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La relación ciencia – profesión como relación esencial en el curso de Física



    1. Desarrollo
    2. Bibliografía

    Introducción

    La formación de técnicos agropecuarios es
    preocupación de los sistemas
    educativos de cualquier país, la razón es cardinal,
    y tiene la respuesta en la propia naturaleza del
    individuo, la
    especie humana y las demás especies que hoy habitan el
    planeta. Atiende aspectos convencionales relacionados con la
    alimentación y otros temas de máxima
    actualidad que la comunidad
    científica y otros sectores han denominado ¨
    problemas
    globales ¨
    contenidos dentro de su área de
    acción
    profesional que ponen en juego la
    supervivencia de la especie humana y que conllevan a hacer una
    revisión profunda y crítica
    de la relación del hombre con la
    naturaleza, reconceptualizando incluso el enfoque de la ciencia y
    de la cultura.

    Dentro de los problemas más significativos se
    encuentran la desertificación, el cambio
    climático, la sequía, la deforestación, la destrucción de la
    capa de ozono,
    la desaparición de especies de plantas y
    animales, la
    explotación indiscriminada de las fuentes de
    energía, la contaminación
    atmosférica entre otros. A ello se le suma los bajos
    rendimientos por área de suelo y animal,
    (FAO, 2003) el insuficiente extensionismo agrícola y los
    altos índices de subsidios, al igual que las políticas
    de distribución de las riquezas que hacen que
    un cuarto de la población mundial esté en
    condiciones de pobreza,
    así como los altos índices de desnutrición y hambruna.

    En este contexto la Física como ciencia se
    convierte en una herramienta de incuestionable valor
    descriptivo y predictivo, posibilitando a este técnico
    interpretar diferentes fenómenos de la naturaleza, formar
    en él una concepción científica del mundo,
    así como un conjunto de valores
    comprometidos con la supervivencia de la especie y su
    medioambiente.

    Desarrollo

    La integración de la actual revolución
    científico técnica, la era de la informática y de las telecomunicaciones evidencian la tendencia al
    desarrollo
    social marcada por la llamada economía del conocimiento,
    fenómeno que tiene su base en la economía de la
    ciencia que cambió incluso la evolución de ciertas categorías
    económicas su influencia en la ley del valor, la
    composición orgánica del capital a
    partir de los cambios en la productividad del
    trabajo, lo
    que ha llamado Núñez Jover (s/f) ¨ resonancias
    económicas, éticas y políticas de la ciencia
    ¨

    En la actual sociedad del
    conocimiento, el
    conocimiento es el insumo principal de los procesos
    productivos, el trabajador y su conocimiento activo principal de
    la empresa, la
    internalización de la investigación científica un proceso
    consustancial al proceso productivo o de servicios y,
    el desplazamiento de la competencia en la
    dinámica del mercado por la
    colaboración. De este modo el conocimiento
    científico, el empleo de la
    ciencia, la investigación científica y la
    innovación
    tecnológica, forman cada vez más, parte de la
    actividad económica, para lograr vencer estos retos
    la
    educación se interpreta (Lage Dávila, 2004) no
    como una consecuencia distal, sino un requisito
    precedente.

    Ante esta tendencia del desarrollo
    social y el nuevo fundamento de las economías en el valor
    del conocimiento la calificación científica y
    profesional de la fuerza de
    trabajo constituye un arma competitiva fundamental en detrimento
    a las ventajas competitivas tradicionales (Dieterich,
    1997)

    Lograr el reto de la formación de un profesional
    que se inserte en estos escenarios, desde el proceso docente
    educativo de la Física, significa concebirlo como un marco
    facilitador de experiencias socioprofesionales que desde la
    interacción con el objeto de la ciencia
    condicione la formación de su sistema de
    conocimientos, modos de relacionarse con el medio y un sistema de
    valores que se logra en la actividad de aprendizaje como
    un tipo específico de actividad, donde se manifiesta la
    triada: actividad cognoscitiva, actividad teórico –
    práctica y actividad valorativa. De manera que limite la
    posibilidad de la actuación del profesional como
    empiristas y practicistas miopes, privados del método
    teórico, filosófico y científico.

