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Historia de Venezuela. El contacto con los europeos, conquista y colonización



Partes: 1, 2

    1. Elementos
      socio-económicos que motivaron los viajes de
      exploración en América a fines del siglo
      XV
    2. Beneficios aportados al
      continente europeo
    3. Poblamiento del territorio
      venezolano
    4. Características y
      consecuencias de la conquista en Venezuela
    5. Estructura
      Económica Colonial
    6. Estructura
      étnico social colonial
    7. Conclusión
    8. Bibliografía

    Introducción

    La llegada de los europeos al territorio de la actual
    Venezuela se
    produce en el tercer viaje de Cristóbal Colón
    (1498), y luego el
    conocimiento de sus costas es completado por las expediciones
    de los años siguientes, especialmente las de Alonso de
    Ojeda y Rodrigo de Bastidas.

    En sus 2 primeros viajes,
    Colón había explorado el Caribe insular, pero no
    había hallado Tierra Firme
    continental. Así, en el primero que fue el del
    descubrimiento del Nuevo Mundo, llegó el 12 de octubre de
    1492 a una isla del archipiélago de Las Lucayas llamadas
    por los indios Guanahaní, a la que el genovés puso
    por nombre San Salvador; seguidamente fueron avistando y
    reconociendo las islas de Santa María de la
    Concepción, La Fernandina y La Isabela; buscando un camino
    hacia el reino del Gran Kan, se topó con la isla de
    Cuba, a la que
    llamó Juana, y en el sur se encontró con otra gran
    isla, Haití, a la que denominó La Española.
    Después de construir en ésta un fuerte llamado
    Navidad, con
    los restos de la nao Santa María, y dejar en él una
    guarnición, emprendió el regreso a España,
    arribando a Lisboa el 4 de marzo de 1493; los Reyes le recibieron
    en Barcelona y le concedieron todos los honores
    estipulados.

    Al calor del
    entusiasmo despertado por los indios y objetos maravillosos que
    traían y las narraciones que contaban, se preparó
    una nueva expedición muy numerosa, que zarpó de
    Cádiz en septiembre de 1493. El 3 de noviembre llegaba a
    Dominica y fue descubriendo toda la serie de islitas de las
    llamadas Antillas Menores: María Galante, Guadalupe,
    Montserrat, Santa María la Antigua, etc.

    El 22 de este mes estaba en La Española, donde
    encontró el fuerte Navidad destruido y la
    guarnición muerta; después de fundar La Isabela,
    primer establecimiento en el Nuevo Mundo, recorrió la
    costa meridional de Cuba y descubrió la isla de Jamaica.
    Creyó Colón que Cuba ya era tierra continental y
    así lo hizo constar en acta levantada al efecto. En marzo
    de 1496 emprendió el regreso a España, y el 11 de
    junio llegó a Cádiz. Gozó de nuevo el favor
    de los Reyes y se le confirmaron sus privilegios.

    En abril de 1497 se empezó a preparar el tercer
    viaje, en el cual los expedicionarios verán por primera
    vez el continente americano; los apuros de la Real Hacienda y la
    malevolencia de Fonseca hacia el Almirante retrasaron la
    organización de la flota. Pedro de Margarit y Fernando
    Boil, personas de gran prestigio en la Corte, regresaron del
    segundo viaje antes de que Colón zarpara para el tercero,
    y describieron como muy caótica la situación en La
    Española, lo cual creó una mala imagen del
    Almirante.

    Colón procuró rehabilitarse, y
    presentó a los Reyes Católicos los indios que
    había traído, diversas aves, otros
    animales y
    plantas,
    además de objetos que los indios usaban para su servicio y
    recreo; pero los monarcas dejan de tener confianza ciega en
    él y en sus promesas.

    La impresión dominante es que el descubrimiento
    era un fracaso, pues no se hallaron tierras ricas en metales preciosos
    o mercaderías de gran valor. De
    ahí la obsesión de Colón de encontrar
    oro a toda
    costa y también de utilizar la esclavitud para
    obtener ganancias; en esto último entró en conflicto con
    la reina Isabel, que no lo aceptó. De todos modos,
    Colón consigue nuevas mercedes: el nombramiento de
    adelantado para su hermano Bartolomé; licencia para fundar
    mayorazgo; y el de admitir al servicio de la Corte a su hijo
    Hernando.

    Los Reyes quieren utilizar la pericia de Colón
    como navegante y apartarlo, en lo posible, del gobierno de La
    Española. Con el apoyo de la Corona, se pudieron equipar 8
    naves, en las cuales habían de embarcar no sólo
    soldados y marineros sino también labradores, artesanos y
    menestrales de diversos oficios. Se había planeado
    introducir cultivos, como la caña de azúcar,
    y establecer el repartimiento de tierras entre los
    pobladores.

    Consecuentes con sus propósitos de alejarlo de La
    Española, los Reyes ordenaron que 2 navíos
    partieran antes con recursos para la
    colonia; mientras que los otros 6, con el Almirante,
    saldrían luego, dedicados a explorar y a nuevos
    descubrimientos. Se quería saber la ubicación de
    las islas descubiertas, que muchos empezaban a considerar que era
    diferente de la de los reinos citados
    por Marco Polo en Extremo Oriente. Por otra parte, también
    se deseaba conocer la posición exacta respecto de la
    línea de demarcación establecida con Portugal en el
    Tratado de Tordesillas. Vencidos todos los obstáculos, la
    expedición salió de Sanlúcar de Barrameda el
    30 de mayo de 1498.

    El lugar donde fondearon sería en una de las
    ensenadas conocidas hoy como Güinimita, Ucarita, Patao o
    Vacua. Tradicionalmente, se considera que el sitio donde
    desembarcaron se hallaba en la ensenada de Macuro, en la
    desembocadura del río San Juan, donde hoy se halla Puerto
    Macuro.

    En la punta que llamó del Arenal (ahora punta
    Icacos) se les acercó una canoa grande con 24 hombres
    armados con arcos y flechas, los cuales le parecieron de muy
    buena complexión; pero no pudieron entablar
    relación, ya que los indígenas les lanzaron
    flechas. Bordeando la parte meridional de la isla, vislumbraron
    hacia el sur el delta de un gran río, lugar que
    Colón denominó isla Santa; es la primera
    visión de la América
    del Sur continental y de Venezuela.

    Colón indagó dónde obtenían
    los indios el oro con el cual se adornaban y todos le
    señalaban una tierra fronteriza de ellos, hacia el
    poniente, pero le daban a entender que no fuese para allá,
    pues estaba habitado por tribus caníbales; también
    preguntó dónde encontraban las perlas y
    también le señalaron que al occidente y al norte,
    detrás de esta tierra donde estaban. Prosiguió
    Colón su viaje hasta el fondo del golfo, al que
    denominó Golfo de las Perlas, a pesar de no haberlas
    encontrado allí, y torciendo hacia el sur entró en
    un golfo muy grande y le pareció que en el mismo
    había 4 golfos medianos y que de uno de ellos salía
    un río muy grande, que debe ser el río
    Paria.

    El 13 de agosto, Colón comenzó a navegar
    hacia occidente por la costa septentrional de la península
    de Paria, poniendo nombres a las islas y cabos, probablemente
    hasta Araya; avistó las islas de Margarita, Coche y
    Cubagua, aunque no desembarcó en ellas. Le gusta tanto
    aquella costa, regada por grandes ríos y de vegetación exuberante, que se figura que
    allí es donde estaba el paraíso terrenal; juzga que
    está en tierra firme, es decir, ante un continente, en
    otro mundo, y que es una tierra infinita, pero aún estaba
    convencido de que formaba parte de Asia. El 15 de
    agosto puso proa a La Española; atrás quedaba lo
    que luego sería Venezuela, la tierra que
    él había descubierto.

    Si el descubrimiento de Venezuela corresponde a
    Colón, cuando tomó posesión de la Tierra de
    Gracia, el reconocimiento de toda la costa venezolana, desde
    Margarita al Cabo de la Vela, se debe a Ojeda. La
    expedición, a pesar de que regresó con perlas,
    recogidas en Paria, granos de oro y esclavos, dejó pocos
    rendimientos económicos, sin embargo, y como recompensa,
    Ojeda fue nombrado gobernador de Coquivacoa (junio 1501) y se le
    permitió regresar a aquellas tierras, excepto a
    Paria.

    Gracias a haberse asociado a 2 personas con capital, Juan
    de Vergara y García de Ocampo, pudo preparar otra
    expedición. Salieron en enero de 1502 con 4 navíos,
    y después de pasar por Canarias y Cabo Verde, llegaron al
    golfo de Paria; dejando este lugar vedado, siguieron costeando,
    mientras procuraban sacar provecho de la expedición en el
    Mar de las Perlas, frente a Margarita. Se trataba de ranchear o
    rescatar, verbos que significaban sustraer oro y perlas a los
    indígenas por la fuerza o a
    cambio de
    baratijas.

    Intentó fundar una colonia, la primera en tierra
    firme, pero al regreso de Vergara, éste y Ocampo le acusan
    de inescrupulosidad y lo llevan encadenado a Santo Domingo (mayo
    1502). Ojeda mantuvo en La Española pleito con sus
    aprehensores, y al final salió absuelto. En realidad, la
    exploración no obtuvo resultados, por fracasar la
    colonización y no haberse descubierto nuevas
    tierras.

