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Literatrónica: Hipertexto Literario Adaptativo




Enviado por Juan B. Gutiérrez



Monografía destacada

     

    ABSTRACT

    El hipertexto literario adaptativo es una forma estética que ha sido poco
    explorada hasta ahora. Requiere de un sistema de información capaz
    de diseñar un libro de ficción
    específico para cada lector. Para producir dicha interacción, las premisas
    sobre las que los críticos y practicantes de hipertexto
    literario hemos construido nuestros trabajos deben revisarse y
    ajustarse bajo la luz de reciente evidencia
    experimental. Se propone un modelo en el que el hipertexto
    literario se modela como un grafo. Se describe un modelo de
    optimización que maximiza la continuidad narrativa y
    minimiza el riego de perder la atención del
    lector.

    Introducción

    De acuerdo a la noción de hipertexto que Bush
    (1945) formuló implícitamente, y Nelson (1982)
    explícitamente, hipertexto es un archivo no lineal conectado en
    forma de red en el que el medio permite
    navegar entre los contenidos. Desde entonces la no-linealidad ha
    mantenido un estatus axiomático dentro de la teoría del hipertexto. En
    contraposición, el texto impreso ha sido
    catalogado como unilineal, ignorando piezas como enciclopedias,
    diccionarios, periódicos
    y otras que son diseñadas para una lectura multilineal
    (Daalgaard, 2001), e.g. Nelson (2003) propone que simulaciones de
    multilinearidad en papel son equivocadas y generalmente
    insuficientes. Esta perspectiva se basa en el hecho que desde el
    comienzo el hipertexto fue asociado con sistemas de búsqueda de
    información. Las
    posibilidades estéticas del mismo poco o nada influyeron en
    su desarrollo.

    El hipertexto literario, una forma primordialmente
    estética, difiere de la comunicación
    académica y otros tipos de sistemas de búsqueda de
    información en muchos aspectos. Por ejemplo, no es necesario
    incluir un resumen, o incluir una lista de referencias, o citar
    otros textos. Ha sido señalado y ampliamente aceptado que:
    (i) las decisiones del lector, intervención y
    empoderamiento son los elementos claves de hipertexto
    literario (Landow, 1997), (ii) la lectura de hipertexto
    incentiva a la vez lectura pasiva y activa, en la que los
    vínculos ofrecen puntos de decisión (Snyder, 1999) y
    (iii) el poder sugestivo de la literatura hipertextual está en la
    capacidad lírica de sus vínculos (lírica por la
    intensa búsqueda de sentido que el lector debe hacer,
    similar a la poesía) (Tosca,
    2000).

    El hipertexto literario y algunas otras formas de
    hipertexto no han tenido amplia aceptación. Por ejemplo, a
    pesar de continuos esfuerzos para producir hipertextos
    académicos, textos académicos todavía son
    producidos de una forma rigurosa analítica lineal y
    éstos todavía son apreciados como un medio efectivo de
    generar información de calidad. Usualmente los
    contenidos están disponibles en línea. Por lo tanto, el
    impacto del hipertexto ha sido profundo en los canales de distribución,
    pero ha sido insignificante en la forma como el contenido es
    presentado. Tal vez esta falta de éxito en algunas
    áreas de deba al hecho de que algunas de las premisas usadas
    para crear hipertexto no se basan en tecnologías o
    prácticas ampliamente establecidas (Pang, 1998). Ha sido
    sugerido que la teoría hipertextual debería tratar con
    lo que realmente sucede antes que con lo que nos gustaría
    que fuera (Daalgaard, 2001). La pregunta que nos hacemos
    naturalmente ahora es: ¿Qué es lo que de hecho pasa
    con el lector de hipertexto literario
    ? Hay dos aspectos de
    este problema:

    Primero, hablando sobre hipertexto en general, hay
    varios problemas bien conocidos sobre
    interfaces (Golovchinsky, 1997): (i) los usuarios podrían no
    saber cómo llegar a nodos deseados, o regresar a nodos
    visitados, (ii) ellos se pueden frustrar al "redescubrir"
    repetidamente el mismo nodo, (iii) en algún punto el
    número de vínculos puede desalentar al lector y (iv)
    las razones del autor para incluir un vínculo pueden no ser
    claras para los lectores. Adicionalmente a las dificultades
    intrínsecas del hipertexto, se espera de los lectores que
    sean (Calvi, 1999): (i) tolerantes con la naturaleza hasta ahora
    experimental del hipertexto, (ii) suficientemente diestros para
    maniobrar los dispositivos heterogéneos de navegación,
    y (iii) suficientemente abiertos para aceptar el resultado
    no-lineal.

