Monografias.com > Psicología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Características psicológicas de los conyugues de adictos al alcohol



    1. Historia
    2. El Concepto de
      Codependencia
    3. Codependencia y Conceptos
      Relacionados
    4. Crítica al Concepto de
      Codependencia:
    5. Conceptualización de la
      Codependencia como Trastorno de
      Personalidad
    6. Perfil de la persona
      codependiente
    7. Objetivo
    8. Resultados
    9. Discusión
    10. Conclusiones
    11. Referencias

    El presente estudio evaluó el autoconcepto de
    las mujeres cónyuges de consumidores
    problemáticos y no problemáticos de Alcohol, para
    tal fin se utilizaron dos instrumentos: La variable de
    agrupación, severidad del consumo, fue
    medida por una adaptación del cuestionario
    CID de evaluación del Alcoholismo
    realizada por los investigadores, de esta forma se midió
    indirectamente la severidad del consumo del
    cónyuge.

    La variable de interés:
    el autoconcepto se midió mediante la escala de
    autoconcepto incluida en el cuestionario de autoesquemas
    (C.I.E). del Centro de Estudios Avanzados en Psicología
    Cognitiva (C.E.A.P.C). Se seleccionó una muestra de 87
    mujeres estrato 1 y 2. Se utilizó un diseño analítico descriptivo
    comparativo y se empleó la prueba t de student para el
    análisis inferencial, los datos se
    analizaron mediante el programa
    estadístico SPSS versión 7.5.1. Los resultados
    mostraron una asociación entre ser cónyuge de un
    consumidor
    problemático y la tendencia a un contenido negativo del
    autoconcepto.

    Palabra Claves: Autoconcepto, Consumo de Alcohol
    (01690) Codependencia (09985), Pareja (12205)

    Hacia los años ochenta en el área del
    tratamiento del alcoholismo y toxicómanos se empezó
    a notar que las parejas y las familias del adicto estaban
    afectadas por una condición que las llevaba a actuar como
    catalizadores del proceso
    adictivo del toxicómano y que para fortalecer la
    recuperación y sentar las condiciones para que ésta
    se mantuviese era recomendable trabajar también con los
    facilitadores. Tanto profesionales y organizaciones
    como Alcohólicos Anónimos observaron que algo
    ocurría con las personas que estaban en relación
    con el adicto. Así las esposas de los miembros de A.A.
    empezaron a participar de las reuniones y posteriormente se
    deslindó Al-Anon, un programa de doce pasos para amigos y
    familiares de Alcohólicos, se empezó a hablar
    entonces de co-alcoholismo. Al trasladar este término a
    campo general de las adicciones se
    acuño el término codependencia para catalogar a
    quienes actuaban como facilitadores del proceso adictivo de otra
    persona. Sin
    embargo, la diferencia conceptual fundamental era que, en ese
    momento se tomó la codependencia, como una
    condición que por sí misma ameritaba tratamiento,
    es decir, como una entidad clínica
    independiente.

    Sin embargo dentro de la comunidad
    científica han surgido y se mantienen los interrogantes
    frente a la validez de la codependencia como entidad
    gnoseológica, existiendo poca claridad sobre que es la
    codependencia en sí o más aún si existe o
    no.

    Desafortunamente existen pocos estudios empíricos
    al respecto, siendo las fuentes
    principales de la teoría
    estudios más bien informales a nivel metodológico
    con un pobre rigor científico. Debido a esto, surge la
    necesidad de que los profesionales de la salud realicen estudios con
    un buen rigor metodológico que permitan llegar a
    conclusiones más validas y confiables que las construidas
    hasta hoy. En este orden de ideas se busca que la investigación arroje luz sobre la
    relación que existe entre el autoconcepto negativo y la
    dependencia interpersonal patológica, con miras a mejorar
    las intervenciones terapéuticas en el contexto inmediato
    del adicto.

    Historia

    Codependientes Anónimos realizó su primera
    reunión en octubre de 1986 en los Estados Unidos.
    Los libros sobre
    el tema empezaron a aparecer por esta época y fueron la
    siguiente generación que evolucionó a partir de los
    primeros planteamientos del Síndrome del niño
    adulto (Burney, 2000). Esta conceptualización ve las
    compulsiones como el resultado del bloqueo de la emoción
    traumática original, y se trata de una orientación
    claramente psicodinámica.

    Sin embargo, el estudio científico de esta
    condición ha estado
    descuidado por parte de los profesionales en salud mental, por
    lo tanto la literatura disponible
    proviene de terapeutas que intentan sistematizar sus
    observaciones clínicas. En mucho estas teorías
    sobre la codependencia provienen de personas que se declaraban
    como afectados por la codependencia y fueron rotuladas como
    carentes de rigor científico por muchos
    profesionales.

    Al margen de la investigación científica se ha
    desarrollado un programa destinado a ayudar a las familias a
    enfrentar las crisis
    familiares generadas por el alcohólico. Este programa se
    presenta como una alternativa de información y soporte a los amigos y
    familiares de alcohólicos y adoptó el nombre de
    grupos AL-ANON
    y ALATEEN y se trata de un programa de doce pasos al igual que al
    Alcohólicos Anónimos. La idea de un grupo de
    familia se
    remonta a los años 1935 a 1941, a los mismos días
    del nacimiento de Alcohólicos Anónimos y ligados a
    la actividad de los grupos de recuperación para
    alcohólicos.

    Las esposas de alcohólicos que acompañaban
    a los alcohólicos a sus reuniones se dieron que cuenta que
    se podían ver beneficiadas con el mismo programa y que de
    esa forma podrían mejorar sus relaciones familiares que a
    menudo eran difíciles después que el
    alcohólico había logrado la sobriedad.

    El Concepto de
    Codependencia

    Las personas afectadas por la codependencia llegaron a
    comprender que los psicólogos clínicos y los
    psiquiatras, no podían ayudarlos (por que no
    existía una comprensión del fenómeno) y
    qué no había una respuesta satisfactoria por parte
    de los profesionales de la salud mental . Se entregaron
    así a la tarea de conceptualizar y describir lo que
    ocurría con sus propias vidas. De esta forma surgió
    gran parte de la literatura no técnica disponible, las
    otras fuentes son documentos de
    terapeutas interesados en ayudar a estas personas. Recientemente
    ha surgido un interés por la comunidad científica
    en el tema evidenciada en una emergente cantidad de publicaciones
    de profesionales en el área de la salud sobre el
    tópico.

    Se revisaran ahora algunas definiciones provenientes de
    esta primera tradición teórica. Beattie (1987) en
    su libro
    Codependent No More, que se constituido en un clásico de
    autoayuda sobre el tema, la definió así: "La
    persona codependiente es aquella que ha permitido que su vida se
    vea afectada por la conducta de otra
    persona, y que esta obsesionado tratando de controlar esa
    conducta"; también Sharon Cruce (citada por Barnetche
    1990) una terapeuta la define como "una condición
    específica caracterizada por preocupación y extrema
    dependencia (emocional, social y a veces física) de un
    persona, A veces tan patológica, que afecta todas sus
    relaciones.

    Otro libro que ha sido una importante referencia para
    las personas que se han interesado en tema es "Las mujeres que
    Aman demasiado" de Robin Norwood (1986), pero desafortunadamente
    su nombre no es muy sugestivo para los profesionales aunque su
    contenido deja entrever una gran experiencia clínica en el
    área. Básicamente, ella describe a la dependencia
    emocional como obsesionarse con una persona y llamar a esa
    obsesión amor,
    permitiendo que ésta obsesión controle las emociones y el
    comportamiento, si bien, existe cierto grado de
    comprensión del impacto negativo de la relación
    sobre la salud y bienestar, no existe la capacidad de liberarse
    de ella. Norwood (1986) asocia la condición de la
    codependencia con un hogar de origen disfuncional, en su
    apreciaciones aunque los hombres adictos pueden o no provenir de
    un hogar disfuncional, sus esposas casi siempre tienen este tipo
    de historia.

    Como conceptualizaciones desde el ámbito
    terapéutico se encuentra por ejemplo la de Alvarado
    (2000), un terapeuta especialista en el campo de las adicciones:
    "La codependencia se define como la práctica de patrones
    disfuncionales de relación de manera compulsiva, a pesar
    del daño
    resultante". Para Alvarado los codependientes desarrollan
    negación acerca de la necesidad de controlar el mundo que
    los rodea, sin embargo, invierten gran cantidad de tiempo y
    esfuerzo tratando de controlar la conducta del adicto y el
    entorno. Este autor indica que la Codependencia puede ser
    diagnosticada como un problema primario aunque no pueda
    identificarse ningún problema previo o coexistente en
    ninguna persona del mismo sistema.
    Y
    además señala que la aparición de la
    Codependencia se ha notado en familias donde el abuso
    físico o sexual se presenta, aun sin haber consumo de
    sustancias.

