Importancia de la educación bíblica, teológica y ministerial
- Apuntes para una
teología paulina - Retos y desafíos de la
Educación Teológica hacia el siglo
XXI - Teología del
Ministerio - Educación
teológica, bíblica y
ministerial - Educación
en Guatemala - Problemática
actual - Importancia de la
educación - Anexos
- Conclusión
- Recomendaciones
- Comprobación
de la hipótesis - Bibliografía
El ministerio es el trabajo
más importante que puede existir, por ello es
también el que demanda mejor
preparación. Para que un ministro pueda llegar a
comprender esta necesidad, debe tener una correcta
filosofía del ministerio. De la manera que los trabajos
complejos de nuestro mundo actual demandan empleados bien
preparados, en el santo ministerio demanda una buena
preparación en el campo ministerial como secular. En
ningún momento podemos prescindir de la educación, pues es la
demanda actual, pues nuestras iglesias están creciendo y
se están uniendo a ella personas preparadas, en muchos
casos estudiando o graduados de alguna carrera
universitaria.
El pastor de hoy debe prepararse para poder atender
de la mejor manera las necesidades de la gente de su iglesia.
Solamente de esta manera podremos hacer de la Iglesia de Dios,
una agencia que cumpla su propósito en Dios.
En esta tesis
discutiré los siguientes temas:
- Teología del ministerio
- Educación Teológica, Bíblica y
Ministerial - Educación en Guatemala
- Problemática actual
- Importancia de la educación
APUNTES PARA UNA TEOLOGÍA
PAULINA
Formulas de fe
Cristológicas
1. Muerte:
Dios lo resucito de los muertos
2. Resurrección: Se levantaran para vida
eterna
3. Parusía: Presencia del Hijo de
Dios,
Afirmaciones Cristológicas
tradicionales
- Dios envió a su Hijo para que nosotros
recibamos la filiación
Cristología presupuestada en
la himnología
- Condición Divina
- Asumió el cambio
- Condición de esclavo
- Semejante a los hombres
- Condición de hombre
- Humillación
- Obediencia
- Muerte
- Exaltación
- Nombre sobre todo nombre
- Toda rodilla se postrara
- Toda lengua
confesara - Cristo es Señor
Esta es en sí, la teología paulina.
Enfocada al sacrificio de Cristo y al servicio. Para
lograr formular esta teología, pasaron muchos años.
La preparación del apóstol Pablo es una de las
más intensas, pero su teología es también
una de las más extensas e impactantes.
Retos y
Desafíos de la Educación Teológica Hacia El
Siglo XXI
Este desafío está relacionado a lo que
está ocurriendo al interior de la iglesia.
No hay nada más necesario hoy en día que
una exposición
fiel y sistemática de las escrituras. Parece que cada dos
o tres años hay una nueva corriente teológica y
moda
contemporánea que promete una vida cristiana más
profunda, más rica o más completa y en menos
tiempo.
Modas como la guerra
espiritual, la estricta sumisión a los líderes, el
atar y desatar, la teología de la prosperidad, las
caídas, la risa santa, el pedir algo y reclamarlo, etc.,
etc. están penetrando al cristianismo.
Se está volviendo una costumbre de nuestro mundo querer
una salida fácil, especialmente una solución que no
involucre esfuerzo ni dolor.
Lo que es aún más peligroso es que junto
con todas estas prácticas se esta introduciendo una nueva
teología, una nueva manera de entender y vivir la fe, un
nuevo concepto de
santidad, una nueva ética.
John MacArthur Jr. En su artículo "Las once
características del ministro de Cristo excelente" sostiene
que; "se ha permitido la infiltración de toda clase de
error, que la iglesia se ha visto abrumada por la
confusión"5
. Frente a esta situación, la Educación
Teológica tiene el gran desafío de preparar
ministros que estén capacitados bíblicos y
teológicamente para enseñar la sana doctrina y que
tengan el valor.
El deber del ministro debe ser, no sólo
enseñar la sana doctrina, sino también convencer o
refutar a los que la contradicen o se oponen a ella. Las ovejas
sin pastor, o con pastores no capacitados; serán
fácil presa para los lobos y falsos profetas que menciona
la Biblia, "guardaos de los falsos profetas".
Es responsabilidad de los ministros emitir juicios
sobre enseñanzas que no son bíblicas. Somos
responsables de juzgar estas corrientes a la luz de la Biblia.
Las controversias no deberían deleitarnos, debería
ser una obligación desagradable, la única
razón para involucrarnos a ella debería ser la
compasión por la iglesia.
CAPITULO I.
Desde hace mucho tiempo, a una de las bastas
áreas que estudia la teología se le ha llamado
teología del ministerio. Con ese nombre se le ha
conocido durante mucho tiempo, aunque después
hablaremos de su correcta descripción. Debemos hacer una
reflexión sobre este tema para poder comprender el
tema general de la tesina.Tratado o estudio acerca de Dios. Ciencia que estudia las doctrinas de
Dios.Es el intento de hombre por conocer a Dios, sus
verdades, atributos y su revelación con
el
hombre.Es lo que se dice y piensa con respecto a
Dios.Ciencia que trata de Dios, sus atributos y
perfecciones.Disciplina que trata de expresar los
contenidos de una fe religiosa presentados como un
conjunto coherente de proposiciones.La palabra se emplea para referirse a la fe
cristiana aunque en algunos casos se utilice por
analogía para referirse a otros credos, pero
fue el cristianismo el que le otorgó su
significado actual.Tiene un alcance más limitado que la
fe, pues mientras la fe es una actitud integral del individuo y engloba voluntad y
sentimiento, la teología trata de expresar en
palabras los elementos de la creencia que
están contenidos en la fe de forma
implícita o explícita.- Teología :
Ciencia general de los seres, de los
principios y de las causas y efectos
de las cosas naturales.Pensamiento reflexivo y personal sobre algún
tema.Interpretación global del universo desde un punto de
vistaparticular.
