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Gabriel García Márquez



Monografía destacada

    1. Obras
      literarias
    2. Análisis
      (presentación de un libro)

    "He sido capaz de escribir porque Mercedes
    llevó el mundo sobre sus espaladas"

    "El secreto de la felicidad es hacer sólo
    aquello con lo que uno disfruta".

    GABRIEL GARCÍA
    MÁRQUEZ

    Gabriel García
    Márquez nace el 6 de marzo de 1928, en Aracataca, un
    pueblo de la costa atlántica colombiana.

    "Gabo", como se le conoce cariñosamente, fue el
    mayor de una familia numerosa,
    que podríamos considerar de clase media:
    Gabriel Eligio García, su padre, fue uno de los numerosos
    inmigrantes que con la fiebre del
    banano,llegaron a Aracataca,su madre, Luisa Santiaga
    Márquez, pertenecía, en cambio a una
    de las familias eminentes del lugar: era hija del coronel
    Nicolás Márquez y de Tranquilina
    Iguarán.

    Cuando tenía ocho años, murió el
    abuelo, al que Gabriel García Márquez
    consideró siempre "la figura más importante de
    su vida
    ". De esos primeros ocho años de "infancia
    prodigiosa" surge lo esencial del universo
    narrativo y mítico de García Márquez hasta
    el punto de que, con alguna exageración, ha llegado a
    decir: "Después todo me resultó bastante plano:
    crecer, estudiar, viajar…

    Como el propio novelista explica: "Quise dejar
    constancia poética del mundo de mi infancia, que
    transcurrió en un casa grande, muy triste, con una hermana
    que comía tierra y una
    abuela que adivinaba el porvenir, y numerosos parientes de
    nombres iguales que nunca hicieron mucha distinción entre
    la felicidad y la demencia.

    Lo que sí es cierto es que los recuerdos de su
    familia y de su infancia, el abuelo como prototipo del patriarca
    familiar, la abuela como modelo de las
    "mamas grandes" civilizadoras, la vivacidad del lenguaje
    campesino, la
    natural convivencia con lo mágico… aparecerán,
    transfigurados por la ficción, en muchas de sus obras (
    La hojarasca, Cien años
    de soledad, El amor en los
    tiempos del cólera
    …)

    El paralelismo entre algunas circunstancias
    biográficas de Gabriel García Márquez con
    algunos elementos de Cien años de soledad
    resulta evidente. Veamos algunos:

           Su abuelo,
    como José Arcadio Buendía, fue uno de los
    fundadores de Aracataca.

    En la novela se
    nos cuenta que José Arcadio, abandona su pueblo al verse
    continuamente hostigado por el fantasma de Prudencio Aguilar,
    al que se vio obligado a matar por un problema de honor. Con
    veintún compañeros, José Arcadio
    Buendía cruza la cordillera y funda Macondo. La
    fundación de Aracata, tal como Nicolás Marquez se
    la contaba a su nieto es muy parecida. También su abuelo
    había matado de muy joven a un hombre y
    "cuando no podía soportar la amenaza que existía
    contra él en ese pueblo, se fue lejos con su familia y
    fundó un pueblo". A Gabo le solía decir siempre:
    "Tú no sabes como pesa un muerto".

    Úrsula Iguarán se inspira en la abuela
    Tranquilina ? que no sólo presta su apellido a
    Úrsula, si no que, al igual que el personaje,
    murió ciega y loca. Tranquilina Iguarán es,
    efectivamente, el modelo de muchos de los personajes femeninos
    de García Márquez, que define así: "un
    caso ejemplar de la mater familias, matriarca medieval,
    emperadora del hogar, hacendosa y enérgica,
    prolífica, de temible sentido común, insobornable
    ante la adversidad, que organiza férreamente la vida
    familiar a la que sirve de aglutinante y
    vértice".

    En 1936 tras vivir un breve tiempo con sus
    padres en Sucre ?donde Gabriel Eligio regentaba una farmacia- lo
    envían a estudiar bachillerato a diferentes internados:
    primero en Barranquilla y, durante más tiempo, en
    Zipaquirá, lugar del que guarda recuerdos sombríos
    y dolorosos y donde, paralizado por la nostalgia de Aracataca,
    nunca llegó a integrarse.

    De ese periodo y de ese lugar cuenta García
    Márquez: "Zipaquirá era una ciudad fría,
    con techos de teja desagastada, y el colegio, un gran internado
    donde vivíamos doscientos trescientos niños… Los sábados y los domingos
    había salida, pero yo no me movía del edificio
    porque no quería enfrentarme con la tristeza y el
    frío del pueblo. Durante esos años pasé
    encerrado la totalidad de las horas libres despachando libros de
    Julio Verne y Emilio Salgari".
    Seguramente, esos años
    de soledad, reclusión y lectura fueron
    decisivos para su futura vocación de escritor que,
    según Mario Vargas
    Llosa, es como una "solitaria" que atenaza el
    espíritu.

    En 1947,Gabriel García Márquez se instala
    en Bogotá y empieza a estudiar derecho. Sus impresiones de
    Bogotá no son mejores que las de Zipaquirá: con sus
    "cachacos" que siempre "andaban de negro, parados
    ahí con paraguas y sombreros de coco, y bigotes",
    la
    capital le
    parece "gris y yerta", "asfixiante", sinónimo de
    "aprehensión y tristeza". Con estros rasgos
    describirá a Bogotá cuando raramente aparezca en su
    mundo ficción.

    Aunque estudia los cinco cursos de Derecho ?algunos en
    Bogotá y otros en Cartagena, donde se había
    trasladado su familia y donde se hace amigo del poeta
    Álvaro Mutis- no llega a graduarse, porque, según
    confiesa, "me aburría a morir esa carrera". Lo
    más importante de ese periodo es el encuentro con alguna
    de las personas más decisivas de sus vida ?especialmente,
    Camilo Torres, el que luego será cura guerrillero
    cruelmente asesinado y Plinio Apuleyo Mendoza, desde entonces uno
    de sus amigos más íntimos.

    Otra circunstancia importante es que, en Bogotá,
    empieza a escribir, para el
    periódico El Espectador, sus primeras obras:
    diez cuentos, de
    los que abjurará después, que constituyen su
    "prehistoria"
    como escritor. También es remarcable que García
    Márquez participase, como otros muchos estudiantes, en las
    manifestaciones surgidas a raíz del "bogotazo": el
    asesinato en 1948 de Jorge Eliecer Gaitán, político
    progresista aspirante a la presidencia de la
    república.

    El asesinato de Gaitán desencadena una
    escalofriante y larga oleada de violencia
    (casi trescientos mil muertos entre 1948 y 1962) que
    tendrá su reflejo en la literatura de García
    Márquez y de otros escritores, como Fernando Garrido y
    Álvaro Mutis, hasta el punto de que la narativa colombiana
    de estas décadas ha sido designada como "literatura de la
    violencia".