    Existen también aportes de la psicología
    transaccional, Claude Steinner (1998), un terapeuta de esta
    corriente, describe la codependencia como desempeñar el
    papel de salvador, percibiendo al otro incapaz de hacerse cargo
    de sus propias responsabilidades, en sus palabras, "un salvador
    habitual siempre hace más de lo que debe y suele
    involucrarse en actividades que no desea, en general no hace
    más que crear problemas
    interpersonales". Según este terapeuta, incurrir en un
    rescates es el núcleo del comportamiento del
    codependiente. Desde ésta concepción la
    codependencia es asumir el papel de salvador como básico y
    habitual, pero también es posible alternarlo con el papel
    de víctima o perseguidor según la situación
    dada.

    Desde nuestro contexto existe el aporte de Riso (1999),
    psicólogo clínico con más de veinte
    años de experiencia que en su libro ¿Amar o
    Depender? reconoce que el vacío en este tema es innegable.
    Su libro, según sus propias afirmaciones intenta llenar en
    algo ese vacío y lo cataloga como una obra de
    divulgación científica. Riso se enmarca dentro de
    las corrientes que ven la dependencia afectiva como una
    adicción, para Él, el apego patológico
    muestra las características básicas de cualquier
    otra adicción pero con algunas peculiaridades que
    necesitan estudiarse más a fondo. En la adicción
    afectiva la seguridad-dependencia no está relacionada
    con la droga sino con
    la seguridad de tener a alguien. Luego en la adicción
    afectiva existirá también síndrome de
    abstinencia que será indicador de la presencia del apego
    patológico. Además realiza una descripción
    de cómo el sistema de autoesquemas se encuentra
    comprometido a nivel de cognición y afecto.

    Para Castelló (2002) el concepto de codependencia
    se creó para dar cuenta de las diversas perturbaciones
    emocionales que ocurrían en las parejas de personas con
    trastornos relacionados con sustancias, en esta misma
    línea Hacken (1993) citado por Blanco (1999),
    señala que a partir de la creación de la
    asociación de esposas de alcohólicos, con este
    término se pretendió enfatizar el papel que juega
    el cónyuge en el reforzamiento de la conducta del
    alcohólico. En este orden de ideas, Irwin (1995) citado
    por Blanco (1999) apunta que la esposa del alcohólico hace
    suya la responsabilidad de la vida de su cónyuge y
    a pesar de lo infructuoso de sus intentos su papel de cuidadora
    le ayuda a desarrollar un particular sentido de identidad. Aun
    que no se puede definir claramente un patrón de personalidad
    codependiente si existen características identificativas
    de estas personas: Se obsesionan y preocupan más del
    trastorno relacionado con sustancias, generalmente alcoholismo y
    toxicomanías, que la propia persona que lo padece, con la
    consiguiente necesidad de control de su
    comportamiento (Beattie, 1992 y Hule, 1994 citados por
    Castelló, 2002), presentan una gran comorbilidad con los
    trastornos del eje I del DSM IV (Hugues, 1998 citado por
    Castelló, 2002); se descuidan o autoanulan; tienen baja
    autoconfianza y autoestima
    (Linley, 1999 citado por Castelló) y se involucran
    constantemente en relaciones de pareja dañinas y
    abusivas.

    Las últimas conceptualizaciones sobre el tema
    elaboradas por clínicos tienden a ver la codependencia
    como un Trastorno de Personalidad. Mansilla (2002) define la
    codependencia como una actitud
    obsesiva y compulsiva hacia el control de otras personas y las
    relaciones. Según este autor, "el vínculo que el
    codependiente establece está colocado en la
    preocupación por lo que el otro piensa, en el miedo a la
    pérdida de la relación, sintiendo y vivenciando
    culpa y siempre tratando de reparar. Por eso su
    sintomatología se caracteriza por la necesidad de
    controlar a las personas y por hacer propios los problemas del
    otro, por una baja autoestima, por un locus de control externo,
    por un autoconcepto negativo, por la represión de
    emociones, por la evasión y negación del problema,
    por las ideas obsesivas y conductas compulsivas y por el miedo al
    abandono, a la soledad o al rechazo" (Mansilla, 2002).
    Además este autor en su revisión teórica
    cita los trabajos de Treadway (1990) y Lawlor (1992) que definen
    la codependencia como un patrón de dolorosa dependencia de
    otros, con comportamientos compulsivos y de búsqueda de
    aprobación para intentar encontrar seguridad, autoestima e
    identidad. Además en la misma dirección Masilla (2002) cita los trabajos
    de Vacca (1999) que conceptualiza la codependencia como un
    patrón de rasgos de personalidad claramente identificables
    que presentan los integrantes de una familia que tiene un miembro
    afectado por una adicción a sustancias
    químicas.

    Codependencia
    y Conceptos Relacionados

    Dentro de la literatura científica existen una
    serie de términos que hacen referencia a la dependencia
    interpersonal patológica entre los que existen
    convergencias y divergencias importantes tanto de contenido como
    de perspectiva. Castelló (2002) hace una revisión
    teórica de la literatura técnica sobre el
    tópico, sin embargo este autor intenta documentar lo que
    rotula como dependencia emocional que en sus términos es
    un patrón persistente de necesidades emocionales
    insatisfechas que se intentan cubrir desadaptativamente con otras
    personas:

    Apego Ansioso: En sus trabajos Bowlby (citado por
    Castelló 2002) describe un tipo especial de apego infantil
    en el que el niño tiene un miedo constante a la
    separación de una figura vinculada (por ejemplo la madre).
    El vinculo que mantienen estos niños
    no es seguro y esto
    produce en ellos un continuo estado de alerta ante la temida
    separación y desprotección. El apego ansioso o
    ansiedad de separación se ha relacionado con
    psicopatologías ansiosas como la depresión
    y la agorafobia e indirectamente con el comportamiento violento o
    antisocial.

    Es así como la diferencia entre el apego ansioso
    y la dependencia emocional se basa en el enfoque excesivamente
    conductual, es decir, en que su conceptualización los
    fenómenos de apego y de la separación están
    minusvalorados afectivamente. Por otra parte autores como M.
    Ruter (1990, citado por Castelló, 2002) han expuesto que
    lo patógeno no es en sí una separación
    temporal, sino la perdida de vinculaos afectivos creados, y mucho
    más cuando no hay oportunidad para crear otros nuevos o se
    producen situaciones de indefensión. Para Castelló
    (2002) el vinculo afectivo presenta una segunda finalidad
    biológica aparte de proporcionar seguridad, y es la de
    relacionar emocionalmente a los individuos con el
    propósito de lograr una organización social cohesionada, y es esta
    finalidad la que esta directamente relacionada con la dependencia
    emocional.

    Sociotropía: Dentro de los enfoques
    cognitivos de la depresión se ha identificado dos estilos
    de pensamiento:
    el autonómico caracterizado por la independencia
    y perfeccionismo con rumiaciones sobre el fracaso o la inutilidad
    y el sociotrópico centrado en la dependencia
    interpersonal, la necesidad imperiosa de afecto, o el temor a la
    sobre valoración del rechazó.

    La sociotropía es uno de los conceptos parecidos
    a la codependencia, los lamentos y las creencias subyacentes en
    el caso de la depresión sociotrópica son fieles
    exponentes de sufrimiento que puede llegar a padecer un
    dependiente emocional, hasta el punto que se puede hablar de
    conceptos solapados. Según Castelló (2002) no se
    puede reducir la dependencia emocional a la depresión ni
    explicar la depresión en estas personas exclusivamente por
    la dependencia afectiva.

    Personalidad Autodestructiva: La tradición
    psicoanalítica ha estudiado un tipo de personalidad que
    busca el dolor y niega la experimentación de sensaciones
    agradables o placenteras. Desde su denominación original
    de masoquista esta personalidad ha pasado ha convertirse en
    "autodestructiva", con tal de eliminar la supuesta necesidad de
    castigo o el placer en el dolor que se había sugerido como
    hipótesis etiológicas desde la
    tradición psicodinámica.

    Actualmente este concepto se considera como un
    trastorno de la
    personalidad, caracterizado por: mantenimiento de relaciones
    interpersonales de subordinación: rechazó de
    ayuda o elogios; estado de animo disfórico o ansioso;
    minus valoración de los logros; tendencia a emparejarse
    con personas explotadoras; escasa evitación del dolor;
    asunción del papel de víctima etc. Además
    posee escasas habilidades sociales como la asertividad,
    tiende a padecer trastornos depresivos, su autoestima es muy
    baja y apenas experimentan placer en sus vidas. (
    Castelló, 2002).

