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Regionalización en el Perú




Enviado por ROYER Ñ. N



Partes: 1, 2

    1. El
      centralismo
    2. Regionalización
      ¿solución al centralismo?
    3. El
      proceso de conformación de regiones
    4. Conclusiones
    5. Bibliografía
    6. Anexos

    INTRODUCCIÓN

    Una característica estructural de la sociedad
    peruana es la concentración del poder
    político y económico, lo que ha generado un
    profundo desequilibrio entre Lima y las regiones. Se pone
    así en evidencia que la exclusión
    social y económica tiene también una
    dimensión territorial.

    Las regiones tienen el rol de periferia subordinada a un
    bloque dominante, nacional y transnacional, que ha sido incapaz
    de construir un proyecto de
    desarrollo
    inclusivo durante nuestra historia republicana. La
    forma centralizada y autoritaria de ejercicio del poder ha
    facilitado la imposición de una estructura
    social con profundas inequidades y desequilibrios
    sociales.

    La exigencia por transformar esta realidad está
    presente desde nuestra primera Constitución, en la cual se planteó
    el debate entre
    centralismo y federalismo.
    Desde entonces, los sectores dominantes han tenido la capacidad
    y, sobre todo, la fuerza para
    bloquear y frustrar los diversos intentos descentralistas, en el
    marco de la preservación de una sociedad muy
    excluyente.

    Los desequilibrios territoriales se profundizaron en los
    años noventa, durante los cuales el fujimorismo
    aplicó el modelo
    neoliberal mediante un régimen político
    autoritario, que encontró las condiciones adecuadas para
    su desenvolvimiento luego del fracaso del gobierno aprista
    y la crisis general
    del sistema de
    partidos.

    Para imponerse, el régimen impulsó una
    estrategia
    orientada a debilitar el rol del Estado, de las
    instituciones
    básicas de la democracia,
    del sistema de partidos y de las diversas formas de organización de la sociedad. La
    hiperconcentración del poder fue un aspecto sustancial del
    modelo autoritario.

    El colapso del régimen fujimorista abrió
    una nueva posibilidad para institucionalizar la democracia en
    el Estado y la
    sociedad peruana. En ese marco favorable, la descentralización logró abrirse
    espacio y, junto con la participación, se constituyeron en
    componentes significativos del proceso
    político democrático. Los cuatro años de
    transición nos han mostrado los serios problemas que
    deben enfrentar nuestras sociedades
    para avanzar en la consolidación del régimen
    democrático. La incapacidad, la debilidad y la falta de
    liderazgo del
    gobierno toledista son sin duda algunos factores, pero son
    sólo parte del problema.

    Continúan vigentes los ejes fundamentales del
    modelo económico del fujimorismo, con un crecimiento
    sostenido que es al mismo tiempo
    profundamente excluyente y generador de mayor pobreza y
    desigualdad. Continua vigente la necesidad de resolver el
    problema del centralismo de
    nuestro país.

    CAPITULO I

    EL CENTRALISMO

    1. ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA
      REGIONALIZACIÓN

    La historia de la división política del
    territorio peruano esta llena de creaciones, desmembraciones,
    recategorizaciones y redenominaciones, hechas sobre la base de la
    división político administrativa existente a fines
    de la colonia. Los criterios para dichos cambios no siempre han
    sido uniformes y de alguna manera han sido impulsados ya sea por
    intereses políticos o económicos regionales o no,
    por movimientos reivindicativos regionales, por razones
    geopolíticas o por razones de índole administrativa
    y fiscal.

    Sin embargo, tal como se afirma: hay que considerar que
    los cuadros demarcatorios de carácter político que el país
    a tenido en las diversas épocas de su existencia, no
    siempre han correspondido a las reales exigencias de su geografía y desarrollo
    social; así tenemos:

    DEMARCACIÓN COLONIAL

    En 1782 el territorio nacional estaba dividido en seis
    intendencias: Lima, Cusco; Arequipa, Trujillo, Huancavelica,
    Huamanga, Tarma y más tarde Puno. Además las
    intendencias se dividían en partidos, en un total de 56.
    las luchas por la independencia
    trajeron consigo la necesidad de controlar el territorio por
    parte de los españoles. Vidaurre escribió 1810,
    "Que nunca se confiase a un individuo
    aislado mas poder que el necesario al fin para el cual su
    autoridad fue
    instituida; que a mayor poder hubiese menos tiempo de guerra y que
    estas fueran evitadas mediante el orden interno".

