Pandora
Lo que todo hombre
debería saber antes de enamorarse
Steel Nobles – Ensayo
premonitorio publicado en 1997.
Al paso del
tiempo, todo
su contenido ha ido plasmándose con inquietante
exactitud.
- Acerca del
título de esta obra. - La mujer de
Dios - Extraña indiferencia
- Situados
entre Eva y Pandora - La
amenaza - Sobrevivencia
- Lo siniestro
- Lo despiadado: la castración
sicológica. - La sospecha: ¿Real igualdad o sólo
despotismo feminista? - Ad portas: ¿El Apocalipsis de
lapareja? - Dilema: ¿Solución, problema o injusticia
social? - Especialidad de la casa: ¿La familia
chatarra? - De gavilán a paloma
- El desafío a la
racionalidad - Relación sexual y soledad
- ¿El bluff?
- Trampa mortal: la obsesión por un
enigma - "Morir con las botas puestas"
- Claves: las debilidades de una bruja
- La alerta roja
- La mujer de tus sueños puede ser un
varón de pesadilla - Brilla la esperanza
- Pequeño glosario de algunas expresiones que aparecen
en este libro - Qué hacer si tu compañera fuese
Pandora - Por un hogar del más excelso orden
social - Frente a Pandora… nuevas acciones
sociales.
ACERCA DEL TÍTULO DE ESTA
OBRA.
Parodiando una
frase del filósofo y sicólogo Williams James, te
diré lo siguiente: No saber o ignorar lo que sucede a uno
es peligroso desde el punto de vista vital, supervivencial y
evolutivo. Por ello es natural e inevitable que suframos las
consecuencias de no saber… ¡Y cómo las hemos
sufrido!.
Steel
Nobles
LA MUJER DE
DIOS
Ella es la
perpetuadora de la especie humana, ella es la artífice
maravillosa de la felicidad del hombre, ella es el faro del
porvenir de sus hijos, ella es el encanto, la risa, la ternura,
la felicidad.
Ella es todo
eso y mucho más… ella es la que hace una familia
más unida. Ella es quien entrega a los hijos las primeras
caricias y las primeras nociones de moral, en ella
nace el amor y el
ejemplo familiar… ella es mujer de Dios.
Ella es la
gran presidenta de la casa, ella es la que ocupa puestos de honor
irrenunciables: es la esposa, la madre y la gran guía y
directora del hogar… Ella es mujer y madre.
Ella, mujer y
madre, es la vida misma, es la inspiración de todos los
poetas, es la gran figura del escultor, es el tierno corazón de
los niños,
es la nota que inspira la canción del artista, ella es la
luz de nuestro
camino. Ella es mujer y la gran compañera del hombre. Ella
es la que está a nuestro lado en el dolor y también
vive nuestras alegrías, ella está ahí,
cuando ganamos y también cuando perdemos, ella acaricia
nuestra frente cuando el tiempo sin piedad va blanqueando
nuestras sienes. Ella es mujer, esposa, madre y amor…
Marcos
Huberman
Amable lector,
hago mío este bello y sentido homenaje, porque
también pienso que así es la Mujer de
Dios.
Steel
Nobles
1
La muerte de
cualquier hombre me disminuye, porque la humanidad me
concierne.
Nunca pues,
preguntes: por quién doblan las campanas. ¡Lo hacen
por ti!
John
Donne
Llegué
cuando el cortejo ya avanzaba por las avenidas del cementerio.
Por primera vez en mi vida fui testigo del dolor indescriptible
que causa la muerte
violenta, sorpresiva y dramática de un hombre joven y
querido por todos quienes le conocimos. Allí estaban: su
madre, su hijo mayor, y sus hermanos. Un compañero suyo,
de oficina, me
contó el drama mientras caminábamos.
Franco, al volver
a su casa, terminado su habitual partido de tenis por las tardes
sabatinas, encontró inesperadamente a su esposa haciendo
el amor con un adolescente. Pocas horas después, el
cadáver de Franco pendía del cuello bajo el
parrón de su casa. En un breve manuscrito, explicaba su
determinación. Pensé en lo injusto de la existencia
mientras me invadía el desaliento. No podía
explicarme lo sucedido y menos aun aceptarlo, pues yo
sabía que él era hombre joven, alegre, positivo,
sano y muy confiado en las bondades que decoran esta vida.
Pasarían diez años y muchas nubes sobre la
cordillera antes que llegara yo a tener una idea medianamente
clara en relación al colapso acontecido al interior del
alma de mi
buen amigo, y que era el fiel reflejo de lo que sucede y se
trasunta en el alma social actual. Razón primera por la
que escribí este libro.
Motivado por
querer saber las razones que impulsaron a Franco a cometer
suicidio,
visité —grabadora en mano— a una médium
parlante, con la sola fe y esperanza de que ella me contactara
con mi amigo que moraba en el más allá; y a
él solicitarle, directamente, respetuosamente que, si
correspondía y él estaba dispuesto, me dijese algo
que me permitiera comprender en mejor forma su
determinación.
Por razones
superiores no puedo ni debo contar detalles de aquella
sesión. Sólo puedo decir que la voz que
habló por la boca de la espírita, era la de
Franco.
Todo lo dicho por
él lo he traspasado a este libro, con letra cursiva y
entre comillas, y en forma fragmentada, para ir alternando con
sus revelaciones, mis particulares conocimientos e
interpretaciones acerca del doloroso acontecimiento.
Ahora siento que
si Franco, previamente hubiese tomado plena y cabal conciencia en
relación con algunos conceptos vertidos aquí por
ambos, posiblemente seguiríamos conversando sobre temas
vinculados a lo sacro y a lo profano, como acostumbrábamos
a hacerlo en forma cotidiana… y normal.
Cada uno es
responsable de todo ante todos los demás.
Feodor
Dostoievski
A muchos, en su
inexperiencia, buena fe e inocencia, es posible que este breve
relato no les diga gran cosa e incluso carezca de significado. Lo
comprendo. Nos hemos ya habituado a dramas, tragedias e historias
como esta. Lo que posiblemente ignoras, es que detrás de
ellas se esconde el mayor peligro que enfrenta nuestra
convivencia, y del que somos en absoluto ignorantes. Las
siguientes palabras de Leszek Kolakowki podrían contener
al respecto un oportuno mensaje: "Nunca podremos saber —por
principio, no por desconocimiento— de qué modo
contribuye nuestro aparato de: ver, tocar, reaccionar, ante las
situaciones y manipulaciones, a la imagen del mundo
que emerge, finalmente, del funcionamiento de nuestros cuerpos y
de nuestras mentes". Mi propósito es incentivarte a estar
alerta, observar, y a tomar conciencia de una creciente amenaza
para eludirla, neutralizarla y salvarte de sus dramáticas
consecuencias.
Para tal efecto se
hace indispensable; primero: que conozcas el origen, sus
circunstancias y procesos
envueltos en tal peligro. Y después te formes una idea
asequible de ciertas formas de proceder, y de hechos actuales,
cuyas raíces se pierden en los albores de una biografía humana
confusa y contradictoria para muchos; más aun cuando ella
se mezcla con vivencias frecuentemente escasas o tomadas con
ligereza, casi con descuido. Por tanto procuraré acercarte
a la idea propuesta, pensando en nuestra humanidad que no
sólo incluye emocionalidad e impulsividad, sino
también racionalidad.
Y a la vez nos
basaremos —por imperio histórico— en un
principio teológico-religioso amplia y universalmente
conocido y mayoritariamente aceptado como verdadero, por sobre y
más allá de lo que cada cual, con legítimo
derecho, piense en relación al tema. A saber: los hombres
fuimos creados por Dios, hechos a Su imagen y semejanza, y que
simbolizados en la Biblia por Adán, vivíamos en ese
entonces como seres perfectos, en armonía con la Naturaleza y
todos los otros habitantes del Paraíso.
Cito el ejemplo
por ser ampliamente conocido en nuestra cultura
judeocristiana. Aunque —a excepción de algunos
países del Lejano Oriente— la misma idea se plasma
en textos sagrados de Persia, India,
Egipto,
Grecia,
Centroamérica, y en jeroglíficos
prehistóricos de todos los Continentes.
2
El amor no obra
mal al prójimo, por lo tanto sólo el amor es el
cumplimiento de La Ley.
Romanos, la
Biblia
DEL
DESACATO.— Asumiendo antedichos orígenes
—y siempre dentro de los cánones morales ya dichos
en el capítulo anterior— comprenderás que
nuestra felicidad debió alcanzar en aquella época
primitiva, estados extásicos tan profundos, que
vivíamos eternamente regocijados; nada nos faltaba y
desconocíamos las necesidades y sufrimientos. Sin embargo,
Dios, siempre atento a un mejor y mayor acercamiento hacia sus
hijos, creó a las mujeres como seres diferentes pero
complementarios a nosotros. Y tal como nuestras Santas Escrituras
dicen en Génesis y Efesios, ellas compartirían y
nos ayudarían en la misión
terrenal para que nosotros con esa ayuda, y siendo la
cabeza del hogar, pudiésemos servir en mejor forma a
nuestro Creador.
Tal cual Él
nos ordena en Corintios: "Pero quiero que sepas que la cabeza de
todo varón es Cristo, a su vez la cabeza de la mujer es el
varón, y a su vez la cabeza de Cristo es Dios". En
consecuencia resulta fácil aceptar que, siguiendo
preceptos tan ancestrales y sabios, aplicados y probados durante
milenios, Adanes, y Evas, hombres, y mujeres, vivíamos y
compartíamos complaciendo el divino propósito, sin
que asomase la menor discordia. No obstante, de aquella vieja
historia, cabe
recordar aquel mal día en que un ser astuto, temerario y
hábil, pero siniestramente perverso, envidioso de la Obra
Divina, llamó aparte a una o más mujeres y les
reveló una "fórmula secreta" (Libro de Henoch) para
dominarnos, someternos y apartarnos de Dios mediante un placer
físico irresistible, capaz de transformarse en vicio que,
al correr de los tiempos, provocó nuestra primera
necesidad o dependencia de la mujer; y que finalmente
destruiría hasta el último vestigio del orden
original paradisíaco.
