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Estudio Geotécnico de los Depósitos de Desechos Sólidos Urbanos (página 3)



Partes: 1, 2, 3

Partes: 1, , 3

Tabla 3.4: Composición de los
"desechos comunales sólidos" según estudios de
la Empresa de
Servicios
Comunales (1990).

Municipio

Etapa

PyC

V

L

C

Hu

Ot.M

T

G

PP

M

E

H

M.Org

Centro Habana

1ra

39.7

0.2

12.7

6.6

40.8

2da

26.55

1.79

3.94

1.53

0.44

5.73

0.61

1.53

0.22

57.66

Playa

1ra

34.45

3.08

6.75

6.18

2.70

2.76

1.10

42.98

2da

17.62

3.53

5.10

0.35

5.86

1.96

1.72

0.76

63.10

10 de Octubre

1ra

22.13

2.15

3.13

0.04

5.79

1.76

65.00

2da

18.74

4.89

6.73

7.93

4.77

4.77

4.77

47.40

Marianao

1ra

21.8

16.5

14.8

0.2

3.7

2.8

0.5

39.7

2da

27.55

5.76

6.85

0.55

1.51

0.82

1.58

0.4

52.64

San Miguel

1ra

17.9

2.4

2.3

2.7

0.1

3.6

0.2

0.1

70.7

2da

21.33

5.66

1.66

6.83

0.5

2.5

61.52

Plaza

1ra

22.64

2.92

1.79

2.55

4.95

3.72

61.43

2da

23.93

3.28

3.11

2.28

1.45

0.62

1.04

64.29

La Lisa

1ra

7.1

0.5

0.6

0.4

91.4

2da

20.7

2.1

5.1

0.7

3.0

1.8

66.6

Habana Vieja

1ra

15.3

1.2

2.5

1.26

0.41

89.5

2da

25.77

2.53

4.55

2.75

2.02

2.75

3.03

56.60

Habana del Este

1ra

13.08

5.25

7.56

7.63

0.55

3.41

9.05

53.47

2da

7.1

11.4

13.9

2.8

4.1

2.5

58.2

Guanabacoa

1ra

14.4

1.7

7.7

20.2

1.9

54.4

2da

11.7

5.4

7.7

5.3

2.3

2.7

1.8

63.1

Boyeros

1ra

30.4

2.6

2.71

7.89

56.4

2da

20.2

5.2

8.4

9.4

1.0

2.3

3.3

50.2

Regla

1ra

13.8

2.1

14.6

1.9

1.5

2.1

0.2

1.7

0.7

4.0

57.4

2da

10.56

7.03

5.44

4.81

6.44

3.54

4.83

5.12

52.83

Cerro

1ra

28.9

0.66

5.11

0.1

5.7

0.6

5.9

2da

23.42

1.6

1.69

8.52

1.42

0.62

0.62

62.11

Arroyo Naranjo

1ra

8.2

0.63

1.26

1.41

89.5

2da

18.3

2.61

5.23

1.96

71.9

Cotorro

1ra

16.1

9.4

10.8

1.8

10.12

4.5

0.6

46.6

2da

12.39

9.17

6.88

9.17

4.59

2.75

55.05

PROMEDIO

19.73

4.09

6.0

0.84

0.09

4.94

0.89

1.97

1.15

0.67

59.63

Leyenda:

PyC = papel y cartón T = Telas

V = Vidrio G = Gasa

L = Lata PP = Películas y
Plásticos

C = Cuero M = Madera

Hu = Hueso E = Escombros

Ot.M = Otros Metales H = Hierro

M.Org = Materia
Orgánica de fácil
descomposición.

Teniendo en cuenta los componentes degradables a mediano
y largo plazo (papeles, cuero, madera, telas,
gasa), que hacen el 27,55% del total, resulta que a largo plazo
el 87,18% de los residuales serán degradados
biológicamente, o por la acción
física del
medio. En el tiempo que
tarde tal porcentaje en degradarse, se producirán
continuos asientos del relleno.

