De la tecnología y otros demonios: exclusión social, brecha digital y retos educativos
ABSTRACT
En la actualidad, y dadas las condiciones de la sociedad de
nuestro tiempo, existe
un debate en
torno a la bondad
o perversión de los efectos de las NTIC en el que se
elevan voces que apuestan por una u otra postura, casi con
idéntica intensidad. Esta reflexión pretende hacer
un análisis de las diferentes visiones de las
tecnologías, haciendo un especial énfasis en la
llamada "brecha digital" en tanto que nueva forma de
exclusión social. Partiendo de este análisis
queremos plantear los retos que supone para nuestra sociedad y
para la
educación la nueva situación tecnológica
en la que nos encontramos.
Licencia literaria
Dicen que el escritor cubano Alejo Carpentier una vez
afirmó que en América
Latina no podía tener sentido un movimiento
artístico llamado "surrealismo"
precisamente porque en América
Latina la realidad supera cualquier ilusión mental o
"desviación" de los sentidos, por
ello la particular visión artística que puede
coincidir de alguna manera (en su espíritu y
concepción) con surrealismo europeo, tomó forma en
Latinoamérica como "realismo
mágico".
Parafrasear al Nobel Gabriel García
Márquez en el título de esta reflexión
es, además de un atrevimiento de admiración, un
guiño a ese "realismo mágico" del autor en el que
la vida de sus personajes tiene componentes fantásticos y
tangibles, casi en la misma proporción que la realidad
misma en la que nos desenvolvemos todos en nuestra cotidianeidad.
De la posesión demoníaca de Sierva María
muchos tenían pruebas
irrefutables, otros tenían evidencias de
la inexistencia de dicho maleficio? al final lo menos importante
de la historia es si
estaba o no poseída por el demonio, pero sí
cómo su realidad estaba determinada por un
sinnúmero de factores contextuales y condicionaba a su vez
el desarrollo de
todo a su alrededor. Tal parece que a las nuevas
tecnologías hoy también les temamos y las
amemos en la misma proporción? a lo mejor tenemos pruebas
de sus terribles consecuencias o puede ser que seamos conscientes
de sus enormes posibilidades? en cualquier caso parece que, como
Sierva María, están condicionadas por su nacimiento
y desarrollo y hoy condicionan todo lo que se mueve a su
alrededor; en últimas parece que, como a la niña,
hemos decidido no cortarles el pelo y dejarlas crecer
indefinidamente?
En la actualidad, y dadas las condiciones de la sociedad
de nuestro tiempo, existe un debate en torno a la bondad o
perversión de los efectos de las Nuevas Tecnologías
de la Información y la
Comunicación (en adelante NTIC) en el que se elevan
voces que apuestan por una u otra postura, casi con
idéntica intensidad. Es bastante frecuente encontrar
reflexiones acerca de las bondades "inacabables" de los nuevos
medios y a la
vez escuchar voces que nos alertan acerca de los "impensables
peligros" de los mismos.
Aunque nos pueda parecer lo contrario, el
fenómeno de la tecnofilia y la tecnofobia no
es exclusivo de nuestra era y nuestras tecnologías; el
concepto de
Nueva Tecnología ha existido (si bien con matices
idiomáticos más o menos relevantes) durante toda la
historia de la humanidad, básicamente porque durante toda
esa historia se han sucedido descubrimientos técnicos y
tecnológicos que han cambiado la vida de las personas de
manera más o menos determinante: el fuego, el lenguaje,
la rueda, la astronomía, la electricidad y
por supuesto la imprenta, por
nombrar sólo algunos (1), han provocado en cada uno
de sus momentos históricos un movimiento de opinión
que enarbolaba sus posibilidades y otro que predecía sus
fatales consecuencias o su devastadora influencia en las mentes
humanas.