La primitiva vida
humana habría sido imposible si no hubiese existido en la
misma, facultades ahora desaparecidas, poderosísimas, tal
vez inimaginables. Pues aquellos primitivos fueron capaces de
vencer —con sólo espíritu, mente y
cuerpo— al medio extremadamente hostil de la Era
Cuaternaria. Y aquí vale señalar una paradoja
importante: es de común ocurrencia que cuando se habla de
aquellos humanos primitivos se subentienda que estos eran
no-evolucionados; vale decir: medio estúpidos, inferiores
a nosotros. Por tal razón, quienes hoy pudiesen
supuestamente parecérseles son calificados de
retrógrados. Entonces preguntémonos ¿Que
persona
actual, evolucionada, o grupo de estas
personas, podría siquiera sobrevivir unos pocos
días en el hábitat
antes señalado? Luego ¿Quiénes serían
los retrógrados?.
En justicia,
aquellos antepasados nuestros no merecen ser llamados
retrógrados. Ellos eran perfectos, superhombres, maestros.
Eran tal como Dios quiso que fueran. Por cruel ironía,
ahora nos resulta tristemente innegable, y sumamente
desmoralizador, ver y saber que nuestra ultra tecnologizada
humanidad actual —de la que nos vanagloriamos— es la
cúspide de una retrogradación brutal, bestial,
sufrida por todos, de la que pocos tenemos conciencia. En verdad
somos víctimas de una involución racial severa que
va creciendo en forma alarmante, y nadie emprende alguna acción
eficaz destinada a detenerla y revertirla.
¿Qué
fue lo que provocó y sigue provocando esta
involución? Más de una respuesta hallaremos en el
transcurso de estas páginas.
DEL
CASTIGO.— En fin: fue el placer sexual, como
dependencia física, más la
consiguiente procreación, los que entregaron a nuestras
compañeras un instrumento poderoso, insidioso y
fácil de manipular toda vez que pretenden imponernos
ciertas condiciones y —no pocas veces, como ya pronto
veremos— sus sinrazones.
Sin embargo desde
entonces y a pesar de ello, con nuestra proverbial buena fe e
inocencia, hemos colaborado con algunas mujeres —que por
suerte aun serían poquísimas— a sobrellevar
su horror de seguir al servicio del
mal y a permanecer en guerra contra
Dios y la Naturaleza.
Dentro de su
teofanía, los antiguos griegos nos cuentan una historia
similar ocurrida al comienzo de los tiempos: se dice que Prometeo
pretendió robar el fuego (el poder) a los
dioses para dárselo a la Humanidad. Júpiter se
indignó, y para castigarlo ordenó a la industria de
Vulcano (dios herrero) fabricar a Pandora; luego Atenea, hija de
Júpiter, le dio vida. El resultado fue un espantajo con
forma de mujer, pero esencialmente seductor.
Este monstruo
engendrará una horda, no mujeres, no una raza de mujeres;
engendrará un otro, un no-humano hecho para
provocarnos deseo e insatisfacción a los hombres… y
algún goce. A causa de esta chatarra palpitante, la pareja
humana finalmente debería quedar desunida para siempre.
¿He aquí una mera coincidencia con el
Génesis?
El acontecimiento
clave está en que, Pandora, al destapar una caja llena de
males —que si bien no era de su propiedad,
ella igual se la apropió— el Paraíso se
plagó y nosotros también. Y Dios, que es todo amor,
no quiso destruirnos, aunque, a cambio, nos
expulsó del maravilloso lugar junto a una mujer
engañosa, Pandora-Eva; y a la que, en honor a los tiempos
actuales, denominaré: Pandora Siglo XXI. Quién
—con la complicidad de algunas bien inspiradas e inocentes
compañeras (mujeres verdaderas)— todavía
sigue esforzándose, y cada día con más
entusiasmo, en aplicarnos aquel castigo ejemplarizador y
transmutador ordenado por Júpiter.
Muchos
dirán que el mito no prueba
nada ¿Pero, acaso para saber tenemos algo mejor que el
mito? ¿Acaso no es el mito el símbolo de la
condición humana? ¿Existe alguien que escape a la
influencia del mito? Amigo lector, para ti podría ser
bastante revelador el que te replantees muy seriamente estas
preguntas.
En los viejos
tiempos la orden fue: "¡Creced y multiplicaos!" Desde
entonces, obedeciendo a dicho mandato divino, nosotros ya
perdimos el rumbo y no supimos más para qué
clase de
demonio tendríamos que existir ¿Es esto una prueba
divina que debemos superar? Yo creo que sí, a pesar del
enorme costo de tal
empresa.
Por ahora —y
al igual que hace 3.000 años, y posiblemente desde
siempre— seguimos preguntándonos, confundidos:
¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos?
¿Hacia dónde vamos? A modo de respuesta a estas
cruciales y conocidas interrogantes nos brindamos una infinidad
de explicaciones desesperadas y contradictorias que,
honradamente, a nadie convencen. Así vivimos esta vida
como "un absurdo animado", poblado de "seres para la muerte" que
buscan aturdirse en actividades materialistas y sensuales,
histéricas y estresantes. Todas ellas proclives a la
autodestrucción total de la especie y la pronta
destrucción de nuestro planeta.
Entretanto, la
vuelta al Paraíso —o a la perfección, si
prefieres— ya se nos hace bastante difícil;
más aun cuando el poder de esta singular Pandora Siglo XXI
se torna evidente, y la esencia original divina de nuestro
Adán se diluye y desvanece dentro de un alma vacía
y extraviada, prisionera de un cuerpo ahora endeble y enfermizo,
sólo diferenciado como masculino a causa y consecuencia de
un órgano genital que es, por cruel ironía, una
suerte de estigma de nuestra perdición.
DE LA
DESTRUCCIÓN.— También me parece oportuno
señalar otra posible amenaza que podría consolidar
nuestra pérdida del Paraíso. Ella tendría
relación con una eventual, gradual y creciente
degeneración de nuestra especie, venida a través de
los tiempos, desde lejanos puntos del macrocosmos.
Pensemos
¿Qué ocurriría si —por ausencia de
nuestra virilidad original, y tan indispensable en nuestra
especie— las obras de Dios desaparecieran para siempre de
la bóveda celestial, o en su defecto fuesen controladas
por entidades no-humanas y antidivinas? ¡Ocurriría
la destrucción total y definitiva de nuestra
Humanidad!
En este orden de
cosas: J. Hurtak, científico norteamericano de NASA, en su
libro «Las claves de Enoc», toca en parte esta
inquietud muy en la idea de invasores extraterrestres.
Aquí estamos entrando a un ámbito insuficientemente
explorado pero siempre vigente por su inconmensurable vastedad
¿Podría nuestra actual Pandora —tal vez
ignorante de un peligro escasamente considerado— estar
preparando el terreno a seres de otros mundos que, dentro de poco
tiempo exterminarían a una enajenada y ya degenerada
Humanidad? Es un asunto puramente teórico que no
habría citado si no fuera por el sorprendente «Libro
de Henoch» —apócrifo escrito hace más
de 3.000 años— que narra en detalles una
invasión a nuestro planeta, de seres
extragalácticos, posiblemente ocurrida a mediados de la
Era Cuaternaria. En aquel libro se cuenta que, en aquella
oportunidad algunas hijas de la Tierra
fornicaron con ellos, generando así una nueva Especie
constituida por súcubos e íncubos disociadores
(demonios mujeres, y demonios hombres). Estos, muy pronto
poblaron la Tierra y
sometieron a varias especies nativas que integraban su
raíz genética,
de las cuales algunas se extinguieron. En el caso
hipotético de que esto fue en verdad así, no
debería cabernos ninguna duda referente a que
podría suceder nuevamente lo mismo. Además,
investigaciones científicas recientes
parecen coincidir en un hecho de suma importancia: nunca hemos
estado solos
en el Universo, y
seguramente nunca lo estaremos.
En consecuencia
sería legítimo preguntarnos: ¿intentan,
actualmente, aquellos u otros seres espaciales, aniquilarnos o
someternos utilizando esta vez a otro agente cautivante y
destructor, a modo de cebo? ¿Una mujer transgénica?
Las siguientes palabras del General Sun Tzu —quien parece
poseer inteligencia
extraterrestre— podrían contener clara respuesta a
esta interrogante: "El acto supremo de la guerra es someter al
enemigo sin luchar". Sólo para pensarlo y consignarlo en
beneficio de una mejor y cabal comprensión del presente
tratado.
Retornemos a una
realidad más actual, más tangible y apremiante: a
causa de Pandora Siglo XXI, y de proseguir ella con sus acciones,
estaría cercano el día en que los varones
perderemos todo interés en
nuestras compañeras, y no por homosexualidad
o impotencia sexual, sino por asunto de estricta seguridad y
tranquilidad personal ante los
siniestros riesgos y
efectos de su actuar ¿Qué podría ocurrir con
semejante determinación nuestra? Pienso que caben varias e
importantes respuestas. Intentaremos proveernos de aquellas que
parecen ser más humanas, factibles y
constructivas.