En 1995 se realizó una investigación ingeniero-geológica en
la zona del Anillo del Puerto y Río Luyanó. Tal
investigación fue ejecutada por un grupo de
ingenieros españoles y cubanos, de ahí que los
resultados de la misma no pudieran ser consultados en su
totalidad por no disponerse de autorización de la parte
extranjera. Sólo fue posible recopilar algunos resultados
y copias de anexos, gracias a la asistencia de los investigadores
cubanos, el Ing. Civil Wilfredo González y el Ing.
Geólogo Eddy Hernandez, el primero de los cuales estuvo al
frente de la parte cubana.

La investigación tuvo por objetivo
definir las características geotécnicas del
área y la resistencia de
los suelos ante las
cargas de utilización, con el fin de hacer una
ampliación a la Terminal de Contenedores, a solicitud de
la Lloyd’s Register of Shipping. Se realizaron en el
área pruebas de
carga, levantamientos topográficos y trabajos de
nivelación.

En la ejecución de calas se encontró un
estrato de desechos sólidos urbanos, formado del antiguo
vertedero de Cayo Cruz. Este estrato se denominó
"4to elemento", por ser el cuarto estrato examinado a
partir de la superficie, a una profundidad entre 1,45m y 13,85m,
y espesor variable entre 0,40m a 3,80m. La edad del estrato se
estimó en 80 años. El estudio general de su
composición identificó fragmentos de vidrio,
plástico,
madera, tejidos,
ladrillos, neumáticos de automóviles, metales,
envases metálicos; todo esto en una matriz de
material limoso negro y fétido, resultante de la
degradación. Además, el estrato en su totalidad
estaba saturado, por encontrarse debajo del nivel
freático.

En tres puntos (denominados 1, 3 y 5) del estrato de
basura se
realizaron ensayos de
placa, obteniéndose las relaciones
esfuerzo-deformación cuyos comportamientos gráficos se muestra en los
anexos 1, 2 y 3 (los esfuerzos representados en escala
logarítmica). De tales ensayos se obtuvo los
módulos de elasticidad
(también conocidos como módulo de
deformación) para diferentes intervalos de carga, cuyos
valores se
resumen en la tabla 3.5.

El análisis de los resultados muestra que el
módulo de elasticidad que caracteriza el estrato de
desechos sólidos es inferior a 5000, lo que corresponde a
suelos muy compresibles. De 15 valores obtenidos, sólo 4
están ligeramente por encima de ese rango, y corresponden
a estratos más profundos, o sea, de mayor
confinamiento.

Tabla 3.5: Módulos de elasticidad para los
intervalos de carga, obtenidos en ensayos de
placa.

Punto Ensayado

Profundidad

(m)

Diámetro de placa.
(cm)

Módulo de Elasticidad
(E0) para el intervalo de
carga.

0kPa a 50kPa

50kPa a 100kPa

100kPa a 150kPa

150kPa a 200kPa

200kPa a 250kPa

1

2.0

27.5

1090

753

553

640

640

3

4.3

27.5

6370

3980

3740

3230

1600

5

3.25

27.5

5160

5160

5160

5220

4620

Por otra parte, el estudio de la relación
presión-deformación muestra valores
considerables de recuperación volumétrica en la
descarga de las placas. A continuación se muestran los
cálculos realizados para obtener los porcentajes de
recuperación volumétrica.

Sea:

Donde:

R%= porciento de deformación
recuperada.

hf= deformación del estrato
para la carga máxima del ensayo de
placa.

hd= deformación remanente al
descargarse la placa.

En el punto 1, el estrato fue cargado inicialmente hasta
1,67kg/cm2, y alcanzó una deformación de
36,63mm. Al ser descargado, la deformación remanente fue
de 26,24mm.

De la ecuación anterior se obtiene
que:

R%=28,4%

En este punto, al recargarse la placa nuevamente hasta
3,27kg/cm2 la deformación del estrato fue de
37,06mm, y en el proceso de
descarga la deformación remanente fue de 20,31mm.
Realizando el cálculo
correspondiente:

R%=45,2%

En el punto 3, el estrato fue cargado hasta
2,64kg/cm2, y alcanzó una deformación de
27,62mm. Al ser descargado, la deformación remanente fue
de 19,78mm.

