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El rol de las TIC en la construcción de capital social




Enviado por Roxana Goldstein



     

     

    ABSTRACT

    Este documento presenta una reflexión sobre el
    rol de la e-democracia y
    el e-gobierno, y el
    aporte de las TIC, en la consolidación de una Sociedad de la
    Información y el
    Conocimiento inclusiva y plural para Latinoamérica, partiendo de un enfoque
    multidimensional de las problemáticas que hilvanan TIC,
    democracia y desarrollo. Las democracias latinoamericanas, con
    sus prácticas prebendarias y clientelares han facilitado
    la institucionalización de una cultura
    delegativa cuya gobernabilidad no estuvo orientada al desarrollo
    humano de las sociedades.
    Las políticas
    públicas emanadas de estos regímenes facilitaron la
    consolidación de una sociedad dual, escindida entre los
    que están incluidos en los beneficios de la
    globalización, y aquellos cuyo acceso a los bienes y
    servicios
    materiales y
    simbólicos que garantizan una calidad de
    vida digna, les es vedado. El aporte que las TIC pueden hacer
    para consolidar un sistema
    democrático orientado al desarrollo en América
    Latina, está fuertemente ligado al "uso con sentido" y
    a la apropiación de estas tecnologías a
    través de aplicaciones que favorezcan el desarrollo de
    capital social, habilitando el surgimiento de nuevos actores
    autónomos, informados y capacitados para participar en la
    toma de
    decisiones y la elaboración de propuestas de
    políticas públicas, en el marco de espacios
    reticulares de deliberación y construcción de
    consensos interdisciplinarios y heterogéneos, donde los
    procesos de
    aprendizaje y
    generación de conocimiento
    sociales sean reforzados a través del uso de las TIC. Las
    políticas de desarrollo del e-gobierno y la e-democracia
    en la región deberán contemplar estos aspectos,
    subordinándose a los objetivos
    estratégicos de fortalecimiento de la gobernabilidad
    democrática para el Desarrollo Humano de las sociedades
    latinoamericanas.

    La pregunta central con la que se convoca a este II
    Congreso On-line del Observatorio para la Cibersociedad, abre el
    debate sobre
    la Sociedad del Conocimiento hacia la que nos estamos
    encaminando, e invita a la reflexión sobre lo que estamos
    haciendo como actores de esta construcción.

    Particularmente, este documento intentará
    presentar una reflexión sobre el rol de la e-democracia y
    el e-gobierno, y el aporte de las TIC en la consolidación
    de una Sociedad de la Información y el Conocimiento (SIC)
    inclusiva y plural para Latinoamérica, partiendo de un
    enfoque multidimensional de las problemáticas que hilvanan
    TIC, democracia y desarrollo.

    ¿Cómo analizar entonces las conexiones
    entre SIC, democracia y desarrollo en el contexto
    latinoamericano? ¿Por qué la necesidad de este
    análisis?

    Coincidiendo con el Informe del PNUD
    "Profundizar la Democracia" (NOTA 1), la democracia permite
    contar con instrumentos que garanticen la
    responsabilización de los gobiernos; la
    participación de las personas en las decisiones que
    determinan su vida; la posibilidad de impugnar al poder. La
    apropiación de estos instrumentos por parte del conjunto
    de los ciudadanos es el camino para obtener satisfacción
    de las necesidades sociales y políticas, que pueden
    resumirse en un aceptable nivel de vida; la garantía de la
    subsistencia y la salud; disponer de
    conocimientos y educación que
    habiliten a la toma de decisiones y al debate abierto e informado
    y la participación en la vida comunitaria, en la toma de
    decisiones y en el control de la
    gestión
    pública. (PNUD; 2002: 58).

    ¿Qué modelo
    democrático contribuiría al Desarrollo
    Humano?

    Siguiendo a Joan Prats (Prats; 2001), sabemos que la
    legitimidad de las decisiones tomadas en un contexto
    democrático depende de la calidad de las
    reglas de juego mediante
    las cuales se logra el consenso y se ejerce el poder resolviendo
    los conflictos
    pacíficamente. Cuando estas reglas formales e informales
    están viciadas de mecanismos populistas, clientelares y
    prebendarios, contribuyen a la institucionalización de
    prácticas delegativas que habilitan la
    concentración de recursos
    estratégicos en manos de pocos actores, bloqueando la
    posibilidad de ampliar el conjunto de actores autónomos
    que intervienen en la arena política para incidir
    en las decisiones públicas. Por el contrario, una
    gobernabilidad (NOTA 2)al servicio del
    desarrollo debe permitir el surgimiento de nuevos actores
    autónomos capacitados para incidir en las decisiones
    públicas, y la evolución de las reglas de juego para
    adaptarse a los cambios y servir como instrumento de
    resolución pacífica de conflictos (NOTA
    3).

     

    1 – El universo
    conceptual – Revisión de algunos conceptos (NOTA
    4)

    1.1 – Sociedad de la
    Información y el Conocimiento

    Manuel Castells identifica al informacionalismo como un
    modo de desarrollo caracterizado, a diferencia del modo de
    desarrollo industrial, por "la acción
    del conocimiento sobre sí mismo como principal fuente de
    productividad"
    (Castells; 1997: 41), es decir, la aplicación del
    conocimiento para la constante mejora de las tecnologías
    de procesamiento de información, de generación de
    conocimientos y de comunicación de ambos (NOTA 5).
    Según Castells, los rasgos característicos de este
    paradigma son
    (NOTA 6):

    • La información como su materia
      prima
    • La capacidad de las nuevas
      tecnologías de penetrar en toda la actividad humana,
      expandiendo sus efectos en toda la sociedad
    • La "morfología de red", que se traduce en
      una interconexión e interacción crecientes penetrando en toda
      la sociedad
    • La flexibilidad, entendida como "posibilidad de
      reorganización, de reescritura de las
      reglas"
    • La convergencia creciente de las tecnologías y
      las industrias
      de la microelectrónica, las telecomunicaciones, y la informática, englobados como "sistemas de
      información".