    La división y demarcación territorial del
    poder político militar incumbían en aquellos
    años a los españoles, en vista de lo
    cual:

    "La Real orden del 31 de mayo de 1821, señala el
    ultimo intento de España por
    adoptar su organización a los nuevos tiempos. En dicha
    real orden se propugna la
    organización de juntas encargadas de un plan de
    división política del territorio, teniendo
    presente: primero, los limites naturales (ríos,
    montañas, etc. segundo, que haya proporción en la
    extensión y las distancias; tercero: que se distribuya
    equitativamente las riquezas en todas las ramas, haciendo
    discreta combinación".

    Este ultimo intento de demarcación
    política del Perú por parte de los españoles
    parece coincidir con los planteamientos que hace Pulgar Vidal.
    Sin embargo dicha real orden no llego a concretarse pues ese
    año se proclamo la independencia.

    La regionalización colonial tuvo un
    carácter administrativo tributario.

    2.- DEMARCACION REPUBLICANA

    En 1821 San Martín transformo las intendencias en
    departamentos y los partidos en provincias. Pero solo con la
    constitución de 1823 cambiaron los criterios y la
    legislación para la demarcación territorial. En
    esta constitución se adaptaron al Perú las juntas
    departamentales, ya vigentes en Europa, que dada
    su inspiración liberal otorgaban atribuciones mas o menos
    amplias a los organismos locales y Regionales.

    A partir de entonces la historia de la
    regionalización del Perú, si existe alguna,
    será la de intentos de demarcación territorial a
    priori, creando y cambiando los limites y las instituciones
    regionales de control
    administrativo y político.

    Hagamos una breve síntesis
    de los principales intentos de descentralización y de
    regionalización hechos por los diferentes
    gobiernos:

    1. La constitución de 1828, adopto un sistemas de
      juntas departamentales como gérmenes de futuros
      parlamentos federales, otorgándoles atribuciones de
      orden político administrativo, eclesiástico, y
      judiciales; Dentro de cada territorio departamental con el
      objeto de limitar la influencia del poder central,
      especialmente en lo administrativo. El intento se trunco dado
      que no sé previo una descentralización
      económica.
    2. Una ley de 1873
      restableció los consejos departamentales y municipales,
      con algunas atribuciones para administrar la economía de los
      departamentos provincias y distritos.
    3. Después de la guerra con Chile y bajo la forma
      de una ley 1880, se trato de realizar una
      descentralización, sobre todo fiscal de manera tal que
      los impuestos
      recaudados en cada zona fueran utilizados en provecho de la
      misma zona.
    4. La constitución de 1919 crea los congresos
      regionales con el objeto de promover el desarrollo regional y
      local. Además promueve la división transversal
      del país aunque sin fundamentación
      practica.
    5. La constitución de 1923 establece nuevamente
      los consejos departamentales en los lugares que la ley
      señala reconociéndoles autonomía
      administrativa y económica.

    Como se observa todos los cambios antes mencionados
    concuerdan con el largo debate sobre el centralismo y
    descentralismo, comprendido básicamente en sus aspectos
    administrativos. Las sucesivas transformaciones de juntas en
    consejos, en congresos departamentales, tuvieron como escenario
    territorial la demarcación y reconocimiento de los limites
    territoriales de cada departamento y sus respectivas sub.
    Divisiones como las que tenemos actualmente

    La descentralización fue una oferta
    política que propusieron todos los partidos
    políticos y movimientos que participaron en las
    pasadas Elecciones Generales por lo cual el actual gobierno
    Constitucional tiene el compromiso ineludible e impostergable de
    impulsar este proceso en razón de importantes fines y
    objetivos que
    representan para el desarrollo y bienestar general de la Nación.

    Cien años más tarde el problema no
    había cambiado en lo más mínimo, y, en todo
    caso, se había agravado. "Uno de los vicios de nuestra
    organización política es, ciertamente, su
    centralismo" –dijo con claridad meridiana José
    Carlos Mariátegui en la década del 20, en
    Regionalismo y Centralismo, el sexto de sus célebres 7
    ensayos de
    interpretación de la realidad
    peruana–.