    Sin embargo, Castelló (2002) afirma que los
    dependientes emocionales no tienen como fin autodestruirse y ni
    mucho menos gozan del dolor, sino que tienen una autoestima
    deficiente, un sentimiento continuo de soledad y una insaciable
    necesidad de afecto que les conducen a emparejarse con personas
    explotadoras que los maltratan y no le corresponden. Esta es la
    diferencia fundamental con la personalidad
    autodestructiva.

    Adicción al Amor: Se ha trazado una
    analogía compresiva entre los fenómenos de
    dependencia interpersonal patológica con las adicciones a
    sustancias psicoactivas. De hecho, algunos autores equiparan los
    fenómenos y consideran que existe una adicción
    emocional que opera bajo mecanismos muy similares de las
    adicciones a sustancias. Los estudios realizados bajo este
    enfoque han encontrado muchas coincidencias que justifican la
    denominación de adicción (Timmreck, 1990;
    Jiménez, 1999; Schaeffer, 1998 citados por
    Castelló, 2002): Necesidad irresistible de tener pareja o
    estar con ella; priorización de la persona objeto de la
    adicción con respecto a cualquier otra actividad;
    preocupación constante por acceder a ella en caso de no
    encontrarse presente ("dependencia"); sufrimiento que puede ser
    desvastador en caso de ruptura ("abstinencia"), con episodios
    depresivos o ansiosos, pérdida aún mayor de
    autoestima, hostilidad, sensación de fracaso, etc; y
    utilización de la adicción para compensar
    necesidades psicológicas.

    Para Castelló (2002) la desventaja del concepto
    es su énfasis transversal (énfasis en el estado, un
    rótulo tipo eje I del DSM IV), es decir, que para ser
    identificada es necesario que exista el objeto de
    adicción: la pareja. Esta observación debido a que según
    Castelló (2002) para que exista dependencia emocional no
    necesariamente se tiene que estar involucrado en una
    relación de pareja. En este sentido este autor argumenta
    que el dependiente emocional puede estar "asintomático"
    –entendiendo la adicción como el síntoma-
    pero por supuesto continuar siéndolo y se
    convertirá en un adicto al amor sintomático cuando
    este involucrado en una de sus numerosas relaciones destructivas.
    De esta forma Castelló (2002) enfatiza sobre las variables de
    personalidad , estructura
    cognitiva y creencias nucleares implicadas en la dependencia
    emocional.

    Crítica
    al Concepto de Codependencia:

    Castelló (2002) realiza dos críticas al
    concepto: la primera es de perspectiva y es que la codependencia
    está condicionada por otra persona, generalmente un
    alcohólico un toxicómano, aunque también se
    halla extrapolado este concepto a otras situaciones como a la
    convivencia con enfermos crónicos. La segunda es de
    contenido, aun que no se puede configurar un patrón
    homogéneo de la personalidad de los codependientes si es
    frecuente la autoanulación para entregarse y cuidar de la
    persona con problemas. Ciertamente, un dependiente emocional
    puede realizar los mismos actos pero con una diferencia notable
    de fondo: lo haría únicamente para asegurarse la
    preservación de la relación y no por esa continua
    entrega y preocupación por el otro que caracteriza a los
    codependientes. Podríamos calificar a los codependientes
    como abnegados siendo sus motivos altruistas aun con una
    desatención patológica hacia sus propias
    necesidades; estando el dependiente emocional en el caso opuesto
    centrado únicamente en sus gigantescas demandas
    emocionales. Cuidar y entregarse seria un fin para el
    codependiente, y sólo un medio para el dependiente
    emocional.

    Esta diferenciación de la intencionalidad de la
    estrategia
    codependiente contrapuesta con la entidad clínica de
    dependencia emocional defendida por Castelló (2002) es
    dudosa utilidad y
    validez. Que haría pensar que los codependientes y los
    dependientes emocionales son distintos en principio o que existan
    diferencias en el contenido de la intencionalidad en una
    estrategia de relación dependencia.

    Conceptualización de la Codependencia como
    Trastorno de Personalidad

    Intentando sintetizar e integrar estas teorizaciones se
    puede delimitar el concepto así: la codependencia es una
    condición clínica que se manifiesta principalmente
    en patrones de relación interpersonal claramente
    identificables que constituyen la estrategia codependiente y que
    consiste en cultivar patrones de relación en los que se
    comportan como la muleta psicológica de su pareja y de los
    otros significativos, de este patrón relacional obtienen
    la seguridad interpersonal que necesitan y creen eliminar la
    amenaza del abandono, la pérdida afectiva y la soledad a
    los que tanto temen. Se encuentran especialmente comprometidos
    los autoesquemas y el sistema general de creencias, y finalmente,
    estos factores dirigen a la persona a una estrategia relacional
    autodestructiva. La Codependencia, como patrón relacional,
    es supremamente estable y polivalente, compromete la estructura
    de la personalidad y por tanto es posible conceptualizarla como
    un trastorno de personalidad.

    En el DSM IV el trastorno de personalidad se describe
    como:

      1. Cognición (p. ej., formas de percibir e
        interpretarse a uno mismo, a los demás y a los
        acontecimientos).
      2. Afectividad (p. ej. La gama, intensidad,
        labilidad y adecuación de la respuesta
        emocional).
      3. Actividad interpersonal
      4. Control de impulsos.
    1. Un patrón permanente de experiencia interna y
      de comportamiento que se aparta acusadamente de las
      expectativas de la cultura del
      sujeto. Este patrón se manifiesta en dos (o más)
      de las siguientes áreas:

    La codependencia como trastorno de personalidad muestra
    compromiso en todas las áreas establecidas por el DSM IV
    (aspecto que se ampliará en el apartado dedicado al perfil
    de la afección) siendo perfectamente viable la
    aplicación de esta categoría
    diagnóstica.

    El DSM IV reserva la categoría del trastorno de
    personalidad no especificado para dos casos: cuando el trastorno
    cumple criterios de varios trastorno pero ninguno en
    específico o cuando el trastorno no está incluido
    dentro de la clasificación (por ejemplo el trastorno de la
    personalidad pasivo agresivo).

    Según el DSM IV la característica
    básica del trastorno de la personalidad es la persistencia
    y la inflexibilidad del patrón que resulta desaptativo.
    Por otro lado, hoy en día sabemos que la polivalencia del
    trastorno de personalidad lo hace autoperpetuante, el
    patrón se mantiene y retroalimenta así mismo
    creando la espiral descendente o "circulo vicioso" que
    acentúa las manifestaciones sintomáticas y el
    malestar subjetivo.

    Esta característica de los trastornos de
    personalidad, aportada por los modelos
    cognitivo-conductuales explica la progresión de la
    enfermedad sin necesidad de apelar a la visión de
    adicción emocional-afectiva. La persona codependiente
    construye un nicho sobre el que se mantiene la
    problemática, o en palabras de Riso (2000), El sujeto
    genera en su medio formas de mantenimiento y además se
    auto convence.

    En suma, teóricamente es posible realizar el
    diagnostico de codependencia como trastorno de personalidad,
    concretamente en el DSM IV se apelaría a la
    categoría de Trastorno de Personalidad no especificado:
    Trastorno de la Personalidad mixto Obsesivo-Compulsivo y
    Dependiente Barnetche, 1990). Las razones para aplicar esta
    categoría se aclararán en el perfil.

    Belloch, Ramos y Sandín (1995) en su Manual de
    Psicopatología citan los trabajos de Millon (Millon y
    Everly, 1985) quien concibe dos variantes del Trastorno de
    personalidad obsesivo-compulsivo, el Trastorno de Personalidad
    Mixto compulsivo- dependiente y el Trastorno de Personalidad
    Mixto compulsivo- paranoide, además, como trastornos
    asociados en el eje I (según el modelo
    multiaxial del DSM IV) enumera, T. Obsesivo compulsivo, T.
    Fóbicos, T. Somatoformes, T. Psicosomáticos,
    Psicosis reactiva
    breve y trastornos esquizofreniformes y T. Afectivos. Para este
    caso la codependencia se ajustaría al trastorno de
    personalidad mixto compulsivo-dependiente y los trastornos
    asociados en el eje I suelen ser el motivo de consulta,
    particularmente los trastornos afectivos como la depresión
    y en otros casos emocionales como la ansiedad que puede no
    traspasar el umbral diagnóstico para un trastorno pero que
    resulta en un gran malestar subjetivo.

