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Discurso literario de la narrativa y lírica de Baltazar Azpur Palomino: acercamientos a una semiótica literaria



    1. Introducción
    2. Fundamento
      semiótico
    3. Acercamiento semiótico al
      discurso literario de Baltazar Azpur
    4. Conclusiones

    INTRODUCCIÓN

    En el año 2002, en el curso de Semiótica, que
    se dicta en la especialidad de Lengua y Literatura de la Facultad de Ciencias de la Educación
    de la Universidad Nacional de San
    Cristóbal de Huamanga, tuve la oportunidad con mis alumnos
    de entonces de iniciar el análisis de los textos de
    Baltazar Azpur incluidos en el poemario "Canto a la Naturaleza" (un año
    después tuve la misma oportunidad de realizar los
    análisis semióticos con otro texto muy singular:
    Sólitos e Insólitos).

    Fue una experiencia cautivante, en tanto los estudiantes
    todavía estaban afincados (como creo aún lo están)
    en un terreno más fácil: el de la crítica impresionista que
    explica el texto literario como expresión del autor,
    individual y genial, o bien como producto del marco
    histórico, reflejo pasivo cuya génesis esta en otras
    praxis como la política, la economía, etc. Esto, ahora lo
    entendemos es propio de pre-formalistas.

    Digo cautivante entonces porque se desarrolló en
    clases una suerte de creencia en la palabra en lucha contra el
    contexto, de exploración del texto literario contra la
    exploración sociocultural. Ambas sin duda tiene el
    mérito de explicar el texto literario, pero lamentablemente
    la segunda es una oportunidad de hablar del dato antes de
    cómo se organiza el texto literario y cuáles son sus
    proyecciones de sentido; como expresa Huamán el objeto de
    la investigación no es el
    significado o el valor, sino las modalidades de
    producción y
    recepción de sentido
    . La denominación poética
    cobra valor no en relación con su destino
    extralingüístico, sino en su rol de organizadora de
    los sentidos del texto. Como
    Mukarovsky lo diferenciara: la literatura es función estética que se concentra
    en el signo mismo antes que función expresiva que pondera al
    sujeto "emisor".

    Pero el anterior análisis literario parece estar
    perpetuado, al menos esto sucede en las Facultad de Ciencias de la Educación que cuentan con
    especialidades, de donde provengo, por la práctica didáctica
    ("¿qué quiso decir el autor?"). Aunque muchos docentes universitarios saben
    que el formalismo ya desarticuló estos abordajes buscando en
    la literatura lo que la identificaba, su
    especificidad.

    Blanco afirmó que es fácil realizar una
    lectura contenidista de los
    textos antes que una lectura analítica, y con más
    seguridad afirma que los docentes
    que siguen el Plan Curricular con este tipo de
    contenidos historiografistas prefieren el contenido extratextual
    antes que el intratextual – lo que equivale para él –
    el abordaje extralingüístico que poco tiene que ver con
    la ficción, lo poético o lo representativo
    dramático.

    Llegar a los textos de Azpur a través de la sus
    textos fue también una experiencia gratificante; Baltazar,
    fiel al primer estadio de la semiótica y sus
    prolégomenos ideológicos, lingüísticos,
    desarrolló la idea de que el autor real era también el
    autor implícito. Aunque no toca el tema en sus textos
    críticos, es bastante obvia la propuesta. Era el primer
    Greimas, al que conocía perfectamente Baltazar
    Azpur.

    Sin embargo, el conocimiento creativo y el
    crítico difieren en tanto el creativo tiene significado de
    libertad como lo crítico,
    en la actualidad significa libertad interpretativa como lo
    confirma la hermosa y contundente frase del último Greimas
    (en Greimas podemos reconocer 3 ó 4 estadios semióticos
    que desarrolló a profundidad) hablar del sentido es un
    sinsentido
    .

    Todo lo cual me llevó a revisar la amplia bibliografía semiótica a mi alcance,
    pero esta ciencia, disciplina o metodología de trabajo ha ido creciendo tanto
    que es más fácil reconocer los principios de operación
    semiótica antes que conocerlo todo. Como digo, esto me
    llevó a dudar de la relación texto y método, que Pagnini
    había resuelto manifestando que el método no le calza
    al texto sino el texto debe calzar a determinado método con
    la aseveración semiótica de que todo texto (incluimos
    aquí al film, la historieta, un cuadro, etc.) es posible de
    explicarlo. Entonces entreví la otra semiótica, la
    semiótica de Eco, que tiene diferente raíz a la
    europea, que se presta más analítica y me
    atrevería a decir, con mayor importancia dentro de la
    explicación de los sistemas de signos en la época
    actual.

    Entre todas las críticas que se realiza a la
    semiótica está que ésta es hija del positivismo tardío, sin
    embargo aunque no se la considere ciencia o disciplina es una
    herramienta útil para toda forma de explicación
    ideológica; se la acusa de reducción de lo
    estético a lo lógico – matemático, a lo que
    Lotman responde que Marx sobre la teoría del conocimiento
    científico explicaba que la ciencia sólo alcanza
    la perfección cuando logra utilizar la matemática; también se
    la acusa de intralingüística, pero la semiótica
    tiene como base metodológica del estructuralismo es la
    dialéctica porque, tributaria del estructuralismo, para la
    semiótica el texto literario es elemento de una unidad
    estructural más compleja, por tanto la semiótica no es
    adversaria del historicismo sino más bien tiene la necesidad
    de comprender las distintas estructuras artísticas
    como elementos de unidades más complejas -la «cultura», la
    «historia»-, lo que
    constituye ahora una tarea vital en la crítica
    literaria.

    No es la matemática y la lingüística en
    lugar de la historia
    , sino la matemática y la
    lingüística junto con la historia: ése es
    el camino del estudio estructural, ése es el círculo de
    aliados del investigador literario, afirma Yuri Lotman. Se la
    acusa también de regodearse en sí misma pero la
    semiótica no pretende una posición exclusiva en la
    ciencia porque en la auténtica ciencia tampoco puede haber
    semejante posición.

    De afán de exclusividad pecan más bien los
    críticos del estructuralismo. Se la acusa de tomar partido
    por el contenido antes que por la forma (el ritmo, la estrofa, la
    rima, la composición y el estilo) que conecta a una serie
    cultural e histórica como referiría Tinianov, sin
    embargo en la Investigación Literaria se estudia la obra en
    la serie de los demás monumentos del pensamiento social, y, por la
    otra, se examinan. No hay ningún nexo
    obligatorio entre estas dos investigaciones, en esencia
    independientes. En el primer caso, el investigador literario se
    convierte, de hecho, en un historiador del
    pensamiento social, desatendiendo la especificidad
    artística del material investigado. En el segundo, se
    enfrenta inevitablemente a la interrogante: ¿pero
    qué significan las observaciones formales hechas por
    él?
    Como observara Lotman hay una aproximación a
    los elementos del texto artístico que tradicionalmente se
    consideraron «formales», con el fin de determinar su
    significado cargado de contenido.

    A mediados del siglo XIX, el especialista universitario
    debía conocer las lenguas antiguas y habilidad para realizar
    pesquisas textológicas, comentarísticas y
    biográficas. Actualmente este especialista debe conjugar un
    amplio dominio del material
    empírico adquirido independientemente, con hábitos del
    pensamiento deductivo elaborado por las ciencias exactas. Debe
    ser un lingüista, poseer práctica en el trabajo con otros sistemas
    modelantes, estar al corriente de la ciencia psicológica y
    perfeccionar constantemente su propio método científico. Y
    continuando con Lotman este especialista debe educar en sí
    mismo el pensamiento tipológico, no aceptando nunca como una
    verdad definitiva la interpretación a la que
    está acostumbrado.