    Un análisis contextualizado que responda al
    por qué de la presencia de la Física en el currículo formativo de los técnicos
    agropecuarios tiene su respuesta en las propias potencialidades
    de la ciencia, y en las particularidades de la profesión,
    que de manera directa o a través de la integración
    de su sistema de valores con otras disciplinas del conocimiento
    le permiten al futuro egresado resolver problemas contenidos en
    el objeto de la profesión.

    La Física, mucho antes que otras ciencias, por
    la propia magnitud de su objeto, que le ha permitido estudiar
    experimental y teóricamente los sistemas y procesos, bases
    de todos los fenómenos naturales, ha incidido en la vida
    práctica de los hombres, desde la confección de
    instrumentos rudimentarios como la palanca hasta, los fundamentos
    de las tecnologías de punta de las llamadas ciencias
    técnicas, las propias ciencias puras y los
    procesos productivos o de servicios.

    La Física ha superado el internalismo
    historiográfico que generó una imagen de la
    ciencia que difícilmente podía ser utilizada en un
    contexto con la consecuente subutilización de la tecnología. Lo que ha
    permitido que se convierta en una vía de
    emancipación espiritual y material de la
    humanidad.

    Por su propia naturaleza ha estado muy
    relacionada con la filosofía, cuando esta era ciencia
    única y después de haber transitado por el proceso
    lógico de diferenciación de las ciencias. A decir
    de Aristóteles es la ¨ filosofía
    segunda ¨ lo que le ha permitido estar en el centro mismo del
    debate acerca
    del origen, materialidad, cognoscibilidad del universo y la
    formación de una concepción científica del
    mundo. Los físicos emplean métodos
    teóricos y empíricos para penetrar en su objeto de
    estudio, concediéndole valor
    metodológico.

    Por la forma de obtención del conocimiento a
    través de la historia de la humanidad
    estos métodos se han convertido en verdaderos paradigmas
    cienciológicos de todas las ciencias, como lo es, el uso
    del experimento y la modelación, entre otros.

    A partir de la posición asumida por cada
    investigador y el manejo en cada época histórica
    concreta los valores
    teóricos y metodológicos le conceden valor
    histórico. El conjunto de contradicciones vividas en las
    comunidades científicas, el uso de los resultados del
    trabajo científico con fines pacifistas o guerreristas, el
    establecimiento de los límites de
    validez y temporalidad del conocimiento científico aportan
    incuestionables puntos de vista sobre la cognoscibilidad del
    mundo, la verdad y lo exacto y la dimensión
    axiológica del conocimiento físico.

    La manifestación de está relación
    en lo curricular, obedece a su presencia objetiva a escala social,
    como expresión de la epistemología propia de cada
    profesión, que le imponen la relación con un
    conjunto de ciencias para desentrañar su objeto y, a
    condicionantes sociopolíticas que sirven de fundamentos a
    la teoría
    curricular para lograr sus propósitos. El método
    general de la profesión tiene su sustento en la
    relación ciencia – profesión, dado que se
    corresponde al método de la ciencia en que se fundamenta
    la profesión (Guerra
    Mercado, G., 2000). La profesión es ciencia en tanto se
    aplica el método
    científico y se producen nuevos conocimientos; es
    profesión porque significa una actividad que ocupa la
    primordial tarea cotidiana requiere de unos hábitos
    manipulativos, unas destrezas o habilidades que hacen eficaz el
    desarrollo profesional (Fermoso, J. En Jenaro, C.,
    2004)

    La relación ciencia profesión no se pueden
    estudiar al margen de la evolución misma de la ciencia. La
    sistematización de esta relación a escala social
    revela que desde la antigüedad ella se manifiesta,
    apareciendo aún cuando la ciencia estaba a nivel, incluso,
    de mera acumulación de conocimientos empíricos. La
    propia historia de las ciencias y de las profesiones permiten
    asegurar que los primeros intentos de clasificación de las
    ciencias se centraban en conformidad con las distintas tendencias
    de la actividad de los representantes del pueblo
    separándola en las partes que correspondían a los
    géneros fundamentales de la actividad social (Kedrov,
    1974)

    La ciencia desde la antigüedad, hasta el renacimiento,
    se basaba en la contemplación de la naturaleza, usando
    como método fundamental la observación y el razonamiento,
    posteriormente aparece la ciencia moderna Agzzi (1996),
    Núñez Jover (s/f), la cual desplaza la
    especulación por la racionalidad, apoyada en la
    experimentación, y el empleo del los métodos
    matemáticos, encabezada por Galileo.