    Pronto, García Márquez abandona los
    estudios de Derecho: en un viaje a Barranquilla conoce a un
    grupo de
    periodistas que le fascinan y decide instalarse allí y
    orientar totalmente su vida al periodismo,
    por lo que empieza a trabajar de columnista en "El Heraldo", y a
    la literatura: se instala en un cuartucho ínfimo de un
    bloque de cuatro pisos llamado "el Rascacielos" y allí
    empieza a escribir su primera novela, La
    hojarasca.

    Gabo se integra en el llamado "Grupo de Barranquilla",
    que se reúne en el "Café
    Happy" y el "Café Colombia".
    Miembros del "Grupo de Barranquilla" son: Germán Vargas,
    Álvaro Cepeda y Alfonso Fuenmayor, periodista de "El
    Heraldo" de gran formación intelectual, al que
    García Márquez le debe el descubrimiento de los
    autores que más tarde se convertirán en sus
    modelos
    literarios: Kafka, Joyce y, muy especialmente, Faulkner, Virginia
    Woolf, y Hemingway.

    A las tertulias del "Café Colombia" acude
    también Ramón
    Vinyes, un viejo catalán republicano, escritor, ex-librero
    y profesor de un
    colegio de señoritas, al que García Márquez
    homenajeará en "el sabio catalán", junto a
    sus tres amigos, en las últimas páginas de Cien
    años de soledad.

    En Barranquilla, García Márquez
    conocerá a Mercedes Barcha, quien más tarde se
    convertirá en su compañera de toda la
    vida.

    En 1954, convencido por Álvaro Mutis,
    García Márquez regresa a Bogotá.
    Allí, de nuevo para El Espectador, trabaja
    como reportero y crítico de cine. Ese
    periodo de apasionada dedicación al periodismo,
    dejará posteriormente huella en su literatura. De
    allí proviene en buena medida su fascinación
    "por los hechos y personajes inusitados, la visión de
    la realidad como una suma de anécdotas"
    y "las
    virtudes de concisión y transparencia de estilo"
    de
    sus mejores libros.

    Esta simbiosis de literatura y periodismo es clara en
    algunas sus obras narrativas publicadas, Relato de un
    náufrago
    (1955), Crónica de una muerte
    anunciada
    (1981), Noticia de un secuestro
    (1997).

    Desde ese momento, García Márquez no
    abandonará nunca su actividad periodística y
    posteriormente será colaborador habitual en
    periódicos de Colombia, Venezuela,
    México,
    España
    y Estados
    Unidos.

    En 1955, García Márquez va por primera vez
    a Europa como
    corresponsal de El Espectador. El que tenía que ser
    un breve viaje para alejarlo de las iras gubernamentales
    desencadenadas por la publicación de El relato de un
    náufrago,
    se convierte en una estancia de más
    de cuatro años.

    Al poco de llegar a Francia,
    recibe la noticia de que El Espectador había sido
    clausurado y un cheque para el
    pasaje de regreso. Pero García Márquez, que
    había decidido seriamente ser escritor, decide quedarse en
    París. Afrontando grandes penalidades económicas
    ("Estuve viviendo durante cuatro años de milagros
    cotidianos"
    ) y trabajando "a diario, con verdadera furia,
    desde que oscurecía hasta el amanecer",
    escribe La
    mala hora
    (1961) y paralelamente, a partir de un episodio que
    se le desprendió de esa obra, una de sus mejores novelas: El
    coronel no tiene quien le escriba
    (1958).

    Con su amigo Plinio Apuleyo Mendoza hace un viaje a los
    países del Este (Alemania
    Oriental, Checoslovaquia, Polonia, Rusia…) y
    luego escribe diez reportajes (al más célebre lo
    tituló "90 días en la Cortina de Hierro") que
    quieren ser fundamentalmente objetivos,
    pero que contienen una serie de valoraciones contradictorias de
    adhesión y crítica, lo que demuestra la sinceridad e
    independencia
    de su opinión.

    En 1958, tras una estancia de dos meses en Londres,
    decide regresar a América, entre otras cosas porque
    sentía que se le "enfriaban los mitos".
    Primero se instala en Venezuela, donde su amigo Plinio Apuleyo
    Mendoza le había conseguido trabajo de
    redactor en la revista
    Momentos.

    Al poco de llegar a Caracas, es testigo del bormbardeo
    aéreo y del asalto al Palacio presidencial, hechos que
    concluirán días después con el derrocamiento
    del dictador Pérez Jiménez.

    Estos hechos, especialmente la imagen, de la
    huida de "un oficial con una ametralladora bajo el brazo y con
    las botas embarradas"
    y la entrevista
    que le hizo al que, durante 50 años, había sido
    mayodormo de Palacio, sirviendo a varios presidentes y
    dictadores, serán decisivos en la gestación de un
    proyecto
    literario que empieza a obsesionarle: escribir una novela de
    tiranos, que reflexione sobre "el misterio del poder" y
    la capacidad de fascinación hipnótica de los
    tiranos.

    Otras experiencias recientes se imbrican con las que
    está viviendo en Venezuela y le ayudan a entender los
    mecanismos de la dictadura: el
    poder supremo del sumo pontífice en Roma, la
    fanática pervivencia del culto a Stalin que, cuatro
    años después de la muerte del
    dictador, había palpado en Moscú… Tardará
    17 años en hacer realidad ese proyecto en la quinta de sus
    novelas: El otoño del patriarca (1975).

    En un viaje relámpago a Barranquilla, se casa con
    su novia Mercedes Barcha, con la que pronto tiene dos hijos,
    Rodrigo (que nació en Bogotá en 1959) y Gonzalo
    (que nacería en México tres años más
    tarde).

    Aunque su actividad periodística en Venezuela es
    muy intensa, García Márquez no abandona el quehacer
    literario: escribiendo sólo los domingos, redacta casi
    todos los cuentos de Los funerales de la Mama Grande
    (1961).

    En 1960, tras el triunfo de la Revolución
    Cubana, vive seis meses en la Habana, trabajando para
    Prensa Latina, agencia de noticias que
    dirige el periodista argentino, amigo del Ché Guevara,
    Jorge Ricardo Massetti. Prensa Latina fue creada por el
    gobierno cubano
    para contrarrestar la propaganda
    contra Cuba. Meses
    antes, García Marquez había creado la sede de
    Prensa Latina en Bogotá. En Prensa Latina
    participan, además de su inseparable amigo Plinio Apuleyo
    Mendoza, otros destacados intelectuales
    como el argentino Roberto Walsh y el novelista uruguayo Juan
    Carlos Onetti. Uno de los grandes éxitos de Prensa
    Latina
    es interceptar y descifrar un informe donde se
    daban detalles del desembarco armado americano en Playa
    Girón. Llegaron a averiguar el lugar exacto donde la CIA
    preparaba la operación: una hacienda de Retahulheu
    (Guatemala).