    En el mismo año de 1499, Pedro Alonso Niño
    y Cristóbal Guerra
    zarparon con una carabela poco después que Ojeda y
    llegaron a Paria 15 días más tarde que él;
    recorrieron Margarita, el golfo de Paria y Maracapana, y
    siguieron por la costa occidental hasta llegar a Curiana,
    según Bartolomé de las Casas en las
    cercanías de Coro, aunque lo más probable es que
    sea la Curiana oriental, la explorada por Ojeda; recogieron gran
    cantidad de perlas, y en busca de oro, estuvieron en Cuchieto,
    entre Ocumare de la Costa y Puerto Cabello; ya de partida hacia
    Santo Domingo descubrieron las salinas de Araya. En febrero de
    1500 estaban de regreso en España; esta expedición
    fue la más fructífera de todas las que se
    habían realizado hasta entonces.

    Cristóbal Guerra, con su hermano Luis,
    posiblemente efectuara otro viaje por estos lugares en 1501. Eran
    viajes comerciales, no de exploración, pero contribuyeron
    a fijar el conocimiento
    geográfico y señalar las rutas para las
    expediciones posteriores.

    El círculo de las exploraciones a las costas de
    Venezuela subsiguientes al viaje de Colón, se cierra con
    la expedición, con fines comerciales, de Rodrigo de
    Bastidas, sevillano, que salió de Cádiz en octubre
    de 1500, acompañado por Juan de la Cosa y Vasco
    Núñez de Balboa; pasaron por las Antillas Menores y
    siguiendo la ruta marcada por Colón en su tercer viaje,
    recorrieron la costa venezolana este-oeste; Bastidas
    exploró, pues, Boca de Serpiente, Boca de Drago y la costa
    norte de Paria; continuando hacia el oeste, reconoció el
    golfo de Coquivacoa y el Cabo de la Vela, y siguió por las
    costas colombianas hasta la bahía del Retrete.
    Colón llegaría a estos lugares un año
    más tarde, en su cuarto viaje, navegando en sentido
    inverso.

    Con el presente trabajo
    pretendemos, en principio, satisfacer las exigencias de la
    cátedra de Historia Económica y
    Social de Venezuela; por otra parte adentrarnos en el estudio de
    un hecho trascendental como lo fue el llamado descubrimiento. La
    intención es estudiar de una manera más madura y
    objetiva los hechos más resaltantes de esa gesta que como
    de todos es sabido, representa un hito en el acontecer
    histórico de nuestras generaciones.

    Si la recopilación del material aquí
    expuesto, satisface las expectativas planteadas, habremos
    cumplido nuestro cometido.

    1.- Elementos
    socio-económicos que motivaron los viajes de
    exploración en América a fines del siglo
    XV

    Empeñados en buscar una vía
    marítima hacia la India, los
    portugueses inauguran el proceso de
    "ensanchamiento" del mundo en el norte de África con la
    toma de Ceuta en 1415. Años después bordean la
    costa occidental africana hasta que, a comienzos de 1498, Vasco
    de Gama encuentra la ruta hacia las Indias orientales, entrando
    en contacto con la civilización musulmana en Mozambique,
    para luego llegar a la India en mayo de ese año. Los
    portugueses continúan durante el siglo XI su
    expansión en la India y Ceilán (actual Sri Lanka),
    hasta llegar a sitios más apartados como Bengala, Sumatra,
    Java, China y
    Japón,
    Comercian con éxito
    en Europa las
    especias finas: pimienta, clavo, nuez moscada y jengibre, muy
    apreciadas en la época y uno de los incentivos
    primordiales en el descubrimiento de nuevas rutas y de la
    posterior expansión colonial. En 1500 descubren las costas
    de Brasil; se inicia
    en 1519 el primer viaje alrededor del mundo por Fernando de
    Magallanes (también portugués), quien fallece en
    1521 y lo sucede el español
    Sebastián Elcano en 1522.

    Los lusitanos despejan las rutas marítimas a
    otros europeos, en particular holandeses, ingleses y franceses.
    Estos llegan también a la India, Japón, China,
    resto de Asia y Oceanía.
    La competencia
    colonial es dura y los recién llegados acaban, a la larga,
    con el dominio
    portugués en esos territorios, cuyo poderío
    en Asia – a excepción de las Filipinas
    españolas – se extiende hasta finales del siglo XVI.
    La presencia física colonial
    portuguesa culminará definitivamente el 20 de diciembre de
    1599 cuando Macao pasa a control de
    China.

    Los holandeses inician la primera expedición en
    1595. En 1598, 22 barcos zarpan de Holanda rumbo al este,
    regresando algunos de ellos un año después cargados
    de especias, principalmente la apreciada pimienta Indonesia, con
    la cual inundan los mercados
    europeos. En 1602 es fundada la Compañía Unida de
    las Indias Orientales de Inglaterra, la
    cual representa el instrumento comercial y militar de la
    penetración holandesa en Asia. Esto abre el camino
    asiático a los ingleses, quienes aun cuando llegan con
    retraso al continente asiático, su presencia allí
    es más duradera.

    Mientras África se abre a los portugueses en 1415
    con la toma de Ceuta, los españoles se apoderan de Melilla
    en 1497 y Orán en 1509. Son los mismos portugueses quienes
    imponen la tradición del comercio de
    esclavos en el siglo XVI. Es la trata negrera de la que
    participan Portugal, los Países Bajos, Gran
    Bretaña, Francia y
    Dinamarca. Los negros africanos son distribuidos de manera
    desigual en el Nuevo Mundo. Pero es en Brasil, el Caribe y los
    Estados
    Unidos, donde su aporte étnico y cultural al proceso
    de mestizaje ha sido más relevante.

    El imperialismo
    europeo se apodera de África en el momento en que domina
    al mundo. Por esta razón le es muy fácil dividirla
    mediante numerosos tratados que
    trazan fronteras entre etnias con unidad cultural. Las dividen y
    hacen enemigas. Para 1939 África estaba repartida entre
    posesiones españolas, portuguesas, francesas, inglesas
    holandesas, alemanas, italianas y belgas. En 1945 comienza el
    movimiento de
    descolonización del continente.

    En 1492 España entra en conflicto con Portugal.
    En 1493 se intenta resolver el problema de soberanía del mundo "descubierto" con la
    denominada línea de demarcación (Bula Papal) que el
    Papa Alejandro VI establece entre los dominios españoles y
    portugueses. La línea se traza imaginariamente de Norte a
    Sur a cien leguas al oeste de las Azores e islas de Cabo Verde.
    Toda la tierra al Occidente pasa a ser de los españoles y
    la situada al Oriente de los portugueses.

    En 1494 se firma el Tratado de Tordesillas, primera
    división del mundo entre dos potencias, negociación ésta llevada a cabo por
    el rey Juan II de Portugal con los reyes católicos
    Fernando e Isabel. Esta división queda anulada de hecho
    cuando otros europeos (holandeses, ingleses y franceses) se
    lanzan a la conquista del mundo

    Los diferentes Estados europeos mantenían
    comercio con Asia. Traían diversos productos
    (canela, nuez moscada, pimienta y otros condimentos) lo mismo que
    perfumes, piedras preciosas y marfil. Venecia ejercía
    desde el siglo XIV un gran monopolio
    comercial, pues tenía el control del llamado camino de la
    seda (por el Mar Negro hacia la China) y del camino de las
    especias (hacia la India y el Sur de China, por el Mar Rojo
    – Océano Indico). Estos productos llegaban a Venecia
    y desde allí eran distribuidos por toda Europa con notable
    encarecimiento de los mismos.

    El absolutismo,
    sistema de
    gobierno propio de los Estados europeos, se veía en
    desventaja frente al monopolio veneciano. Necesitaba, para
    mantenerse, la solidez económica, por esta razón
    los diferentes gobiernos buscaron solucionar el problema tratando
    de encontrar nuevas rutas para mantener el comercio con Asia.
    Surge de ésta manera la llamada fiebre por
    descubrir tierras y conquistarlas, debido en gran parte al
    ambiente
    reinante en Europa que era de aventura y descubrimiento.
    Asimismo, la necesidad de encontrar riquezas con que sufragar los
    enormes gastos de la
    Corona, no sólo en los tiempos de los Reyes
    Católicos, sino sobre todo en tiempos de Carlos
    V.

    La España que viene a América es una
    entidad optimista; ha concluido con éxito la Reconquista
    de su suelo para su
    propia gente y para su fe cristiana, y está iniciando el
    uso de un sistema
    político conforme a una realidad que habrá de
    extenderse por Europa: el Estado
    Nacional, erigido sobre los escombros del feudalismo.

    El último acto del proceso de liquidación
    feudal, y primero de concentración nacional, está
    presidido por el matrimonio de
    Fernando e Isabel. Es una unión dinástica –
    Castilla mantiene su personalidad
    política y
    jurídica, con su corte, sus autoridades y su propio
    Derecho. Los reinos de Fernando: Aragón, Cataluña,
    Mallorca y Valencia, también conservan sus peculiares
    formas; igual Navarra, una nacionalidad
    independiente que más adelante se suma a la monarquía hispana -; pero los sucesores de
    los Reyes Católicos tendrán un dominio integrado.
    Será la mayor de las potencias europeas a lo largo de casi
    todo el siglo XVI.