    El camino actual de la semiótica ha transitado por
    el desconocimiento absoluto de su elemento mínimo de
    sentido, por las operaciones de
    racionalización de los argumentos a partir de lo explicados
    por Hjemslev, por un traslape del cuerpo a las pasiones (augurada
    todavía por Greimas), por la caza de lo pasional a partir de
    formas lógicas, por su inicial base lingüística y
    su actual interdisciplinariedad,
    etc.

    Con lo anterior espero haber explicado la varia
    orientación que ha tomado la semiótica en el campo de
    las humanidades. Para concluir debo agradecer las discusiones en
    clase con los alumnos de aquel
    entonces, como a las pláticas con mis colegas universitarios
    que, de una u otra forma, todavía tenemos fe en la
    lingüística clásica de raigambre saussuriana; a
    mis amigos de la San Marcos, en especial a Juan Gensollen, el
    Equito limeño como lo llamo cariñosamente.

    CAPITULO I

    FUNDAMENTO
    SEMIOTICO

    1.1. ESTUDIOS SEMIOTICOS

    Los fundadores de la semiótica son Charles Pierce,
    filósofo norteamericano, creador del término
    Semiótica (Semiotics). Del otro lado del Atlántico
    tenemos a otro fundador como es Ferdinand de Saussure,
    lingüista suizo, francófono que habló sobre una
    forma social de los signos a la cual designó como
    semiología.

    Numerosas discusiones se han establecido desde entonces
    por la denominación de Semiótica o Semiología. Hoy
    en día el término de Semiótica ha ganado espacio y
    aceptación dentro de la comunidad científica
    mundial, por eso la mayor parte de sus trabajos se desarrollan en
    el ámbito de la Literatura y de la cultura.

    La semiótica es una disciplina encargada del
    estudio de los signos, es decir, de la producción del
    sentido por parte de los sistemas de signos, sean estos
    lingüísticos o no. El lenguaje humano es uno de
    estos sistemas lingüísticos que la semiótica
    estudia.

    Saussure definió la semiótica como una
    disciplina que estudiará los signos en el seno de la vida
    social. Esto lleva a incluir la convencionalidad, lo que implica
    el estudio de los códigos (leyes de esos signos),
    imprescindible en Semiótica.

    Umberto Eco, por su parte, define la semiótica
    – siguiendo la corriente de lo que pronto se llamará
    la Semiótica Triádica Tributaria de Peirce –como
    el estudio de la cultura como comunicación. Entre otros
    aportes también está la Semiótica de la Cultura
    impulsada por Yuri Lotman y la Semiótica de las Pasiones y
    de los Cuerpos que se dirigen a ocupar un espacio superado dentro
    del análisis del signo: tomar el sistema de signos como la
    explicación de lo racional a través de lo
    emocional.

    1.2. SEMIOTICA Y CULTURA

    La Semiótica estudia todos los procesos culturales como
    procesos de comunicación, es decir, aquellos procesos en los
    que entran en juego agentes humanos que se
    ponen en contacto sirviéndose de posiciones sociales, los
    códigos. De forma que la semiótica es una ciencia que
    atiende a la convención y no a la naturaleza. Esto quiere
    decir que ver la cultura como comunicación no significa que
    sólo sea comunicación; pero si se puede entender mejor
    la cultura si se analiza desde el punto de vista social porque
    obedecen a ciertas leyes semióticas. La semiótica se
    sirve de los resultados de la Lingüística, pero no
    todos los fenómenos comunicativos se pueden explicar desde
    categorías lingüísticas. Al campo semiótico
    le corresponde desde sistemas de comunicación naturales a
    procesos más complejos.

    1.3. DE LA LINGÜÍSTICA A LA
    LITERATURA

    La semiótica tuvo un recorrido amplio. Veamos. La
    semiótica que fluye de Saussure será la semiótica
    literaria y el estructuralismo. De esta parte es importante el
    paso de la lingüística a la literatura resultando
    fundamental el estructuralismo, que surge en los años 60 a
    los 70, para salvar a los estudios literarios de la crítica,
    análisis y comprensión textual ese impresionismo que los ahogaba. En
    este trayecto tenemos, por ejemplo, a los formalistas rusos
    (1910-1915). Se ahí al estructuralismo checo (1920) y
    francés (1960 – 70).

    Los elementos literarios van a empezar a analizarse como
    se hacía con los lingüísticos. Se buscan unidades
    mínimas del relato, se habla de Gramática y Sintaxis del
    relato, se equipara el texto a una oración, etc.

    Formalmente es con la lingüística como aparece
    la semiótica, el verdadero germen fundador es el formalismo
    ruso, y después el estructuralismo. Los formalistas rusos
    son los primeros en entender el arte y la literatura como
    comunicación; pero quienes desarrollan la idea son
    Mukarovsky y Vodicka.

    El estructuralismo en los años 20 se forma en
    Checoslovaquia por los formalistas que huyen de la represión
    rusa, entre ellos Jakobson.

    1.4. RELACIÓN QUE GUARDA LA SEMIÓTICA Y LA
    LITERATURA

    Mukarovsky formaliza la tesis de que la obra literaria
    forma parte de un proceso comunicativo. El
    arte es un signo, y como signo es un fenómeno de
    comunicación
    , por tanto adquiere significado sólo a
    través del acto de percepción, o de
    recepción. El arte es un hecho semiológico, y esto
    supone el inicio del estudio de la cultura como fenómeno
    semiótico. ("Una novela que no se lee, es una
    novela que no está escrita").

    Para él, entonces, el arte es el proceso de esos
    elementos: la comunicación entre el
    autor, la obra y el receptor.

    Mukarovsky afirma que toda obra de arte es la unión
    de un artefacto y un objeto estético. Es decir que los
    signos que forman la obra de arte en un primer momento son de
    naturaleza material y están desprovistos de sentido porque
    no han llegado al receptor y configuran lo que llama artefacto.
    En un segundo momento, cuando la estructura es asumida por el
    receptor se convierte en significativa y por tanto en objeto
    estético.

    Afirma que dado que el contexto social y cultural en el
    que se percibe el artefacto cambia, al mismo artefacto le
    corresponderán distintos objetos estéticos, y por lo
    tanto la interpretación y la valoración de la obra de
    arte cambian paralelamente. Es decir que los hombres en su
    transcurso histórico han ido constituyendo diferentes
    objetos estéticos sobre la base del mismo artefacto, lo que
    se llama pluralidad de interpretaciones y que está asociado
    a la naturaleza plurisignificativa y proteica del objeto
    estético, en la terminología mukarovskiana.

    Vodcka afirma que no sólo hay que considerar su
    existencia sino también su recepción porque la obra
    debe ser percibida, entendida e interpretada por una comunidad de
    lectores, es decir que la una obra es leída se convierte en
    la conciencia del lector en objeto
    estético.

    Por tanto, el artefacto siempre se mantiene, pero el
    objeto estético varía en el tiempo; lo que conlleva
    también una variación de esa interpretación y
    valoración. Tomemos como ejemplo que Shakespeare en el siglos XVIII
    era considerado un idiota, hoy es un genio: no cambia su obra en
    el tiempo (artefacto), sino la opinión de los lectores
    (objeto estético).

    Para Mukarovsky el valor estético evoluciona sobre
    el fondo de la tradición artística y en relación
    con el contexto social y cultural; se constituye en la
    relación entre el objeto y su recepción. Si el
    artefacto no es recibido, entonces su valor estético no
    puede ser real.

    1.5. LA SEMIOTICA CONTEMPORANEA

    En los años 60, ingresan en este tipo de
    análisis la lingüística, y se nota la influencia
    de las teorías de la información, de la cibernética y del trabajo
    con máquinas.

    Yuri Lotman, estructuralista y semiótico, en 1971
    publica uno de los estudios más exhaustivos del signo como
    estructura: La estructura del texto artístico,
    fundamental para cualquiera interesado en la semiótica.
    Afirma que el lenguaje es cualquier sistema
    organizado de signos que sirva para la comunicación entre
    dos o varios individuos, es decir que todo lenguaje posee reglas
    definidas de combinación que se formalizan en estructuras
    jerarquizadas, en un sistema.