    Si bien las personas afectadas por la conducta del
    adicto e inmersas en un sistema familiar adictivo tienen mucho
    que enseñar sobre el cuadro clínico del
    codependiente, no todos los codependientes han estado durante su
    vida necesariamente en relación con un adicto o
    toxicómano. Es la estrategia interpersonal de relacionarse
    con personas que necesiten ser ayudadas y rescatadas, la
    característica esencial de la codependencia (control
    interpersonal), esto, independientemente del tipo de falencia que
    presente el rescatado. Puede tratarse de un adicto, de una
    persona abusiva y maltratante, de alguien que sufra una
    enfermedad médica grave, etc. Algo que indique que el
    codependiente será necesitado. Además la estrategia
    no se limita a la elección y consolidación de una
    relación de pareja, sino que se extiende a las otras
    relaciones interpersonales, sean familiares, de amistad e incluso
    profesionales, implica además una posición frente
    al mundo y la realidad aparece distorsionada. Así las
    cosas la codependencia que en su primera conceptualización
    estuvo asociada exclusivamente al campo del tratamiento de las
    adicciones pasaría a ser una categoría mucho mas
    amplia aun que por tradición, hasta el momento, se
    conserve su término original para designar al
    compañero del adicto.

    Perfil de la
    persona codependiente

    La literatura disponible sobre la codependencia enumera
    una serie de características que arrojan pistas sobre la
    identificación de la persona codependiente. Sin embargo,
    es difícil generar un perfil homogéneo que defina
    una entidad clínica específica.

    Hipótesis
    Etiológicas:

    Irwin (1995) citado por Blanco (1999) sostiene que la
    codependencia del cónyuge del adicto puede haber sido
    adquirida durante la niñez. De esta manera se interpreta
    la codependencia como el resultado del desarrollo
    psicológico del sujeto dentro de una familia con
    algún tipo de disfunción (y por tanto no
    necesariamente relacionada con la alcoholdependencia). De esta
    manera en historia de vida de estas personas se encuentran
    frecuentemente las siguientes circunstancias: Familia de origen
    disfuncional, violencia
    intrafamiliar, presencia de adicciones químicas y/o
    emocionales en la familia de
    origen, historia de rechazo, historia de abandono y/o historia de
    abuso sexual,
    sobrecontrol y sobreprotección parental.

    Área Interpersonal

    Estrategia: Buscan personas que puedan depender
    de ellos y no amenacen marcharse por lo que sus relaciones
    están determinadas por la necesidad de ser
    necesitados
    (Norwood, 1986). La estrategia de personalidad es
    cultivar relaciones de dependencia en las que se pretende asumir
    posiciones de poder y
    control, de esto depende su propia seguridad y valoración
    personal. Para
    esto suprime su propia emoción y dirige su atención hacia los problemas de otros,
    así evade su propia realidad y sus sentimientos

    (Black, 1989). Por consiguiente la capacidad de estar en contacto
    consigo mismo está reducida. Es importante aclarar que el
    codependiente busca principalmente alguien a quien cuidar,
    contrario al dependiente "puro" que busca quien se haga cargo de
    él y adopta una estrategia de sumisión.

    Relaciones Interpersonales:

    Se relacionan con personas en dificultades: inaccesibles
    emocionalmente frías y distantes; no disponibles por
    distancia física o por la existencia de otra pareja; con
    problemas de adiciones químicas y/o emocionales; con
    falencias de la personalidad y en el control de los impulsos; con
    enfermedades
    médicas graves o algún otro tipo de incapacidad.
    Personas a las que puedan "ayudar" y esperar en
    retribución amor y aceptación. Precisa relacionarse
    con personas cuyas dificultades sean más graves que las
    propias para lograr sentirse "útil", mejor consigo mismo y
    comparativamente no ver tan mal su propia historia y
    situación. La magnitud de los problemas de las personas
    con que se relaciona hace que los propios parezcan poco graves.
    Como consecuencia y dadas las características que busca en
    las personas con las que se relaciona, existe un historial de
    relaciones afectivas frustrantes y maltratantes a nivel
    psicológico y/o físico.

    Disfunciones de la Intimidad:

    Miedo al abandono y/o temor a la soledad. Mantiene una
    relación no satisfactoria simplemente para no estar
    sólo o para no reexperimentar abandono y desamparo.
    Reserva, desconfiaza y celos hacia la pareja. Al codependiente le
    es difícil ser vulnerable y tomar riesgos para
    la intimidad. Teme ser herido, traicionado, engañado,
    criticado, abandonado o rechazado al entregar sus verdaderos
    sentimientos, flaquezas y debilidades. En consecuencia se muestra
    fuerte y en control y suprime sus emociones con el fin de lograr
    seguridad.

    Déficits en la Asertividad:

    Dificultad para renegociar sus relaciones y poner
    límites. Le es difícil identificar
    donde terminan los otros y empiezan sus propios derechos. Soporta
    transgresiones y abusos en todo sentido. Frente a las
    dificultades interpersonales puede oscilar entre el silencio
    pasivo y le explosión agresiva.

    Área
    Emocional

    Obsesión:

    Pensamiento obsesivo en relación a los problemas
    de la pareja, continuamente esta tratando de idear nuevas
    estrategias
    para controlar y dominar la situación. Rumiación de
    pensamiento entorno a problemas que no esta bajo su alcance
    solucionar (generalmente de otras personas). Anticipa
    constantemente peligros interpersonales que intentará
    neutralizar . La persona codependiente se obsesiona con el
    control interpersonal.

    Compulsión:

    La obsesión con el control interpersonal lo lleva
    a intentar frenéticamente impedir el desastre
    interpersonal por lo que su comportamiento es compulsivo en este
    sentido, es así como posee un repertorio de conductas por
    un lado manipulativas y por otro retentivas de su pareja y de
    otras personas significativas. Además, pueden existir en
    distintos grados otros comportamientos compulsivos como
    perfeccionismo, orden y limpieza; desordenes en la alimentación
    atracones de comida con o sin vómito inducido
    y/o periodos prolongados de aguantar hambre; abuso de sustancias
    pscicoactivas (píldoras, tabaco, alcohol,
    etc.); otras compulsiones (por ejemplo el trabajo, el
    sexo o el
    deporte). Son
    personas impulsivas y actúan sin pensar en las
    consecuencias a largo plazo.

    Necesidad de Control:

    Su necesidad de controlar y dominar las situaciones,
    como también su necesidad de ocultar de si mismo y de los
    demás la realidad de lo caótico de su vida pasada y
    presente dificultan que reconozca ante si mismo la necesidad de
    ayuda. Por esta razón se muestran reacios a recibir ayuda
    profesional y de organizaciones y sólo lo harán en
    medio de una crisis supremamente profunda que signifique un fondo
    en la progresión de su enfermedad. Necesitan mantener el
    control sobre la exteriorización de sus emociones y pueden
    mostrarse rígidas y reservadas.

    Emocionalidad caótica:

    Su sistema emocional se comporta de forma caótica
    (a pequeñas causas, grandes efectos. La causa original se
    amplifica dentro del funcionamiento del sistema dando como
    resultado un efecto impredecible) se pasa con facilidad de la
    alegría o euforia a la tristeza profunda o la ira. Puede
    verse inundada por sentimientos y emociones que no comprende y
    cuyo origen no conoce. Tiende a sobrerreacionar y a
    sobrevalorar estímulos
    . En este sentido sus miedos
    profundos y apego a relaciones que interpretan como "seguras" son
    el componente emocional y afectivo que constituyen el
    núcleo de la afección.

    Área Cognitivo Personal

    Autoesquema Negativo:

    Baja autoestima, baja autoeficacia, autoconcepto y
    autoimagen negativas, en diferentes grados.

    Estándares de Evaluación: Es
    hipercrítico consigo mismo y con los demás. Suele
    evaluar con parámetros muy elevados que aplica a si mismo
    y a otros.

    Contacto Consigo mismo:

    Esta más en contacto con las necesidades, deseos
    y sentimientos de otros que con los propios, su alta necesidad de
    aceptación y confirmación hace que se acomode a los
    deseos y necesidades de otros. Por lo tanto le es muy
    difícil reconocer sus propios deseos, sentimientos y
    necesidades.

    Estrategias de Autoengaño:

    Negación a nivel de la realidad propia y la de su
    pareja y entorno (no reconoce lo que realmente ocurre) y sus
    sentimientos al respecto (se desconecta y bloquea sus emociones
    presentes y pasadas). No sabe lo que siente, se le dificulta
    nombrar sus estados de animo y sus emociones, tras años de
    practica de la negación y la represión no puede
    atravesar la barrera verbal (Steiner, 1998).

    Área
    Afectiva-Motivacional

    Estado Afectivo:

    Tendencia a la depresión y/o a la ansiedad y a la
    angustia. Incapacidad para Elaborar Pérdidas: Incapacidad
    para resignarse y elaborar la pérdida afectiva que se
    evidencia en la falencia para terminar la relación aun
    cuando ésta se percibe como dañina, no gratificante
    o maltratante.