    El desprendimiento de las ciencias de la
    filosofía, Kedrov (1974), Agzzi (1996),
    Núñez Jover (s/f), unido a las exigencias sociales,
    que tienen su máxima expresión en la
    revolución científico técnica han marcado
    una nueva época para las ciencias.

    Cada revolución
    industrial ha tenido como base determinados descubrimientos
    científicos que llevados al campo de la producción ha provocado impacto en las
    tecnologías, por solicitar un ejemplo, Fajnzylber (1983) y
    Núñez Jover (s/f), consideran que la tercera
    revolución industrial ha tenido como base, la
    informática, la genética y
    el uso de la energía
    nuclear. Por lo que cada estadio de la ciencia le impone una
    singularidad propia a la relación ciencia –
    profesión, al igual que la evolución de las
    profesiones y las exigencias sociales le imponen retos a la
    ciencia.

    En la actualidad la ciencia ha potenciando su
    orientación tecnológica, afianzando su
    dimensión práctica. Cada etapa de la
    relación se caracteriza por la penetración de los
    resultados de la ciencia en los fundamentos de las bases
    tecnológicas que sustentan los sistemas productivos y de
    servicios, imponiendo un significativo cambio en la sociología de las profesiones y sus
    respectivas relaciones de producción.

    En este devenir del desarrollo científico se
    manifiestan varias tendencias de la ciencia, ocurriendo un
    desplazamiento del positivismo,
    del empirismo
    lógico y el racionalismo
    popperiano, por un enfoque más comprometido de la ciencia
    con el progreso social. Se manifiesta en la década del 50
    del siglo pasado el auge de la investigación y desarrollo
    (I+D), incorporado a los proceso productivos lo que le imprime
    una nueva dinámica a la relación. Se caracteriza
    esta etapa por la industrialización de la ciencia y la
    ciencia se convierte en un sector industrial, donde existe un
    creciente rol de la innovación tecnológica, creciente
    demanda de la
    información, tendencia a la comercialización del conocimiento. La
    ciencia académica ha sido desplazada por la ciencia
    industrial Ravetz (1971), la dinámica del mercado es la
    fuerza impulsora del modelo I+D
    industrial Nichols y Ratchford (1996), se instrumentan
    políticas para la innovación tecnológica que
    adquieren nivel nacional, que articulan instituciones
    públicas, privadas, universidades y demás
    instituciones.

    En el contexto actual las profesiones demandan
    aún más del conocimiento científico, los
    ordenadores, la informatización de la sociedad, le imponen
    a las profesiones mayor desarrollo cognoscitivo y movilidad a su
    capital
    humano, de manera que pueda acceder al conocimiento y
    participación en la toma de
    decisiones, imponiendo el conocimiento un nuevo valor
    añadido al producto o
    servicio
    resultado del proceso.

    La relación ciencia – profesión en el
    marco didáctico se puede dimensionar a través de
    cuatro aspectos fundamentales:

    • El enfoque epistemológico de la ciencia:
      atiende principalmente a la problemática de la
      integración – diferenciación de las ciencias y el
      sistema de relaciones interdisciplinares que ellas adoptan
      entre sí a escala social y su reflejo en el
      currículo. Da respuesta a la modalidad de ciencia que se
      imparte, ciencias puras o ciencias aplicadas. Ejemplo:
      Física o Agrofísica.
    • El enfoque didáctico de las ciencias: Atiende
      a los estilos de enseñanza y aprendizaje que se siguen en
      el curso de ciencias.
    • La magnitud espacio temporal que ocupan las ciencias
      en el currículo: atiende fundamentalmente a qué
      ciencias incluir, que lugar ocupan y de qué tiempo
      disponen para acometer su propósito.
    • La lógica del curso de ciencias: atiende a
      qué lógica debe seguir el curso de ciencias,
      sí la lógica de las ciencias o la lógica
      de la profesión.