    Para Lotman hay tres tipos de lenguaje: naturales
    (lenguas humanas); artificiales (codificadas sobre el lenguaje
    natural, morse, braille, señales de tráfico o
    los signos para sordos); y los lenguajes secundarios (estructuras
    de comunicación que se superponen a la lengua natural,
    literatura, arte, religión, mito, etc.)

    Así, el arte para Lotman desde la semiótica es
    un lenguaje secundario, es decir, un sistema modalizante
    secundario. Modalizante porque formaliza modelos de comprensión y
    construcción del mundo y
    la realidad. Y es secundario porque no remite a la lengua natural
    para su descodificación, sino que se superpone a ella,
    construyendo sus propios modelos.

    1.6. EL CÓDIGO LITERARIO DE LA
    SEMIOTICA

    Para Lotman, el lenguaje artístico tiene una
    estructura compleja que le otorga una extraordinaria capacidad
    para condensar una gran cantidad de información en el
    pequeño espacio de un texto. Para descodificar ese texto
    artístico, el lector no sólo debe acudir al modelo de la lengua natural,
    sino también tiene que acudir al propio modelo que dicho
    lenguaje artístico construye. Por lo mismo el lector de un
    texto literario debe conocer previamente qué código se usa para
    entenderlo (si es el español, inglés; los recursos de época; las ideas
    cifradas del contexto histórico, etc.)

    Entonces, el lector tiene que conocer el código
    literario, además de la lengua natural, para descodificarlo;
    además, debe relacionar las varias esferas de la cultura en
    el significado de un texto porque el texto se halla relacionado
    con sistemas de signos más amplios porque son también
    el resultado de una compleja dialéctica con el contexto
    social, por eso el texto literario es un producto semiótico
    que coexiste con otros sistemas semióticos en una compleja
    interrelación que conforma la cultura de cualquier
    época. Por eso, Lotman define la cultura como un
    texto.

    1.7. ESTRUCTURA SUPERFICIAL

    Siguiendo este mismo recorrido pero dentro de los marcos
    epistemológicos de la lingüística de raigambre
    saussuriana, el aporte de Hjemslev en los niveles de la
    estructura no es reconocido por Radoslav Ivelic K. quien afirma
    que estos dos términos no coinciden necesariamente con los
    de la Lingüística como él los emplea. Veamos
    cuáles son sus aportes que además tiene mucho que ver
    con lo referido por Yuri Lotman pero desde otra entrada
    semiótica.

    Para él, la Estructura Superficial está
    formada por Sistemas Extraestéticos como los
    representativos, históricos, psicológicos,
    filosóficos, sociológicos, etc. afirma que estos
    códigos no son superficiales en sí mismos. Y refiere
    que los denomina así porque al estar constituidos por
    sistemas de signos ya codificados, suponen un conocimiento previo de parte
    del destinatario.

    En cambio la estructura
    superficial
    implica dos tipos de actos semióticos en el
    artista, íntimamente unidos: el acto de referir y el
    acto de designar. A estos dos actos cabe agregar el
    acto de expresar, que corresponde a alguien para quien el
    signo funciona como tal; en el caso del arte, al
    apreciador
    , al contemplador, quien, – como refiere
    Umberto Eco – con su cooperación interpretativa va
    completando el sentido de la obra. Explica Ivelic que la
    denominación de estos tres tipos de actos en sus aspectos
    generales los toma de la terminología de Charles Morris de
    su obra "Fundamentos
    de la Teoría
    de los Signos". Para entender
    esta parte debemos hacer una acotación.

    1.8. SEMIOTICA EUROPEA VS SEMIOTICA
    AMERICANA

    Dentro del campo de la semiótica se reconoce dos
    caminos: la primera es la que principia Saussure, padre de la
    lingüística moderna y de la semiótica europea, y
    por otro lado la que principia en Peirce o padre de la
    semiótica americana.

    Ambos, si bien no son irreductibles tampoco manejan
    marcos epistemológicos semejantes, baste decir que uno, el
    de la Lingüística Europea se sitúa dentro de lo
    que conocemos la orientación diádica, y, del otro lado
    el de la orientación triádica que corresponde a Peirce.
    Esperamos tratar este tema más adelante.

    1.9. ACCIÓN SEMIÓTICA

    Para Ivelic, el acto de referir es la
    función que tienen los signos artísticos de aludir a un
    referente imaginario porque las imágenes plasmadas por el
    artista no coinciden con lo real. Afirma que la esencia de la
    obra no está obviamente en este acto, pero es su soporte
    necesario, incluso en el arte abstracto.

    El acto de designar consiste en relacionar un
    significante con un significado que alude a un
    referente.

    En el acto de designar distingue tres
    modalidades: representativa, abstractiva y
    simbólica.

    La designación representativa supone la
    presencia de la fase imitativa, representativa, del acto
    creativo: la obra es reproducción y
    producción. La designación abstractiva se da en
    el discurso filosófico y
    científico, pero también está presente en el arte,
    al servicio del acto creativo,
    por ejemplo, en las visiones de mundo que nos entregan las artes,
    la geometría, la arquitectura, la pintura, etc.

    Por último, la designación
    simbólica
    refiere al símbolo que es un signo que
    vale en sí mismo, capaz de irradiar significaciones siempre
    renovadas, que abren nuestro conocimiento, intuitivamente, al
    campo de lo que parece imposible de representar
    sensiblemente.

    Para Ivelic, la estructura profunda son dos actos
    semiótico-estéticos inseparables: fisiognomizar
    y simbolizar.

    Con el acto de fisiognomizar se ingresa a los
    aspectos propios de la creación artística. Es el hacer
    del artista que da los puntos de vista perceptuales propios de
    cada clase de arte, es jugar con imágenes que se hacen
    válidas en sí mismas para significar.

    Finalmente, el acto de simbolización
    estética
    supone la creación del
    símbalon, el símbolo específicamente
    estético.

    El símbalon nace en la obra de arte a partir del
    acto de fisiognomizar
    . Es inseparable de los medios de expresión de
    las artes. El símbalon alcanza su existencia en los
    modos de percepción específica en cada clase de arte. Y
    es aquí que nace la forma estética, de la cual
    brota una nueva significación, que sobrepasa las
    codificaciones de la estructura superficial. Al nuevo sentido que
    nace en la forma estética, y que es inseparable de
    ésta, lo denomina significancia estética. En el
    arte el símbalon hace de la imagen, imágenes que
    sólo pueden existir al interior de la obra de arte; por lo
    tanto son una ilusión, una arrealidad, pero como dice
    Picasso: "Una mentira que nos
    hace ver la verdad".

    1.10. LA REALIDAD SEMIÓTICA

    En el artículo la semiosis estética en los
    textos literarios
    , Manuel Ángel Vázquez Medel nos
    presenta una visión de la que hablamos en la introducción de este
    trabajo: Peirce y la literatura.

    Para Vásquez la Teoría Literaria del
    siglo XX asegura su pretendida cientificidad en un modelo
    teórico movedizo: la literatura que no es ninguna
    realidad material, sino fenoménica
    . Para Vásquez es
    fundamental entender que el punto de partida de la reflexión
    literaria no es otra que la convención social que acepta un
    texto como literario, pero contrariamente se acepta que la
    experiencia de nuestro análisis ha de ser individual
    en la comunicación literaria. Por lo mismo afirma que las
    premisas de la semiótica estructural no han sido superadas,
    sino sólo desplazadas.

    Este autor, Vásquez, infiere, desde una entrada
    pragmática válida desde el modelo semiótico porque
    en ella se sustenta e intenta incorporar el sistema
    extrasemiótico – porque es la percepción
    estética de un texto verbal la que, en definitiva, le
    confiere su consideración (individual y social) de texto
    literario, que la semiótica es comprensión del signo no
    sólo como signo de algo, sino, sobre todo, como signo
    para alguien.