    En 1961 se instala en Nueva York como corresponsal de
    Prensa Latina. Se trata de un trabajo apasionante ?por fin
    García Márquez dispone de un sueldo fijo y puede
    ejercer el periodismo con plena independencia, lejos de los
    monopolios capitalistas de opinión.

    García Márquez decide establecerse en
    México, y probar suerte con la tercera de sus aficiones:
    el cine. Pero antes de abandonar Estados Unidos, recorre el sur
    de su admirado Faulkner.

    De ese viaje, que emprende sin apenas dinero,
    escribirá: "Son veinte días de ruta infernal por
    carreteras marginales, ardientes y tristes…Son veinte
    días de carretera, alimentándonos con leche
    malteada, con hamburguesas, conociendo en Atlanta un
    áspero rostro de los Estados Unidos (no querían
    recibirnos en los hoteles porque
    creían que éramos mexicanos) y leyendo, en otro
    pueblo del Sur, un letrero que decía: <Prohibida la
    entrada de perros
    mexicanos>".

    Cuando descubre que es muy difícil abrirse camino
    en el mundo del cine, se encarga, aunque sin escribir una sola
    línea, de la
    organización de dos revistas de gran tiraje: una
    revista de señoras, La Familia y otra de
    crímenes sensacionalistas, Sucesos. Más
    tarde, trabaja en el mundo de la Publicidad.

    A partir de 1963, García Márquez consigue
    por fin trabajar como guionista. Su primer guión, El
    gallo de oro,
    lo
    escribe en colaboración con Carlos Fuentes a
    partir de un cuento de
    Juan Rulfo.
    (Dos años después, García Márquez y
    Fuentes volverán a trabajar juntos en la adaptación
    cinematográfica de Pedro Páramo, lo que
    demuestra la admiración que ambos sienten por la escueta e
    intensísima obra del silencioso escritor
    mexicano).

    Otros trabajos de guionista de García
    Márquez son: Tiempo de morir de Arturo Ripstein
    (aparentemente una esquemática película de
    "charros", pero que contiene ya algunas de las obsesiones de
    García Márquez: la venganza, la muerte, el destino
    trágico, la soledad…), H.O. también con
    Ripstein; Patsy, mi amor y una adaptación de su
    cuento "En este pueblo no hay ladrones".

    Aunque García Márquez dice no estar
    satisfecho de ninguno de sus trabajos cinematográficos,
    considera que su decepcionante experiencia en el mundo del
    celuloide le fue de gran utilidad, pues
    paradójicamente le ayudó a tomar conciencia de las
    limitaciones del cine (que hasta este momento consideraba "el
    medio de expresión perfecto")
    y a entender por fin
    "que las posibilidades de la novela son
    ilimitadas".

    Sin esa convicción, tal vez García
    Márquez no hubiera superado nunca ese periodo de
    sequía literaria (de 1961 a 1965 no escribió ni una
    sola línea de creación), consecuencia de un
    íntimo "sentimiento de fracaso" respecto a la obra que
    había escrito hasta ese momento.

    Gabo escapa de ese "infierno" con la escritura de
    la que, seguramente, es la más importante de sus obras:
    Cien años de soledad (1967), lo cual sólo
    fue posible cuando, casi como en un "milagro", sabe de
    repente con qué técnica y con qué procedimientos ha
    de escribir la historia de ese Macondo y de
    ese universo mítico de su infancia que le obsesionan desde
    sus inicios como escritor.

    La "revelación" tuvo lugar un día de enero
    de 1965

    mientras conducía su Opel por la carretera de
    México a Acapulco. Inesperadamente para el coche y le dice
    a Mercedes: "¡Encontré el tono! ¡Voy a
    narrar la historia con la misma cara de palo con que mi
    abuela me contaba sus historias fantásticas, partiendo de
    aquella tarde en que el niño es llevado por su padre a
    conocer el hielo!.

    García Márquez decide encerrarse a
    escribir su novela de Macondo y los Buendía. Logra reunir
    cinco mil dolares (los ahorros de la familia,
    las ayudas de sus amigos, especialmente de Álvaro Mutis) y
    le dice a Mercedes que mientras tarde en escribir su novela se
    ocupe de todo y no lo moleste bajo ningún concepto. Cuando
    después de 18 meses de duro trabajo concluye Cien
    años de soledad,
    Mercedes le espera con una deuda
    doméstica que sobrepasa los 10.000 dolares. Para enviar el
    manuscrito de Cien años de soledad a Buenos Aires,
    concretamente a la Editorial Sudamericana de Francisco
    Porrua, deben empeñar los tres últimos objetos de
    un cierto valor que les
    quedan: una batidora, un secador de pelo y la estufa.

    Cien años de soledad aparece en junio de
    1967. El éxito
    es fulminante: en pocos días se agota la primera edición
    y en tres años se venden más de medio millón
    de ejemplares. Según Vargas Llosa, "el éxito
    resonante deja a García Márquez mareado y algo
    incrédulo",
    aunque feliz porque por fin puede
    dedicarse exclusivamente a escribir.

    De 1968 a 1974 vive en Barcelona: quiere alejarse
    ?aunque inútilmente- de la persecución cada vez
    más agobiante de la fama y palpar el ritmo de la vida
    cotidiana en una dictadura (aquí se viven los
    últimos años del franquismo), pues se ha decidido
    por fin a convertir en novela esa imagen que le persigue desde
    hace diecisiete años: un déspota viejísimo
    se queda sólo en un palacio lleno de vacas.

    En 1975 aparece por fin El otoño del
    patriarca,
    que, escrita según la técnica del
    monólogo múltiple (voces diferentes que cuentan,
    desde perspectivas diferentes, la misma historia) es para
    García Márquez "mi libro
    más experimental y el que más me interesa como
    aventura poética. También el que me ha hecho
    más feliz" .

    Entre Cien años de soledad (1967) y El
    otoño del patriarca (1975)
    escribe algunos cuentos y
    un guión de cine, a partir de un episodio desgajado de
    Cien años de soledad, que finalmente se convierte
    en una novela breve: La increíble y triste historia de
    la cándida Eréndida y de su abuela desalmada

    (1972).

    Desde 1974, García Márquez alterna su
    residencia entre México, Cartagena de Indias, La Habana y
    París. Desde esos años, tan difíciles para
    América
    Latina, García Márquez es consciente de su
    resposabilidad como intelectual de prestigio: estrecha lazos de
    amistad con
    mandatarios de tendencia progresista (Fidel Castro,
    Torrijos, Carlos Andrés Pérez , los sandinistas,
    últimamente, Hugo
    Chávez…), se convierte en embajador extraoficial del
    continente, lucha activamente en defensa de los derechos
    humanos…

    En 1981 escribe Crónica de una muerte
    anunciada,
    novelando unos hechos reales acaecidos en Sucre
    durante su juventud y
    asumiendo por primera vez el papel de narrador. Al escribir
    Crónica de una muerte anunciada, García
    Márquez contraria a su madre que le había pedido
    que no escribiera una historia en la que intervenían
    tantos parientes, al menos mientras la madre del hombre que
    inspiró a Santiago Nasar siguiera viva.

