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Reingeniería



     

     

    La reingeniería es uno de los fenómenos
    gerenciales de mayor impacto en las ultimas décadas,
    debido a que su rápida y abrumadora expansión ha
    provocado y continua provocando cambios de grandes dimensiones en
    muchas organizaciones.

    En apenas diez años la reingeniería ha
    completado casi todas las etapas por las que pasan los enfoques.
    En efecto, de la fase emergente paso rápidamente a la fase
    de alto impacto y diseminación del enfoque en el mundo
    empresarial, produciéndose casi de inmediato la fase
    crítica, en que desde diversos
    ángulos se cuestionaron varias de sus propuestas. Ahora
    esta por ingresar a la fase madura, donde la experiencia
    acumulada enriquece sustancialmente la aplicación del
    enfoque, disminuyendo el riesgo de fracaso
    en su aplicación.

    En la década de los años ochenta se dio la
    primera fase, cuando varias empresas dieron
    un vuelco radical en sus negocios por
    medio del rediseño de sus procesos. Era
    la época en que emergía este enfoque y su
    aplicación se circunscribía a una cuantas
    corporaciones norteamericanas.

    La segunda fase se inicia en 1993, al publicarse los
    casos de las empresas que habían rediseñado con
    éxito
    sus procesos y la forma en que lo habían logrado. Michael
    Hammer y James Champy, por medio del libro
    Reingeniería, permitieron la divulgación masiva y
    rápida del rediseño. Antes de un año se
    habían vendido 1,7 millones de copias de su libro. Ese
    mismo año se publicó el libro Innovación dc Procesos: Reingeniería
    por medio de la Tecnología
    de la Información, de Thomas H. Davenport, profesor de la
    Universidad de
    Boston, considerado una de las máximas autoridades en el
    tema.

    Durante este período las empresas en muchos
    países iniciaron procesos de reingeniería y el
    enfoque tuvo una expansión extraordinaria. Esta fase
    incluye a las primeras empresas seguidoras del enfoque. Breve
    tiempo
    después siguen el camino de la reingeniería las
    empresas más conservadoras, dando paso a la tercera
    fase.

    A partir de 1995 se inicia la cuarta fase: la fuerte
    crítica a la reingeniería. consultores,
    investigadores universitarios y ejecutivos empezaron a acumular
    experiencias que mostraban algunas limitaciones de la
    versión original de este enfoque y detectaron los factores
    que atentaban contra su éxito.

    A los críticos de la concepción inicial de
    la reingeniería se unieron también sus principales
    promotores: Hammer y Champy, cada uno escribió un nuevo
    libro con sus propios puntos de vista y experiencias sobre la
    forma en que se estaba aplicando la reingeniería y la
    necesidad de hacer ajustes a la versión original. En el
    primer caso The reengeineering Revolution, Michael Hammer y
    Steven Stanton, en el segundo, Reingeniería de la Gerencia:
    Cómo modificar el trabajp gerencia, James
    Champy.

    La quinta fase empieza a emerger al concluir los
    años noventa y tomará fuerza al
    iniciarse éste nuevo siglo, replanteando el
    rediseño en un clima menos
    influido por la moda y dejando de
    lado a los detractores superficiales de la reingeniería.
    Los principios en que
    se base la reingeniería, lejos de responder ahora a una
    moda más, revolucionan radicalmente la forma en que se ha
    diseñado el trabajo en
    el siglo XX, constituyendo una alternativa permanente de
    efectividad organizacional para los ejecutivos.

     

    ¿Cómo
    nació la reingeniería?

    Muchas empresas, se vieron obligadas, ante las nuevas
    características del entorno, a buscar formas diferentes a
    las tradicionales para enfrentar los grandes desafíos de
    un mercado altamente
    competitivo. Las formas tradicionales de dividir el trabajo, de
    estructurar las organizaciones por funciones, de
    buscar la especialización, etc. no eran suficientes para
    dar grandes saltos en un entorno globalizado, por lo que
    estudiaron y llevaron a la práctica distintos caminos para
    enfocar el trabajo.

    El mundo se enfrenta por vez primera a un escenario
    relativamente abierto, caracterizado por lo que algunos denominan
    las tres Ces: Clientes,
    Cambio y
    Competencia. En
    efecto, ya no es el que produce o comercializa el factor
    más importante, sino el cliente. El
    cambio se transforma de un fenómeno esporádico a
    algo permanente. La competencia, con la apertura de mercados, pasa de
    un ámbito nacional o regional a uno mundial. Este entorno
    exige altos niveles de calidad, servicios
    expeditos, grandes reducciones de costos y altos
    niveles de productividad.