    Como sabemos esto es pragmática: la relación
    del signo con un interpretante ha de formularse toda teoría
    acerca de la semiosis estética.

    Vásquez explica que todos los modelos parciales
    sobre el texto literario oscilan entre dos definiciones: la
    literatura es ‘arte de la palabra
    ; y que la
    literatura es todo aquello que una colectividad determinada en un
    momento y lugar determinados reconoce como tal
    . (Véase
    como ejemplo a ésta la periodificación propuesta por
    García Bedoya para el caso de la historiografía
    literaria a partir de este aserto).

    La primera definición para Vásquez es
    esencialista en sus raíces porque remite a su codificación verbal y su
    dimensión estética, ignorando lo histórico de los
    procesos de codificación/descodificación.

    La segunda, netamente sociológica, replantea la
    pregunta ¿qué es la literatura? o ¿por qué
    una colectividad determinada reconoce como literarios
    determinados productos verbales frente a
    otros no identificados como tales?

    Sin embargo la pregunta sigue siendo: ¿Qué
    convierte un mensaje verbal en una obra literaria?, o si
    queremos, ¿en qué consiste la
    literariedad?

    Refiere que en la actualidad saber con certeza que todo
    intento de encontrar "algo" presente en todas y en cada una de
    las obras literarias y ausente en los mensajes verbales no
    literarios está condenado al fracaso.

    Afirma que las reflexiones derivadas del esquema
    jakobsoniano de las funciones internas del lenguaje
    ocasionan más problemas de los que
    resuelven.

    Advierte que al respecto la semiótica no ha sido
    muy clara al respecto porque privilegió el estudio de todo
    cuanto de común tiene el texto literario con otros textos
    artísticos y no artísticos, reconociendo todos aquellos
    mecanismos, procesos y estructuras que rigen, orientan y
    sustentan la semiosis.

    1.11. POSTESTRUCTURALISMO
    SEMIÓTICO

    Para él con Charles Morris, en 1939, en "Esthetics
    and the Theory of Signs" y los últimos años, con el
    tránsito de la semiótica estructural al
    postestructuralismo semiótico, ha llevado consigo un cambio
    de perspectiva, en el que los objetos de investigación y las
    categorías también se han desplazado.

    Para él, el enfoque estático de la
    semiótica estructural ha sido sustituido por el dinamismo
    del postestructuralismo semiótico.

    La teoría ha ido yendo del código a los actos
    de habla; del signo al texto, de la estructura a los procesos de
    enunciación que la generan y dan razón de ella. La
    lengua literaria se ha transformado en teorías del texto
    literario. El componente pragmático de la semiótica ha
    ensanchado la óptica, desde la
    investigación del signo y sus procesos internos, hacia el
    análisis de la relación del signo con los restantes
    factores comunicativos, y se amplía la teoría del signo
    hacia el proceso en el que un signo material produce la
    semiosis.

    Esto es como decir que la experiencia histórica de
    un pueblo, alejado en el tiempo y en el espacio, reconoce
    determinadas configuraciones sígnicas como
    estéticas, independientemente de sus soportes
    materiales y códigos;
    esto supone una producción de sentido "estética",
    adicional a los significados que estos textos transmiten
    en el proceso comunicativo.

    Refiere que el pensamiento que lo guía es el de Eco
    quien afirma que la estética no alcanza su máximo
    carácter científico estableciendo
    científicamente (de acuerdo con leyes psicológicas o
    estadísticas) las reglas
    del gusto, sino definiendo el carácter
    a-científico de la experiencia del gusto y el margen
    que se deja en ella al factor personal y perspectivo. O como
    diría Jauss que en el análisis de la experiencia del
    lector de una época histórica determinada hay dos
    horizontes diferentes: el literario interno, implicado por la
    obra, y el entornal, aportado por el lector de una sociedad determinada donde la
    expectativa y la experiencia se enlazan entre sí, y por
    tanto se produce un momento de una nueva
    significación.

    1.12. PRODUCCION LITERARIA

    Desde una lectura de Marx asegura que el lector
    establece los márgenes de convergencia y divergencia con el
    objeto estético y es este proceso el que consagra la
    "dialéctica de lo estético".

    En resumen refiere que el hombre no se ha situado
    estéticamente ante cualquier objeto; siempre ha existido un
    canon (no intemporal) que ha fijado el carácter
    artístico de unos objetos frente a otros no considerados
    como tales.

    A esto nos referimos en esta investigación cuando
    afirmamos que la consideración de la literatura y el arte en
    general como comunicación ha sido desplazada por su
    consideración como producción, tanto en el
    proceso creador como en el proceso lector.

    Para Vásquez la semiosis estética será
    entonces la producción de sentido que se origina del proceso
    de lectura que transforma un espacio textual en texto. Esto nos
    lleva nuevamente a Lotman.

    1.13. COMUNICACIÓN SEMIOTICA
    LITERARIA

    Para Tanius Karma, miembro de número de la Academia
    de Comunicación y Cultura. Universidad Autónoma de la
    Ciudad de México (UACM). en su
    artículo La comunicación literaria. Notas para un
    debate teórico
    ,
    intenta delimitar los marcos explicativos en donde pueden
    encontrarse aspectos importantes de la discusión cuanto a
    semiótica literaria y sus proyecciones metodológicas
    con otros recursos teóricos.

    Para Karma la teoría literaria tiene como centro de
    su campo a la literatura pero éste puede ser visto desde su
    materialidad, como arte verbal, práctica significante, acto
    de comunicación. En este último aspecto refiere que la
    comunicación literaria es una configuración de las
    coordenadas específicas entre el emisor literario y el
    receptor. Siguiendo a Mayoral que afirma que la comunicación
    literaria se presenta en ausencia: destinador-destinatario no
    coparticipan del espacio temporal y que el mensaje en su
    dimensión formal tiene un cierto grado irreversible porque
    el receptor en este sentido coparticipa en modo distinto al que
    lo hace el autor de la comunicación literaria.

    Los textos literarios entran en complejas cadenas de
    transmisión que implican la presencia de mediadores que
    pueden modificar el significado de la obra. Los textos se pueden
    traducir, plagiar, parafrasear, criticar, adaptar a otras
    culturas, Todas estas cuestiones implican procesos que
    transducción, en el sentido que no es sólo
    divulgación, sino modos de transmisión con
    información; siempre se dice algo más o algo menos.
    Además refiere que la comunicación literaria tiene los
    rasgos de semantización de todos los constituyentes
    textuales y la ficcionalidad.

    Afirma que el rasgo característico del discurso
    literario, la ficcionalidad, además del debate despertado
    desde enfoques ontológico-semánticos, pragmáticos,
    estilísticos, antropológicos, es el debate entre el
    mundo real y el mundo ficcional, el "mundo como tal"
    versus el "mundo como si". Como afirma Pozuelo Yvancos
    "sin ficción, no hay literatura".

    Para Karma la idea de comunicación literaria en el
    formalismo y el posformalismo ruso además de romper con
    falacias más o menos extendidas en el siglo XIX sobre el
    "sentido biográfico" en el texto literario, según el
    cual éste es más o menos como una extensión de la
    vida del autor, o la "falacia intencional", que identificaba al
    texto con la intención de su autor al escribirlo, tuvieron
    como objetivo general definir los
    rasgos distintivos de la literatura a través de los procedimientos de su
    construcción formal, de su especial modo de ser
    lenguaje.