    Ese mismo año, en pleno lanzamiento de
    Crónica de una muerte anunciada, el gobierno
    conservador lo acusa de financiar al grupo guerrillero M-19.
    García Márquez se ve obligado a pedir asilo
    político en la embajada mexicana y abandona Bogotá
    en medio de un gran escándalo. Meses después, ya en
    1982, le conceden el Premio Nobel de literatura.

    En la ceremonia del Nobel, viste con una guayabera
    caribeña blanca y lleva en la mano un rosa amarilla,
    símbolo de Colombia y su amuleto personal
    (Mercedes coloca cada día una en su mesa de
    trabajo).

    Elige como tema musical el Intermezzo interrotto
    de Bela Bartok. Su discurso de
    agradecimiento es un canto de amor a
    América Latina.

    Entre otras cosas dijo:

    "Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal,
    y no sólo su expresión literaria, la que este
    año ha merecido la atención de la Academia Sueca de la Letras.
    Todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido
    que pedirle muy poco a la imaginación porque el
    desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de
    los recursos
    convencionales para hacer creíbles nuestra vida.
    Éste es el nudo de nuestra soledad".

    Concluyó formulando un deseo: el de "una nueva
    y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir
    por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el
    amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas
    a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una
    segunda oportunidad sobre la
    tierra".

    Con parte de los 157 mil dolares que gana con el Nobel,
    decide "fundar un diario en Colombia con periodistas menores
    de treinta años, para que adquieran el oficio como se
    debe. Un diario destinado a exaltar los valores
    fundamentales del hombre, sin banderías".
    En homenaje
    a un cuento de Borges decide
    llamar al periódico
    El otro, aludiendo con ello a su "otra" vocación y
    personalidad.

    Involucra en el proyecto a dos de sus grandes amigos: a
    Rodolfo Terragno, fundador de El diario de Caracas y el
    novelista argentino Tomás Eloy Martínez. El
    proyecto, sin embargo, morirá antes de nacer, sueña
    con "una novela en la que un viejo de 80 vive una historia de
    frenesí sexual con una vieja de 70".
    El demonio de la
    literatura le ha entrado otra vez en el cuerpo y sabe que ya no
    puede escapar de él.

    Cuando todo está preparado para la
    aparición de El otro, les dice a sus amigos:
    "Instálense en Bogotá y empiecen a trabajar. Yo
    tengo que encerrarme a escribir la novela sobre los viejos".

    Sus amigos, obviamente, se niegan (¿cómo El
    otro
    de García Márquez se va a escribir sin
    García Márquez?) y el García Márquez
    novelista se instala en la mágica Cartagena de Indias,
    donde, en "un periodo de felicidad casi completa" escribe
    la historia de Florentino Ariza y Fermina Daza, en la que recrea
    el difícil noviazgo de sus padres: El amor en los
    tiempos de cólera
    (1985).

    En 1986 cumple una vieja deuda con la tercera de sus
    pasiones: promueve la Fundación del Nuevo Cine
    Latinoamericano
    y funda -con la ayuda del director argentino
    Fernando Birri, al que conocía desde sus años en
    Italia– la
    Escuela de cine de San Antonio de
    los Baños
    , en Cuba. Allí cada año,
    García Márquez dirige un taller de guión,
    donde diez jóvenes inventan conjuntamente una historia. A
    los mejores alumnos se los lleva a México para trabajar en
    otro taller de guiones, éste profesional: realizan guiones
    para la
    televisión y, con parte de los beneficios, consiguen
    fondos para financiar la Fundación y la Escuela.

    En Cómo se cuenta un cuento (1995) relata
    una de las experiencias del taller de guión: inventar una
    historia que pueda ser contada en formato de media hora. El
    guión "Me alquilo para soñar" -que primero fue uno
    de los doce Cuentos peregrinos (1992)- es uno de los
    frutos de ese taller de guión, que fruto del trabajo
    conjunto de García Máqrquez, el cineasta
    brasileño Doc Comparato y diez jóvenes enamorados
    del cine y de la literatura.

    En 1989 escribe El general en su laberinto, una
    nueva novela histórica donde cuenta el camino hacia la
    muerte de Simón Bolívar a
    los 47 años, por el río Magdalena de su infancia.
    El origen de esta novela es una frase de su manual escolar de
    historia, que guardaba en su memoria: "Al
    cabo de un largo y penoso viaje por el río Magdalena,
    murió en Santa Marta abandonado por sus
    amigos".

    Aunque ya no lo necesita económicamente,
    García Márquez se ha impuesto la
    disciplina,
    "para mantener el brazo caliente", de escribir, entre
    novela y novela, un artículo semanal que publica en
    diferentes periódicos.

    Una selección
    de estos artículos que, hablan de sus impresiones y
    recuerdos de las diferentes ciudades europeas en las que
    vivió, las recoge en Notas de prensa (1991), obra
    que se convierte así en una especie de memorias
    noveladas de sus años en Europa. Antes de editarlo en
    forma de libro vuelve a las ciudades emblemáticas de su
    juventud (Ginebra, Roma, París, Barcelona…) y escribe:
    "Ninguna tenía ya nada que ver con mis recuerdos. Todas
    estaban enrarecidas por una inversión asombrosa: los recuerdos reales
    parecían fantasmas de
    la memoria,
    mientras que los recuerdos falsos eran tan convincentes que
    habían suplantado a la realidad (…) En esos ocho meses
    febriles no necesité preguntarme dónde terminaba la
    vida y dónde empezaba la imaginación, porque me
    ayudaba la sospecha de que quizás no fuera cierto nada de
    lo vivido veinte años antes en Europa".

    Tras ese viaje hacia su propia memoria, vuelve a
    reescribir todos los artículos.

    En 1992 escribe Doce cuentos peregrinos.
    Según el propio autor se trata de : "una
    colección de cuentos cortos, basados en hechos
    periodísticos, pero redimidos de su condición
    mortal por las astucias de la poesía"
    . Muchos de ellos, antes de ser
    finalmente cuentos, fueron historias escritas con otros fines:
    cinco fueron notas periodísticas; otros cinco, guiones de
    cine y uno, un serial de televisión.

    En 1994 publica su última novela, Del amor y
    otros demonios
    , una novela ambientada en la Cartagena de
    Indias del siglo XVIII, que cuenta los amores imposibles entre un
    cura de treinta años y una marquesita criolla de doce, a
    la que debía exorcizar.