    Segundo, hay evidencia experimental que refuta las
    premisas descritas acerca de hipertexto literario. De acuerdo con
    un experimento realizado por Gee (2001): (i) la no-linealidad
    causa desorientación y hace que los lectores ojeen a saltos
    el texto en vez de leerlo , (ii) los lectores desean un punto
    único de inicio, (iii) ellos prefieren estructuras narrativas
    más o menos lineales con ramificaciones moderadas, y (iv)
    ellos no parecen estar clamando por ser coautores o tener poder
    sobre la obra. Es notable que todos los sujetos del experimento
    afirmaron que no comprarían un hipertexto literario (el
    experimento fue llevado a cabo con Storyspace; estoy extrapolando
    los resultados a hipertexto literario en general), pero que
    considerarían leer uno gratuito en línea.

     

    UN CAMBIO EN EL
    ENFOQUE

    Con el objeto de analizar una obra de ficción es
    conveniente diferenciar entre la historia que se cuenta como una secuencia
    lineal de eventos episódicos y la
    forma en que se cuenta la historia; i.e. fábula y
    trama. La distinción algunas veces es difícil
    por fenómenos tales como la explicación de eventos que
    ocurrieron en el pasado pero que todavía no han sido
    identificados (analepsis) y la anticipación de algo
    aún por ocurrir (prolepsis) (Genette,
    1987).

    La mayoría de los hipertextos literarios enfocan su
    atención en la articulación de los vínculos para
    producir una trama. El poder sugestivo de los vínculos se ha
    identificado usualmente con procesos de analepsis y
    prolepsis. Esa es la esencia de no-linealidad, como
    autores y críticos la han adoptado. La posibilidad de
    navegar gracias a los hipervínculos hacia múltiples
    destinos dejó en algún momento de ser una
    posibilidad para convertirse en una necesidad.
    Aarseth (1997) afirma que los hipertextos literarios se volvieron
    laberínticos en su lectura, hasta el punto de que el
    hipertexto literario no era más la representación de un
    mundo sino un mundo en sí mismo. Hubo un corto circuito
    entre significado y significante. El significado dejó de
    apuntar a un proceso embrollado, un proceso
    linealmente complejo pero potencialmente satisfactorio (la idea
    renacentista del laberinto literario).

    La respuesta a la pregunta por el lector de hipertexto
    literario nos lleva a un cambio en las premisas para ajustar el
    modelo al experimento: (i) la interfase debería enfocarse en
    la mejor articulación posible de la trama, i.e.
    lineal con variaciones en prolepsis y analepsis a
    discreción del autor, (ii) se espera que le lector explore
    completamente el espacio literario, y (iii) el computador debería asumir
    la carga de ensamblar las piezas, antes que dárselas al
    lector para que éste las ensamble. Slatin (1991) ha sugerido
    que todo el problema puede ser resuelto al determinar cuáles
    son los posibles vínculos que un lector puede seleccionar
    desde su ubicación actual. Golovchinsky (1997) resalta los
    beneficios de vínculos estadísticamente creados que
    correspondan a la interacción del usuario.

    Para construir un modelo que se ajuste a esas premisas,
    podría diseñarse un hipertexto literario como un
    sistema de información en el
    que el computador cree dinámicamente los vínculos para
    el lector en cada nodo basado en las decisiones previas que
    éste haya tomado, i.e. un sistema adaptativo. El objetivo que queremos lograr
    requiere de una combinación de dos enfoques existentes en
    sistemas adaptativos reportados por Abdullah and Davis, (2003):
    (i) el sistema simple secuencial centrado en el autor, en el que
    el lector completa todas las actividades que el autor considera
    importantes, mientras evita aquellas que crea innecesarias, y
    (ii) el un sistema hipermedial adaptativo, en el que el sistema
    asiste al lector para completar cualquiera que sea su objetivo.
    Asumiendo que el lector desee sumergirse en la narrativa y leer
    toda la obra, el hipertexto literario adaptativo
    debería crear una secuencia dinámica que recorra la
    totalidad del espacio narrativo (desde este punto de vista es un
    sistema simple secuencial), desplegando el texto de acuerdo al
    diseño del autor y las
    elecciones del lector (desde este punto de vista es un sistema
    hipermedial adaptativo).