    Las transformaciones que Castells identifica como
    cruciales en la
    comunicación mediada tecnológicamente pueden
    resumirse en el pasaje de la comunicación de masas a la
    estratificación y diferenciación; de la diversidad
    de formas al modelo cognitivo común; de la
    unidireccionalidad a las comunidades virtuales; de la
    recepción pasiva a la interacción; de la masividad
    a la estratificación, diferenciación y
    personalización; de la uniformidad a la
    diferenciación social estratificada entre "interactuantes
    e interactuados" según sus capacidades para buscar
    información, elaborar conocimiento y usarlo en su propio
    beneficio o su condena a sólo acceder a "un número
    limitado de opciones preempaquetadas" (Castells; 1997: 404).
    Estas transformaciones de la comunicación mediada tienen,
    según Castells, un impacto profundo en la cultura y en la
    relación del hombre con su
    entorno, derribando las fronteras y las distancias (NOTA 7)y
    modificando la percepción
    del tiempo (NOTA
    8).

    Por otro lado, la irrupción de Internet en el campo de la
    comunicación social hace posible la
    conformación de una estructura
    material que facilita la consolidación de un tipo de
    organización social basada en un modelo
    reticular que flexibiliza jerarquías y relaciones y
    permite potencialmente interconectar a todo el globo, conformando
    la "sociedad red".

    Posteriormente, Paul David y Dominique Foray plantean
    como un aspecto conceptual crucial la diferenciación entre
    información y conocimiento. Estos autores consideran
    que

    "Poseer conocimientos, en cualquier esfera o
    ámbito, es ser capaz de realizar actividades intelectuales
    y manuales. El
    conocimiento es, por tanto, fundamentalmente una capacidad
    cognoscitiva. La información, en cambio, es un
    conjunto de datos,
    estructurados y formateados pero inertes e inactivos hasta que no
    sean utilizados por los que tienen las capacidades necesarias
    para interpretarlos y manipularlos". (David y Foray; 2002:
    5)

    David y Foray atribuyen el cambio cualitativo que
    caracteriza a la economía del saber a
    la posibilidad de coproducción intensa de conocimientos
    por parte de diversos miembros de una comunidad
    entendida como comunidad de intereses no necesariamente ligada a
    un espacio físico común -, facilitada por la
    existencia de un espacio público de intercambio y
    circulación de saberes y por la codificación y transmisión de nuevos
    conocimientos fuertemente basado en TIC (David y Foray; 2002:
    6-7). Las TIC han facilitado estos procesos a través de la
    facilitación y reducción de costos y tiempos
    para la codificación, almacenamiento,
    reproducción, distribución y comunicación de
    conocimientos. Para estos autores:

    "una comunidad con una utilización intensa de
    conocimientos es una comunidad en la que una parte no
    desdeñable de sus miembros produce y reproduce el
    conocimiento cuyos límites
    circunscriben un espacio público (o semipúblico)
    de circulación de los saberes y en la que la
    utilización de nuevas tecnologías de
    información y comunicación ha reducido
    radicalmente el costo de
    codificación y distribución del conocimiento"
    (David y Foray; 2002: 7-8)

    Para David y Foray, el pasaje de la economía a la
    sociedad del conocimiento se producirá cuando se
    "multipliquen las comunidades intensivas en conocimientos.
    (…). Cuando sean cada vez más numerosas las
    comunidades de ciudadanos, usuarios y profanos, unidos por su
    interés
    común en tal o cual tema, que presenten esas mismas
    características (grandes capacidades de producción y reproducción del saber;
    un espacio público o semipúblico de intercambio y
    de aprendizaje y la utilización intensiva de las
    tecnologías de información y comunicación);
    la sociedad del conocimiento emprenderá el vuelo" (David y
    Foray; 2002: 16).

     

    1.2 – Democracia
    electrónica (e-democracia)

    Según define Martin Hagen, "Democracia
    electrónica es todo sistema
    político democrático en el cual las computadoras y
    las redes de
    computadoras se usan para llevar a cabo funciones
    cruciales del proceso
    democrático – como información,
    comunicación y agregación de intereses, y toma de
    decisiones (tanto deliberación como votación)."
    (NOTA 9) (Hagen; 1997: 2).

    Por su parte, Benjamín Barber (Barber; 2001)
    identifica características de las industrias TIC que
    impactan sobre el sistema democrático en la medida en que
    la democracia electrónica avanza en su desarrollo: el
    progreso desigual y la difusión no universal de las TIC;
    el ritmo acelerado del cambio tecnológico; el desfasaje
    generacional entre quienes crean las tecnologías y quienes
    las usan; la forma en que las tecnologías son reflejo de
    la sociedad en las que surgen y no a la inversa; la velocidad de
    la "comunicación instantánea" y su impacto sobre
    los tiempos necesarios para la deliberación
    política; su inclinación a la reducción
    simplista "binaria" del análisis de los problemas; la
    soledad que acompaña la experiencia de "navegar por el
    ciberespacio"; la cultura de la imagen y el
    sonido en
    detrimento del texto; la
    comunicación horizontal; la sobrecarga de
    información; la atomización y fragmentación
    social mediante grupos de
    interés conectados a través de sus propios canales
    de comunicación.