    Aunque desde hace años lucha incansablemente
    contra un cáncer, García Márquez
    continúa lleno de proyectos y sigue
    demostrando una admirable energía. Consciente de que
    "nunca ni un solo minuto he dejado de ser periodista",
    convence a su amigoel novelista argentino Tomás Eloy
    Martínez para que funden juntos un taller de periodismo,
    la Fundación para el Nuevo Periodismo
    Iberoamericano.
    Se trata de una escuela sin muros, donde ?a
    través de seminarios, conferencias y cursos-se convoca a
    estudiantes de periodismo de todo el mundo para profundizar sobre
    temas que las escuelas de periodismo y las redacciones de
    periódicos suelen omitir. La Fundación es su
    personal homenaje al que sigue considerando "el mejor oficio
    del mundo".

    En 1996 publica Noticia de un secuestro, un
    reportaje novelado de un secuestro colectivo, de diez personas
    (ocho de ellas periodistas), a manos de la banda de
    narcotraficantes de Pablo Escobar. García Márquez,
    que trabajó duramente en este libro tres años,
    definió "esta tarea otoñal como la más
    difícil y triste de mi vida"
    y como "una
    experiencia humana desgarradora e inolvidable".

    A finales de 1995, cuando acaba de concluir Noticia
    de un secuestro
    y el país vive pendiente de otro
    secuestro ?el de Juan Carlos Gaviria, hermano del ex presidente-
    lee un insólito comunicado en la prensa: los
    secuestradores ofrecen la liberación de Juan Carlos
    Gaviria si García Márquez asume la presidencia del
    gobierno en lugar del actual mandatario, Ernesto Samper. La
    respuesta de García Márquez es contundente:
    "Nadie puede esperar que asuma la irresponsabilidad de ser el
    peor presidente de la República (…) Liberen a Gaviria,
    quiténse las máscaras y salgan a promover sus ideas
    de renovación al amparo del orden
    constitucional."

    Actualmente se dice que trabaja en sus memorias (que
    posiblemente se llamarán Vivir para contarlo) y en
    tres novelas. Una de ellas cuenta la historia de un hombre que
    morirá al escribir la última frase. García
    Márquez tiene la extraña sensación de que
    puede ocurrirle lo mismo que a su personaje. Tal vez por ello, la
    novela avanza lentamente…

    OBRAS LITERARIAS DE
    :

    GABRIEL GARCIA MARQUEZ

    La hojarasca. 1955.

    En La hojarasca nació Macondo, ese
    poblachón cercano a la costa atlántica colombiana
    que ya se ha convertido en uno de los grandes mitos de la
    literatura universal. En él transcurre la historia de un
    entierro imposible. Ha muerto un personaje extraño, un
    antiguo médico odiado por el pueblo, y un viejo coronel
    retirado, para cumplir una promesa, se ha empeñado en
    enterrarle frente a la oposición de todo el poblado y sus
    autoridades. Como en una tragedia griega ?el libro lleva como
    lema una cita de Antígona, que recuerda la
    prohibición de enterrar el cuerpo de Polinice? el viejo
    coronel, su hija y su nieto van a cumplir la ominosa tarea. La
    acción,
    compuesta por la descripción de los preparativos para el
    entierro ?una media hora? y los recuerdos de un cuarto de siglo
    de la historia de Macondo, de 1905 a 1928, se narra a
    través de los pensamientos de estos tres
    personajes.

    El coronel no tiene quien le escriba.
    1961.

    El coronel no tiene quien le escriba fue escrita por
    Gabriel García Márquez durante su estancia en
    París, adonde había llegado como corresponsal de
    prensa y con la secreta intención de estudiar cine, a
    mediados de los años cincuenta. El cierre del
    periódico para el que trabajaba le sumió en
    la pobreza,
    mientras redactaba en tres versiones distintas esta excepcional
    novela, que luego fue rechazada por varios editores antes de su
    publicación. Tras el barroquismo faulkneriano de La
    hojarasca, esta segunda novela supone un paso hacia la ascesis,
    hacia la economía expresiva, y
    el estilo del escritor se hace más puro y transparente. Se
    trata también de una historia de injusticia y violencia:
    un viejo coronel retirado va al puerto todos los viernes a
    esperar la llegada de la carta oficial
    que responda a la justa reclamación de sus derechos por los servicios
    prestados a la patria. Pero la patria permanece
    muda…

    La mala hora. 1962 (ed. desautorizada por el
    autor)

    Los funerales de la Mamá Grande.
    1962.

    Bajo el lema de estos funerales mitológicos,
    Gabriel García Márquez reunió en 1962 siete
    relatos y la novela corta que da título al presente
    volumen, en el
    que aparece ya en todo su esplendor el elemento mágico y
    telúrico que a partir de entonces definiría su
    obra, sin apartarla, por ello, de la realidad. Estamos en Macondo
    y su región una vez más, entre personajes y
    episodios reconocibles, pero ahora caen pájaros muertos
    sobre el poblado, rompiendo mosquiteros y alambradas, un cura ve
    al diablo o afirma haber encontrado al judío errante, y
    visitar la tumba de un ser querido supone un riesgo
    impredecible. Y hay que enterrar a la Mamá Grande,
    soberana absoluta de este mundo, que falleció en olor de
    santidad a los noventa y dos años, tras haber conservado
    la virginidad durante toda su vida, y a cuyos funerales acude el
    presidente de la República y hasta el Sumo
    Pontífice en su góndola papal, pero también
    guajiros, contrabandistas, arroceros, prostitutas, hechiceros y
    bananeros llegados para la ocasión?

    Cien años de soledad. 1967

    «Muchos años después, frente al
    pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano
    Buendía había de recordar aquella tarde remota en
    que su padre lo llevó a conocer el hielo.» Con estas
    palabras empieza una novela ya legendaria en los anales de la
    literatura universal, una de las aventuras literarias más
    fascinantes de nuestro siglo. Millones de ejemplares de Cien
    años de soledad leídos en todas las lenguas y el
    premio Nobel de Literatura coronando una obra que se había
    abierto paso «boca a boca» ?como gusta decir el
    escritor? son la más palpable demostración de que
    la aventura fabulosa de la familia Buendía-Iguarán,
    con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias,
    incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y
    condenas, representaba al mismo tiempo el mito y la
    historia, la tragedia y el amor del mundo entero.

    Monólogo de Isabel viendo llover en
    Macondo
    . 1969.

    • .

    Relato de un náufrago
    1970.