    Se refiere a Mukarovsky en el sentido de que éste
    estudia la literatura en su relación con la sociedad y sus
    grupos destinatarios. Y
    reconoce en Mukarovsky que concibe al arte en su valor
    comunicativo a través de las huellas sociales inscritas en
    la obra literaria, huellas lingüísticas y
    sociológicas que aseguran la función comunicativa del
    arte, como Vodicka que describe la literatura como circuito
    comunicativo literario. Para él, estos dos autores ven la
    obra de arte como un signo mediador entre dos o más
    participantes e implica a otros. El autor tiene en cuenta al
    lector en el momento de la creación, el lector a su vez,
    comprende la obra como hecha por un autor, de modo que la
    relación del autor con la obra no se distinga esencialmente
    de la del receptor con la obra; autor-receptor se encuentran
    implícitos en la obra y se confunden con la intencionalidad
    misma.

    Por su parte Jakobson en Lingüística y
    Poética
    , conferencia de clausura dada en
    1958 en la Universidad de Indiana, y publicado dos años
    después, desarrolla un modelo comunicacional con sus
    factores y funciones; es el primer caso de aplicación
    deliberada entre teoría de la comunicación y
    teoría del lenguaje. Jakobson tiene preocupación
    más lingüística que literaria; apunta cómo la
    estructura interna de la lengua y de los usos de la
    comunicación puede ser homóloga.

    1.14. LENGUAJE DE LA FICCION

    Para él, Mijail Bajtin, (Cf. 1989, 1992) a
    quien considera el creador de una "Poética
    Sociológica", es decir la idea que detrás de cada signo
    se esconde una ideología, presenta tres
    ámbitos téoricos: una teoría del sujeto (contra el
    psicoanálisis freudiano),
    una teoría del lenguaje (contra la lingüística
    estructural) y una teoría literaria más amplia (contra
    sus predecesores rusos).

    Afirma que Bajtin estudia la lengua como diálogo, no como
    código. No comparte el afán de enclaustramiento del
    estructuralismo. Las palabras del diccionario tienen valor
    neutro hasta en tanto son usadas en las situaciones sociales
    determinadas. Todo discurso se forma además de otro discurso
    que no es propio, ecos de otros enunciados de tal manera que toda
    emisión produce en sí misma una interacción
    dialógica.

    El texto para Bajtin es un sistema de signos concretos
    más todos los textos del pasado y los del presente y los que
    habrá en el futuro referidos a las mismas cuestiones. Cada
    texto, evoca una historia de textos, por tanto la
    metodología de Bajtin es ir en busca de las distintas voces
    que resuenen en un texto para escuchar el diálogo que
    entablan. La comunicación literaria es un acto de
    comunicación que incorpora también la voz del lector y
    que, a la vez, presenta muchas otras voces que resuenan al
    interior (polifonismo), por tanto la comunicación
    literaria es de una perspectiva colectiva y social que ve al
    mundo como plural, ubicada en su horizonte social e
    ideológico, con profundo sentido de la apertura y la
    intertextualidad, además todo ello tiene implicaciones en la
    metodología y forma de trabajo concreto que Bajtin
    canonizó sobre todos con sus estudios sobre Dostoyevski y
    Rabelais.

    1.15. TEXTO LITERARIO O DISCURSO
    LITERARIO

    Roland Barthes en los ´60 funda su noción de
    comunicación literaria en un contexto que consideraba las
    obras literarias bajo su estructura interna.

    La visión estructuralista implica una cierta
    negación del sujeto (y del proceso de recepción por
    ende) que ceden ante la importancia de la tarea descifradora de
    los códigos del texto en la creencia de considerar el texto
    como manifestación de una lengua en particular al que hay
    que describir en primer lugar el sistema en el que se
    inscribe.

    Posterior a esto aparece una tendencia
    postestructuralista y antiestructuralista en Derrida. Estos
    niegan la particularidad de la literatura y leen textos no
    literarios como si lo fueran, ya que por otra parte borran la
    frontera entre una y otra. En
    este sentido surge la figura de Barthes. Desde el Barthes
    más estructuralista en Elementos de Semiología y
    el partícipe de la antología El análisis
    estructural del relato
    , al segundo Barthes en El susurro
    del lenguaje
    o Lo obvio y lo obtuso.

    Para Karma, la aproximación de Barthes fue más
    heterodoxa que muchos de sus contemporáneos
    estructuralistas, además afrontó las consecuencias del
    autoritarismo académico (que es una reacción muy
    postestructuralista).

    Barthes rompe la distinción entre crítico y
    autor y llega a considerar que el texto sólo vive en la
    experiencia de su lector. Es decir que el autor no tiene una
    posición determinante en el sentido de su obra: el autor no
    habla sino el lenguaje.

    En cuanto a su teoría del texto, en El susurro
    del lenguaje
    , Barthes habla similar a Mukarovsky de la
    obra como estructura estable y cerrada, y texto
    como espacio de productividad. Él establece
    una distinción entre ciencia de literatura como discurso
    general cuyo objeto es el sentido y la pluralidad de la obra, y
    habla de la crítica literaria como discurso que asume la
    intención de dar un significado particular a la obra, lo
    cual afronta, sin lugar a dudas, sus riesgos.

    Para Barthes la obra remite a un objeto
    terminado, cuyo secreto hay que describir y la tarea del lector
    se reduce a develar el sentido oculto de la obra; el
    texto, en cambio, remite a lecturas, o más
    precisamente a la lecto-escritura, como trabajo,
    juego, producción, práctica. El texto no oculta
    nada, en su calidad de materia significante. El
    texto prolifera, se multiplica y disemina en diversas
    lecturas. El texto implica una aproximación distinta
    al significante; la obra adquiere sentido en sí misma
    o con relación a quien la produjo; el texto en
    cambio, se construye a partir del punto de vista del lector, ya
    sea el lector común o el crítico. El texto, no
    tiene origen único, determinado o determinable, no se
    produce lineal y jerárquicamente sino que se multiplica;
    tampoco tiene una sola finalidad, no es teleológico. Esto es
    semejante a decir que hay un lector general y un lector premunido
    de teorías. O como diría Huamán desde la
    intuición a una comprensión teórica.

    Barthes comparte con los estructuralistas la noción
    por segmentar el texto pero reconoce que no es posible asirlo
    plenamente. Como Bajtín tiene una noción de dialogismo
    en la polifonía que imagina porta todo texto como lo
    demuestra en S/Z.

    Al romper la separación ilusoria que divide al
    emisor-obra-lector, nos ofrece una visión de múltiples
    pliegues y relaciones; no hay por otra forma una teoría de
    la recepción o algo que se le parezca, porque la
    producción literaria es más una actitud que se traduce en un
    lenguaje no excluyente. El texto es sobre todo su pluralidad y
    más que una experiencia interpretativa, una erótica y
    lúdica.

    La teoría de la recepción aportó
    también en este sentido. Simultáneo al estructuralismo
    francés proliferaron teorías, explicaciones y enfoques
    sobre el receptor, el lector, la recepción. En el fondo,
    este giro en las teorías es correlativo a la crisis del sujeto unitario y
    cognoscente (tanto el que lee como el que escribe). Desde
    entonces ya no hay modelos lineales uni o bidireccionales a la
    descripción general de la
    literatura porque no sólo la semiótica sino
    también las teorías literarias y lingüísticas
    han logrado construcciones más complejas que las
    anteriores.

    Jauss con su tema de la teoría de la recepción
    crítica que surge en oposición al estructuralismo
    dominante de la época se preocupa por estudiar el
    vínculo entre autor-obra y público al margen de la
    visión positivista que explica la obra literaria a partir
    únicamente de las condiciones históricas o bien las
    tendencias inmanentistas como el New Criticism que tiene
    una visión del texto en sí misma, obra de arte sujeta a
    sus propias leyes estéticas.

    1.16. LECTOR IMPLÍCITO

    De otro lado Iser presenta la idea del lector
    implícito
    ; mientras Jauss nos habla de la historia de
    la lectura y Eco subraya la
    importancia de la actividad cooperante del lector y acuña la
    noción de lector modelo como figura ideal en el proceso de
    interpretación. Como señala De la Peza (1993) se dieron
    concepciones muy diversa.