    Para el advenimiento del sistema absolutista, el poder
    regio ha extraído las fuerzas de instituciones
    que son sus rivales: nobleza, clero, cuerpos deliberantes,
    ciudades. En los individuos acaudalados y con espíritu de
    empresa, el
    Rey halló una cooperación eficiente para vencer a
    las aristocracias tradicionales que le discutían su
    preeminencia. Este absolutismo que distingue a España en
    esta hora, abocado de inmediato a ser cada día más
    nítido en sus tendencias centralizadoras, y a la vez
    más prestigioso, gracias a los múltiples proventos
    de su hazaña trasatlántica, se patentiza en tres
    órdenes complementarios: político, económico
    y religioso.

    En lo político, el órgano capital es la
    monarquía, ilimitada y discrecional, que da su nombre al
    sistema; al frente de ella está un personaje que reina y
    gobierna con prescindencia de cualquier control, su voluntad es
    su ley y la ley del
    Estado. Este
    absolutismo no es un régimen sin juridicidad ni doctrina,
    ni al margen de la legalidad ni
    contrario a ella; es una concepción institucional regular
    y muy bien definida, que no engaña sobre su
    auténtica fisonomía ni pretende pasar por lo que no
    es.

    Fue Isabel, quien de manera relevante vigorizó el
    Estado frente a la autoridad
    ciertamente despótica de los grandes señores;
    expuso de modo tajante ante los nobles principales, su idea de
    que los reyes son "propietarios del reino", se opuso a las
    pretensiones autonómicas de las urbes, abolió los
    castillos y dispuso una revisión de los
    señoríos. Se empeñó en la
    unificación religiosa y racial de Castilla.

    En 1480 se creó el Tribunal del Santo Oficio ,
    con lo cual Musulmanes y Judíos
    terminaron siendo expulsados de España. Los territorios de
    las Ordenes Militares fueron tomados por la Corona y fueron
    prohibidas todas las Ordenes extranjeras, salvo la de San
    Juan.

    El mercantilismo
    es la versión económica del absolutismo. Se trata
    de una concepción comercial nacionalista que aumenta el
    egoísmo y la conciencia
    propia, a la vez que despierta envidia en los extraños.
    Todo el proceso en el campo sustantivo de las actividades humanas
    – desde la producción hasta el consumo
    – está bajo la conducción del monarca, con lo
    cual, toda una extensa serie de medidas de una reglamentaridad
    excesiva, configuran este sistema ultra interventor. Más
    que una doctrina, el mercantilismo es una práctica de
    gobierno que permite al soberano acrecer las disponibilidades
    fiscales para el robustecimiento de las bases, militar y
    burocrática, sobre las cuales hace descansar su poder. La
    Corona erige monopolios y los concede a voluntad, excluye a los
    extranjeros, y dictamina en todo sin admitir oposición
    alguna.

    Dentro del trascendental aspecto religioso, el
    absolutismo aparece pleno de la institución del Real
    Patronato Eclesiástico y en el temible aparato de la
    Inquisición. Los notables esfuerzos de Fernando e Isabel
    en la lucha contra los Moros, el proclamar la religión como supremo
    fin del Estado, y una coyuntura propicia de las políticas
    imperial y papal, deparan a los soberanos de España
    enormes concesiones de la Silla Apostólica.

    Estas, que serán expresamente extendidas a las
    Indias, en su momento llegan a convertir a los Reyes en jefes de
    hecho de la Iglesia, en
    sus reinos. Por lo tanto, también en lo religioso
    podrán ejercer ellos su omnímodo poder; y es que no
    solo serán protectores de los sagrados cánones y
    máximos administradores eclesiásticos, sino que a
    través del "Pase Regio" queda a su arbitrio hasta
    autorizar el conocimiento de la palabra del Papa entre los
    católicos de sus dominios a uno y otro lado del
    Atlántico. Por su parte, el Santo Oficio, además de
    la unidad de la fe, proporciona a los Reyes un apreciable caudal
    de bienes, a
    través de la confiscación de las propiedades de los
    herejes condenados. En este tribunal siempre el Monarca fue
    preponderante.

    El paso de la gente española a la América,
    como toda iniciativa de importancia dentro del absolutismo, es
    una empresa de
    Estado, motorizada concretamente en este caso por Castilla; fue
    de su Reina de quien Colón recibió auxilio y
    patrocinio para el "Descubrimiento", contra la opinión de
    los círculos encumbrados de la Corte. Por ello, las
    tierras de América se anexan a esa Corona y es el Castellano el
    derecho que aquí se aplica.

    La Conquista y la Colonización
    –Pacificación y Poblamiento en el léxico
    oficial propugnado por Felipe II en 1573 – corresponden a
    la Monarquía, pero se realizan mediante los estratos
    sociales medianos y distinguidos de la comunidad
    española. Nunca los consejeros reales ni los sectores
    más exclusivistas de la Monarquía compartieron el
    entusiasmo de Isabel; peor aún, se dieron a obstaculizar.
    Así, contra el deseo real de que a América vinieran
    campesinos, para lo cual fueron acordadas especiales facilidades
    (Real Cédula de 10 de septiembre de 1518), los
    dueños de tierras se negaron a permitirles la
    salida.

    Ni el absolutismo castellano, ni el hispano, son lo
    suficientemente vigorosos y capaces para asumir por sí, y
    para sí solos, el gigantesco programa de
    América. Lo vasto de la obra y la deficiencia relativa de
    medios,
    comprometidos al mismo tiempo en
    guerras de
    Europa, obligan a los Reyes a admitir e incluso estimular ciertas
    libertades en la operación y a acoger, en consecuencia, la
    colaboración privada.

    La Corona costeó exclusivamente nada más
    que los viajes de Colón. Individuos muy apreciables
    socialmente, se tornan empresarios de la aventura americana, y en
    sus propias esferas sociales alistan voluntarios. De modo
    abrumador van a predominar los jóvenes, América no
    será hecha por viejos. Las expediciones, por lo general,
    son de escasos miembros, muy rara vez llegan al millar. Los
    soldados acuden con sus propias armas, en los
    otros oficios trae cada quien sus instrumentos, no habrá
    sueldo sino una cuota de las ganancias. La expedición no
    es una columna militar, disciplinada y homogénea; su
    programa y su plan se
    improvisarán de acuerdo a las circunstancias. En las
    mesnadas conquistadoras vienen analfabetos, bachilleres y
    licenciados, clérigos, artesanos, soldados y
    marinos

    Pedrarias Dávila y Magallanes, consideraban
    más provechoso asociarse a los promotores particulares, en
    vez de exponer su dinero,
    precisando los beneficios de las partes en las estipulaciones de
    una capitulación.

    Apenas con la inhibición de los
    aristócratas, España emprende la Conquista y la
    subsecuente Colonización. Es la España popular; la
    de los segundones, despojados a priori de esperanza. Es la
    España de la gente audaz, intrépida y resuelta, la
    que bajo la insignia cristiana de sus Reyes y presintiendo en el
    Nuevo Mundo como la invitación a una cruzada – de
    índole análoga a la Reconquista, la Guerra a Turco
    y las Campañas de Flandes – viene a batirse por
    Dios, por el Rey y por sí misma, a buscar la
    bienaventuranza eterna, la majestad del imperio, su gloria y
    riqueza personales. Esa es, pues, la España de la
    penetración y la creación en el Nuevo
    Mundo.

    En resumen, la justificación de la empresa
    americana se remite a una simple y sencilla consideración
    de jerarquías; el Papa representa la más alta
    potestad espiritual y temporal de la tierra, de él dimana
    lo más genuino de la autoridad de los Reyes, la voz de
    Roma es el
    mandato para el Orbe, su visto bueno ampara toda acción.

    Por otro lado, se achaca al indio la inferioridad del
    infiel, pecador, primitivo y retrasado, que lo hace indigno de
    otro status que no sea el del sometimiento a quien llegue a
    rescatarlo y, a través de la cristianización e
    insuflándole alma, lengua,
    hábitos, etc., lo haga propiamente hombre. Es la
    idea que los interesados ponen a circular desde las Antillas:
    "los indios no son seres racionales".

    Mientras el Código
    negro francés de 1685 calificaba al indio de bien
    mueble,
    el español lo definía como
    «miembro de una clase
    particular del género
    humano»

    2.- Beneficios
    aportados al continente europeo

    Alonso de Ojeda dirige dos expediciones en 1499 y 1502.
    El incentivo es buscar el oro y las perlas de la relación
    expuesta por Colón. Desde el punto de vista
    geográfico, estos viajes sirven para que Juan de La Cosa,
    navegante y famoso cartógrafo español, levante un
    mapa del Nuevo Mundo. Ojeda y sus hombres consiguen oro y perlas
    con las cuales regresan a España En el viaje de 1502,
    Ojeda recorre la costa de Paria hasta el Cabo de La Vela y
    "rescata" oro, perlas e indios.

    Con estas expediciones de Ojeda, comienza en Venezuela
    el comercio y la esclavitud de indígenas. Algunos son
    llevados hasta España como botín y otros como mano
    de obra a las Antillas Mayores. Las perlas propician el
    poblamiento en Cubagua, Margarita y Cumaná. La finalidad
    en Cubagua es la explotación de los placeres
    perlíferos, organizada desde las islas de La
    Española y San Juan. Así, del simple "rescate" de
    comienzos del siglo XVI, se pasa a una intensa actividad
    extractiva desde 1510 en un medio geográfico
    hostil.

