activa
en modo ambivalente y constituyen elementos cruciales en el
proceso de socialización constante en que se
encuentran las metrópolis. Las metrópolis
constituían para él los espacios sociales por
excelencia de su época, representaban fuentes de
realización económica, social y espiritual. ¨La
metrópolis actúa como la matriz social
del empuje constante hacia la elección y la selección
que modela a la sociedad moderna.
Este autor adapta oportunamente la dicotomía
toennesiana de comunidad rural y
colectividad urbana y la transforma en comunidad rural y
pequeña ciudad por un lado, y metrópolis por el
otro, con el objetivo de explicar la actuación de los
individuos en las ciudades de la época y en las formas de
organización social existente.
Se puede encontrar en su teoría una
explicación psico-social de algunos tipos de relaciones
que se producen en la ciudad. Su planteamiento se concentra en lo
que denomina ¨la actitud
blase¨, exenta de reacciones emotivas y de total indiferencia
hacia el entorno, como mecanismo defensivo de la
personalidad del individuo, producto a la presión
social a que está expuesto constantemente en la ciudad,
evidenciando así la estrecha relación existente
entro lo urbano-espacial y las estructuras económicas,
políticas e ideológicas inherentes a
la sociedad.
La tradición culturológica es asumida
también por la Escuela de Chicago, reconocida por los
aportes y modelos que
brindo para el estudio de los problemas
urbanos, aunque, en su gran mayoría, desde una postura
biologicista.
Los rápidos cambios sociales que se producen en
la década del veinte en esta ciudad norteamericana
(explosión demográfica producto a la alta inmigración , crecimiento acelerado y
heterogéneo de su población, de la ciudad y sus funciones y
de las denominada anamolías sociales) y la fuerte
tradición positivista imperante en las ciencias
sociales conllevó a que los teóricos pertenecientes
a esta Escuela reprodujeran permanentemente una necesidad de
constatación empírica, una actitud acrílica
ante la realidad social a partir de un planteamiento
ecológico centrado en el principio de la lucha por la
existencia entere las especies de un mismo conglomerado humano y
a la contraposición entre la ciudad y el campo,
diferenciando el espacio urbano del rural.
Los conceptos claves de esta ciencia
independiente, la ecología
humana,(competencia,
equilibro, adaptación, conflicto,
asimilación) hacen patente su interés de
inestabilidad y desorganización social y las formas de
integración o resistencia a la
integración que convergen en el seno de una
ciudad.
En sentido general, los autores pertenecientes a esta
Escuela propusieron modelos ideales de urbanización, sin
tener en cuenta que todas las ciudades no presentaban las mismas
características de Chicago y con la otra limitante de
concebir a la sociedad urbana como un organismo, llegando a creer
que aquellas comunidades no integradas tendrían que
hacerlo por un determinismo ecológico, sin embargo hay que
reconocerle que sus postulados conformaron un gran complejo
teórico hasta cierto punto lógico y coherente y de
gran interés sociológico, producto a todas las
experiencias que recogía.
A Louis Wirth se analizara por separado, ya que sus
postulados teóricos sobre la ciudad podemos encontrar
disímiles puntos de coincidencia con la Escuela de
Chicago, aunque su concepción de espacio urbano se acerca
mas a la que trabajamos.
Este autor propone una teoría que resalta a la
ciudad más como modo de vida que como distribución espacial, pero no logra
deslindarse de la perspectiva ecológica. Al reflexionar
sobre el hecho de que la población urbana no puede
reproducirse a sí misma plantea que esto parece ser una
consecuencia biológica de toda una combinación de
factores en el complejo de la vida urbana.Además plantea
que las características biológicas de la
población urbana tienen un certificado sociológico,
no sólo porque reflejan el modo urbano de existencia, sino
porque también condiciona el crecimiento y el futuro
predominio de las ciudades y su organización
socio-espacial.