R%=28,3%

En el punto 5, el estrato fue cargado hasta
4,50kg/cm2, y alcanzó una deformación de
13.54mm. Al ser descargado, la deformación remanente fue
de 7,66mm.

R%=43,4%

Como puede constatarse, los valores de
recuperación en la descarga (en el rango de 28,3% a 45,2%)
son significativos en un estrato de desechos sólidos. Si
se agrega que al relleno se le adjudica una edad superior a los
30 años (tiempo que se considera clausurada esta zona del
basurero de Cayo Cruz), significa que tal material no es
susceptible de ser pre-consolidado con facilidad, o lo que es lo
mismo, se manifiesta poco consolidado.

Los autores de la investigación geológica
en Cayo Cruz testimonian a su vez "el elemento 4 tiene un
comportamiento
muy elástico, o sea, grandes deformaciones bajo las cargas
y una gran recuperación cuando se retiran estas".
Recomendaron utilizar un módulo de elasticidad de 4000kPa
para este elemento.

En la actualidad, en Ciudad de La Habana se explota el
vertedero sanitario conocido como Vertedero de Calle 100 y
Autopista a Pinar del Río, único de su tipo en el
país. Se inició en 1976 y cuenta con un área
de 104ha, de las cuales sólo restan 24ha por utilizar, y
capta los residuos
sólidos urbanos de los municipios Playa, Plaza,
Marianao, La Lisa, Centro Habana, Cerro, Habana Vieja y 10 de
octubre. El resto de los municipios de la ciudad vierten en un
basurero ubicado junto al primer anillo, en el municipio
Cotorro.

Para conocer las condiciones del Vertedero Sanitario de
Calle 100, y ante las dificultades de consultar alguna documentación, fue preciso acudir a las
oficinas donde radica la empresa Diseño
Ciudad Habana (DCH), donde se consultó al especialista en
proyectos
Aurelio Boza, proyectista principal de las obras del
vertedero.

El especialista explicó que el vertedero recibe
un volumen promedio
de 3857m3/día, y un peso promedio de desechos
de 1510 t/día, según resultados obtenidos por
especialistas japoneses en el año 2004. En tal estudio se
hizo una nueva clasificación de los componentes del
material residual, que se muestra en a tabla 3.6.

Tabla 3.6: Composición de los desechos
sólidos urbanos según estudios de especialistas
japoneses en el Vertedero Sanitario de Calle 100
(2004).

Componentes

% de peso

Papel y Cartón

11,85

Plásticos

9,15

Textiles

3,45

Madera

4,65

Residuos de cocina

61,8

Cuero

1,05

Aluminio

0,75

Metales en general

0,7

Vidrio

2,75

Otros componentes

3,9

El estudio japonés ratifica el elevado porcentaje
de materia biodegradable en los desechos (que en este caso
corresponde a los "residuos de cocina").

El especialista Aurelio Boza explicó los
siguientes detalles de la situación actual en el
vertedero:

  • Inicialmente se diseñaron y realizaron algunas
    excavaciones para depositar los residuos urbanos en forma de
    relleno, siguiendo un proyecto
    adecuado de vertimiento, compactación y aislamiento.
    Tales excavaciones nunca fueron utilizadas, y se realizó
    el vertimiento de residuos directamente en la superficie del
    terreno.
  • El valor de
    densidad o peso
    específico sólo es considerado únicamente
    con fines de cálculo volumétrico, para determinar
    el tiempo de explotación de un determinado espacio del
    depósito. La norma cubana especifica que los residuos
    deben alcanzar una densidad media post-compactación de
    670kg/m3 (según la bibliografía consultada
    por el especialista, en el mundo se utilizan valores en el
    rango de 700kg/m3 a 1400kg/m3). Sin
    embargo, en la Empresa de Diseño se considera
    200kg/m3 como valor de cálculo
    volumétrico, atendiendo a que en el vertedero se realiza
    una compactación muy deficiente. No se tiene conocimiento
    del valor de otras propiedades geotécnicas de los
    desechos, por lo cual estas no se tienen en cuenta en el
    momento de su manipulación.
  • La compactación se realiza con los mismos
    equipos que dispersan y acomodan los desechos
    (buldózeres de orugas), de ahí que resulte de
    mala calidad y con
    gasto excesivo de energía. Los desechos se compactan en
    capas de aproximadamente 1m de espesor, que luego se
    aíslan individualmente por capas de material inerte en
    espesores de 0,5m a 0,6m. Este material inerte se estipula sea
    arcilla, pero en realidad se utiliza cualquier tipo de suelo y
    fundamentalmente escombros de la construcción, que no cumple las
    especificaciones como material aislante e impermeable y
    permiten el drenaje de lixiviados y el escape de gases.
  • Se consideran aceptables los taludes de 3:1 (H:V),
    aunque esta afirmación carece de fundamento
    teórico y únicamente responde a las necesidades
    del movimiento
    de equipos.
  • No se realiza control y
    monitoreo de asentamientos, ya que las áreas del
    vertedero que han sido clausuradas, sólo se consideran
    recuperables como áreas forestales o parques, aunque
    realmente son abandonadas por completo.