    Con este libro, Gabriel García Márquez se
    descubrió a sí mismo como un narrador. Sin embargo,
    la intención primera era la de escribir un reportaje sobre
    un hombre, Luis Alejandro Velasco, que estuvo diez días a
    la deriva en una balsa mecida por el mar Caribe. El futuro Premio
    Nobel de Literatura y entonces joven reportero que era
    García Márquez escuchó el relato de los
    hechos de boca de su protagonista, y lo transformó, tal
    vez sin pretenderlo, en un prodigioso ejercicio literario, una
    narración escueta y vigorosa donde late el pulso de un
    gran escritor. La publicación por entregas del reportaje
    en El Espectador de Bogotá supuso un alboroto
    político considerable ?se revelaba la existencia de
    contrabando
    ilegal en un buque de la Armada colombiana, lo que costó
    la vida de siete marineros y el naufragio, más afortunado,
    de Velasco? y el exilio para su autor, que se vio abocado a una
    nueva vida.

    La increíble y triste historia de la
    cándida Eréndira y de su abuela desalmada
    .
    1972.

    Chile, el golpe y los gringos. 1974

    Ojos de perro azul. 1974.

    Estos relatos tempranos de quien posteriormente
    sería premio Nobel fueron escritos y publicados entre 1947
    y 1955, aunque, como libro, Ojos de perro azul no
    aparecería hasta 1974, cuando ya el escritor había
    publicado otros dos libros de relatos y cuatro novelas, de las
    que la última, Cien años de soledad, le
    proporcionaría su primer gran éxito internacional.
    En este libro se incluye su primer cuento célebre, el
    Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, escenario de
    sus obras posteriores. El personaje de Isabel reaparecerá
    en su primera novela, y el tema de la lluvia cayendo
    interminablemente, en su personal versión del diluvio
    universal, acabaría integrándose suave y
    flexiblemente en Cien años de soledad. Este relato,
    incluido en todas las antologías del cuento
    latinoamericano de nuestros días, fue la primera piedra de
    este gigantesco edificio, tan imaginario como real, que
    terminaría fundando el espacio literario más
    poderoso de las letras universales de nuestro tiempo: Macondo. La
    edición que tiene el lector entre sus manos incluye,
    además, tres nuevos cuentos: «Tubal-Caín
    forja una estrella», «De cómo Natanael hace
    una visita» y «Un hombre viene bajo la
    lluvia».

    Cuando era feliz e indocumentado. 1975

    El otoño del patriarca. 1975.

    Gabriel García Márquez ha declarado una y
    otra vez que El otoño del patriarca es la novela en la que
    más trabajo y esfuerzo invirtió. En efecto,
    García Márquez ha construido una maquinaria
    narrativa perfecta que desgrana una historia
    universal ?la agonía y muerte de un dictador? en forma
    cíclica, experimental y real al mismo tiempo, en seis
    bloques narrativos sin diálogos, sin puntos y aparte,
    repitiendo una anécdota siempre igual y siempre distinta,
    acumulando hechos y descripciones deslumbrantes. Novela escrita
    en Barcelona, entre 1968 y 1975, El otoño del patriarca
    deja asomar en su trasfondo el acontecimiento más
    importante de la historia española de aquellos años
    ?la muerte del general Franco?, aunque su contexto y estilo sean,
    como siempre en este escritor, el de la asombrosa realidad
    latinoamericana que García Márquez ha elevado una
    vez más a la dignidad del
    mito.

    Todos los cuentos. 1975.

    Obra periodística. Vol. 1: Textos
    costeños
    . 1981.

    Los artículos que componen Textos
    costeños, primer volumen de la obra periodística de
    Gabriel García Márquez, abarcan el período
    que va de mayo de 1948 ?año en que comenzó a
    escribir en El Universal de Cartagena? a diciembre de 1952: por
    un lado, constituyen los primeros escritos de un joven de veinte
    años que llegaría a ser el novelista
    hispánico más importante de la actualidad y, por
    otro, son el testimonio del convulsionado mundo colombiano tras
    la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, el 9 de abril de 1948.
    Los comienzos de Gabriel García Márquez como
    redactor de El Universal supondrían el punto de partida de
    una conmoción literaria que ha influido profundamente en
    la literatura contemporánea. El hecho más puntual,
    la noticia más cotidiana, se inscriben en el universo de
    magia literaria del gran creador de Cien años de soledad,
    El otoño del patriarca y Crónica de una
    muerte anunciada. En muchos casos, en estos impecables textos
    ?recopilados y prologados por Jacques Gilard? se hallan ya ecos
    de la temática de su obra literaria.
    Cronológicamente contemporáneos de sus novelas y
    cuentos, traslucen que el pensamiento y
    la pasión son los mismos, y que el tema en literatura es
    tan único, y tan diverso, como la vida.

    Obra periodística. Vol. 2: Entre
    cachacos

    El segundo volumen de la obra periodística de
    Gabriel García Márquez, Entre cachacos,
    reúne ?recopilados y prologados por Jacques Gilard? los
    artículos aparecidos en El Espectador de Bogotá
    durante los años 1954 y 1955, textos que
    desentrañan los signos que
    configuran los temas predilectos del gran novelista colombiano.
    Aparecen ya las consecuencias de ciertas lecturas,
    particularmente las de Camus y Hemingway, con reflexiones y
    análisis de hechos investigados en
    caliente, donde la forma delata preocupaciones literarias
    fundamentales y preexistentes y donde el rigor narrativo ?la
    ambición por contar bien? supera al mero afán
    inicial de información para alcanzar un alto valor
    literario.

    Por la libre. Obra periodística 4
    (1974-1995)
    , Gabriel García Márquez ,
    Sudamericana,Buenos Aires, 2000, 336 páginas.

    • Reseña,
      por Carlos Alberto Morán. La Capital, Suplemento
      cultural. 06.02.2000

    Crónica de una muerte anunciada.
    1981.

    Acaso sea Crónica de una muerte anunciada la obra
    más «realista» de Gabriel García
    Márquez, pues se basa en un hecho histórico
    acontecido en la tierra natal del escritor. Cuando empieza la
    novela, ya se sabe que los hermanos Vicario van a matar a
    Santiago Nasar ?de hecho ya le han matado? para vengar el honor
    ultrajado de su hermana Ángela, pero el relato termina
    precisamente en el momento en el que Santiago Nasar muere. El
    tiempo cíclico, tan utilizado por García
    Márquez en sus obras, reaparece aquí minuciosamente
    descompuesto en cada uno de sus momentos, reconstruido prolija y
    exactamente por el narrador, que va dando cuenta de lo que
    sucedió mucho tiempo atrás, que avanza y retrocede
    en su relato y hasta llega mucho tiempo después para
    contar el destino de los supervivientes. La acción es, a
    un tiempo, colectiva y personal, clara y ambigua, y atrapa al
    lector desde un principio, a pesar de que conoce el desenlace de
    la trama. La dialéctica entre mito y realidad se ve
    potenciada aquí, una vez más, por una prosa tan
    cargada de fascinación que la eleva hasta las fronteras de
    la leyenda.