    La Corona castellana, al monopolizar los derechos de descubrimiento y
    soberanía sobre los nuevos territorios, quiso controlar
    también la emigración a ultramar. La Casa de
    Contratación, fundada en Sevilla en 1503, tenía,
    entre otros cometidos, el de regular y vigilar el movimiento
    migratorio a las Indias. En 1510, el rey Fernando II el
    Católico, ordenó a los empleados de este organismo
    que llevaran un registro de todos
    los viajeros y que enviasen una copia a las autoridades de La
    Española para facilitar el control de los recién
    llegados.

    La solicitud del permiso obligatorio, que cada emigrante
    debía obtener antes de embarcarse, iniciaba un proceso
    administrativo y generaba un expediente, en el que se
    recogían diversos aspectos de identificación
    personal
    (sexo, edad y
    descripción física), así como
    una información sobre la procedencia, el
    oficio, la limpieza de sangre y, en
    algunas ocasiones, sobre la causa y objetivos del
    viaje. El empeño por controlar el traslado de los
    pasajeros a América permitió acumular una documentación de gran interés
    para los historiadores y para la demografía histórica.

    La Monarquía mantiene en todo caso su dominio
    incontestable, no se desentiende de su obligación
    americana, ni deja nunca de estar presente y actuante en ella;
    autoriza a los particulares, más los fiscaliza en el
    cumplimiento de la faena, y en trueque de los halagos que les
    ofrece, los obliga a las retribuciones
    correspondientes.

    En este sentido, el "descubrimiento" genera "beneficios"
    que merecen ser destacados:

    • Se desarrolla la Cartografía con la elaboración
      de nuevos mapas
      donde figuran las tierras exploradas;
    • Es desplazado el Mar mediterráneo por el
      Océano Atlántico como ámbito de
      interés para el desarrollo
      de la navegación y el intercambio
      comercial;
    • La Corte Española obtuvo cuantiosas
      "ganancias" en metales preciosos, producto
      de la colonización, con lo cual el Estado
      español se convierte en una gran potencia
      económica;
    • Con la colonización toma auge el sistema
      económico mercantilista, y los metales preciosos
      enriquecen a los países europeos;
    • La ruta mediterránea para ir a la India
      pierde importancia, toda vez que hay una nueva vía a
      través del Océano atlántico. En
      consecuencia, el bloqueo Turco y el monopolio Veneciano ya no
      inciden en forma determinante, pues ahora son los
      países colonizadores los que tienen el monopolio del
      comercio;
    • Se intensifica el comercio de nuevos productos:
      tabaco,
      palo brasil y añil;
    • Comienza un intenso tráfico de esclavos
      africanos hacia América;
    • Se inicia la formación de grandes imperios
      coloniales con el español y el portugués a la
      cabeza, que serían seguidos más tarde por el
      imperio inglés y el francés.
    • El Papado se hace árbitro mundial al
      intervenir para señalar líneas que demarcan
      zonas de exploración permitidas ( Bula de
      Alejandría en 1493, Tratado de Tordesillas en
      1494)
    • Muchos de los elementos autóctonos
      americanos fueron asimilados por los españoles y su
      uso trasladado a Europa. Tal es el caso del tabaco, la papa y
      el cacao, que fueron renglones de la economía americana cuya
      utilización tuvo gran relevancia en el mercado
      mundial, especialmente el europeo. En los altos
      círculos se impuso la moda de
      fumar tabaco. La papa americana fue un elemento de vital
      significación en las épocas de gran escasez en
      Europa;
    • Surge la Capitulación, documento matriz de
      la Conquista;
    • Bajo el principio de que las Indias eran hacienda o
      propiedad
      privada de la Corona de Castilla, se crea en Venezuela la
      Real Hacienda, institución mediante la cual se
      definían los bienes que pertenecían a la
      Corona, o que ésta asumía como suyos. De
      allí surgen las llamadas regalías, entre
      las cuales se pueden mencionar:
    • Las tierras,
    • Las minas,
    • Las salinas,
    • Las piedras preciosas,
    • Las perlas,
    • Los diferentes tesoros de las iglesias y los
      enterramientos,
    • Las maderas,
    • Todos los animales sin
      dueño,
    • Los bienes que no tuvieran dueño
      conocido,
    • Los esclavos sin dueño,
      etc.

    También se crearon mediante esta
    institución, los impuestos, como tributos
    obligatorios que exige el "Estado" para atender las necesidades
    del servicio público. Entre ellos
    encontramos:

    • El almojarifazgo: cobros que hacía la
      Corona por el permiso de exportar,
    • Los quintos, los diezmos y veintenos reales de
      oro
      : la entrega al tesoro real de la quinta,
      décima o vigésima parte del oro encontrado en
      los yacimientos, según fuera el caso,
    • La fundición de oro: la entrega al
      erario real del 1 ½ % por la fundición de
      oro,
    • El quinto de minas: la quinta parte de
      cuanto se explotara en las minas,
    • Los quintos y tributos de indios: por el que
      se entregaba al Rey la quinta parte de la venta de
      los indios rebeldes,
    • Los derechos de esclavos negros: se
      determinaba en cada caso y por cada esclavo negro
      importado
    • La composición de extranjeros: tasa
      cobrada a los extranjeros por el derecho de pase y
      permanencia en América,
    • La tasa de liberación civil: era
      fijada por el Rey y se pagaba por el derecho de obtener la
      libertad
      civil,
    • La composición de tierras: cuota
      fijada por el Rey a los compradores de tierras
      "realengas"
    • Los Estancos: derecho exclusivo del Rey a
      vender, por medio de sus funcionarios, sal, naipes, papel
      sellado, pólvora, tabaco, asegurándose de esta
      manera el monopolio de ciertos artículos y con ello
      buenas ganancias.

    3.- Poblamiento del
    territorio venezolano

    Los geólogos afirman que hace entre 280 y 225
    millones de años, las zonas de la Tierra que se
    habían separado anteriormente se unieron en un continente
    único llamado Pangea. Además, opinan que hace unos
    120 millones de años, este continente empezó a
    separarse. El océano Atlántico se formó a
    medida que este fenómeno se producía,
    separándose así el continente americano de
    África y Eurasia.

    A lo largo de los millones de años siguientes,
    tanto en América como en el resto del mundo, la evolución biológica siguió
    caminos diferentes, creando dos mundos separados
    biológicamente. No obstante, cuando Cristóbal
    Colón y su tripulación desembarcaron en las Bahamas
    en octubre de 1492, estos dos mundos separados volvieron a
    unirse. El viaje de Colón, junto con los demás
    viajes que le sucedieron, trastocó gran parte de la
    segregación biológica que había originado la
    deriva continental.

    Tras la llegada de Colón a América, la
    vida animal, vegetal y bacteriana de esos dos mundos
    empezó a mezclarse. Este proceso, que el historiador
    estadounidense Alfred Crosby estudió exhaustivamente, se
    denominó intercambio post-colombino. Como consecuencia de
    la nueva unión de las antiguas masas continentales
    biológicamente diversas, el intercambio post-colombino
    tuvo importantes y duraderos efectos en todo el mundo. Se
    introdujeron nuevas enfermedades en las
    poblaciones americanas que nunca las habían sufrido. El
    resultado fue devastador. Además de enfermedades, estas
    poblaciones experimentaron plagas y conocieron nuevas semillas y
    animales.

    En Eurasia y África se introdujeron alimentos y
    nuevos cultivos ricos en fibra que mejoraron la dieta y
    fomentaron el comercio. Asimismo, el intercambio post-colombino
    amplió en gran medida la producción de algunas
    sustancias estimulantes, como el café,
    el azúcar y el tabaco, haciéndolas llegar
    así a millones de personas. El resultado de este
    intercambio modificó las condiciones biológicas de
    ambas regiones y alteró la historia del mundo.

    No resulta fácil precisar la época en que
    el territorio venezolano comenzó a ser habitado. Al efecto
    se ha discutido mucho sobre el origen de los primeros pobladores
    de América, toda vez que ciertas características
    antropológicas de nuestros antepasados indígenas no
    son explicables totalmente; de hecho, existen ciertos grupos
    sanguíneos indígenas diferentes y con rasgos
    somáticos incompatibles. Hoy en día parece
    afianzarse la idea de un múltiple poblamiento de
    América, partiendo de Asia y Oceanía. En base a
    ello el origen de nuestros indígenas americanos se
    podría explicar de la siguiente manera:

    • Por un poblamiento asiático, partiendo
      de migraciones llegadas por el estrecho de Bering. Los primeros
      pobladores se establecerían en los valles del río
      Yukon y desde allí se extenderían hacia el sur.
      Es evidente que los esquimales tienen un origen
      asiático.
    • Por un poblamiento australiano, como parece
      confirmarlo la antropología, la etnología y la
      lingüística.
    • Por un poblamiento melanesio, del cual parecen
      encontrarse vestigios desde la baja California y México hasta la Argentina. Estos
      vestigios indican que el indio americano se hallaba emparentado
      por todos sus caracteres con el tipo hipsidolicocéfalo o
      dolico acrocéfalo de Biasutti o Mochi, dominantes de
      Melanesia.