En una visita realizada al vertedero el día 14 de
Junio de 2005, se tomaron imágenes
que ilustran la calidad de las labores que allí se
realizan. Las oportunas explicaciones del compañero
Lorenzo Osorio Pérez, Jefe de Recursos
Humanos en las obras del Vertedero de Calle 100, dan fe de la
situación real.

En primer lugar es evidente la carencia absoluta de
estructuras
civiles de apoyo al vertimiento de desechos sólidos. Los
viales que utilizan los vehículos de transporte de
desechos son rústicos y generalmente provisionales. Los
lixiviados, que no tienen estructuras de drenaje, se esparcen por
estos caminos, formando lodazales que dificultan el movimiento
mecanizado (ver figuras 3.1 y 3.2).

El derrame de lixiviados ocurre a gran escala. La obra
no previó el drenaje de estos, y carece de las estructuras
necesarias. Las aguas negras discurren por la superficie, brotan
en los taludes produciendo arrastres y deslizamientos locales que
hacen temer deslizamientos de taludes a gran escala con
consecuencias desastrosas. Es frecuente encontrar micro-embalses
de lixiviados, que descomponen los desechos y se infiltran hacia
las capas más profundas de la corteza terrestre
contaminando el manto freático (ver figuras 3.3, 3.4, 3.5,
3.6 y 3.7)

Fig. 3.1: Los caminos del Vertedero de Calle 100 son
provisionales y rústicos.

Fig. 3.2: El derrame de lixiviados afecta los viales
y el movimiento de equipos.

Fig. 3.3: Los lixiviados fluyen al pie de los taludes
y se derraman por los caminos al no existir estructuras de
drenaje.

Fig. 3.4: En las áreas del vertedero que se
consideran clausuradas, los lixiviados forman focos infecciosos y
discurren por la superficie del terreno.

Fig. 3.5: Los lixiviados arrastran desechos,
produciendo deslizamientos locales.

Fig. 3.6: En varias zonas, los lixiviados se embalsan
el tiempo suficiente para descomponer los desechos y arrastrar la
polución hacia el manto freático.

Fig. 3.7: Talud en el que se observa una fuente de
lixiviados que brotan espontáneamente, evidenciando
el estado de
saturación en los desechos sepultados, que constituyen un
peligro de deslizamiento.

Los desechos sólidos urbanos se depositan
directamente sobre la superficie natural del terreno, sin
realizarse excavaciones previas ni recubrimiento del terreno con
materiales
impermeables (geomembranas o capas de arcillas compactada) (ver
figura 3.8). Se dispersan con buldózeres, los cuales
realizan una compactación indirecta, incompleta y por
tanto de mala calidad. Según las explicaciones del
compañero Lorenzo Osorio Pérez, desde hace varios
años las labores de compactación no se realizan por
carencia de equipos especializados. La compactación
resultante de los medios de
acarreo (buldózeres), no está prevista (ver figuras
3.9 y 3.10). Expresó, además, que en la actualidad
las únicas labores que se realizan en el vertedero son las
de deposición y dispersión de los residuos
urbanos.