    Stefano Rodotà también expresa su
    preocupación por los efectos de las TIC aplicadas a un
    sistema democrático carente de instancias genuinamente
    participativas. Para él, la vía plebiscitaria se
    presenta como más factible, "en virtud de la
    reducción o de la eliminación de los procedimientos de
    efectiva participación y control, sustituidos por
    situaciones de neta investidura o de confirmación de
    decisiones ya adoptadas. La superposición de las
    tecnologías a este esquema refuerza su capacidad de
    acortar los tiempos de respuesta, lo vuelve más
    dependiente de las formas de comunicación inmediata y
    elimina la necesidad de toda mediación" (Rodotà;
    2000: 11).

     

    1.3 – Gobierno
    electrónico y gobernanza electrónica (e-gobierno,
    e-governance)

    A partir de la aparición de la Internet, la idea
    de aplicar esta nueva herramienta de comunicación en
    conjunción con la informática para cubrir las
    necesidades de la administración
    pública abrió un campo de oportunidades y
    nuevas aplicaciones que se englobaron dentro del concepto de
    e-gobierno o gobierno electrónico (NOTA 10). En el 2000,
    el Gartner Group define e-gobierno como "la continua
    optimización de la entrega de servicios, la
    participación ciudadana, y el ejercicio del gobierno
    mediante la transformación de las relaciones internas y
    externas a través de la tecnología, la
    Internet y los nuevos medios" (NOTA
    11)

    Desde un punto de vista centrado en los aspectos
    técnicos, en función
    del aprovechamiento de las capacidades de las TIC para enriquecer
    las relaciones del gobierno con la sociedad, el e-gobierno puede
    abarcar funciones de información (aumentar la oferta de
    información disponible a través de medios
    tecnológicos como páginas
    Web), de transacción (prestación de servicios
    personalizados, facilitación de trámites
    "en-línea" durante las 24 hs.), y de participación
    ciudadana (plebiscitos electrónicos, correo
    electrónico con los funcionarios públicos,
    sondeos de opinión). Citando a Tesoro, Arambarri y
    González Cao, la finalidad del gobierno electrónico
    es:

    "a) proveer más y mejores prestaciones
    a los ciudadanos,

    b) proveer puntos de acceso unificados y sencillos
    para satisfacer múltiples necesidades informativas y de
    servicios,

    c) adicionar productividad, calidad y valor a los
    servicios,

    d) proveer atención "a la medida" de los
    requerimientos de cada usuario,

    e) resolver trámites, consultas, reclamos y
    sugerencias "en línea",

    f) aumentar la participación
    ciudadana,

    g) aumentar la calidad y reducir el costo de las
    transacciones dentro del Estado,

    h) reducir el costo (en dinero,
    tiempo, molestia y carga anímica) de tramitaciones del
    público, i) aumentar la transparencia de la
    gestión pública." (Tesoro y otros; 2002:
    3)

    Pero las decisiones que moldean el uso de las TIC para
    la gestión pública responden no sólo a
    estrategias
    puramente técnicas,
    sino también políticas. Y sus resultados, efectos e
    impactos también se despliegan no sólo en el orden
    administrativo sino también en el social y
    político.

    El concepto de e-gobierno se ha ido ampliando a medida
    que el aspecto político va ganando un mayor peso, y se
    consolida la percepción de que el prefijo "e" es
    más que la posibilidad de ampliar los servicios al
    ciudadano-consumidor, sino
    que además abre un abanico de nuevas formas de
    participación de los ciudadanos en la toma de decisiones,
    en la elaboración de propuestas y en el control de
    la
    administración de los recursos
    públicos.

    Estos nuevos aspectos que se incorporan en la
    concepción del gobierno electrónico se relacionan
    directamente con los impactos de éste en la gobernanza
    (NOTA 12) y en la gobernabilidad (NOTA 13)
    democrática.

    Coincidiendo con Seifert y Petersen, aunando las
    visiones técnicas y las políticas, "desde un
    enfoque multidimensional, el E-gobierno es visto como un proceso
    de mejora de la gobernabilidad a través de la mayor
    eficiencia,
    nuevos servicios, mayor participación ciudadana,
    mejoramiento de la infraestructura de información. Incluye
    esto también los nuevos desafíos de coordinación, administración y control de los recursos
    informáticos del Estado, y la superación de la
    brecha digital." (Seifert, Petersen; 2001).

    Según define la UNESCO, la idea de modernizar la
    administración pública a
    través de la adopción
    de soluciones
    basadas en TIC, debe orientarse al involucramiento activo de los
    ciudadanos en los procesos de toma de decisiones, promoviendo la
    participación, la transparencia y la rendición de
    cuentas que
    caracterizan a la buena gobernanza. (NOTA 14)

    Dentro de esta línea conceptual, desde el punto
    de vista funcional y especialmente de la aplicación de las
    TIC como herramienta de comunicación, la
    e-governance abarca el uso de estas tecnologías
    para la integración intra e intergubernamental
    (e-administración), la provisión de servicios a
    ciudadanos y empresas
    (e-servicios o e-gobierno propiamente dicho) y los usos
    orientados a la ampliación de la participación
    ciudadana y el fortalecimiento democrático (e-democracia)
    (NOTA 15).