Pero la similitud entre épocas y consecuencias
sociales de las "Nuevas Tecnologías" es bastante
más importante de lo que planteamos a bote pronto en la
mayoría de los foros. El concepto de Brecha
Tecnológica, entendida como la exclusión de una
parte de la población del uso y disfrute de una
determinada tecnología, existe desde el mismo momento en
el que aparece la tecnología. De hecho hoy, cuando
nuestras sociedades han
vivido a lo largo de la historia casi cuatro revoluciones
productivas -una revolución
agraria, una industrial, una post-industrial y una digital- y en
el que nuestra reflexión se centra en la llamada "brecha
digital" (sobre la que volveremos más adelante), existe
una parte de la población mundial que todavía no ha
sobrepasado la revolución agraria; de igual manera
asumimos como conquistas de la población mundial el
reconocimiento de derechos humanos
básicos como la igualdad entre
hombres y mujeres, o el derecho a la sanidad, pero una gran parte
del mundo la población muere sin unos mínimos de
atención sanitaria o es vejada en sus
derechos
más básicos por ser mujer; es decir,
que una parte de la humanidad ha sido sistemáticamente
excluida de las revoluciones, no sólo productivas o
tecnológicas sino sociales, llevadas a cabo en lo que
llamamos "mundo moderno"? bajo esta óptica
creemos que sería parcial e incierto plantear que la
Brecha de la modernidad (o más propiamente de la
postmodernidad), en la que incluiríamos en
sí misma a la brecha Tecnológica y
cómo no, a la Digital, es una cuestión
exclusiva de artefactos. Estamos hablando de diferencias
sociales, culturales, económicas, de actitudes,…
Es una cuestión mucho más amplia y compleja de lo
que algunos quieren hacernos ver al culpar de todos los males al
desarrollo tecnológico.
Pero que existen diferencias ?la denominada brecha- es
indudable, y que las NTIC han hecho evolucionar (o involucionar
si tenemos en cuenta que la distancia entre unos y otros ha ido a
peor) ese espacio que separa a lo que llamamos "el mundo moderno"
del "resto del mundo" es casi una obviedad. Desde esta
perspectiva uno de los conceptos que ha "evolucionado"
también con los cambios tecnológicos es el concepto
de "Exclusión Social".
Partimos de que al definir "Exclusión Social",
asumimos como base fundamental lo definido por J. García
Roca (1998), es decir, que la exclusión social se compone
de diversos elementos que pueden estar determinados por factores
personales, subjetivos o psicológicos y que tiene
básicamente tres dimensiones que la definen:
- Una dimensión estructural o
económica: que se pone de manifiesto en la carencia
de recursos
materiales. - Una dimensión contextual: que implica
la falta de integración en la comunidad a la
que se pertenece y/o el la familia
y - Una dimensión subjetiva o personal: que
se materializa en la ruptura de los procesos de
comunicación de la persona y en un
debilitamiento de los rasgos más básicos de
la
personalidad y la autoestima.
Desde estos parámetros, la denominada brecha
tecnológica es en realidad una forma de exclusión
social y la evolución de dicha brecha es una forma de
hacer crecer el grupo de
población conformado por lo que consideramos los
"excluidos sociales".
En esta línea, Ballestero (2002: 95-97) insiste
en que más que de brecha se debe hablar de
exclusión social, e incluye dentro del grupo de los
"excluidos sociales" no sólo a los ya
históricamente definidos como "los desviados sociales" con
respecto a comportamientos considerados como normales (por
ejemplo vagabundos, alcohólicos y drogodependientes)", los
grupos
segregados socialmente o discriminados ("ciertas
minorías étnicas"), los pobres, etc., sino a
aquellos otros grupos que han sido sumados a este concepto de
excluidos por el efecto de la Sociedad de la
Información:
"los trabajadores, generalmente mayores de 35
años y que no han sabido adaptarse a las nuevas herramientas
informáticas, aquellos en buscan de empleo que
tampoco están familiarizados con ellas, determinados
colectivos de discapacitados" e incluso hace el autor un
énfasis particular en tener en cuenta
"Un grupo que aparece como tal (fuera de la Sociedad de
la Información) en las encuestas
referidas a la utilización de las nuevas
tecnologías. Nos referimos a aquellos ciudadanos que
voluntariamente rechazan su incorporación al uso de estas
herramientas nuevas".
Es decir, que no sólo hay personas que se ven
excluidas de manera involuntaria de los "avances del mundo", cada
vez más existen colectivos que por convicción,
más o menos fundamentada, y que estando dentro del grupo
de la población que puede acceder a dichos avances
resulta que no quiere acceder a ellos.
Todo lo anterior no es un intento de negar la existencia
de los que hoy llamamos brecha digital, en absoluto. Consideramos
que es un fenómeno que hace cada vez más acusadas
las diferencias entre unos sectores del mundo y otros (2),
pero esta primera parte de nuestro discurso
pretende sólo ser una breve aproximación a algunos
de los elementos e nuestro presente.