     

    Un modelo

    En esta sección vamos a usar terminología
    clásica en teoría de grafos para introducir dos
    conceptos en hipertexto literario: fricción
    hipertextual
    y atractores hipertextuales.
    Posteriormente explicaremos un modelo de hipertexto literario
    adaptativo.

    Empecemos por definir la página como la unidad
    mínima de contenido. Un lector no leería menos. Un
    autor no escribiría menos. Una página está
    compuesta de texto, gráficas, animaciones,
    sonido, etc. La forma de ir de
    una página a otra es mediante el uso de
    hipervínculos. El espacio narrativo
    hipertextual
    es el conjunto de páginas e
    hipervínculos. Los autores se enfrentan a nuevos retos
    durante la creación de estos espacios narrativos. Por
    ejemplo, un modelo ingenuo de escritura sugeriría el
    siguiente método: "en cada página
    ofrezca dos opciones para continuar la lectura." Si con este
    método el autor quisiera que cada lector recibiera un texto
    de extensión razonable, digamos 180 páginas, el autor
    tendría que escribir 2179 páginas… ¡el
    número aproximado de átomos en el universo conocido! Vemos
    rápidamente que este método tiene poco atractivo
    práctico. La representación mostrada en la figura 1
    tiene el nombre de árbol.

     

    Otro método consistiría en permitir que
    algunos de los hipervínculos apuntaran a las mismas
    páginas. De esta forma el número de hipervínculos
    sería mucho mayor que el número de páginas. Esta
    representación, mostrada en la figura 2, tiene el nombre de
    red.

     

    Hoy en día, casi la totalidad de los hipertextos de
    ficción se basan en este modelo, en el que las páginas
    tienen vínculos que apuntan a otras páginas. Más
    específicamente, las páginas tienen vínculos que
    siempre apuntan al mismo destino. Alguna complejidad
    adicional ha sido obtenida mediante el uso de hipervínculos
    condicionales (visite la página X sólo si la
    página Y ya ha sido visitada). Sin embargo, los
    vínculos condicionales son topológicamente equivalentes
    a la inclusión de una página adicional en la red por
    cada regla existente. Por esto, a pesar de que incrementan la
    complejidad, son equivalentes a los vínculos
    estáticos.

    La representación en las figuras 1 y 2 corresponden
    a una de las más intuitivas, más básicas y mejor
    estudiadas estructuras de las matemáticas modernas. Se
    denomina grafo. Un grafo consta de dos conjuntos finitos: un conjunto
    V de puntos, llamados vértices, y una conjunto
    B de líneas de conexión, llamadas bordes.
    Cada vértice conecta dos puntos, llamados los extremos
    del vértice
    . En un grafo G=(V, B) podemos ir de un
    vértice v1 a algún otro vértice vk. Si no hay
    restricciones en el camino para ir de v1 a vk, llamamos a esto un
    paseo. Si requerimos que cada vértice ocurra una vez,
    llamamos a esto un recorrido. Si elegimos un camino que
    repita vértices, pero no bordes, llamamos a esto un
    recorrido de Euler. Si agregamos la restricción de
    que el camino pase por cada vértice sólo una vez,
    tenemos un ciclo hamiltoniano.

    En los hipertextos literarios, las páginas
    están localizadas en los vértices. Los
    hipervínculos son los bordes. El problema de encontrar un
    camino que recorra todo el espacio narrativo sin repetir
    páginas es un ciclo hamiltoniano. Vamos a omitir los
    detalles matemáticos y saltaremos directo a las
    conclusiones: encontrar un ciclo hamiltoniano en un grafo es un
    problema conocido como de tipo NP, para el que no existe
    solución analítica, excepto búsqueda exhaustiva.
    En otras palabras, encontrar un ciclo hamiltoniano para un grafo
    de una obra mediana de hipertexto literario, tomaría una
    cantidad significativa de tiempo. Y una vez el problema
    sea resuelto, nada garantizaría que la solución
    matemáticamente óptima tenga sentido desde el punto de
    la narrativa.