    Dependencia Afectiva:

    Depende de su pareja y otras personas para lograr la
    sensación de seguridad y valía personal. El tiempo
    que ha pasado sin pareja es mínimo, salta de una
    relación a otra sin tomar el tiempo necesario para
    elaborar la pérdida y cuando es inminente la ruptura a
    menudo tiene otras opciones disponibles que ya ha cultivado, o
    bien, permanece en una larga relación de dependencia donde
    no se satisfacen sus necesidades emocionales y afectivas y
    resulta además maltratante. Sus relaciones hacen a su
    pareja el centro de su vida y las verbalización
    prototípicas son: "Mi vida no tiene sentido sin él
    (ella)", "No puedo vivir sin él (ella)". Existe
    Síndrome de abstinencia emocional cuando se intenta
    romper la relación o se termina, que se manifiesta con
    ansiedad, angustia y depresión. Por lo que los intentos de
    ruptura no prosperan o se busca rápidamente una
    relación sustituta.

    Enfermedades Psicosomáticas:

    Frecuentemente padece enfermedades relacionadas con el
    estrés
    tiende a la somatización, presenta ulceras, gastritis,
    dolores de cabeza, dolores de espalda, resfriados recurrentes,
    alergias.

    De acuerdo con la revisión teórica se
    encuentra que la delimitación del concepto de la
    codependencia como entidad clínica es confuso y aun que
    existe evidencia empírica de que su existencia
    (Pérez y Delgado, 2001), las características
    centrales de los codependientes deben estudiarse y delimitarse
    mejor.

    Partiendo de lo anterior y teniendo en cuenta que el
    autoconcepto negativo se considera como una de las
    características de la expresión sintomática
    del codependiente (Mansilla, 2002), se genera el siguiente
    problema de investigación: ¿Existe
    asociación entre la severidad del consumo del
    cónyuge y la tendencia a un autoconcepto
    negativo?

    Del problema se puede originar la siguiente
    hipótesis general.

    1. Existen diferencias significativas entre los
      cónyuges de consumidores problemáticos y no
      problemáticos respecto a la tendencia al contenido
      negativo del autoconcepto.

    Objetivo:

    Comparar el autoconcepto de las mujeres cónyuges
    de consumidores problemáticos y no problemáticos de
    alcohol, asociado a la severidad de consumo.

    FACTORES

    VARIABLE

    DEFINICION

    MEDICION

    INDICADOR/ CATEGORIA

    Sociodemográficas

    Edad

    Se entiende como el conjunto de
    características de los individuos que integran la
    muestra en estudio.

    Cuestionario de Datos
    demográficos.

    Años cumplidos

     

    Nivel Educativo

    Idem

     

    Primaria incompleta (1)

    Primaria Completa (2)

    Bachillerato incompleto (3)

    Bachillerato completo (4)

    Técnico incompleto (5)

    Técnico completo (6)

    Otro (7)

     

    Tipo de Unión

    Idem

     

    Matrimonio Católico (1)

    Matrimonio civil (2)

    Unión libre (3)

    Otro (4).

     

    Duración de la Unión.

    Idem

     

    Años

     

    Antecedentes de Consumo

    Comportamiento de consumo antes de la
    relación, durante el noviazgo y en la
    actualidad.

     

    Si (1)

    No (2)

    Psicosocial

    Severidad del Consumo del cónyuge o
    pareja

    Entendido como el grado de desajuste que la
    conducta de beber le ha causado en general a la persona
    consumidora.

    Cid

    1. Consumo Social o bebedor social.

    2. Consumo de Riesgo.

    3. Consumo Perjudicial.

    4. Dependencia Alcohólica.

     

    Autoconcepto

    Idea o cognición que la persona tiene de
    sí misma, en la cual hace una evaluación de
    sus capacidades, destrezas y comportamientos;

    Escala de Autoconcepto de Cuestionario de
    Autoesquemas C.I.E.

    Puntuación normalizada

    Método

    Diseño:

    Se utilizó un diseño analítico
    descriptivo comparativo con el objetivo de
    buscar posibles asociaciones entre variables. Se escogió
    este tipo de diseño ya que no se manipularan variables
    sino que se midieron dadas, siendo posible comparar los
    resultados de cónyuges de consumidores
    problemáticos con cónyuges de consumidores no
    problemáticos. Es un diseño de un grupo
    único de características demográficas
    similares donde se pretendió explorar si existen
    diferencias en el autoconcepto de las mujeres dependiendo de la
    severidad del consumo de alcohol de su cónyuge.

    Participantes:

    Mediante selección
    intencional se escogió una muestra de 87 mujeres con
    edades entre 18 y 64 años, estrato 1 y 2 pertenecientes a
    la ciudad de Bogotá D.C,. que cumplieron las condiciones
    de inclusión. La participación en el estudio fue
    voluntaria y anónima, no se calculo un tamaño de
    muestra predeterminada sino que se incluyó el mayor
    número de personas que desearon participar.

    Instrumentos:

    Se empleó la escala de autoconcepto del
    cuestionario de autoesquemas (C.I.E) diseñado y validado
    en Medellín por el Grupo del Centro de Estudios Avanzados
    en Psicología Cognitiva (C.E.A.P.C), la cual consta de 19
    ítems, en una escala likert, así: (1) Muy en
    desacuerdo, (2) Moderadamente en desacuerdo, (3) Ni de acuerdo,
    ni en desacuerdo, (4) Moderadamente de Acuerdo (5) Muy de
    Acuerdo. Para este estudió se calculo la confiabilidad de
    la escala mediante el índice de consistencia interna Alfa
    con un coeficiente de 0.7251, el que se considera como aceptable.
    Con el fin de medir la severidad de forma indirecta la severidad
    del consumo del cónyuge, se realizó una
    adaptación de los 7 items del instrumento CID que
    evalúa el nivel de alcoholismo mediante cuatro
    categorías: de 0 a 1 consumo Social o Bebedor Social, 2 a
    3 consumo de riesgo, de 4 a 5 consumo perjudicial, de 6 a 7
    dependencia alcohólica. Además se aplicó el
    formato original de la prueba a la mujeres participantes en el
    estudio con el objetivo de evaluar la relación entre el
    consumo problemático del cónyuge con un consumo
    propio.

    Adicionalmente se elaboró el formulario de
    recolección
    de datos demográficos en el cual se incluyeron 6 items
    diseñados por los investigadores para evaluar los
    antecedentes del consumo en la relación de
    pareja.

    Procedimiento:

    . Las participantes fueron contactadas mediante líder
    comunitaria del barrio Santa Rosita de la localidad de Engativa,
    se trata de mujeres que asisten a los programas
    comunitarios de la parroquia. Los investigadores coordinaron con
    la líder comunitaria dos reuniones de aplicación
    del instrumento previa indicación de citar a mujeres que
    cumplieran con las siguientes características de
    inclusión: (1) Ser mujer, (2)
    Convivir con su pareja por lo menos desde hace un año, (3)
    Que su pareja se hubiese embriagado por lo menos dos veces en el
    último año. Las tres escalas y las variables
    sociodemográficas se presentaron en un solo formato de
    aplicación cuyo promedio de diligenciamiento fue de 15
    minutos.

    Plan de Análisis:

    Los datos de la ficha demográfica se analizaron
    de forma descriptiva. En la práctica el diseño
    metodológico del estudio es de un solo grupo pero la
    medición de la variable de severidad del
    consumo del cónyuge se pensó para dividir al grupo
    en dos, aquellas mujeres que convivien con un bebedor no
    problemático o social y aquellas mujeres que conviven con
    un bebedor problemático (Consumo de riesgo, consumo
    perjudial y dependencia alcohólica) Se cruzaron diferentes
    posibilidades de asociones entre variables buscando
    significación estadística. Mediante la t de student se
    compararón las medias del autoconcepto entre los dos
    grupos de mujeres.

    Resultados

    El análisis descriptivo arrojo una edad promedio
    30 años en la muestra, siendo la edad más frecuente
    22 años. En relación con la convivencia se
    halló un promedio de convivencia de 8 años, desde 1
    hasta 3 años de convivencia se encuentra un 51% acumulado.
    En cuanto al nivel educativo se encontró que los datos
    más sobresalientes son: el bachillerato incompleto con
    25.3% y el bachillerato completo en un 29.9%. El tipo de
    unión más frecuente es la unión libre en un
    54%, seguido por el matrimonio
    católico en un 33%.

    Los antecedentes del consumo evalúan el
    comportamiento de consumo de alcohol antes, durante el noviazgo,
    y en la actualidad, la persona reporta su percepción
    de la conducta problemática de beber respecto a su
    cónyuge y a sí misma. Según esto, el 44% de
    las mujeres reportaron que su cónyuge bebía de
    forma excesiva o problemática antes de conocerla, el 20.%
    consumió de forma excesiva o problemática durante
    el noviazgo, y el 23% reportó que su cónyuge bebe
    de forma excesiva o problemática en la
    actualidad.