DE LA
SALVACIÓN.— 1 En verdad, no habría
escrito este libro si no tuviese dos buenas razones para creer en
la posible liberación de aquel "pecado original", samsara
o círculo de vida y muerte en que estamos atrapados a
causa de Pandora.
2 Primera
razón: en el ámbito científico existe la
idea de que la regeneración celular, bajo circunstancias
aun teóricas, podría tener duración
indeterminada ¿Vida orgánica eterna? Por
consiguiente, en el futuro próximo ¿será
necesaria la procreación? ¿nos reproduciremos por
partenogénesis? Nadie puede hoy responder a cabalidad y
con seguridad estas interrogantes. Segunda: en círculos
espirituales, especialmente hinduistas, existe la
convicción de que el hombre
puede alcanzar la felicidad eterna —éxtasis, estado
de gracia, satori, etcétera— si convive y reentra en
armonía con las leyes Divinas, de
la Naturaleza y del Universo.
A partir de ello:
la muerte, la apatía y el cansancio de vivir (depresión,
angustia, ataques de pánico,
estrés)
podrían deberse al abandono de la Luz Divina, de la
Inteligencia Superior.
3 Tal
parece que hemos perdido parte importante de aquellas facultades,
principios y
valores que
nos redimían de la procreación absurda de la vida
puramente animal, generadora de las muchas plagas actuales,
particularmente sociales.
4 Retomando
el camino positivo sentimos que estas lucubraciones nos llevan a
la siguiente cuestión fundamental: ¿tenemos
posibilidades concretas de retornar al Paraíso,
basándonos sólo en nuestro esfuerzo personal? A mi
entender, sólo de nosotros depende, y esta
convicción es la segunda causa superior por la que ahora
tienes este libro entre tus manos y ante tu
conciencia.
5 Por otra
parte, otro autor: Carlos Castaneda —antropólogo y
uno de los más singulares pensadores
contemporáneos— a través de su extensa obra
literaria, filosófica e iniciática, nos revela
entre líneas, y muchas veces en forma directa, que el
hombre —si pretende existir armoniosa y dignamente—
debe volver a la Naturaleza, a su ser esencial, al
autoconocimiento, al reencuentro del poder perdido, a dominar sus
pasiones y ser un auténtico guerrero.
6
También: a vivir en paz con Dios, a servirlo, a soportar y
sublimar el sufrimiento, a contentarse con la virtud y la fe… y
a permanecer lejos de las garras de nuestro personaje estelar, al
que Castaneda lo cita en su obra, bajo otros nombres.
7 Es
fácil reconocer y aceptar la posición viril de
Castaneda, más todavía cuando constatamos en la
historia la presencia del ascetismo y anacoretismo masculinos
como formas de vida plena, de sabiduría, longevidad y
felicidad. Prácticas aun posibles de retomar, para
así luego enfrentar las nuevas vicisitudes y
desafíos que la agente disociadora Pandora, nos crea y
plantea.
8 Por
momentos, pareciera ser que el Paraíso Terrenal
todavía estaría a nuestro alcance y habría
sido avistado o presentido por algunos hombres adámicos,
los que, para salvarse, han resistido y rehusado la peligrosa
necesidad artificial de vivir con Pandora, y menos todavía
tener hijos con ella. 9 Aun conociendo esta realidad
—que la histórica y el presente nos entregan—
resulta dificilísimo comprender y aceptar un peligro tan
claramente manifiesto, si no lo hemos de observar y explorar en
sus hechos irrefutables, que nos permitan una
identificación personal importante y comprometida con un
problema personal, familiar y social, que se torna más y
más visible y, por lo mismo, abordable. De otro modo este
problema aparecería ligado —para su
solución— sólo a pequeños grupos de
investigadores desconocidos, tal vez a practicantes de Ciencias
Ocultas. O abandonado a las imprecisiones inextricables del
destino. Tal vez podría quedar sepultado definitivamente
como las raíces insondables de una parafernalia de
inquietudes y actitudes de
moda
—universalmente adoptadas y conocidas—, y que nada
tienen de positivas, inteligentes, científicas,
espirituales, cristianas y humanistas; todo tal cual nuestra
olímpica Terminator lo ha querido y, hasta ahora,
conseguido… Y no es la idea.
DE LA PROPAGANDA Y
LA PUBLICIDAD
10 En su
aspecto subliminal, nuestra razón suele obnubilarse y
extraviarse cuando la abundante literatura libero-feminista
—fuertemente influenciada por Pandora— atiborra los
escaparates de librerías, los quioscos de revistas, los
supermercados, todo el sistema
mediático y, finalmente, nuestros ojos y oídos,
cada día y durante las 24 horas. Así vemos, por
ejemplo, que diversos shows con problemas
gravísimos de la pareja humana están siendo
presentados por exhibicionistas ingenuas, quizás
malintencionadas, las que no han hecho más que exagerarlos
y mixtificarlos, histerizando su protesta en términos
delirantes.
11 Los
libros
feministas —al menos los muchos que he leído—
evitan, obviamente, criticar a la mujer; más bien dejan
entrever que la crisis actual
de la pareja tendría su origen único y exclusivo en
los muchos imperdonables defectos del hombre, y en la falta de
conducción de éste por parte de la mujer, tal cual
si ella fuese la exclusiva albacea de las mayores y mejores
virtudes humanas ¡Y muchos varones han comenzado a creer en
estas y otras mentiras como si las mismas fuesen dogmas, verdades
divinas!
… los hijos
son sólo de la mamá y poco importa quién sea
el padre.
pág.. 141 del
best seller «Yo soy Anita Alvarado»
(Célebre
exprostituta internacional).
12 Para
mayor infortunio, la literatura dirigida al varón ha
quedado explícita y focalizada, principalmente en el
contenido de diaruchos alarmantes, sensacionalistas;
chaqueteadores del buen criterio y del correcto raciocinio. Todos
exentos del menor atisbo de respeto, buena
educación
y moral. A similar descalabro han contribuido las revistas
futboleras, pornográficas, politiqueras, y
pro-consumistas. A todo ello sumemos los best seller de
violencia,
sexismo, locura y muerte; contumaces contribuyentes a la
ignorancia, al crimen, a las sicopatías y al escapismo
morboso.
Todas
descerebrizaciones —fraguadas y elaboradas por
misántropos, y megalómanos miserables—
inyectadas a través de las conciencias muertas de la gente
in, seudointelectual y figurona… o de la "exquisita"
elite corrupta e inescrupulosa que mayoritariamente
controla al mundo occidental. Estas publicaciones, verdaderas
"sopas de letras", habladas o impresas, muchas veces son
"condimentadas" con imágenes
de celuloide, y TV; todas debidamente decoradas con efectos
especiales para que resulten más sabrosas a los "paladares
chatarra" educados para tragar basura
cultural y de la otra, junto al trago y a la droga
¿Será, acaso, sólo casualidad toda esta
locura? A continuación, y volviendo al meollo del asunto:
¿qué de bueno, bello, o inteligente, es posible
esperar de un cerebro
especialmente condicionado por la enseñanza escolar, la del hogar y de la
calle, para ser puramente estúpido, resentido,
materialista, egoísta, vanidoso, sicótico, vicioso,
o malvado?
DE LAS
CONSECUENCIAS.— 13 Casi concluía la redacción de este libro, cuando casualmente
me encontré con una exvecina de la casa en que me
crié. Entre sus novedades me contó que se
había separado de su esposo al poco tiempo que yo me fui
del barrio. Que su hija se había recibido de abogada, y
que le iba excelente; y que su hijo (año y medio menor que
su hija) había tenido que arrancar del país a causa
de problemas económicos. Que actualmente él
residía en Argentina, trabajando sólo para pagar
—a duras penas— las deudas contraídas en
Chile, y que a causa de una depresión reactiva
había intentado suicidarse. Le manifesté mi gran
sorpresa, puesto que a su hijo yo lo recordaba como a un
niño estudioso y demasiado inteligente, además de
equilibrado.
De inmediato me
aclaró que tras su separación matrimonial llegaron
los problemas económicos. Que su hijo tuvo que abandonar
el segundo año de medicina, para
hacerse cargo del negocio que el padre les había dejado;
pues, había que seguir pagando la carrera de la hija.
Argumentó que a las niñas había que
reforzarlas más para que puedan ganarse la vida y no ser
unas dependientes sin oficio, como era el caso de
ella.
14 En
consecuencia, resulta obvio deducir que la solidaridad
genérica femenina es determinante en el éxito
estudiantil de un creciente número de mujeres. Sumado a
esto los resquemores de la esposa fracasada y vengativa, que ve
en su propio hijo la reeditada imagen negativa del que fue su
marido, o su pareja. Todas estas causales son factores
determinantes en la deserción estudiantil de un creciente
número de jóvenes varones.
15 En estos
casos el axioma sería: a mayor cantidad de separaciones o
divorcios, mayor cantidad de profesionales femeninas exitosas, y
mayor también la cantidad de parias, delincuentes, locos,
y suicidas varones.
16 A modo
de información: el indicador mundial de
suicidios revela que, en la actualidad, por cada mujer suicida,
se suicidan seis varones; y la tendencia divergente va en
aumento. Por desgracia este tipo de información
sólo se maneja a nivel de gobiernos y de especialistas en
la materia, que
no saben qué más hacer para evitar la alarma
pública.