    Ya en esa época el crecimiento de la capital era el
    centro de encendidos debates y serias preocupaciones; no
    obstante, el censo de 1920, había reportado una población que "apenas" llegaba a 230 000
    habitantes es decir, tenía el tamaño y
    población de uno de los distritos más chicos de la
    Lima actual . En el debate de entonces, los más optimistas
    es decir, los más "centralistas", los más ilusos,
    los más equivocados, auguraban a la ciudad un
    fantástico porvenir. No se equivocó en cambio
    Mariátegui, que, apoyado en sólidos razonamientos y
    contrastaciones, advirtió las debilidades
    intrínsecas de Lima y  del centralismo. Ni se
    equivocaron todos aquellos que en las décadas siguientes
    volvieron a insistir en las debilidades de la ciudad

    1.2 CENTRALISMO HISTORICO EN EL
    PERÚ

    Al observar detenidamente la historia
    contemporánea del Perú se puede vislumbrar
    distintos intentos fallidos por descentralizar o desconcentrar el
    poder político y económico. Cabe anotar que existen
    diferencias entre descentralizar y desconcentrar, el primero
    alude al hecho de realizar una reforma profunda mediante un
    proceso de devolución de poderes políticos,
    administrativos y económicos del gobierno central a las
    entidades subnacionales de gobierno. Mientras que el segundo, tal
    como su nombre lo dice, radica en la delegación del
    ejercicio de las competencias
    desde el nivel de gobierno central hacia los niveles de gobierno
    subnacionales. En el Perú se apunta hacia un proceso de
    descentralización, que sea permanente, se realice por
    etapas y que tenga como objetivo
    fundamental el desarrollo integral del país (texto
    modificado del Capítulo XIV de la Constitución
    Política del Perú).

    El Estado peruano es unitario y, al igual que la
    mayoría de naciones latinoamericanas, se ha caracterizado
    por ser centralista. Esto significa que todas las decisiones que
    afectaban a los distintos departamentos del país eran
    tomadas por el Gobierno Central desde Lima, la capital. El
    centralismo político, administrativo y económico,
    lo arrastramos desde la época colonial, cuando el Virrey
    concentró el poder político y económico en
    la capital, en cuanto recaudación de impuestos y
    decisiones de gobierno.

    El centralismo político dio paso al centralismo
    económico, favoreciendo el crecimiento urbano y
    costeño, en desmedro de las economías regionales o
    locales. De este modo, el país ha oscilado entre el
    centralismo e intentos de descentralización sin mucho
    éxito.
    Recién en el 2001, se tomó una decisión
    concreta y de consenso nacional, de iniciar un proceso de
    descentralización en el país. Decisión que
    se vio plasmada en la Reforma Constitucional del Capítulo
    XIV del Título IV, sobre
    Descentralización.

    La descentralización es un proceso de largo plazo
    y una forma democrática de organizar nuestro país.
    Con la descentralización las regiones podrán elegir
    su propio plan de desarrollo, priorizando sus
    necesidades.

    La descentralización busca hacer frente a los
    problemas -y sus consecuencias- generados por el centralismo,
    como por ejemplo:

    • Que más de la mitad de la industria se
      encuentre en Lima
    • Que uno de cada tres peruanos viva en
      Lima
    • Que más del 90% de los ingresos esta
      en manos del gobierno central
    • Que más del 80% de los gastos
      estén en manos del gobierno central

    La descentralización es, por eso, una oportunidad
    para un desarrollo más justo.

    Por eso, la descentralización no es la
    realización de una o más obras en los lugares
    apartados de nuestro país, ni la satisfacción
    inmediata de las demandas que hoy existen, tampoco la simple
    transferencia de recursos.

    1.3 CIFRAS CONCLUYENTES DE LA
    CENTRALIZACIÓN

    ¿Puede alguien demostrar que otro pueblo del
    mundo adolece de tan graves evidencias de
    centralismo como las que exhibe el Perú?

    Los hombres y mujeres del Perú, es decir, por lo
    menos nosotros, los peruanos, debemos tener absoluta conciencia de que
    el área metropolitana Lima–Callao, respecto del
    total del país, concentra:

    • 32 % de la población,
    • 33 % de las universidades
    • 35 % de la población estudiantil
    • 40 % de los maestros
    • 46 % de la energía hidráulica
      producida
    • 50 % de la capacidad de consumo
    • 51 % de los trabajadores estatales,
    • 55 % del Producto
      Bruto Interno,
    • 55 % de los médicos,
    • 57 % de los estudiantes universitarios,
    • 63 % de los abonados telefónicos,
    • 70 % de los profesionales de la salud,
    • 75 % del Producto Bruto Industrial,
    • 80 % de la inversión privada,
    • 80 % de los préstamos de la banca
      comercial,
    • 80 % de las clínicas,
    • 85 % de los establecimientos
      industriales,
    • 85 % de la generación de
      impuestos,
    • 85 % de la inversión pública se decide
      en Lima,
    • 87 % de los consultorios,
    • 90 % de los servicios
      comerciales,
    • 90 % de los servicios financieros,
    • 96 % de la recaudación de
      impuestos,
    • 97 % de los gastos estatales se deciden en
      Lima.