    Frente al consumo personal se encuentra que en un 14%
    las participantes bebían de forma excesiva o
    problemática antes de conocer a su pareja. Un 12 %
    bebía de forma excesiva o problemática durante el
    noviazgo y un 10% bebe de forma excesiva o problemática en
    la actualidad.

    La forma adaptada de CID arrojo los siguientes
    porcentajes de severidad del consumo en los cónyuges de
    las participantes según las categorías: Consumo
    Social 53%, Consumo de Riesgo 22%, Consumo Perjudicial 21%, y
    Dependencia Alcohólica 5%.

    El análisis inferencial se hizo mediante el
    estadístico de t de student para la comparación de
    las medias de la escala de autoconcepto de las mujeres,
    según, la agrupación realizada mediante el
    resultado la prueba CID que permitió dividir el grupo de
    mujeres entre aquellas que conviven con consumidores no
    problemáticos (consumo social) y mujeres que conviven con
    consumidores problemáticos (consumo de riesgo, consumo
    perjudicial y dependencia alcohólica). Se encontró
    que existe una asociación con una significancia de 0.051
    (F=3.903), entre, convivir con un consumidor problemático
    y la tendencia a un autoconcepto negativo. En esta misma
    dirección, en cuanto a antecedentes del consumo,
    también se encontró que la presencia de
    comportamientos problemáticos o excesivos de consumo del
    cónyuge durante el noviazgo se asocia con la tendencia a
    un autoconcepto negativo en la mujer con una
    significancia de 0.034 (F=4,6196).

    Adicionalmente, se encontró que la tendencia a un
    autoconcepto negativo se asocia también con el reporte de
    beber de forma excesiva o problemática de la mujer en la
    actualidad con una significancia de 0.039 (F=4.395).

    Por otro la lado, al hacer el análisis
    ítem por ítem de la escala de autoconcepto
    utilizando también la prueba t en la puntuación
    promedio de cada reactivo se encontraron diferencias
    significativas en tres de los items, asociadas a convivir con un
    consumidor problemático de alcohol. En el reactivo (1):
    "pienso que estoy muy lejos del ideal de persona que quisiera
    ser" se da una significancia de 0.012 (y F=6.672). De igual
    manera, en el ítem (13) "A menudo actuó en forma
    torpe" se halló dicha asociación con una
    significancia de 0.041 (y F=3.315). Y finalmente en el
    ítem (4): "Me da dificultad reconocer que tengo
    cualidades" se encontró una significancia de 0.003 (y
    F=9,091) en la misma asociación.

    Discusión

    Partiendo de los resultados obtenidos, se puede decir
    que se dio respuesta al problema objeto del presente estudio
    verificándose la hipótesis planteada con un alfa
    de 0.06 , en la medida en que se encontró que sí
    existen diferencias significativas entre los cónyuges de
    consumidores problemáticos y no problemáticos de
    alcohol, respecto a la tendencia al contenido negativo del
    autoconcepto.

    La asociación fue significativa a un nivel de
    0.51, de acuerdo a lo sugerido por Kerlinger (1988) se reporta
    una significación mayor a lo convencional (0.05 y 0.01),
    por que según este autor en la actualidad hay una nueva
    tendencia de pensamiento sobre los niveles de significancia;
    consistente en que los investigadores reporten los niveles de
    significación de todos los resultados a un nivel
    razonablemente útil.

    De acuerdo a lo anterior se encuentra soporte
    empírico para respaldar la asociación entre la
    tendencia a un contenido negativo del autoconcepto y convivir
    con un consumidor problemático de alcohol. Aspecto
    planteado sólidamente por los clínicos que hablan
    de las características de los codependientes. De acuerdo
    al modelo cognitivo conductual el autoconcepto es una
    estructura o contenido que mediante los procesos
    autoevaluativos genera la autoestima, la autoimagen e influye
    en la autoeficacia (Oñate, 1989).

    En este orden de ideas de puede esperar que al estar
    alterado el autoconcepto consecuentemente se afecten las otras
    categorías del autoesquema. En el estudio del Programa
    Presidencial Rumbos (Perez y Delgado 2001) se encontraron
    diferencias estadísticamente significativas en los
    niveles de autoestima, depresión y control emocional al
    comparar un grupo de codependientes y controles.

    Además, citando los trabajos de Treadway (1990)
    y Lawlor (1992) que definen la codependencia como un
    patrón de dolorosa dependencia de otros, con
    comportamientos compulsivos y de búsqueda de
    aprobación para intentar encontrar seguridad,
    autoestima e identidad,(citados por Masilla, 2002), se
    entiende que los problemas de autoesquemas son centrales en la
    personas que conviven con consumidores
    problemáticos.

    Los resultados de este estudio con congruentes con
    otras investigaciones
    realizadas en nuestro país como es el caso del estudio
    "Estilos de Afrontamiento Utilizados por Cónyuges
    Problemáticos y No Problemáticos"
    encontrándose que los cónyuges de consumidores
    problemáticos tienden al un estilo de afrontamiento
    enfocado en la fantasía: seguido por un estilo de
    afrontamiento enfocado en la búsqueda de soporte social
    y la solución de problemas; y finalmente un estilo de
    afrontamiento enfocado en la autoculpabilización
    (Cuenca, 2002).

    En esta misma dirección Pérez y Delgado
    (2001) encontraron la tendencia al No afrontamiento en sujetos
    codependientes (definido como Intento por evitar el
    afrontamiento de los propios sentimientos emociones o
    imposibilidad para expresarlos). Teniendo en cuenta que las
    formas de afrontamiento involucran procesos relacionados con el
    autoconcepto y la autoeficacia, es coherente encontrar que una
    persona con déficit en los estilos de afrontamiento
    posea la tendencia a un autoconcepto negativo y
    viceversa.

    Otros resultados importantes obtenidos en el presente
    estudio indican que los antecedentes de consumo
    problemático o excesivo del cónyuge durante el
    noviazgo se asocian con la tendencia a un autoconcepto negativo
    en la mujer. Este dato puede interpretarse como un indicador de
    que la tendencia o vulnerabilidad a un autoconcepto negativo
    estaba antes de la unión, es decir, que es posible que
    se trate de una característica estable adquirida con
    anterioridad y posiblemente mantenida por una situación
    de disfunción familiar u otros factores.

    Es importante señalar que esta
    característica puede relacionarse con la elección
    de pareja en la medida en que un déficit en los
    autoesquemas puede llevar a hacer elecciones como estrategia
    compensatoria de afrontamiento de un esquema nuclear negativo
    (definido como la autopercepción del yo, de la gente y
    el mundo, Riso, ).

    Para finalizar, es importante resaltar que en el
    análisis ítem por ítem de la escala de
    autoconcepto se encontraron tres ítems cuyo promedio fue
    mas bajo en las mujeres cónyuges de bebedores
    problemáticos frente a las de los no
    problemáticos. Los reactivos son: "Pienso que estoy muy
    lejos del ideal de persona que quiero ser", "Me da dificultad
    reconocer que tengo cualidades" y "A menudo actuó de
    forma torpe". Se atribuye dicho resultado a que estos reactivos
    hacen una referencia sólida y específica a un
    contenido negativo del autoconcepto.

    Debe resaltarse que para el presente estudio se
    utilizó una muestra no clínica en búsqueda
    de asociaciones de importancia dentro del ámbito
    clínico. Es posible que si se hace una replica de
    éste en una población clínica, dirigiendo una
    búsqueda activa de participantes que cumplan la
    condición de convivencia con un bebedor
    problemático, se obtengan asociaciones más
    fuertes a nivel estadístico. El hecho de que obtener
    esta asociación en una muestra no clínica, es
    positivo y deja abierta la senda de la investigación en
    esta línea.

    CONCLUSIONES

    Dado que la codependencia no ha sido oficialmente
    reconocida como categoría diagnóstica, muchas
    personas afectadas por esta condición han estado mal
    diagnosticadas y mal tratadas durante años, frecuentemente
    pasan de un terapeuta a otro sin que ninguno de en el quid del
    asunto. Si tenemos en cuenta que según Riso (1999) la
    dependencia patológica interpersonal constituye alrededor
    del cincuenta por ciento de la consulta psicológica es
    necesario que generar investigación que nos aclare las
    distintas subcategorías que podemos agrupar bajo esta
    taxonomía general.

    Sabemos de antemano que la codependencia no se ajusta a
    los criterios diagnósticos del DSM IV bajo el
    Rótulo de Trastorno de Personalidad por dependencia pero
    que si podría definirse como un Trastorno Mixto no
    especificado de la personalidad que engloba rasgos
    patológicos dependientes y rasgos obsesivos
    compulsivos
    ..

    Sin embargo esta propuesta hace necesaria
    investigación de la codependencia como trastorno de
    personalidad apartándose de la conceptualización de
    la adicción emocional. Si la codependencia puede
    conceptualizarse como trastorno de personalidad entonces la
    construcción de instrumentos de medida es
    factible y necesaria para la investigación.