17 Resulta
perturbador constatar que, a consecuencia de la involución
cultural de muchos varones, y de la escalada "cultural"
feminista, algunos sicólogos clínicos
norteamericanos —como Connell Cowan y Melvyn Kinder, en su
libro «Bellas, inteligentes… y solas»— a sus
lectoras les recomiendan ser madres espartanas, frías y
duras con sus hijos. Parte del texto dice:
"Una mujer tiene un papel poderoso y central en la vida de un
niño. Él está unido a ella y, sin embargo, a
la larga debe aprender a disociarse de ella a fin de
desarrollarse y definirse como varón y, en última
instancia, como hombre. Si los niños no hacen esa
separación, pueden confundirse y volverse inseguros en su
identidad
sexual". Este alcance me parece peligroso por lo incompleto e
incierto. Además, ellos se contradicen al expresar lo
siguiente: "… aun los hombres adultos llevan dentro de
sí mismos un anhelo de abrazar y ser abrazados por aquella
amorosa figura materna, un anhelo que, a menudo se expresa en
momentos de gran peligro….. Un conmovedor ejemplo de la
profundidad de ese anhelo puede verse en los hombres que, de
manera casi refleja gritan ‘¡Madre!’ cuando
caen heridos en el campo de batalla".
DE LA
DISOCIACIÓN.— 18 Estos consejos, ejemplos y
discursos
doctorales cubren sólo parte del evento y de su verdadera
dimensión; puesto que, en el largo plazo
prevalecerá la carencia, la incertidumbre y el
resentimiento en el cerebro del niño y del hombre; pero,
nunca así en su corazón. Esta impasse
—post disociación materna— entre intelecto y
emoción, suele llevar al niño o al hombre, a sufrir
depresiones profundas durante toda su vida si, además no
ha tenido a su lado una figura paterna, a ese gigante de
espíritu, que lo compense y que, alzándolo sobre
sus hombros lo rescate de su abandono e incertidumbre, y
así lo ayude a alcanzar la madurez, el equilibrio y
la seguridad indispensables para sortear en forma positiva la
disociación materna… y, posiblemente a futuro, a la
disociación de su polola, de su esposa o
pareja.
Ya en la adultez,
esta disociación y sus consecuentes resentimientos e
incertidumbres masculinas se proyectan negativamente a toda
relación del hombre, con la mujer. Pues nada me
extraña que Cowan y Kinder se solacen aconsejando a sus
lectoras cometer sin tapujos ni rodeos, aberraciones como: "La
incertidumbre también da resultados con los hombres. Por
ejemplo, una mujer que cancela una cita con un hombre un par de
veces o vuelve tarde a casa sin dar muchas explicaciones lo
volverá absolutamente loco.
La incertidumbre
que esa actitud
estimula en él lo motivará para volver a embarcarse
en aventuras románticas". 19 Lo que estos y otros
malabaristas del alma olvidan es que toda manipulación de
la misma es inmoral y tiene el más elevado costo para la
humanidad (tiranías conceptuales).
20 Si bien
sus consejos pueden alcanzar el objetivo
inmediato, al mediano y largo plazo prevalecerá la
desconfianza y el resentimiento en el cerebro del varón.
21 Conviene recordar que la confianza es igual a la
virginidad: se pierde una sola vez.
22
Además al publicarse exhortaciones de este tipo, queda en
evidencia que algunos profesionales aprovechan sus prestigiosos
títulos y el descalabro actual de la pareja, para escribir
y vender libros insufladores del ego femenino y, en particular el
de esas "súper" madres que ofician de padres y madres en
los hogares ultra modernos, promovidos por los medios de
difusión, y sobreprotegidos por la ley de los
hombres.
¿En
qué podemos cambiar los hombres, para ser menos criticados
y mejor tratados, por las
mujeres? Acaso ¿así podemos cambiar para
mejor?
23
«Mi primera sugerencia, querido amigo, es tener siempre
presente que, por muy confiable, inteligente, cariñoso y
trabajador que seas, en cualquier momento puedes ser rechazado a
causa de supuestos defectos, por mujeres que se
apresurarán a criticarte, boicoteando así,
relaciones prometedoras. Relegándote, incluso, a un plano
de cuasi interdicción, al mismo que podrías llegar
a inclinarte, sin darte cuenta.»
24 Es
verdad, ya son muchas las féminas que no se perciben a
sí mismas como excesivamente críticas, sino,
más bien, como mujeres que saben lo que quieren. 25
Son parte de los efectos de esa andanada de libros, revistas,
artículos y declaraciones dirigidas a ellas, y que, en su
intermediación buscan desprestigiar, acosar, socavar y
aniquilar el alma del varón. 26 Además,
importantes medios de
comunicación ya están convirtiéndose en
cómplices desvergonzados de este verdadero
marketing de exageraciones y difamaciones calumniosas
"vindicativas"; obstruyendo de paso y en forma soterrada y
cobarde, toda posibilidad de justa defensa propia por parte del
varón.
DEL INCONCIENTE
COLECTIVO
27 Y cuando
hablamos de la genuina y respetable problemática femenina
—que es muy inquietante, tal como ya veremos— se
produce de inmediato una sorprendente confusión y
finalmente terminamos hablando de la muy particular
problemática de esta mujer extraña y fria, Pandora
Siglo XXI.
28
Así ocurre que ya se publican, por ejemplo, entre otras
argumentaciones: que las mujeres son discriminadas y reprimidas
por los hombres. Que hombres y mujeres son iguales. Que las
mujeres son superiores a los hombres. Que al machismo se le opone
el feminismo. Que
existe guerra declarada entre hombres y mujeres. Que a los
hombres hay que educarlos según el criterio de las
mujeres.
29 Respecto
de esto último, un mensaje revelador: Marlene Dietrich
después de interpretar a Lola en el pandórico
film «El ángel azul», ya
advertía: "La mayoría de las mujeres parten con la
idea de cambiar a un hombre, y cuando lo han conseguido, no les
gusta" En medio de tanta contradicción ¿qué
está ocurriendo en la práctica con estas ideas y
creencias? Es lo que intentaremos dilucidar a pesar de la
arremetida feminista destinada a ahondar, aun más, la
inconciencia colectiva para que ésta sea un "vegetal, que
‘vive’, pero nada sabe de sus actividades vitales"
Walter Brugger (Diccionario de
Filosofía).También surge otro problema
adicional.
30 Una
denuncia que intenta ser honesta, limpia de eufemismos, como la
presente, se debilita si se apoya en historias domésticas,
cotidianas y archiconocidas; porque, lamentablemente han sido
sobre explotadas por la crónica sensacionalista y las
teleseries cebolleras, y resultan ya incapaces de conmover, de
producir la menor inquietud o sorpresa, aunque ello sí
resulte sorprendente e injustificado desde el punto de vista de
la razón, de los sentimientos, de los acontecimientos, y
del instinto de conservación. ¡Qué
situación más extraña!
¿Verdad?
31 Da para
pensar y creer que tenemos el alma dopada, anestesiada
¿Nos están destruyendo, y no nos damos
cuenta…?
Por tal
razón evitaré en lo posible referirme a vivencias
personales o ajenas porque ello —lejos de apoyar
importantes y legítimas causas y denuncias— en la
práctica resultarán sólo curiosidades
anecdóticas e inútiles y, ambos, tú y yo, no
estamos para perder tiempo en parábolas, articulillos,
crónicas rojas y, menos aun, en guerras de
injurias, tampoco en entretenimiento morboso. 32 Pero, lo
más difícil será crear conciencia cabal y
plena de qué tipo de artefacto es Pandora Siglo XXI, y
cómo funciona, sin incurrir en una pura caricatura
chocante que eche por tierra todo esfuerzo por intentar
desbaratar una conspiración que tendría por
objetivo final: la destrucción de la Humanidad.
33
Acción planeada quizás en algún punto del
espacio exterior, como ya dijimos; o de otro origen impensado, y
cuyo final se perfila como una monstruosidad imposible de ser
cometida por seres humanos… en contra de seres
humanos.
34 Desde
esta perspectiva, Pandora actúa tal cual agente creado
exclusivamente para obedecer, sin conciencia propia; un
no-persona; más bien un instrumento inextricable,
diseñado, fabricado y programado por una inteligencia
no-humana, en las maestranzas de un Universo muy diferente al
nuestro.
Estas son todas
apreciaciones sustentables a al luz de hechos concretos, actuales
y, por muchos de nosotros, identificables e investigables para
beneficio de la verdad. Aunque el célebre escritor y
pintor, Santiago Rusiñol, sentenció: "Quienes
buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla". Al menos,
yo… prefiero ese castigo.
35 A este
nuevo espécimen de "mujer", Pandora —respaldado,
alentado y celebrado por vigorosos movimientos feministas, por
gobernantes plagarios, y por personas inconscientes, degeneradas,
equivocadas, resentidas, llenas de odio y violencia— me voy
a referir en este breve tratado fundamental.
3
Las maniobras
son amenazas; quien parece más amenazador
gana.
Ardant Du
Picq
No podemos
enfrentar el mal —si queremos incorporarlo
positivamente— sólo con la razón o
sólo con la pasión; es imposible. La primera para
ser creadora y eficaz, sobre todo ante lo difícil, tiene
que ser apasionada y a su vez la pasión tiene que ser
clarificada por la luz de la razón. El dinamismo pasional
es positivo si se lanza a disminuir el mal o a multiplicar el
bien.
José
María Arnaiz
1 Antes de
entrar de lleno al contenido esencial de este tratado
fundamental, reconozco que la ortodoxia literaria y
comunicacional recomendaba —precisamente en este
punto— una introducción más o menos extensa,
suavizante diría yo. Pero mi objetivo no es ofrecer una
obra esencialmente literaria, ni siquiera formal, sino una
poderosa inquietud personal nacida a fines de 1989 por
consecuencia de los apasionados y reveladores debates en torno al
feminismo y al machismo, surgidos en el grupo de estudios
filosóficos del que fui miembro durante largos
años. 2 También debo reconocer en mí
la influencia del magistral decálogo «Cómo
manejarse con las mujeres» del que es autor don Demetrio
Spina D’or, quien me obsequió fotocopia del
manuscrito meses antes de fallecer a la edad de 77 años
(1990)
3 Supongo
importante, quizás indispensable, que el tema aquí
tratado sea expuesto y compartido en la forma más
inmediata, directa y menos eufemística posible; lo que
hace que este libro pudiera resultar nada ortodoxo y, para
ciertos criterios, un poco fuerte, difícil de
ingerir.