    Con el objeto de evitar las complejidades del ciclo
    hamiltoniano, debemos introducir un elemento adicional para
    definir los hipertextos literarios: la distancia narrativa entre
    las páginas. Es un número positivo proporcional a
    qué tan discordante es el movimiento de la página i
    a la página j. La distancia narrativa se puede representar
    por medio de una matriz de
    distancias:

    Figura 3: Hipertexto literario con
    distancias narrativas. Nótese que la distancia de i a j
    puede ser distinta a la distancia de j a i.
    La carencia de un borde entre dos vértices en alguna de las
    dos direcciones
    puede ser representada como una distancia infinita entre los dos
    vértices

     

    Dado que las distancias cortas maximizan la continuidad
    narrativa, las rutas más cortas en el grafo van a ofrecer la
    mejor trama para la fábula (?mejor? en el
    sentido que definimos previamente). Afortunadamente el problema
    de encontrar las rutas más cortas en un grafo ha sido
    extensamente estudiado y documentado. debemos mencionar que dado
    que los grafos literarios pueden ser no-dispersos (el orden de
    hipervínculos está dentro del orden de magnitud de las
    páginas al cuadrado), los algoritmos tradicionales
    ofrecerían rendimiento pobre y sería necesario buscar
    soluciones
    alternas.

    Sin embargo, las rutas mínimas no resuelven
    necesariamente el ciclo hamiltoniano. De hecho, en un hipertexto
    literario usualmente se repite una o más páginas, lo
    que interrumpe la narrativa. Algunas páginas pueden
    vincularse sin una conexión fluida, haciendo la
    narración críptica en el mejor de los casos. Por
    supuesto, algunos autores usan precisamente esos dispositivos
    narrativos en sus trabajos. De hecho muchos críticos y
    practicantes ven en ellos la esencia misma del hipertexto
    literario.

    Llamamos atractores hipertextuales a aquellas
    páginas que interrumpen la continuidad narrativa, bien sea
    por repetición o por estirar la cualidad lírica de los
    vínculos. Éstos suponen un serio problema para los
    autores porque normalmente disminuyen el interés del lector en el
    texto. Llamamos fricción hipertextual al riesgo de perder la atención
    del lector. Ésta puede ocurrir por causas diferentes a los
    atractores hipertextuales (narrativa pobre, entorno
    ruidoso, incomodidad, etc.), pero ciertamente los atractores
    hipertextuales
    juegan un papel importante en la
    deserción de lectores. Para los autores, el problema de
    escribir un volumen manejable de narrativa al
    tiempo que minimizar o eliminar los atractores
    hipertextuales
    plantea un enorme problema
    práctico.

    La fricción hipertextual y los atractores
    hipertextuales son cantidades fácilmente calculables. Los
    atractores hipertextuales ocurren porque: (i) las distancias de
    un vértice a sus vecinos son muy pequeñas y/o (ii) el
    vértice tiene muchas conexiones. Cualquiera de los dos casos
    es problemático porque incrementan la fricción
    hipertextual por repetición
    . Para minimizarla o
    evitarla, las páginas previamente visitadas deben ser
    removidas de la lista de posibilidades para continuar la lectura.
    Sin embargo, si muchas páginas son removidas de la ruta de
    lectura, la distancia efectiva entre la página actual y la
    página siguiente podría ser muy grande, lo que
    causaría fricción hipertextual por pérdida de
    continuidad narrativa
    . El sistema de información debe
    realizar la tarea de calcular estos chequeos durante el proceso
    de escritura y aconsejar al autor de acuerdo a ellos. Como
    mencionamos previamente, el autor podría usar precisamente
    fricción hipertextual como un dispositivo narrativo. El
    sistema sólo se aseguraría que el autor sea consciente
    de ello. El proceso de escritura y lectura se describe en la
    figura 4.

