2.3.3. La
leña como uno de los principales obstáculos para la
producción
Una de las prioridades de la producción de tabaco es el
suministro de leña para su curado. Las restricciones
legislativas sobre la tala de bosque natural exigen que todas las
explotaciones agrícolas reserven el 20 por ciento de su
superficie como bosque natural, lo que se consideró una
amenaza para la producción de tabaco. Sin embargo, las
empresas
tabacaleras llevaron a cabo un programa para
restaurar la extensión forestal en superficies de
producción. Este programa tenía como finalidad
conservar los bosques naturales y reforestar como medio para
proveer a los agricultores con leña para curar y con
madera para la
construcción, por ejemplo, de graneros de
curado, a la vez que se mantiene el equilibro ecológico.
Las empresas tabacaleras, las asociaciones de productores y las
industrias
invirtieron grandes cantidades en campañas basadas en la
propuesta conjunta de plantar superficies improductivas con
especies autóctonas (acacia) y exóticas
(eucalipto), llegando a unos 140 000 productores en el sur, con
un acuerdo que abarcaba todos los suministros de servicios e
insumos necesarios conexos, como financiación, licencias
de viveros, suministro de semillas de bajo costo para
reforestación, asistencia técnica e investigación
de campo. La industria se
ha comprometido a no comprar tabaco curado con leña
procedente de fuentes
irregulares y no se inscribirá en el registro a
ningún agricultor sin que tenga un compromiso de
reforestación de una parte de su propiedad.
2.3.4 Posibilidades
de sustitución de cultivos
El tabaco en Brasil genera
más rendimientos netos por hectárea que el maíz (un
cultivo alimentario importante) o los frijoles (un cultivo
comercial importante). Unos pocos cultivos podrían
competir de forma fructífera con el tabaco, como por
ejemplo las hortalizas y otras legumbres, pero los mercados de estos
cultivos ya están bien abastecidos. En el cuadro 2.6 se
comparan el tabaco y los cultivos alternativos.
Otros cultivos rentables, como el ajo y el
espárrago, que podrían competir con el tabaco,
necesitan una fertilidad buena de suelo natural,
mientras que no así el tabaco. Existe la posibilidad de
diversificar y dejar el cultivo de tabaco, pero depende de la
investigación sobre esos cultivos
alternativos y sus aspectos económicos.
Para igualar los ingresos brutos
por hectárea del tabaco son necesarias 6,5
hectáreas de maíz ó 9,6 hectáreas de
frijoles. En estas condiciones, resulta casi imposible sustituir
el tabaco en las pequeñas explotaciones en términos
de generación de ingresos. Si se fuera a cultivar
maíz y frijoles comestibles en el sur, habría que
traer nueva tierra para la
producción, lo que supondría abrir nuevas tierras y
deforestar, con el consiguiente daño al
medio
ambiente.
Cuadro 2.6 – Estimación de
gastos,
recaudación e ingresos netos del tabaco y cultivos
competidores
Elemento | Tabaco | Otros cultivos | ||
Virginia | Burley | Maíz | Frijoles | |
1. Gastos variables | ||||
Costo mano obra ($ EE.UU.) | 969,26 | 771,11 | 104,94 | 124,05 |
Servicios contratados ($. EE.UU.) | 78,59 | 61,10 | 59,79 | 25,91 |
Insumos ($ EE.UU.) | 423,71 | 402,82 | 142,53 | 70,76 |
Leña ($ EE.UU.) | 145,71 | – | – | – |
Otros ($ EE.UU.) | 121,01 | 108,90 | 27,80 | 26,88 |
Total parcial gastos variables ($ EE.UU.) | 1 738,28 | 1 343,93 | 335,06 | 247,60 |
2. Gastos fijos | ||||
Depreciación ($ EE.UU.) | 160,47 | 163,06 | 48,17 | 48,21 |
Tratamiento suelo ($ EE.UU.) | 10,35 | 11,46 | 8,37 | 8,37 |
Total parcial gastos fijos ($ EE.UU.) | 170,82 | 174,82 | 56,54 | 56,58 |
Total gastos ($ EE.UU.) | 1 909,09 | 1 518,45 | 391,60 | 304,18 |
Rendimiento (kg/ha) | 2 026,00 | 1 678,00 | 3 600,00 | 1 200,00 |
Costo de producción por kg ($ | 0,94 | 0,90 | 0,11 | 0,25 |
Precio medio por kg ($ EE.UU.) | 1,17 | 1,12 | 0,11 | 0,22 |
Ingresos brutos por ha ($ EE.UU.) | 2 370,42 | 1 879,36 | 396,00 | 264,00 |
Ingresos netos por ha ($ EE.UU.) | 454,57 | 360,91 | 1,51 | (42,11) |
Necesidad mano de obra (días trabajo/ha) | 149 | 134 | 22 | 26 |
Fuente:
Afubra.