    Desde una perspectiva orientada al desarrollo, Richard
    Heeks propone pensar la e-governance como el
    aprovechamiento de las capacidades de automatización, información y
    comunicación de las TIC para mejorar los procesos de
    gobierno (e-administración); para conectar gobierno y
    ciudadanos (e-citizens); para dar servicios a los ciudadanos
    (e-services) y para construir interacción entre el
    gobierno y la sociedad civil y
    dentro mismo de la sociedad civil (e-society) (NOTA 16) (Heeks;
    2001a: 3 y 4). Este autor enfatiza la idea de que la
    aplicación de las TIC en el gobierno no debe enfocarse
    solamente al comercio
    electrónico y al soporte a los negocios y el
    sector privado (e-commerce, e-business), sino que estas
    otras esferas de aplicación que él menciona
    permitirían atacar los problemas de costos, ineficacia,
    ineficiencia, inadecuación, autorreferenciamiento y
    aislamiento propios de los gobiernos en los países en
    desarrollo. El punto referente a la construcción de
    interacción social es particularmente interesante, ya que
    introduce la idea de que el gobierno debe involucrarse no
    sólo en la construcción del mercado, sino
    también en la construcción de capital
    social.

    Desde esta perspectiva, e-governance es entendido
    como un concepto superador de e-government, en tanto
    implica un cambio en la forma en que los ciudadanos se relacionan
    con el gobierno y entre ellos mismos, promoviendo un mayor
    involucramiento de los ciudadanos en los procesos de toma de
    decisiones y de elaboración de propuestas de
    políticas públicas, fortaleciendo el concepto de
    ciudadanía.

    Esta visión ampliada de lo que las TIC pueden
    aportar para el fortalecimiento de la gobernabilidad es
    estratégica a la hora de pensar en los efectos e impactos
    de las TIC para el desarrollo humano. En este sentido, entonces,
    la pregunta es ¿Qué relación puede
    establecerse entre el gobierno electrónico y la calidad de
    vida de las comunidades?

    En un estudio encarado para Latinoamérica,
    Tesoro, Arambarri y González Cao consideran "al GE
    [Gobierno Electrónico] como variable potencialmente
    interviniente en una eventual mejora de la calidad de vida de una
    comunidad, suponiendo que –dentro de las restricciones
    emergentes de los propios "factores condicionantes"- puede
    facilitar procesos de interacción para que otras variables
    comunitarias catalicen transformaciones que contribuyan a
    satisfacer ciertas demandas y expectativas sociales." (NOTA 17)
    (18) (Tesoro y otros; 2002: 5).

    Y concluyen : "A través de la indagación
    resulta evidente que el GE [Gobierno Electrónico]
    no opera como una variable "independiente" capaz de "disparar"
    cambios en las variables políticas, sociales,
    administrativas y culturales -entre otras- que inciden sobre la
    calidad de vida. En algunos casos, su impacto aparece más
    bien como "dependiente" de la Calidad Político
    Democrática, de la Gobernancia y de la Probidad
    Pública, dado que el imperio de actitudes y
    conductas parasitarias -profundamente arraigadas en ciertas
    dirigencias político-burocráticas- seguramente
    tenderá a neutralizar y a adaptar a su propia inercia las
    herramientas
    tecnológicas supuestamente dirigidas a mejorar las
    prestaciones a la ciudadanía, transformándolas en
    inconducentes rituales burocráticos. "(idem,
    p.14).

    ¿Cómo pensar entonces a las TIC como
    "motor de cambio"
    de la reforma y modernización del gobierno y la
    administración pública no sólo desde el
    punto de vista técnico sino también desde los valores y
    la cultura
    institucional?

    Desde una perspectiva multidisciplinar, Criado Grande,
    Ramilo Araujo y Serna proponen un nuevo marco
    teórico para conceptualizar el gobierno
    electrónico articulando las visiones de la
    e-administración (prestación de servicios), la
    e-democracia (consulta y extensión de procesos
    democráticos) y la e-gobernanza (participación
    ciudadana en la elaboración de políticas
    públicas) (Criado Grande y otros; 2002: 1). Estos autores,
    integrando distintas visiones desde las que se analiza hoy el
    gobierno electrónico, llegan a delinear un nuevo modelo
    conceptual de e-gobierno:

    "El nuevo modelo de gobierno que se propone (Gobierno
    Electrónico) será capaz de resolver mejor los
    problemas
    sociales (garantizar la gobernabilidad), en la medida en
    que sea capaz de establecer reglas, principios y
    valores que
    hagan posible el cambio institucional necesario
    (Neoinstitucionalismo) para que los Gobiernos y
    Administraciones Públicas sean capaces de generar
    consensos entre aquellos actores críticos capaces de
    articular respuestas conjuntas a los problemas sociales
    (Policy Networks) mejorando de forma continua la calidad
    de las políticas y de los servicios
    públicos (Nueva Gestión
    Pública
    )" (NOTA 19) (Criado Grande y otros; 2002:
    31).

    Al decir de estos autores, el gobierno
    electrónico así definido "propone un nuevo modelo
    relacional e interactivo de Gobierno cuyo reto consistirá
    en garantizar la gobernabilidad de las sociedades. Esta
    gobernabilidad será posible en la medida que la
    acción política, social y económica sea
    capaz de formularse de manera consensuada teniendo presentes las
    necesidades y demandas del conjunto de la sociedad para ofrecer
    respuestas y resultados adecuados que permitan resolver los
    problemas, cada vez más complejos, de manera efectiva.
    Sólo así será posible recuperar la
    legitimidad y la confianza en las instituciones
    públicas. "(ídem, p. 45).