Filosofía de vida que se refiere a
las creencias que sirven de guía en la vida
del hombre.Conjunto de consideraciones y reflexiones
generales sobre los principios fundamentales del
conocimiento, pensamiento y acción humanos integrado a una
doctrina o sistema. - Filosofía:
- Ministerio:
Servicio. Es una posición de
responsabilidad.Es una vocación o llamamiento y no
solamente profesión. Si es la voluntad de Dios que
las iglesias sean formadas, también es la voluntad
de Dios que personas particulares sean llamadas para
servir como ministros.El ministerio tiene una función dual, administrativa e
instructiva.Para iniciar este capitulo, debe quedar claro
que al hablar de Teología del ministerio debemos
reconocer que por muchos años se han hecho
estudios sobre este tema y bajo este nombre. Se cree que
el nombre que se debe usar es el de Filosofía del
ministerio. A opinión del profesor Joel Maldonado, "Si hablamos de
teología del ministerio, podemos quedar muy cortos
al momento de definirla y explicarla".Cuando hablamos de teología del
ministerio, nos referimos al pensamiento,
reflexión u opinión del ministro referente
a su rol como siervo de Dios.En esta Tesis hablaremos de Filosofía del
Ministerio.Es posible, sin embargo, ofrecer una
descripción de la filosofía como
‘saber racional totalizante, crítico de
segundo grado’. En primer lugar, la
filosofía es una forma de conocimiento que
pretende ofrecer explicaciones de los temas que analiza
empleando la razón y los argumentos racionales (a
diferencia de la fe o la autoridad). En segundo lugar, la
filosofía pretende ofrecer respuesta a cuestiones
de tipo general y mantiene siempre una perspectiva
totalizante sobre las mismas. En tercer lugar, la
filosofía es un saber crítico, pues analiza
los fundamentos de todo lo que considera y nunca se
limita a aceptarlos de forma ingenua.La filosofía es un saber eminentemente
interdisciplinario, ya que emplea las aportaciones de
diferentes disciplinas científicas y de distintos
tipos de saber, sin limitarse a ninguno de ellos; en este
sentido, la filosofía va más allá de
las habituales especializaciones del saber
científico. Este rasgo es una derivación de
su carácter general y crítico.
Debe señalarse que en filosofía posee un
gran valor la actitud interrogativa, y se ha dicho que en
ella son más importantes las preguntas que plantea
que aquellas respuestas que pueda ofrecer: tal
consideración es consecuencia del carácter
crítico que caracteriza a la filosofía.
Finalmente, la filosofía es un saber de segundo
grado, que emplea los datos
y contribuciones de las ciencias, que son siempre un conocimiento
de primer grado sobre la realidad.La manifestación de Dios hacia el hombre,
desde el principio ha enmarcado una serie de facetas,
entre ellas, el llamamiento a un ministerio especifico.
Este es principal pilar del ministerio. El ministro
será fuerte o débil, feliz o infeliz,
exitoso o fracasado, realizado o decepcionado,
dependiendo de cual sea su filosofía del
ministerio, es decir, ¿Qué es en sí
el ministerio para el pastor, maestro, evangelista,
apóstol o profeta?Básicamente, nadie puede realizar una
función o un trabajo si no sabe que es ese trabajo o a
que se refiere. El ministro debe conocer con seguridad a que esta dedicado, de otra
manera, no sabrá defender esa verdad. Se piensa
así, somos lo que creemos que somos. Somos lo que
un día soñamos ser, no podemos ser
más de lo que creemos.La Biblia puede contener hermosas historias de
siervos de Dios, espectaculares paradigmas, inmortales y excelentes
promesas, pero si nuestra mente y corazón no son capaces de creer y
hacer propias esas promesas, relatos, paradigmas e
inverosímiles historias, podemos morir de viejos o
de enfermos y nunca sabremos que sintieron vivieron y
vieron esos grandes hombres de Dios. Todo lo que hacemos,
decimos, sentimos, etc., se basa en nuestro concepto de
ministerio. Esa es una filosofía. Cuando existe
una filosofía, sabemos los lineamientos de este
trabajo. Es necesario que cada uno conozca su área
de trabajo y la desempeñe de acuerdo a su
filosofía de ministerio.Cuando un hombre o una mujer
recibe un llamamiento especial de Dios, recibe una
responsabilidad que lo acompañará hasta la
misma muerte. Es por eso que al momento de recibir ese
llamamiento de parte de Dios, debemos meditar, orar y
pensar que significado tiene esto para nosotros. En si el
ministerio es la oportunidad que el hombre o mujer tiene
para servirle a Dios y a la comunidad. Todo el trabajo que realice,
bueno o malo, excelente o defectuoso, dedicado o
negligente, dependerá de su filosofía de
ministerio. Esta filosofía será el
regulador del trabajo y los resultados cualitativos y
cuantitativos de dicho ministerio.Lo que nunca nos debe faltar en la vida son
sueños. El hombre que deja de soñar empieza
a morir. Por eso la filosofía del ministerio es el
primer pilar principal en el éxito ministerial. Hoy podemos
conocer en nuestro entorno a gente que ha trazado una
incorrecta filosofía de vida y por eso vive lo que
un día trazó. El hombre es el arquitecto de
su propio destino, ya sea que nos dejemos llevar por la
perfecta voluntad de Dios que es nuestro norte natural, o
que hagamos las cosas a nuestra manera.Muchos de nuestros actuales problemas como denominación, se
deben a esta causa, muchos pastores no tienen una
filosofía del ministerio, otros ni siquiera saben
de esto, sin embargo la tienen, pero muy pobre. A estos
problemas se les une el hecho de que hoy en día
existen muchas y diversas filosofías del
ministerio resultantes de otras denominaciones,
líneas teológicas y confesiones de fe, unas
mas torcidas que otras, estas corrientes están
influyendo en nuestros pastores a tal grado que sus
extrañas filosofías están provocando
que muchos abandonen la obra, al no haber cumplidas sus
demandas. Otros se van de la Iglesia de Dios, porque no
les ayuda. De este modo se convierten en chantajistas,
pues al no recibir ayuda económica o de otra
índole abandonan el ministerio.Muchas iglesias están enseñando la
teología de la prosperidad, extraña por la
forma en que la interpretan. Fruto de esto es que hoy es
común hablar con ministros y escuchar sus
exigencias de querer pastorear solo iglesias grandes. Sin
saber que esas iglesias hay que fundarlas, claro que Dios
quiere que cumplamos nuestros deseos en el ministerio,
pero como dijo el reverendo Arturo Toc (QEPD) de Alta
Verapaz, "Hay que sufrir primero para luego gozar". Si
creemos que al iniciar nuestro ministerio nos
darán una iglesia con mas de mil miembros, estamos
equivocados. Porque las iglesias grandes no surgen de la
nada, pues son el fruto del trabajo de grandes ministros
llenos del Espíritu Santo, con una misión y visión clara, bien
preparados, y estoy seguro
que si hablamos con ellos nos sorprenderemos al escuchar
como iniciaron.En los últimos años y para algunos
ministros, el concepto de ministerio se ha deformado, ha
perdido el significado y valor que tenia hace muchos
años.Hoy, hablar de ministerio es hablar de dinero, lujos, iglesias
grandísimas, etc. ¿Es esto lo que dijo
Jesucristo? No. Él nos enseña a servir,
solo y cuando regresemos a esas palabras y recordemos que
no nos han prometido nada a cambio
y que el que sirve a los de mas es el mayor, podremos
rectificar ese romo concepto de ministerio y saldremos a
servir al mundo.Entonces se cumplirán en nosotros las
innumerables promesas del Señor. Se conocen
muchísimos casos de pastores que aun en las
más serias y criticas situaciones siguieron
sirviendo a Dios y hoy han alcanzado sus sueños.
Estos grandes hombres y mujeres de Dios tuvieron una
correcta filosofía del ministerio. El ministerio
no es cualquier trabajo pero tampoco por ello debemos
exigir como pago grandísimas cantidades.