El tabaco es apto para los terrenos montañosos
del sur, donde resultaría difícil cultivar productos
alternativos.
Además, es muy complicado sustituir el tabaco por
otros cultivos debido al actual seguro de
cosechas contra todo riesgo,
patrocinado por Afubra. Durante 45 años, ha sido fiable y
ha mejorado con el paso de los años. Sin aumentar las
tasas, una reciente innovación ha sido la ayuda
económica para la reconstrucción de los graneros de
curado dañados por el fuego, el viento, el granizo o los
rayos durante el proceso de
curado del tabaco. Existen también ayudas para los
daños sufridos en los cultivos por causa del granizo o el
viento.
El seguro de cosechas para otros cultivos, PROAGRO, no
funciona tan bien como el del tabaco. PROAGRO es conocido por sus
retrasos en los pagos de indemnizaciones.
No se ha investigado mucho sobre la sustitución
de cultivos en el nordeste. En el sur, la Universidad de
Santa Maria, en Rio Grande do Sul, realizó estudios sobre
el té, que posee algunas ventajas respecto a la
producción de tabaco, aunque no resultaría un
sustituto adecuado: (i) para generar los mismos ingresos netos
por hogar, se requerirían superficies mayores (lo que sin
duda implica roza y deforestación); (ii) el 30,6 por ciento de
los agricultores tiene explotaciones agrícolas de menos de
1 hectárea, lo que resulta insuficiente para el cultivo
del té; y (iii) el té resultaba potencialmente poco
económico en las condiciones actuales del mercado.
Otra posibilidad es la repoblación forestal,
plantando especies autóctonas como las acacias.
Éste es un sustituto viable del tabaco. La acacia es
útil ya que no sólo proporciona madera, sino
también el ácido tánico de la corteza. Las
dificultades que presenta la acacia son: (i) en buena parte de
las tierras adecuadas hay ya plantadas especies exóticas
que proporcionan leña para curar el tabaco; (ii) algunas
superficies de tabaco tienen una gran fertilidad, siendo
más adecuadas para cultivos comerciales que para cultivos
permanentes; y (iii) muchas de las plantaciones actuales se
crearon con los recursos propios
de los agricultores y con incentivos
fiscales cuando el crédito
era poco costoso, mientras que actualmente éste es
difícil de obtener y resulta caro.
La dependencia de los agricultores de la
producción de tabaco
Los agricultores en pequeña escala del sur
dependen totalmente del tabaco para su supervivencia
económica. Una cuarta parte de los productores de tabaco
cultiva menos de 1 hectárea y otro 30,5 por ciento cultiva
entre 1 y 10 hectáreas (véase Cuadro 2.7). La
extensión media de las explotaciones es de 17,5
hectáreas, de las cuales 2,6 hectáreas se dedican
al tabaco.
Cuadro 2.7 – Perfil del tamaño
de las explotaciones donde se cultiva tabaco en el sur
(1999/2000)
Categoría | Tamaño (ha) | Proporción (%) |
< 1 ha | 33 886 | 25,1 |
1 – 10 ha | 45 075 | 30,5 |
11 – 20 ha | 34 416 | 25,5 |
21 – 30 ha | 15 836 | 11,7 |
31 – 50 ha | 7 190 | 5,3 |
> 50 ha | 2 467 | 1,8 |
Total | 134 850 | 100 |
Fuente:
IBGE.
Una cuarta parte de los productores toma en
arrendamiento la tierra de
propietarios o aparceros y el resto posee sus propias tierras.
Predominan las explotaciones pequeñas y, como el tabaco no
requiere una superficie grande, el arrendamiento y la
aparcería son un modo natural de tenencia de terrenos, con
la ventaja de que ningún acuerdo inmoviliza el capital del
cultivador en las tierras.
La mayoría de explotaciones arrendadas tienen
menos de 5 hectáreas (minifundia en Brasil) y el
tabaco es la fuente principal de ingresos. La aparcería es
frecuente entre los agricultores de mayor edad y jubilados que
comparten sus tierras con nuevos participantes.