     

    2 – El mundo real – Hacia una
    nueva institucionalidad

    Durante la década de los ’90, primero
    lentamente y luego con un crecimiento exponencial, un "tercer
    sector" comienza a cobrar forma haciéndose cargo de los
    temas sociales abandonados por el Estado y
    nunca contemplados por el mercado. La urgencia que impone el tipo
    de problemas que quedan desatendidos, además de la
    magnitud que alcanzan, empuja a la sociedad a actuar. La
    distancia que separa a los dirigentes de las necesidades de la
    gente, y el descreimiento y la desconfianza de la sociedad
    respecto a sus representantes, instan a buscar nuevas formas de
    incidencia (NOTA 20).

    La escena pública se puebla así de nuevos
    actores, expresión de la diversidad y complejidad de
    problemáticas que enfrentan hombres y mujeres en los
    albores del nuevo milenio. Durante los segundos ´90, las
    TIC, la Internet y una lógica
    de organización en red facilitan el tejido de lazos
    sociales que van "enredando" individuos y organizaciones.
    Los nuevos movimientos sociales, aunque limitados por sus
    recursos y posibilidades de acceso, comienzan a apropiarse de la
    potencialidad de las TIC, y de la Internet como medio de
    comunicación interactivo y democratizador tanto del acceso
    como de la producción de información. (NOTA
    21)

    Estas organizaciones sociales comienzan actuando en
    forma aislada, para luego confluir en redes de organizaciones
    donde encuentran un espacio de interacción que les permite
    articular sus acciones con
    otras organizaciones, potenciar su capacidad de incidencia en las
    políticas públicas, y aumentar las oportunidades de
    acceder a los recursos del estado o de los organismos de financiamiento
    que, en muchos casos, son la única fuente de ingresos para
    estas organizaciones.

    Estas instancias de participación
    democrática donde confluyen actores heterogéneos se
    constituyen en espacios sociales y políticos donde se
    democratiza información y se genera conocimiento social,
    al pensar soluciones concretas a los problemas reales que
    enfrenta la sociedad.

    En la misma medida, comienza a delinearse un enfoque del
    desarrollo local entendido desde una perspectiva integral que
    permite interrelacionar cultura, necesidades, recursos, capital humano,
    actores y entorno. Esta concepción intenta pensar el
    desarrollo local como instancia superadora de la dualidad entre
    público/privado y entre Estado/mercado,
    entendiéndolo como un proceso capaz de integrar ambas
    visiones en decisiones consensuadas entre los diversos actores
    locales, en el marco de la búsqueda de soluciones para los
    complejos problemas que enfrentan las sociedades. Estas
    instancias de participación democrática son
    percibidas como la oportunidad de reconstruir una red de contención
    social que re-instale a los individuos en un entramado de
    relaciones que les permita reconstruir su identidad y
    que a la vez devuelvan el sentido a la política (Mires;
    1994: 101), además de promover la recuperación del
    rol del Estado como copartícipe en la elaboración
    de soluciones promoviendo su involucramiento en estos escenarios
    de co-gestión de la "res pública" entre
    Estado y sociedad.

    Paralelamente, desde la segunda mitad de los ’90
    comienza un proceso de reforma institucional en numerosas
    ciudades de la región – entre ellas San Pablo,
    Buenos Aires,
    Rosario, Porto Alegre-, que avanza de la mano de: la
    jerarquización constitucional, creación,
    reglamentación y puesta en funciones de nuevos
    instrumentos institucionales para la participación política; el proceso
    de descentralización administrativa del
    gobierno; la construcción de espacios cogestivos de
    articulación de actores a nivel microlocal.

    Se introducen así una variedad de instrumentos de
    democracia participativa directa y semi-directa, como ser el
    Presupuesto
    Participativo; las Audiencias Públicas; los Consejos
    Consultivos Honorarios; la elaboración participativa del
    Plan Urbano
    Ambiental; los Consejos co-gestivos y descentralizados para
    abordaje de problemas de Niñez y Adolescencia,
    de la Mujer, de
    Seguridad y
    Prevención del Delito; el
    derecho de iniciativa para la presentación de proyectos de
    ley; la
    consulta popular mediante referéndum; la solicitud de
    Revocatoria de
    Mandatos; las Defensorías del Pueblo y las Oficinas de
    Defensa del Consumidor. En función de estas pautas
    constitucionales, la voluntad política, indispensable para
    su concreción, hizo posible que se encararan diversas
    iniciativas tendientes a hacer realidad la participación
    de los vecinos en las decisiones a través de la
    implementación de estos instrumentos políticos,
    valiendo como ejemplo el proceso de Presupuesto Participativo en
    ciudades como San Pablo, Rosario, Buenos Aires, Porto Alegre; las
    Asambleas de Vecinos para el Plan de Prevención del Delito
    en Buenos Aires; las reuniones barriales para el Plan Urbano
    Ambiental en varias ciudades de la región; y poniendo en
    funcionamiento organismos como el Consejo de los Derechos de Niños,
    Niñas y Adolescentes;
    la Defensoría del Pueblo y Defensa del
    Consumidor.