DE DEBERES Y
RESPONSABILIDADES
4
Abstrayéndonos de la aparente culpabilidad o
inocencia que le pueda caber a ciertas mujeres en la crisis
actual de la pareja y de la familia,
los hechos señalan la necesidad imperiosa de abordar el
tema con una propuesta diferente y escasamente considerada: una
nueva propuesta masculina, y no únicamente la mía
que puede resultar siempre incompleta dado lo inagotable y
complejo del tema. Y, además, no me siento depositario de
ninguna verdad absoluta.
5 En tal
caso: ni tú, y ningún otro hombre debería
restarse al esfuerzo de investigar, pensar, proponer e intentar
conseguir una mejor relación en la pareja humana y, de tal
modo, beneficiar efectivamente a quienes necesitan y merecen
nuestros mejores esfuerzos: nuestros hijos menores.
6 Este
llamado va especialmente dirigido a aquellos padres
tímidos, sufrientes y desorientados; a los que han
preferido hasta ahora ignorar o evitar esta realidad innegable,
por incomprensible, insufrible o incontrolable; y a aquellos que
imaginan flotar sobre ésta; para que todos ellos
despierten, piensen, tomen valor y se
posicionen… si les es posible. Tal vez "Puedes abstenerte de
los sufrimientos del mundo, pues es algo que estás en
libertad de
hacer y, armonizar con tu naturaleza, pero quizás y
precisamente, esta abstención es el único
sufrimiento que serias capaz de evitar" nos dice, Franz
Kafka.
* * *
7
«Si por motivo de alguna relación amorosa
destructiva has llegado a la secreta convicción de que
ésta constituye el peor peligro al que el varón
puede enfrentarse, es muy probable que sea por culpa de una mala
mujer.
8 En
primer término: tu deber de hombre cabal es terminar toda
relación destructiva, lo antes posible, y jamás
permitirte dejarla siquiera a nivel de amistad.
Más bien, extírpala de tu vida. 9 En el
posible caso que se trate del rompimiento de una relación
amorosa obsesiva y, pasado cierto tiempo, la mujer te buscara,
deberías decirle —clara y
enfáticamente— que se olvide de ti, que ya no te
interesa saber más de ella. De este modo la perversa
captará una firme, liberadora e imprescindible
decisión de tu parte; porque, si la perversa se siente,
aunque sea un mínimo, segura de tu ciego amor por ella o
de tus dudas, ella insistirá, pues es muy probable que se
niegue a perderte mientras vivas.
10 Pues
todo cuanto ansía es sacar de ti el máximo
provecho. De tal modo, y dada la existencia de un compulsivo
egoísmo en ella —el que es el leitmotiv de su
accionar y existencia—, al ver perdidos sin vuelta sus
enclaves afectivos, influencias, ganancias y ventajas, lo
más probable es que desista en su empeño y te deje,
al fin, ir en paz.
11
Luego, podrás buscar concienzudamente por compañera
a una mujer de verdad, a una mujer divina con la que sientan ese
amor bueno y bello que inflame tu alma de energías
positivas, confianza y felicidad duradera, para proseguir juntos
la maravillosa experiencia de estructurar una familia sana y
dichosa».
12
Lamentablemente esta liberación se ve entorpecida por
nuestra supina ignorancia en materia de mujeres, lo que hace
indispensable conocerlas aunque sea un poco.
DEL
SUFRIMIENTO.— 13 «Si eres del tipo de
hombre que gusta de las relaciones peligrosas y de las emociones
angustiantes y estresantes (síndrome de James
Bond), con la mujer destructiva estas emociones insanas
estarán mejor garantizadas que los automóviles
nuevos y de marca ¿Por
qué?
14
Porque el amor de pareja implica una enajenación involuntaria de cada cual al
otro, en la que nadie está libre de caer o recaer y quedar
—por algún momento— emocionalmente escarnecido
y desprotegido. Luego, de ahí a convertirse en sujeto de
relación patológica media sólo un corto
tramo cuando la mujer es destructiva».
15 Dicha
relación patológica y disolutoria, es la primera
gran causa de la desgracia, del sufrimiento y violencia humanas
—especialmente conyugal e intrafamiliar— que tanto
preocupa en el presente a sociólogos, sicólogos,
legisladores, clérigos y gobernantes a granel.
DE LAS
PASIONES.— 16 Hurgando en la escasa literatura que
pretende arrojarnos luz sobre estas materias, encontré
un ensayo de
Claudio Salvatore, titulado «La conquista de la
mujer». En él podemos apreciar una brillante gama de
axiomas que enseñan cómo efectuar una
elección casi científica de la compañera
ideal. Sin embargo y a mi modo de ver, Claudio evita gran parte
de la irracionalidad, ingobernabilidad y explosividad de las
incontenibles pasiones involucradas en el amor; las que a la
postre son los fieros arrecifes donde suelen estrellarse y
naufragar las conclusiones y medidas salvadoras más
empíricas. "El amor no es un mero sentimiento de deleite",
advierte en otro ámbito, Walter Brugger. El amor suele ser
bálsamo o veneno y, además —si no lo
conocemos en algún grado de profundidad—
podría ser sólo locura.
17 Una
primera observación preliminar se desprende de lo
que hasta aquí hemos avanzado: enamorarse, puede —la
mayoría de las veces— no ser un ejercicio de
elecciones y decisiones lógicas y felices, ni siquiera de
oportunidades buscadas y encontradas. Por el contrario, cuando
llega, suele hacerlo en forma subrepticia, con vehemencia; y lo
hace infringiendo toda voluntad, predisposición y lógica.
Del modo que ocurre en la pasión amorosa, las feromonas
son incontrolables; y las neurotrofinas, aun
más.
18 El buen
gusto, la diplomacia, la lógica, la educación, la
fe, la reflexión, el método, la
justicia, el libre albedrío y todo aquello que la
razón acepta y entiende por bueno e indispensable, en los
trances pasionales pueden volverse francamente risibles. Tal como
Robert M. Hutchins escribe en el corto satírico
«Zuckerkandel»: "Cuando el pene se para, la
razón salta por la ventana".
DE LA SIMULACIÓN.— 19 Un segundo
punto débil importante atañe a nuestra excesiva
pasión y credulidad en materia de amores, especialmente
cuando media un compromiso. Por tal motivo resulta inconveniente
tomar en serio y creer en las promesas de Pandora. Ella sabe
fingir y mentir con destreza insuperable: es su arte
congénito magistral expresado en la manipulación
que ella hace de nuestras almas en volandas y de nuestros
cerebros soñadores. 20 Puede ser que en algunas
ocasiones diga la verdad y no finja en absoluto. A cambio en
otras, prometerá o jurará hacer o no hacer cosas
que olvidará en los minutos siguientes a consecuencia de
su amnesia acomodaticia, de la que se queja amargamente para no
despertar nuestras sospechas.
21 Para
ella, el propio juramento sagrado y la propia palabra
empeñada, carecen de todo valor —salvo como recurso
de engaño—, de modo tal que todo, y según su
conveniencia, ocurrirá en forma opuesta a lo jurado o
prometido. En cambio y por el contrario, la mujer sana no finge
ni miente, porque sabe que sólo la verdad y la
sinceridad ciertamente la protegen del mal y del error; propios y
ajenos.
DEL
AUTOENGAÑO.— 22 Una tercera observación
importante: la confianza en sí mismo, si carece de un
mínimo conocimiento
de la
personalidad de Pandora, podría resultar otra
desastrosa y ridícula vanidad. 23 Y un mensaje, a
mi parecer, importantísimo:
«Creerte
poseedor de encantos o atributos exclusivos que puedan doblegar a
la mujer impía, volverla más dúctil, para
luego modelarla a tu manera, es la creencia de más alto
riesgo. Pues
ella está acostumbrada por milenios, a convencer y hacer
creer este cuento a todo
hombre que a ella le apetezca.
24
Pronto es un ser que toma iniciativas inimaginables e
instantáneas ante todas las perspectivas que nos brindan
los variopintos paisajes emocionales de esta vida. A modo de
ilustración valga este pequeño
ejemplo: a ella le fascinan tus ojos verdes, se muere en verdad
por ellos y te hace creer que son su acta de rendición,
aunque simultáneamente puede ocurrir que la mano de un
orangután tincudo, o la sonrisa boba de un vecino, o
alguna personalidad
estrafalaria o cualquier atractivo inimaginable la harán
cambiar de actitud hacia ti en forma incomprensible y
sorprendente.
25 Y
para ella resultará ser el epinicio de su
excitación si le sirve para crearte inquietudes
mortificantes y, muy en particular, celos. Sin embargo una mujer
buena sabe que toda forma de agresión sólo genera
más agresión, y que todos los triunfos así
obtenidos, son derrotas, son logros pasajeros, y su costo es el
dolor».
ACLARACIÓN
Amable lector,
hemos entrado en un plano de amistoso, necesario y franco
esclarecimiento y no pretendo desmerecerte ni descalificarte.