2.3.5 Entrevistas en
hogares agrícolas
En el sur, según una encuesta
realizada por Afubra, puede juzgarse la dependencia que los
agricultores tienen del tabaco basándose en lo
siguiente:
- El 88,4 por ciento de los productores de tabaco lo
han cultivado durante al menos cinco años y les
resultaría difícil aprender a cultivar otros
productos; - Los productores de tabaco afirman que éste es
el único cultivo que podría ofrecerles sustento
en tierras de entre 2 y 3 hectáreas; - La evaluación de la planificación de una explotación
revela que el tabaco es el único producto
cultivado a gran escala con un mercado capaz de absorber toda
la producción del sur; - Los agricultores piensan que los demás
cultivos son cultivos de subsistencia y no cultivos orientados
al mercado; - La mejor combinación de actividades junto con
el tabaco son la producción porcina y la avícola,
que según los agricultores proporcionaría
beneficios anuales de 1 200 $ EE.UU., pero no hay opciones para
la sustitución global del tabaco; - Todos los agricultores señalan que cambiar la
utilización de las tierras originaría
pérdidas debido a la reducción de
ingresos; - El 67,1 por ciento de los agricultores
señaló que en defecto de un mercado para el
tabaco, tendrían que desbrozar e introducir otra mezcla
de cultivos. - El 79,9 por ciento de los productores de tabaco
planta maíz tras la cosecha del tabaco; - El 32,2 por ciento de los productores de tabaco lo
combina con la repoblación forestal y utiliza la madera
para curar el tabaco, lo que origina una combinación
rentable; - El 29,5 por ciento de los agricultores
señaló que el tabaco es un cultivo ideal, ya que
no requiere parcelas de tierra de gran
extensión; - El 28,9 por ciento de los agricultores
señaló que el tabaco resulta un cultivo atractivo
debido a la compra garantizada del producto, que ningún
otro cultivo ofrece actualmente; - El 28,2 por ciento de los productores opinó
que ningún otro cultivo podía ser tan rentable
como el tabaco; - El 13,4 por ciento de los agricultores indicó
que no tendría una ocupación alternativa, ni
dentro ni fuera de la agricultura,
en caso de que no fuese posible cultivar tabaco; y - El promedio de los ingresos netos anuales con el
tabaco podría llegar a 8 000 $R, mientras que los
ingresos netos de la siguiente mejor alternativa no
superarían los 2 000 $R.
Las entrevistas demostraron que las alternativas ya
disponibles, como la jubilación anticipada y una
gratificación por abandono, sólo reducirían
mínimamente el número de productores. La
mayoría de los productores del sur seguirá
produciendo tabaco. En el nordeste, el tabaco es la fuente de
ingresos principal (cuando no la única) en las zonas
económicamente deprimidas de Bahía y
Alagoas.
2.3.6 La evolución futura del suministro de
tabaco
Cabe esperar que Brasil siga cultivando tabaco de manera
eficiente. La producción y los ingresos procedentes del
tabaco aumentarán al incrementarse la aplicación de
tecnologías mejoradas como la fertilización,
plántulas producidas con sistemas de
flotación que crean un cultivo más regular y
eliminan la necesidad de fumigación con bromuro de metilo,
la utilización de variedades resistentes a enfermedades y plagas
adecuadas a cada región, y la adopción
de plantación directa.
La producción de cigarros crecerá motivada
por las perspectivas de un crecimiento del mercado de exportación. Hay una tendencia hacia nuevas
inversiones,
con la introducción de tecnología y expertos
extranjeros por conducto de las fusiones y
alianzas con importantes empresas mundiales. No obstante, las
inversiones se han visto obstaculizadas por la subida de los
impuestos
sobre los cigarros y los cigarros pequeños, actualmente al
67 por ciento, y por el aumento de la competencia del
contrabando de
baja calidad.
2.4. LA REPERCUSIÓN DE LAS POLÍTICAS
GUBERNAMENTALES
Los esfuerzos del gobierno por
reducir la producción de tabaco o desviar la agricultura
de la producción de tabaco han fracasado, aunque no se ha
hecho un intento sistemático para estudiar y proponer
cultivos alternativos. No se dispone de ninguna alternativa
viable que genere ingresos. Sin una investigación
adecuada, no se puede hacer mucho para ayudar a la
formulación de políticas.
El gobierno se ha centrado en las campañas para
combatir el hábito de fumar. La industria de cigarrillos
adoptó contramedidas diseñadas para neutralizar
cualquier campaña que pudiese dañar su imagen ante el
Congreso y la opinión
pública. Cualquier esfuerzo realizado por el Ejecutivo
para aprobar una legislación que imponía una
restricción de la producción, la comercialización o el consumo de
cigarrillos ha sido mutilada en la Cámara y el
Senado.