     

    3 – Conclusiones –
    Cómo conectar los conceptos con la
    realidad

    José ArocenA (NOTA 22) afirma que en
    Latinoamérica, "la democracia está sometida a la
    prueba del desarrollo", situación que puede comprobarse a
    través de los altos índices de "distanciamiento,
    pérdida de confianza y falta de credibilidad" (PNUD; 2004)
    de los ciudadanos respecto a sus instituciones políticas
    representativas como consecuencia del fracaso de las
    políticas sociales implementadas por gobiernos elegidos
    democráticamente.

    El incumplimiento de las promesas electorales
    relacionadas con los derechos sociales opaca los progresos
    alcanzados durante los últimos veinte años en la
    consolidación de los derechos civiles y políticos
    (NOTA 23) en la región. Sin embargo, coincidiendo con
    Guillermo O¨Donnell (O´Donnell; 2004), podemos decir
    que existe una combinación mínima de derechos
    sociales, civiles y políticos, propia de cada contexto
    social, político y nacional, por debajo del cual la
    insatisfacción de cualquiera de esos derechos implica el
    fracaso del sistema. Podemos decir que el acceso a los bienes y
    servicios materiales y simbólicos que garantizan la
    subsistencia, la salud, la educación, la
    comunicación y la información, la
    participación política, la incidencia en las
    decisiones que afectan la propia vida, son requisitos cuya
    satisfacción universal es necesaria para considerar al
    sistema político democrático como salvaguarda del
    desarrollo humano. América
    Latina, aún con altos índices de democracia formal,
    ha fracasado en la garantía de los derechos sociales. El
    retroceso sufrido en la distribución equitativa de la
    riqueza, y consecuentemente la exclusión permanente de
    amplios sectores de la sociedad al acceso a los bienes y
    servicios básicos para la subsistencia son la
    constatación empírica más contundente de que
    el sistema necesita ser reformulado. Un sistema político
    cooptado por el poder económico y por los intereses
    personales, que funciona en base al clientelismo, las prebendas y
    la delegación personalista – antes que la
    representación – genera un tipo de gobernabilidad que
    bloquea el desarrollo. Un régimen democrático
    delegativo que funciona bajo esas pautas genera mecanismos de
    resolución
    de conflictos a través de la cooptación de los
    potenciales nuevos actores mediante mecanismos clientelistas,
    populistas, prebendarios y la mayoría de las veces a
    espaldas de la opinión
    pública inhibiendo la evolución del propio
    régimen hacia nuevas formas de búsqueda de
    consensos y de legitimidad. Valga como ejemplo el caso argentino,
    donde un régimen de estas caractarísticas
    lideró una transformación que en el lapso de una
    década instaló la condición de "dual" en
    nuestra sociedad: los incluidos en el sistema global, gozando de
    altos índices de acceso a educación, salud,
    servicios y mercados; y los
    excluidos no sólo de los beneficios de la globalización, sino también del
    acceso a los bienes y servicios básicos para la
    subsistencia.

    ¿Cuáles son las barreras al desarrollo que
    este modelo de democracia delegativa presenta y cuyos efectos
    pueden notarse en las prácticas y cultura
    políticas? (NOTA 24)

    • Escasa responsabilidad por las acciones
      públicas
    • Escasa rendición de cuentas de los
      funcionarios
    • Altos grados de corrupción en todos los niveles de
      gobierno
    • Autonomización de la clase
      dirigente: políticos, empresarios y
      sindicalistas
    • Alianzas corporativas entre la clase dirigente local
      y los intereses transnacionales
    • Permeabilidad del Estado ante las presiones
      internacionales
    • Cultura delegativa, desinterés del ciudadano
      por la "cosa pública"
    • Falta de compromiso general con el destino
      colectivo
    • Compromisos débiles, identidades
      inestables
    • Exacerbación de la competencia y
      falta de cultura colaborativa
    • Excesiva dependencia de los liderazgos
      políticos
    • Fortalecimiento del régimen presidencialista,
      con su consecuente desequilibrio entre los poderes.

     

    ¿Cuáles son las barreras al desarrollo que
    el modelo de inserción en la SIC impone, guiado por el
    mercado y por políticas públicas decididas en el
    contexto antes descripto? (NOTA 25)

    • Una brecha digital que se superpone a las brechas
      sociales existentes, a través de:
    • Tarifas inaccesibles para amplios sectores de la
      población
    • Acceso desigual a la infoestructura (NOTA 26)y a la
      infocultura (NOTA 27)
    • (desigual cobertura geográfica y
      social)
    • Potenciación de los servicios avanzados
      orientados a los mercados más rentables, y escaso
      desarrollo de contenidos y servicios que faciliten la
      apropiación social de las TIC por parte de los sectores
      más relegados
    • Amplia cobertura de servicios orientados al
      entretenimiento y al consumo, y
      escaso desarrollo de aplicaciones orientadas al desarrollo
      humano
    • Orientación del desarrollo de la "nueva
      economía" bajo el criterio exclusivo de industria
      dinamizadora de la economía, sin complementar con los
      criterios de industria facilitadora del desarrollo
      humano
    • Inserción en la economía global
      respondiendo más a la lógica de "ofrecer un
      mercado de oportunidades" que a la de "aprovechar las
      oportunidades del mercado". Nos insertamos más como
      consumidores que como productores de bienes y servicios
      globales
    • Ampliación de oportunidades para los
      integrados a la economía global, debilitando el mercado
      interno y la inserción de las PyMEs y de los
      excluidos

     