26 Puedes ser en verdad superinteligente,
simpático, fino y bien educado, gozar de salud, fama y fortuna. Ser
un Adonis, por añadidura. Mas, Dios quiera que nunca te
engañes con el amor de Pandora. Ya que, como
decíamos, para ella siempre existirá cierto encanto
en otro varón, encanto que tú no posees y ella
ambiciona para sí… y lo va a tomar, o al menos no se
quedará con las ganas. Pandora puede ser hermosa, incluso
inteligente, o fea y llena de defectos, sin embargo igual
perseguirá y conseguirá cazar las piezas que
apetezca, en cualquiera que sea el escenario donde se
desenvuelva.
27 Y de ese
modo sobreponerse transformándose, en su medio social, en
la envidia de las mujeres verdaderas, más bellas,
virtuosas y respetables que ella. Este es el fin último de
su vanidad.
28 Dicho
sea de paso, Pandora las desprecia a todas, y en particular a las
que tengan algún parecido con la Mujer de Dios; ya que
para ella, las de este tipo son "las tontas que sólo
sirven para lavar, barrer, cocinar y limpiar el trasero a sus
hijos"; o bien, son "las brutas que por falta de autoestima se
entregan por esclavas a sus parejas machistas, y a sus hijos
tiranos". Sin embargo, sin titubear, Pandora es capaz de
levantarles pololos y maridos —machistas, o gomas— a
sus amigas, a sus vecinas, a sus compañeras de trabajo y a
sus propias hermanas, para autoconfirmar su total
supremacía sobre el género.
29 Eso
sí, ella necesita a todas las otras mujeres, en cuanto las
mismas la consideran ejemplo y líder
de libertad y modernidad, y
pronto le brindan todo tipo de apoyo, servicio y elogios a modo
de reconocimiento, fortaleciendo su egolatría a toda
prueba que es la recia piedra angular a la que se aferra su
espíritu esquelético. A veces llega al extremo de
utilizar a sus parientes, amigas, vecinas y compañeras, a
modo de tías alcahuetas, endosándoles sus hijos
menores cuando se va al carrete con los novios o maridos de
ellas.
30 Y en
este orden de deslealtades, un dato a considerar: el
miércoles 20 de noviembre
de 1996, en el programa «
De Pé…a…Pá» que trasmite TVN, el
prestigiado investigador privado Dante Yutronic aseguró
que —en la actualidad— la infidelidad femenina es
mayor que la masculina. No obstante esta "sorprendente"
información, la mujer auténtica y sana aun
constituye mayoría. Permanece fiel a sí misma, y
sólo permite para ella relaciones impecables.
DE LA
CACERÍA.— 31 Como las piezas de caza mayor, por
muy importantes superhombres que ellos sean, suelen terminar
aburriendo a la diva de esta obra; es peligroso imaginar aunque
sea por un instante, que ella pudiera ser confiable en
algún momento o aspecto. Peor todavía
tratándose de asuntos morales y emocionales. Ella es, en
esencia, sólo una experta cazadora de hombres… y nada
más, y nada menos.
32 Su
técnica la emplea sin escrúpulos en el coto de caza
ideal que es cabalmente el jaleo y —en forma
ocasional— en ambientes formales cuando lo que busca es
algo más serio como, por ejemplo: cazar un esposo. El
mejor momento para observarla y conocerla de verdad es en medio
de la parranda, ojalá en un trasnoche a media luz con
bastante música ad hoc
y tragos de todos los calibres, que ayuden a derribar las
barreras de la zarandeada moralidad y
dejen a flor de piel los bajos
impulsos. Antes de seguir con este tema, acéptame una
breve digresión.
33 La
mayoría de los hombres solemos ser rigurosos y bastante
puritanos aunque simulemos lo contrario a fin de parecer
mundanos, todo esto a consecuencia de la educación
hipocritizadora. Pandora bien lo sabe porque ella es nuestra
maestra.
34
Más adelante, desplegando su magistral arte del acecho
—tan bien descrito por Cathy Hopkins en su libro
«Cómo cazar al hombre deseado y disfrutarlo mientras
sirva»— ella observa y repara en todo cuanto hacemos
y decimos mientras se esconde tras su careta de dama compuesta y
simpática, la misma que lanza tan lejos como pueda cuando
el relajo alcanza su clímax y todos nos mostramos
permisivos, revoltosos y galantes. Sobre todo si bebemos
más de la cuenta y dejamos escapar anécdotas
divertidas, aquellas de doble sentido que tanto llaman la
atención a los oídos alertas de las
"mosquitas muertas", y ¿por qué no de las
más bullangueras? Ten por seguro que alguna
de ellas es la dama que buscamos identificar… y conocer aunque
sea un poco.
35 En tales
situaciones tú estás, prácticamente, en un
coto de caza frenético, alienante. Todos buscan en el
estruendo, el alcohol y la
droga un efecto desquiciante o un mazazo para aturdirse; vale
decir: romper la rutina, desinhibirse, zafarse del stress
y borrar de una "pitiada" los pensamientos agobiantes. La
misión siguiente puede ser: escapar hacia un lugar
más íntimo con algún trofeo carnal que
podría ser tan sólo imaginario y efímero,
tanto como su evasión. Lo que casi nadie sabe es que
ése es el tobogán que conduce raudo, cuan flecha de
Cupido, hacia la trampa de Pandora, doctorada en estas
materias.
36 Durante
esta exploración inicial, o mejor dicho en esta parte
inicial de los sondeos, la personalidad de un hombre duro y
autosuficiente no la atraerá; ella sabe que ese tipo de
sujeto es incompatible con su afán de dominar sin
contrapeso y explotar sin limitaciones.
37 En medio
de esta jungla bacanal, aquel lobo solitario que permanece
silente escrutando desde un rincón, tampoco es muy
atractivo para Pandora. Ella tiene dos sospechas acerca de
él. Una: ¿acaso será un seductor? Cuento ya
repetido; ella no es ingenua y no lo va a pescar por
considerarlo: afectado, engreído y ambiguo; a no ser que
prefiera propinarle algún escarmiento. Dos: tal vez sea
otro tipo difícil; un cacho desbordante de fallas,
problemas y trancas; un latoso, un anémico al que es mejor
ignorar.
38 Ella
ansía una pieza vibrante, vital, energética pero
fácil, dispuesta a entregársele sin mayor
trámite ni complicaciones. Su tiempo y esfuerzo son
oro y esa
noche no los va a desperdiciar. Amable lector: ¿quieres
probar?
39 Vete a
la farra y sácate el caballero seriote y medio acartonado
que llevas encima, "libérate", hazte el volado o el
chispeado, o ambas cosas, y lánzate a bailar con todas.
Bromea, cuenta chistes
subiditos de tono, muéstrate bien alegre con
energía derrochadora y diles a todas que son encantadoras.
¡Cuidado, nada en exceso que las asuste!
40 Observa
cuáles son aquellas que te ligan más y haz tu
elección que, a decir verdad, no es tan tuya tal cual
parece. Pronto verás un conjunto deslumbrante de actitudes
sugestivas que te harán enloquecer: miradas fugaces que
ahora se han vuelto mucho más íntimas; labios que
se entreabren y humedecen; pupilas dilatadas y mejillas
encendidas, enmarcadas por cabelleras sedosas cuyas dueñas
acarician con letargo; sacudones de cabeza echando el pelo hacia
atrás; yemas de dedos estilizados deslizándose por
los tallos de las copas, o jugueteando con cigarrillos y otros
objetos cilíndricos; piernas inquietas se cruzan y
descruzan ante ti; zapatos de tacones se calzan y descalzan
sujetos a las puntas de pieces menudos; ondulaciones de caderas,
senos palpitantes; derramamiento "accidental" de un poco de pisco
en tu chaqueta; dedos con uñas carmesí arreglando
amorosamente tu corbata o el cuello de tu camisa. Uno de los
elegidos fuiste tú.
41 Luego
—y al igual que en la carrera de espermatozoides—
deberás lanzarte al objetivo, a toda velocidad, ya
que una vacilación tuya permitiría a los otros
postulantes adelantarse y, de paso, condenarte a morder el polvo
de la derrota.
42
Así —y si todo te sale "bien"— esa
mañana despertarás acompañado. A tu lado, y
tal cual Dios la echó al mundo, hallarás a la
señorita o señora Pandora, espectadora y
alerta.
DEL TOMAR
CONCIENCIA.— 43 Esta experiencia brevemente antes
descrita, que en circunstancias accidentales podría darte
la sensación de ser tú un don Juan victorioso, es
bastante común y es en extremo arriesgada si ignoras el
trasfondo de lo que allí está ocurriendo. Es muy
posible que semejante vivencia no la quieras intentar
jamás, aunque Pandora ya esté rondándote o,
peor aun, ya te tenga listo, aunque sea en su mente, para la
licencia matrimonial.
44
«Detrás del maquillaje, los perfumes, el
vestuario, los ademanes cautivantes y la sensualidad
estereotipada y a veces vulgar, todo cuanto ella dice y hace,
lejos y más allá aun de ser manifestaciones de
falsa empatía son, además, artimañas
brujeriles para conducirte de rodillas a la jaula en la que ella
te quiere encerrar. A continuación verás al
revés todo aquello que de la engañadora te
cautivó en forma tan sorprendente. A partir de allí
tu vida al lado de ella será una secuencia continua de
sorpresas ingratas.
45 Ponte
en guardia cuando ella te ofrezca ayuda y obsequios; pues casi
siempre se trata de: comprarte, debilitar tu autoestima, crear
dependencias, sentar supremacía, subordinarte y luego
explotarte a piacere.
46 Si
por ventura no sabes o tienes medio confusa tu situación
junto a ella, sería muy bueno para ti ocuparte un poco en
saber sobre el tema y así aminorar el riesgo de
transformarte en un eventual y resentido misógino asesino,
como Enrique VIII, a consecuencia de brutales desencantos. O a
creer que Jack, el destripador, tenía una
‘interesante’ misión de
vida.