    En muchísimos aspectos, pues, el Perú
    está casi íntegramente concentrado en
    Lima.

    O, mejor, muchísimos de los intereses de los
    peruanos están casi totalmente reunidos en la capital.
    Conste, sin embargo, que el área Lima– Callao abarca
    sólo el 0.3 % del territorio del país.

    En ese inaudito contexto, cómo extrañarnos
    entonces de que en las manos de sólo cuatro personas (los
    ministros de Economía, de la Presidencia, Interior y
    Defensa) esté el 72 % del presupuesto del
    país.

    El centralismo del Perú, pues, por donde se mire,
    ha adquirido ya dimensiones inauditas.

    ¿Cuál es el problema? ¿Por
    qué es un problema? Quizá la expresión
    más ostensible del centralismo sea la abrumadora
    concentración de la población de un país en
    su capital. En el caso del Perú –como está
    dicho– en Lima se ha reunido el 32 % de los peruanos.
    Complementariamente, una información muy reciente revela que el 46 %
    de la población peruana habita en "60 kilómetros
    cuadrados". Es decir, ¡en el 0.005 % del
    territorio!

    Hacia 1700, escasamente el 3 % de los pobladores de lo
    que hoy es el Perú habitaban en la ciudad de Lima. En
    1830, sin embargo, esa cifra ya se había elevado a 5 %. Es
    decir, se había dado un muy significativo incremento de
    casi 70 %. En 1940, esto es, en un plazo históricamente
    muy breve, ese porcentaje prácticamente se había
    duplicado: alcanzaba ya el 9 %. De allí en adelante, el
    fenómeno de concentración urbana en Lima
    siguió produciéndose, pero a un ritmo absolutamente
    vertiginoso.

    Sucesivamente alcanzó 18, 27 y 32 % de la
    población del país en 1961, 1981 y 1998,
    respectivamente . Esa concentración poblacional en Lima no
    resulta asombrosa por sí sola. Causa asombro por
    comparación. Es decir, al cabo de constatar que, en esos
    mismos tres siglos, en ninguna capital de Europa ni en EEUU
    –nuestros referentes más socorridos– ha
    ocurrido nada que remotamente pueda
    parecérsele.

    Así, París reúne al 16 % de la
    población de Francia,
    Londres al 12 % de los británicos, Berlín
    escasamente al 4 % de los germanos y Washigton apenas el 0.6 % de
    los estadounidenses. Resulta pues raro, inusitado y digno de
    observación, el fenómeno que se ha
    presentado en el Perú.

    Mas lo inusual y extraordinario no tiene necesariamente
    tampoco por qué constituir un problema. Y, en este caso,
    ni siquiera por el hecho de que el explosivo crecimiento urbano
    ha significado cubrir con asfalto y cemento miles
    de hectáreas de arenales y laderas y más de 15 000
    hectáreas agrícolas en los valles de Lima que bien
    podían recuperarse ampliando la frontera
    agrícola en otros lados del territorio del país
    .

    El explosivo crecimiento poblacional de Lima
    asomó como un serio y gravísimo problema
    sólo cuando se tuvo conciencia de que:

    1) Era el resultado de una aluviónica migración de pobrísimos campesinos
    y de no menos pobres y desocupados jóvenes de
    pequeños pueblos, villorrios y caseríos andinos,
    que llegaban a la capital en busca de las oportunidades que
    total y absolutamente les venía negando la
    República en su propio lugar de nacimiento;

    2) La ciudad genera nuevas frustraciones, de las
    expectativas –contexto de vida nuevo y moderno,
    castellanización, y mayores posibilidades de
    esparcimiento, por ejemplo– con que llegan los
    recién migrados;

    3) La ciudad es incapaz de resolver la demanda
    más acuciante de los migrantes: trabajo
    digno y bien remunerado;