La industria tabacalera subraya su importancia para las
comunidades locales y para los estados, haciendo hincapié
en las aportaciones a los beneficios sociales que mejoran la
calidad de
vida en las comunidades en las que actúan. Las
empresas han recurrido en muchas ocasiones al trabajo de la
comunidad como
estrategia para
reforzar los vínculos con el poder
político, sobre todo con el gobierno local y los distritos
electorales. Los empleados de las empresas, a través de
una serie de campañas, han creado vínculos entre
la empresa y
otras organizaciones e
instituciones
locales y la comunidad en general.
Algunas empresas contribuyen a la ordenación de
los recursos
naturales y el medio ambiente.
Existen programas de
educación
ambiental, reducción de ruidos, tratamiento de
efluentes líquidos y control de las
emisiones al aire. Una empresa tiene
un proyecto de
reciclaje de
plásticos,
los cuales se utilizan de nuevo en la fabricación de otros
productos. En Santa Cruz, Rio Grande do Sul, el acetato, la
celulosa y los
filtros se vuelven a utilizar para producir ropa de cama y
chaquetas.
Las empresas tabacaleras quieren que sus nombres se
asocien con (i) actividades culturales, como seminarios de
arte,
actividades artísticas para estudiantes y actos con
artistas de prestigio; (ii) iniciativas sanitarias, como el trabajo en
colaboración con la prestigiosa Fundación Zerbini
en un programa de prevención del SIDA; (iii)
acción
social y solidaridad
"capaz de cambiar las vidas de la gente"; y (iv) educación para
erradicar la analfabetización, relacionada con el proyecto
"Alfabetización Solidaria", un programa elaborado por el
prestigioso Consejo de la Comunidad Solidaria, cuyo objetivo es
mejorar la alfabetización en la mayor parte de las
regiones desfavorecidas del país.
2.4.2. La
repercusión de las políticas gubernamentales en la
producción
En lo que se refiere al empleo, el
cultivo de tabaco es principalmente una actividad familiar. Este
tipo de cultivo se adecua perfectamente al modelo de
agricultura familiar que el gobierno federal ha patrocinado,
sobre todo a través del Programa Nacional de Agricultura
Familiar (Pronaf). En el marco de este programa, los productores
de tabaco tienen derecho a un crédito a la
producción y la inversión con tipos de interés
subvencionados.
No se dispone de información respecto a la
participación de productores de tabaco en el programa
Pronaf. Sería difícil excluir a los cultivadores de
este programa, sin un costo político, ya que este grupo cumple
los criterios de elegibilidad. Si se pudiese recurrir a cultivos
alternativos productivos, tal vez podría utilizarse este
programa.
El tabaco está excluido de las políticas
de apoyo gubernamentales para el sector de la producción.
Tanto en el programa de precio
mínimo como de préstamos para la
comercialización (préstamos sin posibilidad de
recurso), el tabaco no reúne las condiciones necesarias.
Sin embargo, la industria tabacalera ofrece a las explotaciones
agrícolas un seguro de los precios de
facto mediante el sistema de compra
garantizada a un precio establecido previamente. Este tipo de
acuerdo crea fuertes vínculos entre los productores y la
industria, si bien en un buen año para la cosecha puede
resultar difícil convenir un precio.
2.4.3. La
repercusión de las políticas gubernamentales en la
comercialización
Los esfuerzos del Gobierno para frenar el contrabando
de cigarrillos
El Gobierno ha orientado sus esfuerzos hacia la
reducción del contrabando de cigarrillos en Brasil. El
Departamento Federal de Hacienda ha aumentado el decomiso de
productos de contrabando y falsificados, sobre todo procedentes
de Paraguay y
Uruguay. No
obstante, esto indica que, pese a intensificarse los esfuerzos
para controlar el flujo de contrabando, éste podría
ser superior al estimado o incluso ir en aumento. Los mercados
internos de cigarrillos se inundaron de marcas "pirata" o
copias mediocres de las actuales marcas habituales. Según
especialistas de mercado, el volumen de
cigarrillos que se originan en otra parte (contrabando) se
aproximó al 30 por ciento del total.
Según Abifumo, el mercado ilegal sigue siendo una
grave amenaza para la supervivencia de la industria, sobre todo
para las industrias de pequeño y mediano tamaño. En
la comercialización ilegal de cigarrillos, más del
80 por ciento es contrabando, del cual más del 25 por
ciento son productos falsificados y casi el 19 por ciento es
producción local que evade impuestos. Abifumo
señala que resulta difícil cuantificar el mercado
ilegal y, por consiguiente, determinar el consumo total de
cigarrillos en Brasil.