    Figura 4: Interacción
    Autor-Sistema-Lector

    De la figura 4 podemos extraer algunos hechos
    importantes: (i) el sistema de información realiza varias
    funciones claves que
    complementan la labor del autor. Esto es lo que Gutiérrez
    (2000) llama el autor digital, (ii) el lector recibe un
    texto diferente a como el autor lo ha concebido, (iii) como
    Gutiérrez (2002) lo ha señalado, el intercambio
    literario se puede dividir en tres capas: contenido (el trabajo del autor que
    reside en una base de datos), lógica (acciones del sistema) y
    presentación (libro entregado al lector) y (iv) hay un ciclo
    completo de información y retroalimentación entre
    el autor, el lector y el sistema de información. De a cuerdo
    a la definición canónica de cibernética, el
    hipertexto literario adaptativo debería ser llamado
    cibertexto. Sin ambargo, cibertexto es un término que ya ha
    sido usado en un contexto distinto. Por esa razón
    favorecemos el nombre Literatrónica, que significa
    letra que no puede ser sin el medio digital
    (electrónico)
    .

    Hay otros modelos que garantizan una
    respuesta adaptativa del espacio narrativo. Todos ellos caen
    dentro de un área conocida como clasificación de
    patrones
    . Varios de esos modelos han sido probados en
    www.literatronica.com, pero el final el método
    adoptado es el que acabamos de describir.

     

    Discusión

    A pesar de que nos hemos enfocado en hipertexto
    adaptativo en este artículo, es importante destacar que los
    hipervínculos estáticos son una forma válida de
    manejar la navegación en algunos casos. El objetivo de este
    artículo es agregar un dispositivo narrativo para autores y
    lectores, más que reemplazar paradigmas existentes. Por
    supuesto, sugerimos que el hipertexto adaptativo ofrece una
    representación más flexible de espacios narrativos de
    lo que los hipervínculos estáticos podrían
    jamás lograr.

    El modelo propuesto asume que la inmersión en
    espacios narrativos es lo que desean los lectores, por lo tanto
    desean leer la totalidad de la obra. Pero esta motivación no está
    clara aún en el caso del hipertexto porque no existe un
    mercado establecido más
    allá del mundo académico. Esto nos obliga a retar la
    definición que tenemos de hipertexto literario. La Odisea tiene ya veintiocho
    siglos y sigue atrayendo lectores. El Quijote, la primera
    novela moderna, tiene ya
    cuatro siglos y todavía llama la atención. ¿Es el
    modelo narrativo todavía válido en la era digital? La
    no-linealidad ciertamente introduce una nueva dimensión a
    nuestra percepción de fábula y
    trama. Rodríguez (2003) argumenta sólidamente que se
    trata de un nuevo género: el relato digital.
    ¿Al proponer linealidad en el hipertexto estamos ignorando
    una nueva forma literaria? ¿O estamos simplemente
    conservando la esencia de la narrativa? La respuesta está
    lejos de ser clara. Lo que sí es obvio es que la
    experimentación aún tiene un largo camino por recorrer
    antes de que veamos el nacimiento de una forma
    estable.

    El experimento realizado por Gee (2001), que mencionamos
    al inicio de este artículo, debe tomarse con cuidado. Una
    posibilidad es considerar que los sujetos del experimento estaban
    todavía muy cerca del universo de papel, y por lo tanto
    no podían apreciar las posibilidades de la narrativa
    hipertextual. Otra posibilidad es considerar que efectivamente
    los lectores podrían obtener más placer de textos
    lineales independientemente del medio que los soporte. Sea como
    sea, debe tomarse como una evidencia sólida de lo que los
    lectores actuales esperan, y lo que se puede esperar de los
    lectores.

    Un sistema adaptativo de hipertexto literario es un
    camino inexplorado hasta ahora, y como tal debe recorrerse. La
    idea es muy sugerente y promete avances en esta área. Pero
    aún si no ofreciera respuestas, nos ayudaría a ganar
    perspectiva sobre el problema literario en medios digitales. Recordando a
    Stephen Jacobson: "Antes de hacerlo bien, hay que hacerlo todo"
    (Wearable Robots. Technology Review, July/August 2004.
    Cambridge, MA).

     

    Referencias
    bibliográficas

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    Juan B. Gutiérrez

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