    4) En ausencia de alternativa, los migrantes
    informalizan total y absolutamente la ciudad,
    "calcutizándola", invaden y bloquean pistas y
    veredas;

    5) El país no ha sido aún capaz de
    sustituir, con nuevos terrenos agrícolas o con mayor
    productividad, las tierras urbanizadas,
    acrecentándose así la demanda externa de alimentos, y la
    inflación de precios de
    la producción interna;

    6) La ciudad es incapaz de ofrecer a los migrantes,
    en cantidad y calidad, los
    servicios urbanos que tradicionalmente venía prestando a
    sus antiguos pobladores –pistas, parques, agua y
    desagüe, electricidad,
    recolección de desechos, etc.–;

    7) Al no crecer proporcionalmente la oferta de
    servicios, los limeños, pero en particular los sectores
    medios, han
    visto resentida seriamente la calidad de los que venían
    recibiendo, pero, muy especial y significativamente, el de la
    seguridad,
    en la vivienda y en las calles.

    El fenómeno, no obstante, generaba
    simultáneamente otra gravísima
    manifestación: el resto del territorio del país, en
    lugar de verse cada vez más poblado, físicamente
    más y mejor ocupado, y racionalmente mejor explotado,
    quedaba, por el contrario, cada vez más deshabitado,
    abandonado y deplorablemente trabajado y explotado. Todo ello, en
    el área andina, en la Amazonía, y en las zonas de
    frontera, acusaba niveles dramáticos.

    Así, el centralismo, cobraba un altísimo
    costo de
    oportunidad –por producción no obtenida– por
    sobre todo, en la agricultura,
    ganadería
    y minería.
    Pero también un altísimo costo en términos
    de seguridad nacional: a más espacios desocupados, mayor
    vulnerabilidad y mayores costos en
    Defensa.

    Es decir, el centralismo, en uno y otro lado de la
    cuestión –en el centro y en la periferia–, se
    presenta como un problema de mayúsculas proporciones, y de
    trascendentes repercusiones, algunas de las cuales –como se
    verá– aún no se ponen del todo de manifiesto
    y otras quizá son incluso insospechadas.

    CAPITULO II

    REGIONALIZACIÓN ¿SOLUCIÓN AL
    CENTRALISMO?

    2.1 REGIONALIZACIÓN

    Desde tiempo atrás, los estados que imperaron en
    el Perú buscaron la descentralización y para ello
    dividieron el territorio en regiones, con miras a organizar mejor
    el espacio territorial; y que esto a su vez permita un desarrollo
    integral. En razón a ello se han planteado en la
    actualidad varios modelos de
    regionalización, basado en criterios geográficos,
    económicos, políticos, históricos y
    geopolíticos. Lo que se debe tener en cuenta es que el
    modelo que se asuma debe ser producto de un enfoque
    multidisciplinario y que cada región goce de
    autonomía en beneficio de su propio desarrollo. Se define
    como región a las unidades territoriales
    geoeconómicas, con diversidad de recursos
    naturales, sociales e institucionales, integradas,
    histórica, económica, administrativa, ambiental y
    culturalmente, que comportan distintos niveles de desarrollo,
    especialización y competitividad
    productiva, sobre cuyas circunscripciones se constituyen y
    organizan gobiernos regionales (Ley de Bases de la
    Descentralización n° 27783).

    2.2 MODELOS DE REGIONALIZACIÓN

    2.2.1 Regionalización
    transversal

    Propuesto por Javier Pulgar Vidal, con el objetivo de
    que cada región pueda contar con recursos naturales de las
    tres regiones Costa, Sierra y Selva). Bajo este planteamiento
    surgen un total de nueve regiones
    político-administrativas. Posteriormente, en 1987, Pulgar
    Vidal presentó un nuevo proyecto de regionalización
    transversal, pero esta vez consideró %la existencia de
    solo cinco regiones. Para consolidar este modelo de
    regionalización, se hace necesario que se integre el
    territorio nacional con carreteras de penetración; pero
    este proceso tendría grandes dificultades por la presencia
    de los Andes.

    2.2.2 Regionalización
    geopolítica

    Planteado por Edgardo Mercado
    Jarrín, quien considera la conformación de cinco
    núcleos de cohesión, bajo los criterios
    geoeconómicos, geohistóricos y
    geoestratégicos. Los cinco núcleos propuestos, son
    las áreas más desarrolladas en lo amplio del
    territorio nacional, permitiendo que estos núcleos generen
    influencias hacia el resto del territorio (espacio de
    crecimiento).