Las labores de clausura del vertedero se reducen a
cubrir con materiales inertes los desechos previamente dispersos.
Se utilizan para este fin los escombros de de la
construcción. La cubierta resultante resulta permeable, y
los residuos permanecen en muchos lugares a la intemperie, dando
lugar a focos de vectores y
permitiendo la infiltración de las aguas pluviales que
forman el lixiviado (ver figuras 3.11, 3.12, 3.13, y 3.14). Las
labores de reforestación planeadas no han resultado
efectivas, debido a los frecuentes incendios de
los rellenos descubiertos.

Fig. 3.8: Los desechos se vierten directamente sobre
la superficie natural del terreno, sin excavación previa
ni recubrimiento con capas impermeables.

Fig. 3.9: El acarreo se realiza con
buldózeres, los cuales indirectamente compactan el
material disperso.

Fig. 3.10: Los mismos equipos de acarreo realizan la
compactación, resultando esta deficiente, con una
superficie irregular.

Fig. 3.11: Una de las áreas de mejor acabado
muestra, sin embargo, los desechos sólidos que sobresalen
de la cubierta inerte.

Fig. 3.12: Vista general de un área que se
considera clausurada. Los desechos permanecen dispersos en
lugares no cubiertos por los escombros, y la reforestación
es incipiente.

Fig. 3.13: En el área considerada como
clausurada, los desechos permanecen formando tongadas mal
dispersas y a cielo abierto

Fig. 3.14: Durante meses, los desechos permanecen
formando pilas dispersas,
en espera de ser cubiertos.

Un peligro inminente constituye la altura que el
depósito alcanza (ver figura 3.15), superior a los 30m en
muchos puntos ya clausurados, y que hacen temer deslizamientos de
taludes que, si bien no constituyen un peligro para
núcleos poblacionales, por no existir estos en zonas
próximas, sí pueden causar daños severos al
personal y
equipos que laboran en el depósito.

3.3 Conclusiones parciales.

En Cuba se han
realizado estudios elementales en cuanto a las propiedades
geotécnicas de los desechos sólidos urbanos. Estos
estudios se basan fundamentalmente en la composición de
los mismos, lo cual se ha hecho con cierta regularidad
histórica y se encuentran actualizados.

Una investigación geotécnica
incluyó incidentalmente un estrato formado por desechos.
Sobre este solamente se realizaron ensayos de placa, y se
determinaron valores del módulo de elasticidad, que
permitió caracterizar al material como muy
compresible.

Las labores en el Vertedero Sanitario de Calle 100
(único de su tipo en el país) se realizan de forma
deficiente. En esta obra, los principales problemas se
pueden resumir como sigue:

Fig. 3.15 Imagen en la que
se puede apreciar la altura considerable que alcanza el
vertedero, con taludes desprotegidos y pobremente
reforestados.

  • No se utilizan las estructuras civiles elementales
    para la explotación del vertedero, (excavaciones
    previas, viales adecuados, drenajes de lixiviados, geomembranas
    u otros impermeabilizantes, colectores de gases,
    etc.).
  • Prácticamente no existen labores de
    compactación, fundamentales en la prolongación de
    la vida útil del depósito y en la estabilidad de
    este en la post-clausura.
  • En la manipulación de los desechos
    sólidos urbanos no se tienen en cuenta sus propiedades
    geotécnicas.
  • La carencia de estructuras de drenaje y
    colección de lixiviados convierte el vertedero en un
    foco potencial de contaminación del manto
    freático.
  • Los taludes empleados (3:1) pueden dejar de ser
    estables en el estado de
    saturación que mantienen los residuos
    sepultados.

Capítulo 4:
Conclusiones y recomendaciones.

La historia del tratamiento de
los desechos sólidos urbanos es rica en experiencias, si
bien no prolongada en el tiempo. El estudio de estos desechos a
partir de la Mecánica de Suelos ha demostrado ser
efectivo, incrementando favorablemente los conocimientos de sus
propiedades geotécnicas, y enunciando nuevas tareas a
resolver en este campo. Se han obtenido resultados y valores
aplicables a las labores que se realizan en un vertedero
sanitario, haciendo su explotación más segura,
económica y ecológica.