Mas allá de estas limitantes, si resulta de gran
importancia su perspectiva de desarrollar la investigación desde diferentes
ángulos para comprender la realidad urbana y su
insistencia en la noción de ciudad más como modo de
vida que como disposición espacial, pues supera en cierta
forma, la concepción del espacio físico y se acerca
a la necesidad de entender el espacio como socialmente
construido.
4-Escuela
Marxista Francesa de Sociología Urbana.
Retomando los postulados de Marx y Engels encontramos a
la Escuela Marxista Francesa de Sociología Urbana sus dos
figuras claves: Henry Lefebvre y Manuel Castells.
Lefebvre tiene un concepto del urbanismo como entidad
autosuficiente interrelacionada con otras estructuras,
interviniendo éstas en su delimitación y viceversa,
transformando la totalidad y planteando además el origen
del espacio producto de estas interrelaciones.
Varias cuestiones interesantes pueden ser destacadas en
este autor, la primera, su concepción de como
interactúa lo urbano, su condición de estructura y
la interrelación de éste con otras estructuras,
así como la desigualdad de la forma urbana a partir de la
determinación industrial. También se puede destacar
su visión marxista de la cuestión citadina, al
plantear que la historia de la sociedad se traduce en movimiento, en
progresión hacia el proceso de urbanización y que
ésta, está definida por el modo de producción y las formas de espacio
correspondiente a estas sociedades.
Las críticas que se le adjudican a Lefebvre
parten de que este autor percibe en esta progresiva
urbanización, un fin en si mismo, utópico en el
sentido que absorbe a la estructura industrial; la
urbanización como estructura autónoma se impone a
la industrialización.
Por su parte Manuel Castells propone entender lo urbano
como una especialización de los procesos sociales
concretados en una estructura social, a la vez que establece
efectos específicos sobre las relaciones de este
tipo.
Este autor concibe al espacio de forma estructurada, no
se organiza al azar, plantea además que todo espacio se
construye socialmente y por consiguiente, la no delimitacion
teórica del mismo equivale a remitirlo a una
delimitación culturalmente prescrita y por tanto
ideológica, ¨el espacio urbano se convierte en el
espacio definido por una cierta porción de la fuerza de
trabajo, delimitado un tiempo, por un mercado de empleo y por
una unidad relativa de su existencia cotidiana.
Para Castells, toda intervención del Estado en
la
organización de la vida social se realiza a partir y
en la lógica
de las fuerzas sociales existentes. Y si el Estado es
el encargado de expresar los intereses de la clase dominante,
entonces la planificación urbana no puede ser un
instrumento de cambio social
sino de dominación, de integración y de
regulación de las contradicciones, y sus efectos hay que
analizarlos entonces desde el punto de vista social y no en
relación con un quimérico orden social.
Para concluir con este autor se plantea que presenta la
especificidad de los tipos de espacio en correspondencia a la
instancia del modo de producción, todo espacio será
para él construido socialmente y por ende producto de la
acción de los hombres.
5- Algunas
tendencias actuales.
Actualmente existe una tendencia a nivel mundial a
relacionar el espacio urbano, el uso del suelo y el valor del
mismo con el desarrollo comercial existente.
El interés del comercio como
elemento integrante en determinados casos determinantes de la
estructura de la ciudad moderna y las relaciones sociales e
explicado por la relevancia de la actividad comercial en al
percepción del individuote su entorno
urbano. Esta capacidad de articulación espacial del
comercio surge de su carácter estructurante de las
relaciones entre individuos y de estos con su entorno;¨el
intercambio constituye en efecto, por su condición de
indispensable, un lugar para el establecimiento de
vínculos sociales de orden similar a los escenarios
laboral,
residencial y lúdico , adquiriendo incluso un papel
dominante sobre ellos en determinados casos.
Los grandes centros comerciales que con anterioridad se
construían alrededor o cerca de las ciudades más
importantes comienzan a ser centro de la vista de ingenieros y
arquitectos. Se produce un cambio, una transformación en
la lógica espacial, ahora los conglomerados urbanos
comenzarán a edificarse alrededor de estos centros de
comercio, el desarrollo comercial produce alteraciones en el
espacio urbano, el factor económico comienza a sentirse
con mucha más fuerza, llegando incluso a determinar en
cambios espaciales al interior de las ciudades.