47 Si
por accidente ya estás enamorado de una perversa
—sin retorno posible— quiero mostrarte a lo que
estás expuesto, lo que te servirá bastante en los
momentos críticos que se te
avecinan».
Pero, tal cual
señala el General Sun-Tzu: "Si conocemos al enemigo y a
nosotros mismos, no debemos temer a los resultados de cien
combates. Si conocemos al enemigo y no a nosotros mismos, por
cada victoria sufriremos una derrota. Si no conocemos al enemigo
ni a nosotros mismos, sucumbiremos en todas las
batallas".
«Por lo
mismo debo centrar mi esfuerzo en hacerte ver quienes somos los
unos y los otros, antes de que te comprometas afectivamente.
48 Toda vez que sufras ataques de autoconfianza, otro
asunto fundamental debes tener presente: jamás
podrás pasar a mandar en el juego de una
mujer manipuladora. Sin embargo, conociendo sus estrategias, al
menos tendrás la oportunidad de ver los hilos que pretende
ponerte ella para transformarte en su títere de turno, y
después intentar cortarlos».
DE LA
SEDUCCIÓN.— 49 Detrás de la antes citada
caída de caretas, sucede algo muy extraño: el lenguaje y
modales de nuestra "heroína" lo lleva a uno a aceptar
—graciosamente— su vocabulario soez y ese trato medio
négligé matizado con desdenes que aparece en
los tanteos iniciales de toda buena Pandora, y ello es paradojal,
pues pareciera ser que toda esta levedad y trasgresión
morales a nosotros nos pasan desapercibidas, posiblemente a causa
de ese velo magnético con que los dioses ataviaron a
Pandora, el que además le sirve para adormecer
—dulcemente y amorosamente— la conciencia de sus
futuras víctimas antes de atraparlas olímpicamente.
En este punto existe algo similar al canto de las sirenas de
Ulises, sólo que el mítico navegante sabía
cómo proceder para evitar acudir al fatal canturreo
seductor, en cambio tú lo ignoras.
50 A
nosotros, los prejuicios, tradiciones y —hasta cierto
punto— la experiencia, nos hacen creer que el lenguaje
antiacadémico y el trato rudo son exclusivos de hombres de
mala catadura que frecuentan cantinas y burdeles, donde se habla
desde la cintura para abajo y todos terminan —entre
excesos— sumidos cada vez más en un submundo donde
la espiritualidad humana desaparece y surge la bestia en toda su
degradación. 51 Esos lugares y esos hombres son
mirados con desprecio y considerados como genuina
expresión de brutalidad, constituyendo parte importante de
la creciente y todopoderosa plaga social. Sin embargo,
también resulta paradójico y curioso que a nadie le
llame la atención que en casi todas las reuniones sociales
—hasta en las más cultas y empingorotadas— sea
bienvenida Pandora, la que llevará la batuta de estos
mismos criticados excesos sin que alguien emprenda acción
destinada a ponerla en su lugar o, peor aun, sin que alguien se
preocupe del hecho, incluso aceptándolo como natural y,
hasta simpático.
52
«Si pretendes caer bien en algún evento social,
jamás pretendas disputarle a una desfachatada su grotesco
privilegio coprolálico-seductor. Menos aun volverte
moralista, porque la situación se te hará
difícil y puedes ser obligado a abandonar la fiesta en
forma violenta, quizás por una ventana. Recuérdalo:
la delicadeza auténtica en la graciosa desfachatada, no
existe en ninguna parte de su ser; excepto la que ella impone y
exige de ti, para sí misma.
53
A la inversa de la natural delicadeza del hombre común,
al menos con respecto de las damas, la desfachatada debe hacer
esfuerzos antinaturales formidables por mantenerse dentro de las
normas de
conducta ante
familiares y personas recién conocidas. Si bien es mal
visto en reuniones beber hasta embriagarse, para la desfachatada
bebedora es un simple prejuicio.
Siempre habrá algún caballero —tal vez
tú— dispuesto a apoyarla y atenderla durante la
velada, para luego llevarla en vilo a casa —la tuya o la de
ella da lo mismo—, ayudarla a desmaquillarse, asearse,
desnudarse y, finalmente, cometer esa fornicación impropia
de un buen galán conquistador, a la que fuiste ladinamente
inducido, y de la que después te
arrepentirás».
4
Cada
mañana en la jungla, una gacela despierta, ella sabe que
debe correr más rápido que el tigre o él se
la comerá.
Cada
mañana en la jungla, un tigre despierta, el sabe que debe
correr más rápido que la gacela o pasará
hambre.
No importa si
usted es un tigre o una gacela: cuando amanezca, usted debe ser
mejor en la carrera.
Texto sacado de un
seminario de
ICARE-ADIMARK
DE LAS
ESTRATEGIAS.— 1 «En consecuencia, te
recomiendo evitar ser amable con la desfachatada —si ya la
has descubierto— porque ella, equívoca y
tendenciosamente, entenderá tu amabilidad como
señal de debilidad y propensión al servilismo, o
bien como una obligación a la que no podrás fallar
ni con el pensamiento si
no deseas sufrir represalias. 2 Lo conveniente e ideal es
que jamás sigas los juegos de la
desfachatada. Un caso frecuente: por ningún motivo aceptes
que ella te fije horarios y lugares para los encuentros, esto es
parte del primer examen serio a tu docilidad, para el proceso de
manipulación constante del que posteriormente la descarada
te hará objeto.
3 En
reciprocidad: resulta fundamental e imprescindible actuar con
conocimiento de estas materias si quieres evitar partir en
bancarrota y, así, brindarte a ti mismo la ocasión
de ganarle al menos una mano del póquer pasional que a la
desfachatada manipuladora tanto le fascina ¿Cómo?
Simple; podrías decirle con voz segura: "quiero verte tal
día, a tal hora, en tal lugar…" A continuación lo
mejor sería que la plantes y luego esperes a que ella te
llame pidiéndote explicaciones. En tal caso, jamás
se las des; hazte el olvidadizo.
Esta actitud u
otras similares pudieran parecerte risiblemente infantiles, y con
razón; pero son tonificantes, certeras y útiles si
las incorporas a tu personalidad, a fin de ejercer control sobre tus
generosos impulsos, ejercitar tu voluntad y, de paso, dejar en
evidencia que no eres vulnerable, ni un cerco tendido al que se
sobrepasa fácil y sin mediar esfuerzo alguno. He de
advertirte que correrás riesgos. Lo más seguro es
que tal actitud llevará a esta manipuladora a adoptar una
de dos decisiones. La primera: olvidarse de ti por inaccesible y
presa difícil; lo que sería tu salvación
más segura. La segunda: fingir tolerancia, para
luego con otra estrategia
efectuar un asalto fulminante al interior de tu alma y, de tal
modo, posesionarse definitivamente de los comandos
síquicos (emotivo, volitivo, intelectivo) que
operan tu ya menoscabado ser. 4 La manipuladora
usará toda clase de sutilezas y triquiñuelas con el
propósito de provocarte quiebres emocionales que le
permitan identificar tus puntos débiles.
Todo esto
será buenísimo para ti, siempre que puedas llegar a
percibir —en vivo y directamente— los intereses que
la mueven y de este modo desenmascararla y desilusionarte a
tiempo. ¡Arrancar a 100 puede ser lento! Se han visto
tigresas correr a la velocidad de un Porsche. 5 Ahora, si
ella decide olvidarte, ojalá también te olvides de
ella para siempre, porque en el momento en que tu impulso te
traicione y reincidas, la manipuladora ahora sí te
transformará en monigote, al que explotará y
martirizará hasta aniquilarlo o, muy probablemente, hasta
que ella se aburra y decida cambiarte por otro más
útil, entretenido y resistente».
6 La autora
Cathy Hopkins, en su libro antes citado, recomienda a las hijas
de Eva tener —para el caso recién expuesto por
Franco— bastante cautela y un poco de compasión.
Ella dice, expresamente: "Sin embargo, recuerda que si has
conocido a otro y decides contarle la verdad al que pronto
será tu ex, es probable que unos extraños rumores
empiecen a circular sobre ti (quería el dinero,
zorra, frígida, posesiva…), así que dile algo que
pueda contar a sus amigos para salvar el tipo y tu
reputación" ¿Qué tal?.
DEL
NARCISISMO.— 7 El pueril narcisismo —contagiado y
desarrollado en nuestra niñez, por Pandora— es el
piso movedizo que suele dejarnos en mal pie con demasiada
frecuencia ante ella misma ¡Qué lindo el
niño! ¡Dios lo guarde! ¡Qué
simpático es! ¡Qué sonrisa tierna!
¡Igual al papá! ¡Va a ser el chiche de todas
las niñas! ¡Uy, si me lo comería! ¡Ven
mi rey, quiero presentarte a mi hijita Pandorita!
Yo, desde estas
páginas envío, a todo niño, a todo
párvulo, un: ¡Dios te ampare, hijo! Porque la vida
inocente es permeable a todas las fantasías… y a todas
las adulaciones. Todo niño, antes de aprender a leer,
debería —como en Oriente— aprender a
filosofar; y a saber que sobre todo hijo de la Tierra pende la
espada de Damocles, sin distingos de edades ¿O existe una
edad más adulta para conocer verdades
salvadoras?