    El estudio histórico – lógico de la
    relación ciencia – profesión a escala social y en
    lo curricular permiten asegurar tal y como lo hace Herrera
    Padrón, (2002) su presencia en todos los currículos
    que forman profesionales. Existen asignaturas que se relacionan
    directamente con el objeto de la profesión y otras aunque
    no se relacionan directamente con él, aportan modos de
    actuación al profesional.

    No obstante el estudio y fundamentación de la
    relación se ha centrado en el debate entre la
    lógica de la ciencia y la lógica de la
    profesión, entre ellos se destacan los trabajos de
    Makarenko (1951), Klingberg (1970), Skatkin (1979),
    Davídov (1980), Bugaev (1989), Gil (1993) y Díaz
    Domínguez (2004) quienes coinciden en reflejar el carácter lógico y sistémico
    de la ciencia en los contenidos de los programas de
    estudios.

    Makarenko (1951) considera algunos elementos
    constitutivos de la relación ciencia – profesión
    dentro de un conjunto de regularidades que debían
    observarse en el proceso de enseñanza aprendizaje la
    apropiación de los conocimientos científicos de los
    procesos laborales y sus correspondientes asociaciones y la
    aplicación de los conocimientos de las diferentes
    disciplinas en el trabajo
    productivo y creador. De esta manera, Makarenko considera el
    carácter dual de la contradicción y no toma partido
    por una u otra.

    Klingberg (1970), considera que el logro de una
    sólida formación básica es condición
    previa importantísima para la disponibilidad del hombre en
    el proceso de producción y en la investigación
    científica que crea una base sólida para una
    calificada formación profesional, defiende la
    posición de dar seguimiento a la lógica del curso
    de ciencia.

    Para Davídov, (1980) la producción
    contemporánea se satura cada día más de la
    técnica y la ciencia y por tanto la preparación del
    profesional, debe basarse en un volumen
    considerable de conocimientos sistematizados bajo la
    lógica de la ciencia. En este orden, Gil (1993) considera
    necesaria la integración de los elementos
    científico – tecnológicos como herramienta
    para una mejor comprensión e incorporación al mundo
    del trabajo y el afianzamiento de una cultura del empleo
    productivo.

    Bugaev (1989), considera que la Física, al igual
    que otras disciplinas de las ciencias
    naturales, se convierte cada vez más en fuerza
    productiva directa de la sociedad. Se define por establecer
    criterios para tener en cuenta, desde la didáctica, el tratamiento a la
    relación, propone dos aspectos, en lo que destaca ilustrar
    solo los conceptos de Física analizados; sin alterar la
    lógica del curso; este autor considera que en el
    empeño de resolver los problemas debe tratarse los
    elementos esenciales y principales que le atañen a la
    ciencia.

    Haciendo un análisis del contenido del trabajo
    metodológico en las universidades de la educación
    superior, Díaz Domínguez (2004) plantea que el
    colectivo de carrera tiene dentro de su contenido atender la
    relación entre la lógica de la ciencia y la
    lógica de la profesión. En esta propuesta, la
    relación ciencia – profesión solo contiene la
    dimensión entre la lógica de la ciencia y la
    profesión.

    Horruitiner Silva, (1999) desde una concepción
    más abarcadora, haciendo una valoración de la labor
    educativa en la enseñanza
    universitaria, considera que el problema de la
    relación dialéctica ciencia – profesión no
    puede abordarse en términos de ruptura, identificando el
    año con la profesión y la disciplina con
    la ciencia en ambos subsistemas se da la relación ciencia
    – profesión, en su unidad dialéctica. Aspecto con
    el cual nos identificamos, considera además, que esta
    contradicción se resuelve en el proceso de
    apropiación de manera simultánea de los modos de
    actuación profesional y de los fundamentos de las ciencias
    por los estudiantes, desde esta óptica
    visualiza las potencialidades educativas de las ciencias en la
    formación de profesionales universitarios. Aunque este
    autor reconoce el carácter objetivo y
    universal de la relación le imprime dimensión
    personológica a su solución, en el proceso de
    apropiación de la cultura (aprendizaje).