Otro de los fenómenos que ha tomado auge en estos
últimos tiempos ha sido el valor creciente que ha
adquirido el suelo, mercancía especial, ya que a pesar de
ser un bien ya existente en la naturaleza y no producto de la
acción del hombre, su posición geográfica,
su localización y las edificaciones que el ser humano
construye sobre el mismo lo hacen ser hoy día uno de los
negocios
más florecientes a nivel mundial.
En el caso de la tierra
urbana, esta adquiere la condición de mercancía,
por un lado, por la apropiación privada, segundo, porque
participa del mercado de tierras y edificaciones y, tercero,
porque la tierra debe
ser habilitada para que tenga condiciones urbanas. En este caso,
a la tierra deben incorporárseles una serie de mejoras y
edificaciones: infraestructura, viviendas, oficinas, industrias, etc.
En ese momento la tierra urbana se convierte en una
mercancía por cuánto está capacitada para
participar en el mercado.
En este sentido importa mucho la localización y
la calidad física y social de la
parcela dentro de su medio ambiente
inmediato y dentro del conjunto general del territorio de la
ciudad.
Por tanto, el valor del uso del suelo urbano se
amplía en cuanto permite la combinación
social-espacial de medios de
producción y reproducción social de la población.
Es decir, la tierra vista en su conjunto y no como una parcela en
particular, tiene que satisfacer necesidades de consumo
colectivo, por un lado y, necesidades de consumo privado, por
otro.En fin el suelo multiplica su valor, a su tradicional valor
por existir y por la edificación que posee, se le
añade además su localización en el entorno
citadino.
En resumen, la evolución de la dinámica comercial hacia nuevas formas
comerciales ha modificado de forma sustancial la práctica
de la ciudad por el individuo, transformando incluso la
estructura de lo urbano mediante la aparición de nuevos
sistemas de
centralidad fuertemente terciarizados, en los que la
concentración de la población viene determinada por
la existencia de un equipamiento y no en sentido
inverso.
6- La actualidad
del tema: Globalización.
El tema urbano tiene una estrecha relación con el
proceso de Globalización y la reestructuración
de los espacios y las ciudades. Antes de comenzar a explicar este
vínculo hay que definir en que consiste el fenómeno
de la
Globalización.
La Globalización no es un proceso fortuito,
responde a una transformación histórica del capital
a partir de su necesidad de expansión. ¨El escenario
precedente a esta coyuntura, que surge a partir de la Revolución
Industrial, pero se consolida en el periodo posterior a
la Segunda Guerra
Mundial se centra en tres características
básicas: un desarrollo nacional aspirante a la
autosustentacion, un modelo de
acumulación fordista y un estado benefactor que
redistribuye el valor excedente mediante transferencias
gubernamentales de ingreso¨.
Hasta ese momento la polarizacion de las naciones
aparecía claramente distinguida entre aquellas naciones
centrales y la periferia. Ya a partir de 1970 se evidencia una
crisis de esta
panorámica, las materias prima crecen en valor y se animan
las exportaciones por
aquellos países periféricos que se industrializan entre
1930 y 1970, además surgen las grandes transnacionales,
dominando todo el mundo de la genética,
la informática, las comunicaciones, el
petróleo, se produce un cambio brusco en cuanto a la
rotación del capital, el cual comienza a expandirse a
nivel mundial con nuevas formas , como es el caso del capital
ficticio, y por tanto los estados nacionales entran en crisis con
este proceso, muchos no logran adaptarse a estas transformaciones
y sus modelos
económicos comienzan a resquebrajarse aceleradamente,
en resume, se produce una crisis del modelo económico,
socio-político e ideológico que hasta entonces
había dominado.