    Fueron varias las rutas que empleó el hombre
    americano para llegar a nuestras tierras desde remotos
    continentes. Bien atravesando el estrecho de Bering, o
    directamente por el océano y desembarcando en las costas
    pacíficas de América en la Baja California,
    actualmente Perú y Chile. Los diferentes hallazgos
    arqueológicos conducen a afirmar que los primeros indios
    que habitaron las tierras venezolanas procedían de la
    Amazonia. Habitarían las regiones amazónicas del
    Brasil y desde allí, remontando ríos, se
    introducirían por el Orinoco y afluentes,
    rebasarían la Guayana y se asentarían en
    ésta y en los Llanos.

    Los datos
    arqueológicos de que se dispone, nos permiten estimar en
    17.000 años la antigüedad de los primeros pobladores
    de nuestro territorio. Eran hombres del paleolítico,
    cazadores de grandes animales como el mamut. Estos grupos
    primitivos y otros que llegaron posteriormente, se dispersaron y
    ocuparon distintos lugares del territorio y algunos de ellos
    alcanzaron nuevas formas de subsistencia, descubrieron la
    agricultura y
    se sedentarizaron. Este primer grupo de
    indios recolectores no dejaron huellas de su cultura. Se
    puede suponer que algunos conocimientos tendrían, toda vez
    que practicaban la caza y la pesca aunque
    fuera en forma rudimentaria.

    Muy variadas fueron las invasiones indígenas que
    conoció la tierra venezolana, a saber:

    1. Llegaron los indios recolectores, cazadores y
      pescadores
      , quienes ocupaban las tierras del litoral. Su
      cultura ya es notable, pues construyen casas lacustres
      "palafitos", practicaban una pesca especializada y realizan
      algunas siembras.
    2. La invasión de los arawacos
      provenientes de las Antillas y de las regiones del sur trajo
      un notable contingente de pobladores a las tierras
      venezolanas, ya que éste era un grupo muy numeroso. Se
      establecieron en la región noroccidental y en el sur
      del país. Sus tribus más representativas eran:
      baniba, guaipunabis y caberres, en Guayana; los achaguas y
      piapocos entre el Meta y el Guaviare; los caquetíos
      desde la costa coriana hasta los llanos occidentales; y los
      guajiros en la península de la guajira.
    3. La invasión de los caribes hizo
      retroceder a los arawacos, quienes se refugiaron en las
      partes de occidente. Estos son los más numerosos a la
      llegada de los descubridores. Debieron llegar por el sur y el
      oriente. Ocuparon la región montañosa del norte
      de Venezuela, desde el golfo de Paria hasta la depresión del Yaracuy; el oeste y sur
      del lago de Maracaibo y parte de Guayana. Sus tribus
      más importantes fueron: los pariagotos, chaimas,
      cumanagotos, palenques, píritus, mariches, tamanacos,
      caracas, teques, quiriquires, ciparicotos, bobures, pemenos y
      motilones.
    4. La invasión de los timoto-cuicas
      trajo a nuestro país la cultura chibcha o muisca de
      los indígenas colombianos, asentados sobre todo en la
      región de Cundinamarca. Se establecieron en la
      región andina y demostraron un nivel cultural muy
      superior a los demás grupos. Sus tribus más
      importantes fueron los timotos, mucuchíes, cuicas,
      migures y mucuñuques.

    Los estudiosos sostienen que las principales oleadas
    migratorias producidas en nuestro territorio fueron
    protagonizadas por dos grandes familias lingüísticas
    suramericanas, la arawak y la caribe, originarias de la
    región central de Sudamérica. Entre ambas familias
    existía no sólo una diferencia
    lingüística, sino también profundas
    diferencias culturales. Los caribes se resistían a los
    invasores, eran guerreros tradicionales y defendían su
    suelo con firmeza; los arawacos, en cambio, sobreponían
    las relaciones comerciales a la violencia
    necesaria, eran amigos de negociaciones e intercambios de toda
    clase.

    Por otra parte, existe la idea de que hubo
    también corrientes migratorias menores, de México
    por ejemplo, que igualmente dejaron sus huellas, tal como se
    expresa en rasgos mesoamericanos entre guamonteyes, otomacos y
    guamos del área del Orinoco o en el juego de la
    pelota entre los caribes. Igualmente se han encontrado
    vínculos culturales muy estrechos entre las culturas
    prehispánicas de las Antillas y las de nuestro
    país, y se ha asomado la posibilidad de que Venezuela
    estuviera conectada con algún centro clásico del
    Perú preincaico a través de los ríos
    Amazonas, Negro y Orinoco.

    Para el momento del arribo del mundo europeo, el actual
    territorio venezolano estaba ocupado por numerosas etnias
    indígenas portadoras de las lenguas pertenecientes a las
    familias caribe, arawaco, chibcha y tupí guaraní,
    además de algunas lenguas aisladas cuyo origen no
    está claramente distinguido.

    De tal manera que se puede afirmar que Venezuela estaba
    poblada en su mayor parte por grupos caribes y arawacos. Los
    caribes se localizaban en las zonas costeras entre Paria y
    Borburata, en los alrededores del Lago de Maracaibo, en las
    márgenes del río Orinoco y sus afluentes y en las
    islas norteñas de la de Trinidad. Los arawacos, por su
    parte, en el golfo de Paria y en un área que corre desde
    el sur del Orinoco hasta la desembocadura del río
    Amazonas. En el oriente de Venezuela estuvieron los
    sálivas, entre los ríos Sinaruco y Guaviare, o
    área del Orinoco medio; los guamos, los maipures, los
    otomacos, en los alrededores de Cabruta, estado Guárico;
    los guahibos y los yaruro en las márgenes del río
    Meta y los guaraúnos en las márgenes de los
    caños del Delta del Orinoco.

    En el área del lago de Maracaibo los llamados
    motilones, localizados en los valles de Machiques, en zonas del
    río Catatumbo y en la Sierra de Perijá; los
    guajiros, en un área que comprendía desde
    Bahía Honda y el Portete, hasta el Cabo de la Vela y
    río de El hacha. Habitando las riberas del Lago de
    Maracaibo estaban los onotos y los bubures, y vecinos de
    éstos, los zaparos o zaparas, aliles, ambaes, toas y
    kirikires. Otros grupos del área fueron los pemenos y los
    buredes. Los caquetíos estaban localizados en la zona
    costera entre Coro y el Lago de Maracaibo y, fuera de Venezuela,
    en Curazao, Aruba y Bonaire. De la zona andina, los chamas y los
    giros, principalmente en Mérida, y los timotes y los
    cuicas, que predominaban en Trujillo. En los actuales Estados
    Lara, Yaracuy y parte de Falcón, los jirajaras y ayamanes,
    los chaguas, betoyes y gayones.

    De acuerdo al esquema cronológico elaborado por
    Rouse y Cruxent, se consideran cuatro grandes períodos en
    el poblamiento prehistórico de Venezuela. Estos
    períodos son:

    1. Se extiende entre 15.000 y 5.000 años A.C.
      Comprende hombres del paleolítico, recolectores y
      cazadores de vida nómada. Los hallazgos más
      antiguos de este período han sido localizados en
      Muaco, Estado Falcón.

      La unidad social básica de los primeros
      habitantes de nuestro territorio estaría constituida
      por la microbanda, de 12 a 35 miembros, cuya unión
      formaría bandas de entre 100 y 500 miembros. Su
      existencia transcurre dentro del nomadismo, modo de vida
      que limita la producción de utensilios
      difíciles de transportar y el crecimiento
      demográfico, pues no le permite a la mujer
      parir más hijos de los puede cargar
      consigo.

      Se estima que en esa época estaba en marcha
      el inicio de la vida social en nuestro territorio, la
      gestación de las primeras tradiciones transmitidas
      oralmente durante los descansos o en los rituales, y la
      expresión de las primeras inquietudes
      artísticas pintadas o talladas en huesos y
      piedras.

    2. Período paleoindio: (De la piedra al
      arco y la flecha)

      Se extiende entre 5.000 y 1.000 años A.C.
      Corresponde a grupos de recolectores y pescadores de las
      costas, donde han dejado numerosos concheros de los
      moluscos que consumían. Algunos se especializaron en
      la recolección de ciertas plantas como el moriche, y
      otros iniciaron el cultivo de ciertas especies
      alimenticias.

      Hay pruebas
      de la existencia de agricultores en Venezuela entre 2.000 y
      1.000 años A.C. En las costas de Sucre y
      Anzoátegui y en la isla de Cubagua hay evidencias del abandono de la industria lítica (piedra) y de la
      adopción de una economía
      fundamentada en la recolección de productos
      marinos.

      La alimentación a
      base de productos marinos, parece haber sido completada con
      las pencas de la cocuiza asadas al fuego, y otros recursos
      vegetales. Se percibe en este modo de vida una
      valoración de la experiencia sedentaria que, sumada
      a la posible búsqueda de recursos alimenticios
      diferentes, propició formas primarias de
      agricultura.

      El sistema de subsistencia en el interior del
      territorio necesitó seguramente de un conocimiento
      más preciso de los ciclos biológicos de
      recursos como frutas, semillas, miel, huevos de tortuga,
      granos y de un dominio de los ciclos de abundancia y
      escasez; de conocimientos topográficos más
      precisos y de una organización social que pautara su
      comportamiento como recolectores.