8 Si por
ventura llegas a creerte irresistible, tremendo de afortunado en
el amor y sientes, incluso, desprecio por otros que supuestamente
no lo son, puedes equivocarte de manera rotunda. Lo más
probable es que, sin darte cuenta, tú seas de los
amaestrados y malacostumbrados a tragar todos los anzuelos que
Pandora va lanzando por doquiera que vaya, tanto para "agarrar
gallo", como dice ella, y satisfacer su instinto sexual; de igual
modo para hacer picar a los engreídos, y luego dejarlos a
medio camino con las ganas ardiendo y así insuflarse el
ego encelando a sus parejas. Y, al fin, humillar y adjudicarse
triunfos múltiples en esa su competición con las
mujeres de bien, ya descrito en el capítulo anterior
(vers. 27 al 29) 9 En el fondo, sus ademanes y discursos
lisonjeros, son sólo dos de las muchas cortinas de humo
que esconden sus bellaquerías seudo femeninas.
DE LA
PERTINACIA.— 10«Uno de los asuntos
importantes que, como varón, te diferencian de la
manipuladora, es su inseguridad en
sí misma y su ilimitada capacidad para jugar con los
sentimientos ajenos. Así, ella siempre gana; y aun medio
derrumbada se las arreglará para salir mejor parada que
cualquier varón.
11 Por
la misma razón, la muy desfachatada se permite hablar sin
tapujos sobre sus relaciones íntimas, lo que siempre
despierta una mezcla de admiración, temor, asombro y
envidia, en especial en aquellas mujeres sanas, genuinas y
normales que imaginan —escuchando y observando a la
descarada— que al Paraíso sólo pueden
retornar las vampiresas, las mujeres liberadas de sentimientos
nobles, "las bellas sin alma", como canta, Ricardo Cocciante;
aquellas que jamás se complementan con el varón y
mucho menos respetarlo.
12
Tú, en cambio, siempre noble, demostrarás tu
hombría de bien ante los demás, contando —si
cabe y corresponde— sólo lo bueno y hermoso que te
ocurre junto a ella. Quienes te escuchen y ya sepan lo contado
por la descarada, se morirán de la risa en su interior y,
cuando les vuelvas las espaldas comentarán sobre el
ingenuo y ridículo papel que haces al lado de esa mujer.
Moraleja: nada puede ocurrir entre tú y ella que pueda ser
privado y considerarse secreto, pues aquí se trata, ni
más ni menos que de su currículo propagandístico. Otra
moraleja: es peligroso andar tragando anzuelitos, tanto peor si
después quieres dártelas de pescador
experto.
13 A
propósito, si alguien te dice que la muy desfachatada ya
no siempre anda lanzando anzuelos a diestra y siniestra, puede
que hasta cierto punto tenga razón, lo que se
debería a la instancia en que ella —por edad, la
mayoría de las veces— queda fuera de
circulación en las pistas del sexo y del
corazón, y ello la limita a buscar y utilizar sólo
vínculos y vehículos afectivos de baja
performance. 14 Más no por eso deja de ser muy
veloz a la hora de dar consejitos insidiosos o acelerar a fondo
la perversidad de sus congéneres más jóvenes
e inexpertas; 15 Y si por esas cosas raras de la vida, a
ella se le presenta por fortuna un galán, sale hecha una
bala y es capaz de perder la razón y proceder a todas las
locuras imaginables, sin importarle quien sea el personaje. Casi
le basta con que solamente respire.
16 En
otras instancias más penosas, que sería escarnio
comentar, la perversa se ve impedida a proceder del modo que
quisiera y hasta puede que despierte nuestra compasión.
Pero ¡cuidado! no imagines que el dolor y la
frustración transformarán su esencia. Todo lo
contrario, la fortalecerán. ¡Paradoja! Ella, en su
cristalización errónea extrema, jamás
cambia.»
"El hombre Nº
5 ya es el producto de
una cristalización; ya no puede cambiar continuamente…"
Fragmentos de una Enseñanza Desconocida, de P. D.
Ouspensky. Sobre Ouspensky, y Gurdjieff, solíamos debatir
con mi amigo Franco.
DEL
ADOCTRINAMIENTO.— 17 Un amigo siquiatra, que por
ética
me reservo su nombre, me contó parte de la historia de una
paciente que he querido llamarla: Yenny. Ella es chilena, tiene
42 años, es bonita, inteligente, y profesional
universitaria. Se casó muy joven y muy enamorada, con un
promitente profesional. Tuvieron hijos y todo se daba para que la
vida le sonriera; sin embargo, no fue así;
"inexplicablemente" su matrimonio
fracasó con mucho dolor para ambos.
De hace algunos
años, ella está nuevamente casada, esta vez con un
profesional muy prestigioso y adinerado, un hombre mayor y seguro
de sí mismo, aunque bastante frío como persona,
altanero y egoísta. Y aunque viven en un nivel
socio-económico similar al del jet set
norteamericano, Yenny no pudo enamorarse de él. Ella ahora
lo soporta sólo por temor a perder su status y su
"prestigio"; no obstante ha sabido arreglárselas para que
esta situación no trascienda a los demás, ni ponga
en riesgo su matrimonio.
En los
últimos 18 años, Yenny ha vivido con ataques de
pánico, al borde del suicidio y con visita semanal al
siquiatra. A continuación conoceremos algunos detalles de
lo que fue la posible causa de su desgracia.
FRAGMENTOS DE UNA
ENSEÑANZA NO ESCRITA Y DESCONOCIDA POR EL
VARÓN.
Haciendo
abstracción de otros episodios tristes de la vida de
Jenny, vamos a fijar nuestra atención en un hecho
fundamental que puede enriquecer nuestro conocimiento en
relación al tema: Pandora.
18
Aproximadamente a la edad de 13 años, Yenny comenzó
a ser sistemáticamente concientizada por su madre en
relación a los siguientes temas: amistad, dinero,
pololeo, y en particular… matrimonio.
19 Frases
como las siguientes se grabaron a fuego en la mente de una menor
que no podía ejercer juicio valórico de
ellas.
"Si quieres
pololear, trata de pololear lo más que puedas antes de
casarte". "Debes tomar anticonceptivos, porque los embarazos
podrías frustrar tus proyectos".
"Sé que tu papá te va a restringir las fiestas, y
los permisos para salir con amigos. Yo no quiero que te ocurra lo
que le ocurrió a fulanita que, por lo mismo,
terminó casándose con un don nadie y viviendo puras
frustraciones, miserias y vergüenzas". "Así es que
cuando tu papá te diga que no, tú insístele
delante de mí. El tiene que darte permiso aunque para eso
tengas que ganarlo por cansancio. Que no te deje sin salir, ni
que te fije las 12 como hora de llegada a casa". "Mientras
estés estudiando no debes tomar en serio a ningún
pololo, y menos si son estudiantes, o tipos que ganan poca
plata". "Tienes que tener una buena profesión, para que no
dependas del dinero de los hombres". "Por ningún motivo te
cases con un pobretón, porque sin plata el matrimonio va
al fracaso". "A tu marido, desde un principio debes exigirle un
dinero mensual, fijo y seguro, suficiente para pagar todos los
gastos, y para
que tú puedas ahorrar". "No permitas que tu marido te pida
rendimiento de cuentas del
dinero que te entregue. Él debe acostumbrarse a confiar en
ti". "Que tu marido nunca se acostumbre a que tú lo
sirvas, o que tú hagas las labores de casa; no es para eso
que estas estudiando en un colegio caro". "Desde un principio a
tu marido debes exigirle que pague empleada… y si van a tener
hijos, que también pague niñera". "Tú eres
inteligente, y en todo lo que emprendas tiene que irte bien.
Trabaja fuera de tu casa, así podrás darte el gusto
en todo lo que tú quieras".
"Lo mejor que
puedes hacer es no tener hijos, porque los hijos limitan mucho a
la mujer; ellos quitan mucho tiempo y crean toda clase de
problemas". "No te acerques ni te hagas amiga de gente inferior a
ti". "Ni pobres, ni enfermos; éstos acarrean sólo
problemas y hacen pasar puros malos ratos". "Lo más
importante es tener plata; la plata lo hace todo. Con plata se
tiene salud, y el amor sin plata no dura". "No sientas
lástima por nadie; las personas se aprovechan del que
siente lástima". "Ten cuidado si te enamoras, porque los
hombres se aprovechan de eso, y vas a sufrir". "Si tu marido
comienza a darte problemas, mándalo a la punta del cerro y
búscate otro que no te dé problemas". "A los que
tienen plata, todo el mundo los trata igual que a reyes; pero a
los pobres los tratan mal y son menospreciados por todos". "No te
dejes influenciar por esa gente ingenua y volada que se dice:
idealista, que se preocupa de puras leseras, que vive en la
mugre, y anda a palos con el águila".
Ciertamente,
hermano mío ¿Te gustaría que la madre de tus
hijas fuese como la madre de Yenny?
20
Volviendo a esa vieja costumbre pandoriana de dar consejitos
—costumbre que, tal cual pudimos ver, constituye la parte
más siniestra del adoctrinamiento feminista— doy
testimonio que de esa costumbre no escapan ni sus hijas
más pequeñas; como veremos a
continuación.
Pocas semanas
antes de concluir el presente tratado, y sin quererlo yo,
escuché a una madre que, en una habitación contigua
a la que yo estaba, aconsejaba en voz baja a su hijita de 7
años, lo siguiente: "Los hombres son unos estúpidos
con cabeza de mosquito… y siempre debes hacerte respetar por
ellos".
A
continuación, en un arrebato de "equidad",
agregó: "El único que no es así, es tu
abuelito fulano de tal"; quien resultaba ser el abuelo materno.
Con posterioridad supe que se trataba de un caballero adinerado,
dispendioso, alcahuete y sumamente goma ¡Todo un procreador
y estimulador de Plagas! ¿Sería, además,
cornudo?
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