    1) Núcleo norte (secundario) comprende
    las ciudades de Chimbote, Trujillo y Chiclayo. Este
    núcleo ejercería influencia hacia Cajamarca,
    Tumbes, Piura, Amazonas, San Martín y Huánuco
    (.lado occidental).

    2) Núcleo centro oriental (primario)
    tiene como sede a Lima Metropolitana, el cual llegará a
    tener influencia hacia Pasco, Junín, Pucallpa, Ica y
    Huancavelica.

    1. Núcleo sur medio oriental (terciario)
      la ciudad que asume el papel de mayor desarrollo es Cusco y
      este ejercerá influencia hacia el sur de lca, Ayacucho,
      Apurímac y Madre de Dios.

    4 Núcleo Sur (secundario) tiene
    como sede a la ciudad de Arequipa y su área de
    influencia comprende Moquegua, Tacna y Puno.

    5) Núcleo Amazónico (terciario).
    El centro de¡ núcleo se ubica en Iquitos, el cual
    ejercerá influencia a todo el departamento de
    Loreto.

    2.2.3 Propuesta de Regionalización del
    Ejecutivo

    Proceso que tuvo como objetivo principal lograr la
    descentralización político administrativa, pero
    debido a la falta de una adecuada planificación así como por intereses
    de los gobiernos de turno tanto local como nacional fue
    desestimada, teniendo tan solo una vigencia limitada. Para su
    ejecución se contó con un marco legal como es la
    Ley de Bases de Regionalización No 24650 que fue publicado
    el 11 de febrero de 1 988. Durante el proceso de
    regionalización no se llegó a crear la
    región Lima, pues existían serias pugnas con la
    Provincia Constitucional del Callao. A partir de 1990 se
    restauró el sistema departamental – creando las CTAR
    (Consejo Transitorio de Administración Regional), que administran
    los 24 departamentos. Las CTAR terminaron sus funciones el 1 de
    enero del 2003. En esta fecha el Perú se dividió
    políticamente en 25 regiones administrativas, excepto a
    Lima-Metropolitana que no integra ninguna región,
    razón por la cual la ley orgánica de
    regionalización debe difundir con claridad las funciones y
    competencias de cada gobierno regional. La sede de cada gobierno
    es la capital del departamento respectivo.

    Estructura del gobierno regional

    (Ley de Bases de Gobiernos regionales –
    27867)

    Presidencia Regional

    Organo ejecutivo del gobierno regional.

    Representa a la región legalmente.

    Convoca sesiones.

    Promulga normas.

    Dicta decretos y resoluciones.

    Formula el plan de desarrollo.

    Administra el patrimonio
    regional.

    El gobierno regional se renueva cada 4
    años.

    Consejo Regional

    Organo normativo y fiscalizador del gobierno
    regional.

    Conformado por el presidente y el vicepresidente
    regional, además de los consejeros de las provincias de
    cada región.

    Se reúne 2 veces al mes

    Aprueba normas que regulen las labores del
    gobierno.

    Gerencia Regional

    Tiene la función
    administrativa, mediante un Gerente
    Regional.

    Son responsables legal y administrativamente por sus
    actos.

    Son nombrados por el Presidente Regional.

    Funciones generales del gobierno
    regional

    Planifica y promueve el desarrollo y economía
    regional.

    Busca fuentes de
    financiamiento para el logro de sus objetivos.

    Realiza un manejo sostenible de los recursos naturales,
    culturales y ambientales.

    Presidentes Regionales elegidos el
    2002

    Después de ser elegidos mediante elecciones,
    muchos de ellos contarán con el respaldo de su
    mayoría en cada consejo regional, lo que significa una
    gran ventaja para poder aprobar sus propuestas. Pero los
    gobiernos regionales deben coordinar con el gobierno central, con
    miras a lograr la unidad política, económica. Los
    actuales presidentes regionales gobernaron hasta el
    2006.