    La inserción de Latinoamérica en la SIC es
    una oportunidad histórica para reconsiderar que tipo de
    sociedad queremos construir. La constatación del fracaso
    de los modelos de
    desarrollo y de inserción en la SIC delineados en los
    ´90 nos enfrentan a la pregunta por los usos y aplicaciones
    de las TIC que pueden contribuir al diseño
    de un modelo de desarrollo inclusivo, participativo y plural para
    la región. La utilización de las TIC en
    aplicaciones que contribuyan al fortalecimiento de una democracia
    orientada al Desarrollo Humano (Prats; 2001) habilitaría
    nuevos campos de "apropiación social y uso con sentido"
    (NOTA 28)de estas tecnologías, impactando positivamente en
    la creación de capital social (NOTA 29) a través de
    la consolidación de espacios multidisciplinares y
    heterogéneos de actores autónomos que deliberan
    para alcanzar el consenso nutridos de información y
    conocimientos que se democratizan en estos entornos de
    aprendizaje social y colaborativo, recuperando para el ciudadano
    su condición de "agente" a la hora de diseñar la
    sociedad en la que participa y vive.

    La necesidad de fortalecer la gobernanza y
    gobernabilidad democráticas habilitadoras de desarrollo
    humano, como requisito para revertir el sub-desarrollo
    social, político, económico y humano de la
    región, imponen subordinar las politicas de e-gobierno y
    e-democracia a las necesidades impuestas por el gobierno y la
    democracia reales, integrando las decisiones de políticas
    TIC para un uso estratégico enrolado en el logro de los
    objetivos de un fortalecimiento democrático que habilite
    el desarrollo humano.

    Una e-democracia al servicio del desarrollo humano debe
    favorecer la ampliación de actores autónomos
    informados y preparados para la participación en la
    elaboración de propuestas y en la toma de decisiones de
    políticas públicas que afectan en forma directa su
    vida.

    Los procesos de generación y difusión de
    información y conocimiento que ocurren en el marco de los
    procesos participativos que se desarrollan como consecuencia de
    la implementación de los instrumentos de democracia
    directa o semi-directa que constituyen una democracia
    deliberativa o participativa encierran la clave para determinar
    los usos con sentido y la apropiación social de las TIC.
    La aplicación de las TIC para el fortalecimiento y la
    ampliación de estos procesos será de vital
    importancia para lograr una inserción positiva en la SIC
    de nuestra región, habilitando un círculo virtuoso
    de desarrollo en el cual la democracia real y la democracia
    virtual permitan neutralizar y superar las barreras que un
    sistema democrático delegativo viciado de clientelismo,
    prebendas y concentración del poder cerró frente a
    nosotros instalando la dualidad social, y permitir así
    recuperar la condición de ciudadanos-agentes para los
    habitantes de Latinoamérica.

     

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    Notas

    [1] – PNUD; Informe Mundial sobre Desarrollo
    Humano. "Profundizar la democracia en un mundo fragmentado".
    2002.
    Disponible en: http://www.undp.org/hdr2002/espanol/.

    [2] – Seguimos la definición de
    gobernabilidad seguida por Joan Prats (Prats; 2001):
    Gobernabilidad: "un sistema social es gobernable cuando
    está estructurado sociopolíticamente de modo tal
    que todos los actores estratégicos se interrelacionan para
    tomar decisiones colectivas y resolver sus conflictos conforme a
    un sistema de reglas y de procedimientos formales o informales
    – que pueden registrar diversos niveles de
    institucionalización – dentro del cual formulan sus
    expectativas y estrategias".

    [3] – Al respecto afirma Joan Prats (Prats;
    2001): "el conflicto
    puede resolverse – positivamente- en nuevas reglas de juego
    que incentiven el desarrollo mediante los cambios institucionales
    necesarios o -negativamente- mediante la ampliación de la
    coalición distributiva a los nuevos actores, sin alterar
    la institucionalidad -patrimonialista, populista, clientelar,
    caudillista, mercantilista, corporativa (…) – que bloquea
    el desarrollo."

    [4] – El marco conceptual ha sido extractado de
    (Goldstein; 2004)

    [5] – Para ampliar estos conceptos ver (Castells;
    1997; 41-42)

    [6] – Adaptado de (Castells; 1997:
    87-90).

    [7] – Castells define esto como "el pasaje del
    espacio de lugares al espacio de flujos", en el que "se
    jerarquizan los espacios en función de su
    interconexión en red y de los flujos que por él
    circulan, los espacios están determinados por su
    conexión a la red más que por su relación
    con sus entornos territoriales" (Castells; 1997: 409) Siendo que
    "el espacio reúne aquellas prácticas que son
    simultáneas en el tiempo …el espacio de los flujos
    es la
    organización material de las prácticas sociales
    en tiempo compartido que funcionan a través de los flujos"
    entendiendo por flujos "las secuencias de intercambio e
    interacción determinadas, repetitivas y programables entre
    las posiciones físicamente inconexas que mantienen los
    actores sociales en las estructuras
    económicas, políticas y simbólicas de la
    sociedad" (idem, p.445). Las prácticas sociales dominantes
    en la Sociedad de la Información no se basan en la
    contigüidad. (ibidem). Para ampliar estos conceptos ver idem
    Cap. 6.