La respuesta a esta crisis, de muchas naciones,
consistió en buscar nuevas vías que flexibilizaran
tal situación, comenzaron a buscar mecanismos que le
permitiesen utilizar los adelantos tecnológicos en la
información y las comunicaciones. Ahora, el
nuevo contexto modificaba el mercado de trabajo, buscando su
segregación, y si bien el empleo no desaparecía si
se modificaba, se comenzaba a contratar a los trabajadores en el
momento y lugar necesarios solamente.
En esta nueva etapa caracterizada por la
universalización de las pautas culturales y de consumo, se
altera profundamente la estructura física y social de los
grandes centros urbanos, se reestructuran los espacios con la
creación de los nuevos mercados, centros
financieros, grandes edificaciones, aparecen nuevos tipos de
ciudades, ¨no toda la ciudad ejerce el liderazgo de
la economía
mundial, solo ciertos fragmentos urbanos interconectados a
través de la telemática e informáticas son los
protagonistas de una economía dispersa en
términos territoriales, pero concentrada en
términos de su gestion¨.
Los distritos de negocios de las grandes ciudades se
convierten en complejos productivos de alto valor, centrados en
la producción y procesamiento de la información, en
los cuales las empresas y firmas
financieras pueden encontrar tanto los proveedores
necesarios como el trabajo altamente cualificado que requieren.
Surgen además nuevas formas de organización de la
producción: los parques y distritos industriales, estos
toman gran auge y reestructuran los nuevos espacios surgidos a
partir de todo el proceso globalizador. Los efectos
socio-espaciales del mismo varían según los niveles
de desarrollo de los países, su historia urbana, cultura e
instituciones.
La economía global, definida como la
economía donde las actividades estratégicamente
dominantes funcionan como unidad a nivel planetario en tiempo
real o potencialmente real, implica una sistema dinámico,
expansivo y a la vez segregante y excluyente.
Castells señala que la globalización de la
economía y en particular de los servicios
avanzados que organizan y gestionan el conjunto de sistemas no
conduce a la dispersión espacial de funciones, ni tampoco
a la concentración exclusiva de las funciones
direccionales en unas pocas áreas metropolitanas, para
él, ¨la ciudad global es una red de nodos urbanos de
distinto nivel y con distintas funciones que s extiende por todo
el planeta y que funciona como centro nerviosos de la nueva
economía, en un sistema interactivo de geometría variable, al cual deben
constantemente adaptarse de forma flexible empresas y
ciudades¨.
El sistema urbano global es una red, no una pirámide,
y la relación cambiante a esa red determina, en buena
medida, la suerte de ciudades y ciudadanos.
Actualmente lo que identifica a estos procesos urbanos
descritos con anterioridad es la consolidación renuevas
formas espaciales, las grandes megaciudades, estas condicionan la
economía planetaria, configurándose como al nueva
geografía
localizacional de las firmas que operan globalmente.
En estas megaciudades se concentran los centros
informacionales y económicos más dinámicos y
dominantes a escala
planetaria, estos crean símbolos, culturas e ideologías, que
determinan, en gran medida, a las regiones excluidas. Para
Castells, este tipo de ciudad está transformando la misma,
de sitio integrador de la diversidad social a un espacio
segregado, organizado en compartimientos, especializados estancos
y automarginados, con el consecuente crecimiento de conflictos e
inseguridad
social.
- Borja, Jordi y Manuel Castells. Local y Global. La
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información. Revista
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Editorial Cerro del Agua,
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1976, capitulo 2. - Simmel, George. La metrópoli y la vida mental
(fotocopia). - Valdez, Mariño, José Manuel. Formas
comerciales y espacio urbano, en revista Política y
Sociedad, Editorial Complutense. Madrid, 1992. - Wirth, Louis. El urbanismo como modo de vida.
(fotocopia).
Autor:
Joel Ernesto Granda Dihigo
Licenciado en Sociología de la Universidad de la
Habana.
Profesor
universitario. Tengo 25 años.
El trabajo es de este año 2006.