    Mientras surge la investigación pertinente,
    dentro del ejercicio clínico debemos apoyarnos en los
    checklist y en la evaluación cualitativa, fue la
    identificación de esta necesidad la que me animo para
    realizar la síntesis
    del perfil que en este artículo propongo y que trata de
    aproximarse por lo menos a nivel teórico a la
    codependencia como Trastorno de Personaldiad con un perfil
    claramente identificable..

    En 1948 muchos grupos de familia habían
    socilitado ser incluidos en el directorio de la Oficina de
    Servicio
    General de A.A. con la dificultad de no poder hacerlo por que la
    finalidad de esta entidad era ayudar exclusivamente al
    alcohólico.

    En 1951 dos esposas miembros de A.A. Lois W., y Ann B.,
    formaron un comité de la Comisión Directiva Central
    para establecer contacto con gente que solicitaba
    información y para coordinar y dar servicio a los 50
    grupos que existían entonces. Después de efectuar
    una encuesta se
    eligió el nombre de grupos de familia Al-Anon, los doce
    pasos de A.A. virtualmente sin cambiar y después las doce
    tradiciones fueron adoptadas como principios de
    guía.

    En 1955 se publicó el primer libro de
    Al-Anón, Grupos de Familia Al-alon: una guía para
    la familia de bebedores que presentan problemas. En 1965 se
    publicó un segundo libro llamado Al-Anon se enfrenta al
    alcoholismo que fue presentado en la convención
    internacional de A.A. en Toronto Canadá. En 1961 Al-Anon
    inició su conferencia anual
    de delegados de servicio mundial y de miembros voluntarios de la
    Oficina de Servicios
    Mundial para actuar como gran ente coordinador de la
    organización. De 1971 a 1976 a los 50 grupos
    originales se añadieron más de 12.000 grupos de los
    Estados Unidos, Canadá y muchos otros países. En
    1995 habían más de 30.000 grupos en todas partes
    del mundo. (Al-anon, 1997).

    Otras Características
    Frecuentes:

    • A menudo escoge profesiones asistenciales que
      le permitan cuidar de otros y no preocuparse de si mismo tales
      como enfermería, consejería,
      psicología, trabajo
      social, medicina,
      ministerio religioso, educador, etc.
    • Hacen amenazas frecuentes de abandono para presionar
      el cambio en la
      pareja, sin embargo éstas no se hacen efectivas. Por
      ejemplo: "Si no cambias, te abandonaré"
    • Pensamiento absolutista en términos de todo o
      nada; siempre, nunca; blanco negro. Las cosas y las situaciones
      se expresan en extremos, los gradientes no se
      consideran.
    • Las personas agradables y sin problemas por resolver
      le resultan aburridas y le es complicado relacionarse con
      ellas.
    • Tiene una habilidad nata para detectar personas en
      dificultades y ofréceles su ayuda aun que no le sea
      solicitada.
    • Teme a las emociones intensas en si mismo y en otros
      y a las figuras de autoridad
      enojadas.
    • Habla casi siempre de los demás y evita hablar
      de si mismo, su historia esta llena de secretos y no habla de
      su pasado doloroso. Su pasado es prohibido y se ve como algo ya
      superado y rara vez lo relaciona con la problemática
      actual (si la percibe).
    • Cuando alguien se muestre emocinalmente perturbado
      automáticamente intentará averiguar lo que sucede
      y lo que siente para mejorar las cosas.
    • Miente sobre sus emociones y sentimientos, intenta
      disimular la realidad de lo que sucede con su pareja o familia
      y encubre a la persona con problemas. Sin embargo en la
      intimidad acusa, crítica y regaña.

    Historia Familiar De La Persona
    Codependiente

    Clásicamente el hogar de origen fue infeliz,
    desintegrado o caótico. Papá y mamá
    (madrastra, padrastro) estuvieron sumergidos en una lucha
    titánica abierta o encubierta donde quedaba poco tiempo y
    energía para ocuparse de las necesidades de los hijos.
    Existieron problemas graves en la familia que todos aprendieron a
    ocultar de si mismos y de los demás (Negación) y un
    acuerdo tácito de no hablar de lo que realmente
    ocurría o se sentía para no perturbar la falsa
    calma o empeorar la situación (restricción de
    la
    comunicación). Se generaron así las tres reglas
    básicas que se han observado en el patrón
    codependiente: No hablar, no confiar, no sentir, propuestas por
    Claudia Black en su libro con el mismo nombre.

    En consecuencia, "la familia disfuncional es aquella
    donde existe una negación compartida de la
    realidad"2 y la frase
    tácita es "aquí no pasa nada". La comunicación carece de declaraciones de
    sentimientos y emociones y en su lugar aparecen temas inofensivos
    como el estudio, el trabajo, los
    problemas de otros, los deportes, la
    televisión, los hijos, los arreglos caseros etc. En
    otras palabras los diálogos no tocan las verdaderas
    dificultades y sentimientos, de esta manera, los miembros
    están profundamente aislados a nivel emocional, se sienten
    incomprendidos, confusos y ansiosos.

    La función de
    esta restricción en la comunicación donde existen
    temas vedados es mantener inalterada la negación a nivel
    de la realidad y de los emociones (estas últimas
    podrían indicar que algo anda mal) en el sistema familiar.
    Cuando se agitan los problemas urge encontrar un culpable, esto
    permite salvar la propia responsabilidad y autoimagen,
    así, "yo estoy bien y es otro el que esta mal", se trata
    de un maniobra defensiva que todos practican al unísono.
    De esta suerte, la propuesta de verdaderas soluciones
    donde cada uno asuma su participación en el problema y en
    su respectiva solución resulta imposible .

    Con frecuencia, aunque no siempre, la familia
    disfuncional tiene problemas de abuso y adicciones a
    sustancias psicoativas como alcohol, píldoras,
    marihuana,
    coca etc. en uno o ambos progenitores o en algún otro
    miembro de la familia. Pueden encontrarse también
    trastornos mentales, violencia
    intrafamiliar, incesto y desviaciones psicopáticas, entre
    otras.

    La lucha de la pareja empieza a afectar profundamente a
    los hijos y estos en el pensamiento egocéntrico propio de
    la infancia se
    atribuyen la culpa de los problemas de la familia e intentaran
    mejorar las cosas. Ahora todos están preparados para
    entrar en el juego donde se
    conforman bandos y coaliciones y se adecuaran a ciertos roles que
    sintetizaran e integrarán en su personalidad.

    La estructura más común de esta familia es
    la siguiente: mamá es la mártir de papá
    (madrastra o padrastro); papá (padrastro) es un victimario
    egoísta, negligente, adicto y/o maltratante; el
    mayor de los hijos es el héroe de mamá (o la
    heroína de papá si la madre no cumple su
    función), trabaja joven y asume responsabilidades en el
    hogar, "su función es compensar las carencias y ofrecer
    coherencia, estructura y estabilidad a la familia"*, es frecuente
    que permanezca en casa en su etapa adulta olvidándose de
    su propia vida, este rol del hijo responsable*
    también puede verse cuando la mayor de las mujeres se
    ocupa de los asuntos de la casa y del bienestar de sus hermanos
    menores; el independiente aprende a ser autosuficiente o a
    no necesitar, no solicita nada a la familia por que sabe que no
    se ocuparan de sus necesidades, toma distancia del conflicto
    familiar, es responsable y abandona pronto el nido; El
    solitario
    su estrategia es evitar la interacción , permanece aislado, tiene
    pocos amigos y trata de no involucrase en los pleitos familiares,
    de esta forma vive en su propio mundo; La oveja negra o
    el hijo de conducta inadecuada* se muestra rebelde y
    agresivo, pelea continuamente con los padres, esta consumido por
    la ira, es hipercrítico, viola las normas (carece de
    límites y puede llegar hasta la delincuencia),
    puede desarrollar patrones de consumo de sustancias,
    desvía la atención negativa hacia sí mismo
    mientras el verdadero problema familiar crece; el
    conciliador*
    es un negociador nato intenta mediar los
    conflictos
    familiares, trata de tener buenas relaciones con todos, intenta
    ser bueno para aliviar las cosas, busca que los
    demás se sientan mejor por lo que es experto en diluir las
    emociones negativas de los demás; el
    adaptable*
    esta profundamente desconectado de sus
    emociones, considera que puede aceptar cualquier cosa que suceda
    y no intentará cambiar la situación, se deja llevar
    por la corriente, no protesta, no participa, no se involucra en
    la vida de los otros; el payaso intenta distraer a la
    familia con humor y alejarlos del dolor, proporciona un
    distractor para evitar las confrontaciones, busca brindar un poco
    de alegría en medio del caos, se muestra entusiasta aun
    que esta igualmente afectado por la situación.