    [8] – Castells define esto como el pasaje del
    tiempo lineal al "tiempo atemporal", caracterizado por la ruptura
    de la percepción "lineal, irreversible, medible y
    predecible" (1997: 466) del tiempo durante la modernidad. Esta
    ruptura es producto de la
    velocidad de las transacciones en el espacio de flujos; la
    flexibilidad para la toma de decisiones; la desagregación
    del trabajo en el
    proceso laboral; una
    nueva articulación del tiempo laboral y el tiempo de la
    vida; la flexibilización de los límites
    biológicos y por lo tanto los modelos de vida. Para
    ampliar ver idem Capítulo 7.

    [9] – Traducción propia. Texto original:
    ""electronic democracy" is any democratic political system in
    which computers and computer networks are used to carry out
    crucial functions of the democratic process – such us
    information and communication, interest articulation and
    aggregation, and decision-making (both deliberation and voting)."
    (Hagen; 1997: 2)

    [10] – En inglés e-government.
    Según Tesoro, Arambarri y González Cao:
    "expresiones "Gobierno electrónico", "Gobierno digital",
    "Gobierno en línea", "Administración
    electrónica" y "Estado digital", como equivalentes a las
    anglosajonas "electronic government" "e-government" o "e-gov",
    pretenden aludir a un "nuevo" paradigma tecnológico
    asociado a la prestación telemática de servicios por parte de los
    poderes públicos" (Tesoro y otros; 2002: 3)

    [11] – Traducción propia. Versión
    original "the continuous optimization of service delivery,
    constituency participation, and governance by transforming
    internal and external relationships through technology, the
    Internet, and new media.". Fuente: Gartner Group, "Key Issues in
    E-Government Strategy and Management," Research Notes, Key
    Issues, 23 May 2000. Citado en (Seifert, Petersen;
    2001)

    [12] – La "gobernanza" es entendida como la
    capacidad de ejercer el poder para ejecutar las decisiones de
    gobierno.

    [13 ] – La "gobernabilidad" es entendida como la
    capacidad de construcción del consenso que sustenta las
    decisiones de gobierno.

    [14] – Ver UNESCO E-Governance Capacity Building
    Project. Disponible en: http://portal.unesco.org/ci/ev.php?URL_ID=4404&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201&reload=1077214445Page

    [15] – Ibidem.

    [16] – Traducción propia. Texto original :
    "Improving government processes: e-Administration; connecting
    citizens: e-Citizens and e-Services; building interactions with
    and within civil society: e-Society" (Heeks; 2001:4)

    [17] – Los autores aclaran: "En este ensayo se
    sostiene que la variable GE [Gobierno Electrónico] puede
    considerarse como independiente, interviniente o dependiente
    respecto de la calidad de vida de las comunidades: a)
    independiente cuando se la visualiza como disparadora o efectora
    de una mejor calidad de vida; b) interviniente cuando se supone
    que el GE genera condiciones adecuadas para que otras variables
    comunitarias catalicen transformaciones que contribuyan a una
    mejor calidad de vida, o c) dependiente cuando se supone que los
    impactos sociales del GE están determinados por la
    "calidad de vida" de la comunidad analizada; por ejemplo, que no
    podrían esperarse impactos socialmente significativos del
    GE en una comunidad cuyas dirigencias
    político-burocráticas degradan las instituciones
    violando –reiterada e impunemente- preceptos,
    garantías y derechos constitucionales, en perjuicio de la
    ciudadanía y de la credibilidad del país en el
    mundo." (Tesoro y otros; 2002: 5). (El resaltado en negrita es de
    los autores).

    [18] – Los autores definen como "factores
    condicionantes del gobierno electrónico: "al conjunto de
    parámetros políticos, económicos,
    administrativos, sociales y culturales que favorecen, potencian,
    acotan, restringen o inhiben la inserción, los recursos,
    los procesos, los productos, los
    resultados y los impactos del GE en una comunidad." (Tesoro y
    otros; 2002: 19).

    [19] – La bastardilla es de los
    autores.

    [20] – Ver (Goldstein; 2004).

    [21] – Idem.

    [22] – Ver en (Arocena; 1995: 36).

    [23] – Para ampliar los conceptos de
    ciudadanía civil, política y social ver (PNUD;
    2004: 73 a 136)

    [24] – Puede ampliarse este análisis en
    (Goldstein: 2004).

    [25] – Ibídem.

    [26] – Seguimos la definición del IDH
    Venezuela 2002 (PNUD-Venezuela; 2002: 14-15): Infoestructura: "Se
    incluyen, entre otras, las tecnologías de las
    telecomunicaciones, del almacenamiento y recuperación de
    información, de las interfaces, de la
    digitalización, de la conmutación, integradas y
    potenciadas por las tecnologías de la comunicación.
    Incluye lo que se conoce como "hardware", junto con todo el
    universo de
    programas
    básicos y de aplicación ("software"), y los registros de
    contenidos en las distintas áreas de
    aplicación".

    [27] – Seguimos la definición del IDH
    Venezuela 2002 (PNUD-Venezuela; 2002: 14-15): Infocultura: "Es
    aquella parte de la cultura orientada a comprender y usar de la
    mejor manera la infoestructura para resolver los distintos
    problemas que se presentan en el devenir de la sociedad. En el
    estrato cultural se destaca la importancia de la
    organización, de las regulaciones, de las competencias, de
    los contenidos, de las actitudes y de las
    responsabilidades".

    [28] – Para ampliar estos conceptos ver (Camacho;
    2003)

    [29] – ara ampliar el concepto de capital social,
    y su importancia determinante para la superación de la
    pobreza en
    Latinoamérica ver (Atria y otros; 2003).

     

    Roxana Goldstein

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