La colaboración pública-privada en el
control de la calidad
En enero de 1998, Associated Press informó de que
los agricultores de Rio Grande do Sul producían tabaco
tipo ¡-1, que se caracteriza por duplicar la cantidad
normal de nicotina (el nivel medio es 6,2 por ciento) en
comparación con el tabaco habitual. Este informe
generó una importante preocupación entre quienes
estaban vinculados a la industria tabacalera, así como
entre los consumidores y los importadores.
En respuesta, el Ministerio de Agricultura puso en
marcha un programa de certificación de los niveles de
alcaloides en el tabaco de Brasil, ante el posible perjuicio que
el informe podía tener para la industria. Todo el tabaco
Virginia elaborado por empresas de Rio Grande do Sul se somete
ahora a rigurosas comprobaciones de los niveles de nicotina. El
programa es una alianza de siete empresas relacionadas con
Abifumo y la Universidad de Santa Cruz (UNISC) y garantiza la
certificación oficial del producto para el mercado
internacional.
La UNISC facilita los análisis de laboratorio de
los niveles medios de
alcaloides (nicotina y alcaloides secundarios) en las hojas de
tabaco Virginia, basándose en muestras recogidas a lo
largo de las líneas de compra de las empresas tabacaleras.
Posteriormente, los resultados obtenidos por el laboratorio
homologado (Centro de Análisis de la UNISC) se comparan
con los resultados de los laboratorios de las empresas. Cada
empresa recibe
un certificado con su nivel medio y Sindifumo obtiene uno con el
nivel medio general. Este sistema está
extendiéndose ahora a Santa Catarina y Paraná,
abarcando así todo el sur.
2.4.4. La
repercusión de las políticas gubernamentales en el
consumo
Apenas hay estudios empíricos sobre los aspectos
económicos del consumo de cigarrillos en Brasil, pero
pueden utilizarse dos (Costa e Silva et al., 2000;
Carvalho y Lobão, 1999) para evaluar la repercusión
de las políticas gubernamentales (por ejemplo a
través de la aplicación de impuestos) en los
precios y el consumo de cigarrillos. Costa e Silva se vale
fundamentalmente del análisis de datos del
documento anteriormente citado y examina los resultados y sus
consecuencias para la formulación de las
políticas.
Costa e Silva et al se pronuncian
enérgicamente a favor del incremento de los precios como
medida de restricción del consumo. Este estudio fue
publicado por el INCA e influyó en las decisiones del
Gobierno de aumentar los precios de los cigarrillos para limitar
el consumo de tabaco.
Costa e Silva et al. (2000) calcularon las
elasticidad-precio y la elasticidad-ingresos de la
demanda del
mercado, con modelos de
consumidores de cigarrillos, y cuyos resultados se resumen en el
Cuadro 2.8.
El primero – Modelo 1 – se basaba en el supuesto de que
los fumadores estaban dispuestos a mantener en sus cuerpos una
"reserva de tabaco", que es una proporción del "consumo
deseado" de cigarrillos (Chaloupka, 1991). El modelo se basaba en
el supuesto de que fumar, que es una actividad perjudicial, es el
resultado de una evaluación de los costos
(dependencia, perjuicio para la propia salud de la persona y la de
otras personas) y los beneficios (el placer de fumar).
El segundo – Modelo 2 – fue propuesto por Becker y
Murphy (1988), con dos versiones. Una formulaba la hipótesis de una demanda racional en el
caso de fumadores con preferencias fijas, mientras que la otra
era una hipótesis de una
demanda "miope" o de visión limitada por parte de adolescentes y
personas con un nivel bajo de educación formal e ingresos.
En la hipótesis miope, un consumidor se
define como alguien con muy poca información sobre los
efectos de fumar a largo plazo. Asumen, por decirlo de otro modo,
ser personas con un carácter ingenuo o poca
escolarización, como por ejemplo personas desfavorecidas a
nivel económico y social. Según la bibliografía existente,
este grupo de consumidores miopes debería ser el objetivo
de las políticas dirigidas a la reducción del
consumo del tabaco.
Cuadro 2.8 – Modelos
econométricos de la elasticidad-precio de los
cigarrillos
Elasticidad | Modelo 1 | Modelo 2 | ||
Racional | Limitado o | |||
Precios | ||||
| corto plazo | -0,1118 | -0,1407 | -0,1962 |
largo plazo | -0,7982 | -0,4932 | -0,4792 | |
Ingresos | ||||
| corto plazo | – | 0,2277 | 0,3120 |
largo plazo | – | 0,7980 | 0,7621 |
Fuente: Costa e Silva
et al., 2000, basado en Chaloupka, 1991, y Becker y
Murphy, 1988.