Jesucristo nos llamó para servirle, y no nos
prometió nada, dijo que El no tenia donde recostar
su cabeza, pero nos ha prometido la unción y
dirección del Espíritu Santo, que
acompañaría siempre a sus siervos.
También nos prometió que todo lo que
dejáramos por su causa lo recibiríamos
multiplicado.El ministerio es un servicio santo, que debe
realizarse con el mayor entusiasmo, la mejor voluntad y
disposición ya que es para Dios ¡Claro que
podemos progresar! El obrero es digno de su salario, si trabaja por Dios Él
nunca lo abandonara, y le proveerá todo
absolutamente todo lo que necesite. No para
enorgullecerse y apartarse de Él. Sino para
testificar a todos que Dios es fiel.Todo aquel que sirve fielmente a Dios se prepara
tanto secular como ministerialmente, porque si se prepara
reconoce su necesidad de ser mejor siervo de Dios y que
el ministerio requiere siervos comprometidos,
trabajadores, preparados y llenos del Espíritu
Santo. Esta es otra faceta de la filosofía del
ministerio. El ministro al momento de trabajar en la obra
de Dios y reconocer que no se trata de algo sencillo,
caerá en la cuenta de que no puede, haciendo uso
de su propia sabiduría, así que
reconocerá que necesita de la sabiduría de
Dios y que es urgente prepararse para prestar un mejor
servicio.Esto es lo que logra la filosofía del
ministerio, una auto evaluación. Esto para analizar la
situación actual y para que nazca el deseo de
prepararse.Se concluye diciendo que una correcta
filosofía de ministerio es necesaria para poder
comprender la importancia de la educación
ministerial.Es interesante contemplar ahora de qué
trata de la hermenéutica contextual.- Terminología
a. Definiciones
Hermenéutica, arte
de interpretar textos para fijar su verdadero sentido. En
un principio se utilizó en el estudio de la
teología y se aplicó específicamente
a la interpretación de las Sagradas
Escrituras, pero su uso se ha ampliado desde el siglo XIX
hasta abarcar las teorías filosóficas del
significado y la comprensión, así como las
teorías literarias de la interpretación
textual.Puede ser la interpretación de cualquier
texto,
situación o circunstancia que necesite una luz
para la completa comprensión.Los teóricos de la hermenéutica
del siglo XIX, como Friedrich Schleiermacher y Wilhelm
Dilthey, entendían la comprensión como un
proceso de reconstrucción
psicológica, es decir, de reconstrucción,
por parte del lector, de la intención original del
autor.En este sentido, el texto es la expresión
de los sentimientos de su autor y los intérpretes
deben intentar ponerse en el lugar del autor para revivir
el acto creador. El problema de esta concepción es
principalmente su exceso de fe en el género humano: presupone que todo
el mundo tiene la misma capacidad para superar las
dificultades que entraña todo proceso de
comprensión.Se basa en la creencia de que es posible
alcanzar una única interpretación correcta.
Sin embargo, una visión algo más
escéptica de la interpretación sostiene que
no hay razones fundadas para emitir un juicio y por lo
tanto se corre el riesgo
de hundirse en la ciénaga del subjetivismo y el
relativismo (el descubrimiento de que el
conocimiento no es absoluto). El filósofo
alemán Martin Heidegger y su discípulo
Hans-George Gadamer describían este dilema como un
círculo hermenéutico, en alusión al
modo en que la comprensión y la
interpretación, la parte y el todo, se relacionan
de manera circular: para comprender el todo es necesario
comprender las partes, y viceversa. Tal es la
condición de posibilidad de toda experiencia y
toda investigación humanas.b. Aplicación
La filosofía no puede ser uniforme para
todos los pastores, de la misma manera en que los
sueños y visiones no son las mismas.Para unos lo ideal es tener una iglesia que
tenga mil miembros, mientras que otros piensan en cinco
mil o más. Para lograr que todos los pastores del
país tengan una filosofía del ministerio,
debemos guiarlos hacia una correcta, hermenéutica
contextual. Esto no es otra cosa sino la correcta
interpretación de los paradigmas bíblicos
de acuerdo al contexto en que vive y se desarrolla el
individuo.Muchos acontecimientos bíblicos, que se
dieron como respuesta de Dios a sus siervos, no pueden
suceder hoy, si el contexto es diferente.El entorno que nos rodea puede variar de una
manera sorprendente en nuestra mutifacética
Guatemala. No se pueden usar los efectivos
métodos urbanísticos de las
mega iglesias de la ciudad capital, en los caseríos más
apartados del área de Ixcán. Puede ser que
estos métodos han ayudado al crecimiento de las
iglesias fuertes, pero no es posible que las personas de
un medio diferente puedan aplicarlo de la misma manera,
es por ello que cada ministro debe hacer una correcta
hermenéutica contextual de cada método, situación o
experiencia que escuche o lea.Por eso es importante hacer una correcta
exégesis del cuadro bíblico, para luego
hacer una correcta eiségesis o aplicación
personal de lo aprendido. El pastor debe interpretar la
escritura de acuerdo al contexto en el que
se desarrolla. Ningún ministro puede pensar en
otro contexto que no sea el suyo, sino en el que se
desenvuelve, vivir en ese contexto, planificar para ese
contexto e interceder por él. Muchos pastores no
prosperan ni son felices, porque viven observando y
pensando en un contexto diferente.Dios está dispuesto a ayudarnos en todo
tiempo siempre y cuando nuestro trabajo, nuestra
visión y nuestra mente este enfocada en nuestro
contexto. Los proyectos de desarrollo en Guatemala se hacen
después de un exhaustivo estudio de la población, clima,
etnia,
etc. De la misma manera se debe trabajar con las iglesias
en los distintos territorios del país.Cuando el ministro aplica una correcta
hermenéutica contextual, sabrá que el Dios
de Abraham es el mismo suyo, pero ahora no se trata de
Mesopotamia, sino de Huehuetenango, Coban
o Antigua Guatemala.Entonces reconocerá que la voluntad de
Dios sigue siendo la misma desde el principio y que
nosotros y nuestras culturas, métodos,
percepciones, idiosincrasias, distintivos,
peculiaridades, deseos, problemas etc., han cambiado, por
eso es necesaria una hermenéutica
contextual. - Hermenéutica Contextual:
Al momento de vislumbrar el por qué de
una filosofía del ministerio en cada pastor vienen
a nuestra mente innumerables ejemplos bíblicos. Es
menester mencionar algunos de estos paradigmas, pues de
ese modo podremos comprobar la importancia de una
filosofía del ministerio, antes de abordar el tema
de educación ministerial. Para la correcta
aplicación de determinado ejemplo, debemos tomar
en cuenta el tipo de contexto en el que nos
desarrollamos.Llamado Abram originalmente, fue el hijo de
Tare, un descendiente de Sem, y nació en Ur,
ciudad de Caldea, donde se casó con su hermana
por parte de padre Saray o Sara. Ambos abandonaron Ur
por inspiración divina y se dirigieron a
Harán junto a su sobrino Lot. Al recibir la
promesa de que Dios haría de él una
"nación grande", Abram se
trasladó a la región señalada,
Canaán, donde vivió como un
nómada.Se menciona a este hombre por su
relación con Dios. A través de esa
relación "de amigos", logro comprender a ese
Dios no tan conocido, pero revelado en ese entonces.