    3. Período mesoindio: (Recolectores del
      agua y
      de la tierra)

      Se extiende entre 1.000 años A.C. y el
      siglo XV de nuestra era (1.500 D.C.), y se caracteriza por
      numerosas migraciones de tribus de agricultores,
      procedentes unos de la Amazonia: los arawacos y los
      caribes; y otros de Los Andes: los timoto-cuicas. Este
      período está determinado esencialmente por la
      agricultura y la estabilización de los cultivos de
      asentamiento.

      Las últimas investigaciones consideran la existencia de
      un tercer centro de desarrollo cultural tipificado por el
      Patrón Andino, con relaciones culturales con el
      altiplano colombiano y los Andes centrales, que se
      caracterizaría por la existencia de una cerámica simple, arquitectura incipiente y un sistema de
      subsistencia basado en el cultivo de tubérculos como
      papa, ruba, cuiba, oca y ulluco. La arquitectura consiste
      en construcciones como terrazas agrícolas y
      bóvedas alineadas por piedras (mintoyes) utilizadas
      como tumbas y silos para el almacenamiento de productos
      agrícolas.

      En los llanos occidentales hay evidencias de
      construcciones artificiales asociadas a la agricultura, que
      consisten en terraplenes, campos elevados o calzadas que
      funcionaban como muros de contención de las aguas en
      zonas anegadizas y permitían entre otras cosas,
      atravesarlas a pie. Hay también indicios de canales
      de riego en las riberas de los ríos Turbio, Tocuyo,
      Yaracuy, Güeque, y de agricultura de regadío
      entre los caquetíos. También hay indicios de
      canales en las márgenes del río Mamo y en la
      zona del Orinoco.

      Surge el intercambio como práctica
      comercial, a tales efectos se han reportado productos
      naturales y artesanales en varios lugares, cuya presencia
      sólo se explicaría por el trueque, viajes,
      movilizaciones humanas y búsqueda de nuevos parajes,
      lo que seguramente fue base de actividades bélicas
      organizadas. Existen testimonios de que los timoto-cuicas
      (Andes) canjeaban productos agrícolas, sal de urao y
      tejidos
      de algodón por el pescado de los grupos
      caribes del sur del lago de Maracaibo. Desde las costas
      falconianas, al parecer, hubo un intercambio de sal hacia
      el interior del territorio.

      Se ha comprobado la existencia de estrechas e
      intensas relaciones entre las distintas sociedades de la Venezuela
      prehispánica y la existencia de una especie de
      red de
      comercio en la que los llanos de Barinas, Portuguesa,
      Cojedes y Apure serían un área significativa
      de vínculos con la zona andina, la costa del caribe
      y la cuenca del Orinoco. Asimismo, se tienen noticias
      de la utilización de caracoles de agua dulce como
      moneda y de la existencia de algunos puntos de intercambio
      comercial, como el mercado de pescado del Orinoco Medio, el
      de curare del Alto Orinoco o las playas de tortugas del
      río Guaviare.

      Estos pobladores desarrollaron un oficio conocido
      como la tradición Barrancas, caracterizado
      por el relieve
      o "talla" de imágenes y el uso de motivos con
      formas de animales y bandas decorativas con incisiones
      geométricas repetidas. Las sociedades que habitaron
      la costa central de Venezuela y la cuenca del lago de
      Valencia entre los años 800 y 600 de nuestra era,
      cultivaron una alfarería de gran calidad
      estética, predominando en ellas
      figuras de animales y las conocidas Venus de
      Tacarigua.
      Otros grandes centros creadores de
      alfarería se ubican en la región de Quibor,
      los Andes venezolanos, la cuenca del lago de Maracaibo y en
      los llanos Occidentales.

      En este período, las formas colectivas para
      la organización del trabajo caracterizan el
      área del Orinoco, los llanos, la costa
      centrooccidental y parte de la cuenca de Maracaibo, donde
      la producción de alimentos se basa en un sistema
      balanceado de horticultura de la yuca, caza terrestre y
      fluvial, recolección de productos de ríos,
      lagos y del mar, y depende del cultivo de tala y
      quema.

      En los Andes y, en general, en los núcleos
      del noroeste de Venezuela, la organización social es
      más compleja y el uso de la tierra es más
      eficiente, pues se cuenta con el manejo de técnicas y recursos
      hidráulicos y un control político de la
      población. La inhumación
      deferencial que se observa en algunos cementerios sugiere
      una compleja vida ceremonial y una estratificación
      social con una estructura de poder central.

      Surge la institución del cacicazgo, es
      así como importantes dirigentes indígenas que
      defendieron sus tierras y sus culturas frente a los
      conquistadores, se les llamó jefes, diaos, guerreros
      o caciques. Así, tenemos a Manaure en el actual
      Estado Falcón; Guaicaipuro, Baruta, Naiguatá,
      Aricabacuto, Guaicamacuto, Chacao, Carapaica, Caricuao, en
      la zona centro norte de Venezuela; Cayaurima y otros en el
      área nororiental; Nigale jefe zapara en el Zulia;
      Huyapari en el área del Orinoco; Maturín en
      el oriente del país; y otros como Morequito,
      Paryauta, Paramacay, Tiuna, Tamanaco, Pitijay, Terepaima,
      Sorocaima, Acaprapocón, Conopima, etc.

      Hasta el presente se han reportado en nuestro
      territorio 320 lugares con un gran número de
      petroglifos, 28 con pinturas rupestres, 6 estaciones de
      conjuntos megalíticos compuestos por
      menhires (rocas
      verticales en fila, algunas con grabados) y otras
      expresiones artísticas diseminadas por nuestra
      geografía. Su ubicación, las
      técnicas de confección utilizadas, la
      tipología de las figuras y su vinculación con
      material arqueológico, permiten suponer que en su
      gran mayoría son de manufactura prehispánica y que sus
      autores seguramente fueron recolectores avanzados o
      agricultores.

    4. Período neoindio: (Culturas de la
      yuca y del maíz)
    5. Período indohispano: Se inicia a
      partir del siglo XV, con la llegada de los españoles
      en 1498, los grupos de arawacos, caribes y timoto-cuicas,
      establecidos en el territorio, formaban la mayor parte de la
      población aborigen de Venezuela, las excavaciones
      arqueológicas que muestran testimonios de estos
      pueblos se aprecian especialmente en la isla de
      Cubagua.

    Durante este largo período, las
    características y el número de su
    población fueron modificadas notablemente, tanto por la
    política de exterminio puesta en práctica por los
    conquistadores, como por el proceso de asimilación por
    parte de la cultura criolla, que se fue gestando lentamente con
    la mezcla de los aportes étnicos europeos, africanos y
    los específicamente aborígenes.

    Estos grupos, familias y pueblos indígenas se
    encontraban dispersos a lo largo y ancho del territorio
    nacional y llevaban sus vidas de manera relativamente
    autónoma y no formaban parte, ni cultural ni
    políticamente, de una unidad administrativa
    mayor.

    Hoy en día, en cambio, los pueblos
    indígenas sobrevivientes forman parte de la nación venezolana y se encuentran
    agrupados en 36 familias ubicadas en las zonas fronterizas
    – como los guajiros que pueblan por igual territorios
    colombianos y venezolanos o los yanomami en territorios
    venezolanos y brasileños -, en las selvas y sabanas del
    sur del Orinoco, en las tierras lejanas de los llanos
    occidentales o en zonas excepcionales como las que ocupan los
    cariña en la Mesa de Guanipa.

    A pesar de la política de exterminio y del
    desdén criollo, la Venezuela actual muestra
    importantes huellas de quienes fueron sus habitantes
    originarios. La Constitución de la República,
    aprobada en 1999, consagra una sección completamente
    dedicada a reconocer los derechos de los pueblos
    indígenas, entre los que se incluyen el respeto a
    sus territorios ancestrales, sus lenguas y culturas y su
    participación política.

    Ciencia y mitología del poblamiento

    El poblamiento prehispánico de Venezuela ha sido
    abordado desde diversas teorías
    científicas que, ubicándolo en el marco del
    poblamiento de América, intentan explicar como se
    desplazaron hacia nuestro territorio los diversos grupos humanos
    que encontraron los españoles a su llegada. Pero junto a
    ellas, y antecediéndoles en el tiempo, existen diversas
    leyendas y
    mitos creados
    por los indígenas para ofrecer –tal como lo ha hecho
    la Biblia, el Corán, la mitología
    griega o el Popol-Vuh– una peculiar explicación de sus
    orígenes. Al primer grupo corresponde la llamada Teoría
    de la H. Al segundo, Seruhe Ianadi.

    La Teoría de la H

    Esta teoría, planteada por C. Osgood en 1943,
    intenta explicar a través del grafismo H los grandes ejes
    migratorios que describen el poblamiento prehispánico de
    Venezuela. El trazo izquierdo de la H representa el eje
    occidental, por donde habrían ingresado las influencias
    culturales de América central y del Oeste de
    Sudamérica: la cultura arawaca. El trazo derecho de la H
    corresponde al eje oriental, por donde lo hicieron las de la
    cuenca Amazónica y las Antillas: la cultura caribe. En
    cuanto a la barra central de la H, no se trataría de una
    rígida línea recta sino de la confluencia de una
    serie de líneas que representan la interacción de las diversas migraciones y
    las vías de difusión e intercambio cultural
    interno.