    Es en este contexto donde emerge la reingeniería.
    Los clientes adquieren una posición determinante en los
    mercados, exigiendo mejores servicios y adaptados a sus propias
    necesidades, obligando a las empresas a revisar sus conceptos
    orientados a mercados masivos. La fuerte penetración de
    los mercados internacionales por parte de las
    compañías japonesas desde inicios de los
    años ochenta crea nuevas condiciones competitivas, en que
    las posibilidades de opción por parte de los consumidores
    se multiplican. El cambio se ve presionado por el avance
    tecnológico, donde se ofrecen nuevas alternativas en los
    procesos, automatización de los sistemas, mejora
    de la calidad y costos mas bajos.

    ¿Se podía enfrentar este nuevo escenario
    exclusivamente con las prácticas tradicionales? La
    respuesta de algunas empresas fue negativa y, como consecuencia,
    buscaron cambios radicales, los cuales dieron nacimiento a lo que
    hoy conocemos como reingeniería.

    El extraordinario éxito obtenido por estas
    empresas fue motivo de investigación y análisis por parte de consultores y
    estudiosos de estos temas, entre los cuales destacaron Michael
    Hammer y James Champy, quiénes son considerados los
    principales exponentes de esta corriente. Ambos consultores
    concluyeron que estaban frente a una serie de elementos que, en
    su conjunto y en ciertas circunstancias, podían crear
    condiciones muy favorables para una organización. La sistematización de
    estas experiencias dio origen a la
    reingeniería.

     

    ¿Qué es la
    reingeniería?

    La reingeniería, de acuerdo a Hammer y Stanton,
    es repensar de manera fundamental los procesos de negocios y
    rediseñarlos radicalmente, con el fin de obtener
    dramáticos logros en el desempeño. Los factores clave del concepto son: la
    orientación hacia los procesos, el cambio radical y la
    gran magnitud de los resultados esperados.

    La reingeniería es un enfoque de procesos. Un
    proceso de
    negocios es un conjunto de actividades relacionadas entre
    sí que recibe uno o mas insumos y crea un producto de
    valor para el
    cliente. Un proceso tiene un proveedor, un cliente y una serie de
    actividades relacionadas entre sí que convierten los
    insumos en un producto o servicio.

    Para Hammer y Champy "el único elemento
    absolutamente indispensable en todo proyecto de
    reingeniería es que se dirija a un proceso y no a una
    función. Mientras se cumpla este requisito,
    prácticamente todo lo demás se reduce a
    técnica -lo que equivale a decir que es bueno si funciona
    para usted, y malo en caso contrario". El punto de partida para
    el éxito organizacional, como señalan Hammer y
    Stanton, es tener procesos bien diseñados. El
    rediseño es un factor inherente a la reingeniería.
    El trabajo esta diseñado siguiendo practicas tradicionales
    que ya no responden al entorno altamente competitivo actual,
    razón por la cual la innovación de los procesos se
    hace necesaria en la mayoría de las
    organizaciones.

    Repensar de manera fundamental los conceptos o premisas
    en que descansa el proceso es otra característica de la
    reingeniería. La reingeniería empieza sin
    ningún preconcepto, sin dar nada por sentado y determina
    primero lo que una empresa debe
    hacer y después cómo hacerlo. La
    reingeniería debe olvidarse por completo de lo que es el
    proceso actual y concentrarse en cómo debe ser.

    El rediseño radical de procesos significa que la
    reingeniería se aparta del concepto tradicional de hacer
    mejoras a los procesos existentes. Radical significa ir a la
    raíz de las cosas. Reingeniería no es mejorar lo
    que ya existe, sino que se trata de desechar lo actual para
    recomenzar, esto es: reinventar cómo podemos hacer nuestro
    trabajo.

    En efecto, la reingeniería busca la
    reformulación completa de los procesos existentes,
    basándose en una concepción del trabajo
    radicalmente diferente a la que ha predominado hasta ahora,
    basada en la división del trabajo, la
    especialización y la departamentalización por funciones. Se
    trata de reinventar la forma en que diseñamos un proceso,
    utilizando conceptos radicalmente diferentes a los
    tradicionales.

    La reingeniería se centra en los procesos
    estratégicos de la empresa, es
    decir, en aquellos que dicen relación con las actividades
    más importantes de la misma y que están fuertemente
    ligados a su estrategia
    genérica de negocios. Los procesos no están
    completamente aislados en una organización, existen
    estructuras,
    políticas y practicas que sustentan a los
    procesos. Al rediseñar los procesos hay que variar muchas
    de estos marcos de sustentación.