Otrora despreciado por los hombres, pero revelado en
ese momento a Abraham. Desde el principio este hombre
conoció a un Dios misterioso pero fiel.
Exigente pero cumplidor y proveedor. Esa fue la
filosofía del ministerio que formó
Abraham, esa era su teología. Lo más
importante para la vida de este hombre fue que le
creyó a Dios y fue llamado justo.De nada hubiera servido a Abraham conocer a
Dios, ver sus maravillas, recibir su promesa si no
hubiera creído a Dios. Era necesario creer
esas promesas lejanas.Abraham aprendió que muchas veces la
voluntad de Dios es contraria a la nuestra, pero al
final comprendemos su propósito santo. Dios
escogió a Abraham para hacer un pacto con
él. Este pacto o berit, como es la raíz
hebrea, significa la alianza entre dos personas. Dios
promete "en ti serán injertadas todas las
familias de la
tierra", pero Dios pide algo de Abraham "Anda
delante de mí y sé
perfecto".En este fragmento del Génesis se
describe la alianza o pacto que Yahvé
estableció con Abraham, a quien
prometió la posesión de los territorios
de Palestina, así como el liderazgo sobre su pueblo, que
habitaría y heredaría esta tierra prometida bajo su
protección. A cambio, Abraham debía
prometerle fidelidad absoluta y no adorar a
ningún otro dios.Todas las promesas de Dios a través
de la Biblia están acompañadas de un
mandato. La obediencia y cumplimiento de dicho
mandato permite el cumplimiento de la
promesa.Abraham comprendió que delante de
Dios somos tan pequeños e insignificantes, y
que una relación con Dios tiene un precio. Ese precio es la santidad. No
es simplemente andar con Dios, el ser humano debe dar
algo a cambio. En esta sociedad tan despersonalizada y
egoísta, en la que lo único que
interesa es el bien propio y no el de los
demás, donde el pensamiento
maquiavélico de que el fin justifica los
medios esta haciendo trizas las
relaciones interpersonales es donde debemos trabajar,
he ahí la importancia de una buena
preparación ministerial.El ministro de hoy debe aprender que ser
siervo de Dios, trae consigo el cumplimiento de las
innumerables promesas de Dios, pero también
implica que el ministro debe obedecer a todos lo
mandatos, instrucciones y exigencias de Dios. No es
solamente de pedir con exigencia el cumplimiento de
las promesas de Dios. El ministerio demanda que
cumplamos con las instrucciones dadas por Dios a
través de las escrituras. La
preparación en Abraham fue la santidad, Dios
le dijo sé perfecto, aunque personal y
especial esa fue su preparación.Esto no es subjetivo solamente, es objetivo, implica una vida dedicada al
servicio y por ende, preparada para
hacerlo.- Abraham:
Profeta, legislador y guía religioso
hebreo, fundador de Israel.La historia de su vida se relata sobre
todo en los libros Éxodo y Deuteronomio del
Antiguo Testamento.Al parecer, nació en Gosén,
región del antiguo Egipto. A la sazón, los
judíos residentes en Egipto se
hallaban esclavizados por el faraón. Poco
antes del nacimiento de Moisés, el
faraón había ordenado dar muerte a
todos los varones hebreos recién nacidos. Para
salvar a su hijo, su madre lo colocó en una
cesta de papiro que lanzó al Nilo, episodio
que fue observado por su hermana Miriam. (Éx.
2,4; Núm. 26,59) Fue rescatado de las aguas
por la hija del faraón, que le crió
como si fuera su hijo.Una vez allí, debía guiarlos
hacia la tierra de Canaán, más tarde
denominada Palestina, donde debían instalarse
de forma permanente. Para ayudarle en el proyecto, Yahvé otorgó a
Moisés el poder de realizar
milagros.Ya adulto, Moisés mató a un
egipcio que a su vez había azotado a un
esclavo judío, por lo que hubo de huir de
Egipto. En el exilio, fue pastor toda su vida. A los
80 años, Yahvé, el dios de los hebreos,
se le apareció en una zarza ardiente y le
ordenó volver a Egipto para salvar a su pueblo
de la esclavitud.Es muy interesante preguntarnos
¿cuál era la filosofía de
ministerio de Moisés? Desde pequeño
supo acerca de Dios, más no le conocía
aún. Tuvieron que pasar muchos años
para que se encontrara con Dios y pudiera conocerle.
Estuvo cuarenta años en el candente desierto
de Sin aprendiendo de Dios y de los secretos del
desierto, al mismo tiempo que formulaba su
filosofía del ministerio, su teología.
Una filosofía de ministerio no se formula de
la noche a la mañana, tiene que pasar tiempo
de oración y búsqueda de Dios para
lograrlo. Por muchos libros que el ministro lea, por
muchos cursos de teología que reciba, para
conocer a Dios se necesita tiempo, dedicación
y deseo.Esa intensa búsqueda de Dios tiene su
resultado. El ministerio de Moisés no fue
fácil, pues adquirió la responsabilidad
de dirigir el éxodo de Israel de Egipto donde
estuvieron viviendo como esclavos por más de
cuatrocientos años.Moisés es uno de los grandes
paradigmas bíblicos en cuanto a
preparación y filosofía del ministerio
se refiere. Pasó toda su juventud preparándose
académicamente en los mejores colegios y
universidades de Egipto, para que después de
conocer a Dios y recibir el llamado al ministerio
tuviera que pasar cuarenta años en el
desierto, preparándose ministerialmente porque
conoció ampliamente el propósito de su
llamado.No era una tarea fácil, por lo que no
se apresuró a cumplirla, sino se dedicó
a aprender todo lo necesario para esa eventual
salida.Aun en las situaciones más
difíciles Moisés no volvió
atrás. Su confianza siempre estuvo en Dios, en
ese Dios que hacía un tiempo atrás era
desconocido para él, pero que en su infinito
amor se le había
revelado.Otro aspecto importante de este ministro es
que buscó más de Dios. Nunca se
conformó con lo que ya había visto y
oído. Él pidió
más, aquí se demuestra la
dimensión de su visión, no era una
visión pequeña sino grandísima y
superaba incluso las experiencias vividas.
Después de haber estado hablando tanto tiempo con Dios,
viendo la gloria de Dios recibiendo nombramientos y
estatutos de parte de Adonai le pide
"Muéstrame tu gloria". Para Moisés no
era suficiente lo que había visto siempre
perseveró y obtuvo lo que anhelaba. Se entrego
a la labor que tenia, esa labor que inició
como una pequeña inquietud que tenia desde
tiempos inmemoriales.Moisés es una figura bien conocida en
el cristianismo y se le menciona con frecuencia en el
Nuevo Testamento. En la transfiguración de
Cristo, Moisés representa a la Ley (Mt. 17,3). El papel que
desempeñó en el Antiguo Testamento es
reseñado en la Epístola a los Hebreos,
comparándolo con el de Cristo (Heb. 3,1-6).
También se le menciona en el Evangelio
según san Juan, de nuevo para destacar el
papel de Cristo (Jn. 1,17) como referendo de lo anunciado en las
Escrituras. - Moisés
Es el más largo de los libros
proféticos del Antiguo Testamento.
Isaías, considerado por la tradición
como autor del libro que lleva su nombre, hijo de
Amós, nació en el seno de una familia aristocrática de
Jerusalén hacia el 760 a.C. Profetizó
durante los reinados de Ajaz, rey de Judá, y
de su hijo y sucesor Ezequías. Según la
tradición, sufrió martirio en el 701 o
el 690 a.C. La belleza de su estilo y la constante
nobleza de su mensaje le convirtieron en uno de los
autores bíblicos más
reverenciados.Con frecuencia, los comentaristas dividen el
Libro de Isaías en dos secciones, que tienen
su origen en épocas diferentes y que se
caracterizan por destacadas y distintas perspectivas
teológicas y estilos literarios.Los primeros 39 capítulos datan sobre
todo de la época del Isaías
histórico; es decir, en un sentido amplio, la
segunda mitad del siglo VIII a.C. Por lo tanto, el
grueso de esta sección se atribuye al profeta
histórico y se denomina Primer Isaías.
La segunda sección del libro (capítulos
40 al 66) ha sido atribuida a diversos autores, y
suele subdividirse en Segundo y Tercer
Isaías.Aunque la totalidad del libro se atribuye a
Isaías, la mayoría de los especialistas
considera hoy que se trata de una obra compuesta, que
tal vez alcanzó la forma en que es conocida
antes del 180 a.C.Hablar de Isaías es hablar de un gran
profeta. Realmente se menciona como uno de los
profetas más grandes e importantes de
Israel.Estando en el templo Dios le habla.
Quizás pocas veces nos hemos dado cuenta que
Dios esta en el templo, el siempre ha estado
allí para todos los que le buscan, el problema
es que muchas veces pasamos
desapercibidos.Estando en ese escenario se da cuenta de la
santidad de Dios. Pero al mismo tiempo reconoce su
propia inmundicia, su pecado. Inmediatamente
voló hacia el un querubín y tocó
sus labios con una brasa y purifico sus labios. Es
entonces cuando escucha la voz de Dios.Dios habla en ese momento, hace una pregunta
¿a quien enviaremos, y quien irá por
nosotros? A lo que él respondió heme
aquí, envíame a mí. Dios le dio
un discurso en el que le mostró la
realidad y el grado de dificultad de su
ministerio.¿Acaso las cosas han cambiado? No,
hoy se trata de la misma situación. Nosotros
estamos inmundos, solos, y necesitamos
preparación, porque nuestro ministerio al
igual que el de Isaías, es difícil, la
tarea no es fácil, pues la gente tiene duro el
corazón, y no solo eso, si no que este siglo
trajo consigo la despersonalización y el
relativismo, que hace de nosotros una
generación cada vez más ajena a los
problemas de los demás.Pero Isaías realizó su
trabajo, y nunca faltó el respaldo de Dios. Es
evidente que Isaías era un hombre muy
intelectual con amplio conocimiento sobre el contexto
geográfico e histórico de su
país. Por otra parte, su estilo literario
posee una excelencia no igualada en todo el Antiguo
Testamento y aun con muy pocos rivales en la literatura universal. Gran parte de su
material esta en verso y su poesía alcanza niveles
realmente soberbios que los que saben de esta
materia reconocen rápidamente.
Reconoció que el servicio a Dios conlleva
preparación.Muchas de sus porciones son piezas de
antología; fue un verdadero maestro de las
figuras de dicción, personificó
ciudades, la naturaleza, el brazo de Dios,
etc.Este es un gran ejemplo para los ministros
de hoy, pues el llamamiento de Dios es especial,
sobrenatural, pero también complicado, pero en
el momento en que Dios mira que nos preparamos, nos
da su ayuda para alcanzar niveles sorprendentes de
conocimiento. Esto fue lo que comprendió
Isaías, por lo cual llegó a ser el
profeta que Dios quería que fuese. - Isaías
- Pablo
- Paradigmas Bíblicos:
- TEOLOGÍA DEL MINISTERIO
De ninguna manera podemos obviar al gran apóstol
Pablo. Este personaje debe estar incluido en estos
paradigmas
Primer teólogo del cristianismo y el más
importante de sus misioneros, por lo que también fue
llamado el Apóstol de los gentiles.
Nació en Tarso (en la actual Turquía) y
recibió de sus padres, fieles cumplidores de la religión judaica,
el nombre de Saulo (por el antiguo rey hebreo Saúl). Al
octavo día fue circuncidado (como estipulaba la Ley
judía) y se educó, con el máximo rigor, de
acuerdo con la interpretación farisaica de la Ley. Como
joven judío de la diáspora, escogió el nombre latino
de Pablo, por la similitud fonética de éste con
el suyo.
Sus epístolas posteriores reflejan un
conocimiento profundo de la retórica griega, algo que sin
duda aprendió en Tarso cuando era joven. Pero sus modelos de
pensamiento reflejan también una educación formal
en la Ley mosaica, quizá recibida en Jerusalén del
famoso maestro Gamaliel el Viejo durante su preparación
para convertirse en rabino.
Destacado estudioso de la Ley y defensor
acérrimo de la ortodoxia judía (Gál. 1,14;
Flp. 3,6), su celo lo llevó a perseguir a la naciente
Iglesia cristiana por considerarla una secta hebrea contraria a
la Ley que debía ser destruida (Gál. 1,13). En
los Hechos de los Apóstoles se relata su
participación como testigo en la lapidación de
san Esteban, el primer mártir cristiano.
Se convirtió al cristianismo tras experimentar
una visión de Cristo durante un viaje de Jerusalén
a Damasco (He. 9,1-19; 22,5-16; 26,12-18), acontecimiento al que
se refiere sin emplear el término
‘conversión’, que implica un cambio de una a
otra religión. Para él, esta revelación de
Jesucristo suponía la señal del fin de todos los
credos y, por tanto, de todas las diferencias religiosas
(Gál. 3,28). En cambio, habla con reiterativa insistencia
de que Dios "lo llamó" (ver más adelante
Elección) al cristianismo y a la evangelización de
los gentiles. Aunque reconoció la legitimidad de su
misión
entre los judíos, como la llevada a cabo por Pedro, estaba
convencido de que el cristianismo era una llamada que Dios
hacía a todas las personas al margen de los requerimientos
de la Ley judía.