Ahora bien, una vez que hemos visto, al menos en parte,
aquello que consideramos importante para tener una visión
más amplia de lo que nos preocupa, y habiendo mencionado
una enorme variedad de "Brechas" (de la modernidad,
tecnológica, digital), queremos centrar nuestra
atención en el fenómeno de exclusión que
tiene como fundamento estructural la inclusión de las NTIC
en la vida diaria del mundo moderno: la denominada ya con
frecuencia como brecha digital.
Como nos recuerda Ballestero (2002: 69):
"El término ?Brecha Digital?, o para ser
más exactos, su expresión original en inglés, ?Digital Divide?, comienza a ser
usado en Estados Unidos
a mediados de los años noventa para referirse a las
desigualdades sociales que comienzan a surgir a medida que se
desarrolla el uso de los ordenadores y de Internet" y ha
sido definido desde una enorme variedad de posturas a lo largo
de su historia, siendo objeto además de numerosos
estudios, análisis y reflexiones (como esta misma).
Basta sólo con introducir en un buscador de Internet el
término "Digital Divide" para encontrarnos con acceso a
aproximadamente 1?100.000 referencias, y si buscamos su
expresión en castellano,
"Brecha Digital", encontramos unas 43.100 de las que 12.400
residen en España
(3), datos que nos
dan una no muy nítida pero sí significativa idea
acerca de la importancia que el término en sí
mismo y su estudio han adquirido en nuestro días, y,
aunque debe decirse que tal variedad de perspectivas y
concepciones enriquecen el debate, y profundizan en diversos
matices, también es evidente que pueden hacer más
difusa la definición del término.
Por tanto, y con el objetivo no
sólo de definirlo sino intentando tomar una postura
referida a la Brecha Digital, partimos de la definición
que nos propone el profesor Julio
Cabero Almenara (2004: 25) quien nos plantea que "No podemos
hablar de una única brecha digital: la económica,
sino que existen diferentes brechas digitales", y las define
como:
- La política:
referida especialmente a la diferenciación sustancial en
el acceso a Internet desde cada país, no sólo por
que se pueda acceder o no a la red, sino por la
"facilidad o dificultad" que cada uno de éstos
países tiene para acceder a ella. - La económica y social: teniendo en
cuenta además que la brecha Digital no es sólo un
problema de infraestructuras de comunicación
(visión blanda que daría explicación de la
brecha digital) sino que se "considera que el problema es
consecuencia de la desigualdad
social y económica que se da en la sociedad
capitalista" la educativa: que implica que "una persona
que no esté capacitada para la utilización e
interacción con las TICs, eso que se ha
denominado como alfabetización digital, por muchas
conexiones y equipos que tenga a su disposición, no
estará capacitado para obtener los supuestos beneficios
que surgen de su utilización" lo cual implica
compromisos para el mundo educativo a los que nos referiremos
más adelante - La generacional, que implica la diferencia en
aptitudes y actitudes hacia la tecnología, asociadas a
la edad y la pertenencia generacional de cada individuo.
Al respecto en 2003 la Universidad
de Oxford elaboró un estudio (que aunque se refiere
sólo al ámbito inglés, nos da una idea de
la situación al menos en el ámbito europeo) en el
que se afirma que "mientras un 98% de los estudiantes en
Gran Bretaña usa regularmente Internet, sólo el
22% de los jubilados británicos navega por la red" ,
siendo evidente además que aquellas generaciones que han
nacido o crecido con las tecnologías haciendo parte de
su vida cotidiana tienen una predisposición y un modo de
resolución de problemas
que les facilita el acceso a los nuevos avances
tecnológicos que presencian. Así Cabero
también nos dice que "los jóvenes son grandes
consumidores de las tecnologías del conocimiento, los multimedias y los
telemáticos, mientras que los adultos, lo son más
de las tecnologías de la sociedad postindustrial, es
decir, de los audiovisuales e impresos." (2004:
34)
La del profesor y el estudiante, en parte
sustentada en la brecha mencionada anteriormente, se manifiesta
en la enorme inseguridad
e incluso rechazo que siente el profesor en la mayoría
de los casos por el mundo de las nuevas tecnologías
causado principalmente por su falta de dominio de las
herramientas técnicas
y en la creciente desmotivación de los alumnos en las
aulas que, acostumbrados a un "mundo real" totalmente inmerso
en los nuevos códigos (audiovisual, hipertextual,
multimedia), se
aburren en un entorno que les resulta hostil y
ajeno.