    Otro elemento importante en el concepto de
    reingeniería es que esta busca resultados de gran impacto.
    Si una empresa desea
    disminuir en un 5% los costos, es mejor que utilice otro enfoque
    menos radical y de menor riesgo. La reingeniería busca
    resultados espectaculares, a diferencia de otros enfoques que se
    caracterizan por buscar resultados incrementales y continuos. El
    precio de un
    cambio tan radical como la reingeniería, más
    allá de su dimensión económica, debe tener
    una compensación con resultados realmente
    importantes.

    Como consecuencia de lo anterior, la reingeniería
    implica un cambio de alto riesgo. Si usted va a cambiar
    radicalmente las cosas habrá que asumir riesgos. Estos
    riesgos son de todo tipo: económicos, de personal,
    organizacionales. Naturalmente el riesgo de un cambio radical se
    puede atenuar y muchas empresas lo han realizado con
    extraordinario éxito, pero es importante saber desde el
    inicio que hay que administrar el proceso de cambio más
    allá del diseño
    estrictamente técnico de los procesos.

    Davenport señala: "que el mejoramiento continuo
    implica menos riesgo, pero sus resultados también son
    relativamente menores. La innovación de procesos debe
    formularse objetivos
    ambiciosos, debe variar estructuras, redistribuir el poder y
    movilizar al personal y los recursos de
    manera significativa, todo lo cuál naturalmente provoca un
    nivel alto de resistencia al
    cambio y riesgo".

    Para quienes desean estudiar o implantar este enfoque se
    encontrarán con dos perspectivas: la reingeniería y
    la innovación de procesos. Davenport plantea que la
    reingeniería es solo una parte de lo que es necesario en
    un cambio radical de procesos, por cuanto se refiere
    específicamente al diseño del nuevo proceso. En
    cambio, la innovación de procesos involucra la
    visión y estrategias del
    nuevo trabajo, el diseño del proceso y la ejecución
    del cambio en sus complejas dimensiones tecnológica,
    humana y organizacional.

    Si bien hasta mediados de los años noventa la
    reingeniería y la innovación de procesos eran dos
    perspectivas distintas para enfocar los problemas
    organizacionales, en la actualidad el concepto casi
    exclusivamente técnico de la reingeniería ha
    evolucionado y sus perspectivas son mas amplias que las que le
    dieron origen. Si se usa la reingeniería en su concepto
    actualizado, con una perspectiva amplia, no hay razón para
    diferenciar entre los términos citados.

     

    Impacto de este
    enfoque

    La reingeniería en pocos años ha
    revolucionado la gestión
    gerencial. Desde 1992 los ejecutivos de grandes empresas
    consideraron casi de inmediato al rediseño como una
    alternativa viable y estuvieron dispuestos a provocar importantes
    cambios en sus compañías. Hacia 1995 se estimaba,
    de acuerdo a un estudio de la consultora estadounidense CSC
    Index, que aproximadamente entre el 70% y el 75% de las
    más grandes empresas estadounidenses y europeas estaban en
    proceso de aplicación de la reingeniería,
    además, aproximadamente la mitad de las restantes estaban
    analizando la posibilidad de adoptarla.

    Encuestas a altos ejecutivos en Estados Unidos,
    realizadas entre 1992 y 1994 por la empresa Gateway, indican que
    la reingeniería es la iniciativa más adoptada por
    la empresa para alcanzar sus metas estratégicas. Las
    razones más frecuentes para llevar a cabo un proceso de
    reingeniería por los ejecutivos consultados fueron: la
    competencia, la rentabilidad y
    la participación en el mercado.

    En América
    Latina esta nueva concepción gerencial ha tenido un
    impacto significativo y una gran cantidad de empresas han
    ejecutado o esta evaluando la posibilidad de aplicar la
    reingeniería.

     

    Criticas y revisiones a la
    reingeniería

    El concepto original de reingeniería ha sido
    duramente criticado desde diversos ángulos. La
    mayoría de estas criticas corresponden a procesos de
    reingeniería que han fracasado. Sin duda la
    reingeniería nos ofrece excelentes posibilidades para
    mejorar en forma significativa la productividad de una
    organización, pero el diseño del cambio y su
    implantación deben tomar en cuenta la experiencia generada
    en el mundo empresarial durante estos últimos
    años.