Los resultados del análisis basado en la
hipótesis miope indicaban que el consumo de cigarrillos en
Brasil atravesó un cambio
estructural en la elasticidad-precio durante el tercer trimestre
de 1990, cuando el consumo pasó claramente a un nivel
más bajo en comparación con la tendencia
histórica de consumo. Posiblemente este cambio estructural
estuvo relacionado con la normativa de salud laboral aprobada
en 1990, que exigía un control estricto del consumo de
tabaco en los lugares de trabajo. Después de ese cambio,
la elasticidad de la demanda con respecto al precio tanto a corto
como a largo plazo aumentó, sobre todo en el grupo de
consumidores miopes, en donde casi se duplicó. Estos
cambios se representan en el Cuadro 2.9.
Cuadro 2.9 – Variaciones en la
elasticidad-precio a raíz de los cambios en la política
pública en 1990.
| Modelo racional | Modelo visión | |
Antes 3 trimestre | |||
| corto plazo | -0,1407 | -0,1962 |
largo plazo | -0,4932 | -0,4792 | |
Después 3 trimest. | |||
| corto plazo | -0,17 | -0,35 |
largo plazo | -0,58 | -0,73 |
Fuente: Costa e Silva
et al., 2000.
Una simulación
del efecto de los cambios de la política pública
dirigidos a reducir el consumo de cigarrillos presentó una
elasticidad-precio de la demanda de -0,15 a corto plazo, y de
-0,5 a largo plazo (según figura en el Cuadro 2.9). Un
incremento del 15 por ciento en los precios de los cigarrillos
provocaría una reducción del consumo del 2,25 por
ciento a corto plazo y del 7,5 por ciento a largo
plazo.
Estos resultados conllevan que los cambios en las
políticas públicas de lucha contra el tabaco pueden
influir en la elasticidad-precio de la demanda tanto de los
consumidores racionales como miopes. Pruebas
empíricas demuestran que se reduce el consumo ante la
mejora de información sobre el posible perjuicio para la
salud.
La reacción de los consumidores ante los cambios
en los precios y los ingresos presentó elasticidades
iguales a estudios comparables en otros lugares, los cuales
demostraban que los aumentos de precio podían reducir el
consumo de cigarrillos, mientras que el aumento de los ingresos
de los consumidores ampliaba el consumo.
Apenas hubo sensibilidad a la variación de
precios a corto plazo. Con un aumento medio de los precios del 10
por ciento, una persona que fuma una cajetilla diaria
podría reducir el consumo de cigarrillos entre 4 y 7
cajetillas anuales.
A largo plazo, el mismo incremento del 10 por ciento
reduciría el consumo en 344 cigarrillos anuales. Los
consumidores miopes (jóvenes y personas con menos
formación) serían más sensibles a las
variaciones de precios a corto plazo que los consumidores del
grupo racional.
La subida de los impuestos sobre los cigarrillos al 90
por ciento de los precios medios al por menor aumentaría
los ingresos fiscales, a corto plazo, de un 12 a un 15,5 por
ciento, a la vez que reduciría el consumo de un 1,5 a un 3
por ciento. A largo plazo, el aumento de la recaudación
fiscal
sería de entre un 3 y un 9 por ciento y la
reducción del consumo entre un 6 y un 12 por
ciento.
Hay varias consecuencias en materia de
política:
- las campañas que subrayan los peligros para la
salud que conlleva fumar son más eficaces que la
aplicación de impuestos a los cigarrillos; - aunque las campañas informativas
deberían dirigirse a todos los fumadores y a toda la
sociedad,
algunas acciones
deberían apuntar también a los consumidores
jóvenes y con menos formación; y - los consumidores reaccionan ante los precios si los
impuestos causan una subida importante de los mismos, pero
también cabe considerar los efectos de los ingresos ya
que los fumadores del grupo de ingresos más bajos
sufrirán más, y éste es precisamente el
grupo que reacciona de forma más favorable a la publicidad y a
la información.
Carvalho y Lobão (1999) analizaron la eficacia de
diversas políticas. Los impuestos son ya elevados (74 por
ciento del precio al por menor de los cigarrillos) y por este
motivo su aumento podría no ser viable. Sin embargo, a
pesar de los elevados impuestos, los precios de los cigarrillos
brasileños figuran entre los más bajos del mundo,
lo que indica que todavía hay un margen de aumento. No
obstante, incrementar el precio de los cigarrillos podría
promover el contrabando y reducir así la
recaudación tributaria. Los impuestos son siempre una
carga mayor para aquéllos que cuentan con menos medios
para su evasión.