    Estos estilos de roles son ilustrativos y en realidad
    suelen mezclarse dos o más en una sola persona, sin
    embargo es posible identificar el estilo dominante de
    adaptación dentro de la familia disfuncional.
    "Básicamente los hijos de la familia aprenden a hacerse
    invisibles, no necesitar nada para si mismos y no ser una carga
    más; ser buenos y proporcionar motivos de orgullo y
    así aliviar la situación; o ser malos y con su
    conducta inadecuada permitir que la atención y la
    tensión familiar se dirija hacia el hijo problema que
    acepta la culpa de la situación caótica, mientras
    distrae la lucha de la pareja".

    Todos los roles exigen la desconexión de las
    propias necesidades y deseos así mismo como la ruptura con
    la propias emociones. Los hijos de familias con problemas
    aprenden a adecuarse a un rol o estrategia que les permite
    adaptarse a situación caótica de la familia, sus
    miembros se acomodan en un intento por dar estabilidad al sistema
    y lograr su propia seguridad dentro de un ambiente lleno
    de amenazas y carencias emocionales.

    Estos niños no viven su niñez, aprenden a
    cuidar de otros sean hermanos o uno de los padres, a no empeorar
    las cosas haciendo uso de la negación de la realidad y los
    sentimientos, a ser hiperresponsables y perfeccionistas para
    compensar el sistema familiar y dar motivos de orgullo o en el
    peor de los casos a ser la oveja negra y capturar toda la
    atención negativa de la familia.

    En la otra cara de la moneda los padres fracasan en la
    satisfacción de las necesidades emocionales básicas
    de sus hijos, necesidades de aceptación, valoración
    y amor. Se puede decir con certeza que estos padres tienen
    también su propia historia familiar y en resumidas
    cuentas cuando
    un padre o madre fracasa en satisfacción de las
    necesidades emocionales de sus hijos es por que ellos mismos
    tienen esas carencias.

    Los hijos de estas familias tienden a buscar parejas que
    les permitan recrear sus antiguas luchas infantiles repitiendo
    inconcientemente los patrones familiares de relación que
    aprendieron de niños. La familia es el socializador
    primario y donde se aprende la forma de relacionarse con los
    otros, se aprende a relacionarse con la pareja de acuerdo al
    modelo observado en la relación de papá y
    mamá.

    A menudo, la persona codependiente, puede sorprenderse a
    sí misma repitiendo las misma conductas que observo en
    casa y que juró no repetir nunca. Esto sucede debido a que
    las estrategias adaptativas utilizadas en la infancia
    están profundamente arraigadas y en la vida adulta se
    manifiestan en lo que los psicólogos clínicos de
    enfoque cognitivo llaman esquemas maladaptativos tempranos. Es
    decir, lo que en la infancia permitió la adaptación
    al medio se extrapola a la adultez donde resulta maladaptativo y
    autodestructivo, se cierra así, la transmisión de
    generación a generación de los problemas
    emocionales y de los problemas de salud mental de estas familias.
    La historia se repite y los hijos de estas parejas copiaran el
    guión para sus propias vidas.

    Otros factores que predisponen a una persona a
    desarrollar un patrón codependiente de relación
    además o diferentes de la procedencia de una familia
    disfuncional es una historia de abandono emocional o
    físico, abuso sexual (incluyendo el incesto), o rechazo
    abierto o encubierto de un hijo. Frecuentemente dentro de las
    familias disfuncionales se dan estas circunstancias pero puede
    ser posible que un hijo de una familia "funcional" se vea
    expuesto a un abuso sexual por fuera de su núcleo familiar
    por parte de un extraño o amigo de la familia, o expuesto
    a circunstancias estraordinarias. En contraste la historia de
    abandono y/o rechazo están ligadas a la actitud de los
    padres hacia los hijos.

    La persona que es víctima de abuso, abandono y/o
    rechazo sufre daños en su autoestima (y en la totalidad de
    su autoesquema) ya que se le es negada la capacidad de valorarse
    a si mismo mediante el amor de los
    padres. Podríamos ilustrar esta lógica
    dentro del condicional "Si papá o mamá no me
    quisieron que razón tendría para amarme a mi
    mismo", el niño que crece bajo estas circunstancias
    concluye que no es digno de ser amado y que algo malo ocurre con
    él y esta es la razón por la que no fue valorado.
    Sintetizando, cuando se siente que es el amor de los padres o de
    uno de ellos lo que falto en la infancia, niñez y adolescencia
    la autoestima y la autoimagen se resienten.

    Los autoesquemas son estilos interpretativos estables
    acerca de la información sobre nosotros mismos, y se
    componen por la autoestima (que tanto nos queremos), la
    autoimagen (como nos vemos y si nos gustamos) y la
    autoeficacia.(que tanto confiamos en nosotros mismos para logra
    metas).

    No todas las personas que provienen de un hogar
    disfuncional se hacen codependientes, pero muy probablemente
    tendrán problemas en sus relaciones interpersonales y en
    su salud mental. Al mismo tiempo la vulnerabilidad a desarrollar
    cualquier tipo de dependencia química es muy alta.
    De tal suerte que tradicionalmente los varones son mas propensos
    a desarrollar adicciones, consumos abusivos de sustancias
    psicoactivas, ergomanía (adicción al trabajo); y
    las mujeres mas propensas a desarrollar dependencia interpersonal
    patológica. Simplemente la cultura condiciona hacia donde
    dirigir las necesidades de dependencia-seguridad, sembradas por
    una infancia traumática y/o llena de carencias
    emocionales, según el género de
    la persona.

    En conclusión aunque no se puede asociar la
    codependencia necesaria y únicamente a las familias con
    problemas de abuso de sustancias psicoactivas, si está
    claro que en todos los trastornos de personalidad las
    experiencias tempranas fueron determinantes, generando
    aprendizajes emocionales tipo impronta. Belloch y Sandín
    resumiendo la posición de Millon exponen que "existen
    determinantes biogénicos y psicogenéticos que
    covarian para formar la personalidad a lo largo del tiempo, de
    forma que el curso de las últimas características
    está relacionado intrínsecamente con los eventos de la
    infancia. El peso de cada uno de ellos varía en
    función del tiempo y las circunstancias, y no se puede
    afirmar cual fue el primer factor que influyó ni que los
    efectos sean tan sólo unidireccionales."

    Referencias

    Al-anon (1997). Manual de Servicio y los doce
    conceptos. Corporación Al-anon-alateen.
    Bogotá. D.C.

    American Psychiatric Asociation (APA), (1994). Manual
    Diagnóstico y Estádistico de los Trastornos
    Mentales. Traducción española. Editorial.
    Mason S.A. 1995. Barcelona.

    Alvarado, S. (2000). La Codependencia y la Familia
    Adictiva. Artículo on-line. www.crublap.org/html/codependencia.html

    Belloch, A; Sandin, B; Ramos, F. 1995. Manual de
    Psicopatología. Ed. Mc Graw Hill. Madrid.

    Black, C. (1989). No hablar no confiar no sentir.
    Editorial Pax México D.F.

    Blanco, A. (1999). La codependencia en Actual
    Sistema Sanitario. En: Suma Psicológica. Vol 6, No
    2, sep. 221-239.

    Burney, R. (2000), Artículo on-line.
    www.silcom.com/~Joy2MeU/joy-5.htm

    Beatti, M. (1987). Codependet no More. Hazelden
    Foundation. Harper and Row Publishers Inc.

    Barnetche, M. (1990). Quiero ser libre, De la
    codependencia a la coparticipación positiva.
    Editorial Patria S.A. México.

    Catelló, J. (2002). Análisis del
    Concepto de "Dependencia Emocional". En: www.psicoactiva.com/arti/revista11.htm

    Kerlinger, F. (1988). Investigación del
    Comportamiento. Editorial Mc Graw Hill.
    México.

    Mansilla, F. (2002). Un enfoque de la
    codependencia. En: www.psiquiatria.com/imprimir.ats?4182

    Norwood, R. (1986). Las mujeres que aman
    demasiado. Javier Vergara Editor. Buenos
    Aires.

    Steiner, C.1998. La Educación Emocional. Javier Vergara
    Editor. Buenos Aires.

    Riso, W. (1999). ¿Amar o Depender?
    Editorial Norma. Bogotá

    Riso, W. (2000) Curso de Terapia
    Cognitiva-Informacional, Actualización y aplicaciones
    Clínicas, Dictado en la Universidad
    Católica. Material de Resumen y consulta,
    Bogotá Primer Periodo Académico de 2000.
    .

     

    Carlos Eduardo González
    Cifuentes

    Nubia Emilce Martínez Cuervo

    Jesús E. Jaimes
    Osma*

    Universidad Católica de Colombia

    Facultad de Psicología

    Mayo de 2002

    Bogotá D.C.

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter