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Caudillismo disfrazado en el Perú. Desde Ollantay hasta Ollanta Humala




Enviado por MANUEL RISCO CH.



    1. Resumen
    2. Justificación del
      tema
    3. De sus antecedentes
      históricos
    4. Método de
      investigación
    5. Valor de la
      propuesta
    6. Bibliografía

    PRESENTACION

    El Perú siempre ha sido un país de
    rebeliones, revueltas, revoluciones, alzamientos, asonadas y
    golpes de Estado.
    Particularmente el sur del país tiene una larga y
    arraigada cultura de la
    revuelta, desde Ollantay hasta el teniente-coronel Ollanta
    Humala, cientos de páginas se podrían escribir
    sobre ellas. Puedo decir con cierto orgullo que, al menos en
    golpes, somos uno de los primeros.

    En este Estado han habido, hay y con seguridad,
    habrán siempre "salvadores de la patria" entre comilla,
    que no dudarán en recurrir a la fuerza para
    derrocar a un tirano o para hacerse de todo el poder.

    Aquí les ofrezco apenas un pequeño resumen
    de las rebeliones y los golpes militares más conocidos y
    la influencia en la sociedad
    peruana.

    RESUMEN

    Una Rebelión por amor

    Se dice que el Capitán Ollanta (u Ollantay) fue
    el primer insubordinado conocido en el Perú. Ollanta
    estaba enamorado de Cusi-Coyllur, hija del Inca
    Pachacútec. Ollanta pidió la mano de la princesa al
    Emperador, pero éste se la niega, entonces el novio se
    subleva y se encierra en una fortaleza.

    La princesa da a luz a una
    niña -hija de Ollanta- y el Inca Pachacútec muere
    de indignación y de vergüenza. El príncipe
    heredero se venga sitiando a Ollanta y encerrando a su hermana en
    una cárcel.

    Cuando por fin, al cabo de muchos años logra
    el
    príncipe que se rinda Ollanta y se dispone a darle
    muerte,
    Hima-Súmac, hija del capitan y de la princesa, intercede
    por él y es perdonado, del mismo modo consigue la libertad de su
    madre.

    Esta rebelión "por amor"
    naturalemnte, es un hecho ficticio surgido de la mente de un
    literato anómino. Como veremos a continuación, las
    rebeliones verdaderas en el Perú, siempre han tenido un
    único objetivo: el
    poder.

    Los orejones se rebelan contra el Inca

    Años más tarde, Huayna Cápac, lleva
    al Imperio Inca a su máxima expansión, pero decide
    trasladar el centro del poder desde Cusco hacia Tumipampa, en el
    actual Ecuador. Ante
    esta situación, los "orejones" o nobles incas, se
    rebelan y se proclaman "defensores del Sol". El Inca tuvo que
    ceder, promete regresar al Cusco y aprovecha para repartir nuevos
    beneficios entre los nobles cusqueños. La historia de las prebendas en
    el Perú es más antigua de lo que se
    cree.

    Atahualpa se alza contra Huáscar

    Huayna Cápac regresaba al Cusco, enfermó
    de viruela y murió en el camino. La enfermedad y la muerte
    también alcanzaron al hijo designado para sucederle: Ninan
    Cuyuchi. Esto causó gran confusión sobre
    quién debería suceder a Huayna Cápac, pero
    finalmente todos coincidieron que debería ser
    Huáscar, por ser el príncipe co-reinante de Ninan
    Cuyuchi.

    Pero Huáscar era muy temperamental y
    cometió muchos desatinos que le trajeron gran
    oposición. El líder
    de la oposición de aquella época fue Atahualpa, un
    príncipe curtido en la batalla, que tenía gran
    ascendencia entre los generales de su padre. Se realizaron varias
    batallas, pero la victoria final fue de Atahualpa, quien luego
    mandó a matar a su hermano Huáscar. Atahulpa
    también moriría en manos de los españoles,
    luego de entregar una enorme suma por su rescate.

    La rebelión de Almagro contra
    Pizarro

    Pero los españoles no pusieron fin a las
    rebeliones en el Perú, por el contrario, las sublevaciones
    fueron frecuentes. Parte de los conquistadores se insobordinaron
    en la Isla del Gallo contra Pizarro, pero más importante
    fue la guerra
    iniciada por Almagro. El Rey Carlos V le había dado a
    Francisco Pizarro la Gobernación del Perú y a Diego
    de Almagro la Gobernación del sur de Chile.

    La conquista de Chile fue un fracaso, el territorio era
    pobre y la lucha con los araucanos no tenía cuando acabar.
    Almagro enfrentaba la insubordinación de su propia tropa y
    decidió reclamar algo a lo que consideraba que
    tenía justo derecho: la rica ciudad del Cusco. Así
    se inicia una guerra civil, Almagro capturó la antigua
    capital Inca,
    apresó a Hernando Pizarro, hermano del Gobernador. Hubo un
    arbitraje y el
    fallo fue a favor de Pizarro.

    Almagro reaccionó con indignación e
    inició la guerra, pero fue derrotado, juzgado y
    sentenciado a muerte. Sin embargo la lucha no concluyó
    allí. Los almagristas se reunieron en torno al hijo de
    Almagro: Diego de Almagro El Mozo, quienes al final, asesinaron a
    Francisco Pizarro.

    Las rebeliones
    indígenas

    Si bien los conquistadores no enfrentaron una gran
    oposición en el Perú, los indígenas
    mantuvieron un proceso de
    resistencia que
    se inició con Manco y los Incas de Vilcamba y se
    intensificó en el siglo XVIII con Juan Santos Atahualpa y
    José Gabriel Condorcanqui: Túpac Amaru
    II.

    En 1780 había en el sur un gran descontento
    contra la autoridad
    real, Túpac Amaru II pudo levantar un gran ejército
    indígena que causó gran preocupación en el
    Virreynato peruano, sin embargo, en mayo de 1781, Túpac
    Amaru fue capturado y ajusticiado junto con su familia.

     53 gobiernos en 24 años

    La rebelión de los peruanos fue fundamental en la
    Independencia.
    En el proceso independentista, hubo participación
    indígena, también de sectores urbano marginales, de
    capas medias provincianas, y mestizos y criollos de poca fortuna.
    Hubo guerrillas y montoneras que apoyaron a San Martín y
    Bolívar, y
    su accionar se prolongó hasta la batalla de
    Ayacucho.

    La independencia no trajo la paz al Perú, por el
    contrario, sugieron numerosos movimientos de diferente
    concepción que buscaban tomar el poder o conseguir su
    propia independencia. Surgieron tendencias regionalistas y
    separatistas en Cusco y Arequipa. El Estado
    peruano no conseguía estabilidad, entre 1821 y 1845, en
    tan sólo 24 años, hubo 53 gobiernos y seis
    constituciones. En 1838 hubo 7 presidentes
    simultáneamente.

    La rebelión de los hermanos
    Gutiérrez

    En 1872 el presidente José Balta nombró
    como ministro de guerra a Tomás Gutiérrez. El
    Perú se encontraba en ese momento en un proceso de
    transición, Manuel Pardo era el presidente electo que
    asumiría el mando el 28 de julio de ese año. Sin
    embargo, el 22 de julio Tomás Gutiérrez, junto con
    sus hermanos Silvestre, Marceliano y Marcelino (todos coroneles)
    realizan un golpe militar, capturan a Balta y le dan muerte. El
    pueblo peruano, fatigado por la agobiante crisis
    económica y los cuartelazos, decide no apoyar la
    efímera dictadura de
    los hermanos Gutiérrez. Se inicia una reacción
    popular contra los insurrectos. Los hermanos Tomás,
    Silvestre y Marceliano Gutiérrez fueron muertos y colgados
    de las torres de la catedral de Lima.

    Las rebeliones de Cáceres

    Durante la ocupación chilena, el caudillo
    Andrés Avelino Cáceres organizó la
    resistencia en la sierra central entre 1881 a 1883.
    Cáceres participó de varias rebeliones e
    insurrecciones, combatió a Manuel Ignacio Vivanco (1844),
    apoyó a Ramón
    Castilla (1855-1862), combatió al gobierno de Juan
    Antonio Pezet (1863-1865). Apoyó el levantamiento de
    Mariano Ignacio Prado (1865-1868). Combatió a
    Nicolás de Piérola (1879-1881) y a Miguel Iglesias
    (1883-1886).

    Finalmente, asumió el poder en 1886 a 1890 y de
    1894 a 1895. Pero Cáceres, un eterno insubordinado,
    sufrió la insubordinación en carne propia. En su
    segundo gobierno fue acusado de querer perpetuarse en el poder y
    Nicolás de Piérola se rebeló en su contra,
    junto con sus montoneros llevó a cabo intensos y
    sangrientos combates que desembocaron en la renuncia de
    Cáceres y la ascensión de Piérola en 1895.

    El triste fin de Leguía

    El siglo XX trajo enormes cambios al país, pero
    las conspiraciones y rebeliones siguieron siendo las mismas.
    Hasta la clásica violación de la Constitución continuó siendo una
    norma. Durante el oncenio del presidente Augusto B.
    Leguía, la Carta Magna
    redactada por él, fue violada por él mismo y por el
    fiel oficialismo de aquella época.

    Leguía llevó al país hacia la
    modernidad y fue
    uno de los presidentes más destacados del siglo XX, fue un
    sujeto pragmático y dirigió al país con
    mentalidad empresarial, pero también se caracterizó
    por mantener el control absoluto
    del poder y por una tendencia natural hacia el
    autoritarismo.

    En 1920 Leguía aprobó una nueva
    Constitución que no contemplaba la reelección
    presidencial inmedita. Sin embargo, en 1923 modificó un
    artículo constitucional e introdujo la reelección
    "por una sola vez". Y luego de ser reelecto, volvió a
    modificar la Constitución aceptando la reelección
    indefinida: "el presidente durará en su cargo cinco
    años y podrá ser reelecto", decía la norma.
    Estas reformas, en manos de un congreso siempre sumiso,
    permitió que Leguía permanezca once años en
    el poder.

    Todo marchó bien hasta que llegó la crisis
    económica producto de la
    Primera Guerra
    Mundial. El repudio por la presencia del "tirano" fue
    capitalizado por la revolución
    de Arequipa encabezada por el comandante Luis Miguel
    Sánchez Cerro en agosto de 1930. Leguía
    aceptó renunciar y partió hacia el exilio, pero fue
    arrestado y llevado a la Penitenciaria. Murió en el
    Hospital Naval de Bellavista, en absoluta pobreza, en 1932,
    pesando apenas 30 kilos.

    El "macho" Sánchez Cerro

    Como ha sido frecuente en la historia peruana, la
    revolución de Sánchez Cerro se originó en el
    sur del país, en Arequipa. De orígen humilde y
    rasgos indígenas, Luis Miguel Sánchez Cerro era el
    típico militar "macho" latinoamericano. Participó
    del golpe contra Billinghurst en 1914, se alzó en armas contra
    Leguía en 1922 y estuvo preso en la isla de Taquile, en
    Puno.

    En 1931, se organizaron elecciones, en las cuales
    Sánchez Cerro resultó electo. Pero los apristas
    consideraron que hubo fraude y
    declararon a Víctor Raúl Haya de la Torre como
    "presidente moral del
    Perú". Los apristas iniciaron una oposición
    desenfrenada que casi lleva a una guerra civil y que
    concluyó con una revolución aprista en Trujillo y
    el asesinato del presidente Sánchez Cerro en 1933 en manos
    de un militante aprista.

    Las rebeliones del Apra

    El Apra también estuvo por detrás de otra
    rebelión. En 1948, durante el gobierno de José Luis
    Bustamante y Rivero los apristas realizaron una férrea
    oposición desde el Congreso, el país vivía
    una crisis social que desembocó en la sublevación
    que tenía por objetivo tomar el poder y deshacerse de los
    mandos castrenses. El 3 de octubre de 1948, el Real Felipe fue
    atacado por mar y tierra, pero
    los apristas no consiguieron el respaldo popular y Haya de la
    Torre tuvo que refugiarse en la embajada de Colombia.
    Bustamante y Rivero no duraría mucho tiempo.

    El 27 de octubre de 1948, otra vez Arequipa se
    levantó contra el gobierno constitucional, y el Gral
    Manuel A. Odría dirigió un golpe que derrocó
    al presidente, al cual se le acusó de fomentar la
    anarquía.

    Odría, su golpe y su
    "Montesinos"

    Odría convocó a elecciones para
    legitimarse, pero participó solo, mandó a la
    cárcel al otro candidato, el general Ernesto Montagne. Por
    entonces surge una nueva rebelión en Arequipa, comandada
    por la Liga Democrática, se levantaron barricadas y hubo
    varios muertos. En este clima,
    Odría, que era candidato único, se eligió
    "presidente constitucional", el 28 de julio de 1950.

    Odría también tuvo su "Montesinos":
    Alejandro Esparza Zañartu, un siniestro personaje quien se
    desempeñó como director de Gobierno y como ministro
    de Gobierno (hoy del Interior). Su actuación se
    rodeó de misterio y sus excesos contribuyeron al
    desprestigio del régimen, que acabó siendo muy
    impopular. La indignación aumentó cuando nuevamente
    en Arequipa hubo un levantamiento popular debido a una salvaje
    represión militar contra una huelga
    estudiantil, donde murieron tres jóvenes que portaban una
    bandera blanca. Odría tuvo que prescindir de Esparza
    Zañartu y derogar la ley de seguridad
    interior.

    El golpe luego del fraude

    En las elecciones de 1962 Haya de la Torre quedó
    en primer lugar, Belaúnde Terry en segundo y Odría
    en tercero, pero no hubo un ganador con mayoría absoluta,
    el Congreso debía elegir al nuevo presidente. Era vox
    populi que había habido fraude. Las Fuerzas Armadas
    exigieron que se anularan los comicios y como el poder electoral
    se negó, sobrevino un nuevo golpe de Estado
    que convocó a nuevas elecciones donde ganó Fernando
    Belaúnde Terry.

    Las rebeliones de los años 60

    Los años 60 fueron plagados de rebeliones y de
    movimientos guerrilleros inspirados por el éxito
    de la revolución
    cubana. Hugo Blanco y Luis de la Puente Uceda fueron los
    más famosos líderes revolucionarios. Se realizaba
    la toma de pueblos, haciendas y puestos militares con el fin de
    ganar adeptos. Pero a la población no le interesaba la ideología que predicaban y no los
    respaldó.

    Fernando Belaúnde no trajo la ansiada estabilidad
    al Perú. En 1968 su gobierno firmó un convenio con
    la International Petrolium Company que tuvo el apoyo
    multipartidario. Pero el Director de la Empresa Petrolera
    Fiscal, Carlos
    Loret de Mola, denunció que había desaparecido la
    página once del acuerdo, donde estaría estipulado
    el monto de la indemnización que pagaría el Estado
    a esa empresa. Se produjo un gran escándalo que
    llevaría a una nueva rebelión. El 3 de octubre se
    produce un golpe de Estado que depone a Belaúnde. La junta
    militar presidida por el General Juan Velasco Alvarado
    contaría con el apoyo de la izquierda peruana y del
    partido comunista.

    El Gobierno Revolucionario de las FFAA

    El gobierno de Velasco nacionalizó los recursos,
    reformó el agro, la educación,
    expropió las empresas, los
    bancos y los
    medios de
    comunicación. El autoritarismo campeaba y la
    radicalización de los bandos opuestos era
    evidente.

    Fue un buen momento para que el General Francisco
    Morales Bermúdez planeara un "relevo institucional", es
    decir, un golpe al golpista, que se produjo en agosto de
    1975.

     El "relevo institucional"

    Morales Bermúdez estuvo cinco años en el
    poder y durante su gobierno continuaron confiscados los diarios y
    canales de televisión. También siguieron los
    encarcelamientos y las deportaciones de los críticos al
    gobierno. Fue entonces que se engendran las rebeliones y el
    terrorismo que
    sacudirían al país durante los años 80 e
    inicios de los 90. El alzamiento de dos grupos armados
    que sembrarían el caos y la muerte en el país y que
    dejarían un saldo de más de 25 mil muertos (70 mil
    según la Comisión de la Verdad instaurada en 2001).

    El Autogolpe de Fujimori

    En 1990, en medio de la hiper-inflación y la
    violencia
    terrorista, Alberto Fujimori llegó al poder sin
    ningún apoyo de los partidos
    políticos tradicionales y tuvo que enfrentar una
    fuerte oposición en el Parlamento. Fujimori acusaba al
    Congreso de ser "paquidérmico" y el Congreso a Fujimori de
    tener actitudes
    "totalitarias".

    La discusión terminó el 5 de abril de
    1992, a la voz de "disolver", cuando Fujimori cerró el
    Congreso e intervino el Poder Judicial,
    tomando el poder absoluto. El sui generis golpe sería
    conocido como "el autogolpe" de Fujimori y contó con un
    respaldo de entre el 80% y el 90% de la
    población.

    El gobierno de mano dura de Fujimori consiguió
    vencer la hiper-inflación y capturar a los cabecillas
    terroristas.

    Sin embargo, Fujimori las vería díficiles
    cuando el 13 de noviembre de 1992 el Grl. Jaime Salinas
    Sedó lideró un "contragolpe" que a última
    hora fue debelado y sus líderes encarcelados.

    Luego de ello Fujimori hizo una nueva
    Constitución, fue reelecto e "interpretó" la
    Constitución para reelegirse nuevamente.

    Montesinos y su intento de tomar el
    poder
    .

    En el año 2000 se hicieron evidentes las
    fraudulentas manipulaciones del asesor presidencial Vladimiro
    Montesinos, el cual controlaba casi todas las instituciones
    del Estado, sobre todo, las Fuerzas Armadas. Tras exhibirse un
    vídeo donde Montesinos sobornaba a un congresista,
    Fujimori destituyó a Montesinos y anunció que
    acortaría su tercer mandato.

    Pero al asesor presidencial no le gustó la idea y
    trató de mantenerse en el poder deponiendo a Fujimori y
    colocando a un títere en su lugar, sin embargo, gracias a
    la presión
    popular por regresar a una verdadera democracia,
    Montesinos se vio obligado a huir y vivir en la clandestinidad
    por varios meses hasta ser encarcelado.

    Cuando los humalas eran buenos

    Mientras Fujimori y Montesinos se peleaban, en Moquegua
    surgió una rebelión periférica liderada por
    el teniente-coronel Ollanta Humala y su hermano, el militar
    retirado, Antauro Humala secundados por 50 soldados.

    Los Humala se dieron a conocer entonces, como los
    líderes de un movimiento
    ultranacionalista, racista y xenófobo llamado
    "etnocacerista" que proponía la supremacía de la
    "raza cobriza".

    La rebelión "etnocacerista" buscaba sacar del
    poder a Fujimori y a los militares corruptos que lo
    secundaron.

    Los Humalas ganaron cierto apoyo en el sur y el respaldo
    de diversos políticos que los consideraron "héroes
    de la democracia". Sin embargo, poco después fueron
    abandonados por sus soldados, quienes se entregaron a sus
    superiores.

    Más tarde, Fujimori renunció y
    asumió la jefatura del Estado el presidente del Congreso,
    el Dr. Valentín Paniagua. Al haber cambiado la
    situación política, Ollanta
    Humala se entregó a las autoridades. A pesar de sus
    posturas radicales, Ollanta Humala fue reintegrado al
    Ejército y premiado, siendo enviado a Francia y
    Corea como Agregado Militar recibiendo un abultado sueldo.

    Cuando los humalas se hicieron malos

    En el año 2001 asumió el gobierno del
    Perú el economista Alejandro Toledo. Desde sus inicios, su
    gobierno fue duramente criticado por Antauro Humala, que
    consideraba a Toledo "la cabeza de un gobierno corrupto y vendido
    a capitales extranjeros, sobre todo chilenos".

    En diciembre de 2004, su hermano, el Comandante Ollanta
    Humala, quien era agregado militar del Perú en el
    extranjero, fue dado de baja intempestivamente, lo cual
    provocó las iras de Antauro Humala.

    Así, en las primeras horas del 1º de Enero
    de 2005 Antauro Humala, junto con 150 ex soldados, tomó
    una comisaría en la ciudad de Andahuaylas, exigiendo la
    renuncia del presidente Toledo, que en ese momento tenía
    90% de impopularidad.

    El asalto a la comisaría le ganó a Humala
    las simpatías de la población local pero
    dejó como saldo cuatro policías y dos subversivos
    muertos.

    Según Antauro, se escogió como fecha para
    el asalto el 1º de Enero porque Toledo estaría tan
    borracho y drogado que ellos tendrían 48 horas para actuar
    sin ninguna reacción del Estado.

    Luego de 3 días de confusión, Antauro
    Humala fue hecho prisionero y trasladado a Lima, donde
    continúa encarcelado.

    JUSTIFICACION DEL
    TEMA

    La supervivencia, en general de la nación;
    al lado de la violencia, la desinformación generalizada,
    la intolerancia, el miedo, la represión injustificada,
    brutal y sutil; la creación de sujetos de chantaje, y la
    crueldad, afectan nuestra vida diaria.

    Los planes y proyectos
    colonialistas han pasado siempre por el desconocimiento de la
    nacionalidad y
    el nacionalismo
    de los que se oponen al status quo, su caracterización
    como enemigos de la patria y su persecución, en muchos
    casos hasta la muerte. Los derechos individuales
    básicos como el derecho a la vida, a la libertad, a la
    justicia, a la
    paz, al libre tránsito, al libre pensamiento, a
    la discrepancia, a contar con su patria irrestrictamente, y a la
    igualdad de
    servicios del
    Estado no han logrado llegar a todos los nacionales por
    igual.

    La tenue sensación de propiedad de
    los peruanos sobre su futuro y su nación,
    no otorga la seguridad, y el dominio del
    espacio necesarios para su desarrollo y
    libre determinación. Nuestra gente ama el Perú de
    sus ancestros, pero los entristece la realidad, los mismos
    individuos cuando se integran a otras sociedades,
    muestran alta calidad y
    producción en todos sus campos de acción.
    La falta de reconocimiento y planes para la enorme cantera de
    liderazgo
    individual nacional, que es estorbado, despreciado, y abandonado
    a su suerte, sin aliento alguno. La falta de aliento a la
    participación de los mas honrados y probos, especialmente
    los que han estado expuestos al manejo de recursos e ideas
    comunes.

    La falta sistemática de reconocimiento para los
    que ponen su corazón al
    servicio de
    sus ideales. Se critica un estado de informalidad y corrupción
    que ha sido fomentado y protegido a lo largo de muchos
    años.

    En general nuestros nacionales no perciben su papel en
    un estado que tampoco lo conoce.

    DE SUS
    ANTEDECENTES HISTORICOS

    La nación peruana fue originada por sus
    pobladores alrededor de ocho mil años a..de J.C.(Hay
    estudios y descubrimientos que expanden estos límites)
    Los primeros cazadores, recolectores y pescadores evolucionan
    hacia culturas importantes pre-incaicas como Chavín,
    Paracas, Nasca, Mochica, Tiahuanaco, Wari, Chincha, Chimú
    y Chanca quienes fueron posteriormente centros de difusión
    cultural cuando el Imperio Incaico se expande hasta Pasto y
    Concepción por el Norte y Sur, y aún hoy no
    conocemos con certeza la dimensión del Imperio hacia el
    Oriente durante su apogeo.

    El encuentro con la civilización occidental en su
    versión ibérica, cuyo imperio militar ocupó
    y conquistó el territorio nacional Peruano, crea un estado
    que basó su desarrollo y expansión en la
    destrucción y la depredación cultural y
    demográfica de los estados ocupados, y en el carácter secundario que les otorga a sus
    pueblos, cuya secuela subsiste en nuestra mente colonial
    limitando nuestro progreso y desarrollo.

    La desintegración es un factor constante, se
    encuentra en todas las manifestaciones de la vida nacional desde
    hace poco más de 500 años, este factor no permite
    la evolución consistente y armónica de
    nuestras entidades nacionales, como tampoco faculta el
    descubrimiento y fortalecimiento de sus propósitos
    comunes. Cuando se analizan nuestros 9500 años anteriores,
    se observan inmediata e inequívocamente los beneficios que
    la integración nacional, y el rico universo cultural
    peruano otorgaron al período más fructífero
    de nuestra historia.

    METODO DE
    INVESTIGACIÓN

    En mi investigación encuentro la idea del estado
    que se caracteriza por hablar pero no por escuchar, que lo vean
    pero no ver, que lo ayuden pero no ayudar, que lo atiendan pero
    no atender, son expresiones características de los grupos
    que lo sostienen, esto es especialmente notable en las comunicaciones
    entre estas dos entidades fundamentales de la nación, las
    cuales carecen de un lenguaje
    común, de procedimientos
    comunes, y de canales de comunicación adecuados que permitan
    entendimiento formal con las masas elementales de la
    nación.

    Tema fundamental, es la falta de un proyecto de
    nación que con precisión represente, actúe,
    mida, y evolucione; con una solución metódica,
    persistente, adecuada a los requerimientos nacionales. Un
    proyecto participatorio, de contenido representativo y de
    acción. Donde la familia
    ocupe el papel prioritario que le corresponde.

    Donde se establezca que el estado como representante
    democrático del pueblo gestiona, administra, protege,
    organiza, instruye, a su nombre, sin altanería y para la
    obtención de la felicidad del pueblo, y de ninguna forma,
    bajo ningún nombre, en ningún lugar o momento, en
    contra de él.

    La igualdad de los peruanos ante el estado debe ser
    claramente definida, difundida, asumida y jurada por sus
    representantes, implantada y defendida vigorosamente.

    El estado no debe escoger a los representantes del
    pueblo ni promoverlos, ésta costumbre feudal debe ser
    reemplazada por métodos
    democráticos de participación popular que
    desaliente y castigue a los pícaros del poder y del
    bolsillo así como su generación de turnos
    conveniencieros Las posiciones de liderazgo deben de nutrirse con
    elementos probados que han representado a sus grupos
    idóneamente, que han administrado dineros públicos
    con transparencia, que han desarrollado resistencia a la
    presión como único medio de influencia, y cuya
    trayectoria muestre claramente su coordinación de pensamiento y
    acción.

    Entendamos claramente, y actuemos acordemente,
    más importante que la forma, personajes, y deseos de los
    gobernantes es la actitud y
    deseos de sus pueblos. Donde la sociedad de compromisos y
    propósitos comunes, reemplace a la sociedad que gira
    alrededor de individuos o grupos de interés.
    Donde además entendamos que la eliminación de la
    presencia de nuestra población no soluciona nuestros
    problemas sino
    los agrava y acrecienta.

    VALOR DE LA
    PROPUESTA

    Nuestras Instituciones son generalmente reproductoras de
    modelos y
    procedimientos de fachada que finalmente resultan desintegradores
    y no solidarios. Están basadas en fundamentos
    retóricos que no cumplen, menos difunden y nunca aplican
    pero convenientemente administran. Donde a la honradez, el
    esfuerzo, el honor, la creatividad,
    les falta aliento.

    Totalmente desorganizadas donde solamente los que
    están envueltos en el desorden conocen su contexto de
    provecho. Carente de sistemas
    predecibles, una cualidad exclusiva de las entidades universales
    mejor dotadas. Instituciones que actúan de espaldas a sus
    mayorías asociadas o membresía. Un sistema
    Institucional desarticulado de la nación al no existir
    propósitos nacionales con metodología reproducible. Instituciones que
    tienen un desprecio increíble e inimaginable por la
    intelectualidad histórica nacional y que comparan su
    acumulación material y su poder hedonista efímero
    con la producción cultural nacional. Instituciones que
    desconocen organizadamente el rol de las prioridades y su
    significado nacional.

    Donde la visión de la nación en el largo
    plazo requiere definiciones, estrategias,
    tácticas y sistemas articulados, para que sus robustez y
    consistencia prevalezca sobre el acoso o debilidad de sus
    componentes.

    La propuesta para la integración nacional exige
    un proyecto de nación y de una Asamblea Constituyente sin
    plazos, presiones o parámetros nacidos de la coyuntura
    nacional. Con representantes válidos comprometidos con la
    integración nacional, sin tacha contra la vida o contra el
    erario nacional, con visión de largo plazo, y con
    procedimientos de consulta públicos.

    Dios bendiga al Perú y despierte a los
    peruanos.

    BIBLIOGRAFIA

    "Historia de Ibero América" Manuel Lucena ( Coordinador ).
    Tomo III. Historia Contemporánea. Cap. IV América
    Latina en los años treinta. Por Adam Andarle.
    Editorial Cátedra. Madrid
    1992.

    "América Latina; Introducción al extremo occidente" Alain
    Rouquè. Editorial Siglo XXI. Madrid 1987

    América Latina; de la Independencia a nuestros
    días." Francois Chevalier. Editorial Labor S.A Barcelona
    1983.

    "Latinoamérica en perspectivas." Oxford
    Analítica autores. Editorial El País S.A. Madrid
    1992.

     

    Por

    HORMESINDA MARIN E.

    MANUEL RISCO CH.

    UNIVERSIDAD ALAS PERUANAS

    FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS
    POLITICAS

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