    Seruhe Ianadi: El origen de los
    makiritare

    "Había Kahuña (el Cielo). Los Kahuhana
    vivían allí, como ahora. Son hombres buenos y
    sabios. No se morían; no había enfermedad, maldad
    ni guerra. El mundo entero era el cielo. Nadie trabajaba ni
    buscaba comida; la comida estaba siempre preparada,
    lista.

    No había animales, demonios, nubes ni vientos.
    Había luz. En lo
    más alto del cielo estaba Wanadi, como ahora. Daba su luz
    a la gente Khuhana, alumbraba todo, hasta en lo más bajo,
    la tierra. Por el poder de esa luz, la gente estaba siempre
    alegre, tenía vida, no podía morir
    ….

    Wanadi dijo:-Quiero hacer gente allá abajo-.
    Envió su mensajero, un damodede. Nació aquí
    para hacer casas y gente buena, como en el Cielo. El damodede era
    espíritu de Wanadi….

    El primer Wanadi de aquí se llamaba Seruhe
    Ianadi, el inteligente. Cuando llegó, trajo
    sabiduría, el tabaco, la maraka y los wiriki. Fumaba,
    cantaba. Fumando, cantando, hizo la gente, la gente antigua. Eso
    fue mucho antes de nosotros, los hombres de ahora.

    Cuando nació aquel espíritu,
    cortó su ombligo y enterró la placenta…. no
    sabía. Ahora los gusanos de la tierra se metieron en la
    placenta; se la comieron. Se pudrió la placenta;
    pudriéndose, nació un hombre, una criatura humana,
    fea y mala, cubierta de pelos como un animal. Era Kahú.
    Tiene varios nombres; también lo llaman Kahushawa,
    Odo’sha… Ahora él es el dueño de la tierra;
    a causa de él, sufrimos aquí, tenemos hambre,
    enfermedades y guerras. Es el ancestro de todos los Odoshankomo.
    Ahora a causa de él, morimos.

    Cuando se pudrió la placenta del antiguo
    Wanadi, Odo’sha salió de tierra con una lanza. Dijo
    –Esta tierra es mía. Ahora habrá guerra.
    Botaré de aquí a Wanadi-. Engañó a
    los hombres que acababan de nacer; les enseñó a
    matar…. Los hombres fueron cambiados en animales, como
    castigo.

    Seruhe Ianadi ya no podía hacer nada en la
    tierra, a causa de Odo’sha. Se volvió al cielo.
    Aquella gente antigua se quedó con Odo’sha, como
    animales. No quedó gente de Wanadi en la tierra.
    Así terminaron los primeros hombres.

    El nacimiento de Kahú (Odo’sha) en la
    tierra antigua, es una señal para nosotros, los hombres de
    ahora. Cuando nace un niño, no debemos enterrar la
    placenta: se pudre, le caen gusanos, un nuevo Odo’sha nace
    otra vez, como al principio, para hacerle daño al
    niño, matarlo…. Nosotros guardamos la placenta, cuando
    nace el niño, en un nido de comejenes. Allí
    está bien guardada: no le entran gusanos. Ahora sí,
    se puede enterrar el nido de comejenes.

    Esa era la historia de la gente antigua. Eso es
    todo"

    4.-
    Características y consecuencias de la conquista en
    Venezuela

    La conquista de las Indias Occidentales fue una empresa
    emprendida bajo el impulso del capitalismo
    naciente, que daba sus primeros pasos en Europa. Iniciada por la
    Corona de Castilla, es ejecutada por empresarios de diversas
    nacionalidades con la autorización, regulación y
    fiscalización del Estado Español. Es así
    como en 1492 se afianza la expansión colonial de
    España y con el respaldo de los Reyes de España,
    Cristóbal Colón realiza cuatro travesías
    entre los años 1492 y 1504. Es en su tercer viaje (1498
    – 1500) cuando "descubre" Venezuela.

    En 1503 los Reyes Católicos crean en Sevilla,
    España, la Casa de Contratación, organismo que se
    encargaría de regir el comercio del Nuevo Mundo. Por Real
    Cédula se autoriza a los conquistadores españoles a
    esclavizar a los indios caribes con el pretexto de su
    canibalismo, y por haberse opuesto a los "requerimientos
    pacíficos" de los conquistadores. El establecimiento de
    los primeros europeos en las regiones costeras de Tierra Firme
    inicia la formación de la sociedad que
    después de tres siglos, consolidado en Nación,
    se llamará Venezuela.

    En 1510 un Auto, dictado por el licenciado Figueroa,
    juez de vara y justicia mayor
    de La Española, declara a la provincia de Uriapari
    (Guayana) región de Caribes y autoriza a los
    conquistadores a cazarlos y venderlos como esclavos.

    Los Welser, familia de
    poderosos banqueros alemanes, celebran en marzo de 1528 un
    contrato con
    Carlos I, rey de Castilla, quien a la vez era Carlos V, emperador
    de Alemania, para
    la explotación y poblamiento de la provincia de Venezuela.
    Ambrosio Alfinger es nombrado gobernador y capitán general
    de la recién creada provincia. En febrero de 1529 llegan
    las primeras naves de los Welser a las costas de la "Coriana" con
    Alfinger al mando, Vienen también los agentes comerciales
    alemanes, las autoridades españolas en lo económico
    y fiscal , y los
    representantes de la Iglesia.

    De esta manera se inicia la conquista,
    exploración y dominación de Venezuela. Los alemanes
    se dan a la tarea de recorrer el territorio, estableciendo
    relaciones con las cercanas islas del Caribe, conservando la sede
    del poder en la recién creada ciudad de santa Ana de Coro,
    único centro de control político y administrativo
    de la provincia. Entre 1529 y 1542 organizan y emprenden desde
    Coro seis entradas de conquista y reconocimiento "de la tierra
    adentro". A raíz de estas jornadas surge la
    fundación de Maracaibo, como un puesto de avance en la
    escalada exploratoria. A partir de 1545 con la fundación
    de El Tocuyo, el proceso de conquista experimenta un
    significativo cambio en la ocupación del territorio, ahora
    dirigido hacia el interior de la provincia. Este hecho se expresa
    particularmente en lo económico, al responder a viejas
    peticiones de los vecinos, relacionadas con las mercedes de
    tierras o repartimientos y las encomiendas de indios.

    Consolidada política y económicamente cada
    nueva fundación, desde allí se organizan y parten
    otras empresas de
    conquista y colonización que, a su vez, reproduciendo las
    numerosas Ordenanzas de Poblamiento, amplían y hacen
    más complejo el asentamiento español.

    En uso de un derecho que juzgan perfecto, se inicia el
    regalismo más personalista y absorbente de la
    época; los Reyes celebran transacciones con sus vasallos y
    les hacen obsequio de derechos y beneficios. Es así como
    surge el documento matriz de la Conquista: La
    Capitulación, punto de arranque cierto para el Derecho de
    la primera hora de América, éste empieza a formarse
    con esas normas
    casuísticas, conjuntamente con las reglas y usos
    castellanos.

    En esa especie de autorización consensual que es
    la Capitulación, la Corona enumera las facultades que se
    reserva y las compensaciones que reconoce a los factores de la
    operación, vale decir, los estímulos y privilegios
    con los cuales retribuye a quienes con su dinero, su
    energía y su audacia hacen posible las expediciones, y al
    frente de ellas vienen con el título de
    Adelantados.

    Las Capitulaciones eran títulos negociables, no
    muy diferentes , en ese sentido, de lo que serían
    después las Concesiones para la explotación de
    minerales y
    servicios en
    la época republicana. Las primeras fueron para
    descubrimientos, después siguieron las de segundos viajes
    y nuevas exploraciones, las de poblamiento, las dirigidas al
    ensayo de
    rutas desconocidas, al establecimiento de centros urbanos, al
    rescate e intercambio con los indios, y sobre todo a la
    búsqueda de perlas, oro, palo brasil, etc.

    Las Capitulaciones eran conocidas desde antes del
    "Descubrimiento" de América. Más, en cuanto al
    Nuevo mundo se refiere, fue con Cristóbal Colón con
    quien se celebró la primera Capitulación el 17 de
    abril de 1492; ésta le consagra los títulos de
    Virrey, Almirante y Gobernador de los territorios que descubra, y
    otras ventajas de autoridad y pecuniarias máximas,
    prácticamente todo el poder temporal de los Reyes en el
    ignoto hemisferio.

    El 28 de junio de 1500 se suscribe la
    Capitulación a favor de Alonso de Ojeda, para gobernar la
    isla de Coquivacoa, donde había visto la Pequeña
    Venecia. Ese mismo año se suscriben Capitulaciones con
    Rodrigo de Bastidas y Vélez de Mendoza, para descubrir
    islas y tierra firme. En 1501 se Capitula con Vicente
    Yánez Pinzón y luego con Diego de Lepe, para el
    rescate del oro, plata, cobre,
    estaño, azogue y cualquier otro metal, esmeraldas, perlas,
    etc. Más adelante las Capitulaciones se orientan a la
    incorporación de las tierras; de esa clase son las que
    entre 1520 y 1526 se otorgan a favor de Bartolomé de las
    Casas, Diego Caballero, y otros. Después las
    Capitulaciones procuran principalmente la Colonización;
    como la que se pacta con los Welser.

    Con las Capitulaciones, también se
    aplicarán las leyes, las
    instrucciones, los usos y costumbres de la guerra, los
    hábitos de formación castrense y las reglas varias
    que desde la metrópoli se traen con la cultura hispana al
    Nuevo Mundo.