La de género, Cuando hablamos de
diferencias asociadas al género de las personas debemos
decir que, como afirma el profesor Cabero "por lo general, e
independientemente del contexto en el que nos desenvolvamos,
podemos decir que los hombres son más consumidores de
TICs, que las mujeres". Esta situación es
evidentemente más acentuada en los contextos en que
existe un mayor índice de analfabetismo femenino y las condiciones de vida
de la mujer son
peores. Sin embargo lo cierto es que el análisis es
también válido para los países
"desarrollados" y no parece evolucionar
considerablemente.
En el año 2001, Manuel Castells nos hablaba de
que, según un estudio del úpiter Communications del
mismo año en el que se analizaba el desarrollo de Internet
en países altamente desarrollados (4), se
"observó que por primera vez a finales de mayo de este
año el número de mujeres usuarias de la red era
superior al de hombres", sin embargo en un estudio realizado
por la misma empresa en marzo
de 2002, y cuya gráfica más llamativa ofrecemos a
continuación (fuente:
http://www.aui.es/estadi/internacional/internacional.htm
[15-09-04]), las diferencias entre hombre y
mujeres en lo que se refiere a su utilización de Internet
eran bastante considerables:
- idiomática, aunque el
espacio de Internet suponga un acercamiento en condiciones "de
igualdad" al otro diferente, una de las distancias
psicológicas más importantes que nos imponen las
nuevas tecnologías es la que se refiere al idioma.
Actualmente la distribución del uso de las lenguas en
Internet expresada en la gráfica siguiente (fuente:
http://www.aui.es/estadi/internacional/internacional.htm
[15-09-04]) nos muestra
cómo el predominio absoluto del inglés entre los
usuarios de la red, lo cual supone que debemos proveernos una
nueva capacitación idiomática para
"asegurarnos" la posibilidad comunicativa con una gran parte
del mundo conectado: nada más y nada menos que a un
40,2% de su población.
- y la producida por las características
físicas o psíquicas de los usuarios
que nos muestra cómo la estructuración, y
la
organización de la información en las NTICs
no permiten el acceso a ellas de determinados sujetos con una u
otra discapacidad
física o
psíquica; no sólo nos referimos a Internet, de
cuyo estado de
inaccesibilidad habría mucho que decir, sino
también a las herramientas asociadas a las nuevas
tecnologías de uso diario en nuestros hogares. Tal es el
caso por ejemplo de los DVD, que son
formatos que no están preparados para incluir contenidos
de tipo accesible a todos los colectivos, dejando a
discrecionalidad y habilidad del diseñador o
informático de turno la posibilidad de encontrar "el
truco" para introducir este tipo de contenidos.
Como ya reflexionaría Lengrand (1989), en
nuestros tiempos la educación ha pasado
de ser una etapa vital preparatoria para la incorporación
en una sociedad industrializada, a convertirse en una necesidad
permanente demandada por una sociedad de la información
que avanza de forma vertiginosa y cuyos miembros tienen como reto
mantenerse dentro del colectivo incluido en el nuevo marco
tecnológico, y por tanto dentro de la sociedad en
sí misma Consideramos que la educación es una de
las claves primordiales que puede hacer más fácil a
los individuos la consecución de este objetivo.
Para ello, dicha educación debe pasar por lograr
que los alumnos del presente consigan al menos unas competencias
cognitivas mínimas que les hagan funcionales en el mundo
tecnológico que nos rodea, funcionales
intelectivamente, es decir, no estamos hablando de
competencias técnicas (saber manejar una herramienta u
otra, que también es importante), sino de aquellas que se
refieren a la forma de ver, entender y abordar el mundo y los
problemas que este plantea en la actualidad y en futuro
próximo que nos tocará vivir. El profesor Cabero
(2004) nos plantea una lista de dichas competencias de las cuales
consideramos que son primordiales:
- Adaptarse a un ambiente que
se modifica rápidamente - Trabajar en equipo de forma colaborativa
- Resolver problemas de forma creativa y buscando
soluciones
alternativas - Tomar iniciativas y ser independiente
- Y para completar un poco más nuestra
visión de estas competencias necesarias agregamos a la
lista: - Seleccionar y valorar de manera crítica los materiales que usa y a los
que tiene acceso - Utilizar los nuevos canales de comunicación de
manera fluida, ágil y pertinente
En consecuencia consideramos que, cualquier
pretensión de mantener los sistemas
educativos como contenedores de información que los
alumnos deben asimilar y como centros de acumulación de
saberes y formas tradicionales para no sucumbir a la
vorágine de las nuevas tecnologías está
más que fuera de lugar. Se seguirán dando
así situaciones escolares anacrónicas que
harán aumentar no sólo la brecha comunicativa entre
profesor y alumno, sino que seguiremos formando sujetos que
posiblemente se situarán en una de las otras
categorías de las brechas por no ser capaces de responder
a las exigencias de su contexto.