    El lector implícito de Iser no es el lector
    hecho abstracción del lector real, sino la condición de
    una tensión que produce el lector real cuando acepta su
    papel de lector factible en el texto. Jauss, por su parte,
    estudia el "horizonte de expectativa" del lector y el
    periodo histórico: la lectura no es nunca un proceso literal
    o neutral; el lector llega con sus prejuicios y convenciones. Es
    decir el texto es permanentemente actualizado.

    Eco es de manera principal uno de los que mejor han
    aportado a la dilucidación de los problemas de la
    comunicación literaria. Desde sus primeras obras, como
    Obra abierta, fundamenta la noción de arte como hecho
    comunicativo inserto en un modelo hipotético. Eco quiere
    describir como funciona el arte en general en cuanto su
    información y comunicación.

    En Lector in Fabula establece las diferencias
    entre lector textual y empírico. Al reinterpretar un texto,
    el lector es cooperativo, interviene, actualiza, opera sobre
    él; en este sentido necesita ser competente gramatical y
    circunstancial. Esta actitud cooperativa es importante,
    toda vez que el lector debe extraer elementos del texto, llenar
    los espacios vacíos, conectar lo que aparece con el tejido
    de la intertextualidad.

    Eco ve al texto como una especie de máquina
    perezosa que exige un arduo trabajo cooperativo porque el texto
    deja sus contenidos en estado virtual y su
    interpretación depende de la actividad de lectura. El texto
    como tal no es ajeno a la concepción del autor y del
    receptor. Entiende como un fenómeno de cooperación
    textual que se realiza entre dos estrategias discursivas, no
    necesariamente entre sujetos individuales. Su concepción de
    texto supera la idea rígida del estructuralismo y pasa de
    una visión dura a la noción de competencia textual.

    En Los límites de la
    interpretación
    , Eco luego de distinguir entre
    intención del autor, de la obra y del lector, propone otra
    precisión entre dos formas de interpretación: semántica y
    crítica.

    La interpretación semántica se ocupa de llenar
    de significado el texto, mientras que la segunda intenta explicar
    las condiciones de significación.

    Los Estudios Culturales también dieron su aporte
    afirmando que el objeto es la subjetividad, los significados que
    determinados actores construyen o atribuyen a los sistemas de
    mensajes. Un ejemplo claro de esto es cómo priorizan la
    generación y circulación de significados en las
    sociedades
    industrializadas.

    Este enfoque toma como punto de partida los postulados
    crítica acerca de la manera en que los mensajes de los
    medios expresa y promueven los valores e ideas de los grupos
    que los producen. Hay una necesidad de ubicar a los medios y sus
    mensajes dentro de contextos históricos más
    amplios.

    Por su parte ven en la comunicación literaria como
    una determinada producción de significados que deja ver
    visiones del mundo donde todo proceso de producción /
    recepción de significados es una constante tensión y
    lucha por legitimar visiones del mundo.

    1.17. PRAGMÁTICA DE LA COMUNICACIÓN
    LITERARIA

    Por último tenemos la pragmática de la
    comunicación literaria que surge por la crisis del paradigma de la textualidad.
    Karma refiere que la pragmática es el estudio del signo con
    sus usuarios, qué se hace al decir y se centra su atención en la acción; es famosa la
    teoría de los actos de habla (Austin y Searle); todo acto de
    hablar aparte de "decir" o "querer decir" algo, es un acto social
    por medio del cual los miembros de una comunidad de hablantes
    entra en interacción. La pragmática formula reglas por
    las cuales un acto verbal es apropiado en relación a un
    contexto.

    Por pragmática de la comunicación literaria se
    entiende lo literario desde el punto de vista de su estatuto
    comunicativo. Supone el paso de un paradigma formalista (centrado
    en el texto) a otro pragmático que se centra en la
    relación texto-contexto en la que lo literario no se decide
    en el terreno de las propiedades retóricas, sino en el uso
    que del lenguaje común hacen los participantes de esa
    modalidad específica de comunicación.

    La pragmática literaria afirma, siguiendo a Karma,
    un determinado tipo de relación entre un emisor y un
    receptor donde no puede existir prescindiendo de sus contextos
    literarios. Es en esta perspectiva que el discurso literario es
    acción lingüística con una especial estructura
    comunicativa.

    La pragmática entiende que la comunicación
    literaria ficcionaliza en el discurso mismo, y problematiza al
    mismo tiempo la recepción porque la comunicación
    literaria no es social.

    Por último toquemos un texto que ha calado profundo
    en la comunidad académica.

    En Estilística, poética y semiótica
    literaria
    de Alicia Illera, en el capítulo
    correspondiente a la SEMIÓTICA POÉTICA afirma que no se
    puede establecer una diferencia tajante entre semiótica
    literaria y poética porque existen estudios poéticos
    que pertenecen a la semiología literaria, frente a otros en
    los que no se da este carácter.

    Partiendo de una premisa lingüística, la de
    Saussure que afirmó que se puede, pues, concebir una
    ciencia que estudie la vida de los signos en el seno de la vida
    social
    . Tal ciencia sería parte de la psicología social, y por
    consiguiente de la psicología general. Nosotros la
    llamaremos semiología.

    Illera afirma que la semiótica literaria o
    poética parte del concepto de la obra literaria
    como de un sistema de comunicación. La
    narratología por ejemplo estudia el relato en
    general, el mismo que puede ser literario o no literario,
    manifestarse por medio del lenguaje o por otro medio (cine, pintura, etc.). Por lo
    tanto, la narratología forma parte
    de la semiótica; sólo la narratología aplicada al
    estudio de las obras literarias puede incluirse en la
    poética.

    CAPITULO II

    ACERCAMIENTO
    SEMIOTICO AL DISCURSO LITERARIO DE BALTAZAR AZPUR

    2.1. PRODUCCION LITERARIA DE BALTAZAR
    AZPUR

    Los textos de Baltazar Azpur se clasifican
    en:

    TEXTOS CREATIVOS

    • Caricatura y anecdotario andahuaylino
    • Canto a la naturaleza
    • Sólitos e insólitos
    • Giralunas
    • Amor y luna

    TEXTOS CIENTÍFICOS

    • Puntuación. Estudio y selección de
      textos
    • El español ayacuchano de los siglos XVI y
      XVII
    • Lectura lingüística de Los ríos
      profundos
    • Método fonológico para la enseñanza de la lectura
      y escritura

    ARTÍCULOS DE INVESTIGACIÓN

    Faltan acopiarse y que están depositados en el
    Instituto de Investigaciones de la Universidad Nacional de San
    Cristóbal de Huamanga

    2.2. CONSIDERASIONES PREVIAS

    El análisis que pretendo se centra particularmente
    en los textos creativos de Baltazar Azpur a partir de los
    planteamientos anteriormente señalados.

    Sabemos, entonces que la semiótica considera texto
    al discurso literario, comportamiento social,
    mitos, mensajes de masas, etc.
    a los que define por nomenclatura como
    TEXTOS.

    Es decir, la semiótica es capaz de estudiar todo
    fenómeno como texto, en la medida en que tienen
    sentido. Desde esta perspectiva, se presentan como estructuras de
    sentido tanto un ritual, como una fiesta, un mitin, una
    transacción o una sesión parlamentaria. Esto
    también quiere decir que es posible estudiar una
    semiótica desde el emisor, el mensaje, el receptor y la
    seudoconstrucción de los mismos: el arte del
    engaño.

    Cuando hablo de texto creativo debemos tener en
    consideración que estos se diferencian de los textos
    científicos por su carácter proteico, señalado por
    Susana Reisz de Rivarola; es decir, el texto creativo no se
    agota, porque el texto está sometido al proceso de
    semiosis infinita. Esta semiosis infinita debe
    entenderse –además de su carácter proteico- por
    la dinámica de los sistemas
    textuales, por la gramática de producción del sentido,
    así como por las gramáticas de
    reconocimiento.