    El rastro de tu sangre en la
    nieve: el verano feliz de la senora Forbes
    . Bogotá: W.
    Dampier Editores, 1982.

    Viva Sandino. Managua: Nueva Nicaragua,
    1982

    El secuestro (guión). Salamanca:
    Lóquez, 1982.

    El asalto: el operativo con el que el FSLN se
    lanzó al mundo
    , Nueva Nicaragua, 1983.

    Erendira (guión de su propia novela),
    N.P., Les Films du Triangle, 1983.

    El general en su laberinto. 1989.

    El diez de diciembre de 1830, siete días antes de
    su muerte, tras dictar sus últimas voluntades y rechazar
    las indicaciones de su médico personal para recibir de
    buen grado los sacramentos, Bolívar
    exclama:"¿Qué es esto?… ¿Estaré tan
    malo para que se me hable de testamento y de confesarme?…
    !Cómo saldré yo de este laberinto!. El episodio
    define el alcance del acercamiento mítico,
    histórico y humano de Gabriel García Márquez
    a la figura de Simón Bolívar a través del
    lenguaje de la ficción.

    Aclamado por el pueblo como Libertador, blanco de
    numerosas conjuras políticas
    y militares, héroe romántico y hasta libertino para
    sus detractores y sus partidarios, idealista íntegro y
    abandonado que contempla las ruinas de su sueño de unidad
    de los pueblos americanos, tras la independencia del dominio español,
    Bolívar emprende — enfermo, con un menguado
    quito — el
    que será su viaje final. Parte desde Bogotá para
    seguir el curso del río Magdalena. Su viaje será el
    último en un doble sentido: la marcha le proporciona
    oportunidades para considerar los pasos que ha dado su agitada
    vida y al tiempo, la gravedad de sus dolencias apresura en pocos
    meses su encuentro con la muerte.

    El Libertador desvela su drama sin eludir el asedio de
    los espectros, la presencia de quienes cruzaron los territorios
    de su utopía, ni las ofensivas amorosas que forjaron su
    sensibilidad y se desarrollaban en paralelo con las
    campañas militares y las empresas
    independentistas que hubo de afrontar a lo largo de su vida.
    Acosado por sus recuerdos y fantasmas, es un hombre solo el que
    se enfrenta a su mayor empeño: vencer al personaje que, en
    sus propias palabras, ha dejado de existir.

    • El
      bolerazo del general
       Reseña
      de Edgar O´Hara sobre el libro de Gabriel García
      Márquez, titulado: El general en su
      laberinto.

    El
    Bolivar que GGM pintó
    . Bárbara
    Jardine, en Aldea Educativa.

    Doce cuentos peregrinos. 1992.

    «El esfuerzo de escribir un cuento corto es tan
    intenso como empezar una novela. Pues en el primer párrafo
    de una novela hay que definir todo: estructura,
    tono, estilo, ritmo, longitud, y a veces hasta el carácter de algún personaje. Lo
    demás es el placer de escribir, el más
    íntimo y solitario que pueda imaginarse, y si uno no se
    queda corrigiendo el libro por el resto de la vida es porque el
    mismo rigor de fierro que hace falta para empezarlo se impone
    para terminarlo. El cuento, en cambio, no tiene principio ni fin:
    fragua o no fragua. Y si no fragua, la experiencia propia y la
    ajena enseñan que en la mayoría de las veces es
    más saludable empezarlo de nuevo por otro camino, o
    tirarlo a la basura
    Este volumen recoge los cuentos que, afortunadamente para los
    lectores de García Márquez, no terminaron en la
    papelera, precedidos por un prólogo en el que se da
    razón de por qué son doce, por qué son
    cuentos y por qué son peregrinos.

    Cuentos:

    1. Buen viaje señor presidente.
    2. La
    santa
    .
    3. El avión de la bella durmiente.
    4. Me alquilo para soñar.
    5. "Solo
    vine a hablar por
    teléfono"
     

    Sólo
    un Teléfono, Clave posible de lectura de un relato de
    García Márquez
    . (Goffman y el
    juego del
    intertexto: entrecruzaimiento y ficcionalización). Por
    Eduardo Balestena.

    6. Espantos
    de agosto
    .
    7. María dos Prazeres.
    8. Diecisiete ingleses envenenados.
    9. Tramontana.
    10. El verano feliz de la señora Forbes.
    11. La luz es
    como el agua
    .
    12. El
    rastro de tu sangre en la
    nieve
    .

    Del amor y otros demonios.1994

    El 26 de octubre de 1949 el reportero Gabriel
    García Márquez fue enviado al antiguo convento de
    Santa Clara, que iba a ser demolido para edificar sobre él
    un hotel de cinco estrellas, a
    presenciar el vaciado de las criptas funerarias y a cubrir la
    noticia. Se exhumaron los restos de un virrey del Perú y
    su amante secreta, un obispo, varias abadesas, un bachiller de
    artes y una marquesa. Pero la sorpresa saltó al destapar
    la tercera hornacina del altar mayor: se desparramó una
    cabellera de color cobre, de
    veintidós metros y once centímetros de largo,
    perteneciente a una niña. En la lápida apenas se
    leía el nombre: Sierva María de Todos los Ángeles.
    «Mi abuela me contaba de niño la leyenda de una
    marquesita de doce años cuya cabellera le arrastraba como
    una cola de novia, que había muerto del mal de rabia por
    el mordisco de un perro, y era venerada en los pueblos del Caribe
    por sus muchos milagros. La idea de que esa tumba pudiera ser la
    suya fue mi noticia de aquel día, y el origen de este
    libro.»

    Un lector de Lima envía su opinión sobre
    el libro Del amor
    y otros demonios
    a
    Amazon
    .

    Noticia de un secuestro. 1997

    "Maruja Pachón y su esposo, Alberto Villamizar,
    me propusieron en octubre de 1993 que escribiera un libro con las
    experiencias de ella durante su secuestro de seis meses, y las
    arduas diligencias en que él se empeñó hasta
    que logró liberarla. Tenía el primer borrador ya
    avanzado cuando caímos en la cuenta de que era imposible
    desvincular aquel secuestro de los otros nueve que ocurrieron al
    mismo tiempo en el país. En realidad, no eran diez
    secuestros distintos -como nos pareció a primera vista-
    sino un sólo secuestro colectivo de diez personas muy bien
    escogidas, y ejecutado por una misma empresa con una
    misma y única finalidad."

    Vivir para contarla. 2002

    Este primer tomo, con más de 800 páginas,
    cuenta la historia de sus abuelos maternos, los amores de sus
    padres, un ámbito de su vida familiar especialmente
    querida por García Márquez y, por fin, su propia
    vida hasta 1955, fecha de su definitiva dedicación a la
    literatura con la aparición de su primera novela, La
    Hojarasca. El nacimiento de su vocación por el periodismo
    y su viaje a Europa como corresponsal de El Espectador
    también ocupan una parte muy importante del
    volumen.