Según el conocido relato contenido en los Hechos
de los Apóstoles, Pablo realizó tres viajes
misioneros. Sus cartas revelan
que su itinerario se guió por tres preocupaciones
principales:
(1) su vocación de evangelizar territorios
aún no hollados por otros evangelistas cristianos, de
ahí sus planes para dirigirse por el oeste hasta España
(Rom. 1,14 y 15,24-28);
(2) su interés
pastoral por volver a visitar sus propias congregaciones cuando
surgieron problemas, como, por ejemplo, sus diversas visitas a
Corinto; y
(3) su inquebrantable determinación por entregar
él mismo en la Iglesia judeocristiana de Jerusalén
el dinero
recolectado en sus iglesias gentiles. Aunque los eruditos no
captan de forma convincente los motivos de Pablo en este
empeño, lo cierto es que abrigaba el propósito de
unificar las iglesias de su misión gentil con las de los
judíos cristianos de Palestina.
Por los Hechos de los Apóstoles sabemos que fue
preso en Jerusalén tras los disturbios provocados por sus
antagonistas judíos, y que fue conducido a Roma. En el mismo
texto se refiere también a la posibilidad de su muerte
(He. 20,24; 20,38). Lo más probable es que fuese ejecutado
en Roma en el año 62. Desde el siglo IV la
tradición cristiana fijó el día en el 22 de
febrero.
Es sorprendente el ministerio del apóstol Pablo,
su entrega, su pasado, su conversión. Cualquiera
diría que por la forma en que se convirtió y como
llegó a comprender la vedad no necesitaba más.
Muchos creen que después de haber recibido la
revelación de Jesucristo y su comisión,
inició su ministerio, pero no es así.
Pablo pasó mucho tiempo preparándose,
¡aproximadamente 22 años de preparación!.
Pero ¿era necesario que un hombre tan preparado lo
siguiera haciendo? Pablo era fariseo, o como el mismo
decía, fariseo de fariseos. Un Fariseo estudiaba la ley
desde pequeño, además de esto Pablo estudió
en Tarso, una ciudad importante y famosa por el hecho de albergar
importantísimas universidades.
La filosofía de ministerio de Pablo era sencilla
en el aspecto de definiciones, que realmente plasmó en
tesis que encontramos en todas las cartas que
escribió.
"No me avergüenzo del evangelio
porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que
cree."
"Con Cristo estoy juntamente crucificado
y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi"
Esa era su filosofía. La mayoría de bases
para poder formular una teología de ministerio las
encontramos en los escritos paulinos. De hecho, la
teología paulina es considerara una de las más
fuertes e importantes para la doctrina de la iglesia. Pablo
consideró el ministerio como un deber que conlleva
sacrificio y responsabilidad, no es un trabajo, sino una
vocación como respuesta a un llamado de Dios. Dios llama
según su perfecta voluntad a hombres y mujeres para que le
sirvan, pero ¡ay de aquel que no cumpla con esa
vocación!
Pablo jamás vio el ministerio como un negocio o
una oportunidad para ganar dinero. El mismo dijo "todo lo que
antes tenia, lo tengo por perdida por seguir a Cristo". Cristo
debe ser en todo tiempo el motivo de nuestro trabajo. Esa debe
ser nuestra filosofía del ministerio.
Cualquier intento de resumir el pensamiento de Pablo ha
de afrontar varios obstáculos, y en particular el hecho de
que las cartas iban dirigidas a una comunidad determinada,
incidiendo en sus problemas específicos con el fin de
corregir sus errores. Incluso su epístola más
sistemática, la que remite a los romanos, no proporciona
una exposición completa de su teología, pero
algunos temas y aspectos se repiten con suficiente frecuencia
como para ser considerados como el núcleo más
significativo de su pensamiento.
Para Pablo, una verdadera percepción
de la cruz revela el extraño poder de Dios, un poder que
se hace perfecto en su propia manifestación de debilidad.
Dios afirmó este poder al resucitar a Jesús de
entre los muertos, al enviar al Espíritu Santo y al fundar
la Iglesia como fundamento de la Edad Nueva venidera,
situándola en medio de la batalla escatológica con
la seguridad de que pronto enviaría al Señor
resucitado para lograr la victoria final del Bien.
1. Opinión sobre Cristo
Pablo enumera y establece las formulaciones de los
primeros cristianos, que interpretaron la muerte de
Cristo desde la perspectiva del sacrificio (1 Cor. 15,3), pero la
esencia de su visión de Cristo se encuentra en la
afirmación de que Dios quiso que Jesucristo venciera el
poder del pecado. Rechazó por tanto la importancia que los
judeocristianos otorgaban al arrepentimiento y al perdón
de los pecados, y en lugar de invitar a sus discípulos a
arrepentirse, ejemplificó la victoria de Dios sobre todos
los pecados.
Las consecuencias de estas doctrinas, al representar
de forma implícita una interpretación de la Ley
mosaica, son complejas. Afirmó que la Ley era santa,
justa y buena, pero cuando se convirtió al
cristianismo dejó de creer que fuera lo bastante
poderosa como para vencer al pecado y la muerte (Rom. 8,3),
por lo que no es posible someterse a ella. En realidad, aquel
que lo haga se encontrará con que, en manos del
pecado, la Ley puede convertirse en un poder esclavizador
(Gál. 3,23-25).- La Ley
Pocos aspectos del pensamiento de Pablo han sido tan
mal entendidos como los que se refieren a los términos
de carne y espíritu. Según él, se trata
de esferas de poder que se hallan en conflicto
y no deben ser entendidas sólo como partes
constituyentes de los seres humanos, porque el reino de la
carne (el reino humano) es susceptible de sucumbir ante el
poder del pecado.La solución al mal no radica en un código ético que la gente pueda
y deba obedecer, sino en la obra del Espíritu Santo,
don de Dios, que triunfa en la vida de la nueva comunidad
aportando sus frutos de amor, alegría y
paz. - Opinión sobre los seres humanos
- Elección
Pablo nunca habla de su conversión del
judaísmo al cristianismo, sino de haber sido "llamado" por
Dios. En esencia dijo lo mismo a todos los cristianos, por lo que
puede considerarse que para él el cristianismo no parte de
una actitud personal sino en la propia decisión de Dios
que se manifiesta a través de su Hijo y al enviar su
espíritu.
Es Dios quien llama a las personas para que se unan a
la comunidad cristiana a través del don de la gracia.
Pablo insiste en la naturaleza radical del poder de Dios
afirmando que con la muerte de Cristo Dios ha rectificado al
impío (Rom. 4,5).
No es que Dios aliente a los pecadores a rectificar por
medio de las buenas obras, sino que actúa en primer lugar,
y la fe es un don de Dios más que un acto voluntario y
consciente del ser humano (Gál. 5,22). La fe, igual que la
vida misma, es algo que Dios hace nacer (Rom. 4,17) y no depende
de la voluntad o esfuerzo de la persona, sino de
la misericordia divina (Romanos 9:16).
Siempre se ha considerado que el pensamiento de Pablo
quedó pronto eclipsado por otras enseñanzas
teológicas y que sólo san Agustín de
Hipona en el siglo V y Martín Lutero en el siglo XVI
lo recuperaron hasta cierto punto. Se está revisando esta
consideración en la actualidad.