    Respecto a la definición de texto creativo, debemos
    tener dos consideraciones:

    1) su carácter lingüístico;

    2) su género.

    Con respecto al primero debemos considerar que el
    soporte de los textos a los que aludimos en nuestro análisis
    documental es de carácter lingüístico.

    2.3. ESTUDIO SEMIOTICO

    Desde el punto de vista semiótico es posible
    considerar el estudio de los sistemas de signos que la organizan
    así como el sentido producido con la utilización de
    dichos signos al interior de los diferentes discursos materia de
    análisis. Por esto, nuestra orientación se
    centrará en el sistema de significación discursiva de
    textos de carácter lingüístico y el sentido
    producido por los textos materia de este
    análisis.

    Con respecto al segundo debemos salvar dos dificultades
    primordiales. La primera tiene en consideración el estudio
    de la retórica y las divisiones de los textos por su
    género, problema que no abordo porque no es
    consideración de este trabajo pero que espero tratar en una
    oportunidad de manera sucinta. La segunda es de carácter
    metodológico y tiene que ver centralmente con las hipótesis mayores que
    maneja la semiótica literaria. Esta segunda dificultad que
    llamamos metodológica tiene correlación con el ars
    poética
    de Baltazar Azpur, por lo que preferimos la
    división tentativa de textos creativos, en lugar de
    narrativos y poéticos.

    Si denominamos metatexto a las referencias
    señaladas por BAP, tomo la consideración de que sus
    textos tienen un elaborado perfil semántico que involucra el
    horizonte de expectativas del lector.

    En este sentido el primer aporte es la hipótesis de
    considerar cierta escritura de BAP como afincada en LO REAL. Esto
    merece una explicación de lo real y la realidad. Debemos
    mencionar el carácter testimonial que recorre la varia
    producción creativa de autores de su generación,
    aspecto que los inunda y los define en su particularidad y que,
    al mismo tiempo pueden dar lugar a una posibilidad de
    definición en una categoría mayor tantas veces
    solicitada y no alcanzada: la literatura regional.

    Esta propuesta tiene que ver con la llamada ilusión
    referencial, sin descuidar por supuesto los aportes del
    psicoanálisis, no debe identificarse el signo con su
    referente. Por este mecanismo se llega a la reificación del
    significado o a la ilusión referencial.

    Al respecto Eco afirma que el concepto de unidad
    cultural se define como el significado semiótico de un
    signo, es decir es la codificación socializada de una
    experiencia perceptiva. (no remite a una cosa sino a lo que
    señala de esa cosa). En este sentido, los signos remiten a
    la realidad pero a través de mediaciones culturales de orden
    social e histórico que debemos tener en cuenta al establecer
    el valor de los signos de un código. (Infierno; matrimonio; castidad; pecado)
    esto es porque percibimos los estímulos exteriores de un
    objeto desde nuestra cultura, posición que ocupamos en la
    sociedad o por una posición de clase. (La facultad:
    alumnos, docentes, administrativos: aprendí, me
    enamoré, trabajé, abandoné; mi hogar, mi casa:
    padre o hijo; un poema, una narración o drama
    ). Por
    tanto la ilusión referencial también es falsa con
    respecto a la fotografía o a lo
    icónico. El contenido de una imagen no es el objeto real,
    sino un objeto construido por medio de selecciones y
    combinaciones conscientes e inconscientes (imagen del indio;
    imagen de Cristo según las épocas o las
    geografías; imagen de Toledo para América TV y para el
    canal 2; imagen de nosotros con respecto a los otros: la imagen
    cultural "wawqi o hermanito" frente a la imagen política
    "compañeros o camaradas" o contemporánea de
    "consumidores") por lo mismo que esa ilusión de
    referencialidad linda entre lo real y la realidad.

    La ideología dominante promueve la ilusión
    referencial: mundo feliz: coca cola; navidad: abundancia; noticias: primer general y
    primer plano; quien lee no es ignorante; vacaciones
    largas de fin de semana o week-end.

    En este mismo proyecto de lectura,
    señalé una dificultad correlativa: la
    consideración de una semiótica literaria y a sus
    aportes en un proyecto de lectura de los textos de Baltazar
    Azpur, fundamentalmente uno: el de Canto a la Naturaleza
    por su carácter bilingüe.

    Umberto Eco afirma que una semiótica dedicada a los
    códigos y mensajes estéticos puede ser:

    1. Una semiótica que se ocupa de la estética
      para obtener pruebas y afirmaciones de
      axiomas a través de análisis de obras de
      arte.
    2. Una semiótica del arte como proceso
      comunicativo

    En este sentido, para una semiótica literaria toda
    obra de arte es un signo autónomo, es signo puesto que,
    traduciendo su formulación a los términos saussureanos,
    consta de un significante (al que denomina símbolo
    sensible), de un significado y de una relación con la cosa
    significada. Esto significa que debemos observar que la traducción genera un
    nuevo proceso comunicativo que en la codificación del autor
    ha sido considerado solamente como transducción.

    De esto hablamos cuando tocamos a Mukarovsky y su perfil
    comunicativo.

    Por esto los textos literarios, además de ser
    textos verbales más complejos y más artificiosos
    construidos por los seres humanos, son también el resultado
    de una compleja dialéctica con el contexto social, por eso
    el texto literario es un producto semiótico que coexiste con
    otros sistemas semióticos en una compleja interrelación
    que conforma la cultura de cualquier época. Y es en este
    sentido que podemos abordar dos de sus textos más
    representativos, en mi particular punto de vista: Giralunas y
    Sólitos e Insólitos.

    Sin embargo este planteamiento origina un problema, ya
    anticipado por Vásquez: el acceso al texto desde la
    semiótica se complejiza porque se interrelacionan un gran
    número de campos del saber como la filosofía, fenomenología,
    psicología, antropología,
    lingüística, teorías de la percepción,
    etc.

    2.4. COMENTARIO SEMIOTICO DEL DISCURSO LITERARIO DE
    AZPUR

    En los textos de Baltzar Azpur Palomino entonces debemos
    realizar un recorrido generativo que nos provea de materiales
    desde literarios hasta los que se consideran correlacionados con
    el autor implícito, porque, como se sabe, para la
    semiótica greimasiana originaria el autor a muerto.
    Aunque esta postura puede ser refutada por otras vertientes de
    análisis textual. Considero válida esta propuesta tanto
    como la hipótesis de Pagnini que afirma que todo texto no es
    un pretexto para cualquier método, señalando de este
    modo la orientación de la crítica semiótica o
    cualquier otra.

    Esta propuesta de análisis no contempla rangos de
    historia literaria ni menos de sociedad y cultural, aunque
    inevitablemente estos factores sean necesarios en la escritura
    crítica; no son menos importantes los sistemas de
    significación que proyecta el texto en estudio. Asimismo
    cabe señalar que la propuesta de estudio devendría en
    un conocimiento fatuo si no se toma en consideración las
    implicancias académicas de la teoría semiótica y
    su influencia en el acto creador del lenguaje que en sí
    misma es proteica.

    Por esto creo que un análisis que aporte a la
    disciplina educativa
    debe, a partir de estos
    prolegómenos teóricos, situarse en una mirada
    Comunicológica, como afirma Eco, antes que en un ir y venir
    hacia lo extracomunicacional que es lo mismo decir un camino sin
    fin al dato del referente o un ensachamiento explicativo del
    código. Las obras de Baltazar Azpur Palomino determinan un
    análisis que desde la perspectiva de la semiótica y sus
    mecanismos de segmentación incluye las
    posibilidades de una semiótica cultural.