    Fragmento
    del capítulo 1
    (hasta la
    página 34)

    Fragmento
    del capítulo 2
    (86-97)

    Fragmento
    del capítulo 2
    (111-120)

    Fragmento
    del capítulo 3
    (187-201)

    Fragmento
    del capítulo 4
    (258-265)

    Fragmento
    del capítulo 7
    (487-501)

    Fragmento
    del capítulo 8
    (561-570)

    La
    novela de sus recuerdos
    . Por Fidel
    Castro.

    Memoria de mis putas tristes. 2004

    El año de mis noventa años quise regalarme
    una noche de amor loco con una adolescente virgen. Me
    acordé de Rosa Cabarcas, la dueña de una casa
    clandestina que solía avisar a sus buenos clientes cuando
    tenía una novedad disponible. Nunca sucumbí a
    ésa ni a ninguna de sus muchas tentaciones obscenas, pero
    ella no creía en la pureza de mis principios.
    También la moral es un
    asunto de tiempo, decía, con una sonrisa maligna, ya lo
    verás.
     Fragmento

    Reseña.
    Joaquín Marco. El Cultural. 21-27 de octubre de
    2004.

    Cuentos:

    1. La tercera resignación (1947).
      2. La otra costilla de la muerte (1948).
      3. Eva está dentro de su gato (1948).
      4. Amargura para tres sonánbulos (1949).
      5. Diálogo del espejo (1949).
      6. Ojos
      de perro azul
      (1950).
      7. La mujer
      que llegaba a las seis (1950).
      8. Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles
      (1951).
      9. Alguien desordena estas rosas
      (1952).
      10. La noche de los alcaravanes (1953).
      11. Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo
      (1955).
      12. La
      siesta del martes
      (1962).
      13. Un
      día de éstos
      (1962).
      Encontrado en la página de Eduardo
      Gargurevich
      .
      14. En este pueblo no hay ladrones (1962).
      15. La prodigiosa tarde de Baltazar (1962).
      16. La
      viuda de Montiel
      (1962).
      17. Un día despues del sábado (1962).
      18. Rosas artificiales (1962).
      19. Los funerales de la Mamá Grande (1962).
      20. Un
      señor muy viejo con unas alas enormes

      (1968).
      21. El mar del tiempo perdido (1961).
      22.
      El ahogado más hermoso del mundo

      (1968).
      23. El último viaje del buque fantasma (1968).
      24. Blacamán el bueno vendedor de milagros (1968).
      25. Muerte
      constante más allá del amor

      (1970).
      26. La increíble y triste historia de la
      cándida Eréndira y de su abuela desalmada
      (1972).

    El amor en los tiempos de cólera.
    1985.

    La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino
    Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a
    lo largo de más de sesenta años, podría
    parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen
    por la gracia del tiempo y la fuerza de sus
    propios sentimientos, ya que García Márquez se
    complace en utilizar los más clásicos recursos de
    los folletines tradicionales. Pero este tiempo ?por una vez
    sucesivo, y no circular?, este escenario y estos personajes son
    como una mezcla tropical de plantas y
    arcillas que la mano del maestro modela y fantasea a su placer,
    para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la
    leyenda. Los zumos, olores y sabores del trópico alimentan
    una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto
    oscilante del final feliz.

    El
    amor en los tiempos del cólera
    .
    De A.
    Frazier

    El general en su laberinto. 1989.

    El diez de diciembre de 1830, siete días antes de
    su muerte, tras dictar sus últimas voluntades y rechazar
    las indicaciones de su médico personal para recibir de
    buen grado los sacramentos, Bolívar
    exclama:"¿Qué es esto?… ¿Estaré tan
    malo para que se me hable de testamento y de confesarme?…
    !Cómo saldré yo de este laberinto!. El episodio
    define el alcance del acercamiento mítico,
    histórico y humano de Gabriel García Márquez
    a la figura de Simón Bolívar a través del
    lenguaje de la ficción.

    Aclamado por el pueblo como Libertador, blanco de
    numerosas conjuras políticas y militares, héroe
    romántico y hasta libertino para sus detractores y sus
    partidarios, idealista íntegro y abandonado que contempla
    las ruinas de su sueño de unidad de los pueblos
    americanos, tras la independencia del dominio español,
    Bolívar emprende — enfermo, con un menguado
    séquito — el que será su viaje final. Parte desde
    Bogotá para seguir el curso del río Magdalena. Su
    viaje será el último en un doble sentido: la marcha
    le proporciona oportunidades para considerar los pasos que ha
    dado su agitada vida y al tiempo, la gravedad de sus dolencias
    apresura en pocos meses su encuentro con la muerte.

    El Libertador desvela su drama sin eludir el asedio de
    los espectros, la presencia de quienes cruzaron los territorios
    de su utopía, ni las ofensivas amorosas que forjaron su
    sensibilidad y se desarrollaban en paralelo con las
    campañas militares y las empresas independentistas que
    hubo de afrontar a lo largo de su vida. Acosado por sus recuerdos
    y fantasmas, es un hombre solo el que se enfrenta a su mayor
    empeño: vencer al personaje que, en sus propias palabras,
    ha dejado de existir.

    • El
      bolerazo del general
       Reseña
      de Edgar O´Hara sobre el libro de Gabriel García
      Márquez, titulado: El general en su
      laberinto.

    El
    Bolivar que GGM pintó
    . Bárbara
    Jardine, en Aldea Educativa.

    ANALISIS. (
    PRESENTACION DE UN LIBRO ) :

    Titulo: CIEN AÑOS DE SOLEDAD.

     

     

    Autor:

    Novelista de origen colombiano, sus obras mas
    importantes son: La Hojarasca, Cien años de soledad, El
    amor en los tiempos del colera, entre otras.

    Genero: NARRATIVO.

    Tipo de expresión : EN PROSA.

    Trama: Muchos años después, frente
    alñ pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano
    Buendía, habia recordado aquella tarde remota en que su
    padre lo llevo a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea
    de veinte casas de barro y cañabrava, construida ala
    orilla de un río de aguas diáfanas que se
    precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes
    como huevos prehispanicos. Con estas palabras empieza una novela
    ya legendaria en los anales de la literatura universal, una de
    las aventuras mas fascinantes de nuestro siglo. Muestra la
    fabulosa y palpable demostración de la familia
    Buendía Iguaran con sus milagros, fantasías,
    obseciones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldiaas,
    descubrimientos, y condenas que representaban al mismo tiempo el
    mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo
    entero.

     

     

     

    Betzaida Guadalupe Reyes Santiago

    Materia: Literatura.

    Tema: Textos Narrativos.

    Subtema: La novela.

    Fecha: 05 De Enero Del 2005.

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