    Región

    Presidente

    Partido
    político

    1) Ucayali

    2) Tumbes

    3) Tacna

    4) S. Martín

    5) Puno

    6) Piura

    7) Pasco

    8) Moquegua

    9) M. de Dios

    10) Loreto

    11) Lima

    12) Lambayeque

    13) La Libertad

    14) Junín

    15) lca

    16) Huánuco

    17) Huancavelica

    18) Cusco

    19) Cajamarca

    20) Ayacucho

    21) Arequipa

    22) Apurímac

    23) Ancash

    24) Amazonas

    25) Callao

    Edwin Vásquez López

    Iris Medina Feijoó

    Julio A. Alva Centurión

    Max Ramírez García

    Daniel Jiménez Sardón

    César Trelles Lara

    Víctor R. Espinoza Soto

    María Cristala
    Constantínides

    Rafael Ríos López

    Robinson Rivadeneira Reátegui

    Miguel Ángel Mufarech

    Yehude Simón Munaro

    Homero Burgos Oliveros

    Manuel Duarte Velarde

    Manuel Tello Céspedes

    Luzmila Templo Condezo

    Salvador Espinoza Huarocc

    Carlos Cuaresma Sánchez

    Luis Pita Gastelumendi

    Werner Omar Quezada Martínez

    Daniel Vera Balión

    Luis Beltrán Barra Pacheco

    Freddy Ghilardi Álvarez

    Miguel Reyes Contreras

    Rogelio Canchez Guzmán

    Independiente

    APRA

    APRA

    APRA

    Independiente

    APRA

    Independiente

    Somos Perú

    Nueva Izquierda

    Independiente

    APRA

    Independiente

    APRA

    Independiente

    APRA

    Independiente

    Independiente

    FIM

    APRA

    APRA

    APRA

    Independiente

    APRA

    APRA

    Perú Posible

    2.3 EL RETROCESO DE LA DESCENTRALIZACIÓN EN
    EL GOBIERNO DE ALBERTO FUJIMORI

    Alberto Fujimori destruyó la
    descentralización formando un Estado hipercentralista
    mencionando a Manuel Dammert Ego Aguirre. Según este
    importante sociólogo Peruano, el Gobierno central de ese
    entonces anula las 11 regiones creadas en el Gobierno Aprista
    reemplazándolas por los Consejos Transitorios de administración Regional (CTAR) asumiendo
    las mismas funciones de los Gobiernos eliminados hasta que se
    elijan a nuevas autoridades.

    Con la creación del Ministerio de la Presidencia
    (MIPRE) en el año 1992, los CTARES toman más poder
    debido a que el MIPRE se convierte en el ente coordinador con las
    regiones proporcionándoles más recursos.
    Según la constitución aprobada en 1993, las
    autoridades de los CTARES debían ser elegidas en el
    año 1995. Esto no se dio por razones autoritarias y
    centralistas admitiendo más bien la creación de 12
    CTARES más de las 12 ya existentes. Vale decir que todos
    los departamentos del Perú debían ser convertidos
    en regiones administradas por el Poder Central.

    El presidente Regional era elegido por el Presidente de
    la República y esta autoridad acordaba con un Consejo de
    Coordinación conformada por los alcaldes
    provinciales. De este modo, se eliminaba al Gobierno Regional
    como el segundo nivel del Gobierno dando cabida a un Estado
    centralista instalado en la hipercefálica Lima.

    Con respecto a los Gobiernos Locales (entes Provinciales
    y municipales), el régimen corrupto buscaba subordinar a
    las municipalidades quitándoles responsabilidades y
    entregándoles programas
    asistenciales buscando así la dependencia de ellas
    alrededor del Centro Nacional. Estos programas son:

    – El Instituto Nacional de Fomento Educativo
    (INFES)

    • Programa Nacional de Asistencia Alimentaria
      (PRONAA).
    • Programa Nacional de Agua
      Potable (PRONAP)
    • Fondo Nacional de Compensación y
      Desarrollo Social
      (FONCODES).

    De este modo, estas funciones que eran de responsabilidad de los Gobiernos Locales pasan a
    manos del Gobierno Central desmantelando en sus funciones a los
    municipios. Quiero añadir que estas políticas
    se hicieron para que los habitantes de las provincias se
    convirtieran en sujetos pasivos dependientes para que a
    raíz de todo lo que haga el Ejecutivo, voten nuevamente
    por el Gobernante por las funciones que este estaba realizando a
    favor de estas provincias. Con ello se mantenía la
    legitimidad del Poder y las Autoridades elegidas simplemente iban
    a servir de pantalla formándose así las clientelas
    y prebendas que tanto daño
    hacen al país.

    Partes: 1, 2

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