Las estadísticas disponibles indican que las
normas
sociales que influyen en el consumo de tabaco son probablemente
la causa de los cambios observados en la demanda estructural de
cigarrillos. De ahí la caída del consumo pocos
meses después de la introducción en 1995 de
etiquetas de advertencia en las cajetillas de cigarrillos. Las
normas sociales también hacen que el consumidor tenga
más en cuenta la variación de precios, lo que
aumenta la elasticidad-precio de la demanda (con un menor efecto
entre los consumidores racionales y mayor repercusión
entre los consumidores miopes).
El estudio de Carvalho y Lobão (1999), basado en
el trabajo en los años noventa, arrojó tres
conclusiones principales. En primer lugar, todo intento de
reducir el consumo de cigarrillos a través de la subida de
impuestos es probablemente una política ineficaz, ya que
aumentar los impuestos podría no tener apenas
repercusión en el consumo debido al estímulo del
comercio
ilegal. Los impuestos sobre los cigarrillos son ya elevados y
probablemente hayan alcanzado su límite, al mismo tiempo que la
evasión de impuestos es ya también muy
alta.
En segundo lugar, aumentar los impuestos sobre los
cigarrillos podría tener efectos negativos de distribución, ya que la repercusión
en los ingresos del aumento de impuestos afectaría a los
individuos (familias) de los grupos con
ingresos más bajos, ya que éstos gastan en
cigarrillos una parte proporcionalmente mayor de sus ingresos que
aquéllos que figuran en los grupos de ingresos más
altos. Esto podría producir un "down-trading" (un
aumento de los precios debido a la subida de impuestos
podría no incentivar una reducción del consumo,
sino un desplazamiento del consumo a cigarrillos de calidad
inferior). Esta política podría pues resultar
contraproductiva.
En tercer lugar, existen indicios de que las
políticas de advertencia sanitaria son más eficaces
que la subida de los precios a través de los
impuestos.
En Brasil se imponen asimismo restricciones a la
venta de
cigarrillos, límites de
edad para su compra, se limitan las ventas a
lugares específicos y se exigen licencias especiales para
vender cigarrillos, se prohibe la venta en lugares
públicos y se limita la distribución de muestras
gratuitas. Estas políticas estuvieron sujetas a un intenso
debate y no
hay ninguna investigación que analice la efectividad de
dichas medidas.
2.5. NOVEDADES EN LA ELABORACIÓN Y LA
FABRICACIÓN DEL TABACO
2.5.1 La industria
de los cigarrillos
La producción de cigarrillos alcanzó un
nivel máximo de 189 300 millones de unidades en 1998 y
luego disminuyó en 1999 después de la
aplicación de un impuesto a la
exportación. El consumo alcanzó máximos en
1989 y 1990, pero a continuación descendió, debido
en parte a las campañas contra el tabaco y a la
prohibición de fumar en lugares públicos (Cuadro
2.10).
El precio medio de una cajetilla de 20 cigarrillos
aumentó de 0,50 dólares EE.UU. en los años
ochenta a más de 1,40 dólares EE.UU. a mediados de
los noventa. Actualmente los precios al por menor se encuentran
entre 0,50 y 0,90 dólares EE.UU., lo que hace que los
cigarrillos brasileños figuren entre los más
baratos del mundo.
En 1994, el plan para la
estabilización macroeconómica (el Plan Real)
eliminó el impuesto inflacionario, que había
alcanzado casi el 90 por ciento mensual. Durante los dos
años siguientes, el consumo se estabilizó en unos
119 000 millones de unidades. Sin embargo, la
revalorización del tipo de cambio
que siguió al Plan Real estimuló el contrabando y,
cuando existe un contrabando importante, el consumo de
cigarrillos tiende a subestimarse, ya que los cálculos
sobre el consumo se basan principalmente en los datos de ventas
facilitados por los fabricantes.
El consumo nominal anual per cápita ha disminuido
de 1 177 unidades en 1980 a 720 unidades a finales de los
años noventa. En 1992, se estimó que el contrabando
abastecía el 5 por ciento del consumo interno, pero
después de 1995 aumentó vertiginosamente. En la
actualidad se piensa que el contrabando se aproxima al 30 por
ciento de las cifras oficiales de consumo, ya que las marcas
brasileñas tradicionales se falsifican ahora en
países vecinos y se venden de contrabando en Brasil. El
alcance del contrabando explica una parte importante del aparente
descenso del consumo.