    Otros autores centran la dinámica de la
    relación en las características propias de la
    epistemología de las ciencias en contraposición con
    la epistemología de la profesión y en su
    dimensión interdisciplinaria, entre ellos se encuentra
    Malagón Hernández (1999) quien haciendo un
    análisis de la disciplina del ejercicio de la
    profesión considera que el objeto de estudio de las
    ciencias supone un carácter abstracto y en la
    profesión su objeto se hace mas concreto,
    relativamente más fenoménico.

    Coinciden con otros autores ya mencionados en que la
    relación está presente en todo el currículo
    y en que el estudiante podrá dominar la tecnología
    de la profesión solo si se apoya en un conjunto de
    ciencias.

    A través de los procesos conscientes Azze
    Pavón (1996) y Pérez Zubillaga (2003) establecen
    metodologías para el diseño
    de programas de asignaturas en la educación superior,
    ambos consideran la relación ciencia –
    profesión como la relación esencial que lo
    posibilita. En sus trabajos incorporan no solo la dinámica
    entre la lógica de la ciencia y la lógica de la
    profesión, sino que lo extienden a sus contenidos,
    métodos y medios,
    coincidiendo con Herrera Padrón (2000) y Horruitiner
    Silva, (1999) en el desarrollo de las potencialidades
    instructivas y educativas desde las ciencias en la
    formación profesional.

    Para, Addine F, y Blanco A., (2003) la relación
    ciencia – profesión posibilita una adecuada
    caracterización del objeto de la profesión desde
    una coherente articulación de la lógica y
    métodos de la ciencia y la lógica de la
    profesión en un contexto histórico determinado.
    Esta concepción defiende la tesis que
    aún cuando el profesional integre sus conocimientos en la
    solución de problemas profesionales, su nivel de
    preparación científica y técnica le
    posibiliten reconocer la dinámica de la integración
    y diferenciación de los conocimientos que usa.

    Contextualizar el enfoque de la relación
    dialéctica ciencia – profesión, va más
    allá de reducirla a la relación entre las
    lógicas de ambas esferas del saber. Se necesita pues,
    tener en consideración su aspecto histórico y
    lógico, que conlleva a enfocar la relación desde el
    propio proceso de dialectización de las ciencias, apunta a
    romper las posiciones de yuxtaposición y
    polarización antagónicas de la
    contradicción, que tal y como la plantean algunos autores,
    la matizan con cierto antagonismo filosófico y
    didáctico.

    Supone además, no obviar que la ciencia y la
    profesión son actividades con fines y
    epistemologías propias (objetos, problemas,
    métodos, cuerpos categoriales, redes de información,
    formas de socialización de la actividad y sus
    resultados…) que están llamados a complementarse a
    través de la transferibilidad de saberes. Distinguir la
    ciencia del conocimiento científico, hacer una ruptura del
    ideal clásico, internalista e historiográfico de la
    ciencia, ajena a ser extensiva sus modos de hacer y cultura a la
    socialización plena como demanda la sociedad
    actual.

    Asumir el problema profesional como punto de partida de
    la ejecución del proceso docente educativo de los
    técnicos agropecuarios, condiciona que los demás
    componentes del proceso experimenten acercamientos al mundo
    profesional como consecuencia de la diferenciación –
    integración de las ciencias concretadas en las relaciones
    interdisciplinares, propósito que se logra a través
    del diseño de las redes lógicas y la
    adecuación epistemológica de los valores de la
    ciencia a la profesión a través de los programas de
    las asignaturas, articulando coherentemente las dimensiones
    académicas, laboral e
    investigativas del proceso. Atender al condicionamiento
    sociohistórico de la ciencia y su relación con la
    profesión, como especificidad de su orientación
    sociocultural está precisamente en asumir dicha
    concepción a la luz de las
    demandas actuales, simulando en el proceso docente educativo la
    propia dinámica de la relación a escala
    social.

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    MsC. Vicente Eugenio León
    Hernández

    Centro de trabajo: Dirección Municipal de Educación.
    San Juan y Martínez. Pinar del Río. Cuba.

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