No obstante, la realidad es obstinada y no se hace eco
de lo que la teoría
de las necesidades de la sociedad indica; nuestras aulas,
según Bartolomé (2004) , siguen siendo
reproductoras de sistemas no reflexivos, donde se pretende que el
alumno ingiera unos contenidos pero cuya digestión queda
al libre hacer o manifestar de las condiciones propias de cada
alumno (contexto socio-familiar, condiciones intelectuales,
etc.); según el autor, algunos integrantes de la comunidad
escolar esgrimen argumentos como que "los alumnos se pierden
si no se les dice exactamente donde está la
información"; y siguiendo con su reflexión nos
dice que la educación y los educadores siguen viendo en la
tecnología una amenaza latente, se desestima la ayuda de
los medios asignándoles la exclusiva de ser portadores de
información poco apropiada para el enriquecimiento de las
personas; se habla de personas acríticas, consumidas por
los medios irreflexivos…
De cualquier manera el reto está planteado y
nuestra responsabilidad como educadores y como ciudadanos
pasa por hacer, al menos en la parte que depende de nosotros
mismos, que las posibilidades que pueden plantear esas NTIC sean
una realidad que haga avanzar el mundo en el sentido de la mejora
de la calidad de
vida.
- BARTOLOMÉ, A. (2004): "Aprendizaje
potenciado por la tecnología: Razones y diseño pedagógico". En
MARTÍNEZ, F. y PRENDES, M.P. (2004): Nuevas
Tecnologías y Educación. Madrid:
Pearson. - BALLESTERO, F. (2002): La Brecha Digital: el
riesgo de
exclusión en la Sociedad de la Información.
Madrid: Fundación AUNA. - CABERO, J. (2003): "Investigación en torno a la
relación formación y nuevas tecnologías".
En MARTÍNEZ, F. y TORRICO, M (Coords.): Las Nuevas
Tecnologías de la Información y la
Comunicación en la aplicación educativa.
Santa Cruz de la Sierra- Bolivia:
Universidad NUR. - CABERO, J. (2004) "Reflexiones sobre la brecha
digital y la educación". En SOTO, F. y RODRÍGUEZ,
J. Tecnología, Educación y Diversidad: Retos y
realidades de la inclusión digital. Murcia:
Consejería de Educación y cultura. - CASTELLS, M. (2001): "Internet y la Sociedad Red".
La Factoría Nº14-15.
http://www.lafactoriaweb.com/articulos/castells15.htm
[20-09-04]. - GARCÍA MÁRQUEZ, G. (1994): Del
amor y otros
demonios. Santafé de Bogotá:
Norma. - KERCHKOVE, De D. (1999):"Inteligencias en
conexión". Barcelona: Gedisa. - LENGRAND, P. (1989): "Educación Permanente:
evolución del concepto". En: Enciclopedia
Internacional de Educación. (1989). Barcelona:
M.E.C.- Vincens- Vives.
[1] – Obsérvese que la totalidad de los
inventos o
tecnologías mencionados forman parte ya de lo que
consideramos nuestra "tecnología invisible" en los
términos que define De Kerckhove (1999), y por lo mismo no
provocan actualmente casi ningún tipo de polémica
respecto de sus bondades o perversiones.
[2] – En esta línea El informe sobre
desarrollo
humano para el año 2000 elaborado por la ONU a
través del programa de las
Naciones Unidas
para el Desarrollo, recoge entre otros hechos que "las
desigualdades siguen acentuándose, al constatar que la
distancia entre el ingreso de los países más ricos
y el de los países más pobres era de 3 a 1en 1820,
de 35 a 1 en 1950, de 44 a 1 en 1973 y de 72 a 1 en 1992"? y
sigue creciendo.
[3] – Búsqueda realizada en el buscador
http://www.google.com el
día 30 de septiembre de 2004 utilizando como palabras
clave "Digital Divide" y "Brecha Digital"
[4] – Entre estos países no se
incluía a España, se incluían países
como Estados Unidos, Inglaterra,
Alemania,
Australia, Canadá, entre otros.
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Castañeda Quintero