Cuadro 2.10 – Producción,
consumo y precio de los cigarrillos en Brasil
Año | Producción | Consumo | Precio |
1980 | 144,2 | 142,7 | 0,42 |
1981 | 136,5 | 134,9 | 0,54 |
1982 | 133,9 | 132,3 | 0,64 |
1983 | 130,9 | 129,2 | 0,56 |
1984 | 128,9 | 127,8 | 0,46 |
1985 | 147,6 | 146,3 | 0,27 |
1986 | 170,5 | 168,9 | 0,33 |
1987 | 164,2 | 161,4 | 0,55 |
1988 | 163,3 | 157,9 | 0,57 |
1989 | 171,3 | 162,7 | 0,55 |
1990 | 174,0 | 164,1 | 0,64 |
1991 | 176,9 | 156,4 | 0,54 |
1992 | 152,9 | 127,8 | 0,75 |
1993 | 149,2 | 119,5 | 0,92 |
1994 | 164,0 | 109,2 | 1,15 |
1995 | 174,7 | 119,7 | 1,29 |
1996 | 182,5 | 119,2 | 1,42 |
1997 | 182,8 | 110,8 | 1,42 |
1998 | 189,3 | 97,0 | 1,07 |
1999 | 119,3 | 101,5 | 0,97 |
2000 | 111,6 | 100,0 | 0,88 |
2001 | 108,0 | 100,0 | 0,95 |
Fuente: Afubra y
Abifumo.
2.5.2 El empleo en
la fabricación
La repercusión de la tecnología moderna de
elaboración y fabricación ha supuesto una
reducción de la necesidad de mano de obra en la industria
tabacalera, en donde el número de trabajadores se redujo a
la mitad en 15 años (véase Cuadro 2.11).
Las fábricas de cigarrillos están
sumamente automatizadas y emplean relativamente poca mano de obra
(30 000 trabajadores empleados directamente). Según las
estimaciones del INCA, la industria paga un precio relativamente
bajo por cada kilogramo de hoja de tabaco, con el que se producen
aproximadamente 1 200 cigarrillos. Las cajetillas de cigarrillos
son ligeras y fáciles de almacenar y transportar, lo que
genera bajos costos de transporte e
inventario, y
hace que esta actividad sea sumamente rentable.
La producción de tabaco en ramas para cigarros,
cigarros pequeños y cigarrillos negros en el nordeste de
Brasil abarca a un gran número de empresas, que ofrecen
numerosos puestos de trabajo e impulsan las economías
locales. La inversión en nuevas
tecnologías de producción ha ayudado a mejorar
las perspectivas tanto en el mercado de exportación como
en el interno.
Cuadro 2.11 – Índice de empleo
en la industria tabacalera en Brasil
Año | Promedio |
1985 | 100,00 |
1986 | 99,47 |
1987 | 102,54 |
1988 | 95,55 |
1989 | 98,63 |
1990 | 90,28 |
1991 | 86,97 |
1992 | 97,95 |
1993 | 86,15 |
1994 | 69,83 |
1995 | 66,87 |
1996 | 69,13 |
1997 | 73,20 |
1998 | 61,09 |
1999 | 51,21 |
2000 | 48,62 |
2001 | 55,33 |
Fuente: IBGE.
Índice 1985 = 100
El empleo en la industria tabacalera puede ser bastante
importante en una zona. Por ejemplo, en Santa Cruz do Sul, una
unidad de elaboración de tabaco tiene hasta 2 500
empleados y hay varias empresas de igual tamaño, que entre
ellas aportan casi el 40 por ciento de la recaudación
total del impuesto sobre el valor
añadido ICMS para el municipio. Los efectos se expanden a
los condados colindantes y benefician a una parte importante del
estado.
Junto con las operaciones
corrientes, la inversión es también muy importante.
Una empresa ha invertido unos 200 millones de dólares
EE.UU. desde 1997, creando otros 1 000 empleos. Las seis
principales empresas de elaboración están
realizando inversiones de capital que oscilan entre 60 y 500
millones de dólares EE.UU., lo cual tendrá una
repercusión positiva en el empleo a lo largo del
próximo decenio.
Se estima que por cada inversión trienal de 100
millones de dólares EE.UU., con un rendimiento anual de
casi 250 millones de dólares EE.UU. en ventas de
exportación, se crean 400 trabajos directos de
instalación o reestructuración de las operaciones
existentes y otros 10 000 puestos de trabajo permanentes en los
campos. Una empresa grande de 4 000 a 5 000 empleados directos en
el sur trabajaría con unos 30 000 cultivadores y
crearía 150 000 puestos de trabajo indirectos
complementarios en el trabajo en la explotación, el
transporte, los servicios, etc.
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