En Cuba, la construcción de vertederos sanitarios
deja mucho que desear en el cumplimiento de las regulaciones y
normativas internacionales. El Vertedero de Calle 100, principal
exponente de estas obras en el país, se caracteriza por
los siguientes problemas:

  • Su ubicación no tiene en cuenta la
    situación geológica e hidrológica del
    lugar, teniendo un efecto altamente contaminante sobre la
    cuenca del Río Almendares.
  • No se utilizaron excavaciones previas, y el terreno
    natural no se protege con impermeabilizantes, lo que permite
    la
    contaminación del manto freático por
    infiltración de lixiviados.
  • La deposición de los residuos se realiza de
    forma heterogénea, sin una clasificación
    especializada de estos.
  • Los desechos únicamente se esparcen, sin
    compactación significativa (ni existen equipos
    compactadores), lo que reduce el tiempo de vida útil del
    depósito, al no alcanzar el residuo la densidad
    máxima posible.
  • La cobertura de los desechos con el empleo de
    escombros de la construcción resulta deficiente, y
    convierte el vertedero en emisor de malos olores y focos
    infecciosos por la alta permeabilidad de estos.
  • El vertedero carece en lo absoluto de obras
    destinadas a evacuar los lixiviados y gases y disipar la
    presión de poros, lo cual prolonga la ocurrencia de
    asentamientos, disminuye la capacidad portante del relleno y
    ocurre la pérdida de estabilidad de los taludes, con
    peligro de accidentes
    para el personal que labora en el lugar.
  • Los caminos de acceso no tienen las condiciones
    mínimas para su uso, y se hacen intransitables debido a
    inundación por los lixiviados.

A partir de tales conclusiones, es evidente la necesidad
de realizar un grupo de actividades encaminadas a mejorar las
condiciones de explotación del vertedero. Basado en la
experiencia internacional, se hacen las siguientes
recomendaciones:

  • Ejecutar perforaciones dotadas de tubos agujereados,
    que disminuyan la presión de poros existente confiriendo
    estabilidad al relleno y permitan transitar por los viales
    anegados casi constantemente.
  • Practicar una clasificación de los desechos
    que permita optimizar su disposición y dispersión
    en las futuras áreas de explotación.
  • Introducir la compactación como actividad
    fundamental que reducirá los asentamientos
    post-clausura, conferirá estabilidad al relleno y
    aumentará el tiempo de vida útil del espacio
    disponible. Para ello, es imprescindible poner a
    disposición de la obra equipos de compactación
    adecuados.
  • Una vez dispersos y compactados los desechos, se
    deben cubrir con capas de suelo arcilloso, compactados con la
    energía necesaria para crear un sello impermeable. De
    esta forma se limita la entrada de aguas pluviales que aumentan
    la carga de lixiviados, y se evita la salida de malos olores y
    creación de focos infecciosos.

La ejecución de un sello impermeable con las
características señaladas, sobre la zona clausurada
del vertedero, permitirá disponer en el futuro de una
fuente de energía a partir de los gases extraídos
mediante perforaciones en dicha área. El recubrimiento
debe considerar la reforestación como forma de integrar el
vertedero al ecosistema.
Con el sello de material arcilloso se eliminarán
también los frecuentes incendios de la basura
descubierta.

Las investigaciones
desarrolladas internacionalmente han dotado al manejo de desechos
urbanos de herramientas
muy útiles. Para su empleo en Cuba se
recomienda:

  • Tener en cuenta el comportamiento particular de los
    rellenos sanitarios, en los cuales las reducciones de volumen
    se deben a la reducción del índice de poros y a
    la reducción del volumen de sólidos por
    descomposición, contrario a lo que ocurre en suelos
    naturales, donde los asentamientos solamente se deben a la
    reducción del índice de poros.
  • El empleo del Modelo de
    Sowers en el monitoreo de asentamientos y su
    predicción en un vertedero sanitario en la etapa de
    compresión primaria, el cual ha sido respaldado por
    numerosos autores. En el caso particular de los desechos
    urbanos nacionales, caracterizados por altos contenidos de
    materia orgánica y humedad, se recomienda utilizar
    valores del índice de compresión CC
    próximos al valor 0,55e0, teniendo en
    cuenta que el índice de poros es elevado en los
    residuos no compactados.
  • La predicción de asientos en el proceso de
    consolidación secundaria mediante el Modelo
    Hiperbólico, cuyo ajuste a tal período de
    asentamientos ha sido demostrado. Considerar en este modelo
    el coeficiente de ajuste 0,93.
  • Tener en cuenta la inviabilidad de la
    cimentación sobre rellenos sanitarios, debido a los
    daños producidos por los asentamientos diferenciales
    en la estructura. En los rellenos sanitarios
    cubanos, el alto contenido de materia orgánica
    incrementa los asentamientos, los prolonga en el tiempo, y
    reduce la capacidad portante.

En la futura implementación de nuevos vertederos
sanitarios, se debe consultar y aplicar de forma integral la
metodología internacional de obras de su
tipo, adaptándola a las características de los
desechos urbanos del país, y teniendo en cuenta los
resultados de investigaciones y experiencias precedentes
aquí estudiadas.

ANEXOS

Referencia
Bibliográfica.

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    Geotechnical practice for disposal of solid waste materials.
    Univ. of Michigan, ASCE pp. 210-226.

Agradecimientos.

El presente trabajo
constituye el fruto de una labor investigativa extensa en tiempo
y espacio. Indudablemente, no hubiera sido posible sin el
concurso de brillantes personas que sumaron sus esfuerzos y
conocimientos. Si bien el número de aportes es
considerable, y no por menor es menos valioso, es imprescindible
agradecer de forma especial:

  • Al Ingeniero Civil Wilfredo González e
    Ingeniero Geólogo Eddy Hernández, quienes
    aportaron los datos de la
    investigación realizada en el antiguo basurero de Cayo
    Cruz.
  • Al especialista Aurelio Boza, por sus explicaciones y
    documentos
    relacionados con el Vertedero de Calle 100.
  • A la Ingeniera Civil Aymara Infante, por su dedicada
    investigación y recopilación de los trabajos
    cubanos de 1990.
  • Al Ingeniero Civil Rolando Armas Novoa,
    por una labor de tutoría brillante y sus vastas
    enseñanzas investigativas.
  • Al Ingeniero Civil Tomás de La Torre, por su
    considerable apoyo, jamás limitados por su
    condición de oponente.
  • Al Ingeniero Civil Raúl Rogés, por sus
    oportunas orientaciones y recomendaciones.
  • A la compañera Miriam Romero, por su completa
    disposición a cooperar y sus orientaciones en el tema
    medioambiental.
  • A la Ingeniera Química Nuria de
    los Ángeles Vaillant López,
    quién impulsó significativamente la
    ejecución de esta obra.
  • A la Ingeniera Hidráulica Maribel Triana, al
    Ingeniero Civil Yunior Acosta y a la Ingeniera
    Hidráulica Yuleidy Salazar, por sus aportes en la
    investigación histórica.
  • A los compañeros Luís Mariano Pardo
    Rguez, Administrador,
    y Lorenzo Osorio Pérez, Jefe de Recursos
    Humanos en el Vertedero de Calle 100, al estudiante de
    Ingeniería Automática Durley Peña
    Sancillera y a la profesora Alexis Arocha, por la ayuda
    prestada en la recopilación de la documentación
    gráfica nacional.
  • A Verónica Fabiola Larriva, por su
    colaboración en la documentación gráfica
    internacional.

 

 

 

Autor:

Ing. Yoermes González
Haramboure

Ing. Hidráulico; Profesor
Adiestrado en el Instituto Superior Politécnico
José Antonio Echeverría, Ciudad de la Habana,
Cuba.

Categoría: Ingeniería.

"INSTITUTO SUPERIOR POLITÉCNICO

JOSÉ ANTONIO ECHEVERRÍA"

Facultad de Ingeniería Civil

Especialidad Hidráulica

 

Partes: 1, 2, 3
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