A pesar de que el autor de la segunda epístola a
Pedro habla de las dificultades para entender a Pablo (2 Pe.
3,16), numerosas comunidades de finales del siglo I y principios
del siglo II conservaron sus cartas y, con gran coraje, trataron
de aplicar aspectos de su pensamiento a las nuevas situaciones a
las que se enfrentaron. Estas comunidades paulinas aparecen en
las epístolas dirigidas a los Colosenses, a los Efesios, y
a 1 y 2 a Timoteo y Tito. Sin embargo, es cierto que fueron
san
Agustín y Lutero los primeros en abordar una
interpretación sistemática y rigurosa de la
teología de Pablo. En el siglo XX, la obra de los
teólogos alemanes Karl Barth y Ernst Kasemann ha renovado
el interés en la teología paulina.
La preparación del apóstol Pablo es una de
las más intensas, pero su teología es
también una de las más extensas e
impactante
CAPITULO II
Ahora entramos a nuestro tema central. La
educación. Para que un ministro comprenda la
importancia de la educación, debe tener una
filosofía de ministerio que le indique y le motive a
hacerlo. ¿Qué es educación
teológica, bíblica y ministerial?- Educación
teológica:
- Educación
- EDUCACIÓN
TEOLÓGICA, BÍBLICA Y MINISTERIAL
La educación teológica tiene una amplia
gama de temas, desde hace muchos años los problemas
teológicos han sido atendidos por teólogos de
diferentes líneas de pensamiento. Pero esto ha hecho de la
teología una mezcolanza te temas y
filosofías.
Por lo que la importancia de la educación
teológica descansa en el conocimiento de los
orígenes de las teologías que manejamos
actualmente.
- Bases de la educación
teológica
Teólogos tan diferentes como el italiano santo
Tomás de Aquino en el siglo XIII y el teólogo Karl
Barth en el siglo XX han mantenido que la teología es una
ciencia. Sin embargo, los dos se preocuparon por subrayar que hay
ciencias de muchos tipos.
La teología parece una ciencia, puesto que en el
estudio de sus contenidos se aplican procedimientos
metodológicos, críticos e intelectuales,
aunque difieren por completo de los de las ciencias
naturales y también de las humanas, ya que su objeto
final, Dios, no es accesible a la investigación
empírica. Por lo tanto, el problema de establecer un
método riguroso de razonamiento sobre Dios es crucial en
teología. Aquino emprendió su sistema
filosófico presentando cinco pruebas de la
existencia de Dios como base de todos sus demás
argumentos. Barth, por otra parte, comenzó con la
revelación de Dios o su propia comunicación (la palabra de Dios), pensando
que sólo así se podría evitar el peligro de
aproximarse a Dios como si fuera un simple objeto de
investigación.
Los seguidores del método de Barth sostienen que
una ciencia debe empezar con determinados supuestos y que el
supuesto de un Dios que se comunica consigo mismo es el punto de
partida más adecuado para la teología; los que
siguen el ejemplo de Aquino sostienen que la integridad
espiritual exige que el teólogo comience con la
cuestión de sí existe Dios. No hay un único
método de carácter universal reconocido en
teología. El método difiere de un teólogo a
otro y depende en gran medida del grado de importancia que se
concede a las diversas fuentes.
San Anselmo, del siglo XII, es un buen ejemplo de
teólogo que utiliza un método de riguroso
razonamiento lógico. En el Proslogium, Anselmo se
propone probar la existencia de Dios a partir del concepto de un
ser perfecto, y en Cur Deus homo sostiene que, dada la
existencia de un Dios benevolente y de la maldad de la humanidad,
las doctrinas cristianas de encarnación y expiación
pueden deducirse por necesidad lógica.
Pocos teólogos han sido tan rigurosamente
lógicos como Anselmo, pero casi todos han aspirado a la
coherencia lógica. Sin embargo, una minoría,
incluidos el padre de la Iglesia del siglo II Tertuliano y el
filósofo danés del siglo XIX Sören
Kierkegaard, han negado que la teología pueda concebirse
como un sistema racional y han afirmado que la experiencia humana
de Dios revela discontinuidad y paradojas.
Se puede observar un método bastante diferente
entre los teólogos protestantes de la Reforma y
posteriores a ella, que han intentado fundamentar la
teología ciñéndose tan sólo a la
Biblia. En su forma más cruda, esto significaba una
constante apelación a la Biblia para demostrar
afirmaciones teológicas. Sin embargo, con el desarrollo de
los estudios bíblicos, este tipo de teología se ha
hecho mucho más sofisticada.
En primer lugar, el método consiste en establecer
el texto bíblico a partir de los manuscritos y de
diferentes lecturas, sometiendo después este texto a un
profundo examen para tomar nota, por ejemplo, de consideraciones
lingüísticas, fuentes literarias y antecedentes
históricos. En esto consiste el trabajo de
exégesis, que aspira a la comprensión, en la medida
de lo posible, del significado que pretendió el
escritor.
Los teólogos deben entonces continuar y
preguntarse cómo ha ido evolucionando el significado
original del texto en el curso de la historia doctrinal, y el
significado que pudiera tener en la propia época y
situación cultural de los teólogos. Este paso
afecta a la hermenéutica, ciencia de la
interpretación de textos.
Hay quien afirma que la interpretación es en
sí misma un acto creativo e innovador y no tan sólo
la transposición de significados de un contexto antiguo a
otro moderno. Además, una transposición que
intentara reproducir el significado exacto del texto original
podría dar lugar a cambios substanciales.
b. Teología y Otras Ciencias
El teólogo alemán del siglo XX, Rudolf
Bultmann, abogó por un método de
'desmitologización', en el supuesto de que el significado
esencial del Nuevo Testamento es una comprensión de la
existencia humana que debe desvincularse del lenguaje
mitológico de la época en que se escribió.
El proyecto de Bultmann implicaba la traducción de este significado esencial en
el contexto del lenguaje de la filosofía existencialista
moderna.
En apariencia similar a las teologías de
fundamento bíblico de los escritores protestantes son las
de los escritores católicos, que han tratado de
desarrollar teologías fundadas en los pronunciamientos
dogmáticos de la Iglesia. Esto se realizó con
cierta ingenuidad en los manuales
más antiguos, aunque se ha reconocido ahora que las
cuestiones hermenéuticas son tan relevantes para el dogma
como lo son para la escritura, y que incluso los dogmas
más venerados necesitan una periódica
reinterpretación que puede dar lugar a la aparición
de nuevas ideas.
Los teólogos poco dispuestos a comenzar con una
apelación a los textos autorizados, ya sean
bíblicos o dogmáticos, comienzan su labor por el
extremo opuesto, analizando la experiencia humana y sus
problemas, y preguntándose después cómo la
sabiduría tradicional podría iluminar o resolver
estos problemas.
El teólogo alemán del siglo XX Paul
Tillich ha utilizado la expresión "método de
correlación" para describir este procedimiento en
teología. Él y otros autores han hecho buen uso de
la fenomenología en sus análisis de la experiencia
humana.