    Las mayores criticas a la reingeniería se han
    centrado en la forma errada en que se enfocó originalmente
    el papel de la cultura
    organizacional y de los empleados en el proceso. A esta
    critica se unieron incluso sus propulsores mas connotados,
    reconociendo que muchos fracasos fueron una consecuencia de esta
    visión simplista de los citados temas. Champy
    señala que la reingeniería esta en dificultades y
    que para el no es fácil reconocerlo, ya que fue uno de los
    dos individuos que introdujeron el concepto. Para este experto de
    la reingeniería la revolución
    que iniciaron en 1993 se quedó a mitad de camino, debido a
    que se enfocaron hacia lo operativo y descuidaron el
    rediseño de la gerencia, de los
    administradores.

    "No fui lo suficientemente inteligente", admite el otro
    pionero de la reingeniería Michael Hammer, agregando que:
    "Por mis antecedentes de ingeniero, no presté suficiente
    atención a la dimensión humana. He
    aprendido que es un factor vital". Si bien tanto Hammer como
    Champy han reconocido cambios importantes al enfoque original,
    ambos no coinciden en los mismos, al punto que han preferido
    plantear cada uno su propio enfoque por separado en sus libros
    posteriores.

    Otra critica generalizada es que la reingeniería
    ha servido como excusa gerencial para despedir personal y
    recargar el trabajo a quienes permanecen en la empresa. En la
    práctica una apreciable cantidad de empresas anuncian
    procesos de reingeniería, pero aplican otra cosa:
    reestructuraciones o "adelgazamiento organizacional" ,
    acompañado normalmente por despido de personal. A veces se
    hace a propósito, a fin de confundir a la opinión
    pública y al personal, pero en otras oportunidades es
    por desconocimiento de lo que es realmente la
    reingeniería. Esto ha provocado que los trabajadores le
    teman y su solo nombre puede causar sospechas, repliegue,
    resistencia y
    desánimo.

    Otro tipo de crítica se ha centrado en la
    relación reingeniería automatización. La
    automatización a menudo ha sido confundida con la
    reingeniería, lo que ha provocado que muchas empresas
    automaticen sus errores. La reingeniería se apoya en la
    automatización, pero automatizar no es hacer
    reingeniería. Una empresa puede automatizar un proceso ya
    existente, haciendo que sea más eficiente, pero no
    necesariamente lo rediseña. Algunos han llamado a esto
    "pavimentar la acera". La reingeniería en cambio es el
    rediseño de los procesos, es diseñar una nueva
    vía por donde pasara la acera. Para llevar a cabo este
    cambio la automatización es, sin duda, una ayuda
    fundamental.

    En la practica los desajustes entre reingeniería
    y automatización han sido también significativos
    por otras razones: la automatización es costosa y requiere
    de altos presupuestos
    que no siempre alcanzan, los sistemas de estas
    características son a veces complejos y difíciles
    de ensamblar a las necesidades de la empresa, los centros de
    computo de las empresas no están preparados para un
    cambio radical de este tipo, la nueva tecnología provoca
    resistencia del personal, etc. En todos estos casos, un fatal
    desenlace de los sistemas de automatización, sea en la
    etapa de diseño o de implantación, provocan un
    efecto grave en todo el proceso de
    reingeniería.

    Otro factor que ha traído criticas a la
    reingeniería se centra en la naturaleza
    misma de este enfoque. La reingeniería, por ser un cambio
    radical que ataca las estructuras, procedimientos y
    prácticas existentes, genera resistencia, temor, ansiedad
    y dudas entre ejecutivos y empleados. Todo cambio genera en
    algún grado este tipo de reacciones, pero cuando el cambio
    es radical el riesgo aumenta, lo que hace imprescindible que los
    administradores no solo estén capacitados en el
    diseño técnico, sino también en la
    administración del cambio. Muchas empresas han
    fracasado en su intento de rediseño por la forma poco
    apropiada en que se han enfocado los diversos factores de la
    administración del cambio, los cuales
    adquieren relevancia para atenuar el efecto negativo que pueda
    producir una resistencia abierta o encubierta del
    cambio.

    Los autores coinciden en la alta cantidad de
    compañías que han fracasado en sus intentos por
    lograr el éxito a través de la reingeniería,
    aunque los porcentajes de fracaso son variables.
    Consultores de la firma Nolan Norton & Co. de Estados Unidos
    señalan que hacia 1993 las estadísticas mostraban un éxito en
    los procesos de reingeniería inferiores al 45%. Un estudio
    realizado por investigadores de Claremont Graduate School y
    University of Southern California, el cual cubrió a las
    principales firmas consultoras de Estados Unidos, estimó
    en un 70% los fracasos en la aplicación de la
    reingeniería.

    La reingeniería es un instrumento de enorme
    potencial para los ejecutivos, pero puede ser destructivo si se
    le diseña y aplica con superficialidad.

     

    *Fuente: Revista
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    Carlos Morales

     

     

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