    Canto a la Naturaleza, texto
    bilingüe, deslumbra por la magnífica musicalidad y el
    encanto visual de la inmensa aldea rodeada de celajes y
    frías cordilleras y garúas sostenidas. Y toda esa
    inmensidad la desnuda en poemas de escasos versos. Pero
    esto no termina diciendo que el problema textual en Canto a la
    Naturaleza
    es comunicativo no tanto una valoración del
    quechua, sino también un saber hacer que el autor, como
    señala Marco Martos espero que en esta orientación,
    realiza que antes que traducción o doble codificación
    nos enfrenta al problema de ¿Por qué un texto
    bilingüe? Es entonces posible una respuesta que dé
    cuanta de la estructura artística y los segmentos superiores
    a ésta con las que puede ser explicada.

    Sólitos e insólitos es un
    excelente ejercicio metafórico para hacer chisporrotear la
    risa y en los ángulos ocultos de la palabra reconocer alguno
    que otro amigo, pariente o colega universitario. En este sentido
    también el texto ofrece oportunidades para determinar al
    lector implícito de Iser, al archilector de Riffaterre o al
    lector de Eco. Sucede lo mismo si reconocemos las instancias
    bajtinianas en cuanto a las voces que se hallan presente en este
    texto así como al postulado de artefacto y objeto de
    Mukarovsky.

    En Giralunas, Baltazar condensa y expande
    el lenguaje. Con suerte de poeta y fabulador nos descubre los
    recuerdos del hijo niño, el alumno, en el mosaico fresco de
    Talavera de la Reina. Este texto entra de lleno en el problema
    del autor implícito categoría tantas veces discutida y
    pocas veces aceptada que sin embargo es una contribución de
    la narratología, parte de la semiótica
    literaria.

    Por último en Amor y Luna libro de lunas distantes,
    tristes, donde, medio juguetón como siempre, nos relata que
    el atardecer tiene nombre propio: el suyo, el del poeta; nos
    puede abrir puertas para entender desde la construcción
    lotmaniana las posibles explosiones culturales que se dan desde
    un texto inicial Canto a la Naturaleza hasta este
    último texto de Baltazar, es decir las reconfiguraciones de
    los clasemas en un estudio correlativo de los significados que
    aportan ambos textos.

    No deja de participar también en este proyecto de
    análisis las posibilidades de insertar los juicios
    críticos para un mejor entendimiento de la semiótica de
    Baltazar Azpur y cómo influyen estos en sus textos o al
    menos cuál es la relación que guardan la creación
    y la crítica. Estos textos corresponden a un docente del
    Área de Lingüística, desde el cual participó
    de la buena época de la UNSCH, (como se considera a una
    época particular de la UNSCH, y que debe ser revisitada para
    reconstruir nuestros imaginarios universitarios. Esto o
    dejaría mucho que desear o habría aportes al respecto)
    y participó con otros semiotas como Huarag Alvarez y
    Murillo, entre otros. Fuentes de esto son los
    números de Signos, el único de Qillqa y las
    investigaciones que realizó.

    Por último, el mejor tributo que puede
    hacérsele a Balta es superar el estancamiento intelectual en
    el que nos hemos sumergido.

    CONCLUSIONES

    1. Mukarovsky formaliza la tesis de que la obra
      literaria forma parte de un proceso comunicativo. El arte es un
      signo, y como signo es un fenómeno de comunicación,
      por tanto adquiere significado sólo a través del acto
      de percepción, o de recepción. El arte es un hecho
      semiológico, y esto supone el inicio del estudio de la
      cultura como fenómeno semiótico.
    2. Vodicka afirma que una obra es leída se
      convierte en la conciencia del lector en objeto
      estético.
    3. Yuri Lotman afirma que el lenguaje es cualquier
      sistema organizado de signos que sirva para la
      comunicación entre dos o varios individuos, es decir que
      todo lenguaje posee reglas definidas de combinación que se
      formalizan en estructuras jerarquizadas, en un sistema.
      Así desde la semiótica la literatura es un sistema
      modalizante secundario. Modalizante porque formaliza modelos de
      comprensión y construcción del mundo y la realidad. Y
      es secundario porque no remite a la lengua natural para su
      descodificación, sino que se superpone a ella,
      construyendo sus propios modelos.
    4. Ivelic K. afirma que en el arte el
      símbalon hace de la imagen, imágenes que
      sólo pueden existir al interior de la obra de arte; por lo
      tanto son una ilusión, una arrealidad
    5. Angel Vázquez Medel introduce la visión de
      Peirce afirma que las reflexiones derivadas del esquema
      jakobsoniano de las funciones internas del lenguaje ocasionan
      más problemas de los que resuelven. Advierte que al
      respecto la semiótica no ha sido muy clara al respecto
      porque privilegió el estudio de todo cuanto de común
      tiene el texto literario con otros textos artísticos y no
      artísticos, reconociendo todos aquellos mecanismos,
      procesos y estructuras que rigen, orientan y sustentan la
      semiosis que es la producción de sentido que se origina
      del proceso de lectura que transforma un espacio textual en
      texto. Esto nos lleva nuevamente a Lotman. Para Karma la
      teoría literaria tiene como centro de su campo a la
      literatura como arte verbal, práctica significante, acto
      de comunicación.
    6. Para el formalismo y el posformalismo ruso su
      objetivo era definir los rasgos distintivos de la literatura a
      través de los procedimientos de su construcción
      formal, de su especial modo de ser lenguaje.
    7. Jakobson desarrolla la estructura interna de la
      lengua y de los usos de la comunicación puede ser
      homóloga.
    8. Bajtin estudia la lengua como diálogo, no como
      código. Para él las palabras del diccionario tienen
      valor neutro hasta en tanto son usadas en las situaciones
      sociales determinadas. Todo discurso se forma además de
      otro discurso que no es propio, ecos de otros enunciados de tal
      manera que toda emisión produce en sí misma una
      interacción dialógica.
    9. Barthes rompe la distinción entre crítico y
      autor y llega a considerar que el texto sólo vive en la
      experiencia de su lector. Es decir que el autor no tiene una
      posición determinante en el sentido de su obra: el autor
      no habla sino el lenguaje.
    10. Jauss se preocupa por estudiar el vínculo entre
      autor-obra y público al margen de la visión
      positivista que explica la obra literaria a partir
      únicamente de las condiciones históricas o bien las
      tendencias inmanentistas como el New Criticism Iser
      icorpora el concepto de lector implícito que considera
      también Eco. Para un estudio de textos de BAP se deben
      tener en cuenta lo que los diferencia de los textos
      científicos por su carácter proteico, señalado
      por Susana Reisz de Rivarola y la relación
      metodológica con el ars poética de este autor.
      Con respecto al metatexto debemos tomar en consideración
      el elaborado perfil semántico que involucra el horizonte
      de expectativas que presupone al lector. En este sentido el
      primer aporte es la hipótesis de considerar cierta
      escritura de BAP como afincada en lo real. Esto merece una
      explicación de lo real y la realidad. Debemos mencionar el
      carácter testimonial que recorre la varia producción
      creativa de autores de su generación, aspecto que los
      inunda y los define en su particularidad y que, al mismo tiempo
      pueden dar lugar u una posibilidad de definición en una
      categoría mayor tantas veces solicitada y no alcanzada: la
      literatura regional.
    11. El texto literario es el resultado de una compleja
      dialéctica con el contexto social, por eso podemos abordar
      dos de sus textos más representativos, en mi particular
      punto de vista: Giralunas y Sólitos e
      Insólitos.
    12. Es posible también realizar en los textos de
      Baltazar Azpur Palomino un recorrido generativo que nos provea
      de materiales desde literarios hasta los que se consideran
      correlacionados con el autor implícito, porque, como se
      sabe, para la semiótica greimasiana originaria el autor
      a muerto
      . Aunque esta postura puede ser refutada por otras
      vertientes de análisis textual.

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    Sólitos e Insólitos. Lluvia editores,
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    Lic. Carlos Enrique Flores Laura

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