Los principales tipos de métodos
teológicos pueden combinarse de diferentes formas. Cada
teólogo importante tiene un método único en
sus detalles, pero que sin embargo implica numerosos
procedimientos similares a los de otros
teólogos.
Es importante señalar que muchos procedimientos
de la teología son los mismos que utilizan los
historiadores, los estudiantes de lengua y literatura, los
filósofos, y otros
especialistas.
Es claro que en ambos casos la teología ha de
ocuparse tanto de los seres humanos y de su capacidad como de
Dios. De hecho, Barth ha dicho que la teología
debería llamarse con mayor propiedad
'teoantropología', ya que el tema en cuestión no es
Dios aislado, sino más bien lo divino y lo humano en la
medida en que se relacionan entre sí.
La palabra teología es utilizada a veces en
sentido amplio para significar no sólo el estudio de la
doctrina, sino también los estudios bíblicos y la
historia de la Iglesia, como cuando se habla de la facultad de
teología de una universidad. Pero
en general, teología significa teología
sistemática, que es la exposición ordenada de las
creencias de una fe religiosa en su conjunto.
La teología sistemática cristiana se
subdivide en la doctrina de Dios (teología en sentido
estricto); cristología, doctrina de la persona de Cristo;
soteriología, doctrina de la salvación; antropología, doctrina de la humanidad;
pneumatología, doctrina del espíritu; escatología, doctrina de las
'últimas cosas' o el final de los tiempos, y
eclesiología, doctrina de la Iglesia. A veces se
añaden nuevas divisiones, aunque la teología
sistemática subraya siempre la unidad e implicación
mutua de las diversas partes.
La distinción entre teología natural, que
se basa en la razón y la experiencia común, y la
teología revelada ya ha sido apuntada. Por el mismo motivo
debería hacerse una distinción entre
apologética —intento de exponer las creencias
religiosas mientras se atiende o se responde a las objeciones y
críticas— y dogmática, exposición
ordenada de las creencias. Sin embargo, algunos teólogos
rechazan la apologética, ya que parece permitir a sus
rivales fijar el orden, argumentando que la mejor
apologética es tan sólo una exposición clara
de la creencia.
La aparición y desarrollo de doctrinas religiosas
es el tema de la teología histórica, que tiene
importantes implicaciones en la reflexión teológica
actual. En cierto modo menos dependientes de la aventura
teológica son varias disciplinas en las que las ideas
procedentes de la teología sistemática se aplican a
diversos problemas especializados. En teología moral las
ideas de fe se aplican a cuestiones de conducta
moral.
A causa de la variedad de estos problemas, la
teología moral tiende a convertirse en una tarea
interdisciplinar. Cuando los problemas aparecen vinculados a
aspectos institucionales y sociales de la vida humana, se puede
hablar de teología social e incluso de teología
política.
La teología pastoral o práctica tiene que ver con
el ejercicio del ministerio en materias como el asesoramiento y
el cuido y enseñanza de las almas.
c. Teología Moderna
Después de la Reforma se produjo un periodo de
estancamiento teológico, mientras las ortodoxias
católica y protestante se enfrentaban entre sí
manteniendo posiciones muy rígidas. En los siglos XVII y
XVIII ambos campos se vieron amenazados por la aparición
de la filosofía racionalista y la ciencia
empírica.
El prolongado dominio de la
teología como la 'reina de las ciencias' estaba
concluyendo. A pesar de estas amenazas, el teólogo
alemán del siglo XIX, Friedrich Schleiermacher,
resucitó la teología. La autoridad de la ortodoxia
había desaparecido, y la antigua teología natural
había quedado desprestigiada por dos filósofos del
siglo XVIII, el escéptico inglés
David Hume y el idealista alemán Immanuel Kant.
Por eso, Schleiermacher hizo un enérgico
llamamiento para que la experiencia viva de la comunidad de
creyentes fuera considerada como la nueva base de la
teología.
En su obra más importante, Compendio de la fe
cristiana según los principios de la Iglesia
evangélica (2 vols. , 1821-1822), la doctrina es
tratada como la transcripción de la experiencia. Con
Schleiermacher, el foco de la teología parece desplazarse
desde Dios a la humanidad, y esta fue la realidad, en
términos generales, de la teología liberal que
dominó el siglo XIX. Su desarrollo se vio interrumpido por
la obra de Karl Barth, cuya obra monumental, Die kirchliche
Dogmatik (1932-1962), significó un regreso a la
filosofía bíblica.
En la segunda mitad del siglo XX coexistían
varias escuelas teológicas. Importante entre ellas es la
revitalizada teología católica romana que surge del
Concilio Vaticano II (1962-1965). Otras escuelas utilizan los
principios del filósofo inglés del siglo XX Martin
Heidegger, e incluso de Carlos Marx, para
elaborar nuevas interpretaciones teológicas.
d. Teología y otras
disciplinas
La compañera de diálogos más
antigua de la teología ha sido la filosofía.
Sucesivas escuelas de filosofía han inspirado el
pensamiento teológico innovador, han ofrecido
categorías para la aclaración de las ideas
teológicas y han interpretado el cambio de intereses de la
sociedad.
La teología judeocristiana ha estado implicada de
forma muy estrecha con la historia, ya que en la tradición
bíblica la historia es el medio de la revelación y
las afirmaciones históricas de fe tienen que ser probadas
y analizadas como otras afirmaciones.
La psicología, la
sociología y la antropología
implican el estudio de la religión y, aunque sus
métodos y objetivos sean
diferentes de los de la teología, muchas veces ilustran
sobre el proceso del desarrollo teológico.
La teología debe recurrir también a las
ciencias naturales, por ejemplo, al investigar de qué modo
las doctrinas de creación y providencia se relacionan con
el mundo descrito por la ciencia. Por último, y a finales
del siglo XX, los filósofos cristianos han entablado el
diálogo
con las demás religiones importantes, han
fijado un territorio común y han analizado los elementos
que la diferencian.
Todas estas líneas de pensamiento están
incluidas de alguna manera en nuestra teología actual o en
dogmas y pensamientos.
Acción en la que desarrollan o
perfeccionan las facultades y aptitudes del individuo
para su perfecta formación.Según Luis Arturo Lemus: Es la
influencia ejercida en una persona,
ocasionándole modificaciones en su
conducta.- Educación:
Es la formación que recibe el ministro
en el campo teológico.Este incluye los diferentes pensamientos,
linemientos, escuelas, doctrinas y corrientes
existentes en dicho campo. Conlleva profundidad en el
aspecto teórico. - Educación Teológica:
Es la formación que recibe el ministro
en el campo netamente bíblico.Esto para comprender Las Sagradas Escrituras
de acuerdo a sus principales divisiones. - Educación
bíblica: - Educación
ministerial:
- Terminología:
Es la preparación teórica y practica que
recibe el ministro para poder cumplir con su
ministerio.
En esta se tratan aspectos puramente prácticos,
contextuales y actuales.
Chávez
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