    Las capitulaciones que suscribe el Monarca son los
    ejercicios iniciales de su soberanía sobre América;
    comenzaba a sí a disponer libremente del inmenso bien que
    el "Descubrimiento" y la ocupación, y luego la
    confirmación pontifical le habían deparado. Se
    aspira a la sujeción completa del Nuevo Mundo, bajo la
    inspiración exclusiva y para beneficio determinante de la
    Corona. La dominación ha de ser integral; España
    trata de superponerse enteramente al mundo descubierto, y se
    empeña en hacer éste a su imagen y
    semejanza.

    Sobre cuatro frentes se cumple, con certeza
    simultánea la acción dirigida al predominio
    español:

    • En la esfera físico –
      política
      , que atañe a lo práctico e
      inmediato, España busca tomar conocimiento y
      posesión material de la naturaleza
      hallada: suelo, y subsuelo con todo su contenido, tierra firme
      e islas, mares, ríos, lagos, animales y plantas; imponer
      sumisión a los pobladores, aprehender sus bienes y su
      herencia
      cultural, especialmente lo que de ello tenga valor.

    Para esta finalidad se organizan numerosas
    expediciones de penetración y en la medida en que se
    realiza el reconocimiento, y se acomete y amplía la
    ocupación, van surgiendo centros urbanos (pueblos,
    ciudades y lugares) que sirven de base para incursiones
    más profundas.

    • En el ámbito religioso, España
      no podía permitir que un asunto tan vital quedara sin
      expreso cuidado público y remitido a la libre conciencia
      y voluntad de las personas comunes. En función
      de ello, se establece un programa de evangelización
      pura. Una vasta red de Misiones alcanzará, en la
      centuria siguiente, buena parte del fin perseguido. Actuando
      dentro de la efectividad del Real Patronato
      Eclesiástico, la Iglesia dependerá más del
      Soberano que del Papa, y llegará a ser una maquinaria
      fundamental para los designios Imperiales para el trasiego de
      su cultura al Nuevo Mundo.
    • En el orden económico, la
      Monarquía define bien sus regalías; nada escapa a
      la previsiva y minuciosa reglamentación del
      mercantilismo. El Soberano precisa, a cada paso y con toda
      exactitud, su participación en los beneficios de la
      operación americana. El sistema de reparto de solares y
      tierras es cuidadosamente preparado; en convergencia con los
      otros medios (expediciones, evangelización,
      repartimientos y encomiendas de indios) asegura la
      Metrópoli influencia general en todo cuanto respecta al
      indígena y al suelo.

    En la distribución y adjudicación de la
    tierra se cifra un importante estímulo para el riesgo del
    esfuerzo trasatlántico; el móvil económico
    no es nada desdeñable, el ideal de la fama y la
    ambición de gloria no excluyen las apetencias del
    mejoramiento material.

    • Para el aspecto humano y social, stricto
      sensu,
      junto a la esclavitud – a la cual son reducidos los
      rebeldes – las Encomiendas y Repartimientos constituyen
      la cuarta pieza de este mecanismo subyugante. Sobre el indio
      recaerá el peso de La Encomienda, con todas sus
      implicaciones.

    Ésta era un derecho concedido por Merced Real a
    los Conquistadores para cobrar en nombre del Monarca, pero para
    su beneficio personal, tributo a los indios, acompañado
    del deber de cuidar de su bien en lo espiritual y en lo
    temporal. En función de ello, no se les otorgó la
    propiedad sobre las Encomiendas, sino en condiciones de
    usufructo.

    La penetración en el territorio de Venezuela, se
    acomete por los dos costados del país: oriente y
    occidente. Bajo el signo de la paz empieza la acción, sin
    embargo la conquista de Venezuela termina siendo de las
    más sangrientas y desordenadas de
    América.

    El primer establecimiento que adquiere rango de ciudad
    es Nueva Cádiz, en la isla de Cubagua. Debe su nombre a
    una Real Cédula de 1528, cuando se llama Nueva
    Cádiz al pueblo de Cubagua. En la isla existían
    rancherías desde 1512; la razón de su poblamiento
    estuvo en los placeres de las perlas que allí
    había. A toda la costa se le llamó Costa de las
    Perlas.

    Con muchas dificultades Nueva Cádiz fue ciudad,
    estrenando las primeras instituciones políticas y
    administrativas españolas en Venezuela, a
    saber:

    • El Cabildo con sus Ordenanzas, que era
      presidido por el Gobernador o por el Teniente
      Gobernador.
    • Los Regidores quienes se ocupaban de la
      policía, supervisión de obras públicas, el
      abasto de la ciudad, etc.
    • Los Alcaldes Ordinarios, ejercían como
      jueces de primera instancia en juicios civiles y militares,
      también suplieron- en algunos casos – al
      Gobernador.
    • El Alférez Real, actuaba en el Cabildo
      con voz y voto . Sustituía a los Alcaldes Ordinarios en
      caso de ausencia.
    • El Alguacil Mayor, ejecutaba las
      órdenes de arresto según mandato de los
      Jueces.
    • El Fiel Ejecutor, se ocupaba de velar por que
      se cumplieran las normas sobre precios, y
      fijaba los mismos.
    • El Procurador, se encargaba de defender los
      asuntos referentes al Cabildo y a la ciudad ante el Consejo de
      Indias, así como ante la Real Audiencia y los
      tribunales.
    • El Escribano, llevaba las actas del cabildo y
      el Libro de
      Acuerdos.
    • El Depositario, cuidaba de los
      depósitos o fianzas y de los bienes que se ponían
      en litigio en un proceso judicial.

    La destrucción de sus ostrales, las apreturas en
    un medio tan difícil, el ataque de los indios Caribes y de
    piratas y la acción de la naturaleza, obligan a emigrar
    hacia Margarita, constituyendo jurisdicción
    simultánea en Margarita, Cumaná y Cabo de la
    Vela.

    Cumaná, a orillas del río del mismo
    nombre, más tarde llamado Manzanares, se inició
    como fortaleza dentro del plan de pacificación de las
    expediciones de Gonzalo de Ocampo y Jácome
    Castellón, en la década de 1520. Fue fundada con el
    nombre de Nueva Córdova, en 1562 por Fray Antonio de
    Montesinos. La rebeldía de los Cumanagotos ante el intento
    de dominio español trajo grandes enfrentamientos, que se
    acentuaron cuando se puso en práctica la esclavitud y
    venta de indígenas, considerados como
    caníbales.

    Barcelona, fue fundada en 1632 por Juan de Urpin, con el
    nombre de Nueva Barcelona.

    Coro, fue la primera ciudad fundada en la zona
    noroccidental, en la región llamada "Coriana" por los
    indios Caquetíos, que la poblaban. El poblamiento inicial
    se debe a Juan de Ampíes en 1527, agente de la Corona en
    Curazao, Aruba y Bonaire. Tenía por cacique a Manaure. Dos
    años después llegó Ambrosio Alfinger, del
    grupo de los Welser y se estableció en Coro como fundador,
    en virtud de la Capitulación que se le había
    otorgado a los Welser por la Corona.

    El Tocuyo, fue fundado a orillas del río del
    mismo nombre por Juan de Carvajal en 1545. Pasó a ser un
    centro económico de donde se desplazaron grupos de
    colonizadores hacia el Occidente y el Centro del
    país.

    El resultado fue: la fundación de Barquisimeto,
    fundada por Juan de Villegas en 1552 a orillas del río del
    mismo nombre, que significa río Turbio, en la zona de los
    indios Jiraharas.; la fundación de Valencia, a orillas del
    río Cabriales, por Alonso Díaz Moreno en
    1555.

    En la región de Los Andes fueron fundadas
    Mérida, en 1558 por Juan Rodríguez Suárez,
    San Cristóbal, en 1561 por Juan de Maldonado, Trujillo, en
    1558 por Diego García de Paredes; en las orillas del Lago
    de Maracaibo, en 1570 fue fundada Maracaibo por Alonso Pacheco;
    hacia los Llanos surgieron Barinas, fundada por Juan
    Andrés Varela en 1577 y Guanare en 1591 por Juan
    Fernández de León; Carora fue fundada en 1572 por
    Juan de Salamanca.

    La fundación de Caracas por Diego de Lozada en
    1567, no fue tarea fácil, en virtud de la belicosidad de
    los aborígenes de la región (los Teques y Caracas).
    El nombre original fue Santiago de León de Caracas. La
    Guaira fue fundada en 1589 por Diego de Osorio.

    La penetración en Guayana fue lenta debido tanto
    a la belicosidad de los indígenas, como a la dificultad de
    penetración por el carácter selvático de la zona. En el
    siglo XVI hubo un intento de colonización por Antonio
    Berrío, que tuvo su origen en Nueva Granada (actualmente
    Colombia).
    Berrío fundó en 1592 a Santo Tomás de
    Guayana, a orillas del río Orinoco

    Las Provincias o Gobernaciones fueron las
    circunscripciones territoriales que, junto con los Virreinatos,
    las Capitanías Generales y las Presidencias,
    constituían las diferentes demarcaciones del Imperio
    colonial Español en América.

    En el proceso de su conformación, surgieron los
    Cabildos, la Capitanía General de Venezuela, la
    creación de la Real Intendencia de Hacienda y la Real
    Audiencia de Caracas.

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